Los asirios fueron una antigua civilización que se desarrolló en la región de Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates, en el norte de la actual Iraq. Su origen se remonta al III milenio a.C. cuando un grupo de comerciantes semitas fundó la ciudad de Assur. Posteriormente, los asirios expandieron su territorio a través de la conquista militar, llegando a dominar amplias regiones de Oriente Próximo durante el Imperio neoasirio en el siglo VII a.C. Al
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Los asirios fueron una antigua civilización que se desarrolló en la región de Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates, en el norte de la actual Iraq. Su origen se remonta al III milenio a.C. cuando un grupo de comerciantes semitas fundó la ciudad de Assur. Posteriormente, los asirios expandieron su territorio a través de la conquista militar, llegando a dominar amplias regiones de Oriente Próximo durante el Imperio neoasirio en el siglo VII a.C. Al
Los asirios fueron una antigua civilización que se desarrolló en la región de Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates, en el norte de la actual Iraq. Su origen se remonta al III milenio a.C. cuando un grupo de comerciantes semitas fundó la ciudad de Assur. Posteriormente, los asirios expandieron su territorio a través de la conquista militar, llegando a dominar amplias regiones de Oriente Próximo durante el Imperio neoasirio en el siglo VII a.C. Al
Los asirios fueron una antigua civilización que se desarrolló en la región de Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates, en el norte de la actual Iraq. Su origen se remonta al III milenio a.C. cuando un grupo de comerciantes semitas fundó la ciudad de Assur. Posteriormente, los asirios expandieron su territorio a través de la conquista militar, llegando a dominar amplias regiones de Oriente Próximo durante el Imperio neoasirio en el siglo VII a.C. Al
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Asirios
Asiria hace referencia a una antigua región de Alta Mesopotamia que toma su
nombre de la ciudad de Aššur —del mismo nombre que Assur, su deidad tutelar—, y es también el nombre del Estado —y posterior imperio— que formó entre el III y I milenio a. C. Fundada a orillas del río Tigris, Aššur era inicialmente una de las tantas ciudades acadias en la región. La tradición fecha su fundación en el siglo XXV a. C., aunque la mayor parte de su pasado está envuelto en misterio. Desde finales del siglo XXIV a. C., los asirios se convirtieron en súbditos de Sargón de Acad, quien unió a los pueblos semitas, acadios y sumerios bajo el Imperio acadio.1 A partir de esa región se formó, en el II milenio a. C., el llamado Imperio Antiguo. También fue conocido como Subartu y, tras su declive, como Athura, Syria (en griego antiguo), Assyria (en latín) y Asuristán. En su momento de máxima expansión —en el siglo VII a. C., durante el Imperio neoasirio —, Asiria controlaba un territorio que hoy comprendería, parcial o totalmente, los países de Irak, Siria, Palestina, Israel, Jordania, Líbano, Turquía, Irán, Arabia Saudita, Egipto, Kuwait, Chipre, Armenia, Azerbaiyán y Georgia. La asiriología —disciplina que estudia la Asiria antigua y más ampliamente la Mesopotamia antigua—, distingue tres fases en la historia asiria, sabiendo que antes de alrededor del siglo VII a. C. las fechas son aproximadas: el período paleoasirio, del siglo XX a. C. a principios del siglo XIV a. C.; el medioasirio, hasta el 911 a. C.; y el neoasirio, hasta el 609 a. C. (Caída de Harran,) fecha del final del reino asirio. Durante el primer período, Asiria se resume a la ciudad- estado de Aššur, conocida principalmente por el dinamismo de sus mercaderes. El segundo período vio la expansión y primer apogeo del reino asirio, un poderoso estado territorial, que, sin embargo, se debilitó significativamente en el cambio del II al I Milenio a. C. El tercer período vio a Asiria convertirse gradualmente en un vasto imperio, gracias en particular a su formidable ejército. Fue este período por el que Asiria es más conocida, gracias a los descubrimientos del siglo XIX en las capitales sucesivas, Aššur, Kalkhu (Nimrud), Dur-Sharrukin (Jorsabad) y Nínive (destruida en 612 a. C.; sobre gran parte de sus ruinas se asienta Mosul). Fue también el poderío de este Imperio y de sus soberanos lo que permitió que la memoria de Asiría continuara a través de la tradición de la Biblia hebrea y de los autores griegos clásicos. ¿Quiénes fueron los asirios?
Los asirios fueron una civilización que se desarrolló en la región conocida
como Alta Mesopotamia, un territorio ubicado entre los ríos Tigris y Éufrates, al norte de la actual Iraq. Esta civilización se originó en el III milenio a.C., cuando un grupo de comerciantes nómadas de procedencia semita se asentó en la región y fundó la ciudad de Assur. Tiempo después, este pueblo inició la expansión de su territorio por medio de la conquista de otros pueblos. Con ese objetivo, desarrolló nuevas armas y un ejército de soldados profesionales, pero, sobre todo, creó una imagen aterradora para atemorizar a sus adversarios. A mediados del siglo VII a.C., la civilización asiria alcanzó su máximo apogeo. Durante el periodo denominado Imperio neoasirio, el territorio asirio llegó a abarcar desde el sur de la Mesopotamia hasta la costa mediterránea y desde Turquía hasta Egipto. Características de los asirios
Algunas de las principales características de la civilización asiria fueron las
siguientes:
Tomaron su nombre de la ciudad de Assur, que a su vez, se
denominaba así en honor al gran dios asirio, Assur. Su larga historia de más de mil quinientos años se suele dividir en tres grandes períodos: 1. La etapa paleoasiria (ca. 2025-1378 a.C.).
2. El Imperio medio asirio (1365-934 a.C.).
3. El Imperio neoasirio (911- 609 a.C.).
En el momento de su máxima expansión llegaron a tener dominio sobre
un amplio territorio que iba desde la Baja Mesopotamia hasta Egipto. A lo largo del tiempo, distintos reyes trasladaron la capital del imperio hacia nuevas ciudades. Las tres principales capitales asirias fueron Assur, Nimrud y Nínive. Durante la etapa paleoasiria, la agricultura, la ganadería y el comercio fueron las principales actividades económicas de los asirios. Mientras que en el Imperio medio y el neoasirio, los tributos y el botín de guerra constituyeron los mayores ingresos del Estado. A mediados del siglo VIII a.C., los asirios llevaron a cabo una serie de modificaciones dentro de su ejército que le permitieron afianzar su imperio en poco tiempo. Su principal innovación fue la incorporación de tropas de soldados profesionales. Organización social y política Organización social
La sociedad asiria se encontraba organizada bajo una rígida estructura
jerarquizada que se dividía en los siguientes grupos: El rey se ubicaba en la parte más alta de la sociedad y actuaba en nombre del dios Assur. Su tarea principal era la anexión de nuevos territorios a su dominio. Los miembros de la alta nobleza se ubicaban a continuación. Estos ocupaban los cargos más importantes dentro del ejército o la administración de los dominios asirios. En retribución por sus servicios, solían recibir grandes extensiones de tierra. Por debajo se encontraban los dependientes del palacio, un grupo conformado por las mujeres del harén y los eunucos, funcionarios que se encargaban de la administración de la residencia del rey. Los campesinos debían tributar al Estado prestando su fuerza de trabajo para realizar diversas tareas. Por último, se encontraban el grupo de esclavos compuesto principalmente por prisioneros de guerra. Organización política
Los asirios llegaron a conformar un Estado centralizado en torno a la figura de
un rey, quien tenía un poder absoluto en lo religioso, militar, político y judicial. Sin embargo, el rey no llevaba a cabo todas las tareas por sí solo, sino que contaba con amplia corte conformada por funcionarios de diverso rango. Entre sus mayores colaboradores destacaban: el turtānu o comandante en jefe, el rab ša rēši o eunuco mayor y el rab ša sāqê o copero mayor. Manifestaciones culturales de los asirios
Los asirios decoraron los muros de sus palacios con
majestuosos bajorrelieves de escenas de guerra y tortura. Con ellos, tuvieron la intención de, además de ornamentar sus estancias, transmitir un mensaje de terror hacia los miembros de otros pueblos que pudiesen visitar sus ciudades. Los relieves asirios son narrativos, es decir, cuentan historias y acciones de forma continua. Se caracterizan por presentar las figuras en posición de tres cuartos; también por representar los animales en movimiento, pero a los hombres en posiciones mayormente estáticas.