Guía de Escatología

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CAP.

ITULO XII
ESCATOLOGÍA - (LOS ACONTECIMIENTOS FINALES)
"Así dice Jehová... yo el primero, y yo el postrero." Isa_44:6. Dios ha escrito tanto el primero como el último capítulo de la historia de
todas las cosas. En el libro del Génesis, leemos con respecto al comienzo de todo: del universo, de la vida, del hombre, del pecado, de la
muerte, de la sociedad. Por las Escrituras proféticas, que dan cima en el Apocalipsis, sabemos de qué manera todas las cosas alcanzarán
su objetivo y consumación. Muchos, a igual que Daniel, se preguntan: "¿Cuál será el fin de estas cosas?" Dan_12:8. Solamente Dios puede
responder a la pregunta, y así lo ha hecho en las Sagradas Escrituras.
BOSQUEJO
I. MUERTE IV. LA VIDA FUTURA VI. EL DESTINO DE LOS MALVADOS
II. EL ESTADO INTERMEDIO 1. La enseñanza del Antiguo Testament 1. El punto de vista bíblico.
1. El punto de vista bíblico. 2. La enseñanza del Nuevo Testamento. 2. Puntos de vistas falsos.
2. Puntos de vistas falsos. V. EL DESTINO DE LOS JUSTOOS a. Universalismo.
a. Purgatorio. 1. La naturaleza del cielo. b. Restauración.
b. Espiritismo 2. La necesidad del cielo. c. Segunda probación.
c. El sueño del alma. 3. Las bendiciones del cielo. d. Aniquilación.
III. LA RESURRECCIÓN a. Luz y belleza. VII. LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
1. La importancia de la resurrección. b. Amplitud de conocimientos. 1. La realidad de su venida.
2. La naturaleza de la resurrección. c. Descanso. 2. La forma de su venida.
a. Relación. d. Servicio. 3. La época de su venida.
b. Realidad. e. Gozo. 4. Las señales de su venida.
c. Incorrupción f. Estabilidad. 5. El propósito de su venida.
d. Gloria. g. Vida social. a. En relación a la iglesia.
e. Velocidad. h. Comunión con Cristo b. En relación a Israel.
f. Penetración. c. En relación al anticristo.
d. En relación a las naciones.

I. MUERTE.
La muerte es la separación del alma del cuerpo y la introducción del hombre al mundo invisible. Se la describe de sueño ( Jn._11:11;
Dt._31:16), la disolución de la casa terrenal de este tabernáculo (2Co_5:1), el dejar este tabernáculo (2Pe_1:14) el pedir el alma de parte
de Dios, (Lc_12:20) ir por el camino por el cual no se vuelve (Job_16:22) el reunirse con sus padres, (Gn._49:33) descender al silencio,
(Sal_115:17) expirar, (Hch._5:10), tornar al polvo, (Gn._3:19), ser cortado, (Job_14:2), y una partida. (Fil._1:23). La muerte es el primer
efecto o manifestación visible del pecado, y será el último efecto del pecado del cual seremos salvados. Rm._5:12; 1Co_15:26. El Salvador
quitó la muerte y trajo vida e inmortalidad ("incorrupción") a la luz por el evangelio. 2Ti_1:10. El vocablo "quitar" significa anular, o hacer
negativo. Se anula la muerte como sentencia condenatoria, y se ofrece la vida a todos. Mientras tanto, aunque la muerte continúa, se
convierte en puerta de acceso a la vida en el caso de aquéllos que aceptan a Cristo. ¿De qué manera está relacionada la muerte con la
doctrina de la inmortalidad? Hay dos vocablos, "inmortalidad" e "incorrupción," que se emplean con referencia a la resurrección del
cuerpo. 1Co_15:53-54. Inmortalidad significa no estar sujeto a la muerte, y en las Sagradas Escrituras se aplica al cuerpo y no al alma.
(Aunque se insinúa la inmortalidad del alma). Hasta los cristianos son mortales, puesto que sus cuerpos están sujetos a la muerte.
Después de la resurrección y el arrebatamiento, obtendrán la inmortalidad; es decir, tendrán cuerpos glorificados no sujetos a la muerte.
Los malvados también resucitarán. ¿Significa empero que tienen inmortalidad? No, puesto que su condición toda es de muerte,
separación de Dios. Tienen existencia, pero no la comunión con Dios y la glorificación del cuerpo constituyen verdadera inmortalidad.
Existen conscientemente en una condición de sujeción a la muerte. La suya no es "resurrección de vida," sino "resurrección de muerte."
Jn._5:29.
Si la "inmortalidad" en las Sagradas Escrituras se aplica al cuerpo, ¿de qué manera se justifica que hablemos de la inmortalidad del alma?
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la muerte es la separación del cuerpo del alma. El cuerpo muere y va al polvo, el alma
o el espíritu continúan existiendo conscientemente en el mundo invisible de los espíritus. De manera que el hombre es mortal, puesto que
su cuerpo está sujeto a la muerte, no obstante lo cual su alma es inmortal, sobreviviendo a la muerte del cuerpo. ¿Qué diferencia existe
entre la inmortalidad y la vida eterna? La inmortalidad es futura (Rm._2:7; 1Co_15:53-54) y se refiere a la glorificación de nuestros
cuerpos mortales en la resurrección. La vida eterna concierne principalmente al espíritu del hombre, es una posesión presente, y no es
afectada por la muerte del cuerpo. La vida eterna alcanzará su perfección a la venida de Cristo, y será vivida en un cuerpo glorificado,
inmortal. Todos los creyentes, tanto los que viven como los muertos, tienen ya vida eterna, pero no tendrán inmortalidad hasta la
resurrección.

II. EL ESTADO INTERMEDIO.


Por estado intermedio nos referimos al estado de los muertos durante el período comprendido entre la muerte y la resurrección.
1. El punto de vista bíblico. Debe notarse cuidadosamente que los justos no reciben su recompensa final, ni los malvados su castigo
final, hasta después de sus resurrecciones respectivas. Ambas clases están en un estado intermedio, esperando ese acontecimiento. Los
creyentes que han muerto parten para estar con el Señor, empero no reciben su recompensa final todavía. El estado intermedio de los
justos es uno de descanso (Ap._14:13), espera (Ap._6:10-11), actividad (Ap._7:15), y santidad. Ap._7:14. Los malvados también pasan a
un estado intermedio, donde esperan el castigo final, que se produce después del juicio ante el Gran Trono Blanco, cuando la muerte y
el infierno (Hades) son arrojados al lago de fuego. Ap._20:14.
2. Puntos de vista falsos.
a. Purgatorio. La Iglesia Católica Rm.ana enseña que hasta los fieles necesitan pasar por un proceso de purificación antes de ser aptos
para presentarse ante Dios. Mantienen este punto de vista algunos protestantes que creyendo que el que está en gracia no puede Stg.ás
caer de ella, y sabiendo asimismo que sin santidad nadie verá al Señor, han llegado a la conclusión de que existe un "purgatorio" donde
los creyentes carnales e imperfectos se purificarán de la hez. Dicen que este proceso tendrá lugar durante el milenio, mientras los
vencedores reinen con Cristo. Sin embargo, no existen pruebas en las Escrituras que sustenten o Apoyen este punto de vista, y hay
mucho en su contra.
El Rvdo. Juan S. Banks, famoso exegeta metodista dice al respecto: Las Sagradas Escrituras nos hablan de una felicidad inmediata de los
muertos en Cristo. Lc_16:22; Lc_23:43; 2Co_5:6-8. Con seguridad el cristiano corriente, después de un largo tiempo de crecimiento en la
gracia, es tan apto para el cielo como el ladrón penitente o como Lázaro en la parábola. Además, se atribuye en las Sagradas Escrituras
eficacia ilimitada a la sangre de Cristo. Si en realidad se enseñara la existencia de tal estado intermedio en las Sagradas Escrituras,
podríamos decir que su poder purificador se deriva de la expiación, como decimos del medio de la gracia en el estado presente; pero
cuando no se enseña tal doctrina, sólo podemos considerar ese estado como una obra de supererogación, es decir, más de lo requerido,
extra. Busca hacer aquello para lo cual se han tomado ya amplias disposiciones.
El Nuevo Testamento habla solamente de dos clases: los salvos y los no salvos. El destino de cada una de las clases es determinado en esta
vida, la cual es el único período de prueba mencionado. La muerte cierra el período de prueba, y luego sigue el juicio de acuerdo a las
obras hechas en el cuerpo. Heb_9:27; 2Co_5:10.
b. Espiritismo. El espiritismo enseña que podemos comunicarnos con los espíritus que han partido. Esta comunicación se realiza por
medio de un "médium." Pero nótese lo siguiente: (1) La Biblia expresamente prohíbe consultar tales espíritus, prohibición que indica de
sí que existe un mal y peligro en sus prácticas. Lv._19:31; Lv._20:6-7; Isa_8:19. Es inútil que los espiritistas citen el ejemplo de Saúl,
puesto que este hombre desdichado pereció por consultar a una adivina. 1Cr._10:13. (2) Los muertos están bajo el control de Dios, el
Señor de la vida y de la muerte, y por lo tanto no están sujetos a la influencia de los médiums. Lea por ejemplo Ap._1:18; Rm._14:9. Los
espiritistas citan el caso de la bruja que trajo a Samuel y el informe de la aparición de Moisés y Elías en la Transfiguración. Más aún en el
caso de que Samuel sele apareciera a Saúl, fue mediante un permiso divino, y lo mismo se puede decir de Moisés y Elías. La historia del
rico y Lázaro demuestra que a los que han partido no se les permite comunicarse con los vivos. Lucas 16. (3) Aunque muchos de los
fenómenos del espiritismo han resultado ser falsos, hay alguna realidad en el. Puesto que los muertos están bajo el control de Dios y no
se pueden comunicar con los vivos, se debe de llegar a la conclusión de que las manifestaciones espiritistas son resultado de
operaciones de extrañas fuerzas psíquicas, con respecto a las cuales estamos en la ignorancia, o que los mensajes proceden de espíritus
mentirosos y engañadores. 1Re._22:22; 1Ti_4:1. Muchas de las personas que abrazan el espiritismo o consultan médiums han
desechado le fe en el cristianismo. Aquéllos que creen en las Escrituras tienen luz suficiente como para iluminar la tierra misteriosa que
yace más allá de la tumba.
c. El sueño del alma. Algunos grupos, como los Adventistas del Séptimo Día creen que el alma existe en estado inconsciente hasta la
resurrección. Esta creencia, conocida con el nombre de sueño del alma, es compartida por individuos en otros grupos. Es cierto que la
Biblia describe a la muerte como un sueño, pero ello es porque el creyente pierde la conciencia del mundo de cansancio y enfermedad,
y se despierta en uno de paz y felicidad. En el Antiguo Testamento se nos enseña que mientras el cuerpo entra en la tumba, el espíritu
de la persona que ha muerto entra en el Seol (traducido infierno en la Biblia de Valera) donde vive una vida consciente. Compare
Isa_14:9-11; Sal_16:10; Lc_16:23; Lc_23:43; 2Co_5:8; Fil._1:23; Ap._6:9.
III. LA RESURRECCIÓN
1. La importancia de la resurrección.
Los corintios, a semejanza de otros griegos, eran personas de mentalidad aguda, inquieta, aficionados a la filosofía y a la especulación. El
que algunos de los miembros de la iglesia de Corinto participaban de ese espíritu se comprobará por la lectura de los dos primeros
capítulos de la epístola, donde Pablo declara la inmensurable superioridad de la apelación divina sobre la especulación humana. Con clara
percepción entupió la posibilidad de que bajo la influencia del espíritu griego, el evangelio se disipara convirtiéndose en un sistema de
filosofía y ética, hermoso pero impotente. En realidad, esa tendencia era ya aparente. Algunos de los miembros de la iglesia eran
influenciados por una antigua idea griega relativa a la inmortalidad, según la cual a la muerte, el cuerpo perecía para siempre, mientras
que el alma continuaba viviendo. En realidad, y según esta doctrina, era bueno que el cuerpo pereciera, puesto era una traba y obstáculo
para el alma. Se enseñaba en la asamblea de Corinto que mientras que el alma o espíritu vivía después de la muerte, el cuerpo
desaparecía para siempre y no experimentaba resurrección alguna. Se enseñaba asimismo que la única resurrección era la espiritual del
alma, de su muerte en transgresiones y pecados. Lea Ef._2:1; compare 2Ti_2:17-18. El Apóstol lanza un reto a dicha doctrina, o pone en
tela de juicio la veracidad de ella. "Y si Cristo es predicado que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay
resurrección de muertos?" 1Co_15:12. Considerando este error como comienzo, Pablo expone la verdadera doctrina y nos proporciona el
gran capítulo de resurrección de la Biblia, (1 Corintios 15). Como base o fundamento de este argumento, Pablo toma la doctrina bíblica
respecto del hombre, la cual en
contradicción con la doctrina pagana, declara que el cuerpo es santificable (1Co_6:13-20), redimible, y está incluido en la salvación del
hombre. En el principio, Dios creó al hombre espíritu y cuerpo, y cuando el cuerpo y el espíritu se juntaron para formar una unidad viva,
el hombre se convirtió en "alma viviente." El hombre fue creado inmortal en el sentido de que no necesitaba morir, empero mortal en el
sentido de que podía morir si desobedecía a Dios. Si el hombre hubiera continuado fiel, hubiera desarrollado hasta el máximo su
capacidad sobre la tierra, y luego podría haber sido trasladado, puesto que la traslación parece ser la manera perfecta de Dios de lLv.ar
seres humanos de la tierra. Empero el hombre pecó, perdió el derecho al árbol de la vida y como resultado de ello comenzó a morir,
culminando el proceso en la separación del cuerpo y del alma. Y la muerte física era expresión exterior de esa muerte espiritual que es la
consecuencia del pecado. Puesto que el hombre es cuerpo y alma, la redención debe de abarcar el avivamiento del alma y del cuerpo;
de ahí la necesidad de la resurrección. Y mientras que el hombre pueda saldar sus cuentas con Dios y vivir espiritualmente (Ef._2:1) sin
embargo su cuerpo muere como resultado de su herencia racial de Adán. Empero puesto que el cuerpo es parte inherente de su
personalidad, su salvación e inmortalidad no son completas hasta que el cuerpo no sea resucitado y glorificado. Tal es la enseñanza del
Nuevo Testamento.
Lea Rm._13:11; 1Co_15:53-54; Fil._3:20-21.
El alegato de Pablo en 1Co_15:13-19 es como sigue: El enseñar que no hay resurrección del cuerpo, constituye descargar un golpe
contra la realidad de la salvación y la esperanza de la inmortalidad. Desarrolla su alegato de la siguiente manera: Si no hay resurrección
del cuerpo, luego Cristo, que tomó sobre sí el cuerpo humano, no resucitó de los muertos. Y si Cristo no resucitó de los muertos, luego la
predicación es conversación vacía; pero aún, es falsa y engañosa. Y si la predicación es vana, también lo es la fe y la esperanza de los que
la aceptan. Si Cristo no resucitó en realidad de los muertos, luego no hay salvación por el pecado; puesto que ¡cómo sabremos que su
muerte era expiatoria - es decir, diferente de una muerte ordinaria - a menos que resucitara de la tumba? ¿Y si el cuerpo del Maestro no
resucitó, qué
esperanza les queda a aquéllos que confían en él? Y si esto es verdad, luego el sacrificio, la abnegación, y los sufrimientos por amor de
Cristo han sido en vano. Versículos 19, 30-32.
2. La naturaleza de la resurrección. Es suficientemente fácil expresar la verdad o realidad de la resurrección, pero cuando intentamos
explicar cómo se produce nos encontramos con dificultades, puesto que tratamos con leyes misteriosas y sobrenaturales fuera de la
comprensión de nuestras mentes. Sabemos, sin embargo, que la resurrección del cuerpo se caracteriza por lo siguiente:
a. Relación. Tendrá cierta relación con el antiguo cuerpo, lo cual el Apóstol Pablo ilustra mediante el grano de trigo. 1Co_15:36-37. Este
grano es arrojado al suelo, muere, y el acto de desintegración fertiliza el germen vivo que está dentro de él, de manera que se convierte
en una nueva y hermosa planta verde. "Sólo mediante la desintegración de las partículas Materiales de la semilla comienza la operación
del germen de vida (que ningún microscopio puede descubrir)." ¿Qué es lo que vivifica al cuerpo humano, haciéndole cAp.az de
convertirse en el glorioso cuerpo de la resurrección? ¡El Espíritu Santo! Lea 1Co_6:19. Hablando de la resurrección, Pablo expresa las
palabras que se encuentran en 2Co_5:5 que un exegeta del griego ha traducido como sigue: "Dios me ha preparado para este cambio, al
darme el Espíritu en calidad de promesa y anticipo."
b. Realidad. Hay ciertas personas que no tienen deseo alguno de ir al cielo porque se han formado la idea de que esa vida será
insustancial, vaga. Por el contrario, la vida venidera será tan real como la presente, y más aún. Los cuerpos glorificados serán reales y
tangibles, y nos conoceremos los unos a los otros, conversaremos los unos con los otros, y realizaremos libremente actividades
celestiales. El Señor Jesús, en su cuerpo glorificado, fue una realidad indiscutible para sus discípulos. Aunque glorificado, era el mismo
Jesús.
c. Incorrupción Resucitado es incorrupción y poder, el cuerpo de resurrección estará libre de enfermedad, dolor, debilidad y muerte.
Ap21:4.
d. Gloria. Nuestro viejo cuerpo es perecedero, sujeto a corrupción y cansancio, puesto que se trata del cuerpo "natural," Ap.to sólo para
una existencia imperfecta en un mundo imperfecto. Empero el cuerpo de resurrección estará adaptado a una vida gloriosa, inmortal, en
los cielos. Cuando Pedro el Grande de Rusia trabajó como mecánico en Holanda, a fin de aprender el arte de construir buques, vestía el
humilde traje de mecánico, pero al retornar a su palacio, volvió a vestir el esplendoroso manto de la realeza. El espíritu del hombre, que
originalmente recibió el soplo o hálito divino, vive ahora una existencia humilde en un cuerpo perecedero (Fil._3:21), pero en el cuerpo
de resurrección el espíritu estará vestido de un cuerpo glorioso, Ap.to para ver a Dios cara a cara.
e. Velocidad. Atravesará el espacio con la velocidad del relámpago, debido a la tremenda energía que lo impulsa.
f. Penetración. Es decir, el poder o la fuerza para penetrar en substancias sólidas. Al caminar por la tierra con los cuerpos glorificados, no
seremos detenidos por cosas tan insignificantes como una pared o montaña, sino que pasaremos a través de ellas. Lea Jn.20:26. Hay
muchas cosas que no sabemos y no podemos saber aún, con respecto a la vida futura: "Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun
no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él apareciere, seremos semejantes a él, porque le veremos tal
como él es." 1Jn._3:1-2.
IV. LA VIDA FUTURA.
1. La enseñanza del Antiguo Testamento. Al estudiar la enseñanza del Antiguo Testamento con respecto a la vida futura, debe recordarse
que la obra redentora de Cristo ha ejercido un poderoso efecto en relación con la muerte y la vida. "El cual quitó la muerte, y sacó a la luz
la vida y la inmortalidad por el evangelio." 2Ti_1:10. Cristo trajo plenitud de luz y seguridad con respecto a la vida venidera. Al mismo
tiempo lLv.ó a cabo cierta liberación para los creyentes del Antiguo Testamento en el estado intermedio, que dió como resultado un
aumento de bendición para ellos. Empero aunque la apelación del Antiguo Testamento con respecto a la vida después de la muerte no es
tan amplia como la del Nuevo Testamento, es indudable que se enseña la doctrina. La doctrina de la inmortalidad en el Antiguo
Testamento se basa o fundamenta en la relación del hombre con Dios.
El hombre, hecho a la imagen de Dios, es apto para conocer a Dios y tener comunión con él. Esto implica o indica que el hombre es
superior al animal, y que está animado de una vida que trasciende al tiempo. Fué creado para vida, y no para mortalidad. Empero el
pecado trajo la muerte al mundo, y frustró de esa manera el destino del hombre. La muerte, en su aspecto físico, es la separación del
cuerpo y del alma. La muerte, sin embargo, no implica o significa la extinción del alma. El Antiguo Testamento enseña consecuentemente
que la personalidad del hombre sobAp.ive a su muerte. El cuerpo del hombre fué bajado a la tumba, mientras que el alma pasó al Seol
(que se traduce infierno, abismo, sepultura) el lugar de los espíritus que han partido de este mundo. El que el Seol no el cielo queda
demostrado por el hecho de que se dice que está abajo (Pro_15:24), y que es un descenso, (Eze_32:21), y que se halla en lo profundo de
la tierra. Eze_32:18. El que no se trata de un lugar de felicidad es evidente por la descripción que hace de el como de un lugar al que no se
loará (Sal_6:5), cruel o duro (Son_8:6), lugar de dolor, (Sal_18:5), un lugar del cual nadie parece retornar. Job_7:9. Seol, sin la iluminación
que emanaba del Cristo resucitado, era un lugar lóbrego, ominoso, y por esta razón algunos de los santos del Antiguo Testamento se
estremecieron ante la idea del Seol, como un niño se estremece ante la perspectiva de entrar en un cuarto oscuro. Lea por ejemplo el
Salmo 88 e Isaías 38. Seol era habitado por los justos (Job_14:13; Sal_88:3; Gn._37:34-35) y los malvados. Pro_5:3-5; Pro_7:27; Job_24:19;
Sal_31:17. Del incidente del hombre rico y Lázaro, sabemos que había dos partes en el Seol: un lugar de sufrimiento para los malvados,
(Lc_16:23-24) y otra parte para los justos, un sitio de descanso y comodidad. Lc_16:25. Sin embargo, los creyentes del Antiguo
Testamento no vivían sin esperanza. El pueblo de Dios sería redimido del Seol. Sal_16:10; Sal_49:15. Esto se cumplió cuando Cristo,
después de su muerte, descendió al mundo de los espíritus que habían partido, (Mt._12:40; Lc_23:42-43) y liberó a los santos del Antiguo
Testamento del Seol y los lLv.ó al paraíso superior. Ef._4:8-10. Este último pasaje parece indicar que se produjo un cambio en el mundo de
los espíritus, y que el lugar donde los justos esperan la resurrección está localizado ahora en los cielos. Ef._4:8; 2Co_12:2. Desde entonces,
los espíritus de los justos ascienden a la gloria y los espíritus de los malvados descienden a la condenación. Ap._20:13-14. Otras pruebas
de la enseñanza con respecto a la vida futura en el Antiguo Testamento son las siguientes: (1) La frase u oración "fué reunido con sus
padres" o pueblo, que se emplea con frecuencia a Abraham, Moisés, Aarón y David, sin duda se refiere a la existencia consciente después
de la muerte, y no a la sepultura, puesto que estos hombres no fueron sepultados en los cementerios de familia. (2) Las translaciones de
Enoc y Elías demuestran ciertamente la existencia de una vida futura de felicidad en la presencia de Dios. (3) Las palabras de Cristo en
Mt._22:32 representan simplemente una declaración vigorosa de la creencia judía. De otra manera hubiera carecido de vigor en lo que
respecta a los oyentes. (4) La doctrina de la resurrección de los muertos se enseña con toda claridad en el Antiguo Testamento.
Job_19:26; Dan_12:1-2. (5) Cuando Jacob dijo: "Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol," (Gn._37:35), ciertamente no podía haber
significado la tumba literal, puesto que se suponía que el cuerpo de Js.é había sido devorado por una bestia salvaje.
2. La enseñanza en el Nuevo Testamento El Nuevo Testamento reconoce un estado más allá de la muerte en el cual la vida espiritual
continúa bajo condiciones nuevas y mejores. El iniciarse en esta vida es el objetivo supremo del hombre, Mr._9:43. Al tener a Cristo
mismo, el creyente ha efectuado ya en esta vida la transición de la muerte a la vida. Jn._3:36. Sin embargo, éste es sólo el comienzo. Su
plenitud pertenece a otro estado de existencia que comienza con la resurrección de vida. Jn._1:1. Hay una vida futura (1Ti_4:8); está
oculta ahora, pero será manifestada cuando Cristo, nuestra vida, Ap.arezca, (Col_3:4), quién concederá la corona de vida pRm.etida a los
que le aman. Stg._1:12. Aun el estado de los creyentes que han muerto es mejor que la presente vida en Cristo. Fil._1:21. Empero su
vida más plena, su tierra de PRm.isión, su primoGn.itura en calidad de hiJs. de Dios, será Ap.elada a la venida de Cristo. Rm._8:17;
Gál._4:7. La muerte física no puede interrumpir la comunión entre el creyente y su Señor. "Yo soy la resurrección y la vida: el que cree
en mi, aunque esté muerto, vivirá." Jn._11:25-26. Con estas palabras, el Señor Jesús les aseguró a Marta y a María que su hermano no
había perecido realmente, sino que estaba seguro. En otras palabras, dijo lo siguiente: Amaba a vuestro hermano y disfruté de dulce
comunión con él. Si tenéis en cuenta quien soy, si recordáis mi poder, ¿os imagináis por un momento que le permitiré a la muerte
interrumpir la comunión que ha sido la alegria de ambos?" Existen muchos alegatos formales en favor de la inmortalidad, pero más
tranquilizador que la fria lógica es el conocimiento de que estamos en comunión con Dios y Cristo. Pongamos por ejemplo a un santo
que durante años mantuvo una comunión gloriosa con el Hijo de Dios: "Hemos caminado juntos y mantenido dulce comunión, pero
ahora debemos separarnos y decirnos un eterno adiós"? ¡Imposible! Aquéllos que están en Cristo (1Ts._4:14-17) no pueden ser
separados de él ni por la vida ni por la muerte. Rm._8:38. Para uno que ha vivido conscientemente en la presencia de Cristo, el ser
separado de Cristo por la muerte es imposible. Para aquéllos ligados por el amor de Cristo, es inconcebible el caer de ese amor, y
sumergirse en la desolación o la nada. El Señor Jesucristo les dice a todos los creyentes: "¿Está Lázaro, está cualquiera vinculado a mí?
¿Se ha ligado con fe a mi persona? Lo que soy, el poder que reside en mi, operará o funcionará en él. Vuestro hermano está unido a mí
por la confianza y el afecto. Y puesto que soy la resurrección y la vida, ese poder debe operar en él."
V. EL DESTINO DE LOS JUSTOS
1. La naturaleza del cielo. Los justos están destinados a la vida eterna en la presencia de Dios. Creó al hombre para que éste le conociera,
amara y sirviera en este mundo, y disfrute de su comunión eterna en el mundo venidero. El cristiano, durante su vida terrena, experimenta
por la fe la presencia del Dios invisible, empero en la vida futura esta experiencia de fe se convertirá en realidad Hch.ual. Verá a Dios cara a
cara, una bendición descrita por algunos teólogos como la visión beatífica. Se describe el cielo mediante varios nombres: (1) Paraíso, (jardín)
recordándonos la felicidad y bendición de nuestros primeros padres al caminar y hablar con el Señor Dios. Ap._2:7; 2Co_12:4. (2) "La casa
de mi Padre," con sus Numerosas moradas (Jn._14:2) proporciona el pensamiento de hogar, descanso y comunión. (3) Un país celestial al
cual nos dirigimos, como en la antigüedad Israel se dirigía a la tierra de Canaán, la Tierra Prometida terrena.Heb_11:13-16. (4) Una ciudad,
que nos sugiere la idea de sociedad organizada. Heb_11:10; Ap._21:2. Deben de distinguirse las siguientes tres fases en la condición de los
creyentes que han muerto: primera, el estado intermedio de descanso en espera de la resurrección; segunda, después de la resurrección se
producirá el juicio de las obras (tribunal de Cristo) (2Co_5:10; 1Co_3:10-15); tercero, al terminarse el milenio, desciende del cielo la nueva
Jerusalén, el hogar final de los bienaventurados. Apocalipsis 21. La nueva Jerusalén desciende del cielo, es parte del cielo, y por lo tanto es
el cielo en un sentido verdadero. En cualquier lugar donde Dios se Ap.ela a sí mismo en presencia personal y gloria Apelada, allí está el cielo;
y tal cosa se puede decir de la nueva Jerusalén. Ap._22:3-4. ¿Por qué es que esta ciudad desciende del cielo? El propósito final que anima a
Dios es trasladar el cielo a la tierra. Compare Dt._11:21. En la dispensación o administración del cumplimiento de los tiempos, Dios reunirá
"todas las
cosas en Cristo... en la tierra," (Ef._1:10), y luego Dios será "todas las cosas en todos." 1Co_15:28. Mientras que la nueva Jerusalén no
descenderá en realidad a la tierra, estará no obstante suspendida a la vista de la tierra, puesto que "las naciones que hubieren sido
salvas andarán en la lumbre de ella."
2. La necesidad del cielo. La historia de las religiones Ap.ela el hecho de que el alma del hombre instintivamente cree que hay tal lugar.
Este instinto del cielo ha sido implantado dentro del alma del hombre por Dios mismo, el Creador de los instintos del hombre. Los alegatos
que prueban la existencia de la vida futura no son formulados principalmente para que el hombre crea en ella, sino porque cree en ella, y
está deseoso de armonizar la mente con las intuiciones más profundas del corazón. Luego también un lugar semejante es esencial para
cumplir las demandas de la justicia. Los sufrimientos del justo sobre la tierra y la prosperidad de los malvados demanda un estado futuro
donde se administra completa justicia. Y la Biblia nos dice que tal lugar existe. Platón, el más sabio de los griegos, discutió la vida futura
como una probabilidad, y aconsejó a los hombre a reunir las mejores opiniones sobre la Mt.eria, y embarcarse en ellas como en una barca
y navegar peligrosamente por la vida, "a menos que uno pudiera con más seguridad y con menos peligros navegar en una embarcación
más sólida o mediante una palabra divina." La palabra divina de certidumbre, que los sabios han deseado, se encuentra en las Sagradas
Escrituras, donde la existencia de una vida futura se enseña, no como opinión o teoría, sino como verdad absoluta.
3. Las bendiciones del cielo.
a. Luz y belleza. Ap._21:23; Ap._22:5. El idioma del hombre, en las circunstancias más ópticas, es inadecuado para presentar las
realidades de la vida del porvenir. En los capítulos 21 y 22 de apocalipsis, el Espíritu Santo emplea un idioma que nos ayuda a obtener
una pequeña idea de las hermosuras o bellezas del otro mundo. El topo en una cueva no puede imaginarse la vida del águila que en
raudo vuelo supera las cumbres montañosas; y un minero, si hubiera tal, que hubiere nacido y se hubiese criado en una mina, que
hubiera trabajado en ella, y que ahora, en el ocaso de su vida, uno le hablara con lujo de detalles, a centenares de metros bajo la
superficie de la tierra, del verdor de los árboles, de prados arbolados, de arroyos corrientosos, de ubérrimos huertos, de picos
montañosos, y del cielo tachonado de estrellas, una persona tal no podría comprender lo que uno dice, puesto que no ha visto ni oído
aquello con respecto a lo cual se le habla y por lo tanto su mente no puede concebirlo.
b. Amplitud de conocimiento. 1Co_13:12. El sentimiento expresado por el sabio Sócrates cuando dijo: "Una cosa sé que no sé nada," ha
sido repetido por los sabios desde entonces. El hombre está rodeado de misterios y ansía conocimientos. En el cielo esta sed de saber está
perfectamente satisfecha. Los misterios del universo serán aclarados. Los problemas teológicos que nos tienen perplejos serán resueltos
con claridad meridiana. La clase más esplendente de conocimientos será la nuestra: el conocimiento de Dios.
c. Descanso. Ap._14:13; Ap._21:4. Se puede formular una idea del cielo contrastando a éste con las desventajas de la vida Hch.ual.
Piense de todo aquello que produce cansancio, dolor, conflicto y aflicción, y medite luego que el cielo estará libre de todo esto.
d. Servicio. Hay personas que lLv.an una vida Hch.iva y que al parecer no sienten interés alguno por el cielo, pues lo suponen un sitio de
inactividad, poblado de figuras etéreas que pasan las horas tañendo arpas. Esta idea del cielo es equivocada. En efecto los redimidos
tocarán el arpa, puesto que la música es uno de los goces del cielo, pero al mismo tiempo trabajarán también. Ellos "le sirven día y
noche en su templo... y sus siervos le servirán." Ap._7:15; Ap._22:3. Aquél que colocó al hombre en el primer paraíso con instrucciones
para cuidarlo y cultivarlo, ciertamente no permitirá que esté inHch.ivo en el segundo paraíso.
e. Gozo. Ap._21:4. La mayor felicidad que se puede concebir en la tierra, multiplicada por un millón, expresará sólo pálidamente el gozo
que espera a los hijos de Dios en el plano de los benditos. Si un rey poderoso, con sus recursos terrenos, desea erigir un palacio para su
esposa, ese palacio será la suma de todo lo que el arte, la habilidad y los recursos pueden proporcionar. Dios ama a sus hijos
infinitamente más de lo que el hombre puede amar al poseer recursos inagotables y sabiduría infinita, puede construir un lugar cuya
belleza supera el conocimiento o poder del arte o la imaginación del hombre. "Voy, pues, a preparar lugar para vosotros."
f. Estabilidad. La felicidad del cielo durará para siempre. Verdaderamente, la permanencia es necesaria para la felicidad completa. A
pesar de la hermosura y bendición del cielo, la comprensión de que todo tocaría a su fin haría que el gozo quedara desprovisto de
perfección, puesto que la mente estaría continuamente agobiada por la convicción de que el fin es inevitable, y tal estado mental
demostraría ser un detrimento constante para el gozo perfecto. Todos anhelan lo permanente: salud permanente, paz permanente,
prosperidad permanente. Todos temen la inestabilidad y la inseguridad. Empero la felicidad del cielo lleva consigo la seguridad o
tranquilidad divina que su gozo nunca terminará o disminuirá en intensidad.
g. Vida social. Heb_12:22-23; 1Ts._4:13-18. El hombre es por naturaleza un ser social. Un hombre solitario es anormal y excepcional. Si
en este mundo la vida social proporciona placer, ¡cuánto mayor no será el éxtasis del compañerismo en el cielo con aquéllos a quienes
amamos! En las relaciones humanas, aún aquéllos que más amamos tienen faltas o características objetables que les restan atract.ivo.
En el cielo, los amigos y parientes no tendrán falta alguna. Los goces sociales de la vida presente vienen acompañados por las
desilusiones. Nuestros seres amados se convierten con frecuencia en motivo de dolor para nosotros, se Rm.pen amistades, se marchitan
afectos. Empero en el cielo no habrá malentendidos, no habrá conflictos, todos serán buenos y hermosos, sin defecto alguno que los
empañen, llenos de sabiduría divina, y ostentando una personalidad celestial resplandeciente.
h. Comunión con Cristo. Jn._14:3; 2Co_5:8; Fil._1:23. "A quien amáis, sin haberle visto; en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os
alegráis con gozo inefable y glorioso." 1Pe_1:8. Ese día, seremos como él, puesto que le veremos tal cual es. Nuestro cuerpo será
semejante a su cuerpo glorioso, veremos su rostro, y aquél que pastoreó a su pueblo por el valle de lágrimas los conducirá en el cielo de
gozo en gozo, de gloria en gloria, de apelación en apelación.
VI. EL DESTINO DE LOS MALVADOS.
1. El punto de vista bíblico. El destino de los malvados es la separación eterna de Dios, y eterno sufrimiento, conocido con el nombre de
muerte segunda. Debido a su terrible naturaleza, es una material de la cual uno instintivamente retrocede, y sin embargo, es asunto que
se debe afrontar, puesto que se trata de una verdad positiva de la apelación divina. De ahí que el Cristo tierno y amoroso advirtió a los
hombres con respecto a los sufrimientos del infierno. Lo que dijo con referencia a la esperanza del cielo podría aplicarse muy bien a su
enseñanza relativa a la existencia del infierno. "De otra manera, os lo hubiera dicho." Jn._14:2. El infierno es un lugar de extremo
sufrimiento (Ap._20:10), recuerdo y remordimiento, (Lc_16:19-31), deseos insatisfechos, (Lc_16:24), menosprecio (Dan_12:2), malas
compañías, (Ap._21:8), desesperanza. Pro_11:7; Mt._25:41.
2. Puntos de vista falsos.
a. Universalismo. Según este punto de vista, todos serán finalmente salvos. El que Dios es demasiado amoroso como para excluir a nadie
del cielo parece ser su alegato. La teoría es contradicha por pasajes tales como Rm._6:23; Lc_16:19- 31; Jn._3:36 y otras. Es, en realidad,
una misericordia el que Dios excluya a los pecadores del cielo, puesto que un pecador contaminado se sentiría tan infeliz en el cielo,
como un creyente en el infierno.
b. Restauración. Según este punto de vista, el castigo en el infierno no es eterno, sino un acontecimiento transitorio con el fin de
purificar al pecador y capacitarle para el cielo. Si este fuere el caso, el fuego del infierno tendría más poder o eficacia que la sangre de
Cristo. Además, la experiencia nos enseña que el castigo en si mismo no es regenerativo; puede restringir, pero no transformar.. Los
maestros de esta escuela afirman que la palabra eterno en el idioma griego significa que durará por una edad, pero no eternamente.
Empero de acuerdo a Mt._25:41, si el castigo de los malvados tiene fin, también lo tendrá la felicidad de los justos. El Dr. Maclaren hace
el comentario siguiente: aceptando con apariencia las palabras de Cristo, como expresión de amor perfecto e infalible sabiduría, el que
esto escribe...
teme que, en la discusión con respecto a la duración del castigo, la verdad solemne relativa a la realidad de la retribución futura se
oscurezca o debilite, y el hombre arguya con respecto al "temor del Señor," hasta dejar de experimentar sentimiento alguno con
respecto a
dicha retribución. El hábito tiende a fijarse. El carácter tiende a adquirir permanencia final. Dios no obligará al hombre a salvarse en
el futuro, como no lo obliga en la actualidad.
c. Segunda probación. Según esta teoría, todos tendrán una segunda oportunidad, para aceptar la salvación, entre la muerte y la
resurrección. Las Sagradas Escrituras, sin embargo, nos enseñan que a la muerte queda fijado el destino del hombre. Heb_9:27. Además, si
la gente piensa que se le presentará una segunda oportunidad, ¿cuántos aceptarán la primera oportunidad, o la aprovecharán? Y si
descuidan la primera oportunidad, de acuerdo a las leyes de la naturaleza humana, estarán más débiles para aceptar la segunda.
d. Aniquilación. Los que propugnan esta teoría dicen que la Biblia enseña que los impíos perecerán, y que esto prueba que el castigo
final consistirá en la aniquilación. Esto no puede ser cierto, porque si perecer significa ser aniquilado, entonces el hijo pródigo fue
aniquilado antes de regresar a su padre. siendo que cuando comenzó a arrepentirse, dijo: "¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre
tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!" (Lc_15:17) Y nos dice también la Biblia que el mundo anti diluviano pereció,
anegado en agua (2Pe_3:6). Y, sin embargo, el mundo todavía continúa existiendo. Véase también los siguientes textos: Sal_78:45;
Heb_2:14; Sal_31:10. Estos textos prueban concluyentemente que las palabras "destruir" y "consumir" no significan aniquilación. El
vocablo "destrucción" significa dañar o perjudicar una cosa de tal manera que venga a ser inservible.
VII. LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
1. La realidad de su venida La segunda venida es mencionada más de 300 veces en el Nuevo Testamento. Pablo se refiere a ella en sus
epístolas cuando menos cincuenta veces. se afirma que la segunda venida es mencionada ocho veces más que la primera. Libros enteros
(1 y 2 Tesalonicenses) y capítulos completos (Mateo 24; Mr.cos 13) están dedicados a ella. Es sin duda alguna una de las doctrinas más
importantes del Nuevo Testamento.
2. La forma de su venida. Será personal, (Jn._14:3; Hch._1:10-11; 1Ts._4:16; Ap._1:7; Ap._22:7), literal (Hch._1:10; 1Ts._4:16-17;
Ap._1:7; Zac._14:4), visible, (Heb_9:28; Fil._3:20; Zac._12:10) y gloriosa. Mt._16:27; 2Ts._1:7-9; Col_3:4; Mt._25:31. Se mantienen
interpretaciones que buscan evitar el punto de vista de la venida personal o literal de Cristo. Algunos enseñan que la muerte es la
segunda venida de Cristo. Empero la segunda venida se presenta como algo opuesto a la muerte, puesto que los muertos en Cristo
resucitarán cuando Cristo venga de nuevo. En la muerte vamos a él, pero a su venida, viene por nosotros. Ciertos versículos, (Mt._16:28;
Fil._3:20) carecen de significado si substituimos la segunda venida por la muerte. Finalmente, la muerte es un enemigo, mientras que la
segunda venida es una esperanza gloriosa. Algunos afirman que la segunda venida de Cristo fue el descenso del Espíritu, el día de
Pentecostés. Otros enseñan que Cristo vino en la destrucción de la ciudad de Jerusalén, en el año 70 D. C. Pero en ninguno de estos
casos ocurrió la resurrección de los muertos, ni el arrebatamiento de los vivos, ni otros acontecimientos que deben de acompañar la
segunda venida.
3. La época de su venida. Se han hecho intentos para calcular la fecha de la venida de Cristo, y todos los cálculos han fracasado. El Señor
ha
Declarado que la época exacta de su venida está oculta en los consejos de Dios. Mt._24:36-42; Mr._13:32-33. Esta ordenación es sabia.
¿A quién le gustaría, por ejemplo, saber de antemano el día exacto de su muerte? Dicho conocimiento tendería a perturbar a la persona
e incapacitarla para los deberes de la vida. Es suficiente saber que la muerte puede llegar en cualquier momento y por lo tanto uno debe
de trabajar mientras es de día, puesto que la noche viene cuando nadie podrá trabajar. Y el mismo razonamiento se puede aplicar con
respecto al "día de la muerte" de la edad presente. Ese día no se nos ha apelado. Pero sabemos que será repentino (1Co_15:52;
Mt._24:27) e inesperado. 2Pe_3:4; Mt._24:48-51; Ap._16:15. La palabra del Señor para sus siervos que esperan es la siguiente:
"Ocupaos hasta que yo venga." A continuación ofrecemos una información general con respecto a la enseñanza de Cristo relativa a su
venida:
Después de la destrucción de Jerusalén, los judíos andarán errantes por todas las naciones, exiliados de su tierra, la cual quedará bajo el
dominio de los gentiles hasta el fin del período, cuando Dios juzgará a las naciones gentiles. Lc_21:24. Durante este período los siervos
de Cristo llevarán a cabo su labor (Lc_19:11-27) predicando el evangelio a todas las naciones. Mt._24:14. Será un tiempo de demora
cuando la iglesia a menudo se preguntará por qué el Señor no aparece (Lc_18:1-8) cuando algunos se prepararán y otros caerán en la
negliGn.cia, mientras el esposo tarda, (Mt._25:1-11) cuando ministros infieles caerán en la apostasía, diciéndose para si: "Mi Señor tarda
en venir." Lc_12:45. "Y después de mucho tiempo," (Mt._25:19), "a la medianoche," (Mt._25:6), en una hora de un día que ninguno de
los discípulos conoce, (Mt._24:36; Mt._24:42; Mt._24:50) el Señor aparecerá de repente para reunir a sus siervos y juzgarlos de acuerdo
a sus obras. Mt._25:19 y 2Co_5:10. Más tarde cuando la gente del mundo viva en completo desconocimiento de la catástrofe que se
avecina, como en los días de Noé, (Mt._24:37-39) y como en los días de la destrucción de Sodoma (Lc_17:28-29) el Hijo del hombre
Aparecerá en gloria exterior y poder para juzgar y gobernar las naciones todas del mundo. Mt._25:31- 46.
4. Las señales de su venida. Las Sagradas Escrituras nos enseñan que la aparición de Cristo para iniciar la edad del milenio será
precedida por una transición perturbadora, caracterizada por perturbaciones físicas, guerras, dificultades económicas, decadencia
moral, Apostasía religiosa, infidelidad, pánico y perplejidad Generales. La última parte de este período de transición se conoce como la
Gran Tribulación, un período durante el cual el mundo entero estará bajo el cetro de un gobernante anticristiano, contrario a Dios. Se
perseguirá brutalmente a los creyentes en Dios, y la nación Judía en particular pasará por el horno de la aflicción.

5. El propósito de su venida.
a. En relación a la iglesia. El Dr. Pardington escribe lo siguiente: Así como la primera venida del Señor se extendió por espacio de treinta
años, así también la segunda abarca acontecimientos diferentes. En la primera venida fue apelado como Niño en Belén, más tarde como
el Cordero de Dios a su bautismo, y como Redentor en el Calvario. A su segunda venida, Aparecerá primeramente a los suyos
secretamente y repentinamente para tomarlo o arrebatarlos a fin de que estén presentes en la Cena del Cordero. Mt._24:40-41. La
aparición se denomina el arrebatamiento o traslación, o "parousia" (vocablo griego que significa aparición o llegada). En esta época, los
creyentes serán juzgados para determinar las recompensas por los servicios prestados. Mt._25:14-30. Después del rAp.to o traslación,
seguirá un período de terrible tribulación que finalizará con la Apelación o manifestación abierta de Cristo desde el cielo a fin de
establecer el reino mesiánico en la tierra.
b. En relación a Israel. El Señor, que la Cabeza y Salvador de la iglesia, el pueblo celestial, es también el Mesías prometido de Israel, el
pueblo terrenal. En calidad de Mesías lo liberará de la tribulación, lo juntará de los cuatro cabos de la tierra, lo devolverá a su antigua
patria o tierra y reinará sobre el, como el Rey de la casa de David, largamente prometido.
c. En relación al anticristo. El espíritu del Anticristo está ya en el mundo (1Jn._4:3; 1Jn._2:18; 1Jn._2:22), empero hay un Anticristo final
que está aún por venir. 2Ts._2:3. En los últimos días surgirá del antiguo mundo (Ap._13:1) y se convertirá en el gobernante del imperio
Rm.ano, que habrá resurgido para alcanzar dominio mundial. Asumirá un gran poder político (Dan_7:8; Dan_7:25), comercial (Dan_8:25;
Ap._13:16-17) y religioso. Ap._17:1-15. Se opondrá a Dios y a Cristo, y perseguirá a todos los creyentes procurando destruir por
completo al cristianismo. Dan_7:25; Dan_8:24; Ap._13:7; Ap._13:15. Sabiendo que el hombre necesita tener alguna clase de religión,
establecerá una basada en la divinidad del hombre y en la supremacía del estado. Como personificación del estado, demandará
adoración, y designará un sacerdocio para poner en vigor esta adoración y fomentarla. 2Ts._2:9-10; Ap._13:12-15.
El Anticristo desarrollará hasta lo máximo la doctrina de la supremacía del estado, doctrina que enseña que el gobierno es el poder
supremo, al cual debe subordinarse todo, incluso la conciencia del hombre. Y puesto que no existe poder o ley superior al estado, tanto
Dios como sus leyes deben de abolirse y adorarse al estado. El primer intento de rendir culto al estado se encuentra en Daniel 3.
Nabucodonosor se sentía orgulloso del fuerte imperio que había fundado. "¿No es esta la gran Babilonia, que yo edifiqué para casa del
reino?" Dan_4:30. Tan deslumbrado estaba de su poder humano, y de gobierno, que el estado se convirtió en dios a sus oJs.. ¡Qué mejor
forma de impresionar a los hombres con su gloria que ordenándoles que su símbolo fuera venerado! Por lo tanto, erigió una gran imagen.
de oro, y ordenó que todos, bajo pena de muerte, se inclinaran ante la estatua. La imagen. no era una deidad local, sino que representaba
al estado mismo. El negarse a adorar la imagen. era considerado ateísmo o traición. Al instituir este nuevo culto, Nabucodonosor dijo en
otras palabras al pueblo: "¿Quién os da hermosas ciudades, buenos caminos, magníficos jardines? ¡El estado! ¿Quién vela porque seáis
alimentados y tengáis trabajo, quien edifica vuestras escuelas y sostiene vuestros templos? ¡El estado! ¿Quién os defiende de los ataques
del enemigo? ¡El estado! ¿No es acaso el estado una fuerza poderosa, ¡qué digo! un dios? En realidad ¿qué otro dios más grande
necesitáis que vuestro exaltado gobierno? Inclinaos ante el símbolo del la Gran Babilonia." Y si Dios no lo hubiera humillado debido a su
orgullo blasfemo, (Dan_4:28-37) Nabucodonosor quizá hubiera reclamado adoración para sí, como jefe del estado. Así como los tres
jóvenes hebreos (Daniel 3) fueron perseguidos por negarse a inclinarse ante la imagen. De Nabucodonosor, así también los creyentes del
primer siglo sufrieron por rehusarse a rendir honores divinos a la imagen. De César. Había tolerancia de todas las religiones en el imperio
Rm.ano, pero con la condición de que la imagen. de César fuera venerada como símbolo del estado. Los creyentes eran perseguidos, no
principalmente porque reconocían a Cristo, sino porque se negaban a adorar a César y decir: "El César es Señor." Se abstenían de adorar al
estado como si fuera un dios. La Absolución francesa ofrece otro ejemplo de esta política. Se prescindió de Cristo y de Dios, y se convirtió
en diosa a la patria o al estado. Uno de los diriGn.tes dijo: "El estado es supremo en todas las cosas. Cuando habla el estado, la iglesia no
tiene nada que decir." La lealtad al estado fue eLv.ada al lugar de la religión. La legislatura decretó la erección en todos los pueblos y villas
de altares con la siguiente inscripción: "El ciudadano nace, vive y muere por la patria." Se preparó un ritual para el bautismo civil, para el
casamiento civil y para la sepultura civil. La religión del estado tenía sus himnos y oraciones, ayunos y fiestas. El Nuevo Testamento
considera al gobierno del hombre como divinamente ordenado para el mantenimiento del orden y la justicia. El creyente, por lo tanto, le
debe lealtad a su país. Tanto la iglesia como el estado tienen una parte en el programa de Dios, y cada uno debe operar en su esfera. Dios
debe recibir lo que es de Dios, y César lo que es de César. Empero con frecuencia César ha demandado lo que es de Dios, con el resultado
de que la iglesia se ha encontrado, contra su deseo, en conflicto con el gobierno. Las Sagradas Escrituras predicen que algún día este
conflicto llegará a su punto culminante. La última civilización se opondrá a Dios, y el Anticristo será su jefe. El dictador mundial hará que la
ley del estado mundial sea suprema sobre toda otra ley, y reclamará adoración como personificación del estado. Las mismas Escrituras
nos aseguran que Dios triunfará y que sobre las ruinas del imperio mundial anti-cristiano, establecerá un gobierno donde Dios es
supremo: el reino de Dios. Dan_2:34-35; Dan_2:44; Ap._11:15; Ap._19:11-21
d. En relación a las naciones. Las naciones serán juzgadas, los reinos de la tierra derrocados, y todos los pueblos estarán sujetos al Rey
de reyes, Dan_2:44; Mic_4:1; Isa_49:22-23; Jer_23:5; Lc_1:32; Zac._14:9; Isa_24:23; Ap._11:15; Cristo gobernará las naciones con vara
de hierro, barrera la opresión y la injusticia de la tierra, e iniciará la Edad de oro que se prolongará por mil años. Sal_2:7-9; Sal_72:1-20;
Isa_1:1-9; Ap._20:6. "Luego el fin, cuando entregará el reino a Dios y al Padre." 1Co_15:24. Hay tres etapas de la obra de Cristo en
Calidad de Mediador: la obra de profeta, realizada durante su ministerio terrenal; su obra de Sacerdote, comenzada en la cruz y
continuada durante esta edad; su obra de Rey, comenzada a su venida y continuada durante el Milenio. Después del Milenio habrá
completado su obra de unir a la humanidad con Dios, de manera que los habitantes de la tierra y del cielo constituirán o formarán una
gran familia en la cual Dios será todas las cosas en todos. Ef._1:10; Ef._3:14-15. Sin embargo, Cristo reinará como Dios-Hombre, y
compartirá el gobierno divino, puesto que "de su reino no habrá fin." Lc_1:3

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