313836-Text de L'article-444572-1-10-20161024
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Resumen
The newspaper as the motor for developing of Media Literacy in Childhood Education
Abstract
To make visible and to develop properly the media literacy within the Kindergarden Stage requires a joint
treatment of digital competence and the media competence, as the best mechanism to achieve a critical
and responsible citizenship in the technological and media society in which we live. To this end, we
propose a didactic approach linking the methodology of work by projects and the newspapers as a
teaching resource with enormous potential because of the many benefits it brings to the classroom
practice, not only at instrumental learning level but also to media level and to digital level in the
kindergarden stage. In this sense, the proposed activities encompass different dimensions of media
competence linked to media manipulation, audio-visual and aesthetic language, and searching, sorting,
processing and diffusion of information which from the earliest ages is necessary to develop.
Keywords: media literacy, digital competence, project-based learning, childhood education, mass media,
newspaper.
Introducción
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audiovisuales y escritos que, ineludiblemente, impregnan en el ideario ciudadano y en la visión de la
sociedad (Buckingham, 2005).
Ante este panorama, hemos de insistir sobre la necesidad de una “metodología para la educación
mediática, que no se limite a la alfabetización funcional, sino que también sea capaz de fomentar procesos
de enseñanza/aprendizaje dentro del contexto de los medios de comunicación” (De la Fuente, 2014, p.
453). En este sentido, existen ya iniciativas, propuestas y recomendaciones de distintas instituciones y
organismos internacionales sobre la importancia de incluir la alfabetización mediáticaen el curriculum
escolar, entendiendo esta alfabetización tal y como la define laComisión Europea (2009) como “la
capacidad de acceder a los medios de comunicación, comprender y evaluar con criterio diversos aspectos
de los mismos y de sus contenidos [incluyendo] la capacidad de establecer formas de comunicación en
diversos contextos”.
Asumir este reto, supone la confluencia de la competencia digital con la mediática en el sentido que lo
plantean Pérez y Delgado (2012), tanto porque los medios de comunicación se hayan en gran parte
digitalizados, como porque a través de Internet tenemos acceso casi ilimitado a la información y porque
resulta insuficiente adquirir una verdadera competencia mediática atendiendo únicamente a destrezas
tecnológicas (Ferrés, 2013). Por ello, la competencia mediática debe facilitar a las personas la suficiente
autonomía para desenvolverse adecuadamente en una sociedad plenamente mediatizada, en donde debe
ponerse el acento en seis dimensiones que se encuentran interrelacionadas: lenguajes, tecnología,
procesos de interacción, procesos de producción y difusión, ideología y valores, y estética (Ferrés y
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Piscitelli, 2012; Ferrés, 2013) y cuyo dominio nos garantizaría un uso crítico, responsable, ético y
democrático de los medios, tanto a la hora de recibir información como a la hora de crear nuevos
contenidos audiovisuales y de compartirlos. Esta doble vertiente de interacción y de producción mediática
es lo que caracteriza a un ciudadano “prosumidor”.
Por lo expuesto anteriormente, los postulados subyacentes a la alfabetización mediática abordan mucho
más que la mera unidireccionalidad del medio de comunicación hacia el sujeto, concediéndole a este la
posibilidad de reciprocidad. En pocas palabras, atendiendo a las dimensiones que abarca la competencia
mediática, se trata de dar paso a un nuevo modelo de persona que no solo consuma información, sino que
también la produzca, o lo es que lo mismo, dar paso a la denominada ciudadanía prosumidora (García-
Ruiz, Ramírez-Garcia y Rodríguez-Rosell, 2014; Gozálvez, 2013). De esta forma, la apropiación de la
alfabetización mediática debe permitir a las personas poder usar la información proveniente de diferentes
fuentes y formatos, así como desentrañar las tendencias económicas, políticas, culturales, educativas y
sociales relacionadas e inherentes a ellos (Fedorov y Levitskaya, 2015).
Sin embargo, pese a que parezca que la alfabetización mediática es un concepto en el que subyacen
elementos y procedimientos estáticos, es decir, en el que solo se puede lograr un determinado grado de
alfabetización, esto no es así. Así pues, coincidimos con Fedorov y Levitskaya (2015), al sugerir que la
alfabetización mediática es un concepto con múltiples dimensiones, cuyo nivel de competencia
incrementa en función del ejercicio que se haga de la percepción, análisis e interpretación en distintos
niveles (social, cognitivo, estético y ético) de la información proveniente de los medios de comunicación.
Llegados a este punto, una de las principales tareas de la escuela, es la de permitir el paso a una
ciudadanía prosumidora, en donde las características planteadas anteriormente guíen el proceso de
enseñanza-aprendizaje, en cuanto a alfabetización mediática se refiere. Por otra parte, no debemos perder
de vista la importancia de las experiencias mediáticas que los estudiantes traen consigo, pues “el
aprendizaje se logra de forma tanto explícita como implícita, gracias a un proceso en el que los aprendices
son capaces de relacionar conocimientos previos con la experiencia en la resolución de problemas reales”
(De la Fuente, 2014, p. 454).
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De este modo, se hace evidente la necesidad de que la alfabetización mediática se encuentre presente en
el sistema educativo desde las primeras etapas, en nuestro caso, desde la Educación Infantil. Para la
inclusión de esta alfabetización dentro de los sistemas educativos, y dando respuesta al reto de lograr una
ciudadanía prosumidora, es imprescindible la indagación previa del nivel de competencia mediática del
que parten los estudiantes, para desarrollar convenientemente estrategias e intervenciones destinadas a
promover personas integralmente prosumidoras (García-Ruiz et al., 2014).
En este sentido, su práctica en las aulas debe estar más cercana al desarrollo de un curriculum bimodal, en
donde se transforme la concepción que se tiene de la educación como una mera práctica unidireccional.
Así pues, se requiere partir de supuestos prácticos y reales que permitan a los niños interactuar con
documentación, digital o no, que les faciliten tanto acceder como transformar y difundir el conocimiento
y en donde se manejen los conceptos necesarios para su interiorización (Marquès y Álvarez, 2014).
En consonancia con lo planteado por el curriculum bimodal, dado que este también delimita la necesidad
y riqueza del trabajo por proyectos y de actividades dotadas de significatividad (Marquès y Álvarez,
2014), reivindicamos dicha metodología como un elemento pedagógico idóneo para alfabetizar
medicamente en Educación Infantil. En este sentido consideramos que el trabajo por proyectos sería el
adecuado puesto que tiene su origen en perspectivas constructivistas del aprendizaje, centradas
especialmente en que es la persona quien explica y da sentido a la realidad a medida que construye
nuevas representaciones mentales, teniendo en cuenta además, los conocimientos y las experiencias
previas que trae consigo, es decir, el bagaje cultural que posee para así dotar a los nuevos aprendizajes de
significatividad (Jiménez, 2000).
Ligando el constructivismo a los proyectos de trabajo, pese a que existen numerosas definiciones para
estos últimos, creemos que la concepción de los mismos que ofrece García-Ruiz (2013, p. 99), sintetiza
todas ellas, al plantear que:
Es una propuesta educativa que supera los límites de lo pedagógico para centrarse en el disfrute de
los más pequeños, otorgándoles el papel protagonista en su educación, la responsabilidad
compartida con compañeros, educadores y familias, haciendo posible la atribución de sentido y
significado a su entorno, a su papel en la escuela, a las relaciones y comunicaciones que establece
con los otros y a conocerse a sí mismo.
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La definición ofrecida anteriormente resulta especialmente adecuada a este contexto, puesto que, además
de centrarse plenamente en las personas como seres activos y protagonistas de su propio proceso de
enseñanza-aprendizaje, también contempla que para lograr dicho protagonismo, es necesaria la
implicación y responsabilidad de los demás miembros de la comunidad educativa (familias,
especialmente). Por tanto, de esta forma se puede dotar de pleno significado a los conocimientos
adquiridos, a la vez que son relevantes y contextualizados para los estudiantes, pues mediante la
preocupación constante del docente, se logra despertar en ellos el interés, la motivación y la participación
activa en las actividades planteadas (Lara y Bellón, 2008; Pozuelos, 2007).
Siguiendo el tema propuesto, proponemos el periódico como un medio de comunicación apropiado para
vincular tanto la alfabetización mediática, y por ende la competencia mediática y la competencia digital,
con los proyectos de trabajo en Educación Infantil. Trabajar con el periódico y con la información que
nos muestra, facilita al niño el cuestionamiento de conceptos relativos al origen de la información, la
tecnología utilizada para crear dicha información, el impacto en la audiencia y la interpretación del
mensaje, cuáles son los valores que recibimos a través del periódico y cuáles son los que se ocultan,
además de plantearse cuál es el propósito de la noticia.
De esta forma, el periódico vinculado a la escuela, “dinamiza el proceso educativo, al poner en práctica
actividades que catalizan, lúdicamente, la enseñanza; despierta el interés por aprender, al estimular la
lectura. Con respecto a la escritura, propicia el ordenamiento de ideas, la redacción y la expresión”
(Byrne, 2008, p. 2). No obstante, ya que dentro del periódico se recogen una serie de elementos como
imágenes, tablas, gráficos, mapas, diferentes tamaños de titulares, organización de las noticias, secciones,
entre otros, que contienen un alto potencial educativo (Coronas, 1997), la escritura y la lectura son
procesos clave a tener en cuenta, pero no son un fin en sí mismos.
Asimismo, compartimos con Navarro (2000) la idea de que el periódico, tanto impreso como en línea,
posee unas características que lo hacen potencialmente educativo. Entre ellas, y siguiendo a dicho autor,
destacamos la universalidad de las noticias, al poder conocer qué ocurre en diferentes partes del mundo
sin apenas movernos de donde nos encontramos; la actualizabilidad, ya que la información puede ser
renovada prácticamente de manera instantánea, aunque esto en la versión en línea es mucho más factible;
la interactividad, dado que permite conocer las opiniones de las diferentes personas que escriben; y la
personalización, puesto que existe la posibilidad de elegir las noticias que más nos interesen, en función
de nuestros gustos y necesidades.
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periódico nos permite trabajar con la lengua castellana desde sus diferentes construcciones, es decir,
empezando por una unidad mínima como las letras hasta una unidad de orden superior como son los
textos; (3) es un medio de comunicación ideal para familiarizar a los niños con la escritura y la lectura,
tanto en papel como digital, así como con la posibilidad de realizar sus propias contribuciones al mismo
de manera creativa; y (4) permite reconocer la gran influencia que tienen los medios de comunicación
dentro de nuestra sociedad, por lo que es una gran oportunidad para desentrañar su estructura interna, el
alcance que tiene y la oportunidad de contribuir al mismo.
Partiendo del marco teórico que sustenta esta propuesta, consideramos que trabajar por proyectos reclama
“una mirada holística del estudiante, de lo que le interesa, de lo que necesita, de lo que le motiva, de lo
que le dificulta aprender y mejorar su rendimiento académico” (García-Ruiz, Diego y Berlanga, 2013, p.
900). Por lo tanto, la alfabetización mediática, en nuestro caso vinculado a los proyectos de trabajo,
supone un desafío que pretende la formación integral de ciudadanos que sean capaces de desarrollar un
pensamiento crítico y que atribuyan significatividad y comprensión a la información recibida (García-
Ruiz y Castro, 2014), a la vez que transforman, crean y difunden nueva información según sus
necesidades.
Para lograr esto, partimos del diseño de actividades sugerentes y creativas que les permitan a los
estudiantes interiorizar los diferentes conceptos relacionados con la alfabetización mediática y que estén
en consonancia con las seis dimensiones que esta abarca (lenguajes, tecnología, procesos de interacción,
procesos de producción y difusión, ideología y valores, y estética). Además, dichas actividades están
enfocadas a la consecución de tres objetivos generales:
Esta propuesta, pese a que está pensada para llevarse a cabo en la Educación Infantil, no es excluyente de
trabajarse en otras etapas educativas, pues las actividades son plenamente adaptables a múltiples
contextos didácticos y organizativos. Asimismo, estas pueden desarrollarse tanto de manera intermitente a
lo largo de un curso académico, como de manera continuada según el tiempo que se considere oportuno;
en cualquier caso, pueden ampliarse tanto como se considere necesario, sumando la participación de las
familias y de otras personas o asociaciones del entorno que se consideren relevantes.
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Actividades
Por tanto, partiendo de esta idea, proponemos cinco actividades en donde la alfabetización mediática se
encuentra especialmente visibilizada y potencializada. Al poner en marcha las actividades, recordamos la
importancia en cada una de ellas tanto de realizar una reflexión inicial, en donde se indaguen las
experiencias o ideas previas de los niños, como de una reflexión final posterior a la actividad central, que
recoja las conclusiones a las que se ha llegado durante su realización.
En esta reflexión final, se favorecerá la reflexión crítica sobre la experiencia vivida, poniendo de relieve
la visión de los niños y niñas sobre los conocimientos, habilidades y actitudes que se han adquirido a lo
largo de la propuesta o proyecto didáctico. En este sentido, es importante que el docente mantenga una
actitud de escucha permanente, atento tanto a lo que los niños manifiestan oralmente o en la actividades
sugeridas por el adulto, como a aquello que conocen, pero que no llegan a verbalizar o plasmar en un
soporte papel o digital, y que sin embargo, surge en un contexto más formal como puede ser una
asamblea de aula, pero sí se muestra en otro tipo de actividades, como puede ser durante el juego
simbólico, conversaciones surgidas de manera espontánea durante el desarrollo de las actividades, u otros
momentos en los que se pone de manifiesto lo que ha supuesto esta nueva vivencia.
Abordar el periódico como objeto de aprendizaje supone dominar una serie de habilidades y actitudes que
garanticen un desarrollo holístico de la infancia, en el sentido de favorecer la autonomía infantil, el mayor
conocimiento del entorno y de la realidad circundante, nuevas maneras de comunicación y de
representación de las experiencias e intereses propios. En este contexto digital y mediático podremos
favorecer la actividad infantil llena de sentido, no solo al acceder e interpretar la información a la que
podemos acceder mediante el periódico, sino también a poder filtrar dicha información desde una mirada
crítica y poder reelaborarla y compartirla con los demás. Se generan de esta manera nuevas oportunidades
de aprendizaje que permite un primer acercamiento al mundo del lenguaje audiovisual y a sus múltiples
códigos y usos, al ámbito más tecnológico o digital tanto en el acceso a la información como en la
creación de nuevos contenidos digitales. Así mismo, el trabajo en las primeras edades del consumo
mediático (televisión, cine, videojuegos…) permitirá una mayor conciencia de la propia dieta mediática
para llegar a gestionarla de manera equilibrada. De la misma manera, la identificación de sensaciones
propias que nos genera determinada información que se transmite en el periódico, facilitará la
identificación de emociones y valores que trasmiten determinadas informaciones, así como el interés por
ser responsables y conscientes de las propias emociones o valores que queremos transmitir cuando nos
comunicamos con los demás a través de las propias noticias o informaciones generadas en el aula.
Finalmente, trabajar el periódico en la etapa de educación infantil facilita la capacidad de ponernos en la
situación del receptor de los propios mensajes, dominando las técnicas necesarias para lograr una
comunicación correcta, que transmita aquello que queremos transmitir, teniendo en cuenta a la audiencia.
Esta propuesta didáctica, presenta cinco actividades clave, que pueden adaptarse a diferentes formatos
periodísticos, o incluso, a diferentes medios de comunicación. Todas ellas favorecen las capacidades
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infantiles vinculadas a la identidad y autonomía personal, al medio físico y social en el que nos
desenvolvemos y a nuevas formas de comunicación y representación, favoreciendo la relación entre el
niño y un medio, cada vez más rico y sorprendente.
Tomando como punto de partida las seis preguntas clave del periodismo: qué ocurrió, cómo ha
ocurrido, cuándo ocurrió, dónde ocurrió, quién está implicado y por qué ha ocurrido, se trata de
construir una escalera de información.
Para ello, en primer lugar se desentrañarán, siguiendo gradualmente dichas preguntas, las
intenciones subyacentes a noticias, sucesos o situaciones reflejadas en los periódicos, según el
formato que se elija. Por ejemplo:¿quién emite la noticia? ¿Qué intenciones hay detrás? ¿Cómo
se tuvo acceso a la información?
La investigación periodística: Posteriormente, los niños tendrán que investigar una situación
personal que resulte significativa para, dentro de las aulas, construir una escalera informativa en
base a las seis preguntas explicitadas; con esto, ahondamos en que como usuarios somos
responsables de lo que contamos y de la manera en que lo hacemos.
Diariamente ocurren sucesos que, dependiendo del punto de vista que se tome y del tema que
aborden, pueden resultar potencialmente significativos. Partiendo de esa idea, existe la necesidad
de saber transformar la información del entorno en noticias y compartirla con los demás. Es por
ello que, tras permitir a los niños acceder y manipular los medios necesarios para la construcción
de noticias, reportajes u opiniones (grabadoras, cámaras, libretas), resulta necesario que los niños
interaccionen con el entorno en busca de dichos sucesos.
Para lograrlo, es imprescindible reforzar la cooperación que debe existir con las familias y con la
comunidad en general, pues aparte de ser una fuente de ayuda, también poseen información
susceptible de ser transformada en conocimiento.
Esto se puede conseguir en tres fases: (1) búsqueda de información el entorno mediante diversas
técnicas periodísticas, recogiendo las evidencias necesarias; (2) selección de la información
relevante y elección el formato más adecuado para su presentación; y (3) difusión según el medio
que se crea más idóneo, en este caso el periódico.
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Actividad 3: Anuncios insensatos
Cuando requerimos de algo concreto, es inevitable recurrir a anuncios que, dependiendo de sus
características concretas, de la estética que presenta y de la veracidad/falsedad de lo que se
muestra, nos llevarán a interiorizarlo, adquirirlo o rechazarlo. Sin embargo, este proceso requiere
de ciertas habilidades que ayuden a los niños a determinar cuándo aquello que se anuncia resulta
moralmente válido, de qué manera el anuncio resulta atrayente y mediante qué mecanismos lo
consigue, y cómo podemos reportar dicho anuncio de manera que se sancione a la persona u
organismo que está detrás de ello.
Por este motivo, proporcionaremos a los niños una serie de anuncios en donde se presenten
objetos/situaciones moralmente debatibles (por ejemplo, anunciar que se regala una mascota
porque alguien se ha aburrido de ella) o anuncios audiovisuales que atenten contra la integridad
de las personas y contra los valores y derechos universalmente reconocidos.
En esta actividad, entregaremos a los niños una noticia que sea falsa, pero que casualmente ha
aparecido un periódico de alto impacto (por ejemplo, un zoológico abre las visitas para conocer al
primer dinosaurio vivo). Es importante discutir qué nos cuenta la noticia y determinar si creemos
que es falsa o verdadera.
En este sentido, dependiendo de la conclusión a la que se llegue, debido al bagaje cultural de cada
niño, se requiere plantear de manera conjunta un protocolo compartido para verificar o falsear la
información (documentos a consultar, personas a las que preguntar, contrastar las fuentes, pedir
información directa al editor/redactor). Asimismo, también resulta fundamental desarrollar
estrategias tanto para reportar aquellas noticias que resultan ser total o parcialmente falsas y
reescribirlas siguiendo unas pautas estilísticas como para reconocer aquellas que demuestren un
alto grado de impacto y fiabilidad. 9
Actividad 5: Ayer no, hoy sí, mañana no sé
Esto se logra presentando noticias que causen diferentes emociones (alegría, tristeza, enfado,
sorpresa), con el objetivo de especificar concretamente qué es lo que nos hace sentir, por qué, qué
se siente al leerla y qué ocurre cuando leemos otra noticia que nada tiene que ver con la anterior y
que nos hace vivenciar otras emociones.Del mismo modo, también debemos generar estrategias
para detectar la ambivalencia periodística. Es decir, proporcionar a los niños noticias o sucesos
desde diferentes periódicos. Con esto ahondaremos en explicitar las ideologías y los valores que se
hallan subyacentes a cada periódico y la manera en que decide contar determinada información u
ocultar otra. Tras ello, es importante que los niños reelaboren la información teniendo en cuenta
las perspectivas implicadas.
Conclusiones
Ya no requerimos únicamente de personas que se desenvuelvan correctamente en un mundo cada vez más
digitalizado y mediatizado, ni tampoco que sean solamente consumidores críticos de información. Por el
contrario, aunque no excluyendo dichas características, la sociedad del siglo XXI exige ciudadanos
capacitados para producir nuevos contenidos audiovisuales mediante los medios de comunicación, así
como para emplear diversas técnicas que les permitan transformar el conocimiento y difundirlo. Con el
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fin de lograr esto, debemos tener en cuenta que avanzar hacia una sociedad prosumidora, alfabetizada
mediática y digitalmente, no es un aprendizaje espontáneo, sino un proceso continuo.
Es por ello que la escuela supone el lugar ideal en donde trabajar consciente y deliberadamente en favor
de una alfabetización mediática de calidad, concienciada y comprometida socialmente. Dado que desde
edades muy tempranas los niños están en contacto directo con los medios de comunicación, corresponde a
la Educación Infantil iniciar estos aprendizajes, en conjunto con el perfeccionamiento y/o adquisición de
destrezas digitales, pues la digitalización es una de las características más acuciantes de nuestros tiempos.
Sin embargo, hay que insistir que la responsabilidad de la educación mediática de los más pequeños ha de
ser compartida, no solo por docentes y familias, sino también por los comunicadores y responsables de
medios.
Debido a lo expuesto anteriormente, hemos presentado esta propuesta justificando el enorme potencial
que tiene el uso del periódico en Educación Infantil, que posibilita a los niños, desde sus primeras edades
y a los docentes, estar atentos a los mensajes que transmiten los medios de comunicación, a la forma
estética y el lenguaje con el que lo hacen, a los intereses que se esconden detrás, a las ideologías o valores
que se transmiten o que se ocultan, a la manipulación consciente de nuestros sentimientos y de nuestras
emociones, y a un sinfín de necesidades mediáticas que lejos de estabilizarse, serán cada vez más
numerosas. Por estas circunstancias, la alfabetización mediática se reafirma ya no solo como una
necesidad, sino también como un derecho del que deben participar todos los niños desde la Educación
Infantil.
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