Geomorfologia Zona 2

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Cuaternario y Geomorfología

CG y
ISSN: 0214-1744
ISSNe: 2695-8589
www.rediris.es/CuaternarioyGeomorfologia/

El Neolítico antiguo en Sierra Morena. Análisis geoarqueológico de un depósito


de ocupación en la cueva del Ocho (Cazalla de la Sierra, Sevilla, SO de España)

The Ancient Neolithic in Sierra Morena. Geoarchaeological analysis


of an occupation deposit in cueva del Ocho (Cazalla de la Sierra, Seville, SW of Spain)

Borja, C.(1y3), Caro, J.A.(2y3), Álvarez, G.(3), Díaz de Olmo, F.(1), Recio, J.M.(4),
Martínez, A.(5), Gavilán, B.(6), Pajuelo, A.(7) y Garrido, J.M.(2)

(1) Dpto. Geografía Física y A.G.R. Universidad de Sevilla. C/ María de Padilla s/n. 41004-Sevilla. [email protected]
(2) Dpto. Historia. Área de Prehistoria. Universidad de Córdoba. Plaza Cardenal Salazar, 3. 14071-Córdoba
(3) Sociedad Espeleológica Geos (Exploraciones e Investigaciones Subterráneas).
C/ Dr. Miguel Ríos Sarmiento, 74. 41020-Sevilla
(4) Dpto. Ecología, Botánica y Fisiología Vegetal. Universidad de Córdoba. Campus de Rabanales s/n. 14071-Córdoba
(5) Dpto. Física Aplicada I. Universidad de Sevilla. Ctra. Utrera, km 1. 41013-Sevilla
(6) Dpto. Historia I. Universidad de Huelva. Avda. de las Fuerzas Armadas, s/n. 27001-Huelva
(7) Dpto. Prehistoria y Arqueología. Universidad de Sevilla. C/ María de Padilla s/n. 41004-Sevilla

Resumen

Se lleva a cabo el estudio geoarqueológico del Perfil A de la sala del Lago de la cueva del Ocho (complejo
kárstico de las cuevas de Santiago, Cazalla de la Sierra, Sevilla, SO de España), con el objetivo de caracterizar
la secuencia de ocupación antrópica de este sector de la cavidad, a partir del análisis de un depósito me-
diante técnicas de análisis arqueológicas, edafo-sedimentarias y geocronológicas. Los resultados obtenidos
han permitido identificar una serie de unidades geoarqueológicas a partir de las cuales se ha establecido
la secuencia de la ocupación antrópica de este sector de la cavidad. Se trata de una ocupación Neolítico
antiguo, corta pero intensa, de cronología ca. 5300 cal. BC, que se conforma en el plazo de apenas 500 años
y que queda sellada y amortizada en torno al cambio de era por una colada estalagmítica. Diferentes usos
antrópicos caracterizan la conformación del depósito, desde una actividad ocupacional (hábitat) y redil inicial,
que se transforma posteriormente en un ámbito de vertedero, reconociéndose depósitos con características
sedimentológicas similares a los de tipo fumier, aunque desplazados de su lugar original. Los altos niveles de
materia orgánica presente en los sedimentos, así como, de otras variables asociadas a la presencia humana
(fósforo y susceptibilidad magnética) refuerzan la idea de la génesis antrópica del depósito. En este sentido,
el estudio de la cerámica muestra que no se ha registrado ningún cambio tipológico ni tecnológico a lo largo
de toda secuencia, siendo su tipo y características compatibles con las cronologías radiocarbónicas aportadas

Derechos de reproducción bajo licencia Creative Commons 3.0.


https://doi.org/10.17735/cyg.v35i3-4.89676 Se permite su inclusión en repositorios sin ánimo de lucro.

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en el presente trabajo. A su vez, el estudio de arqueofauna muestra unos resultados, en cuanto a la presencia
y manejo de fauna doméstica, propios de yacimientos correspondientes a las cronologías y el uso ofrecidos
por la cueva del Ocho.

Palabras clave: Neolítico antiguo; Depósitos antrópicos; Geoarqueología; Sistemas kársticos; Cueva del Ocho;
Sierra Morena (Macizo Hespérico Meridional).

Abstract

The Geoarchaeological study of Profile A of the Sala del Lago of cueva del Ocho (karstic complex of cuevas
de Santiago, Cazalla de la Sierra, Seville, SW of Spain) is carried out. The aim of characterizing sequence of
anthropic occupation of this sector of the cave, from the analysis of a deposit by means of archaeological,
pedo-sedimentary and geo-chronological analysis techniques has been characterized. The results obtained
have allowed to identify a geo-archaeological series units from which the sequence of the anthropic occupa-
tion of this sector of the cavity. It is an Ancient Neolithic occupation, short but intense, of chronology ca.5300
cal. BC, which is formed in a period of just 500 years and which it is sealed and amortized around the change
of Era by a stalagmite deposit. Different anthropic uses characterize the conformation of this deposit, from
an occupational activity (habitat) and initial fold, which is later transformed into a landfill area, recognizing
fumier type deposits, although displaced from their original place. The high levels of organic matter present
in the sediments, as well as other parameters associated like phosphorus and magnetic susceptibility rein-
force the idea of the anthropic genesis for this deposit. In this sense, the study of ceramics shows that no
typological or technological change has been recorded in throughout any sequence, its type and characteris-
tics being compatible with radiocarbon chronologies contributed in the present work. At the same time the
archaeofauna study shows some results the presence and management of domestic fauna, typical of deposits
corresponding to the chronologies and use offered through the cueva del Ocho.

Key words: Early Neolithic; Anthropogenic deposits; Geoarchaeology; Karst; Eight Cave; Sierra Morena (Me-
ridional Hesperian Massif).

1. Introducción y objetivos Chica), correspondientes a una fase de Neolí-


tico Antiguo, fueron muy discutidas desde los
El complejo kárstico de las cuevas de Santia- primeros momentos (Fortea y Martí, 1985;
go (en adelante CKCS), ubicado en el extre- Acosta, 1986), considerándose como una se-
mo NO del término municipal de Cazalla de rie difícilmente asumible, entre otras causas,
la Sierra (Sevilla, SO de España) (Fig. 1a) está por los problemas de precisión del laboratorio
compuesto entre otras cavidades por la de japonés donde se determinaron dichas cro-
Santiago Grande, Santiago Media y Santiago nologías (Mederos, 1996), hecho este que se
Chica, además de la cueva del Ocho, obje- repitió en algunas otras cuevas andaluzas con
to de estudio del presente trabajo. En todas resultados parecidos, como en el caso de la
ellas se reconocen evidencias de ocupación Dehesilla (García Rivero et al., 2018). Los da-
antrópica continuada desde el Neolítico tal tos aportados en esta investigación refuerzan
como reflejan las investigaciones de Acosta y afianzan la idea de una ocupación antrópica
(1976; 1986), e, incluso, indicios de frecuen- efectiva del territorio en el ámbito de Sierra
tación atribuibles al Pleistoceno (Candau, Morena (España) para dicho periodo, con há-
1894). Sin embargo, las cronologías aporta- bitats de ocupación permanente en cuevas,
das por algunos de estos trabajos para los en la línea de los trabajos pioneros publica-
yacimientos estudiados en otras cavidades dos por Acosta y Pellicer (Acosta, 1976, 1986;
del complejo de Santiago (cueva de Santiago Pellicer y Acosta, 1982).

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Figura 1: a) Localización general del área de estudio en el término municipal de Cazalla


de la Sierra (Sevilla, España). b) Posición del cerro de Santiago en relación al Ribera de la
Benalija y la cola del Embalse del Pintado (WMS Ortofotografía Digital de Andalucía 2016
–PNOA– http://www.ideandalucia.es/wms/ortofoto2016). c) Vista panorámica del cerro
de Santiago con indicación de la posición de la boca de la cueva del Ocho.
Figure 1: a) General location of the study area at the municipality of Cazalla de la Sierra
(Seville, Spain). b) Position of the cerro de Santiago in relation to the Ribera de la Benalija
and the tail of the Pintado Reservoir (WMS Andalusian Digital Orthophothography, 2016
–PNOA– http://www.ideandalucia.es/wms/ortofoto2016). c) Panoramic view of cerro de
Santiago indicating the position of the entry of cueva del Ocho.

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La ocupación de cavidades durante el Neolí- Baena y Díaz del Olmo (1988). A nivel local,
tico antiguo es una constante, no sólo en el la posición geomorfológica del relieve estruc-
ámbito de Sierra Morena, sino del resto de la tural del cerro de Santiago ha condicionado
península ibérica. La utilización de las cavida- la evolución karstológica del mismo con dos
des como lugares de hábitat y como rediles vertientes muy diferenciadas. Hacia el O la
para la estabulación del ganado (Vergès et karstificación se asocia al paleo-poljé de los
al., 2008; Oms et al., 2008; Fernández-Eraso Llanos de Santiago, presentando una vertien-
y Polo, 2008-2009) ha hecho que en muchas te modelada en cono rocoso, con lapiaces es-
de ellas se reconozca la existencia de depó- tructurales y de tubos, y surgencias próximas
sitos de origen antrópico, en cuya conforma- al contacto entre las calizas y los esquistos del
ción los procesos naturales prácticamente no Cámbrico de base. Mientras, hacia el E, el ce-
intervienen (Bergadà et al., 2018). Muchos rro de Santiago queda limitado por el trazado
de estos depósitos presentan registros geoar- hidrográfico del río Ribera de la Benalija y las
queológicos caracterizados por una notable fases sucesivas de encajamiento de su nivel
intensidad, puesta de manifiesto en los altos de base local en los mencionados esquistos
niveles alcanzados por indicadores y paráme- (Díaz del Olmo et al., 1994), que conforman
tros físico-químicos asociados a la presencia un relieve escarpado de elevada pendiente,
humana, como son la materia orgánica, el al pie del cual se acumulan depósitos de co-
fósforo o la susceptibilidad magnética (Ange- luvión.
lucci, 2009; Bergadà et al., 2005), así como,
secuencias arqueológicas con un desarrollo Desde una perspectiva karstológica, el com-
temporal muy variable. plejo kárstico del cerro de Santiago constituye
un sistema espeleológico con galerías-estruc-
El objetivo principal del presente trabajo se turales, salas, chimeneas y galerías-simas,
centra en el análisis geoarqueológico de un parcialmente obturadas, con diferentes epi-
depósito de origen antrópico vinculado a la sodios de rellenos que muestran varios ni-
ocupación humana de la sala del Lago de la veles de formación, todos ellos relacionados
cueva del Ocho (CKCS). Para ello se ha llevado con la incisión del nivel de base del río Ribera
a cabo un estudio geoarqueológico integra- de la Benalija. El funcionamiento hidro-kars-
do en una investigación de carácter espeleo- tológico del sistema actualmente es residual,
karstológica y cronoestratigráfica de la cual estando condicionada la fluctuación del nivel
se aportan en este trabajo los resultados del freático en el interior del macizo por la diná-
registro edafo-sedimentario y arqueológico. mica hidrológica del Ribera de la Benalija y,
muy especialmente, por la oscilación del nivel
hidráulico del cercano embalse del Pintado
2. Área de estudio (Fig. 1b y 1c) (Moral et al., 2015) al cual éste
alimenta.
El CKCS se ubica dentro del sector de Ossa-
Morena en el Macizo Hespérico Meridional La cueva del Ocho se corresponde con el ni-
de Sierra Morena (Díaz del Olmo, 1987), de- vel espeleo-kárstico más bajo del complejo.
sarrollándose sobre un afloramiento de cali- En ella se reconoce la sala del Lago, una de
zas masivas del Cámbrico inferior que, desde las salas de mayor entidad de la cueva (Fig.
el punto de vista morfoestructural, constituye 2b), en la que se constata la presencia de re-
un relieve sinclinal disimétrico en posición llenos de carácter detrítico con abundante
de relieve inverso, con rumbo hercínico NO- contenido de material arqueológico y restos
SE (Rodríguez Vidal y Díaz del Olmo, 1994). de ocupación antrópica (Fig. 2a). Estos de-
A techo de este relieve estructural se iden- pósitos aparecen expuestos debido a inter-
tifica una alta superficie corrosiva aplanada, venciones clandestinas de época actual que
que puede equivaler a la conocida como SK1 han provocado agujeros de expolio de mag-
del entorno regional de Ossa-Morena según nitudes variables (centimétricas a métricas),

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Figura 2: a) Acumulación de sedimentos en el fondo S de la sala del Lago procedentes de los agujeros de expolio
practicados en los depósitos de la Zona 1. b) Sala del Lago vista desde una perspectiva cenital en dirección S.
c) Vista general de la Zona 1 durante las tareas de excavación, en la que se puede observar la localización del
Perfil A, de la Rampa y del acceso a la sala del Lago desde el fondo sur (indicado con la doble flecha).
Figure 2: a) Accumulation of sediments at the bottom S of the sala del Lago proceding from the looting holes
made in the deposits of Zone 1. b) Sala del Lago wiewed from a zenith perspective in south direction. c) General
view of Zone 1 during the excavation tasks, in which the location of Profile A, the Rampa and the access to the
sala del Lago from the south end can be observed (indicated with the double arrow).

tanto en extensión como en profundidad. a los espacios creados por dichas zanjas de
Esta situación ha permitido la intervención saqueo.
en dos de estos pozos, cuyos perfiles estrati-
gráficos han sido limpiados y retranqueados Se aborda en este trabajo el análisis geoar-
(30 cm). Por tanto, la forma y dimensiones queológico de dichos pozos denominados
de las estratigrafías presentadas se adaptan Perfil A (Zona 1) y Rampa superior. El Perfil A,

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situado en lateral E de la cueva, a -8 m del El análisis arqueológico ha consistido, princi-


nivel de la actual boca de entrada (Fig. 2c), palmente, en un trabajo de limpieza y retran-
se ha analizado a partir del levantamiento de queo de los agujeros de expolio anteriormen-
una estratigrafía con una anchura máxima a te mencionados, así como, en la caracteriza-
techo de unos 4,0 m y 1,5 m a muro, y una po- ción del contenido en artefactos, principal-
tencia de 1,6 m. Por su parte, se ha realizado, mente de tipo cerámico y lítico, y, del análisis
igualmente, un pequeño sondeo arqueológi- arqueofaunístico de los restos óseos encon-
co de 0,8 m de profundidad, y 0,5 m de ancho trados en las unidades analizadas. Para el
por 0,6 m de largo sobre el mismo relleno, caso de la cerámica y otros elementos como
ubicado, en este caso, sobre otro agujero de útiles líticos y óseos, adornos, etc., se han
expolio, en el sector de la Rampa, una galería seguido metodologías suficientemente con-
lateral (actualmente colmatada por el propio trastadas en la bibliografía reciente, con un
relleno), con dirección E, que conectaría la proceso que incluye la identificación y análi-
sala del Lago con el Ribera de la Benalija ya sis de los materiales atendiendo a su tipolo-
en el exterior del macizo (Borja et al., 2015a; gía, morfología y tratamiento, abordándose
2015b; 2019). a continuación su medición y representación
gráfica. Seguidamente, se ha realizado un
agrupamiento de los materiales por catego-
3. Metodología y técnicas rías tipológicas y unidades geoarqueológicas,
llevándose a cabo un tratamiento estadístico
Desde el punto de vista metodológico se ha básico (Gavilán y Escacena, 2009; Escacena y
procedido al análisis del Perfil A y el sondeo Gavilán, 2012).
arqueológico a partir del levantamiento de
dos cortes en los que, mediante la implemen- El análisis arqueozoológico, por su parte, se
tación de técnicas de análisis arqueológicas, inicia con la limpieza y consolidación de todo
edafo-sedimentarias y geocronológicas, se el material óseo para, posteriormente, proce-
han identificado diferentes unidades geoar- der a la identificación anatómica, su pesado
queológicas. El concepto de unidad geoar- y contabilización, determinación de taxones,
queológica (UG) se determina a partir de la sexo, edad, NMI (Número Mínimo de Indivi-
caracterización combinada de los componen- duos), análisis tafonómico, osteometría, estu-
tes naturales y antrópicos que conforman el dio paleopatológico y marcas antrópicas (Cla-
registro geoarqueológico, la cual permite de- son, 1972; Lyman, 1994; Driesch, 1976; de
terminar y caracterizar las unidades homogé- Miguel y Morales, 1984; Pérez Ripoll, 1992).
neas presentes en el mismo. Esta formulación Para completar la identificación se ha recu-
se basa en el concepto de formación antró- rrido al cotejo con Colecciones Comparativas
pica superficial establecido por Borja (1993). de Referencia y a la utilización de manuales
Por unidad geoarqueológica se entiende, por y claves de osteología faunística (Moreno-
tanto, todo aquel cuerpo edafo-sedimentario García et al.; 2003, Schmid, 1972; Barone,
que presenta la homogeneidad necesaria 1976; Boessneck, 1971; Prummel y Frisch,
como para que, desde el punto de vista de 1986; Pales y Lambert, 1971; Hillson, 1992).
su génesis y/o evolución, pueda ser discrimi- Del mismo modo, se utilizan cámaras fotográ-
nado crono-estratigráficamente de lo que le ficas, estéreomicroscopios, lupas binoculares
antecede y le sucede; o sea, todo aquel tramo y convencionales de diferentes aumentos
del registro que exhibe la singularidad físico- para la documentación de todos los procesos
cultural suficiente como para que pueda po- que han afectado de una u otra manera a los
nérsele unos límites sustantivos en el perfil, restos óseos. Toda la información obtenida
más allá del simple cambio de color o de la se vuelca en unas bases de datos diseñadas
variación banal de cualquier otro parámetro específicamente para el registro y cuantifica-
(Borja, 2014 y 2016; Borja et al., 2015a). ción de los datos.

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Una pequeña muestra de sedimento de cada limosa a techo y más limo-arcillosa a muro,
nivel fue sometida a flotación para la recupe- con abundantes clastos y bloques (de tama-
ración de los restos arqueobotánicos (Buxó y ño variable), de color pardo-grisáceo a ceni-
Piqué, 2003). En las observaciones prelimi- ciento y abundantes restos arqueológicos,
nares no se ha detectado presencia de ele- que aparece sellado a techo por una costra
mentos carpológicos, tan solo se aprecia la calcárea de un espesor centimétrico (Fig. 3).
existencia de fragmentos muy pequeños de En el mismo se han identificado una serie de
carbón. Este material está actualmente en es- unidades geoarqueológicas a las cuales se les
tudio, aunque las observaciones preliminares ha determinado, por una parte, sus principa-
no han permitido la identificación de espe- les caracteres físico-químicos, y, por otra, se
cies. han obtenido sus cronologías numéricas, al
tiempo que se ha analizado su contenido ar-
Por su parte, el análisis edafo-sedimentario queológico.
se ha centrado en una primera fase de des-
cripción en campo y muestreo de cada unidad
geoarqueológica identificada y, una segunda, 4.1. Unidades geoarqueológicas
de análisis en laboratorio de las muestras
obtenidas. Dicho análisis se ha centrado en El análisis geoarqueológico de detalle del Per-
una caracterización físico-química básica en fil A (Zona 1) ha permitido la identificación de
la que se han determinado diferentes pará- 12 unidades geoarqueológicas (UG) y otras
metros, como son color (Munsell, 1990), hu- dos más en el sondeo arqueológico ubicado
medad hidroscópica, pH (Guitián y Carballas, en el sector de la Rampa. La posición de cada
1976), materia orgánica por ignición (Sims y una de las UG identificadas en el perfil obje-
Haby, 1971), carbonatos totales (Duchaufour, to de estudio se puede observar en la figura
1975), porosidad (MAPA, 1986), conductivi- 3 y su descripción básica desde el punto de
dad eléctrica (USDA, 1973), susceptibilidad vista sedimentológico, edafo-alterológico y
magnética (Dearing, 1999), fósforo (Primo y arqueológico se relaciona a continuación:
Carrasco, 1973) y, por último, las fracciones
granulométricas (Soil Survey England and — UG.1: depósito areno-limoso de color
Wales, 1982) obtenidas por tamizado. pardo-grisáceo, carbonatado, con abun-
dantes bloques y clastos de caliza angu-
Finalmente, se ha llevado a cabo un mues- losos a subredondeados y presencia de
treo selectivo para la realización de datacio- abundantes fragmentos de carbón vege-
nes geocronológicas numéricas tanto de U/ tal. Presenta un espesor de 3 a 5 cm y un
Th, efectuadas en los laboratorios del Depar- dispositivo plano que comprende toda la
tamento de Física Aplicada I de la Universi- extensión del perfil analizado. A techo se
dad de Sevilla, como de 14C AMS, llevados a identifican restos de una costra calcárea
cabo en los laboratorios de la empresa Beta laminar que sella el nivel, estando su ex-
Analytic Inc. ubicados en Miami (USA). En la tremo E desmantelada. Igualmente, en
calibración de los resultados se ha utilizado la este sector el Perfil aparece parcialmente
base de datos INTCAL 13 (Reimer et al., 2013) decapitado por un proceso de remoción
y el modelo de Talma y Vogel (1993). artificial contemporáneo (expolio). Incor-
pora fragmentos de cerámica y huesos
muy pequeños y fracturados.
4. Resultados
— UG.2: depósito areno-limoso de color
El análisis geoarqueológico del Perfil A (sala pardo-grisáceo, con coloración alternante
del Lago) y el sondeo arqueológico (Rampa) desde tonos marrones más claros a más
muestra, de forma genérica, la existencia de oscuros, de estructura masiva, con abun-
un depósito heterogéneo de matriz areno- dantes bloques y clastos de caliza angulo-

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Figura 3: Sección estratigráfica analizada correspondiente al Perfil A de la Zona 1 en la sala del Lago
y sondeo arqueológico en el sector de la Rampa, con indicación de las unidades geoarqueológicas
identificadas y las dataciones numéricas obtenidas.
Figure 3: Stratigraphic section analyzed corresponding to Profile A of Zone 1 in the sala del Lago and
archaeological survey in the Rampa sector, indicating the geoarchaeological units identified and the
numerical dates obtained

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sos y algunos subredondeados, con pre- vegetales que no llegaron a combustio-


sencia de carbonatos, así como, abundan- nar. El registro arqueológico comprende
te carbón vegetal. Se observa un espesor numerosos restos de carbón vegetal, así
medio de 5 a 7 cm y un dispositivo planar como, abundantes fragmentos de cerámi-
que abarca toda la extensión del perfil ca y huesos (algunos de ellos quemados),
analizado salvo, como en el caso anterior, y algunas piezas líticas. La caracteriza-
el extremo E, que aparece parcialmente ción descrita coincide con los depósitos
decapitado por un proceso de remoción de tipo fumier, aunque su posición en la
artificial contemporáneo (expolio). Incor- estratigrafía indica un aporte secundario
pora, igualmente, fragmentos de cerámi- más que un desarrollo in situ.
ca y huesos, todos muy pequeños y frac-
turados. — UG.5: depósito areno-limoso con algo
de arcillas, de color pardo-grisáceo, más
— UG.3: depósito heterogéneo de matriz anaranjado y algo más arenoso hacia la
areno-arcillosa de color pardo-grisáceo, base, carbonatado y con incorporación de
algo más compacto que los niveles su- clastos centimétricos de caliza. A techo
prayacentes. Presenta una abundante in- presenta una capa superior fina con tona-
corporación de carbonatos, así como, de lidad negruzca y numerosos carbones. El
clastos y bloques de caliza angulosos y al- dispositivo es cóncavo con un espesor de
gunos subredondeados. Muestra un dis- unos 3 cm en el extremo O, 12 cm en el
positivo plano a techo y cóncavo a muro, tramo central y, como en caso de las uni-
con un espesor en el extremo oeste de 3 dades superiores, en su extremo E apa-
cm y una potencia en la zona central que rece decapitado. Incorpora numerosos
alcanza los 45 cm. Como en los casos an- restos de cerámica y huesos a lo largo de
teriores el extremo E de esta unidad está todo el nivel, algunos de ellos quemados.
decapitada. Presenta incorporaciones de
carbón vegetal, fragmentos de huesos y — UG.6: depósito de matriz limo-arenosa de
cerámica, así como, algunos elementos color pardo-grisácea, muy carbonatado,
líticos. que hacia la base se hace más arcilloso y
más compacto, que incorpora restos de
— UG.4: depósito areno-limoso de color carbón vegetal. Constituye un depósito
grisáceo claro, carbonatado a techo, con lenticular ubicado en la sección central
algunos bloques y clastos centimétricos del perfil, con un espesor máximo de 10
de caliza y fragmentos de carbón vegetal cm y unos 60 cm de longitud, y un dispo-
abundantes. Constituye una unidad con sitivo inclinado. Presenta restos de cerá-
un espesor medio de 12 cm, con techo y mica y hueso de tamaño muy pequeño
muro planos, y un dispositivo inclinado y quemados. Como el caso de la UG.4 la
desde el sector O hacia el centro del per- caracterización descrita coincide con los
fil, con un desarrollo de 150 cm de longi- depósitos de tipo fumier, aunque su posi-
tud y un desnivel de 50 cm. La parte infe- ción en la estratigrafía, igualmente indica
rior del nivel se presenta más compacta que se trata de un aporte secundario.
y apelmazada, incluso, encostrada por
zonas, en contra de lo que ocurre en el — UG.7a: depósito areno-limoso de color
tramo superior del nivel que aparece más gris-verdoso, débilmente carbonatado,
suelto. Se reconoce, igualmente, a techo con incorporación de abundantes clastos
de esta unidad un nivel milimétrico rube- de caliza que aparecen concentrados en
factado, así como pequeñas estructuras la base del nivel. Presenta estructura sub-
rellenas de sedimento fino de color par- poliédrica con grietas y una alta compaci-
do-marrón de dimensiones centimétricas, dad. Se dispone con un dispositivo incli-
posiblemente correspondientes a restos nado descendente en dirección E hasta el

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centro del perfil, con un espesor en torno dispositivo del nivel es horizontal con un
a los 40 cm, donde entra en contacto late- límite neto y plano a muro, y neto y difuso
ralmente con la UG.7b mediante un límite a techo por la presencia de los bloques de
digitado y difuso. Se reconocen abundan- la unidad suprayacente. La potencia media
tes restos de carbón vegetal, mientras del nivel se sitúa en los 25 cm. En el extre-
que los restos arqueológicos son algo más mo E el nivel se acuña hasta desaparecer
escasos que en la UG.7b. entre la parte inferior de los bloques de la
UG.9 ya mencionados, y el afloramiento de
— UG.7b: depósito areno-limoso de color un bloque calizo en la base. Incorpora esta
gris-verdoso, débilmente carbonatado, unidad fragmentos de carbones, al tiempo
con incorporación de abundantes clastos que son muy abundantes los restos de ce-
de caliza repartidos de forma heterogé- rámica, hueso, conchas de moluscos, etc.,
nea. Presenta, igualmente, una estructura especialmente a muro del horizonte.
subpoliédrica con grietas y una alta com-
pacidad. El nivel presenta un dispositivo — UG.11: depósito limo-arcilloso con arenas
inclinado con desarrollo ascendente en que aparecen laminadas, de color pardo-
dirección este (sector Rampa), arrancan- grisáceo, carbonatado y con algunos clas-
do lateralmente en un contacto digitado tos de caliza de tamaño centimétrico. Pre-
y difuso con la UG.7a. El espesor medio senta una potencia de 15 cm y un dispo-
alcanza los 60 cm. Se reconoce la presen- sitivo horizontal con límites neto y plano
cia de restos de carbón vegetal y un nota- a techo, y neto y levemente ondulado a
ble aumento de los restos arqueológicos muro. En su extremo E entra en contacto
(fragmentos de cerámica, huesos...). con un bloque calizo (¿sustrato?). Presen-
ta una alta concentración de carbones y
— UG.8: depósito de matriz areno-limosa de ceniza, así como, escasos restos materia-
tonalidad pardo-amarillento, mediana- les (cerámica, huesos…).
mente carbonatado y con clastos de ca-
liza de tamaño centimétrico. Se ubica en — UG.12: depósito limo-arcilloso de tonali-
el extremo O del perfil, adosado al bloque dad pardo-amarillenta, con abundantes
calizo que hace de límite en este sector, clastos centimétricos de caliza y presen-
presentando un dispositivo acuñado con cia testimonial de carbones. Escasa pre-
un espesor máximo de 35 cm. No se ha sencia de restos arqueológicos. Presenta
registrado la presencia de ningún resto un dispositivo horizontal, con techo neto
arqueológico. y plano y un espesor visible de 12 cm, ter-
minándose la excavación sin agotar la es-
— UG.9: Acúmulo de grandes bloques de tratigrafía de este nivel.
caliza, de tamaño decimétrico, envueltos
en una matriz limo-arenosa, de tonali- Además del perfil excavado también se ha do-
dad pardo anaranjada y carbonatada. Los cumentado en la zona superior de la Rampa
bloques aparecen encastrados unos con (a 3,5 m de distancia) un pequeño sondeo ar-
otros. El nivel presenta un dispositivo ho- queológico sobre un agujero de expolio cuyo
rizontal, tanto a techo como a muro, y una desarrollo estratigráfico es, de techo a muro:
potencia de 40 cm. A techo se reconoce
la presencia de numerosos fragmentos de — UG.RS1: depósito de matriz limo-arcilloso
carbón vegetal y restos arqueológicos. de tonalidad parda muy oscura, con clas-
tos de tamaño centimétrico a decimétri-
— UG.10: depósito limo-arcilloso de tonali- co repartidos de forma heterogénea, con
dad pardo-amarillenta, con incorporación estructura masiva, raíces y algunos frag-
de clastos de caliza centimétricos a deci- mentos de carbón. Presenta una potencia
métricos, más abundantes hacia muro. El de 45 cm con límite inclinado, ondulado

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Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

y difuso a muro. Se reconoce, así mismo, tanto en el perfil como en el sondeo, mues-
la presencia de algunos fragmentos cerá- tran una apreciable homogeneidad edafo-se-
micos, más abundantes hacia la base del dimentaria en algunos de los parámetros ana-
nivel. lizados (pH y porosidad), tal como se puede
observar en las Tablas 1 y 2. Otras variables
— UG.RS2: depósito de matriz limo-arcillosa analizadas, en cambio, como son aquellas
con algo de arenas, de color pardo, con relacionadas con la acción antrópica (M.O.
estructura masiva. Presenta abundantes por ignición, P, S.M.) o la transformación se-
clastos de caliza, más grandes a techo, así dimentaria (carbonatos totales, C.E.), presen-
como, raíces y numerosos carbones. Se tan diferencias entre unos niveles y otros, al
ha registrado un espesor de 35 cm de este igual que en el caso de la textura (Borja et al.,
nivel sin agotar la estratigrafía, en el que 2015a; 2019).
se ha constatado la presencia de escasos
fragmentos cerámicos repartidos hetero- De este modo, el pH presenta valores homo-
géneamente por todo el nivel. géneos en todas las UG analizadas y un carác-
ter básico, con una tasa media en torno a 8,3
a lo largo del todo el perfil y el sondeo, salvo
4.2.Caracterización físico-química en la UG.10 que asciende a 8,6; o la UG.RS2,
que marca el valor mínimo registrado con 8,0
Los resultados del análisis físico-químico (Tabla 1). Por su parte, los valores de poro-
practicado a cada una de las UG identificadas, sidad, situados entre 45 y 66%, muestran,

Tabla 1: Caracterización físico-química de las unidades geoarqueológicas identificadas (Hum.:


humedad; M.O.: materia orgánica ignición; CO3=: carbonatos; Por.: porosidad; C.E.: conductividad
eléctrica; S.M.: susceptibilidad magnética; P2O5: fósforo).
Table 1: Physico-chemical characterization of the geoarchaeological units identified (Hum.: humidity;
M.O .: organic matter ignition; CO3 =: carbonates; Por.: porosity; C.E.: electrical conductivity; S.M.:
magnetic susceptibility; P2O5: phosphorus).
Muestras C.E. S.M.
Color Color Hum. pH M.O. CO3= Por. P2O5
mmhs/ (χ 10-9
Ref. / Prof. (cm) UG (seco) (húmedo) % (H2O) (ig.%) (%) (%) mg/100g
cm m3/ Kg)
CS8 N1 (0,00-0,04 m) UG.1 10YR 5/2 10YR 2/2 6,72 8,3 11,57 32 64,00 0,57 1.795 20,54
CS8 N2 (0,04-0,30 m) UG.2 10YR 5/3 10YR 3/2 4,85 8,3 11,32 34 62,00 0,49 1.600 14,30
CS8 N3 (0,30-0,45 m) UG.3 10YR 5/2 10YR 2/2 6,44 8,4 11,06 36 66,00 0,44 1.695 20,02
CS8 N4 (0,45-0,55 m) UG.4 10YR 5/2 10YR 2/1 4,05 8,4 8,05 34 62,00 0,43 1.295 27,96
CS8 N5 (0,55-0,68 m) UG.5 10YR 5/2 10YR 2/1 3,39 8,3 6,15 24 60,00 0,52 1.545 26,04
CS8 N6 (0,68-0,74 m) UG.6 10YR 6/2 10YR 4/1 3,47 8,5 6,98 59 62,00 0,36 1.255 53,94
CS8 N7a (0,74- 0,90 m) UG.7a 2,5Y 5/3 10YR 3/3 3,27 8,4 4,62 18 64,00 0,36 1.475 31,62
CS8 N7b (0,74- 0,90 m) UG.7b 2,5Y 5/2 10YR 3/2 3,14 8,4 4,81 23 50,17 0,44 1.496 11,99
CS8 N8 (0,70-0,90 m) UG.8 10YR 6/2 10YR 3/3 1,77 8,5 6,42 34 60,00 0,35 5.775 35,34
CS8 N9 (0,90-1,20 m) UG.9 10YR 5/2 10YR 2/1 3,00 8,4 5,57 20 62,40 0,34 1.730 29,76
CS8 N10 (1,20-1,35 m) UG.10 10YR 5/3 10YR 3/4 2,86 8,6 4,46 26 51,12 0,31 1.312 11,95
CS8 N11 (1,35-1,50 m) UG.11 10YR 6/3 10YR 4/2 3,64 8,3 3,25 25 59,06 0,32 1.535 12,14
CS8 N12 (1,50-1,60 m) UG.12 10YR 6/3 10YR 4/2 3,18 8,3 2,55 4 45,41 0,30 1.225 13,51
CS8 RS N1 0,00-0,45 UG.RS1 2,5Y 5/2 10YR 3/1 2,64 8,1 6,12 32 57,35 0,36 2.110 25,20
CS8 RS N2 0,45-0,80 UG.RS2 2,5Y 5/2 10YR 3/2 3,17 8,0 6,47 34 57,87 0,39 1.795 25,83

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Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

Tabla 2: Caracterización textural de las unidades geoarqueológicas identificadas.


Table 2: Textural characterization of the geoarchaeological units identified.
Arenas
Muestras
(% - mm) Arcillas Limos Finos
0,25- 0,125- (%) (%) (L+A) (%)
Ref. / Prof. (m) UG 2-1.0 1-0,5 0,5-0,25 Totales
0,125 0,063
CS8 N1 (0,00-0,04 m) UG.1 8,84 17,05 48,49 19,58 6,04 76,30 10,0 13,70 23,70
CS8 N2 (0,04-0,30 m) UG.2 8,64 10,07 20,88 38,39 21,97 71,65 7,5 20,85 28,35
CS8 N3 (0,30-0,45 m) UG.3 10,40 25,85 24,57 18,99 20,20 67,25 10,0 22,75 32,75
CS8 N4 (0,45-0,55 m) UG.4 4,36 8,99 14,87 24,84 46,93 57,45 10,0 32,55 42,55
CS8 N5 (0,55-0,68 m) UG.5 7,62 10,85 18,13 48,38 15,01 53,90 15,0 31,10 46,10
CS8 N6 (0,68-0,74 m) UG.6 13,90 10,67 12,70 26,61 36,12 41,90 7,5 50,60 58,10
CS8 N7a (0,74- 0,90 m) UG.7a 6,08 8,41 11,84 20,91 52,77 45,50 15,0 39,50 54,50
CS8 N7b (0,74- 0,90 m) UG.7b 12,42 17,27 18,57 21,3 30,41 42,60 15,0 42,40 57,40
CS8 N8 (0,70-0,90 m) UG.8 10,91 16,98 21,28 21,43 29,90 66,60 5,0 28,40 33,40
CS8 N9 (0,90-1,20 m) UG.9 6,81 10,82 12,60 30,80 38,80 48,10 10,0 41,90 51,90
CS8 N10 (1,20-1,35 m) UG.10 17,45 14,78 15,39 20,96 31,39 41,65 15,0 43,35 58,35
CS8 N11 (1,35-1,50 m) UG.11 --- --- --- --- --- 47,65 10,0 42,35 52,35
CS8 N12 (1,50-1,60 m) UG.12 7,42 7,42 11,71 30,00 43,42 35,15 25,0 39,85 64,85
CS8 RS N1 0,00-0,45 UG.RS1 12,19 17,30 17,89 22,43 30,07 42,30 15,0 42,70 57,70
CS8 RS N2 0,45-0,80 UG.RS2 9,92 15,79 17,07 24,01 33,19 47,40 10,0 42,60 52,60

igualmente, una distribución homogénea a lo Del mismo modo, se reconocen notables di-
largo del perfil y el sondeo. ferencias entre las distintas UG en el caso del
contenido en fósforo (P), uno de los princi-
Sí se observan diferencias, en cambio, entre pales indicadores de la influencia antrópica
los niveles superiores e inferiores del perfil en la conformación de los depósitos. Según
en algunas otras de las variables analizadas los valores obtenidos (Tabla 1) se pueden es-
(Tabla 1). Así, en lo que al contenido de M.O. tablecer tres agrupaciones. En primer lugar,
de ignición se refiere, se reconocen niveles, con los valores más altos de 53,9 mg/100g y
en general, muy altos a lo largo de todo el 35,34 mg/100g, se sitúan, respectivamente,
perfil, siendo especialmente elevados en las la UG.6 y la UG.8, que constituyen depósitos
UG.1, 2 y 3, con porcentajes por encima del con un claro origen antrópico; en segundo
11%. A partir de la UG.4, hasta la UG.12, se término, con valores algo más moderados,
observa un descenso progresivo en el con- comprendidos entre 25 y 35 mg/100g, esta-
tenido de M.O., aunque con algunos repun- rían la UG.4, 5, 7a y 9 en el perfil, así como,
tes, pasando del 8,05% de la UG.4 al 2,55% las dos UG del sondeo; y, finalmente, esta-
de la UG.12. El resto de los niveles se man- rían aquellas otras UG con valores por de-
tienen en valores medios en torno al 5-6%. bajo de 20 mg/100g que se disponen en la
Este mismo porcentaje muestran las dos UG parte alta del perfil (UG.1, 2 y 3) y, especial-
identificadas en el sondeo del sector de la mente, en la parte baja del mismo (UG.10,
Rampa. Es conveniente recordar que, para 11 y 12). Esta distribución heterogénea de
el mundo mediterráneo, valores por encima valores también se reconoce para el caso
del 2-3% de M.O. presentes en suelos y de- de la susceptibilidad magnética (S.M.) con
pósitos, constituirían valores anómalos que valores, en el caso del perfil, entre 1.600 y
podrían ser atribuidos a aportes antrópicos. 1.800 Χ 10-9 m3/kg para las UG.1, 2, 3 y 9; y

98
Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

entre 1.200 y 1.500 Χ 10-9 m3/kg para el resto rrespondiendo las arcillas a contenidos en
de UG, salvo la UG.8 que marca un máximo torno al 5-15% del total de la muestra, salvo
de 5.775 X 10-9 m3/kg. En el caso del sondeo la UG.12 donde la presencia de estas supo-
los valores son también bastante altos con ne el 25% de la muestra.
2.110 Χ 10-9 m3/kg para la UG.RS2 y 1.795 Χ
10-9 m3/kg para la UG.RS1.
4.3. Secuencia cronoestratigráfica
Por su parte, el contenido en carbonatos es Para la determinación de la secuencia cro-
igualmente elevado en los niveles superiores noestratigráfica se ha llevado a cabo, por un
del perfil (UG.1, 2, 3 y 4), así como, en los dos lado, un análisis de radiocarbono (14C AMS), a
niveles del sondeo, alcanzando porcentajes partir del muestreo sistemático de fragmen-
situados entre 32 y 36%. El resto de niveles tos de carbones vegetales, con el fin de obte-
se mantienen en valores comprendidos entre ner dataciones numéricas con resultados cali-
18 y 28%, salvo la UG.6 que alcanza un valor brados BC (cal. BC) y calibrados BP (Tabla 3); y,
bastante elevado con 59% de carbonatos pre- por otro, se ha datado una parte de la costra
sente en la muestra, y, en el extremo opuesto, carbonatada del techo de UG.1 a partir de se-
la UG.12, que muestra un valor muy bajo en ries de Uranio (U/Th) (Tabla 4). Los resultados
relación con el resto de niveles, con tan solo alcanzados a partir de las dataciones numéri-
un 4%; finalmente, la conductividad eléctrica cas obtenidas por ambos métodos han pro-
sí muestra un leve descenso de los valores ha- porcionado una secuencia geoarqueológica
cia la base del perfil, con valores que van des- correspondiente al Holoceno medio y supe-
de 0,57 mmhs/cm en la UG.1, a 0,30 mmhs/ rior (Borja et al., 2015b; 2019).
cm en la UG.12. En el caso del sondeo, por su
parte, los niveles se sitúan entre 0,36 y 0,39 Para el caso de las dataciones 14C AMS se
mmhs/cm (Tabla 1). han practicado un total de 6, cinco en la
secuencia del perfil y una en el sondeo ar-
Finalmente, para el caso de las texturas queológico. Los resultados considerados en
(Tabla 2), se observa un predominio de la conjunto muestran una cronología numérica
fracción arenosa sobre los materiales finos muy próxima en el tiempo, entre la base del
en los niveles superiores (UG.1 a UG.5 así perfil, en la que la UG.11 arroja una cronolo-
como la UG.8), mientras que en el resto de gía de 6310 +/- 30 BP (cal. BC 5360-5225), y
los niveles inferiores (UG.6 a UG.12) predo- el techo del mismo, donde la UG.4 presenta
mina la fracción fina (limos y arcillas) sobre una edad absoluta de 5940 +/- 30 BP (cal. BC
la arenosa, en torno a una proporción del 4880-4865). En esta línea la datación reali-
60% de finos, frente a un 40% de arenas. zada en la UG.RS2 del sondeo proporciona
Las fracciones predominantes dentro de las también una cronología coherente con la se-
arenas son las de tamaño fino (0,25-0,125 cuencia establecida, habiendo proporciona-
mm) y muy fino (0,125-0,063 mm), salvo do una edad de 5900 +/- 30 BP (cal. BC 4835-
en las UG.1 a UG.3, donde aparece una dis- 4710). Por su parte, la datación obtenida para
tribución más o menos homogénea entre la UG.2 rompe la coherencia de la secuencia
las dos clases anteriormente mencionadas cronoestratigráfica general del corte, al ofre-
y las arenas medias (0,50-0,25 mm). En el cer una cronología de 6040 +/- 30 BP (cal.
caso del sondeo, las dos UG identificadas BC 5000-4840), aunque, como se puede ob-
presentan un predominio de los finos fren- servar, la edad calibrada BC no muestra una
te a las arenas, aunque por un escaso mar- diferencia excesiva con la proporcionada por
gen, más acusado en el caso de la UG.RS1, las UG.4 y UG.RS2. La diferencia, por tanto,
donde, además, las arcillas alcanzan una entre la conformación de la base del relleno
proporción notable (15% del total de la y el techo del mismo antes de su abandono
muestra). En las texturas finas, la fracción y posterior amortización, es de aproximada-
predominante pertenece a los limos, co- mente unos 500 años, un período bastante

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Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

Tabla 3: Resultados de las dataciones de 14C realizadas en el laboratorio Beta Analytics Inc. de Miami (USA). Todas las
dataciones se han realizado sobre restos de carbón vegetal incorporados al depósito.
Table 3: 14C dating results carried out in the Beta Analytics Inc. laboratory in Miami (USA). All of them have been done
on charcoal remains incorporated into the deposit.
Edad
Ref. Beta Ref. Edad radiocarbono 13C/12C
UG radiocarbono Calibración 2 σ
Analytics Localización medida Ratio
convencional
Cal BC 5000 to 4880
401539 CS8.Z1-03 UG.2 6040 +/- 30 BP -25.4 o/oo 6030 +/- 30 BP
(Cal BP 6950 to 6790)
Cal BC 4880 to 4865
380011 CS8.Z1-01 UG.4 5940 +/- 30 B P -25.9 o/oo 5930 +/- 30 BP
(Cal BP 6830 to 6815)
Cal BC 5210 to 5000
380012 CS8.Z1-02 UG.7a 6160 +/- 30 BP -25.6 o/oo 6150 +/- 30 BP
(Cal BP 7160 to 6950)
Cal BC 5210 to 5000
425422 CS8.Z1-05 UG.7b 6170 +/- 30 BP -26.4 o/oo 6150 +/- 30 BP
(Cal BP 7160 to 6950)
Cal BC 5360 to 5225
401540 CS8.Z1-04 UG.11 6310 +/- 30 BP -24.4 o/oo 6320 +/- 30 BP
(Cal BP 7310 to 7175)
Cal BC 4835 to 4710
425423 CS8.Z1-06 UG.RS2 5900 +/- 30 BP -24.8 o/oo 5900 +/- 30 BP
(Cal BP 6785 to 6660)

Tabla 4: Resultados de las dataciones de U/Th realizadas en el laboratorio del Departamento de Física Aplicada I de la
Universidad de Sevilla.
Table 4: U/Th dating results carried out in the laboratory of Applied Physics I Department of Seville University.

238U 234U 230Th Edad


234U/238U 230Th/234U 230Th/232Th 234U/238U
Muestra Corregida
(mBq/g) (mBq/g) (mBq/g)
(años BP)
CR01-INF-1 1.921±0.042 3.352±0.070 0.080±0.008 1.745±0.023 0.02379±0.00258 1.75±0.29 2609±286 1.750±0.024
CR01-INF-2 1.849±0.034 3.189±0.055 0.077±0.008 1.725±0.019 0.02410±0.00266 1.92±0.35 2643±295 1.730±0.020
CR01-SUP-1 1.867±0.038 3.332±0.064 0.064±0.010 1.785±0.021 0.01909±0.00293 9.77±3.27 2089±323 1.789±0.021

corto que da idea de la intensidad de la ocu- 4.4. Registro arqueológico


pación de este ámbito.
El registro arqueológico recuperado en el de-
Por su parte, la costra carbonatada que sella pósito analizado constituye un amplio conjun-
el techo del depósito, descompuesta a su vez to compuesto por 3.729 elementos. En él se
en 3 muestras (inferior, media y superior), ha incluyen tanto las piezas recuperadas en las
proporcionado una horquilla cronológica de distintas UG (1.751) como las que proceden
2643 +/- 295 BP hasta 2089 +/- 323 BP. La baja de la recogida superficial entre los montones
tasa de 230Th/232Th en las muestras obtenidas, acumulados por los expolios (1.978). Aunque
que indica la existencia de un sistema geoquí- en principio se estudiaron de forma separada,
mico abierto en la costra, nos induce a pen- con una sistematización precisa y detallada,
sar en una cronología más próxima a la más su caracterización ha concluido que se trata
reciente de las fechas obtenidas. Por tanto, sin duda de materiales homogéneos acumu-
desde más o menos el cambio de era, hasta la lados durante un breve periodo de tiempo.
actualidad, la costra calcárea ha permanecido Por ello en esta síntesis se hace referencia de
sellando el depósito analizado hasta su deca- forma general a todo el conjunto, que está
pitado por acciones de expolio en los años 80 compuesto fundamentalmente por material
del pasado siglo. cerámico y restos óseos de fauna, comple-

100
Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

mentado por un reducido grupo de utensilios, hay que mencionar la presencia de un mango
industria lítica y productos óseos, además de (Caro et al., 2016).
algunos elementos de adorno.

4.4.2. Industria lítica


4.4.1. Cerámica
El material lítico recuperado asciende a 71
El material más abundante es, sin duda, la piezas, agrupadas en tres subconjuntos dife-
cerámica con 2.328 elementos recuperados, rentes: 1 objeto pulimentado, 46 piezas talla-
mayoritariamente en el Perfil A y el revuelto das y 24 cantos relacionados con la molienda
provocado por los clandestinos (2.262 pie- o acciones de golpeo en general (Fig. 5). El útil
zas), mientras que en el pequeño sondeo de pulido es una azuela de pequeñas dimensio-
la Rampa Superior tan solo se han recupera- nes de sillimanita con un acabado muy cui-
do 66 fragmentos. De todos ellos el 58,6% dado. Por lo que respecta a la industria lítica
(1.365) son pequeños fragmentos atípicos. En tallada, la materia prima empleada en su ela-
el resto de materiales selectos o con alguna boración siempre ha sido el sílex, salvo en los
característica especial sobresalen las piezas cantos tallados, predominando los elementos
que conservan el borde (15%), elementos de laminares (microlaminares) sin retocar y los
suspensión (8%) o la base (0,7%) (Tabla 5). restos de talla, mientras que los útiles reto-
En general, la cerámica recuperada está bien cados son escasos. Se encuentran en un buen
elaborada, con superficies de buena calidad, estado de conservación con aristas y filos muy
desgrasantes medios y de tonalidades marro- frescos y sin huellas de rodamiento. Desde el
nes y negruzcas, resaltando el bermellón en punto de vista tecnotipológico destacan las
lo referente al tono del pigmento en la alma- laminitas con 17 ejemplares, una de ellas de
gra. En cuanto a las formas, son frecuentes las dorso abatido. Las lascas simples y restos de
de tres cuartos de esfera, con o sin cuello, de talla con 12 piezas por grupo conforman los
media esfera y, ya más escasas, las abiertas otros dos conjuntos mayoritarios. Las piezas
(Fig. 4). Entre el material selecto el 61,5% ha retocadas son escasas pues solamente se re-
recibido algún tipo de decoración, siendo las conocen 4 cantos tallados, sobre soportes de
piezas tratadas con almagra las más numero- arenisca, que desarrollan filos bien delinea-
sas (50%), seguidas por las impresas (23,8%), dos que podrían haber sido reutilizados, pues
las incisas (15,9%) y la decoración plástica también presentan huellas de golpeo y asti-
aplicada (8,8%), existiendo, además, sendos llamiento en las bases. Finalmente, existe un
ejemplos de decoración pintada, acanalada raspador elaborado sobre una pequeña lasca
semicortical de sílex con evidentes huellas de
y cepillada. En cuanto a los motivos decora-
uso (Caro et al., 2016). Por otro lado, están los
tivos entre las impresas los más abundantes
elementos destinados a percutir, machacar,
son los óvalos, círculos, bandas de círculos,
moler o triturar, cuyo número asciende a 24,
impresiones triangulares y cuadrangulares,
constatándose en muchos de ellos la existen-
digitaciones y bandas de óvalos. Por su parte,
cia de pigmentación roja (Borja et al., 2015a).
la cerámica incisa presenta líneas (verticales,
Se trata mayoritariamente de machacadores/
horizontales y oblicuas), ángulos y bandas de
percutores, aunque también se distinguen 2
círculos. En las decoraciones plásticas se en-
posibles alisadores y 3 molinos de mano.
cuentran algunos cordones, individuales o va-
rios unidos, tanto en la almagra como en las
demás, frecuentes las asociaciones decorati- 4.4.3. Elementos de adorno
vas. Los sistemas de prehensión y suspensión
incluyen tanto asas como mamelones. Entre También son escasos los elementos de ador-
las primeras destacan las de cinta vertical, no, entre los que encontramos 2 caninos de
acodadas y anulares y, entre los segundos, carnívoro con sendas perforaciones, 1 canino
los elípticos y los sobreelevados; así mismo, de jabalí también con perforación en la parte

101
Superficie UG.1 UG.2 UG.3 UG.4 UG.5 UG.6 UG.7 UG.9 UG.10 UG.11 UG.12 UG.RS1 UG.RS2

Tabla 5: Relación de material cerámico analizado en cada una de las unidades geoarqueológicas identificadas.
Frag. % Frag. % Frag. % Frag. % Frag. Frag. % Frag. Frag. % Frag. Frag. % Frag. Frag. Frag. Frag.
ALMAGRA 146 26,69 7 18,91 13 43,34 20 54,07 11 21 33,87 11 31,42 4 52 38,54 3 4 4
+Inc (2) (1) (1)
+Impr (13) (1) (1) (2) (4) (11) (2)
+DPA (3) (1) (1)

Table 5: Pottery shards analyzed in each of the geoarchaeological units analyzed.


+Inc+Impr (1) (1)

INCISA 58 10,60 5 13,51 1 2,70 7 11,29 1 5 14,28 2 17 12,59 3


+Impr (16) (1) (3) (1) (6)
+DPA (1) (1)

Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120


Rell. Pasta Blanca (2) (1) (1)

IMPRESA 87 15,90 10 27,02 3 10,00 3 8,10 7 9 14,51 2 5,71 1 16 11,85 1 2


+Inc (7) (1) (1) (1) (1) (2) (3)
+DPA (3)
Rell. Pasta Blanca (4) (1)
Impr al interior (1)
102

DPA 31 5,66 1 3,33 4 6,45 1 4 11,42 10 7,40 1


+Impr (1)

PINTADA 1 3,33

CEPILLADA 1 2,85

ACANALADA 1 2,70 1
Rell. Pasta Roja (1)

NO DECORADA 225 41,15 15 40,56 13 40,00 12 32,43 5 21 33,87 4 12 34,32 3 40 29,62 8 1 9 3

TOTAL SELECTO 547 100% 37 100% 31 100% 37 100% 23 62 100% 6 35 100% 10 135 100% 15 2 14 9

Atípicos S/D 611 24 41 53 45 110 9 94 10 285 38 2 29 14

TOTAL (2.328) 1.158 61 72 90 68 172 15 129 20 420 53 4 43 23


Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

Figura 4: Selección de cerámicas del Perfil A: 1 (UG.2); 2 a 6 (UG.3); 7 (UG.4); 8, 9, 10 y 11 (UG.5); 12 (UG.7); 13, 14, 15
(UG.10); 16 y 17 (superficie); 18 y 19 (UG.11).
Figure 4: Figure 4: Ceramics selection from Perfil A: 1 (GU.2); 2 to 6 (GU.3); 7 (GU.4); 8, 9, 10 and 11 (GU.5); 12 (GU.7);
13, 14, 15 (GU.10); 16 and 17 (surface); 18 and 19 (GU.11).

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Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

Figura 5: Selección de industria lítica: 1 a 9, industria lítica tallada (sílex); 10, útil pulimentado (sillimanita); pequeños
cantos alargados con restos de ocre (11) y huellas de abrasión por uso (12); 13, canto tallado de filo unifacial; 14, canto
rodado con evidentes huellas de abrasión y percusión debidas al uso (arenisca cuarcítica).
Figure 5: Lithic industry selection: 1 to 9, carved lithic industry (flint); 10, polished tool (sillimanite); small elongated
edges with traces of ocher (11) and traces of abrasion from use (12); 13, carved edge of unifacial edge; 14, pebble with
evident traces of abrasion and percussion due to use (quartzite sandstone).

104
Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

Figura 6: Selección de restos de fauna del Perfil A: 1, radio y carpales de Bos taurus en conexión anatómica (UG.5); 2,
mandíbula de Erinaceus europaeus (superficie); 3, mandíbula de Felis silvestris (superficie); 4, cráneo de Ovis aries con
cuernos cortados (UG.7); 5, asta de Cervus elaphus (UG.4).
Figure 6: Fauna remains selection from Perfil A: 1, Bos taurus radius and carpals in anatomical connection (GU.5); 2,
Erinaceus europaeus jaw (surface); 3, Felis silvestris jaw (surface); 4, Ovis aries skull with cut horns (GU.7); 5, Cervus
elaphus antler (GU.4).

más ancha y un fragmento de brazalete, so- 4.4.4. Fauna


bre roca caliza, en proceso de fabricación. Los
productos óseos de la cueva del Ocho se co- Por su parte, el estudio arqueofaunístico in-
rresponden con 4 fragmentos que podemos forma de la existencia de 1.323 restos óseos
encuadrar dentro de la categoría de punzón ya de consumo (Fig. 6), entre los cuáles se han
que presentan uno de sus extremos aguzados, podido identificar 489, con un número míni-
morfología que se considera propia para el tra- mo de individuos (NMI) de 85, y 834 restos
bajo de perforar. Todos ellos presentan estrías no identificados (Pajuelo et al., 2016). La in-
profundas debido al modelado inicial con algu- formación proporcionada por este conjunto
na superficie abrasiva, pero que posteriormen- remite a un contexto de ocupación propio
te han sido terminados con un cuidado pulido de un grupo humano neolitizado con base en
en buena parte de su superficie. En cualquier la explotación de especies pecuarias, entre
caso, dicho trabajo no ha ocultado por comple- las que destaca la presencia de ovicaprinos
to su procedencia en todos los casos, ya que se (40%), seguida del ganado porcino (16,5%)
ha podido determinar que uno de ellos se rea- y por detrás el bovino (8,1%). Se constata,
lizó sobre tibia de oveja; en el resto tan solo se igualmente, una clara preeminencia de lago-
reconoce que se fabricaron sobre metápodos morfos (22%) y la presencia de animales sal-
de mesofauna. También existe un fragmento vajes de gran porte (ciervo) (8,5%), además
de aguja de sección rectangular con un fino de la existencia en menor medida de cánidos
pulido por toda la superficie, realizado sobre (perro) (1,8%) y de otros carnívoros como el
un hueso largo de mesofauna. gato montés (0,2%). Finalmente, se registra la

105
Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

presencia testimonial de otras especies como dirección E (sector Rampa), hacia la zona
erizo, sapo, galápago, topillo y lagarto (2,9%). de acceso a la cavidad desde el exterior,
en la margen izquierda del Ribera de la
Desde el punto de vista tafonómico, a pesar Benalija, que, para estos momentos, sería
de que el número de restos obtenidos no es completamente diáfana, permitiendo el
muy amplio y presenta un alto nivel de frac- paso tanto de personas, como de anima-
turación y astillamiento (característica pro- les. Más en detalle, para esta fase se reco-
pia de registros geoarqueológicos de génesis noce la presencia de restos arqueológicos
antrópica), el grado de conservación de una dispersos y de carbones en UG.12, que
parte de ellos ha permitido un análisis sufi- se hacen más abundantes en los niveles
cientemente indicativo. Entre las alteraciones suprayacentes. En UG.11, la ausencia casi
reconocidas destacan las marcas radiculares total de clastos y la alta presencia de res-
generadas por la acción de raíces, así como la tos de carbones, con concentraciones la-
presencia de concreciones minerales superfi- minadas, apoyaría la hipótesis de un uso
ciales que alteran la coloración de los huesos, concreto de dicho espacio como lugar de
siendo una de las más evidentes las produci- concentración del fuego (hogar) durante
das por los carbonatos. Destaca la presencia un determinado periodo de tiempo. La
de un buen número de restos en los que se deposición de UG.10, por su parte, con
reconocen marcas de cortes de origen antró- un dispositivo que en el sector E ya co-
pico, sobre todo, en restos de bóvidos, ovica- mienza a mostrar una cierta inclinación,
prinos y suinos. Así mismo, aparecen marcas conlleva un cambio de uso de este ámbi-
de mordeduras por carnívoros en un buen to de la sala. La existencia de numerosos
número de restos, siempre sobre huesos de clastos centimétricos y decimétricos en
especies domésticas. FinaImente, aparecen el nivel, así como, la abundancia de ma-
señales de termoalteración debidas a la ac- teriales tecnológicos y de desechos hace
ción del fuego con porcentajes más elevados pensar que, para este momento, el uso
en ovicaprinos, lagomorfos y suinos. predominante no fuera el de hogar, sino
el de un ámbito relacionado con activida-
des de consumo u otras tareas comunes.
5. Reconstrucción geoarqueológica Finalmente, UG.9 está compuesta por un
nivel de grandes bloques que, como se ha
La reconstrucción de la secuencia del relleno indicado anteriormente, aparecen encas-
ubicado en la Sala del Lago de la cueva del trados unos con otros y adaptándose en
Ocho, a partir de la información proporciona- el extremo E a la inclinación que muestra
da por el estudio geoarqueológico del Perfil A este sector de la Rampa. Probablemente
de la Zona 1 y del sondeo arqueológico en la esta acción intencionada tuviera como fin
zona de la Rampa, muestra un desarrollo, de contener la entrada de sedimentos que
muro a techo, con seis grandes fases diferen- comienzan a acumularse en este sector y
ciadas atendiendo a su contenido arqueológi- que terminarán por colmatar la entrada
co y sus características edafo-sedimentarias y al yacimiento completamente. Los nive-
cronológicas. les de materia orgánica, susceptibilidad
magnética y fósforo registrados en todas
— Fase 1: en la que se depositan las UG.12 a las UG son altos, especialmente en UG.9
UG.9, a muro del perfil analizado (Fig. 7a). (Tabla 1), lo que reforzaría la idea del ori-
Dichas unidades constituyen, en conjunto, gen antrópico de este conjunto de unida-
un acúmulo heterogéneo de origen antró- des. Cronológicamente la deposición de
pico que presentan, como se ha comenta- dichos niveles comenzaría antes de 5360-
do en apartados anteriores, un dispositivo 5225 años cal. BC, según se desprende de
claramente horizontal, salvo la UG. 9. Di- la datación radiocarbónica realizada en
cha unidad asciende progresivamente en UG.11 (Tabla 3).

106
Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

Figura 7: Reconstrucción de la secuencia geoarqueológica con identificación de las diferentes fases.


Figure 7: Geoarchaeological sequence reconstruction with identification of the different phases.

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Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

— Fase 2: corresponde con el momento de hacia el centro del perfil, aunque, en este
deposición de las UG.8 y UG.7a y b (Fig. caso, con un sentido opuesto (Fig. 3), lo
7b). Esta fase supone un cambio en la di- que indicaría que el área fuente de donde
námica de sedimentación registrada en el proceden los mismos estaría relacionada
perfil, puesta de manifiesto por la disposi- con la entrada de acceso a la cavidad. La
ción que adoptan los materiales y por su acumulación de este depósito conllevaría
posible procedencia. En este sentido, la una considerable reducción de la altura
UG.8 constituye un nivel con dispositivo libre para la circulación de personas y ani-
acuñado y de escasas dimensiones, que males en este sector de la Rampa. Desde
se reconoce únicamente en el extremo O el punto de vista físico-químico, la UG.8
del perfil, adosado a un gran bloque cali- muestra notables diferencias con el res-
zo que delimita el relleno en este sector. to de las unidades analizadas tanto en
Presenta una estructura interna inclinada los valores de materia orgánica, como de
en dirección descendente hacia el centro fósforo, y, muy especialmente, en los de
del perfil, lo que hace pensar, que se tra- susceptibilidad magnética en los que casi
te de un material arrojado desde un lugar cuadruplica a los valores más altos regis-
próximo, con bastante probabilidad, la trado en el perfil (Tabla 1). Por su parte,
parte alta del gran bloque calizo, anterior- las UG.7a y b presentan unos valores de
mente mencionado, que presenta un te- susceptibilidad magnética y materia or-
cho plano y unas dimensiones adecuadas gánica muy similares entre sí, salvo en
para hacer uso de él como ámbito habita- el caso del contenido en fósforo, donde
cional. La UG.7 se superpone en el extre- UG.7a se acerca notablemente al valor de
mo O a la UG.8 y en el resto del perfil a la UG.8, reforzando este carácter antrópico
UG.9, presentando, de este modo, un dis- más marcado en estas dos unidades. Por
positivo de tipo cuneiforme, pues tanto último, se han llevado a cabo dos datacio-
el techo de la UG8 como UG.9 aparecen nes radiocarbónicas para esta fase, una
inclinados en sentidos opuestos. Se trata en UG.7a y otra en UG.7b, habiendo pro-
de una unidad compleja, que presenta la porcionado las dos exactamente la misma
mayor potencia y desarrollo lateral de to- fecha (5210-5000 años cal. BC), hecho
das las UG analizadas. Dicha complejidad que avalaría que ambas unidades se están
ha propiciado su división en dos unidades conformando al mismo tiempo.
diferenciadas (UG.7a y UG.7b) en las que
se observa una estructura y contenido ar- — Fase 3: corresponde a la deposición de
queológico diferenciado. El tránsito late- las UG.6, UG.5 y UG.4 las cuales se ubi-
ral entre una y otra unidad se lleva a cabo can en el extremo O del perfil (Fig. 7c).
mediante un contacto interdigitado con Constituyen unidades con unas dimen-
límite difuso. De este modo, UG.7a, ubi- siones reducidas y una potencia escasa,
cada en extremo O del depósito, presenta que presentan un dispositivo inclinado
un relleno areno-limoso con clastos cuyos en dirección al centro del perfil (UG.6 y
ejes mayores están dirigidos e inclinados UG.4), salvo la UG.5 que presenta un de-
hacia el centro del perfil, lo que parece in- sarrollo mayor llegando a contactar con el
dicar que la deposición de los materiales techo de UG.7b. Los materiales presentes
podría ser intencionada, siendo estos po- en estos niveles están relacionados cla-
siblemente arrojados desde la parte alta ramente con estructuras de combustión
del bloque calizo ubicado en el extremo (hogar), que, sin embargo, no se realizan
O del corte. Por su parte, UG.7b estaría in situ, sino que proceden de la limpieza
compuesto por un depósito areno-limoso o evacuación de los mismos en otro lu-
con abundantes clastos que, como en el gar próximo, probablemente el techo del
caso de UG.7a, aparecen igualmente incli- bloque calizo. Se mantiene, por tanto, la
nados y con sus ejes principales dirigidos dinámica de acumulación que se ha co-

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Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

mentado para la fase anterior en las UG.8 que se sitúan entre 1.600 y 1.800 χ 10-9
y UG.7a, en la que, claramente, los ma- m3/Kg. Cronológicamente la datación ra-
teriales acumulados no proceden del ex- diocarbónica realizada en UG.2 muestra
terior de la cavidad, sino que constituyen una fecha que rompe, aunque por muy
una removilización de materiales genera- escaso margen, el desarrollo cronológico
dos dentro de la misma (¿depósitos tipo sucesivo con respecto a las unidades in-
fumier?) compatibles con un uso de tipo frayacentes, pues el resultado obtenido
redil. Más en detalle UG.6 constituye un de 5000-4840 años cal. BC estaría algo
nivel con un desarrollo muy localizado y por encima de la fase anterior, aunque
unas dimensiones reducidas, con un dis- con una diferencia asumible.
positivo lenticular en la que se reconoce
abundantes carbones y restos cerámicos — Fase 5: corresponde con la sedimenta-
y de hueso, fragmentados y quemados. ción de las UG.RS1 y UG.RS2 ubicadas
Presenta asimismo la mayor tasa de con- en el sector medio de la Rampa (Fig. 7e).
tenido en fósforo (P2O5) de todo el per- La deposición de estas unidades supone
fil con 53,94 mg/100g y unos niveles de un cambio en la dinámica sedimentaria,
materia orgánica también muy elevados pues, en esta ocasión, los aportes ya no
del 6,98%. Por su parte, UG.5 y UG.4 re- proceden del interior de la cavidad, como
piten este mismo patrón, aunque con en las fases anteriores, sino que parecen
niveles de fósforo algo menor (en torno provenir del exterior del sistema en la en-
a 26-27 mg/100 g) y, en el caso de UG.4 trada al sector de la Rampa desde el ex-
un nivel de materia orgánica superior terior del macizo (margen izquierda del
con 8,05%. Texturalmente se caracterizan Ribera de la Benalija). Este ámbito va pro-
por presentar un predominio de los finos gresivamente colmatándose, imposibili-
que alcanzan proporciones que cercanas tando el paso de personas y animales, lo
60%, destacando especialmente en UG.6 que conlleva el abandono de la actividad
donde el contenido en arcillas es del 50%. en el yacimiento. El contenido de fósforo
Cronológicamente los datos aportados en estas unidades es elevado alcanzándo-
por la datación realizada en UG.4 sitúa la se valores por encima de 25 mg/100g, al
conformación de estas unidades en torno tiempo que los niveles de susceptibilidad
a 4880-4865 años cal. BC. magnética están comprendidos aproxi-
madamente entre 1.700 y 2.100 χ 10-9 m3/
— Fase 4: corresponde a la deposición de las Kg, lo que constituye valores igualmente
UG.3, UG.2 y UG.1 situadas a techo del altos. Cronológicamente, la datación ra-
perfil (Fig. 7d). Los depósitos presentan cidocarbónica realizada en UG.RS2 arroja
ahora un dispositivo que se acomoda a la fecha de 4835-4710 años cal. BC, cons-
muro a la forma cóncava que presentaban tituyendo la fecha más reciente obtenida
UG.4 y UG.5, para terminar a techo con en el registro analizado.
un dispositivo horizontal. Desde el punto
de vista físico-químico las tres UG presen- — Fase 6: corresponde con la conformación
tan unas características muy homogéneas de una colada estalagmítica que amortiza
entre sí y, a su vez, diferenciadas de las definitivamente el yacimiento, tanto en
del resto de unidades. Texturalmente el sector de la sala del Lago, como de la
constituyen los niveles más arenosos con Rampa (Fig. 7f), asociada a una dinámica
valores comprendidos entre 67 y 77% de de régimen vadoso de la cavidad. Se trata
arenas medias y finas principalmente (Ta- de una colada de unos 10 cm de espesor
bla 2). Por su parte, el contenido en ma- medio, en la que se han obtenido tres da-
teria orgánica es notablemente alto, con taciones mediante U/Th (Tabla 4) y que
valores por encima del 11%, así como, proporcionan una cronología qua abarca
los niveles de susceptibilidad magnética, desde 2600 años cal. BP al cambio de era.

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Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

6. Discusión En la provincia de Cádiz ocurre algo parecido


con los niveles más antiguos descritos recien-
Desde inicios del VII y la primera mitad del VI temente para la cueva de la Dehesilla (16b y
milenio BC, los cambios en los sistemas eco- 15c) que muestran intervalos de 5561-5470
nómicos y de tecnología que se producen a cal. BC y 5616-5490 cal. BC, respectivamen-
lo largo del Mediterráneo occidental estarán te (García Rivero, 2018), algo más antiguos
ligados entre otras causas a la expansión del que los de la cueva del Ocho. Sin embargo,
complejo Neolítico Impresso-cardial (Binder, el enterramiento del Locus 1 (5222–5036 cal.
2010). La convergencia de diferentes facto- BC) (Rivero et al., 2021) se sitúa cronológica-
res sociales, tecnológicos y paleoclimáticos mente en un rango muy similar a las unida-
que se generan desde el 7,3±0,2 años cal. BP des geoarqueológicas inferiores de la cueva
hacen que a partir de este momento se pue- del Ocho (UG.11 y UG.7a y 7b); mientras que
da considerar iniciado el proceso de neoliti- en el Locus 2 las dos dataciones (4840-4713
zación en el S de la península ibérica (Cortés cal. BC y 4804-4683) según Rivero y colabora-
et al., 2012). Comienza a partir de entonces dores (2020) se asemejan más a las situadas
el denominado primer Neolítico que conlleva en la parte superior (4880-4865 cal. BC de la
un proceso largo y con apreciables diferencias UG.5 y 4835-4710 cal. BC de la UG.RS2).
territoriales, que tendrá su máximo desarro-
llo durante el VI milenio BC. También se ha propuesto una cronología aná-
loga para la fase inicial de ocupación neolítica
Los datos presentados en este trabajo, refe- de la cueva del Cañaveralejo (Córdoba), asi-
rentes al análisis geoarqueológico y geocro- milada genéricamente al tránsito del VI al V
nológico, así como, el estudio de los materia- milenio, en función del análisis cerámico (Ja-
les cerámicos y el registro proporcionado por balquinto y Martín de la Cruz, 2019), si bien,
la arqueofauna en la cueva del Ocho, refuer- en esta ocasión, todos los materiales parecen
zan las cronologías y características culturales encontrarse fuera de su contexto estratigrá-
de dicho primer Neolítico del S de la penínsu- fico original debido a procesos posdeposicio-
la ibérica en la horquilla más reciente del VI nales.
milenio, o sea, en torno a ca. 5300 años cal.
BC. Los resultados cronológicos aportados Para el caso de la provincia de Huelva, concre-
coinciden con la secuencia regional obtenida tamente en la zona del Andévalo y la Sierra,
por Gavilán y colaboradores (1996) para el se ha señalado la existencia de un amplio nú-
Neolítico de la cueva de los Murciélagos en mero de yacimientos que se han adjudicado
Zuheros (Córdoba) y con la analizada, a su a los milenios VI y V (Nocete et al., 2004) y
vez, en la cueva de Santiago Chica del mismo para los que se han propuesto unos estruc-
complejo, que pusieron de manifiesto la exis- turados modelos de ocupación territorial que
tencia de horizontes culturales iniciados en el han tenido cierta acogida por parte de otros
Neolítico antiguo entre 5460 y 5190 cal. BC investigadores (Vera et al., 2009). Sin embar-
(Acosta, 1995). go, como hemos apuntado en otro trabajo
(Gavilán, 2018), de estos asentamientos no se
Dichas cronologías estarían, igualmente, en han dado a conocer los restos materiales y,
la misma línea (aunque ligeramente posterio- por tanto, no resulta posible, por el momen-
res) a las fechas del primer horizonte Neolíti- to, establecer una correspondencia con algu-
co de Nerja entre 5619-5476 cal. BC (García no de los horizontes o tradiciones neolíticas
Borja et al., 2010). Por otro lado, también los que afectaron a la región andaluza en general
podemos relacionar con la Fase IV de la cueva y al sector occidental en particular. La única
del Toro de Málaga (Martín Socas et al., 2004), excepción dentro del repertorio de yacimien-
así como, con los periodos más antiguos de la tos es La Melera, en el Andévalo, de la que sí
Peña de los Gitanos en Granada (Cámara et se han dado a conocer escasos restos líticos y
al., 2005). cerámicos, no documentándose entre los úl-

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Cuaternario y Geomorfología (2021), 35 (3-4), 87-120

timos las impresas cardiales, a las cuales, al sición del VI-V milenio BC (5200-4890 cal.
menos, no se hace referencia. BC) (Cardoso et al., 2018), en una horquilla
cronológica muy similar a la descrita para la
En el sur de Extremadura las recientes exca- cueva del Ocho. Por último, en el yacimiento
vaciones de la cueva de los Postes (Fuentes de Carrascal (Oeiras), en la Baja Extremadura
de León, Badajoz) han puesto de manifiesto portuguesa, se ha documentado una ocupa-
la existencia de escasos restos neolíticos, con ción de Neolítico antiguo cuyas fechas radi-
presencia de cerámica incisa, impresa y a la carbónicas (5370-5220 cal. BC; 5220-4990 cal.
almagra, ésta última asociada en algún ejem- BC) (Cardoso, 2011) se corresponden perfec-
plar a círculos impresos. Las dataciones, obte- tamente con la UG.11 (5360-5225 Cal BC) la
nidas sobre diente humano, se remontan al VI más antigua, y con el resto de las unidades
milenio cal. BC (Garrido et al., e.p.). geoarqueológicas de la cueva del Ocho, la
más reciente.
En la zona centro y sur de Portugal la primera
población neolítica se sitúa en torno a 7600 El amplio muestrario de cerámicas del depósi-
cal. BP, conviviendo durante siglos con los to analizado en la presente investigación con
cazadores-recolectores locales del Mesolíti- aplicación de almagra, decoración impresa
co (Bicho et al., 2017), como así lo atestigua de elementos circulares o triangulares y mo-
la existencia desde mediados del VI milenio tivos geométricos incisos y acanalados, sin
cal. BC de elementos tecnoeconómicos neo- decoración cardial, sigue los patrones que ya
líticos, como cerámicas, piedra pulida y ani- se vieran en cueva de Santiago Chica (Acos-
males domésticos, cuyo origen exógeno es ta, 1976 y 1986), y lo mismo puede decirse
comúnmente reconocido (Diniz, 2007). En de la industria lítica, incluyendo los útiles de
este sentido, el yacimiento de Cabeço da piedra pulida (azuela) y ósea. En este sentido,
Amoreira se considera como uno de los luga- observamos como la cerámica de la cueva del
res donde se puede establecer la transición Ocho comparte también muchas de las carac-
entre Mesolítico y Neolítico, presentando un terísticas de enclaves como la cueva de Nerja,
importante conjunto cerámico característico donde es importante, por un lado, la asocia-
del Neolítico antiguo (Bicho et al., 2013; Ta- ción de diferentes técnicas en un mismo vaso,
ylor et al., 2017). Según Carvalho (2011) las destacando las impresas-incisas, así como, la
producciones cerámicas de los yacimientos importancia del color rojo en la decoración,
conocidos atribuidos al primer neolítico en sobre todo, en las almagras; y, por otro, por la
Portugal se inician en la segunda mitad del ausencia de decoración cardial (García Borja
VI milenio BC, consideración ésta que se ha et al., 2011).
visto corroborada con la incorporación de los
datos de nuevos sitios como Casas Novas o Estudios realizados en varios yacimientos de
Baixa do Xerez (Carvalho, 2018). Por su parte, la costa de Málaga (Cueva de Nerja, Roca Chi-
la ocupación neolítica del yacimiento de Vale ca, Hostal Guadalupe y Bajondillo) han ensa-
Boi se inserta cronológicamente a comienzos yado muestreos por 14C/AMS en elementos
del V milenio BC, como así ponen de mani- de vida corta (restos humanos, de oveja y
fiesto tanto la cronología absoluta y la estilís- semillas) cuyos resultados inciden en la im-
tica cerámica, como las características de la portancia de sus conjuntos materiales para
industria lítica (Gibaja y Bicho, 2006). Igual- el análisis de la génesis del Neolítico en esta
mente, en el yacimiento de Valada do Mato a zona (Cortés et al., 2010). Así, en el caso de la
partir del U.E.7 las dataciones de 14C sitúan la producción cerámica, parece tomar cuerpo la
irrupción del Neolítico antiguo en la segunda existencia de ocupaciones antiguas, con ele-
mitad del VI milenio cal. BC (Diniz, 2007). Del mentos decorativos impresos, pero no ligados
mismo modo, en la zona de Lisboa las fechas al Neolítico cardial, presencia de decoración
obtenidas por radiocarbono en una muestra plástica y almagra. Sin embargo, entre las ce-
ósea de un enterramiento engloban la tran- rámicas procedentes de la cueva de La Pileta

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que, en general, presentan importantes ana- Bronce e incluso periodos posteriores (Acos-
logías tipológicas con los conjuntos neolíticos ta y Pellicer, 1990; Acosta, 1995). El Perfil A
encuadrados a partir de la segunda mitad del de cueva del Ocho, por su parte, muestra un
VIII milenio cal. BP en otras cavidades del sur yacimiento arqueológico de ocupación con-
de Iberia, existe un fragmento de cerámica tinuada de uso diverso, habitacional y, pro-
cardial (Cortés et al., 2016). bablemente también de estabulación de ga-
nado, breve e intensivo. En la formación de
A lo largo de la secuencia estratigráfica de la sus depósitos hemos visto como predomina
cueva del Ocho no se observa ninguna evo- la intervención humana, sobre todo hasta la
lución o cambio en el tipo de material cerá- Fase 4, esta situación parece ser un hecho
mico, ni en lo referente a tratamiento, ni a común en la dinámica de sedimentación de
variaciones en los motivos decorativos ni en las cuevas durante el Neolítico antiguo usadas
las formas. Dicha ausencia de cambios en las frecuentemente por las comunidades huma-
cerámicas puede estar indicando una ocupa- nas como establos, lo que constituye un gran
ción breve de la cavidad como, de hecho, pa- aporte antrópico al registro sedimentario
recen corroborar las dataciones radiocarbóni- (Bergadà et al., 2018).
cas numéricas obtenidas, que nos sitúan en el
Neolítico antiguo, fase hacia la que también En este sentido, son numerosos los estudios
apunta la presencia de pasta blanca rellenan- que constatan la utilización de cuevas des-
do algunos motivos decorativos (García Borja de el Neolítico como corrales para el gana-
et al., 2010). do (Bergadà et al., 2005; Bordas, 2005; Polo
y Fernández, 2008; Bernabeu y Fumanal,
En cualquier caso, la ocupación de la Cueva 2009), en los que era frecuente la quema de
del Ocho representaría un Neolítico antiguo los excrementos en la propia área de acumu-
bien documentado en los conjuntos serra- lación, dando como resultado la formación de
nos del interior de Andalucía (Gavilán et al., los llamados niveles de corral o fumiers, ca-
2010), aunque sin la profusión de motivos de- racterizados por incluir una sucesión de capas
corativos que ofrecen otros yacimientos y sin de cenizas, carbones y sedimentos rubefacta-
la abundancia de asociaciones decorativas, dos, dispuestos de manera muy anárquica y
que resulta ajeno al horizonte impreso cardial formando, a veces acúmulos aislados del en-
y que tampoco presenta las cerámicas carac- torno (Fernández Eraso, 2007).
terísticas del horizonte impresso. En este sen-
tido, recientemente se ha documentado en la En la estratigrafía analizada en esta investi-
cueva de la Dehesilla una fase inicial, anterior gación, las UG con restos de fuego (UG.4 a
a dicho Neolítico antiguo andaluz, que con- UG.6) aparecen fuertemente inclinadas hacia
tiene cerámicas decoradas con paralelos esti- la zona deprimida del centro del perfil, lo que
lísticos en el horizonte impresso de tradición indicaría que se trata de aportaciones secun-
mediterránea de mediados del VI milenio cal. darias, resultado de labores de limpieza o
BC (Taylor y García-Rivero, 2020). saneamiento, más que de una deposición in
situ. En cualquier caso, la presencia de este
A nivel de secuencia geoarqueológica, el Perfil tipo de depósitos atestiguaría la existencia de
analizado proporciona como novedad la bre- esa actividad de estabulado en las proximida-
vedad de la ocupación y su intensidad, frente des del corte analizado. En su desarrollo estra-
a los clásicos yacimientos arqueológicos de tigráfico los fumiers presentan una alternacia
la época como Santiago Chica, cueva de los de capas caracterizándose, las que se sitúan
Murciélagos, Carigüela, Nerja, Dehesilla o intercaladas entre fuegos, por una mayor
Parralejo donde, todos ellos, suelen tener un abundancia de material arqueológico relacio-
largo proceso temporal que, arrancando del nado con la ocupación doméstica, siendo, por
Neolítico antiguo abarcan todas las etapas de el contrario, las otras más pobres (Goldberg y
este periodo, y siguen durante el Calcolítico, Macphail, 2006). En nuestro caso es evidente

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esta diferencia, pues en las capas relaciona- ma línea, durante la ocupación de Neolítico
das con niveles de combustión (UG.4) y, sobre antiguo (2ª mitad del VI milenio cal. BC) en
todo, UG.6, el material extraído es bastante el yacimiento portugués de Carrascal se docu-
menor que en la capa intermedia (UG.5). menta una gama diversificada de actividades
de subsistencia donde destacaba la ganade-
El carácter ocupacional intensivo y progresi- ría, mientras que la caza sería una actividad
vo viene reflejado en el registro sedimenta- secundaria. Se constata una abundancia de
rio por los altos valores de fósforo, materia caprinos, especialmente oveja, así como de
orgánica, susceptibilidad magnética y carbo- porcino, situándose el vacuno en tercera po-
natos. En algunos niveles relacionados con sición (Cardoso y Valente, 2021).
incendios y limpieza de rediles, como ocurre
en la UG.6, se constata que la densidad del Esta situación particular de algunos yacimien-
depósito favorecería que los bicarbonatos di- tos como la cueva del Ocho, en la que los re-
sueltos por la naturaleza calcárea de la roca cursos procedentes de la ganadería suponen
al depositarse en este tipo de capas se endu- una parte fundamental del sostenimiento de
recieran de forma acusada, tal y como se ha las sociedades, puede relacionarse con la es-
documentado en el redil calcolítico de Los Hu- tabilización y consolidación de la economía
sos I (Fernández Eraso, 2002). Igualmente, el agropecuaria hacia el cambio del milenio
contenido de estos niveles en fósforo (53,94 (5000 cal. BC), como respuesta a los cambios
mg/100g en UG.6) y materia orgánica (8,05% medioambientales anteriormente referidos,
en UG.4) cumple con los caracteres propios que en esos momentos presentan un clima
de este tipo de depósitos (Angelucci et al., más seco, cálido y estable en el interior pe-
2009). ninsular (Sanz, 2015).

El posible uso de la cueva del Ocho como lu- Por su parte, la brevedad de la ocupación re-
gar de estabulación de ganado durante cierto gistrada en el perfil analizado se sustenta, así
tiempo concuerda con la importancia que los mismo, en la horquilla cronológica obtenida
restos de la fauna doméstica (>50%) alcanzan entre 5360-5225 cal. BC y 5000-4840 cal. BC
a lo largo de su estratigrafía, destacando que en el Perfil y 4835-4710 cal. BC en la Rampa,
el 68% de los ovicaprinos se localizan en las lo que indica una presencia antrópica duran-
UG superiores (UG.5 a UG.1). En lugares re- te un corto periodo de algo más de unos 500
lativamente cercanos como la cueva de los años. La finalización de la secuencia y el aban-
Mármoles (Priego de Córdoba) el análisis del dono del yacimiento es abrupto quedando
registro óseo indica una situación parecida este sellado por una costra calcárea de edad
en la que la mayor parte de los restos encon- posterior fechada en torno al cambio de era.
trados pertenecen a ovicaprinos (Asquerino,
2008). Además, al igual que en la cueva del
Ocho, también se hallan presentes, aunque 7. Conclusiones
en menor proporción, los suidos, cérvidos y
bóvidos. Desde un punto de vista general se puede
afirmar que el depósito analizado en cueva
En la cueva de la Dehesilla, a partir del Neolíti- del Ocho constituye, junto al de su vecina
co antiguo B se observa un incremento de un- cueva de Santiago Chica, el ejemplo más an-
gulados, especialmente de suidos y caprinos, tiguo de ocupación neolítica de los estudia-
y se documentan por primera vez bovinos y dos hasta la fecha en cavidades en el entorno
ciervos, con una cada vez mayor importancia de Sierra Morena. Las cronologías obtenidas,
de las especies domésticas que reflejarían que son compatibles con las registradas en
una economía fundamentalmente basada en otros muchos yacimientos en cuevas como
rebaños de caprinos y, posiblemente, de sui- se ha visto en la discusión, sitúan su origen al
dos (García-Rivero et al., 2019). En esta mis- comienzo de la segunda mitad del VI milenio

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BC, culturalmente asimilable a un Neolítico mente, por una costra calcárea que termina
antiguo genérico. de conformarse en torno al cambio de era.

Tecnológicamente este Neolítico se caracteriza


por cerámicas de buena calidad con decora- Agradecimientos
ción a la almagra, impresa e incisa, con moti-
vos repetitivos, así como ausencia de la cardial. Proyecto de Investigación HAR 2011-23978
La escasa presencia de útiles líticos tallados no (Mineco) y Proyecto de Investigación CAREQ
impide reconocer las características tecnoti- (Consejería de Cultura de la Junta de Anda-
pológicas de la serie, totalmente compatibles lucía). Grupo de Investigación PAIDI RNM
con los conjuntos de dicho Neolítico antiguo. Y 273-Cuaternario y Geomorfología. Sociedad
lo mismo se podría decir de la colección de las Espeleológica Geos. Excmo. Ayuntamiento de
herramientas propias de trabajos relacionados Cazalla de la Sierra. A Pepe Molina, propiedad
con la molturación, machacado y percusión en de la Finca Los Llanos de Santiago y a Salvador
general, muchos de los cuales presentan res- Rosas.
tos de pigmentación de color rojo en una o va-
rias de sus caras.
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temporal. La finalización de la secuencia es (1-2): 13-22.
abrupta produciéndose el abandono del yaci- Barone, R. (1976). Anatomie Comparée des Mam-
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