Vías de Acceso Quirúrgico en Nutrición Enteral
Vías de Acceso Quirúrgico en Nutrición Enteral
Vías de Acceso Quirúrgico en Nutrición Enteral
Son múltiples las vías de acceso al tubo digestivo para la nutrición enteral (NE) que
conocemos y que en los últimos años ha experimentado importantes avances. Igualmente
han avanzado considerablemente tanto las técnicas de administración como los productos
nutricionales. La colocación de estos sistemas puede ser temporal o permanente. Sus
indicaciones a menudo se superponen. Si es factible, siempre la vía enteral es la preferida
respecto de la parenteral. Si ésta es necesaria durante 6 semanas o menos, las sondas
nasoenterales son la mejor opción, por el contrario, las sondas de enterostomía serían las
indicadas en la NE que supere las 6 semanas y la gastrostomía endoscópica percutánea
(PEG) es el procedimiento de elección. El acceso pospilórico debe considerarse en
pacientes con alto riesgo de aspiración. Finalmente, la yeyunostomía con catéter fino en el
curso de una intervención quirúrgica del tracto gastrointestinal superior es la técnica ideal
para iniciar la NE precoz. Todas las técnicas continúan teniendo alguna vigencia y sólo la
situación clínica del enfermo y la experiencia del equipo que los atiende determinarán su
uso. Este trabajo consta de dos partes. En la primera se analizan las técnicas de acceso
quirúrgico en NE, sus indicaciones, contraindicaciones y las complicaciones más frecuentes
relacionadas con la técnica, con el cuidado del estoma y con el material de intubación. En la
segunda se aportan datos de nuestra experiencia en el tema, con las diversas técnicas que
hemos realizado, en qué pacientes y con qué resultados y complicaciones. En total, 287
procedimientos: 48 gastrostomías quirúrgicas, 40 según la técnica de Fontan o Stamm y 8
gastrostomías de Janeway, 27 de ellas permanentes; 169 catéteres de yeyunostomía con una
permanencia media de 29,05 ± 21,9 días y 72 sondas nasoyeyunales de doble luz.
Introducción
El primer informe sobre alimentación enteral por vía digestiva alta data de 15981;
Clouston2, en 1872, describió una sonda que pasaba a través de una fosa nasal hasta el
estómago, por la que se infundían pequeñas cantidades de alimentos líquidos.
Al cirujano corresponde también dilucidar en cada caso puntual la manera más segura y
adecuada de nutrir al paciente, basándose en su afección y en las semanas que se prevea
que pueda tardar en nutrirse adecuadamente de forma habitual. La nutrición enteral (NE)
debe ser la primera opción a la hora de alimentar a un paciente, aunque estemos tratando a
un paciente que presenta un intestino que está parcialmente limitado en su función y
longitud7. Tanto las vías de acceso en NE como la composición de los nutrientes
desempeñan un papel dinámico en la respuesta gastrointestinal en el paciente nutrido por
vía enteral8,9. La presencia de nutrientes en la luz intestinal es esencial para el
mantenimiento de la masa mucosa gastrointestinal, ya que ésta funciona como una barrera
frente al paso de microorganismos y toxinas a la circulación portal y sistémica10,11. Por
otra parte, es una vía más fisiológica que permite mantener la microflora normal del
intestino para un correcto funcionamiento del sistema inmunitario local antígeno-específico
conocido como tejido linfoide asociado al intestino (GALT).
La elección de una vía de administración adecuada es esencial para llegar a alcanzar los
fines nutricionales deseados15 (fig. 1).
Algoritmo para la elección de la vía de acceso para la nutrición. NPT:
nutrición parenteral total; NE: nutrición enteral; PEG/J:
gastrostomía/yeyunostomía endoscópica percutánea; RxPIG: gastrostomía
guiada por imagen.
Soporte nutricional
Intestino No NPT
Si
NE
Menos de 6
Intraoperatoria en
semanas SNG
cirugía mayor
Más de 6
semanas
PEG/J No
Laparoscopia
Rx PIG
No
Estas ostomías pueden ser primarias, cuando el objetivo es sólo administrar alimentos, o
complementarias, durante el curso de una laparotomía. Dependiendo de la duración
estimada de la nutrición, las enterostomías serán permanentes o temporales. Se considera
permanente cuando se prevé su necesidad por más de 6 meses. Las ostomías proximales
están indicadas en trastornos neurológicos, disfagias orgánicas, enfermedades crónicas,
rechazo a la nutrición oral, requerimientos nutricionales prolongados, nutrición
postoperatoria y traumatismos maxilofaciales.
Faringostomía
Están indicadas cuando la PEG sea imposible, en estenosis orofaríngea por radioterapia o
tumor: para descompresión postoperatoria, que es una indicación específica en aquellos
pacientes que no toleran o rehúsan una sonda nasogástrica, y en los pacientes con elevado
riesgo de complicaciones pulmonares y tumores esofagocardiales irresecables (actualmente
superables con las endoprótesis).
Gastrostomía tubular tipo Fontan o Stamm. Consiste en hundir el orificio por donde
penetra la sonda en el estómago mediante dos suturas en bolsa de tabaco alrededor de aquél
en la pared gástrica, constituyendo un trayecto seroso alrededor de la sonda más corto que
en la gastrostomía de Witzel, que se invagina hacia el interior de la cavidad gástrica. Su
fácil fijación al peritoneo parietal asegura la impermeabilidad del orificio, evitando el
reflujo del líquido gástrico que dañaría la piel. Igualmente hay una oclusión espontánea de
la fístula a la retirada del tubo. Sin embargo, la continencia del reflujo gástrico es inferior a
la que se consigue con el de Witzel.
Gastrostomía con sonda de balón. Se trata de una técnica semejante a la del método
Fontan: una pequeña incisión en la pared gástrica para introducir el catéter y la
invaginación del orificio mediante una sutura en jareta, y la fijación al peritoneo parietal
con dos puntos.
Gastrostomía de Janeway. Consiste en la elaboración de un tubo gástrico a partir de la
pared anterior del estómago, a escasos centímetros de la curvatura menor, de 5-6 cm de
ancho por unos 10-12 cm de largo en dirección a la curvatura mayor. Esta tubulización
puede realizarse manualmente o con grapadora lineal (GIA), como describiera Moss30, o
con endo-GIA. Se exterioriza el tubo gástrico en el hipocondrio izquierdo a través de una
incisión y se inserta una sonda de balón en la luz gástrica. Es una técnica en la que el
orificio mucoso-cutáneo gástrico (a diferencia de las técnicas anteriores) se fija a la
superficie cutánea, creando un estoma. Se infla el balón de la sonda y se mantiene el
drenaje por gravedad durante 48-72 h. Si el drenaje gástrico es ≤ 300 ml/día y el estoma
está bien vascularizado, se inicia la nutrición. De esta forma, aunque se retire la sonda, el
orificio no se cierra espontáneamente como ocurre en las gastrostomías tubulares, lo que
constituye una ventaja si la gastrostomía ha de tener carácter permanente. A partir del
décimo día del postoperatorio, la sonda se retira y se reinserta para la alimentación.
Complicaciones relacionadas con los tubos. Puede producirse salida espontánea, fuga del
contenido gástrico, fístula gastrocutánea persistente, obstrucción gástrica por emigración
distal de la sonda34 y granulación excesiva.
Consiste en la colocación de una sonda en la luz del yeyuno proximal, a unos 20 cm del
ángulo de Treitz, con el propósito fundamental de suministrar nutrición. Son diversas las
técnicas de yeyunostomía que están en uso: Witzel longitudinal, Witzel transverso,
gastroyeyunostomía abierta, catéter-aguja, PEJ y laparoscópica.
Técnicas. A lo Witzel, con catéter fino, en "Y" de Roux y con asa yeyunal fistulizada
lateralmente sobre el tubo de Petzer, estas últimas de escasa utilización.
Esta técnica es una vía segura y efectiva, con menos complicaciones que otro tipo de
yeyunostomías excepto para la salida accidental del catéter y la rotura, que es más frecuente
con esta técnica
Tienen las mismas indicaciones que las técnicas por vía abierta, incluida la imposibilidad
de una PEG o una PEJ.
Se han descrito técnicas con anestesia local y sedación, y laparoscopia sin neumoperitoneo
y tracción parietal con retractores, con la finalidad de conseguir un campo de visión por
encima del estómago e insertar el tubo dentro del estómago, antes de su inserción en la
cavidad abdominal. Esta intervención no precisa ninguna disección pero sí una exposición
perfecta. La posición de los trocares se presenta en la figura 4. La óptica con trocar de 10
mm (fig. 4, 1) se sitúa a unos 3 cm por encima del ombligo y ocasionalmente puede
desplazarse hacia la izquierda. El trocar de 12 mm (fig. 4, 3 y 4) permite el paso de la pinza
automática. El trocar de 5 mm subcostal derecho (fig. 4, 2) permite pasar un separador
hepático. El trocar de 5 mm subxifoideo izquierdo (fig. 4, 5) permite el paso de una pinza
de prensión y manipulación gástrica. El cirujano se sitúa entre las piernas del paciente, el
ayudante a la izquierda del enfermo y manipula la cámara y la pinza subxifoidea. Un
segundo ayudante, a la derecha del enfermo, separa el lóbulo hepático izquierdo