Puntos Emi-3
Puntos Emi-3
Puntos Emi-3
La duración del acto de abonar el peaje, las operaciones a realizar sobre las piezas en las
diferentes máquinas durante el proceso de producción, las duraciones de las llamadas
telefónicas, las longitudes de los mensajes, los requerimientos para el procesado de un trabajo
etc., constituyen ejemplos de los segundos, los llamados procesos de servicio.
Identificar la aleatoriedad en los sistemas es equivalente a identificar las fuentes de aleatoriedad de las
componentes de los sistemas y el tipo de distribuciones de probabilidad que las representan. Así, por ejemplo, en
todos aquellos sistemas en los que subyace una estructura de fenómenos de espera, simples o de red, que
constituyen una de las clases más numerosas a estudiar por simulación, los procesos de llegada y de servicio, es
decir como van llegando al sistema 75 Modelización de la aleatoriedad en sistemas discretos las entidades que han
de recibir un servicio, y la duración del mismo son, en general, procesos aleatorios que hay que identificar y
modelizar. Las llegadas de los vehículos al puesto de peaje de una autopista, las piezas y las materias primas a un
proceso de manufactura, llamadas telefónicas a una centralita, los tiempos de llegadas entre mensajes, tipos de
mensajes, en los sistemas de comunicaciones, los tiempos de llegada entre trabajos que se han de procesar, los tipos
de trabajo, en el caso de los sistemas informáticos, etc., son ejemplos típicos de lo que denominamos procesos de
llegada.
Identificada la fuente de aleatoriedad, es decir la componente del sistema que exhibe tal
comportamiento, una modelización correcta de la aleatoriedad requiere la recogida de
observaciones que sirvan de base a un estudio estadístico que permita determinar el tipo de
distribución de probabilidad que mejor explica tal comportamiento, y decidir si se utiliza en el
estudio de simulación un modelo teórico de tal distribución, o se trabaja con una distribución
empírica.
Siempre que sea posible hay que recoger observaciones de las variables aleatorias de entrada.
Las decisiones y especificaciones a que nos estamos refiriendo han de hacerse a partir de los
datos disponibles, y podemos encontrarnos con una gran variedad de situaciones. En unos
casos tendremos un exceso de datos, mientras que en otros dispondremos de muy pocos, y en
ambos casos la procedencia de los datos puede ser o bien directamente la distribución de
interés o indirectamente una distribución «relacionada». Los autores mencionados sentencian
que «Tener pocos datos es malo, pero tener pocos datos de una distribución incorrecta es
peor». Tener pocos datos significa que nos encontramos en una de las situaciones siguientes, o
en alguna combinación de las mismas: la muestra de que disponemos es pequeña, o solo
tenemos un resumen estadístico, por ejemplo, media, variancia, valores mínimo y máximo,
mediana, moda, etc., o la información disponible es de tipo cualitativo, consistente, por
ejemplo, en entrevistas con personas informadas o con experiencia sobre situaciones
relacionadas.
Otra posibilidad es la de utilizar estos datos para definir una función de distribución empírica,
de la cual se extraen muestras a medida que se necesitan los valores. Es un planteamiento
preferible al anterior, que en el caso de los datos continuos permite generar cualquier valor
entre el máximo y el mínimo de los observados, cada vez que se necesita uno de ellos, por
ejemplo un tiempo de servicio.
El método fue llamado así por el principado de Mónaco por ser ``la
capital del juego de
azar'', al tomar una ruleta como un generador simple de números aleatorios. El
nombre y el
desarrollo sistemático de los métodos de Monte Carlo datan aproximadamente
de 1944 con el desarrollo de la computadora. Sin embargo hay varias
instancias (aisladas y no
desarrolladas) en muchas ocasiones anteriores a 1944. El uso real de los
métodos de Monte Carlo como una herramienta de investigación,
proviene del trabajo de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial.
Este trabajo involucraba la simulación directa de problemas probabilísticos
de hidrodinámica
concernientes a la difusión de neutrones aleatorios en material de fusión.
La variable aleatoria
Se denomina variable aleatoria, a una variable X que puede tomar un
conjunto de valores {x0, x1, x2, ... xn-1}, con probabilidades {p0, p1, p2, ... pn-
1}. Por ejemplo, en la experiencia de lanzar monedas, los posibles
resultados son {cara, cruz}, y sus probabilidades son {1/2, 1/2}. En la
experiencia de lanzar dados, los resultados posibles son {1, 2, 3, 4, 5, 6} y
sus probabilidades respectivas son {1/6, 1/6, 1/6, 1/6, 1/6, 1/6}.
Realicemos ahora la experiencia de hacer girar una ruleta y apuntar el
número del sector que coincide con la flecha. En la ruleta de la izquierda de
la figura los resultados posibles son {0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7}, y la probabilidad
de cada resultado es 1/8. En la ruleta de la derecha de la figura los posibles
resultados son {0, 1, 2, 3}, y las probabilidades respectivas {1/4, 1/2, 1/8,
1/8}, proporcionales al ángulo del sector.
En los tres primeros ejemplos, la variable aleatoria X se dice que está
uniformemente distribuida, ya que todos los resultados tienen la misma
probabilidad. Sin embargo, en el último ejemplo, la variable aleatoria X, no
está uniformemente distribuida.
El problema crucial de la aplicación de los métodos de Montecarlo es hallar
los valores de una variable aleatoria (discreta o continua) con una
distribución de probabilidad dada por la función p(x) a partir de los valores
de una variable aleatoria uniformemente distribuida en el intervalo [0, 1),
proporcionada por el ordenador o por una rutina incorporada al programa.
Para simular un proceso físico, o hallar la solución de un problema
matemático es necesario usar gran cantidad de números aleatorios. El
método mecánico de la ruleta sería muy lento, además cualquier aparato
físico real genera variables aleatorias cuyas distribuciones difieren, al
menos ligeramente de la distribución uniforme ideal. También, se puede
hacer uso de tablas de cifras aleatorias uniformemente distribuidas,
comprobadas minuciosamente en base a pruebas estadísticas especiales. Se
emplean solamente cuando los cálculos correspondientes a la aplicación del
método de Montecarlo se realiza a mano, lo que en estos tiempos resulta
inimaginable. En la práctica, resulta más conveniente emplear los
denominados números pseudoaleatorios, se trata de números que se
obtienen a partir de un número denominado semilla, y la aplicación
reiterada de una fórmula, obteniéndose una secuencia {x0, x1, x2, ... xn} de
números que imitan los valores de una variable uniformemente distribuida
en el intervalo [0, 1).
Condición Resultado
0<=γ<0.25 0
0.25<=γ<0.75 1
0.75<=γ<0.875 2
0.875<=γ<1 3
Una vez visto un caso particular, el problema general puede formularse del
siguiente modo:
Si X es una variable aleatoria discreta cuyos posible resultados son {x0, x1,
x2 , ... xn-1} y sean {p0, p1, p2, ... pn} sus respectivas probabilidades. Al
sortear un número aleatorio γ, uniformemente distribuido en el intervalo [0,
1), se obtiene el resultado xi, si se verifica la siguiente condición
∑j=0i−1pj≤γ<∑j=0ipj (1)
Conclusión
Todos los sistemas contienen así sea una fuente de aleatoriedad, por lo que es
necesario saber identificarla para que se pueda captar el tipo de distribución
que las representa, que se pueda construir un buen modelo y se decida si se
utilizara un modelo teórico o una distribución empírica.