Hollis Unidad 1 y 2

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“Filosofía de las ciencias sociales” – Martin HOLLIS

UNIDAD 1 DEL PROGRAMA

Capítulo 1: PROBLEMAS DE ESTRUCTURA Y ACCIÓN

El proyecto de la Ilustración

La imagen de la ciencia moderna es la de una razón sin prejuicios que explora el ámbito independiente de la
naturaleza. La naturaleza es independiente en el sentido de que es como es. La razón es libre de prejuicios en
el sentido de que la ciencia se abstiene de la superstición, la autoridad tradicional, la ideología y los pre-
juicios, y depende de aquello que ha aprehendido de la naturaleza.

El cuento de la modernidad y el progreso daba cuenta de un nuevo mundo, ordenado y que funcionaba
racionalmente. Para discernir sus estructuras y su orden interno era necesario un nuevo método científico. La
revolución científica llevaba en su núcleo una revolución del método. Dicho método era como la razón, una luz
mediante la cual la ciencia puede vislumbrar a través de las tinieblas. Esta expulsa dos clases de ignorancia:
las cuestiones de hecho. Las mentes humanas son finitas y su experiencia directa sólo alcanza un corto
trayecto de espacio y tiempo. La razón debe proporcionar un método para hacer inferencias desde lo que ya
conocemos hasta lo desconocido. La otra clase de ignorancia es que el funcionamiento interno de la
naturaleza se oculta a los cinco sentidos. Jamás es posible ver, oír, tocar, gustar ni oler las estructuras, las
leyes y fuerzas que constituyen el orden natural. La razón ilumina, permite a la mente sobrepasar los confines
de los cinco sentidos.

La “edad de la Ilustración” es el nombre que el siglo XVIII se adjudicó para el progreso de la ciencia y una
nueva dirección en la investigación. Si el mundo humano resultaba ser menos ordenado que el resto de la
naturaleza, la ciencia podría enseñar cómo ordenarlo mejor. Podrían amansarse los impulsos que provocan
conflictos, y cultivar los sentimientos solidarios. Con ayuda de la razón sería posible lograr la armonía social.

Estructura y acción

El cambio político puede analizarse en dos direcciones. La primera intenta una explicación de la acción en
referencia al movimiento en una estructura social y procede de arriba abajo. La otra toma las acciones de los
individuos como la materia de la que está hecha la historia y considera que las estructuras son el resultado de
previas acciones, la dirección es de abajo arriba.

Un ejemplo de la dirección de arriba abajo es la teoría marxista: “el conjunto de relaciones de producción
constituye la estructura económica de la sociedad, sobre la cual se eleva una sobreestructura jurídica y
política”. “No es la conciencia de los hombres la que determina la que determina su realidad, la realidad social
es la que determina su conciencia”. “El cambio que se ha producido en la base económica trastorna toda la
sobreestructura”. Dicha teoría presenta tres tipos de supuestos. 1) La ontología (lo que existe) encarna la
visión sustantiva que Marx tiene sobre el mundo. Así, identifica relaciones y fuerza de producción, la
estructura económica y la sobreestructura legal y política; una dirección causal que otorga primacía a la base
real sobre las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas (formas ideológicas), bajo la que los
hombres toman conciencia de los conflictos subyacentes. Estas determinan la conciencia de los actores y sus
acciones. Dicha realidad pertenece al ámbito independiente que explora la ciencia, externo a la conciencia y
anterior a las creencias. A esta ontología, que incluye el mundo social en el orden natural, se la denomina
naturalista. 2) La metodología. Se necesita de un método científico que compruebe la realidad en la mente de
los actores y que pueda conducir a explicaciones causales. Marx se compromete con un método científico
unitario y con una única noción de explicación que sirve para todas las ciencias. El método es modelado al
modo de las ciencias físicas y naturales, por lo que es naturalista. 3) La epistemología (teoría del
conocimiento). Cómo conocemos cualquier cosa acerca del mundo y pertinencia de hacer de la conciencia y
la acción humana el sujeto de la ciencia. La comprensión que tienen los jugadores de la vida social puede ser
diferente del conocimiento de las explicaciones que proporciona el científico natural sobre el mundo natural.
Para Marx, es la estructura la que determina la acción.

Contrariamente, para Stuart Mill en una sociedad abierta en la que florece la individualidad, el progreso se
consigue a través del pensamiento crítico y la persuasión racional (visión liberal). Mill niega la existencia de
fuerzas sociales tales como las que plantea Marx. La ciencia social debe fundarse en las leyes de la
naturaleza del hombre individual (acciones y pasiones). “Todos los fenómenos de la sociedad son fenómenos
de la naturaleza humana generado por la acción de circunstancias exógenas sobre los seres humanos y si los
fenómenos del pensamiento, el sentimiento y la acción humanos están sujetos a leyes fijas, los fenómenos de
la sociedad no tienen más remedios de someterse a leyes fijas”. Hallar dichas leyes es el objeto de la ciencia
social.1) Ontología. Se encuentran sólo individuos, sus pasiones y acciones y la naturaleza humana individual
está gobernada por las leyes de la mente y las de formación del carácter. 2) Metodología. Al igual que Marx, la
explicación procede de la identificación de las leyes causales y las condiciones en la que éstas operan. Marx
necesita de una vía que penetre en la sobreestructura en busca de los mecanismos que determinan la
conciencia. En cambio, Mill se centra en las regularidades de la conducta humana. Sostiene que las
propiedades de los seres humanos en la sociedad derivan de y son resumibles en las leyes de la naturaleza
del hombre individual. Marx sostiene que es preciso explicar la conciencia de los hombres por las
contradicciones de la vida material. El método también es naturalista. 3) Epistemología. Tiene una diferente
estrategia de explicación, que va desde la acción a la estructura. Es de la tradición empírica que confina el
conocimiento del mundo a las creencias susceptibles de justificación mediante la observación.

Determinismo

El contraste entre Marx y Mill amenaza con crear la confusión sobre la cuestión del libre albedrío y el
determinismo. Marx establece una ontología de las fuerzas sociales y económicas que configura las
conciencias de los actores y causa sus acciones. Mill funda la ciencia social en la pretensión de que los
fenómenos del pensamiento, sentimiento y acción humana están sujetos a leyes fijas. La amenaza del
determinismo en Mill surge de la idea de que existen leyes de alguna índole específica que gobiernan
nuestras acciones.

El determinismo es la tesis de que en la naturaleza existe un orden causal completo: cada acontecimiento o
etapa tiene una causa.

Mill sostiene que la acción libre es posible, la libertad y el determinismo son compatibles y la libertad
presupone un orden causal. “Si conocemos perfectamente a la persona, y sabemos cuáles son los
inducimientos que operan en ella, es posible vaticinar su conducta con la misma certeza con la que
predeciríamos un acontecimiento físico”. Mill es un determinista que niega que las causas imponen o
necesitan sus efectos. Sostiene que las leyes de la naturaleza son simplemente regularidades que permiten
predicciones fiables.

Marx es más determinista. El materialismo histórico esboza un inevitable desarrollo de las fuerzas económicas
y de las relaciones de producción, que no da lugar para las iniciativas humanas conscientes. Al igual que Mill,
sostiene que el conocimiento científico es la fuente de fuerza para procurar el cambio. Las imágenes causales
de Marx son imágenes de mecanismos específicos que funcionan en particulares condiciones históricas. Las
necesidades no son aquellas leyes generales y universales, sino también aquellas de las particulares fuerzas
productivas y su funcionamiento.

Discusiones entre Marx y Mill: 1) ontológica sobre estructura y acción: acción determinada por la estructura
(Marx) y fenómenos de la sociedad emanan de las acciones y pasiones de los seres humanos (Mill); 2)
metodológica sobre el análisis de la explicación causal: ¿es clave la idea de necesidad o la de regularidad?
¿Se ajusta a lo general (leyes generales de la naturaleza) o a lo particular (mecanismos específicos?; 3)
epistemológica: visión empírica de que el conocimiento es una cuestión de experiencia (Mill) y teoría que
permita conocer la realidad subyacente (Marx).

Explicación Comprensión
Holismo Sistemas
Individualismo Agentes

 Holismo: enfoque que tenga en cuenta agentes individuales al apelar a algún todo mayor.
 Individualismo: enfoque que tenga en cuenta las estructuras apelando a los agentes individuales.

En Marx la explicación procederá de arriba abajo teniendo en cuenta las acciones individuales en términos
holistas. En Mill, la explicación procederá de abajo arriba, prevaleciendo el individualismo.

Comprensión

Marx y Mill fueron pensadores naturalistas que creían que, puesto que los seres humanos y las sociedades
pertenecen al orden natural, un único método, definido en términos generales, serviría para todas las ciencias.
La comprensión promete una alternativa diferente a la explicación.

Aquí se propone una ciencia social interpretativa o hermenéutica. Su propuesta central es que el mundo social
ha de ser comprendido desde dentro, en lugar de explicarlo desde fuera. En vez de ir en busca de las causas
de la conducta, debemos buscar el significado de la acción. Dicho significado se deriva de las ideas
compartidas y de las reglas de la vida social, y son ejecutadas por actores que significan algo por medio de
ellas. Los significados oscilan desde lo que se intenta consciente e individualmente a lo que es comúnmente
significante y que con frecuencia no es intencionado.

Este enfoque procede de las reflexiones sobre el carácter de la historia (Hegel) y sobre la historiografía.
Dilthey identificó el significado como la categoría que le es peculiar a la vida y al mundo histórico. La
coherencia de una vida sólo se comprende a través del significado que poseen las partes individuales en la
comprensión del todo. Pero el todo no es externo a la humanidad.

La noción de sistemas (utilizada para definir la estructura en el cuadrado superior izquierdo) hace referencia a
los sistemas mecánicos del mundo natural. Para el cuadrado superior derecho es necesaria otra definición.
Hollis toma la noción de “juegos” de Wittgenstein. Las reglas de un juego no sólo regulan cómo se juega sino
que definen o constituyen el propio juego. Los movimientos de un juego sólo tienen sentido dentro de las
reglas como las palabras sólo tienen significado dentro de un lenguaje y dentro de las prácticas de
comunicación. Los juegos son una peculiaridad humana y social y podría ser que la comprensión implicase la
negación del naturalismo.

¿Cómo se relacionan las instituciones y prácticas de la vida social con los actores humanos que participan en
ellas? Una respuesta holística sería que los juegos absorben a los jugadores. Si fueran sólo portadores de
roles sociales derivados por completo de determinadas posiciones y dictan todo cuanto hacen los jugadores,
la comprensión procedería de arriba abajo. Un enfoque individualista procedería de abajo arriba. Los
significados son antes subjetivos y sólo llegan a ser intersubjetivos por acuerdo mutuo. Los jugadores
construyen los juegos de la vida social. Elster sostiene que la unidad elemental de la vida social es la acción
humana individual y que explicar las instituciones sociales y el cambio social es mostrar que surgen como
resultado de la acción e interacción entre los individuos.
Las reglas de juego constriñen a los jugadores, pero también los capacitan para procurar sus propios fines.
Los jugadores, al crear sus reglas, hacen su propia historia, pero no la hacen en condiciones enteramente
elegidas por ellos. La acción puede presuponer la estructura y también configurarla.

Explicación Comprensión
Holismo Sistemas Juegos
Individualismo Agentes Actores

Los agentes son individuos y los sistemas son estructuras vistas desde una perspectiva naturalista y los
actores son individuos y los juegos son estructuras vistas desde una perspectiva interpretativa.

Capítulo 2: DESCUBRIR LA VERDAD: LA VÍA RACIONALISTA

Bacon, el padre del método científico moderno, distinguió dos vía para descubrir la verdad. La primera va
desde los sentidos y los particulares hacia los axiomas más generales, y desde dichos principios, cuya verdad
se asume establecida e inamovible, procede al juicio y descubrimiento de los axiomas medios. La otra deriva
axiomas desde los sentidos y los particulares, se erige mediante el ascenso paulatino y constante, y termina
por llegar a axiomas más generales (la verdadera para Bacon).

Las dos vías eran un modo de descubrir el verdadero orden de la naturaleza aplicando la razón
científicamente. Diferían en su análisis de la razón y en cómo aplicarla, pero coincidían en construir una
ciencia nueva absolutamente basada en ciertas verdades.

En el siglo XVII, la revolución científica ya estaba en marcha. El mundo era un sistema mecánicamente
ordenado. Descartes marcó el primer conocimiento “pienso, luego existo”, y se propuso fundar todo
conocimiento en los principios y verdades básicos asequibles a la mente racional. Así estableció un principio
evidente: todo aquello que es evidente por sí mismo es por tanto verídico.

Las ciencias morales y sociales no se configuraron hasta el siglo XVIII, a través de un revolucionario
pensamiento científico acerca de la naturaleza.

La razón, en busca del orden oculto

La primera vía de Bacon parte de los sentidos y los particulares y va en busca de los axiomas más generales.
Se propone a revelar secretos del orden natural que se hallas más allá de toda capacidad humana de
observación. Nueva visión de la naturaleza: sistema de masa en movimiento conducido por fuerzas
mecánicas y gobernado por leyes eternas.

Descartes negaba que conozcamos por experiencia sensorial que el espacio posee propiedades matemáticas.
Lo conocemos porque la intuición racional garantiza la verdad de algunos axiomas básicos y lo que éstos
implican. Eso invita a una teoría del conocimiento en el que la mente no necesite depender únicamente de los
sentidos.

El propósito era que la explicación científica pudiera proyectarse enteramente en términos de causas, efectos
y leyes objetivas de la naturaleza que los conectaban entre sí. El nuevo método científico no requería una
referencia directa a los designios de Dios para explicar cómo un estado del mundo natural conduce a otro.

La primera vía de Bacon es la búsqueda de leyes universales que concuerdan con la necesidad. Es una visión
determinista, en la que la razón asume la tarea de reproducir el orden de las cosas en el que cada
acontecimiento debe ocurrir tal como ocurre dada su causa y las inexorables leyes de la naturaleza. El cuerpo
humano se comporta mecánicamente; la mente se mantiene libre. La ciencia es como el descubrimiento de la
estructura oculta.
Apariencia y realidad

Todo cuanto nos digan los sentidos se clasifica como “fenómenos” (apariencia) y Descartes sostenía que los
fenómenos pertenecen a la mente del observador. “Realidad” significa todo cuanto en el universo es causa de
fenómenos. Asimismo, afirmaba que los objetos de la naturaleza poseen propiedades identificadas por la
física matemática, como la forma, el número, la masa y el movimiento, mientras que los datos proporcionados
por los sentidos poseen propiedades dependientes de la mente sabedora de ellos. Esta distinción da lugar a
dos mundos. Uno es interior, mental y privado para quien lo percibe; el otro es exterior, físico e independiente
de quien lo percibe.

Descartes sostiene que poseemos una segunda facultad que nos da acceso a la realidad negada a los
sentidos, la intuición intelectual.

El método científico cartesiano dependía de la deducción lógica para ir desde los axiomas a los teoremas.
Pero la deducción no podía asumir todo el proceso. Demostrar que se sigue un teorema no es demostrar que
el teorema es verdadero. Descartes sostenía que lo sabemos mediante la facultad mental de la intuición, que
nos lleva a ver que los axiomas captan las propiedades esenciales del objeto de estudio. La intuición le hacía
saber que el mismo era un ente que piensa. La intuición es la facultad de la mente que arroja la luz de la
razón sobre la realidad que subyace de las apariencias. La primera vía de Bacon depende de dogmas que
dan cabida a telarañas tejidas desde presupuestos subjetivos camuflados como intuiciones.

Los axiomas medios

Descartes confiaba en que el método que llevara al conocimiento primero abarcaría toda la filosofía de la
ciencia y conduciría a la única explicación integrada de un único e integrado orden natural.

Los axiomas medios son los puntos de partida para las ciencias particulares y luego para las sub-ramas. Una
vez establecida una solida física matemática, identificaremos las propiedades esenciales de la naturaleza
humana que configuran la ciencia general de la moral, para posteriormente subdividir la rama en teorías
axiomáticas sobre la economía, la política, etc.

Los axiomas medios son verdaderos, son evidentes en sí mismos o pueden ir derivándose como teoremas de
axiomas más generales a lo largo del árbol.

Necesidad

Para el racionalismo los sentidos no revelan las necesidades. La teoría es necesaria porque la ciencia va en
busca de las causas, la observación no puede ir más allá de las meras correlaciones. Explicar un
acontecimiento es identificar su causa, situándolo en el seno de una serie de acontecimientos en los que cada
uno de ellos da pie al siguiente. Las causas se adscriben a alguna clase de necesidad.

Las verdades matemáticas poseen la característica de que no es que sean ciertas, sino que no sería posible
que fueran falsas. Un conjunto de axiomas implica un teorema. Los axiomas son necesariamente ciertos, algo
que sabemos por la intuición, la prueba que demuestra que el teorema también es necesariamente cierto.
Puesto que la intuición y la prueba son métodos para descubrir que el teorema es cierto, en vez de conferirle
la verdad al teorema, la teoría nos aportará el conocimiento de las necesidades. Los hechos sobre los
números son hechos objetivos y necesarios de un universo que no podría ser de otra manera. Las verdades
de las matemáticas son verdades en todos los mundos posibles.

El racionalismo sostiene que existen inmutables leyes del pensamiento cuya necesidad no es posible probar
puesto que toda prueba ya las presupone.
El problema epistemológico que se plantea es cómo saber que la realidad es un sistema de fuerzas, oculto a
los modos cotidianos de conocer por medio de la experiencia.

Conclusión

El racionalismo ha dado a la ciencia humana una invitación a la búsqueda de estructuras y fuerzas ocultas
que terminarán por ser los determinantes de la conducta humana. La metodología racionalista asimilaba la
necesidad con que una causa genera su efecto, con la necesidad por la que se distingue una ley causal de
una correlación y asimilar ambas a la necesidad propia de las verdades de la lógica y de las matemáticas.

Las ambiciones racionalistas se vieron apoyadas por la distinción entre apariencia y realidad, que relegaba la
experiencia de los sentidos a un efecto de causas externas. Ello permitió que, en la búsqueda del orden de la
naturaleza, la teoría, certificada por la intuición, superara la observación.

Epistemológicamente, se plantea un problema del conocimiento. ¿En verdad poseemos la facultad de una
razón reflexiva que nos permite conocer aquello que jamás podríamos conocer a través de los sentidos? Si no
la poseemos, necesitaremos otra vía para justificar algunas de las pretensiones de conocimiento que se
extienden más allá del alcance inmediato de los sentidos hacia aquello que no ha sido observado, y quizás
hacia aquello que es inobservable.

Descartes sostiene que el conocimiento de sí mismo es el fundamento seguro para cualquier otro
conocimiento.

Capitulo 3: LA CIENCIA POSITIVA: LA VIA EMPIRISTA

La segunda vía de Bacon parte de los sentidos y los particulares, se erige mediante un ascenso paulatino y
constante, y termina por llevar a los axiomas más generales.

El positivismo

Abarca los enfoques que apliquen el método científico a los asuntos humanos, concebidos como parte de un
orden natural abierto a la investigación objetiva. Rechaza el racionalismo aunque sigue siendo naturalista.
Quienes abogan por la ciencia positiva suelen ser más individualistas que holistas e inclinados a distinguir
entre datos “duros” (cuantitativos) y “blandos” (cualitativos).

Se utiliza como abreviatura del positivismo lógico. Su idea directriz era que, puesto que las pretensiones de
conocimiento del mundo sólo pueden ser justificadas por la experiencia, no tenemos nunca derecho a afirmar
la existencia de algo que se halla fuera de toda experiencia. El conocimiento se fundamenta en observaciones
particulares y sólo es extensible a creencias generales en la medida en que éstas puedan ser confirmadas por
la experiencia. Todas las ramas de la ciencia progresarían más rápidamente si lograran desembarazarse de
los bártulos no experimentables.

Un ascenso paulatino y constante

Una teoría del conocimiento, fundada exclusivamente en los sentidos y los particulares, sostiene: la ciencia
consiste en un cuerpo de creencias, algunas de las cuales sabemos que son ciertas, y respecto a otras, dado
lo que sabemos, tenemos racionalmente el derecho a asumir que lo son. Las creencias básicas son aquellas
que avala la percepción, la única fuente de conocimiento directo del mundo y única garantía para las
afirmaciones básicas. La mente registra a través de la percepción los datos que aportan los sentidos y así
logra conocer los particulares de objetos individuales presentes. Éstos son los hechos brutos de la
experiencia, los rasgos del mundo que conocemos sin interpretación. El conocimiento comienza por los
sentidos y los particulares.
La percepción nos facilita el fundamento para el conocimiento del mundo, pero es un fundamento estrecho. Es
preciso complementar la percepción con un principio que justifique las nuevas inferencias. El principio
empírico tradicional es el de la inducción. Permite inferir que aquello encontrado cierto para cosas conocidas
hasta el momento vale también en otros casos en que se dan idénticas condiciones. Para emprender el
ascenso precisamos algo más que la percepción (punto de partida). La inducción permite un ascenso
paulatino y constante, puesto que cualquier etapa generalizadora puede ser confirmada por la experiencia.

Hume y la causación

Las conexiones causales no son meras correlaciones, sino que involucran leyes causales, poderes y fuerzas y
cierta clase de necesidad natural. Hume sostenía que en mayor o menor grado todas las ciencias están
relacionadas con la naturaleza humana. Su idea era intentar una ciencia de las capacidades y facultades
humanas, un estudio científico de la razón y la pasión humana basado en el estudio empírico de la lógica, la
moral, la crítica y la política. Su método era la experiencia y la observación aplicadas a la conducta de los
hombres en sus relaciones, sus asuntos y sus placeres, con el objetivo de explicar todos los efectos desde
sus causas más simples y mínimas. La observación y el experimento sólo proporcionan una unión
experimentada, una conjunción constante o correlación regular entre uno y otro acontecimiento. La causa es
un objeto precedente e inmediato a otro en el que todos los objetos semejantes al primero se colocan en igual
relación de precedencia e inmediatez con aquellos objetos semejantes a los últimos. La causa es un ejemplo
de la regularidad, y una ley causal o ley de naturaleza es simplemente una regularidad configurada por
ejemplos. La causa de un acontecimiento es un acontecimiento previo en el seno de una secuencia regular de
las que nos hemos habituado a esperar que podemos afirmar. El núcleo epistemológico de la probabilidad no
puede ser otro que la frecuencia con la que se registra una correlación. La explicación y la predicción
dependen de generalizaciones, proyectadas hacia delante para los objetivos de predicción, y, hacia atrás,
para los de explicación.

La economía positiva

Friedman sostiene que la tarea de la economía positiva es proporcionar un sistema de generalizaciones que
puedan ser utilizadas para corregir las predicciones sobre las consecuencias de cualquier cambio de las
circunstancias. Ello se consigue desarrollando una teoría o hipótesis que aporte predicciones validas y
significativas sobre aquellos fenómenos aun no observados. La teoría consiste en una combinación entre un
lenguaje y un cuerpo de hipótesis sustantivas designadas para abstraer las características esenciales de una
realidad compleja. En su papel de lenguaje, la teoría es un conjunto de tautologías. Su función es actuar como
sistema de clasificación. En su papel sustantivo, la teoría se juzgará por su capacidad predictiva para la clase
de fenómenos que intenta explicar la única prueba de validez de una hipótesis es la comparación de sus
predicciones con la experiencia. El objetivo es la predicción; el medio es la comparación de las predicciones
con la experiencia.

La distinción analítico/sintético

Hume distingue entre cuestiones de hecho y relaciones entre las ideas. El mundo es simplemente como es.
Todas las formulaciones verdaderas respecto al mundo son verdaderas contingentemente, siendo
contingentes en cuestiones de hecho. Las formulaciones necesariamente verdaderas no lo son sobre el
mundo, sino sobre las relaciones entre las ideas. Su verdad depende de las relaciones entre las ideas. Su
verdad depende de las relaciones lógicas y de significado de las ideas en la mente.

Todos los significados aptos para el uso científico se dividen en: analíticos y sintéticos. Si un enunciado es
analítico, su verdad o falsedad depende únicamente de los significados de sus términos. Si un enunciado es
sintético, su verdad o falsedad depende de asuntos de hecho. El hecho surge exclusivamente de una
convención lingüística, la cual puede cambiar. Las verdades resultan de leyes que hemos construido y
dependen exclusivamente de decisiones humanas. Es una cuestión de convención no de experiencia. Lo
esencial es que ninguna verdad sobre el mundo puede ser establecida sólo por recurrir a un sistema de
organización.

Presupuestos reales versus predicciones acertadas

Las dos cuestiones conciernen a la distinción de Friedman entre las hipótesis sustantivas y el lenguaje teórico.
La teoría será juzgada por su capacidad predictiva y la única prueba de validez de una hipótesis es la
comparación de sus predicciones con la experiencia. La distinción entre lenguaje y hechos excluye cualquier
presunción de que las hipótesis tienen implicaciones y presupuestos y que la conformidad de dichos
presupuestos con la realidad es una prueba de validez de hipótesis diferente de y adicional a la prueba
mediante implicaciones.

Los presupuestos son falsos si son tratados como descripciones; todavía pueden ser “como sí” fueran
verdaderos, cuestión ésta que se establecerá de igual modo para cualquier otra hipótesis. El “como sí” permite
a la ciencia positiva barajar inobservables, siempre y cuando no se asuman más que como ficciones útiles. La
teoría construye o explora idealizaciones o modelos que abstraigan hasta el límite de los rasgos del mundo
real. La ciencia positiva no tiene por qué preocuparse de los inobservables o de las teorías que a ellos se
refieren. Puesto que la predicción sigue siendo la única prueba, no hay riesgo de introducir rasgos de realidad
que superen toda posible experiencia.

El papel de la teoría

La teoría encierra algo más que un lenguaje y un sistema de organización conceptual. Un contraste entre las
dos vías de Bacon es que los axiomas más generales vienen al comienzo de la primera y al final de la
segunda. La teoría es la vía por la cual percibimos los hechos y no es posible percibir los hechos sin teoría.

Descubrimiento y validación

¿Cuán perjudicial es para el empirismo básico asignar un papel activo a la teoría? Existe un proceso
intelectual de descubrimiento que explora o construye sistemas formales. Los puntos de partida de los
sistemas formales son una cuestión de elección, imaginación o azar psicológico. En la segunda vía de Bacon,
la constatación de validez es exclusivamente el experimento y la observación, la comparación de las
predicciones con la experiencia. Toda teoría científica prometedora necesita supuestos fértiles con los que
urdir complejos tejidos ajenos a los hechos comunes de la experiencia. Si el requisito empírico se dirige
firmemente a la lógica de la validación, permitiendo que el descubrimiento baraje a su antojo, la vía puede
conducir a los axiomas más generales.

Conclusión

La noción positiva de explicación se denomina “modelo de ley cobertora”: explicar es identificar las
generalizaciones relevantes que cubren el caso a explicar. También se conoce como modelo hipotético-
deductivo, por la combinación de hipótesis e inferencias deductivas.

La ontología es de los particulares que existen independientemente de la teoría y están a la espera de la


observación. Estos particulares se asumen como objetos individuales. La metodología aspira a identificar

Las regularidades de la conducta de los particulares. No busca detectar estructuras subyacentes, fuerzas o
necesidades causales, ya que no existen. Involucra la abstracción teórica y el razonamiento deductivo para
conseguir mejores predicciones. La epistemología propone que sólo la percepción y la comprobación justifican
las pretensiones de conocimiento del mundo.
UNIDAD 2 DEL PROGRAMA

Capitulo 4: HORMIGAS, ARAÑAS Y ABEJAS ¿UNA TERCERA VÍA?

Bacon propone una tercera vía: “Quienes han manejado la ciencia han sido hombres de experimento u
hombres de dogmas. Los hombres de experimento parecen hormigas que se limitan a recolectar y utilizar; los
racionadores parecen abejas que hilan sus telas utilizando su propia sustancia. La abeja toma el camino del
medio: recoge su material, pero lo transforma y digiere mediante una capacidad propia como la verdadera
empresa de la filosofía”. Así, sugiere una alianza entre lo experimental y lo racional. El conocimiento es una
mezcla de teoría y experiencia en la que cada una de ellas contribuye a algo que supera el alcance de la otra.

¿Fundamentos del conocimiento?

La idea de que el conocimiento necesita descansar sobre fundamentos es parte de la filosofía moderna. La
pretensión es que no hay nada que pueda conocerse sólo mediante la comprobación o la evidencia. Nada es
probable a menos que algo sea cierto. Gran parte del conocimiento depende de la inferencia. Por muy válida
que sea la inferencia, su conclusión no es una verdad conocida, salvo que se sepa que sus premisas son
verdaderas. Para que el conocimiento sea posible debe haber algunas propuestas que puedan conocerse sin
constatación ni evidencia (fundamentos del conocimiento).

Es preciso insertar algunos principios de inferencia en los fundamentos. De otro modo es imposible construir
algo sobre la fundamentación. Toda validación depende en sí misma de la inferencia. Algunos principios
básicos han de ser evidentes por sí mismos. Todos los sistemas de fundamentación necesitan suponer la
validez de sus axiomas y de su método de construcción. Bacon combina los axiomas conocidos por las
facultades racionales y experimentales. Su planteo sobre cómo la mente transforma y digiere el material dado
mediante una capacidad propia plantea un problema sobre la objetividad. En la primera y la segunda vía la
mente se ocupaba activamente de buscar la verdad, se eliminaba a sí misma, ya que las verdades
descubiertas eran objetivas e incontaminadas por cualquier particularidad de la participación humana en la
búsqueda. La moda actual es negar que la mente sea un registro neutral. La verdad se revela sin
interpretación.

Interpretación

Los empiristas sostienen que la facultad experimental es pura, mientras que la facultad racional depende de la
construcción de la mente. Ésta es una tabula rasa o papel en blanco en el que la experiencia escribe el primer
conocimiento. Un problema es que la idea de experiencia es ambigua y deja sin aclarar la relación entre los
elementos subjetivos y objetivos. Observar no es simplemente registrar, sino juzgar qué concepto es
pertinente. Los conceptos son proporcionados por la mente.

La ciencia como conjeturas y refutaciones

Popper defiende la visión naturalista de que el mundo natural y el social son de una pieza y sujetos al mismo
método científico. Popper niega la afirmación de que la ciencia se distingue de la seudociencia o de la
metafísica por su método empírico, el cual es inductivo y avanza desde la observación y el experimento,
porque si lo que contara fuese la cantidad de evidencia empírica que confirma una teoría, entonces habría que
tomar por científicas muchas teorías seudocientíficas.

Popper sostiene que el criterio del status científico de una teoría es su falsabilidad, o refutabilidad o
comprobabilidad. Para que una teoría sea falsable han de dárselas condiciones en las que sea posible
demostrar que es falsa. Dichas condiciones han de ser especificadas antes de someterla a prueba, y
mantenidas si las pruebas van en contra de la teoría. Su crítica a Hume se basa en que no existe ningún
proceso que registre las impresiones y los patrones de impresiones, y ningún proceso de inducción. Popper
afirma que nacemos con expectativas: con un conocimiento que, si bien no válido a priori, es psicológica o
genéticamente a prior, previo a toda experiencia observacional y una de ellas es la de hallar regularidad”.

El autor niega que si una hipótesis (h) implica el enunciado observacional (o) y si o es verdad, entonces h es
consiguientemente confirmada. La ciencia está siempre abierta, no ofrece certidumbres. La lógica de la
validación sólo establece que algunas teorías son falsas. Aunque la ciencia elimina teorías y sólo aprueba las
sobrevivientes, las aprueba no como dogmas sino como un reto para discutirlas y mejorarlas (lógica de la
falsación).

La interpretación no está nunca ausente, y no existe un punto de vista neutral desde el que juzgar cuáles son
las teorías que resulta racional aceptar.

La ciencia como urdimbre de creencias

El pragmatismo sostiene que la mente está siempre en actividad decidiendo qué es lo que cuenta como
conocimiento. Aun si eso hace que todos nuestros conceptos y creencias sean revisables, las revisiones
deben hacerse a la luz de la experiencia. La teoría gobierna la experiencia y la experiencia la teoría.

Cuando parece que la experiencia entra en conflicto con las creencias, se debe revisar una u otra cosa, y,
puesto que siempre que describimos interpretamos, una opción es reinterpretar la experiencia. En la urdimbre
de creencias no hay por qué renunciar a ningún enunciado, del mismo modo que ningún enunciado es inmune
a la revisión. La observación sin teoría es absurda.

El conocimiento o las creencias es un tejido confeccionado por el hombre que sólo periféricamente tropieza
con la experiencia, sus condiciones fronterizas las fija la experiencia. Un conflicto con la experiencia de la
periferia ocasiona reajustes en el interior del campo. Ninguna de las experiencias particulares está ligada a
ningún enunciado particular del interior del campo, a no ser indirectamente, a través de consideraciones de
equilibrio que tiene que ver con el campo en su conjunto.

Ni una sola hipótesis puede probarse aisladamente y toda observación va teóricamente ligada a otras
observaciones. No existe una simple lógica de falsación.

Para la mente no hay nada que sea previo a cualquier interpretación. Lipsey está de acuerdo con Popper de
que la confirmación no eleva la probabilidad de las hipótesis. Cuando la teoría parece estar encontrada con
los hechos, decidimos si en realidad lo está, contrastándola con un trasfondo de teorías aceptadas hasta
entonces.

Friedman sostiene que una teoría es la vía por la cual percibimos los hechos y no es posible percibir los
hechos sin teoría. La teoría ya no es un simple artilugio de registros o un sistema de organización, sino que se
ha convertido en fuente de selección a partir de una masa de datos.

Los paradigmas, y después

Kuhn distinguió la ciencia normal de la ciencia revolucionaria. La ciencia normal es el trabajo cotidiano,
organizado y progresivo de recolectar evidencia y poner a prueba las hipótesis. Se desarrolla dentro de un
marco de presupuestos intelectuales y prácticas establecidas que se dan por sentadas. Dicho marco o
paradigma no es inmutable. Cuando la ciencia normal empieza a arrojar consistentemente resultados
inesperados, entra en tensión; cuando surge un modo radicalmente nuevo de enfocar los resultados
obstinados, y es ampliamente aceptado por considerar que los explica convincentemente, se la desecha. Esa
es la revolución científica.

El paradigma posee dos aspectos principales: uno intelectual y otro institucional. Intelectualmente, consiste en
un conjunto de axiomas orientativos o de principios básicos sobre el carácter general de la naturaleza, y cómo
ha de ser estudiada. En el aspecto institucional, la ciencia normal se vigila por medio de mecanismos sociales.
Es una actividad organizada y supeditada a una estructura jerárquica de poder. Las comunidades jerárquicas
están sujetas a una disciplina que refuerza el paradigma. La ciencia es una industria con inversores. La
industria del conocimiento es un entramado dentro del vasto sistema social y político, lo que ayuda a explicar
la persistencia de un paradigma particular y cómo éste regula la práctica científica. Un cambio en el
paradigma acarreará cambios profundos en cuanto a la distribución del poder dentro de la sociedad en
general.

Capitulo 7: COMPRENDER LA ACCIÓN SOCIAL

El mundo social sólo puede penetrarse desde adentro y por medios distintos de los apropiados para las
ciencias naturales. Aquí, la explicación causal debe ceder a la comprensión interpretativa. El imperativo
dominante de la tradición interpretativa o hermenéutica consiste en que el mundo social debe entenderse
desde dentro.

Cuatro clases de significado

1) La acciones humanas tienen significado. Encarnan intenciones, expresan emociones, se ejecutan por
razones y son influenciadas por ideas acerca de los valores.

2) La distinción entre el significado de una acción y lo que el actor significa respecto de ella está relacionada
con la distinción que existe entre lo que las palabras significan y lo que las personas quieren significar con
ellas. El lenguaje es clave de la peculiaridad de la vida social.

3) Las prácticas humanas están empapadas de expectativas normativas.

4) El significado de muchas acciones depende del modelo del mundo social que está en la mente de los
actores.

El problema de las otras mentes

Hasta ahora, el núcleo del problema epistemológico ha sido el problema del conocimiento ¿Por qué criterio
sabemos que una creencia es verdadera? En la medida en que el significado es una categoría peculiar a las
ciencias sociales, el problema del conocimiento toma un giro: el problema de las otras mentes.

Las cuatro sugerencias distinguen entre el comportamiento y la acción, los signos los símbolos, las señales y
las expresiones, las costumbres y las prácticas, las regularidades y las normas; entre las naturales respuestas
adaptativas a un medio mutante y la interacción social autoconsciente e informada.

Para llegar al significado de las acciones y expresiones necesitamos las interpretaciones de los actores. El
problema, que parte de la premisa de la singularidad de las personas, es el de cómo una mente puede saber
lo que está en otra mente. Ese es el problema filosófico de las otras mentes. Comprender la acción entraña la
interpretación de una interpretación, la doble hermenéutica. Existe una diferencia fundamental entre
comprender y explicar, lo que sucede en el mundo social depende del significado que a ello den los agentes.

La racionalidad: una aproximación weberiana

Para Weber, la ciencia de la sociedad intenta la comprensión interpretativa de la acción social. En acción
comprende todas las acciones humanas, siempre, y en la medida en que el individuo actuante les adjudique
un significado subjetivo. Por acción social, toda acción que toma en cuenta el comportamiento de los demás y
toma, por tanto, un curso orientado. Esta es una idea individualista, Weber parte de los actores individuales
que adjudican un significado subjetivo a sus acciones. La acción social es una interacción considerada desde
el punto de vista de cada individuo. Distingue dos aspectos del significado de la acción o de la expresión: su
significado subjetivo (lo que el actor quiere significar con ello) y el significado intersubjetivo (lo que significa la
acción).

Weber propone una tesis en favor de una noción de racionalidad instrumental para comprender la acción
económica en referencia a aquello que escogería un agente idealmente racional. El individuo actuante de
Weber no es sólo el homo economicus sino también el homo sociologicus (burócrata). Ese individuo e un
acatador de normas en una organización cuya estructura de reglas aporta orden a su mundo y al lugar que le
corresponde. Mientras que para el homo economicus ser racional es calcular, para el homo sociologicus ser
racional es acatar las reglas.

La acción social como acatamiento de reglas

El imperativo hermenéutico es el de comprender la acción social desde dentro. ¿Desde dentro de qué? La
respuesta individualista es “desde dentro de la mente de cada uno de los individuos que actúan”. Una
respuesta alternativa es “desde dentro de las reglas que otorgan significado”.

Para comprender una expresión es preciso saber tanto lo que significa la expresión como lo que el hablante
significa con ella. Wittgenstein propone una analogía entre lenguajes y juegos. Las reglas del lenguaje definen
el juego, el cual no existiría sin ellas. El núcleo del juego consiste en reglas, las cuales fijan el alcance y los
límites de lo que puede comprenderse desde dentro respecto a las ocasiones de jugada. Las reglas
constitutivas crean el juego definiendo su propósito, sus jugadas legítimas y las facultades de sus piezas. Sin
reglas gramaticales no hay lenguaje. Las reglas regulativas gobiernan la elección entre las jugadas legítimas.
Al aprender las reglas del juego se aprende “cómo seguir”, cómo hacer lo que se requiere, cómo evitar lo
prohibido y escoger el camino a través de lo permitido en el espíritu del juego.

Otra cuestión importante es qué es exactamente lo que implican las reglas en una ocasión determinada. Para
Wittgenstein las acciones particulares pertenecen a las prácticas particulares que van incrustadas en las
prácticas de más alcance que configuran una cultura. Para comprender totalmente una acción o práctica
particular, necesitaríamos entender el contexto más amplio. Existe una compleja red de semejanzas
solapándose y entretejiéndose entre sí, pero caracterizadas por un aire de familia.

Winch sostiene que la idea que tenemos de lo que pertenece al ámbito de la realidad nos es dada en los
conceptos que utilizamos. Esos conceptos se completan con los criterios para decidir la verdad de los
enunciados que describen el ámbito de la realidad. Las relaciones sociales son expresiones de ideas sobre la
realidad. Toda conducta significativa está eo ipso gobernada por reglas. Los juegos sociales encarnan ideas y
el científico social debe comprender cada uno de ellos desde dentro y en sus propios términos, encontrando la
variedad de reglas a las que se ajustan los diversos grupos de actores. El autor es idealista: sólo existen
juegos expresando ideas, y nítidamente relativista, pues las diversas formas de vida son autónomas y están
cerradas a la crítica externa. Los seres humanos aparecen caracterizados exclusivamente como actores
sociales, jugadores de juegos que hacen todo y sólo aquello que suponen las reglas requieren que hagan.

Explicación Comprensión
Holismo Juegos (reglas, prácticas,
formas de vida).
Individualismo

Reglas y racionalidad

Existen dos formas de definir racionalidad. Un análisis adopta el tipo-ideal de Weber de la acción
económicamente racional, donde el agente es un individuo homo economicus dotado de deseos
(preferencias), creencias (información) y un ordenador interno, que busca los medios más efectivos para
satisfacer sus deseos (o maximizar su utilidad esperada). El análisis procede identificando esos elementos y
reconstruyendo las deliberaciones del agente, de modo que ponga de relieve la acción instrumentalmente
racional. Otra forma, consiste en poner firmemente a la acción social en el contexto de las normas de las
reglas, de las prácticas y de las instituciones. Los agentes sociales no sólo son actores sociales antes que
individuos, sino también que son plurales antes que singulares. El homo economicus se puede situar en el
apartado inferior izquierdo, mientras que el homo sociologicus en el apartado superior derecho.

Un juego, construido de acuerdo con Wittgenstein, es una estructura normativa, externa a todos los jugadores.
A diferencia de las estructuras externas en el apartado superior izquierdo bajo el rotulo de explicación, los
juegos son internos a los jugadores colectivamente considerados. Son externos a cada uno, pero
internos para todos en conjunto: intersubjetivos, más que objetivos, Los juegos son histórica y culturalmente
concretos, con un poder suficientemente real para establecer los términos en que piensan o se relacionan las
personas, pero sólo en su lugar y momento.

Metodológicamente, la senda intersubjetiva hacia la comprensión consiste en identificar las reglas


constitutivas y regulativas del juego relevante (intuición, práctica, forma de vida), exponer las expectativas
normativas asociadas a ellas y comprender la acción como el hacer lo que se espera normativamente en una
situación estructurada por las reglas.

Conclusión

Las acciones tienen significado. Hay diferencia entre los signos naturales y los símbolos convencionales. Las
acciones tienen dos clases peculiares de significado: lo que significan en la medida en que son signos
tomados de un depósito común de convenciones, y lo que el actor significa, o intenta significar, a través de
ellas.

El lenguaje posee significado. Existen muchos juegos, muchas maneras de pensar y muchas formas de vida,
cada una de ellas constituida por propias reglas.

Las prácticas poseen significado (qué es lo que las personas quieren decir con las palabras). Los
wittgensteinianos toman la existencia de las prácticas como condición previa para la acción individual que
depende de ellas. Las practicas, construidas comunalmente de esta forma, no son simplemente regularidades
habituales de conducta. Encarnan valores compartidos y dan cabida a expectativas normativas expresadas en
un lenguaje moral de elogio por realizarlas.

Los actores sociales cuentan, en su mente, con modelos del mundo y de ellos mismos.

Capitulo 8: EL YO Y LOS PAPELES

Las normas sociales pueden entenderse como núcleo de la estructura social o como mecanismos de la
dinámica de un sistema social. El reto de este capítulo es completar el apartado inferior derecho del cuadro
con actores que no sean meras criaturas de las normas, ni tampoco agentes racionales. Dichos actores
contarán con algo de la habilidad de los agentes racionales para negociar y renegociar las convenciones, al
mismo tiempo que se mantendrán sujetos a las exigencias normativas de los juegos de la vida social. Las
personas son la suma de sus papeles, en el contexto de los papeles institucionales.

Posiciones y papeles

La sociedad es un esquema de posiciones sociales, cada una de ellas asociada a una institución u
organización. Algunas instituciones y organizaciones están estructuradas jerárquicamente. El orden social es
una suma de relaciones dentro de y entre las instituciones (y organizaciones). Las posiciones se relacionan
internamente según el propósito de la institución y lo que es necesario hacer para que ésta funcione.
Externamente, las instituciones están influidas por otras instituciones dentro de un contexto social móvil. Las
posiciones sociales están alentadas por los papeles que van con cada una de las posiciones y desempeñados
por aquellos a quienes incumben. En el análisis holístico dichas personas hacen justamente aquello que sus
posiciones requieren de ellas. Las instituciones sobreviven a quienes desempeñan los papeles que la
mantienen en marcha, y tienen formas para asegurar que los nuevos se comporten del modo que convenga a
la institución. Una teoría sistémica (apartado superior izquierdo) trata a los papeles como fuerzas transmitidas
a través de una posición social.

Desde la perspectiva de la comprensión, los papeles consisten en expectativas normativas, un conjunto de


deberes cuasi morales que cumplir, habilitaciones para cumplirlos y derechos para criticar, protestar y
procurar reparaciones en caso de fallos. Que los papeles entrañen deberes da lugar a la aparición de una
conducta normal. Los papeles entrañan expectativas normativas indefinidas o inconsistentes, que otorgan a
los actores cierto margen de maniobra en la interpretación de sus papeles o en la persecución de propósitos
ajenos a esos papeles. Desde el punto de vista estructural, de arriba-abajo, los actores han de considerarse
totalmente sumisos a las exigencias de sus papeles. Si los actores importan deben ser insumisos.

Los papeles institucionales y la analogía teatral

Las instituciones son conjunto de posiciones organizadas en busca de un objetivo general, con la ayuda de
miembros que no son del todo autónomos en sus desarrollos. Resulta más natural hablar de organizaciones,
grupos o prácticas, subrayando el carácter de fluidez y solapamiento de los compromisos de las personas.
Para decidir cómo continuar, los actores que desempeñan papeles tienen que utilizar su propio juicio. En el
caso de los actores que desempeñan varios papeles las prioridades entre las demandas de los papeles no
vienen dadas automáticamente. El desempeño de papeles institucionales desafía cualquier análisis sistémico
que busque traducir los imperativos de las posiciones sociales directamente en cursos concretos de acción
requeridos por el sistema. Ha de comprenderse desde dentro.

Identidad social e identidad personal

El enfoque tradicional al problema filosófico de la identidad personal sostiene la noción de que cada persona
es necesariamente única. Descartes sostenía que cada uno de nosotros es una sustancia no física, eterna,
una res cogitans o ser consciente, dotado de libre albedrío. Locke afirmaba que debíamos el conocimiento a la
existencia continuada de la memoria en el curso del tiempo. A éstas se presentaron posturas alternativas.
Hume, al igual que los empiristas, niegan que la introspección pueda revelar la existencia del yo sustancial. La
identidad es una cuestión de continuidad de propiedades y relaciones. Lo que hace diferente a las personas
singulares son sus diferentes percepciones, y ello se debe a que sus cuerpos tienen una historia diferente en
el tiempo y el espacio. Kant introduce su noción de “unidad trascendental de la apercepción” y propone que,
dado que la existencia sólo nos ofrece fenómenos, la habilidad para unificar los daos de la evidencia empírica
debe derivar de algún otro lugar. Dichas unidades son trascendentales y fruto del entendimiento que agrupa
fenómenos y los recoge en conceptos organizados dentro de un marco de referencia de categorías. La unidad
y la identidad de sí misma de la mente que juzga tampoco se nos presenta por la percepción o la
introspección. El yo trascendental se mantiene activo tratando de entender el sentido del mundo y la parte que
él mismo desempeña en el mundo. Finalmente, James propone el yo (yo conocedor) y el mí (yo conocido). El
yo o mí empírico tiene tres aspectos: el yo material o cuerpo; el yo social (reconocimiento que recibe de sus
semejantes); y el yo espiritual (el ser interior o subjetivo de un hombre, sus facultades o disposiciones
psíquicas).

Conclusión

El papel es un conjunto de expectativas normativas ligadas a una posición social. El Holismo del apartado
superior derecho sostiene que las personas actuaran siempre de acuerdo con las claras directrices que
promulgan sus posiciones sociales gobernadas por normas que resultan invasoras de todas las relaciones
sociales. Los actores podrían entonces ser absorbidos por sus papeles en la estructura normativa de la
sociedad, convirtiéndose en la mera suma de sus papeles en la estructura social. Las reglas le dicen al actor
“cómo seguir”, pero al mismo tiempo, se constituyen a partir de las interpretaciones que los actores dan a esa
orientación.

Capitulo 9: EXPLICAR Y COMPRENDER

Weber relaciona la explicación con la comprensión sosteniendo que “las generalizaciones son enunciados de
probabilidad estadística. Desde el punto de vista de la cognición sociológica, hasta la más certera exactitud en
el nivel del significado no es sino una posición causal, aceptable sólo en la medida en que exista una
probabilidad de que la acción en cuestión tome verdaderamente la dirección que presume es la apropiada
desde el punto de vista del significado”.

Las acciones no se explican exclusivamente por las estadísticas. Se debe examinar detenidamente el nivel del
significado y luego, para establecer lo que en verdad ocurre, retornar al nivel causal.

Reglas y razones

Reconciliación de aspectos de orientación por reglas y estratégicos en la acción racional. Los acatadores de
reglas sumisos no necesariamente son acatadores de reglas mecánicos, ya que las reglas son abiertas, están
sujetas a la interpretación y construidas en el decurso del cumplimiento de las mismas. Las reglas se
configuran una vez establecidas las prioridades y resueltos los conflictos. Es imposible redactar una
interpretación para todas las circunstancias que determinen cómo se entenderá su significado. De ahí que los
sumisos acatadores no sólo sepan proceder, sino que determinan también cómo acatarlas. Poseen la facultad
de interpretarlas individualmente y colectivamente. El homo sociologicus h surgido con un amplio margen de
maniobra. El homo economicus (maximizador de utilidad) también cuenta con un margen. Las expectativas
normativas permiten opciones que dependen de la utilidad que el agente atribuye al cumplir con ellas. Así, se
combina el homo sociologicus con el homo economicus, a través del análisis de la acción social como
elección instrumentalmente racional dentro de las capacitaciones y constricciones sociales.

¿Está el remedio en el juicio y la comprensión?

Frankfurt propone una psicología en la que el agente cuenta con dos niveles de preferencias: uno que abarca
a los resultados y otro que abarca a las preferencias de primer orden. El juicio y el entendimiento pueden
conducir a actuar sobre las preferencias de segundo orden. Harsanyi presupone que tenemos preferencias
éticas. Los agentes racionales son reflexivos cuando responden al conflicto entre su primer y segundo orden
de preferencias, y éstas últimas son menos dadas.

Reglas, razones y causas

Cómo se relaciona el nivel causal con el del significado. ¿Son las razones para la acción causas de la acción?
Para los agentes racionales de la teoría de la elección racional estándar, las razones son causas. Si las
preferencias y las elecciones son calculadas, el funcionamiento interno de los agentes es una etapa en el
procedimiento causal de cualquier definición de causal.

Expectativas racionales y expectativas normativas

En la interacción estratégica de los agentes racionales, todos tienen expectativas racionales, las cuales
incluyen la propuesta de que todo agente posee un modelo de teoría económica y sabe que ese mismo
modelo o teoría está en la cabeza de los demás.

Los acontecimientos sociales suelen estar configurados por la forma que los actores sociales esperan que
asuman. Las expectativas normativas son el material propio de la vida social. Las posiciones sociales están
aseguradas por el lugar que ocupan en la red de expectativas normativas. Todo aquello que sea
indistintamente social en el mundo social depende de las expectativas que la gente tenga sobre lo que la otra
gente continúe haciendo.

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