Corrosión

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Corrosión

La corrosión es definida como el deterioro de un material a consecuencia de un ataque electroquímico por su


entorno. Siempre que la corrosión esté originada por una reacción electroquímica (oxidación), la velocidad a la
que tiene lugar dependerá en alguna medida de la temperatura, la salinidad del fluido en contacto con el metal
y las propiedades de los metales en cuestión. Otros materiales no metálicos también sufren corrosión
mediante otros mecanismos.

La corrosión puede ser mediante una reacción química (oxidorreducción) en la que intervienen dos factores:

 la pieza manufacturada
 el ambiente

O por medio de una reacción electroquímica

Los más conocidos son las alteraciones químicas de los metales a causa del aire, como
la herrumbre del hierro y el acero o la formación de pátina verde en el cobre y sus aleaciones (bronce, latón).

Sin embargo, la corrosión es un fenómeno mucho más amplio que afecta a todos
los materiales (metales, cerámicas, polímeros, etc.) y todos los ambientes (medios acuosos, atmósfera, alta
temperatura, etc.).

Es un problema industrial importante, pues puede causar accidentes (ruptura de una pieza) y, además,
representa un costo importante, ya que se calcula que cada pocos segundos se disuelve 5 toneladas de acero
en el mundo, procedentes de unos cuantos nanómetros o picómetros, invisibles en cada pieza pero que,
multiplicados por la cantidad de acero que existe en el mundo, constituyen una cantidad importante. La
corrosión es un campo de las ciencias de materiales que invoca a la vez nociones de química y de física
(físico-química). Definiciones básicas
La corrosión es, principalmente, un fenómeno electroquímico. Una corriente de electrones se establece
cuando existe una diferencia de potenciales entre un punto y otro. Cuando desde una especie química cede y
migran electrones hacia otra especie, se dice que la especie que los emite se comporta como un ánodo y se
verifica la oxidación, y aquella que los recibe se comporta como un cátodo y en ella se verifica la reducción.

Para que esto ocurra entre las especies debe existir un diferencial electroquímico, si separamos una especie y
su semireacción se le denominará semipar electroquímico, si juntamos ambos semipares se formará un par
electroquímico. Cada semipar está asociado a un potencial de reducción (antiguamente se manejaba el
concepto de potencial de oxidación). Aquel metal o especie química que exhiba un potencial de reducción
más positivo procederá como una reducción y viceversa, aquel que exhiba un potencial de reducción más
negativo procederá como una oxidación.

Para que haya corrosión electroquímica además del ánodo y el cátodo debe haber un electrólito (por esta
razón también se suele llamar corrosión húmeda), la transmisión de cargas eléctricas es por electrones del
ánodo al cátodo (por medio del metal) y por iones en el electrólito.

Este par de metales constituye la llamada pila galvánica, en donde la especie que se oxida (ánodo) cede sus
electrones y la especie que se reduce (cátodo) acepta electrones. Al formarse la pila galvánica el cátodo se
polariza negativamente mientras el ánodo se polariza positivamente.

En un medio acuoso, la oxidación del medio se verifica mediante un electrodo especial llamado Electrodo
ORP que mide en milivoltios la conductancia del medio.

La corrosión metálica química es por ataque directo del medio agresivo al metal, oxidándolo y el intercambio
de electrones se produce si n necesidad de la formación del par galvánico

Aproximación a la corrosión de los metales

La corrosión de los metales es un fenómeno natural que ocurre debido a la inestabilidad termodinámica de la
mayoría de los metales. En efecto, salvo raras excepciones (el oro, el hierro de origen meteorítico) los metales
están presentes en la Tierra en forma de óxido, en los minerales (como la bauxita si es aluminio, la hematita si
es hierro...). Desde la prehistoria, toda la metalurgia ha consistido en reducir los óxidos en bajos hornos, luego
en altos hornos, para fabricar el metal. La corrosión, de hecho, es el regreso del metal a su estado natural, el
óxido.

A menudo se habla del acero inoxidable; el término es impropio por dos razones:

 este tipo de acero contiene elementos de aleación (cromo, níquel) que se oxidan; a esta capa de
óxido se debe la protección del acero;
 no está protegido más que en ciertos tipos de ambiente, y se corroerá en ambientes distintos.

Existen múltiples variedades de aceros llamados "inoxidables", que llevan nombres como "304", "304L",
"316N", etc. correspondientes a distintas composiciones y tratamientos. Cada acero corresponde a ciertos
tipos de ambiente; su uso en ambientes distintos será catastrófico.

Además, el material del que está hecha la pieza no es el único parámetro. La forma de la pieza y los
tratamientos a los que se la somete (conformación, soldadura, atornillado) tienen un papel primordial. Así, un
montaje de dos metales diferentes (por ejemplo, dos variedades de acero, o el mismo acero con tratamientos
diferentes)puede dar pie a una corrosión acelerada; además, a menudo se ven trazas de herrumbre en las
tuercas. Asimismo, si la pieza presenta un intersticio (por ejemplo, entre dos placas), ahí puede formarse un
medio confinado que evolucionará de un modo diferente del resto de la pieza y, por lo tanto, podrá llegar a
una corrosión local acelerada. De hecho, toda heterogeneidad puede desembocar en una corrosión local
acelerada, como, por ejemplo, en los cordones de soldadura o en la mano al ser salpicada por un ácido.

Protección contra la corrosión


La corrosión es, pues, un fenómeno que depende del material utilizado, de la concepción de la pieza (forma,
tratamiento, montaje) y del ambiente. Se puede influir entonces en estos tres parámetros; se puede influir
también en la reacción química misma.

Elección del material


La primera idea es escoger todo un material que no se corroa en el ambiente considerado. Se pueden utilizar
aceros inoxidables, aluminios, cerámicas, polímeros (plásticos), etc. La elección también debe tomar en
cuenta las restricciones de la aplicación (masa de la pieza, resistencia a la deformación, al calor, capacidad de
conducir la electricidad, etc.).

Cabe recordar que no existen materiales absolutamente inoxidables; hasta el aluminio se puede corroer.

Concepción de la pieza

En la concepción, hay que evitar las zonas de confinamiento, los contactos entre materiales diferentes y las
heterogeneidades en general.

Hay que prever también la importancia de la corrosión y el tiempo en el que habrá que cambiar la pieza
(mantenimiento preventivo).

Dominio del ambiente

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