Sentencia Constitucional Plurinacional 836 2014

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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL

0836/2014
Sucre, 30 de abril de 2014
SALA PRIMERA ESPECIALIZADA
Magistrado Relator:     Tata Gualberto Cusi Mamani
Acción de libertad
Expediente:                  05339-2013-11-AL
Departamento:             Santa Cruz
En revisión la Resolución 23/2013 de 13 de noviembre, cursante de fs.
140 a 145 vta., pronunciada dentro de la acción de libertad interpuesta
por Janeth Gisela Velarde Luna contra Mirael Salguero Palma y
Victoriano Morón Cuéllar, Vocales de la Sala Penal Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, Primo flores
Rodríguez, Juez Decimocuarto de Instrucción en lo Penal del mismo
Departamento, Mabel Sandra Andrade Molina, Olvis Eguez Oliva,
Ángel Álvarez Banegas y Mario Mercado Justiniano, Fiscales de
Materia; y; Jaime Mamani Condori, funcionario policial.
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la demanda
La accionante, en su memorial de 12 de noviembre de 2013, cursante de
fs. 108 a 119 vta., expone los siguientes fundamentos de hecho y de
derecho:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
El 8 de diciembre de 2012, la Jueza Octava de Instrucción en lo Penal,
dispuso su detención preventiva bajo el supuesto del art. 235.2 del Código
de Procedimiento Penal (CPP). Posteriormente, el 25 de febrero de 2013,
solicitó informe a la comisión de fiscales sobre la concurrencia de actos de
obstaculización que justifiquen la continuidad de la medida cautelar,
obteniendo respuesta que declara que los riesgos procesales siguen firmes
y subsistentes, sin expresar los fundamentos que llevan a esa conclusión.
Seguidamente, acudió ante el Juez de garantías, consiguiendo que éste
ordenara al Ministerio Público que en el término de tres días se manifieste
de forma fundamentada respecto a la petición de 25 de febrero de 2013,
sobre la concurrencia de actos de obstaculización por parte de su persona
dentro del proceso penal que se sigue en su contra; conminatoria judicial
que fue incumplida.
Por otra parte, promovió judicialmente que el investigador asignado al
caso, Jaime Mamani Condori, informe sobre la concurrencia de
obstaculización dentro del proceso por parte de su persona; quien refirió
que los actuados del proceso pueden ser constatados en el cuaderno de
investigaciones.
Ante tal situación, se impulsó la instalación de audiencia de cesación a la
detención preventiva de 19 de agosto de 2013, en la que no se acreditó la
existencia de obstaculización que refiere el art. 235.2 del CPP; sino más
bien, que los elementos que fundaron la detención preventiva se habrían
debilitado e incluso desvirtuado; “…considerando que la negativa a
certificar peligro de obstaculización, tanto del Ministerio Público y el propio
Informe Policial, ambos que claramente demuestran no solo una mala fe
en cuanto a la lealtad procesal y un marcado ánimo de perjudicarme…”
(sic).
En apelación, por Auto 139/2013 de 19 de agosto, se confirmó el rechazo
a la solicitud de cesación a la detención preventiva, sin expresar
fundamentos que sustenten dicho fallo. 
I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

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El accionante, denuncia la vulneración del derecho a la libertad, a la
igualdad, a la dignidad humana, al debido proceso y a la defensa, así como
la falta de motivación de las resoluciones en cuanto a la valoración de la
prueba, citando al efecto los arts. 115.II, 116.I y 119.I de la Constitución
Política del Estado (CPE); y 7 y 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos; y, 9, 10 y 11 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos.
I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela, y se ordene se lleve a cabo una nueva
audiencia de consideración de cesación a la detención preventiva, para que
el Juez valore y resuelva su petición a partir de la prueba aportada; y en
consecuencia, se disponga su libertad irrestricta.
I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías
Celebrada la audiencia pública el 13 de noviembre de 2013, según consta
en el acta cursante de fs. 133 a 139 vta., se produjeron los siguientes
actuados:
I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción
La parte accionante en audiencia reiteró el contenido de su demanda y
añadió que: a) No se tuvo presente que los fundamentos que dieron lugar a
la medida de detención preventiva habían cesado, correspondiendo
medidas sustitutivas, “…ello en función al informe del asignado al caso, no
se establece de manera objetiva que la accionante desde el momento que
fue aprehendida, cautelada y recluida en el centro de rehabilitación no ha
realizado ningún acto de obstaculización…” (sic); b) El Ministerio Público
no pudo establecer la existencia del riesgo procesal de obstaculización en
el cuaderno de investigación; c) Las autoridades judiciales forzaron los
argumentos para mantener supuestos de detención, aseverando que el
informe policial no es claro ni preciso; d) La valoración de las autoridades
demandadas, no condice con el principio de favorabilidad previsto en el
art. 116 de la CPE; pues no valoraron que se encuentra ocho meses bajo
detención y el Ministerio Público jamás informó sobre el avance de la
investigación a fin de determinar si existe algún riesgo de obstaculización;
y, e) El problema jurídico de la presente acción es la falta de valoración de
la prueba, que derivó en la construcción de argumentos “ilógicos,
irracionales y absurdos” (sic).
I.2.2. Informe de las autoridades demandadas
En su informe oral, el Juez Decimocuarto de Instrucción en lo Penal,
expuso que los medios de prueba de los que se vale la accionante, no
acreditan que se han desvirtuado los riesgos por los cuales se impuso
la detención preventiva, cuando la carga de la prueba corresponde a la
imputada. El informe al que la accionante hace alusión, únicamente
se refiere a la situación de uno de los involucrados y fue realizado por
un funcionario policial. No tiene la obligación de revisar los actuados
del cuaderno procesal, pues “…el juzgador no puede estar revisando
todo el cuaderno de investigación para determinar el riesgo procesal,
es la jurisprudencia la que determina que es la imputada quien debe
demostrar esa situación” (sic). Los certificados que adjuntó la
accionante en la audiencia de cesación de la detención preventiva, no
permiten deducir que desvirtúan el peligro de obstaculización; más
cuando realiza una simple relación y no una fundamentación, a pesar
de ello, se ofreció una correcta interpretación y valoración de las
pruebas pertinentes. La defensa no desvirtuó el riesgo procesal ni
originó duda respecto a la falta de concurrencia sobre los riesgos
procesales, pues produjo prueba que no respaldaba su petitorio. Por lo
que solicita “se rechace el recurso incoado” (sic).

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La Fiscal de Materia, Mabel Sandra Andrade Molina, informó que la
autoridad judicial que impuso la detención preventiva, consideró que la
imputada en libertad, podría influir negativamente en testigos y peritos a
objeto de que informen falsamente o se comporten de manera reticente.
Sin embargo, Janeth Gisela Velarde Luna, solicitó la cesación de la
detención preventiva bajo el argumento de que su situación jurídica habría
mejorado conforme a lo previsto en el art. 239.1 del CPP. Recurrió a la
Fiscalía para que se emita informe con relación a la existencia o no de
peligro de obstaculización; por lo que “…la comisión le habría negado esa
petición obstaculizando de esa forma que pueda obtener esa certificación o
informe policial” (sic). La negativa de dicha petición debe ser entendida en
el sentido que continúa vigente y latente el peligro de obstaculización. Las
resoluciones que deniegan la cesación a la detención gozan de una cabal
fundamentación, siendo así que la imputada presentó documentación que
no sustenta la cesación a la detención, cuando la SC 0034/2005-R de 10
de enero; establece que la imputada debe necesariamente demostrar de
manera fehaciente que ya no concurren los motivos que fundaron la
misma., por lo que solicita que se mantenga la detención preventiva de la
accionante.
I.2.3. Resolución
El Juez Séptimo de Partido, de Sentencia Penal y Liquidador del
departamento de Santa Cruz, por Resolución 23/2013 de 13 de
noviembre, cursante de fs. 140 a 145 vta., denegó la tutela solicitada, con
los siguientes fundamentos: 1) La parte accionante, tiene el deber de
acompañar la prueba suficiente y necesaria que acredite la veracidad de
las acusaciones que formula, pues “…corre por su cuenta la carga de
demostrar la existencia del o los actos lesivos que estima hayan restringido
sus derechos…”, se cita al efecto la SC 0614/2003-R de 8 de mayo;  2) El
juez de garantías, se encuentra prohibido de analizar pruebas, salvo bajo
situaciones de infracción al debido proceso; 3) Resulta incongruente que la
accionante alegue que encontrándose bajo detención no obstaculizó de
ninguna forma el proceso penal que se sigue en su contra, pues con la
misma detención se evita cualquier tipo de intervención; y, 4) No es posible
desvirtuar los elementos que concurrieron para la imposición de la
detención preventiva a través de un informe policial “-que en su mayoría-,
no tiene ni va tener la experiencia y el conocimiento que tiene un juez”
(sic), siendo que no es posible concebir que un informe de esa naturaleza
sea vinculante para el Ministerio Público y las autoridades
jurisdiccionales.
II. CONCLUSIONES
De la revisión y compulsa del expediente se extraen las siguientes
conclusiones:
II.1.  Dentro del proceso penal seguido contra Janeth Gisela Velarde Luna
y otros, por los supuestos delitos de uso indebido de influencias e
incumplimiento de deberes; a través de la Resolución 516/2012 de 8 de
diciembre y confirmado por Auto de Vista 24/2013 de 5 de febrero, se le
impuso detención preventiva por existencia de riesgo procesal previsto en
el art. 235.2 del CPP, advirtiendo que podría influenciar sobre Zenón
Rodríguez Zeballos y otros testigos y peritos (fs. 39 a 47 vta. y 54 a 75
vta.).
II.2. El 25 de febrero de 2013, la imputada, ahora accionante, requirió a
las autoridades encargadas de la investigación informe por el cual se haga
alusión si su persona hubiera realizado actos de obstaculización
contenidos en el art. 235.2 del CPP (fs. 77 y vta.). Solicitud que fue
declarada no ha lugar por el Ministerio Público, señalando que los riesgos
procesales continúan firmes y existentes (fs. 78).
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II.3.  El 5 de marzo de 2013, la imputada acudió ante el Juez de
garantías, solicitando ordene a las autoridades encargadas del proceso
penal que se le sigue, informen sobre si su persona hubiera influenciado
negativamente en el proceso y si el señor Zenón Rodríguez Zeballos prestó
declaración informativa (fs. 79 a 81).
II.4.  Jaime Mamani Condori, funcionario policial asignado al caso,
informó sobre lo requerido señalando que el cuaderno de investigación
goza de publicidad y libre acceso para que la defensa pueda obtener dicha
información (fs.82 y vta.).
II.5.  El 8 de mayo de 2013, la ahora accionante, promovió incidente de
cesación a la detención preventiva (fs. 83).
II.6.  En audiencia de cesación a la detención preventiva, de 19 de agosto
de 2013, la defensa de la imputada, señaló, conforme al informe del
funcionario policial Jaime Mamani Condori, que se remite al cuadernillo de
investigación para establecer que la indicada “no ha realizado ningún acto
de obstaculización”, alegando al mismo tiempo, que la falta de
pronunciamiento del investigador sobre dicha situación, permite colegir
que no existió obstaculización de su parte (fs. 86 vta.) y que Zenón
Rodríguez Zeballos ya habría prestado sus declaraciones informativas,
según consta del cuadernillo de investigaciones (fs. 87). Asimismo, indicó
que la ahora accionante, no registra antecedentes penales y que con todo
ello, corresponde la imposición de medidas sustitutivas a la detención
preventiva (fs. 88).
II.7.  Por Auto 139/2013 de 19 de agosto (fs. 94 a 95 vta.), el Juez
Decimocuarto de Instrucción en lo Penal, rechazó la solicitud de cesación a
la detención preventiva, bajo los siguientes fundamentos: i) La carga de la
prueba en audiencia de cesación a la detención preventiva corresponde al
imputado, debiendo producirla e individualizarla, conforme dejó sentado
las SSCC 1416/2006 y 1654/2004-R; ii) La defensa de la imputada
pretende desvirtuar el riesgo procesal de obstaculización a través del
certificado de antecedentes penales, certificado de ingreso, permanencia y
conducta del Centro de Rehabilitación Santa Cruz “Palmasola” y por el
informe de Jaime Mamani Condori, investigador asignado al caso; iii) Se
evidencia que Zenón Rodríguez Zeballos prestó declaraciones el 26 y 28 de
noviembre y 14 de diciembre de 2012; iv) La defensa no desvirtuó los
motivos que fundaron los riesgos procesales para aplicar la detención
preventiva, pues solo hicieron mención a uno de los testigos (Zenón
Rodríguez Zeballos) y no expusieron sobre los demás; v) El informe del
investigador asignado solo informó sobre este último testigo, resultando en
un informe incompleto porque no indica sobre la existencia o no de
obstaculización; vi) Las certificaciones que adjuntó la defensa, no
demuestran que la imputada estuviera desvirtuando el peligro de
obstaculización, “siendo que estos documentos solo respaldan la
personalidad de la imputada en el centro penitenciario y los antecedentes
que tiene como persona ya sea penales o policiales y así también que estos
elementos de prueba son de más de cuatro meses atrás, por estas
características sin entrar en mayores consideraciones no son tomados en
cuenta”;y, vii) No demostraron que existan otras personas para investigar,
y “no han demostrado que ese peligro ya no concurre en la actualidad”
(sic).
II.8.  Los Vocales ahora codemandados, en audiencia de apelación,
confirmaron en su totalidad el Auto apelado, mediante Auto de Vista 203
de 8 de octubre, conforme a las siguientes consideraciones: a) Si bien el
Juez que impuso la detención preventiva señaló que la obstaculización se
produciría respecto al Juez Décimo de Instrucción en lo Penal del
departamento de Santa Cruz (Zenón Rodríguez Zeballos), también es cierto
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que aún existiría ese peligro o influencia negativa respecto a otras
personas investigadas; b) El informe del investigador asignado al caso, no
es el único elemento para probar la no existencia de la obstaculización; c)
El certificado de buena conducta y el Registro Judicial de Antecedentes
Penales (REJAP), no desvirtúan la obstaculización; d) La carga de la
prueba corresponde a la imputada y debe acreditar la no existencia del
peligro de obstaculización; y,  5) Cualquier informe debe ser categórico,
objetivo y expreso, en cuanto a la no existencia de peligro de
obstaculización, que la imputada no se encuentra realizando influencias
negativas sobre el proceso.
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
La accionante denuncia vulneración de su derecho a la libertad, a la
igualdad, a la dignidad humana, al debido proceso y a la defensa, en
relación a la valoración de la prueba; así como la falta de motivación de las
resoluciones, debido a que considera que las autoridades demandadas no
evaluaron correctamente los hechos y las pruebas que incumben a su
solicitud de cesación a la detención preventiva, ya que no consideraron los
documentos adjuntos ni el informe del investigador asignado al caso, que
llevan a colegir que no realizó ningún acto de obstaculización; además de
haberse superado el riesgo por el cual se impuso la detención preventiva,
respecto a la obstaculización al testigo Zenón Rodríguez Zeballos, quien ya
habría prestado por tres veces su declaración informativa.
Corresponde en revisión, determinar si los extremos denunciados son
evidentes, a objeto de conceder o denegar la tutela solicitada.
III.1. Naturaleza jurídica de la acción de libertad
La acción de libertad está configurada en los arts. 125 de la Constitución
Política del Estado (CPE) y 46 del Código Procesal Constitucional (CPCo),
como un mecanismo de defensa oportuno y eficaz para la tutela de los
derechos a la vida, a la integridad física, a la libertad personal y de
circulación de toda persona que crea estar indebida o ilegalmente
perseguida, detenida, procesada, presa o que considere que su vida o
integridad física está en peligro.
Bajo los principios y valores del Estado Unitario Social de Derecho
Plurinacional Comunitario, quien despliega toda su fuerza como un
instrumento a favor de las personas para la defensa de sus derechos, así,
el nuevo ámbito de protección de la acción de libertad, que antes se
centraba en el derecho a la libertad física o personal, le otorga a esta
acción de defensa nuevas dimensiones y posibilita al juez
constitucional a ejercer un control tutelar más amplio e integral y, de
esta manera, resguardar los derechos a la vida e integridad física,
restablecer las formalidades legales, ordenar el cese de la persecución
indebida o la restitución del derecho a la libertad física o personal.
Es en ese contexto, que la acción de libertad tiene un triple carácter
tutelar, preventivo, correctivo y reparador, conforme lo ha reconocido la
jurisprudencia contenida en las Sentencias Constitucionales
Plurinacionales  0015/2012 y 0129/2012, entre otras. Preventivo, porque
puede formularse ante una inminente lesión a los derechos que se
encuentran dentro del ámbito de su protección, impidiendo que se
consume su lesión, de ahí que entre los supuestos de procedencia de esta
acción de libertad, previstos tanto por el art. 125 de la CPE, como por el
art. 47 del CPCo, se encuentre el peligro al derecho a la vida y la
persecución ilegal; supuestos que la doctrina los cataloga dentro del
hábeas corpus instructivo (tratándose del derecho a la vida), hábeas
corpus preventivo y hábeas corpus restringido, conforme lo ha entendido
la jurisprudencia constitucional contenida en la SC 0044/2010-R de 20 de
abril, entre otras.
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Correctivo, porque puede interponerse para evitar que se agraven las
condiciones de una persona detenida, ya sea en virtud de una medida
cautelar o en cumplimiento de una pena impuesta en su contra,
agravamiento que torna indebida la privación de libertad personal, y que
se constituye en otra de las causales de procedencia previstas en los arts.
125 y 47 del CPCo, que en la doctrina se conoce con el nombre de hábeas
corpus correctivo.
Reparador, porque puede plantearse para reparar una lesión ya
consumada, en los supuestos en que se verifique una detención ilegal
o indebida, sea directamente o como consecuencia de un
procesamiento indebido, al constatarse que las lesiones al debido
proceso se constituyen en la causa directa para la restricción del
derecho a la libertad física o la libertad de locomoción. Supuestos de
procedencia que se encuentran previstos en los arts. 125 de la CPE y 47
del CPCo, cuando hacen referencia al indebido procesamiento y a la
indebida privación de libertad, y que en la doctrina reciben el nombre de
hábeas corpus reparador y, en su caso, de hábeas corpus traslativo o de
pronto despacho.
La acción de libertad, por otra parte, está dotada de características
esenciales que la convierten en el mecanismo idóneo para la defensa
de los derechos que protege; características que bajo la luz de
principios ético morales de la sociedad plural y los valores que
sustentan al Estado redimensionan su naturaleza como acción exenta
de formalismos para la consecución de la tutela inmediata de los
derechos vulnerados, donde el juez de garantías bajo los principios de la
potestad de impartir justicia, previstos en el art. 178 de la CPE, entre ellos,
el de celeridad, servicio a la sociedad, armonía social y respeto a los
derechos, asume un rol fundamental en la búsqueda de la verdad
material, para constatar la lesión a los derechos alegados como vulnerado
en la acción de libertad.
Es en ese ámbito que deben ser entendidas las características esenciales
de la acción de libertad, como el informalismo, que se manifiesta en la
ausencia de requisitos formales en su presentación y la posibilidad,
inclusive, de su formulación oral; la inmediatez, por la urgencia en la
protección de los derechos que resguarda; la sumariedad, por el trámite
caracterizado por su celeridad; la generalidad, porque no reconoce ningún
tipo de privilegio, inmunidad o prerrogativa, y la inmediación, porque se
requiere que la autoridad judicial tenga contacto con la persona privada de
libertad; autoridad que, inclusive, puede acudir inmediatamente a los
lugares de detención e instalar allí la audiencia.
III.2. Sobre la Resolución que resuelva una solicitud de cesación a la
detención preventiva
El Código de Procedimiento Penal se sustenta en el respeto a la libertad de
las personas, por ello, establece en su art. 7 que la aplicación de medidas
cautelares debe guiarse por la excepcionalidad, antes que por la rutina y
usanza; estableciendo como regla jurídica que: “…Cuando exista duda en
la aplicación de una medida cautelar o de otras disposiciones que
restrinjan derechos o facultades del imputado, deberá estarse a lo que se
más favorable a éste”. Asimismo, el art. 221 del CPP, reconoce que la
libertad personal, guarda la relevancia que le corresponde y dispone de
forma taxativa que solo podrá ser restringida cuando sea indispensable
para asegurar la averiguación de la verdad, el desarrollo del proceso y la
aplicación de la ley. Definiendo el mismo cuerpo adjetivo penal que las
medidas cautelares de carácter personal, se aplicarán con criterio
restrictivo y se ejecutarán de modo que perjudiquen lo menos posible a la
persona y reputación de los afectados.
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Por otra parte, el art. 124 del CPP, concordante con el art. 236, señala que
todas las sentencias y autos interlocutores deben ser fundamentados,
expresando los motivos de hecho y de derecho en que se basa la decisión
judicial y el valor otorgado a los medios de prueba. Determinando ambas
disposiciones que la fundamentación no podrá ser remplazada por la
simple relación de los documentos o la mención de los requerimientos de
las partes. Es así, que ante la solicitud de cesación a la detención
preventiva se deben tomar en cuenta los precedentes contenidos en las 
SSCC 0227/2004-R, 0320/2004-R, 0719/2004-R, 1037/2004-R, entre
otras, que dejaron sentado que: “Cuando el juez o tribunal deba resolver
una solicitud de cesación de la detención preventiva amparada en la
previsión del art. 239.1 del CPP, ésta debe ser el resultado del análisis
ponderado de dos elementos: i) cuáles fueron los motivos que determinaron
la imposición de la detención preventiva y ii) cuáles los nuevos elementos de
convicción que aportó el imputado para demostrar que ya no concurren los
motivos que la determinaron o en su caso demuestren la conveniencia de
que la medida sea sustituida por otra. Quedando claro que si a través de los
nuevos elementos de juicio que se presenten por el imputado se destruyen
ambos o cualquiera de los motivos que fundaron la detención preventiva, el
Juez o Tribunal debe realizar una valoración de estos nuevos elementos;
valoración similar a la que hizo para disponer la detención preventiva a
prima facie, sin que ello implique inmiscuirse en la investigación del hecho.
Debiendo, en consecuencia el imputado probar conforme a la norma
precedentemente señalada la existencia de nuevos elementos de juicio que
demuestren que no concurren los motivos que fundaron su detención
preventiva o tornen conveniente que sea sustituida por otras medidas”.
Por otra parte, la SC 1303/2003-R de 8 de septiembre, estableció: “…que
el juzgador al compulsar una solicitud de cesación de la detención así como
las pruebas que se aporten para lograrla, no debe tomar un solo elemento
de los previstos en los arts. 234 y 235 CPP para sostener su decisión de
rechazo, sino que debe valorar todos los elementos y finalmente decidir en
la forma que sea menos gravosa para el imputado, lo que no implica que por
ello, ponga en riesgo el desarrollo del proceso y la averiguación de la
verdad, pues si bien éste es de relevancia cuando se les presenta una
solicitud de cesación, no es menos cierto que, la libertad según el mismo
Código adjetivo penal en su art. 221, sólo puede ser restringida cuando es
realmente necesaria y en todo caso, como ya se estableció en caso de duda,
también el art. 7 del mismo cuerpo legal dispone que 'Cuando exista duda
en la aplicación de una medida cautelar o de otras disposiciones que
restrinjan derechos o facultades del imputado, deberá estarse a lo que sea
más favorable a éste'”.
III.3. Análisis del caso concreto
En la problemática planteada en la presente acción de libertad, se tiene
que la accionante considera que las autoridades demandadas incurrieron
en una incorrecta valoración de los hechos y pruebas que incumben a su
solicitud de cesación a la detención preventiva, ocasionando que las
Resoluciones que deniegan su petición, carezcan de fundamentación
jurídica y que por lo tanto, continúe bajo medida cautelar personal de
forma ilegal, vulnerándose su derecho a la libertad personal.
Cabe recordar, que la acción de libertad en el Estado Unitario Social de
Derecho Plurinacional Comunitario, permite al juez de garantías ejercer un
control tutelar más amplio e integral para restablecer las formalidades
legales y restituir el derecho a la libertad personal. Constituyéndose esta
acción como reparadora de aquellas lesiones consumadas, en supuestos
que se verifique una detención ilegal por violación al debido proceso por
falta de motivación de resolución que determina la privación de libertad
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personal de una persona. Siendo ante estos hechos la acción de libertad la
medida idónea para la defensa del derecho a la libertad personal.
Ahora bien, este Tribunal pudo evidenciar que el Auto 139/2013 de 19 de
agosto que deniega la cesación a la detención preventiva de la ahora
accionante, señala que la carga de la prueba corresponde a la imputada
según las SSCC “1416/2006” (sic) y 1654/2004; sin embargo, de la
constatación de dichas Sentencias se colige que ninguna de ellas establece
el referido precedente, con lo cual el Juez de la causa, ahora demandado,
desglosó una norma sin expresar una fuente jurídica válida.
Por otra parte, si bien es cierto que la accionante presentó documentación
que no necesariamente se relaciona a la demostración de nuevos
elementos que viabilicen la cesación a la detención preventiva; sí ofreció
nuevos elementos de juicio que merecen análisis para determinar la
concurrencia o no de los motivos que fundaron la medida cautelar o que
posibiliten la imposición de medidas sustitutivas a la detención preventiva.
Ya que entre los motivos que fundaron los riesgos procesales para aplicar
la detención preventiva, se infirió la posibilidad de que la imputada pueda
influir sobre testigos, peritos y sobre el Juez Décimo de Instrucción en lo
Penal (Zenón Rodríguez Zeballos); siendo así que ahora, el nombrado ya
prestó declaraciones en fechas 26 y 28 de noviembre, y 14 de diciembre de
2012.
Bajo estos hechos, corresponde cuestionar si es necesaria la detención
preventiva, cuando el único testigo individualizado que motivó la
imposición de la misma, ya prestó por tres veces su declaración
informativa. Asimismo no es posible fundamentar la continuidad de una
detención preventiva, señalando que la imputada podría influenciar a
testigos y peritos, sin individualizar a los mismos ni evidenciar los métodos
y mecanismos por los cuales podría incurrir en esa conducta de
obstaculización del proceso penal que se lleva en su contra; máxime si ya
transcurrieron más de ocho meses de investigación, en los que la Fiscalía
debió ofrecer al Juez de la causa una exposición concreta y específica de
las personas que se podrían influenciar y de la manera en que la imputada
obstaculizaría la averiguación de la verdad, y no remitirse a un
señalamiento abstracto con la simple indicación de que la imputa
obstaculizará a “testigos y peritos”.
Esto significa que el Juez de la causa debe evaluar los hechos de forma
integral y los efectos de los mismos en la realidad concreta, y no remitirse
únicamente a exigir a la parte imputada la exposición cabal de pruebas.
En este sentido, si bien las pruebas ofrecidas no sustentan de forma
íntegra la cesación a la detención preventiva, es posible constatar que en el
caso, se suscitan hechos que ponen en duda la permanencia de la
detención preventiva; considerando que el Auto 139/2013, que deniega la
cesación de la detención, no fundamenta las razones por las cuales la
imputada debe continuar bajo detención preventiva, reduciéndose
únicamente a señalar que no desvirtuó los motivos que produjeron la
imposición de medida cautelar, cuando la evaluación de los hechos
denotan que se hacen presentes elementos que desvirtúan la causa de la
detención preventiva, como es la supuesta influencia que podía ejercer
sobre el testigo Zenón Rodríguez Zeballos, que al presente registra ya tres
declaraciones informativas.
De igual forma, el Auto de Vista 203/2013, que confirma la denegación a
la solicitud de cesación, resalta que si bien es cierto que el Juez que
impuso la detención preventiva argumentó que la obstaculización se
produciría respecto al Juez Décimo de Instrucción en lo Penal de Santa
Cruz (Zenón Rodríguez Zeballos), también señaló que aún existiría peligro
de obstaculización o influencia negativa a otras personas investigadas. Sin
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embargo, resulta arbitrario negar dicha solicitud, después de más de ocho
meses de investigación, bajo el argumento vago e indefinido de que la
imputada obstaculizará el proceso respecto a testigos y peritos, sin señalar
el modo en que podría incurrir en ello e individualizar a las personas sobre
las que se podría influenciar, pues no es posible fundamentar una
denegación de cesación a la detención preventiva, a partir de argumentos
de forma que no condicen con el respeto a la libertad personal y con la
excepcionalidad de su restricción, según determinan los arts. 7 y 221 del
CPP.
En suma, las Resoluciones impugnadas, determinan la denegación de la
cesación a la detención preventiva, a partir de una relación de documentos
para demostrar su impertinencia, sin dilucidar que en los hechos, la razón
de la medida cautelar fue la supuesta obstaculización respecto a Zenón
Rodríguez y demás testigos y peritos; cuando en la etapa de más de ocho
meses de investigación, el individualizado testigo ya prestó tres
declaraciones y paralelamente no se mencionaron ni individualizaron otros
testigos o peritos a quienes podría afectar la imputada.
En síntesis, las autoridades demandadas, deben correlacionar dentro su
análisis, los motivos que determinaron la imposición de la detención
preventiva, que en el presente caso es la influencia que se podría ejercer
frente a Zenón Rodríguez y a otros testigos y peritos. Pero al momento de
la solicitud de cesación, el mismo Zenón Rodríguez ya habría prestado tres
declaraciones, lo cual exige que las autoridades judiciales expongan de qué
modo más se podría influenciar a este testigo. Por otro lado, es obligación
de los agentes del poder punitivo del Estado, ofrecer e individualizar a los
otros posibles testigos que podría afectar la ahora accionante, caso
contrario, no existiría motivo para continuar manteniendo una detención
preventiva bajo el impreciso argumento de que “podría influenciar a
testigos y peritos”, puesto que se debe concebir que con el transcurso del
tiempo, los fundamentos de la continuidad de la detención preventiva
deben concretizarse y adquirir mayor peso argumentativo, ya que se
supone que el flujo de las investigaciones deben responder a su finalidad
de averiguación de la verdad, caso contrario se estaría adelantando
injustamente una pena con el pretexto de mencionar una posible
obstaculización a “peritos y testigos”.
Todo ello se sustenta en el mismo Código de Procedimiento Penal, que
mantiene como finalidad evitar que la detención preventiva impuesta como
medida cautelar de carácter personal, se convierta en un injusto y
anticipado cumplimiento de una pena, pues, por disposición
constitucional, se reconoce la condición de inocencia en tanto no pese en
su contra una sentencia condenatoria ejecutoriada; por consiguiente, la
autoridad judicial, ante una solicitud de cesación a la detención
preventiva, debe fundamentar la decisión que conceda o rechace la
referida solicitud, expresando los motivos de hecho y de derecho en que
funda su determinación, los cuales deben sujetarse a una evaluación de
criterios objetivos y sujetando su análisis a los presupuestos que fundaron
la imposición a la detención preventiva, fundamentación que no puede ser
reemplazada por la simple relación de los documentos que presenta la
parte imputada o la mención de los requerimientos de las partes, sino que
debe encontrar sustento en razones jurídicas que justifiquen
materialmente la limitación a la libertad personal. Una actuación en
contrario generaría una resolución arbitraria que derivaría en una
privación de la libertad ilegal, pues la exposición de los motivos que
fundan la determinación se consolida en una vulneración al debido
proceso y por tanto en una decisión arbitraria contra legem.

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En este sentido, la imputada, y ahora accionante, consiguió ofrecer un
elemento de convicción que pone en duda la continuidad de la detención
preventiva; en tanto este Tribunal evidenció que la Resolución que impone
la misma se sustentó principalmente en la posibilidad de influenciar a
Zenón Rodríguez Zeballos; sin embargo, éste ya prestó por tres veces su
declaración informativa; lo que vincula a las autoridades judiciales
explicar de manera fundamentada las razones por las cuales corresponde
dar continuidad a la detención preventiva. Y en su caso deberán evaluar la
posibilidad de levantar la medida cautelar o reemplazarla por una menos
gravosa.
Por último, cabe aclarar que la presente acción sólo puede contar con la
legitimación pasiva de las autoridades judiciales, por lo que no
corresponde responsabilizar a funcionarios policías y fiscales, por un acto
que atañe únicamente a las autoridades judiciales.
Por todo lo expuesto, el Tribunal de garantías, al denegar la tutela
solicitada, ha efectuado un incorrecto análisis de los hechos y compulsa de
las normas constitucionales.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera
Especializada; en virtud de la atribución que le confiere la Constitución
Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve:
1°  REVOCAR la Resolución 23/2013 de 13 de noviembre, cursante de fs.
140 a 145 vta., pronunciada por el Juez Séptimo de Partido, de Sentencia
Penal y Liquidador del departamento de Santa Cruz.
2° CONCEDER la tutela solicitada, ordenando que los Vocales, ahora
demandados, dicten nueva resolución considerando los fundamentos
jurídicos de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional y
guardando especial atención a los arts. 7 y 221 del CPP.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional
Plurinacional
Fdo. Tata Gualberto Cusi Mamani
MAGISTRADO
Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
 MAGISTRADA

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