BSD Osamu Dazai Dark Era

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Contenido

NOTA DE TRADUCTOR ................................................................................................. 6


EPÍGRAFE ...................................................................................................................... 7
PROLOGO ...................................................................................................................... 8
CAPÍTULO 1 ................................................................................................................. 16
CAPÍTULO 2 ................................................................................................................. 46
CAPÍTULO 3 ................................................................................................................. 77
CAPÍTULO 4 ............................................................................................................... 100
EPILOGO .................................................................................................................... 131
PALABRAS FINALES ................................................................................................. 135
NOTA DE TRADUCTOR
Gracias por descargar la traducción al español de la segunda novela ligera de Bungou
Stray Dogs. De ante mano, me gustaría aclarar que esta traducción no es oficial, por lo
que es de libre acceso; un trabajo hecho por fans para fans sin fines de lucro, tomando
como apoyo la traducción oficial al inglés hecha por la editorial Yen Press.
Esta hoja del libro está destinada para aclarar puntos importantes respecto al uso de
esta traducción así como de las imágenes que se encuentran en este, con el fin de
evitar el robo de traducciones y de filtrado de ilustraciones sin previo consentimiento.
Toda palabra escrita en esta página es meramente informativa, y no se pretende lucrar
con el contenido que se presente en las páginas siguientes.
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cantidad de 152 pesos mexicanos (versión Kindle) o sí lo deseas, compra el libro físico
por solo 219 pesos mexicanos. De esta manera, apoyas al autor y a las editoriales
extranjeras para seguir traduciendo el trabajo de Asagiri Kafka.
Bungou Stray Dogs: Dazai Osamu to kuro no jidai.
Bungou Stray Dogs: Dazai Osamu and the dark age.
Bungou Stray Dogs: Dazai Osamu y la era oscura.
Historia: Asagiri Kafka.
Ilustraciones por: Sango Harukawa (Harukawa35)
Editorial de origen: KADOKAWA
Editorial de publicación al inglés: Yen Press.
Traducción de inglés al español: Yanase Taniyama.
Traducción sin fines de lucro. No se realizó cobro por la realización de la misma ni se
solicitó cooperación del público dirigido para la compra de la novela. Al ser una
traducción hecha exclusivamente para el fandom de forma gratuita, queda prohíbida su
distribución y venta. Sí deseas apoyar al autor, compra la obra original.
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del mismo autor de Bungou Stray Dogs: Dazai Osamu to kuro no jidai.
EPÍGRAFE
Unas horas antes de escribir este manuscrito en una casa de alojamiento fuera de Ginza
durante mi estancia en Tokio, estaba en un bar llamado Lupin con Osamu Dazai y Ango
Sakaguchi… o supongo que debería decir que Osamu Dazai estaba bebiendo cerveza,
Ango Sakaguchi estaba bebiendo whiskey, y yo estaba bebiendo café porque iba a estar
escondido toda la noche escribiendo este manuscrito.
La conversación por casualidad cambió a cierto novelista de moda que usa sus trabajos
como una herramienta para seducir a las mujeres. Ango Sakaguchi reclamó que ese
novelista era un idiota, mientras Osamu Dazai dijo que probablemente nosotros no
podríamos usar nuestros escritos para seducir a las mujeres incluso si queríamos. Dijo
que las mujeres están asqueadas por las novelas como la nuestra, e incluso sí
intentamos seducirlas, fallaríamos miserablemente… o en sus palabras: “Lo
confundiríamos”.

—Sakunosuke Oda, “La Literatura de la posibilidad”


PROLOGO
Me dirigí a la taberna, sintiendo como sí alguien me hubiera llamado ahí. Eran las once
en punto de la noche. Me escabullí a través de las calles como un fugitivo del
resplandor fantasmal de las lámparas de gas antes de caminar a través de la puerta de
la taberna. El humo del tabaco flotaba por todo el camino hasta mi pecho mientras
bajaba las escaleras para encontrar a Dazai ya sentado en el mostrador, jugando con
una copa de licor entre sus dedos. Él solía estar aquí. Sin tomar ni un sorbo de lo que
había ordenado, Dazai tranquilamente giró hacia mí.

“Hola, Odasaku” Dijo con un tono alegre en su voz.


Alzé una mano y saludé a Dazai antes de sentarme a su lado. El tabernero me sirvió lo
usual en el mostrador sin siquiera antes preguntar.
“¿Qué estás haciendo aquí?” Le dije a Dazai.
“Solo pensando. Ya sabes, cosas filosóficas y metafísicas.”
“¿Cómo qué?”
Dazai meditó por un momento antes de responder. “Para la mayoría de las cosas en la
vida, es más difícil tener éxito que fracasar. ¿No estás de acuerdo?”
“Cierto.” Respondí.
“¡Es por qué debo intentar suicidarme en lugar de cometerlo! Cometer suicidio es difícil,
¡pero debería ser relativamente más fácil fallar al intentar suicidarse! ¿Cierto?”
Miré mi vaso por unos momentos. “Estás en lo cierto.”
“¡Lo sabía! ¡Eureka, como ellos dicen! Bueno, no hay tiempo que perder. Vamos a
comprobar la teoría. Tabernero, ¿hay algún detergente en el menú?”
“No.” El viejo cantinero detrás del mostrador respondió mientras lavaba un vaso.
“¿Qué hay sobre detergente con refresco?”
“No.”
“¿Nada? Huh”
“Parece que no tienes suerte.” Añadí.
Examiné la taberna una vez más. Estando en el sótano, este lugar naturalmente no
tiene ventanas. El interior era como un silencio, nido de tejón discreto en el mostrador,
taburetes, botellas vacías alineadas contra el muro, asiduos taciturnos, y un tabernero
vistiendo un chaleco carmesí. Este espacio subterráneo estaba tan lleno que la gente
apenas podría pasar por el pasillo. Todo allí era viejo, como si su existencia estuviera
tallada en el espacio mismo.
Tomé un poco de mi licor, entonces pregunté a Dazai. “¿Así que estás en un estado
filosófico esta noche? ¿Te equivocaste en el trabajo o algo así?”
“Sí, me equivoqué. A lo grande.” Dazai hizo un puchero. “Estaba en una operación de
picadura, mira. Todo empezó cuando nos enteramos de que algún pequeño grupo feliz
quería robar nuestros productos de contrabando durante la entrega. Estos amistosos
seguidores estaban dispuestos a arrebatarnos el pan de la boca, así que supuse que
serían una especie de banda imponente de intrépidos guerreros. Estaba al acecho para
emboscarlos… mi corazón latía con emoción. Pensé que, si toda salía bien, podría
morir una muerte heroica en el campo de batalla. Pero la docena de tipos armados que
aparecieron eran un grupo realmente descuidado. Lo único que vale la pena mencionar
es el camión de lona equipado con ametralladora con un lanzacohetes conectado.
Estaba tan decepcionado que puse una trampa en el almacén, pero cuando los
rodeamos y atacamos, huyeron llorando. Por lo tanto, desafortunadamente evité la
muerte una vez más. Que aburrida pérdida de tiempo…”
Lo imaginé demasiado. No podía imaginar que el hombre cometiera un error en el
trabajo.
“¿Con qué grupo estaban?”
“Tomamos una de las pequeñas bolas de energía antes de que pudiera escapar, por lo
que está siendo torturado mientras hablamos. Probablemente no debería pasar mucho
tiempo antes de que hable.”
Esos tipos tenían agallas. Ciertamente los consideraría guerreros intrépidos, ya que no
tenían miedo de las implacables represalias de la Port Mafia. Y a pesar de la decepción
de Dazai, vinieron con ametralladoras y lanzacohetes. No eran unos completos idiotas
sin control sobre la realidad.
Lástima que se enfrentaran a Dazai.
Tenemos un dicho en la Port Mafia: “El peor infortunio para los enemigos de Dazai es
que son enemigos de Dazai”. Si él quisiera, podría incluso tener un picnic en medio del
tiroteo. Dazai prácticamente nació para estar en la Mafia.
Osamu Dazai: El hombre fue un ejecutivo de la organización clandestina Port Mafia.
Para un extranjero, ver el título de ejecutivo de la mafia en un chico que fácilmente
podría confundirse con un niño sería una broma hilarante. Pero no se reirían si vieran la
lista de logros de Dazai… una lista oscura y sangrienta. Alrededor de la mitad de las
ganancias de la Port Mafia en los últimos dos años fueron todas gracias a él. Un simple
títere como yo ni siquiera podría imaginar cuánto dinero era, ni cuántas vidas se
perdieron como resultado.
Por supuesto, toda victoria tiene su precio.
“Obtuviste algunas heridas, por lo que veo.” Señalé las vendas recién envueltas de
Dazai mientras tomaba un sorbo rápido de mi bebida.
“Sip.” Dazai sonrió mientras se miraba.
Su cuerpo estaba cubierto en cicatrices, el precio que paga por sus logros. En otras
palabras, el hombre era un desastre. Siempre había una parte de su cuerpo que estaba
en sanación. Una vez más, realmente me hizo consciente de cómo Dazai prosperó en
el centro de la violencia y la muerte.
“¿Qué hay con tu pierna?” Pregunté mientras señalaba, seguro que la lesión fue de un
horrible enfrentamiento.
“Estaba caminando y leyendo un libro llamado Cómo no salir lastimado de la nada y caí
en una zanja de drenaje.”
Una razón sorprendentemente absurda.
“¿Entonces que hay de tu brazo?”
“Estaba acelerando por un sendero de montaña y salí del acantilado.”
“¿Qué hay sobre las vendas alrededor de tu cabeza, entonces?”
“Estaba intentando suicidarme golpeando mi cabeza contra la esquina de un bloque de
tofu.”
“¿Te lastimaste con un bloque de tofu?”
Debe haber necesitado desesperadamente algo de calcio.
“Inventé un método para endurecer el tofu. Usas sal para absorber el agua y darle
peso… todo en tu propia cocina, mira. Se puso tan duro que podrías clavar un clavo.
Gracias a eso, sé más sobre hacer tofu que nadie en esta organización.”
Un ejecutivo de la Mafia que es un fanático de la producción de tofu… Los cinco
ejecutivos realmente estaban en otro nivel.
“¿Estaba bueno el tofu?” Pregunté.
“Agravantemente así.” Dazai hizo una mueca con aparente decepción. “Lo corté en
rodajas finas, luego lo tomé con un poco de salsa de soya. Sabía increíble.”
“Estaba bueno, ¿eh…?” Estaba impresionado. No importaba lo que él hacía, Dazai
parecía alcanzar alturas que la gente normal no podía alcanzar. “Déjame probar algo la
próxima vez.”

“Odasaku… Debiste haberlo reprendido”


Escuché una voz que venía de la entrada, entonces giré para encontrar a un hombre
joven de aspecto académico que bajaba la escalera.
“Eres demasiado suave con Dazai. Deberías llamarlo y golpearle la parte posterior de
la cabeza con un martillo por cada dos de las tres cosas que dice, o de lo contrario se
saldrá de los rieles. Mira alrededor. Nota el silencio de toda la gente esperando para
decir algo. Incluso el tabernero está temblando un poco.”
Su nombre era Ango Sakaguchi. Vestido con una chaqueta de negocios y gafas
redondas, parecía un académico, pero en realidad era uno de nosotros. Ango era el
informante personal de la Mafia.
“¡Hola, Ango! ¡Tiempo sin verte! ¡Luces bien!” Dazai alzó una mano con una sonrisa.
“¿Estás llamando a esto “verse bien”? Acabo de regresar de hacer negocios en Tokio…
y fue un viaje de un día. Estoy tan agotado como un viejo periódico.”
Ango torció el cuello de un lado a otro mientras se sentaba sobre el taburete junto a
Dazai. Luego se quitó la pequeña bolsa de cuero carmesí que colgaba sobre su
hombro y la colocó sobre el mostrador.
“Tabernero, lo usual, por favor.”
El cantinero dejó casi inmediatamente un líquido dorado sobre el mostrador frente a
Ango. Había comenzado a preparar la bebida en el momento en que lo escuchó bajar
las escaleras. La espuma se levantó del cristal, brillando serenamente a la luz de las
luces bajas.
“Trabajo de negocios, ¿eh? Perro suertudo. Yo también quiero ir a pasar el rato a
Tokio. Tabernero, más cangrejo enlatado.” Dijo Dazai, sacudiendo la lata vacía. Ya
había tres latas vacías frente a él.
“¿Pasar el rato? Nadie en la Mafia vive para pasar el rato como tú, Dazai. Realmente
estaba trabajando.”
“Sí me preguntas, Ango…” Dazai continuó con una pieza fresca de cangrejo enlatado
entre sus dedos. “Cualquier cosa en este mundo es solo una forma de matar el tiempo
antes de morir. De cualquier manera, ¿qué tipo de trabajo era?”
La mirada de Ango vagó brevemente antes de responder. “Pescando.”
“Oh, bien. ¿Atrapaste algo?”
“Nada. Fue una pérdida de tiempo. Escuché que habría algunos artículos de primer
nivel de Europa, pero terminó siendo nada más que la basura habitual que verías en un
mercado de pulgas local.”
Pescando es un código en el sindicato para comprar bienes de contrabando. Por lo
general, los productos que compramos eran armas o artículos ilegales hechos en el
extranjero. En raras ocasiones, también habría obras de arte y joyas.
“Sin embargo, había un reloj antiguo que no era tan malo. Fue creado por un relojero a
finales de la Edad Media. Probablemente sea falso, pero alguien estará dispuesto a
pagar por una artesanía tan fina.”
Ango nos dio un vistazo a una caja envuelta en papel dentro de su bolso. Además,
había cosas que trajo consigo durante su viaje de negocioso, como un pequeña
sombrilla y cigarrillos.
“… ¿A qué hora terminó el trato?” Preguntó Dazai de repente mientras observaba los
productos.
“Ocho de la noche. Y regresé inmediatamente después de que terminó.” Ango sonrió
con ironía antes de agregar. “De todos modos, hice lo que me pidieron, por lo que
parece que no me van a despedir hoy.”
“Es muy manso de tu parte, Ango Sakaguchi… eres el hombre que conoce todo acerca
de la Mafia.” Agregó Dazai con una sonrisa.
Ango, el informante personal de la Mafia, intercambió información secreta con otros
sindicatos. No estaba afiliado a ninguna de las facciones de los ejecutivos. El jefe le dio
órdenes directas de cuándo tendría lugar un acuerdo, y formó alianzas con otros
sindicatos, a veces actuando como mediador para transmitir información crítica y
altamente sensible que involucra colusión, deserción, traición, y similares. En pocas
palabras, él era un mensaje secreto. Casi toda la información importante que decidió el
curso del sindicato pasó por Ango antes de llegar al jefe. Naturalmente, si fuera
torturado para hablar, la información que pudiera proporcionar sobre la Mafia valdría
más que el oro. Un papel tan esencial como el suyo no podía dejarse en manos de un
idiota. Se requiere a alguien tan duro como el alambre de hierro forjado.
“Comparado con el ejecutivo más joven en la historia de la Port Mafia, mis logros no
son diferentes a los de un estudiante. Por cierto, ¿están los dos aquí hoy por un
encuentro de algún tipo?”
“¿Estábamos, Odasaku?”
“No.” Respondió en lugar de Dazai. “No planeamos esto. Dazai sólo estaba aquí
cuando yo llegué.”
Cosas como esta pasaban todo el tiempo.
“¿Oh, en serio? Solo tuve la sensación de que me encontraría con los dos si venía aquí
esta noche, así que aquí estoy.” Dazai sonrió, como divertido por sus propias palabras.
“¿Nos necesitas para algo?” Ango preguntó.
“No realmente. Solo pensé que sí venía aquí, sería una de esas noches. Eso es todo.”
Dazai luego sacudió su vaso con la uña.
Sabía lo que estaba tratando de decir. A menudo nos reuníamos en este bar como si
estuviéramos tratando de evitar algo. Entonces dispararíamos a la brisa bajo la
apariencia de “comunicación” hasta el final de la noche. Frecuentemente nos
encontramos aquí por alguna razón. A pesar de que todos éramos parte del mismo
sindicato, Dazai era un ejecutivo, Ango un informante y yo un soldado de bajo rango sin
un título del que hablar. En circunstancias normales, ni siquiera deberíamos haber
conocido los nombres de los demás, mucho menos borrachos. Pero aquí, podríamos
pasar el rato independientemente de la posición o la edad. Quizás fue gracias a
nuestras grandes diferencias en la jerarquía de la Mafia.
“Por cierto…” Dazai abruptamente murmuró mientras miraba al espacio. “Odasaku, ha
pasado un tiempo desde que empezamos a beber aquí juntos, y a pesar de eso, aún
no te he escuchado quejarte del trabajo”
“Estoy de acuerdo. A diferencia de Dazai y yo, tu trabajo es algo único.”
“No hay nada de especial en lo que hago.” Moví mi cabeza. “Solo no tengo nada que
valga la pena decir. Solo los aburriría.”
“Ahí estás siendo reservado de nuevo.” Dazai inclinó su cabeza de lado, disgustado.
“Honestamente, Odasaku, de nosotros tres, tu trabajo es el más interesante para
hablar. Así que sácalo. ¿Qué has estado haciendo en el trabajo la semana pasada?”
Después de pensar por un momento, comencé a responder mientras contaba mi
trabajo con mis dedos.
“Investigue un robo a una tienda de árcade bajo la jurisdicción de la Mafia. Los
culpables fueron algunos niños de la escuela primaria local. Después fui a la casa del
lacayo de un grupo afiliado para buscar una pistola faltante, la cual encontré en su olla
arrocera mientras estaba limpiando. Después, medie en una pelea entre la esposa y la
amante de uno nuestros ejecutivos de la empresa fantasma. Finalmente, eliminé un
desastre que se encontró detrás de la oficina de la Mafia.”
“Oye, Odasaku, te lo ruego. Por favor intercambia trabajos conmigo.” Dazai se inclinó
hacia adelante, con un brillo en sus ojos.
“De ninguna manera.”
“¡Pero tú eliminaste un desastre! ¿Escuchaste eso, Ango? ¿Por qué Odasaku obtiene
trabajos divertidos? ¡No es justo! Primera cosa para mañana, ¡iré con el jefe y le diré
que su ejecutivo va a renunciar porque no puede eliminar desastres!”
Los demás ejecutivos podrían haberse derrumbado sí hubieran escuchado eso. Ango
respondió apáticamente: “Has eso.” Como siempre lo hacía.
En un sentido, fui parte de la Mafia en nombre solamente. Todos los trabajos que
pasaban en mi camino eran trabajos basura con los que nadie más quería lidiar.
Pongámoslo simple, fue por mi falta de logros y rango, y dado que no trabajaba bajo
ningún ejecutivo en particular, fue realmente fácil impulsar los pequeños trabajos que
no me beneficiaron. Básicamente, era el chico de los recados de la Mafia. No hice esto
solo por diversión. Esa vez, cuando me pillaron en medio de una pelea a gritos entre la
esposa y el amante de ese ejecutivo, consideré seriamente morderme la lengua, dos
veces. Pero la razón por la que me forzaron a esta posición fue simplemente porque no
podía hacer nada más.
Porque…
“Entonces al menos llévame contigo la próxima vez. No me interpondré en el camino.”
“No te lo recomiendo.” Ango miró a Dazai por el rabillo del ojo. “Olvídate de buscar
criminales o buscar bienes perdidos. Traer a Dazai para resolver una pelea de
enamorados va a estar vertiendo petróleo en el fuego.”
“¿Quién no querría mantener encendido el fuego de una relación? Suena maravilloso si
me lo preguntas.”
“¿Ves? ¿Qué te dije?”
Tomé en silenció sin responder al punto de Ango.
“Dazai, tal vez deberías tomar una distracción antes de empezar a meterte en el trabajo
de otras personas.” Continuó Ango. “Algo más saludable que intentar suicidarse.”
“¿Entretenimientos? Hmm…” Dazai hizo un puchero infantilmente. “Ajedrez y Go son
demasiado fáciles, tal vez. Son aburridos. ¿Qué hay en su lugar?”
“¿Qué tal deportes?”
“Odio cansarme.”
“¿Qué tal estudiar, entonces?”
“Demasiado trabajo.”
“Entonces, ¿qué tal coci…? Espera. Olvídalo.”
Ango bajó la cabeza y se cubrió la boca. Debe hacer recordado cuando Dazai nos hizo
esa “olla caliente”. Nos dio mucha energía, tal como su nombre lo indicaba, pero no
teníamos memoria de lo que sucedió los siguientes días después de comerlo. Cuando
interrogamos a Dazai más tarde sobre lo que había en la olla caliente, él solo se rió.
“Oh sí. Inventé una receta de olla caliente. ¿Podrían intentarlo la próxima vez que
salgamos? Lo llamo la “olla de resistencia sobrehumana”. Pueden correr durante horas
sin cansarse después de comerlo. Es un sueño de un…”
“Ni en un millón de años.” Ango se negó severamente.
“Sí evita que te canses, entonces podría ser bastante útil antes de un día de trabajo
duro.” Añadí.
“… Odasaku, ese es exactamente el problema aquí. Eres condescendiente con Dazai.
No hablas, y es por eso que se sale del camino.”
Ya veo. Entonces a esto se refería Ango con decir “suave” con él. Aprendes algo nuevo
cada día.
“Tabernero, ¿tienes un martillo?”
“No.”
“Oh, que mal.”
“Tal vez no hay mucho que puedas hacer sobre eso.” Dazai dijo con una sonrisa.
“-suspiro- Acabo de volver del trabajo, y mi cabeza realmente duele…” Ango sostuvo su
cabeza. Debió haber tenido un día pesado.
“Tu trabajo es muy duro, Ango.” Le dije.
“Sí, lo es.”
Ango miró bruscamente de un lado a otro entre Dazai y yo, y luego dijo. “Podría ser.
Siento que estoy trabajando horas extras no pagadas en este momento. Debería irme.”
“¿Qué? ¿Irte?” Dazai preguntó, un toque de decepción en su tono.
“A decir verdad…” La sonrisa de Ango no llegó a sus ojos. “Cuando estoy aquí
bebiendo con ustedes dos, al menos puedo olvidar que el trabajo que estoy haciendo
es ilegal. Tabernero, gracias por la bebida.”
Ango removió sus pertenencias del mostrador y luego se levantó.
“¿Llevaste ese bolso contigo cuando saliste afuera de la ciudad por negocios?”
Pregunté, señalando su pequeña bolsa de cuero. No tenía una razón específica para
preguntar; eso es todo lo que se me ocurre para detenerlo.
“Sí. Sin embargo, no tiene mucho contenido. Solo algunos cigarrillos, un arma para
autodefensa, y una pequeña sombrilla…” Ango abrió la bolsa para mostrarme el
contenido. “Y esta cámara que uso para el trabajo.”
“Oh, oígan. Vamos a tomarnos una foto.” Dazai sugirió alegremente de la nada. “Para
conmemorar hoy, ¿ya saben?”
“¿Conmemorar qué?” Pregunté.
“Para recordar que estuvimos aquí. O celebrar que Ango está en casa. O para celebrar
que resolviste ese desastre. Cualquier cosa sería, realmente.”
“Lo que el ejecutivo diga.” Ango se encogió de hombros antes de sacar una cámara
negra de su bolso. Era una vieja cámara de rollo de película, con la pintura negra
arrancada aquí y allá por la edad y el uso.
“Hazme lucir bien.” Dijo Dazai.
Ango sonrió mientras tomaba una foto de Dazai y yo juntos. Entonces, por petición de
Dazai, tome una de Ango y él en el mostrador. Dazai posó colocando una pierna en el
taburete e inclinándose hacia él.
“Tomarla desde este angulo me hará lucir más guapo.”
“¿Por qué quieres tomar fotos de repente, Dazai?”
“Solo siento que, si no tomamos una foto ahora, no habrá nada que pruebe que
pasábamos este tiempo juntos, creo.” Él sonrió brillantemente.
Resultó que Dazai tenía razón. Esa terminó siendo nuestra última oportunidad para
fotografiar ese algo invisible entre nosotros tres… la única cosa que nos hace
conscientes del vacío dejado una vez que lo perdimos. Nunca tuvimos otra oportunidad
de tomarnos una foto juntos en ese bar.
Porque uno de nosotros moriría poco después.
CAPÍTULO 1
La Port Mafia tiene tres reglas: Seguir las órdenes del jefe sin importar que, no
traicionar a la organización, y siempre devolver el golpe doble. Las reglas están
ordenadas de mayor a menor importancia, solo así. Por eso esa mañana, casi se me
cae el pan que tenía en mi boca cuando tuve un llamado del jefe quién quería verme.
Estaba poniendo una taza de café.
El agente en el teléfono habló en tono monótono.
“Sakunosuke Oda, el jefe quiere verte.”
Tres oraciones instantáneamente aparecieron en mi cabeza: Cumplió su propósito.
Para ser eliminado. Corte de personal. Las yemas de mis dedos se volvieron frías y
entumecidas. Después de colgar, rápidamente me metí el resto del pan en la garganta,
luego corté el tocino canadiense y los huevos revueltos en tercios antes de inhalarlos.
Vertí un poco de café recién hecho en mi taza, eché un terrón de azúcar con un poco
de crema y lo bebí todo mientras me ponía la camisa con los brazos primero. Empecé a
preguntarme si debería simplemente irme de la ciudad, pero el café abrasador me puso
en marcha y la idea absurda desapareció de mis pensamientos. Me afeité, luego me
puse unos pantalones y alcé el arnés de cuero sobre mis hombros. Tenía fundas
debajo de mis axilas, en las que metí pistolas de 9 mm. Finalmente, me puse el abrigo
y salí de casa.
Después de subir al auto, subí imprudentemente a la oficina. Realmente no recuerdo
mucho sobre lo que sucedió en el camino; podría haber conducido por la carretera de
tres carriles en la dirección incorrecta dos o tres veces. En cualquier caso, una vez que
llegué a la oficina de forma segura, me dirigí directamente al vestíbulo. Saludé
brevemente a mis colegas de guardia antes de subir al elevador para ir al piso superior.
Todo en el lugar estaba impecable, sin siquiera una huella dactilar o un poco de polvo,
desde el vestíbulo, que parecía sacado de un lujoso hotel europeo, hasta el propio
ascensor con forma de máquina del tiempo.
Esta oficina estaba ubicada en una propiedad inmobiliaria privilegiada en medio de
Yokohama. Había otras cuatro oficinas de la misma escala en el vecindario. Mientras
miraba desde las paredes de vidrio del ascensor hacia la ciudad, el número de edificios
más alto que mi línea de visión disminuyó gradualmente hasta llegar a cero. Y aun así
el ascensor seguía funcionando.
Mirando el grupo de edificios bañados por la luz del día, reflexioné sobre por qué el jefe
me había convocado.
Cuando realmente lo pensé bien, no habría tenido sentido para él llamar a un miembro
de tan bajo rango hasta aquí solo para deshacerse de ellos. Si hubiera querido eso,
solo me pediría que me encontrara en algún sitio de tratamiento de desechos y que un
asesino a sueldo me cortara y me echara, bajo costo, bajo esfuerzo. El jefe de la Port
Mafia era más lógico que su predecesor y, sobre todo, prefería mantener ese tipo de
cosas ecológicas.
¿Entonces por qué en el mundo me llamó?
La puerta del elevador se abrió, rompiendo mi tren de pensamientos. El pasillo estaba
cubierto con una alfombra lo suficientemente gruesa como para amortiguar incluso los
pasos más apresurados, y las paredes eran tan fuertes que ni siquiera una granada
propulsada por cohete podía derribarlas. Las lámparas ocultas iluminaban el interior
con un brillo blanco lechoso.
Le dije mi nombre al guardia de traje negro, y él señaló la puerta de la oficina sin decir
una palabra. Parado frente a la puerta francesa, le di a mi atuendo otro vistazo rápido,
luego tracé mi barbilla con mi dedo para asegurarme de que no me había perdido un
afeitado puntual. Después de aclararme la garganta, llamé como un creyente que se
dirige a Dios en una iglesia.
“Jefe, soy yo, Oda. Estoy aquí.”
“Vamos, Elise. Ponte el vestido, ¡solo por un momento! ¡Solo por un pequeño
segundo!”
… Lo que escuché proveniente del interior de la habitación fue inquietante. Esperé tres
segundos, pretendiendo que no escuché nada. Entonces tomé algunas respiraciones
profundas.
“Jefe, soy yo, Oda. Estoy aquí.”
“Awww, por favor, ¡no te quites la ropa y la arrojes al suelo así! ¡Esa falda era cara, ya
lo sabes!”
… Otro comentario inquietante. Después de pensarlo un poco, decidí interpretar el
papel de un subordinado desprevenido que acaba de abrir la puerta en el momento
exacto equivocado.
“Disculpe mi intrusión.”
Con esas palabras, abrí la puerta e inmediatamente vi a dos personas corriendo por
toda la oficina: un hombre de mediana edad en una bata blanca y una chica quien
parecía tener alrededor de diez años.
La chica estaba semidesnuda; el hombre era el jefe de la Mafia.
“¡De ninguna manera! ¡Nunca!”
“Por favor, Elise, te lo ruego. Solo inténtalo, ¿sí? Pensé mucho en elegir esto para ti.
¡Mira estos volantes carmesíes! ¡Son como pétalos de flores! ¡Estoy seguro de que te
quedará genial!”
“No odio la ropa bonita. Solo odio lo desesperante que eres, Rintarou.”
“Estás actuando como si esto fuera nuevo, Je, ¡te tengo ahora!”
“Jefe.”
Ellos simultáneamente miraron hacia la dirección donde provenía mi voz… sonriendo.
Estaban sonriendo y completamente inmóviles.
“Vine justo como lo ordenó. ¿Qué necesitaba?”
El jefe continuó mirándome, esa misma sonrisa aún plasmada en su rostro. Sus ojos
estaban suplicando, pidiendo ayuda. Con suerte, en realidad no lo esperaba de mí.
“Jefe, ¿deseaba verme?”
“Uh…”
Después de que su mirada vagara por la habitación, desde su escritorio hasta las luces
del techo, la ventana, una pintura al óleo y un candelabro plateado, el jefe miró a la
joven a su lado y dijo. “¿Por qué le dije que viniera aquí otra vez?”
“No me preguntes.”
La chica llamada Elise lo miró con el ceño fruncido como si tuviera mucho vómito al
costado del camino, luego salió por la puerta de la sala de conexión. Esperé al jefe
para la siguiente palabra. Después de mirar alrededor de la oficina, se deslizó detrás de
su escritorio en el centro y presionó un interruptor que teñía las ventanas de vidrio de
un gris opaco. Cuando la habitación se atenuó al instante, el jefe se sentó en su silla de
cuero negro y, de la nada, dos guardias aparecieron repentina y silenciosamente detrás
de él. La lámpara del escritorio de caoba iluminaba el perfil del jefe: ojos entrecerrados,
cejas fruncidas, codos en el escritorio y ambas manos cruzadas frente a su cara. Habló
en voz baja y reverberante.
“Ahora…”
“Sí, señor.”
“Oda, te llamé aquí por una sola y única razón.”
El jefe me lanzó una mirada penetrante a través de la habitación oscura.
“Sí.”
“Oda…” Después de pausar por un momento, continuó. “¿Alguien te ha dicho alguna
vez que hables más?”
¿Cómo lo supo?
“Sí, muchas veces.”
Miré a uno de los guardias detrás del jefe para una explicación. Sin embargo, el
inquieto guardia con cara de póker desvió su mirada muy ligeramente.
“De cualquier manera, acabas de llegar aquí. No viste nada. ¿Entendido?”
“Sí, señor.” Asentí de acuerdo. Además, era técnicamente cierto, de todos modos.
“Acabo de llegar. Gracias por tomarse un descanso para desvestir a una niña y
perseguirla por la habitación para reunirse conmigo. Entonces, ¿para qué me
necesitaba?”
El jefe frunció el ceño por unos momentos para pensar antes de asentir como si
hubiera tomado una decisión.
“Dazai me dijo, ‘Odasaku no tiene motivos ocultos; lo que ves, es lo que tienes. Lleva
un tiempo acostumbrarse, pero una vez que lo haces, es como un bálsamo para el
alma’. Veo lo que quiere decir ahora.”
Esa fue la primera vez que escuché algo así. Sin embargo, este era Dazai;
probablemente solo estaba hablando por el culo. Un hombre de unos veinte años no
será un bálsamo para el alma de nadie.
Después de toser para limpiar un poco el aire, el jefe continuó. “Ahora, debes
preguntarte por qué te llamé aquí.”
Levantó la caja de cigarros plateada en su escritorio y la miró por un momento antes de
sacar un cigarro. Sin embargo, no lo fumaba; el simplemente jugó con eso en su mano,
luego susurró. “Quiero que encuentres a alguien para mí.”
“¿Encontrar a alguien?”
Reflexioné sobre lo que acaba de decir. Fue una suerte que no me dijera que muriera,
pero aún era demasiado temprano para relajarme.
“Permítame confirmar algunos puntos. Como me da órdenes directas cara a cara,
supongo que la persona que desea encontrar no es una persona común. ¿Está seguro
de que un soldado de bajo rango como yo puede manejarlo?”
“Una pregunta válida.” El jefe dio una leve sonrisa. “Normalmente, un hombre de tu
rango estaría en la línea del frente actuando como un escudo de carne o corriendo a
una estación de policía militar con una bomba. Pero he escuchado sobre el trabajo que
haces, y me gustaría confiarte esta tarea específicamente a ti.” El jefe volvió a colocar
el cigarrillo en el estuche y luego retiró su largo flequillo. “Nuestro oficial de inteligencia
Ango Sakaguchi ha desaparecido.”
Si alguien mirara dentro de mi mente en ese momento, habría sido testigo de algo
similar a una erupción volcánica masiva. Innumerables signos de interrogación habrían
salido del cráter, cubriendo el cielo en su totalidad. Y, sin embargo, la única reacción
visible que tuve fue un movimiento de un dedo.
“Ya puedes mantener la calma. Iba a decir que no serías adecuado para el trabajo si te
molestabas, pero… pasaste. Permíteme continuar. Ango desapareció anoche.
Aparentemente, nunca regresó a casa. Todavía no está claro si se ocultó por su propia
voluntad, o si fue secuestrado.”
Eso significaría que Ango desapareció después de que nos encontramos en el bar la
noche anterior. Por lo menos, no había nada particularmente diferente en él entonces.
Incluso dijo que se iba a casa antes de irse. Dazai o yo nos habríamos dado cuenta si
hubiera estado mintiendo. Estoy seguro de ello.
“Como sabes, Ango es el informante de la Mafia.”
El jefe lanzó un suspiro triste. Pero su expresión, en realidad parecía realmente
preocupado por la seguridad de su subordinado.
“Su cabeza está repleta de información de alto secreto sobre la mafia: gestión de
nuestras cuentas secretas, listas de empresas y funcionarios gubernamentales que nos
pagan, información de contacto de clientes que comercian con productos de
contrabando. Esta información haría a alguien una fortuna si se la vendiera a otro
sindicato, y podrían cortarnos y prendernos fuego antes de que nos demás cuenta.
Incluso si ese no es el caso, Ango es un subordinado talentoso e importante para mí. Si
algo le sucedió, entonces quiero ayudarlo. Entiendes cómo me siento, ¿sí?”
No podía decir que lo hacía. Un soldado nunca podría entender los pensamientos de
un hombre que administra una organización clandestina completa.
“Por supuesto.”
Todavía, ofrecí un par de palabras como una guarnición en un plato de comida.
El jefe tomó la pluma sobre su escritorio y comenzó a girarla alrededor de sus dedos.
“Escuché que te especializas en asuntos problemáticos como estos. La Mafia está llena
de personas que solo son buenas disparando, golpeando, y haciendo amenazas.
Alguien como tu es un activo muy valioso para la organización. Espero grandes cosas
de ti.”
El malentendido del jefe se hizo claro para mí: no soy un especialista en recuperación
de personas desaparecidas, pero sí un aprendiz, un chico recadero. Si bien era cierto
que ese era el tipo de trabajos que usualmente se me presentaban, en su mayor parte
era solo porque no podía “disparar, golpear o amenazar” a las personas.
Aparentemente de buen humor, el jefe abrió el cajón de su escritorio y sacó un poco de
papel Echizen con incrustaciones de hojas de plata. Su pluma de deslizó por la
superficie del papel mientras escribía.
Sakunosuke Oda
Nihil admirari1… Ayuda al hombre mencionado anteriormente sin dudarlo ante
cualquiera y todas las pruebas.
Ougai.
“Esto debería ser de ayuda si necesitas asistencia de uno de nosotros. Llévalo contigo.”
Acepté el pedazo de papel. Esta es una delegación de autoridad, por así decirlo. En la
Mafia, este documento es conocido como un “Oráculo de Plata”, y quien lo posea tiene
garantizada la misma autoridad que el jefe mismo. Muéstrasela a cualquiera que esté
por debajo de los cinco ejecutivos y darles órdenes, y no pueden declinar. Negarse es
considerado una traición a la Mafia, lo cual es castigado con la muerte. Sostener un
documento tan legendario en mis manos casi no se sentía real.
“Puedes incluso ordenar a los ejecutivos que encuentres.” El jefe sonrió. “Pensándolo
bien, tu eres un amigo cercano del ejecutivo Dazai, ¿cierto? Una amistad que
sobrepasa las barreras de la jerarquía… Es un hombre de valor. Siéntete libre de
contar con él si necesitas cualquier cosa.”

1 Proviene del latín que significa: no es de extrañar.


“Eso no será necesario.” Respondí honestamente.
“¿Estás seguro? Él no es el ejecutivo más joven en la historia por nada. Sus
compañeros pueden tratarlo como si fuera un hereje, pero yo creo que las habilidades
de Dazai son asombrosas. Estoy seguro que en cuatro o cinco años, me matará y
tomará mi lugar.”
Los labios del jefe se curvaron diabólicamente.
Aunque ni siquiera parpadeé, estaba muy nervioso. Busqué en la cara del jefe, pero
esa sonrisa casi infantil lo hizo imposible de leer. ¿Era esta su forma de bromear?
“Espero escuchar buenas noticias de ti.”
El jefe regresó a su asiento, y le di una última reverencia antes de dirigirme a la puerta.
Todo el intercambio me dejó una extraña resaca.
Oculto bajo la rápida embestida de desarrollos repentinos había una sensación, aunque
débil, en la parte posterior de mi cabeza que me decía que algo estaba mal. Pero mi
imagen de lo que estaba sucediendo era extrañamente borrosa, como una vieja marca
de nacimiento en mi espalda que no podía ver.
“Oda.” El jefe me llamó de vuelta justo cuando coloqué una mano en la puerta para
irme. “La pistola que cuelga debajo de tu hombro… es un buen modelo.”
Miré hacia mi pistola. Dentro de la funda debajo de mi chaqueta había una vieja pistola
negra.
“Es solo una antigüedad que conservo porque estoy acostumbrado a usarla. Pero estoy
honrado.”
“Te pregunto solo por simple curiosidad, pero los rumores dicen que nunca has matado
a nadie con ella.”
Asentí. Mentir no me iba a hacer ningún bien. “Es correcto.”
“¿Y por qué?”
Necesité unos segundos para respirar antes de responder.
“¿Me ordena como el líder de esta organización?”
“No, pregunto por interés personal.”
“Entonces prefiero no responder.”
Por un breve segundo, los ojos del jefe se abrieron de asombro. Luego se cruzó de
brazos y sonrió como un maestro harto de un pobre estudiante.
“Ya veo. Entonces puedes irte. Espero buenas noticias de ti.”
Mientras tanto, Dazai había terminado en el puerto. Después de caminar por la costa
por un tiempo, se encontró en el distrito de almacenes rodeado de un bosque plantado.
Había líneas de barcos pequeños con sus números de registro raspados, varios autos
robados de marcas internacionales y grandes cromatógrafos para fabricar explosivos.
No solo los residentes cercanos se mantuvieron alejados, sino que incluso la policía de
la ciudad evitó ir allí sin una buena razón. El área estaba dirigida por organizaciones
clandestinas como la Port Mafia: una trampa mortal, para decirlo de otra manera. Tres
cuerpos habían aparecido en la costa esa mañana.
“Asegúrense que la policía no escuche esto. También, llama al limpiador. Necesitamos
sacar estos cuerpos de aquí.”
Los hombres en trajes negros—soldados de la Port Mafia— silenciosamente trabajaron
en el sitio donde los cuerpos fueron encontrados. Estos solados de bajo rango
simplemente apretaron los dientes e hicieron lo que se les ordenó. Hay dos para esto:
Uno, esos eran los cuerpos de sus colegas: compañeros mafiosos. La otra razón fue
que se esperaba que uno de los ejecutivos llegara al sitio en cualquier momento debido
a la gravedad de la situación.
“Investiga si alguno de estos hombres tenía familias. Sí así es…”
El miembro de la mafia al mando se detuvo a media frase. “… Explicaré las cosas.”
El hombre a cargo era un miembro antiguo de la Port Mafia, con cabello blanco y un
cigarro. Tenía un aire caballeroso, con un abrigo negro bien almidonado y un traje. Era
Ryuurou Hirotsu, uno de los miembros más antiguos de la mafia.
Hirotsu sacó su dorado reloj de bolsillo y miró la hora.
“Uno de nuestros ejecutivos estará aquí en un minuto. Terminen de investigar todo
sobre las victimas antes de que llegue.”
“¡Buenos días, a todos!”
Las órdenes de Hirotsu fueron seguidas casi de inmediato por una voz proveniente del
bosque artificial. Todos voltearon, mirando tensos. Solo por la apariencias, el joven que
llegó antes que ellos podría haber sido fácilmente confundido con un niño. Se tambaleó
hacia el grupo, con el cabello despeinado y la cabeza, cuello y brazos cubiertos con
vendas. El joven era uno de los cinco ejectivos de la Port Mafia: Osamu Dazai.
Hirotsu rápidamente apagó su cigarro antes de guardarlo en su cenicero de bolsillo.
Todos los hombres de traje negro colocaron una mano sobre su pecho y
respetuosamente se inclinaron.
“Denme un segundo, ¿bien? Estoy cerca de terminar este difícil nivel… ¡Oh, maldición!
¡Pasó de mí! ¡Come esto! ¡Agh, lo esquivó!”
Dazai se acercó, luchando con una consola portátil. Estaba tan concentrado en la
pantalla que se habría plantado de cara si hubiera pisado un terreno aún más irregular.
“¡Ugh, no puedo pasar este nivel no importa cuantas veces lo intente! Esta curva de
aquí es la parte difícil. Cada vez que voy por ahí, yo… ¡volvió a arrebasarme!”
“Dazai, señor.” Hirotsu habló tímidamente en nombre de los demás, ya que no podían
decir nada. “Gracias por venir de todos modos. Los guardias de la armería fueron
fusilados, y a partir de ahora…”
“¡Ha pasado un tiempo desde que alguien ha estado lo suficientemente loco como para
atacar a un arsenal de la Port Mafia! ¿Cómo lo hicieron?” Preguntó Dazai, todavía
centrado en el videojuego.
“Nuestros hombres fueron asesinados instantáneamente después de ser golpeados
con alrededor de diez a veinte rondas de 9 mm cada uno. Luego, los intrusos robaron
varias armas de fuego de la armería: cuarenta ametralladoras, ocho escopetas,
cincuenta y cinco pistolas, dos rifles de francotirador y ochenta granadas. También
tomaron un total de dieciocho kilogramos de altos explosivos de tipo detonador. La
cerradura electrónica se abrió con el código de acceso. Cómo se filtro ese código
todavía…”
“Déjame echar un vistazo, entonces. Aquí, cuida de esto por mí.”
“¿Huh?”
La expresión de Hirotsu se volvió severa cuando Dazai le entregó el videojuego. “El
truco está en el momento. Utiliza un elemento de refuerzo una vez que alcanza el
camino recto en medio del curso. Entonces, ¿dónde están los cuerpos?”
“Oh, uh, están alineados por tetrápodos… ¿Q-Qué botones se supone tengo que
presionar?”
Dazai saltó a los bloques de concreto e ignoró a Hirotsu, quien sostenía la consola
bocabajo por el nerviosismo. Había tres cuerpos, cada uno con gafas de sol y trajes
negros. Eran hombres muy fuertes, hasta ayer. Sumergirse en el océano durante horas
habría causado que su piel se hinchara, pero habrían estado en una condición mucho
peor se hubieran ahogado; los tres se habían desangrado casi por completo antes de
ser arrojados al océano para hundirse en el fondo.
“Hmm.”
Dazai miró desinteresado los cadáveres.
“Sus armas aún están en sus fundas. Bueno, eso es descuidado. Además… la mayoría
de los disparos tienen heridas de salida… lo que significa que fueron disparados a
corta distancia, desde una ametralladora. Tendrías que ser bastante hábil para
acercarte tanto sin ser notado. Me estoy haciendo ilusiones. ¿Qué pasa con las
imágenes de vigilancia del almacén?”
Dazai regresó a Hirotsu, quien simplemente miró con tristeza el videojuego en sus
manos y mostró un coche ascendiendo en la pantalla.
“Estoy profundamente avergonzado de mí…” Hirotsu murmuró.
Dazai lo miró con curiosidad, como si ya hubiera olvidado por completo que le había
pasado el juego a Hirotsu.
“Señor Hirotsu.” Los ojos de Dazai se entrecerraron.
“Estoy… Estoy seguro que si me da una oportunidad más, podría…” Hirotsu suplicó
mientras agarraba la consola una vez más.
“Cualquier persona en los rangos inferiores que cause problemas con los narcóticos
debe ser ejecutada de inmediato.” Dijo Dazai de repente.
“¿Narcóticos?” Hirotsu palideció. “No, nadie está envuelto en cosas como esa…
incluyendo a mis subordinados. Mis hombres son de alto calibre…”
“El arma en tu cintura.”
Dazai lo señaló. Hirotsu rápidamente cubrió el arma escondida en su cinturón de traje
con la mano, aunque no a propósito; fue simplemente un reflejo natural.
“Señor Hirotsu, usualmente no llevas un arma contigo, ¿cierto? Además, eres el tipo de
persona que toma demasiado cuidado de sus armas. Y todavía, la descuidada forma
en que la metiste en tu cinturón me hace creer que no es tuya ni de mercancía. A
juzgar por la condición en la que se encuentra, pertenece a uno de tus subordinados.
¿Estoy en lo cierto?”
Hirotsu se mantuvo en silenció mientras Dazai continuaba.
“Tienes alrededor de veinte subordinados bajo a tu ala. ¿No le prestaste esa pistola a
uno de ellos? No, no lo hiciste. No hay razón para que uses una pistola en esta hora de
la mañana. La tomaste. ¿Por qué? Porque el agarre estaba ligeramente manchado de
sangre y algo de polvo blanco. Pero no hay polvo ni sangre sobre sobre ti, señor
Hirotsu. Uno de tus subordinados debió haber causado algún problema sobre drogas.
Juzgando por las bolsas debajo de tus ojos, voy a decir que sucedió anoche. Entonces
ataste a tu subordinado y le quitaste el arma porque quién sabe que haría si no lo
hicieras.”
“Eso es…” Hirotsu pronunció con voz apagada, pero Dazai siguió hablando y lo
interrumpió.
“Ese subordinado está ignorando al sindicato de la policía, señor Hirotsu. Vender
drogas hace demasiado dinero, pero también da demasiados problemas. La División
Especial de Poderes Inusuales, agentes narcóticos, los vigilantes del MP…
Organizaciones gubernamentales se están moviendo poco a poco esperando que
cometamos cualquier tipo de error que les dé la oportunidad de atacar. Simplemente
tomar el arma de tu subordinado no está haciendo nada.”
“Pero…”
“Señor Hirotsu, no sé por qué, pero me dieron el alto cargo de ejecutivo, y cuando eres
un ejecutivo, obtienes subordinados quieras o no. Pero no puedo obtener resultados
con un montón de imbéciles descuidados. Es por eso que corto a los malos antes de
tiempo. Deberías hacer lo mismo.”
“… Lo siento mucho.” Hirotsu murmuró, su voz se tensó.
En la Mafia, “cortar a los malos” significa matarlos. Refutar las ordenes de un ejecutivo
es tomado como una traición y se trata de la misma manera.
Hirotsu se disculpó pero no dijo más después de eso. Dazai lo miró penetrante; el
silencio fue ensordecedor que el tiempo casi se congeló en su lugar.
“… ¡Ja-ja! ¡Solo bromeo!” Dazai abruptamente añadió en un tono alegre.
Hirotsu se paró detrás de él, confuso. “La razón por la que tanta gente te sigue es
porque no les das la espalda. Dejaré esto en tus manos. No se lo diré al jefe.”
Palmeó a Hirotsu en el hombro y sonrió. Hirotsu inconscientemente frotó su garganta
mientras asentía. Debió haberse tensado.
Dazai, el ejecutivo más joven en la historia de la Mafia, fue una leyenda viva en el
sindicato. Nada lo pasaba, ya sea un enemigo en el exterior o un escándalo dentro del
grupo. Más importante, nadie tenía idea de los deseos o aversiones de Dazai, ni lo que
apoyaba o a que se oponía. Ni Hirotsu, quien había estado en la mafia por más tiempo
que la mayoría, podía descubrirlo. Nadie se habría sorprendido si Dazai se hubiera
“deshecho” de Hirotsu en ese momento.
“Bien, vamos a regresar al tema. ¿Hay alguna fotogafría de los atacantes?” Dazai
preguntó con un chasquido de dedos.
A la señal de Hirotsu, un hombre con traje negro trajo un total de cinco fotos de la
cámara de seguridad. Dazai se los quitó y comenzó a estudiarlos. Las imágenes
mostraban a varios hombres entrando furtivamente en el almacén y robando las armas
de fuego de la Port Mafia. Los ladrones llevaban sacos gastados sobre sus cabezas y
capas sucias en lugar de abrigos. En la superficie, no se veían diferentes a los matones
de callejón promedio. Sin embargo…
“Esos son solados.” Los labios de Dazai se curvaron ligeramente en el momento en
que vio las fotos. “Sazonando, es eso.”
Miró por encima de las oscuras figuras de los hombres harapientos varias veces,
inclinando las fotos de un lado a otro.
“A primera vista, se parecen a los rufianes comunes y corrientes, pero se están
moviendo en una formación de diamantes para cubrir sus puntos ciegos. Señor Hirotsu,
¿sabes que tipo de pistola es esta?” Dazai señaló la pistola en el costado de los
atacantes.
“Es un viejo modelo, muy viejo. Parece incluso más vieja que yo. Por la carcaza gris y
hocico estrecho, diría que es una vieja cotizada pistola europea conocida como grau
geist.”
“Vi esta pistola ayer.” Los ojos de Dazai se entrecerraron. “Eso significa que los
hombres que robaron la armería nos atacaron inmediatamente de antemano… lo que
significa que fue solo una diversión. Heh. Ahora las cosas se están poniendo
interesantes. Esos chicos son más divertidos de lo que imaginé.”
Con las fotos aún en mano, Dazai se dio la vuelta, dándole la espalda a los demás
antes de comenzar a alejarse. Se puso un pulgar en el labio, murmurando para sí
mismo mientras caminaba de un lado a otro.
“Entonces intencionalmente filtraron información de que iban a atacarnos en medio de
nuestros próxima transacción comercial. De esa manera, enfocaríamos nuestra mano
de obra en un solo lugar, dejando solo unos pocos guardias en la armería. Luego
robaron las armas… muchas de ellas. ¿Pero por qué? ¿Para revender? No, no sería
necesario que fueran armas si ese fuera el caso. Ya veo. Esto es…” Dazai divagó,
perdido en sus pensamientos. Todo lo que los demás podían hacer era esperarlo en
silencio.
“…”
Los subordinados de Hirotsu se quedaron quietos mientras esperaban que el ejecutivo
mucho más joven reuniera sus pensamientos.
“Ya saben.” Comentó Dazai después de un buen momento de silencio. “Tengo sed.”
“Haré que alguien le compre una bebida.” Hirotsu movió su dedo, señalando al
subordinado a su lado que se fuera. El mafioso de traje negro salió corriendo aturdido.
“Tráeme un café con mucha leche. ¡Asegúrate de enfriarlo!” Dazai gritó alegremente
mientras el hombre se alejaba corriendo. “Oh, pero sin hielo, ¿de acuerdo? Si puedes
conseguirme un descafeinado, eso sería aún mejor. ¡Y doble de azúcar, por favor!”
Al ver al soldado de la mafia partir con un sudor frío, Dazai bajó la voz a un murmullo.
“Señor Hirotsu, el enemigo no atacó cualquier arsenal. Fueron tras uno de los tres
principales arsenales que contenían el suministro de armas de emergencia de la Port
Mafia. Está fuertemente vigilado y suena una alarma si alguien ingresa al área sin
permiso. Pero estos muchachos fácilmente superaron todo eso, y se colaron usando el
código de acceso real, algo que solo los subejecutivos y superiores sabrían. Entonces,
¿cómo consiguió el enemigo información tan secreta?”
El rostro de Hirotsu se tensó. Habían solo tres posibilidades: Un miembro de la Port
Mafia fue torturado para hablar, alguien tenía una habilidad que le permitía extraer
información, o había un traidor en el organización. Las tres opciones explican el peor
de los casos.
“El área entera se convertirá en una zona de guerra.” Dazai miró los rascacielos de la
ciudad y esbozó una pequeña sonrisa. “Eso por allá va a terminar en un pilar de llamas.
Ya puedo ver el cielo ardiendo de color carmesí.”
“¿Sabe algo sobre la organización enemiga?” Hirotsu preguntó, reprimiendo sus
emociones.
“Uno de mis hombres torturó al prisionero que capturamos ayer, pero no logró hacerlo
hablar. El chico solo esperó el momento exacto y se suicidó con una píldora que
ocultaba entre sus muelas. La única cosa que tenemos de él fue el nombre de la
organización enemiga.”
Como para presagiar la siguiente palabra que saldría de su boca, Dazai le lanzó a
Hirotsu una mirada sombría y penetrante. Sus ojos presagiaban una tormenta de
derramamiento de sangre y violencia que atormentaría los sueños de una persona
promedio durante días y días.
“… Mimic.”

Después de recibir ordenes del jefe, empecé a rastrear los pasos de Ango. Pero ni
siquiera había una sola pista delante de mí. La búsqueda de un informe de la Mafia se
encuentra en un nivel completamente diferente al de localizar a un gato mascota
perdido (lo que realmente he hecho antes, así que lo digo con confianza). Sí un gato se
escapa, puede replantear un lugar de alimentación local, pero no había forma de
adivinar dónde podría estar el “lugar de alimentación” de Ango.
Sin ningún lugar a donde recurrir, se me ocurrieron algunas hipótesis. Había dos
posibilidades para la desaparición de Ango: o se escondió por su propia voluntad o fue
secuestrado. Si fue lo primero, entonces no tuve suerte. Ango no era un adolescente
rebelde que huía de sus padres. Sí realmente quisiera, podría obtener unos pocos
millones de billetes imposibles de rastrear y viajar por el mundo, saltando de un
campamento a otro como un miembro de una tribu nómada. De ahí por que había
descartado esa hipótesis. La otra posibilidad era que Ango podría haber sido llevado a
algún lado en contra de su voluntad. Como predijo el jefe, el escenario más probable
era que un sindicato enemigo intentara obtener información de Ango. Si ese fuera el
caso, me gustaría creer que él dejo en secreto algún tipo de rastro, como las migas de
pan en ese cuento de hadas de los Hermanos Grimm.
Decidí empezar visitando la casa de Ango. Ahora que lo pienso, no había casi nada
sobre su vida personal. Sin embargo, nuestra relación siempre fue así. Ango y Dazai
nunca hablaron de sí mismos. Los tres éramos como una banda de ladrones que
estaban escondidos bajo los aleros del mismo templo abandonado para evitar la lluvia.
Siempre nos perdemos en la conversación, sin saber exactamente quién era el otro.
Pero Ango a menudo tenía que salir de la ciudad por negocios, y recordé haberlo oído
hablar casualmente de un hotel a otro durante una de nuestras charlas. Debe haberse
quedado en algún lugar que tuviera vínculos con la Mafia, dada la cantidad de
personas que buscaban su vida. Había algunos hoteles como ese dentro de la
prefectura, donde la privacidad era de suma importancia. Cada uno tenía alrededor de
docenas de guardias armados estacionados permanentemente; solo unos pocos
elegidos podrían quedarse en estos lugares.
Comencé a llamar a algunos de esos hoteles. Una vez que el gerente se dio cuenta
para quién trabaja, su voz tensa se suavizó instantáneamente, y comenzó a responder
mis preguntas cortesmente. Si nos viéramos cara a cara, no me sorprendería si se
acurrucara en mi regazo.
Finalmente descubrí dónde vivía Ango una vez que llamé al tercer hotel. Era un edificio
de dieciocho pisos con paredes de color arena, ubicado un poco fuera de la calle
principal. El vecindario circundante estaba bordeado de edificios similares y un parque,
y toda el área estaba llena de una gran inquietud—o un silencio, si lo puedes llamar
así—a pesar de la hora del día. El silencio era demasiado familiar para el territorio de la
Mafia. Parecía el tipo de lugar que Ango disfrutaba.
Después de recibir la llave de la habitación del gerente, me dirigí a la habitación de
Ango. Según el gerente, había comenzado a vivir allí hace aproximadamente medio
año y había pagado por adelantado. Sin embargo, debido a la naturaleza de su trabajo,
rara vez regresó a su habitación. Aparentemente desaparecería una vez más por la
mañana. El gerente afirmó que Ango nunca invitó a nadie más dentro.
Su habitación era una ordenada suite de un dormitorio. Se había limpiado a fondo, no
había una sola pizca de polvo. Apenas había muebles en el salón, salvo una pequeña
estantería que contenía algunas novelas antiguas y varios documentos regionales. En
el techo había una ventilación de aire tan inteligentemente oculta que era
prácticamente indetectable, su ventilador giraba casi sin ruido. Un solo taburete de
madera negro se encontraba en la esquina.
En el dormitorio había un escritorio corto y una cama cubierta con sábanas suaves.
Una luz de lectura colgaba sobre la almohada en la que descansaba una biografía
abierta de un genio matemático de hace aproximadamente un siglo que había dejado
una elegante expresión matemática.
El lugar prácticamente gritaba Ango: un espacio inmaculado, inteligente y estéril que no
daba un vistazo a su vida. Me paré en medio de la habitación y miré en silencio a mi
alrededor. Había algo que me molestaba, aunque fuera minúsculo, algo que
normalmente no pensaría ni un segundo.
“Ango Sakaguchi, oficial de inteligencia de la Mafia.” Dije en susurro. “Eres un
misterioso e intelectual hombre. Nadie sabe quien eres en realidad.”
Por supuesto, no había nadie allí para responder. Me dirigí a la ventana de doble
puerta con sus cuatro hojas de cristal con incrustraciones hechas por expertos. Afuera
había una vista de Yokohama. Directamente debajo había un parque que conducía a
una línea de edificios de gran altura. Las estrellas deben proyectar un bonito reflejo del
lago por la noche.
Le di la espalda a la ventana e hice un barrido más de la habitación. Inmediatamente,
me di cuenta de lo que me había estado molestando: era un miembro de la mafia
incapaz de matar. Por eso me quedé atascado en los trabajos mezquinos y
problemáticos. Pero cuando contuve la lengua mientras seguía adelante con estas
tareas, comencé a desarrollar un cierto sentido de intuición. Era como un hilo de
incomodidad delgado como un cabello que podría romperse en cualquier momento. Sin
embargo, seguir el hilo a veces me llevó a verdades inesperadas.
El taburete negro de manera en la esquina de la habitación parecía fuera de lugar. No
parecía que perteneciera a este hotel, y ni siquiera había un escritorio para usarlo.
Me acerqué al taburete para examinarlo. Era un artículo promedio producido en masa.
Lo volteé con la esperanza de que pudiera haber una pista importante debajo, pero no
había nada realmente fuera de lo común.
Regresé una vez más a donde había estado parado, luego me agaché y miré fijamente
el taburete. Fue entonces cuando lo vi: el asiento estaba muy desgastado, aunque el
taburete en sí no parecía estar muy viejo o desgastado. Tras una inspección adicional,
noté que no solo estaba un poco desgastado, sino que también tenía lo que parecía ser
una huella blanca dejada por un zapato de cuero. Escaneé la habitación una vez más.
… La ventilación del techo.
Tomé el taburete y lo empujé debajo de la ventilación. De pie sobre el taburete, apenas
podía tocar el techo. Había una red de plástico blanco que cubría el ventilador, lo que
hacía difícil ver el interior. Tomó algunas maniobras, pero me las arreglé para quitar la
red. Dentro del conducto de aire, el ventilador aún giraba en silencio. Estuve
inspeccionando el ventilador con mis dedos por un tiempo hasta que apenas se dieron
cuenta de algo, para luego tirar hacia mí. Se rascó ruidosamente a través del conducto
de metal y resultó ser una pequeña caja fuerte en mis manos y sacudí el polvo. Era
blanco y lo suficientemente pequeño como para poder sostenerlo fácilmente con ambas
manos. La caja fuerte estaba cerrada, pero sí podía encontrar la llave o algo similar,
podría abrirla. Tomé la caja con ambas manos y la sacudí violentamente frente a mi
pecho. Algo metálico, pero no particularmente pesado, se sacudió por dentro.
Fue entonces que una visión se reprodujo en mi cabeza.
La caja fuerte blanca en miz manos estaba teñida de rojo en un abrir y cerrar de ojos,
junto con la pared y el piso. Algo brotó, aferrándose a las superficies delante de mí.
Era sangre. Mi sangre.
Justo cuando miraba mi pecho, otro chorro de sangre brotó de ella. Algo entró en mi
espalda y atravesó mi pecho. Me di la vuelta justo cuando la ventana se rompió y los
fragmentos cayeron al suelo. Algo—tal vez el alcance de un rifle de francotirador—
brillaba a la luz del sol desde un edificio lejano.
Alcancé el arma a mi lado, pero una baja a alta velocidad me golpeó el brazo y me hizo
girar y me produjo un chorro de sangre. Al sentir el líquido tibio subiendo por mi
garganta, me retorcí y caí al suelo. Todo ante mí se desvaneció por completo.
La visión termina ahí.
Me encontré de pie con la caja fuerte, todavía con la misma ropa que tenía hace un
segundo.
La caja fuerte era blanca.
La ventana no estaba rota.
Me tiré al piso alfombrado con la caja fuerte todavía en mis manos, y casi al instante,
escuché el vidrio romperse. Uno, luego dos agujeros oscuros aparecieron en la pared
frente a mí. Arrastrándome en el piso, me alejé de la ventana hasta que no pude ver el
gran edificio afuera. Luego saqué la pistola de la funda lateral y me puse en posición
con la espalda contra la pared. Había un espejo sobre la mesa, así que extendí la
mano con los dedos y logré agarrarlo. Tenía las manos tan sudorosas que casi lo dejé
caer, pero de alguna manera pude agarrarme del espejo para poder mirar hacia afuera.
Cuando miré la habitación en el edificio que había visto en mi visión, noté una figura
oscura moviéndose en el reflejo. Sin embargo, no podía decir qué llevaba puesto; la
figura rápidamente recogió sus pertenencias antes de desaparecer por completo. El
momento en que bajé el arma fue el momento en que noté que no había estado
respirando.
Un francotirador.
¿Qué demonios había en esta habitación? ¿Qué le pasó a Ango? Fui baleado y
asesinado. No podía ver el destello del hocico, y ni siquiera escuché el disparo de la
bala. Además, una vez que el autor vio que habían errado el objetivo, escaparon de
inmediato. Este fue claramente el trabajo de un profesional.
Había muerto solo hace unos momentos, baleado en el pecho y muerto a tiros.
O al menos lo habría sido, si no hubiera tenido mi habilidad.

Prácticamente me deslicé por la barandilla de la escalera para salir de allí. El


francotirador no podría haber llegado lejos, y necesitaba descubrir quiénes eran.
Empujé a clientes inocentes en el hotel y salí a la calle. Corrí hacia el edificio donde
estaba el francotirador mientras sacaba mi celular del bolsillo.
Un francotirador experimentado puede perforar el corazón de su objetivo incluso a una
milla de distancia, pero por lo que parece, el punto de tiro no estaba tan lejos. Conocía
el edificio en el que se encontraban. De hecho, sabía todo sobre esta ciudad, incluso
los callejones inexplorados, así que naturalmente pude reducir el camino de escape del
francotirador a algunas posibilidades.
Mientras corría, marqué el número de teléfono de Dazai.
“¿Dazai?”
“Wow, no es frecuente que reciba una llamada tuya, Odasaku. ¡Tengo la sensación de
que esto es grande! Hmm.¡Permiteme usar mi inteligencia para adivinar la situación! De
repente pensaste en una broma hilarante, y fue tan divertido que me has llamado
para…”
“Alguien intento matarme.”
Dazai se detuvo inmediatamente a mitad de la frase como si le hubieran aspirado el
aire de los pulmones.
“Estaba en la habitación de Ango. Voy tras el francotirador en este momento. Disparó
desde un edificio alto frente a la tienda de libros de segunda mano. Desde allí, podría
haber huido a través del Templo Kokuyou-ji o la entrada de servicio al muelle, o haber
tomado una de las calles secundarias del distrito comercial de Mifune.”
“Quieres que bloqueé su ruta de escape, ¿cierto?”
Dudé un momento. La razón por la que llamé a Dazai fue porque él era el único al que
podía recurrir con confianza en tan poco tiempo. Sin embargo, fue uno de los cinco
ejecutivos, lo que lo convirtió en el segundo lugar después del jefe en términos de la
jerarquía de la Mafia. En circunstancias normales, habría tenido que enviar a alguien
para pedirle permiso incluso para reunirme con Dazai, luego esperar al menos un mes
antes de obtener una respuesta. Llamar a alguien como él y dar órdenes es como
pedirle al presidente que pasee a su perro.
“Dazai, tengo un Oráculo de Plata. Si no te importa…”
“Calma. No necesitas eso pedirme ayuda. Estás en un aprieto, ¿cierto?” Dijo Dazai
alegremente. “Haré que mis hombres bloqueen las carreteras de inmediato. Yo también
me dirigiré. Simplemente no sigas al tipo demasiado lejos, Odasaku.”
Le agradecí y colgué, luego concentré todo lo que tenía en conseguir que mis piernas
se movieran lo más rápido posible.
¿Quién fue el tirador? Los francotiradores son extremadamente cautelosos y pacientes.
La estrategia es su religión. Una vez que deciden la posición óptima para sacar el
objetivo, esperan días sin mover un músculo hasta que el objetivo aparece dentro del
alcance. Un francotirador satisfará su hambre con comidas preparadas, y cuando se les
acaba la comida, simplemente no comen.
El hecho de que hubiera un francotirador en el edificio significaba que sabía que
vendría alguien.
La razón más obvia y lógica sería que Ango mismo era el objetivo. El francotirador
probablemente planeaba dispararle a Ango una vez que volviera a casa sin pensar. Sin
embargo, eso generó la pregunta: ¿Por qué el francotirador cambió su plan e intentó
dispararme? Solo había decidido ir a la habitación de Ango unas horas antes, y eso fue
solo un intento desesperado por encontrar algunas pistas. Además, el francotirador
solo apretó el gatillo después de que encontré la caja fuerte blanca. Si hubiera querido
matarme, me habría disparado en el momento en que entré en la habitación. Tal vez el
francotirador no tenía un objetivo firme; tal vez le hubiera disparado a cualquiera que
entrara allí. O tal vez le habría disparado a cualquiera que encontrara la caja fuerte
blanca.
Solo una cosa estaba clara: Ango aparentemente estaba atrapado en medio de algo
grande. Pensé en su rostro con gafas, su actitud fría y distante mientras corría.
No importa cuán profundamente inhale, parece que no puedo obtener suficiente
oxígeno en mi cuerpo. Justo cuando mi campo de visión comenzó a volverse irregular,
llegué a una de las rutas que predije que el francotirador usaría para escapar. Era un
callejón oscuro y estrecho cubierto de restos de comida que dejaban los cuervos de la
ciudad.
Atravesé dos patios residenciales y salté sobre tres garajes privados para llegar allí. No
habría estado fuera de lugar ver al enemigo en ese mismo momento si no estuvieran
familiarizados con el área. En el momento en que el pensamiento cruzó por mi mente,
un hombre con un cuchillo trató de agarrarme de un espacio entre los edificios. Una
cuchilla prácticamente del tamaño de un cuchillo de carnicero cortó el aire, y giré la
cabeza para esquivar el golpe. La punta de la cuchilla rozó la esquina de mi oreja,
dejando un dolor frío y agudo. Me encontré en un callejón sin salida cuando él se
estrelló contra mí, y metí mi pie en su torso lo más fuerte que pude. Terminé siendo
arrojado al suelo cubierto de basura, pero al menos pude alejarlo.
Miré al asaltante.
Era un hombre de etnia desconocida vestido con ropa gris hecha jirones. A primera
vista, su aspecto sucio lo hizo parecer un vagabundo, pero mi dedo dejó una marca en
la tierra de su rostro. Era como si lo hubiera puesto allí a propósito. El asaltante se
balanceó de un lado a otro mientras volteaba el cuchillo de su mano derecha a su
izquierda. Luego, levantó ambos codos para que su mano derecha le protegiera la
cara. Era una postura que permitía a una persona contrarrestar rápidamente cualquier
golpe a corta distancia con un movimiento mínimo mientras protegía los signos vitales.
La sed de sangre que irradiaba este tipo era como la de un perro de pelea
experimentado.
Podría suponer varias cosas al observarlo: una, que él sabía que estaba con la Mafia, y
que no iba a encogerse ni a crear una abertura para ser atacado; dos, que
probablemente era el francotirador que vi en el reflejo del espejo; y tres, que
probablemente planeó matarme allí sin siquiera darme la oportunidad de preguntarme.
El hombre vino hacia mí con su mano izquierda en alto, agarrando el cuchillo. Si me
golpeara, me abriría la cara, pero si tratara de huir o luchar contra él, ese cuchillo me
haría pedazos. Apoyé mi peso contra la pared detrás de mí y usé el rebote para saltar
en la dirección opuesta y crear cierta distancia entre nosotros. Luego, girando, saqué el
arma de mi funda y casi inmediatamente apreté el gatillo. La bala cayó justo unos
centímetros antes de sus dedos, justo donde estaba a punto de pisar. El hombre se
detuvo. Solo había pasado una fracción de segundo desde el momento en que saqué
mi arma hasta el momento en que disparé. Si él supiera algo sobre cómo pelear,
entonces comprendería que no disparé al azar, sino más bien precisamente donde
quería.
Levantando mi arma, apunté el hocico directamente entre sus ojos, haciéndole saber
que podía apretar el gatillo cuando quisiera. Debería haber tenido tiempo más que
suficiente para darse cuenta de eso, y sin embargo, dio otro paso adelante. Su cuchillo
cortó el aire, y salté hacia atrás, esquivando el corte. Luego disparé otro disparo de
advertencia, y el sonido de la explosión resonó por todo el estrecho callejón. Pero
parecía no haberlo afectado de manera diferente a una brisa fresca; el hombre había
encerrado todo su miedo en una pequeña caja en el rincón de su mente y había tirado
la llave.
Extendió la mano, pero no era a mí a quien estaba apuntando. Rápidamente alejé la
caja fuerte blanca debajo de mi brazo izquierdo, dejando solo aire para agarrar, pero
rápidamente recuperó el equilibrio antes de tirar hacia atrás con su cuchillo.
El hombre iba tras la caja fuerte.
Él fingió huir para atraerme aquí, en cuyo caso podría haber sido mejor tomar la caja
fuerte y salir corriendo tan rápido como mis piernas pudieran llevarme. Ni siquiera
podía imaginar quién era este tipo o el tipo de valor que tenía esta caja fuerte. Para
empeorar las cosas, él era un experto con el cuchillo. Los disparos ni siquiera lo
desconcertaron. Además de eso, yo…
El enemigo empujó hacia adelante con el cuchillo. Disparé a la pared con la esperanza
de que él se estremeciera, pero sabía a dónde apuntaba. No retrocedió, se acercó aún
más. Sentí que había alguien más detrás de mí, así que me lancé hacia adelante y me
tiré al suelo. Los disparos iluminaron el callejón. El ruido metálico de los disparos
resonó cuando las balas—unas que no disparé—pasaron por mi oído.
Mi cuerpo se congeló. Aunque no podía mirar hacia atrás, inmediatamente supe lo que
estaba pasando: había otro enemigo detrás de mí.
Los francotiradores suelen tener personas llamadas vigilantes para respaldarlos. Los
vigilantes y francotiradores siempre trabajan en parejas, y un vigilante ayudará al
francotirador a reajustar su puntería al momento del disparo. A veces también exploran
el área y eliminan a los enemigos cercanos. Debería haberlo visto venir en el momento
en que el francotirador fue al contraataque. Había dos enemigos.
El segundo enemigo disparó su arma; no usaba un rifle de francotirador, sino una
pistola anticuada. Creé una cortina de humo fuera del puño arrojando las bolsas de
basura cercanas a la línea de fuego, luego disparé salvajemente contra la pared en un
intento de usar el rebote en lugar de una barrera. El hombre con el cuchillo se cerró, sin
darme tiempo para comprobar si mi estratagema había funcionado. Nuestras armas
chocaron, creando chispas. La base del protector de gatillo de metal chirrió cuando el
cuchillo la aserró.
Barrí el tobillo de mi oponente, sacándolo fuera de balance, pero él logró extender su
mano para detener su caída. Casi reflexivamente, tiré a un lado la caja fuerte y saqué
mi otra arma. Caminé con mis dos pistolas apuntando en ambas direcciones y coloqué
los bozales casi inconscientemente justo delante de los ojos de los enemigos con un
movimiento rápido. No me perdería esto de cerca. Si apretara el gatillo, perecerían
instantáneamente antes incluso de tener la oportunidad de pensar en algo significativo.
Ni siquiera tendrían un segundo para sentir dolor. Sus cerebros y conciencias
mancharían las paredes del callejón, y sus vidas desaparecerían en el aire como un
truco de magia.
No disparé. Simplemente me salí del camino para crear un poco de distancia,
manteniendo a ambos oponentes a la vista con ambas armas desenfundadas.
“¡Odasaku, agáchate!”
Así era cuando escuché la voz de Dazai.
Ya sabía que iba a llegar, por eso me tiré al suelo bocabajo. Apenas un momento
después, una explosión seguida de un destello de luz iluminó el estrecho callejón.
Agradecí a mi habilidad por alertarme sobre lo que iba a suceder; me tumbé en el
suelo, tapándome los oídos y cerrando los ojos hasta que la luz se desvaneció. Los
enemigos, por otro lado, fueron tomados por sorpresa por la granada de destello y
posteriormente cegados, evitando que esquivaran el próximo ataque.
Un rugido atronador aparentemente de los cielos estalló a través del callejón trasero.
Primero vino un destello de luz, seguido de un estallido explosivo, luego un chirrido que
rompió el metal y el sonido del suelo y las paredes destrozadas. Una lluvia de munición
de 9 mm se extendió sobre mi cabeza. Cuatro hombres con trajes negros corrieron por
el callejón justo delante de mí, cada uno con una metralleta en la cintura. Era la Port
Mafia.
Sin nada para esconderse en el estrecho callejón, ni siquiera los guerreros más
experimentados pudieron escapar del ataque infernal de las ametralladoras. Escuché a
los dos hombres con capas hechas jirones gritar brevemente mientras el fuego los
golpeaba como una violenta ráfaga de viento. Cuando me di vuelta, vi sangre brotando
de sus cuerpos, envolviéndolos como una profunda niebla carmesí. Entonces escuché
un golpe cuando fueron arrojados contra las paredes.
“Eres un verdadero trabajo, Odasaku. Podrías haberlos matado fácilmente en un
instante, si quisieras.”
Dazai caminó ligeramente, como si estuviera a punto de silbar o algo así. El rugido de
las ametralladoras que llenaban un callejón no era diferente del bullicio de un centro
comercial en unas vacaciones para él.
Acepté su mano extendida y me puse de pie antes de inspeccionar el callejón.
“¿Los mataste?” Pregunté, observando a los dos asesinos caídos.
“Sí. Capturarlos e intentar hablar con ellos habría sido una pérdida de tiempo. Quiero
decir, a estos muchachos les encanta el sabor de su veneno interdental.”
No respondí. Se sentía como si hubiera un bulto del tamaño de una roca en mi
estómago. Dazai sonrió levemente y luego dijo: “Lo sé. Eso no es lo que me estabas
preguntando, ¿verdad? Pero, Odasaku, esos hombres eran asesinos profesionales. No
importa que tan bueno seas. Matarlos era la única opción.”
“Lo sé.”
Asentí. Dazai siempre tenía razón, y yo siempre estaba haciendo lo incorrecto.
“Puedo ver que no estás contento… Lo siento por comprometer tus principios.”
Su sonrisa se debilitó mientras hablaba. Dazai generalmente nunca se disculpaba con
nadie, y por eso lo que dijo sonaba real.
“Gracias. Quería decir. Hubiera muerto si no hubieras llegado a salvarme.”
“Sakunosuke Oda, un mafioso peculiar quien cree que matar no es la respuesta.” Dazai
negó con la cabeza en exasperación. “La Mafia te trata como un chico de los recados
gracias a tus creencias, Odasaku, a pesar de tus considerables habilidades…”
Sacudí mi cabeza en silencio.
“He escuchado esa queja cientos de veces que estoy comenzando a despreciarme.
Más importante que esos asaltantes…” Continué mientras señalaba a los asaltantes
caídos con la mirada.
“¿Dijiste que dispararon mientras estabas en la habitación de Ango?”
Dazai escuchó atentamente mientras explicaba brevemente lo que había sucedido en
el hotel.
“Ya veo. Ese rifle de francotirador probablemente fue robado de nuestra armería.”
Afirmó una vez que terminé. “Mira su cintura. Lleva una pistola pasada de moda,
¿verdad?”
Cuando miré a los atacantes, noté que ambos tenían pistolas de modelos antiguos
escondidas debajo de sus ropas irregulares: pistolas grises con cañones estrechos.
“Estas son pistolas europeas bastante viejas. Dada su baja precisión y velocidad de
disparo, no son ideales para callejones estrechos como este.”
Quitó el arma de uno de los cuerpos y la miró con gran interés.
“Esta pistola es probablemente más como un emblema para estos hombres… algo que
indica quienes son ellos.”
Dazai parecía estar mucho más informado sobre los atacantes que yo.
“¿Entonces quiénes son?” Pregunté.
“Mimic.”
“¿Mimic…?”
Nunca había escuchado de una organización con ese nombre antes.
“Todavía no sé mucho sobre ellos, pero aparentemente son una organización criminal
europea. Todo lo que puedo decir en este momento es que vinieron a Japón por alguna
razón y que están en conflicto con la Port Mafia.”
Las rivalidades entre la Port Mafia y otras organizaciones criminales no eran
infrecuentes. Incluso en Yokohama y sus alrededores, había grupos que competían con
la Mafia por el territorio. Fuera del alcance de los ojos vigilantes del gobierno, el
asentamiento de Yokohama estaba habitado por innumerables forajidos que luchaban
por el territorio. El dinero sucio llegó a este paraíso fiscal de todo el mundo para ser
limpiado, ayudando a prosperar el crimen corporativo y las empresas mercenarias. No
sería extraño que una organización criminal del extranjero viniera para obtener
ganancias fáciles. Pero, ¿cuántos sindicatos criminales en el mundo tenían un
francotirador profesional con un observador?
Dazai parecía haber descubierto lo que estaba pensando por la mirada burlona en mi
rostro.
“En cualquier caso, estoy investigando los detalles.” Dijo encogiéndose de hombros.
“Pero quizás descubramos algo por el hecho de que tenían un francotirador dirigido a la
habitación de Ango.”
“Querían recuperar esta caja fuerte.” Dije mientras sostenía el artículo en cuestión. “Lo
encontré en la habitación de Ango, pero no puedo abrirlo sin la llave. Podríamos
aprender algo si pudiéramos abrirlo…”
“¿Eso es todo?” Dazai dio una sonrisa decepcionada. “Pedazo de pastel. Aquí, déjame
verlo.”
Le entregué la caja fuerte, que sacudió de inmediato, escuchando el sonido que hacía.
Luego revolvió la basura en el suelo hasta que encontró un alfiler de seguridad.
Después de doblar ligeramente la punta con el dedo, la metió en el ojo de la cerradura
y la movió. No pasó ni un segundo antes de escuchar el engranaje dentro del clic
seguro.
“Bien, está abierto.”
Este hombre tenía un don.
“Ahora, vamos a ver que hay adentro.”
Dazai abrió la tapa y echó un vistazo. También pude verlo desde donde estaba parado.

¿Qué significaba esto?
Encontré esta caja fuerte en la habitación de Ango. El taburete de madera, el hecho de
que estaba oculto en la ventilación, creo que es justo decir que Ango lo sabía. Si fuera
honesto conmigo mismo, habría dicho que el contenido probablemente pertenecía a
Ango.
En el fondo, había imaginado que cualquier cosa que estuviera en la caja fuerte era
algo valioso. Pensé que era algo que Ango había puesto en sus manos, y los atacantes
en gris habían tratado de matarme para robarlo.
Pero estaba equivocado.
Dentro de la caja fuerte había una pistola gris anticuada.
“¿Por qué?” La palabra salió de mis labios. “Dazai dijiste que esta arma era como un
emblema para ellos, ¿verdad? Algo que los identifica. Entonces, ¿cuál es el significado
de esto?”
Dazai no respondió de inmediato. Simplemente entrecerró los ojos y miró en silencio al
espacio.
“Todavía es demasiado pronto para llegar a una conclusión.” Dazai eligió sus palabras
con cuidado. “Ango podría haberles robado esta arma. O incluso podrían haberlo
plantado en su habitación para incriminarlo. Esto podría ni siquiera ser un arma, sino
una señal. Eso…”
“Lo entiendo. Tienes toda la razón.” Le dije interrumpiéndolo. “Todavía no hay
suficiente información para pasar. Voy a mirar dentro del arma. Gracias de nuevo por
venir hasta aquí.”
“Odasaku…”
Dazai comenzó a decir algo, pero lo interrumpí nuevamente.
“Realmente aprecio tu ayuda, pero debería investigar un poco más las cosas. Me
pondré en contacto contigo si descubro algo.”
Dazai me miró en silencio, su mirada teñida de descontento. Miré hacia otro lado. Una
sensación sombría me invadió, como si estuviera sumergido hasta la cabeza en un
líquido espeso negro azabache que me ahogaría si me involucrara demasiado en este
caso.
“Entonces déjame decirte algo que noté.” Dazai dijo, endureciendo su expresión. “Ayer,
cuando estábamos bebiendo en el bar. Ango dijo que regresaba de un viaje de
negocios, ¿verdad?”
“Sí.”
Creo que dijo que volvería de un negocio en Tokio, donde compró un reloj antiguo de
contrabando.
“Eso fue probablemente una mentira.”
… ¿Qué?
“Viste su bolso, ¿verdad? Comenzando desde arriba, tenía cigarrillos, un mini paraguas
y ese reloj antiguo que había traído. El paraguas estaba mojado porque lo había usado,
por eso estaba envuelto en tela. Y su viaje de negocios había sido a Tokio, donde
había estado lloviendo.”
“Entonces, ¿cuál es el problema?” Pregunté. “Llovió, así que el paraguas estaba
mojado. Me parece lógico.”
“Si Ango estuviera diciendo la verdad, entonces no habría usado ese paraguas.” Dazai
entrecerró los ojos mientras hablaba.
No podía sentir ningún tipo de emoción en su expresión.
“Ango supuestamente condujo al sitio del acuerdo, entonces, ¿cuándo usó ese
paraguas? No fue antes de la negociación, ya que el paraguas estaba encima del reloj
envuelto. Y tampoco fue después del hecho.”
“¿Qué dices?”
“Dado lo mojado que estaba su paraguas, no lo usó por solo dos o tres minutos. Debió
haber estado bajo la lluvia durante media hora y, sin embargo, sus zapatos y el
dobladillo de sus pantalones estaban secos. La negociación fue a las ocho en punto, y
lo vimos a las once. Si hubiera usado su paraguas después de terminar el trato, su ropa
no se habría secado solo en esas tres horas.”
“Tal vez trajo algo para cambiarse.”
“No tenía ropa ni zapatos de repuesto en su bolso, y ni siquiera tenía suficiente espacio
para algo como eso.”
Tal vez simplemente se fue a su casa, se cambió y dejó su ropa mojada allí, pero justo
cuando estaba a punto de decirlo, me contuve. Si Ango hubiera hecho eso, habría
dejado el costoso reloj en casa antes de ir al bar.
“No usó el paraguas antes de la transacción o después. Y tampoco lo usó durante la
negociación. El reloj estaba envuelto en papel y ni siquiera estaba mojado. Además, la
humedad es básicamente veneno para los relojes antiguos. Tenían que haber hecho
negocios en interiores.”
Reflexioné sobre lo que dijo Dazai. Él estaba en lo correcto. Lo que nos dijo Ango no
explicaba por qué el paraguas estaba tan mojado.
“¿Así que cuál es la verdad entonces?”
“Supongo que no compró el reloj en Tokio; fue suyo todo el tiempo. La razón por la que
estaba metido en el fondo de su bolso fue porque lo guardó allí antes de irse a trabajar.
Pero en lugar de ir al sitio de negociación, se reunió con alguien bajo la lluvia y habló
durante treinta minutos antes de perder algo de tiempo y regresar.”
“¿Por qué piensas que se vio con alguien?”
“Espías como Ango frecuentemente eligen calles lluviosas para sus reuniones secretas.
Si habla con su paraguas abierto, nadie podrá ver su rostro, por lo que no tendrá que
preocuparse por las cámaras de vigilancia o por las personas que lo noten. Incluso si
alguien estuviera escuchando a escondidas o escuchándolo, el sonido de la lluvia
ahogaría cualquier voz. Es mucho más adecuado para conversaciones confidenciales
en comparación con el interior de un automóvil o una habitación.”
Ya sabía lo que Dazai estaba tratando de decir y cuáles eran sus intenciones, y sin
embargo, no tuve más remedio que examinar cada una de sus palabras para encontrar
algún tipo de lado positivo.
“Tal vez Ango realmente estaba mintiendo, pero es un informante que se ocupa de la
información secreta sobre la Mafia. Es natural que tenga una reunión secreta o dos. No
puedes culparlo por eso.”
“Entonces podría habernos dicho que no podía hablar de eso. Si él hiciera eso, ninguno
de nosotros habría mencionado su trabajo, ¿no crees?”
“…”
Estaba en lo cierto.
“Pero Ango mintió sobre el trato. Incluso hizo todo lo posible para mostrarnos el reloj
antiguo para poder tener una coartada. ¿Por qué iría tan lejos para ocultarnos que se
había encontrado con alguien en secreto?”
… ¿Tal vez porque predijo que las cosas saldrían así?
Eso era lo que decía la fría y distante mirada de Dazai.
… ¿A qué hora terminó el trato?
De repente recordé la pregunta aparentemente aleatoria de Dazai cuando vio el
envoltorio de papel. Ahora que lo pensaba, fue capaz de deducir todo esto con una
simple mirada. Incluso le había hecho esa pregunta a Ango solo para asegurarse.
… Ango. Mimic. Ataque sorpresa.
Algo misterioso estaba saliendo lentamente a la luz.
“Ten cuidado, Odasaku. Tu taza está a punto de desbordarse.” Dijo Dazai. “Si solo se
arroja una cosa más allí, toda el agua saldrá por la parte superior, y no podrás manejar
la situación solo. De todos modos, nos encargaremos de las cosas aquí. Trata con
Ango.”
“Gracias.”
Después de intercambiar miradas, comencé a caminar por el callejón hacia las calles
secundarias. Fue entonces cuando me di cuenta…
… uno de los atacantes estaba de pie.
“¡Dazai!”
El atacante alzó su pistola prácticamente en el momento en que grité.
“No te muevas.” Amenazó en un susurro.
El enemigo estaba demasiado cerca de Dazai para que yo o uno de los subordinados
de Dazai pudiera disparar. Además, tenía su arma apuntando a Dazai. Su mano
derecha agarró el arma mientras su brazo izquierdo colgaba a su lado como si no
pudiera moverla. Aparentemente sin fuerzas para mantenerse solo, el enemigo apoyó
la mitad de su peso contra la pared.
Incluso entonces, Dazai todavía estaba dentro de su alcance de fuego. No podíamos
permitirnos cometer ningún error.
“Oh Dios mío.” Dazai miró la pistola como si fuera algo único e interesante. “¿Puedes
mantenerte de pie después de unos cuántos disparos? Tu fortaleza mental es
extraordinaria.”
Uno de los atacantes estaba completamente inconsciente, mientras que el otro estaba
usando su última fuerza para levantarse y poder llevar a Dazai con él a la tumba.
“Dazai, aléjate. Me encargaré de esto.”
Estiré los dedos para agarrar mi arma. Si el enemigo tenía incluso un segundo para
actuar, iba a disparar. Como ya estaba apuntando con su pistola anticuada a Dazai,
incluso si le disparaba directamente en el corazón, el impacto podría hacer que
apretara el gatillo. El tiempo lo era todo. No soy un jugador de apuestas, pero no tenía
otra opción.
“Tu organización es Mimic, ¿cierto?” Dazai le preguntó al hombre, pero él no respondió.
Ni parpadeó. “No estoy esperando una respuesta. Los admiro chicos. Ninguna otra
organización intentó enfrentarse a la Mafia como hasta ahora. Y nadie ha logrado
apuntarme con su arma así con la intención de matar, tampoco.”
Dazai se enfrentó al atacante, luego comenzó a caminar hacia él como si estuviera
dando un paseo por su jardín.
“Dazai, detente.” Rogué en voz baja.
“Espero puedas ver la emoción en mis ojos, también.” Dazai continuó hablando con el
enemigo quien aún mantenía su puntería. “Si solo aprietas ligeramente tu dedo, puedes
darme precisamente lo que más anhelo. Lo único que temo es que falles.”
Sus labios se curvaron cuando se acercó al hombre. El hocico estaba ahora a menos
de diez pies de distancia.
“Necesitas disparar al corazón o a la cabeza. Recomiendo la cabeza. Solo tienes una
oportunidad, piénsalo. Mis colegas aquí no son lo suficientemente amables para darte
otra.” Dazai golpeó el centro de su frente sobre sus cejas varias veces. “Pero sé que
puedes hacerlo. Eres un francotirador, ¿no? Todavía puedo ver la huella del rifle de
francotirador en tu mejilla. No eres el vigilante.”
Había una línea inclinada trazada en la mejilla izquierda del atacante, del tipo que se
obtiene al mirar a través de un telescopio durante horas y horas. Los observadores solo
usaron binoculares; no tendrían una marca como esa.
Los dedos del enemigo temblaron mientras apuntaba el arma. Tal como dijo Dazai, solo
tenía un disparo. No podía disparar a menos que estuviera seguro de poder golpearlo.
Dazai continuó acercándose al hombre, dándole la bienvenida para apretar el gatillo.
“Ahora dispara. Aquí. No puedes fallar desde esta distancia.” Dazai sonrió de oreja a
oreja. “Te matarán si disparas o no, así que entierra al ejecutivo enemigo antes de irte.”
“¡Dazai!” Grité. Me sentí como si estuviéramos a miles de kilómetros de distancia.
“Por favor, llévame contigo. Despiértame de este mundo oxidante de ensueño. Vamos,
ahora. Dispara.”
Todavía apuntando a su frente, Dazai se acercó al enemigo con una sonrisa que
incluso podría describirse como pacífica.
El atacante se mordió el labio y apretó el dedo alrededor del gatillo.
… ¡Está en su punto de quiebre!

El francotirador y yo disparamos casi simultáneamente.


Dos ráfagas de luz inundaron el callejón.
Con un disparo en el brazo, el hombre se dio la vuelta.
Dazai se inclinó violentamente hacia atrás después de recibir un disparo a quemarropa.
Una fracción de segundo como un relámpago de luz.
Un instante sin fin.
El tiempo comenzó a correr de nuevo.
Inmediatamente, los hombres de Dazai arrojaron balas al enemigo mientras él giraba
por el impacto de mi disparo. Como un trapo golpeado por una cascada, el hombre fue
arrojado hacia atrás, esparciendo carne y sangre hasta que pereció.
Inclinándose, Dazai retrocedió dos, tres pasos antes de parar.
“… Qué lamentable.” Lamentó, todavía inclinado. “Luce que tampoco logré morir esta
vez.”
Dazai levantó la cabeza. La piel del costado de su cabeza, ligeramente por encima de
su oreja derecha, estaba abierta y sangraba.
La bala había fallado.
Miré a Dazai. Había algo invisible al ojo humado. Podrías llamarlo demonios de la
mente—algo que nunca podría ser visto—solo algo obligado a destruirlo todo.
“Perdón por asustarte así.” Notó mi mirada, Dazai se rascó el costado de la cabeza y
sonrió. “¿Una buena actuación, cierto? Sabía desde el inicio que fallaría. La marca del
rifle de francotirador estaba en su mejilla izquierda, eso significa que era el lado que
solía usar para disparar. En otras palabras, es zurdo, pero estaba sosteniendo la
pistola con su mano derecho. Así que sí disparaba con su mano no dominante, apenas
podría pararse sobre esas piernas tambaleantes, y para empeorar las cosas, estaba
usando esa pistola antigua. La única forma en que me habría golpeado sería
presionando el hocico contra mi cuerpo.”
No dije nada. Solo miré a Dazai mientras él explicaba con una sonrisa.
“Todo lo que tenía que hacer era hablar con él para ganar algo de tiempo hasta que su
brazo se cansara. Si me acercaba un poco más a él, no podría disparar de inmediato.
El resto estaba en tus manos, Odasaku. Sabía qué harías algo. Bastante lógico,
¿verdad?”
“Sí.”
Eso fue todo lo que dije. No tenía otra cosa más que añadir. Sí nuestros rangos o
relaciones hubieran sido diferentes, probablemente lo habría golpeado en este
momento. Sin embargo, soy yo, y no había nado que pudiera hacerle.
Después de regresar mi pistola a su funda, le di la espalda a Dazai y comencé a
alejarme. Con cada paso que daba, sentía como si el piso hubiera colapsado, creando
un agujero sin fondo en el que podría caer por una eternidad.
La expresión de Dazai mientras colocaba un dedo en su frente y se acercaba al
enemigo—la de un niño a punto de estallar en lágrimas—permaneció grabada en mis
ojos.
CAPÍTULO 2
La lluvia vino y se fue después de eso. Dazai se apresuró tratando de obtener
información de Mimic, mientras yo vagaba por la ciudad en busca de pistas. Sentí como
si algo importante se saliera de mis manos con cada momento que pasaba, pero no
podía ver qué cosa era. Lo más importante fue, se volvía menos visible para mí…
especialmente cuando lo perdía.
Pasé un poco más de tiempo investigando. ¿Por qué Ango desapareció? No había ni
una sola duda que estaba conectado con Mimic, pero esa conexión seguía siendo un
misterio. Todavía no había podido entender porque mintió acerca de la compra del
reloj. Como un zombie pálido vagando solo a través de un brillante cementerio
inmaculado, continuó rumbo a Yokohama en busca de una esperanza inexistente.
Solo había llegado a una conclusión, pero no le había dicho nada. No me sentí bien.
Estaba seguro que Dazai llegó a la misma conclusión por si mismo, pero
probablemente no se lo ha dicho a nadie, quizá.
Desapareciendo al mismo tiempo que la llegada de Mimic, mintiendo sobre un viaje de
negocios para crear una coartada, la pistola en la caja fuerte y el francotirador de Mimic
que desesperadamente intento llevársela… Ango Sakaguchi era un espía de Mimic.
Todo tendría sentido, entonces.
Mimic compró a Ango para obtener información de la Mafia.
Negué con mi cabeza. No había manera que fuera así. Si ese era el caso, entonces
eso significa que Ango fue un espía lo suficientemente capacitado para haber
engañado incluso a personas como Dazai y el jefe. Avergonzaría a un agente del
gobierno. ¿Qué ganaría Mimic enviando a un hábil espía para infiltrarse a la Mafia?
“Luces sombrío, Odasaku. ¿Qué ocurre? ¿Estreñido?” El propietario del restaurante me
llamó.
“Solo estoy pensando. Evitaría comer comida picante como el curry si estuviera
realmente estreñido.”
De hecho, estaba comiendo curry sobre arroz en un restaurante.
“Oh… Sí. Tal vez estás en lo cierto. Oye, Odasaku, ¿no te enojas cuando la gente
pregunta esas cosas cuando comes curry?”
“No lo sé.” Respondí. “¿Debería?”
“Uh… No sé.”
“¿En serio?” Respondí con una expresión seria.
“Simplemente no te esfuerces demasiado, Odasaku.”
Conocía al dueño del restaurante demasiado bien. Estaba en sus cincuentas con un
estómago que sobresalía tanto que probablemente no podía ver sus propios dedos
cuando estaba de pie. Algunos de sus cabellos se habían recogido, y tenía las patas de
gallo por sonreír tanto. Siempre llevaba un delantal amarillo que le quedaba tan bien
que a veces me preguntaba si había nacido en él.
Comía curry aquí tres veces a la semana por puro hábito. Los hábitos son peculiares.
Si no comiera este curry durante unos días, mi boca se secaría de manera extraña y no
podría concentrarme. Había visto más de esto que drogadictos en el inframundo, así
que no podía evitar pensar que así era como se sentían cada vez que estaban en
abstinencia.
“¿Cómo está el curry?”
“Igual que siempre.”
El curry aquí era simple: verduras hervidas hasta obtener una consistencia mantecosa,
tendón de ternera salteado con ajo, un caldo dashi ligero. Luego, los ingredientes se
cocinaron con una compleja mezcla de especias y se vertieron sobre una gran porción
de arroz blanco antes de mezclarlos todos. Agregar un huevo y un poco de salsa, y ya
estaba listo para comer.
Mi hambre se saciaba por completo, me servía una taza de café mientras disfrutaba de
mi propia felicidad. Entonces pregunte: “¿Cómo están los niños?”
“No han cambiado” El dueño respondió mientras secaba un plato con un trapo. “Son
prácticamente una pequeña pandilla. Solo hay cinco de ellos, por lo que están
raspando. Pero si hubiera cinco más, probablemente podrían sostener el Banco de
Japón para la Cooperación Internacional. Están en el segundo piso. Ve a saludar.”
Decidí seguir su sugerencia. El piso sobre el restaurante usualmente solía ser un viejo
espacio de conferencia hasta que se remodelo para uso residencial. Subí las escaleras.
Los muros de concreto estaban pegados con tapiz manchado y tenían varillas de
refuerzo que sobresalían aquí y allá. Cuando llegué arriba, vi dos puertas: una, la
habitación de los niños; y la otra, el almacén. Escogí la primera.
“Hola, ¿Cómo han estado?”
Saludé a los niños, cada uno concentrado intentando pasar el tiempo de varias
maneras: leyendo libros ilustrados, dibujando, lanzando una pelota suave y de puño
contra la pared, y jugando cat’s cradle2. El más joven del grupo, era una niña de cuatro
años de edad, y el mayor, un chico de nueve años. Nadie miró.
“Chicos, ¿no le están causando demasiados problemas a Pops, cierto? Es un exmilitar,
muy duro. Entonces, sí se quejan demasiado, él va a…”
Estaba bromeando con los niños cuando noté algo: Se supone que había cinco de
ellos, pero solo vi cuatro. Sentí algo moverse en la litera a la derecha.
Instantáneamente bajé mis caderas, bajando mi postura. Una figura ágil saltó de las
sombras en la cama: el quinto niño. Agaché la cabeza y lo esquivé.
Sin embargo, era solo el señuelo. La niña, que había estado dibujando, se aferró a mi
pierna derecha cuando me pillaron fuera de balance. Este era su plan desde el

2 Un juego de niños en el que se coloca un lazo de cuerda alrededor y entre los dedos y se forman patrones complejos.
principio. Alcé mi pierna libre para dar un paso adelante en preparación para el ataque
real que estaba por venir, pero no podía moverme; la cuerda que se usaba para la cuna
del gato hasta hace un segundo ahora estaba dibujada en mi campo de movimiento.
Era una trampa. Mi tobillo quedó atrapado en la gruesa y tensa cuerda, y perdí el
equilibrio, lo que me hizo tambalear inútilmente en el aire.
Me agarré a la litera con la mano derecha y evité a caer al suelo, pero los niños
también habían predicho ese resultado. Habían coloreado los pasamanos de la cama
con crayones hasta que quedaron resbaladizos, y mi mano derecha se deslizó. Mis dos
manos golpearon el suelo. Intenté instintivamente volver a levantarme, pero
desafortunadamente para mí, dejé mi espalda momentáneamente a la vista para la
pandilla de niños. No había forma de que dejaran pasar esta oportunidad. Podía sentir
a los niños de siete y ocho años tirando de mí por detrás. Si dejo que me atrapen
ahora, pronto no sería diferente de un prisionero que marcha hacia la guillotina: podría
verlo. Necesitaba enseñarles lo aterradora que era la verdadera Mafia.
Golpeé rápidamente la pelota rodando a mi lado con el dorso de mi mano, rebotando
contra la pared y golpeando a la niña de siete años en la cara. Incapaz de ver más a su
objetivo, aterrizó en el suelo y se cubrió. Luego, liberé mi tobillo, desgarrando la trampa
de cuerdas antes de poner mi peso sobre mi pierna izquierda. Cuando levanté mi
pierna derecha en el aire, el niño se aferró a ella gritando de alegría y cayó al suelo.
Todo lo que quedaba era el niño de ocho años que se lanzaba por detrás, pero él solo
no podría atraparme. Me puse de pie con él colgando de mi espalda.
El niño ágil, el que se había estado escondiendo en la cama, era el líder de la pandilla.
Incluso después de presenciar la desagradable derrota de sus hombres, todavía fue
audazmente al ataque. Como este era su plan todo el tiempo, no podía retroceder, sin
importar cuán obviamente fuera de toda esperanza. Cogí al líder mientras intentaba
cargarme de frente. Hizo un intento admirable de agarrarme las piernas y
desequilibrarme, pero había demasiada diferencia de pes. Agarrándolo por debajo de
los brazos, lo levanté, lo volteé y lo sacudí. Él blanqueó como una cabra con resaca.
“¿Se rinden?” Pregunté.
“¡Nunca!” El gritó.
Sin esperanza de pelear, los otros simplemente observaron para ver cuánto tiempo
más su líder podría mantener su dignidad como comandante en jefe.
“Entonces parece que hay de tortura al estilo de la Mafia.”
Con ambas manos debajo de sus axilas, le hice cosquillas al niño como si no hubiera
un mañana.
“¡Jaa-jaja! ¡J…! ¡Jaja-jeje-jeje!”
Pasaron dos minutos y cuarenta y dos segundos antes de que aceptara mis términos
de rendición.
Hablé con los niños durante algún tiempo después de eso. Aparentemente, a vida en el
restaurante era pasable en su mayor parte, pero estaban bastante disgustados con el
menú de comida rotando cada tres días. Exigieron una mejora rápida, o al menos
permiso para estar en la cocina.
“Pops es bueno, pero…” El chico mayor dijo. “Aún, nos trata a todos como niños, pero
todos somos adultos aquí, ¿sabes? ¿Estamos creciendo tan rápido como un problema
para los adultos o algo así?”
Le dije que probablemente así era.
“¡Te atraparemos la próxima vez!” Proclamaron los niños, a lo que respondí que estaba
ansioso por ello, y sinceramente lo estaba. Después de eso, me retiré del segundo
piso. Cuando regresé al restaurante, escuché la voz de un nuevo cliente… una muy
familiar.
“¡Whoa! ¡Esto está picoso, señor! ¡Realmente picoso! ¿Cuál es tu ingrediente secreto?
¡¿Lava?!”
“Jajaja, ¿lo piensas? Eso es lo que Odasaku siempre tiene. Oye, Odasaku, bienvenido.
¿Cómo están los niños?”
“Estaba cerca, pero sigo invicto” Respondí. “Sin embargo, predijeron en donde me
agarraría, así que colorearon con crayones para hacerme resbalar. Estaba realmente
preocupado por un segundo allí. Dijiste que podrían mantener un banco si hubiera diez
de ellos, pero apuesto a que podrían lograrlo en dos años más con sus números
actuales”
“Tal vez debería reclutarlos…” Dazai sonrió mientras se limpiaba el sudor. “Lo escuché
todo, Odasaku. Rescataste cinco niños, ¿eh? Y no solo eso, son huérfanos del
Conflicto de la Cabeza del Dragón.”
Incluso si intentaba ocultarlo, Dazai habría podido resolverlo con solo medio día de
investigación.
“Sí.” Asentí.
Los niños eran huérfanos. Todos habrían muerto si no los hubiera salvado. Hace dos
años, varios sindicatos, incluida la Port Mafia, estuvieron involucrados en una disputa
subterránea a gran escala conocida como Conflicto de la cabeza del Dragón. Un cierto
usuario de habilidades murió, dejando atrás el dinero sucio de quinientos mil millones
de yenes, lo que condujo un frenesí sangriento y asesino que se extendió por toda la
región de Kanto. Como resultado, la mayoría de las organizaciones armadas ilegales
estuvieron cerca de la extinción.
También participé en la lucha. Fue un baño de sangre que te atacarían una vez cada
diez minutos simplemente caminando por las calles.
El resultado fueron innumerables decenas de cuerpos.
Los niños en el segundo piso eran niños que no tenían a dónde ir después de que
terminó el incidente.
“Un miembro de la Mafia que se niega a matar, talentoso, pero no tiene interés en
avanzar en las filas; un hombre que está criando a cinco huérfanos: Sakunosuke Oda.”
Dazai sonrió. “Eres un tipo extraño. Podrías ser el tipo más extraño de toda la Mafia.”
No mientras tuvieran a Dazai.
Encaré al dueño del restaurante una vez más y saqué un sobre de billetes de mi abrigo.
“Pops, este debería ser dinero suficiente para los niños ahora.”
“¿Estás seguro que esto está bien, Odasaku?” Había un tono de preocupación en su
voz mientras se limpió los dedos en el delantal y aceptó el sobre. “Quiero decir, sé que
la mayoría de tus ganancias terminan aquí… Si está bien, puedo poner algo de mi
dinero.”
“Realmente aprecio que los dejes quedarse en tu espacio, Pops. Eso, más el curry
aquí, es más que suficiente.”
“Odasaku, ¿seriamente comes este curry picante todo el tiempo?”
Dazai preguntó mientras tomaba un sorbo de agua. “Hace tanto calor que mi mandíbula
está a punto de caerse.”
“Dazai, ¿qué estás haciendo aquí de todas maneras?” Pregunté.
“Tengo algo que necesito decirte sobre el caso. Un montón de cosas salieron a la luz
después de la última vez que hablamos, especialmente sobre el enemigo.”
Solo había un caso del que yo sabía.
“Pop, siento por pedir esto, pero, ¿podrías darnos algo de privacidad?”
“Sí, sí. Estaré en la parte de atrás preparando las cosas, así que solo grita si tenemos
un cliente.”
El propietario parecía haber ignorado la situación solo por mi expresión y se quitó el
delantal antes de salir alegremente por la puerta de atrás. Dazai terminó comiendo la
mayor parte de su curry mientras bebía incansablemente de su vaso de agua. Durante
ese momento, entré por mi cuenta a la cocina, hice algo de café y me serví una taza.
“Hombre, eso estaba picoso. ¿Por qué el curry tiene que ser tan picante? ¿Tiene algo
en contra de la humanidad? Más personas comerían esto si fuera menos picante. Esto
es negligencia en la cultura de la comida.”
Pensé por un momento antes de responderle. “Sí más personas comieran eso,
entonces nadie comería nada más, destruyendo completamente la cultura alimentaria
tal como la conocemos.”
“Tiene sentido.” Dazai asintió, aparentemente convencido.
“¿Entonces que era lo que querías decirme?”
“Iré directo al grano. Es un sindicato de delincuencia extranjera.” Empezó a explicar
mientras se servía otro vaso de agua. “Ello únicamente han estado en Japón por un
periodo corto. Ellos solían ser un sindicato de habilidades europeo muy bien conocidos,
pero una organización de usuarios de habilidad en Gran Bretaña conocida como la
Orden de la Torre del Reloj los aisló fuera del continente, y se escurrieron hasta
Japón.”
“¿Son una organización criminal europea?”
Europa era el hogar de usuarios de habilidad de primera clase empleados tanto por el
gobierno como por varias organizaciones criminales, y como resultado, esos usuarios
de habilidad desarrollaron una estructura de poder extremadamente elaborada y
compleja en todo el continente. Por eso se estableció un sistema de vigilancia tan
estricto para evitar que esas personas escapen a otros países.
Cuando le pregunté a Dazai cómo podrían haber llegado hasta aquí, inclinó la cabeza y
respondió: “Sí, un sindicato criminal de usuarios de habilidad no debería poder ingresar
ilegalmente a otro país tan fácilmente. Tiene que haber más de lo que parece. Podrían
tener un colaborador dentro de Japón.”
“¿Pero para que vinieron hasta Japón?”
“Ni idea. La única forma de saberlo es sí les preguntamos. Podemos adivinar, creo.
Ellos escaparon a una tierra extranjera sin un alma en la que confiar. Eso debe sonar
sarcástico, pero ellos están en la ruina. Así que, tal vez, están tratando de hacerlo
grande robando la ruta de contrabando y el césped de la Port Mafia.”
Era posible Había solo una cosa que esos sindicatos criminales querían: dinero, dinero,
y más dinero. Pero había solo una cosa que me molestaba. Empecé a abrir la boca
para expresar mi consternación.
“Espera. Escúchame hasta el final.” Dazai me detuvo como si pudiera leer mi mente.
“Sé lo que quieres decir, Odasaku. Son demasiado hábiles para ser un grupo de
delincuentes de bajo nivel que unieron fuerzas, ¿verdad? Pensé lo mismo. Casi nunca
vez a un francotirador y a un observador operando en tándem por aquí, y mucho
menos tan hábilmente. Esos fueron ex militares. Según la información que recibí, el
líder de su organización es un poderoso usuario de habilidad y soldado al mano de un
grupo experimentado de hombres. Debería recibir información más detallada pronto.
De todos modos, no puedes subestimar a estos tipos. Si atacan sistemáticamente con
tácticas tan precisas, incluso la Port Mafia podría derrumbarse.
“¿Sabe el jefe sobre esto?”
“Se lo dije.” Dazai respondió a regañadientes. “Me nombró comandante de la línea del
frente y me encargó que diseñara una estrategia para Mimic, por lo que
inmediatamente puse algunas trampas: trampas para simples ratones. Tengo la
sensación de que el enemigo podría hacer un movimiento pronto”
Mimic no solo iba a robar algunas armas y tratar de atacarnos, solo para colgar sus
sombreros y volver a casa. Dazai tenía razón. Iban a atacar de nuevo... y eso iba a ser
grande.
“Esto es realmente una pregunta básca, pero…” Dije, después continué. “… ¿no
debería el gobierno tomar medidas enérgicas contra los sindicatos del crimen con
usuarios de habilidad?”
Había más de unas pocas personas en el mundo con poderes inusuales, incluidos
Dazai y yo. El tipo de habilidad difiere según la persona, pero algunas son muy
peligrosas. Por eso el gobierno estableció una agencia especial para vigilar
constantemente a estas personas peligrosas en secreto. Esos agentes del gobierno
también son usuarios hábiles y altamente capaces.
“Te refieres a la División Especial del Ministerio del Interior para Poderes Inusuales,
¿verdad?” Dazai ladeó la cabeza. “Pero mira, son una organización secreta, por lo que
realmente no muestran mucho sus rostros. Además, Port Mafia es un poderoso
sindicato delictivo con usuarios de habilidad también. Apuesto a que nada haría más
feliz a esa división que si la Mafia y Mimic se hubieran eliminado entre ellos.”
Dazai tenía un punto. Si la División Especial para Poderes Inusuales estaba tan
obsesionada con erradicar el crimen que involucraba a los usuarios de habilidad,
entonces tendrían que eliminar primero a la Port Mafia. Ango había escuchado una vez
antes que, aunque la División era una agencia gubernamental con usuarios
experimentados, solo tenían unas pocas élites dentro de sus filas; eso les dificultaría
tomar una organización masiva como Port Mafia de frente y ganar ilesos. Sin duda
tendrían bajas. Aparentemente, la División Especial para Poderes Inusuales estaba
tratando de evitar eso a toda costa, por lo que se limitaron a vigilar a Port Mafia desde
una distancia segura. Por supuesto, tendrían que mejorarse si también hubiera muchas
víctimas civiles.
Solo quedaba una pregunta, aunque difícil de formular.
“¿Qué hay sobre Ango?”
Dazai no respondió de inmediato, sorbiendo su taza de café recién hecho en silencio.
Incluso él necesitaba tiempo para preparar una respuesta.
“Estamos casi completamente seguros de que Ango es quien filtró el código de la
armería.” Murmuró con los ojos bajos en su taza. Luego me miró como si tratara de ver
mi reacción. No dije una palabra.
“Todos en la organización reciben un código de acceso diferente para evitar problemas.
Y…”
“El código que uso Mimic para abrir la armería coincidía con el que fue dado a Ango,
¿cierto?”
Me crucé de brazos. Las piezas faltantes del rompecabezas se unían lentamente. El
patrón que vi, pensé, era uno que desearía no haber hecho.
“Oye, Dazai.” Tomé asiento a su lado. Por una fracción de segundo, sentí como si
estuviera en un sueño. Era como si nada hubiera cambiado, como el otro día cuando
estaba sentado con Ango y Dazai en el bar. “¿Hay alguna posibilidad de que alguien
haya incriminado a Ango y esté moviendo los hilos detrás de escena?”
“No está fuera de discusión. Hay siempre una posibilidad.” Dazai respondió, pero no
parecía creer las palabras que salían de su propia boca. “Si alguien en la Mafia hubiera
coludido con Mimic, entonces sí, es posible. Pero no puedo pensar en una sola
persona que se beneficie de esto.”
Dazai sacudió la cabeza. Me sentí de la misma manera. Todo lo que podíamos hacer
en ese momento era encontrar a Ango lo antes posible y preguntarle. Sin embargo,
nadie sabía si eso nos traería los resultados que esperábamos.
El oficial de inteligencia de la Mafia: Ango Sakaguchi. ¿Por qué traicionó al sindicato?
Durante la batalla de inteligencia en la guerra anterior de los sindicatos, hubo varias
barreras que impidieron a los miembros de las organizaciones enemigas volverse hacia
el lado opuesto: dinero, sexo opuesto, familia, orgullo, un sentido de pertenencia. Por lo
que había escuchado, si se eliminaran todas estas barreras, entonces el enemigo
definitivamente desertaría. Entonces, ¿cuál habría sido la razón de Ango para unirse a
Mimic?
Miré a Dazai en busca de una respuesta. Estaba bajando la cabeza, contemplando en
silencio. Su expresión era…
Dazai estaba…
“… Jajaja.”
… riendo.
“Al principio, pensé que eran el sindicato de delincuentes promedio, pero si son lo
suficientemente buenos como para que Ango se una, eso significa que un poco de
torcedura de brazos no los hará llorar y pedir disculpas. Además, Ango no es agresivo
como enemigo. No camina en el parque. Eso se está volviendo emocionante. Apuesto
a que me van a arrinconar en una esquina, entonces…”
“Dazai.”
Se pausó cuando llamé a su nombre. No tenía nada más que decir; simplemente dije
su nombre.
Nadia sabía lo que Dazai realmente estaba pensando.
Es una regla no escrita en la mafia no meter la nariz donde no pertenece. Uno nunca
debe abrir la puerta al corazón de otro y tratar de juzgarlos por la oscuridad escondida
dentro. Eso fue algo bueno de la mafia.
Pero quizá, solo quizá, ese fue el enfoque equivocado, o al menos, cuando se trataba
del hombre sentado a mi lado. Alguien probablemente debería haberlo atado, abrirle el
pecho y meter una aspiradora dentro. Luego, mientras gritaba y lloraba hasta que
necesitaban golpearlo para callarlo, le chupaban hasta el último trozo y lo estampaban
en el suelo.
Pero en realidad, ese vacío no existía. Los cofres no se abren así, y nadie es capaz de
tales hazañas. Lo que vemos es todo, y todo lo que vemos, lo ignoramos. Todo lo que
podemos hacer es pararnos ante la profunda zanja entre nosotros y los demás y
guardar silencio.
“Bien, debo irme.” Dazai dijo antes de levantarse.
“Dazai.” El volteó cuando lo llamé. Frotándome las manos, miré el plato vacío y la taza
de café, luego continué. “¿Estás pensando así por qué…?”
De la nada, el celular de Dazai comenzó a sonar. Me hizo una ligera reverencia antes
de colocar el teléfono contra su oreja y responder. Pasaron unos momentos mientras
escuchaba a quien estaba al otro lado, pero pronto, sus labios se torcieron en una
sonrisa.
“Está bien.”
Colgó, después me miró una vez más antes de decir:
“Atrapamos un ratón en nuestra trampa.”
No había distinción entre el día y la noche en el asentamiento de Yokohama.
Lo que una vez fue la vivienda de un antiguo ejército de ocupación ahora era un
asentamiento conjunto con fuertes influencias del cónsul extranjero. En el papel, la
policía militar japonesa y la policía del cónsul trabajaron juntas para mantener el orden
público dentro de la población. Sin embargo, los detalles de la ley fueron
increíblemente ambiguos, lo que condujo a innumerables áreas grises. Numerosos
partidos militares, conglomerados financieros y criminales se reunieron aquí de todo el
mundo como polillas a la llama para beneficiarse de estas lagunas.
Incluso el parlamentario no puede incursionar descuidadamente en los asuntos del
asentamiento. Es prácticamente una "Ciudad Demoniaca" extraterritorial, que es una
de las razones por las que Yokohama ganó notoriedad pública por actuar como la base
más grande para criminales con habilidades.
En una esquina de esta ciudad demoníaca había un casino subterráneo dirigido por la
Port Mafia. No era glamoroso ni lujoso, sino más bien simple y ambiguo; básicamente
se mezclaba con el paisaje. Al menos, así fue como apareció. Pero había una razón
para eso. Todos los juegos de azar realizados en el interior eran ilegales.
El casino estaba ubicado debajo de un astillero y tenía una horda de guardias de la
mafia patrullando. Los clientes que visitaron eran financieros de primera clase,
políticos, oficiales militares y similares. El portero que llevaba un abrigo cruzado
acompañó a los clientes. Dentro del casino subterráneo había una lámpara de araña
que iluminaba el papel tapiz de damasco, el piso de mosaico de madera y la alfombra
de pelusa. Varios equipos parecían centinelas reticentes: una máquina de discos
tocando música de jazz de la era de la Prohibición, una mesa de ruleta y una mesa de
blackjack. Con sus bebidas en una mano, la gente derrocha su dinero mientras disfruta
de conversaciones secretas. Un camarero de mediana edad hizo cócteles en silencio
detrás del bar ubicado en la esquina.
Fue entonces cuando lo inesperado sucedió de repente. Soldados envueltos en trapos
grises sin hacer ruido aparecieron por la puerta de atrás y comenzaron a disparar sus
ametralladoras. Los fragmentos de la araña y paredes dispersos en el aire, lloviendo
sobre las cabezas de los clientes. Como un rebaño de ovejas golpeado por un rayo, los
clientes se precipitaron en todas direcciones, pisoteando salvajemente uno sobre el
otro para escapar. Eso era lo primero que buscaban los soldados.
En el calor de la confusión, los crupieres agarraron rápidamente las ametralladoras que
habían escondido, pero antes de que pudieran apuntar, el fuego sorpresivo de los
soldados les atravesó el pecho y los puso de rodillas. Los cinco soldados
inmediatamente atravesaron el piso del casino y se apresuraron a la habitación del
gerente en la parte de atrás. Rápidamente se deshicieron del gerente, luego arrancaron
la alfombra del piso.
Incrustado en el piso había una gran caja fuerte eléctrica. Uno de los soldados sacó un
bloc de notas y marcó los números escritos en el teclado electrónico. Un engranaje en
el fondo de la caja fuerte emitió un fuerte chasquido y la puerta se abrió. Los soldados
echaron un vistazo al interior.
La caja fuerte estaba vacía.
Su asombro era tan claro como el día. Casi instantáneamente, una alerta electrónica
aulló por todo el edificio, y las persianas ignífugas se estrellaron contra el suelo con un
fuerte ruido metálico. Los soldados, conscientes de lo que estaba sucediendo,
dispararon contra las persianas, pero las gruesas pantallas estaban diseñadas para
soportar balas. Después de unos segundos, los rociadores del techo se dispararon,
enviando un líquido sobre los soldados, los crupieres e incluso los clientes que no
podían escapar.
Sin embargo, el líquido no era agua; era una sustancia blanca que se evaporaba casi
de inmediato cuando entraba en contacto con la ropa o el suelo. Los clientes y
empleados, que habían respirado el aire, comenzaron a toser violentamente. Los
soldados rápidamente contuvieron la respiración, pero ya era demasiado tarde.
Uno tras otro, todos en la habitación comenzaron a derrumbarse en el suelo. Casi
nadie fue capaz de hacer nada útil. Simplemente apretaron sus gargantas, se inclinaron
hacia adelante y se desmayaron. La sustancia blanca era solo un tipo de gas
eliminador que afectaba el sistema respiratorio; no era fatal.
Sin embargo, el único soldado que tenía la comprensión más precisa de la situación se
pegó un tiro en la cabeza. Su sangre y materia cerebral rociaron la pared, dejando un
patrón que simbolizaba el último momento de su vida. Los soldados restantes, por otro
lado, carecían de la claridad mental para actuar de improviso. Y al igual que los clientes
del casino, cayeron al suelo.
Solo había una diferencia entre los clientes y los soldados: a estos últimos nunca se le
permitiría el lujo de una muerte pacífica.

Visité una pequeña empresa de contabilidad en la costa. Ango solía trabajar aquí en
sus primeros días antes de convertirse en un agente de inteligencia de alto secreto.
Todos comienzan en la parte inferior del orden jerárquico en algún momento de su
vida.
Una vez que llegué a la oficina, les dije por qué vine. El guardia y el administrador
sonrieron mientras me escoltaban a la parte de atrás. La mafia no es todo acero, armas
y explosivos. Este tipo de personas también son necesarias.
Este lugar fue utilizado como una instalación de contabilidad que lavó el dinero sucio
que la Mafia trajo ilegalmente. Hace tres años, Ango fue cazado por la mafia y trabajó
aquí como asistente.
El guardia y el administrador terminaron llevándome a una habitación sin ventanas
escondida detrás de una pared. Era un espacio oscuro con activos secretos de la
mafia, hojas de contabilidad para el lavado de dinero y otros registros llenos de
estanterías alineadas contra la pared, además de un escritorio en el medio. No había
nada más excepto una bombilla desnuda que colgaba del techo y se tambaleaba
ligeramente.
“Ahí tienes. Ahora, si no te importa, volveré al trabajo.” escuché la voz ronca del
administrador una vez que me llevó a las estanterías.
Afirmó que tenía trabajo que hacer, pero antes eché un vistazo a la habitación de al
lado y vi que su escritorio estaba cubierto de plantas bonsai y un libro sobre shogi,
nada más.
“Muchas gracias.” Expresé mi gratitud. “Pero, de cualquier manera, en este momento
hay un floreciente conflicto en la sede. Por favor, tenga cuidado.”
“Las únicas cosas aquí son documentos antiguos y pilas de valores que no se pueden
cobrar. Atacar este lugar sería una molestia.”
El administrador sonrió. Había sido el tesorero a cargo de las finanzas de la mafia
durante años. Tal vez podía sentir instintivamente dónde caerían las chispas de la
guerra.
“Este es un lugar de trabajo tranquilo.” Después de inspeccionar la habitación, llamé al
administrador cuando se iba. “Tal vez debería pedir ser transferido aquí.”
La piel de su rostro se arrugó cuando sus labios se curvaron en una sonrisa.
“La mayoría de los jóvenes que dicen eso ni siquiera duran tres días antes de dirigirse
a las colinas. Es aburrido aquí.”
Después de agradecerle al administrador por su tiempo, me enfrenté a las estanterías
abiertas una vez más. Los registros de Ango estaban aquí. Los contadores siempre
han sido el epítome de la meticulosidad en sí misma, pero las personas que
administran las cuentas debajo de la mesa de la Mafia deben ser capaces de escribir
en detalle todo lo que sucede durante el curso de los negocios. De esa manera, incluso
si los matan, el sucesor puede hacerse cargo de ellos sin demora. Hojeé los registros
de negocios del contador anterior. Aparentemente estaba bien organizado, incluso más
que un contador promedio, pero solo un mes de registros solo era como leer una
novela completa, básicamente un largo poema lírico sobre la parte más vulnerable de
la sociedad.
Me senté detrás del escritorio en medio de la habitación oculta y hojeé los documentos.
Según los registros, Ango solía ser una especie de hacker que compraba y vendía
información. En el pasado, elaboró un esquema en el que trabajaría junto con una
pandilla para robar dinero de una corporación. Fingieron que trabajaban para el banco,
abrieron la caja de seguridad y luego robaron todos los valores para cambiarlos por
efectivo. El plan fue un éxito total, por lo que Ango y su equipo ganaron bastante
dinero. Pero era dinero manchado de sangre. La caja de seguridad y los valores
pertenecían a una de las compañías principales de la Mafia; Ango y sus hombres
básicamente sacaron dinero de los bolsillos de la mafia. Como era de esperar, Ango
fue perseguido por perros después de eso: perros locos armados de negro que
siguieron a su presa durante la noche sin siquiera un aullido o incluso un solo sonido.
Agotada mentalmente y alimentada con información errónea, la pandilla comenzó a
sospechar el uno del otro, lo que provocó un tiroteo y su rápida desaparición. Ango, por
otro lado, continuó corriendo. Pudo averiguar de antemano dónde estaría la unidad de
rastreo de la Mafia, permitiéndole simplemente escapar de su alcance en todo
Yokohama. Pasaron no menos de seis meses.
Durante esos seis meses, Ango logró burlar a la unidad de rastreo de la Mafia que
conocía a Yokohama como la palma de su mano, algo que incluso podría avergonzar a
un espía del gobierno. Probablemente estaba usando de alguna manera la red de
inteligencia de la Mafia en secreto y filtrando información errónea para confundir a sus
enemigos.
Pero hay un final del camino para todos. Nadie puede evadir la oscuridad de la noche
para siempre. Ango debe haber estado preparado para morir cuando fue capturado en
el acueducto subterráneo del barrio bajo. En cambio, fue llevado ante el jefe, que no
estaba dispuesto a deshacerse de alguien con habilidades de manipulación de
información tan sobresalientes.
Ese fue el comienzo de la segunda vida de Ango.
… Ese fue el primer paso dramático del ascenso del hombre en el inframundo. Por lo
que puedo ver en estos archivos, ni siquiera hay una sombra de Mimic en su fondo.
... Lo que significaba que Mimic y Ango no tuvieron ningún contacto hasta después de
esto.
Hojeé los archivos un poco más hasta que encontré una cuenta que me llamó la
atención. Hace dos años, Ango fue a Europa por negocios después de haber estado en
la Mafia durante un año y ganar su confianza. Su objetivo era cerrar un trato con un
corredor local de automóviles robados. Sin embargo, Ango dejó de comunicarse
durante esos dos meses por razones desconocidas. No parecía diferente una vez que
regresó, y explicó que algún tipo de malentendido con una organización local lo había
llevado a ser perseguido como criminal. Y su historia también se verificó. Después de
investigarlo, descubrí que en realidad hubo un arresto masivo en Europa de
organizaciones que contrabandearon vehículos robados. La Port Mafia llegó a la
conclusión de que Ango debió haberse quedado atrapado en eso, por lo que no se le
hicieron más preguntas.
Pero en retrospectiva, era difícil creer que Ango estuvo huyendo durante dos meses
porque no pudo aclarar un malentendido tan simple. Nadie pudo confirmar lo que hizo
Ango durante ese período en Europa. Con lo que aprendí, solo podía suponer que
utilizó este tiempo para reunirse con Mimic y llegar a algún tipo de trato, en otras
palabras, como un agente doble. Eso habría significado que Mimic ya había estado
sentando las bases para atacar a la Port Mafia desde ese momento.
Cerré los archivos, luego me hundí profundamente en mis pensamientos para meditar.
La sala estaba en completo silencio. Los únicos ruidos que escuché fueron los sonidos
de los autos que pasaban, como una película lejana. Algo estaba mal. Algo sobre este
escenario me molestó. Ango se unió a la Mafia, luego se comunicó en secreto con
Mimic. A partir de ahí, esperó el momento justo para que ambos sindicatos chocaran.
Era demasiado perfecto, como dos computadoras jugando al ajedrez. No había signos
de acciones inesperadas, ni bolas curvas... y eso, por el contrario, me inquietaba.
Inspeccioné la habitación, pensando en cómo trabajaba Ango aquí. Ese día, él había
estado en el mismo lugar que yo en ese mismo momento. Ango había estado sentado
en la silla con los codos sobre el escritorio, su expresión sombría mientras me miraba
en silencio.
Aquí fue donde nos conocimos. Ango era arrogante en aquel entonces. Prácticamente
exudaba disgusto, la expresión aburrida en su rostro ilustraba claramente que no sentía
que pertenecía a un lugar como este. Pensé en la forma en que me había mirado.
¿Qué me dijo cuando nos encontramos por primera vez? Creo que fue…

“¿Podrían por favor no acercarse? Apestas.” Dijo con disgusto y sus codos sobre el
escritorio. Dazai y yo no pudimos incluso decir una palabra mientras estábamos quietos
junto a la puerta. Un silencio incómodo descendió sobre la habitación oculta.
Había oído que este joven era el chico nuevo, Ango Sakaguchi, pero esta era la
primera vez que lo conocía. Dazai y yo intercambiamos miradas. De hecho, olíamos
terriblemente. Después de todo, estábamos regresando de una misión. Debemos haber
apestado a petróleo, óxido y sangre. Mi nariz había dejado de enviar señales a mi
cerebro hace mucho tiempo.
Esto fue en medio del Conflicto Cabeza del Dragón. No hubo una noche en que no se
escucharan disparos, y prácticamente cada gota de aguas residuales había sido
contaminada con sangre. Los cuerpos de los miembros del sindicato clandestino se
apilaron en todos los rincones de la ciudad. Incluso el parlamentario no pudo detenerlo,
no importa pensar en la mano de obra para inspeccionar las escenas del crimen.
Dazai y yo recibimos órdenes de limpiar los cuerpos caídos de los miembros de la Port
Mafia. Fotografiaríamos los cadáveres y luego nos llevaríamos sus pertenencias. No
podríamos permitirnos que la policía tome nada como evidencia en su intento de frenar
el crimen organizado.
Sin embargo, no era un trabajo que pudiera permitirse obsesionarse demasiado en
medio de la guerra. Además, todos los tiroteos tuvieron lugar en el sitio de eliminación
de residuos del asentamiento de Yokohama. Ahí fue donde el lodo y el aceite de
desecho industrial generalmente se arrojaban ilegalmente, y la policía nunca se acercó
a él, y mucho menos a los vecinos residentes.
Y por eso Dazai y yo estábamos cubiertos de aceite y barro. El hedor persistente fue
suficiente para enviar a un gato callejero al otro lado de la ciudad corriendo en la
dirección opuesta.
En un momento durante nuestra misión, Dazai me había dicho con una mueca
incómoda: “Esto huelo tan mal que quiero arrancarme la nariz.”
Al mirarnos, Ango habló sin rodeos. “Pongan sus pertenencias en mi escritorio, luego
retrocedan. No abran la boca a menos que les pregunte algo.”
Hicimos lo que dijo.
“Tu eres el chico nuevo, ¿cierto?” Dazai habló. “Lo siento, pero, ¿puedo usar tu baño?
Como amablemente señalaste, olemos horrible…”
“Te dije que te mantuvieras quieto.”
Ango interrumpió a Dazai, causando que se silenciara con la boca abierta. La otra
mitad de la oración que Ango le había arrebatado colgaba ociosamente en el aire.
Independientemente de lo joven que se haya visto, Dazai fue el principal candidato
para el próximo ejecutivo. Si bien Ango pudo haber sido un nuevo empleado en la firma
de contabilidad, eso no excusó su comportamiento. Sacó los artículos de las bolsas
que le dimos y comenzó a inspeccionarlos uno por uno. Identificaciones, llaves,
teléfonos, cuchillos, pistolas, fotos: revisó cada artículo mientras los registraba en su
libro de cuentas.
No tenía idea de lo que estaba haciendo Ango. Creía totalmente que la evidencia sería
incinerada después de marcarlos con los nombres de los fallecidos. Sin embargo, el
nuevo tipo estaba inspeccionando todos y cada uno de los artículos, registrándolos.
¿Qué estaba haciendo él?
“¿Qué estás haciendo?” Mi curiosidad se apoderó de mí.
“¿Cuántas veces tengo que pedirles que se estén quietos?” Ango regaló mientras su
pluma se movía sobre el papel. “¿No es obvio? Estoy haciendo registros, por
supuesto.”
“Ya veo.” Respondí.
“¡Dinos tu nombre!” Dazai de repente gritó, causando que saltará de sorpresa. Los ojos
de Ango se volvieron hacia Dazai. Luego, después de unos momentos de silencio,
respondió: “Ango… Sakaguchi.”
“Jejejejeje…” Dazai comenzó a reírse, sonriendo de oreja a oreja por alguna razón.
“¿Qué pasa con la risa nauseabunda…?”
“Eres un tipo bastante interesante, Ango. Hacer eso no hará feliz al jefe. De hecho, solo
costará más dinero y creará trabajo extra, no te ayudará a ascender en el rango.”
“¿Estás diciendo que sabes lo que estoy haciendo?” Ango preguntó con más que un
toque de sorpresa en su rostro.
“Estás haciendo registros de las vidas que se perdieron. ¿Estoy en lo correcto?” Ango
fue tomado por sorpresa, con los ojos muy abiertos por la sorpresa como si acabara de
darse cuenta de que Dazai estaba allí.
“¿Cuándo echaste un vistazo dentro de mis registros?”
“No lo he hecho. Es demasiado obvio lo que estás haciendo.”
No tenía idea de qué lo hacía tan obvio, pero cosas como esta siempre ocurrían
cuando estaba con Dazai, así que solo observaba en silencio la escena. Dazai caminó
directamente hacia Ango sin tener en cuenta su reacción.
“Cuánto más violenta se vuelve esta guerra, más comienzan a parecer los difuntos
como números. ¿Cuántos murieron ayer? ¿Cuántos murieron hoy? La línea entra las
pérdidas humanas y las de dinero y equipo comienza a desdibujarse. No ha individuo,
ni alma, ni dignidad de muerte. Pero estás luchando contra eso. De todos modos,
¿podrías leernos uno?”
Ango miró a Dazai con irritación por unos momentos, pero finalmente bajó la mirada
hacia los archivos y comenzó a leer.
“Cuatro de los nuestros perecieron ayer durante el ataque cerca del sitio de desechos:
Kurehito Umeki, Shoukichi Saegusa, Miroku Ishige y Kazuma Utagawa... Umeki fue un
ex oficial del ministerio que fue estigmatizado y expulsado de la fuerza por
presuntamente matar a su colega. Se unió a la Mafia poco después y demostró ser un
hábil líder en la batalla. Incluso dirigió este pequeño grupo. Umeki ya había perdido a
sus padres antes de estos eventos. Tiene un hermano muchos años menor, pero no
han estado en contacto. Si realmente mató a su colega es ahora para siempre un
misterio que nunca se resolverá... El siguiente es Saegusa. Sucedió a su padre en la
Mafia y había estado involucrado con la organización desde que era un niño. Tenía una
forma de calmar las situaciones y aparentemente era amado por los dueños de las
tiendas en nuestro territorio. Su sueño era convertirse en ejecutivo... Ahora tenemos a
Ishige. Ella era una ex trabajadora sexual que había estado cuidando a sus padres
enfermos. Tenía una vista pobre pero un excelente sentido del oído, lo que le permitió
escuchar a los enemigos antes de que atacaran. Ishige probablemente jugó un papel
importante en la supervivencia de muchos de nuestros miembros... La víctima final,
Utagawa, fue originalmente un asesino de un sindicato enemigo que se convirtió en un
subsidiario de la mafia cuando casi fueron eliminados. A Utagawa le sobreviven su
esposa e hijos, que no conocen su vida de asesino ni su asociación con la mafia.
Quizás nunca lo sabrán.”
Me imaginaba la vida de los cuatro fallecidos mientras escuchaba a Ango. Si bien no
podía verlos vívidamente, me sentí más cerca de ellos y de su existencia, que ya no
existía.
Ango cerró su libro y luego dijo: “Todos encontraron la paz. Nadie puede quitarles eso.
La información en este libro es evidencia de sus vidas y del legado de personas que
nunca serán registradas como simplemente “cuatro muertes” en un informe. Comencé
a recopilar estos datos entre trabajos, y he creado los mismos registros para las
ochenta y cuatro personas en la Port Mafia que murieron desde que comenzó el
conflicto.”
Me encontré en mudo asombro. Era difícil incluso imaginar cuánto trabajo debía haber
sido.
“¿El jefe sabe de esto: sobre el hecho de que coleccionas y registras datos que no
tienen valor estratégico?” Pregunté.
“Sí, reúno los archivos cada semana y los pongo en las manos del jefe. Al principio
estaba molesto, pero ahora siente que esta es “una fuente valiosa de información para
comprender verdaderamente el estado de toda la organización”. Ha llegado a disfrutar
de leerlos.”
Lo que había comenzado como un proyecto paralelo entre trabajos se convirtió en su
principal responsabilidad, uno que el jefe le entregó directamente. Supongo que eso
explica por qué el jefe le dio órdenes a Dazai, un candidato para el próximo ejecutivo, a
hurgar entre los cadáveres.
“¿No es fascinante, Odasaku?” Dazai palmeó descaradamente a Ango en la espalda.
“Realmente no hay nadie en la Mafia como este, una verdadera pérdida de talento.”
“Te dije que te mantuvieras lejos. Me harás empezar a oler.” Ango hizo una mueca.
“¿No estás de acuerdo, Odasaku? ¿No solo quieres leer estos registros?”
Asentí, luego respondí: “Di tu precio. Te los compraré.”
“¡No están a la venta! ¡¿Por qué me molestas de todos modos?! ¡Estoy ocupado, ya
saben! ¡Y huelen a tsukidani3 podrido!”
“Vamos, ¿qué es un pequeño pez podrido a fuego lento entre nosotros? Además, va
muy bien con el sake.”
“¿En serio? No tenía idea.”
“No, ¡no lo son! ¡¿Cómo puedes mentir sobre eso tan descaradamente?!”
“P-Pero… realmente lo es… sabe bien… ¿sabías?”
“¡No quise decir que debías ser más tímido al respecto!”
“Realmente podría ir a tomar una copa ahora.”
“¡Buena idea! Vamos al lugar de siempre. Podemos incluso llevar a este contador
aprendiz con nosotros mientras estamos en eso. ¿Cómo suena eso?”
“Perfecto.”
“Dije que estoy trabajando, así que…”
“Odasaku, solo hay una manera de salvar a este hombre de su ocupación. Todo lo que
tenemos que hacer es abrazarlo fuerte desde cada lado, envolviéndolo con barro,
aceite y nuestro olor pútrido. De esa manera, ¡físicamente ya no podrá trabajar más
hoy!”
“Buen punto.”
“¡¿Q-Qué?! ¡¿Me están amenazando?!”

3 Tipo de comida japonesa que está hecha a base de pescado, carne o vegetales, cortado en pequeñas porciones y fritos en salsa
de soja y mirin. Es el acompañamiento del arroz y no se come solo, ya que el fuerte sabor a soja contrasta bien con el arroz hervido
típico de la gastronomía japonesa.
“Chico nuevo, la Mafia no amenaza. Nosotros asustamos. Oh, Odasaku, toma su lado
derecho, ¿quieres?”
“Por supuesto.”
“¡E-Esperen! ¡Este es mi mejor traje! ¡P-Paren! ¡Harán que me eno…! ¡Ahhh!”

Todos nos reunimos en el bar después de eso y nos conocimos. No había jefes ni
subordinados presentes; los tres básicamente actuamos como iguales. Bebimos y
hablamos. Eso es. Hablamos de la ciudad, del licor, de las personas que hemos
conocido. No era como si estuviéramos discutiendo apasionadamente algún tema
especial que quisiéramos compartir, pero, aun así, no nos quedamos sin cosas para
conversar. Éramos como soldados que por casualidad se habían topado en el campo
de batalla del desierto, reunidos alrededor de una fogata juntos, intercambiando
tranquilamente algo u otro y bebiendo, solo compartiendo un momento del tiempo del
otro.
En el mundo en el que vivimos, encontrar este tipo de relaciones es raro, es como
encontrarse con un palacio dorado en medio de un bosque denso. Si esta relación se
rompiera, no habría una segunda oportunidad para construir algo como esto con nadie
más de nuevo.
Pero entonces…
La pistola antigua. El código de la caja fuerte.
Nuestra relación comenzaba a desmoronarse visiblemente a un ritmo alarmante.

Dazai bajó unas escaleras que conducían a un sótano oscuro. Una niebla blanca se
filtró silenciosamente a través de las grietas en el muro de piedra, haciendo que la
cámara se volviera borrosa como si estuviera bajo el agua. Las paredes estaban
húmedas y negras, brillaban tenuemente después de absorber innumerables gritos y
desesperación.
Esta era la prisión subterránea de la mafia. Muchos entraron vivos, pero muy pocos se
fueron de esa manera. Decenas de personas fueron llevadas aquí por varias razones,
entre ellas la gran cantidad de instrumentos de tortura disponibles, la extrema dificultad
involucrada en el rescate de prisioneros y el simple hecho de que era un poco más fácil
limpiar cualquier desorden y sangre en el sótano.
Dazai caminó por la prisión en silencio mientras se dirigía hacia la celda de los
prisioneros especiales. No era más que una habitación individual de unos treinta y seis
metros cuadrados. La única entrada y salida era una puerta de hierro corta; ni siquiera
había una ventana para dejar entrar la luz. Grilletes y cadenas como las de una cárcel
medieval colgaban de la pared.
Había tres cadáveres en el medio de la celda, todos relativamente frescos. Su sangre
se extendió lentamente por el suelo, como si luchara infructuosamente por escapar de
la cámara sombría. Los que murieron aquí fueron soldados Mimic. Habían perdido el
conocimiento después de inhalar gas noqueador en el casino, y la mafia los había
llevado allí para ser torturados.
“Dime que ocurrió.” Dijo Dazai.
Cuatro miembros de la mafia también estaban en la celda, tres de los cuales eran
subordinados de Dazai que habían ayudado a luchar contra el francotirador en el
callejón. El cuarto era un chico bajo y delgado vestido con un abrigo negro.
“Usamos gas para dormir para noquear a la vanguardia de Mimic cuando atacaron
nuestro casino, y luego los trajimos aquí.” Respondió un subordinado adecuado,
levantando sus gafas de sol. “Planeamos torturarlos para obtener información sobre
sus lealtades, e incluso eliminamos el veneno escondido en sus molares para que no
pudieran suicidarse.”
“Sí, estoy al tanto. Este era mi plan, después de todo. Lo que quiero saber es lo que
sucedió después.”
“Uno de los soldados se despertó más rápido de lo que esperábamos...” El que llevaba
gafas de sol comenzó a tropezar con sus palabras. “Antes de que pudiéramos
encadenarlo... agarró una de nuestras armas y mató a sus hombres... solo para
asegurarse de que no hablaran. Luego nos atacó y…”
“Lo ejecuté.” El joven del abrigo negro terminó la frase del mafioso. Dazai miró al chico,
cuyos grandes le devolvieron la mirada. “¿Hay algún problema?”
“Ya veo… No, no hay problema.” Mirando directamente a los ojos del niño, Dazai
continuó. “Derrotaste a un enemigo inflexible y formidable y protegiste a tus aliados,
Akutagawa. Buen trabajo.”
Dazai comenzó a caminar hacia el chico del abrigo negro, al que había llamado
Akutagawa. “Solo tu habilidad puede derrotar a un enemigo tan poderoso de un solo
golpe. Impresionante. No esperaría menos de un subordinado mío. Gracias a ti, los tres
enemigos que capturamos están muertos, enemigos a los que puse una trampa y
trabajé muy duro para capturar vivos. Ahora volvemos al punto de partida sin una pista.
Si al menos uno de ellos todavía viviera, podríamos haber obtenido información valiosa:
dónde está su base, qué quieren, cuál es su próximo objetivo, quién es su líder, de
dónde vino este líder, cuál es la habilidad de este líder... Realmente nos hiciste un
favor.”
“¿Información? Voy a cortarlos en pedazos hasta que…”
Dazai golpeó repentinamente a Akutagawa en la cara, impidiéndole terminar su
oración. Akutagawa voló de regreso al suelo, su cabeza rebotando en el piso de piedra
con un ruido sordo.
“Quizás hice que pareciera que quería escuchar excusas. Perdón por el malentendido.”
Dazai dijo mientras se frotaba los nudillos.
“Urgh…”
Akutagawa gimió. Se había golpeado la cabeza con tanta fuerza que ni siquiera podía
tambalearse.
“Dame tu arma.” Dazai ordenó a uno de sus hombres. El subordinado estaba dudando,
pero, no obstante, entregó su arma. Después, Dazai extrajo el cargador de la pistola
automática, sacó todas menos tres de las balas, y entonces colocó el cargador de
vuelta. Inmediatamente apuntó el arma a Akutagawa, quien seguía en el suelo.
“Tengo un amigo quien ayuda a varios huérfanos en su cuidado, verás.” Continuó, su
arma todavía estaba desenfundada y apuntaba al niño. “Akutagawa, estoy seguro que
Odasaku hubiera sido demasiado paciente para darte la orientación que necesitabas si
él hubiera sido el que te hubiera encontrado al borde el hambre en los barrios bajos.
Eso habría sido lo “correcto”. Pero la “justicia” no me es muy amable. Y solo hay una
cosa que la gente como yo hace a subordinados inútiles.”
Dazai apretó sin piedad el gatillo en el momento en que terminó su oración.
Tres disparos. Tres destellos de luz. Tres conchas vacías tintinearon en el suelo.
“…”
El sudor goteaba por la frente de Akutagawa.
“¿Ves? Realmente puedes hacerlo si te lo propones.”
Las balas flotaban inmóviles justo en frente de Akutagawa. Había usado su habilidad
para detenerlos. Sin embargo, a pesar de eso, su expresión indicaba que estaba
luchando.
“Te he dicho esto una y otra vez.” Dijo Dazai, divertido. “Tu habilidad no es solo para
cortar pobres prisioneros. También puedes usarla para defenderte.”
La habilidad de Akutagawa, Rashomon, le permite controlar su abrigo negro como otra
forma de vida, transformándolo en colmillos o cuchillas para atravesar a sus oponentes.
Dazai también había teorizado que su habilidad podría incluso romper el espacio
mismo, bloqueando así las balas entrantes.
“Hasta ahora… No había logrado usarla exitosamente para bloquear.”
La voz de Akutagawa era sin vida, ronca. Había usado la mayor parte de su fuerza
mental para crear una interrupción en el espacio.
“Pero lo estás viendo ahora. Lo hiciste. Estoy muy feliz por ti.”
Akutagawa frunció el ceño. Una mirada de severa tensión se disparó en su rostro, casi
explotando de emoción.
“La próxima vez que falles, te golpearé dos veces y dispararé cinco más. ¿Entendido?”
La voz de Dazai era más fría que el hielo. Akutagawa trató de responderle algo, pero la
mirada severa de Dazai lo presionó en silencio.
“Ahora que he terminado de educar a mi subordinado incompetente, es hora de ir a
trabajar. Veamos los cuerpos. Podríamos encontrar algo.”
Después de dar órdenes a los tres subordinados a su lado, uno habló tímidamente.
“Entonces… ¿Qué quiere que verifiquemos exactamente?”
“¡Todo! ¿No es obvio?” Dazai gritó exasperado. “Necesitamos encontrar algo que nos
pueda llevar a su escondite. Cualquier cosa podría ser una pista: las suelas de sus
zapatos, la basura en el bolsillo, las migas de comida de lo que comieron, los
adhesivos pegados a su ropa, todo. Tsk... Mis lacayos parecen pensar que golpear al
enemigo hasta la muerte es todo lo que hace la Mafia. Odasaku resolverá todo por sí
mismo a este ritmo.”
“Sakunosuke Oda… Sé sobre ese chico.” El subordinado con gafas de sol añadió
vacilante. “Dazai, señor, no pretendo ser grosero, pero... lo vi barrer detrás de la oficina
el otro día. Un hombre de su rango no está calificado para ser su amigo, y mucho
menos luchar con un enemigo como este.”
Dazai miró atónito a su subordinado.
“¿Estás bromeando? ¿Qué Odasaku no está calificado?” Dazai preguntó,
aparentemente sorprendido.
“Sí…”
Los otros hombres asintieron también.
“¡Tontos!”
Los labios de Dazai se curvaron en una mueca de asco genuino. Escuchen, les digo
esto por su propio bien. No hagan enojar a Odasaku, no importa lo que hagas. Si
tuvieran que hacerlo enojar—verdaderamente, profundamente molesto—entonces las
cinco personas en esta habitación estarían muertas antes de que alguien pudiera sacar
sus armas.”
Los subordinados estaban sin palabras. Incluso Akutagawa miró a Dazai con una
expresión tensa en su rostro.
“Cuando habla en serio, Odasaku da más miedo que nadie en toda la Mafia.
Akutagawa, podrías entrenar durante cien años y aún no podrías vencerlo.”
“... Eso es absurdo..." Murmuró Akutagawa, su voz estaba sofocada. "… Eso es
imposible. ¿Estás diciendo que yo...?”
Pero Dazai simplemente lo ignoró.
“Ahora, ¡manos a la obra! Nuestro enemigo puede ser un dolor, pero si no
solucionamos esto pronto, la División Especial para Poderes Inusuales aparecerá para
apagar el fuego, y no queremos eso.”
Con sus manos aún en el piso de piedra, Akutagawa simplemente miró a Dazai.
“…”
Su mirada rencorosa estaba dirigida no solo a Dazai, sino incluso al propio Akutagawa.

Dejé la sala de contabilidad pensando en Ango, el hombre lentamente se estaba


metiendo en el mal en algún lugar de la ciudad. O quizás nosotros, la Mafia, éramos los
malos mientras que Ango y Mimic estaban del lado de la justicia tratando de
derribarnos. Comencé a creer que esta hipótesis en realidad tenía aún más sentido que
las otras. Dazai, el jefe, yo, todos en la Mafia, tal vez todos merecíamos morir cargados
de pecado, soledad y remordimiento. Por lo que sabía, eso podría haber sido prueba
de la justicia de este mundo. Esos pensamientos plagaron mi mente desde el momento
en que salí de la empresa hasta que recibí una llamada de Dazai poco después.
“Hola, Odasaku. Sé que esto es repentino, pero tenemos una pista. Necesito que me
vayas a algún lado ahora mismo.”
Según él, los zapatos de los soldados de Mimic tenían múltiples hojas muertas
pegadas en ellos de cierta hoja ancha perenne que no perdió sus hojas durante ese
período. Toda la planta tendría que marchitarse para que las hojas cayeran, pero las
plantas perennes no morirían tan fácilmente. Por lo tanto, una posibilidad concebible
era que se usara un herbicida para matarlo.
A partir de ahí, los hombres de Dazai buscaron especialistas que habían usado
herbicidas para deshacerse de los árboles en los últimos meses. Como resultado,
encontraron una tienda alrededor de Yokohama que de hecho eliminó el mismo tipo de
hojas anchas. Los trabajadores habían despejado a un grupo de ellos del costado de la
carretera para un proyecto de reajuste de tierras, parte del cual incluía la expansión de
un túnel de tráfico.
El área estaba en las montañas y sin ningún hito real. La única instalación cercana era
una estación de observación meteorológica que había sido abandonada hace más de
una década. Nadie se atrevió a acercarse. Poco a poco se vino abajo,
desvaneciéndose con el tiempo. El edificio era grande, aislado y capaz de almacenar
bienes y recursos. Era el escondite perfecto para un grupo como Mimic, solo en un país
extranjero sin nadie a quien recurrir.
La noche no estaba lejos. Conduje por la carretera hacia mi destino mientras violetas y
cerezas se peleaban en el cielo sobre el horizonte. En algún lugar a lo lejos, escuché el
sonido de las aves marinas chillando.
Paré mi auto por un camino de tierra que cortaba las montañas y salí. A partir de ahí,
troté por el camino de hierba gruesa hasta que finalmente vi un edificio de hormigón
armado en la oscuridad, bañándome en el resplandor carmesí del crepúsculo.
Era un edificio abandonado de tres pisos. La hiedra lo cubrió por lo que antes eran
paredes blancas, que habían sido maltratadas por la lluvia, la brisa del mar y el paso
del tiempo. La mayor parte de la pintura ya no estaba. En el centro del edificio había
una torre de observación para monitorear el cielo, coronada con una sala de
observación esférica que parecía haberse agregado más por estética que por cualquier
otra cosa. Como la tierra y los árboles absorbían la mayoría de los sonidos, el área
estaba completamente silenciosa como si estuviera flotando en el espacio exterior. No
tuve la sensación de que había muchas personas escondidas dentro. Después de
pensarlo un momento, decidí investigar el edificio en ruinas antes de que llegaran los
hombres de Dazai. Tenía una corazonada, y si esta corazonada era correcta, entonces
debería haber podido encontrar información sobre Ango allí, y esa información
probablemente era algo que no debería mostrarle a nadie más en la Mafia.
Empujando la maleza, entré en el edificio. No había nada en el primer piso... sí
ignoraba las baldosas sueltas, las sillas oxidadas y los escarabajos muertos
diseminados. El sol de la tarde se asomó a través de las grietas de las ventanas
tapiadas, iluminando las partículas de polvo en el aire. Descubrí algunas huellas en el
suelo cubierto de polvo y grava: botas militares. Al parecer, varias personas habían
venido a este lugar últimamente.
Había puesto un pie en la escalera del segundo piso, que parecía que podría
derrumbarse en cualquier momento, cuando escuché un sonido proveniente de algún
lugar del edificio. Era muy débil, solo casi tan ruidoso como un gatito rodando sobre su
espalda. Subí las escaleras, pero no vi un alma en el segundo piso. Tampoco hay
signos de nadie en el tercer piso. Fue justo como pensaba. Corrí escaleras arriba,
subiendo a la torre de observación que conectaba con la sala de observación.
Cuando entré en una pequeña habitación en lo alto de las escaleras, encontré a
alguien atado a una silla y sin poder moverse. Esa persona me gritó en el momento en
que notó que estaba allí.
“¡Odasaku! ¡Vete!”
Ignoré su orden y corrí. Ese hombre—Ango—luchó para liberar sus manos, que habían
sido fuertemente atadas a la espalda, pero la cuerda ni siquiera se movió. Me deslicé
detrás de él y comencé a tratar de desatar sus ataduras.
“¡¿Por qué viniste?! ¡Los enemigos están usando este edificio como su base!”
“Solo tuve el presentimiento de que necesitabas ayuda.”
Empecé a desmantelar los nudos, no es tarea fácil.
“¡No necesito ninguna ayuda!”
“¿En serio?”
Deslicé un dedo en uno de los nudos de la cuerda, luego tiré de él con un agarre
parecido a un bisel. Se aflojó un poco.
“Déjame adivinar una de las razones por las que estás en problemas. Mimic descubrió
que eras un espía. ¿Estoy equivocado?”
“¡…! Eso eso…”
“Todos en la Mafia piensan que eres un espía de Mimic infiltrado en la Mafia. Pero en
realidad es lo opuesto; Ango Sakaguchi es un espía de la Mafia que se infiltró en
Mimic.”
Ango instintivamente abrió mucho los ojos y me miró.
“Mimic estaba vigilando tu habitación a través del visor de un rifle de francotirador para
asegurarse de que no te robaran la pistola antigua. Pero, ¿por qué no simplemente
atacaron al jefe de la Mafia y terminaron de una vez? La razón es simple: mentiste y
dijiste que no sabías dónde estaba el jefe. ¿Pero por qué hiciste eso? Porque el jefe
decide todo lo que dices y no dices sobre la Mafia.”
Ango cerró los ojos con fuerza. Apretando los dientes, parecía estar luchando por
contener las emociones que brotaban de su interior. En poco tiempo, volvió a abrir los
ojos y dijo: “Odasaku, por favor, tienes que salir de aquí. Fallé.” Ango señaló el piso de
arriba con la barbilla. “Hay una bomba de tiempo arriba. Ahora que saben que los
traicioné, planean no dejar rastro de mí.”
“¿Ves? Sabía que necesitabas mi ayuda.” Dejé de tratar de desatar el nudo y saqué mi
arma. “Inclínate lo más lejos que puedas de la silla.”
Apunté cuidadosamente al nudo de la cuerda y disparé dos disparos. Toda la silla se
sacudió cuando la cuerda voló.
“Vamos a salir de aquí. ¿Cuánto tiempo tenemos antes de que estalle la bomba?”
“¡Todo el edificio se derrumbará en cualquier momento!”
Prestando mi hombro a Ango, nos apresuramos a bajar las escaleras. Parecía que
Ango estaba ligeramente maltratado antes de ser atado; se tambaleó mientras se
sostenía el costado. Pero incluso entonces, corrimos escaleras abajo tan rápido que
casi nos caemos. La bomba explotó justo cuando estábamos a punto de salir corriendo
por la puerta. La onda expansiva vino primero, seguida de ráfagas de aire caliente que
se precipitaron sobre nosotros.
Saltamos por la puerta de cabeza. Para ser más técnicos al respecto, la explosión nos
dejó afuera de cabeza y nos arrojaron a los matorrales. Todo el aire fue exprimido de
mis pulmones.
Finalmente, los escombros del edificio comenzaron a llover desde el cielo. Traté de
moverme, pero la explosión de la bomba había inutilizado mi cuerpo. Afortunadamente,
ningún grueso trozo de concreto voló hacia nosotros, y los tableros ligeros de las
paredes fueron enviados volando a lo lejos. Aun así, nuestras espaldas estaban
incómodamente acribilladas con innumerables trozos de grava, tanto grandes como
pequeños.
Pasó casi un minuto entero antes de que pudiéramos comenzar a respirar normalmente
de nuevo. Tosí mientras me quitaba los escombros de la cabeza. Mi visión iba y venía
de rojo a blanco.
“Ango… ¿estás bien?”
“Sí, de alguna manera.”
Ango se arrastró, saliendo de los escombros antes de mirar hacia el edificio. Hice lo
mismo antes de darme la vuelta también. El segundo piso fue esencialmente destruido,
dejando solo el marco carbonizado. Incluso el piso de la habitación donde estaba
encarcelado Ango había quedado impresionado. Mimic realmente hizo todo lo posible
por los explosivos. También destruyeron cualquier evidencia que hubiéramos usado
para perseguirlos.
“¿Cuánto sabe nuestro jefe sobre esto?” Le pregunté a Ango mientras trataba de
recuperar el aliento.
“Casí todo.” Respondió. “Él es el único en la mafia que sabe que me infiltré en Mimic.
Así de delicada es esta misión. Más gente sabiendo aumentaría las posibilidades de
una fuga. Este es un principio fundamental cuando se maneja información secreta.”
“Lo suponía.” Me levanté y luego me senté sobre algunos escombros. “Así que por eso
el jefe me ordenó encontrarte mientras mantenía la verdad en secreto.”
Era un seguro en caso de que el trabajo encubierto de Ango fuera al sur. Necesitaba un
peón que lo salvaría: alguien que no supiera nada, no engañaría a nadie y no
sospecharía sin importar lo que sucediera.
“Las bombas y los roces cercanos con la muerte no son lo mío.”
Ango sacudió la cabeza, dejando en claro su amargura.
“En cualquier caso, Mimic reaccionó tan rápido como una flecha. Ni siquiera me dieron
la oportunidad de tomar medidas para protegerme. Ugh. Puedo ver estrellas de colores
del arco iris cuando cierro los ojos. ¿Qué demonios es esto?”
"Te acostumbras."
“Tengo que informar al jefe de lo que sucedió.” Ango se puso de pie. “El comandante
de Mimic es un hombre peligroso. Tiene la cabeza fría, tiene las cualidades de un líder
y busca conflictos. Planea aniquilar por completo a la Mafia, y sus hombres le cortarían
la garganta por él. Incluso vi a alguien hacerlo.”
“¿Cuál es el nombre del líer?” Pregunté.
“André Gide. Él mismo es un poderoso usuario de habilidades. Debe evitarse a toda
costa, especialmente por ti, Odasaku. Hagas lo que hagas, no luches contra él... Por
cierto, fuiste tú quien encontró la pistola en la caja fuerte de mi habitación, ¿no?”
Respondí que fui yo.
“Esa arma es un símbolo. Hay un diseño especial en el martillo que demuestra que
eres miembro de Mimic. Me tomó un año recibir uno.”
Mientras Ango se encontraba en medio de los escombros con piernas tambaleantes,
rápidamente dirigió su mirada hacia los matorrales en las montañas... como si estuviera
tratando de buscar algo allí.
“Es demasiado tarde para detener la guerra entre Mimic y la Mafia. Pelear es todo en lo
que piensan. Además, no les importa con quién pelean. Bailarían el jitterbug4 con el
sabueso de Hades si los llevara a su próximo campo de batalla. Si no hacemos algo
pronto, la ciudad... ¡Ngh!”
La piel alrededor de la sien de Ango se rasgó, y un rastro de sangre goteó lentamente
por su mejilla. Le entregué un pañuelo y me lo agradeció antes de usarlo para
presionar la herida.
“¿Quiénes son ellos?”
“Son un ejército... aunque estoy seguro de que ya lo descubriste tú mismo. Son restos
de una facción del ejército derrotada durante la guerra interorganizacional anterior.
Estos hombres no saben vivir fuera del campo de batalla. Son conocidos como grau
geists, hombres sin maestro. Incluso ahora, están obsesionados con la guerra.” Ango
de repente volvió su mirada hacia el camino de tierra. “¿Qué es eso?”
Seguí sus ojos. Un balonmano azul de temari, del tipo que usan los niños para jugar,
rodó por la pendiente de grava. ¿Se voló allí durante la explosión? La pelota rodó hasta
mis pies y la recogí. Era un azul profundo. Las cuerdas se estaban soltando, ya que era
bastante viejo, pero había algo en el hermoso patrón geométrico que me atraía. Lo hice
rodar en mi mano, y cuando junté mis palmas, encajó perfectamente entre ellas. Miré
hacia atrás, pero no había nada particularmente único…

4 Término que acoge todas las modalidades del baile del Swing que fue popular en las décadas de 1930 y 1940.
La tierra se sacudió de repente. De repente, mi mirada se encontró con el suelo frente
a mí. Al segundo siguiente, me di cuenta de que me estaba cayendo, y me desplomé
de cara, a pesar de que extendí ambas manos para atraparme. Mi visión se volvió
borrosa. Me sentí enfermo. Cuando miré mis manos, estaban cubiertas de un líquido
azul pegajoso; esa bola había sido cubierta en ella. Las partes de mi mano cubiertas en
el líquido hormiguearon incómodamente. Las grandes campanas de alarma sonaron
salvajemente en mi cabeza.

La visión terminó allí.

Me paré entre los escombros. Lo peor del final de la visión fue que ya estaba
sosteniendo el balonmano. Inmediatamente lo tiré, pero ya era demasiado tarde.
Empecé a sentirme mareado como hace un momento. Me froté las palmas de las
manos sobre el abrigo para limpiar el limo azul, pero ya había sido absorbido por mi
piel e infiltrado en mi cuerpo. Mi habilidad, impecable, me permitió ver algunos
segundos—más de cinco, pero menos de seis—en el futuro en mi cabeza. Así fue
como pude evitar ataques sorpresa como fuego de francotirador y explosiones.
Sin embargo, si me diera cuenta de que estaba en peligro después de caer en la
trampa... no había forma de evitarlo, incluso si tenía una visión como el momento
anterior. Llevaba más de seis segundos sosteniendo el balonmano. Fue muy tarde.
Quien hizo esto sabía sobre mi habilidad por dentro y por fuera. No había muchas
personas que lo hicieran. Sudando nerviosamente, intenté advertir a Ango, pero no
pude hablar. Una sombra oscura apareció silenciosamente detrás de él; eran cuatro,
no, cinco personas vestidas con túnicas de campo tan oscuras como la noche con
máscaras de gas ocultando sus rostros. No eran imitadores. Ninguno de ellos llevaba
pistolas grises anticuadas, sino rifles de vanguardia guiados por precisión. Estaban con
las fuerzas especiales. Uno de los hombres de negro tocó a Ango en el hombro. Ango
se dio la vuelta y asintió como si dijera que entendió.
“Odasaku, lo siento por el problema que te causé.”
Ango se acercó y colocó el pañuelo que acababa de darle en mi mano. No podía
prepararme, no importaba sostener el pañuelo. Ango sacó un guante de seda blanca
de su bolsillo, luego se lo puso sobre la mano derecha antes de recoger el balón azul.
“Eres libre de hablar de todo lo que sucedió aquí. Todo lo que te dije sobre Mimic era
cierto. Solo desearía haber podido tomar una copa contigo y con Dazai por última vez
en el lugar y la hora habituales…”
Un soldado de las Fuerzas Especiales tocó a Ango en el brazo, aparentemente dándole
una señal. Después de responder con su mirada, Ango me miró y sonrió como si se
hubiera rendido.
“Cuida de ti.”
Por el rabillo del ojo, vi a Ango dándome la espalda antes de irse con las Fuerzas
Especiales. Ni siquiera podía mover mi cuello u ojos en ese punto. El mundo frente a
mí fue tragado lentamente por la oscuridad. Con la lengua entumecida, llamé a Ango
cuando se fue, pero ni siquiera yo sabía lo que estaba diciendo. Un sentimiento
indescriptible de soledad era lo único que llenaba mi corazón... como si estuviera
flotando al final del universo.
Incluso eso fue tragado por la oscuridad.
Mi conciencia se desvaneció a negro.
CAPÍTULO 3
Había estado lloviendo ese día. Estaba sentado. El tiempo pasó lentamente,
indistintamente, y todo el sonido fue ahogado por el vago ruido de la lluvia que caía. El
mundo mismo se sintió como una visión. La lluvia caía ante mis ojos con una
inclinación, empapando el paisaje y volviendo todo azul. Niebla mezclada con la niebla
del océano entrelazada con el aguacero. El paisaje húmedo y yo nos sentamos cara a
cara, aunque separados por un vidrio.
Tenía 14 años esa vez, estuve en un café leyendo un libro: un viejo libro. Las esquinas
de la cubierta estaban desgastadas y una parte estaba rota. La impresión era vieja, con
algunas letras borrosas aquí y allá. Había encontrado este libro después de una pelea y
lo traje conmigo, desde que el dueño ya no necesitaría más. Cambié las páginas.
Era una persona mucho más simple a los catorce años. Había estado trabajando como
un asesino a sueldo independiente cometiendo asesinatos por contrato, y ni una sola
vez fallé. El rico propietario original de este libro junto con su familia eran simples
manchas en la pared en ese momento. Ya no podía recordar por qué traje este libro
conmigo. Algo sobre eso—algo leve—, acababa de quedarse en el fondo de mi mente.
No tenía el hábito de leer libros a este paso de mi vida, pero este libro era diferente.
Era una vieja novela. La historia tomaba lugar en una cierta ciudad, y se trataba de una
miríada de personajes. Todos los personajes, quizá, eran débiles y lamentables,
incluso la más pequeña de las cosas les causaba pánico. Pero misteriosamente, fue
una historia muy interesante.
Después del trabajo, siempre iba al mismo café y me sentaba en el mismo lugar a leer
esa novela. Se había convertido en una rutina diaria, por eso había leído ese libro
tantas veces. Estaba leyendo ese día, también.
“Siempre estás leyendo el mismo libro. ¿Es realmente interesante?”
Miré en dirección de la voz repentina.
Parado frente a mí, derecho como una baqueta, estaba un hombre de mediana edad
larguirucho con un bastón y un bigote corto que acentuaba su leve sonrisa. Lo había
visto unas cuantas veces en este café antes. Cuando le dije que era un buen libro, me
miró con curiosidad.
“Eres extraño. Hay muchas historias en este mundo que son mucho más interesantes
que esa novela.”
Miré al hombre sin decir una palabra. A decir verdad, ni siquiera sabía como explicarle
a alguien por qué leía este libro tan a menudo.
“¿Dónde está el último volumen?”
Miré a la pila en la mesa donde los dos primeros libros estaban. Hubo un gran
inconveniente acerca de esta novela: había encontrado únicamente los primeros dos
volúmenes del libro. Por lo tanto, no tenía idea de como concluía la historia. Fui a todas
las librerías de libros usados que pude encontrar, pero aún no pude encontrar el
volumen final. Le dije al hombre que yo no era propietario.
“Ahora tiene sentido. Eres un niño con suerte. El último volumen de esa serie es el peor
de los peores. Es tan malo que querrás lavar tu cerebro una vez que termines de leerlo.
Se feliz con solo los primeros dos volúmenes. Es por tu propio bien.”
Le dije que no podría hacer eso.
“Entonces escribe que sucede después” El hombre con el bigote dijo. “Es la única
manera de preservar su perfección.”
Estaba estupefacto. No pensé incluso sobre escribir algo yo mismo.
“Escribir novelas es escribir personas” El hombre dijo. “Es sobre como viven y como
mueren. Desde que puedo ver, estás perfectamente calificado.”
No pude decir una palabra. No sentía tener las cualidades que él mencionaba; ese día,
acababa de regresar de asesinar a otra persona por trabajo.
Pero había algo extrañamente persuasivo en lo que dijo ese hombre. Era como si el
brillo radiante de años luz de distancia brillara en sus ojos, y había una cierta firmeza
en su voz que parecía lo suficientemente poderosa como para sacudir la tierra misma.
Nunca había visto a una persona así antes.
Cuando le pregunte su nombre, me lo dijo, pero hace tiempo que lo olvide.
Unos días después, regresé al café al mismo tiempo para encontrar un libro
descansando en mi asiento usual. Pegado a la portada había un pedazo de papel que
decía: “No me culpes si te arrepientes.”
Era el último volumen.
Pasé el día entero leyendo ese libro.
En cuanto a lo que pensé de eso…

Abrí mis ojos para encontrarme en una cama. Ambas manos estaban envueltas en
vendajes.
Cuando me levanté, el dolor en mi espalda por mi encuentro cercano con la explosión
regresó. Dejé escapar un gemido.
Estaba en la habitación de hospital. Estaba limpio, ordinario, y tan silencioso como una
morgue. Parado firme con los pies separados junto a la puerta había un hombre en un
traje negro y lentes de sol. Al momento en nuestros ojos se encontraron,
silenciosamente se salió, aparentemente fue por alguien.
“Hola, Odasaku. ¿Ya despertarte ahora, cierto? ¿Cómo te estás sintiendo?” Dazai
caminó hacia la habitación con una sonrisa alegre.
“Siento que me han golpeado las resacas de los próximos cincuenta años” Respondí,
entonces miré la habitación. “¿Encontraste a Ango?”
“No, mis hombres solo te encontraron tirado en el suelo. Ellos no vieron ninguna señal
del enemigo, ni siquiera una sombra. Akutagawa estaba realmente frustrado por no
haber podido ‘ejecutar al traidor’… De cualquier manera, ¿Ango realmente estaba ahí,
eh?”
Expliqué todo lo que pasó en el edificio abandonado, le dije cada pequeño detalle tal
como había ocurrido.
“El cautiverio de Ango, la explosión, André Gide y las Fuerzas Especiales vestidas de
negro…”
Dazai colocó un pulgar contra sus labios, luego cambió a una posición de pensamiento.
Ni siquiera se movió una pulgada durante un minuto después de eso. Solo sus ojos
vacilaron, siguiendo algo que solo él podía ver. Esperé en silencio.
“Las cosas se pueden clasificar principalmente en dos fenómenos aquí” Dazai
finalmente habló. “Uno es el ataque del sindicato criminal Mimic. El otro es Ango y las
maniobras secretas de las Fuerzas Especiales.”
“¿Las Fuerzas Especiales y Mimic son diferentes organizaciones?”
“Lo son. Para ser un poco más específico, esta gran disputa se debe a la unión de tres
fuerzas: la Mafia, Mimic y las Fuerzas Especiales. Pero podemos ignorar el último
ahora. Tenemos que tener cuidado con Mimic. Mientras dormías, explotaron seis
tiendas en el césped de la Mafia… todo al mismo tiempo. Las bajas aumentan por
minuto.”
Junto con el contrabando y el comercio de bienes robados, la Mafia protegió tiendas y
compañías a cambio de una compensación. Si esas empresas fueron atacadas,
entonces la Mafia perdió instantáneamente la confianza de sus partidarios junto con
parte de su infraestructura económica. De repente pensé en Pops en el restaurante.
Ese lugar fue uno de los poco que logré.
“Pero las tiendas más pequeñas se están guardando para más adelante, eso parece.”
Dazai debió haber leído mi mente. “Mimic no se parece a nada que hayamos
enfrentado hasta ahora. Son terriblemente rápidos, sus ataques son devastadores y
aparecen sin hacer ruido. Incluso si quisiéramos atacar su cuartel general, aparecen de
la nada y desaparecen en el aire. No hay forma de tomarlos por sorpresa. Eso como si
estuviéramos peleando contra fantasmas… contra un real grau geist5.”
Pensé en el francotirador y en el edificio abandonado donde Ango había estado
cautivo. Realmente había algo fantasmal sobre su existencial.

5Grau en alemán significa gris, y Geist fantasma también en alemán. El significado del arma significaría algo como “fantasma
azul”. Debido a que Dazai dice que es como si pelearon con fantasmas, hace referencia al nombre del arma, cuyo significado los
describe perfectamente.
Un escuadrón fantasma: almas difuntas que deseaban devorar incluso el espíritu
corrupto de la Mafia.
“Todavía no podemos determinar un patrón definido de ataque, pero lo que sí sabemos
es que se toman en serio la tarea de nivelar el territorio de la Mafia. Ni siquiera las
almas atormentadas del infierno harían algo tan loco. Akutagawa y otras facciones
militantes han formado filas y están luchando, pero… aún no sabemos la habilidad del
líder enemigo. Estamos en desventaja.”
“Ese usuario de habilidad, Akutagawa, era uno de tus subordinados, ¿verdad?” Dije
rastreando mi memoria. “Escuché que tenía una habilidad bastante agresiva… ¿pero ni
siquiera él es rival para ellos?”
“Akutagawa… es como una espada sin vaina” Dazai sonrió de oreja a oreja.
“Seguramente se convertirá en el usuario de habilidad más fuerte de la Mafia en un
futuro no muy lejano, pero por ahora necesita a alguien que pueda enseñarle como
guardar esa espada.”
Me sorprendió. Nunca había escuchado a Dazai hablar abiertamente tan bien de uno
de sus hombres así antes.
“¿Realmente es talentoso?”
“Cuando lo vi por primera vez en lo barrios bajos, me horroricé. Sus talentos son
extraordinarios, y su habilidad es extremadamente destructiva. Además, es terco. Si lo
hubiera dejado a su suerte, habría acabado siendo un esclavo de sus propios poderes
hasta que se destruyera a sí mismo.”
Dazai realmente no hizo que la gente trabajara debajo de él; mucho menos que un niño
al borde del hambre en los barrios bajos. Pero Dazai parecía tener sus propios motivos
para hacerlo.
“De cualquier manera, volviendo al tema, Mimic es a quien debemos vigilar
actualmente. Se ha convocado a una reunión entre los cinco ejecutivos donde
discutiremos cómo llevarlos a usar todo lo que tenemos. Estamos en alerta máxima.”
Este presídium fue una conferencia legislativa extremadamente poderosa que decidiría
el curso futuro de toda la Mafia. Hasta donde puedo recordar, la última vez que tuvieron
uno fue durante el Conflicto de la Cabeza del Dragón. Una vez más, me encontré cara
a cara con la amenaza que representaba Mimic.
“Todavía no sé que persiguen esas Fuerzas Especiales” Continuó Dazai. “Pero
después de ver lo que te hicieron, parece que no descubrirán sus colmillos y nos
atacarán pronto. Mimic es la verdadera amenaza. Hace poco tiempo, mis hombres,
incluido Akutagawa, fueron emboscados. Era como una bestia devorando una
serpiente venenosa. La batalla tuvo lugar en la carretera principal frente al museo de
arte…”
Salí de la cama mientras escuchaba. Mis dedos todavía estaban ligeramente
entumecidos, pero no lo suficiente como para molestarme durante la batalla.
“Odasaku, no me digas que planeas ir” Dijo como si reprendiera.
“La Mafia está devolviendo el golpe con todo lo que tenemos, ¿verdad?” Respondí,
deslizando mis brazos por las mangas de mi abrigo que estaba colgado en la pared.
“Pensé que no tenías interés en luchar” Dazai respondió con una sonrisa.
“No la tengo” Insistí mientras equipaba el arnés de mi arma. “Pero a veces las cosas
pequeñas me molestan… como las dos personas con las que tengo una deuda”
Después de terminar de preocuparme, crucé la habitación. Dazai me miró en silencio.
Cuando llegué a la puerta, me arrojó algo que tintineó cuando lo atrapé. Abrí la mano
para encontrar la llave del auto. Entonces Dazai agregó: “No te preocupes por las
deudas. Nadie recuerda siquiera haber hecho favores.”
“No soy viendo olvidando” Me di la vuelta y respondí. “Dazai, ya me has ayudado varias
veces con este caso. Tus hombres están bajo ataque, ¿verdad? Necesitan tu ayuda.”
“Sabes, realmente me duele que consideres algo tan pequeño como esto una deuda”
Él sonrió débilmente. “Entonces, ¿quién es el otro tipo a quién debes?”
No le respondí; solo abrí la puerta y me fui. Dazai me despidió sin presionar más. A
pesar de ni siquiera intercambiar una palabra, estábamos pensando lo mismo.

Dos fuerzas se enfrentaron en un tiroteo frente al santuario blanco como la tiza: los
soldados de Mimic con ropa gris hecho jirones y los miembros de la Mafia con trajes
negros y gafas de sol. Ambos disparaban los mismos rifles automáticos extranjeros.
Las balas volaron a través de la plaza del pueblo, desgarrando los pilares de color
pálido del santuario como una escultura de hielo.
Estabas luchando en el patio delantero del museo de arte. El edificio rectangular con su
fachada de alabastro se elevaba hacia el cielo. El pavimento de adoquines cuadrados
se extendía sin cesar por el patio, evocando una sensación digital y pixelada. Las
columnas blancas espaciadas juntas actuaban como escudos para los disparos cuando
se derrumbaban una tras otra.
Había cuatro miembros de la Mafia y nueve de Mimic. Mimic dominaba en calidad,
cantidad y experiencia, ya que acorralaron a la Mafia en una esquina.
Se dividieron en dos grupos para lanzar fuego cruzado a través de un movimiento de
pinza. Uno de los hombres de la Mafia gritó órdenes mientras devolvía el fuego
mientras se retiraban al museo de arte. Los soldados miméticos, por otro lado, no
dijeron nada. Simplemente avanzaron, persiguiendo a su presa en silencio. Cuando el
primer soldado de Mimic entró en el edificio, algo llamó su atención y rápidamente
levantó la vista.
Eso, sin embargo, terminó siendo el último movimiento que hizo.
“¿No disfrutas el arte?”
La cabeza del soldado voló hacia un lado, luego rebotó en la pared antes de volver a
ponerse de pie. Pasó un momento antes de que brotara sangre fresca del corte limpio
que estaba en el cuello del soldado. Una sombra oscura se deslizó hacia el suelo, su
abrigo negro ondeando elegantemente en la brisa. Al darse cuenta de que algo andaba
mal, el siguiente soldado de Mimic sacó su arma.
“Que grosero. La obra de arte aquí es la manifestación del espíritu humano. Muestra
algo de respeto.”
La figura sombría retorció su cuerpo, girando suavemente su abrigo negro. Se dividió
en tres partes, cada una transformándose en una cuchilla sin masa antes de lanzarse
hacia adelante.
Primero, el rifle se dividió en dos. Su contenido luego se derramó, mostrando una
rebanada perfectamente lisa hasta el final.
Luego, los dedos que sostenían el rifle cayeron sin ruido al suelo uno por uno.
Finalmente, el torso del soldado de Mimic se deslizó lentamente hacia adelante
mientras su mitad inferior se inclinaba hacia atrás antes de tocar el suelo.
Los soldados restantes, que afortunadamente habían estado fuera del alcance de la
matanza de las cuchillas oscuras, apuntaron simultáneamente sus bozales al abrigo
negro y apretaron el gatillo.
“Las armas son los instrumentos para tontos.”
La figura sombría con un abrigo negro, Ryuunosuke Akutagawa, dio otro paso
adelante. Una fracción de segundo después, las doce balas chocaron con lo que
parecían ser cuchillas silenciosas de oscuridad solidificada. La mayoría de las balas se
reflejaron incluso antes de llegar a Akutagawa, mientras que las restantes se
estrellaron contra una pared invisible, deteniéndose a escasos centímetros de él.
Akutagawa cortó el espacio, creando un escudo. Giró su cuerpo, y las cuchillas
asesinas y sombrías surgieron como para responder a sus llamadas.
La cara de un hombre; otro, su cuerpo, incluso las piernas de un soldado fueron
cortadas por la mitad. Aún así, el baile salvaje de las cuchillas no había terminado. Se
elevaron por el aire como una violenta tempestad de oscuridad que destruyó todo a su
paso, como si fueran criaturas vivientes con mentes propias. Era una habilidad
especializada solo en destrucción y asesinato, nada más.
Akutagawa rio.
Era como si un demonio completamente negro devorara a los fantasmas grises.
“¡Retirada!”
Los rostros sobrevivientes de los soldados de Mimic se pusieron pálidos cuando
retrocedieron rápidamente.
“¡Vuelvan! ¡Peleen conmigo!” Akutagawa gritó mientras los perseguía. Lanzas negras y
balas chocaron violentamente en el campo de batalla.
“¡Esto no es nada! ¡Esto apenas cuenta como una prueba! ¡Muéstrame crueldad,
muéstrame el tipo de brutalidad que congelará mi alma!” El joven vestido de negro
gritó, un eco de súplica en su voz.
Justo entonces, un vehículo personal de Mimic apareció ante el museo de arte que
contenía nuevos soldados. Como un perro loco, una sonrisa diabólica cruzó los labios
de Akutagawa.
Fue entonces cuando una llamarada de señal se disparó en el aire desde el trasporte
de personal. La fosforescencia corrió hacia arriba, dejando un rastro rojo en el cielo y
proyectando una sombra sobre la tierra de abajo.
Inmediatamente, los soldados de Mimic cesaron el fuego.
“¿Qué…?”
Desconcertado, Akutagawa examinó el campo de batalla. Ni un solo enemigo estaba
sosteniendo su arma. Uno tras otro, colocaron sus armas en el suelo. Algunos incluso
tenían ambas manos al aire.
“¿Se están rindiendo?” Akutagawa susurró sorprendido. “Imposible.”
Con los brazos en alto, un soldado se acercó desde el otro lado del grupo. Tenía
facciones hermosas, y tanto su ropa como su cabello tenían un tono gris plateado
enfermizo, como si su alma hubiera sido succionada. El hombre parecía esencialmente
el mismo que los otros soldados de Mimic, pero era desproporcionalmente más alto
que el resto. Y, sin embargo, sus pasos no emitieron ningún sonido; era como si no
tuviera peso. Decorando el pecho de su uniforme militar había varias medallas de
honor en todos los colores. Los ojos sin emoción del soldado se clavaron en
Akutagawa. Confundidos y perdidos, los miembros de la Mafia apuntaron con sus
armas al hombre indefenso mientras se acercaba.
“Así que este eres tú… Eres el usuario de habilidad con túnica negra que dicen que es
inmune a las balas” Dijo el hombre alto, sus labios apenas se movían. Su voz parecía
venir de ninguna parte en particular, como un viento aullante.
“¿Quién eres?”
“El comandante… El líder de Mimic.”
En el momento en sus palabras se hudieron, los combatientes de la Mafia se
apresuraron al unísono antes de apuntarle con sus armas. Los ojos del líder de Mimic
ni siquiera vacilaron.
“¿El líder mismo ha llegado a la rendición? Una actitud admirable, pero difícilmente
creíble… De hecho, me disgusta.”
El abrigo de Akutagawa se transformó en varios cinturones negros que unían las
manos y los pies del líder de Mimic antes de arrastrar al hombre de rodillas.
“Dinos tu nombre, líder de Mimic.”
“Gide. André Gide. Vine a pedirte… un enfrentamiento.”
El tono del líder era tranquilo; no parecía ser sacudido en lo más mínimo.
“¿El propio líder de Mimic desea pelear conmigo? Que honor sería si realmente te
creyera. Responder preguntas que no te han hecho solo te hace menos convincente”
Akutagawa le lanzó al hombre una mirada penetrante mientras hablaba. “Líder de
Mimic, ¿sabes por qué no te he cortado la cabeza todavía?”
“Tal vez porque… ¿fuiste educado para no hacerlo?”
Akutagawa golpeó a Gide en la cara. Con ambas piernas atadas juntas, no pudo
esquivar, y una gota de sangre se derramó por la comisura de su boca.
“La razón por la que no te he cortado la cabeza todavía es porque escuché que el líder
de Mimic es un usuario de habilidad.”
Akutagawa le quitó el arma antigua de la cintura a Gide y luego le apuntó.
“No puedo obtener su aceptación, sin importar cuantos debiluchos mate. Muéstrame tu
habilidad. Si es real, te daré el enfrentamiento que tanto deseas.”
Gide sólo miró a Akutagawa y al arma.
“Así que esta es tu habilidad… Puedes controlar el abrigo negro” Gruñó, mirando las
correas negras alrededor de sus brazos y piernas. “Una habilidad extraordinaria, una
sin aberturas. Sin embargo… aún falta. No es suficiente para liberar nuestras almas del
pecado original… Parece que esperaba demasiado de ti.”
La cara de Akutagawa se puso rígida como un diamente. Su respiración se detuvo y
algo en su cuerpo se quebró. Él respondió con el destello de su espada negra,
cortando hacia un hombre que estaba atado y no podía moverse. Sin siquiera un toque
de nerviosismo, Gide se inclinó hacia adelante e inclinó la cabeza. La cuchilla rozó el
costado de su cara, cortando unos pocos pelos para revolotear con el viento. Cuando
Gide giró el cuello, la punta de su cabeza rozó el arma antigua que Akutagawa
acababa de robar. Cuando la pistola dejó la mano de Akutagawa, su dedo
accidentalmente apretó el gatillo.
Uno de los cinturones alrededor de Gide reaccionó envolviendo la bala y deteniéndola
antes de que pudiera llegar a Akutagawa. Sin embargo, esto liberó la mano izquierda
de Gide… y llevaba otra pistola con su uniforme militar. Sacó el arma con esa mano y
le disparó al mafioso a su lado antes de que el objetivo supiera lo que estaba pasando.
La bala lo golpeó en el hombro, causando que el rifle automático del miembro de la
Mafia disparara tres balas, una de las cuales, atravesó el brazo de Akutagawa. Los
otros dos golpearon a dos mafiosos en el cofre. Los disparos fueron fatales.
“¡¿Qué…?!”
Desconcertado por recibir un disparo en el brazo, Akutagawa utilizó reflexivamente su
habilidad para bloquear. Cortó el espacio, bloqueando el siguiente disparo de Gide,
pero a cambio terminó deshaciendo las tiras negras que sujetaban a Gide, liberándolo.
Inmediatamente, Gide tomó su otra arma tirada en el suelo... y fue entonces cuando
comenzó la masacre unilateral.
No era una especie de poder misterioso y visible en el trabajo. Las balas no giraban ni
volaban en la dirección opuesta, ni caían rayos ni fuego del cielo. De repente, nadie
estaba siendo congelado en su lugar. Fue simplemente una repetición del tiroteo
anterior, con la excepción de que todo estaba ocurriendo a una distancia
extremadamente corta, eso, y el resultado fue diferente.
Gide rodó por el suelo mientras disparaba las pistolas con ambas manos. Cada bala
perforada recta y verdadera en el órgano vital de un miembro de la mafia. Solo
Akutagawa pudo defenderse… o más bien, forzado a defender sería una descripción
más precisa.
“¿Qué es eso? Es… ¿una habilidad?” Akutagawa pronunció.
Los disparos iluminaron los alrededores de Gide mientras evadía todos los
contraataques, ya fueran balas o las garras negras de Akutagawa. Con el más mínimo
movimiento, Gide esquivó a Akutagawa como si fuera un simple insecto. En poco
tiempo, una de las balas de Gide finalmente se escapó de la guardia de Akutagawa y lo
golpeó en el abdomen con suficiente fuerza que lo hizo retroceder. Tosiendo sangre,
Akutagawa retrocedió e inmediatamente envolvió su tela negra alrededor de las heridas
en su brazo y estómago para actuar como torniquetes improvisados. Sin embargo, el
resultado le dio menos tela para usar para atacar y defender, lo que lo puso en una
desventaja aún mayor.
“Imposible… ¿Una habilidad destructiva que supera la mía?”
“Estoy celoso, usuario de habilidad de la Mafia… Me había estado preguntando lo
mismo” Gide bajó ambas armas. “Si fueras un poco más calificado… Si tuvieras más
experiencia, entonces quizá hubiera sido diferente. Pero justo ahora, no eres más que
un pequeño patito negro.”
“¡No te atrevas a hablarme!”
El cabello de Akutagawa se erizó. Su abrigo negro giró cuando comenzó a formar púas,
pero Gide los derribó justo cuando estaban a punto de lanzarse a la velocidad del
sonido.
“Tu… ¡¿puedes leer mis movimientos…?!”
“Somos Mimic” Gide apuntó su arma a Akutagawa. “Somos un ejército de fantasmas…
un fantôme escouado 6abandonado por Dios y caído de su gracia. Continuaremos
marchando a través de la sangre contaminada hasta que nuestro verdadero enemigo
nos traiga la salvación.”
Akutagawa se sintió brevemente abrumado por la presencia de Gide... porque sabía
que Gide no estaba actuando ni faroleando, sino que solo decía la verdad. Podía verlo
en sus ojos.
“… Respóndeme, líder de Mimic” Akutagawa dijo tranquilo con un arma apuntando a su
rostro. “¿Qué estás tratando lograr atacando el territorio de la Mafia?”

6 Escuadrón fantasma, en francés.


“Nada” Gide respondió sin perder el ritmo. “Los fantasmas no desean nada. Todo lo
que queremos es que nuestras almas dejen de existir. Hace tiempo, nosotros
recurrimos a la Orden de la Torre del Reloj para ese propósito. Ahora estamos aquí,
pidiéndote esto a ti… ¿Alguna última palabra, usuario de habilidad con túnica negra?”
“Mátame” Akutagawa cerró sus ojos, entonces dio una pequeña sonrisa. “Yo…
entiendo tus sentimientos, realmente lo hago. Lamento no poder ser el enemigo que
buscabas.”
“Para siempre.”
Gide jaló el gatillo.
Pero él no disparó. Justo antes de estar a punto de disparar, reflexivamente tomó
medidas evasivas. Levantando sus pistolas, giró su cuerpo para esquivar algo... pero
sus esfuerzos fueron en vano. La bala de Odasaku golpeó la pistola de la mano de
Gide.

Mi bala golpeó la pistola del enemigo y la tiró al suelo. El hombre que asumí era el líder
de Mimic parecía desconcertado. Tal vez estaba sorprendido de que le hubiera
disparado su arma con tanta precisión desde tan lejos, aunque también parecía
sorprendido por algo más. Había algo curioso sobre cómo había tratado de esquivar
antes de que siquiera disparara mi arma.
Sin embargo, ese no era el momento para pensarlo. Me apresuré hacia el enemigo
mientras disparaba. Él disparó de vuelta, pero ya podía "ver" el rastro de la bala.
Girando la cabeza, evadí la bala entrante. Luego respondí, pero él esquivó de la misma
manera.
¿Esquivó?
“¡¿Refuerzos de la Mafia…?!”
Ninguna de nuestras balas se conectaba cuando nos acercamos hasta que estuve lo
suficientemente cerca como para agarrar su arma. Y lo hice, pero el líder de Mimic giró
ágilmente su muñeca, evitando así mi mano. Fue la misma reacción extraña de hace
un segundo. Podía leer cada uno de mis movimientos.
Inmediatamente dejé de tratar de neutralizar al enemigo y busqué a cualquier miembro
de la mafia que aún estuviera vivo. La mayoría de ellos ya había perecido, pero había
un niño con un abrigo negro que aún estaba consciente. Ryuunosuke Akutagawa, creo
que ese era su nombre.
“Tenemos que salir de aquí.”
“¡¿Qué piensas que estás haciendo?!”
Se resistió, pero lo alcé sobre mi hombro y corrí hacia una ruta de salida. Akutagawa
era tan ligero como la rama de un árbol. Alguien tan delgado se desangraría y se
convertiría en una momia en poco tiempo. En un instante, fui recibido por el fuego
concentrado de los rifles automáticos de los soldados de Mimic. Después de haber
visto el ataque en una visión, me zambullí a un lado, todavía sosteniendo a Akutagawa,
y evité la línea de fuego. Akutagawa gimió de dolor cuando su herida se abrió, pero no
estaba en posición de consolarlo en ese momento. Me escapé tan rápido como pude
mientras en advertencia al enemigo. Entonces, justo cuando se pusieron a cubierto, me
perdí por el bosque artificial.
Mientras oía gritar órdenes detrás de mí para perseguir, corrí a través del bosque
artificial de alerces escasamente plantados. Los árboles aquí deberían darme un poco
de protección contra sus ataques, pero no había garantía de que esto no nos llevaría a
un callejón sin salida.
“Lo siento, tengo que bajarte. ¿Puedes correr?” Bajé a Akutagawa al suelo. Se arrodilló
sobre una espesa maleza mientras la sangre fresca goteaba de la herida en su
estómago. “Soy Sakunosuke Oda, un amigo de Dazai. Vine a ayudarte a escapar de
este infierno.”
Extendí una mano, pero él simplemente se agarró el abdomen sin moverse. Si bien su
habilidad era poderosa tanto en ataque como en defensa, escuché que era bastante
frágil físicamente.
De la nada, tuve una visión. Después de que terminó, me lancé hacia atrás en
respuesta a lo que había visto. Luego, como un destello de oscuridad, una cuchilla se
abrió justo donde estaba mi cabeza.
“Escuché sobre ti. No eres más que el chico de los recados” Akutagawa dijo, jadeando.
Sus ojos brillaban de indignación como si fuera a atacarme en cualquier momento.
“Sip.”
“¿Eres un amigo de Dazai?”
Su penetrante mirada me atravesó. Era como si algo hubiera incendiado su corazón
con la más absoluta oscuridad.
“Sip.” Respondí.
“Dazai me dijo algo una vez. El dijo que podía entrenar unos mil años y ser incapaz de
derrotarte” La furia asesina de Akutagawa creció y estalló. “Él no mentiría, es por eso
exactamente el porque no puedo perdonarte. ¿Soy inferior incluso para ti, el miembro
con el rango más bajo de la Mafia? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?”
Tres tiras de tela negra se elevaron hacia mí. Después de haber visto su ataque en una
visión, rodé a un lado y lo esquivé. El árbol detrás de mí fue cortado en dos antes de
caerse con un fuerte crujido.
“No tenemos tiempo para luchar entre nosotros. El enemigo estará aquí en cualquier
momento.”
“¡¿Por qué?! ¡¿Por qué Dazai…?!”
Bajé la cabeza hasta que casi tocó el suelo. Después de cortar algunos árboles, la tela
negra detrás de mí se balanceó sobre mi cabeza. Inmediatamente, unos pocos árboles
más se derrumbaron.
Qué habilidad tan aterradora. Tenía un alcance y una velocidad extraordinarios.
Además, las cuchillas cortaron todo lo que tocaron, convirtiéndola en una de las
habilidades más poderosas de la mafia. La idea de alguien tan talentoso a esta edad
era escalofriante. Pude ver por qué Dazai quería mantenerlo a su lado para entrenarlo.
Sin embargo, ahora no era el momento de admiración.
Mientras disparaba mi pistola a Akutagawa, cortó el espacio delante de él con la tela
negra que aparentemente había estado guardando a su lado. La bala se hundió en el
espacio cortado y se detuvo. Sin embargo, ya sabía sobre su mecanismo de defensa,
así que usé esa abertura para deslizarme a su lado y pateé su brazo herido con todo lo
que tenía.
“¡¿Gah…?!”
El dolor insoportable obligó a Akutagawa a retorcerse y caer inconsciente. Ya estaba
mentalmente agotado por usar su habilidad una y otra vez y por protegerse varias
veces con una técnica que aún no estaba acostumbrado a usar. La patada en la herida
de bala fue suficiente para llevarlo al límite.
Apenas era consciente de todos modos.
Escuché que el estilo de entrenamiento espartano de Dazai era implacable, pero no
importa cuán efectivo fue en la producción de resultados rápidos, Akutagawa todavía
era un niño. Mentalmente, ya estaba exhausto de luchar contra los soldados de Mimic,
su líder y yo en una rápida sucesión. Nadie se sorprendería si se hubiera desmayado
solo. ¿De dónde vino esa tenacidad?
“¡¿Por qué?! ¡¿Por qué Dazai…?!”
Cuando dejó escapar ese angustiado grito, pude ver algo débil, algo más que enojo,
escondido detrás de su expresión. No podía sacarlo de mi cabeza.
“Tenía un sentimiento… que encontraría a alguien en esta ciudad con esa habilidad.”
“¿De qué estás hablando?”
Me di la vuelta.
El líder de Mimic se paró en la entrada del bosque con tres de sus hombres. Como ya
no podía escuchar ningún disparo, incluso podría haber descrito el bosque artificial
como tranquilo en ese momento.
“Soy André Gide. Somos fantasmas en busca de… el único que liberará nuestras
almas” El líder habló.
Tenía rasgos llamativos. Si usara un traje elegante con una copa de vino en la mano,
podría verlo como actor en una película. Sin embargo, había una cierta cualidad en el
timbre de su voz que sonaba como algo de décadas pasadas.
“Bueno, conozco a este chico que trabaja en una funeraria. Estoy seguro que te dará
un descuento si le doy unas palabras de tu parte.”
“Eso no será necesario… porque acabo de encontrar a quien estaba buscando.”
En el mismo instante, Gide disparó su pistola, apuntando directamente entre mis ojos.
Fue un disparo extremadamente preciso, pero saber que vendría con cinco segundos
de anticipación hizo que fuera fácil esquivarlo.
Di medio paso a mi derecha. Una bala me golpeó entre los ojos, la otra a través de mi
corazón. La bala de punta blanda del arma de asalto atravesó mi cráneo y entró en la
parte posterior de mi cráneo, enviándome a volar por el impacto.
La visión terminó allí.
Mi habilidad me mostró el futuro. Mientras suprimía el pánico que pasaba por mi mente,
me desvió hacia la izquierda, al contrario de lo que hice en mi visión. Sin embargo, en
el momento en que lo esquivé, una bala fue enterrada en mi cráneo. El interior de mi
cabeza se sacudió por el impacto, enviando un sonido suave y húmedo a través de mi
cráneo.
La visión terminó allí.
Me quedé aturdido. Gide no se había movido desde que llegó allí. Seguía apuntando
con su arma hacia mí y ni siquiera había apretado el gatillo todavía. De repente fui
arrojado a un profundo charco de confusión.
¿Qué estaba pasando?
“Tu confusión es mía también” Gide dijo después de bajar el arma. “Porque puedes
hacer exactamente lo que yo puedo. Tienes la habilidad de ver el peligro que envuelve
segundos antes de que ocurra. Vi un futuro donde te mueves a la derecha, así que
ajusté mi puntería a esa dirección. Sin embargo, tu “viste” ese futuro y te moviste en el
instante a la izquierda. Y vi ese futuro también… ¿Entiendes lo que digo?”
¿Tenemos la misma habilidad?
“Tu habilidad para observar el futuro es omnipotente. Nadie en este mundo puede
matarte… a excepción de mi” Las mejillas de Gide se tensaron cuando sus labios se
estiraron vagamente hacia los lados. Parecía que estaba sonriendo. “Y el único que
puede matarme eres tú. Eres la única persona que puede terminar esta guerra.”
Su sonrisa era verdaderamente del corazón. Era como si alguien hubiera inyectado
veneno helado en mis venas. Casi reflexivamente apunté mi arma hacia él.
“Sí, justamente así” Gide respondió como si lo suplicara. “Solo esa bala puede detener
esta guerra. Tu eres un miembro de la Mafia. No debes desear nada más que la
cabeza de tu enemigo.”
La boca de mi arma apuntaba a Gide. Todo lo que dijo era verdad. No se sabía quién
ganaría en un partido entre dos personas que podrían ver el futuro. Pero no había
nadie más en la mafia que pudiera siquiera hacerlo sudar.
Respiré hondo antes de exhalar con el hocico todavía apuntando directamente al
enemigo. Luego bajé mi arma.
“Pasaré” Respondí. “Vine a salvar a mi aliado. Y honestamente, no he matado a nadie
en años.”
“… ¿Qué?” Fue la primera vez que escuché una nota de sorpresa en su voz. “… ¿No
estás con la Mafia?”
“La Mafia está llena de todo tipo de personas.”
“Las armas son herramientas para matar, y este es un campo de batalla” Gide
gradualmente levantó la voz. “¡Entonces vamos a pelear! Vamos pelear con todo lo que
somos… ¡una batalla que desgarra nuestras almas! Toda guerra necesita de una bala.
Incluso si no disparas, ¡no tendrás más remedio que luchar si lo hago!”
Apuntó su arma hacia mí. Solo unos momentos antes, "lo vi" disparar
“Todos están obsesionados con pelear. No obtuvieron suficiente” Dije. “Pero yo no.
Estoy interesado en vivir. Lo que me interesa es cómo viven ustedes y qué los lleva a la
guerra. Y si mueres, esa información se perderá para siempre.”
“¡No hay más importante en la vida que la muerte!”
Jaló el gatillo.
Tuve una visión.
La bala me golpeó cuando me incliné hacia atrás para esquivar. Me agaché, pero
todavía me golpearon. Intenté desviarme hacia un lado, pero la bala se conectó. Cada
condición se superpuso a medida que se desarrollaba en mi cabeza.
Prever el futuro no me ayudaría en lo más mínimo. Me lancé hacia adelante en un
intento de disminuir mi área de daño. Las balas de los enemigos se dispararon,
rozando ligeramente mis sienes. Los soldados de Mimic dispararon sus rifles
automáticos en sintonía con su líder; Sin embargo, pude preverlo fácilmente. Rodando
sobre la tierra, evité su lluvia de balas, luego disparé con mis dos armas. Eran simples
disparos de advertencia, destinados a no golpear a nadie. Después de rodar al lado de
Akutagawa, me arrodillé y levanté mis armas.
“A propósito… ¿te perdiste?” La expresión de Gide oscureció. “Tu… ¿realmente crees
que está batalla la anhelamos? ¿Por qué hemos estado luchando hasta ahora?”
“Lo siento si viniste hasta Japón para esto, pero tengo mis razones para no matar a
nadie. Por favor, busca a alguien más.”
“¡¿Por qué?!” Gide gritó. “Depués de esa batalla, buscamos un lugar digno para morir.
¡Vagamos en el mundo como espectros! ¡Eres nuestra única esperanza! ¡Dispara!
¡Dispara! Si no lo haces…”
Sus aullidos flotaron sin ser escuchados en la atmósfera. Parecía un hombre en lo
profundo de su tumba, pero también como alguien que quería vivir desesperadamente.
Parecía que no tenía más remedio que responderle. En voz baja, respondí:
“La razón por la que no puedo cumplir tu deseo es porque tengo un sueño. Cuando
deje la Mafia y pueda hacer lo que quiera, me sentaré en un escritorio en una
habitación y veré el océano…”

—“Entonces escribe que pasa después.”


—“Es la única forma para preservar su perfección.”

“Quiero ser un novelista” Continué. “Quiero lanzar lejos mi arma. Todo lo que quiero en
mis manos son una pluma y un papel… Cierto hombre una vez me dijo que escribir
novelas es escribir gente… No puedes escribir sobre la vida de alguien después de
robárselas. Es por eso que no he matado de nuevo.”
Todos los ruidos se desvanecieron en un instante. El sonido del viento, el sonido de las
hojas frotándose juntas, todas desaparecieron, llenando el mundo con solo silencio.
Fue algo que nunca había dicho antes, ni a Dazai o Ango.
“¿Esa es tu respuesta?” Gide cuestionó en voz baja. “¿Es la razón por la que te miegas
a pararte en el campo de batalla antes que nosotros?”
“Sí.” Respondí.
Miré a Gide y él me miró. Nuestras miradas se cruzaron en silencio mientras
intentábamos leer las emociones ocultas profundamente en los ojos del otro. Fue
entonces cuando me di cuenta de que la negociación había fallado. Gide apuntó su
arma a Akutagawa, que todavía estaba inconsciente, y apretó el gatillo.
Hubiera sido imposible levantar un cuerpo inconsciente y esquivar una bala al mismo
tiempo, así que me arrojé frente a Akutagawa. El impacto me golpeó justo en el medio
del cofre. Salté a un lado y la fuerza me hizo girar antes de colapsar en el suelo y
retroceder aún más.
“¿Vivir? Estamos muertos. No somos más que masas de carne sin alma controladas
por los espíritus de los difuntos. No somos más que proyectiles vacíos esperando que
un usuario de habilidad como tu reduzca estos cuerpos a cenizas con tus disparos.”
Cada tos traía un dolor insoportable en mi pecho. Rasgué mi chaqueta y revisé la bala
para encontrarla atrapada en mi chaleco antibalas. Incluso entonces, me dolía el
esternón como si me hubieran golpeado con un martillo.
“No estás muerto” Lentamente entrelacé mis palabras. “No que sé paso en tu pasado,
pero no puedes gastar tu tiempo pensando como morirás.”
“¿Por qué no entiendes…? ¡Eres el único que puede…!”
Mientras se quitaba hasta la última expresión de ira de su voz, toda emoción
desapareció repentinamente de los ojos de Gide como una vela que se apaga. Y así,
sus ojos grises estaban vacíos, como si estuviera mirando ruinas sin fin.
“Sí esa es tu respuesta, entonces no hay nada que se pueda hacer. No me matarás
porque no entiendes mi deseo. No te mataré porque eres el único que nos puede guiar
hacia el fuego sagrado del campo de batalla.
Sin hacer ruido, el transporte de personal de antes se detuvo junto a la entrada del
bosque artificial detrás de Gide. Luego él y sus hombres entraron silenciosamente en el
camión hasta el último hombre. El tono grave me recordó a un funeral. Cuando estaban
a punto de despegar, Gide me miró una vez más y luego dijo: “Te haré entender.”
Su expresión era pálida. Había un signo de dolor en su voz que sonaba como algo que
no era de este mundo. No podía decir siquiera de dónde venía.
“Te haré entenderme. Lo verás…” Dijo Gide mientras señalaba severamente su sien.
“… lo que hay aquí. Entonces sabrás la verdad. Entenderás que uno de nosotros debe
morir.”
En silencio se alejó, subió a la camioneta y desapareció. Sin embargo, en el momento
final antes de irse, me lanzó una mirada que me heló la sangre. Por fin habló.
“Espera con ansias.”
Desde ese día, Mimic dejó de atacarnos. Después de que los heridos recibieran la
ayuda que necesitaban, hablé un poco con Dazai. Luego me encerré en mi habitación y
recorrí mis pensamientos. En esa habitación oscura, solo escuché el latido de mi
corazón mientras observaba las emociones surgiendo dentro de mí como espuma.
Tenía la sensación de que algo iba a suceder, y pronto. Algo grande. Como el cielo
violeta antes del anochecer, como un trueno lejano antes de un aguacero, tuve la leve
sensación de que estaba a punto de enfrentarme a algo colosal. Este presentimiento no
tenía nada que ver con ser un usuario hábil; fue el pequeño tinte que todos reciben
antes de que algo suceda. Pero de manera realista, no había prácticamente nada que
pudiera hacer al respecto hasta que realmente ocurrió y me abofeteó. El mundo no es
amable. Tienes que ser duro.
Cayó la noche. Dazai me contactó y me preguntó si podía reunirme con él para discutir
nuestros planes en el futuro. Agarré mi abrigo y salí de mi habitación.
“Me gusta la noche” Dazai dijo. “La noche es el tiempo de la Mafia.”
Los dos dimos un paseo por el centro de Yokohama. Los residentes de la ciudad
deambulaban tranquilamente por las calles. Edificios antiguos y nuevos igualmente
bañados por la húmeda brisa marina. Las estrellas doradas en el cielo parpadearon
como las luces en la superficie de la tierra.
“¿A dónde vamos ahora?”
“A ver a alguien” Dazai sonrió. “De todos modos. Lo siento por ti, Odasaku. No solo
porque huiste del líder del enemigo, pero hizo algunos avances serios hacia ti también.
A este paso, se casarán para la semana.”
“Eso no sucederá” Al menos, esperaba que no. “Son solo un grupo de bichos raros que
comienzan guerras por el bien de ellos.”
“¿Oh? Creo que es un poco lindo, ir tan lejos para planificar la muerte de otra persona.
Nunca habría pensado hacer eso.” Había más que un toque de diversión en su tono.
“Pero no puedo ignorar lo que dijo antes de irse. Podrían intentar cambiar su estrategia
antes de atacar nuevamente. Necesito que mis hombres te vigilen.”
“¿Cuánto más durará este conflicto?”
“Los soldados de Mimic no me molestan tanto, pero la habilidad del líder es un
verdadero dolor. Los ataques sorpresa no funcionarán, lo que significa que
necesitamos información privilegiada. ¿Tienes alguna idea?”
La mafia estaba haciendo todo lo posible para obtener información sobre Mimic, pero
hasta ahora había sido en vano.
“Ango es la única pista que tengo” Dije. “Trabajó como agente doble para la Mafia y
Mimic durante años. Debería saber mucho más de lo que me dijo el otro día.”
“Estoy de acuerdo.” Dazai asintió.
“¿No hay forma de encontrarlo?”
“La hay.” Claramente declaró.
“Oh, ¿la hay?” Asentí. Entonces me sorprendí. “Espera. ¿La hay?”
“Más precisamente, no necesitamos buscarlo. Ha esperado por nosotros. De hecho,
estamos aquí.”
Miré hacia arriba en la dirección que Dazai estaba señalando.
“¿Aquí?” Pregunté.
“¿Dónde más?” Dazai sonrió irónicamente.
Ante mí había un bar familiar con un letrero blanco y una pequeña luz que brillaba en la
oscuridad de la noche.

Dazai y yo bajamos las escaleras con poca luz hasta el sótano. Podía escuchar las
débiles voces de personas conversando mientras mis pies estaban envueltos en una
nube blanca de humo de cigarrillo. Pensando en el pasado, siempre había alguien allí.
Cada vez que pasaba, siempre me encontraba misteriosamente con un amigo que me
saludaba de inmediato, incluso si no habíamos hecho planes para reunirnos o si
simplemente me hubiera detenido por un capricho. Y eso todavía no había cambiado.
“Hola, gusto en verlos. Ya he empezado.”
En el mismo asiento, como siempre, Ango levantó su copa y nos saludó. Después de
darle al camarero la señal con los ojos, levanté un dedo. Inmediatamente, me dio una
rápida mirada de reconocimiento. Dazai y yo tomamos los asientos al lado de Ango.
“Al menos podrías haber intentado ponerte en contacto conmigo.” Dije.
“Me tomó un tiempo sacar a los perseguidores de mi camino” Ango dejó escapar una
risa amarga. “Tuve muchas dificultades que me impidieron hablar. Pero ahora no hay
escuchas telefónicas, y nadie me siguió hasta aquí. Puedo beber a mi gusto. Más
importante aún, ¿cómo sabían que estaba aquí?”
“Encontré un pañuelo en el lugar de la explosión” Dazai sonrió diabólicamente. “Había
una servilleta de este lugar envuelta adentro. Era completamente obvio. ¿Quién
hubiera pensado que los espías usaban métodos tan anticuados, eh?”
Ahora que lo mencionó, recordé haberle prestado a Ango mi pañuelo antes de
desmayarme. Eso debe haber sido cuando deslizó la servilleta. Solo pensé que la
había perdido.
“Somos los únicos que percibiríamos algo así” Dijo Ango antes de soltar un pequeño
suspiro. “Pensé que nunca volvería a beber aquí de nuevo. Soy suertudo. Y quiero
compartir esta suerte con mis dos amigos.”
“Bueno, ¿no estás siendo algo sentimental para un agente encubierto?” Respondió
Dazai con frialdad.
Miré a Ango. No reaccionó de inmediato a lo que Dazai había dicho, pero sus labios
parecieron curvarse ligeramente.
“... Estoy impresionado.” Ango admitió en voz baja después de unos momentos.
“Ango, ya eras alguien antes de unirte a la mafia. Eras agente de la División Especial
de Poderes Inusuales del Ministerio del Interior, una agencia secreta del gobierno. Tu
misión era vigilar a la Mafia e informarle al cuartel general.”
“… Sí” Respondió Ango después de un profundo suspiro.
“Si bien puedes ser parte de una organización secreta que preside los usuarios de
habilidad en este país, no saldrías ileso si te enfrentas a la Port Mafia de frente.
Además, la misión de la División Especial para Poderes Inusuales es administrar a los
usuarios de habilidad, no eliminarlos. Por eso enviaron un agente para infiltrarse en la
Mafia para vigilar las cosas. Fue una medida de acción inevitable. ¿Estoy en lo cierto?”
Eso significaría que todo el desastre que llevó a Ango a la Mafia fue creado por la
División Especial de Poderes Inusuales.
“Fue entonces cuando apareció Mimic. Esta organización criminal de usuarios de
habilidad planeaba venir a Japón, y demostrarían ser otro dolor de cabeza para la
División Especial para Poderes Inusuales. Por lo tanto, te obligaron a vigilarlos... como
agente doble de la Mafia. Por supuesto, esas Fuerzas Especiales vestidas de negro, la
fuerza de tareas de la División, vendrían a tu rescate si fuera necesario.”
“Ser un funcionario del gobierno era un trabajo ingrato por poco dinero.” Afirmó Ango
con el ceño fruncido.
“Entonces eso significaría que Ango no era un agente doble, sino un agente triple.”
Dije.
“Sí” Dazai asintió con la cabeza. “Bueno, eso es sobre el alcance de mi investigación.
De todos modos, suficiente de cosas aburridas. Bebamos.”
Las copas se colocaron suavemente frente a nuestros asientos. Por lo general,
diríamos saludos después de eso, pero no esta vez. Quizás eso nunca vuelva a
suceder.
Nadie habló por un tiempo después de eso. Un silencio amargo, más amargo que
cualquier cosa en el menú, llenó el aire entre nosotros.
“Entonces…” Ango habló a regañadientes ya que nadie más diría nada. “¿Han venido
aquí para afirmar nuestra amistad permanente?”
“Como si” Solo las comisuras de los labios de Dazai se curvaron. “Vinimos para obtener
información sobre Mimic. Tu sabías eso.”
“Es extraño. Este es el mismo licor que siempre pido, pero no tiene sabor” Murmuró
Ango mientras miraba su vaso como si estuviera hablando consigo mismo. Luego
volvió su mirada hacia mí y preguntó: “El grupo de vigilancia de la División nos informó
que conociste a Gide. ¿Viste su habilidad?”
Le dije que vi que Gide podía predecir los ataques de su enemigo.
“Incluso la División Especial de Poderes Inusuales no tiene forma de lidiar con esa
habilidad” Ango sacudió la cabeza. “La única opción sería lanzar una bomba masiva
sobre él… pero es esquivo. No podemos precisarlo. Los superiores aparentemente
tienen la intención de dejar que la Mafia se ocupe de este caso. Después de que
ambos sindicatos del crimen se eliminen entre sí, la División Especial de Poderes
Inusuales puede administrar cualquier grupo que sobreviva, por lo que nunca tendrá
que sacrificar uno de los suyos.”
Una maniobra tan brillante sería como matar dos pájaros de un tiro para la División
Especial de Poderes Inusuales.
“Que conveniente” Dazai inclinó la cabeza hacia un lado. “Pero incluso la Mafia tendría
dificultades para lidiar con esa habilidad” Dazai luego me miró por el rabillo del ojo. “...
Con la excepción de un mafioso de menor rango, por supuesto.”
“Es un veterano militar al mando de innumerables soldados poderosos” Mencioné
mientras miraba mi reflejo en mi bebida. “Además, nuestras habilidades simplemente
nos permiten ver unos segundos en el futuro. Quién gana depende de quién sea más
hábil en la batalla y con un arma.”
Ser más hábil con un arma significa poder disparar a tu oponente desde más lejos con
más precisión.
“La puntería de Odasaku...” Dazai esbozó una sonrisa significativa.
“Hay mucha incertidumbre. Además, también existe el problema de una singularidad de
habilidad.”
“¿Singularidad de habilidad?”
“¿Pasó algo inusual cuando usaste tu habilidad contra Gide?”
Después de pensarlo por un momento, le dije que algo inusual sucedió. Vi múltiples
futuros apilados uno encima del otro.
“Es un fenómeno que el gobierno ha comenzado a investigar recientemente” La
expresión de Ango era severa mientras hablaba. “Han observado que cuando
interactúan múltiples habilidades, en raras ocasiones se desvían en una dirección
completamente inesperada. Los detalles no están claros, pero por ejemplo...
imaginemos que dos personas están peleando, pero ambas tienen la habilidad de
atacar siempre primero... O uno tiene la habilidad de engañar siempre a su oponente
mientras que la otra tiene la habilidad de ver siempre la verdad... ¿Qué ocurre? La
respuesta es que no lo sabremos hasta que lo intentemos. La mayoría de las veces,
una habilidad termina ganando. Sin embargo, en algunos casos raros, conduce a un
fenómeno que no es iniciado por ninguna de las partes. La División Especial de
Poderes Inusuales llama a esto una singularidad.”
Quizás lo que vi entonces fue una singularidad. ¿O era una singularidad algo más allá
de eso?
“Realmente no se suponía que debía decirte nada de eso.” Mencionó Ango.
“Incluso el hecho de que nos reunimos aquí sería un gran problema si los superiores
del Ministerio del Interior alguna vez se enteraran. Necesitaré esconderme por el
momento.”
Dazai miró a Ango, luego sonrió cuando dijo: “Oh, Dios mío. Casi parece que crees que
podrás salir de aquí con vida, Ango.”
El aire se congeló. La expresión de Ango se desvaneció lentamente, pero Dazai seguía
sonriendo.
“Quiero decir, sabes lo que digo, ¿verdad? Una agencia esquiva y secreta de usuarios
de habilidades envuelta en la oscuridad, un grupo de estatus mítico que envía
escalofríos a todos los sindicatos del país, y uno de los miembros de esa organización
está aquí ante mis ojos. La cantidad de información que quiero de ti podría crear un
tomo más grueso que el diccionario en sí. ¿Me equivoco?”
Naturalmente le pregunté a Dazai que tenía en mente. “¿Planeas convertir este lugar
en una zona de guerra?”
Ango ni siquiera se inmutó. Su rostro estaba congelado en una sonrisa ambigua. Miró a
Dazai como si sus ojos estuvieran fijos en su lugar.
“Es mi culpa” Dijo Ango como si se hubiera rendido. “Cometí un error. Supuse que este
lugar era el único lugar donde podríamos encontrarnos con ese estatus o rango
trascendido. No me gustaría causar ningún problema aquí, así que hazme lo que
quieras. No me resistiré.”
Ango debería haber sabido lo horrible que era la tortura de la mafia. No había
esperanza de que regresara vivo a la División Especial de Poderes Inusuales. Incluso
si tomara el lado de Ango allí, nada cambiaría. No había forma de escapar de la trampa
de Dazai alrededor del perímetro del bar, y los huérfanos en el restaurante serían
asesinados si traicionaba a la mafia.
“Ango” Dazai habló en voz baja, girando su mano hacia adelante y hacia atrás como
para inspeccionar ambos lados. “Si hago una sola llamada telefónica, mis hombres
rodearán el lugar de inmediato. Pero todavía no se han movido. Sal de aquí antes de
que cambie de opinión.”
Ango trató de decir algo, pero se tragó sus palabras.
“No estoy triste. Lo supe desde el principio” Dijo Dazai. Su rostro era una máscara en
blanco ahora. “No importaba si estabas en la División Especial de Poderes Inusuales.
Siempre pierdo las cosas que no quiero perder. Por eso ya no siento nada. En el
momento en que tienes en tus manos algo que vale la pena, lo pierdes. Así son las
cosas. No hay nada que valga la pena perseguir a costa de prolongar una vida de
sufrimiento.”
Miré a Dazai. Nos conocíamos desde hace un tiempo, pero esta era la primera vez que
se abría sobre sí mismo. Pude ver una espina del tamaño de un arpón profundamente
clavada en su vida.
“Dazai, Odasaku, no soy diferente. Como parte de una organización clandestina cuyas
tareas deben mantenerse en secreto, como usuario de habilidad que caza a otros
usuarios de habilidades, he estado envuelto en la oscuridad del gobierno durante
demasiado tiempo. Nunca más caminaré en la luz” Ango nos miró y continuó: “Si
alguna vez llega un momento en que la División y la Mafia ya no existan... si alguna vez
somos liberados de los confines de nuestro trabajo... ¿creen que podemos beber aquí
de nuevo así?”
“No digas más, Ango” Dijo una voz cerca. Era mi voz “Simplemente no.”
Ango sacudió la cabeza, aparentemente herido. Luego se levantó gradualmente de su
taburete y lentamente abandonó el bar, con los ojos bajos como si estuviera
escuchando atentamente el sonido de sus propios pasos. Supuse que esa era
probablemente la última vez que lo vería. Miré al asiento en el que había estado para
encontrar algo colocado en la mesa al lado de su vaso vacío. Después de recogerlo, le
mostré a Dazai.
Era la foto que habíamos tomado en ese bar hace solo unos días.
Los tres estábamos riendo y sonriendo.
CAPÍTULO 4
Los sentimientos de las personas reflejan el clima, pero el clima no es reciproco. El sol cálido y
brillante iluminaba Yokohama ese día mientras caminaba a través de la ciudad con el ceño
fruncido. Estaba seguro que me veía más gruñón de lo habitual, ya que llevaba cosas en
ambas manos. Realmente no estaba de mal humor, tal vez. Era simplemente un problema de
equilibrio porque mis manos sostenían bolsas llenas con juguetes y dulces.
Necesitarías un poco de entrenamiento para cargar esto con una sonrisa.
Eran para los niños. He traído algunos regalos para ellos, ya que estaba seguro de que se
estaban hartando de la vida como refugiados. De hecho, probablemente estaban hasta las
lágrimas escondidos en la casa segura que Dazai preparó para ellos, así que estaba un poco
preocupado de que eso no sería un soborno suficiente para hacerlos sonreír. Después de todo,
lo que es suficiente para los adultos nunca es suficiente para los niños.
Un joven en su bicicleta pasó mientras silbaba. Los niños pequeños corrieron delante de su
madre en busca de una gran cantera que solo ellos podían ver. No pude ayudarlos, pero sentí
que tal vez la guerra en los dos sindicatos había tomado lugar en la otra cara del mundo.
Pensé sobre Mimic mientras caminaba. Pensé sobre esos soldados solitarios que vivían para
morir. Gide dijo que me haría entender. Esas palabras eran por supuesto para arrastrarme a la
batalla. Pero al mismo tiempo, eran los gritos de sinceros de un niño pequeño. Los únicos que
pueden entenderlo son sus hombres o su enemigo… y parecía como si quisiera que yo fuera el
último.
No sabía si matarse unos a otros era lo correcto. A este paso, la guerra continuaría hasta que
la Mafia o Mimic fueran destruidas. ¿No había manera de terminar de cualquier manera esto de
forma pacífica? ¿No había manera de que pudiera entenderlos y aún dibujar mis modestas
líneas de límite?
También había pensado sobre los niños. Planeaba dejar la Mafia una vez que ellos se volvieran
lo suficientemente independientes para vivir por sí solos sin mi ayuda. No sabía cuándo sería,
pero sabía que pasaría un día. Los niños crecerían. Algunos pueden trabajar en una oficina,
algunos pueden ser ingenieros, y otros incluso pueden ser jugadores de baseball profesionales.
El mayor aparentemente soñaba ser un mafioso como yo, que inducía el dolor de cabeza, pero,
bueno, pensé que sería capaz de disuadirlo. Una vez que todo esto pase, finalmente podré
arrojar mi arma, sentarme frente a un escritorio en algún lugar y poder ver el océano, y
empezar a escribir mi novela.
Cuando llegué frente al edificio, pausé por un momento. El lugar que Dazai encontró para los
niños era una oficina de licencias de importación afiliada a la Mafia. Era un edificio azul de dos
pisos junto al océano que había sido bautizado con óxido de arriba abajo por la brisa marina. Al
lado del edificio había un amplio estacionamiento compartido ocupado por un autobús de color
musgo sin nada mejor que hacer.
Por lo que me dijeron, Dazai alquiló todo el edificio, por lo que los empleados fueron enviados a
una oficina completamente diferente. Siempre llega a los extremos, pero esta medida también
fue prueba de que Dazai creía que había una alta probabilidad de que los niños fueran
atacados. Con mis manos ocupadas, subí las escaleras mientras repasaba mentalmente la lista
de quién obtendría que juguete. Después de caminar por el pasillo, abrí la puerta de la sala de
reuniones que los niños supuestamente estaban usando.
Nadie estaba adentro. El escritorio estaba volteado, había hoyos en la pared, y el piso estaba
rayado, aparentemente por haber arrastrado algo pesado sobre él. Los crayones dispersos en
el suelo fueron aplastados bajo grandes huellas. Escuché un ruido sordo cuando algo golpeó el
suelo, luego me di cuenta que había dejado caer las bolsas que llevaba. Comencé a correr casi
inconscientemente. Salí corriendo de la sala de reuniones y bajé la escalera prácticamente de
un saltó.
Cuando salí del edificio, vi que el autobús de color musgo de tamaño reducido en el
estacionamiento comenzaba a partir.
Mientras miraba por la ventana trasera, vi que la mano de alguien se extendía a través de las
cortinas ligeramente abiertas. La pequeña mano golpeó contra el cristal. También pude ver la
cara de una persona en el asiento trasero; era un niño cuyos ojos estaban hinchados por ser
golpeado.
En el momento en que el niño me miró, sus ojos se abrieron. Era el niño mayor que soñaba con
unirse a la Mafia un día. Notando mi mirado, apresuradamente abrió las cortinas. Detrás de él
estaban los otros niños… abrió las cortinas para mostrármelos.
El siguiente momento, un solado de Mimic en el autobús lo agarró por el hombro y lo lanzó
violentamente hacia atrás. Las cortinas se corrieron, y el niño desapareció detrás de ellos.
Desesperadamente corrí detrás del autobús tan fuerte que mis rodillas casi me golpean la
barbilla. El conductor aparentemente se dio cuenta y aceleró. Me apresuré hacia la calle, puse
una mano en la barandilla, luego salté sobre ella para correr paralelo al autobús. El vehículo
condujo gradualmente más rápido. Reflexivamente busqué debajo de mi abrigo, pero dejé mis
armas ese día. ¿Qué miembro de la Mafia deja atrás sus armas?
La luz en la intersección estaba a punto de ponerse roja, pero el autobús se desvió a la
izquierda, apenas disminuyendo la velocidad cuando los autos circundantes tocaron la bocina.
Vi hacia dónde se dirigía el autobús, allí había una gran curva que pasaba por debajo del
puente y conectaba con la carretera. No tendría ninguna posibilidad de alcanzar al autobús si
llegara tan lejos. Tenía que terminar esto antes. Subí corriendo la escalera cercana al paso
elevado para peatones en tres saltos, luego corrí hacia el medio antes de saltar al desnivel de
tráfico cercano.
El desnivel estaba protegido con una malla de alambre, que agarré con una mano para evitar
caerme. Luego subí la red y me puse de pie sobre el desnivel. Luego, corrí por el concreto
hasta acercarme a un área que se cruzaba con la carretera de abajo. En ese mismo momento,
el autobús comenzó a pasar debajo de mis pies.
Esperé hasta el momento justo para saltar. Mi abrigo ondeaba con aire y susurraba al viento.
Aterricé en el techo de una minivan roja que conducía frente al autobús, extendiendo mi mano y
una rodilla para evitar la caída. Escuché a alguien dentro de la minivan gritar.
Cuando me di vuelta, vi el autobús y un soldado de Mimic de gris detrás del volante. Fijó su
mirada en mí con ojos inyectados en sangre. Había al menos dos enemigos en ese autobús.
Ellos eran militares, y tal vez estaban armados. Yo, por otro lado, no tenía respaldo o armas
para defenderme. Pero sería capaz de manejar las cosas siempre y cuando solo tuviera una
mirada del enemigo. El autobús se aceleró y se acercó al minivan. Parecía que el conductor del
autobús quería golpearme junto con el auto. En este tipo de situación, normalmente me
gustaría encogerme y correr hacia otro lado, es decir, si no hubiera visto la cara hinchada del
niño momentos antes.
Después de una breve pero silenciosa disculpa, pateé violentamente el espejo retrovisor de la
minivan con el talón. El metal se rompió cuando el espejó cayó perezosamente, solo para
colgar al lado del vehículo. Justo cuando extendí la mano y lo arranqué, el autobús embistió la
minivan roja. Me aferré desesperadamente mientras el auto giraba drásticamente hacia un
lado, y luego tiré el espejo retrovisor en mi mano directamente al soldado de Mimic que
conducía el autobús.
El gran espejo pintado de rojo destrozó la ventana delantera y se estrelló contra la cara del
conductor antes de que pudiera sacar su arma. Inmediatamente, pisó los frenos cuando
comenzó a perder el conocimiento. Como un rinoceronte intoxicado, el autobús se desvío de un
lado a otro antes de detenerse. Mientras tanto, la minivan en la que estaba parada también se
detuvo como si hubiera tomado su último aliento. Salté del techo.
Cuando encaré el autobús, tuve un horrible presentimiento, como si alguien acabara de poner
mi corazón en un tornillo. Campanas de alarma sonaba en mi cabeza sin descanso. Mi visión
brilló en rojo y blanco. Antes de lo que hubiera notado, ya estaba corriendo.
—“Te haré entenderme”.
El conductor sostenía algún tipo de transmisor de señal. Ya sabía lo que eso significaba. Sin
embargo, mi cuerpo aún no se había recuperado. Un solo momento que se sintió como una
eternidad pasó. El soldado de Mimic apretó el interruptor del transmisor.
Y con solo eso, el autobús instantáneamente explotó.
Mi cuerpo fue lanzado hacia atrás por una pared de aire. Perdí el conocimiento mientras volaba
por el cielo, pero mi espalda chocó contra un auto cercano, sacudiéndome para despertarme.
Miré el bus. Pilares de fuego se alzaban por cada ventana mientras volaba en el aire casi tan
alto como el ojo podía ver. Después de girar brevemente por el aire, rápidamente cayó al
costado del camino.
Pasó un momento antes de que llovieran fragmentos de vidrio desde arriba. Intenté
apresurarme. Traté de correr hacia el autobús incluso si solo me llevaría allí un segundo más
rápido. Pero en realidad, todo lo que hice fue caer de bruces y retorcerme patéticamente sobre
el suro asfalto. El autobús se incendió. Yacía de costado, doblado en el medio. Probé sangre
en el fondo de mi garganta. Hubo un zumbido ensordecedor en mis oídos, y apenas podía
escuchar algo.
—“Así, nos trata a todos como niños, pero todos nosotros ya somos adultos, ¿sabes?”
Mi garganta dolía. No podía respirar. Pude escuchar los gritos de alguien a lo lejos. Lo noté…
porque mi garganta dolía demasiado… quien estaba gritando era yo.
“¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!”

Un pequeño barco turístico flotaba en la bahía de Yokohama. Suaves olas brillaban


bajo los rayos del sol desde un cielo cristalino. La nave flotaba tranquilamente a través
de las aguas mientras se bañaban en el resplandor reflejado.
Solo unas pocas personas estaban a bordo del barco. En el centro se encontraba un
joven con rasgos académicos y gafas redondas: Ango Sakaguchi, un agente de la
División Especial de Poderes Inusuales. Un hombre estaba sentado a su derecha.
“Ango, ha pasado un tiempo. Gracias por invitarme. ¿Cuántas cosas han pasado desde
que regresaste a tu trabajo real?”
Un hombre con cabello negro peinado hacia atrás y una bata blanca—el jefe de la
Mafia de Puerto, Ougai Mori—habló con Ango de manera amistosa.
“…” Sin decir una palabra, Ango simplemente bajó su mirada nerviosamente.
“Te agradecerá si no molestaras a mi hijo aquí, líder de la Mafia”
Sentado al otro lado de Ango había un hombre alto, de mediana edad y cabello blanco
que se alzaba sobre el resto de las personas en el bote. Era el jefe Taneda, el
comandante en jefe de la División Especial para Poderes Inusuales del Ministerio del
Interior.
Detrás del jefe de la mafia y el jefe de la división, respectivamente, había hombres con
trajes negros de guardia y las Fuerzas Especiales en negro. Sin embargo, ni una sola
alma estaba armada.
Con su expresión tensa, Ango dijo: “Gracias por venir este día. Una vez más, este es
un encuentro no oficial. Todo el audio y grabaciones o intervenciones físicas por
cualquier persona que no sean los presentes será tratado como acto de traición, y la
reunión será concluida inmediatamente”
Ango miró la bahía mientras hablaba. Hombres de cada
La organización secreta, o quizás abiertamente, esperaba en tierra a lo lejos. En el
caso poco probable de que una de las partes decidiera traicionar y matar a la otra
durante la reunión, los subordinados de la parte lesionada en la costa aniquilarían
inmediatamente al enemigo. Esta reunión fue creada en un estado de delicado
equilibrio con cada parte sosteniendo un cuchillo en la garganta de la otra.
“Mi pequeña Elise me ha estado pidiendo que le compre un helado de camino a casa.
¿Conoces buenos lugares, jefe Taneda?”
“Jajaja. Bueno, no es tan dulce” El jefe Taneda se echó a reír mientras se refrescaba
con el abanico en la mano. “Tal vez debería recoger algo para los burócratas que
esperan mi informe en el Ministerio del Interior. Estarían encantados de tener tu
cabeza. Te diré”
Dos subordinados de la mafia que esperaban detrás de su jefe comenzaron a temblar
de rabia. Sin embargo, el jefe simplemente sonrió con aire de indiferencia.
“¿Fingiendo preocupación por los altos mando del Ministerio del Interior para aumentar
tu reputación? Los oficiales del gobierno siempre parecen tener algo de que
preocuparse, ¿no es así, jefe Taneda?”
“Oh, es una preocupación insignificante en comparación con alguien que tiene que
esconderse en las alcantarillas por temor a ser aplastado por el gobierno”
Los dos hombres hablaron y parecieron jugar shogi bajo el alero de una casa juntos.
Pero el mediador designado, Ango, que estaba parado en el medio, no pudo evitar
sudar frío. Si los dos hombres delante de él lo intentaran seriamente, entonces
Yokohama se convertiría en una ciudad de cadáveres antes de que pasen tres días.
“Ahora, vamos a hablar de negocios” Dijo Ango. Incluso la élite de la División
necesitaba actuar con la máxima precaución al interrumpir a estos dos. “Señor Taneda
de la División Especial de Poderes Inusuales tiene dos peticiones para el Señor Ougai
de la Port Mafia. Primero, no deben preocuparse ni infligirme daño. Siguiente, deben
eliminar al sindicato europeo de crimen, Mimic, que ingresó ilegalmente a Japón.
¿Aceptan?”
“No tengo problemas con la primera condición. Personalmente, estoy realmente en
extremo agradecimiento contigo, Ango. Eres talentoso, y me apoyaste con gran
esfuerzo en mi trabajo, independientemente del hecho de que eso era parte de tu
trabajo como un agente encubierto. Pude tener esta reunión con la División Especial de
Poderes Inusuales. Casi quiero abrazarte y enviarte un ramo de flores”
“Entonces…”
“Sin embargo, no puedo hacer una promesa definitiva en consideración a tu segunda
petición. Mimic es un grupo horrífico, después de todo. Nosotros permanecemos bajo
presión gracias a ellos. Si pudiera, preferiría simplemente salir corriendo llorando. Es
tan malo”
Ougai miró a Taneda con una sonrisa imperceptible. Un destello de luz penetrante
iluminó las profundidades de los ojos de Taneda. Los cerró antes de darle una señal a
Ango con su mirada.
“Siguiente, la Port Mafia pedirá a la División Especial de Poderes Inusuales…”
El jefe Taneda dejó escapar un suspiro corto y profundo. Luego sacó un sobre negro de
su traje.

Imágenes sin sentido se arremolinaban en mi cabeza. Estaba de pie en una habitación


de hotel blanca y estéril. Luego, estaba otra vez en el bosque plantado frente al museo
de arte. Después de eso, estaba en el segundo piso del restaurante.
—“Sakunosuke Oda, un mafioso peculiar quien cree que matar nunca es la respuesta”.
Estaba en el callejón lleno de basura, luego en el tranquilo bar en medio de la noche;
luego estaba en el ascensor en la sede de la mafia. Después de eso, estaba sentado
en el asiento junto a la ventana de la cafetería en un día lluvioso.
—“Escribir novelas es escribir personas”.
—“Estás perfectamente calificado”.
Me preguntaba si ese hombre con bigote estaba siendo serio con lo que dije. ¿O solo
estaba tratando de hacerme sentir mejor? ¿Realmente merezco escribir sobre las
personas? Incluso si lo que había dicho era cierto, todo fue en el pasado. Ya no tenía
ese derecho.
En el lugar de la explosión, de alguna manera me las arreglé para ponerme de pie y
comprobar dentro del autobús. No debería haberlo hecho; hubiera sido fácil imaginar
simplemente cómo era por dentro. Después de eso, decidí dejar la escena antes de
que llamara demasiado la atención. Fui al restaurante.
—“Ellos son un ejército”.
—“Esos hombres no saben cómo vivir fuera del campo de batalla. Son conocidos como
grau geists… hombres sin maestro”.
Las luces estaban apagadas; estaba tranquilo.
Cuando entré, encontré al dueño, Pops, muerto.
Estaba acostado detrás del mostrador en una olla y el estante para utensilios de
cocina. Le habían disparado tres veces en el pecho y todavía tenía los ojos abiertos. Su
mano todavía estaba agarrando el cucharón de curry. Debió haber intentado agarrarse
a lo que estaba cerca de improviso. Me preguntaba cómo había planeado luchar contra
los soldados de Mimic armados con solo un cucharón. Justo lo que esperarías del
dueño de un restaurante afiliado a la mafia.
Solo cuando cerré suavemente los párpados de Pops, él realmente parecía muerto.
Podía sentir mi alma siendo fuertemente exprimida de mi cuerpo. Era el sonido que
hace el espíritu cuando está desfigurado irreversiblemente.
Un cuchillo militar estaba atrapado en el mostrador, y debajo había un mapa. Después
de sacar el cuchillo, miré el mapa. Contenía un dibujo de un terreno montañoso no muy
lejos. Había una X roja en una vieja propiedad privada en las montañas con las
palabras Cementerio de Fantasmas garabateadas a su lado.
Estaba seguro de que era un mensaje de Mimic, de Gide. Doblé el mapa y lo guardé en
mi bolsillo. Luego me dirigí al segundo piso y entré en la habitación oculta que Pops
tenía preparada para mí. Allí se escondieron una serie de armas para uso de
emergencia.
Me quité la ropa y me puse un chaleco antibalas ligero. Luego, me puse una camisa,
luego pasé los brazos por la funda del hombro y la abroché por la espalda.
Revisé ambas pistolas. Una vez que terminé de mirarlas, limpié el polvo de una pistola,
la engrasé y reuní todo. Me aseguré de que la vista no estuviera apagada. Luego
saqué la bala y apreté el gatillo, comprobando cómo se sentía. Después de eso, cargué
el cartucho antes de volver a insertarla en la pistola. Tiré del tobogán, enviando la
primera bala a la cámara. Cuando terminó, revisé la otra arma de la misma manera
antes de meterla en las fundas a cada lado de mi cuerpo.
Cada movimiento preciso que hice fue como una oración. Mientras me preparaba, mi
mente se separó de mi cuerpo, y divagué en mis pensamientos: quién solía ser, qué
buscaba, con quién hablaba, qué sentía, cómo quería vivir. Todo lo que supe en ese
momento fue que todo lo que buscaba en el pasado ya se había ido… tirado como un
pedazo de papel arrugado.
Envolví mis muñecas en bandas llenas de cartuchos de repuesto. Luego pasé los
brazos por las mangas del abrigo tejido de Kevlar, en el que metí granadas y tantos
cartuchos de repuesto como pude. Dudé, pero decidí no traer vendajes ni analgésicos.
No los necesitaría.
En cambio, encontré una caja de cigarrillos de cuando había dejado de fumar hace
años. Me dirigí a la habitación contigua con los cigarrillos y una cerilla. Era la habitación
en la que vivían los niños, el mismo lugar donde habíamos estado juntos hace unos
días. Apenas había cambiado: la barandilla de la cama pintada con crayones, el suelo
sucio, el papel pintado manchado. La única diferencia eran las cinco sombras que
también deberían haber estado allí.
“Buenas noches, Kousuke” Dije mientras encendía un cigarrillo. Ese era el nombre del
niño mayor. “Buenas noches, Katsumi. Buenas noches, Yuu. Buenas noches, Shinji.
Buenas noches, Sakura”
Vi como un rastro de humo pálido se elevaba silenciosamente desde la punta.
“Duerman bien. Los vengaré”
Sosteniendo el cigarrillo entre mis dedos, miré el humo hasta que el cigarrillo se apagó
y el humo desapareció.
Empecé a caminar.

“¡Odasaku!”
Fui detenido por una voz familiar el momento en el que dejé el restaurante.
“¿Dazai? ¿Qué ocurre?”
“Odasaku, sé lo que estás pensando, pero no lo hagas. Haciendo lo que piensas…”
“¿No traerá a los niños de vuelta?” Pregunté.
Le robé las palabras, Dazai cayó en silencio. Entonces dijo: “Juzgando por la escala de
escaramuzas pasadas, tengo una buena idea de cuántos soldados de Mimic quedan.
Hay un poco más de veinte de ellos, y están descansando para la batalla mientras
hablamos. Lo más probable es que hayan establecido una base en el distrito
montañoso occidental. Voy a investigarlo y…”
“Ya sé dónde están. Me dejaron una invitación”
Le extendí a Dazai el mapo con las letras Cementerio de Fantasmas que encontré hace
poco. Frunció el ceño cuando lo miró.
“Están reuniendo a sus tropas en un solo lugar. No estoy seguro de que la Mafia pueda
derrotarlos incluso si movilizamos a todos nuestros hombres”
“Eso no será necesario”
“Odasaku, escucha. El jefe tuvo una reunión secreta hace unas horas. Se reunió con la
División Especial de Poderes Inusuales, y Ango fue mediador. El encuentro fue tan
secreto que no pude tener más información, pero todavía hay algo sospechoso con
estas cosas de Mimic. Puedo sentirlo. Así que hasta que no sepamos que es…”
“¿’Algo’?” Miré a Dazai. “No hay nada, Dazai. Se acabo. Todo. Cualquier otra cosa que
pase no tiene sentido… justo como lo que estoy a punto de hacer. ¿Me equivoco?”
“Odasaku…” Dazai dijo con calma. “Perdóname por estas palabras absurdas, pero…
no vayas. Busca algo en que aferrarte. Espera que sucedan cosas buenas de aquí en
adelante. Debe haber algo… Oye, Odasaku, ¿sabes por qué me uní a la Mafia?”
Lo miré. Nos conocíamos desde hace tiempo, pero nunca tuvimos oportunidad de
hablar de eso.
“Me uní a la Mafia porque tenía una expectativa. Pensé que si me acercaba a la muerte
y la violencia… cerca de personas que ceden a sus impulsos y deseos, entonces,
podría ver la naturaleza interior de la humanidad de cerca. Pensé que si lo hacía…”
Dazai pausó antes de continuar. “… sería capaz de encontrar algo… una razón para
vivir”
Lo miré; miró detrás de mí.
“Quería ser un novelista” Dije. “Pensé que no merecería tal vida si mataba a alguien
durante una misión. Es la razón por la que nunca maté a nadie. Pero todo eso está en
el pasado. Solo hay una única cosa que quiero ahora”
“¡Odasaku!”
Comencé a caminar. Dazai gritaba, pero no regresé.

Hacia el oeste, comencé mi viaje.


Como siempre, todos caminaron en la dirección que quisieron. Todos tenían un lugar a
donde ir, alguien con quien reunirse, un hogar al que regresar. Ese era el mundo en el
que vivíamos. Ese era el mundo sobre el que quería escribir en mi novela. Ese era el
mundo al que se suponía que pertenecían los niños, donde cada uno caminaba por las
calles como quisieran.
—“Todos ellos encontraron paz. Nadie puede arrebatársela”.
Recordé lo que Ango dijo ese día hace mucho, mucho tiempo. ¿Los niños estaban en
algún lugar pacífico? ¿O se habían convertido en fantasmas para vagar por el mundo
de los vivos?
Al igual que Gide ... y yo.
Mientras caminaba, me topé con un joven pequeño que venía en la dirección opuesta.
“¡Whoa!”
No me pasó nada, pero el joven perdió el equilibrio y cayó de espaldas. Todo lo que
había estado llevando se esparció por el suelo.
“¡¿Qué piensas que estás haciendo?! ¡Mira a dónde vas! Con las a esa altura,
¡deberías ser muy bueno en eso! Ugh… Todo el equipo de detective que el director me
dio…”
Ayudé al joven a recoger sus pertenencias dispersas: papel de registro, un bolígrafo,
una cámara y una bolsa para almacenar evidencia forense. Tal vez fue un técnico
forense en un caso de asesinato.
“¿Eres un policía?” Pregunté sin una razón en particular.
“¿Yo?” Entrecerró los ojos, ya estrechos, con absoluto disgusto. “¡Te agradecería que
no me hubieras agrupado con un montón de incompetentes! ¿No sabes quién soy?
Pronto seré un nombre familiar en todo Japón, ¡así que no lo olvides! Soy el mejor
detective del mundo, Ranpo Edo-...”
“Perdón por eso” Lo interrumpí a mitad de la frase. “Ahora, si me disculpa, tengo prisa”
“¡Oye! ¡Serías un verdadero tonto si desperdicias tu oportunidad de hablar con este
increíble detective! De hecho, ¡no podrás resistirte una vez que veas mis habilidades en
acción! Permíteme mostrarte para que pueda librarte de cualquier duda. Hmm,
veamos... La razón por la que tienes prisa es…”
El joven alegre y altivo se rió, luego me miró.
“Tu…”
Sus ojos se estrecharon de repente y el aire a su alrededor se enfrió instantáneamente.
La profundidad de sus ojos almendrados albergaba un brillo inhumano.
“Tú…” A diferencia de hace un momento, el joven habló en un susurro. “Te digo esto
por tu propio bien. No debes ir a tu destino. Reconsidéralo”
“¿Por qué?”
“Porque sí vas… morirás”
Encendí otro cigarrillo y luego le di la espalda. Dirigiéndome al oeste, me puse en
camino una vez más. Mientras me alejaba, respondí al joven detrás de mí:
“Lo sé”
Después de dirigirme por el camino forestal lleno de robles, vi un edificio de estilo
occidental. Lo primero que me llamó la atención fue el techo de pizarra violeta y el
frontón semicírculo con su motivo religioso. Tomando el sol de la tarde, se destacaba
ociosamente contra el bosque.
Al final del angosto camino de grava se encontraban dos soldados de Mimic con
metralletas. Deben haber sido los guardias.
“¿Puedo preguntar algo?”
Casualmente entablé conversación mientras avanzaba hacia ellos. Los soldados,
tomados por sorpresa, me apuntaron con sus armas, pero ya había sacado mis pistolas
de las fundas debajo de mis brazos.
Disparé dos disparos a la vez, uno a la izquierda y otro a la derecha. Las balas se
enterraron en sus cabezas antes de romperse a través del lado opuesto de sus
cráneos. Su sangre y materia cerebral salpicaron contra los árboles detrás de ellos, y
perecieron sin saber realmente lo que sucedió. Sus cuerpos golpearon el suelo con un
ruido sordo que resonó en el bosque casi simultáneamente.
Después de guardar mis pistolas, seguí caminando sin siquiera mirar los cuerpos.
Mientras seguía el camino, me dirigí a la puerta principal del edificio. Miré hacia el
espacio del ático en el tercer piso cerca de la azotea al otro lado de la ventana de
iluminación. Había un centinela de guardia con un rifle de francotirador. Como había
evitado su rango de visión al acercarme, no tenía idea de que había un intruso justo
debajo de él.
Chasqueé los dedos para llamar su atención. Cuando siguió el sonido y se dio cuenta
de mí, sus ojos se abrieron con asombro. Le puse una bala en la cabeza antes de que
él pudiera siquiera poner una mano en su rifle, y el francotirador cayó hacia atrás y se
estrelló contra el suelo con un golpe.
Los soldados adentro seguramente habían notado que algo andaba mal ahora. Me
dirigí hacia el porche, caminando a mi ritmo normal, luego me detuve para sacar un
cigarrillo y lo encendí. El humo turbio llenó mis pulmones.
Me miré mis manos… las manos que acababan de matar a tres personas.
Eran mis manos en todos los aspectos, no eran diferentes de las manos que habían
evitado matar todos esos años. Mis dedos no abrigaban deseos de sangre. Ni el gatillo
ni las balas. La necesidad de matar moraba en lo profundo de mi mente.
Pronto comenzó a estallar un alboroto dentro del edificio: sonidos de gritos, carreras y
cargando cartuchos. Me deslicé a un lado de la puerta principal francesa y me apoyé
contra la pared al lado del pilar de piedra. Con la espalda contra el duro muro de
piedra, extendí la mano a mi lado y llamé a la puerta. Inmediatamente, se escuchó un
retumbar como si el suelo se hubiera roto, e innumerables balas destrozaron la puerta,
convirtiéndola en nada más que aserrín en el viento.
Miré por el rabillo del ojo con ambas pistolas listas. Cinco segundos. Diez segundos.
Después de que transcurrieron doce segundos y los soldados intentaron recargar sus
armas, saqué el alfiler de una granada y lo arrojé al edificio. Cuando la explosión estalló
en el interior, escupí el cigarrillo de mi boca. Luego, extendiendo mis dos pistolas, corrí
adentro.
Las balas se elevaron a través del humo. Me lancé hacia el suelo, disparando dos
veces. El destello de las armas iluminó la habitación en blanco. Después de rodar hacia
adelante, me moví hacia un lado y salté hacia la esquina de la habitación mientras
disparaba dos tiros más. Trozos de yeso, chorros de sangre y humo fueron iluminados
por los disparos. Cuando las balas de las metralletas cayeron al suelo debajo de mí,
corrí junto a la pared sabiendo dónde aterrizarían. Numerosos proyectiles vacíos
golpean el piso, tocando la música de la guerra. En poco tiempo, junté mis armas y
disparé dos veces a los enemigos en el centro de la habitación. Luego se hizo el
silencio.
Todos los soldados que estaban en mi camino cuando irrumpí habían sido atendidos.
Inspeccioné la habitación. El pasillo de entrada al edificio de estilo occidental, que
había sido destruido por los disparos, ahora era un atrio. Las vidrieras cerca del techo
tiñeron débilmente el polvo y el humo de la pólvora en su interior. Seis soldados de
Mimic yacían muertos.
Según lo que Dazai había dicho, todavía quedaban bastantes enemigos. El baño de
sangre todavía tenía mucho camino por recorrer.
Comencé a escuchar los pasos de los soldados en el extremo opuesto de las escaleras
alfombradas. Mi habilidad me permitió ver solo hasta cinco segundos en el futuro; ese
no fue tiempo suficiente para descubrir qué tipo de trampas y formaciones de batalla
había establecido el enemigo delante de mí.
Después de recargar mis armas, caminé lentamente por la escalera. En lo alto había un
largo y estrecho corredor de conexión. Si el enemigo se acercaba desde el otro lado,
podría protegerme mientras levantaba una barrera. Vi soldados al final del corredor, e
inmediatamente sacaron sus armas. Decidí esperar al enemigo en su lugar.
Me apresuré por el pasillo; era tan estrecho que casi no tenía espacio para esquivar.
Había cuatro enemigos esperándome mientras disparaba metralletas, el arma más
óptima a esta distancia. Me incliné hacia adelante y corrí hacia el soldado Mimic en el
frente, luego disparé mi pistola. Su frente tomó la bala, inclinándolo hacia atrás. Luego,
rápidamente corrí al bolsillo y usé el cadáver del soldado como escudo mientras
disparaba dos tiros más. Una bala atravesó fatalmente la garganta del segundo
soldado. Sus dedos se contrajeron, haciendo que disparara una línea de balas hacia el
techo.
Pateé el esternón del cadáver, enviándolo volando hacia el soldado directamente
detrás de él. Mientras el tercer soldado trataba de alejar el cuerpo, me deslicé a su lado
y lo golpeé en la barbilla con la palma de mi mano, luego le di una bala en la parte
superior del cráneo. El líquido carmesí salpicó contra la pared. Mientras el último
soldado disparaba una ametralladora, salté a un lado y lo esquivé. Luego pateé la
pared una vez más para evadir la línea de fuego que me perseguía horizontalmente.
Justo cuando mi salto me llevó por encima del enemigo, descargué el resto de mi clip.
Aterricé al final del corredor de conexión. Solo había pasado un breve momento desde
el primer disparo. Después de otro segundo, escuché al soldado derrumbarse en el
fondo. Solo usé el sonido para confirmar su muerte antes de continuar una vez más por
delante.
Al final del corredor de conexión había un amplio salón con vistas al patio. Tenía una
gran chimenea con decoración de estilo medieval, un sillón de terciopelo rojo y una
bandera de guerra enmarcada en un marco dorado.
Esta mansión solía ser la residencia de aristócratas extranjeros. Cuando investigué el
lugar de antemano, supe que el dueño de esta vasta propiedad regresó a su tierra natal
después de que sus bienes habían sido confiscados con la extensión de la guerra.
Desde entonces, la propiedad de la mansión permaneció en el aire mientras esperaba
pacientemente a un ocupante que nunca regresaría.
Me detuve. Sabía que había una mina direccional remota más adelante, y si iba más
lejos, quedaría atrapado en la explosión. Mi única opción era disparar a través de la
pared para destruirlo. Apunté mi arma. En el momento en que lo hice, me di cuenta de
mi fracaso: había otra mina direccional justo detrás de mí también. Quienquiera que
estuviera observando este lugar desde lejos debe haber decidido que explotarían la
mina detrás de mí en el momento en que noté el que estaba frente a mí.
Mi habilidad me permitió ver el futuro, pero cuando las cosas sucedieron porque había
cambiado mi curso de acción, solo comencé a ver el futuro desde el momento en que
hice el cambio. Por lo tanto, si hubiera una trampa que se dispararía un segundo
después de apuntar mi arma hacia la mina, entonces solo podría ver ese futuro un
segundo antes de que se disparara. Este fue uno de esos casos.
Me lancé hacia adelante e inmediatamente el alto rendimiento
explosivo detrás de mí detonó. La metralla y la bola de fuego en expansión rasgaron mi
abrigo. Cuando la explosión me golpeó contra el suelo, inmediatamente me cubrí la
cabeza y me quedé quieto. En un destello, la mina direccional que estaba adelante
derribó la puerta y el impacto golpeó mi cuerpo. Fue un ataque sorpresa que usó mi
habilidad contra mí, junto con un ataque con pinzas de minas direccionales en ambos
lados. Este enemigo conocía los entresijos de mi "precognición", tanto las capacidades
como las debilidades por igual.
Tuve una visión
Los soldados llegaron en masa, haciendo rappel a través de los grandes ventanales
alineados a mi lado izquierdo. Sin embargo, todavía estaba arrastrándome por el suelo,
sin poder luchar.
Solo tenía unos cuatro segundos antes de que llegaran. Era hundirse o nadar. Me
arriesgué y luché por recoger mis pistolas. Sentí un dolor sordo en mi lado derecho;
uno de los gránulos de la explosión se había enterrado en mi carne cerca del hueso de
la cadera, que no estaba protegido por mi chaleco antibalas. La sangre manchó mi
camisa. Vi cuerdas colgando de fuera de la ventana, seguidas de zapatos de soldados
descendentes. Recogí mis armas con un gemido. Cada ventana se rompió cuando
ocho soldados entraron balanceándose en el edificio.
No había tiempo para ponerse a cubierto. Cuando el cristal se hizo añicos en el aire,
sentí como si pudiera ver el brillo de cada fragmento. Primero, disparé una bala de
cada arma, perforando a los dos primeros soldados en la garganta y la cabeza,
respectivamente. Acto seguido, los otros soldados aterrizaron dentro. Mi abrigo
revoloteó en el aire cuando me di la vuelta y bajé mi postura antes de disparar dos
balas más, acabando con los dos soldados más cercanos. Los enemigos restantes
apuntaron sus armas hacia mí. Los fragmentos de vidrio finalmente caen al suelo,
creando innumerables gemas de luz que rebotan.
Entonces comenzó el tiroteo... un tiroteo lo suficientemente cerca como para celebrar
un combate de boxeo. Los disparos llenaron la habitación, y mis alrededores brillaron
de un blanco brillante. Los apóstoles granulados de la muerte se dispararon por el
mundo brillante. Lo pude ver. Inclinándome hacia adelante casi perpendicular al suelo,
evité los disparos a corta distancia. Luego me crucé de brazos y disparé dos tiros. Me
incliné hacia atrás hasta que mi pecho estaba mirando hacia el techo y disparé dos
tiros a los enemigos en ambos lados. Un impacto en el cofre me envió volando hacia
atrás. Una bala golpeó mi chaleco antibalas y me dejó sin aliento como si me hubieran
golpeado con una bala de cañón.
Mis balas echaron de menos a uno de los soldados. Capturé mi caída colocando una
mano en el piso cubierto de vidrio. Luego barrí rápidamente las piernas del enemigo
mientras él intentaba disparar su metralleta. A pesar de estar a mitad de camino, el
soldado extendió la mano y agarró el cuello de mi abrigo. Planeaba arrastrarme al
suelo con él.
Este no se movía en nada como los otros soldados. Cuando vislumbré la insignia en la
solapa de su uniforme militar, me di cuenta de que probablemente era el
subcomandante de Mimic... la mano derecha de Gide y el jefe de gabinete.

Traté de apuntarle con la pistola de la mano izquierda a la garganta, pero rápidamente


la tiró con la punta de su metralleta. Nos enredamos, luego rodamos por el suelo. Le
tiré la palma de la mano izquierda a la barbilla en un intento de provocarle una
conmoción cerebral, pero él evadió, luego inmediatamente agarró mi manga y la giró
detrás de mi espalda, aparentemente buscando un bloqueo en la articulación. Mi
hombro hizo un sonido sordo. Si seguía así, estaba seguro de que mi hombro estaría
irreversiblemente dañado.
Sin embargo, es una mala idea intentar un combate cuerpo a cuerpo contra alguien con
la capacidad de ver el futuro. Quería que hiciera esto desde el principio. Agarrando mi
pistola con mi mano libre, me incliné hacia delante y descargué el cargador en el suelo.
Las conchas vacías rebotaban en el suelo con ruidos como pequeñas campanas. El
agarre del subcomandante se debilitó y cayó al suelo, una bala estaba ahora enterrada
en su garganta. Una de las balas que acababa de disparar al suelo rebotó y le atravesó
el cuello. Apretando los dientes por el dolor insoportable en mi pecho, revisé mi chaleco
antibalas. Me golpearon en el torso tres veces, cada disparo fue detenido por el Kevlar.
Después de quitarme el chaleco, lo tiré al suelo. Lo más probable es que me haya
fracturado una costilla.
“Guh…”
Me di la vuelta para encontrar al subcomandante aún consciente, pero la herida fue
fatal. Serían unos diez minutos antes de que muriera.
“¿Quieres que te acabe?” Pregunté mientras apuntaba con su pistola a su cabeza.
“… Sí… por favor…” Respondió con voz débil. Su garganta debió haberse llenado de
sangre.
“¿Últimas palabras?”
“Gracias… por pelear conmigo…”
El subcomandante cerró los ojos. La herida de bala debe haber dolido y, sin embargo,
estaba sonriendo levemente.
“El comandante está arriba… Por favor, sálvalo también… de este infierno…”
Apreté el gatillo. Su cráneo explotó, arrojando sangre y materia cerebral al suelo. El
subcomandante se retorció brevemente antes de quedarse sin fuerzas. Me puse de pie
y volví a cargar mis armas. Entonces comencé a caminar.
“Sí, lo sé”

Dazai caminó con confianza a través de la sede central de la mafia en el centro de la


ciudad a un ritmo rápido, sus talones estaban prácticamente raspando la alfombra bajo
sus pies. Subió solo al ascensor con paneles de vidrio, presionó el botón del piso
superior y luego cerró los ojos. Cuando el ascensor llegó a su destino, volvió a abrir los
ojos. Su mirada se centró en una sola cosa: la oficina al final del pasillo.
Dazai levantó la barbilla y comenzó a caminar. Los grandes hombres de traje negro
que custodiaban la puerta en silencio bloquearon el camino de Dazai. Ambos llevaban
rifles automáticos.
“Muévete” Ordenó Dazai sin siquiera mirar los rostros de los hombres.
Los guardias colosales, dos veces el tamaño de Dazai, se congelaron. Luego dieron un
gran paso atrás, aparentemente intimidados. Sin siquiera esperar a que los guardias
reaccionaran, Dazai abrió la puerta de la oficina y entró como si fuera el dueño del
lugar. Luego caminó hacia el gran escritorio en el medio de la habitación y se detuvo
frente a él. Sentado ante el escritorio estaba el jefe de la Port Mafia, Ougai Mori.
“Bien, bien, Dazai. No es usual que vengas aquí por tu cuenta. Permíteme invitarte un
poco de té. Recibí algunas hojas extremadamente caras del norte de Europa. Verter
este té sobre un bollo al vapor hace un exquisito…”
“Jefe” Dazai lo interrumpió. “Sabes porque estoy aquí, ¿cierto?”
Sin embargo, Ougai no respondió a su pregunta. Solo sonrió levemente mientras
miraba a Dazai. Solo después de unos momentos, respondió.
“Por supuesto, Dazai. Es urgente, ¿no?”
“Lo es”
“Muy bien. Cualquiera que sea tu deseo, tendrás mi aprobación” Ougai sonrió con
confianza. “Confió en cualquier plan que el genio Dazai tenga. Siempre has contribuido
gratamente a mi y a los esfuerzos de la Port Mafia. Espero hagas lo mismo hoy como
siempre”
Tomado por sorpresa, Dazai guardó silencio. Incluso él sentía como si estuviera
caminando sobre cuchillas finas cada vez que hablaba con Ougai. Si cometiera un
pequeño error, podría salirse del camino. Después de reflexionar para sí mismo por un
momento, Dazai dijo: “Necesito permiso para formar un pequeño equipo de usuarios de
habilidad de nivel ejecutivo para atacar la sede de Mimic y rescatar a Odasaku”
“Fantástico” Ougai asintió. “A veces, revelar tus verdaderas intenciones primero puede
convertirse en la mejor herramienta de negociación. Muy bien. Tienes mi permiso. Sin
embargo, me gustaría saber por qué”
Dazai miró al jefe sin romper el contacto visual ni por un momento. Los ojos
entrecerrados de Ougai albergaban un tinte de inteligencia, como si pudieran ver su
corazón. Era el mismo tipo de luz que una vez estuvo en los ojos de Dazai cuando
miraba a sus enemigos o aliados.
“Odasaku está solo actualmente enfrentando a los enemigos en su sede” Dazai dijo,
manteniendo sus emociones bajo control. “Envíe un equipo de respuesta de
emergencia de miembros de la Mafia al área, pero no es suficiente. A este ritmo, vamos
a perder un valioso usuario de habilidad”
“Pero es un miembro de bajo rango” Ougai curiosamente ladeó su cabeza. “Por
supuesto, es un querido aliado nuestro, ¿pero vale la pena enviar hombres de nivel
ejecutivo a la línea del frente para salvarlo?”
“Sí” Dazai declaró confiado. “Por supuesto”
Ougai se calló. Miró a Dazai, quien lo miró directamente. Fue un silencio elocuente. Los
dos hombres entendieron el estado mental del otro y cómo responderían.
“… Dazai” Fue Ougai quien puso fin al debate sin palabras. “Déjame preguntarte esto.
Entiendo tu plan, pero con toda probabilidad, Oda no quiere ayuda. ¿Qué piensas
sobre eso?”
Dazai trató de responder, pero no pudo encontrar las palabras para decir. Ougai sacó
un sobre del archivador en el escritorio de su oficina, luego lo miró mientras hablaba.
“Dazai, ¿sabes que significa ser el jefe? Significa que estás simultáneamente en la
cima de la organización y sigues siendo un esclavo de ella en su conjunto. No importa
el costo, tienes que ensuciarte para mantener a la Port Mafia. Para agotar al enemigo,
maximizar el valor de tus aliados y mantener a la organización viva y próspera, también
debes realizar voluntariamente cualquier atrocidad lógicamente concebible. ¿Entiendes
lo que estoy diciendo?”
Colocó el sobre en el escritorio. Era grande y estaba hecho de papel negro de alta
calidad con pequeñas incrustaciones de oro en las esquinas. Todo lo que había dentro
parecía ser extremadamente delgado. Los ojos de Dazai se encontraron
inadvertidamente en el sobre. De repente, contuvo el aliento.
“Este sobre…”
Algo comenzó a agitarse y parpadear en el fondo de la mente de Dazai. Poco a poco
se convirtió en sacudidas físicas, haciendo que su cabeza se entumeciera.
“Ya veo” Dazai logró exprimir solo esas dos palabras, su rostro mortalmente pálido.
“Así que es esto”
Luego giró sobre sus talones y le dio la espalda a Ougai.
“Sí me disculpas”
“¿A dónde vas?” Ougai preguntó.
“Por Odasaku”
Sin volverse, Dazai caminó hasta la puerta del pasillo. Pero cuando alcanzó la manija
decorada, escuchó varios ruidos provenientes de atrás... algo que sonó como piezas de
metal que se unían. La mano de Dazai de repente se congeló. Luego, al darse cuenta
de su fracaso, cerró los ojos. Con un suspiro suave, se dio la vuelta para encontrar
cuatro gruñidos armados de la mafia que habían aparecido silenciosamente desde la
habitación contigua. Apuntaron sus armas a Dazai, pero él no estaba sorprendido.
Simplemente inspeccionó la habitación antes de fijar su mirada en Ougai, que no se
había movido de su lugar hace apenas unos momentos. Seguía sonriendo a Dazai.

Justo al otro lado de la puerta, delante del campo de batalla, había un vasto salón de
baile de techo alto capaz de acomodar a un centenar de parejas que bailaban danza
barroca. Una araña podrida colgaba torcida del techo de tres pisos de altura. Ambos
lados del salón de baile estaban vestidos con cortinas de color carmesí con bordados
dorados, que estaban rasgados y deshilachados en las costuras, creando una
atmósfera sombría que parecía resentir la prosperidad de los tiempos pasados. Al
frente y al final del pasillo había dos puertas de roble cada una. Cuando caminé hacia
el centro de la habitación, escuché una voz que venía desde atrás.
“A menos que un grano de trigo caiga al suelo y muera, solo queda una semilla…”
Inmediatamente saqué mis pistolas y me di la vuelta mientras las apuntaba en la
dirección de la voz. Se paró frente a mí: el hermoso fantasma con cabello y ropa
plateados. Apuntándole con las armas, terminé su oración.
“… Pero sí muere, produce muchas semillas”
El fantasma entrecerró los ojos, luego sonrió.
“Juan 12:24. Eres sorprendentemente culto, Sakunosuke”
Gide estaba solo ante las puertas de roble. No hubo trampas. Sus hombres se habían
ido. Ni siquiera sacó su arma.
La visión de mi pistola apuntaba directamente entre sus ojos. Si apretara un poco el
gatillo, la bala dispararía directamente a mi objetivo, justo en la frente de ese hombre
levemente sonriente.
“Gracias por tu esfuerzo” Dijo.
Apreté el gatillo, pero Gide movió la cabeza hacia un lado, evitando la bala.
“Siento lo que le hice a los niños” Su expresión no cambió cuando comenzó a
acercarse a mí. “Sin embargo, parece que valió la pena”
La boca de mi arma siguió cada paso de Gide mientras caminaba junto a la pared.
Disparé una vez más a su cabeza. Mi habilidad me dijo que iba a desviarse a la
derecha, así que a propósito disparé un poco más hacia ese lado. Sin embargo, Gide
se desvió hacia la izquierda.
“Tus ojos son los mismos que los míos” Continuó caminando sin hacer ruido, con una
leve sonrisa en su rostro. “Esos son los ojos de un hombre que ha vagado por el
camino de la vida justo como mis hombres y yo”
Gide todavía no alcanzó su arma. Ni siquiera parecía preocupado de que le estuviera
disparando. Un escalofrío me recorrió la espalda.
“Bienvenido a nuestro mundo, Sakunosuke”
Luego, sin previo aviso, sacó sus armas y me apuntó. No pude reaccionar ante el
repentino movimiento, pero no porque me sorprendiera. Fue porque sentí que no me
golpearía, aunque disparara. Con nuestras armas apuntando el uno al otro, nos
quedamos en silencio.
Los cañones de nuestras armas miraban al otro hacia abajo.
“Seguro que hablas mucho”
“Entonces la plática debe terminar aquí”
Tuve una visión.
Cinco segundos después, Gide disparó una bala en mi frente y otra en mi corazón. ¿En
qué dirección debo desviarme?
¿Por el lado? …No, si hiciera eso, entonces él ajustaría su puntería a un lado.
¿Abajo? ...No, el resultado aún no cambiaría.
Me quedaban tres segundos.
Fue entonces cuando noté algo.
—Oh, ahora tiene sentido.
Un segundo más.
Disparando rápidamente ambas pistolas, cargué hacia mi oponente.
Y así como así, se desató el infierno.

Los disparos iluminaron el área entre nosotros. Mientras nos apresuramos el uno hacia
el otro, continuamos disparando. Algunas balas rozaron el lóbulo de mi oreja y
destrozaron el borde de mi abrigo. Usando el dorso de mis manos, empujé sus armas a
un lado. Gide luego llevó sus brazos de vuelta al centro como si estuviera formando un
círculo. El grau geist escupió fuego hacia mi pecho. Estábamos tan cerca que pude
agarrarle la nariz. Cuando disparó sus armas a cada lado de mi cara de manera
paralela, no había forma de que esquivara ambas balas a la vez.
Tomé la decisión de una fracción de segundo de girar la cara hacia la izquierda,
evitando la bala de la derecha mientras usaba la empuñadura de mi pistola para
bloquear la otra. Un rayo cayó por mi brazo a través de mi palma, alejando el arma en
mi mano izquierda. Al otro lado de la pistola, vi que los labios de Gide se curvaban
hacia arriba. Él tenía dos armas, mientras que yo ahora solo tenía una. Estaba
claramente en desventaja.
—Dependiendo de dónde apuntan mis armas restantes, eso es.
La pistola en mi mano derecha, la pistola que aún sostenía, ya estaba apuntando
directamente hacia él. Apreté el gatillo. Gide trató desesperadamente de apartarse,
pero estábamos demasiado cerca. La bala le golpeó el brazo izquierdo y arrojó sangre
fresca detrás de él.
“¡Gah…!”
El disparo le hizo soltar lentamente la pistola en esa mano.
Pateando el suelo, saltó hacia atrás.
“¿Qué se siente ser incapaz de predecir el futuro?” Pregunté mientras apuntaba el ama
en mi mano derecha.
“Es difícil creer que algo tan agradable exista en este mundo” Gide respondió.
Independientemente del futuro visto y la acción tomada en base a dicho futuro, el
oponente lo sobrescribirá y ajustará su reacción.
Solo había una forma simple pero extrema de resolver este problema: no confíes en tu
habilidad.
Con solo una pistola cada uno, Gide y yo nos enfrentamos. Mostrando sus dientes en
una amplia sonrisa de media luna, se echó a reír. La expresión en mi cara
probablemente no fue diferente.

Dazai miró tranquilamente las armas apuntadas en su dirección.


“Aún no has tomado té, Dazai” Ougai dijo. “Vamos… toma asiento”
Dazai ni siquiera se movió. Un guardia con un traje negro se deslizó a su lado, luego
apuntó el rifle automático hacia su cabeza.
“Odasaku espera por mi”
“Siéntate”
Dazai miró el hocico y regresó al centro de la habitación. Luego se paró frente a Ougai
y dijo en voz baja: “No puedo dejar de pensar en eso. Me pregunté quien orquestó el
conflicto entre Mimic, la Mafia y las Fuerzas Especiales. Pero llegué a una conclusión el
momento que noté que Ango es parte de la División Especial de Poderes Inusuales:
Ellos eran los únicos detrás de esto. En los ojos del gobierno, la Mafia y Mimic son solo
dos molestos sindicatos de crimen. Hacer que estos dos grupos se eliminen sería el
escenario perfecto para la División, es por qué ellos orquestaron todo eso. Pero estaba
equivocado”
Dazai hizo una breve pausa, luego miró a Ougai.
“El único que estabas pintando esta imagen eras tu. Querías usar la amenaza que
representaba Mimic para ayudarte durante tus negociaciones con la División. Después
usaste a Ango como un peón para ese esquema” Dazai cerró los ojos a medias. “Jefe,
la razón por la cual enviaste a Ango a infiltrarse en Mimic no era para obtener
información de Mimic. Sabías que Ango era de la División desde el inicio. ¿Me
equivoco?”
Ougai no confirmó ni negó la declaración. “¿Oh?” Él simplemente dijo con admiración.
“Varios matices de la verdad cambian cuando lo piensas de esa manera. Ango daría
información privilegiada sobre Mimic a la Mafia y también transmitiría información a la
División Especial de Poderes Inusuales. Mimic es un grupo de fantasmas en busca de
un campo de batalla. No hay forma de negociar o comprometerse con ellos. Plantean
mucho más peligro que la Mafia, y si no se hace algo, pronto se enfrentarán con las
agencias gubernamentales. Eso es lo que pensaba la División, al menos. Entonces se
les ocurrió un plan para que Mimic atacara a la Port Mafia. Ango se utilizó para filtrar
información a Mimic y manipular la situación. Si Mimic mordía el anzuelo, la Mafia no
tendría más remedio que defenderse. La División creyó eso y le dio a Ango la misión...
tal como querías”
“Me das demasiado crédito” Ougai sonrió. “Las agencias de gobierno son como lobos
detrás de ovejas comparado con la Mafia. Ellos no pueden manipular esto fácilmente”
“Por eso te tomaste la molestia de crear un esquema tan elaborado. Ese es el valor que
tiene ese sobre” Dazai señaló el sobre negro de alta gama en la mano de Ougai. “Estás
en lo correcto. La División es como un lobo detrás de una oveja. No importa cuánto
poder tenga la Port Mafia, vive con miedo de enojar a la División y ser destruida. Es por
eso que te ofreciste a destruir a Mimic por ese documento”
La sonrisa de Ougai se profundizó. Dazai se le acercó, luego sacó un certificado del
sobre negro. Fue escrito elegantemente con el sello del gobierno estampado en él.
“Este certificado permite trabajar como una organización de usuarios de habilidad… Un
Permiso de Negocios Calificado”

La pólvora explotó y los proyectiles volaron al suelo mientras los rugidos


ensordecedores del fuego de artillería llenaban la sala expansiva. El arma de Gide me
apuntó directamente, así que la tiré con el codo. Una bala se elevó justo al lado de mi
cara, rozando mi oreja. Balanceé mi brazo en el aire y apunté mi pistola a la frente de
Gide. Levantó su brazo desde abajo, agarrando mi codo. Luego tiró de mi brazo hacia
un lado, haciéndome disparar y destrozar el candelabro. Codo y muñeca contra
muñeca y hocico: golpeamos el arma del otro ligeramente fuera de línea, haciendo que
el otro apenas fallara con nuestros disparos. Las balas volaron más allá de nuestras
orejas y barbillas. Innumerables disparos crearon un muro de luz entre nosotros
mientras estábamos lo suficientemente cerca para el combate cuerpo a cuerpo.
Apretamos los gatillos de nuestras armas simultáneamente solo para encontrar que
nada disparaba. Ambos estábamos sin munición. Con nuestros brazos derechos aún
bloqueados en su lugar, comenzamos a recargar nuestras armas. Un cartucho vacío
cayó al suelo. Mientras Gide agarró otro cartucho de su cintura, saqué una de las mías
de mi pulsera. Comenzó a deslizar su cargador de respaldo en el arma, pero golpeé su
brazo derecho para detenerlo. Luego tiré un gancho izquierdo con un cartucho todavía
en la mano. El metal rasgó su piel, creando una línea roja en su mejilla. A pesar de ser
desequilibrado, Gide terminó de recargar su arma. Me deslicé hacia atrás con la
espalda presionada contra él, luego tiré un codo mientras evitaba que disparara. Se
dejó caer de rodillas para evadir. Cuando terminé el golpe del codo, ya había recargado
mi arma. Apuntamos nuestras armas el uno al otro al mismo tiempo, agarrando la
muñeca derecha del otro con nuestras manos izquierdas. Los dos nos congelamos en
esta extraña posición. Mi hocico estaba ante sus ojos y el suyo ante los míos. Sostenía
su arma con mi mano izquierda, pero Gide también sostenía la mía con su mano
izquierda: un hocico en mi ojo izquierdo y una tenaz mirada gris en mi derecha.
“Sakunosuke… Eres increíble. ¿Por qué te tomó tanto tiempo presentarte ante mí?”
“Lo siento por eso. Me aseguraré de darte todo el tiempo que necesites hoy”
Si intentara liberar mi muñeca de su agarre, usaría esa abertura para disparar. Pero lo
mismo fue para él. Un extraño equilibrio de poder nos mantuvo en calma,
permitiéndonos conversar.
“¿Por qué dejaste de matar, Sakunosuke?”
“¿Por qué buscas un campo de batalla, Gide?”
De repente escuché pasos. Era el sonido de muchas personas corriendo hacia
nosotros.
“¿Tus hombres?”
“¿Tus colegas?”
Los pasos venían de ambos lados del salón de baile. Parecía ser alrededor de diez
personas. Si esos fueran soldados de Mimic, no podría llevar a Gide y a ellos al mismo
tiempo. Tendría que terminar con Gide en el momento en que entraron, y deshacerse
de ellos. Los pasos se acercaron gradualmente hasta que las puertas de roble se
abrieron de par en par. En ese momento, me liberé del agarre de Gide. Un disparo hizo
eco en mis oídos mientras la pólvora me quemaba el pelo en la mejilla.
Sin embargo, la bala no me golpeó. Gide evadió mi bala con el mismo movimiento.
Nuestros brazos se cerraron como ganchos. Gracias a mi habilidad, ya sabía quién
vendría. En la puerta de enfrente había miembros armados de la Mafia, mientras que
los soldados Mimic estaban en la puerta de atrás. Irrumpieron en la habitación casi al
mismo tiempo. Cuando Gide y yo nos doblamos por los codos mientras sujetamos los
brazos, disparé a los soldados de Mimic detrás de él. Arrojados con balas, volaron de
regreso. Estaba seguro de que los hombres de la Mafia detrás de mí estaban siendo
fusilados de la misma manera. Sabía lo que Gide estaba pensando. Quería eliminar a
los intrusos antes que cualquier otra cosa, como yo. Cogió mi solapa y tiró de mí, pero
le devolví el favor. Mientras nos usábamos como punto de apoyo, me enfrenté a mis
enemigos una vez más. Esta caliente. Otro soldado de Mimic fue golpeado hacia atrás.

Este era un salón de baile. Nos quedamos en el centro mientras los proyectiles vacíos
golpeaban el suelo como aplausos. Utilizándonos como punto de apoyo, continuamos
disparando a nuestros enemigos. Apoyados en la espalda del otro, les disparamos.
Nuestra ropa ondeaba en el aire mientras giramos, intercambiando posiciones. Usando
el hombro del otro para descansar nuestras armas, disparamos más. Sangre fresca de
los soldados pintó las paredes. Nuestros hombros se cruzaron mientras giramos,
disparando a los aliados del otro.
Las llamas de la pólvora y los proyectiles vacíos brillaban a nuestro alrededor. Tanto
Gide como yo nos acercamos a nuestros límites mientras la sangre brotaba de
nuestras heridas de bala. Mi rostro se puso pálido y mi visión borrosa. Solo mi enfoque
era agudo. Bailamos juntos al borde de la muerte, un lugar que no es de este mundo.
Mi habilidad me mostró automáticamente el futuro, grabando las siguientes palabras de
Gide en el fondo de mi mente.
“¿Qué piensas, Sakunosuke?”
“¿Sobre qué?” Respondí antes de que incluso preguntara.
Pero en realidad, no dije una palabra porque Gide escuchó mi respuesta en una visión
y respondió antes de que pudiera siquiera decir una palabra.
“Este es el mundo que buscaba para… vivir para este momento”
En realidad, no hablamos porque nuestras habilidades estaban prediciendo lo que diría
el otro, y pensaríamos cómo responderíamos. En el momento en que se nos ocurre
una respuesta, el otro la preveía en una visión y luego presentaba su propia respuesta.
“¿Qué buscas aquí?”
“¿Por qué dejaste de matar?”
Fue un breve momento de eternidad, un breve lapso de tiempo que apenas existió.
Nuestras visiones y realidad se unieron, creando un mundo que trascendió nuestro
mundo, haciendo imposible saber cuánto era real y cuánto era nuestra habilidad. Era
un mundo en el que solo podíamos existir. Era un mundo que solo podíamos
encontrarnos matándonos unos a otros.
“Quería ser un novelista. Alguien una vez me dijo que debería”
“Un novelista…” Gide sonrió en nuestro mundo. “Estoy seguro que podrías haberlo
hecho”
“Sí” Tal vez ahí existía un mundo donde era posible. “Ese hombre con el que hablé me
dio una novela. Era el último volumen de una serie que había estado buscando en
todas partes. Antes de leerla, me aseguró que era terrible”
“¿Qué tal estaba?”
“Era…”

“Jefe, comenzaste a poner en marcha este esquema hace años para obtener esa
licencia” Continuó Dazai, de pie frente al escritorio del jefe. “Supongo que este plan se
formó por primera vez hace dos años cuando Ango fue a Europa por negocios. Hiciste
una búsqueda y descubriste que Mimic sería el enemigo más prometedor para tu plan,
por lo que Ango se puso en contacto con ellos. Me preguntaba cómo Mimic escapó de
Europa y se coló en Japón tan fácilmente, pero la respuesta fue bastante simple. La
Port Mafia los ayudó a ingresar ilegalmente al país. Para enviar a la División Especial
de Poderes Inusuales a entrar en pánico y hacer que se caigan de trasero, invitaste
deliberadamente a la organización enemiga a Yokohama”
“Dazai” Ougai, quien había estado escuchado en silencio, interrumpió a Dazai por
primera vez. “Qué inferencia notable. No hay nada que deba corregirse. Solo tengo una
cosa que me gustaría preguntar: ¿Qué hay de malo con eso?”
“…”
“Te lo dije… Siempre estoy pensando sobre la organización como un todo. Justo como
ves aquí, recibí el Permiso de Negocios Calificado, entonces el gobierno nos ha dado
más o menos aprobación para llevar a cabo nuestras actividades ilegales. Y en este
momento, Sakunosuke Oda está arriesgando su vida para eliminar un grupo
problemático y violento. Es una situación de ganar-ganar. Entonces, ¿por qué estás tan
enojado?”
Dazai no dijo una palabra. Esa fue la primera vez que había sido incapaz de expresar
sus sentimientos.
“Yo…”
—“No hay nada que valga la pena perseguir a costa de prolongar una vida de
sufrimiento”.
—“Despiértame de este oxidante mundo de ensueño”.
“Solo…” Su voz salió tensa. Simplemente no entiendo. Tu fuiste quien le avisó a Mimic
sobre la casa de seguridad de los huérfanos. Nadie más podría haberse enterado de la
ubicación que elegí. Mataste a esos niños para que Odasaku peleara con el líder de
Mimic porque él es el único que puede derrotarlo”
“Mi respuesta es la misma, Dazai. Haré cualquier cosa en beneficio de la organización.
Además, somos la Port Mafia. Siempre llevamos oscuridad, violencia, y crueldad a esta
ciudad. ¿Por qué es eso un problema ahora?”
Dazai lo sabía. Él conocía los cálculos de Ougai, su mentalidad y la lógica detrás del
plan. Ese era el tipo de organización que era la Port Mafia. Hablando lógicamente,
Ougai tenía razón y Dazai estaba equivocado.
“Pero…”
Giró sobre sus talones, luego comenzó a caminar hacia la puerta.
Inmediatamente, los guardias de Ougai le apuntaron con sus armas.
“No puedes irte, Dazai” Ougai lo llamó para que se detuviera. “Quédate. ¿O tienes una
razón lógica para ir con él?”
“Hay dos cosas que quiero decirte, jefe” Dazai regresó y miró a Ougai. “Primero: No
vas a dispararme, y no le pedirás a tus hombres que me disparen, también”
“¿Por qué? ¿Por qué deseas que te disparen?”
“No. Porque no serás beneficiado con eso de ninguna manera”
Ougai sonrió. “Cierto. Sin embargo, no ganarías nada desobedeciéndome y yendo a él
tampoco. ¿Me equivoco?”
“Esa es la segunda cosa que quería decirte, jefe. No hay nada para mí. Es la única
razón por la que iré. Porque es mi amigo. Ahora, si me disculpas”
Los guardias pusieron sus dedos en los gatillos. Sin embargo, Dazai no les prestó
atención y simplemente caminó hacia la puerta como si fuera a dar un paseo. Los
guardias miraron a Ougai mientras esperaban órdenes. Sin decir una palabra, Ougai se
cruzó de brazos mientras miraba la espalda de Dazai con una leve sonrisa. Entonces
Dazai abrió la puerta y caminó por el pasillo hasta que ya no pudo ser visto.

“El último volumen fue maravilloso” Dije.


Nunca había leído un libro que me atrajera tanto. Cada palabra tocó mi corazón, y me
vi en cada personaje. El hombre que me dio ese libro dijo que era horrible, pero sentí
todo lo contrario. Lo leí en una sentada prácticamente sin comer nada todo el día. En el
momento en que terminé el libro, lo abrí nuevamente para leer una vez más.
Se sentía como si cada célula de mi cerebro renaciera después de leer ese libro. Una
vez que lo terminé, el mundo que conocía antes cambió por completo. Antes de eso,
todo lo que tenía era matar. Mataría gente para la misión, les robaría la vida. Ese libro
abrió mis ojos como el sol al amanecer. Ese último volumen tenía solo un defecto.
Había unas pocas páginas cerca del final que fueron arrancadas, así que nunca supe
cómo se desarrolló una de las escenas clave. Fue una escena en la que uno de los
personajes, un asesino, explicó por qué dejó de matar.
No había suficiente información en las siguientes páginas para adivinar por qué lo hizo,
y no saberlo me causó tanta angustia. Esa escena no solo fue un punto de inflexión
importante en la historia, sino que también fue crucial para entender al asesino. El libro
ya no se encontraba nuevo ni usado, por lo que no pude confirmar esa parte faltante.
Ese hombre con bigote nunca volvió a aparecer, así que tampoco podía preguntarle.
Después de preocuparme por tanto tiempo, llegué a una conclusión.
—“Entonces escribe que pasa después”.
Decidí escribirlo yo mismo. Me convertiría en novelista y escribiría una historia sobre
por qué el hombre dejó de matar. Pero para convertirme en novelista, necesitaba saber
sinceramente lo que significaba vivir. Entonces dejé de matar. Había una línea en ese
último volumen justo antes de donde se habían arrancado las páginas. Fue algo que el
protagonista le dijo al asesino.
“La gente vive para salvarse a sí misma. Es algo que ellos notan justo antes de morir”.
Seguí pensando en lo que eso significaba después de que prometí no volver a matar
nunca más. Probablemente no tenía ningún significado profundo. Era más que
probable que fuera una línea para conectar información con más información. Pero
cada vez que leía esa frase, pensaba en el hombre mayor que misteriosamente me
había dado ese libro. Incluso ahora.
¿Sabía que trabajaba como asesino? ¿Se me había acercado para que me detuviera?
¿Fue la razón por la que me dio el último volumen, arrancó esas páginas y me dijo que
escribiera lo que sucede después porque quería decirme que me salvara? Eso era lo
que creía con casi ninguna duda en mi mente.

Me había dicho su nombre la primera vez que nos conocimos. Lo había olvidado por
tanto tiempo, pero solo recientemente lo recordaba.
Su nombre era Souseki Natsume.
El nombre del mismo autor en la cubierta de esa novela.

“Era un héroe” Dijo Gide.


Gide estaba en guerra. Luchó por su país y por la justicia. Luchó por sus amigos que se
unieron a su lado. Durante una guerra pasada que se extendió por el mundo, logró
innumerables victorias y salvó a innumerables aliados.
Gide fue un héroe.
Fue un soldado que protegió a su país, luchó por sus habitantes, y creía que su destino
era morir por ellos. Durante cierta batalla, Gide condujo a solo cuarenta hombres a la
batalla y conquistó una fortaleza de seiscientas personas. Derrotó a todos y capturó la
fortaleza.
Sin embargo, ese era un esquema ideado por su propia base aliada. Cuando el país ya
estaba terminando un tratado de paz, Gide fue utilizado por oficiales ejecutivos del
personal militar en una táctica inmoral para aplastar una de las ubicaciones clave del
enemigo y robarles su red de transporte.
Como ya se había declarado la paz, las acciones de Gide se consideraron un crimen
de guerra, y se enviaron soldados aliados para matarlo por su traición. Para asegurar
su supervivencia, Gide y sus cuarenta hombres no tuvieron más remedio que saquear
el equipo de los enemigos, convertirse en el enemigo y romper el asedio de sus
antiguos aliados.
Numerosos soldados vinieron a matar al traidor. Gide y sus hombres tomaron las
pistolas de los enemigos conocidas como grau geists, se pusieron los uniformes
militares de los enemigos y lucharon hasta la muerte contra sus compatriotas.
Imitaron a los soldados enemigos y se convirtieron en los fantasmas de los difuntos.
Gide y sus hombres mataron a sus perseguidores para sobrevivir, pero no tenían
dónde vivir. Eran criminales de guerra, hombres muertos, un ejército sin maestro.
Desde allí, vagaron por las tierras. Asumieron el trabajo sucio como mercenarios
ilegales. Estos antiguos héroes ya no existían. Sus vidas, que se suponía que debían
dar para proteger a su país, no fueron utilizadas por nadie. Simplemente embotaron
sus sentidos, se ensuciaron las manos y perdieron su reputación. Varios hombres en el
grupo incluso se suicidaron. Gide no los detuvo; carecía de las palabras para hacerlo.
Pero también hubo quienes no murieron. Eran soldados de corazón, y creían que
suicidarse los despojaría de ese derecho. Pelearon, sufrieron heridas y perdieron a sus
amigos, pero aun así volvieron a levantarse. Era una prueba de que alguna vez fueron
soldados, que su sangre todavía los llevó a ser tan militantes. Buscaron un campo de
batalla, un lugar para demostrar que eran soldados, un lugar que los ayudaría a
recordar quiénes eran, incluso si eso significaba morir. Se convirtieron en fantasmas
que deambulaban por el campo de batalla. Su patria y orgullo perdidos para siempre,
se convirtieron en espíritus del páramo en busca de un enemigo.

El tiempo todavía se extendía sin cesar. Continuamos previendo y respondiendo a lo


que el otro iba a decir. Ni siquiera había pasado un segundo en el mundo real, donde
acababa de matar a los soldados de Mimic mientras Gide mataba a los soldados de la
Mafia. En este mundo, me preparé para apuntar con mi arma a Gide, quien
seguramente iba a hacer lo mismo.
“El momento final está cerca” Gide dijo en ese mundo de eternidad.
“Dime una cosa, Gide” Dije de vuelta. “¿Nunca quisiste ir tras otra cosa? ¿No podrías
haber cambiado la forma en que viviste tu vida en algún momento? Algo diferente de
buscar un campo de batalla o un lugar para morir…”
“¿Cambiar mi forma de vivir? No hay forma de que pudiera haber hecho eso” Gide
sonrió. Un destello de tristeza parpadeó en sus ojos. “Le prometí a mis aliados que
moriría como soldado. Nada más era posible”
Apuntábamos nuestras armas el uno al otro. Sin embargo, en el mundo de la eternidad,
nos enfrentamos en silencio y hablamos como amigos. Gide me miró. Pude ver la
sinceridad en su mirada.
“Pero… tal vez podría haber cambiado mi vida en algún momento. Tal vez si hubiera
tratado de cambiar antes en la vida, tal vez podría haberme convertido en otra cosa...
como si dejaras de matar a otros. Si tuviera la fuerza que tuviste, tal vez algún día yo
también podría haber…”
Solo había dos personas en ese enorme salón aún con vida. Nuestros bozales
apuntaban al corazón del otro. Gide no llevaba ropa a prueba de balas, y me había
quitado la mía momentos antes durante la batalla. Un disparo en el pecho sería fatal.
Los disparadores ya habían sido apretados. Las balas comenzaron a deslizarse fuera
de los barriles.
Sin embargo, solo sonreímos, enfrentando a nuestros socios como si hubiéramos
llegado a conocer todo el uno del otro, como viejos amigos después de una larga
conversación.
—“Han observado que cuando varias habilidades interactúan, en raras ocasiones se
desvían en una dirección completamente inesperada”.
Entonces este mundo fue una singularidad de habilidad.
“Tengo un arrepentimiento” Dije. “Nunca le dije adiós a mi amigo. Siempre estuvo ahí
para mi “como un amigo”. Estaba aburrido de este mundo y siempre esperaba que la
muerte viniera por él”
“¿Ese hombre estaba en busca de un lugar para morir como yo?”
“No, no exactamente” Respondió. “Al principio creí que eras similar a Dazai, precipitado
a la batalla y desear la muerte sin siquiera considerar el valor de su propia vida. Pero él
es diferente. Él es ingenioso con una mente como una trampa de acero. Y es solo un
niño… Un niño sollozando abandonado en la oscuridad de un mundo mucho más vacío
que el que estamos viendo”
Era demasiado listo para su propio bien. Por eso siempre estaba solo. La razón por la
que Ango y yo pudimos estar a su lado fue que entendimos la soledad que lo rodeaba,
y nunca entramos, sin importar cuán cerca estuviéramos.
Pero en ese momento, lamenté no haber intervenido e invadir esa soledad.
Las balas dejaron los cañones de nuestras armas y se deslizaron hacia nuestro pecho.
“Un tiro magnífico hasta el final” Gide sonrió. “Voy a ir a ver a mis hombres. Saluda a
los niños”

Las balas alcanzaron nuestro pecho.

La singularidad se desvaneció.
Las balas penetraron la piel, cortaron nuestra ropa y salieron por la espalda. Al mismo
tiempo, de la misma manera, ambos caímos hacia atrás.
Justo entonces, escuché pasos.
“¡Odasaku!”

Dazai se apresuró hacia el edificio y se dirigió al salón de baile, pasando la miríada de


cadáveres por los pasillos a lo largo del camino. Cuando irrumpió por las puertas de
roble, vio a su amigo tirado en el suelo.
“¡Odasaku!”
“Dazai…”
Dazai corrió hacia Odasaku, luego revisó sus heridas. La bala había perforado el pecho
de Odasaku, y un vasto charco de sangre se había acumulado en el suelo. Estaba
claro que la herida era fatal.
“Eres un completo idiota. El más grande idiota que conozco”
“Sí”
“No debiste hacerlo. No vas a morir”
“Lo sé”
Odasaku sonrió con esa satisfacción particular de lograr algo que valga la pena.
“Dazai, hay algo que quiero decirte”
“No. Para. Haremos lo posible para salvarte. No, te salvaremos. No digas cosa
como…”
“Escucha” Odasaku envolvió su mano empapada de sangre alrededor de la de Dazai.
“Me dijiste que, si te adentrabas en un mundo de violencia y sangre, podrías encontrar
una razón para vivir…”
“Sí, dije eso. Lo hice. Pero, ¿qué diferencia hace…?”
“No la encontraras” Odasaku dijo en casi un susurro. Dazai lo miró fijamente.
“Ya deberías saberlo. Estés en el lado que toma vidas o del lado que las salva, no
pasará nada más allá de tus propias expectativas. Nada en este mundo llenará el vacío
de tu soledad. Vagaras en la oscuridad por la eternidad”
—“Despiértame de este mundo oxidante de ensueño”.
Fue entonces cuando Dazai se dio cuenta por primera vez: Sakunosuke Oda lo
entendía mucho más de lo que había imaginado, hasta el corazón, casi hasta el centro
de su mente. Dazai no se dio cuenta hasta entonces de que alguien lo conocía tan
bien.
Por primera vez en su vida, Dazai quería desde el fondo de su corazón saber algo. Le
preguntó al hombre que tenía delante:
“Odasaku… ¿Qué debería hacer?”
“Se del lado que salva personas” Odasaku respondió. “Si ambos lados son lo mismo,
entonces escoge convertirte en una buena persona. Salva al débil, protege al huérfano.
Puede que no veas una gran diferencia entre lo correcto y lo incorrecto, pero… salvar a
otros es algo un poco más maravilloso”
“¿Cómo lo sabes?”
“Lo sé. Lo sé mejor que nadie”
Dazai miró a los ojos de Odasaku y vio un brillo de convicción. Estaba claro que esas
palabras estaban respaldadas por algún tipo de base sólida. Ya sea por experiencia
pasada o por el consejo de alguien, Odasaku estaba tratando de mostrarle a Dazai el
camino que él mismo había tratado de recorrer. Dazai lo sabía.
Por eso podía creerlo.
“… Bien. Lo haré”
“’La gente vive para salvarse a sí misma. Es algo que notan justo antes de morir’,
¿eh…? Él tenía… razón…” El color en la cara de Odasaku desapareció gradualmente
hasta que estuvo casi completamente pálido. Él sonrió. “Realmente podría ir por algo
de ese curry...”
Con dedos temblorosos, Odasaku buscó los cigarrillos en su bolsillo antes de colocarse
uno lentamente en su boca. Cuando sacó un fósforo, sus dedos estaban demasiado
débiles para sostenerlo más. Dazai tomó el fósforo y encendió el cigarrillo por él.
Entonces Odasaku cerró los ojos, fumando el cigarrillo mientras sonreía, lleno hasta el
borde de satisfacción.

El cigarro cayó al suelo.

Cayendo de rodillas al lado de Odasaku, Dazai miró hacia el techo y cerró los ojos. Sus
labios fuertemente cerrados temblaron débilmente. El humo del cigarrillo se elevó hasta
la cima.
Nadie dijo una palabra.
EPILOGO
El conflicto llegó a su fin y la ciudad volvió a la normalidad. En la superficie, la ciudad
no era diferente de antes. La economía era buena, la gente se despertaba y se iba a
dormir, y los días bulliciosos y las noches violentas continuaban. La sociedad y su bajo
vientre aparecieron sin cambios.

Un avión ligero de hélice se deslizó por los cielos sobre la costa.


Solo había unas pocas personas a bordo.
“Llegaremos a nuestro destino para la siguiente misión en una hora” Dijo un joven con
traje desde el asiento del pasajero.
“De acuerdo”
En la silla reclinable junto a la ventana estaba sentado un hombre con gafas redondas.
En sus manos había unos trozos de papel que miraba diligentemente.
“…Agente Sakaguchi, ¿es esa imagen el siguiente destino?” Preguntó el joven del
traje.
Ango, el hombre con gafas redondas, guardó la imagen en el bolsillo de su chaqueta en
un tono nervioso para que su colega no la viera.
“No, no es nada. Solo una foto personal mía”
Después de guardar la imagen, Ango volvió su mirada hacia el mundo fuera de la
ventana, mirando con nostalgia la ciudad de abajo.

Varias sombras corrieron por el acueducto subterráneo del asentamiento de


Yokohama. Tres rezagados de Mimic habían escapado a los canales oscuros.
Sobrevivieron porque no habían estado en primera línea durante la batalla en el edificio
de estilo occidental.
Una tela oscura se extendía como una cuchilla desde atrás y cortaba a uno de los
soldados por la mitad. Los otros dos se dieron la vuelta y descargaron sus metralletas.
Los disparos iluminaron el acueducto, cortando la oscuridad.
“… Eso no funciona contra mí”
Un niño con un abrigo apareció detrás de ellos. Su abrigo negro bailaba por el estrecho
pasadizo como si estuviera vivo, destrozando a los soldados restantes uno tras otro.
“Necesito fortalecerme, ¡debo alcanzar mayores alturas! ¡Hasta que él me reconozca,
no perderé ante soldados militares, ni armas, ni incluso usuarios de habilidad! ¡No
perderé ante nadie! ¡Así que échale un bien vistazo! ¡Observen!” Akutagawa gritó
mientras aceleraba la danza de la muerte. Sus gritos lamentables fueron absorbidos en
la noche de Yokohama.

En medio de un verde sendero de montaña en lo alto de una colina con vista a


Yokohama había un cementerio con vista al océano. Había muchas tumbas nuevas
alineadas, entre ellas un pequeño marcador de entierro blanco sin nombre.
Dazai se paró frente al marcador del entierro, vestido con ropa negra de luto y con un
ramo de flores blancas.
“…”
Entrecerró los ojos cuando la fuerte brisa marina pasó repentinamente. Las flores
blancas ondeaban en el viento.
“Dejaré esta foto aquí”
Sacó una foto y la colocó delante del marcador de entierro.
Congelados en el tiempo estaban las sonrisas de esos tres hombres.
“Realmente desearía que pudieras haber probado ese tofu duro que hice…”
Dazai cerró los ojos, luego se quedó absolutamente quieto, enraizado en el lugar.

El edificio azul de la sede de la mafia se alzaba sobre el centro de las propiedades


inmobiliarias más importantes de Yokohama. En el último piso del edificio había una
oficina. Ougai se sentó en su escritorio, apoyando la barbilla en su mano.
“’Nihil admirari… ayuden al hombre mencionado anteriormente sin dudarlo ante
cualquiera y todas las pruebas’. Hmm”
Numerosos documentos estaban esparcidos sobre su escritorio, informes de pérdidas
del territorio gobernado por la mafia. Encima del desorden estaba el Oráculo de Plata
que Ougai había escrito una vez. Había sido recuperado del edificio de estilo occidental
después de que el conflicto había cesado.
Descaradamente recogió el documento y lo miró fijamente. El subordinado a su lado
habló.
“Jefe, han pasado dos semanas desde que nuestro ejecutivo Dazai desapareció.
Probablemente deberíamos reunir a todos los ejecutivos para una reunión para decidir
su sucesor…”
“Sí… supongo que sí” Respondió Ougai con indiferencia mientras arrugaba el
documento en sus manos. “No tendremos una reunión. Voy a dejar el lugar de Dazai
abierto”
Ougai miró los informes dispersos en su escritorio. los
La organización había recibido un artículo de gran valor, algo que compensaba con
creces el daño material total y la pérdida de subordinados talentosos. Eso incluyó la
desaparición de Dazai también. Lógicamente hablando, los resultados no podrían
haber sido mejores. Todo iba según lo planeado.
Ougai dobló el documento en un avión de papel deforme. Luego, con la barbilla todavía
apoyada en su mano, la arrojó. El avión deformado casi de inmediato se estrelló contra
el suelo.
“Las cosas seguro empezaran a ser aburridas por aquí…”

Coloridas señales eléctricas iluminaban las calles del distrito de entretenimiento de


Yokohama. El área siempre estaba llena de gente, incluso en medio de la noche.
Dentro de cierto pub que tenía una linterna naranja colgando al frente, había un hombre
grande con cabello blanco, completamente solo.
Era un pub popular para bebidas baratas. El hombre bebió de una taza de sake con
una expresión agria. “No puedo creer que el mejor perro del Ministerio del Interior esté
bebiendo solo en un pub barato como este… Debe estar solo, jefe Taneda”
Taneda levantó la vista sorprendido al encontrar a un joven sentado frente a él.
“Eres…”
“Permíteme servirse la bebida”
El alegre caballero, Dazai, inclinó la botella de sake y le sirvió alcohol al jefe. Después
de devolverlo de un solo trago, Taneda le lanzó a Dazai una mirada aguda.
“He visto tu rostro en nuestros reportes más veces de las que puedo contar. Eres
regular en la lista negra… ¿Entonces como sabías que estaba aquí?”
“Puedo entender la mayoría de las cosas si las analizo” Dazai sonrió con un
encogimiento de hombros.
“Se supone que estás desaparecido… ¿Qué te trae por aquí?”
“Estoy buscando un nuevo trabajo. ¿Tienes alguna recomendación?”
El jefe Taneda miró a Dazai en estado de shock, pero Dazai simplemente sonrió
inocentemente.
“Encuentro eso difícil de creer. Hay una lista larga de cosas que me gustaría
preguntarte…” Taneda se rascó la barbilla con un dedo. “¿Estás interesado en la
División Especial de Poderes Inusuales? Sí ese es el caso…”
“Perderías tu trabajo si lo hago” Dazai sonrió irónicamente. “No me gustan los trabajos
con un montón de reglas”
“¿Entonces que tipo de trabajo estás buscando?”
“Uno donde pueda ayudar a las personas” Dazai respondió sin demora ni un momento.
El jefe Taneda se cruzó de brazos y miró a Dazai en silencio.
“Tu historial es muy sucio. Tendrías que permanecer bajo tierra durante unos dos años
para limpiarlo. Pero, bueno… primero, ¿qué tal si respondes algunas preguntas? Tengo
una idea que podría funcionar”
“Escucho”
“Es una agencia armada compuesta por usuarios de habilidad. Es una especie de área
gris legal, pero asumen y resuelven tareas problemáticas que los militares y la policía
de la ciudad no pueden. Su presidente es un tipo sensato. Puede ser justo lo que estás
buscando”
Dazai asintió antes de cerrar los ojos como si estuviera contemplando algo importante.
Abrió los ojos nuevamente, lleno de determinación, y preguntó:
“¿Cuál es el nombre de la organización?”
“¿Su nombre? El nombre de la compañía es…”
PALABRAS FINALES
Buenas noches, Asagiri aquí.
Pedí en línea el curry al estilo de Osaka favorito de Sakunosuke Oda y lo probé. Fue
extremadamente picante, pero bueno. Mi mano estaba básicamente pegada a mi vaso
de agua. En el momento en que terminé, comencé a planificar cuando lo comería
nuevamente. Era ese tipo de curry. Pido disculpas a cualquiera que lea esto en medio
de la noche.
De cualquier manera, esta es la segunda novela Bungo Stray Dogs: Osamu Dazai y la
Era Oscura. Mientras que El examen de ingreso de Dazai Osamu toma lugar dos años
que el manga, esta novela toma lugar cuatro años antes y es acerca de la vida de
Dazai como un ejecutivo de la Mafia. La inspiración del título vino del primer trabajo del
artista Pablo Picasso (como un joven) conocida como Periodo Azul. El autor Osamu
Dazai fue bastante salvaje en su juventud, pero el Dazai en Bungo Stray Dogs tuvo sus
propios días oscuros de joven también.
Ahora, sí me puedo desviar.
La esencia de esa novela viene a la vida por una cierta fotografía. Los autores Osamu
Dazai, Sakunosuke Oda, y Ango Sakaguchi eran parte de una escuela de escritores
conocida como los Buraiha, o libertinos. Ellos se reunirían en un bar en Ginza, bebían,
y hablaban acerca del mundo literario, novelas, su familia, y cualquier otra cosa.
Realmente hay una fotografía de ellos hablando y teniendo un grato momento que
puedes encontrar en el Museo Moderno de la Literatura de Kanagawa (tomada por el
fotógrafo Tadahiko Hayashi). Osamu Dazai está intentando actuar tan genial con sus
piernas en el taburete, Sakunosuke Oda está mirando a la cámara y sonriendo, y Ango
Sakaguchi tiene una mano en su vaso mientras escucha una historia de Dazai. Están
tan relajados que es difícil de creer que están frente de una cámara (especialmente
cuando tu consideras que las cámaras en aquel entonces eran enormes y las bombillas
tenían que cambiarse con cada toma). Puedes realmente decir que se llevaron bien.
No solo son esos tres autores pilares del mundo de la literatura, pero ellos parecían
realmente cercanos. Creo que podrías incluso llamarlos “amigos”. Tan maravillosa y
simpática relación no es fácil de tener, y no puedes simplemente traerlos de vuelta si
los pierdes.
Eso es algo que incluso la gente normal como nosotros puede entender.
Entonces, solo nueve días después de que la fotografía fue tomada, Sakunosuke Oda
murió de una hemorragia pulmonar por tuberculosis.
Osamu Dazai escribió “¡Oda, lo hiciste bien!” en su elogio para el funeral. No mucho
tiempo después de eso, él y Ango Sakaguchi también se marcharon de este mundo, y
ahora todo lo que queda es esa foto de ellos. El punto principal de esta historia vino de
lo que nunca más volverá, algo sellado para siempre dentro de una tira de película.
Como sabes, los personajes en Bungo Stray Dogs no comparten nada en común con
sus contrapartes en la vida real. Hay un número de discrepancias sentadas en la serie
que contradicen hechos históricos (por ejemplo, realmente Osamu Dazai fue quien
admiraba a Ryuunosuke Akutagawa). No tengo reparos con los lectores que los tratan
como entidades independientes de la historia real.
Sin embargo, mi creencia es que los tenues destellos que dejaron estas personas para
las generaciones futuras (como son las líneas escritas en sus historias, o ese algo
dentro de la foto mencionada) son la verdadera naturaleza de un gran autor. Entonces,
para estirar un poco el punto, siento que esta serie no podría estar a la altura de su
nombre—Bungo— sin esos destellos.
Suficiente de platica seria. Solo quiero expresar mi gratitud a cada uno de los que
apoyan y aman las series. Gracias a todos, estamos planeando una tercera novela.
Voy a estar extremadamente ocupado lanzando cuatro cómics y tres novelas dentro de
un año, pero realmente espero que ansíes la continuación del universo de Bungo Stray
Dogs.
Lo último, pero no menos importante, me gustaría agradecer a mi maravillosa
compañera Sango Harukawa por una vez más dibujar esas bellas ilustraciones y
geniales personajes. También me gustaría agradecer a los editores, anunciantes,
agencias, librerías, y a ti, ¡el lector! Muchas gracias a todos.
Permítanme verlos de nuevo en el siguiente volumen.
KAFKA ASAGIRI

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