Conocer y Saber

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Acta Colombiana de Psicología 14 (1): 81-97, 2011

CONOCER: UNA VISIÓN EPISTÉMICA


JUAN CARLOS SARMIENTO REYES*
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA

Recibido, junio 15/2010


Concepto evaluación, noviembre 8/2010
Aceptado, febrero 23/2011

Resumen

En este artículo se estudia una noción epistémica del conocimiento, en oposición a otras visiones no epistémicas. Para tal
efecto, se inicia reconstruyendo la propuesta de Chisholm (1977/1982) y se destaca la dificultad idiomática para poder
diferenciar entre saber y conocer. Se analizan otras nociones como: justificación, certeza y evidencia, y se revisan los ajustes
propuestos por este autor a la definición tradicional de conocimiento. Enseguida, se examina la postura de Luis Villoro
(1982) para estudiar la diferencia que intenta establecer entre saber y conocer, incluidos los motivos y razones, la relación
del conocimiento con la práctica y algunos problemas éticos sobre la justificación de las creencias. Se recalca la necesidad
de abordar de manera distinta el problema fronterizo entre creer, saber y conocer. Se subraya el problema de la gradación de
la evidencia, algunos problemas relacionados con el criterio de verdad y otros asuntos. Finalmente, se pone en evidencia la
necesidad de una teoría social del conocimiento y de un soporte antropológico para la misma, a propósito de las múltiples
implicaciones éticas que tiene actualmente el conocimiento humano.
Palabras clave: Conocer, saber, creer, epistémico, teoría social del conocimiento, ética.

KNOWLEDGE: AN EPISTEMIC VISION


Abstract

This article examines an epistemic notion of knowledge as opposed to other epistemic visions. For that purpose, it starts by
rethinking Chisholm’s proposal (1977/1982) and highlights the language difficulty to differentiate between to know (that/how)
and knowing. It analyzes other notions such as justification, certainty and evidence, and reviews the adjustments proposed
by this author to the traditional definition of Knowledge. Then, it examines Luis Villoro’s approach (1982) in order to study
the difference he tries to establish between knowledge and knowing, including the grounds and reasons, the relationship of
knowledge with practice and some ethical issues about the justification of beliefs. It emphasizes the need to tackle the problem
of the border issue between believing, knowledge and knowing in a different way. The problem of grading the evidence, some
issues related to the criterion of truth and other matters are also stressed. Finally, concerning the many ethical implications
that human knowledge currently has, the need for a social theory of knowledge along with an anthropological support for the
same is highlighted.
Key words: knowledge, know (that/how), belief, epistemic, knowledge social theory, ethics

O CONHECER: UMA VISÃO EPISTÊMICA


Resumo

Este artigo se analisa uma noção epistêmica de conhecimento em oposição a outras visões não epistêmicas. Para esse fim,
se reconstrói a proposta Chisholm (1977/1982) e destaca-se a dificuldade idiomática de diferenciar entre saber e conhecer.
Discute-se outros conceitos como justificação, certeza e evidência, e revisam-se os ajustamentos propostos por este autor para
a definição tradicional de conhecimento. Examina-se também a posição de Luis Villoro (1982) para estudar a diferença que
intenta fixar entre saber e conhecimento, incluindo os motivos e as razões, a relação do conhecimento com a prática e algumas
questões éticas sobre a justificação das crenças. Enfatiza-se a necessidade de examinar de maneira diferente a fronteira entre
acreditar, saber e conhecer. Destaca-se também o problema da gradação da evidência, alguns problemas relacionados com
o critério de verdade e outros assuntos. Finalmente, salienta-se a necessidade de uma teoria social do conhecimento e de um
apoio antropológico para ele, devido às implicações éticas atuais do conhecimento humano.
Palavras-chave: Conhecer, saber, acreditar, epistêmico, teoria social do conhecimento, ética.

*
Filósofo y Magíster en Filosofía, Pontificia Universidad Javeriana. Profesor, investigador y coordinador del núcleo Institucional y
Epistemológico del Programa de Psicología, Universidad Católica de Colombia. Catedrático de la Universidad Externado de Colombia,
Facultad de Ciencias Sociales, Programa de Filosofía: [email protected]

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Una visión tradicional del presentación tradicional de la teoría del conocimiento tie-
conocimiento ne además el inconveniente de ser, según la consideración
de muchos filósofos, excesivamente pretenciosa en cuan-
Una visión tradicional del conocimiento y sus proble- to que presume poder dar una respuesta general a proble-
mas puede hallarse en autores como Johannes Hessen. mas que competen a todo tipo o forma de conocimiento
Hessen (1923/1940) ha recogido cuidadosamente la inter- posible. De ahí que críticos como Bachelard (1973) hayan
pretación neo-kantiana de Nicolás Hartman (1882-1950) preferido insistir en desarrollar epistemologías regionales
sobre el conocimiento humano en general. Desde tal pers- antes que una teoría general del conocimiento. De todas
pectiva se hace primero una investigación fenomenoló- formas, aquella pretensión de la teoría del conocimiento
gica preliminar sobre el conocimiento, a la luz de la con- tradicional está relacionada con el tipo de problemas que
ciencia natural, para luego aproximarse a una explicación quiere resolver y que, al parecer, resulta a la postre ambi-
e interpretación filosófica del mismo. Se construye y se ciosa. Puede para algunos juzgarse de otra manera en el
pretende justificar de esta manera la teoría del conoci- caso de una teoría del conocimiento que intente estudiar,
miento como una disciplina filosófica que intenta dar res- e.g., sólo el problema de la justificación de las creencias
puesta a cinco problemas básicos sobre el conocimiento: humanas.
a) ¿es posible?, b) ¿cuál es su fuente u origen?, c) ¿cuál es Por lo anterior, resulta conveniente para esta investi-
su esencia?, d) ¿qué formas le son posibles? y e) ¿cuál es gación partir de la revisión de una versión menos tradicio-
el criterio que determina su verdad? nal de la teoría del conocimiento. Es el caso de las suge-
Según Hessen (1923/1940), las distintas formas de ridas por Chisholm (1977/1982) y por Villoro (1982). En
responder a estos problemas han dado origen a variadas efecto, estos autores entienden la teoría de conocimiento,
posturas epistemológicas en la historia de las ideas o -is- no tanto como una explicación e interpretación filosófica
mos: el escepticismo, el dogmatismo, el subjetivismo, el del conocimiento humano en general, sino como el estu-
relativismo, el pragmatismo, el utilitarismo, el criticis- dio acerca de la justificación de nuestras creencias. Esto
mo, el empirismo, el racionalismo, el fenomenalismo, el es beneficioso en cuanto que aproxima al tipo de análisis
apriorismo, el objetivismo, el realismo, el idealismo, el elaborados por estos y muchos otros autores sobre el creer
intelectualismo, el intuicionismo, el discursivismo, etc. y el saber, como también al que pudiera hacerse en otro
Esta visión tradicional parte de una noción dualista momento sobre la noción de verdad.
del conocimiento, pues diferencia al sujeto cognoscente Quedan pendientes otras objeciones mayúsculas a la
del objeto cognoscible, además de que señala la existencia visión tradicional del conocimiento que podrían ser recu-
en el sujeto de la esfera lógica o de las ideas constituida peradas en una próxima investigación; e.g., aquéllas que
por el producto de la correlación con el objeto.1 Aquellas reclaman una contextualización del conocimiento toda
ideas que concuerdan con los objetos a los que se refieren vez que en la relación Sujeto, Objeto e Idea se deberían
son entonces verdaderas; y las que no, son falsas. Esto tener en cuenta las circunstancias particulares que lo pro-
quiere decir que sólo hay conocimiento si se construyen ducen, facilitan o alteran. Esto quiere decir que actual-
ideas verdaderas, pues un conocimiento falso no sería mente se objeta también esta concepción de conocimiento
propiamente conocimiento. De esta manera, se afirma que tradicional por tratarse de un estudio hecho en abstracto,
el conocimiento es la concordancia de las ideas con los anacrónicamente, en nombre de la existencia de la ver-
objetos y el resultado de la correlación entre los sujetos y dad absoluta y presuntamente ajena a todas las ideologías,
los objetos. La verdad queda definida, consecuentemente, acontecimientos, intenciones humanas y demás factores
como correspondencia entre la idea y el objeto. histórico-sociales que inexorablemente la afectan.
No obstante, debe tenerse especial cuidado con los tér-
minos utilizados en esta descripción fenomenológica del La propuesta Chisholmiana
conocimiento, una vez que se requiera, e.g., diferenciar
las ideas de las imágenes y, a su vez, estas dos nociones En la versión de Chisholm (1977/1982), la teoría del
de los juicios, las proposiciones, las sentencias y los enun- conocimiento tiene como propósito la justificación de la
ciados. Pues, en último término, está en juego determinar creencia o, más exactamente, la justificación del creer;
‘quiénes’ son los auténticos portadores de la verdad. Esta pues la creencia está más referida a un caso particular del

1
Se habla aquí de ideas, pero no debe traducirse esta expresión en el lenguaje lógico como conceptos, sino como proposiciones que son
las que en efecto poseen un valor de verdad.
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creer, mientras que el creer encierra la posibilidad misma cir que es preferible o más valiosa epistemológicamente
de cualquier creencia. El creer está referido, además, de que… lo que induce ahora a la pregunta de qué es más
forma especial, a las proposiciones, de tal manera que las razonable en un determinado momento para un sujeto con
proposiciones son aquellas cosas que pueden creerse. Así, respecto a una proposición. Las posibilidades se reducen
cuando se dice de un sujeto que cree que… se está hacien- a tres: a) creer la proposición en cuanto que resulta más
do alusión a la creencia que tiene en una proposición (que razonable que abstenerse de ésta, b) creer la proposición
gramaticalmente corresponde a una oración subordinada por ser más razonable que no creerla o c) abstenerse de la
o cláusula). A menos que se diga, más bien, que el sujeto proposición por ser más razonable que creerla.
cree en…, caso en el que la creencia está dirigida a un al- La primera posición significa que hay una proposi-
guien o a un algo que podría ser o no una proposición. Esta ción frente a la cual la duda ya no es razonable; lo que
es justamente la diferencia que tienen en la práctica lin- quiere decir que para un sujeto, en un tiempo específico,
güística las afirmaciones: creo en ti y creo lo que me dices. dicha proposición está fuera de toda duda razonable. Las
Para Chisholm (1977/1982), en el caso de la propo- proposiciones que satisfacen la negación de esta primera
sición creída, es sustituible el término creer por el tér- postura, i.e., que no es indispensable aceptarlas, son gra-
mino aceptar. La opción de aceptar una proposición es tuitas. En el segundo caso, en cambio, es más razonable
además de doble vía; esto quiere decir que el sujeto puede creer la proposición que no creerla. Tal opción tiene un
rechazar la proposición o abstenerse de la misma. Recha- carácter epistemológico más débil que la primera, pues
zarla equivale a negar la verdad de la proposición y, por al decir que es más razonable creerla, tan sólo se quiere
lo mismo, aceptar aquella proposición que la contradice. decir que es menos errado creerla que no creerla. Esto
Abstenerse implica, en cambio, que no se ha optado ni por significa además que, por encima de las dos posibilidades
la proposición original que afirma ni por la proposición anteriores, es más razonable abstenerse de la proposición
que la niega (i.e., su opuesta). En síntesis, el sujeto puede que creerla. Por tanto, en esta segunda opción sólo se ma-
adoptar una de las tres siguientes posturas frente a una nifiesta una cierta presunción a favor de creerla en lugar
proposición: a) aceptarla, b) rechazarla (y por ende acep- de no hacerlo.
tar su opuesta) o c) abstenerse de aceptarla o rechazarla. Hasta aquí puede notarse que el primer caso subsume
Si un sujeto acepta o rechaza una proposición puede al segundo, pero no al contrario. Las proposiciones que
tener o no una justificación para hacerlo. Si la tiene, la están fuera de toda duda razonable implican que tienen
puede rechazar por distintas razones o motivos. Una ra- alguna presunción a su favor; mientras que las que tiene
zón puede ser que no concuerde con sus percepciones; un alguna presunción a su favor no implican que estén fuera
motivo puede ser, en cambio, que no lo crea por conve- de toda duda razonable. La negación del segundo caso se
niencia personal, o por encontrar poco atractiva la mane- traduce, por otra parte, en el hecho de que la proposición
ra como otro se la propone. Pero, también podría haber tiene algo dudoso, lo que quiere decir que creerla no es
razones para aceptar la proposición; e.g.: que el sujeto que más razonable que no creerla, y que, por lo tanto, no hay
la profiera sea digno de credibilidad por su experticia en ninguna presunción a su favor.
el tema, o porque posea conocimiento personal que rati- En la tercera postura la proposición tiene una censura
fique lo que afirma en la proposición; o porque halle más o desaprobación epistemológica inmediata, pues abste-
coherente con el resto de sus creencias que esa nueva pro- nerse de ésta es más razonable que creerla. Aquí se está
posición sea verdadera, en lugar de falsa; etc. diciendo no, pero no en el sentido de creo que no, sino en
Se piensa, entonces, que una creencia requiere ser jus- el de no creo. En efecto, no es lo mismo decir creo que no
tificada de alguna manera para que pueda ser considerada existen ovnis a decir no creo en ovnis. En el primer caso
conocimiento. Sin embargo, esto conlleva la pregunta ¿en se cree lo contrario (que no existen estos objetos extra-
qué consiste ese acto de justificación? terrestres); en el segundo, simplemente no se cree nada
sobre eso (el sujeto se abstiene del tema por considerarlo
¿Qué es justificar? quizás imposible de abordar empírica o racionalmente).
El sentido, en esta categoría, es último sentido. Cualquier
Aplicado al caso de la creencia, justificar es un tér- proposición de esta categoría es, por ende, inaceptable.
mino de valoración epistemológica que hace referencia a Lo anterior permite concluir que, aunque se pueda
lo razonable que resulta la creencia. Por tanto, justificar decir que todas las proposiciones razonables tienen ne-
y razonable son conjuntamente términos de valoración gaciones inaceptables, no se puede decir, en cambio, que
epistemológica. La expresión más razonable que, aplica- todas las proposiciones inaceptables tienen negaciones
do a una proposición en comparación con otra, quiere de- razonables. Que una proposición de esta última catego-
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ría sea negada significa que abstenerse de la misma no 3. Más razonable que… es además asimétrica. Si
resulta más razonable que aceptarla como verdadera (i.e., creer que p es más razonable que creer que q, entonces no
que sea aceptable). Las proposiciones que estén fuera de es más razonable lo contrario.
toda duda razonable son aceptables, lo que no implica lo 4. Si no es más razonable abstenerse que creer enton-
contrario, pues aquellas que sean aceptables no incluye ces es más razonable creer que no creer.
que estén fuera de toda duda razonable. Hay un ejemplo
que Chisholm ha utilizado específicamente para ilustrar Lo epistemológico y sus problemas
estas conclusiones:
Una adecuada teoría de la percepción podría exigir- Según Chisholm (1977/1982), el estudio de la natura-
nos esto: si tengo una experiencia que naturalmente leza de nuestro conocimiento da origen a la epistemología
podría expresarse diciendo que «me parece ver» un o teoría del conocimiento como estudio de estos asuntos
cierto estado de cosas (por ejemplo, «me parece ver complejos que se han estudiado desde la antigua Grecia,
allí un hombre de pie»), entonces el estado de cosas pero sobre los cuales aún se discute la manera de solucio-
que de ese modo me parece percibir (la proposición narlos o de disolverlos. En resumen, el autor reinterpreta
de que un hombre está allí de pie) es un estado de co- que los problemas tradicionalmente abarcados por la epis-
sas que me resulta, ipso facto, aceptable. Sin embargo, temología han sido seis:
puede ser que aunque la proposición sea de ese modo 1. ¿Cuál es la diferencia entre conocimiento y creen-
aceptable, no esté fuera de toda duda razonable; es de- cia verdadera? (i.e., ¿cómo saber que se está en la eviden-
cir, aunque abstenerse de ella no sea más razonable cia y no simplemente en la creencia acertada?).
que creerla, no puede decirse que creerla sea más ra- 2. ¿Qué cosas son inmediatamente evidentes y qué
zonable que abstenerse de ella. Por tanto «aceptable» cosas no lo son? (e.g., mi justificación para pensar que yo
expresa menos valor que «razonable». Pero, expresa sé que A, se basa en el hecho de que B… y mi justifica-
más valor que el dudoso cumplido: «creer es más ra- ción para pensar que yo sé que B, se basa en el hecho de
zonable que no creer», el cual simplemente nos dice que C… pero, puede ser que mi justificación para pensar
que la proposición tiene alguna presunción a su favor que yo sé que N, se base simplemente en el hecho N).
(Chisholm, 1977/1982, p. 20) . 3. ¿Cuáles son las reglas de la evidencia? El epis-
Ahora bien, algunas proposiciones pueden ser eviden- temólogo debe preocuparse por establecerlas, de tal ma-
tes para un sujeto; y ¿qué significa justamente que h sea nera que estas reglas permitan explicar cómo es posible
evidente para S? Una proposición es evidente cuando está fundamentar, a partir de lo inmediatamente evidente, el
fuera de toda duda razonable y no existe otra proposición conocimiento de lo no evidente. Esto implica aceptar que
más razonable que ella excepto la que sea absolutamente la totalidad de lo que un sujeto conoce constituye una es-
cierta. Así, toda proposición absolutamente cierta es evi- tructura que se sostiene en un fundamento que correspon-
dente, pero no al contrario. De otra parte, según Chisholm de a lo inmediatamente evidente.
(1977/1982), ni las proposiciones evidentes ni las absolu- 4. El problema del criterio que implica responder: a)
tamente ciertas son posibles de gradación. ¿cómo decidimos si en algún caso particular conocemos?
Pero, ¿qué quiere decir más razonable que...? o bien, (coincidente con la del quinto problema del conocimiento
“¿cuáles son los principios de la lógica epistemológica expuesta por Hessen) y b) ¿cuáles son los criterios del
o lógica de la valoración epistemológica?” (Chisholm, conocer? En caso de haber respuesta a estas dos pregun-
1977/1982, p. 23). Los principios son cuatro: tas se abre la posibilidad a dos complementarias: c) ¿qué
1. Más razonable que… es un concepto intencional: conocemos? y d) ¿cuál es el alcance de nuestros conoci-
si para S es más razonable creer una proposición que otra mientos?
es porque entiende o comprende la primera, cosa que sólo 5. ¿Existen las verdades de razón? y, en el caso de
hacen los seres racionales. existir, ¿se pueden considerar conocimiento?; y, en el
2. Más razonable que… es una relación transitiva. caso de ser consideradas conocimiento, ¿qué incidencias
Esto quiere decir que si es más razonable A que B y más tienen en el criterio de verdad?
razonable B que C, entonces A es más razonable que C. 6. El problema de la verdad, que parece ser uno de los
problemas más simples.2 A este propósito son pertinentes

Hessen, por el contrario, lo considera el problema más difícil de resolver junto con el de la esencia del conocimiento.
2
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las preguntas: a) ¿garantiza la verdad la evidencia de las (1977/1982) no hace distinción alguna entre las expresio-
creencias? y b) ¿cuándo ocurre que decir es verdad que nes conocer y saber que...3 Afirma, e.g., que tradicional-
p sea lo mismo que p, y ya no simplemente creer que p? mente se requieren tres condiciones para que un hombre
conozca (no dice: para que un hombre sepa que...). Estas
La certeza y lo evidente condiciones son: a) que la proposición sea verdadera, b)
Decir que una proposición es absolutamente cierta que el hombre que la profiera la acepte como tal y c) que
para un sujeto, en un determinado momento, es equiva- la proposición sea evidente para él. Esta falta de distin-
lente a decir que está fuera de toda duda razonable. No ción entre conocer y creer que… no es arbitraria, sino de
obstante, una proposición es cierta cuando no sólo está origen idiomático. De hecho, el texto de Chisholm lleva
fuera de toda duda razonable, sino cuando no haya otra como título Theory of Knowledge que bien pudiera tra-
proposición que sea más razonable de aceptar. La oración ducirse indistintamente como teoría del conocimiento o
veo ahora de color azul el cielo cumple esta condición, como teoría del saber.
a diferencia de la oración el cielo que ahora veo es azul. La definición tradicional del conocimiento puede ex-
Esta particularidad evoca la noción de certeza, la cual presarse así: S conoce que h es verdadera, S acepta h, y h
hace referencia al estado psicológico de seguridad de un le es evidente a S o está justificada para S. Para el caso,
sujeto, pues al decir que hay certeza sobre una proposi- Chisholm (1977/1982) prefiere utilizar la expresión evi-
ción no se está queriendo decir que S se siente seguro de dente en cuanto que justificada puede también usarse para
que ‘p’ es verdadera. razonable o incluso aceptable y sin que se acomode por
Así, entre la certeza y la evidencia hay diferencias cla- eso a la definición tradicional.
ras. Las proposiciones son evidentes cuando se refieren Como una proposición evidente puede al mismo tiem-
a cosas tales como estoy leyendo ahora este escrito, es- po ser falsa, es posible también que sea verdadera y que S
tamos en Colombia, mañana será un nuevo día o (para no lo sepa. De ahí que deba añadirse la cuarta condición a
recordar a Hume) mañana saldrá el sol. Decir de proposi- la definición tradicional que se conoce como el problema
ciones como éstas que están fuera de toda duda razonable de Gettier o de la cuarta (4ª) condición. En efecto, Gettier
es poco, pero decir que gozan de absoluta certeza es decir (1963) fue el primero en señalar este problema de la defi-
demasiado. Como hay proposiciones más razonables de nición tradicional del conocimiento en el artículo titulado
creer que éstas (e.g., algunas proposiciones matemáticas “Is Justified True Belief Knowledge?”, publicado origi-
o la afirmación de la propia existencia) no podemos decir nalmente en Analysis, 23. Allí señala por qué puede darse
que sean absolutamente ciertas. Se puede decir entonces el caso en el que S tenga una creencia justificada sin que
que son evidentes. esa sea la razón para saber que es verdadera. Esto implica
Cuando se dice que una proposición que se sabe es que, en realidad, S no conoce o no sabe ‘p’, aunque cum-
verdadera, entonces estamos diciendo algo más que si pla las tres condiciones hasta el momento exigidas para
dijéramos que es verdadera y está fuera de toda duda que sepa: a) S cree que p, b) ‘p’ es verdadera y además c)
razonable, y estamos diciendo algo menos que si di- S tiene razones que justifiquen p.
jéramos que es verdadera y absolutamente cierta. En- Las dificultades para definir el saber o el conocimien-
tonces, ¿cuál es el estado epistemológico de las cosas to no se hacen entonces esperar. A este propósito, Russell
ordinarias que conocemos? (Chisholm, 1977/1982, p. escribió:
22). ‘Conocimiento’ es un concepto vago por dos razo-
nes. Primero, porque el significado de una palabra es
Corrección de la definición tradicional siempre más o menos vago, excepto en la lógica y en
de conocimiento matemática pura; y segundo, porque todo lo que no
contamos como conocimiento es en mayor o menor
Para lograr una explicación más adecuada del cono- grado incierto, y no hay modo de decidir qué cantidad
cimiento es insuficiente su noción tradicional. Antes de de inexactitud hace a una creencia indigna de ser lla-
entender de qué manera se propone ajustar la definición mada “conocimiento” [cursivas añadidas] como tam-
de conocimiento, es importante saber que Chisholm poco cuánto cabello hace a un hombre calvo.

3
En el pie de página que utiliza Chisholm, a propósito de este asunto, aclara que algunos filósofos han dicho que se puede conocer sin
aceptar las proposiciones. Quizás esta dificultad señalada por Chisholm obedezca precisamente a la falta de distinción entre conocer y
saber que…
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El ‘conocimiento’ ha sido definido, algunas veces, Aunque se podrían seguir reconstruyendo las objecio-
como ‘creencia verdadera’, pero esta definición es dema- nes que existen sobre esta nueva propuesta de definición
siado amplia. Si miramos un reloj que creemos que está y la múltiple defensa que Chisholm (1977/1982) le hace,
andando, pero que en realidad está parado, y acertamos a interesa a esta investigación enfatizar más bien en lo que
mirarlo en un momento en que marca bien, adquiriremos el autor ha evocado como el derecho a estar seguro.
una creencia verdadera en cuanto a la hora del día, pero
no se puede decir justamente que tengamos conocimiento. El derecho a estar seguro
(1948/1959, pp. 127-128).
La característica común a estos y otros ejemplos está Chisholm recuerda que Ayer (1956/1972) ya defen-
en que “la proposición verdadera que constituye un con- día la idea de que el conocimiento implica tener derecho
traejemplo de la definición tradicional del conocimiento a estar seguro; al mismo tiempo que la preocupación de
es una proposición sobre la cual el hombre únicamente Dewey (1938/1950) con respecto a que si el conocimiento
tiene evidencia intelectual o no demostrativa” (Chisholm, da ese derecho a estar seguro entonces éste pondría fin a la
1977/1982, p. 220). Esto quiere decir que para él se llega a investigación sobre el asunto que se dice conocer.4
hacer evidente una proposición por medio de proposicio- Si un hombre sabe que una proposición es verdadera,
nes que no la incluyen, lo que hace pensar que no se puede entonces, por lo que a esa proposición se refiere, él pue-
decir propiamente que una proposición sea verdadera. No de dar por concluida su investigación. ‘Lo que pone fin
obstante no es así, si de hecho se acepta que no sólo es de un modo satisfactorio a la investigación es, por defi-
factible conocer las cosas inmediatamente evidentes. nición, el conocimiento porque se trata de la conclusión
Algunos filósofos se han ocupado especialmente de la apropiada de la investigación’. Es decir, si nosotros co-
cuarta condición para afirmar que no hay manera de que nocemos, no precisamos investigar nada más y no te-
e confiera evidencia a una proposición h, excepto que e nemos necesidad de considerar ninguna evidencia que
implique que h. Pero, su error consiste en que no se han indique que podríamos estar equivocados al pensar que
percatado de que así se restringe de nuevo el significado conocemos (Chisholm, 1977/1982, p. 143).
de conocimiento a lo exclusiva e inmediatamente eviden- Pero, por el contrario, según Dewey (1938/1950):
te. Otros filósofos, según señala Chisholm (1977/1982), Si el conocimiento no estuviera relacionado con la
han desistido del empeño de lograr una definición de co- investigación como un producto con las operaciones
nocimiento y han propuesto que lo que se puede hacer es de que es resultado, no existirían distinciones que re-
sólo determinar ciertas condiciones para ciertos tipos de quirieran especiales designaciones diferenciadoras.
conocimiento. Sin embargo, el propio Chisholm lo inten- La materia investigada sería meramente cuestión de
ta. La propuesta del autor consiste en suplir la definición conocimiento o de ignorancia y error; es todo lo que
tradicional por esta: “h es conocida por S=Df h es acepta- se podría decir. El contenido de cualquier proposición
da por S, h es verdadera; y h es no defectuosamente evi- tendría los valores de ‘verdadero’ y ‘falso’ como tri-
dente para S” (p.134). butos finales y exclusivos. Pero, si el conocimiento se
La anterior definición exige explicar qué significa de- halla relacionado con la investigación como produc-
cir que h es no defectuosamente evidente para S. Cuando to garantizadamente asertible y si la investigación es
se acierta por casualidad, a pesar de haber adicionalmente progresiva y temporal, entonces la materia investigada
muchas razones e incluso percepciones para pensar como revela propiedades distintas que necesitan ser designa-
evidente la verdad de una proposición, la proposición será das con nombres diferentes (1938/1950).
sólo defectuosamente evidente, como en el caso del sujeto El conocimiento no es sólo un producto, sino su proce-
que observa el reloj justo cuando marca la hora correcta so mismo. El conocimiento como proceso, en casos como
y estando parado su mecanismo por completo. Técnica- la ciencia y la filosofía, corresponde a la investigación.
mente hablando, dijo Chisholm (1977/1982) que: “h es no De cualquier manera, se revalúa la idea del conocimiento
defectuosamente evidente para S=Df h es cierta para S, o como producto terminado del cual pueda definitivamente
h es evidente para S y está implicada por una conjunción afirmarse su verdad o falsedad. En este último sentido,
de proposiciones cada una de las cuales tiene para S un el conocimiento como producto es siempre un momento
fundamento que no es un fundamento de ninguna propo- del proceso general. Esta característica del conocimiento
sición falsa para S” (p, 133). habla por sí misma de su revisabilidad, de su falibilidad.

Chisholm (1977/1982) señala que Hintikka (1962/1979) comparte también este principio.
4
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Pero Harman (1973), en consonancia con Kripke que éstos sean. “Conocer ‘x’ implica saber responder in-
(1975), ya había señalado lo extraño que sería rechazar telectualmente ante x, y tener una presunción favorable,
una evidencia contra la proposición aceptada en estas aunque no una certeza, de ‘saber actuar sobre x’, ‘saber
condiciones como verdadera, pues paradójicamente nun- tratarlo adecuadamente’ ” (p. 207).
ca se está en condiciones de ignorar intencionalmente una Por su parte, en la presentación que Ferrater (1994)
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evidencia futura, a pesar de lo que se sepa antes distinto hace de estos dos términos (γνωσις) y (sπιστημη) señala
de ésta. que, aunque sean diferentes en lengua española, conocer
El derecho a estar seguro no significa que un hombre y saber no siempre se usan de manera distinta. Su univo-
razonable renuncie a la investigación porque deseche toda cidad se muestra en casos como S conoce el reglamento
evidencia futura como posible contra-argumento de una (S conoce las consecuencias) y S sabe el reglamento (S
proposición aceptada actualmente como verdadera. El de- sabe las consecuencias), proferidas en ciertos contextos.
recho a estar seguro significa, más bien, que cuando se Pero, al decir, e.g., S conoce la Habana no es intercam-
sabe que una proposición es cierta consecuentemente se biable por S sabe la Habana. Conocer expresa en estos
gana el derecho a usarla (junto con otras que se conozcan) casos un conocimiento directo; esto es, por experiencia
para calcular probabilidades; y que esto último definiti- directa o conocimiento inmediato. Mientras que el cono-
vamente hace que las decisiones de un sujeto sean más cimiento indirecto o conocimiento mediato puede ser ex-
razonables que otras. presado por conocer o saber indistintamente. Hay mayor
Por lo tanto, el derecho a estar seguro no quiere decir tendencia, sin embargo, a utilizar en esos casos la expre-
el derecho a declinar la investigación o a rechazar cual- sión ­saber.
quier evidencia futura contraria, pues “una cosa es tener Si p es un enunciado declarativo, el hecho de que S lo
el derecho a usar una cierta proposición para calcular pro- conozca hace que se pueda decir que S sabe que ‘p’. Co-
babilidades y otra es tener el derecho a cerrar la mente a la nocer algo y saber que hay tal cosa o que ésta posee tales
posibilidad de que uno pudiera equivocarse” (Chisholm, características hace la diferencia entre el conocimiento di-
1977/1982, p. 143). Aclaradas estas cosas, se puede pasar recto o inmediato, por simple contacto, y el conocimien-
a revisar la diferencia y relación que pudiera haber entre to indirecto, mediato o por descripción. El conocimiento
conocer y saber. directo se expresa en S conoce A y el conocimiento por
descripción en S sabe que ‘p’. De todas formas, general-
Conocer y saber mente conocer significa que se conoce (sabe) que… Vis-
to así, conocer no es propiamente una actividad aunque
La mayoría de aclaraciones sobre términos epistémi- involucre una serie de actividades de distintos grados de
cos se ha hecho en los últimos años en inglés con la di- complejidad.
ficultad de que en esta lengua no existe una diferencia Lo mismo ocurre con el saber que… Sin embargo,
entre los verbos creer y conocer, pues la palabra ‘know’ en este caso, hay algunas discusiones importantes como
abarca ambos. Cosa distinta ocurre en castellano (conocer la que sostuvo Austin (1962/1982) en una postura anti-
y saber), alemán (kennen y wissen), francés (connaître y descriptiva para la cual el uso de la expresión sé ejecuta
savoir) y, por supuesto, en latín (cognoscere y scire). una acción de compromiso, en cuanto que da credencial
Los complementos directos de conocer corresponden a otros de que sí se sabe. Austin hizo referencia con ello,
a un sustantivo, un adjetivo sustantivado o un pronom- desde los actos de habla, a las funciones ilocutiva y per-
bre personal, como cuando se dice: conozco los países locutiva que trascienden la simple función locutiva. En
del cono sur, conozco la complejidad del pensamiento de este sentido, decir sé no implica decir algo falso o verda-
Wittgenstein o bien a ella aún no la conozco bien. Cono- dero como lo creen los descripcionistas. Es compatible
cer x significa, en su sentido débil, haber tenido aprehen- que: sé no sea descriptivo con el hecho de que S conoce
siones inmediatas del objeto y asociadas a ciertas creen- y S sabe que ‘p’ sí lo sean por estar referidos a un sujeto
cias referidas al mismo. Para Villoro (1982), conocer, en que proclama saber o conocer. La descripción no sería del
un sentido más fuerte, supone formarse un ‘cuadro’ gene- contenido de lo que se dice saber, sino una descripción del
ral de cómo es el objeto y no sólo de cómo se muestra en hecho de que S sabe que conoce algo.
apariencia. Es la diferencia que suele hacerse entre el ser Desde otro punto de vista, Ryle (1949/1967) también
o la esencia y la simple apariencia o pre-esencia. se opone a las tendencias intelectualistas y racionalistas
Según Villoro (1982), conocer es, en definitiva, tener que intentan explicar el saber y el conocer, y opta más
la capacidad de integrar en una unidad toda experiencia y bien por una visión pragmática del lenguaje en la que se
todo saber parcial de un objeto, sin importar lo diversos destaca su carácter ejecutivo más que descriptivo, el ca-
88 JUAN CARLOS SARMIENTO REYES

rácter de saber cómo… en el trasfondo de saber que… Aprehensión inmediata, experiencia


y del conocer que… Así, se debate sobre las diferencias y conocimiento
entre saber que y saber cómo y, sobre todo, si el primero
es reducible al segundo. Por ejemplo, saber hablar ale- Según Villoro (1982), conocer implica tener experien-
mán sería saber cómo funcionan las reglas sintácticas de cia inmediata y la experiencia inmediata es una condición
esa lengua y cuál es el uso correcto de buena parte de su para conocer, aunque no necesariamente la experiencia
vocabulario básico. inmediata implique conocer; las sensaciones así lo ilus-
Para Villoro (1982), cuando se dice que conocer im- tran. Para conocer los colores, e.g., el sujeto necesita tener
plica un contacto directo, se quiere decir que no es ex- un contacto visual directo con la luz o con los objetos
presable a través de este verbo aquello de lo cual sólo se que la reflejan; sin embargo, no se dice conozco rojo sino
entera el sujeto de manera indirecta. Saber, en cambio, conozco el rojo (adjetivo sustantivado) porque lo que se
hace referencia a estos otros casos. Como se aclaró antes, puede mencionar como conocimiento es una cualidad
el complemento directo de conocer es un sustantivo, un universal y no una sensación individual. No obstante, si
sustantivado o un pronombre personal: conozco Sudáfri- se describe lo que se ve, se dice veo rojo que es distin-
ca, conozco la soledad y te conozco. Saber, en cambio, to a hablar del rojo como color visto. Villoro aclara que
tiene como complemento directo un verbo infinitivo o, decir veo es decir que siento datos sensoriales, esto es,
bien, puede estar seguido de una cláusula independiente: modos como aparece un objeto. “Conozco, en cambio, el
sé caminar, sé que no podemos dialogar así. objeto como una unidad, el cual se comporta, reacciona
Conocer implica saber algo acerca de… pero, sa- y se muestra en distintas facetas, tal como es en muchas
ber no implica conocer. Si alguien dice: conozco Bogotá presentaciones” (p. 202). No obstante, ese tal como es se
es porque, entre otras cosas, puede decir que sabe dón- torna problemático.
de queda, sabe qué clase de gobierno tiene, sabe cuál es Percatarse de algo es saber en sentido débil, es tener
su lengua oficial y algunas otras características. Pero, si noticia de, darse cuenta de algo, pero no conocer. ¿Cómo
dice: sé estas características de la ciudad de Bogotá no sabe alguien que el auto del vecino es nuevo? porque lo
significa que la conozca, pues es posible que nunca haya ha visto hace un rato entrando al garaje. No dice tampoco
estado en Bogotá y las características las haya encontra- que conoce un olor, a menos que quiera decir que lo re-
do escritas en una Enciclopedia, en un Atlas u otro tipo conoce, sino más bien que lo olfatea, lo percibe o lo hue-
de texto que le ilustre en algo sobre la ciudad capital de le. Esto quiere decir que el conocimiento se adquiere por
Colombia. aprehensión inmediata; de ahí que Russell (1912/1970)
Conocer un sitio, conocer una persona, conocer una haya diferenciado entre conocimiento por familiariza-
obra filosófica, implica haber tenido, en distinto grado, ción y conocimiento por descripción. Conocer es más que
pero en alguno, experiencia directa con ese objeto que se familiarizarse, es un conjunto de experiencias que van
dice conocer. Sin embargo, el conocer puede ser acerca de construyendo un objeto en el sentido de ir integrando una
las propiedades y no sólo de los objetos en sí. De hecho, unidad a partir de los datos parciales que se van obtenien-
quizás sólo se conozcan los objetos sólo por sus propie- do. Entonces, se debe suponer al menos tres cosas para
dades. Cuando alguien sustantiva el adjetivo fuerte, puede que haya conocimiento: a) permanencia y continuidad
decir, e.g., conozco la fortaleza que acompaña a los se- del objeto en variadas situaciones, b) regularidad de las
cuestrados. variaciones en relación con las de su entorno y c) exis-
De otra parte, los grados de conocimiento pueden ser tencia real del objeto más allá de sus distintas maneras de
expresados mediante adverbios: lo conoces muy bien. presentarse.
Y, puede hablarse así de conocimiento en sentido débil, Para conocer una persona o un objeto se requiere, por
como cuando alguien dice que conoce a otro porque lo tanto, la aprehensión inmediata de datos y la experien-
ha visto, o que conoce algo de ese autor porque algo ha cia sobre éste y sus situaciones diversas. Conocer inclu-
leído de él; hasta de conocimiento en sentidos mucho más ye diversas operaciones de síntesis que permiten ir de la
fuertes, como cuando alguien dice que conoce la manera multiplicidad de las propiedades y situaciones a la unidad
de sobrevivir en la selva, o que conoce a su compañera de conceptual. Así: “conocer es integrar en una unidad va-
toda la vida, o que conoce por experiencia personal lo que rias experiencias parciales de un objeto” (Villoro, 1982,
es la felicidad. Saber no excluye entonces conocer, pero p. 202). Esta integración no resulta ser sólo producto de
tampoco se puede decir que lo incluya, pues el saber no la sensibilidad o de la imaginación, sino que incluye la
requiere de una experiencia directa como el conocer. capacidad de hacer una serie de inferencias sobre las ex-
periencias para descifrar cómo se comportará el objeto
CONOCER: UNA VISIÓN EPISTÉMICA 89

conocido en próximas ocasiones. Es decir que, aunque el Si alguien dice: yo sé comer es porque conoce la
conocer incluya aprehensiones y creencias de base, no se manera como puede hacerlo. Decir: yo sé preparar paella,
reduce a éstas. significa que así no se sepa la receta exacta, se conocen
A las experiencias, entonces, deben sumarse al me- los ingredientes que son requeridos para prepararla y se
nos creencias de dos tipos: a) creencias básicas sobre la conocen algunas mezclas básicas, así como las maniobras
existencia, permanencia y variación de los objetos; y b) para lograr una buena cocción. En general, “podemos
creencias adquiridas por experiencia anterior sobre clases tomar ‘conocimiento’ como un término para designar
de objetos o situaciones a que pertenece lo conocido. Se- cualquier forma de captar la existencia y la verdad de
gún Ryle (1949/1967), conocer es saber cómo es. Así se algo” (Villoro, 1982, p. 207). En este sentido amplio se
refleja al decirse lo conozco bien, sé como es, lo que im- puede hablar de distintas formas de conocimiento: como
plica necesariamente que exista. Conocer es equivalente un saber que…, como una aprehensión inmediata o como
entonces a captar el ser, claro que no como algo metafísi- conocer en sentido fuerte o estricto.
camente oculto, y no simplemente a captar su apariencia. Entonces, para decir que se conoce x es necesario
Por eso alguien puede decir: si realmente lo conocieras incluir capacidades adquiridas por el sujeto que conoce.
no dirías lo que estás diciendo de él. Según esto, conocer implica que: a) x exista y se hayan
Sin embargo, el conocimiento también se puede reco- reunido experiencias distintas de x; b) el sujeto integre en
nocer por una característica aún no mencionada y atinente la unidad de un objeto x diversas experiencias del mismo
a ciertas capacidades que produce en el sujeto. y c) que el sujeto pueda responder intelectualmente en
gran medida por x.
Capacidades adquiridas al conocer Pero, aparte de estas condiciones, ¿qué razones o
El saber es necesariamente parcial, el conocer procu- motivaciones acompañan al conocimiento?
ra la totalidad. Cuando alguien dice que conoce el pen-
samiento de Séneca no está diciendo simplemente que Razones para conocer
sepa datos sobre Séneca. Puede que incluya el recuerdo Las razones para conocer son diferentes de las razones
de algunos datos como el de su procedencia, su fecha de para saber. En el saber las razones son las justificaciones
muerte o el nombre de algunos de sus escritos; pero, en objetivamente suficientes que comparte cualquier miem-
realidad lo que quiere decir cuando afirma que conoce su bro de la comunidad epistémica. En este sentido, las ra-
pensamiento es que puede dar cuenta de su doctrina fi- zones para saber son una prueba para los demás. En cam-
losófica, de la profundidad de muchas de sus ideas. Así, bio, las razones para conocer son referidas a antecedentes
conocer se distingue de saber que…, pero, también de sa- más que a justificaciones. En el saber alguien dice sé que
ber hacer, aunque tenga elementos en común con ambos. Aristóteles habló del principio de identidad porque es ca-
Saber que… y saber hacer hacen referencia a una habili- paz de dar cuenta de este principio lógico y no solamente
dad o capacidad específica. Conocer remite a actividades porque lo haya leído en alguna parte. En el conocer las
especialmente teóricas, mientras que saber hacer a activi- razones son las experiencias directas que el sujeto haya
dades teóricas o prácticas. Aquí Villoro invierte el alcan- tenido. Por eso resulta extraño preguntarle a alguien ¿por

ce que tenía el saber para los griegos, sophia (σοϕια) era qué conoces? y más bien se le pregunta ¿cómo lo cono-
más que episteme y nous, e involucraba su propia tecné. ciste? Por ejemplo, ¿cómo conociste el sur de Colombia?
Por su parte, para Aristóteles el conocer también era una A lo que podría responder diciendo que se inscribió en un
especie de tecné. buen plan turístico de treinta días y recorrió así todas las
Conocer x supone, además, poder responder varias principales ciudades, capitales y sitios turísticos de esa
preguntas sobre x. En ocasiones es una base necesaria región. O ¿cómo conociste a tu esposa? A lo que podría
para poder mejorar en la práctica de algo. Si alguien dice, responder diciendo que la vio por primera vez en un salón
e.g., que conoce esa máquina es porque no sólo puede de la universidad esperando que él diera comienzo a su
responder a algunas preguntas sobre esta, sino porque primera clase.
puede guiar a alguien para que la use. Conocer el juego Con regularidad la pregunta ¿por qué? se responde de
es saber cómo jugarlo en diversas situaciones prácticas. dos maneras: a) con un porque seguido de una cláusula
Conocer, sin embargo, no implica saber hacer. Se puede o b) con un simple por seguido de un sustantivo. En la
conocer el funcionamiento de un avión sin haberlo nunca mayoría estos dos casos corresponden a las razones para
manejado ni estar en capacidad de hacerlo correctamente. saber y a las razones para conocer, respectivamente. Por
Saber hacer, en cambio, implica conocer en alguna ejemplo, A dice: ¿cómo lo sabes? y B responde: porque
medida. lo leí en la prensa. A dice: ¿cómo (o en qué) lo conoces? y
90 JUAN CARLOS SARMIENTO REYES

B le responde: por la manera como se ha comportado úl- necesariamente su testimonio. El esquema general para
timamente. En este segundo caso, la respuesta sólo indica aceptar su testimonio tendría otras implicaciones como
que se conoce porque se ha tenido un contacto directo con las que se especifican enseguida:
ciertas situaciones que le permiten afirmarlo. Lo que no 1] A estuvo en situación de conocer x,
quiere decir que el sujeto esté dando razones suficientes y/o: A sabe cosas sobre x, que suponen un conocimien-
para que otro le acepte o valide su conocimiento. Pero, to de x,
¿se puede concluir por ello que no es posible justificar y/o: A sabe hacer cosas con x, que suponen un cono-
ante otros el propio conocimiento sino sólo el saber? cimiento de x.
Luego, 2] A conoce x
Saber que se conoce 3] A asevera ‘P’ acerca de x.
Según Villoro (1982), se puede justificar el conoci- 4] A es persona fidedigna,
miento no porque otro conozca sino porque otro crea o 5] ‘P’ es comprobable por cualquier sujeto normal y
sepa que se conoce. S puede referirse a sus antecedentes o no es incompatible con saberes anteriores.
a las consecuencias para justificar su conocimiento frente Luego, 6] ‘P’ está objetivamente justificada.
a otro, cosa que no necesita hacer frente a sí mismo. Fren- Luego, 7] B (o cualquier otro sujeto epistémico perti-
te a otro lo que puede hacer es contar cómo adquirió ese nente) sabe que p. (Villoro, 1982, p. 215).
conocimiento, responder preguntas sobre el objeto de tal Debe agregarse a lo anterior el hecho de que muchos
manera que muestre su conocimiento, o bien, hacer algo de los saberes están basados en el conocimiento ajeno.
que indique pericia como producto del conocimiento. De Así, el saber cotidiano se da entre las experiencias propias
todas formas, el conocimiento no se muestra directamente y las ajenas; el saber científico teje conocimientos entre
sino que sigue siendo una experiencia personal intransfe- los compartidos y los contrastados con saberes de otros.
rible, de tal manera que sólo se puede justificar el saber También, ocurre que tanto el conocimiento propio como
que se conoce. Su relación, por lo mismo, no es transitiva el conocimiento de otros necesitan simultáneamente de
como en el saber: A conoce x y B sabe (conoce) que A saberes previos que, a su vez, remiten a otros conocimien-
conoce x: lo que no implica que B conozca x. El conoci- tos. De ahí que, para Villoro:
miento requiere del testimonio de quien conoce, y ese es … la imagen más adecuada de nuestro conocimiento
el saber testimonial. sería la de una compleja red, en la que cada saber re-
Frecuentemente, ocurre que primero se sabe del co- mite a conocimientos personales y a otros saberes, y
nocimiento propio para valerse luego del conocimiento cada conocimiento personal a su vez, a otros saberes
de otros. Pero, en cambio, ¿cómo puede saberse que otro y conocimientos. Sería difícil, en todos los casos, se-
conoce x? Principalmente por tres vías que pueden ade- guir la urdimbre de relaciones que constituye la jus-
más mezclarse: tificación completa de cada saber, pero la red entera
1. La primera vía son los antecedentes. B debe mos- descansa, en último término, por unos cuantos puntos,
trar que A sí estuvo en la situación requerida para conocer en experiencias directas de varias personas (1982, p.
x y que x es como lo dice B; i.e., que B necesita más que el 216).
conocimiento de A, pues requiere de otros conocimientos
y saberes. Conocimiento en general
2. La segunda vía consiste en observar si el sujeto que
dice conocer puede contestar ciertas preguntas. Se trata de Hasta el momento se ha hecho especialmente referen-
mostrar que lo que A sabe de x sólo pudo lograrlo cono- cia al conocimiento personal. Pero, ¿qué tiene en común
ciendo x. Creer, e.g., que alguien estuvo conociendo otro este conocimiento con el saber?
país por las descripciones y narraciones fidedignas que En primer lugar, tanto el conocimiento como el saber
hace sobre los lugares recorridos. son estados disposicionales adquiridos, determinados por
3. La tercera vía consiste en revisar lo que el sujeto algún objeto aprehendido. Conocer se parece más a algo
sabe hacer con eso. Se sabe que A conoce x porque sabe que se posee y no que se tiene. Puede pensarse que cono-
hacer determinadas cosas con x (e.g., que, en alguna me- cer comparte la definición con el término creencia, pero
dida, puede guiar turistas por la ciudad que afirma haber se objeta que el conocimiento en realidad no es idéntico
conocido). a la creencia en cuanto que, entre otras cosas, la creencia
Cualquiera de estas tres vías, su mezcla parcial o to- se refiere a una proposición mientras que el conocimien-
tal, sirve para saber que A conoce x, pero no para aceptar to se refiere a un objeto. No debe por esto olvidarse que
CONOCER: UNA VISIÓN EPISTÉMICA 91

también se puede hablar de creencias no proposiciona- conocimientos por el cumplimiento de sus fines, de las
les, inconscientes; etc. En cualquier caso, “tanto el saber expectativas que involucran.
como el conocer pueden considerarse, por lo tanto, como La práctica, en principio, es sólo causa para confirmar
formas de creencia” (Villoro, 1982, p. 219.). El conoci- las creencias, pero el acierto sistemático acompañado de
miento supone la aprehensión del objeto o situación ob- razones suficientes corrobora en ocasiones el saber. Del
jetiva como la creencia y el saber, pero exige además que saber hacer se infiere frecuentemente un conocimiento
tal aprehensión sea personal y directa en todos los casos. del sujeto exitoso en la práctica (al árbol se le conoce
En segundo lugar, el acierto reiterado en la práctica por sus frutos). La práctica puede ser razón objetivamente
permite considerar que se sabe o que se conoce. Creer, suficiente para un saber, pero no toda razón objetivamen-
saber y conocer son, entonces, términos epistémicos que te suficiente es práctica; e.g., la simple observación de
se caracterizan por guiarnos en la práctica. Los dos últi- un hecho o las relaciones lógicas entre las proposiciones
mos con pruebas; el segundo, con pruebas objetivas, y el (i.e., el proceso de inferencia como tal), la consistencia en
tercero, con pruebas personales. el sistema de creencias preexistente; etc.
En tercer lugar, el acierto en la realidad ocurre de ma- Villoro (1982) no entiende por práctica toda actividad
nera incierta y a veces de manera coincidencial, como es humana, sino exclusivamente aquella que: a) está dirigida
el caso de la creencia; mientras que en el conocimiento por fines conscientes (e.g., intencionales), b) se manifies-
no. El saber y el conocer amarran la creencia a la realidad ta en comportamientos observables (no incluye, entonces,
aunque de distinta manera. La prueba en el conocimiento estados disposicionales, actos mentales, internos; etc.).
es el acumulo de experiencias sucesivas, de tal manera En resumen, la práctica sería toda acción intencional ob-
que pueden integrarse en una unidad: cuando se comprue- jetiva.
ba que concuerdan, se está en el conocimiento. En cuanto a los motivos para conocer, se asume que
En síntesis, según Villoro (1982): “El conocimiento debe haber intereses para conocer y no simplemente un
en general [cuando abarca saber y conocer] es un esta- creer injustificado. Debe existir posiblemente al menos un
do disposicional a actuar, adquirido, determinado por un interés general por alcanzar la verdad. Este interés pue-
objeto o situación objetiva aprehendida que se acompa- de consistir en querer orientarse en la vida o tener éxito
ña de una garantía segura de acierto” (p. 221). ¿Por qué o reconocimiento para alcanzar otros fines. De hecho, se
no decir, más bien, que es un acto disposicional a afir- entiende que el éxito en la práctica requiere de la verdad
mar? Se puede decir que afirmar es un compromiso en o adecuación de las creencias con la ‘realidad’. Resulta
el sentido de lo que se hace con un acto como proferir fundamental hallar sentido a la vida, a la existencia, a
un enunciado. Afirmar no suple el ‘estado proposicional’, la experiencia para que los deseos personales tengan un
sino que es parte de él. Afirmar es una acción en cuanto marco de referencia ‘real’.
que corresponde a lo que se hace con la proposición. Sin En este orden de ideas, es importante afrontar a estas
embargo, no puede decirse con propiedad que exista el alturas la concepción aristotélica acerca del conocimiento
conocimiento en general, pues los conocimientos siempre por el conocimiento mismo. “La Metafísica empieza con
se presentan de distintas maneras, dependen de formas di- estas palabras: ‘Todos los hombres por naturaleza desean

rectas o indirectas de aprehensión, de los tipos de prueba saber (ειδεναι)’ (980ª)” (Villoro, 1982, p. 262). Ocurre
utilizados por el sujeto para confirmarlos, i.e., de distintas así como cuando deseamos ver por el simple placer de la
formas de atar la creencia, como ya se ha dicho. vista. La ciencia superior a todas es aquella que no busca
Una vez abordado el asunto de las razones para cono- un fin determinado sino que quiere el saber por el saber
cer hay que abordar ahora el de los motivos para conocer. mismo, por amor al propio saber (982ª,15). “La filosofía
es ‘la más libre de las ciencias’ por ser desinteresada, pues
Conocimiento y práctica: ‘no la buscamos por obtener ningún otro beneficio’ (982
motivos para conocer b, 24)” (p. 262).
Según Villoro (1982), el objetivo contemplativo del
Villoro (1982) parte de dos tesis que presumen darle conocimiento en Aristóteles no responde a la realidad, en
fundamento a la idea de que existen motivos para conocer la que siempre iría ligado lo contemplativo a lo práctico;
y que éstos hacen que el conocimiento esté íntimamente pues el conocimiento mismo no sería un fin. De serlo, no
ligado a la dimensión práctica: a) la práctica es una condi- importaría que fuera verdadero o falso. Además, no ne-
ción del conocimiento, pues el conocimiento tiene intere- cesariamente la búsqueda o el hallazgo de la verdad son
ses y fines concretos y b) la práctica es criterio de verdad placenteros. Si no hubiera un interés para conocer no se
del conocimiento, pues en la práctica se corroboran los preferiría en la práctica la verdad, sino que daría lo mismo
92 JUAN CARLOS SARMIENTO REYES

si fuera verdadero o falso el conocimiento, pues esto no razones objetivas, como lo ha dicho el autor al hablar del
afectaría en la práctica los intereses del sujeto. Es claro saber.
que esta idea de Aristóteles se prolonga en otros momen- La norma 1* es la aplicación en el ámbito social de la
tos de la historia cuando se llega a pensar que el conoci- 1. Pero, la obligación se extiende al hecho de tener que
miento es sólo un problema teórico, o estético, o que exis- buscar el consenso (racional), no basado en la sujeción a
te neutralidad axiológica en el conocimiento científico la autoridad, como tampoco impulsado por motivos irra-
(mitificación positivista de la ciencia). A esta distorsión cionales, por el miedo o por un estado de euforia. Esta
se enfrenta Marx en su segunda Tesis sobre Feuerbach segunda norma es una norma de la autoría de la razón.
(1845/1969) al afirmar como criterio de verdad la praxis De tal manera que la 1 se cumple por otra implícita que
y no la propia teoría que la contiene: es ésta.
La cuestión de si corresponde al pensamiento humano Norma 2: “Todo sujeto tiene el deber de atenerse, en
una verdad objetiva no es una cuestión de la teoría, sus creencias, a sus propias razones, tal como a él se le
sino una cuestión práctica. En la praxis debe probar presentan” (p. 284). Norma 2*: “Todo sujeto debe respe-
(beweisen) el hombre la verdad, es decir, la realidad tar que el otro se atenga, en sus creencias, a sus propias
y el poder, la terrenalidad de su pensamiento. La dis- razones tal como se les presentan, aunque él no las com-
puta acerca de la realidad o irrealidad del pensamien- parta” (p. 285).
to –aislado de la práctica- es una cuestión puramente Norma 3: “Todo sujeto debe obrar de manera que su
escolástica. (p. 1)5 práctica sea congruente con sus creencias” (p. 286). Nor-
Finalmente, como se acaba de ver, las tres formas de ma 3*: “Todo sujeto debe suponer, mientras no tenga ra-
explicación para una creencia: por antecedentes, por mo- zones suficientes para ponerlo en duda, que las acciones
tivos y por razones, sirven también a la hora de explicar de otros son congruentes con sus creencias” (p. 287). Esta
el conocimiento. última norma, además, es expresable en términos de un
derecho: “Todo sujeto tiene el derecho a que lo demás
Algunos problemas éticos a propósito supongan, mientras no tengan razones suficientes para po-
de la justificación de las creencias nerlo en duda, que sus acciones son congruentes con sus
creencias” (p. 287).
Como parte final de esta investigación, interesa saber
de qué manera queda afectada la idea de justificación ra- EJERCICIO CRÍTICO Y CONCLUSIONES
cional de nuestras creencias en la práctica, por el hecho
de subsumir algún criterio ético. Por ello se revisarán en- A continuación se señalarán varias de las dificultades
seguida, de manera sintética, algunas normas que Villo- relativas al problema de frontera entre las nociones de
ro (1982) recoge a la luz de reflexiones filosóficas como creer y saber. Estas dificultades se incrementan al hablar
las de Locke (1690/1980) acerca de la justificación de las de la noción de conocer. Enseguida, se mencionan estos y
creencias. otros asuntos alusivos a la presente investigación.
Norma 1: “Todo sujeto debe procurar para sus creen- 1. De las dificultades idiomáticas entre ‘saber’ y ‘co-
cias una justificación lo más racional posible, de acuerdo nocer’ y otros asuntos nocionales. Stegmüller (1965/1978)
con la práctica que esas creencias pretenden guiar y con el señaló que “en algunos respectos, saber y conocer se en-
tipo de conocimiento que se propone alcanzar” (p. 282). cuentran en mayor proximidad que saber y creer o que
Esta primera norma se puede generalizar en otra Norma conocer y creer” (p. 13). No obstante, las proximidades
1*: “Todo sujeto debe procurar que las creencias de la entre saber y conocer se tornan más bien con límites difu-
comunidad a que pertenece tengan una justificación lo sos en idiomas como el inglés en el que estos términos no
más racional posible de acuerdo con la práctica que esas son propiamente diferenciables, al menos de una manera
creencias pretenden guiar y con el tipo de conocimiento explícita. Esto hace que la lectura e interpretación de tex-
que se propone alcanzar” (p. 284). Lo racional vuele a tos como el de Chisholm (1977/1982) resulte más difícil,
referirse aquí a que las creencias estén justificadas con en comparación con el estudio de textos de autores de ha-

5
“Die Frage, ob dem menschlichen Denken gegenständliche Wahrheit zukomme - ist keine Frage der Theorie, sondern eine praktische
Frage.” In der Praxis muß der Mensch die Wahrheit, i.e. die Wirklichkeit und Macht, Diesseitigkeit seines Denkens beweisen. Der Streit
über die Wirklichkeit oder Nichtwirklichkeit des Denkens - das von der Praxis isoliert ist - ist eine rein scholastische Frage”. La traducción
es de Luis Villoro.
CONOCER: UNA VISIÓN EPISTÉMICA 93

bla hispana, como Villoro (1982) o de lengua alemana, e.g., una proposición sólo es evidente cuando está fuera
como Stegmüller. de toda duda razonable y cuando al mismo tiempo no hay
Nótese, e.g., cómo en la traducción que se hace al una proposición más razonable que la contradiga por no
castellano del texto de Chisholm, aparecen en un mismo ser cierta. Sin embargo, la gradación de las proposiciones
párrafo los términos relativos al saber y al conocer como evidentes es imposible; es decir, que nadie está en capaci-
si fueran formas verbales derivadas de un término en co- dad de decir, e.g., que una proposición x tenga mayor gra-
mún: “si, de modo socrático, tratamos de formular nues- do de evidencia que una proposición y. Chisholm aclara
tra justificación de alguna determinada condición para el además que el hecho de que una proposición sea evidente
conocer [cursivas añadidas] (‘mi justificación para pensar no hace ni implica que sea absolutamente cierta.
que yo sé [cursivas añadidas] que A, se basa en el hecho De otra parte, la contribución de Gettier (1963) a la
de que B’)” (1965/1978, p. 11). definición del conocimiento y sus problemas son otro
De otra parte, cuando Ferrater (1994) describe el uso indicador de lo que se viene queriendo recalcar. Según
de los términos saber y conocer para señalar que, aunque Gettier, puede darse el caso en el que S haya justificado
en algunos idiomas no sean diferenciables, es entendido una creencia sin que esa sea razón para que sepa que es
el conocer, en ciertos casos, como contacto directo o in- verdadera, pese a que se hayan ya cumplido las tres con-
mediato con el objeto, mientras que mediado en el saber, diciones del saber: a) S cree que p, b) ‘p’ es verdadera y
no precisa en momento alguno de qué tipo de inmediatez además c) S tiene razones que justifiquen p.
se trata en el conocimiento; si acaso se trata de una inme- 3. Del criterio de la verdad. La idea anterior lleva
diatez reflexiva, intuitiva, práctica o sensible. Tampoco a pensar en el problema de la definición del saber o del
explica el término contacto (metáfora supremamente pro- conocimiento y de sus límites con la creencia. Pues, como
blemática) pese a su evidente vaguedad, ni lo que sería la fuera recalcado por Russell (1948/1959), el grado de exac-
mediación en el caso del saber, mediación de qué y con titud que deba tener una creencia para ser conocimiento
respeto a qué. Tampoco Villoro se escapa al problema de es incierto. La incertidumbre frente al conocimiento pa-
la noción vaga del contacto. Al menos Austin ubica el rece, entonces, inevitable. Así, queda en cuestionamiento
problema en el plano de los usos del lenguaje. el criterio de la verdad para los conocimientos sobre el
Aparece una dificultad más en esa misma línea, cuan- mundo, pues nunca se podría llegar a saber el grado de
do Villoro (1982) afirma que conocer implica una expe- exactitud requerido para que una creencia se vuelva saber
riencia inmediata entendida como aprehensión sensorial o conocimiento.
directa; pues, aunque esté delimitando más que Ferrater El criterio de razonabilidad e irrefutabilidad (presen-
el tipo de inmediatez a la que se refiere, no dialoga con la te y futura) no parecen ser suficientes para demarcar tan
problemática que encierra tal noción. En efecto, entender importantes nociones epistémicas. Se ha dicho antes que
por experiencia inmediata la experiencia sensorial que se conocer incluye diversas operaciones de síntesis que per-
registra cerebralmente de la misma manera para cualquier miten ir de la multiplicidad de las propiedades y situa-
individuo en condiciones normales, es fuertemente discu- ciones a la unidad conceptual. Lo anterior significa en-
tido por distintos filósofos. tender el conocimiento como integración de experiencias
Quine (1994/1998), e.g., cuestiona cuán inmediata es particulares de un objeto. Pero, acaso ¿puede reducirse el
una percepción, cuán involucrada está con nuestro len- conocimiento humano a un ejercicio lógico de integración
guaje, nuestras creencias y con otras experiencias previas. en una unidad conceptual, al menos en todos los casos?
La visión holista de Quine escapa al realismo ingenuo. El 4. Del problema de saber que otro conoce. Se ha di-
filósofo estadounidense no cree que se deba seguir pen- cho que Villoro (1982) considera como segunda vía para
sando en la posibilidad de forjar primero un saber infa- saber que otro conoce, observar si está en capacidad de
lible de datos sensibles para luego sí construir, de algún contestar ciertas preguntas sobre x, de tal manera que lo
modo, una teoría sobre el mundo que parta justamente que A sabe de x sólo lo pueda haber logrado conociendo
de la base en ese fundamento irrefutable. Esto equivale a x. Esta vía se sigue viendo débil toda vez que se intenta
responder primero ¿qué hay?, olvidándose de responder precisar los límites entre lo que sería el conocimiento di-
¿cómo se conoce? recto del objeto y su conocimiento indirecto. Creer que
2. De la gradación de la evidencia y la inevitable alguien estuvo conociendo otro país porque es capaz de
incertidumbre. La dificultad para trazar límites entre las describir algunos de sus paisajes o algunas de sus prin-
nociones epistémicas se agudizan más allá de las fronte- cipales ciudades, no es garantía de conocimiento. Cuenta
ras idiomáticas, por razones de orden netamente episte- García (1971/1943, XIV, 3), a propósito de las excelentes
mológico. Se ha visto que para Chisholm (1977/1982), clases de Geografía de Kant en Königsberg, cómo des-
94 JUAN CARLOS SARMIENTO REYES

cribía minuciosamente todo el recorrido del río Támesis esa cualidad extraordinaria de estar siempre incluida
y cada una de las poblaciones que baña, sin haber estado dentro de su propio rango de extensión? Tampoco se
jamás en ninguno de tales sitos. La descripción minuciosa deduce que yo esté siempre seguro de las cosas que sé.
no implica la experiencia directa. De hecho, la revisión, La seguridad es una condición aparte, que se obtiene
e.g., de un documental geográfico haría más difícil aque- sólo a través de un cuidadoso análisis y discusión de
lla diferencia, como también ocurriría entre una conversa- una clase que, cuando se aplica en forma demasiado
ción video-virtual y una conversación personal. general o frecuente, amenaza la competencia natural
De otra parte, vale la pena notar que la segunda ca- del conocedor (pp. 326 y 327).
racterística en común que atribuye Villoro (1982) al co- 6. De la red epistémica compleja y los sistemas de
nocimiento en general, con respecto a la creencia y al sa- creencias. Pese a los distintos intentos de Villoro (1982)
ber, es problemática. Las pruebas personales, en el caso por diferenciar claramente las nociones de creer, saber y
del conocimiento, se comunican a través del saber que conocer, en algún momento reconoce dos señales de in-
es transmisible. Sólo el saber que otro conoce da validez certidumbre que alientan la idea defendida en esta inves-
objetiva a las pruebas, en la medida en que no puede de- tigación: a) por una parte, que la descripción más cercana
cirse que, en el caso del conocimiento, haya propiamen- al conocimiento es la de una red compleja en la que los
te transitividad como en el saber. Pero, afirmar que las saberes remiten a los conocimientos y otros saberes, así
pruebas objetivas son propias del saber, mientras que las como los conocimientos personales remiten, a su vez, a
personales son propias del conocer, hace pensar que quien los saberes y otros conocimientos; y b) que “tanto el saber
conoce no está en capacidad de dar pruebas a otros que como el conocer pueden considerarse, por lo tanto, como
les permita reconocer su conocimiento. Puede hablarse, formas de creencia” (Villoro, 1982, p. 219).
en este sentido, de dimensiones objetivas en las pruebas Con respecto a la noción de red compleja habría que
personales que no hacen entonces exclusiva tal caracterís- decir, acudiendo a la idea expresada en b), que los sabe-
tica del saber. res no sólo remiten a los conocimientos y otros saberes,
5. De las razones implícitas. Existen actualmente sino a las creencias; así como los conocimientos remiten
otras posturas, como la del externalismo epistemológi- no sólo a los saberes y otros conocimientos, sino también
co subrayado por Scruton (1994/2003), que difieren del a las creencias. De hecho, las creencias pueden estar so-
escep­ticismo de otras maneras distantes a las tradicio- portadas en cierta medida por supuestos saberes o cono-
nales. Al hacerse alguien la pregunta sobre lo que sabe, cimientos que la promueven, provocan o respaldan de
podría perderse en el escepticismo. La justificación no alguna manera.
podría hacer, en consecuencia, parte del conocimiento. Si Pero, más que remitir simplemente a creencias aisla-
afirmo una proposición, no puedo hacerlo sin al mismo das (aunque puedan parcialmente hacerlo), los saberes y
tiempo decir que es verdadera. ¿Cómo podría ser capaz conocimientos se confrontan con sistemas de creencias.
después de justificar mi creencia de que es verdad? No se diría que se confrontan con el sistema de creencias
Si me salgo de mi situación personal y observo la no- del individuo, sino con sus sistemas de creencias, que es
ción de tener conocimiento desde un punto de vista distinto. Pues, quizás no se deba pensar en un sistema
‘externalista’, el problema epistemológico pasa a un constituido y único de creencias en el sujeto, sino nue-
segundo plano. Mi conocimiento es como su cono- vamente en una red compleja de sistemas de creencias
cimiento: consiste en un sistema de creencias que no cuyos límites internos no son propiamente nítidos, y que
sólo son verdad, sino que son confiablemente verdad, explicarían la posibilidad de tener incluso ciertas creen-
es decir, cuya verdad está garantizada por mi confiabi- cias en contradicción. Esta idea conlleva a defender el
lidad epistemológica. Ciertamente, tanto para mí como carácter epistémico del conocimiento.
para usted es posible tener conocimiento. Al afirmar Sin embargo, en b) se nos está hablando del saber y el
que sé, no sólo estoy reafirmando mi propia opinión. conocer como formas de creencia. Y si formas significa
Estoy incluyéndola entre los juicios que se originan de tipos, se está diciendo que los saberes y conocimientos
lo mejor que hay en mí, epistemológicamente. son creencias, pero con un grado distinto de probabilidad,
Desde luego, esto presupone arrojar por la borda mu- de convicción, de justificación, de razonabilidad y/o de
chas de las ideas ‘tradicionales’ sobre el conocimiento. refutabilidad para alguien.
Por ejemplo, no se deduce de la verdad que yo sé que Puede objetarse a lo anterior que los saberes y cono-
p, que yo también sé que yo sé que p. El conocimiento cimientos, aunque remitan a creencias, están soportados
no es ‘iterativo’. Pero eso no llega a ser una desven- finalmente en las experiencias personales de algún sujeto
taja. Ya que, ¿por qué el conocimiento debería poseer y no en sus sistemas de creencias. Pero, esto significaría
CONOCER: UNA VISIÓN EPISTÉMICA 95

afirmar de nuevo o que las experiencias directas o inme- como sustrato del interés emancipatorio. Luego, dos o
diatas del sujeto son conocimientos o saberes, idea ya re- tres años más tarde, reconoció que ese era un residuo de
futada y que además sería incompatible con la idea de que idealismo en su filosofar y dejó el asunto sin resolver para
sean más bien el soporte del saber o del conocer sin que se replantearlo desde las pretensiones de validez de los actos
confundan; o que se pasa directamente de la experiencia de habla en su racionalidad comunicativa. El punto mues-
al saber y al conocer, caso en el que no cabría decir que tra que, finalmente, sólo en la experiencia del cuestionar
sean entonces formas del creer. No se está diciendo con inteligente, reflexivo y práctico en cuanto tales, el ser hu-
esto que la experiencia directa sea una creencia ni que mano puede encontrar una normatividad que le permita
necesite soportarse en una creencia, sólo se está poniendo desprenderse dialécticamente de otros deseos menos pu-
en entredicho la misma experiencia directa (el mito de lo ros y replantear permanentemente objetivaciones, cosifi-
dado), así como la imposibilidad de tratar de justificarla caciones, absolutismos de la verdad, lo real y el ser. En su
como un saber o un conocer, si no ha sido ya una creen- experiencia de estos cuestionamientos y las operaciones
cia. De hecho, no es la experiencia directa la que puede ni que los entrelazan y suscitan, también podrá auto-afirmar-
debe tratar de justificarse, sino la creencia sobre la expe- se como cognoscente, más allá de un ‘creo que conozco’
riencia misma. que es performativamente autocontradictorio.
7. De la generalidad del conocimiento. Existe un pro- De hecho, Villoro (1982) retoma la idea de Aristóteles
blema al afirmar, como Villoro (1982) lo hace, que no sobre el conocimiento por el conocimiento mismo (con-
existe un conocimiento en general. Aunque con esa afir- templación, actitud teórica, θewrίa) para contraponerla a
mación el autor quiera enfatizar que existen diversos ti- las ideas de Marx y otros. Villoro arguye que el conoci-
pos de conocimiento, podría pensarse entonces que no es miento por el conocimiento mismo no es un fin y que, si
posible conocer qué es conocer o llegar a un conocimien- acaso así fuera, no importaría si resultara, entonces, ser
to de cualquiera de las nociones epistémicas que aquí se falso o verdadero. Sin embargo, Aristóteles se refiere jus-
tratan. Para evitar este triunfo injustificado del contextua- tamente al conocimiento y no a la creencia que implicaría
lismo debe aceptarse que es posible la generalidad, lo que la posibilidad de ser falsa o verdadera. Y, es obvio que en
debería aclararse es de qué tipos de generalidad puede Aristóteles el conocimiento no puede ser falso, pues no
hablarse. Las nociones epistémicas tienen dimensiones sería entonces conocimiento, luego sólo la creencia puede
heurísticas y operatorias que hacen posible que se les re- serlo. A esto se agrega que no deba decirse del Estagirita
conozca en sus generalidades a nivel abstracto y concreto. que haya hecho de lado ni la dimensión ética ni la dimen-
De hecho, Villoro así lo hace. Todas ellas son, e.g., for- sión política del conocimiento. Por el contrario, para él,
mas operatorias humanas. las ciencias teóricas están en jerarquía por encima de las
8. De la dimensión práctica del conocimiento y sus prácticas para orientarlas de distintas maneras. El filósofo
motivos. Así como hay motivos para creer y para saber, se no ha negado entonces la dimensión práctica del conoci-
asume que también los hay para conocer. Esta idea hace miento. De lo contrario, la praxis (ética, política y econó-
concebir el conocimiento como ligado a la dimensión mica) sería una acción humana absolutamente ciega. De
práctica. La razón es doble en este caso: a) se presume hecho, Aristóteles concebía la teoría como una forma de
que el conocimiento posee intereses y fines concretos y praxis, como virtud dianoética, razón por la que no viene
b) se presume que el tribunal del conocimiento siempre al caso la crítica de Marx a la filosofía teórica.
es la práctica en cuanto que en la misma se corrobora o no Al afirmar que los hombres por naturaleza desean sa-
el conocimiento, a partir del cumplimiento de sus fines. ber, el discípulo de Platón está acudiendo a un principio
A menos que se quiera reducir el conocimiento a un de movimiento y reposo que no sólo incluye saber las pre-
ejercicio intelectual, no se podría decir, entonces, que una guntas sino también sus respuestas. El deseo es irrestricto,
conditio sine qua non hay conocimiento sea la existencia ilimitado y desinteresado. El amor al propio saber impli-
de intereses previos en el sujeto que conoce. Si bien es ca, entonces, la totalidad del ser humano, y no sólo y es-
frecuente que ocurra, no necesariamente puede decirse trictamente su intelectualidad o su capacidad abstractiva.
que deba ser así. Al menos debe quedar el interrogante El amor al saber es también entrega a la búsqueda de la
acerca de los intereses que podrían tener los conocimien- verdad, preguntando y respondiendo; lo que quiere decir
tos no buscados ni pretendidos, ¿o acaso no existen este que tampoco puede ser reducido a un simple problema de
tipo de conocimientos? Este asunto tiene una respuesta afecto hacia al saber, de mera y superflua curiosidad, de
alternativa desde Habermas (1968/1997). animosidad circunstancial.
Habermas, en sus célebres escritos acerca del conoci- Las afirmaciones e interpretaciones de Villoro son
miento y el interés, se refugió en el Yo activo de Fichte una manera de hacer más ausente al Estagirita en estas
96 JUAN CARLOS SARMIENTO REYES

discusiones. El teórico en Aristóteles, e.g., tiene una das las afirmaciones sobre creer, saber y conocer Villoro
connotación de forma de vida y de apasionamiento por (1990). Esto no quiere decir que la noción de verdad de-
el ser que no permiten interpretar el conocimiento por el penda necesariamente de las nociones de creer, saber y
conocimiento como el carente absoluto de un fin, como conocer (asunto que justamente es motivo de discusión);
contemplación pasiva, a-práctica (ajena a toda praxis). La pero sí, que estas tres nociones dependen en gran medida
dimensión práctica del conocimiento seguiría afianzándo- de aquella. De ahí que se requiere extender otra investi-
se en Santo Tomás (1970), y en muchos otros casos con- gación en busca de una noción de verdad y, si se prefiere,
temporáneos de realistas críticos. en busca de razones que respalden la idea de una teoría
9. Del derecho a estar seguro. El estado psicológico epistémica de la verdad (o de una teoría no epistémica de
de seguridad puede llegarse a considerar una necesidad la verdad) en consonancia con una noción epistémica del
humana arraigada aún a principios biológicos que rigen el conocer.
comportamiento. La psicobiología tendría en ese caso que
clarificar cada vez más este asunto. Si se pasa a hablar del
derecho social a estar seguro puede decirse que éste de- REFERENCIAS
pende, además de lo psicobiológico, de otros factores re-
lativos a la cultura, al sistema jurídico, político, y demás, Aristóteles. Metafísica (Calvo, T. Trad. 1998). Madrid, España:
en que se encuentre inmerso y en desarrollo el individuo. Gredos.
Austin, J. L. (1982). Cómo hacer cosas con palabras y acciones
En sentido más restringido y epistemológico, en cambio, (Genaro R. Carrió y Eduardo A. Rabossi. Trads.). Buenos
este derecho puede entenderse como la posibilidad de de- Aires, Argentina: Paidós. (Trabajo original publicado en
cir lo sé y no encuentro razonable dudarlo, por lo que 1962).
actúo acorde con ello. Aunque no puede olvidarse en tal Ayer, A. J. (1972). The problem of Knowledge. Baltimore,
situación la observación de Dewey (1938/1950) con res- EE.UU. Penguin Books. (Trabajo original publicado en
pecto al cierre de toda investigación cuando se ejerce ese 1956).
derecho. En la cotidianidad resulta poco problemático; Bachelard, G. (1973). Epistemología (Textes choisis). (Posa, E.
pero, en la filosofía, la ciencia y otros saberes, inevitable. Trad. 3a. ed.). Barcelona, España: Anagrama.
Chisholm, R. (1982). Teoría del conocimiento (Peris, V. Trad.).
10. De los supuestos antropológicos para las normas
Madrid, España: Tecnos. (Trabajo original publicado en
éticas. Resulta interesante el ‘agregado ético’ normativo 1977).
que le hace Villoro (1982), en última instancia, al creer, De Aquino, Sancti Thomae (1970). Quaestiones disputatae de
el saber y el conocer. El supuesto antropológico no utili- veritate (Cura et Studio Fratum Praedicatorum) en Opera
zado antes por Villoro, ni aclarado previamente, aparece Omnia (Iussu Leonis XIII P. M. Edita) Tomus XXII. Volu-
intempestivamente en escena sin mayores justificaciones, men I. Fasc. 2. QQ. 1-7. Romae ad Sanctae Sabinae.
al parecer sólo por una necesidad inmediata. Este asunto Dewey, J. (1950). Lógica: teoría de la investigación (Imaz, E.
resulta problemático en cuanto que debería ocurrir al con- Trad. 1a. ed.). México: F.C.E. (Trabajo original publicado
trario: las nociones epistémicas deberían ser tratadas des- en 1938).
Ferrater, J. (1994). Diccionario de filosofía. (1a. ed., Vols. 4).
de un comienzo con una perspectiva antropológica clara
Barcelona, España: Ariel.
que les dé fundamento y mayor cohesión. Puede hacerse García, M. (1971). Lecciones preliminares de Filosofía. Bue-
énfasis entonces en la prioridad actual de los problemas nos Aires, Argentina: Porrúa. (Trabajo original publicado
antropológicos y en el traslado de la reflexión epistemoló- en 1943).
gica, detrás de aquellos, a un segundo momento. Gettier, E. (1963). Is Justified True Belief Knowledge? [¿Es
11. Del carácter social del conocimiento. A este res- conocimiento la creencia verdadera justificada?]. Analysis
pecto se debe subrayar la necesidad de contextuali- 23,6, Vol. 22, 6, 121-123. Recuperado el 02 de julio de 2007
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miento, de una sociología del conocimiento y, mejor
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aún, de una teoría social del conocimiento. jo original publicado en 1968).
12. De la necesidad de revisar las tres nociones epis- Harman, G. (1973). Self-Reflexive Thoughts [Pensamientos
témicas a la luz de una cuarta noción. Cuando se dice yo auto-reflexivos] [Versión electrónica], Princeton University
creo que… yo sé que… o yo conozco algo acerca de… se Press, 1-22. Recuperado el 10 de Julio de 2007, de http: //
está expresando, aceptando, defendiendo o promulgando www.princeton.edu/~harman/papers/self-Ref.pdf.
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