Retiro Matrimonios Segunda Parte
Retiro Matrimonios Segunda Parte
Retiro Matrimonios Segunda Parte
Segunda parte
La idea central del retiro es presentar una imagen elevada del Amor, un amor
“ideal”, “Divino”, “inefable, partiendo del Himno del Amor de San Pablo (I
Cor 13, 4-7) siguiendo (aunque sea someramente) los comentarios del Papa
Francisco en la Amoris Laetitia (90 - 119)
Luego presentar la necesidad de pedir perdón, y no sólo de pedir, sino de
perdonar, de corazón en tanto que es la condición para que Dios nos perdone
(Padre Nuestro), partiendo de la idea del perdón como “volver a donarse”.
Finalmente, recorrer los votos conyugales (Yo, N, te recibo a tí N). para ver en
qué es especial cada matrimonio, y poner los talentos de la pareja al servicio
de la alianza, de los esposos, de los hijos y de la comunidad.
Quien diga que ama a su esposo/a, pero aborrece a Dios Uno y Trino y
a su Iglesia, es un mentiroso. No se puede amar al hombre que no se ve si no
se ama al Dios que se ve.
… Sanando la envidia
98. La actitud de humildad aparece aquí como algo que es parte del
amor, porque para poder comprender, disculpar o servir a los demás
de corazón, es indispensable sanar el orgullo y cultivar la humildad.
«el que quiera ser el primero entre vosotros, que sea vuestro servidor»
(Mt 20,27). En la vida familiar no puede reinar la lógica del dominio de
unos sobre otros, o la competición para ver quién es más inteligente o
poderoso, porque esa lógica acaba con el amor. También para la
familia es este consejo: «Tened sentimientos de humildad unos con
otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los
humildes» (1 P 5,5).
Amabilidad
Cada día, «entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de
nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que
renueve la confianza y el respeto [...] El amor, cuando es más íntimo y
profundo, tanto más exige el respeto de la libertad y la capacidad de
esperar que el otro abra la puerta de su corazón».
Desprendimiento: no es ambicioso
101. Hemos dicho muchas veces que para amar a los demás primero
hay que amarse a sí mismo. Sin embargo, este himno al amor afirma
que el amor «no busca su propio interés», o «no busca lo que es
de él». También se usa esta expresión en otro texto: «No os encerréis
en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás»
(Flp 2,4). «El que es tacaño consigo mismo, ¿con quién será generoso?
[...] Nadie peor que el avaro consigo mismo» (Si 14,5-6).
Mateo 22, 1-14Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo: «El Reino de los Cielos se
parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Envió entonces a sus servidores para
avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir. De nuevo envió a otros servidores con el
encargo de decir a los invitados: "Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis
terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas". Pero ellos no
tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y los
demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron. Al enterarse, el rey
se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su
ciudad. Luego dijo a sus servidores: "El banquete nupcial está preparado, pero los
invitados no eran dignos de él. Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que
encuentren". Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que
encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados. Cuando el rey entró
para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta. "Amigo, le
dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?". El otro permaneció en
silencio. Entonces el rey dijo a los guardias: "Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a
las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes". Porque muchos son llamados, pero
pocos son elegidos».