Glucogenosis Tipo Iii
Glucogenosis Tipo Iii
Glucogenosis Tipo Iii
Incidencia
La glucogenosis tipo III, al ser una enfermedad autosómica recesiva, afecta por igual a
hombres y mujeres y está distribuida por varias razas y grupos étnicos. Se estima que en
Europa se da un caso por cada 80.000 nacidos vivos. La frecuencia de esta enfermedad es
más alta en ciertas poblaciones, tales como los Inuit de Norteamérica y los judíos sefardíes
descendientes de la población del norte de África, entre los cuales la incidencia es
aproximadamente de uno por cada 5.000 y de uno por cada 5.400 nacimientos,
respectivamente.
¿Síntomas de la enfermedad de Cori?
Clínicamente, los pacientes con glucogenosis tipo III presentan en la lactancia, o en la primera
infancia, hepatomegalia, hipoglucemia y retraso en el crecimiento. La debilidad muscular en
aquellos con el tipo IIIa es mínima en la infancia, pero puede llegar a ser más severa en adultos;
algunos pacientes desarrollan cardiomiopatías.
Hay que tener en cuenta que las manifestaciones clínicas de la glucogenosis tipo III, incluso
dentro de cada subtipo, varían de manera importante de unos pacientes a otros y existen una
serie de síntomas habituales en función, principalmente, de la edad del paciente.
Los síntomas más comunes en neonatos con la glucogenosis tipo III son: temblores,
sudoración, irritabilidad, apnea, coma, hipotonía, letargia, alteraciones nutricionales,
dificultad respiratoria, bradicardia y muerte súbita.
Los lactantes pueden manifestar, además de aquellos observados en neonatos, estos otros
síntomas: malestar después de una siesta o del sueño nocturno, retraso en el crecimiento,
muy buen apetito a pesar del pobre crecimiento, circunferencia abdominal creciente (poco
frecuente), síntomas que sugieren hipoglucemia asociada a una enfermedad intercurrente.
En la adolescencia, los adenomas hepáticos (lesiones benignas) son poco frecuentes en el
tipo III. Sin embargo, existe una baja probabilidad de aparición de fibrosis en el hígado, o
en algunos casos raros pueden desarrollar cirrosis.
Dentro de las complicaciones a largo plazo, se ha constatado recientemente que los
pacientes adultos con los subtipos IIIa y IIIb pueden sufrir una significativa pérdida de
densidad de masa ósea, si se compara con las personas sanas, que provocaría un mayor
riesgo de potenciales fracturas en cualquier parte del cuerpo y, de manera particular, en la
zona lumbar de la columna vertebral. Como medida preventiva, puede ser recomendable un
aporte suplementario de calcio en situaciones de baja ingesta de calcio a través de la dieta,
especialmente en las fases de rápido crecimiento en la infancia.
¿Tratamiento?
El tratamiento consiste en una dieta específica a los lactantes conviene administrarles
alimentación frecuentemente a lo largo del día, y de forma continuada a través de sonda
nasogástrica por la noche, para, de esta forma, asegurar un mantenimiento satisfactorio de
los niveles de glucosa en sangre, comidas frecuentes y suplementos de almidón crudo. Para
los pacientes con miopatía, se recomienda también una dieta alta en proteínas.