U1 2 Duro 2003

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 11

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Sistema de Información Científica

Psicología clínica y psiquiatría


Papeles del Psicólogo, vol. 24, núm. 85, mayo-agosto, 2003, pp. 1-10,
Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos
España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=77808501

Papeles del Psicólogo,


ISSN (Versión impresa): 0214-7823
[email protected]
Consejo General de Colegios Oficiales de
Psicólogos
España

¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista

www.redalyc.org
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Papeles del Psicólogo, 2003. nº 85, pp. 1-10

PSICOLOGÍA CLÍNICA Y PSIQUIATRÍA1

A FONDO Federación Europea de Asociaciones


de Psicólogos (EFPA)

En este artículo, a partir de los orígenes de la Psicología, se argumenta que la Psicolo-


gía Clínica es un disciplina científico–profesional con historia e identidad propias y cu-
yos objetivos son la evaluación y diagnóstico, tratamiento e investigación en el ámbito
de los trastornos psicológicos o mentales. La Psicología Clínica coincide con la Psiquia-
tría en que su objeto es el trastorno mental, no la enfermedad, de tal manera que las
funciones profesionales de los psicólogos clínicos y de los psiquiatras convergen en
gran medida. Las diferencias estriban en que el psiquiatra no está suficientemente for-
mado para utilizar con destreza los tratamientos psicológicos ni los instrumentos diag-
nósticos desarrollados por la investigación psicológica, ni el psicólogo posee la
habilitación legal ni la formación necesaria para hacer uso de terapéuticas farmacoló-
gicas. Tanto el psicólogo clínico como el psiquiatra, se encuentra suficientemente capa-
citado para el diagnóstico y el establecimiento de la estrategia terapéutica más
conveniente en cada caso por lo que se impone la cooperación desde el reconocimien-
to de las distintas competencias.

In this article, and on the basis of the origins of psychology, it is argued that clinical
psychology is a scientific-professional discipline with its own history and identity, and
whose objectives are assessment and diagnosis, treatment and research in the field of
psychological or mental disorders. Clinical psychology coincides with psychiatry in that
its object is the mental disorder, not mental illness; thus, the professional functions of
clinical psychologists and psychiatrists are to a large extent convergent. The differences
reside in the fact that the psychiatrist does not have the appropriate training to use
treatments and diagnostic instruments developed by psychological research, while the
psychologist possesses neither the legal authorization nor the necessary qualifications to
administer pharmacological therapies. Both the clinical psychologist and the psychiatrist
are sufficiently equipped for diagnosis and decision on the most appropriate therapeu-
tic strategy in each case, thus supporting the need for co-operation based on the recog-
nition of their different expertise and background.

ORÍGENES DE LA PSICOLOGÍA
Definición de la Psicología
Puesto que la Psicología Clínica es una especialidad de la Psicología se hace
preciso empezar por una definición de ésta. La Psicología es una ciencia que se
define por el estudio del comportamiento en todas sus manifestaciones y contex-
tos. El comportamiento es lo que hace la gente y supone, por tanto, alguna ac-
ción, actividad o conducta. En este sentido, el comportamiento tiene una
variedad de formas o manifestaciones que incluyen la actividad mental, la res-
puesta psicofisiológica, la reacción emocional, el decir y el hacer propiamente.
Puesto que todo comportamiento se da en algún contexto, la Psicología estu-
dia el comportamiento en los distintos contextos incluyendo las relaciones so-

Correspondencia: Juan Carlos Duro Martínez. E-Mail: [email protected]


........................
1
Este artículo está basado en el Informe que emitió la Federación Europea de Asociaciones
de Psicólogos (EFPA) el veintitrés de febrero de 2001, a petición de la Sección nº 4 de la
Sala Tercera del Tribunal Supremo en el recurso número 1/49/99 a propósito del recurso in-
terpuesto contra el título de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica por el Colegio de
Médicos y distintas Sociedades de Psiquiatría (Duro y Berdullas, 2003)

1
A Fondo PSICOLOGÍA CLÍNICA Y PSIQUIATRÍA

ciales, las actividades laborales, el desarrollo educativo, boratorio de Psicología. Sin embargo, lo más importante
la vida familiar y, en fin, todos los ámbitos del hacer hu- es ver la simultaneidad con la que aparecen en los dis-
mano. Asimismo, puesto que todo comportamiento es de tintos países los laboratorios, los tratados y las figuras
alguien, de alguna persona, el comportamiento se ha de señeras. Así, se habría de citar a William James en
estudiar de acuerdo con la persona o actor de la acción EEUU, quien ya disponía de un laboratorio de Psicología
de que se trate, lo que supone la incorporación de las en 1875 (en realidad la misma fecha en la que Wundt
circunstancias biográficas. Consiguientemente, el com- empezara con el suyo) y escribiera el primer tratado de
portamiento depende del contexto o situación presente y Psicología en 1890 titulado Principios de Psicología, sin
de la persona de acuerdo con su trayectoria biográfica. duda un tesoro del saber psicológico. Se citaría igual-
En fin, la Psicología se interesa tanto en el comporta- mente a Francis Galton en Inglaterra por su estudio em-
miento normal como en el anómalo, aquél que implica pírico de las diferencias individuales, con su primer
algún trastorno o desorden sea para la propia persona o centro para la medida psicológica de 1885, y a Théodu-
sea en relación con los demás. le Ribot en Francia, alma mater del primer Congreso de
Psicología Experimental en 1889. Se recordaría, tam-
Historia e institucionalización científica de la Psicología bién, que la fundación de la American Psychological As-
La Psicología, como se ha dicho en frase célebre, tiene sociation fue en 1892, así como el de la revista
un largo pasado pero una corta historia. Su corta histo- Psychological Review, por citar la sociedad y la revista
ria, para concretarla en su historia como disciplina cien- de mayor relevancia hoy día. Por lo que respecta a Es-
tífica, data de finales del siglo XIX. Precisamente, es en paña, se habría de decir que se dio una temprana re-
esta época, de finales del siglo XIX, en la que surgen las cepción de la Psicología de la época, primero a cargo
distintas ciencias humanas o ciencias sociales, entre ellas de la Institución Libre de Enseñanza y, después, a partir
la Psicología, junto con la Antropología, la Sociología y de principios del siglo XX, con los institutos aplicados y
la Economía. Se ha de añadir que en esta época es tam- la dotación de las primeras cátedras universitarias.
bién cuando surge la Psiquiatría, a pesar de la larga his- En fin, es un hecho histórico que la Psicología alcanza
toria de la Medicina. su institucionalización científica a finales del siglo XIX, en
Las condiciones históricas que han dado lugar a este el contexto de las ciencias humanas o sociales. Cabe
surgimiento de las ciencias humanas son varias pero pa- añadir que de este contexto forma parte también la Psi-
recen confluir en el interés e importancia que alcanza quiatría. Aunque especialidad médica, la Psiquiatría no
ahora el ser humano, la persona o el sujeto, como objeto deja de estar influida por el Zeitgeist que dio lugar a las
de conocimiento y, en su caso, de cara a alguna posible ciencias humanas, pues no es en vano que la Psiquiatría
mejora tanto de los individuos como de la sociedad. Si se presente a menudo como la más humana de las espe-
en siglos anteriores el mundo era el objeto de conoci- cialidades médicas. En este sentido, el talante bio-psico-
miento y de dominio, y el siglo XVIII se caracterizó, en social no le viene de otro sitio que de esta atmósfera
particular, por tener como objeto de conocimiento al co- propiamente psico-social.
nocimiento mismo, o lo que es igual, a cómo el sujeto
conoce y construye el mundo, el siglo XIX se interesó por Ámbitos profesionales de la Psicología
el sujeto o la persona como objeto del saber científico, Esta institucionalización científica es pareja de la im-
por decirlo así también, en cómo el mundo construye al plantación profesional. Si bien el conocimiento básico es
sujeto o cómo el individuo es modelado por el mundo. uno, la aplicación social es diversa, en función de la va-
Así pues, es en el contexto en el que el saber científico riedad de contextos en los que la Psicología fue requeri-
se vuelve sobre los propios sujetos y la sociedad, en el da. Así, desde los primeros tiempos, la Psicología
que surgen las ciencias sociales o humanas, entre ellas aplicada ha ido definiendo distintos campos profesiona-
la Psicología. No está demás recordar que estas cien- les, entre los cuales figuran como perfiles tradicionales la
cias, y muy característicamente la Psicología, tienen una Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, la Psico-
doble vocación, por un lado, constituir un conocimiento logía de la Educación y la Psicología Clínica, entre otros
básico, de carácter empírico y experimental, y, por otro, más como la Psicología del Deporte, la Psicología de la
ofrecer un conocimiento aplicado que sirva a la mejora Drogodependencia, la Psicología del Tráfico y la Seguri-
práctica de los asuntos humanos. dad Vial, la Psicología de la Intervención Social y la Psi-
Puestos a datar esta historia científica, se suele citar co- cología Jurídica (Goldstein y Krasner, 1987/1991).
mo primer hito la fecha de 1879, el año en que Wilhelm Consiguientemente, la Psicología Clínica es un campo
Wundt funda en la Universidad de Leipzig el primer la- profesional de la Psicología, entre otros. Esto quiere de-

2
FEDERACIÓN EUROPEA DE ASOCIACIONES DE PSICÓLOGOS (EFPA) A Fondo

cir que la formación básica del psicólogo es amplia y só- epígrafes: “Evaluación (incluyendo Diagnóstico), Trata-
lida como para que pivoten sobre ella distintas actuacio- miento e Investigación. Respecto a la Evaluación los psi-
nes profesionales. Asimismo, quiere decir que el cólogos clínicos aplican e interpretan tests psicológicos
psicólogo clínico integra conocimientos de diversos ám- tanto con fines de evaluar la inteligencia y otras capaci-
bitos, con los que siempre tienen que ver, de alguna ma- dades del individuo o bien con el propósito de esclarecer
nera, los trastornos psicológicos. las características mentales que sirven de base para rea-
En efecto, la UNESCO y la OIT contemplan a la Psico- lizar el diagnóstico de un trastorno mental específico. La
logía Clínica en el marco de una formación científica bá- entrevista, en la que los psicólogos preguntan e interac-
sica y una actuación profesional diversificada. La túan con un paciente, es otra herramienta diagnóstica
Nomenclatura Internacional de la UNESCO para cam- estándar. Para fines de Tratamiento, el psicólogo clínico
pos de ciencia y tecnología (Comisión Interministerial de puede usar una amplia variedad de formas de psicotera-
Ciencia y Tecnología,1990) contempla la Psicología en pia, aunque recientemente existe la tendencia hacia a un
el campo científico 61, subdividido en las especialidades enfoque ecléctico, mediante una combinación de técni-
que se recogen en el Cuadro 1. cas adaptadas a cada caso. Los psicólogos clínicos pue-
Del mismo modo, la OIT en su Clasificación Internacional den especializarse en Terapia de Conducta, Terapia
Uniforme de Ocupaciones afirma que: “Los psicólogos in- Grupal, Terapia Familiar, Psicoanálisis y otras. La Inves-
vestigan y estudian los procesos mentales y del comporta- tigación es un importante campo para algunos psicólo-
miento de los seres humanos, individualmente o como gos clínicos en su formación para hacer estudios
miembros de grupos o sociedades, y asesoran sobre estos experimentales y para el uso de las técnicas estadísticas.
conocimientos o los aplican a fin de promover la adapta- De este modo, los psicólogos clínicos son miembros fun-
ción y desarrollo tanto individual como social, educativo o damentales en proyectos de investigación realizados en
profesional de las personas” (OIT, 1991, pág. 88).
el ámbito de la Salud Mental”.
En este sentido dicho informe señala como tareas del psi-
La historia de la Psicología Clínica forma parte de la
cólogo entre otras: “Estudiar los factores psicológicos en el
misma historia de la Psicología, aunque con su propio
diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades
perfil. Es decir, el estudio del comportamiento que su-
mentales y trastornos emocionales o de la personalidad”
pone algún trastorno corre paralelo al estudio del com-
portamiento normal. En este sentido, es ejemplar la
ORÍGENES DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA CON
REFERENCIA A LA PSIQUIATRÍA
Cuadro 1
Definición de Psicología Clínica
La Psicología Clínica es un campo de especialización de Patología (6101), que incluye:
la Psicología que aplica los conocimientos y técnicas de 01 Trastornos del comportamiento
ésta al estudio del comportamiento anómalo, aquél que 02 Comportamiento desviado
03 Deficiencia Mental
supone algún trastorno para la propia persona y/o para
04 Psicopatología
otros. El estudio del comportamiento por parte de la Psi- Psicología del niño y del adolescente (6102)
cología Clínica se interesa principalmente en establecer Asesoramiento y orientación (6103), que incluye, entre otras
un psicodiagnóstico, cara a identificar el trastorno, en especialidades:
analizar la condición psicopatológica, cara a una expli- 01 Terapia de conducta
cación, y en llevar a cabo un tratamiento, cara a reme- 04 Terapia de grupo
06 Psicoanálisis
diar el problema y, en su caso, prevenirlo. En este
07 Psicoterapia
sentido, la Psicología Clínica, aun dentro de la Psicolo- Psicopedagogía (6104)
gía, dispone de sus propios métodos, modelos y procedi- Evaluación y diagnóstico en Psicología (6105)
mientos, en particular, métodos psicodiagnósticos, Psicología experimental (6106)
modelos psicopatológicos y procedimientos psicotera- Psicología general (6107)
Psicología de la vejez (6108)
péuticos. En todo caso, ello ha llegado a ser así en virtud
Psicología industrial (6109)
de un proceso histórico de acumulación de saber científi- Parapsicología (6110)
co y técnico y de institucionalización y reconocimiento Personalidad (6111)
social. Este reconocimiento social se pone claramente de Estudio psicológico de temas sociales (6112)
manifiesto en la definición de las actividades del psicólo- Psicofarmacología (6113)
go clínico que recoge la Enciclopedia Británica, una de Psicología social (6114)
Otras especialidades psicológicas (6199)
las más prestigiosas enciclopedias del mundo, bajo tres
A Fondo PSICOLOGÍA CLÍNICA Y PSIQUIATRÍA

historia de la Psicología Clínica realizada por J. M. cribirse como Psicología Clínica. En todo caso, la apor-
Reisman (1991), probablemente la historia más com- tación de Freud en este sentido fundacional se puede ci-
pleta y sistemática. Se trata de una historia década frar en los siguientes términos. De una forma de
por década, desde 1890 hasta 1990, agrupadas en conocimiento con base en la mirada biológica, que se
cuatro generaciones. Lo interesante a señalar de esta había mostrado inútil para explicar la neurosis, Freud
historia es el esquema expositivo utilizado, consistente pasa a una forma de conocimiento con base en la escu-
en presentar, en primer lugar, los conocimientos psico- cha biográfica, lo que habría de permitir una concep-
lógicos del funcionamiento normal de la personalidad, ción propiamente psicológica, con su psicopatología y
a continuación, la técnicas diagnósticas, las formula- psicoterapia. Como se dirá después, Freud afirmará más
ciones psicopatológicas y los procedimientos terapéuti- adelante que el psicoanálisis no es cosa de la medicina.
cos, y finalmente, la institucionalización profesional.
Quiere decir que tanto uno como otro, el diagnóstico, Desarrollo de la Psicología Clínica hasta 1940
la psicopatología, el tratamiento y la institucionaliza- Más allá de estos hitos fundacionales, se señalarían en los
ción profesional, se han ido desarrollando al hilo y en primeros años del siglo XX las innovaciones psicodiagnós-
interacción con la Psicología. ticas debidas a las pruebas para la medida de la inteli-
gencia desarrolladas por Alfred Binet, dando lugar a las
Fundación de la Psicología Clínica célebres escalas Binet-Simon y Stanford-Binet. Luego ven-
De la historia de la Psicología Clínica importa tener pre- drían las escalas debidas a Arnold Gesel y a David
sente los siguientes hitos que han ido conformando su de- Wechsler. Tampoco puede faltar aquí la referencia a
sarrollo y estado actual. Si hubiera que dar una fecha de Charles Spearman y Edward L. Thorndike, al hablar de la
bautizo de la Psicología Clínica ésta sería 1896, cuando medida de la inteligencia. En esta misma línea de desa-
Lighner Witmer fundara en la Universidad de Pennsylva- rrollo de pruebas psicodiagnósticas se citaría, ya en los
nia la primera clínica con el nombre precisamente de ´psi- años cuarenta, el MMPI (Minnesota Multiphasic Persona-
cología clínica´. De esta manera, se empezó a definir un lity Inventory, construido por el psicólogo S. Hathaway y el
papel clínico del psicólogo hasta entonces caracterizado, psiquiatra J. C. McKinley). Entre las pruebas proyectivas,
sobre todo, como científico (recuérdese la fecha de 1879 aparte del Rorschach, disponible desde los años veinte, se
del primer laboratorio). El caso es que el propio Witmer citaría el TAT (Thematic Apperception Test) de C. D. Mor-
había hecho su tesis doctoral con Wundt en Alemania (co- gan y H. Murray, presentado en 1935. En fin, todas estas
mo también había trabajado con Wundt el padre de la referencias, entre otras muchas posibles, no tienen otro
psiquiatría, Emil Kraepelin). propósito que servir de ocasión para subrayar la tradicio-
La clínica de Witmer empezó por ofrecer tratamiento nal y siempre reconocida función del psicólogo clínico en
para deficiencias del desarrollo infantil sobre la base te- la construcción de pruebas de medición psicológica y en
rapéutica de un re-aprendizaje. Como dice Reisman su aplicación al psicodiagnóstico.
(1991), el papel terapéutico propuesto por Witmer es A pesar de que ambos fundadores de la Psicología Clí-
muy similar al papel del terapeuta de conducta de hoy nica (Witmer y Freud) incluían el tratamiento como una
día (una de las principales orientaciones de la Psicología de sus principales funciones, lo cierto es que el psicodia-
Clínica). La clínica terminó por desarrollar lo que su fun- nóstico, así como la investigación, fueron las mayores
dador denominara ´método clínico´, una suerte de for- señas de identidad del psicólogo clínico en estos prime-
mación de los estudiantes en psicodiagnóstico y ros tiempos. De hecho, la imagen del psicólogo como
aplicación terapéutica (ofrecida por la Universidad de científico o investigador del funcionamiento psicológico
Pennsylvania en 1904-1905). Esta primera clínica se era su identificación primera, como así se reflejaba en la
concibió como una institución de servicio público y pron- American Psychological Association, dominada por psi-
to otras universidades fundaron las suyas. Finalmente, cólogos académicos (científicos). Sin embargo, esta ver-
Witmer sería también fundador en 1907 de la primera tiente aplicada llevó a los psicólogos clínicos en 1917 a
revista de Psicología Clínica (The Psychological Clinic). crear su propia asociación, la American Association of
La fecha de 1896 es significativa también por ser el Clinical Psychologists, si bien dos años después se reinte-
año en el que Sigmund Freud pusiera el nombre ´psicoa- graría de nuevo en la American Psychological Associa-
nálisis´ a su propio método clínico. Es interesante repa- tion, de la que se había segregado debido precisamente
rar en que Freud y el psicoanálisis recién bautizado al marcado perfil científico de ésta.
supusieron una ruptura con la tradición neuropatológica Ahora bien, la Psicología científica y académica no dejó
y el comienzo de un nuevo enfoque que bien puede ins- de ofrecer conocimientos relevantes al tratamiento psicoló-

4
FEDERACIÓN EUROPEA DE ASOCIACIONES DE PSICÓLOGOS (EFPA) A Fondo

gico. Desde 1913, con el manifiesto de J. B. Watson, el péuticas. Concretamente, la mitad de los 1710 psicólo-
conductismo llegó a ser el ´toque moderno de la Psicolo- gos empleados incluían entre sus actividades el counse-
gía´. Esto supuso el gran desarrollo de la Psicología del ling y la psicoterapia.
Aprendizaje, relativo a cómo los humanos aprenden las Dada esta necesidad social, se habilitó entonces un sis-
conductas que tienen, de la que derivarían numerosas téc- tema de formación en Psicología Clínica, con toda una
nicas terapéuticas. Así pues, técnicas psicoterapéuticas es- serie de requisitos avalados por la American Psychologi-
taban disponibles desde los años veinte (si bien no sería cal Association y por instituciones estatales como el Na-
hasta los años cincuenta cuando alcanzaran su importan- tional Institute of Mental Health y el U. S. Public Health
cia, con la terapia de conducta). Se ha de recordar que Service. Esta formación en Psicología Clínica se conoce-
esta lógica del aprendizaje está en línea con la Psicología ría como el ´modelo Boulder´ en razón de la localidad
Clínica fundada por Witmer, como se dijo antes. donde se celebrara la conferencia que determinó este
Por su lado, la línea iniciada por Freud no dejaría tam- sistema. Este modelo focalizaba la formación en lo que
bién de crecer y de expandirse, constituyendo junto con unos autores denominaron la ´santa trinidad´ de la Psi-
el conductismo, otra gran corriente de la Psicología Clíni- cología Clínica, esto es, la investigación científica, la
ca. Es interesante señalar a este respecto, la separación evaluación psicodiagnóstica y el tratamiento psicotera-
del psicoanálisis de la medicina y, por tanto de la psi- péutico (Nietzel, Bernstein y Milich, 1994, pág. 29).
quiatría, defendida por el propio Freud en 1927. Viene a Como culminación de este establecimiento profesional de
decir Freud, contra la tendencia en EEUU, que el psicoa- la Psicología Clínica se citaría la promulgación por parte
nálisis es parte de la Psicología y no de la Medicina. de la American Psychological Association del Código
Es así que, a finales de la década de 1930, los psicólo- Ético para los Psicólogos Clínicos.
gos clínicos desempeñaban con mayor frecuencia fun- Es interesante reparar en que, si bien la profesión psi-
ciones terapéuticas, además de la función quiátrica había tenido antes reticencias acerca del papel
psicodiagnóstica tradicional. Se trataba, todavía, de en- psicoterapéutico por parte del psicólogo clínico, ahora
trevistas terapéuticas y de actividades psico-educativas y admite y reconoce estas funciones, como lo muestra el
de aconsejamiento. Sin embargo, ésta es la cuestión, no apoyo de la Administración de Veteranos, el Instituto
puede dejar de percibirse el papel creciente de esta acti- Nacional de Salud Mental y el Servicio de Salud Pública
vidad. En esta época, finales de los años treinta, apare- de EEUU. Es más, el consejo de la American Psychiatric
cen los primeros programas de formación de postgrado Association aprobaría en 1952 una resolución a favor
para psicólogos clínicos (en las universidades de Colum- de esta especialidad de Psicología Clínica.
bia y de Boston). La Sección de Psicología Clínica de la En esta línea de consolidación y reconocimiento se aña-
American Psychological Association era cada vez ma- diría que la Corte Suprema de EEUU, empezando por el
yor. De hecho, se llego a separar, una vez más, en Estado de Michigan en 1959, otorgó reconocimiento legal
1937 formando ahora la American Association of Ap- al psicólogo clínico como experto en la determinación de
plied Psychology (para reintegrase de nuevo en 1944), la enfermedad mental (Reisman, 1991, pág. 293).
de la que surgiría, a su vez, la Asociation of Consulting
Psychology y el Journal of Consulting Psychology. Quiere Consolidación, expansión y reconocimiento social de la
ello decir que la Psicología Clínica organiza sus propias Psicología Clínica
instituciones y perfil profesional dentro de la Psicología A partir de los años cincuenta, la Psicología Clínica conso-
de la que forma parte. lida su estatuto tanto profesional como científico, amplía su
horizonte y alcanza reconocimiento social según se apre-
Reconocimiento legal de la Psicología Clínica en 1945 cia en la demanda y satisfacción por sus prestaciones.
En el año 1945 se reconoció en EEUU mediante certifi- Se destacaría, sobre todo, el desarrollo de nuevos siste-
cación legal la Especialidad de Psicología Clínica (empe- mas psicoterapéuticos. Así, han llegado a tener nombre
zando en el Estado de Conneticut y extendiéndose propio en el campo clínico, tanto en la Psiquiatría como
sucesivamente al resto). Este año es clave en razón del fi- en la Psicología Clínica, la terapia de conducta, la tera-
nal de la Segunda Guerra Mundial. En efecto, el retorno pia cognitiva, la terapia cognitivo-conductual y la tera-
y readaptación de millones de veteranos de la guerra pia de pareja y de familia, entre otras, aparte de las
creaba un problema social que desbordaba las condi- psicoterapias clásicas. Estos sistemas psicoterapéuticos
ciones clínicas al uso. Es de recordar aquí que los psicó- cuentan con modelos psicopatológicos de los trastornos
logos empleados en las fuerzas armadas durante la que tratan y, obviamente, con las pruebas psicodiagnós-
guerra ya venían desempeñando funciones psicotera- ticas correspondientes. Una cuestión muy importante en
A Fondo PSICOLOGÍA CLÍNICA Y PSIQUIATRÍA

esta época, posterior a los años cincuenta, es que se ha decirlo, numerosas innovaciones psicoterapéuticas de las
demostrado, mediante investigaciones sistemáticas, la aludidas fueron desarrolladas tanto por psicólogos como
eficacia de la terapia psicológica, un asunto que queda por psiquiatras. Así pues, no es una casualidad que se
fuera de dudas. El asunto pendiente, a este respecto, en use el término ´trastorno psicológico’ u otro afín como
todo caso un asunto abierto a la indagación científica pudiera ser desorden del comportamiento o alteración
que no pone en duda la competencia profesional, es la psicopatológica, en vez de ´enfermedad mental´ o, in-
mayor o menor eficacia de unas terapias en relación con cluso, ´trastorno psiquiátrico´.
las otras y la distinta eficiencia con que producen el re-
sultado, una cuestión que alcanza igualmente al trata- OBJETO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA Y DE LA
miento psicofarmacológico. PSIQUIATRÍA
En efecto, un asunto candente en la investigación actual Trastornos psicológicos que no enfermedades mentales
sobre los tratamientos psicológicos y psicofarmacológicos En efecto, los trastornos psicológicos no son propiamente
es su estudio comparativo, cara a determinar la eficacia y enfermedades mentales. La noción de enfermedad, per-
la eficiencia relativas entre ellos, según los distintos trastor- fectamente establecida en la Medicina, no se aviene, sin
nos, habida cuenta que la eficacia y la eficiencia absolu- embargo, a concebir los trastornos que forman parte del
tas respecto del no-tratamiento y del tratamiento placebo campo de la psicopatología. Ni siquiera trastornos psi-
(como es preceptivo) está demostrada. Con todo, la cues- copatológicos tan graves y discapacitantes como puedan
tión que importa subrayar aquí es que los tratamientos ser la esquizofrenia o la depresión responden al concep-
psicológicos tienen probada eficacia terapéutica, siendo el to de enfermedad. Por lo pronto, no tienen una etiología
tratamiento de elección en numerosos trastornos (Nathan biológica identificada y lo cierto es que después de un
y Gorman, 1998; Roth y Fonaggy, 1996). mayor conocimiento del cerebro no se sabe más que ha-
Esta consolidación y expansión de la terapia psicológi- ce un siglo sobre los presuntos mecanismos cerebrales
ca vino dada por dos condiciones. Por un lado, el desa- de la esquizofrenia y la depresión (al margen de la infi-
rrollo científico de la Psicología, relativo al aprendizaje nidad de hipótesis en circulación). Lo que, en cambio, sí
de la conducta, al desarrollo de la personalidad, al fun- se sabe más es acerca de la complejidad de factores im-
cionamiento cognitivo, a la relación interpersonal, a la plicados y de la importancia de los determinantes perso-
influencia social, a la organización de los grupos socia- nales, familiares y sociales.
les, (aparte de las disciplinas propiamente clínicas), ha Por otro lado, estos trastornos tampoco tienen la entidad
permitido una mejor comprensión de los trastornos psi- nosológica que se supone a una enfermedad. En realidad,
cológicos y la elaboración de tratamientos coherentes la esquizofrenia es más un espectro de trastornos, de sin-
con esta naturaleza psicológica. Por otro lado, la de- tomatología y pronóstico variable que, ciertamente, una
manda social ha puesto de relieve una creciente presen- enfermedad, cuya etiqueta revelara una entidad neuroló-
cia de trastornos psicológicos. Esta mayor presencia de gica como cuando se dice, por ejemplo, ´enfermedad de
trastornos psicológicos en la segunda mitad del siglo XX Alzheimer´. Igualmente, la depresión es un trastorno psi-
tiene que ver con las formas de vida y ciertas caracterís- cológico que está más relacionado con las vicisitudes de la
ticas de la sociedad actual que han dado lugar, incluso, vida que con las de la biología.
a trastornos nuevos como, por ejemplo, los relativos a la Todo ello, no quita que estos trastornos, y los otros, se
alimentación (anorexia, bulimia) y al incremento de puedan definir con objetividad. De hecho, la Psicología
otros como, por ejemplo, la depresión, aparte del mejor Clínica y la Psiquiatría disponen de métodos, instrumentos
entendimiento de los trastornos ya existentes. y criterios psico-diagnósticos que permiten su identifica-
Siendo así las cosas, no puede pasar desapercibida la ción. Pero lo que se define es un trastorno, no una enfer-
naturaleza psicológica y social de los trastornos psicoló- medad. Asimismo, nada impide reconocer la utilidad de
gicos (sin perjuicio de sus concomitancias biológicas) y, ciertos psicofármacos con eficacia probada en determina-
consiguientemente, la importancia de un tratamiento psi- dos trastornos. Ahora bien, cosa diferente sería suponer
coterapéutico en correspondencia con esta condición. que por ello se trata de una enfermedad (porque sea útil
No es una mera coincidencia que una corriente de la un tratamiento médico). No porque sea efectiva la aspiri-
Psiquiatría (de las dos en que está bifurcada) tenga una na para el dolor, el paciente tiene una enfermedad, pón-
marcada orientación psico-social, ciertamente, de gran gase por caso, la ´acetilsaliciliconemia´, en razón de su
confluencia y afinidad con el enfoque que le es propio a acción farmacológica. Ni tampoco, por más que el dolor
la Psicología Clínica (la otra corriente psiquiátrica tiene sea síntoma de muchas enfermedades, es de por sí una
una orientación biológica). En este sentido, todo hay que enfermedad, si bien siempre es un trastorno.

6
FEDERACIÓN EUROPEA DE ASOCIACIONES DE PSICÓLOGOS (EFPA) A Fondo

un tratamiento exige, implícitamente, un paso previo que


Definición del trastorno psicológico o mental consiste en comprender el funcionamiento normal de la
Lo que se ha dicho hasta este momento en relación a la persona. No es posible identificar qué es lo que va mal en
naturaleza diversa del trastorno frente a la enfermedad su funcionamiento si no se dispone de una clara idea so-
queda claramente refrendado en las clasificaciones inter- bre cómo funciona la persona, e incluso sobre cómo de-
naciones de los trastornos mentales patrocinadas en bería funcionar en el caso de que nada fuera mal.
gran medida por las instituciones médicas oficiales y psi- Por otra parte, reiterando la definición que ofrece el
quiátricas más influyentes DSM-IV, se afirma que el trastorno psicológico o mental,
El sistema oficial de clasificación de la OMS recoge en “cualquiera que sea su causa, debe considerarse como
el Capítulo V los trastornos mentales (Organización la manifestación individual de una disfunción comporta-
Mundial de la Salud, 1992) afirmando que “el término mental, psicológica o biológica”. Es decir, el trastorno
‘trastorno’ se usa a lo largo de la clasificación para evi- mental puede ser debido a múltiples causas y es, en últi-
tar los problemas que plantea el utilizar otros conceptos ma instancia, un concepto funcional; de modo que el he-
tales como ‘enfermedad’ o ‘padecimiento’. Dicho térmi- cho de que los trastornos mentales hayan sido
no se usa para señalar la presencia de un comporta- formulados siguiendo un “modelo médico” no implica
miento o de un grupo de síntomas identificables en la por principio la existencia de causas fisiológicas u orgá-
práctica clínica, que en la mayoría de los casos se nicas en su origen. El carácter deliberadamente ateórico
acompañan de malestar e interfieren con la actividad del de los sistemas diagnósticos oficiales de los trastornos
individuo” (pp. 25-26). Por su lado, las enfermedades mentales es el resultado de reconocer abiertamente que
neurológicas, malformaciones, anomalías congénitas, le- en su origen coexisten diferentes causas.
siones, intoxicaciones y otras secuelas de causas exter- La disparidad de causas que pueden dar lugar a un tras-
nas, etc., son recogidos en otros capítulos de la torno mental es reconocida de manera explícita, en conse-
clasificación internacional de las enfermedades. cuencia, por los expertos en Psicopatología, por los
La Asociación Psiquiátrica Americana, en su más recien- organismos oficiales (como es el caso de la OMS), así co-
te catálogo oficial de los trastornos mentales DSM-IV, ha mo por las asociaciones científico-profesionales de psicó-
evitado igualmente utilizar el término “enfermedades” pa- logos y de psiquiatras. Pero, además, la definición del
ra los problemas del comportamiento, por estar determi- trastorno en términos de disfunción se ha establecido, en
nados por una interacción de factores causales, y define el los sistemas de clasificación internacionalmente acepta-
trastorno mental como “... un síndrome o patrón compor- dos, con arreglo, exclusivamente, a criterios diagnósticos
tamental o psicológico de significación clínica, que apare- (signos y síntomas) de naturaleza psicológica y comporta-
ce asociado a un malestar (p. ej., dolor), a una mental. A este respecto, habría que añadir que incluso los
discapacidad (p. ej., deterioro en una o más áreas de fun- trastornos mentales más graves, como las psicosis funcio-
cionamiento) o a un riesgo significativamente aumentado nales, se definen o diagnostican por estos criterios psicoló-
de morir o de sufrir dolor, discapacidad o pérdida de li- gicos y comportamentales, independientemente de cuál
bertad. Además, este síndrome o patrón no debe ser me- pudiera ser la naturaleza de los factores que contribuyen
ramente una respuesta culturalmente aceptada a un a su etiología. Tan sólo las psicosis orgánicas y las de-
acontecimiento particular (p. ej., la muerte de un ser que- mencias pueden considerarse auténticas enfermedades, en
rido). Cualquiera que sea su causa, debe considerarse co- el sentido pleno y no analógico de la palabra; dolencias
mo la manifestación individual de una disfunción que, curiosamente, están pasando progresivamente del
comportamental, psicológica o biológica. Ni el comporta- ámbito de tratamiento de la Psiquiatría al de la Neurolo-
miento desviado (p. ej., político, religioso o sexual) ni los gía, al igual que históricamente sucedió con otras enfer-
conflictos entre el individuo y la sociedad son trastornos medades, tales como la epilepsia.
mentales, a no ser que la desviación o el conflicto sean Es inconsecuente, por lo tanto, concluir que los psiquia-
síntomas de una disfunción” (American Psychiatric Asso- tras sean los exclusivos profesionales capaces de diag-
ciation, 1995, pág. XXI). nosticar y tratar los trastornos mentales cuando los
criterios diagnósticos huyen de contemplar las causas
Naturaleza del trastorno psicológico o mental que los determinan, en términos orgánicos, y se basan
Dado el hincapié que se hace en la distinción entre tras- exclusivamente en conductas observables.
torno y enfermedad mental, se hace preciso una breve Argumentar que todos los trastornos psicológicos o
fundamentación respecto a la naturaleza de la misma. mentales necesariamente son trastornos cerebrales, afir-
El proceso de valoración diagnóstica y la prescripción de mando que todos los estados mentales son estados cere-
A Fondo PSICOLOGÍA CLÍNICA Y PSIQUIATRÍA

brales, es manifiestamente superfluo y a la vez falaz. Uti- Clínica y de la Psiquiatría


lizando una analogía, ello equivale a afirmar que puesto Como señala Berrios (1996), un destacado historiador
que todo programa informático (software) corre en una de la Psiquiatría, se ha venido utilizando en el pasado
máquina o soporte físico (hardware), cualquier error de- los términos “psicopatología” y “psiquiatría” de manera
tectado en una operación debe explicarse por fallos en intercambiable especialmente en los Estados Unidos; en
el sistema físico, descartando así la existencia de errores Europa, en cambio, el primero de estos términos ha teni-
en el programa mismo o en su manipulación; cuando de do, desde finales del siglo XIX, un significado más am-
hecho la mayoría de las disfunciones operativas se de- plio para referirse a la ciencia de los síntomas mentales,
ben a errores o imperfecciones del programa y no a incluyendo su descripción y explicación
causas físicas del aparato. Igualmente incongruente sería También sostienen Millon y Klerman, dos destacados
sostener, en el ámbito profesional, que todos los fallos investigadores participantes en el actual sistema de clasi-
apreciados en un programa o proceso informático de- ficación de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-
ben ser subsanados por o bajo la supervisión y control IV), que “aunque el término ‘psicopatología’ fue
de los físicos, por cuanto conocen los fundamentos remo- utilizado en el pasado como sinónimo de sintomatología
tos que sirven de base a la máquina, excluyendo a los descriptiva, ahora puede ser justamente utilizado para
ingenieros y analistas que trabajan con el software. representar ‘la ciencia de la conducta anormal y de los
Finalmente, la pretensión de medicalizar cualquier trastornos mentales’. Sus métodos de estudio actualmente
comportamiento humano, normal o anormal, argumen- incluyen tanto procedimientos clínicos como experimen-
tando que sus últimas causas puedan ser alteraciones ce- tales” (Millon y Klerman, Eds., 1986 pág. IX).
rebrales u orgánicas hoy desconocidas pero tal vez Resumiendo, a tenor de las puntualizaciones anteriores,
evidentes con el progreso futuro de la ciencia, supone la Psicopatología es la ciencia que estudia la conducta
también dar la espalda a la realidad histórica, que ha anormal centrándose en tres áreas:
demostrado justamente lo contrario: que numerosos tras- a) La descripción y eventual clasificación de los com-
tornos mentales antaño atribuidos a enfermedades o portamientos anormales.
causas físicas hoy nadie duda que tienen un origen psi- b) La explicación de los procesos implicados en su de-
cológico y que está indicada la prescripción de trata- sarrollo y mantenimiento.
mientos psicológicos como técnicas de elección. La búsqueda de sus causas o factores etiológicos.
¿A qué viene esta insistencia en algo que parece tan Para esta tarea, la Psicopatología se vale de procedi-
obvio y está admitido? Se trata de la ambigüedad con la mientos propios de la Psicología y, en especial de la Psi-
que a menudo se maneja este asunto. La ambigüedad cología Experimental, además de otras ciencias.
por la que se desliza y se pasa a sobre-entender que los Una definición de este tipo implica la caracterización de la
trastornos psicológicos son enfermedades mentales. Al Psicopatología como una disciplina básica, más bien que
hablar entonces de enfermedad se presupone que los aplicada, y que, además, se conforma de modo interdiscipli-
trastornos en cuestión tienen una etiología y un trata- nario por cuanto se nutre de información convergente de va-
miento bio-médico y fueran, por ello, del dominio psi- rias disciplinas científicas como son la Psicología, la
quiátrico, cuando en rigor los trastornos no son Neurología, la Genética, la Fisiología, etc., en la medida en
propiamente enfermedades. Se trata pues de una ambi- que ninguna de estas ciencias aisladamente logra explicar
güedad que puede tener importantes consecuencias. Esta satisfactoriamente la conducta anormal.
ambigüedad es mantenida, sobre todo, por los propios En resumen, la Psicopatología ha sido definida como el
psiquiatras debido, probablemente, a su identificación estudio científico sistemático de la etiología, sintomatolo-
profesional y a los privilegios que pueda suponer arro- gía y proceso de la conducta anormal. La Psicopatología
garse el ´dominio de enfermedades´. Un punto más de es, en consecuencia, la ciencia base tanto de la Psiquia-
esta ambigüedad viene dado, incluso, cuando se habla tría como de la Psicología Clínica, como la disciplina de-
de ´trastorno psiquiátrico´, cuya denominación (aun dicada al estudio científico del comportamiento
cuando legítima) tiene más un sentido profesional que el trastornado o anómalo; mientras estas dos disciplinas
sentido fundado en la naturaleza de las cosas, que no es son, en cambio, ciencias aplicadas, que utilizan sus pro-
otro que el ser trastorno psicológico, mental o del com- pios recursos terapéuticos para el abordaje de los tras-
portamiento, como así es en los documentos internacio- tornos del comportamiento, en función de la etiología
nalmente reconocidos (antes citados). relevante en cada caso y de la tecnología de la que ca-
da una dispone.
La Psicopatología como fundamento de la Psicología

8
FEDERACIÓN EUROPEA DE ASOCIACIONES DE PSICÓLOGOS (EFPA) A Fondo

LAS FUNCIONES PROFESIONALES DE LOS la Psicología Clínica en el que, entre otras cuestiones,
PSICÓLOGOS CLÍNICOS Y DE LOS PSIQUIATRAS se refiere lo siguiente: “La Psicología Clínica es aquel
Dicho esto, nada quita reconocer ahora la confluencia aspecto de la ciencia y la práctica psicológica interesa-
entre la Psicología Clínica y la Psiquiatría. De hecho, es do en el análisis, tratamiento y prevención de las inca-
posible que las avenencias sean mayores que las desa- pacidades psicológicas humanas y en la mejora de la
venencias y esto es así, históricamente, tanto en el plano adaptación y efectividad personal. Como estos objeti-
de la investigación como en el de la provisión de servi- vos son compartidos parcialmente por otras disciplinas,
cios. La única diferencia entre el psicólogo clínico y el el contenido y ámbito de este campo se solapan inevi-
psiquiatra, en lo que atañe a lo que nos ocupa, la eva- tablemente con otras disciplinas clínicas, sobre todo
luación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos psi- con la psiquiatría y la asistencia social clínica. La dife-
cológicos o mentales, viene dada por la facultad legal renciación más estricta de estos campos radica en su
de éste último para la prescripción de fármacos. Por lo uso de las técnicas y contenido de la psicología básica
que respecta a la posible facultad científica del psicólogo y las ciencias biológicas y sociales estrechamente rela-
para la prescripción de psicofármacos, esta dependería cionadas. Comparte con las demás áreas de la psicolo-
de que su currículo académico incluyera las disciplinas gía el énfasis en la investigación sistemática como base
correspondientes (aunque en verdad no falta en los estu- empírica de sus procedimientos clínicos” (Rodnick,
dios de Psicología una asignatura de Psicofarmacolo- 1989, pp. 1925-1929).
gía). Es de añadir, en este sentido, que hay actualmente La Psicología Clínica concuerda con las demás áreas
un debate en EEUU acerca de la habilitación legal del de la psicología su interés por la medición de las funcio-
psicólogo para la prescripción de fármacos (Monográfi- nes conductuales y psicológicas, el diseño sistemático de
co de American Psychologist (1996): Current Issues: la investigación, la comprobación empírica de las impli-
Prescription Privileges, Vol. 51, Nº 3). caciones de los modelos e hipótesis clínicas, y la evalua-
En relación con actuaciones forenses, el psicólogo clíni- ción y valoración de la efectividad de sus predicciones.
co fue reconocido ya en 1959, en EEUU, como se dijo El contenido empírico de este campo abarca aquellos as-
antes, para dictaminar precisamente sobre la ´enferme- pectos de la ciencia psicológica relevantes para el diag-
dad mental´, supuesto que el trastorno psicológico tiene nóstico y tratamiento de los problemas de salud mental.
consecuencias análogas a la calificación de enfermedad. Los mismos intereses que manifiesta el médico, relativos
Por su parte, el Psicólogo de Juzgados en el sistema Ju- a una perspectiva unitaria (bio-psico-social) de la perso-
dicial español cumple funciones de este tipo. na que presenta un trastorno mental, son compartidos
Ahora bien, señalado este uso compartido de funciones plenamente por los psicólogos que ejercen su función
(investigadoras, psicodiagnósticas y psicoterapéuticas), profesional en este ámbito. Ello, sin embargo, no debe
con la salvedad de la prescripción de fármacos, cabría significar el exclusivo acaparamiento por ninguna de las
decir con fundamento, con fundamento en la historia de partes de todos los factores que intervienen el proceso
la Psicología Clínica y en la naturaleza de las cosas que, patológico o el también exclusivo control de la persona
en general, el psicólogo clínico está mejor formado para afectada sino la cooperación de diversas especialidades
la función psicodiagnóstica (sobre todo cuando de la en beneficio del individuo. Éste es el objetivo manifesta-
aplicación de pruebas psicométricas se trate, lo que es do, al margen de intereses gremialistas, por los profesio-
prácticamente siempre) y para la aplicación de psicote- nales expertos de diversos países.
rapias o tratamientos psicológicos (no así en el supuesto Las guías de consenso de los expertos internacionales
de los farmacológicos). Estas afirmaciones que matizan para el tratamiento de diversos trastornos mentales, ex-
el uso compartido de funciones con una posible, y aun puestas en el cuadro 2, reconocen la necesidad de una
probable, mayor competencia psicodiagnóstica y psico- actuación terapéutica interdisciplinaria (psicólogos y psi-
terapéutica del psicólogo clínico, se sostiene al cotejar el quiatras), y son una demostración de la conveniencia de
contenido del currículo del psicólogo clínico y del psi- armonizar el abordaje terapéutico con la multiplicidad
quiatra, donde se observaría la amplitud de disciplinas de causas y factores que intervienen en el origen y en el
relevantes a los trastornos psicológicos cursadas por el mantenimiento de dichos trastornos:
psicólogo clínico.
A este respecto, es interesante reparar en que esta CONCLUSIONES
convergencia de funciones está reconocida por la pro- 1. La Psicología es una ciencia que se define por el estu-
pia Psiquiatría. Así en el influyente “Tratado de Psi- dio del comportamiento en todas sus manifestaciones y
quiatría” de Kaplan y Sadock se dedica un capítulo a contextos, y también una actividad aplicada a diversos
A Fondo PSICOLOGÍA CLÍNICA Y PSIQUIATRÍA

ámbitos profesionales, entre ellos, la Psicología Clínica. 5. Dada la naturaleza del trastorno mental, cualquiera de
2. La Psicología Clínica es un disciplina científico–profe- los dos profesionales, psicólogo clínico o psiquiatra, se
sional con historia e identidad propias. Sus objetivos encuentra suficientemente capacitado para el diagnósti-
son la evaluación y diagnóstico, tratamiento e investi- co y el establecimiento de la estrategia terapéutica más
gación en el ámbito de los trastornos psicológicos o conveniente en cada caso. Consiguientemente, no tiene
mentales. sentido establecer la preeminencia de uno sobre el otro,
3. El objeto de la Psicología Clínica y de la Psiquiatría es sino que lo que se impone es la cooperación desde el
el trastorno mental. Las clasificaciones internacionales reconocimiento de las distintas competencias tal y como
de las alteraciones psicopatológicas que son objeto se recomienda en las guías de consenso de expertos,
tanto de la Psicología Clínica como de la Psiquiatría internacionalmente aceptadas. Sólo el deber deontoló-
se organizan en torno al concepto de trastorno mental gico, y el responsable ejercicio profesional en cada ca-
y no en términos de enfermedad. El concepto de tras- so, deberán aconsejar la búsqueda de cooperación o
torno mental se define en términos disfuncionales o de la remisión del paciente al experto más adecuado, en
alteración psicológica o comportamental, de tal forma función de la naturaleza del trastorno.
que su evaluación y diagnóstico se apoya en criterios
únicamente psicológicos y comportamentales. La utili- BIBLIOGRAFÍA
zación en este campo de la noción de “enfermedad” American Psychiatric Association. (1995). Manual Diag-
presenta una ambigüedad que no está exenta de inte- nóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (4ª
reses corporativos y que, desde luego, no obedece a ed.). Barcelona: Masson.
la naturaleza de las cosas. Berrios, G. E.. (1996) The history of mental symptoms:
4. Las funciones profesionales de los psicólogos clínicos Descriptive psychopathology since the nineteenth cen-
y de los psiquiatras convergen en gran medida en tury. Cambridge, UK: Cambridge University Press.
cuanto que tienen el mismo objeto: los trastornos psi- Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología
cológicos o mentales. Es evidente que el psiquiatra no (1990). Clasificaciones científicas. Madrid: Centro de
está suficientemente formado para utilizar con destre- Publicaciones. Ministerio de Educación y Ciencia.
za los tratamientos psicológicos ni los instrumentos Duro Martínez, J. C. y Berdullas Temes, M. (2003) Re-
diagnósticos desarrollados por la investigación psico- cursos desestimados, Especialidad reconocida, Info-
lógica, ni el psicólogo posee la habilitación legal ni cop, 17, 3-9.
por ello la formación necesaria, en la misma propor- Goldstein, A. P. y Krasner, L. (1987/1991). La psicolo-
ción, para hacer uso de terapéuticas farmacológicas. gía moderna. Madrid: Pirámide.
Por ello, y en beneficio de la persona afectada, se im- Monográfico de American Psychologist (1996): Current
pone la cooperación de ambos profesionales en un Issues: Prescription Privileges, Vol. 51, Nº 3.
plano de igualdad. Millon, T., y Klerman, G. L. (Eds.). (1986). Contempo-
rary directions in psychopathology. Nueva York: Guil-
Cuadro 2 ford Press.
Nathan, P. E. y Gorman, J. M., eds., (1998). A guide to
- Foa, E. B., Davidson, J. R. T., & Frances, A. (1999). The Expert treatments that work. Oxford: Oxford University Press.
Consensus Guideline Series: Treatment of posttraumatic stress dis-
Nietzel, M. T., Bernstein, D. A. y Milich, R. (1994). Intro-
order. Journal of Clinical Psychiatry, 60 (Suppl. 16).
duction to clinical psychology. Englewwod Cliffs: Pren-
- Frances, A., Docherty, J. P., & Kahn, D. A. (1996). The Expert tice Hall, (p. 29)].
Consensus Guideline Series: Treatment of bipolar disorder. Jour-
nal of Clinical Psychiatry, 57 (Suppl. 12A). Organización Internacional del Trabajo. Clasificación In-
ternacional Uniforme de Ocupaciones (1991). Gine-
- March, J. S., Frances, A., Kahn, D. A., & Carpenter, D. (1997).
The Expert Consensus Guideline Series: Treatment of obsessive-
bra: Organización Internacional del Trabajo.
compulsive disorder. Journal of Clinical Psychiatry, 58 (Suppl. 4). Organización Mundial de la Salud. (1992). CIE-10: Tras-
tornos mentales y del comportamiento. Descripciones
- McEvoy, J. P., P. L. Scheifler, et al. (1999). The Expert Consensus
Guideline Series: Treatment of schizophrenia. Journal of Clinical clínicas y pautas para el diagnóstico. Madrid: Meditor .
Psychiatry, 60 (Suppl. 11). Reisman, J. M.. (1991). A history of clinical psychology.
- Rush, A. J., & Frances, A. (2000). The Expert Consensus Guideline Nueva York: Hemisphere Publishing Corporation.
Series: Treatment of psychiatric and behavioral problems in men- Roth, A. y Fonaggy, P. eds.. (1996). What works for
tal retardation. American Journal on Mental Retardation, 105, whom?: A critical review of psychotherapy research.
159-228.
Nueva York: Guilford.

10

También podría gustarte