El Parto
El Parto
El Parto
En el parto natural, el bebé nace cruzando por la vagina de la madre, con la asistencia de poca
o ninguna tecnología y sin la ayuda de fármacos.3 En la mayoría de los centros asistenciales el
parto vaginal ocurre en una posición ginecológica, con la gestante en posición decúbito dorsal,
es decir, acostada sobre su espalda y sus pies sostenidos a la altura de los glúteos con el
objetivo de favorecer la comodidad del personal médico.
Ocasionalmente el parto vaginal debe verse asistido con instrumentos especiales, como el
vacuum (ventosa) o el fórceps (pinza obstétrica), que prensan la cabeza del feto con la
finalidad de asirlo y tirar de él fuera del canal de parto. Se indica con poca frecuencia en ciertos
partos difíciles.
Parto abdominal
Cerca del 20% de los partos en países desarrollados como los Estados Unidos, se realizan
quirúrgicamente mediante una operación abdominal llamada cesárea.5 No todas las cesáreas
son por indicación médica en casos de partos de alto riesgo, un porcentaje de ellos son
electivos, cuando la madre elige por preferencia que su bebé no nazca vaginal.
Se espera que el parto de una mujer ocurra entre las semanas 37 y 42 completas desde la
fecha de la última menstruación.
Aunque no existen evidencias científicas que lo apoyen, es frecuente oír que las madres
sienten una urgencia de «limpiar el nido», poco antes del franco trabajo de parto, o dar los
últimos toques al cuarto del bebé, afirmando hasta levantarse de madrugada con tales faenas
Se desconocen cuáles son las causas que precipitan el parto, pero se cree que determinadas
sustancias producidas por la placenta, la madre o el feto, y de factores mecánicos como el
tamaño del bebé y su efecto sobre el músculo uterino contribuyen al parto. Por lo tanto los
efectos coordinados de todos estos factores son probablemente la causa de la aparición del
trabajo del parto.
Se habla de inicio del parto cuando se conjugan varias situaciones como son las contracciones
uterinas, el borramiento (o acortamiento de la longitud del cervix) y la dilatación del cuello
uterino. La fase activa del parto suele iniciarse a partir de los 4 cm de dilatación del cuello
uterino.
Es un periodo excluido del trabajo del parto el cual no tiene un inicio definido, comienza con la
aparición progresiva de un conjunto de síntomas y signos que le servirán a la madre para darse
cuenta que se aproxima el momento del parto, aunque no siempre en forma inmediata. Este
periodo puede durar hasta dos semanas y finaliza con la dilatación del útero. No todas las
embarazadas perciben que están pasando por la etapa del preparto, por tanto, comienzan
directamente con las contracciones rítmicas características del trabajo de parto. Durante este
periodo se produce un incremento progresivo de la frecuencia e intensidad de las
contracciones, se expulsa a veces el tapón mucoso y se incrementan las molestias a nivel de la
pelvis.8
El primer período del trabajo de parto tiene como finalidad dilatar el cuello uterino.7 Se
produce cuando las contracciones uterinas empiezan a aparecer con mayor frecuencia,
aproximadamente cada 3 - 15 minutos, con una duración de 30 s o más cada una y de una
intensidad creciente.6 Las contracciones son cada vez más frecuentes y más intensas, hasta
una cada dos minutos y producen el borramiento o adelgazamiento y la dilatación del cuello
del útero, lo que permite denominar a este período como período de dilatación. La duración
de este periodo es variable según si la mujer ha tenido trabajos de parto anteriores (en el caso
de las primerizas hasta 18 horas) y se divide en: fase latente, fase activa y fase de
desaceleración. La etapa termina con la dilatación completa (10 centímetros) y borramiento
del cuello uterino. Usualmente entre la dilatación completa y la fase de nacimiento se da un
corto periodo de latencia en el que las contracciones desaparecen por completo.
También llamada período expulsivo o período de pujar y termina con el nacimiento del bebé.
Es el paso del recién nacido a través del canal del parto, desde el útero hasta el exterior,
gracias a las contracciones involuntarias uterinas y a poderosas contracciones abdominales o
pujos maternos. En el período expulsivo o segundo período distinguimos dos fases: la fase
temprana no expulsiva, en la que la dilatación es completa, y no existe deseo de pujar ya que
la presentación fetal no ha descendido y la fase avanzada expulsiva, en la que al llegar la parte
fetal al suelo de la pelvis, se produce deseo de pujo materno. Es deseable no forzar los pujos
hasta que la madre sienta esta sensación, para no interferir con el normal desarrollo del parto.
Para muchos autores en el alumbramiento termina el período del parto, pero otros consideran
un cuarto periodo que sería el de recuperación inmediata y que finaliza dos horas después del
alumbramiento. En este período denominado "puerperio inmediato", la madre y el niño deben
estar juntos para favorecer el inicio de la lactancia, la seguridad del niño y su tranquilidad. En
este sentido, se emplea el concepto "alojamiento conjunto" para designar la permanencia del
bebé en el mismo cuarto que su progenitora, mientras se encuentran en el hospital o lugar del
alumbramiento.11 Para favorecer ese "alojamiento conjunto" e instaurar una lactancia exitosa
es de vital importancia el descanso y la tranquilidad de la madre y el recién nacido, por lo que
se deberían reducir en número y duración las visitas por parte del entorno durante los
primeros días.