Mecanismos de Defensa

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¿qué son los mecanismos de defensa del yo?

Son estrategias psicológicas inconscientes puestas en juego por diversas


entidades para hacer frente a la realidad y mantener la autoimagen.

Las personas sanas normalmente utilizan diferentes defensas a lo largo de la vida. Un mecanismo de
defensa del yo deviene patológico solo cuando su uso persistente conduce a un comportamiento
inadaptado tal que la salud física y/o mental del individuo se ve afectada desfavorablemente.

El propósito de los mecanismos es proteger la mente/sí mismo/yo de la ansiedad o sanciones sociales


y/o para proporcionar un refugio frente a una situación a la que uno no puede hacer frente por el
momento.

Los mecanismos de defensa son referidos con mayor exactitud como mecanismos de defensa del yo, y
así pueden ser categorizados aconteciendo cuando los impulsos del ello están en conflicto unos con
otros, cuando los impulsos del ello entran en conflicto con los valores y creencias del superyó, y
cuando una amenaza externa es planteada al yo.

Los mecanismos son numerosos, pero los más usados por las personas habitualmente para vencer,
evitar, circundar, escapar, o ignorar las frustraciones y amenazas son los siguientes:
Represión
Los impulsos inaceptables o desagradables son contenidos en el inconsciente.

Impide que se hagan conscientes las fantasías y representaciones.

Evita la angustia

Contribuyen a que el individuo se adapte a las normas sociales.

Se eliminan los motivos que no quieren ser reconocidos que producen angustia y dolor.
un hombre o una mujer es incapaz de recordar que fue abusado/a. Un ejemplo de represión como
mecanismos de defensa, sería el que ocurre cuando el aburrimiento nos hace sentir mal y de alguna manera lo
cubrimos comiendo, haciendo alguna actividad placentera, ver series, étc.
Por ejemplo, si un niño vive durante su infancia una experiencia sumamente dolorosa, la
represión puede encargarse de mantener el recuerdo oculto en su inconsciente, de forma que
pueda olvidarlo cuando crezca.

regresión
Las personas se comportan como si estuvieran en una etapa anterior de desarrollo siendo la infancia el
momento habitualmente escogido.
Se ha tratado de dar explicación de muchas maneras a este suceso, y algunas explicaciones propuestas
consisten en que es una forma de la mente de retrotraerse a momentos anteriores de su existencia, donde se
sentía segura o no tenía que cargar con alguna responsabilidad.
Por ejemplo, un adulto que para lograr enfrentar su divorcio comienza a seguir patrones de
conducta de un adolescente al comportarse de forma inmadura o salir de fiesta.
Es complicado encontrar ejemplos de regresión psicológica en la vida cotidiana. Una manera sana y normal de
regresión, puede ocurrir cuando jugamos a algún juego o deporte que practicábamos de pequeños o
adolescentes.

desplazamiento
La expresión de un sentimiento o pensamiento indeseable hacia una persona poderosa y amenazadora
es dirigido a otra persona más débil. Es el proceso mediante el cual la mente inconsciente se
encarga de desplazar emociones negativas hacia otra situación, objeto o persona. Por
ejemplo, un niño que sufre de bullying y comienza a hacerle bullying a otros niños. Por
ejemplo, tengo sentimientos de odio hacia mi vecino, pero como no los puedo aceptar o no me
atrevo a enfrentarme a el, desplazo el sentimiento hacia su perro al cual maltrato.

Racionalización
Una distorsión de la realidad en donde una persona justifica inconscientemente lo que le sucede.
Consiste en seleccionar racional y conscientemente aquellos motivos que nos parezcan más
razonables para explicar o justificar cierta conducta cuya base es un sentimiento cuyo
reconocimiento sería inaceptable o vergonzoso.
Se justifican y se estructuran ciertas conductas por medio de elaborar explicaciones racionales
que evitan enfrentarse al verdadero motivo por el cual se guía la conducta en cuestión.
Predomina lo racional allá donde lo emocional debería estar imperante. Se desarrolla una
explicación coherente para la conducta que ya se ha efectuado y cuyo motivo se encuentra
oculto para la consciencia.

Por ejemplo, un ladrón que justifica sus robos con argumentos racionales que justifican la
acción. Por ejemplo, si una entrevista de trabajo fue mal, podemos mentirnos diciéndonos
que en realidad no queríamos ese empleo. No reconocer limitaciones.

Negación
Rehúsa aceptar o reconocer información que produce ansiedad. Es la tendencia a no percibir los
sucesos y sensaciones dolorosas o displacenteros.
Consiste en rechazar una parte de la realidad exterior que resulta amenazante o indeseada para el
sujeto.
Reacción o respuesta defensiva ante la información mediante la crítica, manipulación o tergiversar de
los datos.
Auto-convencimiento de que lo deseado no merece la pena, que realmente no tiene valor para
nosotros/as. Nos da igual.
Afirmar ideas contrarias a lo que sentimos. Es decir, rechazamos nuestras emociones (como el odio, la
ira…).
Evasión de la realidad escondiendo la cabeza como un avestruz. Por ejemplo, olvidando hechos, datos e
información. Diciendo también que eso jamás lo hemos dicho o que nunca nos pasó.
Autoprotección de realidades traumáticas o desagradables y de aspectos dolorosos de nuestra vida
como si no hubieran ocurrido.
Un tipo de negación clásica, es la respuesta que podemos tener cuando se nos comunica una mala noticia,
como puede ser haber contraído alguna enfermedad grave. Sucede, por ejemplo, cuando fallece un
familiar querido y una persona se niega aceptar su muerte, y sigue preparándole la comida,
lavándole la ropa, arreglándole el cuarto, etc.
proyección
Atribuir impulsos y sentimientos indeseables propios hacia otra persona. Una percepción alterada de la
realidad.
Reacciones agresivas, criticas excesivas, culpabilizaciones…
Resistencia a reconocer nuestra responsabilidad.
Culpabilizar a los/as demás de los aspectos que negamos o rechazamos de nosotros/as mismos/as.

Formación reactiva
Prevenir que un pensamiento doloroso o controvertido emerja. El pensamiento es sustituido
inmediatamente por uno agradable. Consiste en el desarrollo de actitudes o conductas totalmente
opuestos a aquellos que se reprimen por considerarlos inaceptables. Aparece una conducta
contraria al deseo reprimido
Ejemplo; una persona que tiene grandes impulsos sexuales, pero no los acepta. Entonces los
quita de la conciencia, los controla adoptando una conducta opuesta. Por ejemplo, aparece una
conducta puritana y represiva. Ejemplo: en vez de contarle a tu pareja que has hecho algo malo para
la relación, la colmas de sorpresas y regalos con tal de no afrontar la realidad.

Represión

Regresión

Desplazamiento

Racionalización

Negación

Proyección

Formación reactiva

Identificación
Es el mecanismo basado en la asimilación de las características de los demás, que
se convierten en modelos para el individuo. Este mecanismo es la base de la
constitución de la personalidad humana. Como ejemplo podemos citar el momento
en que los niños asimilan las características de los padres para luego diferenciarse.
Este momento es importante y tiene valor cognitivo ya que permite la construcción
de una base donde la diferenciación puede o no ocurrir.

En otros términos, la identificación se refiere a la operación inconsciente y alienante del Yo.


En ella, asumimos una identidad proveniente del semejante -pero atravesada por el Otro (el
lugar simbólico)- para tomarla como propia en una vía de reconocimiento especular con el
otro. Siguiendo a Szpilka: “Es humano desear lo que desean los otros, porque lo desean, por
lo cual la historia humana termina siendo la historia de los deseos deseados”

Por su parte, la identificación es un mecanismo importante para el despliegue de la clínica


psicoanalítica, porque un sujeto puede tomar, asumir y representar mediante síntomas
histéricos  (mensajes cifrados dirigidos al Otro) una imagen de un objeto amado u odiado
que padece el mismo síntoma. Es decir, la identificación es una sustitución de sí mismo por
otro, y por ello opera como metáfora.

Es la base de la que parte el conocido Síndrome de Estocolmo. Las personas tratan de


reducir la ansiedad que sienten identificándose con el agresor. Consiste en la idea
de justificar los actos de la otra persona para evitar el sufrimiento de pensar el daño
que están haciendo.

Adoptar las características de alguien a quien damos cualidades ideales para


aliviar nuestras frustraciones internas o evitar sentirnos incompetentes. Por
ejemplo, podemos imitar la forma de vestir de un actor, la manera de hablar de
una deportista, también podemos reapropiarnos de los valores e ideales de una
institución, club, partido político, fundación, religión…

Se trata de una imitación inconsciente para aumentar nuestra sensación de valor a


través de la identificación de personas importantes o instituciones con buena
reputación.

Este mecanismo de defensa genera:


•Identificaciones con profesiones, titulaciones, personas y organizaciones
influyentes para compensar nuestros sentimientos de inferioridad.

•Aceptar y adoptar la opinión de otra persona y también su conducta porque


nos sentimos inferiores o no queremos enfrentarnos a ella.

•Adoptar e imitar aquellas conductas y actitudes que hemos visto en


nuestros padres.

•Identificarnos con un ideal que poco tiene que ver con nosotros/as en


realidad, para así compensar nuestra poca autoestima. Generaremos entonces
una imagen falsa de uno/a mismo/a.

Vuelta contra sí mismo

El sujeto redirige aquellas emociones las cuales estaban destinadas hacia otro sobre su propia persona.
No es del agrado de nadie darse cuenta de que no se puede contar con alguien, por lo que, en vez de
sentir rabia hacia ella, el sujeto que emplea este mecanismo desarrollará este sentimiento hacia él.
Este mecanismo es una agresión contra uno mismo, por ejemplo cuando te encuentras deprimido
tienes sentimientos de culpa o de inferioridad, y es en este caso cuando se viven sentimientos de
irritabilidad.
Este mecanismo es utilizado prácticamente con desahogo de las molestias que aquejan al sujeto.
Volver hacia el propio self la agresividad que estuvo dirigida primitivamente hacia un objeto externo.
Usualmente se usa cuando nos referimos a la rabia, irritabilidad y la agresión, más que a impulsos más
positivos. Constituye la explicación freudiana para muchos de nuestros sentimientos de inferioridad,
culpa y depresión. Esta agresividad hacia nosotros mismos, produce sentimientos de culpa o sabotajes
inconscientes como cometer errores, autolesiones, etc. Por ejemplo una hija que quiere agredir a su
madre y almacena sentimientos de odio hacia ella y como esta acción no esta bien vista la reprime y
termina autolesionandose repetidamente como una forma de canalizar esa agresividad reprimida.

Introyección
Consiste en la atribución a uno mismo de características de los otros, sin ser elaboradas ni ajustadas al
self. es lo contrario a la proyección descrita anteriormente. La Introyección comprende la adquisición o
atribución de características de otra persona como si fueran de uno, probablemente sea porque resuelve
algunas dificultades emocionales en mi propio self. Por ejemplo, fallece el padre de una persona, y a
partir de ese momento se comienza a parecerse más a él, a actuar igual que lo hacía su padre, vestir la
misma ropa.
Por ejemplo, si se le deja solo a un niño con mucha frecuencia, él intenta convertirse en “papá” de

manera de disminuir sus temores. En ocasiones les vemos jugando a con sus muñecos diciéndoles que

no deben tener miedo. También podemos observar cómo los chicos mayores y adolescentes adoran a

sus ídolos musicales, pretendiendo ser como ellos para lograr establecer una identidad.

Aislamiento

Mecanismo de defensa, típico de la neurosis obsesiva. Un hecho, una idea, una impresión, intolerado

por el sujeto, es sacado de su contexto. Durante esa pausa, en esa tierra de nadie, “ya nada tiene

derecho a producirse, nada se percibe, ninguna acción se realiza”. Freud compara este mecanismo con

el proceso normal de concentración, en que el sujeto se esfuerza en que su pensamiento no se desvíe.

El Aislamiento consiste en separar la emoción (o el afecto) de un recuerdo doloroso o de un impulso

amenazante. La persona puede reconocer, de forma muy sutil, que ha sido abusada de pequeña, o puede

demostrar una curiosidad intelectual sobre su orientación sexual recién descubierta. Algo que debe

considerarse como importante, sencillamente se trata como si no lo fuera.

Se separa una representación molesta de su afecto, permaneciendo a nivel consciente pero privada de

toda conexión asociativa. Se activa cuando la represión no es suficiente. Este mecanismo puede

resultar muy útiles para aquellas personas cuyas profesiones no pueden verse afectadas

por sus emociones, como en el caso de los médicos, jueces, militares. El aislamiento
podría confundirse con la disociación, pero la diferencia radica en el hecho de que en el

aislamiento solamente se aparta de la consciencia la carga emocional, pero se es consciente

del hecho concomitante. El abuso del aislamiento puede producir una personalidad fría,

totalmente racional y casi anestesiada sentimentalmente.

Racionalización

La racionalización en este caso la meta es tratar de neutralizar el dolor traspasando la emoción a la cabeza y

logicalizando el asunto. Mediante el mecanismo de la racionalización el sujeto es capaz de

aceptar situaciones traumáticas, buscando razones que minimicen el daño ocasionado. Al no


conseguir algo deseado, puede decirse a sí mismo, que realmente no era tan necesario. Si

sucede algo malo, puede argumentar, que al fin y al cabo no era tan malo como parecía.

Otro ejemplo sería, minimizar el dolor por la muerte de un ser querido, argumentando que

se ha ahorrado muchos dolores y sufrimientos si la enfermedad se hubiese alargado. Un caso


de racionalización como mecanismo de defensa, es lo que hacemos cuando tratamos de justificar una acción

inapropiada.

Utilizamos argumentos que entendemos como “lógicos” y “racionales” para

explicar conflictos, fracasos, errores y de esta manera intentamos liberarnos de

nuestra responsabilidad o de la angustia / sufrimiento que nos supone una

determinada situación.

Justificación de una conducta o sentimiento inaceptable a través de razones falsas,


pero creíbles. Es decir, buscamos o inventamos justificaciones incorrectas para
tranquilizarnos ante nuestros deseos y conductas, para así no cuestionar las
motivaciones que nos han llevado a ello.

Aquí tienes algunos ejemplos:

•Personas que justifican la violencia con estudios científicos donde se


demuestra que el ser humano es violento.

•Actualmente utilizamos los modelos de salud para justificar nuestros


prejuicios hacia personas que no cumplen la “norma”. Por ejemplo, mi
prejuicio hacia la gordura lo justifico a través de preocupación por la salud.

•Un hombre que es rechazado por una mujer y dice que realmente no


merecía la pena porque era…
•Mi fracaso es culpa del jefe que no me indicó correctamente lo que tenía
que hacer.

Intelectualización

Para controlar y mantener a raya los conflictos y emociones, el individuo le da una formulación
discursiva. Se aísla la emoción producida por un hecho doloroso, se le despoja la implicación personal

y se le da una explicación racional. la persona sí que reconoce la existencia de un afecto

hacia ese hecho, pero no es capaz de sentirlo. Se podría decir que la persona reconoce
teóricamente el afecto, pero no le es posible expresarlo en sí mismo. Es decir, se trata
la situación de forma cognitiva y no se conecta con el plano emocional. P. e. Supongamos
que Pedro ha sido criado por un padre estricto y rigido, y se siente herido y enojado por ello. Aunque
Pedro puede tener intensos sentimientos de odio hacia su padre, cuando habla de su infancia, Pedro
podría decir: «Sí, mi padre era una persona bastante firme, supongo que tengo sentimientos de antipatía
hacia él, incluso ahora». Pedro intelectualiza, elige palabras racionales y emocionalmente frías para
describir las experiencias que suelen ser emocionales y muy dolorosas. Este es un mecanismo de
disociación afectiva.

Sublimación

La sublimación es para Freud el mecanismo de defensa más evolucionado y civilizado.

Desde el punto de  vista psicosexual es el último en aparecer y no necesariamente

aparece en todos los sujetos. Se da en la adolescencia avanzada o en la adultez.

Bajo este mecanismo se desvía y se canaliza toda la energía pulsional, sexual hacia otra

vía no sexualizada en otro lugar, en situaciones valoradas no sólo por el sujeto sino

también por la comunidad, por ejemplo valores artísticos. En otras palabras, los


impulsos o las ideas socialmente inaceptables se transforman inconscientemente en

acciones o comportamientos socialmente aceptables, se necesita un modelo para

poder sublimar.

Transformación de deseos inconfesables, agresivos y/o prohibidos en intereses

y actividades socialmente aceptadas. Es decir, te hablo de reorientar los

sentimientos que reprimimos hacia actividades o canales donde buscamos el

reconocimiento social.

Algunos ejemplos:

•Sublimamos un sentimiento que consideramos inaceptable a través de


la creación artística. Transformamos la energía de ese sentimiento en una
actividad creativa como la pintura, escultura, literatura…

•Ante una sexualidad frustrada o dificultades de pareja


realizamos actividades sustitutivas como ponernos arreglar el motor de un
coche, hacer un puzle de 3000 piezas o participa en actividades solidarias.

Ante curiosidades y deseos de explorar aquello que es tachable y cuestionado por

la sociedad lo sublimamos a través de un afán de saber.

•Ante la dominación o represión de afectos y deseos ponemos nuestra energía


en metas intelectuales, académicas, científicas, sociales, religiosas…

•Siento que he sido desvalorado/a o tratado/a injustamente por un profesor y


me hago presidente/a de una asociación de estudiante para criticar y combatir
las injusticias del sistema educativo.
Podemos decir que ante un impulso que consideramos potencialmente peligroso /
agresivo / inaceptable… lo transformamos en una conducta aceptada socialmente.

La sublimación es en parte responsable de los avances científicos, la conquista


de derechos sociales, el progreso de la humanidad, de las obras de arte…

Supresión
Mecanismo de defensa por el que el individuo se enfrenta a conflictos emocionales y a amenazas de

origen interno o externo, evitando, intencionadamente, pensar en problemas, deseos, sentimientos o

experiencias que le producen malestar.

Se enmarca en un nivel de defensa adaptativo elevado, ya que da lugar a una óptima adaptación en el
manejo de los acontecimientos estresantes, maximiza la gratificación, permite tener conciencia de los
sentimientos, las ideas y sus consecuencias, y promueve un buen equilibrio entre las opciones conflictivas.

¿Qué es la supresión en el psicoanálisis?

Dentro del psicoanálisis se entiende por supresión al  mecanismo de defensa que el individuo utiliza
cuando trata de mantener alejado de la conciencia un recuerdo, emoción o pensamiento  que le
causa ansiedad. La persona, al ver que no es capaz de olvidar de forma pasiva la información que le
está causando malestar, trata de forma consciente y voluntaria mantener escondido en lo más profundo
de su mente ese recuerdo.

Sin embargo, y volviendo al psicoanálisis, cabe decir que  este proceso no siempre es beneficioso

para la salud mental . Esto es así si está intentando alejar de su consciencia algo a lo que debería

enfrentarse.

El acto de suprimir implica que se mantenga los pensamientos no deseados fuera de nuestro campo de

la consciencia, y es un proceso muy relacionado con la represión, la disoaciación y la negación, además

de con el acto mundano del olvido. De hecho,  cuando Sigmund Freud propuso este concepto de

supresión en 1892, lo hizo mirando hacia su idea de la represión, solo que se hace de forma
consciente . Tratamos de alejar aquello que puede implicar algún conflicto en nuestra psique si lo

recordamos constantemente.

Un ejemplo de supresión en la vida diaria lo tendríamos cuando hemos roto con nuestra pareja. El
evento no es agradable y recordar qué sentimientos se tenían en el momento de la ruptura, qué es lo
que se dijo, cómo se tomó cada uno el acto de romper entre otros aspectos relacionados, es algo que
puede quemarnos si estamos una y otra vez pensando en ello.  Tratamos de dejarlo aparcado,
mientras hacemos otras cosas que nos otorgan bienestar .

Otro caso lo tendríamos con el fallecimiento de un ser querido. Es obvio que se pasará por un período

de duelo, algo totalmente normal tras la pérdida de un ser querido, sea por defunción o por simple

ruptura de la relación. Sin embargo, el recordar cómo murió la persona, sobre todo si fue por

enfermedad, es algo que no es bueno para nuestra mente. Por eso tratamos de mantener nuestra mente

ocupada haciendo otras cosas, o pensar en lo bueno que todavía conservamos, como grandes amistades

y familiares.

Estos dos ejemplos anteriores son casos en los que la supresión tiene una clara funcionalidad
adaptativa. Es un proceso saludable y  permite que la persona manifieste un grado de ansiedad
menor  o, incluso, dejar de tener esta emoción. De hecho, y dejando de lado brevemente el enfoque
psicoanalítico pasando al cognitivo-conductual, en esta terapia, para combatir los patrones de
pensamiento disfuncional, los cuales acarrean emociones negativas, una de las estrategias usadas es la
supresión: hacer que la persona piense en algo agradable y evite pensar en un evento pasado que le
causa malestar.

Por ejemplo, imaginemos que tenemos un jefe tiránico que nos trata bastante mal. Sabemos que así no
nos debería tratar, pero también sabemos que no podemos encararnos con él porque, de hacerlo, quizás
perdamos el empleo. Es por ello que tratamos de olvidar los sentimientos y pensamientos sobre él, y
conseguir estar en paz durante un rato. El problema viene que, cuando estamos cerca de él, estos
pensamientos tan fuertes intentan salir a flote, cambian nuestra conducta, nos ponemos nerviosos y
hacemos mal nuestro trabajo.
Sea como sea, el psicoanálisis, a excepción de este último ejemplo aquí expuesto, considera que el
mecanismo de la supresión, junto con otros como el de la sublimación, son de los más maduros que
poseemos.  Tenemos control más o menos consciente sobre aquello que nos genera malestar  y lo
tratamos alejar de nuestra consciencia, para así mejorar nuestro bienestar sin que ello implique olvidar
por completo el evento desagradable.

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