Tarea #2 Informe Oral Eutanasia
Tarea #2 Informe Oral Eutanasia
Tarea #2 Informe Oral Eutanasia
Eutanasia
¡Dios les bendiga! En esta noche voy a estar compartiendo con ustedes el concepto de la
eutanasia, y varias opiniones al respeto, incluyendo la nuestra como cristianos. Pero, sobre todo,
lo que nos dice la Biblia de la misma. La palabra eutanasia tiene origen griego. Deriva de “eu”,
que significa “bien”, y de “thanatos”, que equivale a muerte. Es decir, el bien morir o buena
muerte. En Grecia la eutanasia era entendida como una especie de muerte sin dolor y honorable.
una vida mala o indigna. Según el diccionario de Ética Cristiana y Teología Pastoral, de David
Atkinson y David Field; eutanasia se define como la muerte intencional, por comisión u omisión
La mayoría de los éticos cristianos han considerado la eutanasia como algo contrario a la
eutanasia es conocida por diferentes términos tales como: suicidio asistido, muerte
encuentra terminalmente enfermo, en sufrimiento y con gran dolor, el objetivo del suicidio
asistido es evitar esa continuidad del dolor. Existen varios tipos o métodos que se utilizan para
realizar ese tipo de muerte. La eutanasia puede ser voluntaria o involuntaria. Dependiendo de
si el paciente pide la muerte o si tiene un documento vigente donde decide como desea morir.
Además, la eutanasia es catalogada como activa o pasiva, dependiendo del método utilizado
La eutanasia pasiva involucra simplemente permitir que el cuerpo muera por medios
naturales, sin intervención alguna, quiérase decir que pudiendo conectar al paciente con algún
equipo médico para que le prolongue la vida, no se hace. Por el contrario, la eutanasia activa
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significa el tomar la vida de que un ser querido, ya sea a través de algún personal médico, o
alguien conocido, que se le remueva cualquier equipo médico que pueda prolongarle la vida al
paciente, y le provoque su muerte. Sin embargo, la eutanasia directa o indirecta tiene que ver
con el rol del paciente que muere por una acción especifica. Ejemplo de la directa: es el
suicidio asistido por el médico, donde éste le suple o le administra al paciente el medicamento o
le desconecta el equipo requerido para terminar con su vida. Por el contrario, la indirecta es
tenga efectos colaterales y comprometa alguna función vital, que sería el caso de suministrar
algún analgésico para calmar algún dolor y que como efecto colateral este produzca la muerte de
la persona. En estos casos se aplica el argumento del "doble efecto" que consiste en que la
caso de los enfermos terminales: Por un lado, evita un mayor sufrimiento para la persona y por
Primeramente, la Biblia nos enseña que los seres humanos somos creados a imagen y
semejanza de Dios (Gn. 1:26) y, por lo tanto, tienen dignidad y valor. La vida humana es
sagrada y no debe ser terminada simplemente porque sea difícil o inconveniente. Por esta razón,
la Biblia dice que no debemos matar (Éx. 20:13: "No matarás."), y también dice que el
homicidio es un pecado (Ro. 13:9). La vida del ser humano comienza al ser concebido, y no al
nacer. Por tanto, la eutanasia es un homicidio o asesinato, es quitar, de forma ilegal la vida de
alguien.
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Tenemos que recalcar, aunque como cristianos no estemos de acuerdo que, si una nación
o estado establece que la eutanasia es legal, entonces, a nivel humano “no sería asesinato”.
Reconocemos que las sociedades con frecuencia legislan temas morales en contra de la Biblia,
solo por el hecho de que una sociedad diga que la eutanasia es buena, no significa que esta lo
sea.
Está claro que la Biblia condena específicamente el asesinato (Éx. 20:13), y esto incluye
las formas de eutanasia en la que otra persona (médico, enfermera o amigo) acelera la muerte del
paciente. La eutanasia, como el asesinato, involucra el intento premeditado y, por lo tanto, debe
ser condenada como inmoral y aun criminal. La verdad que nos lleva a la conclusión de que
Dios se opone a la eutanasia, es Su soberanía. Sabemos que la muerte física es inevitable (Sal.
89:48; He. 9:27), sin embargo, sólo Dios es soberano en cuándo y cómo, debe ocurrir la muerte
de una persona. Está testificado en Job 30:23, que dice: “Porque yo sé que (Tú Dios) me
conduces a la muerte, y a la casa determinada a todo viviente.” Ecl. 8: 8a declara: “No hay
hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el
día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que la posee”.
Dios tiene la última palabra sobre la muerte (1 Co. 15:26, 54-56; Heb. 2:9, 14-15; Ap. 21:4).
La eutanasia es la forma en que el hombre trata de usurpar esa autoridad de Dios. Sin
embargo, Deut. 32:39 dice: “Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago
morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo sano; y no hay quien pueda librar de mi mano”. Todo
este razonamiento conduce a la declaración que la eutanasia no tiene apoyo bíblico, sin embargo,
esta declaración solo tendría validez para una persona que, primeramente, cree en Dios y se
somete a lo que Dios ha dicho en su Palabra. Pero la gran mayoría de personas, aunque puede
conocida como la ética de la calidad de vida. La misma les da un valor relativo y no absoluto a
los seres humanos. Hace mención de Joseph Fletcher, un utilitario que cree que las normas
morales objetivas son irrelevantes en la determinación del bien y del mal. Indica que solo lo
que produce el mayor beneficio a la mayor cantidad de personas es lo correcto. Opina que
Expresa que para que un individuo pueda ser clasificado como ser humano tiene que
cumplir con ciertos requisitos; como una inteligencia mínima, un sentido de pasado y del
futuro entre otros. Menciona que el coeficiente intelectual de 40 es de una persona y menos de
20 no lo es. Que cualquier individuo, infante, adulto o anciano con una enfermedad cerebral
degenerativa no puede cumplir con esos requisitos, por lo tanto, pierde el derecho a la vida.
que la gente utilice los términos de persona y ser humano. Recalca que las personas tienen
derechos, pero no todo ser humano puede considerarse persona. Su regla es que un
organismo solo puede poseer el derecho a la vida si posee un concepto de sí mismo como
alguien lleno de experiencias y otros estados mentales. De lo contrario no merece estar vivo.
Esta nueva ética de la calidad de vida produce temor, viola cada aspecto de valor a la vida,
Como cristianos cuando nos encontremos ante una situación con un familiar con una
Sublime Dios, para que sea solamente Él trabajando en el asunto. Existe un movimiento del
hospicio cristiano que ofrece diversas alternativas. Proveen el cuidado para pacientes que están
agonizando en sus hogares, involucra además el manejo del dolor con medicamentos recetados,
dando consuelo y fortaleza tanto al enfermo como al cuidador. El cuidado es complementado con
la Palabra de Dios y mucha oración. La muerte no es un proceso fácil de enfrentar, pero como
nos dice el apóstol Pablo en Fil. 1:21 “Para mi vivir es Cristo y morir es ganancia”.
Conclusión
Si se saca a la Biblia del asunto, podemos ver que el ser humano decide por su propio
razonamiento, no solo en cuanto a la eutanasia, sino en cuanto a todo lo demás. Siendo este el
caso, es muy probable que la decisión sobre la eutanasia se tome sobre la base de las emociones,
por ejemplo: La gente puede pensar en cosas como: No es posible que una persona sufra tanto
sabiendo que va a morir de todos modos. Por compasión y piedad será mejor que se abrevie ese
Otros pensarán que el hombre tiene derecho a una vida relativamente digna y que una
enfermedad terminal no es compatible con esto y por tanto se justifica la eutanasia. Incluso,
otros pueden pensar que el ser humano tiene derecho a una muerte digna y que, para el caso de
un enfermo terminal, la eutanasia es una forma digna de morir y sobre esta base apoyan la
eutanasia. Los argumentos pueden ser muchos y muy variados, pero los que creemos en Dios
tenemos que ceñirnos a la Biblia. Dios es el dador de la vida y solo a Él le pertenece el derecho
de quitarla.
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Bibliografía
Nyenhuis, G., Eckman, J. (2002). Ética Cristiana: Un enfoque bíblico-teológico. Editorial: Unilit
Atkinson, D., Field, D. (2004). Diccionario de Ética Cristiana y Teología Pastoral. (2da ed.).
Editorial: CLIE