Identidad y Memoria de CHILOE

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Revista Austral de Ciencias Sociales 12: 145-158, 2007

DOI: 10.4206/UHYDXVWUDOFLHQFVRFQ

lar isleño, son algunos de los temas líricos


que proveen imágenes de memoria con
las que se busca reformular la identidad
del archipiélago de Chiloé en el siglo XXI.

Palabras clave: Chiloé, identidad cultural,


poesía chilena, memoria, campesinado chilote.
Hay un dios que Abstract
todo lo compra: This article elaborates a view on identity of
Identidad y memoria de contemporary chiloé from the perspective offered
by some poetic texts of Jorge Velásquez, Nelson
Chiloé en el siglo XXI* Torres and Víctor Hugo Cárdenas; a view that
considers, as its central point, the impact of the
There is a god that buys everything: aquiculture industry on Chilote society from the
Identity and Memory of Chiloé 1980s onward. The rural football tournaments,
in the XXI Century travels, the image of the island home, are some of
Sergio Mansilla Torres** the lyric themes that provide images of memory
with which the identity of the archipelago of chiloé
is seeking to be reformulated in the XXI century.

Key words: Chiloé, cultural identity,


Resumen
Chilean poetry, memory, Chilote peasantry.
En este artículo se ensaya una mirada sobre
la identidad del Chiloé actual a partir de la
Introducción
perspectiva que otorgan algunos textos
poéticos de Jorge Velásquez, Nelson Torres y
Víctor Hugo Cárdenas; mirada que considera, “El impacto [de la industria acuícola] es
de manera central, el impacto de la industria multifacético. Hay aspectos positivos y
acuícola en la sociedad chilota desde los negativos. Es muy fácil ser nostálgico de una
años de 1980 en adelante. Los torneos de pobreza que tú no vives […]. A las salmoneras
fútbol campesino, los viajes, la imagen del podemos hacerle muchas críticas, y hay que
hacerle muchas críticas todos los días; pero
*
Este trabajo es fruto del Proyecto Fondecyt Nº 1050623: “De islas hay que reconocer un hecho importantísimo:
y fragmentaciones. poeticas y politicas de los discursos artisticos
y culturales chilotes relativos a la identidad de chiloe en el siglo
la gente recibe un sueldo muy necesario, que
xxi” Chile. le permite seguir viviendo en el archipiélago de
**
Dr. en Lenguas Romances y Literatura, por la Universidad de Chiloé, en los pueblos rurales, con un sueldo,
Washington, Seattle. Actualmente profesor de Literatura y Estudios
Culturales de la Universidad de Los Lagos, Departamento de no sé si digno, pero es un dinero que ha frenado
Humanidades y Artes y Centro de Estudios Regionales. Casilla el despoblamiento de Chiloé”. Así se expresa
933, Osorno, Chile, E-mail: [email protected] 145
Catherine Hall (entrevista personal, 8 de enero
ADDITUM
Fecha recepción 5-5-2007
Fecha aceptación 10-6-2007
Revista Austral de Ciencias Sociales 12: 145-158, 2007

2007), a la hora de evaluar los impactos de la innegable que el paisaje cultural y económico
acuicultura en la sociedad chilota actual1. Sin del Chiloé actual tiene poco o nada que ver
desconocer que esta industria ha modificado, con el viejo Chiloé del fogón y los brujos en sus
de manera quizás definitiva, el modo de vida aspectos más exteriores, más estereotipados.
tradicional fundado en una economía familiar- Pero no nos engañemos: tras la tela de la
comunitaria, Hall está convencida de que modernidad existe una sociedad insular que no
Chiloé, en su memoria cultural profunda, ha echado por la borda su vieja costumbre de
no se ha modificado. La emergencia de la urdir relatos que una y otra vez vuelven sobre el
modernidad tecnológica y de un orden de pasado, acaso como una forma de conjurar un
relaciones económicas basadas en el flujo de presente de luces y sombras que, como ha sido
dinero obtenido como retribución por un trabajo la tónica a lo largo de toda la historia de Chiloé,
asalariado están siendo utilizados para reforzar desde 1567 en adelante, ofrece promesas
los lazos comunitarios, generando, por ejemplo, (no siempre cumplidas) e incertidumbres que
mercados internos a pequeña escala, algo que terminan siendo carnavalizadas por la rica
aseguraría la continuidad de los asentamientos imaginación mitológica de la cultura isleña.
humanos en el territorio de Chiloé; además, al
disponer de dinero fresco se le abre al chilote la La moderna poesía chilota no es ajena a
posibilidad de participar del consumo industrial esta urdiembre de relatos de la memoria y la
y de la modernidad tecnológica y mediática imaginación. Aunque todos formados en el
internacional sin salir del archipiélago, algo que, paradigma de la estética artística y literaria
en opinión de Hall, es de extrema importancia de la modernidad transnacional, el empeño
para la generación joven. de los poetas por elaborar una escritura
que dé paso a una suerte de heterogénea
Se trata, sin duda, de un asunto debatible. Es poética del territorio habla de la lealtad y la
identificación identitaria de éstos con su tierra
natal2. Si ellos no han dejado de ser chilotes,
pese a su masiva aculturación globalizante,
1
Catherine Hall es nativa de New York. Se traslada a vivir a Chiloé ¿por qué habrían de perder su identidad los
en 1982. En Castro participa, en los años 80, en una intensa
labor artística y cultural, en teatro y música especialmente. habitantes isleños de a pie, quienes, por encima
Colabora con Renato Cárdenas en investigaciones sobre historia, del hecho de que sean parte de un modo de
mitología y religiosidad de Chiloé. Por más de una década ha sido
integrante de la Banda Bordemar (toca flauta traversa), grupo
vida “moderno”, todos los días son interpelados
musical especializado en música instrumental chilota de raíz por el paisaje y la memoria de los suyos?
folklórica, dirigido por Jaime Barría. Efectivamente, la industria
acuícola detuvo la masiva emigración chilota a la Patogonia
chilena y argentina, desde fines del siglo XIX hasta inicios de los
Algo de esto se puede leer en los poemas de
años 70 del siglo XX, aunque al factor acuícola hay que sumarle Jorge Velásquez, Nelson Torres y Víctor Hugo
el severo deterioro de la economía argentina desde fines de los Cárdenas. Si bien en este trabajo no se avanza
años 60 y la implantación del modelo económico neoliberal en
Chile que contribuyó a que Magallanes deje de ser un polo de un estudio rigurosamente literario en el sentido
atracción en la medida en que los sueldos y las condiciones de de elaborar un análisis textual pormenorizado
trabajo tendieron a igualarse en todo el país. Lo que la industria
acuícola sí ha estimulado es la migración interna de Chiloé, que
se traduce en una preocupante disminución de la población de las 2
El lector hallará una muestra de poesía chilota en Abrazo austral.
146 islas pequeñas en beneficio de los centros urbanos e industriales Poesía del sur de Argentina y Chile (2000). Es una antología de
de la Isla Grande (Dalcahue, Castro, Quellón, principalmente). poesía de Chiloé y de poesía de la Patagonia sur de Argentina.
Additum: Hay un dios que todo lo compra: Identidad y memoria de Chiloé en el siglo XXI

de las obras referidas —lo que tal vez podría archipiélago y su consiguiente incorporación
llevarnos a conclusiones diferentes a las indiferenciada a la modernidad capitalista
que más adelante se exponen—, al menos global, contra las fuerzas locales, guardianas
lo propongo como un ejercicio de lectura que de la memoria de la diferencia cultural. El
interconecta los signos de la poesía con los volumen se presta, pues, para leerse, entre
signos de la cultura, la sociedad y la historia otras posibilidades, como el relato de un
local, signos estos últimos que funcionan partido de fútbol, todavía inconcluso, que se
como la condición de posibilidad de la escritura desarrolla en la gran cancha de la historia y
poética. La poesía, aun en su lamento y su de la memoria. Si bien el equipo chilote, según
queja, en su negación radical, en su nostalgia el poemario, pareciera que va perdiendo, no
por lo perdido, sigue siendo documento de su está dicha aún la última palabra. La historia
época y su lugar: registro de lo que no está, en no ha tocado su pitazo final y mientras los
realidad, perdido, pues precisamente está jugadores de antaño —aquéllos de los años 60 e
en la poesía; hecho que se torna todavía inicios de los 70, cuando aún no había golpe de
más evidente cuando se trata de una poesía estado ni salmoneras en los mares chilotes—,
que explícitamente presenta y representa sigan vivos en el recuerdo colectivo, Chiloé
el mundo cultural que la hace posible. será siempre un rival de temer. LIC es, en
este terreno, una interpelación a no olvidar ese
Chiloé: ¿el último partido de fútbol pasado que, a su modo, trabajó para construir un
campesino de su historia? mundo distinto al que finalmente vino a ocurrir.
Los tradicionales y casi ya fenecidos torneos
chilotes de fútbol campesino —los que, siendo “Las primeras jugadas”, poema con que se
competencias deportivas, eran, al mismo inicia el libro, son las jugadas originarias desde
tiempo, fiestas de camaradería entre jugadores donde arranca el presente chilote: “Antes
e hinchas de diversos equipos isleños— hubo aquí un rehue y luego una capilla / una
constituyen el referente de base a partir del misión circular prendida en su propia cruz”
cual Jorge Velásquez, en su poemario La (7)4. Es el momento en que el mundo indígena
iluminada circunferencia (2006, en adelante prehispánico colisiona con los primeros
LIC), traza una sombría imagen del Chiloé
actual3. Velásquez sugiere que este territorio 4
La expresión “misión circular” alude a una particular práctica
está jugando su partido más difícil, aquél en de evangelización de los jesuitas que se inició en 1617 y duró
hasta 1767, año en que fueron expulsados de las posesiones
el que se enfrentan las poderosas fuerzas que españolas. Consistía en un recorrido de los misioneros jesuitas
pretenden alcanzar “el fin de la historia” del por todas las capillas de Chiloé, incluyendo las capillas del
territorio continental, como Carelmapu y la zona de Calbuco.
Los misioneros permanecían en cada localidad desde 3 días a
3
La drástica disminución de los torneos campesinos en las islas del una semana o más, realizando actividades como la confesión,
archipiélago se debe a la confluencia de por lo menos dos factores administrar los sacramentos, visitar cada familia, verificar a
concatenados: la emigración masiva de los jóvenes de las islas través de la comunidad la correcta labor del fiscal, celebrar misas
hacia los centros industriales instalados en la Isla Grande, Quellón y matrimonios, y actualizar el registro de habitantes de cada
y Dalcahue sobre todo. La poca población masculina joven que comunidad, para obtener el número de nacimientos y muertes
permanece en las islas destina la mayor parte de su tiempo a anuales. En ausencia de los sacerdotes, éstos eran reemplazados
trabajar en los centros de cultivos marinos, haciendo turnos los por los fiscales, institución que subsiste hasta los días de hoy.
fines de semana, de modo que reunir 100 ó más jugadores de El lector hallará detalles sobre el modo de evangelización de los
fútbol de diversas islas un día sábado o domingo, como se hacía 147
jesuitas en el archipiélago chilote en el trabajo de Rodrigo Moreno
en el pasado reciente, se ha vuelto una tarea casi imposible. Jeria (2006: 183-203).
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conquistadores y misioneros. La conquista imagen que alude a un inicio y fin de todo;


española fue, en realidad, un partido a muerte una suerte de aleph borgeano que permite
que terminó precisamente con la victoria del ver, en alegoría futbolística, los límites de
rehue: “la victoria no fue sino aniquilación la cancha de la historia antigua y moderna.
de los latidos / bajo la sombra / entonces En este contexto, y como ya se ha sugerido,
libres de marcadores / [los conquistadores] LIC deviene relato de un largo torneo que
domesticaron el mar y la maleza” (7). comenzó con la cruz y la espada españolas;
siguió con la batalla de Mocopulli en el
La identidad de Chiloé emerge, en verano de 1826, que selló la derrota de las
consecuencia, de un acto de violencia de los tropas chilotas realistas y la consiguiente
recién llegados que terminó dirigido contra la incorporación forzada del territorio de Chiloé
naturaleza, de manera que la codicia “plantó a la República de Chile; luego la presencia
aquí […] su estandarte” (7). Se inaugura, así, modernizadora —no siempre exitosa, no
una larga justa que en las islas lleva hasta siempre democrática— del estado chileno a lo
ahora casi 450 años. Pero es un partido de largo de los siglos XIX y XX, la que se acentuó
fútbol demasiado desigual: no son 11 jugadores a partir del terremoto de 1960. Y en los últimos
contra 11 rivales, sino 11 contra el colonialismo 30 años la invasiva llegada de la industria
y el olvido de la(s) identidad(es) originaria(s); acuícola que ha dado un golpe devastador a
11 contra la codicia que se ha apoderado de la los jugadores que antes “eran libres ovejas
naturaleza, esa misma naturaleza que alguna corriendo por el aire”, en los tiempos en
vez fue el espacio libremente compartido que “no había turnos en Salmoneras” (9).
por los chilotes cuando ésta no se había
aún privatizado en un contexto capitalista. El relato poético de los partidos de fútbol
La “iluminada circunferencia” (graficada en la evoca una memoria de derrotas y despojos;
portada del libro como una especie de pero también de resistencias exitosas, de
isla-estadio de fútbol)5 alude, por un lado, a tácticas de juego que revelan que el gran
una imagen de eterno retorno de la historia partido de la continuidad cultural de Chiloé
en el sentido de que el antiguo partido entre está lejos de terminar. De hecho, la escritura
indígenas y españoles reaparece cada poética en sí misma llega a ser una estrategia
vez que se enfrentan los equipos de las que sorprenderá a los rivales en la medida
islas más hispanizadas con los de las en que la poesía desnudará, por una parte,
menos hispanizadas (ej., Quenac contra una historia de barbarie, de invasores y
Teuquelín; recordemos de paso que en el de exterminadores del Chiloé profundo,
siglo XVIII los españoles expulsaron a los evidenciando, de paso, la debilidad identitaria
indígenas de Quenac y los relegaron a islas de éstos, pese a su aparente superioridad:
cercanas, siendo Teuquelín una de ellas; una los sujetos colonizadores en última instancia
forma de hacer limpieza étnica, por cierto). En no tienen memoria sino intereses. La poesía, en
otra dimensión de sentido, a partir del círculo cambio, potenciará el poder de la memoria
central de la cancha de fútbol se elabora una de los subalternos, tarea urgente y necesaria
si se considera que la memoria es la fortaleza
148 La portada del libro de Velásquez fue realizada por el pintor y de una identidad que se niega a ser, sin más,
5

dibujante Marcelo Paredes.


Additum: Hay un dios que todo lo compra: Identidad y memoria de Chiloé en el siglo XXI

parte de la cultura del neoliberalismo digitada las iglesias de madera, el de las mingas y
por un “Dios que todo lo compra”6. La apelación palafitos— sólo quedan fachadas que ocultan
a la memoria no se resuelve, sin embargo, sólo las ruinas de un Chiloé ya desaparecido o en
como una apego conservador a la tradición o retirada. Pero esas fachadas no dejan de ser,
como resistencia retardataria a la modernidad igualmente, constituyentes de la cultura chilota
desterritorializada; es, en rigor, una estrategia actual; son marcas identitarias que siguen
de juego conducente a neutralizar los efectos siendo eficaces a la hora de dibujar el paisaje
de una particular forma de modernidad: de la modernidad chilota del siglo XXI, pues,
aquella modernidad productiva y comercial incluso desde su teatralización, interpelan,
que en las islas se ha materializado como tanto al foráneo como al nativo, en el sentido
una verdadera “revolución industrial” en el de hacerles notar que la cultura de Chiloé no
terreno de los cultivos marinos, tanto que ha es igual que cualquier otra de Chile o del
alterado dramáticamente la tradicional forma mundo, por más globalizada que parezca
de vida del “bordemar” caracterizada por la su economía y por más internacionales que
pequeña agricultura, la artesanía en lana o sean los mensajes mediáticos que la gente
madera, la pesca y la extracción artesanal recibe a diario. La tarea de la poesía será
de mariscos. Sus efectos más visibles son la entonces leer las huellas de la tradición en lo
proletarización creciente del campesinado que tienen de profundidad humana susceptible
chilote y la instalación de la lógica del mercado de ser movilizada como dique de contención
en el tejido sociocultural de Chiloé, de manera de la laminación neoliberal y la persistencia
que las viejas prácticas de trabajo colectivo (la de las diferencias en una modernidad
minga, por ejemplo) y las de la economía de que no podría sino ser territorializada. El
trueque han desaparecido casi totalmente. Y si dilema, en rigor, no es elegir entre tradición
subsisten, lo hacen como mercancía simbólica y modernidad, entendidas como dos campos
destinada a turistas que pagan para ver una culturales inconciliables, uno mirando al pasado
minga de tiradura de casa, algo que, a estas —se supone— y otro mirando al futuro, sino
alturas, no es sino una teatralización mercantil entre modernidades: una con memoria,
de un práctica que en el pasado se realizaba respetuosa de las personas y la naturaleza,
para resolver un problema real de ubicación de la vida comunitaria, que haga de las
de la vivienda de una familia de la comunidad. transformaciones de la sociedad y la
Hoy día, si se recrean prácticas tradicionales, cultura un proceso genuinamente liberador de
es para ganar dinero in situ y/o notoriedad la miseria, de la ignorancia, del atraso; la otra
en los medios en beneficio del turismo. sin memoria, ordenada en función de intereses
transnacionales de acumulación de ca-
El efecto menos visible, pero más desgarrador, pital, sin más lealtad con el territorio que
es el conflicto identitario que esta situación aquélla que derivada de la necesidad
suscita: de la diferencia cultural del Chiloé instrumental de mantenerlo como fuente
típico —aquél de los mitos y leyendas, el de productiva ventajosa para los operadores
industriales, pero desmantelada de todos
6
“Pero hay un Dios que todo lo compra —decían las bancas— / aquellos factores culturales disfuncionales a
149
entonces el mar trajo sus peces de colores / y negras redes esta forma de modernización por acumulación
atraparon las mingas” (“Dos tiempos” 9).
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de capital en manos de una elite burguesa, sin española-imperial, se instala en la isla e intenta,
más compromiso que asegurar el éxito de su a fuerza de armas y letras, arrancar de raíz el
modelo exportador de productos primarios7. rehue ancestral. Chiloé, sin embargo, no llegó
nunca a ser una perfecta cancha de fútbol,
En lugar del olvido, narrar las historias. plana y sin baches, en la que el orden colonial
primero y el republicano nacional después,
El libro de Velásquez aquí comentado se jugaran a sus anchas el partido del reemplazo
identifica, me parece, con una forma de ser de una cultura por otra. Su particular geografía
chilote caracterizada por el reconocimiento conformada de islas canales, su lejanía de
del pasado como realidad indispensable para las metrópolis española, chilena y peruana
vivir y, sobre todo, para rectificar el presente: (recordemos que Chiloé dependía, en la
colonia, del virreinato del Perú), el hecho de que
fuera la última y más lejana frontera del imperio
Son tantas las historias que podría contarte español en América del Sur, los largos inviernos
hijo lluviosos en que colonizados y colonizadores
tantos los torneos como muertes
picoteándome los ojos
se veían obligados a compartir fuego, comida
pero vi, te juro, los mejores jugadores de esta e historias bajo techo, son factores, entre otros,
isla que contribuyeron a generar y sostener una
cuando tú no conocías representantes práctica de vida cooperativa regida por los
ni la TV se veía con la esperanza del monte. ciclos de la naturaleza8. En el Chiloé colonial
[…]
se construye, entonces, una identidad cultural
Hijo no olvides,
No cuya mayor peculiaridad tal vez sea su radical
lealtad a la corona y a la iglesia católica a la
Los padres deben a los ríos volver sus ojos vez que, en materia de economía, es un
cosechar lo que se ha sembrado de
madrugada
porque el juego es la sentencia del desamparo. 8
Habría que agregar el particular modo de evangelizar de
los jesuitas, quienes, en lugar de borrar violentamente ritos y
jerarquías nativas, se esforzaron por metamorfosearlos para
(“El hijo de Charly”, 40) que adquieran un sello cristiano. No es casual que los nativos
llamasen “nguillatun” a las misas. “Venegas y Ferrufino [primeros
misioneros jesuitas], así como todos los demás que siguieron, tenían
una grande preparación cultural, y no es casual que la gran mayoría
¿Qué es lo que no debe ser olvidado? Nada: de los históricos de las Indias fueran jesuitas. Eran expresión de
una pedagogía muy avanzada, aquélla de la ‘Ratio studiorum’ de
todo ha de estar en la memoria de las palabras, la Compañía, y precedentemente a su llegada al archipiélago
empezando, por cierto, por el momento se habían sujetado a una muy rigurosa selección aptitudinal que
fundacional de Chiloé, cuando la cultura averiguaba su idoneidad caracterial, sicológica, física y moral. De
allí vino su conducta siempre ejemplar y el respeto absoluto de
occidental del siglo XVI, en versión cristiano- las prácticas religiosas en cualquiera situación. No eran solamente
expertos en la lengua general de Chile, el mapudungun; también
lo eran en cuanto a conocimientos científicos: técnicas agrícolas,
7
Entiéndase la esquematización dual como una forma de ilustrar artesanales, medicina y farmacopea. Y estos conocimientos
la situación a partir de sus puntos extremos. En los hechos, los prácticos lo ponían a disposición de los indígenas tratando, al
procesos modernizadores, sin importar la ética política que los mismo tiempo, de no contraponerse inútilmente a sus fundamentos
informe, siempre marginaliza a algunos y beneficia a otros. Pero culturales tradicionales […]. En lugar de estigmatizar la celebración
esto no quiere decir, ni de lejos, que sea lo mismo modernizar del ngillatún, los jesuitas trataron de asimilarlo a la celebración de la
150 aplicando una lógica de dominación que hacerlo desde una lógica misa […]. Así pusieron los cimientos de la cultura chilota, mestiza y
democrática atenta siempre al bien común. sincrética como no hay otra (Trivero 2003).
Additum: Hay un dios que todo lo compra: Identidad y memoria de Chiloé en el siglo XXI

territorio que se caracteriza por un profundo no católicos, de origen europeo o indígena,


distanciamiento de los clásicos modos de que otorgan un vasto conjunto de permisos
producción coloniales basados en la minería y prohibiciones al vivir cotidiano; relatos
o en la hacienda. Y en materia cultural Chiloé que, por lo mismo, actúan como mecanismos
se volvió un raro caso en que cosmovisiones de cohesión y disciplinamiento social.
españolas e indígenas llegaron a imbricarse a Chiloé no sólo fue le último reducto español en
tal punto que formaron una vasta síntesis de Sudamérica sino, sobre todo, un territorio cuyos
mitos, leyendas y creencias de todo tipo que, habitantes nunca se sintieron identificados con
no obstante la incompatibilidad de muchas de el proyecto de nación del estado chileno, tanto
ellas con el cristianismo ortodoxo, constituyeron así que durante buena parte del siglo XIX los
la base de un imaginario en que las categorías chilotes vivieron esperando que volvieran las
de realidad y ficción no se ajustaban en absoluto naves españolas a tomar posesión de las islas10.
a los criterios de la racionalidad moderna. El En el archipiélago nunca hubo una burguesía
mito cosmogónico de Ten-ten Vilú y Cai-cai nacionalista ni financiera ni industrial que
Vilú pasa a ser parte del patrimonio cultural entrara en colisión con la Corona porque, en
chilote junto con el relato del Caleuche, una rigor, no hubo en las islas desarrollo del modo
versión local del holandés errante, o el mito de producción propiamente capitalista sino
de Trauco, cuyo sentido original de deidad de hasta fines del siglo XX. La identidad cultural de
la fertilidad natural se metamorfosea en sátiro Chiloé se construyó básicamente a partir de la
deforme de raíz europea, mitos que van de la práctica del intercambio de bienes y servicios en
mano con la devoción a Jesús Nazareno, con el marco de un modo de producción orientado,
la retención de una vaga pero gratificante casi siempre, a la satisfacción de necesidades
memoria política de un lejano pasado español, endógenas de sobrevivencia, entorno en el que
y con los relatos de brujos y su misteriosa el dinero, como se comprenderá, jugaba un rol
organización denominada “La Mayoría”9, todo secundario. No se dieron, pues, las condiciones
formando una amalgama que no va nada de para la aparición de burgueses y proletarios
acuerdo con la canónica racionalidad occidental (siguiendo la conocida clasificación marxista) en
moderna. La incorporación del territorio de tanto los medios de producción (la tierra en forma
Chiloé a Chile en 1826 no alteró gran cosa de minifundio) estuvo en manos de pequeños
esta tendencia; en cierto modo la acentuó en propietarios que no estaban en condiciones (o no
la medida en las islas quedaron casi como querían) generar acumulación de capital a gran
un apéndice olvidado de Chile, y la población escala, y el resto de los recursos naturales (las
se vio obligada de sobrevivir con recursos playas, los bosques, incluso muchos campos
locales entre los cuales están, por cierto, los 10
Sólo como una mínima muestra de la lealtad chilota al rey
relatos de este mundo y del otro, católicos y de España, escuchemos parte del discurso que en 1950 el
alcalde del Ancud pronunciara en una cena de homenaje al
9
“La Mayoría” es una especie de Estado Mayor de los brujos que embajador español, que entonces visitaba Chiloé, José María
autoriza o deniega que brujos subalternos ejecuten males sobre Doussinague, acompañado por Rafael Fernández Quintanilla,
personas determinadas. Es también un tribunal, cuyo asiento se descendiente de Antonio Quintanilla, el último gobernador español
supone que es Quicaví, que juzga y castiga a brujos que rompen de Chiloé: “Todos los chilotes aquí presentes descendemos de
reglas de la organización denominada “Recta Provincia”, que quienes pelearon y aún murieron defendiendo al rey de España
habría tenido existencia histórica en el siglo XIX. Un notable en la guerra de independencia […] En esta ciudad se mantiene
estudio de esta organización lo hallamos en Mauricio Marino y vivo, más que en ninguna otra, el amor a la España Imperial” 151
Cipriano Osorio (1983). (Guarda 1992: 30).
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de pastoreo) pertenecían a todos (eran, de ha trazado fronteras en el interior del territorio


hecho, de propiedad comunitaria no obstante chilote: un territorio segmentado que se
la privatización temprana de la tierra)11. correlaciona con una creciente segmentación
En el poema de Velásquez, antes citado, social entre los que controlan los grandes
la interpelación poética proferida por el medios de producción (digamos, la burguesía
hablante al hijo, llamándolo a no olvidar, no se profesional que, si bien no son los propietarios
comprendería sin tener en cuenta el enorme de las empresas, en tanto ejecutivos sí deciden a
impacto que la industria acuícola, desde 1975 quién contratar y despedir, cuánto pagar y cómo
a la fecha, ha tenido sobre la cultura de Chiloé. y cuándo trabajar) y los que cada vez dependen
Más que la privatización masiva de los mares, más y más, para vivir, de la venta de su fuerza
bosques, incluso playas —al fin de cuentas, los de trabajo. El modo de producción familiar,
chilotes desde siempre han sentido la tierra como base de la economía tradicional, con apoyo de
propiedad privada—, lo que afecta es el hecho vecinos y parientes, destinado al autoconsumo
de que las nuevas formas de privatización y a la venta de los excedentes —que nunca eran
no dejan espacio alguno al cooperativismo. Al muchos— ha desaparecido casi totalmente.
contrario, estarían estimulando el individualismo
y, sobre todo, el monetarismo en la vida cotidiana Queda, sí, la memoria. Esa memoria que en LIC
a un punto tal que, como se suele decir en no se agota en el relato de torneos perdidos ni
Chiloé, ya nadie da un paso si no se le pone el se formaliza sólo como nostalgia de un tiempo
billete por delante. Al mismo tiempo, las nuevas y de lugares antiguos, imaginados como más
propiedades privadas en el mar —que antaño plenos que los de hoy. LIC es, por encima de
eran los espacios esencialmente comunes y todo, un relato de mancomuniones culturales
libres— están hoy delimitadas y celosamente históricamente acontecidas, representadas
vigiladas (son los espacios concesionados). en esos equipos de fútbol campesino que
jugaban por un genuino amor a la tierra y a
En el caso de las pesqueras, la vigilancia suele sus islas de origen, sin importar si ser buen
estar a cargo de guardias a menudo equipados jugador tenía algún valor comercial o no. Es la
con rifles de alto poder (capaces de aniquilar a historia de un tiempo ya ido, pero no muerto.
lobos marinos) y con expresas instrucciones de Su recuerdo es una lección de humanidad
prohibir el ingreso, incluso la aproximación, a los que no debe olvidarse, pues es la cantera de
centros de cultivos de cualquier persona ajena a donde salen y saldrán los materiales con que
la empresa. De modo, pues, que la privatización se ha de modelar la nueva identidad de Chiloé
por la que aboga la poesía de Velásquez: una
11
En la isla de Quinchao, por ejemplo, hasta la década del 40 del identidad consciente de su propio pasado,
siglo XX, si bien la tierra estaba completamente privatizada,
delimitada en propiedades de unas 10 a 12 hectáreas como en el entendido de que esta conciencia es
promedio (aunque algunas podían superar las 30 hectáreas una actitud cultural-política de resistencia
de extensión), existió la costumbre de cerrar sólo los paños en
los que se sembraba y en los que era necesario retener a los al capitalismo transnacional y a su cultura
animales domésticos. El resto del terreno estaba sin cerco alguno; mediática global y, a la vez, una propuesta de
sólo delimitado por hileras de álamos o por otros hitos (piedras
grandes, ríos, arroyos, robles plantados en puntos visibles, etc.).
modernidad integradora y democrática, apelando
Mi padre alguna vez me contó que en su infancia (años de 1930) justamente a esta historia de competiciones,
152 era muy común ver tropillas de caballos baguales, sin dueños,
desplazarse libremente por toda la isla de Quinchao.
las cuales operaban como eficaces instancias
Additum: Hay un dios que todo lo compra: Identidad y memoria de Chiloé en el siglo XXI

de resolución simbólica de las diferencias. todo —en estas tierras— fosforece.


Nelson Torres, por su lado, insiste en cuán (“Tierra de luciérnagas”, LVP)
democrática es la identidad de Chiloé en lo
que concierne al resguardo de la memoria Identidad y memoria
profunda de la sociedad chilota: “Aquí Veliches para los tiempos venideros
Chonos y chilenos / sacan del bolsillo puñados
“Se me ocurre que la identidad siempre es
de luciérnagas / que arrojan a la noche y
una reelaboración nostálgica de lo que creímos
resplandecen incluso / sus difuntos”12. Así, que fuimos alguna vez. Cuando hablo de nostalgia
categóricamente, Torres, en su poema “Tierra no estoy refiriéndome a la historia propiamente tal,
de luciérnagas” (del libro inédito Libro de sino a una forma de historia afectiva, o sea, a
viajeros perdidos, en adelante LVP)13, nos hace la que se cuenta en forma agradable, y que es
saber que, en las islas, indígenas y chilenos amable con uno mismo y con su grupo. Es la de los
tiempos en que éramos felices” (Bengoa 2003: 601).
son, sin distingos, componentes etnico-raciales
de una misma identidad, todos unidos por Esta manera de ver la identidad supone que el
el mismo oficio de ser los mantenedores del relato de ésta sería una especie de elisión de la
reservorio de luz que permite la continuidad realidad, la que vendría a ser sustituida por una
de Chiloé en la noche de una modernidad historia “amable con uno mismo y con su grupo”;
que no reconoce ni le interesa reconocer una suerte de fuga imaginaria de la historia para
la singularidad cultural del archipiélago, hacer, quizás, llevadera las agresividades de
salvo, tal vez, como mercancía disponible ésta y desdramatizar, de paso, los desencuentros
en el mercado de los productos exóticos. del sujeto con la “historia propiamente tal”.

Aquí ya fue Como en el discurso de Don Quijote sobre la


hubo en otro tiempo desamparo Edad Dorada pronunciado ante los cabreros
y los nativos allí donde había que guardar forraje (I, XXX), la verdadera identidad recordaría
leña granos un modo de vida pasado perfilado según una
ocultaron la semilla de la luz
imagen de plenitud; un modo de vida “en que
y la cuidaron de la lluvia
y las miradas hirientes no existían las palabras ni tuyo ni mío”, modo
que las hubieran vuelto sacos de lombrices. que, en algún momento, por causas no siempre
claras, comenzó a ser corroído por la malicia.
Piedras cerros puentes ríos La imaginación poética de Velásquez y Torres
nubes rostros almas perfila, en efecto, una cierta historia afectiva y
amable de Chiloé, signada por la comunión de
veliches, chonos y chilenos, quienes, unidos en
12
Torres escribe “Veliches”, castellanizando el plural del vocablo. una ejemplar solidaridad, preservan la luz en
Dado que el sufijo “che”, en mapuzundung (lengua mapuche), medio de la oscuridad. En el caso de Velásquez,
significa “gente” en un sentido plural, se suele también escribir
sin “s” final marcando el plural castellano sólo en el artículo (“los como ya he sugerido, el comunitarismo (¿o
mapuche”, “los huilliche”). Sobre indígenas chonos y veliches, no sería mejor decir comunismo?) toma la
remito a Los chono y los veliche de Chiloé de Renato Cárdenas et
al.(1993). forma de equipos de fútbol que juegan por
13
La versión del libro que trabajamos aquí corresponde a un amor a sus islas contra rivales que, como la 153
documento inédito facilitado por el propio autor hacia septiembre
del 2006)
hidra, tienen muchas cabezas (v. g., el golpe
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de Estado de 1973, la invasiva instalación de efectiva: la historia propiamente tal, en palabras


las salmoneras o, simplemente, el tiempo, la de Bengoa, tal como estos poetas la rememoran
enfermedad y la muerte haciendo lo suyo). a la hora de poner en la picota un modo de
En rigor, sin embargo, la historia afectiva y producción que estimula el darwinismo
amable no es la historia de “los tiempos en que social y contribuye, peligrosamente, a la
éramos felices”, porque no hubo, en realidad, desestructuración del tejido comunitario. La
ningún tiempo con esas características. No remembranza del pasado, anterior a la actual
hay ni ha habido ninguna edad dorada, y si industrialización cuando las vergonzosas
alguien alguna vez pensó que la Ciudad de desigualdades del neoliberalismo hacen su
los Césares de veras existía, al buscarla no agosto, acontece no para mostrarlo como un
halló (ni hallará), “en estas latitudes”, otra tiempo de plenitud paradisíaca sino más bien
cosa que no sea la exacta réplica de las al revés: como la evidencia de viejas tragedias,
siempre degradadas ciudades de la república: las que, gracias a la capacidad de cohesión de
la sociedad chilota, han sido superadas con
Réplicas hay de las ciudades chilenas éxito en el sentido de que se pudo construir una
en esta urbe que debe cubrir los mil kilómetros. identidad cultural lo suficientemente potente,
Réplicas del Barrio Suecia
(reina el Sida en esos pavimentos)
integradora y adaptativa para sobrevivir, con
Réplicas de bares del sector portuario de Pancho, sus singularidades, a lo largo de casi cinco
gancho siglos. “La semilla de la luz” de la que habla
(vasto territorio de cirróticos) Torres es, en mi opinión, una manera de
Réplicas de las poblaciones callampas, referirse a la energía vital de la sociedad chilota
casas de dos por dos, hechas de cartones
que le ha permitido sustentar una identidad
urbanizadas por el Serviu
(sentados en cajones, gozan las familias, a contrapelo de la modernidad imperialista y
viendo a Don Francisco y los Reality de Chile) laminadora de diferencias culturales. No creo
ver en los libros de Velásquez y Torres, aquí
Son réplicas exactas, a igual tamaño, brevemente referidos, un rechazo a ultranza de
cercadas, eso sí, y dispuestas tras unos cristales la modernidad; sí un rechazo a una modernidad
que echan a volar la luz hacia todos los rincones de
la selva
neoliberal particular que ha convertido a los
(eso debió ser lo que avistamos desde afuera). mares de Chiloé, y la agente que vive en él
y de él, en botín de los neocolonizadores.
Porque este sector de Césares es un lugar de
reflexión, Ni antes ni ahora ha habido una verdadera
el museo de la Pobritud,
historia de felicidad. Chiloé, desde el siglo XVI
vocifera en cantarina voz achilotada
la bella guía de rasgos achinados. hasta ahora, ha sido botín de conquistadores,
de misioneros, de piratas y corsarios de toda
(“Réplicas urbanas”, LVP; cursivas del autor) clase, del estado chileno, de transnacionales;
cada uno, a su manera, ha hecho del chilote
Elucidar lo otro de una modernidad degradada, un sujeto periférico y subalterno, emigrante
como la que el poema sugiere, se transforma muchas veces, cuya identidad, en última
en un persistente ejercicio de memoria de una instancia, radica en la memoria de un pasado
154
historia afectiva que es y ha sido al mismo tiempo efectivamente vivido y afectivamente recordado
Additum: Hay un dios que todo lo compra: Identidad y memoria de Chiloé en el siglo XXI

para compensar y corregir un presente hostil. escriben poesía asumiendo —no sin dolor—
El Chiloé tradicional, decantado en una que una historia sí llegó a su fin: aquélla de
imaginación y memoria poéticas que busca los tiempos del fogón, cuando los ritmos de
registrar el factor humano duro de la identidad la vida cotidiana estaban ligados a los ciclos
cultural del pasado, operaría como un potente de la naturaleza y los días invernales eran
muro de contención ante la amenaza de largamente conversados en torno al fuego y
laminación de la identidad diferenciada de a la comida. Tiempos en que no se escribía
Chiloé por efecto del capitalismo neoliberal poesía moderna en Chiloé ni la identidad era
navegando a todo motor por los canales un problema que copara el campo de la estética
chilotes. Esto, por otra parte, pone en evidencia y el de las prácticas culturales y políticas15.
cuánto ha penetrado la modernidad capitalista
y sus signos culturales en la identidad de Al respecto, así describe el historiador Rodolfo
Chiloé, al punto de que se hace necesario Urbina (1996) el cambio de época en relación
construirle al presente una historia que lo haga con la poesía en Chiloé, a partir de 1975, cuando
ver como el desenlace trágico de una peripecia se funda el Taller Literario Aumen, en Castro:
que tomó un rumbo contrario a un desenlace
que debió ser (o se esperaba que fuera) feliz. Todo se va mudando tan rápido que ya no están los
antiguos poetas, los poetas sencillos, los pocos que
había cuando todo se reducía a hacer rimar las palabras;
La memoria, entonces, se manifiesta como época de los poemas inocentes escritos en papelitos que
una búsqueda no del tiempo en que fuimos se dejaban guardados en los libros de cuentos, cuando
felices sino del tiempo en que se nos fue dada sólo se pretendía que la rima sonara bien al oído. En los
la posibilidad (frustrada al fin) de construir un ochenta y noventa había nuevos, pero más intrincados
futuro (o sea, el hoy) esplendoroso, como se vates, tiempos de la poesía abstracta que no siempre
cantaba a los campos de la Isla, ni menos a la ciudad.
promete en el himno nacional de Chile14. La
Tampoco era poesía positiva como antaño, sino dolorosa,
identidad, fundada en la memoria, es el reverso porque el tema era el lamento. No se hacían poemas
de la identidad del Chiloé capitalista de hoy, sin al amanecer, no se cantaba a la vida que sugerían las
memoria, como el cara y cruz de una moneda. primaveras olorosas de Castro, ni eran himnos a la
alegría, sino penosísimos sentires. Era el dolor el tema
El “desenlace trágico” no es, sin embargo, de los poetas de los ochenta y noventa. Quizá por eso la
poesía castreña de ahora parece más americana. Duele
el fin de la historia. Se trata de un momento más y, por lo mismo, antítesis del canto folclórico alegre,
de la identidad en que estos poetas chilotes picaresco, positivo de la tradición musical isleña. La poesía
de los ochenta tenía sabor a queja, sabor a protesta […].
14
“Tu campo de flores bordado / te promete futuro esplendor”
Los antiguos eran poetas de las cosas simples, porque la
(Eusebio Lillo, letra del Himno Nacional de Chile). Cuando ya
entramos en el segundo lustro del siglo XXI, el esplendor en
Chiloé no es precisamente el esplendor de los campos, cada vez 15
Los poetas chilotes son sujetos de clase media que viven en la
más abandonados; sino el de los mares que prometen pingües delgada franja que queda entre la elite operadora del modo de
ganancias para las grandes empresas acuícolas. Aunque la producción capitalista y la clase obrera-campesina en etapa ya
naturaleza, al parecer, se está tomando su revancha: el masivo avanzada de salarización. La conciencia identitaria de la poesía
y descontrolado cultivo de salmones en los mares interiores de Chiloé bien podría interpretarse como la respuesta-propuesta
de Chiloé ha provocado una plaga de piojos de mar (Caligus discursiva ante el hecho de que los poetas son interpelados
Chilensis) que amenaza con una drástica disminución de la capacidad tanto por la modernidad literaria internacional (y la globalización
productiva de los centros de cultivos de salmones en cautiverio. cultural), que los instala en un escenario de crítica y competitividad
Se trata de una situación poco difundida, pero que hizo crisis en estética, como por lo local-popular, vivido y/o recordado como una 155
el verano meridional de 2007 (Roberto Farías 2007). gratificante y amable experiencia de arraigo.
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realidad parecía también de ese modo. En fin, eran poetas camiones grúas y montañas de pelets
más entendibles. En los noventa todo lo que se escribía para alimentar a tanto insaciable salmón.
era bellísimo, no cabe duda, pero casi impenetrable […].
El tema era la experiencia social, mientras más dolorosa,
mejor. Pero también era poesía más intelectual que, en A modo de conclusión:
ocasiones, solía tocar el corazón produciendo un sutil el puente cultural
frío que recorría el cuerpo de arriba abajo (347-48).
Al final
En efecto, es el fin de una historia pero, al el amor
la leyenda
mismo tiempo, es la inauguración de otra: el mito
aquélla en que se escribe poesía moderna y la historia
precisamente a partir del reclamo por una tienen un solo cascarón en todas las orillas
modernidad que no sea contraria a la memoria es como un pequeño vientre que se fecunda
de la tradición, aunque este reclamo se y recorre nuestros débiles costados de nuestra
vida.
haga —como se hace en casi toda la poesía
moderna— con un lenguaje “hermético”, algo El viento levanta la memoria
que no es sino la consecuencia del empeño que es el mismo volantín de la niñez
de la poesía por expresar los múltiples que sube por un segundo
desgarros del sujeto moderno empezando por a la eterna eternidad pasajera
hacerse cargo de la precariedad de su propio de nosotros los viajeros que esperamos
lenguaje. Podríamos decir que la modernidad (Víctor Hugo Cárdenas, “Desde la ventana de la
literaria chilota se ha venido haciendo con un casa más vieja del pueblo”, 2003:63)
conjunto de textos que no se limitan a refrendar
un Chiloé arcádico como aquél que se dibuja
en la letra del “Himno a Chiloé”: “Tu flora y tu “La eterna eternidad pasajera”, formulación
fauna son muy ricas; / tus montes con su eterno poética con que Víctor Hugo Cárdenas
verdor, / abarcando mil leguas agrestes / las remacha, a mi entender, la idea de que la
bendijo cien veces mi Dios”16. Las naves que, permanencia identitaria no se logrará sino
otrora erguidas, auguraban “un futuro feliz”, asumiendo su fugacidad, como materia que se
según la gratificante imagen del Himno citado, eleva por un instante y vuelve a caer. La caída,
se han convertido en decenas de balsas-jaulas sin embargo, no es el fin sino un nuevo inicio. La
en las que se crían salmones por millones, memoria, en este sentido, es saber reconocer
flanqueadas por barcazas que cargan modernos el origen en el final: el “pequeño vientre que
se fecunda” con el amor, la leyenda, el mito, la
historia. Recordar, entonces, equivale a no borrar
de la memoria el hecho de que se está siempre
comenzando y siempre en el final, de modo que
la pérdida es, al mismo tiempo, la condición
de posibilidad del renacer y viceversa.
“[La comunidad de Chiloé] paulatinamente
16
Los versos transcritos corresponden al estribillo del “Himno a
156 Chiloé”, de los autores Manuel Andrade Bórquez (letra) y Porfirio
cambia; sin embargo, percibimos que el puente
Díaz Barra (música). cultural aún se mantiene, siendo relevante su
Additum: Hay un dios que todo lo compra: Identidad y memoria de Chiloé en el siglo XXI

reforzamiento”, afirmación de Dante Montiel chilota. Las transnacionales pueden ignorar


(2003: 110) que cobra nuevo sentido si la lee la poesía, ignorar la música, los relatos
a la luz de la poesía: el “puente cultural” es un cosmogónicos, la religiosidad popular. Pueden
proceso de tránsito que deviene desplazamiento ser dioses que todo lo compran y asegurar, así, la
de los sujetos entre orillas históricas, sociales y continuidad del flujo de producción y reproducción
culturales de manera que el puente es condición capitalista. Pueden, incluso, producir universos
que hace posible el encuentro de la diversidad. simbólicos que generen gratificaciones
Una genuina conciencia de la diversidad, sin afectivas a sus empleados y obreros y
embargo, no pasa por alto el que en una sociedad extender, sobre las cabezas, una apetecible
poscolonial, como la chilota, la diversidad aura de modernidad, desarrollo y riqueza.
contiene también desigualdades entre una orilla
y otra tanto antes, en el pasado tradicional, Pero otra cosa es desalojar la memoria cultural
como ahora, en la modernidad capitalista. y política de las prácticas estéticas, entre las
cuales la práctica de la poesía ocupa, en cierto
El puente cultural sería, pues, otra manera de modo, un lugar de privilegio en la medida en
referirse a la memoria: recordar que se está que moviliza la memoria que vive en el lenguaje
siempre en un punto donde un territorio termina mismo (y no sólo la memoria de acontecimientos
y otro comienza y que es sólo cosa de girar en pasados), memoria desde y con la cual se
180 grados para que lo que era el comienzo, construye la imaginación de la poesía. Si bien
lo que veía por delante, es ahora lo que se los poetas, en tanto sujetos especializados en
deja atrás. La poesía, en este escenario, se producir lenguajes reconocidos como estéticos,
vuelve un hablar fronterizo: se habla desde son parte de la modernidad capitalista (su
las intersecciones, lo que le da al poeta la especialización es resultado de la división del
posibilidad de construir un “lugar” con el lenguaje trabajo), esta misma condición moderna los
en el que los lugares de la historia y la cultura vuelve críticos de sus propias condiciones de
se encuentran. Pero es un lugar finalmente sustentabilidad como sujetos especializados.
imaginario cuyo efecto en la realidad material del
mundo no está de ninguna manera garantizado. El resultado es un discurso que nunca alcanza
El orden capitalista no considera a la poesía a su plenitud y que se correlaciona con una
la hora de tomar decisiones empresariales, visión de la historia que tampoco alcanza ni ha
al menos no ha ocurrido con la producción alcanzado su plenitud; de aquí nace la urgencia
y venta de salmones y mitílidos en Chiloé. de la poesía moderna de Chiloé de imaginarse
siempre como promesa de un nuevo comienzo.
El trauma de la colonización capitalista ha Éste es justamente el punto de encuentro de la
dado paso a una memoria insurgente, que poesía con la identidad chilota representada: la
se despliega, discursivamente, como un identidad, así vista, consiste en una permanente
ejercicio de reformulación de las narrativas promesa de nuevo comienzo de plenitud (y
identitarias y de los imaginarios en términos constatación de un final) que se levanta sobre
tales que la memoria llega a ser una forma los pilares de la memoria, atenta ésta a registrar
de insubordinación político-cultural contra la las energías de un pasado que asegure la
157
reificación capitalista del territorio y la cultura no subordinación de la identidad presente
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a la homogeneización desnaturalizante del de producción que arrase con la naturaleza:


capitalismo transnacional. Tal vez, como con mares inservibles y tierras abandonadas
afirma Catherine Hall, el verdadero riesgo la cultura del archipiélago sí se perdería,
para la identidad cultural de Chiloé no sea la quizás para siempre, en la niebla del olvido:
emergencia de un orden sociocultural movido
por el dinero, sino el despliegue de un modo Si matas el mar, entonces se destruye la cultura chilota; si
matas el bosque, lo mismo. No es porque haya extranjeros
en el archipiélago o porque se exporte pescados o madera.
Depende de cómo se maneje. Pero si se destruye el
ambiente costero, el bordemar, sí sería una tragedia sin
retorno para la cultura (Hall, entrevista personal, 8 de
enero 2007).

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