Salud Mental Adolescencia - TTL
Salud Mental Adolescencia - TTL
Salud Mental Adolescencia - TTL
La adolescencia es una etapa que se ha ido prolongando progresivamente, en la que ocurren cambios rápidos y de gran magnitud, que llevan a la
persona a hacerse tanto biológica, como psicológica y socialmente madura, y potencialmente capaz de vivir en forma independiente. Son tareas del
desarrollo de este período, la búsqueda y consolidación de la identidad y el logro de la autonomía. Si bien constituye un proceso de alta variabilidad
individual en cuanto a su comienzo y término, en otros aspectos, el desarrollo psicosocial de este período tiende a presentar características comunes y
un patrón progresivo de 3 fases: adolescencia temprana, media y tardía.
El conocimiento y consideración del grado de desarrollo psicosocial del joven no solo serán importantes para supervisar que su crecimiento y
desarrollo se estén dando de manera normal, sino que tendrán una incidencia determinante en los diversos aspectos de su atención. De este
dependerán, entre otras muchas cosas, el tipo de lenguaje que se tendrá que utilizar, la sintomatología que podrá relatar, los niveles de
confidencialidad a garantizar al joven, la conciencia de problema y grado de motivación al cambio que podrá esperarse, el nivel de competencia que se
le reconocerá para la toma de decisiones respecto de su salud, en qué medida podrá responsabilizársele de las indicaciones y cuánto se deberá
involucrar a los padres en el manejo.
Las características del desarrollo psicosocial normal en la adolescencia son el resultado de la interacción entre el desarrollo alcanzado en las etapas
previas del ciclo vital, factores biológicos inherentes a esta etapa y la influencia de múltiples determinantes sociales y culturales.
Esta etapa se ha prolongado por el adelanto de la pubertad y en especial por el retraso que se ha producido en el logro de la madurez social. Hoy en
día los jóvenes demoran más tiempo en completar su educación, lo que retarda su incorporación a un trabajo estable y con ello la adquisición de su
independencia y la adopción de roles propios de la adultez.
El proceso puede ser asincrónico en sus distintos aspectos y no ocurrir como un continuo, sino presentar períodos frecuentes de regresión en relación
con estresores.
La adolescencia posee sus propias tareas del desarrollo. Estas constituyen tareas que surgen en cierto período de la vida del individuo cuya debida
realización lo conduce a la felicidad y al éxito en las tareas posteriores, y cuyo fracaso conduce a la infelicidad del individuo, a la desaprobación de la
sociedad, y a dificultades en el logro de tareas posteriores.
La tarea central de este período es la búsqueda de la identidad5. Dicha identidad hace a la persona diferente tanto de su familia, como de sus pares y
del resto de los seres humanos. El logro de una identidad personal involucra varios aspectos: la aceptación del propio cuerpo, el conocimiento objetivo
y la aceptación de la propia personalidad, la identidad sexual, la identidad vocacional, y que el joven defina una ideología personal, que incluya valores
propios. Este autoconocimiento es producto de un proceso activo de búsqueda, hace necesario que el adolescente distinga entre quién es de verdad y
quién desea ser, y se haga cargo tanto de sus potencialidades como de sus limitaciones.
Una vez establecida esta identidad personal, adquieren una buena disposición para la intimidad y para comprometerse con una pareja y una vocación.
Otra tarea es el logro de la autonomía, lo que ocurre cuando el joven llega a ser emocional y económicamente independiente de sus padres. A la vez y
como parte del mismo proceso, establecerá lazos emocionales cada vez más profundos con personas de su misma edad, migrando así su centro de
gravedad emocional desde la familia hacia el grupo de pares. Para alcanzar su autonomía, el joven tendrá también que adquirir destrezas
vocacionales/laborales que le permitirán avanzar en el camino que lo llevará más temprano o más tarde a hacerse autosuficiente financieramente.
La adolescencia se caracteriza también por el desarrollo de competencia emocional y social, que, además de facilitar la progresiva autonomía, las
relaciones con los pares cumplen otras funciones importantes, contribuyendo significativamente al bienestar y desarrollo psicosocial de los jóvenes.
La amistad también puede servir como un tampón que los protege de desarrollar problemas psicológicos ante experiencias vitales estresantes.
De acuerdo a las investigaciones de Piaget, durante esta etapa se avanza desde el pensamiento concreto al abstracto. El joven se libera de la realidad
concreta inmediata y se adentra en el terreno de los conceptos abstractos, en el mundo de las ideas. Estas incluyen, entre otras, la habilidad de pensar
en todas las posibilidades y la de razonamiento hipotético-deductivo, que le permiten una mejor resolución de problemas a través de explorar una
amplia gama de alternativas de manera sistemática y lógica. Lo capacita también para reflexionar analíticamente sobre su propio pensamiento.
Como dijimos anteriormente, la adolescencia cuenta con 3 etapas: