SOROS

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Patiño Castillo Itzel Anahí

14 – octubre- 2021
La crisis del capitalismo global: la sociedad abierta en peligro.
GEORGE SOROS

La crisis del capitalismo global es un libro que se divide en dos partes:


“Marco Conceptual” en el que George Soros desarrolla la teoría de Karl Popper
acerca de las peculiaridades del sistema capitalista; mediante el concepto
“reflexividad”, que hace relación entre el pensamiento y la realidad. Dentro de la
economía, la reflexividad se refiere al efecto autorrefuerzo del sentimiento del
mercado,
A partir de este concepto el autor expone la forma en que el “sector del
mercado” ha transformado las relaciones cotidianas del “sector no mercado”; es
decir, las relaciones sociales que no se han desarrollado en armonía con el sector
del mercado.
La segunda parte, “El momento actual de la historia”, en la que sostiene que
hay una gran necesidad de mejorar la supervisión bancaria y asegurar datos
adecuados y exactos sobre cada país, pues con una información real los
mercados pueden cuidarse de sí mismos. Hoy en día la generación de Big Data
que consiste en un proceso que analiza e interpreta grandes volúmenes de datos,
tanto estructurados como no estructurados y sirve para que los datos
almacenados de forma remota puedan ser utilizados por las empresas como
base para su toma de decisiones, esto también serviria a los gobiernos y al
mejoramiento funcional del mercado.
Karl Popper define dos tipos de sociedades: La sociedad cerrada: donde el
individuo no es libre y está subordinado a un colectivo y a una verdad
incontrovertible, lo que representa el destino inevitable del ser humano que éste
sólo puede aceptar. Y la “sociedad abierta”: aquella en que los individuos pueden
y deben adoptar decisiones personales. Donde la verdad es parcial y sometible a
debate.
Es importante que definamos el término globalización como un fenómeno
que se basa en la continua interconexión entre las diferentes naciones del mundo
en distintos ámbitos desde lo político, social, económico, cultural, tecnológico entre
otros más. Pero nuestro tema de principal interés es la globalización económica
que no es más que un proceso histórico, resultado de la innovación humana y el
progreso tecnológico especialmente a través del comercio y los flujos financieros.
En algunos casos este término hace alusión al desplazamiento de personas es
decir de mano de obra y de la transferencia de conocimientos tecnológicos a
través de las fronteras internacionales.
La globalización es entendida fundamentalmente como un proceso
económico; sin embargo, conviene ampliar su significado ya que, en la práctica,
constituye la expansión a nivel mundial de unas formas de pensamiento y de una
occidental que implican el mercantilismo, la explotación de la Naturaleza y, de
hecho, la marginación de los más desfavorecidos: mujeres, pobres y culturas no
occidentales. No es de extrañar por tanto que la globalización esté agravando el
deterioro medioambiental así como las condiciones de vida de las mujeres no
occidentales.
El término de globalización se introdujo a nuestro lenguaje en los años
ochenta, siendo una construcción de occidente y fue desde ese momento que los
adelantos tecnológicos han facilitado y acelerado las transacciones internacionales
comerciales y financieras. Las fronteras han dejado de ser un impedimento para la
relación entre los diferentes países del mundo y entre las fuerzas del mercado que
durante siglos han operado a todos los niveles de la actividad económica humana:
en los mercados rurales, las industrias urbanas o los centros financieros.
Los mercados han promovido la actividad por medio de la competencia y de
la división del trabajo, es decir, la especialización en alguna materia permite a las
personas y a las economías centrarse en lo que mejor saben hacer. Gracias a la
globalización podemos tener mercados cada vez más vastos en todo el mundo y
tenemos mayor acceso a los flujos de capital y a la tecnología. Sin embargo, los
mercados no garantizan que la mayor eficiencia beneficiará a todos pues el actual
proceso de globalización es incompleto y asimétrico caracterizado por un déficit de
gobernabilidad; pues en su evolución ejercen una influencia preponderante los
gobiernos de los países desarrollados, así como las empresas transnacionales y
en una medida mucho menor los gobiernos de los países en desarrollo y las
organizaciones de la sociedad civil.
Igualmente resalta la profunda desigualdad social y regional así como la
vulnerabilidad a la crisis por parte de ciertos sectores en las sociedades. Y para
comprobarlo no tenemos más que caminar por zonas de la Ciudad de México
como Santa Fe en la que podremos encontrar espacios llenos de edificios y
tiendas de prestigio - transnacionales por supuesto- casas en conjuntos
residenciales, carros de lujo y un montón de ostentosidades, y es que los
contrastes en la urbanización resultan extremos. La experiencia de los habitantes
es muy diferente a pocos metros de distancia. Pues sólo unos kilómetros más
abajo encontramos colonias como “La Palmita” en donde podemos observar el
espacio tan reducido que hay entre cada casa, claramente no hay más que lo que
conocemos como “la tiendita de la esquina” - aquí no llegan las transnacionales-,
continuemos.
Entonces, la globalización es el punto máximo del proceso de expansión de
la producción capitalista alrededor del mundo, siendo el capitalismo el proyecto
geográfico de expansión e integración espacial que altera profundamente las
geometrías de poder en la economía mundial, el poder de las transnacionales ha
aumentado y con ello la manipulación del mercado de las divisas a costa de los
gobiernos, electores y del proceso democrático.
Nos habla tambien del equilibrio que como sabemos es lograr un balance
sobre la base que se encuentra, en economía el quilibrio es un estado del mundo
en el que las fuerzas económicas se encuentran equilibradas y en ausencia de
influencias externas los valores de las variables económicas no cambian. Es el
punto en el cual la cantidad demandada y la cantidad ofertada son iguales.
El concepto de sistema capitalista global esta presente en nuestras vidas
del mismo modo que cualquier régimen gobierna la vida de las personas. El
sistema capitalista puede compararse con un imperio cuya cobertura es más
global que la de cualquier imperio anterior. Gobierna toda una civilización y, como
en otros imperios, quienes están fuera de sus murallas la pasa mal.
La mayoría de nosotros ni siquiera nos damos cuenta que están sometidos
a él pues el capitalismo nos orilla al consumismo y muchas veces al no poder
satisfacer estas necesidades vanales se cae en sentiemientos de despreció o nos
vemos marginados de ciertos grupos sociales por no cumplir con estas
espectativas que tanto el capitalismo como la globalización han establecido, sin
darnos cuenta que es una forma de programación que enriquece sólo a los ya
ricos.
Aunque los gobiernos mantienen el poder de intervenir en la economía, han
estado sometidos cada vez más de la competencia global pues las empresas
transnacionales son las que practicamente establecen las reglas del juego.
Se requieren políticas globales que generen igualdad en las sociedades del
mundo pues de no ser así las consecuencias de ello, serán la creciente debilidad
del Estado, una mayor desigualdad social, la concentración de la riqueza en
grupos muy reducidos de la población o la cesión de los recursos naturales a
grandes corporaciones trasnacionales.
En síntesis podría decirse que estos males no son provocados por la
revolución informática, ni tecnológica y quizá ni de la globalización en sí misma,
sino por la institucionalidad, ideología y moralidad neoliberal que ha presidido
hasta ahora esos fenómenos.
En ese sentido lo que el mundo requiere no es menos innovación
tecnológica o globalización, sino más bien su ampliación y profundización
civilizada, liberándolas de sus ataduras socio-institucionales con el neoliberalismo
dominante, para afrontar las espantosas carencias sociales actuales y las no
menos lúgubres amenazas genocidas y ambientales futuras.
O sea, a partir de una nueva globalización pacifica de la humanidad, de
ampliación de los poderes públicos, el conocimiento y la inclusión social, que
racionalice, humanice y amplié los logros de la interdependencia mundial, aunque
con fines sociales, ambientales y democráticos.

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