Biografía y Obra de Winnicott Javier Lacruz Navas

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 16

DONALD WINNICOTT: VOCABULARIO ESENCIAL

Donald Woods Winnicott (1896-1971) es una de las figuras centrales del


Psicoanálisis tras la labor pionera de Sigmund Freud. De formación médica, se
especializa en Pediatría y Psicoanálisis, tareas que ejerce simultáneamente a lo
largo de toda su trayectoria, llegando a convertirse en uno de los referentes
principales del Psicoanálisis y la Psiquiatría infantil de su época. Durante dos
periodos (entre 1956-59 y 1965-68) es presidente de la Sociedad Psicoanalítica
Británica; y miembro del grupo intermedio. Básicamente, es el psicoanalista que
pone en valor la influencia ambiental (materna) en el desarrollo emocional
temprano del bebé. Su tesis: «El bebé no existe, lo que existe es la pareja de
crianza».
Sus intereses teórico-clínicos abarcan: a los pacientes borderline, esquizoides y
psicóticos, la clínica infantil, la problemática adolescente, la tendencia antisocial y
los trastornos psicosomáticos. Entre sus conceptos principales se encuentran: los
objetos y fenómenos transicionales, la madre suficientemente buena, la capacidad
para estar a solas, la capacidad para preocuparse por el otro o concern, la
preocupación maternal primaria, el gesto espontáneo, elverdadero y el falso self, el
uso de un objeto… Además, desarrolla las modalidades de la consulta terapéutica
y del psicoanálisis a demanda, y crea el juegodel garabato o squiggle. Su labor
clínica se centra en la capacidad de jugar como indicador de salud, donde destaca
la riqueza psíquica. En su tarea privilegia el sostén del paciente sobre la
interpretación. Y considera que el tratamiento se da en la superposición de dos
zonas de juego: la del paciente y la del terapeuta. En una zona intermedia o
tercera zona, la del espacio transicional, en la que de dos personas juegan juntas,
«tratando de transformar en terreno de juego el peor de los desiertos».
Winnicott es un autor que hace de la paradoja, el jugar, la creatividad y el espacio
transicional el hábitat de su teoría. Entre sus libros destacan: El proceso de
maduración en el niño, Escritos de pediatría y psicoanálisis, La familia y el
desarrollo del individuo y Realidad y juego. Su dedicación al conocimiento de la
vida infantil y adulta le convierte por derecho propio en un estudioso de la
naturaleza humana. Su lema es: «En verdad que somos pobres si solo estamos
cuerdos».
En El Gesto Espontáneo de Javier Lacruz
http://elgestoespontaneo.com/html/biografia.html
 

Donald Woods Winnicott (1896-1971)

Este pediatra, psicoanalista y psiquiatra infantil es un autor de referencia


dentro del pensamiento psicoanalítico. Tras la labor pionera de Sigmund
Freud, la obra de Melanie Klein, Jacques Lacan y Donald Winnicott, entre
otros, amplía el campo de la  psicología profunda. A diferencia de Klein y
Lacan, Winnicott no construye escuela de pensamiento y carece de
discípulos (salvo Masud Khan), lo que lo sitúa como una rara avis en el
universo del psicoanálisis. Básicamente, es el analista que pone en valor la
influencia ambiental (materna) en el desarrollo emocional temprano del bebé.
Sus intereses teóricos se centran en la capacidad de jugar como indicador
de salud. La amplitud y fecundidad de su obra exige una lectura profunda,
pues es un autor que hace de la paradoja, el jugar, la creatividad y el espacio
transicional el hábitat de su teoría. Su dedicación al conocimiento de la vida
infantil y adulta lo convierte por derecho propio en un estudioso de la
naturaleza humana.

A lo largo de su trayectoria escribe más de cien trabajos publicados en libros


y revistas, así como otros tantos procedentes de conferencias, charlas
radiofónicas en la BBC y artículos inéditos, siempre enmarcados en el
desarrollo de un pensamiento creativo y expresados con un lenguaje propio.
Un lenguaje vivo y creativo, en ocasiones sencillo y directo, y en otras
profundo y complejo. No en vano, a los alumnos de sus seminarios, les dice:
<<Lo que encontrarán ustedes en mí, tendrán que sacarlo del caos>>.

De su actividad internacional destaca su contribución a la creación de la


Sociedad Psicoanalítica de Finlandia, junto con su colega Peral King; sus
dos viajes a los Estados Unidos en 1962-63 (Topeka, Boston y Los Ángeles)
y en 1968 (Nueva York); y las numerosas conferencias que dicta en
Edimburgo, Helsinki, París, Roma, Ginebra, Copenhague.

En <<El trastorno psiquiátrico en términos de los procesos infantiles de


maduración>> (1963), sobre las fuentes de sus ideas personales, escribe:

Esta forma de contemplar el desarrollo se deriva de la confluencia de varios


tipos de experiencia. Por mi parte, en calidad de pediatra he tenido muchas
oportunidades de observar a los niños y a sus madres, y he puesto especial
empeño en hacer que innumerables madres me contasen la forma de vivir
de sus hijos en las fases precoces, antes de que ellas perdiesen el contacto
con estas cosas íntimas. (Si volviese a empezar mi carrera trabajaría con
niños prematuros, cosa que no me ha sido posible hacer.) Por otra parte, yo
mismo fui objeto de análisis, con lo que tuve ocasión de retroceder hasta mi
olvidada infancia. Seguidamente vino el adiestramiento psicoanalítico,
durante el cual los casos que traté me permitieron ver los mecanismos
mentales de la primera infancia tal como aparecen en los sueños y en los
síntomas. El análisis de niños me proporcionó una visión infantil de la
infancia [PMN, 287-88]

Aproximación a su persona

El nombre de  Donald  significa en celta  poderoso; de su abuelo materno


recibe su segundo nombre,  Woods, es decir,  madera; y probablemente, el
apellido Winnicott deriva de un antiguo vocablo inglés cuyo
prefijo  winn  significa  amigo  y el sufijo  cott  alude a  hogar  o  cabaña. En
suma: hogar amigo.

Su constitución física es de tipo medio, de unos 170 centímetros de altura,


aproximadamente. Delgado. Ojos de azul intenso. Y de cabeza grande, por
lo que lo describen con aspecto de un elfo o un gnomo. Su voz es bastante
aguda. Habla en tonos lentos y claros, y genera tranquilidad. Según Kahn,
habla en King’s English, un inglés aristocrático.

Su forma de vestir es tradicional, con trajes clásicos, pero no muy aliñado.


Uno de sus hábitos consiste en retorcerse los brazos. Le gusta la música y
el canto; y los himnos religiosos de su infancia. Toca el piano. Y entre sus
preferencias musicales se encuentran: Bach, Brams, Beethoven y  The
Beatles. Entre sus fantasías se encuentra la de llegar a escribir una comedia
musical. Lee novelas, poesía y  The Times. Y le gustan especialmente las
historias de la vida: las biografías y las autobiografías. Su bebida favorita era
la cerveza  Guiness. De la televisión atiende el resumen deportivo y le
entusiasman los programas de enseñanza de bailes de salón. Le gusta
correr en bicicleta y conduce despacio el coche, normalmente inmerso en
sus pensamientos o conversando con sus acompañantes. En los periodos
de vacaciones acude a una casa de pescadores al oeste de Gales, de su
propiedad. Le gusta fumar y quedarse meditando observando las volutas de
humo. Y cuida de su jardín ubicado en el tejado de su casa.

La personalidad de Donald Woods Winnicott queda reflejada en los


numerosos comentarios de aquellos que han compartido su vida y su obra.
Se le ha llamado <<duende travieso>>; Betty Joseph consideraba que tenía
a l g o d e P e t e r P a n , y C h a r l e s R y c ro f t l o h a d e s c r i t o c o m o
alguien  carismático. Asimismo, se decía que si Klein era una  prima donna,
Winnicott era una cripto-prima donna cargada de humildad.

Primeros años: Mis múltiples madres

Donald Woods Winnicott nace el 7 de abril de 1896 en Plymouth, Inglaterra.


Su padre, John Frederick Winnicott es un próspero comerciante de lencería
que, además de dirigir la empresa familiar Winnicott Brothers, desempeña
diversos cargos honorarios públicos: presidente de la Cámara de Comercio,
Juez de Paz y alcalde de su ciudad (en dos ocasiones), alcanzando el rango
de  Sir  (Caballero), otorgado por el Rey Jorge V en 1924 en el palacio de
Buckingham. Su madre, Elizabeth Martha Woods, se ocupa de las tareas
domésticas y del cuidado de los hijos. Donald tiene dos hermanas mayores:
Violet, nacida en 1889, y Kathleen, nacida en 1891. La familia Winnicott vive
en la ciudad de Plymouth, en el condado de Devon, una ciudad costera del
sur de Inglaterra. Su familia es de clase media acomodada y profesa la
religión protestante. Los padres, John y Elizabeth, pertenecen a la Iglesia
Metodista, en la tradición wesleyana, pero no llegan a inculcar un rigor
religioso exacerbado en sus hijos.

La familia vive en una finca conocida como Rockville, en Plymouth. Cuenta


con una gran casa de cuatro plantas y amplios jardines, un campo de
croquet, un terreno con árboles frutales, estanque y huerto. En su infancia,
Donald vive rodeado de una amplia constelación familiar de figuras
femeninas: su madre, su abuela, sus dos hermanas, la tía Delia, su niñera
Allie y la institutriz de sus hermanas, la cocinera y varias criadas, que
orientan su educación y modelan la formación de su personalidad. Además,
sus cinco primas, que residen en la casa aledaña, son sus habituales
compañeras de juegos. Donald, a lo largo de toda su vida, rememora la
influencia de sus múltiples madres.

En 1910, a los 14 años de edad, es enviado a estudiar al internado del Leys


School en Cambridge. Una escuela metodista exclusivamente para varones
en la que permanece hasta los 18 años. En Leys se alienta el culto religioso
y las actividades deportivas y culturales. Más que por los estudios, destaca
en deporte (equitación, rugby y atletismo) y recibe una mención especial por
su talento musical. Donald llega a prepararse para participar en los Juegos
Olímpicos de Berlín de 1916, pero una lesión de cadera le impide culminar el
proyecto. Es uno de los cabecillas de curso y suele leer historias por las
noches a sus compañeros. Suele escribir a su madre interesándose por ella
y la vida familiar, y les envía regalos. En Leys se interesa por las Ciencias
Naturales, sobre todo por la teoría del desarrollo biológico de Charles
Darwin, del que dice: <<Supe de inmediato que Darwin era la horma de mi
zapato>>.

En 1914, a los 18 años, se matricula en la Facultad de Medicina de la


Universidad de Cambridge, residiendo en el Jhesus College. Una decisión
que contraviene el deseo de su padre de que se integre en el negocio
familiar. Su vocación asistencial se despierta en Leys, al tener que
permanecer hospitalizado durante un tiempo en la enfermería, al fracturarse
la clavícula en un partido de rugby. En 1918 estalla la Primera Guerra
Mundial. Lo que obliga a suspender las actividades docentes y todos los
hospitales universitarios pasan al régimen asistencial general. Ante la
pérdida de varios amigos en combate, decide alistarse en el ejército al sentir
la responsabilidad por los que han muerto. Donald abandona el servicio de
ambulancias y se enrola en la Marina, en un destructor de la Royal Navy,
como médico asistente. Por entonces se convierte a la iglesia anglicana. Su
tiempo libre lo dedica a la lectura de obras literarias. Al finalizar la guerra,
reanuda los estudios médicos en el St. Bartolomew’s Hospital Medical
College de la Universidad de Londres.

Mientras cursa su formación médica, el Dr. Horder le inculca la importancia


de la relación médico-paciente. Por un tiempo piensa en dedicarse a la
medicina rural. En la librería médica de Lewis se asesora por la obra del
filósofo Henri Bergson y su concepto de élan vital. Su encuentro con la obra
de Óscar Pfister y de Sigmund Freud le lleva a interesarse vivamente por la
teoría y la clínica psicoanalíticas. A los 23 años lee La interpretación de los
sueños(1900) de Freud, que le causa una gran impresión. El 15 de noviembre
de 1919, en una carta dirigida a su hermana Violet, le comunica su
entusiasmo por el Psicoanálisis, su <<nuevo hobby>> Escribe:
<<Probablemente yo sea acusado de  blasfemo  si digo que Cristo fue un
psicoterapeuta de vanguardia>> [GE, 48]. Tras explicarle los rudimentos de
la nueva técnica terapéutica, añade: <<Así que ahora ya sabes un poco
acerca de este vasto tema, que tiene el gran encanto de ser realmente útil.
En cuanto a mí, me resta poner a prueba lo que estoy aprendiendo. Aun
cuando no siga ninguna materia que me habilite para la psicoterapia en mi
labor, estos conocimientos serán siempre útiles como afición>> [GE, 48].

Años veinte: El Psychiatric Snack Bar

En 1920 se gradúa como médico y por un tiempo permanece en el St.


Bartolomew’s Hospital como médico interno para conseguir la autorización
del General Medical Council. Este mismo año se especializa en Pediatría,
aunque paulatinamente se encauza hacia la Psicología infantil. Tres años
después inicia su actividad profesional en el Hospital Queen’s for Children y,
simultáneamente, en el Hospital Hackney, situado al este de Londres. Por
entonces, se interesa por el reumatismo infantil, la corea y otras patologías.
Luego se incorpora al Hospital Paddington Green Children’s, donde asienta
su actividad profesional durante cuarenta años. En su consultorio de los
miércoles, al que llama coloquialmente su  Psychiatric Snack Bar  (cafetería
psiquiátrica), evoluciona gradualmente de la Pediatría a la Psiquiatría infantil,
llegando a describirse a sí mismo como <<un psiquiatra que se ha aferrado
a la Pediatría>>.

El 7 de julio de 1923, a los 27 años, se casa con Alice Buxton Taylor, una
joven artista de 31 años, que logra una notable reputación como alfarera y
ceramista, con la que convive durante veinticinco años. Si bien la relación
matrimonial en sus comienzos es satisfactoria, Alice pronto presenta serias
dificultades psiquiátricas, con episodios delirantes y alucinatorios, por lo que
tiene varios ingresos psiquiátricos. Este mismo año, por dificultades
personales, Donald inicia su análisis personal. En principio quiere analizarse
con Jones, pero este lo deriva a James Strachey, con quien se analiza en
régimen de seis sesiones semanales durante diez años. En 1924 inicia la
práctica privada en el 33 de Weymouth Street, una zona céntrica de
Londres. Con el inicio de su práctica pediátrica y de su análisis personal
toma conciencia de la importancia del Psicoanálisis como terapia y como
método de investigación de los problemas humanos. En 1925 fallece su
madre, Elizabeth Woods.

En 1927 se inscribe como candidato en formación en el Instituto


Psicoanalítico de Londres. Entre sus profesores se encuentran John
Rickman y Edward Glover. Este año, estimulado por Strachey, entra en
contacto con Melanie Klein, quien se traslada a vivir a Londres al año
siguiente. Al poco tiempo, Winnicott descubre que Aichhorn, Anna Freud,
Alice Balint y otros psicoanalistas han comenzado a aplicar la técnica
analítica a los problemas infantiles. Con el tiempo completa su formación
como analista y llega a convertirse en el primer pediatra y psicoanalista
infantil del Reino Unido.

Años treinta: A través de la Pediatría al Psicoanálisis

En 1931 Winnicott publica su primer libro,  Clinical Notes on Disorders of


Childhood  (Apuntes clínicos sobre los trastornos de la infancia), una guía
pediátrica que dedica a su esposa Alice. Se trata de un libro de carácter
divulgativo, pero que introduce una notable contribución a la literatura
médica del momento al incorporar el estudio de los aspectos emocionales
en las enfermedades infantiles. Tras la lectura del libro  El psicoanálisis
infantil (1932), se despierta su interés por la obra de Klein. Un libro traducido
por Alix Strachey, la esposa de su analista, en el que encuentra un fuerte
estímulo para su trabajo clínico infantil. De hecho desea analizarse con
Melanie Klein, pero ella desestima su petición ya que quiere que sea el
analista de su hijo Eric bajo su supervisión, cosa que de ningún modo
acepta.

En 1933, derivado por Klein, se analiza con Joan Rivière. De este segundo
análisis, tiempo después, Winnicott comenta a Khan: <<Yo no puedo decir
que estuve en análisis con Joan Rivière. Es cierto que me analizó durante
unos cinco años. Y siguió analizándome durante discusiones en reuniones
científicas>>. El 4 de diciembre de 1935 presenta su candidatura a miembro
titular de la Sociedad Psicoanalítica Británica con el tema <<La defensa
maniaca>>, bajo el influjo de Klein. Una analista que, por aquellos años,
<<me impresionó tanto>>, dice. Al año siguiente obtiene el título de
psicoanalista de adultos, siendo sus supervisoras Nina Searl y Ella Freeman.
Desde 1936 en adelante da clases de manera periódica en el Instituto de
Educación de Londres, dirigido por Susan Isaacs. En 1937 recibe el título de
psicoanalista infantil. Sus supervisoras son Melanie Klein, Melitta
Schmideberg y Nina Searl. Por un periodo de seis años, entre 1935 y 1941,
supervisa con Klein sus casos de análisis infantil; una etapa feraz en la
producción teórica de la psicoanalista vienesa. Entre los niños que analiza
se encuentran el hijo de Klein, Eric (analizado entre 1935 y 1938), y la hija de
Ernest Jones, Nesta May.

Años cuarenta: El bebé no existe

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Winnicott ejerce como


psiquiatra consultor del ejército en el programa del  Oxfordshire Evacuation
Hostel Scheme, en el que se ocupa de 285 niños y adolescentes repartidos
en cinco albergues. Allí cuenta con la colaboración de la asistente social
especializada en Psiquiatría Clare Britton con la que comienza una relación
sentimental. Por entonces, en su consulta privada inicia su práctica con
pacientes psicóticos adultos, cuyas profundas regresiones le ayudan a
comprender la psicología infantil. La experiencia de Bicester le permite
ahondar en los problemas de la delincuencia infantil, que prefiere
denominar tendencia antisocial, y comprender el relevante papel del sostén
(holding) en la tarea terapéutica.

Entre 1939 y 1962 realiza unas cincuenta emisiones radiales en un programa


de la British Broadcasting Corporation (BBC), de carácter divulgativo sobre
las vicisitudes de la infancia. La primera serie se publica en 1957 bajo el
nombre de The child and the family (Conozca a su niño), y compila algunas
de sus charlas sobre psicología de las primeras relaciones entre el niño y su
familia.

En 1940 es nombrado analista didacta del Instituto Psicoanalítico de


Londres, pudiendo analizar candidatos (analistas en formación); incluso
durante un tiempo es considerado por Melanie Klein como un <<analista
didacta kleiniano>>. En esta década se distancia paulatinamente de su
mentora, básicamente al enunciar ante la Sociedad Psicoanalítica Británica
su personal  concepción de la teoría del desarrollo emocional, en la que
ocupa un lugar preeminente la madre (o persona sustituta), esto es, el medio
ambiente en la crianza del hijo. Su tesis es: <<El bebé no existe, lo que
existe es la pareja de crianza>>.

Entre enero de 1943 y mayo de 1944 se acuerda celebrar una serie de


reuniones científicas en la Sociedad Psicoanalítica Británica para debatir las
divergencias existentes entre las dos escuelas rivales y consensuar los
programas de formación de candidatos. Son las denominadas Controversial
discussions  (o  Grandes controversias), que corresponden a once reuniones
celebradas en la Sociedad. Ante la dificultad de acuerdo se establecen dos
programas de formación: el Grupo A (los kleinianos) y el Grupo B (los
annafreudianos). Otro sector, formado por aquellos psicoanalistas unidos no
tanto por su común adscripción teórica sino por su distanciamiento con las
dos escuelas enfrentadas, se ubican en el middle group (o grupo intermedio)
–más tarde denominado  indepent group  (o grupo independiente)– del que
Winnicott es su líder natural.

Por estos años el  mundo externo  recibe escasa atención en la Sociedad.
Sirve de ejemplo que en una reunión científica celebrada en 1943, Winnicott
alerta a sus colegas que las sirenas avisan de un ataque aéreo, pero nadie le
hace caso. En 1944 es elegido Fellow of the Royal College of
Physicians(miembro del Colegio Real de Médicos) entre otras distinciones.
En 1945 escribe uno de los hitos de su trabajo: <<Desarrollo emocional
primitivo>>. Desde 1947 imparte clases a los alumnos de la Escuela de
Ciencias Económicas y Políticas de Londres. Año en el que escribe <<El
odio en la contratransferencia>>. En 1948, sufre una serie de
contrariedades: muere su padre, a los 93 años; se pone de manifiesto el
deterioro de su matrimonio con Alice, y comienza a manifestar problemas
cardiacos. Durante este tiempo trabaja mucho con pacientes  borderline  y
psicóticos. En 1949 Winnicott se divorcia de Alice, cuando se encuentra
bastante estabilizada psíquicamente, tras ser analizada por Clifford Scott.

Años cincuenta: Objetos y fenómenos transicionales

En la década del cincuenta Winnicott perfecciona el juego del garabato


(Squiggle), desarrolla el concepto de madre suficientemente buena y publica
<<Objetos transicionales y fenómenos transicionales>> (1951), su trabajo
más célebre, donde describe el  espacio transicional. Este año se casa con
Clare Britton, quien se analiza, primero por Clifford Scott y luego con
Melanie Klein. Winnie y Clare escriben varios trabajos en común fruto de su
plena armonía personal y laboral.

El 5 de noviembre de 1952 presenta su artículo <<La angustia asociada con


la inseguridad>> en una reunión científica de la Sociedad Psicoanalítica
Británica, trabajo que es recibido con gran hostilidad por el grupo kleiniano.
En él rememora la tesis central de su teoría: “No existe nada que pueda ser
denominado ‘bebé”. Cinco días más tarde envía una amplia carta a Melanie
Klein manifestándole su pesar por la actitud de los miembros de su grupo,
abogando por un lenguaje vivo. En 1953 es uno de los analistas del comité
de investigación de la Asociación Psicoanalítica Internacional encargados de
dirimir sobre la práctica clínica de Jacques Lacan.

En 1956 es nombrado presidente de la  British  Psycho-Analytical  Society,


tanto por su prestigio psicoanalítico y reputación como pediatra clínico,
como por su posición equidistante y amortiguadora de las tensiones entre
los seguidores de Anna Freud y Melanie Klein. Este año acuña el concepto
de  preocupación maternal primaria  y su tesis sobre la  tendencia antisocial.
Lo hace en sendos artículos: <<Preocupación maternal primaria>> y <<La
tendencia antisocial>>.

En 1958 escribe <<La capacidad de estar a solas>>, cuya base radica en la


experiencia de haberlo estado en presencia de otra persona (la madre). Este
año publica  Collected Papers. Through Paediatrics to Psycho-Analysis  (en
castellano:  Escritos de Pediatría y Psicoanálisis), libro en el que vincula la
Pediatría y el Psicoanálisis y que compila diversas charlas y conferencias
dictadas entre 1931 y 1956. En 1959 finaliza su tarea en el cargo de
presidente de la Sociedad Psicoanalítica Británica.

Años sesenta: El uso de un objeto

A comienzos de la década de los sesenta elabora un nuevo concepto


importante en su teoría: el par  verdadero self/falso self. El concepto lo
introduce en su artículo <<Deformación del yo en términos de
un  verdadero  self  y un  falso  self>> (1960). Y en la conferencia <<Agresión,
culpa y reparación>> (1960), plantea su divergencia con la concepción
kleiniana de la agresividad.

En 1961 dicta una conferencia en la Sociedad Científica de la Universidad de


Oxford, titulada: <<Psicoanálisis y Ciencia: ¿Amigos o parientes?>>, donde
plantea el impulso creativo del método científico –y del Psicoanálisis– como
una <<pregunta nueva>>. En 1962 realiza su primera gira por Estados
Unidos; en Topeka presenta su idea del  concern  en la conferencia <<El
desarrollo de la capacidad de preocuparse por el otro>>. En 1963, debido a
sus graves problemas cardiacos, tras cuarenta años de ininterrumpida
actividad laboral se retira de su cargo de pediatra en el Hospital Paddington
Green Children’s. Su labor la prosigue en su consulta privada, impartiendo
conferencias y atendiendo su seminario semanal para alumnos en
formación. Asimismo, sigue como docente para jóvenes estudiantes de
psicoterapia en la Tavistock Clinic y en la Hampstead Clinic de psicoterapia
infantil. Por este tiempo escribe el <<Miedo al derrumbe>>. En 1964-65
escribe el historial de  The Piggle, un relato completo del tratamiento de
Gabrielle, una niña de 2 años y 4 meses, atendida mediante psicoanálisis a
demanda.

Entre 1965 y 1968 es elegido presidente de la Sociedad Psicoanalítica


Británica para un segundo mandato. En 1965 publica  El proceso de
maduración en el niño. Estudios para una teoría del desarrollo emocional,
libro que reúne sus escritos del período 1957-63 que versan sobre el
Psicoanálisis y el desarrollo del niño. En 1966 presenta el concepto de
la madre de devoción corriente.

A pesar de su frágil salud, en 1968 viaja a Estados Unidos, donde interviene


en tres instituciones: el Instituto Alanson White en Manhattan, el Hospital del
Condado de Kings en Brooklyn y la Sociedad Psicoanalítica de Nueva York.
En esta última, el 12 de noviembre presenta la conferencia <<El uso de un
objeto>>, su última contribución importante para su esquema del desarrollo
emocional. Su intervención es muy criticada por sus colegas locales. A su
llegada al hotel sufre una importante crisis cardiaca, a la que sigue un
edema pulmonar, que luego se complica con una gripe asiática con gran
riesgo vital.

Al año siguiente regresa a Londres. Escribe <<La experiencia de mutualidad


entre la madre y el bebé>> (1969), donde delimita el concepto
de mutualidad: <<El comienzo de una comunicación entre dos personas>>.
Consciente de la gravedad de su enfermedad, prepara con Masud Khan la
redacción del libro Realidad y juego.

Años setenta: Poca cosa, menos que nada

El 31 de enero de 1970 firma su testamento legando sus bienes a su esposa.


El 2 de octubre de 1970 preside la ceremonia de presentación de la estatua
de Sigmund Freud, realizada por el escultor Oscar Nemon. Poco después
comienza a despedirse de sus amigos consciente del poco tiempo de vida
que le queda. Los últimos meses de su vida los dedica a escribir diversos
trabajos, entre ellos su autobiografía, Not Less Than Everything (Poca cosa,
menos que nada), que queda inconclusa. El 25 de enero de 1971, a los 75
de edad, fallece de un súbito ataque cardiaco en Londres.

En 1971 se publica el libro Playing and reality (título erróneamente traducido


al castellano como  Realidad y juego; en puridad,  Jugando y realidad), que
recoge lo más fecundo de su pensamiento psicoanalítico: su teoría de
los objetos y de los fenómenos transicionales. Por escaso margen de tiempo
no llega a conocerlo publicado, pues Masud Khan, que acaba de regresar de
un viaje por el extranjero, tampoco puede avisarle de que el libro que ambos
han preparado acaba de ser editado.

Tras su muerte, en recíproca gratitud, su esposa Clare funda The Winnicott


Trust, para velar y divulgar el pensamiento y la obra de tan egregio
psicoanalista. Asimismo, se crea la Squiggle Foundation, dedicada a difundir
la técnica del garabato. Clare Winnicott fallece en 1984. Poco a poco se da a
conocer la obra de Donald Winnicott. En 1986 se publica  El hogar nuestro
punto de partida, compilado por Clare Winnicott, Ray Shepherd y Madelein
Davis, que agrupa trabajos inéditos o difíciles de conseguir de su amplia
producción teórica. El título del libro procede de <<East Coker>>, la
segunda parte de los  Four Quartets  (Cuatro cuartetos) de T. S. Eliot: <<El
hogar es nuestro punto de partida. Cuando crecemos / El mundo se vuelve
más extraño, más compleja la pauta / de lo muerto y lo viviente. No ya el
momento intenso / Y aislado, sin antes ni después, / Sino una vida entera
ardiendo en cada instante>>.

Remenbranzas

En el prólogo de Realidad y juego (1971), J. B. Pontalis, escribe: <<Cada uno


deberá apreciar por sí mismo, en primer lugar por el eco que encuentre en
él, las respuestas que Winnicott aporta, no ya en el resumen que concluye
todos sus capítulos sino en el movimiento mismo de una frase o un párrafo –
donde tiene lugar el tiempo y la invención que aseguran, como el juego o la
poesía, el pasaje de un espacio a otro–, o también en el desarrollo de una
sesión relatada. Quisiera únicamente poner en guardia al lector –del
continente– contra dos tentaciones críticas que, por ser contradictorias,
conseguirían reducir a poca cosa la aportación, a mi juicio considerable, de
este libro: considerar el  genio  de Winnicott como algo tan original y tan
impregnado de intuición que no fuera capaz de integrarse al pensamiento
psicoanalítico, engendrando a lo sumo imitadores aplicados; o bien,
tentación inversa, sustantivar los conceptos expuestos por el autor con el
propósito de enmarcar mejor los límites o el carácter  preanalítico: ¿qué es
este sí mismo y esta búsqueda del sí mismo? –cabe preguntarse entonces–
sino el resurgimiento del mito de un alma consagrada a la verdad, cuya
plenitud ignoraría (el esquizo) irreductible? ¿Qué es  esta creatividad
primaria  a la que se supone más fundamental que la sublimación de las
pulsiones, sino la nostalgia de un inmediato que anula el distanciamiento
necesariamente introducido por la representación? ¿Qué significa
esta  madre suficientemente buena  que transforma al analista en nodriza
(hemos oído estas palabras), excluye el  Nombre-del Padre  y desexualiza el
análisis. Objeciones inevitables y ya estereotipadas a las que se expone un
analista desde el momento en que avanza fuera de los caminos balizados,
desde que reconoce en sí mismo y en el análisis esa área de lo informe que
descubre, tarde o temprano, en su paciente>> [RJ, VII].

En Relato de mi análisis con Winnicott (1985), Margaret Little escribe:

Todo esto se basa en sus vastos conocimientos y en su comprensión acerca


de los niños de todas las edades, y de los padres; es por eso que se daba
cuenta de la necesidad de apoyo y de que alguien estuviera allí, para asumir
las responsabilidades. Su cada vez mayor capacidad para la empatía, el
mantenerse en contacto con el ello, el yo y el superyó, en personas de toda
clase y de cualquier edad, incluyendo a sí mismo, el comprender el lenguaje
corporal en todas sus formas, era una dimensión esencial en él. No se
defendía de sus propios sentimientos, sino que los dejaba fluir en toda su
gama y en ocasiones, hasta permitía la libertad de expresarlos. Sin caer en
sentimentalismos, era capaz de sentir acerca de un paciente, con su
paciente y para su paciente. Era capaz de entrar en una experiencia y
compartir el modo en que las emociones que habían sido reprimidas eran
liberadas [RAW, 47-48].

En otro pasaje, agrega:

D. W. era una persona sincera. Los buenos modales eran importantes para


él. Respetaba a las personas, ya fueran pacientes o colegas, aunque tal vez
era demasiado franco a la hora de criticar. Exigir  asociaciones  o forzar
una interpretación era considerado malos modales, además de resultar inútil.
Era muy honesto: respondía a las observaciones y contestaba preguntas
con sinceridad a menos que tuviera la necesidad de proteger a otra persona,
pero era fundamental saber cuándo su respuesta no era totalmente cierta y
porqué [RAW, 48].

Sobre su disposición en seminarios y supervisiones, apunta:

Lo que sigue, me lo contaron. Sus seminarios y sesiones de supervisión eran


activos y agradables, aún cuando discrepaba con las ideas o los métodos
de otros; eran informales, siempre acompañados de tazas de café negro y
galletas de jengibre. <<Me enseñó a asociar libremente como analista acerca
de todo el material de mi paciente. Cuando yo concluía, él se reclinaba,
cerraba los ojos y comenzaba a hablar, murmurando para sí, en apariencia
asociando libremente acerca del paciente, acerca de lo que yo había dicho,
acerca de todo lo que había ocurrido. No criticaba ni preguntaba: “¿Por qué
dijo usted eso?”, sino que compartía sus asociaciones conmigo>>. (Ralph
Layland, comunicación personal.) Ilustraba lo que decía por medio de su
propio trabajo, y la discusión era libre; no daba <<sermones>> (esto hubiera
sido de <<mala educación>>), y alentaba a los estudiantes o a los colegas a
encontrar sus propias maneras de trabajar, no de copiar las suyas, ya que
sus métodos se correspondían esencial e inseparablemente con su
personalidad [RAW, 73-74].

En <<Mi experiencia en la formación como psicoanalista de niños y


adolescentes>>, publicado en el libro  Donald Winnicott en América Latina,
Saúl Peña escribe acerca de su supervisión con Donald Winnicott. Dice:
<<Conocí a Donald Winnicott en la Sociedad Británica, en las reuniones
científicas de los miércoles, cuando él era presidente de la Sociedad. A
través de estos previos encuentros, su personalidad su libertad, su
autenticidad, su originalidad y su creatividad me impresionaron. Le pedí que
supervisara mi primer caso de adultos, pero no fue posible. Volví a pedirle
que supervisara el segundo y tampoco fue posible, hasta que aceptó
supervisar el primer caso de mi entrenamiento en niños y adolescentes. En
una oportunidad, tuve la osadía de participar en una de las reuniones de los
miércoles acerca de mi paciente adolescente>> [VV.AA.:  Donald Winnicott
en América Latina, Lumen, 1999, pp. 15-16]

Más adelante comenta: <<La actitud de Winnicott era indudablemente


atenta y receptiva, e incidía muchísimo en que yo conocía a mi paciente más
que él, de tal manera que me podía hacer comentarios, indicaciones o
sugerencias, pero quien compartía con el paciente la intimidad y la
intersubjetividad analítica era yo.

A pesar de encontrarme con un personaje de esta magnitud, me sentía libre,


respetado y con un estímulo muy sutil para despertar las posibilidades
intuitivas y los descubrimientos personales a través del vínculo que muchas
veces uno ni siquiera advierte. De tal manera que su contribución sobre el
juego (play), no la competencia (game), se vivía en la situación analítica. Era,
como él mismo decía, la base de la experiencia cultural>> [Ibíd., 17].

 
BIBLIOGRAFIA

Obras de Donald Winnicott


Winnicott, D.: Realidad y juego. Gedisa, Barcelona, 1979. 

Winnicott, D.: Clínica psicoanalítica infantil. Hormé, Buenos Aires, 1980.

Winnicott, D.: Psicoanálisis de una niña pequeña. Gedisa, Barcelona, 1980.

Winnicott, D.:  La familia y el desarrollo del individuo. Hormé Buenos Aires,
1980.

Winnicott, D.: Escritos de pediatría y psicoanálisis. Laia, Barcelona, 1981.

Winnicott, D.: El proceso de maduración en el niño. Laia, Barcelona, 1981. 

Winnicott, D.: Conozca a su niño. Paidós, Buenos Aires, 1984. 

Winnicott, D.: Los bebés y sus madres. Paidós, Barcelona, 1990.

Winnicott, D.: El gesto espontáneo. Paidós, Barcelona, 1990. 

Winnicott, D.: Deprivación y delincuencia, Paidós, Buenos Aires, 1990.

Winnicott, D.: Exploraciones psicoanalíticas I, Paidós, Buenos Aires, 1991.

Winnicott, D.: Exploraciones psicoanalíticas II, Paidós, Buenos Aires, 1991.

Winnicott, D.: Sostén e interpretación. Paidós, Buenos Aires, 1992.

Winnicott, D.:  El niño y el mundo externo. Lumen-Hormé, Buenos Aires,
1993.

Winnicott, D.: Conversando con los padres. Paidós, Barcelona, 1993.

Winnicott, D.: Acerca de los niños. Paidós, Lanús, 1999. 

Winnicott, D.:  El hogar, nuestro punto de partida.Paidós, Buenos Aires,
2001.

Winnicott, D.: La naturaleza humana.Paidós, Buenos Aires, 2005.

Artículos

Davis, Madeleine (1987): <<La obra de D. W. Winnicott>>. Int. Rev.


Pshycho-Anal (1927), 14, 491.

Grieve, Patricia. (1990): <<D. W. Winnicott>>. En:  La contención, Raúl
Fernández coordinador. Asociación Española de Neuropsiquiatría, Madrid,
1990.

Winnicott, Clare: <<El temor al derrumbe: un caso
clínico>>.  Psicoanálisis  n.º 2, vol. IV, Buenos Aires, 1982, pp. 281-294.
(Publicado en IJAP, V. 61, 1980, pp. 351-357).

Biografías

Jacobs, Michael (1995): D. W. Winnicott. SAGE Publications, London, 2006.



Kahr, Brett (1996):  Donald Woods Winnicott. Retrato y biografía. Biblioteca
Nueva, Madrid, 1999.

Nasio, Juan David (1996): Grandes psicoanalistas. Introducción a las obras
de Winnicott, Dolto, Lacan. Volumen II, Gedisa, Barcelona, 1996.

Phillis, Adam: Winnicott. Lugar, Buenos Aires, 1997.

También podría gustarte