Identidad y Memoria de CHILOE
Identidad y Memoria de CHILOE
Identidad y Memoria de CHILOE
DOI: 10.4206/UHYDXVWUDOFLHQFVRFQ
2007), a la hora de evaluar los impactos de la innegable que el paisaje cultural y económico
acuicultura en la sociedad chilota actual1. Sin del Chiloé actual tiene poco o nada que ver
desconocer que esta industria ha modificado, con el viejo Chiloé del fogón y los brujos en sus
de manera quizás definitiva, el modo de vida aspectos más exteriores, más estereotipados.
tradicional fundado en una economía familiar- Pero no nos engañemos: tras la tela de la
comunitaria, Hall está convencida de que modernidad existe una sociedad insular que no
Chiloé, en su memoria cultural profunda, ha echado por la borda su vieja costumbre de
no se ha modificado. La emergencia de la urdir relatos que una y otra vez vuelven sobre el
modernidad tecnológica y de un orden de pasado, acaso como una forma de conjurar un
relaciones económicas basadas en el flujo de presente de luces y sombras que, como ha sido
dinero obtenido como retribución por un trabajo la tónica a lo largo de toda la historia de Chiloé,
asalariado están siendo utilizados para reforzar desde 1567 en adelante, ofrece promesas
los lazos comunitarios, generando, por ejemplo, (no siempre cumplidas) e incertidumbres que
mercados internos a pequeña escala, algo que terminan siendo carnavalizadas por la rica
aseguraría la continuidad de los asentamientos imaginación mitológica de la cultura isleña.
humanos en el territorio de Chiloé; además, al
disponer de dinero fresco se le abre al chilote la La moderna poesía chilota no es ajena a
posibilidad de participar del consumo industrial esta urdiembre de relatos de la memoria y la
y de la modernidad tecnológica y mediática imaginación. Aunque todos formados en el
internacional sin salir del archipiélago, algo que, paradigma de la estética artística y literaria
en opinión de Hall, es de extrema importancia de la modernidad transnacional, el empeño
para la generación joven. de los poetas por elaborar una escritura
que dé paso a una suerte de heterogénea
Se trata, sin duda, de un asunto debatible. Es poética del territorio habla de la lealtad y la
identificación identitaria de éstos con su tierra
natal2. Si ellos no han dejado de ser chilotes,
pese a su masiva aculturación globalizante,
1
Catherine Hall es nativa de New York. Se traslada a vivir a Chiloé ¿por qué habrían de perder su identidad los
en 1982. En Castro participa, en los años 80, en una intensa
labor artística y cultural, en teatro y música especialmente. habitantes isleños de a pie, quienes, por encima
Colabora con Renato Cárdenas en investigaciones sobre historia, del hecho de que sean parte de un modo de
mitología y religiosidad de Chiloé. Por más de una década ha sido
integrante de la Banda Bordemar (toca flauta traversa), grupo
vida “moderno”, todos los días son interpelados
musical especializado en música instrumental chilota de raíz por el paisaje y la memoria de los suyos?
folklórica, dirigido por Jaime Barría. Efectivamente, la industria
acuícola detuvo la masiva emigración chilota a la Patogonia
chilena y argentina, desde fines del siglo XIX hasta inicios de los
Algo de esto se puede leer en los poemas de
años 70 del siglo XX, aunque al factor acuícola hay que sumarle Jorge Velásquez, Nelson Torres y Víctor Hugo
el severo deterioro de la economía argentina desde fines de los Cárdenas. Si bien en este trabajo no se avanza
años 60 y la implantación del modelo económico neoliberal en
Chile que contribuyó a que Magallanes deje de ser un polo de un estudio rigurosamente literario en el sentido
atracción en la medida en que los sueldos y las condiciones de de elaborar un análisis textual pormenorizado
trabajo tendieron a igualarse en todo el país. Lo que la industria
acuícola sí ha estimulado es la migración interna de Chiloé, que
se traduce en una preocupante disminución de la población de las 2
El lector hallará una muestra de poesía chilota en Abrazo austral.
146 islas pequeñas en beneficio de los centros urbanos e industriales Poesía del sur de Argentina y Chile (2000). Es una antología de
de la Isla Grande (Dalcahue, Castro, Quellón, principalmente). poesía de Chiloé y de poesía de la Patagonia sur de Argentina.
Additum: Hay un dios que todo lo compra: Identidad y memoria de Chiloé en el siglo XXI
de las obras referidas —lo que tal vez podría archipiélago y su consiguiente incorporación
llevarnos a conclusiones diferentes a las indiferenciada a la modernidad capitalista
que más adelante se exponen—, al menos global, contra las fuerzas locales, guardianas
lo propongo como un ejercicio de lectura que de la memoria de la diferencia cultural. El
interconecta los signos de la poesía con los volumen se presta, pues, para leerse, entre
signos de la cultura, la sociedad y la historia otras posibilidades, como el relato de un
local, signos estos últimos que funcionan partido de fútbol, todavía inconcluso, que se
como la condición de posibilidad de la escritura desarrolla en la gran cancha de la historia y
poética. La poesía, aun en su lamento y su de la memoria. Si bien el equipo chilote, según
queja, en su negación radical, en su nostalgia el poemario, pareciera que va perdiendo, no
por lo perdido, sigue siendo documento de su está dicha aún la última palabra. La historia
época y su lugar: registro de lo que no está, en no ha tocado su pitazo final y mientras los
realidad, perdido, pues precisamente está jugadores de antaño —aquéllos de los años 60 e
en la poesía; hecho que se torna todavía inicios de los 70, cuando aún no había golpe de
más evidente cuando se trata de una poesía estado ni salmoneras en los mares chilotes—,
que explícitamente presenta y representa sigan vivos en el recuerdo colectivo, Chiloé
el mundo cultural que la hace posible. será siempre un rival de temer. LIC es, en
este terreno, una interpelación a no olvidar ese
Chiloé: ¿el último partido de fútbol pasado que, a su modo, trabajó para construir un
campesino de su historia? mundo distinto al que finalmente vino a ocurrir.
Los tradicionales y casi ya fenecidos torneos
chilotes de fútbol campesino —los que, siendo “Las primeras jugadas”, poema con que se
competencias deportivas, eran, al mismo inicia el libro, son las jugadas originarias desde
tiempo, fiestas de camaradería entre jugadores donde arranca el presente chilote: “Antes
e hinchas de diversos equipos isleños— hubo aquí un rehue y luego una capilla / una
constituyen el referente de base a partir del misión circular prendida en su propia cruz”
cual Jorge Velásquez, en su poemario La (7)4. Es el momento en que el mundo indígena
iluminada circunferencia (2006, en adelante prehispánico colisiona con los primeros
LIC), traza una sombría imagen del Chiloé
actual3. Velásquez sugiere que este territorio 4
La expresión “misión circular” alude a una particular práctica
está jugando su partido más difícil, aquél en de evangelización de los jesuitas que se inició en 1617 y duró
hasta 1767, año en que fueron expulsados de las posesiones
el que se enfrentan las poderosas fuerzas que españolas. Consistía en un recorrido de los misioneros jesuitas
pretenden alcanzar “el fin de la historia” del por todas las capillas de Chiloé, incluyendo las capillas del
territorio continental, como Carelmapu y la zona de Calbuco.
Los misioneros permanecían en cada localidad desde 3 días a
3
La drástica disminución de los torneos campesinos en las islas del una semana o más, realizando actividades como la confesión,
archipiélago se debe a la confluencia de por lo menos dos factores administrar los sacramentos, visitar cada familia, verificar a
concatenados: la emigración masiva de los jóvenes de las islas través de la comunidad la correcta labor del fiscal, celebrar misas
hacia los centros industriales instalados en la Isla Grande, Quellón y matrimonios, y actualizar el registro de habitantes de cada
y Dalcahue sobre todo. La poca población masculina joven que comunidad, para obtener el número de nacimientos y muertes
permanece en las islas destina la mayor parte de su tiempo a anuales. En ausencia de los sacerdotes, éstos eran reemplazados
trabajar en los centros de cultivos marinos, haciendo turnos los por los fiscales, institución que subsiste hasta los días de hoy.
fines de semana, de modo que reunir 100 ó más jugadores de El lector hallará detalles sobre el modo de evangelización de los
fútbol de diversas islas un día sábado o domingo, como se hacía 147
jesuitas en el archipiélago chilote en el trabajo de Rodrigo Moreno
en el pasado reciente, se ha vuelto una tarea casi imposible. Jeria (2006: 183-203).
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parte de la cultura del neoliberalismo digitada las iglesias de madera, el de las mingas y
por un “Dios que todo lo compra”6. La apelación palafitos— sólo quedan fachadas que ocultan
a la memoria no se resuelve, sin embargo, sólo las ruinas de un Chiloé ya desaparecido o en
como una apego conservador a la tradición o retirada. Pero esas fachadas no dejan de ser,
como resistencia retardataria a la modernidad igualmente, constituyentes de la cultura chilota
desterritorializada; es, en rigor, una estrategia actual; son marcas identitarias que siguen
de juego conducente a neutralizar los efectos siendo eficaces a la hora de dibujar el paisaje
de una particular forma de modernidad: de la modernidad chilota del siglo XXI, pues,
aquella modernidad productiva y comercial incluso desde su teatralización, interpelan,
que en las islas se ha materializado como tanto al foráneo como al nativo, en el sentido
una verdadera “revolución industrial” en el de hacerles notar que la cultura de Chiloé no
terreno de los cultivos marinos, tanto que ha es igual que cualquier otra de Chile o del
alterado dramáticamente la tradicional forma mundo, por más globalizada que parezca
de vida del “bordemar” caracterizada por la su economía y por más internacionales que
pequeña agricultura, la artesanía en lana o sean los mensajes mediáticos que la gente
madera, la pesca y la extracción artesanal recibe a diario. La tarea de la poesía será
de mariscos. Sus efectos más visibles son la entonces leer las huellas de la tradición en lo
proletarización creciente del campesinado que tienen de profundidad humana susceptible
chilote y la instalación de la lógica del mercado de ser movilizada como dique de contención
en el tejido sociocultural de Chiloé, de manera de la laminación neoliberal y la persistencia
que las viejas prácticas de trabajo colectivo (la de las diferencias en una modernidad
minga, por ejemplo) y las de la economía de que no podría sino ser territorializada. El
trueque han desaparecido casi totalmente. Y si dilema, en rigor, no es elegir entre tradición
subsisten, lo hacen como mercancía simbólica y modernidad, entendidas como dos campos
destinada a turistas que pagan para ver una culturales inconciliables, uno mirando al pasado
minga de tiradura de casa, algo que, a estas —se supone— y otro mirando al futuro, sino
alturas, no es sino una teatralización mercantil entre modernidades: una con memoria,
de un práctica que en el pasado se realizaba respetuosa de las personas y la naturaleza,
para resolver un problema real de ubicación de la vida comunitaria, que haga de las
de la vivienda de una familia de la comunidad. transformaciones de la sociedad y la
Hoy día, si se recrean prácticas tradicionales, cultura un proceso genuinamente liberador de
es para ganar dinero in situ y/o notoriedad la miseria, de la ignorancia, del atraso; la otra
en los medios en beneficio del turismo. sin memoria, ordenada en función de intereses
transnacionales de acumulación de ca-
El efecto menos visible, pero más desgarrador, pital, sin más lealtad con el territorio que
es el conflicto identitario que esta situación aquélla que derivada de la necesidad
suscita: de la diferencia cultural del Chiloé instrumental de mantenerlo como fuente
típico —aquél de los mitos y leyendas, el de productiva ventajosa para los operadores
industriales, pero desmantelada de todos
6
“Pero hay un Dios que todo lo compra —decían las bancas— / aquellos factores culturales disfuncionales a
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entonces el mar trajo sus peces de colores / y negras redes esta forma de modernización por acumulación
atraparon las mingas” (“Dos tiempos” 9).
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de capital en manos de una elite burguesa, sin española-imperial, se instala en la isla e intenta,
más compromiso que asegurar el éxito de su a fuerza de armas y letras, arrancar de raíz el
modelo exportador de productos primarios7. rehue ancestral. Chiloé, sin embargo, no llegó
nunca a ser una perfecta cancha de fútbol,
En lugar del olvido, narrar las historias. plana y sin baches, en la que el orden colonial
primero y el republicano nacional después,
El libro de Velásquez aquí comentado se jugaran a sus anchas el partido del reemplazo
identifica, me parece, con una forma de ser de una cultura por otra. Su particular geografía
chilote caracterizada por el reconocimiento conformada de islas canales, su lejanía de
del pasado como realidad indispensable para las metrópolis española, chilena y peruana
vivir y, sobre todo, para rectificar el presente: (recordemos que Chiloé dependía, en la
colonia, del virreinato del Perú), el hecho de que
fuera la última y más lejana frontera del imperio
Son tantas las historias que podría contarte español en América del Sur, los largos inviernos
hijo lluviosos en que colonizados y colonizadores
tantos los torneos como muertes
picoteándome los ojos
se veían obligados a compartir fuego, comida
pero vi, te juro, los mejores jugadores de esta e historias bajo techo, son factores, entre otros,
isla que contribuyeron a generar y sostener una
cuando tú no conocías representantes práctica de vida cooperativa regida por los
ni la TV se veía con la esperanza del monte. ciclos de la naturaleza8. En el Chiloé colonial
[…]
se construye, entonces, una identidad cultural
Hijo no olvides,
No cuya mayor peculiaridad tal vez sea su radical
lealtad a la corona y a la iglesia católica a la
Los padres deben a los ríos volver sus ojos vez que, en materia de economía, es un
cosechar lo que se ha sembrado de
madrugada
porque el juego es la sentencia del desamparo. 8
Habría que agregar el particular modo de evangelizar de
los jesuitas, quienes, en lugar de borrar violentamente ritos y
jerarquías nativas, se esforzaron por metamorfosearlos para
(“El hijo de Charly”, 40) que adquieran un sello cristiano. No es casual que los nativos
llamasen “nguillatun” a las misas. “Venegas y Ferrufino [primeros
misioneros jesuitas], así como todos los demás que siguieron, tenían
una grande preparación cultural, y no es casual que la gran mayoría
¿Qué es lo que no debe ser olvidado? Nada: de los históricos de las Indias fueran jesuitas. Eran expresión de
una pedagogía muy avanzada, aquélla de la ‘Ratio studiorum’ de
todo ha de estar en la memoria de las palabras, la Compañía, y precedentemente a su llegada al archipiélago
empezando, por cierto, por el momento se habían sujetado a una muy rigurosa selección aptitudinal que
fundacional de Chiloé, cuando la cultura averiguaba su idoneidad caracterial, sicológica, física y moral. De
allí vino su conducta siempre ejemplar y el respeto absoluto de
occidental del siglo XVI, en versión cristiano- las prácticas religiosas en cualquiera situación. No eran solamente
expertos en la lengua general de Chile, el mapudungun; también
lo eran en cuanto a conocimientos científicos: técnicas agrícolas,
7
Entiéndase la esquematización dual como una forma de ilustrar artesanales, medicina y farmacopea. Y estos conocimientos
la situación a partir de sus puntos extremos. En los hechos, los prácticos lo ponían a disposición de los indígenas tratando, al
procesos modernizadores, sin importar la ética política que los mismo tiempo, de no contraponerse inútilmente a sus fundamentos
informe, siempre marginaliza a algunos y beneficia a otros. Pero culturales tradicionales […]. En lugar de estigmatizar la celebración
esto no quiere decir, ni de lejos, que sea lo mismo modernizar del ngillatún, los jesuitas trataron de asimilarlo a la celebración de la
150 aplicando una lógica de dominación que hacerlo desde una lógica misa […]. Así pusieron los cimientos de la cultura chilota, mestiza y
democrática atenta siempre al bien común. sincrética como no hay otra (Trivero 2003).
Additum: Hay un dios que todo lo compra: Identidad y memoria de Chiloé en el siglo XXI
para compensar y corregir un presente hostil. escriben poesía asumiendo —no sin dolor—
El Chiloé tradicional, decantado en una que una historia sí llegó a su fin: aquélla de
imaginación y memoria poéticas que busca los tiempos del fogón, cuando los ritmos de
registrar el factor humano duro de la identidad la vida cotidiana estaban ligados a los ciclos
cultural del pasado, operaría como un potente de la naturaleza y los días invernales eran
muro de contención ante la amenaza de largamente conversados en torno al fuego y
laminación de la identidad diferenciada de a la comida. Tiempos en que no se escribía
Chiloé por efecto del capitalismo neoliberal poesía moderna en Chiloé ni la identidad era
navegando a todo motor por los canales un problema que copara el campo de la estética
chilotes. Esto, por otra parte, pone en evidencia y el de las prácticas culturales y políticas15.
cuánto ha penetrado la modernidad capitalista
y sus signos culturales en la identidad de Al respecto, así describe el historiador Rodolfo
Chiloé, al punto de que se hace necesario Urbina (1996) el cambio de época en relación
construirle al presente una historia que lo haga con la poesía en Chiloé, a partir de 1975, cuando
ver como el desenlace trágico de una peripecia se funda el Taller Literario Aumen, en Castro:
que tomó un rumbo contrario a un desenlace
que debió ser (o se esperaba que fuera) feliz. Todo se va mudando tan rápido que ya no están los
antiguos poetas, los poetas sencillos, los pocos que
había cuando todo se reducía a hacer rimar las palabras;
La memoria, entonces, se manifiesta como época de los poemas inocentes escritos en papelitos que
una búsqueda no del tiempo en que fuimos se dejaban guardados en los libros de cuentos, cuando
felices sino del tiempo en que se nos fue dada sólo se pretendía que la rima sonara bien al oído. En los
la posibilidad (frustrada al fin) de construir un ochenta y noventa había nuevos, pero más intrincados
futuro (o sea, el hoy) esplendoroso, como se vates, tiempos de la poesía abstracta que no siempre
cantaba a los campos de la Isla, ni menos a la ciudad.
promete en el himno nacional de Chile14. La
Tampoco era poesía positiva como antaño, sino dolorosa,
identidad, fundada en la memoria, es el reverso porque el tema era el lamento. No se hacían poemas
de la identidad del Chiloé capitalista de hoy, sin al amanecer, no se cantaba a la vida que sugerían las
memoria, como el cara y cruz de una moneda. primaveras olorosas de Castro, ni eran himnos a la
alegría, sino penosísimos sentires. Era el dolor el tema
El “desenlace trágico” no es, sin embargo, de los poetas de los ochenta y noventa. Quizá por eso la
poesía castreña de ahora parece más americana. Duele
el fin de la historia. Se trata de un momento más y, por lo mismo, antítesis del canto folclórico alegre,
de la identidad en que estos poetas chilotes picaresco, positivo de la tradición musical isleña. La poesía
de los ochenta tenía sabor a queja, sabor a protesta […].
14
“Tu campo de flores bordado / te promete futuro esplendor”
Los antiguos eran poetas de las cosas simples, porque la
(Eusebio Lillo, letra del Himno Nacional de Chile). Cuando ya
entramos en el segundo lustro del siglo XXI, el esplendor en
Chiloé no es precisamente el esplendor de los campos, cada vez 15
Los poetas chilotes son sujetos de clase media que viven en la
más abandonados; sino el de los mares que prometen pingües delgada franja que queda entre la elite operadora del modo de
ganancias para las grandes empresas acuícolas. Aunque la producción capitalista y la clase obrera-campesina en etapa ya
naturaleza, al parecer, se está tomando su revancha: el masivo avanzada de salarización. La conciencia identitaria de la poesía
y descontrolado cultivo de salmones en los mares interiores de Chiloé bien podría interpretarse como la respuesta-propuesta
de Chiloé ha provocado una plaga de piojos de mar (Caligus discursiva ante el hecho de que los poetas son interpelados
Chilensis) que amenaza con una drástica disminución de la capacidad tanto por la modernidad literaria internacional (y la globalización
productiva de los centros de cultivos de salmones en cautiverio. cultural), que los instala en un escenario de crítica y competitividad
Se trata de una situación poco difundida, pero que hizo crisis en estética, como por lo local-popular, vivido y/o recordado como una 155
el verano meridional de 2007 (Roberto Farías 2007). gratificante y amable experiencia de arraigo.
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realidad parecía también de ese modo. En fin, eran poetas camiones grúas y montañas de pelets
más entendibles. En los noventa todo lo que se escribía para alimentar a tanto insaciable salmón.
era bellísimo, no cabe duda, pero casi impenetrable […].
El tema era la experiencia social, mientras más dolorosa,
mejor. Pero también era poesía más intelectual que, en A modo de conclusión:
ocasiones, solía tocar el corazón produciendo un sutil el puente cultural
frío que recorría el cuerpo de arriba abajo (347-48).
Al final
En efecto, es el fin de una historia pero, al el amor
la leyenda
mismo tiempo, es la inauguración de otra: el mito
aquélla en que se escribe poesía moderna y la historia
precisamente a partir del reclamo por una tienen un solo cascarón en todas las orillas
modernidad que no sea contraria a la memoria es como un pequeño vientre que se fecunda
de la tradición, aunque este reclamo se y recorre nuestros débiles costados de nuestra
vida.
haga —como se hace en casi toda la poesía
moderna— con un lenguaje “hermético”, algo El viento levanta la memoria
que no es sino la consecuencia del empeño que es el mismo volantín de la niñez
de la poesía por expresar los múltiples que sube por un segundo
desgarros del sujeto moderno empezando por a la eterna eternidad pasajera
hacerse cargo de la precariedad de su propio de nosotros los viajeros que esperamos
lenguaje. Podríamos decir que la modernidad (Víctor Hugo Cárdenas, “Desde la ventana de la
literaria chilota se ha venido haciendo con un casa más vieja del pueblo”, 2003:63)
conjunto de textos que no se limitan a refrendar
un Chiloé arcádico como aquél que se dibuja
en la letra del “Himno a Chiloé”: “Tu flora y tu “La eterna eternidad pasajera”, formulación
fauna son muy ricas; / tus montes con su eterno poética con que Víctor Hugo Cárdenas
verdor, / abarcando mil leguas agrestes / las remacha, a mi entender, la idea de que la
bendijo cien veces mi Dios”16. Las naves que, permanencia identitaria no se logrará sino
otrora erguidas, auguraban “un futuro feliz”, asumiendo su fugacidad, como materia que se
según la gratificante imagen del Himno citado, eleva por un instante y vuelve a caer. La caída,
se han convertido en decenas de balsas-jaulas sin embargo, no es el fin sino un nuevo inicio. La
en las que se crían salmones por millones, memoria, en este sentido, es saber reconocer
flanqueadas por barcazas que cargan modernos el origen en el final: el “pequeño vientre que
se fecunda” con el amor, la leyenda, el mito, la
historia. Recordar, entonces, equivale a no borrar
de la memoria el hecho de que se está siempre
comenzando y siempre en el final, de modo que
la pérdida es, al mismo tiempo, la condición
de posibilidad del renacer y viceversa.
“[La comunidad de Chiloé] paulatinamente
16
Los versos transcritos corresponden al estribillo del “Himno a
156 Chiloé”, de los autores Manuel Andrade Bórquez (letra) y Porfirio
cambia; sin embargo, percibimos que el puente
Díaz Barra (música). cultural aún se mantiene, siendo relevante su
Additum: Hay un dios que todo lo compra: Identidad y memoria de Chiloé en el siglo XXI
Bibliografia
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