Tarea 9 DERIP-Aplicacion-Del-Derecho-Extranjero
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ESCUELA
ASIGNATURA
FACILITADOR
PARTICIPANTE
MATRICULA
100038733
TEMA
TYYABAJOO FIINAL
FECHA
1
INTRODUCCIÓN
Para comprender la aplicación de una ley extranjera primero es importante entender los
contextos dentro de los cuales es posible que aquella se deba aplicar. Esto puede ocurrir
bajo dos supuestos: que las partes pacten aquella aplicación o que la ley lo ordene. Este
último caso es el más significativo, puesto que implica que la ley, el máximo representante
del poder soberano, ordena resolver un conflicto con una ley extranjera, de alguna forma
delegando su gran poder resolutivo. Bajo este contexto, (puesto que no sólo se limitan a
la aplicación de una ley extranjera) estas normas que delegan este poder se denominan
normas de conflicto, las cuales necesariamente se relacionan con elementos
internacionales, tales como, la nacionalidad, el domicilio, la situación de un bien, entre
otros. Las normas de conflicto “…son aquellas que determinan la legislación aplicable a
una relación jurídica de Derecho Internacional Privado”1 o “…aquellas que tienen por
objeto determinar la normativa aplicable a una relación iusprivatista o, en su caso,
solucionar los conflictos entre dos o más legislaciones que giran en torno a ella”. Su
función es determinar la aplicación de la ley nacional (ley del fuero o lex fori) y la ley
extranjera, entendiendo ambos conceptos como parte de una mayor extensión normativa,
como conjuntos legislativos u órdenes jurídicos.
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Naturaleza del Derecho Extranjero aplicable
Hemos sostenido como constante que el objeto básico del Derecho Internacional Privado
consiste en determinar la norma jurídica competente para regir una relación concreta
cuando ésta última está conectada con dos o más normas jurídicas de diversos
ordenamientos jurídicos nacionales.
Suele ocurrir que la norma jurídica considerada competente es la norma jurídica nacional.
En este caso, el conflicto de leyes encontrará una solución territorial.
Entretanto, cuando la norma jurídica competente resultante de la norma de conflicto es la
norma jurídica extranjera, entonces estamos en presencia de una solución extraterritorial.
Ahora bien, la norma jurídica extranjera puede encontrar aplicación como norma
conflictual, o formal, o bien como norma material. Para comprender la problemática objeto
de éste capítulo es necesario partir de la premisa de que la norma jurídica extranjera
aplicable es la material y no la formal, pues en este último caso se daría lugar al reenvío,
cuestión ya estudiada en uno de los capítulos anteriores.
"Para evitar que surja la duda que ha emergido en relación con el reenvío, -dice Arellano
García- es preciso que el legislador de cada Estado determine con exactitud que, cuando
se refiere a la aplicabilidad del Derecho extranjero, debe entenderse fue el aplicable es el
derecho extranjero material y no el conflictual".
Aceptada ésta premisa, no se puede eludir la cuestión, objeto de debate doctrinario, de si
la norma extranjera aplicable implica un asunto de hecho, o si se trata de una cuestión de
derecho. No existe en la doctrina un principio de unidad en éste punto.
Gold Schmidt se pronuncia al respecto en los siguientes términos: "El objeto de referencia
del Derecho Internacional Privado es el estado real jurídico de un país extranjero, es
decir, que el Derecho Internacional Privado no se refiere a un Derecho, sino a un hecho
cuando y en cuanto indica "Derecho Extranjero".
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aplica en tanto que ley extranjera; no se está reconociendo autoridad al legislador
extranjero con la aplicación de su ley: "esa ley -dice Batiffol- es aplicada bajo la orden del
legislador francés, y como un hecho observado, es decir despojado del elemento
imperativo extranjero... .
En base al respeto a los derechos adquiridos se determina la noción anglo-americana. En
efecto, los autores ingleses y americanos han profesado a menudo que el juez inglés o
americano está llamado a aplicar leyes extranjeras porque él no podría apreciar el valor
de los derechos adquiridos/ vested rights en el extranjero sin tomar en cuenta las leyes,
bajo cuyo imperio esos derechos han sido adquirido.
Si, por ejemplo, él ha de conocer un contrato celebrado baj o el imperio de la ley francesa,
él no podría, so pena de evidente injusticia, considerar ese contrato como obligatorio más
que en las condiciones bajo las que la ley francesa misma lo admite como tal
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de la norma extranjera, aunque con carácter facultativo, al establecer: "Las normas de
derecho escrito o consuetudinario vigentes en un estado extranjero deben ser probadas
sólo en cuanto sean desconocidos por el Tribunal. Para la aplicación de tales normas el
tribunal no está obligado a limitarse a las pruebas proporcionadas por las partes, sino que
pueda valerse también de otras fuentes de información, dictando al efecto las oportunas
providencias.
El Protocolo Adicional al Tratado de Derecho Procesal Internacional, de Montevideo 1889,
en su art 2do. Refiriéndose a las leyes de los Estados contratantes, dice: Su aplicación
será hecha de oficio por el juez de la causa, sin perjuicio de que las partes puedan alegar
y probar la existencia y contenido de la ley invocada.
El arto 408 del Código de Bustamante establece: "Los jueces y Tribunales de cada Estado
contratante aplicarán de oficio, cuando proceda, las leyes de los demás, sin perjuicio de
los medios probatorios a que éste capítulo se refiere."
Batiffol, al referirse a que algunas legislaciones imponen al juez la aplicación del oficio de
la regla Conflictual dice que: "En todo caso, cuando el juez utiliza su poder de aplicar de
oficio la ley extranjera, éste debe por supuesto respetar los principios generales de
procedimiento civil y especialmente el principio de la contradicción.
Así, él no puede aplicar de oficio la ley extranjera si los hechos de los que depende la
aplicación de ésta no aparecen en el procedimiento,
En su radical apoyo a la aplicación de oficio de la ley extranjera, M. Wolff dice que: "si las
partes no aportan los informes y el juez no logra determinar con seguridad el contenido
del derecho extranjero, no por eso deberá sentenciar contra aquella parte que funda su
Derecho en la aplicación del precepto jurídico extranjero que no ha podido determinarse,
pues esto implicaría una confusión entre estos elementos de juicio, que se piden a las
partes y las pruebas necesarias de los hechos; antes bien, el juez deberá limitarse a
sentenciar de acuerdo con el Derecho probablemente vigente.
Este autor cita como ej. Entre otras, el caso de que ante la imposibilidad de obtenerse una
nueva edición del Código Civil boliviano, el juez deberá suponer que continúa en vigor el
texto de 1830. Si no es posible obtener ninguna edición, deberá atenerse a los informes
que están disponibles sobre el mismo. Finalmente sostiene Wolff que el juez podrá
declarar que el Código Civil de Bolivia es una imitación del Francés.
En todo caso, según éste autor, es deber del Tribunal juzgador procurar el conocimiento
de la norma extranjera y darle aplicación como si se tratara de su ley nacional. Implicaría
una denegación de justicia la no aplicación por ignorancia o por insuficiencia de
conocimiento.
La consideración de Wolff, la interpretamos en el sentido de que admitió la inoperatividad
en la aplicación de la ley extranjera; y por ende de descartar la opinión según la cual no
es posible aplicarla si las partes no la alegan y aportan la prueba de la misma.
Ciertamente, a través de la jurisprudencia, de un amplio sector de la doctrina, y de
instrumentos internacionales se puede constatar que la aplicación de la ley material
extranjera no tiene que estar; supeditada al aporte de la prueba exclusivamente por
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iniciativa de las partes, consideración distinta es que las partes puedan aportar informes o
pruebas para "Los Jueces y autoridades de los Estados Partes estarán obligados a aplicar
el derecho extranjero tal como 10 harían los jueces del Estado cuyo derecho resultare
aplicable sin perjuicio de que las partes puedan alegar y probar la existencia y contenido
de la ley extranjera’ invocada".
Vemos, pues, a través de esas citas que la corriente que propugna por la aplicación
oficiosa de Derecho extranjero no descarta la prueba de ese derecho, más los medios de
prueba de la norma jurídica extranjera son variados. Batiffol se expresa diciendo que son
libres y agrega: "De hecho, las partes producen atestaciones de juristas extranjeros
tradicionalmente denominados certificados de costumbre, pero esta prueba, incluso si a
menudo es preferible de los jueces, no es exclusiva. El juez, a su vez podrá conceder un
plazo a las partes que les permita establecer el contenido de la ley extranjera. El podrá
incluso tomar la iniciativa de esta investigación y ordenar una prueba parcial o una
consulta. Y la convención europea del 7 de junio de 1968 organiza un sistema de ayuda
mutua internacional que facilita la obtención por parte de las autoridades judiciales de
informaciones sobre el Derecho extranjero, pero precisa que esas informaciones no atan
la autoridad judicial de donde emana la demanda. “Las Convenciones de Bruselas -1880 y
886- acordaron que las partes contratantes se comunicarían recíprocamente sus
respectivas le
No es improcedente, a la luz de las consideraciones arriba expuestas, enumerar algunos
medios de prueba de las que puede valerse el juez en materia de aplicación del Derecho
extranjero.
a) Certificación, por dos abogados en el ejercicio en el país de cuya legislación se trate,
que deberá presentarse debidamente legalizada.
El citado art. 409 del Código de Bustamante contempla éste medio/.
b) Información de la nueva legislación que pueden proporcionase rutinariamente los
Estados partes de un Convenio internacional.-/Es el caso de los Estados partes de las
citadas convenciones de Bruselas, y de la Convención de La Habana de Derecho
Internacional Privado en su artículo 411, la Convención europea de 1968, y el Protocolo
Adicional de los tratados de Montevideo de 1889 y 1940, en su arto 6to. / Art. 2 Y 3 de la
Convención Interamericana Sobre Pruebas e Información acerca del Derecho
Extranjero/Montevideo 1979/
c) Información, por la vía diplomática, del texto, vigencia y sentido del Derecho aplicable.
el arto 410 del Código Bustamante.
d) Medio probatorios comunes y corrientes consagrados o permitidos por el Derecho
procesal nacional vigente. En éste caso el Tribunal juzgador o bien las partes, o ambos a
la vez recluten a los medios de prueba disponibles. / arto 3ro. Protocolo Adicional
Tratados de Montevideo 1940/ arto 4 Convención Internacional Sobre Normas Generales
de Derecho Internacional Privado, Montevideo, 1979/.
e) Información proporcionada a título de colaboración, por la autoridad judicial del país de
procedencia de la norma extranjera, sin que medie para ello un convenio, o una condición
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de reciprocidad.
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Derecho Procesal de Montevideo, de 1940, se dice en el artículo 3 que: "Las sentencias y
los laudos arbitrales, dictados en asuntos civiles, comerciales o contencioso-
administrativos, las escrituras públicas y los elementos otorgados por los funcionarios de
un Estado; y los exhorto s y cartas rogatorias, se considerarán auténticos en los otros
Estados signatarios, con arreglo a este Tratado, siempre que estén debidamente
legalizados. Entretanto, ese artículo, como vemos, se refiere a legalizaciones.
El artículo 5 de este mismo Tratado reza así: Las sentencias y los fallos arbitrales
dictados en asuntos civiles y comerciales en uno de los Estados signatarios, tendrán en
los territorios de los demás la misma fuerza que en el país en donde fueron pronunciados.
Quedan incluidas en el presente artículo las sentencias civiles dictadas en cualquier
Estado signatario, por un Tribunal internacional, que se refieren a personas o a intereses
privados. "
Como podemos apreciar de este citado artículo 5, sólo son susceptibles de ser ejecutadas
las sentencias civiles y comerciales ya las dictadas por un tribunal internacional.
El Código de Bustamante no se limita, en materia de ejecución de sentencias extranjeras,
a las civiles y comerciales.
En efecto, el artículo 423 estipula: Toda sentencia civil o contenciosa -administrativa
dictada en uno de los Estados constantes, tendrá fuerza y podrá ejecutarse en los
demás...
El artículo 433 de éste mismo instrumento establece que: Se aplicará este mismo
procedimiento a las sentencias civiles dictadas en cualquiera de los Estados contratantes
por un tribunal internacional, que se refieran a personas o intereses privados
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Vía e perfilo.
De Orué y Arregui, a su vez, al enfocar los efectos de las sentencias les otorga a las
mismas:
1ro. Autoridad de cosa juzgada;
2do. Fuerza ejecutoria;
3ro. Fuerza probatoria.
Al concederle a la sentencia el efecto de cosa juzgada, el autor contempla el caso cuando
ésta se aplica como excepción ante el juez de un país distinto, y es de opinión que debe
garantizarse esta excepción en el plano internaciona1… Evidentemente -dice De Orue- el
demandado puede alegar ésta excepción perentoria. Para su examen, es competente el
juez ante el que se alega la excepción.
En cuanto a la fuerza probatoria de las sentencias, como actos auténticos, reconocerse
sin dificultad en el orden internacional, siempre que se hubieran seguido las formas
señaladas en el país que las dictó (locus regit actum).
En cuanto a la fuerza ejecutoria, el autor considera necesario detenninar si existen
tratados internacionales. Si ello es así, es preciso atenerse al texto del tratado.
De no existir tratados internacionales cabe diferenciar dos casos:
Iro. Que se pretenda la ejecución de la sentencia que no se pretenda la ejecución de la
sentencia
2do Que no se pretenda la ejecución de la sentencia en país distinto. Si no se solicita la
ejecución la sentencia producirá plenos efectos en cualquier Estado, en virtud de la
autoridad de cosa juzgada que normalmente se admite.
Si se solicita la ejecución en otro Estado, a falta de tratado, debe atenerse a las
disposiciones de derecho interno.
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Como certeramente advierte C. Arellano García, Cualquier clasificación depende de la
perspectiva en la cual se coloque quien hace la clasificación.
Por tanto, la clasificación de sistemas podría ser muy amplia si también se clasifican los
sistemas desde el punto de vista del procedimiento o de la autoridad que determina la
aplicación de la sentencia extranjera.
Exequátur
OJO.- Se denomina exequátur al procedimiento judicial en virtud del cual, las sentencias
definitivamente firmes dictadas en el extranjero, en materia privada, pueden producir el
efecto de cosa juzgada o ser ejecutadas en otro Estado.
Nota.- CHIOVENDA nos señala que: mediante este procedimiento la sentencia extranjera
se nacionaliza. No podrán ser objeto de exequátur las decisiones dictadas por organismos
que no son órganos jurisdiccionales de alguna soberanía.
Andrés WAIS define el exequátur "como la decisión por la cual el Tribunal da
fuerza ejecutiva a un fallo extranjero, y presta a dicho fallo el concurso de la ley y el
apoyo de las autoridades en el territorio del Estado cuyo nombre administra justicia.
Para otros, el exequátur es "un acto mediante el cual se nacionaliza la sentencia
extranjera, se la incorpora al derecho nacional y se le otorga la fianza ejecutiva
indispensable para que el órgano ejecutor la haga cumplir.
Según Pillet el "exequátur es la previa revisión de la forma de las sentencias, como
trámite a su ejecución, comprobándose la competencia del tribunal que las pronunció y la
autenticidad de la ejecutoria, pero sin modificar su fondo.
"Como el requisito que debe llenar la sentencia dictada en un país, para tener
cumplimiento en otro", la define H. Davis Echandia.
García Calderón ve el exequátur como "procedimiento mediante el cual se realiza el
reconocimiento de una sentencia extranjera a fin de investirla... tal como ella ha sido
dictada, de los mismos efectos que tienen las sentencias nacionales.
Detectamos en estas definiciones que el exequátur, visto como un acto o como un
procedimiento, es una necesidad condicionante para que una sentencia pueda tener
efectos extraterritoriales, ya que, como advertimos al inicio de este capítulo, los tribunales
nacionales están desprovistos de facultades para ejecutar sus sentencias en el territorio
de otros Estados.
Precisamente una sentencia extranjera observa Pillet - no puede tener ningún efecto en
cualquier
País, si no ha sido revestida del exequátur.
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tratan este aspecto de la ejecución de las sentencias extranjeras están más o menos de
acuerdo en que para que una decisión jurisdiccional puede subir el exequátur es
necesario, entre otras, que haya sido tomada por un tribunal competente, que se trate de
un fallo ejecutorio o pasado en autoridad de cosa juzgada de conformidad con las leyes
del país donde fue dictado, y que no sea contrario al orden público del Estado donde se
solicita. Su reconocimiento.
A. WAIS nos amplía esa consideración diciendo: "Para que haya lugar en Francia de una
declaración de exequátur deben concurrir dos condiciones:
a) es necesario que exista fallo;
b) es necesario que fallo emane de un tribunal extranjero es necesario limitar la
necesidad del exequátur a los fallos que contienen condena y reclaman por consiguiente,
medidas de ejecución. Los actos de jurisdicción graciosa o voluntaria, limitados a verificar
un hecho, están libres del exequátur en principio....
La segunda condición quedará cumplida siempre que la jurisdicción que ha fallado tenga
existencia regular y esté oficialmente investida del derecho de juzgar por un estado
extranjero.
El fallo extranjero no podrá ser declarado ejecutable en Francia si no trae una forma
regular. La parte que se opone a la ejecución tendrá pues, que establecer, para ganar su
causa, los vicios y motivos de nulidad que afectan la decisión invocada, según la ley
extranjera bajo cuyo imperio se ha dictado.
El fallo debe emanar de jueces competentes con relación a la lex fori.
El fallo extranjero no puede ser revestido de forma ejecutiva en Francia, sino cuando tiene
la autoridad de la cosa juzgada y fuerza ejecutiva en el país en que se ha pronunciado...
el exequátur no se otorgará sino en cuanto no afecte algún principio considerado en
Francia como de orden público internacional.
Dos condiciones deben reunir el exequátur, según Jules Valery, a saber:
1ro. Emanar de un tribunal extranjero;
2do. Ser susceptible de dar lugar a actos de ejecución forzada.
Ampliando su consideración, clasifica esas condiciones en intrínsecas y extrínsecas.
Con referencia a las primeras señala
1ro. El juicio debe haber sido realizado por un tribunal competente.
2do. El juicio debe ser regular en la forma;
3ro. El juicio debe ser susceptible de ejecución forzada.
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El procedimiento del exequátur debe ser sumario, exigiéndole la comparecencia de la
parte contra la que se dirige;
b) El juez del exequátur se asegurará de la regularidad formal de la sentencia; verá si la
asignación que ha abierto la instancia se remitió al defensor y si éste tiene libertad para
defenderse; exigirá se pruebe que la sentencia tiene la autoridad de cosa juzgada, o es al
menos ejecutoria, no obstante apelación; en este último caso, hará presentar por la parte
que la ha obtenido, seguridades suficientes respecto a la parte condenada,
c) una sentencia extranjera no puede recibir el exequátur, o si la regla de competencia por
la que el juez estatuyó no ha encontrado ninguna aplicación en la legislación del país del
exequátur;
d) no se concederá el exequátur a la sentencia extranjera, cuando el juez que la dio no
hubiera aplicado la ley competente; la competencia de la ley a aplicar será exclu-
sivamente apreciada por el juez del exequátur, según su propio sistema nacional de
Derecho Internacional Privado.
No se permitirá la ejecución mas que en la medida que la sentencia sea contraria al orden
público del país en el que se solicita esta ejecución.
No habrá posterior revisión más que en caso de error grave o de dolo.
Gold Schmidt cuando analiza el valor o efectos de las sentencias extranjeras advierte lo
siguiente: Una sentencia extranjera debe reunir tres tipos de requisitos para que merezca
el reconocimiento y en su caso la ejecución. Estos requisitos son de tipo formal, de tipo
procesal, y de tipo material.
En cuanto a los requisitos formales, no se debe olvidar que la sentencia constituye un
documento de extraña jurisdicción cuya autenticidad, por ende, es de difícil averiguación.
Es por ello que se pide que la sentencia extranjera reúna las características de cualquier
documento extranjero para que resulte digna de ser admitida.
Los requisitos procesales quieren asegurar la existencia de un debido proceso. Por ende,
se requiere, por un lado, que haya intervenido un juez con jurisdicción internacional, y, por
el otro, que se haya dado al demandado una leal oportunidad de defenderse.
Los requisitos materiales, por último, atañan al anhelo de garantizar el orden público en el
propio país; por ello se examinan el contenido de la sentencia extranjera desde el punto
de vista indicado.
Como hemos destacado en este mismo capítulo, instrumentos internacionales con fines
de codificar el Derecho Internacional Privado, al tratar sobre la eficacia extraterritorial de
las decisiones jurisdiccionales nacionales, se refieren tanto a los fallos judiciales como a
los arbitrales.
Al abordar la cuestión de los requisitos exigibles para otorgar el exequátur, algunos
autores limitan la referencia a las decisiones judiciales y a los fallos arbitrales impuestos a
los litigantes por una decisión legal; no aquellos fallos arbitrales cuando las partes decidan
de por sí someter el caso a la decisión de árbitros.
El Tratado de Derecho Procesal Internacional celebrado en Montevideo en Enero de 1889
establece en su artículo 5 los requisitos para la ejecución extraterritorial de las decisiones
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jurisdiccionales; veamos:
Art. 5- Las sentencias y fallos arbitrales dictados en asuntos civiles y comerciales en uno
de los Estados, signatarios, tendrán en los demás, la misma fuerza que el país en que se
han pronunciado, si reúne los requisitos siguientes:
a) que la sentencia o fallo haya sido expedido por tribunal competente en la esfera
internacional;
b) que tengan el carácter de ejecutoriado o pasado en autoridad de cosa juzgada en el
Estado en que se ha expedido;
c) que la parte contra quien se ha dictado, haya sido legalmente citada y representada o
declarada rebelde, conforme a la ley del país en donde se ha seguido el juicio;
d) que no se oponga a las leyes de orden público del país de su ejecución.
El Tratado de Reformas de Derecho Procesal Internacional de 1940, celebrado también
en Montevideo, reproduce textualmente el citado art 5 agregando que: Quedan incluidas
en el presente artículo las sentencias civiles dictadas en cualquier Estado signatario, por
un tribunal internacional, que se refieren a personas o a intereses privados.
La Convención Interamericana Sobre Eficacia Extraterritorial de las Sentencias y Laudos
Arbitrales Extranjeros, Montevideo, 1979, consagra en su artículo 2 Las sentencias,
laudos arbitrales y resoluciones en uno de los Estados partes tendrá eficacia
extraterritorial en los demás Estados partes si reúnen las condiciones siguientes:
a) que vengan revestidas de las formalidades externas necesarias que sean considerados
auténticos en el Estado de donde procede;
b) que la sentencia, laudo y resolución jurisdiccional, y los documentos anexos que fueren
necesarios según la presente Convención, estén debidamente traducidos al idioma oficial
del Estado donde deben surtir efectos;
c) que se presenten debidamente legalizados de acuerdo con la ley del Estado en donde
debe surtir efectos;
e) que el demandado haya sido notificado o emplazado en debida forma legal de modo
sustancialmente equivalente a la aceptada por la ley del Estado donde la sentencia, laudo
y resolución jurisdiccional deban surtir efectos;
f) que se haya asegurado la defensa de las partes;
g) que tenga el carácter de ejecutoriados o, en su caso, fuerza de cosa juzgada en el
Estado en que fueron dictados
h) que no contraríen manifiestamente los principios y las leyes de orden público del
Estado en que se pida el reconocimiento o la ejecución.
El Código Bustamante, en el Titulo Décimo consagrado a la Ejecución de Sentencias
dictadas por tribunales extranjeros, dispone en su art. 423 que: Toda sentencia civil o
contenciosa-administrativa dictada en uno de los Estados contratantes, tendrá fuerza y
podrá ejecutarse en los demás, si reúne las condiciones siguientes:
1) que tenga competencia para conocer del asunto y juzgarlo, de acuerdo con las reglas
de este código, el juez o tribunal que haya dictado;
2) que las partes hayan sido citadas personalmente o por su representante legal, para el
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juicio;
3) que d fallo no contraventa el orden público o el derecho público del país que quiere
ejecutarse;
4) que sea ejecutorio en el Estado en que se dicte;
5) que se traduzca autorizadamente por un funcionario o intérprete oficial del Estado en
que ha de ejecutarse, si allí fuere distinto el idioma empleado;
6) que el documento en que conste reúna los requisitos necesarios parda ser considerado
como auténtico en el Estado de que proceda, y los que requiere para que haga fe la
legalización del Estado en que aspira a cumplir la sentencia.
De la doctrina y la legislación internacional transcritas se puede hacer sobre el exequátur
las puntualizaciones siguientes:
a) Es el Estado al que se solicita la ejecución de la sentencia el que debe conceder al
exequátur.
b) El tribunal competente para decretar u otorgar el exequátur es cuestión determinada
por el Estado de recepción de la sentencia a ejecutarse.'
c) El procedimiento de exequátur lo regula el Estado de recepción de la sentencia, o bien
un convenio internacional.
d) Las condiciones de forma abarcan:
1) la necesidad de comprobar la autenticidad de la sentencia extranjera;
2) la traducción de la misma, en caso de diferencia idiomática.
e) Las condiciones de fondo consisten en:
1) Determinar si el órgano jurisdiccional que dictó el fallo es competente en la esfera
internacional para conocer y juzgar del asunto de acuerdo con la ley del Estado donde
deba surtir efectos;
2) Precisar que el fallo a ejecutarse tenga carácter de ejecutoriado o, en su caso, fuerza
de cosa juzgada en el Estado en que fue dictado;
3) El fallo no debe contrariar el orden público del Estado en que se pide su reconocimiento
o su ejecución.
4) El fallo debe referirse a una materia susceptible de que se conceda el exequátur
conforme a la regla jurídica internacional o a la norma interna aplicable.
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Los requisitos para la ejecución de los laudos arbitrales extranjeros, según los citados
convenios son los mismos que para las sentencias.
La Convención Internacional Sobre Arbitraje Comercial Internacional, Panamá 1975,
establece en su art 4: Las sentencias o laudos arbitrales no impugnables según la ley o
reglas procesales aplicables, tendrán fuerza de sentencia judicial ejecutoria. Su ejecución
o reconocimiento podrá exigirse en la misma forma que la de las sentencias dictadas por
tribunales ordinarios nacionales o extranjeros, según las leyes procesales del país donde
se ejecuten, y lo que establezcan al respecto los tratados internacionales.
La citada Convención Internacional Sobre Eficacia Extraterritorial de las Sentencias y
laudos Arbitrales Extranjeros, equipan también las sentencias y laudos arbitrales.
La Convención Sobre el Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias Arbitrales
Extranjeras, adoptada en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
arbitraje internacional, 10 de junio de 1958, establece en su artículo III lo siguiente: Cada
uno de los Estados contratantes reconocerá la autoridad de la sentencia arbitral y
concederá su ejecución de conformidad con las normas de procedimientos vigentes en el
territorio donde la sentencia sea invocada, con arreglo a las condiciones que se
establecen a los artículos siguientes. Para el reconocimiento o la ejecución de las
sentencias arbitrales a que aplica la presente Convención, no se impondrán condiciones
apreciablemente más rigurosas, ni honorarios o costos más elevados, que los aplicables
al reconocimiento o a la ejecución de las sentencias arbitrales nacionales.
El artículo IV está consagrado a señalar los requisitos de forma para el otorgamiento del
exequátur a las sentencias arbitrales; veamos:
Artículo IV- 1. Para obtener el reconocimiento y ejecución previstos en el artículo anterior,
la parte que pida el reconocimiento y la ejecución deberá presentar junto con la demanda:
a) El original debidamente autenticado de la sentencia o una copia de ese original que
reúna las condiciones requeridas para su autenticidad;
b) El original del acuerdo a que se refiere el arto n, o una copia que reúna las condiciones
requeridas para su autenticidad;
2.- Si esa sentencia o ese acuerdo no estuvieran en un idioma oficial del país en que se
invoca la sentencia, la parte que pida el reconocimiento y la ejecución de ésta última,
deberá presentar una traducción a ese idioma de dichos documentos.
La traducción deberá ser certificada por un traductor oficial o un traductor jurado, o por un
agente diplomático o consular.
Artículo V
1.- Sólo se podrá denegar el reconocimiento y la ejecución de la sentencia, a instancia de
la parte contra la cual es invocada, si esta parte prueba ante la autoridad competente del
país en que se pide el reconocimiento y la ejecución:
a) Que las partes en el acuerdo a que se refiere el artículo II estaban sujetas a alguna
incapacidad en virtud de la ley que les es aplicable o que dicho acuerdo no es válido en
virtud de la ley a que las partes lo han sometido, o si nada se hubiera indicado a éste
respecto, en virtud de la ley del país en que se haya dictado la sentencia; o
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b) Que la parte contra la cual se invoca la sentencia arbitral no ha sido debidamente
notificada de la designación del árbitro o del procedimiento de arbitraje o no ha podido,
por cualquier otra razón, hacer valer sus medios de defensa; o
c) Que la sentencia se refiere a una diferencia no prevista en el compromiso o no
comprendida en las disposiciones de la cláusula compromisoria o contiene decisiones que
excedan de los términos del compromiso o de la cláusula compromisoria; no obstante, si
las disposiciones de la sentencia que refieren a las cuestiones sometidas al arbitraje
pueden separarse de las que no han sido sometidas al arbitraje, se podrá dar el
reconocimiento y ejecución a las primeras; o
d) Que la constitución del tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se han ajustado al
acuerdo celebrado entre las partes, o en defecto de tal acuerdo, que la constitución del
tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se han ajustado a la ley del país donde se ha
efectuado el arbitraje; o
e) Que la sentencia no es aún obligatoria para las partes o ha sido anulada o suspendida
por una autoridad competente del país en que, o conforme a cuya ley, ha sido dictada esa
sentencia.
2.- También se podrá denegar el reconocimiento y la ejecución
a) Que según la ley de ese país, el objeto de la diferencia no es susceptible de solución
por via de arbitraje; o
b) Que el reconocimiento o la ejecución de la sentencia seria contrarios al orden público
de ese país.
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del Estado al cual se libra dicho exhorto debidamente certificada. Las comisiones
rogatorias en materia civil o criminal, cursadas por intermedio de los agentes diplomáticos,
y a falta de éstos, por conducto de los consulares del país que libra el exhorto, DO
necesitarán legalización de firmas. Si se tratara de embargo, la procedencia de la medida
estará regida y determinada por las leyes y los jueces del lugar del proceso.
La traba del embargo, su forma y la inembargabilidad denuncia das a ese efecto, se
regirán por las leyes y se ordenarán por los jueces del I lugar en donde dichos bienes
estuvieran situados. Veamos:
Art. 11. Los exhortos y cartas rogatorias que tengan por objeto hacer notificaciones, recibir
declaraciones o practicar cualquier otra diligencia de carácter judicial, se cumplirán en los
Estados signatarios siempre que reúnan los requisitos establecidos en éste Tratado;
asimismo deberán ser redactados en la lengua del Estado que libre el exhorto y serán
acompañadas de una traducción hecha en la lengua del Estado al cual se libra dicho
exhorto, debidamente certificada.
Las comisiones rogatorias en materia civil o criminal, causadas por intermedio de los
agentes diplomáticos, y a falta de éstos por conducto de los consulares del país que libre
el exhorto no necesitarán legalización de firma. I
Art. 12.- Cuando los exhortos y cartas rogatorias se refieran a embargos, tasaciones,
inventarios o diligencias preventivas, el juez a quien se libra el exhorto proveerá lo
necesario al nombramiento de peritos tasadores, depositarios, y, general a todo aquello
que fuere conducente al mejor desempeño de la comisión. I
Art. 13.- Los exhorto s y las cartas rogatorias serán diligenciadas con arreglo a las leyes
del país al cual se pide la ejecución. Si se trata de embargos, la procedencia de la medida
se regirá y determinará por las yes y los jueces del lugar del proceso.
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dicho bien".
Art. 15. Los interesados en la discusión de los exhortos y de b cartas rogatorias, podrán
constituir apoderados, siendo de su cuenta lc gastos que el ejercicio del poder y las
diligencias ocacionaren".
El Código Bustamante, en el Título Quinto, del libro cuarto, 1 coosagra a los exhortos y
comisiones rogatorias. Seis artículos en tota
Art. 388. Toda diligencia judicial que un Estado contratante necesite practicar en otro se
efectuará mediante exhorto o comisión rogatoria cursada por la vía diplomática. Sin
embargo, los Estados contratante podrá pactar o aceptar entre sí en materia civil o
criminal cualquiera otr forma de transmisión"
Art. 389. Alj.uez exhortante resolverá sobre su propia competen da ratione materiae para
el acto que se le encarga.
Art. 391. El que reciba el exhorto o comisión rogatoria debe ajustarse de cumplirlos, a la
suya propia".
Art. 392. El exhorto será redactado en la lengua del Estado exhortante y será
acompañado de una traducción hecha en la lengua del Estado exhortado, debidamente
certificada por intérprete juramentado".
Art. 393. Los interesados en la ejecución de los exhortos y cartas rogatorias de naturaleza
privada deberán constituir apoderados, siendo de su cuenta los gastos que estos
apoderados y las diligencias ocasionen".
En el marco de la Primera Conferencia Especializada Interamericana Sobre Derecho
Internacional Privado, se celebró en Panamá, en 1975, la Convención Interamericana
Sobre Exhortos o Cartas Rogatorias. El 8 de mayo de 1979, en la segunda Conferencia
Especializada Internacional Sobre Derecho Internacional Privado, celebrada en
Montevideo, fue suscrito el Protocolo Adicional a la Convención Interamericana Sobre
Exhortos o Cartas Rogatorias. Ambos instrumentos los insertamos íntegramente en el
apéndice de esta obra.
En el artículo 1 de la Convención se aclara que las expresiones "exhortos" o "cartas
rogatorias" se utilizan como sinónimo en el tex10 español. Sus disposiciones básicas
versan sobre lo siguiente:
1) En cuanto a su alcance, la Convención contempla su aplicación a los exhortos o cartas
rogatorias expedidas en procesos y actuaciones en materia civil o comercial, por órganos
jurisdiccionales, que se refieren a actos de mero trámite y a recepción y obtención de
pruebas e informes en el extranjero art. 2 excluyéndose a texto expreso la posibilidad de
aplicar la Convención a otros actos procesales, y especialmente, a los actos que
impliquen ejecución coactiva art. 3/.
2) La transmisión de los exhortos puede efectuarse por vía privada judicial, consular o
diplomática o por intermedio de la autoridad central, se omite el requisito de la legalización
a prescindir de la legalización art. 7/.
4) Los documentos que deben acompañar al exhorto, así como la información respectiva
que le asegure al notificado la posibilidad de contar con auxilio legal en el Estado
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requirente, son varias y están enumeradas en el arto 8.
5) La asistencia judicial internacional mediante exhorto no conlleva la obligación de
ejecutar la sentencia extranjera/arto 9
6) La norma procesal aplicable a la tramitación del exhorto es la del Estado requerido art.
10, cuyo órgano jurisdiccional será competente para conocer de todas las cuestiones a
que de lugar el cumplimiento de la diligencia solicitada art. 11/.
7) Las actuaciones referentes al exhorto generarán costas y demás gastos a cargo de los
interesados, sin perjuicio del beneficio de pobreza que queda sometido a la ley del Estado
requerido art. 12/.
8) Los funcionarios consulares o diplomáticos podrán dar cumplimiento a las diligencias
materia de exhorto, no obstante la naturaleza jurisdiccional de los actos, siempre que
estén autorizados por las leyes del Estado requerido, y sin atribuciones para el empleo de
medios coercitivos./art. 3/.
9) Los Estados partes en esquemas de integración económicas quedan facultados para
acordar entre sí procedimientos y trámites particulares más expeditos en materia de
asistencia judicial art. 141 permaneciendo vigentes las disposiciones de otros
instrumentos bilaterales o multilaterales anteriores o las prácticas más favorables que
pudiera haber en la materia art. 151.
10) Se contempla extender las normas de esta Convención a la materia criminal, laboral,
contencioso administrativo, juicios arbitral es u otras materias objeto de jurisdicción
especial art. 17/.
11) El cumplimiento de un exhorto o carta rogatoria está condicionado a que no quebrante
el orden público art. 17/.
El protocolo Adicional a la Convención Internacional Sobre Exhortos o Cartas Rogatorias
viene a fortalecer el diligenciamiento de exhortos o cartas rogatorias transmitidos por la
autoridad central del Estado requirente a la autoridad central del Estado requerido,
completando o supliendo las disposiciones adoptadas en la Convención de Panamá de
1975. En ese sentido el Protocolo contempla la designación en cada Estado, de una
autoridad central que ejercerá las funciones determinadas en la Convención y en el
Protocolo.
A efecto de uniformar los requisitos esenciales del exhorto, se elaboraron formularios tipo
que se identifican como anexos A, B y C, los cuales también insertamos en el apéndice de
esta obra. Estos formularios deben estar impresos en los cuatro idiomas oficiales de la
OEA requiriéndose de esta manera, que únicamente la copia de la demanda o petición se
encuentre traducida.
En cuanto a los costos, la prestación del servicio público de justicia será gratuita, mientras
que los ajenos a éste, serán sufragados por los particulares.
El estado requerido podrá reclamar a los interesados el costo del
Este protocolo, de carácter eminentemente práctico, que busca armonizar los sistemas de
derecho común y de derecho civil, está abierto a la firma y sujeto a la ratificación o a la
adhesión de los Estados miembros de la OEA que hayan firmado la Convención
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Interamericana sobre Exhortos o Cartas Rogatorias suscrita en Panamá el 30 de enero de
1975 o que la ratifiquen o se adhieran a ella.
Otros instrumentos internacionales multilaterales se han ocupado también este medio de
cooperación internacional. Cabe mencionar la Convención de La Haya de 1905, que
plantea soluciones a problemas que pueden surgir respecto a las comisiones rogativas a
saber.
1) La tramitación se hace por la vía, si bien no se descarta la vía diplomática;
2) Desde redactarse en el idioma de la autoridad requerida o en el convenido o se
acompañará de traducción certificada por un agente diplomático o consular del Estado
requirente o traductor autorizado por el Estado requerido.
3) Puede negarse el cumplimiento en las circunstancias siguientes:
a) Cuando no se establece la autenticidad del documento;
b) Si en el Estado requerido, no entra dicha ejecución en las atribuciones del poder
judicial;
c) Si el Estado requerido juzga la comisión como atentatoria a su soberanía y seguridad.
4) La forma de cumplimiento se sujetará a las leyes del Estado requerio.
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condiciones Generales de Ejecución de las Sentencias en República Dominicana.
Entretanto, siendo el Código Bustamante instrumento vigente en nuestro país, a éste hay
que referirse para conocer las condiciones que debe reunir esta sentencia civil o con
exhortos y cartas.
CONCLUSIONES
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Tanto en la doctrina como en la jurisprudencia no existe un tratamiento unívoco para la
calificación del derecho extranjero. Especialmente en la jurisprudencia, existe una división
mucho más notoria, ya que sólo una dualidad hecho-derecho, es decir, sin mayores
distinciones, debilita aún más el tratamiento del derecho extranjero, transformando los
extremos en posiciones absolutas en relación a la calificación Hecho o Derecho. La
noción de territorialidad, tanto en las decisiones jurisdiccionales, como en la aplicación de
la lex fori, marca un difícil camino a la complementariedad del sistema jurídico y el
derecho extranjero en Chile, como también en Latinoamérica.
Bibliografía
Lagares, D. C. (2022). Analisis de las excepciones del Derecho Extranjero d. Santo Domingo
Oriental: Unidades del programa de la asignatura UAPA.
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