Reencarnación y Espiritismo

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P. ÁNGEL PEÑA O.A.R.

REENCARNACIÓN Y ESPIRITISMO

S. MILLÁN – 2020

1
ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN
Reencarnación.
Testimonio del Reiki.
Espiritismo.
Juego de la Ouija.
Hermanos Greenlund.
Otros testimonios.
Casas encantadas.
Michel Chiron.
Fraudes espiritistas.
No hay reencarnación.
Santa Ana Catalina Emmerick.
Entrevista al padre Bamonte.
Espiritismo y extraterrestres.

CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA

2
INTRODUCCIÓN

En este libro sobre la reencarnación y el espiritismo queremos demostrar


con hechos concretos que ambos son puertas abiertas para el poder del demonio y
que son totalmente anticristianos. La reencarnación niega totalmente el papel
redentor de Jesucristo, puesto que cada uno se redime a sí mismo a lo largo de
sucesivas vidas en las que se va perfeccionando hasta llegar a la perfección total,
como si fuera una autodivinización sin necesidad de la ayuda de Dios. Eso
significa que no se necesita de nadie para que nos redima de nuestros pecados.
Uno mismo lo hace, porque la autorredención es el principio básico de la
reencarnación.

Por otra parte el hecho de evocar a los difuntos para que nos comuniquen
información del más allá es ir en contra de la voluntad de Dios, que solo quiere
que oremos por los difuntos y no evocarlos por nuestra cuenta con el fin de que
nos revelen el futuro o nos den información. Lo que necesitan los difuntos es que
oremos por ellos. Porque no existe más que esta vida como lo dice claramente la
palabra de Dios en Hebreos 9,27. Ciertamente no hay otras vidas, no hay otras
oportunidades para mejorar.

Además, el hecho de tener asegurada tarde o temprano nuestra perfección


total, nos podría llevar al suicidio, si en esta vida no estamos contentos y
deseamos una vida mejor. O simplemente a vivir la buena vida con total
libertinaje, pensando en que todo se arreglará en sucesivas vidas.

Algunos hasta llegan a contactarse con los supuestos extraterrestres por


medio de la escritura automática, que es una comunicación por medio de
evocación como se hace con los difuntos. Pero en todos estos casos, aparte de los
muchos fraudes y errores que suceden, los que algunas veces se comunican son
los demonios, que tratan de dominar la mente de los clientes o médiums. Por eso
muchos de ellos terminan con enfermedades físicas, psicológicas y por supuesto
alejados totalmente de Dios.

Como católicos rechacemos totalmente la reencarnación y el espiritismo y


conozcamos bien estas doctrinas para que podamos enseñar a otros que están
metidos en estas profundidades oscuras para que puedan disfrutar de la auténtica
libertad de los hijos de Dios.

3
REENCARNACIÓN

La palabra reencarnación compuesta del prefijo re (que denota repetición)


y del verbo encarnar (tomar cuerpo, reincorporar), significa etimológicamente:
volver a tomar cuerpo. Designa la acción del ser espiritual (espíritu o alma) que
ya había animado un cuerpo en el pasado, y, una vez liberado de él (muerte),
ahora vuelve a vivificar un cuerpo nuevo.

El mismo término es empleado también para indicar la doctrina filosófica


de cuantos piensan que el alma humana pasa por más de una existencia corporal
terrestre (o en otras estrellas), sea para evolucionar o progresar sin cesar
(evolucionismo), sea para redimirse o reparar por sus propios esfuerzos los
pecados cometidos en una vida anterior (autorredención).

Muchas veces, esta misma doctrina es designada por el término griego


metempsicosis (transmigración de almas) o también, y más exactamente, por la
expresión de Platón: metensomatosis, cambio de cuerpo; pues no es el cuerpo el
que cambia de alma, sino el alma la que cambia de cuerpo.

Otro término muy común es el de palingenesia, nueva existencia. En


sentido bastante amplio podemos, pues, considerar como sinónimas estas
palabras o expresiones: Reencarnación, Reincorporación, Metensomatosis,
Metempsicosis, Palingenesia, Pluralidad de existencias, Vidas sucesivas,
Doctrina del retorno, Progreso continuo, Cambio de cuerpo y Transmigración de
almas.

No hay unanimidad entre los adeptos a la Reencarnación. Hay grandes


diferencias entre los reencarnacionistas del Oriente (India, China, etc.) y los del
Occidente europeo. En Europa, las ideas reencarnacionistas surgieron por
primera vez en Francia por los años de 1830 a 1848, sobre todo en ciertos
ambientes socialistas íntimamente vinculados con los principios del
evolucionismo, en ese entonces de moda. De este ambiente socialista-
evolucionista fue de donde salieron los primeros adeptos del Espiritismo francés,
en la década de 1850. El codificador del Espiritismo, conocido con el seudónimo
de Allan Kardec, se llamaba Denizard Hippolyte León Rivail, nacido en Lyon en
1804 y muerto en París en 1869. Como todos sus libros fueron publicados bajo el
seudónimo de Allan Kardec, será citado con este nombre. Su tipo de Espiritismo
es, por eso, conocido también como Kardecismo o Espiritismo kardecista, para
distinguirlo de otros como el anglosajón que no admite la filosofía
reencarnacionista.

4
Cuando Allan Kardec desencarnó (murió) en 1869, los espiritistas
grabaron en su tumba, en el cementerio de Pere Lachafse, en París, estas
palabras, como síntesis feliz de todo su pensamiento: nacer, morir, renacer de
nuevo y progresar siempre. Esta es la ley. De hecho en todas las obras de Allan
Kardec y de los espiritistas inspirados por él, la doctrina de la reencarnación es el
punto esencial de su movimiento. La señora Petrovna Blavatsky, fundadora de la
teosofía, que vivió en París en el círculo de Allan Kardec y estuvo bajo su
influencia y la de sus obras, sacó la doctrina de la reencarnación. Los
antropósofos y rosacruces están en la misma línea, y lo mismo organizaciones de
grupos esotéricos, iglesias gnósticas y grupos ocultistas en general, así como las
religiones orientales 1.

Los orientales tienen la idea de que la reencarnación se da en sucesivas


vidas, pero uno puede descender de categoría y, en vez de reencarnarse en un
hombre, puede reencarnarse en un animal a causa de los pecados en su vida
anterior. En cambio los espiritistas europeos, seguidores de Allan Kardec, creen
que la reencarnación se da siempre hacia adelante, es decir, mejorando en el
camino de la evolución personal, o como mínimo quedándose en un estadio
estacionario, en la misma condición de vida que en la reencarnación anterior a
causa de sus pecados, pero nunca en retroceso. En cuanto a los espiritistas
europeos hay dos corrientes: los latinos y los anglosajones. Los latinos creen
firmemente en la necesidad de las reencarnaciones sucesivas para poder
superarse en el camino de la evolución, en cambio los anglosajones no creen que
sea necesaria la reencarnación para llegar a la elevación total.

Por eso, en el quinto Congreso internacional del espiritismo, realizado en


Barcelona en 1934, se concluyó diciendo: Los reunidos en este Congreso
afirman unánimemente la supervivencia de la personalidad humana después de
la muerte corporal, considerándola científicamente probada como un hecho. Los
espiritistas latinos e hindúes, representados por los delegados de Bélgica, Brasil,
Cuba, España, Francia, India, México Portugal, Puerto Rico, Argentina,
Colombia, Suiza y Venezuela, afirman la reencarnación como ley de vida
progresiva. Los espiritistas no latinos, representados por Inglaterra, Irlanda,
Sudáfrica y Holanda, estiman que la demostración no es suficiente para
establecer la doctrina de la reencarnación formulada por Kardec 2.

Es importante anotar que los reencarnacionistas suponen que la evolución


va desde el reino mineral hasta el hombre y del hombre ascenderá a espíritu, a
ángel y a poblar mundos superiores. Tarde o temprano la perfección será
alcanzada por todos los espíritus. Por ello se excluye totalmente cualquier idea de

1
Kloppenburg Boaventura, La Reencarnación, Ed. San Pablo, 2000, Bogotá, pp. 10-12.
2
Ib. pp. 47-48.

5
condenación definitiva o de infierno. Kardec habla sobre este tema en su libro El
cielo y el infierno. Pero, así como no hay infierno, tampoco para ellos hay cielo.
Después de la última reencarnación se llegará a ser un espíritu bienaventurado
puro. En ese estadio no permanecerán los espíritus presos en la tierra, sino que
podrán estar en todas partes. Su hábitat normal será el mismo sol. El sol, según
Kardec, no estaría habitado por seres corpóreos, sino que sería un lugar
simplemente de reunión de espíritus superiores. Su ocupación será dirigir otros
mundos para ayudarlos en su progreso.

Según Kardec, Jesucristo fue uno de esos espíritus superiores y puros


enviado a la tierra con misión especial, no es Dios, pero tuvo una misión
encargada por el mismo Dios. Es el gobernador espiritual de la tierra.

Por otra parte, el concepto de reencarnación de las religiones orientales, es


que después de la última reencarnación, se identificarán con el universo o con el
mismo Dios. Según los budistas, al morir uno decide si reencarnarse o no y en
qué vientre materno desea hacerlo.

Según las ideas de Allan Kardec, los pecados cometidos son como una
deuda contraída que debe ser pagada en la misma existencia o en la siguiente o
siguientes, pero con la clara idea de que cada uno debe rescatarse a sí mismo y,
como dicen los reencarnacionistas: Ni la sangre de un Dios podrá ser capaz de
rescatar a nadie. Por tanto niegan la idea de que Cristo nos redimió de los
pecados y murió para salvarnos. En su opinión, Jesucristo en este proceso de
reencarnación no puede intervenir, son leyes absolutas e inmutables que nadie
puede cambiar.

Esto, unido a la supuesta ley del karma, significa que el dolor humano y
las enfermedades personales son problemas personales de cada persona que los
padece y que son efecto de los actos de sus vidas pasadas. Por tanto nadie debe
tener compasión al ver a un enfermo, porque según ellos está pagando sus deudas
con la naturaleza y es necesario que lo haga para progresar en su camino de
elevación personal. Ayudar a los pobres o enfermos puede ser una buena obra
para el que la hace, pero no para el que la recibe. Simplemente es su destino y no
podemos cambiarlo.

El padre Joseph Marie Verlinde, que fue secretario personal del famoso
gurú Maharishi, después de varios años de seguir sus enseñanzas, entre ellas la de
la reencarnación, nos cuenta una anécdota: Un día, yendo de camino por la India
vio un hombre muy enfermo y él quiso detenerse a auxiliarlo. El gurú le dijo:
Déjalo, es su karma. Si aquel hombre terminaba esta vida en unas circunstancias
tan dramáticas, eso solo podía deberse a unas acciones malas realizadas en una
existencia anterior por las que tenía que pagar una retribución kármica. En

6
quienes lo rodeaban no había indiferencia, sino una especie de fatalismo. Cada
persona se encuentra sola en su camino de autoliberación individualista. De nada
sirve intervenir en el proceso, eso equivaldría a rebajar nuestro propio karma.

Por eso un día preguntó al gurú si podía dedicarse a cuidar a los enfermos.
Y le respondió: De ninguna manera. El trato con los enfermos hará que se
reduzca tu nivel vibratorio 3.

Según estas ideas, los enfermos deberían sufrir sus enfermedades y morir
sin ayuda de nadie. ¿Dónde está la caridad y el amor predicado por Jesucristo?
¿Habría que suprimir todos los hospitales y prohibir el trabajo de los médicos, y
del personal que atiende a los pobres, enfermos y ancianos? He aquí una gran
contradicción en la vida real, producida por la creencia en la reencarnación.

De hecho muchos cristianos han podido constatar en la India la visión de


muchos enfermos y agonizantes, que duermen y mueren en las calles ante la
mirada indiferente de los transeúntes. Incluso las grandes injusticias, violencias y
desprecios con los parias, como si tuvieran la culpa de haber nacido en esa casta;
y los brahmanes tuvieran la suerte de tener todos los derechos por su buena vida
anterior.

Otro punto importante es que la reencarnación de una vida a otra no


necesariamente es inmediata, sino que puede haber un intermedio de unas horas,
de unos meses o de muchos años en los que vivirán, dicen, como espíritus
errantes, en estado de erraticidad. En este supuesto, se niega evidentemente la
creencia cristiana de que solo se vive una sola vez y que después de la muerte,
Dios se nos presenta y nos juzga para nuestro destino definitivo. Dios nos dice
con claridad y contundencia en la Biblia: Está establecido que los hombres
mueran una sola vez y después el juicio (Hebreos 9, 27).

También hay opiniones distintas al determinar sobre dónde se realiza la


reencarnación. Para unos se hace solo en la tierra, para otros también en estrellas
o diferentes planetas. Unos creen que uno se reencarnará siempre según el sexo
que tenía, otros piensan que habrá una variación alternativa, como hombre o
mujer en las distintas etapas. Unos creen que la reencarnación es solo para los
que quieren y cuando quieren, otros que es una ley absoluta e inevitable para
todos.

Ahora bien, ¿cómo saben todo lo que dicen de la reencarnación?


Responden: Porque los mismos espíritus lo dicen por medio de los médiums en
las sesiones donde se comunican con espíritus superiores. Sin embargo, esto es

3
Verlinde Joseph Marie, La experiencia prohibida, Ed. Monte Carmelo, Burgos, 2003, pp. 107-108

7
muy discutible, pues, según dicen ellos mismos, hay espíritus buenos, sabios y
superiores, pero también espíritus retrasados, ignorantes, bromistas y malos que
tratan de engañar. Ni siquiera el mismo Kardec, que se presentaba como hombre
serio y digno de confianza, es de fiar, ya que reconoció haber remodelado
muchas veces las respuestas recibidas del más allá 4.

Hay una cosa curiosa. Cuando el médium era de origen inglés, no creía en
la reencarnación; pero, cuando era de origen francés, alemán, italiano o latino en
general, admitía la reencarnación. Con esto se demuestra claramente que las
respuestas recibidas por medio de los médiums eran con frecuencia influenciadas
por sus ideas personales y no eran de total confianza.

Para afirmar la creencia en la reencarnación, hablan de que el mismo


Jesucristo creía en ella, como lo asegura en (Mateo 17, 12-13): Elías vino ya, no
lo reconocieron, sino que hicieron con él cuanto quisieron. Entonces los
discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista. También citan el
texto de (Jn 3, 3): Jesús dijo: Él que no nazca de lo alto no puede ver el reino de
Dios. Ellos lo traducen, como en alguna Biblia: Él que no nazca de nuevo, pero
en la Biblia de Jerusalén, que es la más exacta según el texto bíblico, se dice: El
que no nazca de lo alto.

Para los judíos, el profeta Elías no había muerto y, por tanto, no podía
reencarnase. Además, cuando se habla de la transfiguración de Jesús, se aparecen
Moisés y Elías, luego no estaban reencarnados. Y esto sucedió después de que
Moisés viviera hacía unos 1.200 años. Y cuando un grupo de judíos le preguntó a
Juan Bautista, si él era Elías, respondió claramente: Yo no lo soy (Jn 1, 21).

Otra cosa que dicen los reencarnacionistas es que, cuando Jesús habla de
la resurrección, está hablando de reencarnación, pero son cosas totalmente
distintas. Cuando en el Evangelio se habla de resurrección, se habla de que tendrá
lugar al final de los tiempos, no antes. Ellos dicen que, al morir, el cuerpo se
deshace y por tanto niegan la resurrección. Pero no es necesario afirmar una
identidad material absoluta entre el cuerpo actual y el que recibiremos en la
resurrección, como si todos los átomos y moléculas, que alguna vez hicieron
parte de nuestro cuerpo, tuvieran que volver a formar el cuerpo resucitado. Hoy
conocemos el fenómeno biológico del metabolismo según el cual el cuerpo
humano por la constante asimilación y desasimilación de las substancias, de
tiempo en tiempo se renueva enteramente de modo que los átomos o moléculas
que hace años integraban nuestro cuerpo, hoy están totalmente sustituidas por
otras y, sin embargo, afirmamos que nuestro cuerpo de hoy es idéntico al de hace
diez o veinte años. Es una identidad material relativa, pero verdadera. Por eso,

4
En sus Obras póstumas, p. 243.

8
para que podamos conservar una verdadera identidad corporal no es necesario
retener siempre los mismos elementos materiales. La dispersión de la materia no
imposibilita la identidad material del cuerpo humano 5.

San Pablo, en la primera carta a los Corintios capítulo 15, dice: ¿Cómo
hay algunos que dicen que no hay resurrección de muertos? Si no hay
resurrección de muertos, tampoco Cristo ha resucitado, y, si Cristo no ha
resucitado, vana es nuestra predicación y vana es nuestra fe (1 Cor 15, 12-14). Y
Jesús dice : Los malos irán al castigo eterno y los buenos a la vida eterna (Mt
25, 46), lo que significa que al final habrá un castigo o una felicidad eterna con
los mismos cuerpos que tuvimos en la tierra.

Una de las pruebas que los reencarnacionistas creen más decisivas para
creer en la reencarnación es la paramnesia, que sucede, cuando una persona que
nunca ha estado en un lugar concreto, dice que ya lo ha visto antes, lo que
significaría, según ellos, que en alguna vida anterior estuvo allí. Esta no es una
prueba concluyente. Muchas veces ha podido estar en ese lugar cuando era niño
o ha leído en algún libro o visto en un cine o en alguna fotografía lo que está
viendo con sus ojos por primera vez. También puede suceder que lo ha soñado.
En estos casos, no solo puede referirse a lugares, sino también a ciertas personas
o circunstancias, ciertas casas, etc.

Otra prueba que presentan es el caso de algunos niños que sienten una
fuerte inclinación por una profesión o arte. Quieren ser soldados, aviadores,
ingenieros, etc. La mejor explicación para ellos es que en alguna vida anterior
habían profesado tal o cual profesión. Pero para creerlo, deberían primero probar
que esas inclinaciones son innatas, lo que sería muy difícil. Si el niño declara
querer ser aviador o artista de cine o televisión, sin que esas profesiones
existieran en su vida anterior, la prueba no resulta.

Algo que hay que tener en cuenta es que actualmente en el mundo hay
unos ocho mil millones de personas. Nunca ha habido tantas personas juntas. No
pueden ser todas reencarnados de vidas anteriores, pues nunca antes en la historia
ha habido tanta gente. Entonces quiere decir que muchas de estas personas antes
eran animales o plantas o minerales y han nacido con la mente en blanco sin
recuerdos conscientes por no haber vivido como humanos. Si le hacen una
hipnosis regresiva, ¿cómo puede recordar lo que nunca ha vivido?, pues muchos
están viviendo su primera vida como seres humanos.

Esto de la hipnosis regresiva es otra de las pruebas presentadas y ya está


demostrado que no es cien por ciento segura, aunque puede tener algo de verdad

5
Kloppenburg Boaventura, o.c., pp. 87-88.

9
cuando se realiza sobre recuerdos de su vida actual y no de reencarnaciones
anteriores. De hecho, está probado que muchos hipnotizados refieren detalles
equivocados de sus supuestas vidas o tratan de referir cosas que son del agrado
del hipnotizador para congraciarse con él, aunque sea inconscientemente.
Tampoco olvidemos que la conciencia universal de la humanidad es de ignorar
experiencias de vidas anteriores. No han faltado personas que dijeron que habían
sido Napoleón o algún otro gran hombre de la historia. ¿Quién se lo cree? El
hecho de que bajo hipnosis trate de imitarlo no significa nada. Si fuera cierto que
uno es la reencarnación de un gran científico y sabio, debería tener los
conocimientos anteriores. En este caso qué fácilmente progresaría la humanidad,
pues los científicos seguirían acumulando indefinidamente sus conocimientos
adquiridos a lo largo de sus vidas sin tener que reencarnarse, partiendo de cero.

Otro problema que se plantea es que una persona podría recurrir al


suicidio, cuando todo le salga mal o tenga dolores y graves enfermedades, pues
como la salvación está garantizada y, tarde o temprano, llegará a la perfección
total, podría fácilmente acudir al suicidio para terminar con la vida triste que
lleva en la actualidad para comenzar otra vida mejor.

Otra cosa que ellos no pueden entender es que haya diferencias


individuales y sociales entre los hombres, ya que, si Dios es justo y crea las
almas exactamente iguales para todos, ¿cómo unos nacen con más cualidades que
otros? Hay muchísima gente diferente de los demás en cualidades y
conocimientos, etc. Ellos lo explican simplemente por los méritos propios en
vidas anteriores. Pero afirman con toda seguridad que el alma humana es creada
simple, ignorante, es decir, ni buena ni mala 6.

Algunos llegan a decir: Si Dios existiese, no habría guerras. Pero habría


que decir más bien: Si las leyes de Dios se cumpliesen, no habría guerras, ni
odios, ni alcohólicos, ni drogadictos, ni asesinos, ni ladrones, ni tantos que sólo
piensan en vivir con placeres, diversiones y comodidades sin esforzarse en lo
más mínimo por superarse y mejorar humana y espiritualmente.

En cuanto a ley del karma, aunque Kardec no habló de esto, dicen: Esta
ley significa que toda causa produce su efecto sin que nada pueda impedirlo o
desviarlo una vez puesta la causa. Esta ley del karma es ciega y automática como
las leyes físicas. Lo que se hace está hecho y no se puede volver atrás y tendrá
por tanto sus consecuencias sin posibilidad de perdón ni de redención. Esto
significa que, como todos los hombres de una u otra manera sufrimos y tenemos
muchos dolores por las contrariedades y fracasos y dificultades de la vida, eso
debe significar que todos en vidas anteriores hemos sido malos en alguna medida

6
Kardec Allan, Lo que es el espiritismo, p. 152.

10
mayor o menor. Y si consideramos a Cristo, la Virgen María, los apóstoles, los
mártires inocentes, etc., ¿cómo se puede explicar que ellos también fueron malos,
si son las personas más santas que han vivido en la tierra? Ellos no pueden
entender que el sufrimiento no es algo absurdo y sin sentido ni que un inocente
puede sufrir con el permiso de Dios, como Jesucristo, para redención y salvación
de otros. Recordemos las palabras de Dios por boca de San Pablo: Ahora me
alegro de mis padecimientos que soporto por vosotros y completo en mi carne lo
que falta a las tribulaciones de Cristo en favor de su Cuerpo que es la Iglesia
(Col 1, 24). Los sufrimientos del tiempo presente no son nada comparados con la
gloria que ha de manifestarse en nosotros (Rom 8, 18).

Para los reencarnacionistas el libro de la vida es como un pergamino en el


que se han ido escribiendo las biografías de las distintas vidas pasadas, con las
correcciones correspondientes en las distintas vidas. Según estas ideas no hay
nada irrevocable en la vida, todo puede revisarse continuamente, ya que siempre
habrá nuevas oportunidades. La muerte no es el paso definitivo y en esta vida,
cada acto nuestro no es vinculante. No hay compatibilidad de estas opiniones con
la idea cristiana de la Resurrección de Cristo y de nuestra propia resurrección.
Para ellos Cristo no es Dios, ni Redentor ni necesario para nuestra salvación.
Todo depende de uno mismo de acuerdo a la ley del karma o energía vital, que
uno mismo va empeorando o mejorando de acuerdo a sus actos.

Según estas ideas se banaliza la vida, porque uno puede darse el gusto de
dedicarse a ser malo o gozar de todos los placeres del mundo y de la carne, ya
que podrá enmendarse en sucesivas vidas.

Y no olvidemos que, para negar la idea de la reencarnación, el mismo


Dios nos ha dicho por medio de San Pablo: Está establecido que los hombres
mueran una sola vez (Hebreos 9, 27). Y esto lo creemos como palabra de Dios.

TESTIMONIO DEL REIKI

Juan Sánchez Requena era católico de nacimiento, pero se alejó de la


religión en su juventud. Ya adulto se introdujo en la Nueva Era y llegó a ser
maestro de reiki. Dice que el reiki es una canalización de energía, que realmente
viene del demonio, aunque esto no lo saben muchas veces ni siquiera los
practicantes. Este es un sistema de sanación por energía, que se dice estar al
alcance de cualquiera.

Yo primero era naturópata y descubrí que esta técnica estaba relacionada


con la sanación y me metí en ella, queriendo ayudar a mis pacientes. Siempre
dicen que esta técnica no va en contra de ninguna religión. Me metí de lleno y

11
solo años más tarde llegué a comprender lo nefasto que era y las consecuencias
que hay detrás de estas prácticas. Es como si entraras en un mundo más
espiritual, con menos problemas aparentes hasta que comienzan a pasarte la
factura. Yo tenía la buena voluntad de ayudar a mis pacientes, pero lo que hacía
en realidad era acercarlos más al demonio, sin querer y sin saberlo.

El año 2014 hablé con mi párroco y empezó a pasarme información sobre


el reiki. Yo llevaba ya un tiempo haciéndome preguntas, pues en el fondo estaba
vacío y trataba de llenar mi vacío con técnicas y cosas fuera de Dios. Fui a unos
Ejercicios espirituales y me puse delante de Jesús sacramentado, ante el sagrario,
y allí el Señor vio mi buena voluntad y me tocó de lleno. El Señor me iluminó
con pasajes de la Biblia y me hizo dar la vuelta a mi vida, dejar el reiki y volver a
una profunda vida de fe. Me confesé por primera vez en muchos años y me sentía
lleno de paz. Perdí muchas de mis amistades, recibí ataques verbales, reproches,
rechazos..., pero todo lo sobrellevé con la ayuda del Señor.

En cuanto a la reencarnación, toda la Nueva Era cree en esta doctrina.


Creen que Dios está en todo y que todo es Dios (panteísmo), creen que todo se
puede alcanzar, incluida la salvación eterna sin la ayuda de Dios, por uno mismo
(pelagianismo). Dicen que Jesús no es Dios (arrianismo). Para la Nueva Era
Jesús era solo un maestro ascendido; incluso algunos creen que fue un yogui que
sigue reencarnándose y está en la India.

Cuando uno empieza a creer en las doctrinas de la Nueva Era le parece


que sus enseñanzas son buenas, pues llenan un vacío que tienen muchas personas
y que están buscando un sentido a su vida y paz y bienestar. Juan Sánchez nos
dice por experiencia que el mayor peligro del reiki es sin duda el abrir las puertas
de par en par al demonio. Esto lo constatan también los exorcistas. Cuando se
hacen los símbolos del reiki, estos no son cristianos, siempre se llama a una
energía, se invocan a los guías reiki. Y ¿quiénes son esos guías sino demonios?
Dejar la puerta abierta al demonio es darle carta blanca para actuar en nuestra
vida y en nuestro cuerpo. De ahí muchas enfermedades sobre todo psíquicas,
además del alejamiento de Dios. Lo bueno es que Dios no permite muchas
posesiones ni influencias maléficas como nosotros mismos inconscientemente le
pedimos al demonio,

12
ESPIRITISMO

Es una forma de adivinación por medio de los espíritus de los difuntos con
el fin de conocer cosas secretas. El espiritismo es abominación ante Dios (Deut
18,10-18). La Iglesia lo prohíbe (Cat N.º 2117). Además hace mucho daño al
cuerpo y al alma. Pareciera que el diablo quisiera imitar en esto las oraciones que
los católicos hacen por los difuntos, que todavía están en el purgatorio. Pero el
espiritismo es diferente que orar por ellos. Es querer servirse de ellos para
conocer el futuro u obtener noticias del más allá contra la voluntad de Dios. Por
eso, el demonio actúa y se manifiesta para engañarlos, haciéndoles mucho daño.

El año 1848 dos hermanas, Margaret y Kate Fox, que vivían en un


suburbio de Nueva York, creyeron encontrar un modo de poder hablar con los
espíritus de los difuntos, dando origen al espiritismo. Ellas mismas
impresionaban a la gente con fraudes que llamaban la atención, pero también
ocurrían hechos paranormales que eran manifestados, no por difuntos, sino por
demonios. De hecho en muchos círculos ocultistas se reconoció la peligrosidad
que ciertas prácticas espiritistas producían en la inestabilidad de los médiums y
en los que asistían a esas sesiones. Muchos tenían crisis histéricas o problemas de
conducta.

Un espiritista como Barthe reconocía: Hemos tenido numerosos ejemplos


de enfermedades graves de trastornos mentales y de muertes imprevistas. Incluso
en el curso de algunas sesiones espiritistas no eran infrecuentes incidentes
físicos que perjudicaban a los médiums y que eran atribuidos a las enigmáticas
fuerzas evocadas. Barthe era de los arrepentidos del espiritismo y pudo afirmar:
Estos experimentos espiritistas concluyen con la entrada de centenares de
personas en los sanatorios y en los manicomios. Pero nada se hace para detener
la propaganda de los espiritistas 7. Por eso siempre la Iglesia ha prohibido estas
prácticas.

En la segunda mitad del siglo XX por obra de la Sociedad teosófica,


fundada por Elena Petrovna Blavatsky, se extiende en Occidente la creencia en la
reencarnación y poco a poco se introduce también la creencia en los
extraterrestres, que está vinculada al espiritismo y a la reencarnación, dejando a
un lado la existencia de Dios y las creencias cristianas. En la actualidad hay
mucha gente que cree más en los supuestos mensajes de los alienígenas que en
las doctrinas de la Iglesia. En vez de creer en el cielo o infierno, prefieren creer
que nos reencarnaremos en sucesivas vidas, incluso en otros planetas como
extraterrestres, y así podremos llegar a ser inmortales sin necesitar un cielo ni un

7
René Guénon, L´errore dello spiritismo, pp. 377-378.

13
Dios que sea nuestro Redentor, pues cada uno se va perfeccionando a sí mismo a
lo largo de las diferentes vidas, llegando así a la autodivinización.

Edward Alexander Crowley (1875-1947) es uno de los más célebres


magos y ocultistas que rechazaba la existencia de Dios, pero creía ciegamente en
la autodivinización personal, exaltando el sexo y la droga como medios para la
elevación espiritual, rechazando de plano el cristianismo y en general todas las
religiones. En uno de sus escritos afirma: No existe otro Dios que el hombre. El
hombre tiene derecho según su ley de vivir como quiere, de morir cuándo y cómo
quiere. El hombre tiene derecho a amar como quiere: toma todo el amor que
quieras, cuando, donde y con quien quieras. El hombre tiene derecho a matar a
aquellos que quieran negarle estos derechos 8.

De hecho terminó hablando del mito extraterrestre y en 1944 escribió: Mi


observación del universo me convence de que son seres de una inteligencia y de
un poder mucho mayor que cualquier cosa que podamos concebir los seres
humanos. Ellos no están basados necesariamente en las estructuras cerebrales.
La única manera de avanzar del género humano en su conjunto es que los
individuos tomen contacto con tales seres 9. Nos habla que tomó contacto con un
extraterrestre llamado Lam, que tenía el cráneo muy desarrollado y abombado,
boca muy pequeña y un mentón que tendía a formar una especie de V. Así se
representan muchas veces a estos seres de otros mundos. Lamentablemente, con
todo su currículum de espiritismo, reencarnaciones y extraterrestres terminó su
vida consumido por los excesos y por la droga a la que se había vuelto adicto.

Anota el padre Amorth: Muchas veces, he tenido el caso de padres que me


han traído hijos muy jóvenes, que después de una o varias reuniones espiritistas,
a las que asistieron por juego, ya no podían estudiar o descansar o comer bien10.

Una señora decía que se había puesto en contacto con un espíritu, que era
bueno, porque le decía cosas buenas y le enseñaba a rezar. Después de algunos
años, cuando la señora estaba ya atada a ese espíritu, comenzó a decirle cosas
malas y a blasfemar... Ella lo dejó, pero ya tenía muchas influencias maléficas.
Era constantemente perturbada por voces que no le dejaban dormir ni
trabajar11.

Por su parte, el padre Pellegrino Ernetti dice: Una persona profesional me


dijo: Padre, ayúdeme, líbreme de un mal espíritu que me obsesiona. Cuando voy
a dormir, apaga la luz; lo siento a mi lado y me perturba y no me deja dormir...
8
Crowley, Hymne to Lucifer, p 144.
9
Barbera, Colui che va. Una possibile genesi del fenómeno UFO.
10
Amorth Gabriel, Esorcisti e psichiatri, Ed. Dehoniane, Bologna, 2004, p.87.
11
Ib. p. 88.

14
Todo era debido a la asistencia a una reunión espiritista. Por eso, el que todavía
está dudoso, que piense en el eventual peligro de ponerse en comunicación con
Satanás para que evite cualquier forma de espiritismo 12.

Veamos más ejemplos:

- Hace algunos años murió mi hermana y esto agravó mi depresión. Tenía


complejo de culpa y sentía muchos deseos de comunicarme con ella para decirle
que la quería mucho y todo lo que sentía su partida. Alguien me habló de un
centro de sicofonía, donde, bajo la guía de personas expertas, se podía uno
comunicar con el más allá. Esto se presentaba como resultado de una
investigación científica comprobada. Los investigadores habían captado una
onda de radio, llamada onda blanca, a través de la cual era posible hablar con
las personas fallecidas. Yo caí en la trampa.

Me dirigí con mi madre al centro de sicofonía, donde un señor acogía


gratuitamente a las personas que deseaban hablar con sus difuntos. Había unas
25 personas en una sala, donde había una radio enorme con extrañas antenas.
El responsable nos pidió ponernos en comunicación mental con la persona
deseada del más allá. Después de unos momentos, comenzamos a oír unas voces.
Una de las señoras presentes fue llamada por su nombre. Era una mamá que
había perdido a su hijo en un accidente. Aquella voz juvenil se presentaba con el
nombre del joven difunto. Los dos hablaron unos minutos.

Después, fue nuestro turno. Una voz se presentó con el nombre de mi


hermana y me llamó. La voz saludó a mi madre y habló de cosas referentes a mi
familia. Pregunté algunas cosas y la voz me respondió. Todo sucedió en unos
tres minutos. Después de la sesión, el responsable me dijo que quería enseñarme
la técnica de la escritura automática... Me ejercité en casa en esta técnica,
creyendo hablar con mi hermana. Después de algún tiempo, cuando me
sucedieron malestares inexplicables, entendí que se trataba de un diálogo con el
demonio.

Por causa de la sicofonía, si antes estaba mal, ahora estaba mucho peor.
Sentía en mi casa la presencia de seres invisibles, no podía dormir ni estudiar.
Era como un monstruo, odiaba a todo el mundo y, sobre todo, me odiaba a mi
misma. Y de nada me sirvieron las visitas al sicólogo y al siquiatra. Por fin,
acudí a un sacerdote exorcista y empecé a asistir a un grupo de oración.
También empecé a rezar el rosario, confesarme frecuentemente y a asistir a la

12
Ernetti Pellegrino, La catechesi di Satana, Ed. Segno, 1998, p. 176.

15
misa. Así mejoré totalmente. Ahora, después de ocho años, tengo un título
profesional, me he casado y tengo dos hijos. Todo gracias a Dios 13.

- Cuando era jovencito, comencé a meterme en el espiritismo. Yo había


sido bautizado de niño, pero mi familia no era católica practicante e ignoraba
casi totalmente las enseñanzas de la Iglesia. Mi madre se enfermó y esto nos
llevó a buscar con esperanza su salud por todas partes, pues los médicos no la
mejoraban. Buscamos también el camino del espiritismo, sobre todo, porque en
mi país, Brasil, hay muchos sanadores espiritistas. Sin embargo, el estado de
salud de mi madre no mejoraba, ni siquiera con espiritismo o prácticas mágicas
de ritos de diversas religiones. Un día, antes de morir, mi madre me dijo: “Hijo
mío, acuérdate de que estas religiones nos engañan y prometen cosas falsas. La
única religión, que nunca me ha engañado ni me ha prometido promesas fáciles,
es la católica”.

Por mi parte, yo había empezado a sentirme mal. Sentía ruidos


inexplicables y presencias invisibles en la casa, pues había asistido a una sesión
espiritista con unos amigos y empecé a sentir una angustia terrible y un
pesimismo indefinible. Gracias a Dios y a la Virgen María, todo esto terminó
cuando, a continuación de la muerte de mi madre, me acordé de las palabras
que me había dicho antes de morir. Y comencé a asistir a la iglesia y a rezar el
rosario, a confesarme, a ir a misa y encontré la paz y la alegría perdida 14.

JUEGO DE LA OUIJA

Es un juego espiritista en el que en un tablero, donde están las letras del


alfabeto, se coloca una moneda o copita, donde ponen los dedos los jugadores,
haciendo preguntas a algún difunto sobre alguna cosa que desean saber. Es un
juego peligroso, porque los que contestan son demonios, que tratan de engañar y
hacer daño a quien se acerca a ellos. De hecho, es conocido que muchos de estos
jugadores, que frecuentemente son jovencitos, estudiantes de colegio, que lo
hacen por curiosidad, son afectados negativamente con problemas sicológicos.
Hasta en televisión han entrevistado alguna vez a jóvenes que han practicado
alegremente este juego con consecuencias desastrosas para su vida.

Recuerdo a una jovencita que llevaba tres años sin poder dormir a gusto,
porque, cuando tenía quince años, jugó varias veces a la ouija con sus amigas del
colegio y algo malo se le había pegado.

13
Bamonte Francesco, I danni dello spiritismo, Ed. Ancora, 2003, pp. 13-15.
14
Ib. pp. 37-40.

16
Christopher Neil, en su libro Los exorcistas, cuenta el caso de una
colegiala que jugaba a la ouija con su compañera. El espíritu de un profesor
fallecido recientemente se apareció y le dijo que moriría en un accidente de
aviación. Lo trágico fue que tuvo que tomar un avión para visitar a sus padres.
Como es natural, estaba aterrorizada ante la idea, pero, después que la hube
exorcizado, perdió el miedo y tomó el avión sin que ocurriese percance alguno.
Otro caso es el de una chica de origen judío, que había participado en una
sesión a la edad de doce años. Le afectó profundamente a través de pesadillas
sobre espíritus de difuntos durante más de dos años, pero el exorcismo la curó 15.

Veamos otros casos: Gianni era un joven italiano, hijo de un abogado de


Catania, que no creía en lo que decían dos de sus amigos de que los espíritus
existían y que se podía comunicar con ellos por medio de sesiones espiritistas.
Ellos lo invitaron a una sesión para convencerlo y Gianni aceptó como un reto.
Sentados los tres en una mesa, llamaron a un espíritu y comenzaron a
preguntarle con la ouija. Así continuaron durante algunos meses hasta que un
día Gianni pensó. ¿Y si, en vez de ser un espíritu bueno, es el diablo?

Una tarde, durante la sesión espiritista, Gianni puso un cuadro del


Corazón de Jesús sobre la mesa y preguntó al espíritu: ¿Lo amas? El espíritu no
respondió. Entonces, Gianni, con miedo, dijo: Vete de aquí. Pero el espíritu
respondió de inmediato: No me iré, vosotros me pertenecéis.

Le dijeron: No te llamaremos nunca más. Y el espíritu respondió:


“Malditos, malditos seáis por siempre”. A partir de ese día, Gianni empezó a
tener graves problemas nerviosos durante varios meses y uno de los otros dos
amigos tuvo que someterse a tratamiento siquiátrico. Mientras tanto, la madre
de Gianni, que no sabía nada de todo esto, un día vio un monstruo en su casa.
Ella se puso a gritar. Llamaron al padre Francesco Bamonte, quien dijo a
Gianni que nunca más asistiera a sesiones espiritistas y que todos debían vivir
en gracia de Dios e ir a confesarse y a comulgar frecuentemente. Todos se
confesaron, comulgaron y el sacerdote bendijo la casa. Y todo desapareció 16.

- En 1992 estaba de militar en Caserta. Del 8 al 23 de agosto me enviaron


a un curso a Roma. Un día, por pasar el tiempo, dos militares me invitaron a una
sesión espiritista con la ouija. Al momento de ir a cenar, cerraron con llave la
sala y, al regresar, vimos un espectáculo desconcertante. El cartel con las letras
del alfabeto y el vaso estaban en su sitio, pero había muchas cosas tiradas por
tierra, como si alguno hubiera entrado y hubiera tirado todo al suelo de mala
manera. Quisieron despedir al espíritu, a quien habían llamado y habían dejado

15
Neil Christopher, Los exorcistas, Ed. Ate, Barcelona, 1979, p. 101.
16
Tomado de Bamonte Francesco, I danni dello spiritismo, o.c., p. 124.

17
sin despedir antes de ir a cenar, pero dijo que no quería irse, que quería
divertirse y que nadie debía moverse de aquella sala, pues lo lamentaría. Todos
sentimos miedo. Le invitaban a irse de buenas maneras, pero el espíritu no
quería irse y amenazaba con que nadie debía salir.

Tuvimos que salir por obligación, a la hora de control, pero, al volver de


nuevo, aparecieron todas las cosas en el suelo como la primera vez. Entonces, le
preguntaron si era un alma buena, y el espíritu dijo: “De donde yo vengo sólo
uno es más fuerte. Sobre mí sólo está Lucifer”. Nos dimos cuenta de que
estábamos tratando con un demonio de alto rango... Después de algunas
preguntas, como el espíritu no quería marcharse y amenazaba..., alguien dijo:
“Oremos”. En ese momento, el vaso comenzó a girar vertiginosamente hasta
que, después de hora y media, se detuvo y sentimos que se había ido. Nos
sentimos felices, nos abrazamos, quemamos el cartón de las letras, rompimos el
vaso y juramos nunca más en nuestra vida volver a hacer una sesión espiritista
con la ouija.

El 24 de agosto regresé a Caserta, pero comencé a sentirme inseguro,


inquieto, ansioso, no podía dormir por la noche y tenía pánico a la oscuridad.
Mis familiares se alarmaron. Les conté lo que había pasado. Sólo después de un
año y medio he encontrado la serenidad. Para ello me ha ayudado haber
comenzado a frecuentar la misa y los sacramentos. Agradezco a Dios y a la
Iglesia que me han ayudado y aconsejo a cualquiera que sienta la tentación de
probar el espiritismo que no lo haga para ahorrarse tantos sufrimientos que yo
tuve que soportar, por haber asistido un solo día a una sesión de ouija 17.

- Me llamo Antonio. Desde muy joven empecé a leer libros sobre


ocultismo, a consultar adivinos y llevar talismanes. Un día quise experimentar
una sesión espiritista. Como no sabía cómo hacerlo, busqué un mago, que me
pidió un millón y medio de liras italianas. El día fijado fui a la casa del médium.
Había una sala grande, donde no se filtraba la luz del sol, porque estaban
cerradas las ventanas. Sólo había algunas velas negras y rojas encendidas.
Sobre una mesa redonda había un cartón circular con las letras del alfabeto,
donde estaban algunos símbolos mágicos como una estrella de cinco puntas o
una cruz al revés (símbolo satánico). En el centro del cartón había un vaso. El
mago tenía puesto un manto, por dentro rojo y por fuera negro. El hermano del
mago dio unas vueltas alrededor de las cinco personas, que estábamos en la
sala, y cambió totalmente de aspecto. Después de algunos minutos, comenzó a
expulsar espuma por la boca y a convulsionar de manera impresionante. Cuando
recobró la normalidad, le dijo a su hermano que se había sentido muy mal y que
nunca quería volver a repetirlo.

17
Ib. pp. 21-26.

18
A mí me impresionó mucho todo aquello y me empezaron unos malestares
que nunca antes había tenido: estaba muy nervioso, no podía comer ni dormir.
Fui al médico, pero me dijo que no tenía nada. Y, después de algunos meses de
estar soportando aquellos malestares, como si estuviera en una oscuridad total,
fui a ver a un sacerdote. Hacía varios años que no iba a misa ni me confesaba.
Él me ayudó a descubrir a Dios en mi vida y empecé a recobrar la fe. Ahora me
siento como una persona nueva y comprendo que Dios, cuando sus hijos se
alejan de Él y se meten en el mundo de las tinieblas, Él los busca continuamente,
porque los ama 18.

- Soy la doctora A.M.V. Mientras estudiaba medicina y hacía prácticas en


el hospital siquiátrico de Imola con tóxicodependientes, pude conocer los casos
más difíciles de sufrimiento y marginación. Desde el drogadicto recogido en la
calle por sobredosis hasta el intento de suicidio de prostitutas bañadas en
sangre. Veía tantos casos de problemas humanos que me preguntaba dónde
estaba la verdad sobre la vida.

Tenía un sentimiento de impotencia ante tantos casos de pérdida de todo


sentido moral y de toda esperanza. Habiendo perdido la fe, comencé a
interesarme por la parapsicología y de ahí entré en el ocultismo, buscando la
verdad y el sentido de la vida. Trabé conocimiento con una joven, que practicaba
la escritura automática y hacía espiritismo. Era una médium, que en trance
hablaba como Stella, y que me decía cosas personales que no podía conocer de
mí. Me prometía explicaciones sobre los problemas que yo le planteaba sobre las
enfermedades mentales, y me prometía poderes especiales para poder curarlas.
Yo estaba contenta y creía haber encontrado una fuente extraordinaria de saber.
Pero yo no buscaba poder, sino buscaba, sobre todo, la verdad. Por eso, pronto
me di cuenta de que algo andaba mal.

Me prometía fuerza y yo, poco a poco, perdía energía física. Me prometía


una nueva capacidad de pensamiento y mi mente experimentaba una opresión
extraña. Se me hablaba de amor y yo cada día era más irascible y menos
amorosa con todos. Me analicé y sentí miedo y pánico. Stella, ¿me estaba
ayudando o destruyendo? Tuve el valor de suspender todo contacto con Stella y
me alejé de todas las personas de ese mundo del espiritismo, destruyendo todos
los libros que tenía sobre ello. Entonces, se desencadenó en mí una tremenda
guerra espiritual, que agravó mis malestares. Estaba mal física, sicológica y
espiritualmente. Sentía un peso en el pecho que me daba angustia... Pero el
Señor puso en mi camino a un hermano, que me presentó a Jesús como el
Salvador del mundo y comencé a leer la Biblia para conocer la verdad, que

18
Bamonte Francesco, I danni dello spiritismo, Ed. Ancora, Milán, 2003, pp. 36-37.

19
andaba buscando tanto tiempo. Y empecé a mejorar. No me salvó la ciencia ni la
medicina. Me salvó Jesús. Comencé a recuperar mi fe católica y he comenzado
un ministerio de sicoterapia cristiana. A las personas que vienen en busca de
ayuda, les presento a Jesús y les hago orar para que consigan el perdón y la paz
interior. Ahora pertenezco al grupo de oración de mi parroquia y les hago sentir
a todos que, para curarse totalmente, necesitan de una Comunidad que los ayude
a amar a Jesús 19.

HERMANOS GREENLUND

En la noche de graduación de 1958 las hermanas Greenlund se preparaban


para asistir al baile. Audrey era estudiante del último año y Jill del tercero. Al
atardecer, Audrey decidió dar un paseo rápido antes de que llegaran los chicos.
Ella, a sus ocho años, había perdido a su mejor amiga Laura, mientras ambas
jugaban. Audrey le dio un inocente empujón a Laura y esta, que estaba en la
parte superior de los tubos, perdió el equilibrio y cayó al suelo. Aterrizó sobre su
cabeza y se partió el cuello. Seis meses después, la familia de Laura se fue a vivir
a otra zona y nunca más regresaron a aquel lugar.

A los doce años, Audrey era una chica bella, pero tímida y distante, lo que
le dio la reputación de ser un poco soberbia, pero ella estaba en tratamiento
psicológico periódico. Nunca había superado su implicación en la muerte de
Laura y, a veces, estaba deprimida. En una tienda compró una revista de
ocultismo y la compró de inmediato, porque necesitaba conseguir el perdón de
Laura a toda costa para estar tranquila.

Ella se obsesionó por el ocultismo con el objetivo de comunicarse con


Laura y pedirle perdón. Comenzó a ir todos los días de paseo al cementerio, a
pesar de que Laura estaba enterrada en otro lugar. El día de la graduación,
después de la ceremonia y del baile, los chicos llevaban a las dos hermanas a su
casa y, al pasar por el cementerio de Telfair, Audrey vio una niña y gritó. El
joven frenó y ella solo repetía: La niña, la niña. El chico no había visto nada,
pero ella creía ciegamente que era Laura.

Ese mismo día, cuando se fueron los dos chicos, 43 minutos después,
Audrey se fue al cementerio. Sentía que iba a ver a su amiga y empezó a llamar a
Laura por su nombre, diciendo: Laura, por favor, háblame. Te he visto antes. Sé
que eras tú. Pero nada se veía ni se oía. Entonces empezó a recitar algunos
conjuros que había leído en la revista para invocar a los muertos. Y oyó una voz:
Audrey, tú me mataste. Vio a pocos metros la brillante figura de una niña vestida

19
Ib. pp. 15-21.

20
con unos vaqueros y una blusa, el pelo recogido en trenzas y una luz que parecía
originarse en algún lugar de su cuerpo y la envolvía totalmente.

Audrey reparó en el rostro de la niña. Tenía la piel desfigurada. En alguna


parte de la cara no tenía carne y Audrey pensó en los leprosos y la lepra. La niña
le tendió la mano, pero Audrey se negó a tocar aquella mano que parecía leprosa.
La joven le sonrió, pero la expresión no era amistosa. Estaba llena de odio y le
dijo: Soy tu amiga Laura. La amiga que mataste. Audrey respondió: Tú no eres
Laura. No te pareces a ella, pero la niña se abalanzó sobre Audrey, la agarró de
la manga del abrigo y se la arrancó de un tirón. Audrey gritó. Volvió a
abalanzarse sobre ella y le agarró la otra manga y se la arrancó de otro tirón.

La niña le dijo: Dentro de poco estarás, como yo. Audrey estaba


desesperada en busca de vías de escape. Intentó correr hacía la carretera.
Entonces la voz de la niña se hizo más ronca y profunda como la de un adulto.
Audrey echó a correr. La niña saltó sobre su espalda y la tiró al suelo. Audrey
pateaba en el suelo y agitaba sus brazos. Su abrigo se empapaba de una sustancia
caliente, similar al pus que rezumaba el cuerpo de la niña.

Después la niña se levantó y liberó a Audrey, pero le gritaba: Mataste a


Laura, mataste a tu mejor amiga. De pronto, la niña se echó sobre su garganta y
trataba de estrangularla. El hedor era insoportable. Entonces alguien desde lejos
empezó a gritar: Audrey, Audrey. Era su hermana Jill, que la había seguido y
venía a buscarla. Y todo desapareció de su vista. Ella estaba desmayada y se
despertó seis horas más tarde en su casa. Se arremangó el pijama y descubrió una
marca ovalada de color verde de varios centímetros por debajo del codo. Esa
marca, anotó, me la hizo ella. Pero al día siguiente había desaparecido la marca.

En este caso, el hecho de que Audrey hubiera hechos conjuros y deseara


comunicarse con Laura hizo que en vez de la misma niña, se presentara algún
espíritu maligno, que quería matarla de verdad. El juego de la ouija y cualquier
forma de espiritismo es un juego muy peligroso, porque en vez de comunicarse
con fallecidos se comunican con espíritus malignos, que se pueden apoderar de
su vida y hasta poseer la persona, haciendo de su vida un infierno 20.

20
Ed y Lorraine, El cementerio, Ed. Obelisco, Barcelona, 2019, pp. 124-137.

21
OTROS TESTIMONIOS

Manuel Carballal recogía en Cádiz, hacia 1995, un caso suficientemente


representativo. Su protagonista fue un joven gaditano, de nombre Diego D. H.,
un adolescente absolutamente absorbido por sus continuas prácticas de ouija.
Casi a diario, el muchacho se enfrentaba, en solitario o en compañía de algún
íntimo amigo, a la impersonal copa de cristal situada en el tablero de una ouija.
Lejos de buscar mensajes o informaciones de tipo trascendente, en la mayoría de
las sesiones las preguntas de Diego, como las de otros muchos jóvenes, se
referían a su futuro inmediato. ¿Aprobaré el examen de matemáticas? ¿Debo
acudir al concierto del Instituto?

Pero lo más grave no eran sus consultas al futuro, sino su absoluta


incapacidad para tomar decisiones sin recurrir a la ouija. En cierta ocasión, por
ejemplo, el joven inició tímidamente una relación sentimental con una chica de
su instituto. Antes de decidirse a profundizar en tal relación, Diego indicó a la
muchacha que debía obtener cierto consentimiento familiar para el noviazgo. Ella
le invitó a que le presentase a ese familiar, pues solo así podría juzgarla. A lo que
Diego respondió que eso no era posible, ya que su tío (el familiar en cuestión)
había muerto tiempo atrás y solo se comunicaba con él a través de la ouija.

Este tipo de casos son mucho más habituales de lo que podemos imaginar,
y especialmente preocupantes cuando los adictos son niños menores de diez años
que se encierran en los lavabos del colegio durante el recreo para hablar con
Dios, los extraterrestres o los espíritus a través del juego del vaso.

Actualmente, los psicólogos, psiquiatras y parapsicólogos tienen bien


claro que el desplazamiento del vaso se debe a los movimientos musculares
inconscientes que se transmiten a través del dedo. Las experiencias con la ouija
electrónica (conectada con electrodos a los dedos de los participantes) realizadas
en el laboratorio de la Sociedad Española de Parapsicología son concluyentes.

Tanto es así, que algunos neurofisiólogos, psiquiatras y psicólogos


americanos utilizan la ouija en casos de parálisis cerebral o autismo para
comunicarse con el inconsciente del paciente a través de los automatismos
musculares. Siempre, eso sí, bajo supervisión médica. Pero ¿qué ocurre cuando
alguno de los participantes manifiesta sus traumas, miedos, deseos o neurosis a
través de la ouija?

Y anota: He participado en docenas de sesiones de ouija, pero recuerdo


especialmente una celebrada el 28 de septiembre de 1991. Durante esa sesión,
cuya grabación conservo en mi archivo, se manifestó una pretendida entidad
denominada Wolf que, a través del tablero, nos invitaba de forma sibilina a

22
“viajar a su mundo” desprendiéndonos del cuerpo físico. Si en lugar de
observadores críticos, nosotros hubiésemos sido creyentes adictos a la
vasografía, es más que probable que alguno de los participantes hubiera
intentado suicidarse 21.

Y añade Carballal: Josefa Losada, Casandra, ha sido una de las brujas más
queridas y conocidas de Galicia. En publicaciones especializadas, como la
veterana Karma-7, o diarios como La Voz de Galicia, se constató en más de una
ocasión la credibilidad de sus predicciones y el aprecio que tenía en la
comunidad esotérica española. Socióloga formada en la Sorbona y discípula
aventajada del marqués Diego de Araciel, a quien pude conocer gracias a ella,
cualquiera podría pensar que Casandra era la persona más cualificada psicológica
y espiritualmente para adentrarse en las prácticas paranormales. Yo hice mi
primera sesión de ouija y mis primeras echadas de tarot de su mano.

Todos los jueves, un puñado de jóvenes adolescentes amadrinados por


Casandra nos reuníamos en su domicilio, una vez concluida su consulta, para
charlar sobre el mundo del misterio, o iniciarnos en alguna de sus prácticas. Pero
un jueves todo fue diferente. Aquella tarde Casandra estaba distinta. Según nos
contó, unas noches antes se había levantado en plena noche con un impulso
incontenible por escribir algo. Su brazo —decía— parecía tener vida propia, y
sin poder evitarlo comenzó a garabatear unos extraños mensajes y dibujos.
Casandra nos mostró aquellas primeras psicografías en las que, recuerdo
perfectamente, aparecía el dibujo de un hombre calvo y mayor, y una frase,
muero por amor.

También aparecía el dibujo de una especie de siniestro espíritu apostado al


lado de una cama, una serie de frases y nombres que parecían sin sentido. Mi
obsesión compulsiva por el dato me impulsó a pedirle a Casandra aquella
primera psicografía para incluirla en mi archivo. Sería interesante —pensé—
realizar un peritaje caligráfico, e incluso un análisis grafológico de aquella letra.
Casandra accedió y yo me llevé la psicografía. Algunos días después me llamó,
visiblemente emocionada. Sin poder contener los sollozos dijo que, si aún la
conservaba, le devolviese la psicografía. Ya había descubierto el significado de la
misma.

Casandra había recibido días antes una petición de ayuda por parte de una
mujer preocupada por su esposo, el médico mayor y calvo de la psicografía,
según ella, que terminaría suicidándose aquella semana por amor, con una
sustancia médica mencionada en el mensaje psicográfico… Aquello impactó
tanto a mi madrina que se obsesionó con la escritura automática. Pocos jueves

21
Carballal Manuel, Los peligros del ocultismo, Ed. Luciérnaga, Barcelona, 2017, pp. 86-87.

23
más tarde me mostró una enorme carpeta repleta de mensajes psicográficos que
ella atribuía a su espíritu guía, el siniestro duende que aparecía junto a su cama
en el primer mensaje.

Día y noche Casandra dejaba su mano sobre hojas en blanco, para que esta
garabatease sola todo tipo de mensajes. Y como ha ocurrido con tantos médiums,
psíquicos y videntes de la historia, su obsesión terminó por distanciarla de la
realidad… Los problemas familiares, con su marido e hijos, aumentaban
proporcionalmente a su obsesión por la psicografía, que empeoró cuando
empezó a combinar sesiones de ouija con escritura automática, y con telepatía
mediúmnica después. En poco tiempo había sufrido un cambio de personalidad
brutal que la llevó, al divorcio primero, y a perder la tutela de sus dos hijos
después.

Luego vinieron los tratamientos psicológicos y psiquiátricos, siendo


internada en varias ocasiones. Llegó un momento en que su «adicción» se
convirtió en irrefrenable, y una sesión seguía a otra y a otra. La autodestrucción
psicológica de mi querida Casandra se convirtió en pozo sin fondo…

En octubre de 1995, su cadáver fue encontrado en el patio de luces del


edificio donde vivía, y donde antes nos reuníamos todos los jueves. Se había
precipitado por la ventana del sexto piso. Solo con su muerte dejó de recibir
mensajes de aquel espíritu…

**********

Un joven soldado venía sufriendo extrañas experiencias psíquicas durante


sus guardias nocturnas. En la pequeña garita del cuartel extremeño había recibido
telepáticamente sensuales voces que le transmitían supuestos mensajes desde el
otro mundo.

El recluta, como otros muchos jóvenes soldados, había invertido muchas


horas de las monótonas guardias, imaginarias o arrestos, en charlar sobre
misterios, hacer sesiones de ouija o practicar la psicografía con sus compañeros
de cuartel. Sin embargo, sólo él podía ver a la hermosa dama blanca y escuchar
sus mensajes.

Entre dichos mensajes y otras experiencias psíquicas, el joven, que aún


cumplía su servicio militar, fue reestructurando su percepción de la realidad y su
concepción del universo hasta tomar la fatal decisión. Había decidido, como
comentó previamente a algunos de sus compañeros, seguir las indicaciones de la
dama blanca para viajar a su mundo astral. Pero para tan largo viaje, había de
desprenderse de su cuerpo físico. Él sabía que el cuerpo astral vive aprisionado

24
por el físico, encadenado a la materia por un cordón de plata. Sabía, por estos
mensajes telepáticos, que el cuerpo físico posee una vibración energética
incompatible con la del mundo astral, así que tendría que dejar el físico. Y sin
pensarlo un segundo, aquella noche se voló la tapa de los sesos con su fusil 22.

Refiere Manuel Carballal: Uno de los casos que más me ha impactado en


toda mi trayectoria como investigador se inició cuando, a finales de 1990 el
inspector de policía y abogado Santiago Delgado se ponía en contacto conmigo.

Conocedor de mi trabajo en el estudio del satanismo, Delgado solicitó mi


colaboración en un caso que, en principio, aparentaba tener relación con una de
las logias satánicas afincadas en Vigo. Como buen policía, el inspector había
decidido sopesar todas las posibilidades antes de emitir un juicio.

El protagonista de este dramático caso era Francisco Javier M., nacido


en 12 de abril de 1970 en Pontevedra y que contaba apenas veinte años en el
momento de morir. Este joven gallego, muy aficionado al deporte (cinturón
negro de kárate, culturista…), se ahorcó en el pequeño gimnasio que había
montado en su casa, con su propia cuerda de entrenamiento. El cadáver fue
encontrado por su propia madre, que aún sufría lo indecible cuando yo le
planteaba mis —a veces demasiado insensibles— preguntas.

Sólo cinco meses después de la muerte de Francisco Javier, reavivando


dramáticamente la herida, su madre encontró, de forma totalmente casual, una
nota de despedida en el bolsillo de una vieja cazadora. En la nota, cuyo original
conservo en mi archivo, el muchacho se despedía de sus familiares. Extraigo un
esclarecedor párrafo de esa carta póstuma, por otro lado enigmáticamente
redactada, que decía: “Mi abueliña que no sufra por mí, que yo, a donde voy,
estaré muy bien, pues ya me enteré por unos medios que vosotros no
conocéis...”.

Sólo después de interrogar a algunos amigos y familiares del joven


suicida, pude averiguar que esos medios para conocer el lugar al que iría
Francisco tras su muerte, no eran sino contactos a través de la ouija. Esa era
una práctica habitual y casi obsesiva para este joven que combinaba su pasión
por el deporte con su pasión por el ocultismo 23.

En 1991 Concepción Lázaro y Máximo Gutiérrez, junto con sus tres hijos,
vivieron momentos dramáticos en su domicilio de Madrid del barrio de Vallecas.

22
Ib. pp. 90-93.
23
Ib. pp. 98-99.

25
El padre de Concepción Lázaro, aquejado de una demencia senil, fallecía tras
varios meses de angustia, marcados por esta grave dolencia.

Semanas más tarde, la familia Gutiérrez Lázaro veía cómo Estefanía, una
de sus hijas, empezaba a sufrir convulsiones epilépticas, en medio de unos
desmayos durante los cuales su cuerpo parecía poseído por una fuerza
desgarradora. Sus extremidades se retorcían con una energía descomunal ante los
atónitos miembros de su familia.

Estefanía peregrinó por varios hospitales de la capital en busca de una


solución a sus problemas de salud. Pero los médicos que la atendieron no
lograron diagnosticar el mal que padecía. El cuadro clínico que presentaba la hija
mayor de Concepción y Maximino continúa siendo un enigma.

Las extrañas convulsiones habían empezado a producirse tras la práctica


de una sesión de ouija durante la cual, según los testigos, el vaso se rompió de
repente y Estefanía respiró una extraña niebla que emanaba del tablero. Durante
seis meses la adolescente padeció muchos ataques epilépticos. El 14 de agosto de
1991, estas crisis desembocaron en una muerte súbita. El informe del Instituto
Anatómico Forense de Madrid, firmado por los doctores Pedro Cabeza y
Gregorio Arroyo, dictaminó: Muerte por parada cardiorrespiratoria. Defunción
sospechosa, por haber acaecido de forma súbita.

A partir de ese día, el domicilio familiar se convirtió en un rosario de


fenómenos paranormales. Corrientes de aire huracanadas recorrían las
habitaciones desplazando los muebles por el interior de la vivienda; una madera
volaba de un extremo a otro de la cocina clavándose en la pared; una fotografía
de la desaparecida Estefanía comenzó a arder súbitamente y las llamas devoraron
el papel fotográfico, pero respetaron el marco y el cristal que lo cubría. Como si
no fuera suficiente, unas figuras espectrales aparecían de forma repentina en las
habitaciones. Desesperados ante estos hechos, los miembros de la familia
Gutiérrez Lázaro decidieron recurrir a la Policía Nacional.

A las 2:40 horas por el canal 7 de H-50 llama el Z- 2 y manifiesta, una vez
que se ha entrevistado con la familia y observado el interior de la casa, según
comunica, que se le ha puesto el vello de punta. Que estando sentados en
compañía de toda la familia, pudieron oír y observar cómo la puerta de un
armario perfectamente cerrado, hecho que comprobaron después, se abrió de
forma súbita y totalmente antinatural. Que momentos después pudieron
percatarse y observar cómo en la mesita que sostenía el teléfono, y
concretamente en un mantelito, apareció una mancha de color marrón
consistente, que el Z-2 identifica como babas. Que en el recorrido que hicieron
por las diversas habitaciones de la casa, observaron cómo el fenómeno al que

26
estamos haciendo referencia había dado la vuelta a un crucifijo de madera,
arrancándole el Cristo adherido 24.

¿Fueron espíritus humanos los causantes de tales fenómenos o eran


demonios? El espiritismo es causa de muchos males.

CASAS ENCANTADAS

Manuela Ledo y su hijo, Raúl Zarzoso, residentes en la localidad


valenciana de Xirivella, nunca llegaron a imaginar que serían víctimas de fuerzas
misteriosas. Sin embargo, el destino quiso que la vivienda que ocupaban desde
hacía varios años se convirtiera repentinamente en el epicentro de una serie de
extraños sucesos que mantuvieron en vilo al vecindario en junio de 1999.

La historia de estos episodios empezó tres meses antes, cuando Raúl, un


joven de 13 años, estudiante de primero de ESO en el colegio Antonio Machado
de la misma población, realizó varias sesiones de ouija con otros compañeros en
dicho centro de enseñanza.

Durante las primeras sesiones, contactaron con lo que ellos denominaron


espíritu burlón, y en las posteriores, realizadas fuera del colegio, entablaron
conversación con otras entidades que se habrían presentado como Verónica y
Satanás.

La primera vez que la hicimos fue en clase de tecnología, donde cogimos


un tablero de chapa y pusimos las letras del abecedario. Comenzamos a
preguntar cosas, empleando el vaso de cristal en el cual mezclábamos las
pinturas. Al principio nos pareció divertido. Pero, en la última sesión, Iván,
David y Rafa se asustaron tanto que se apartaron inmediatamente del tablero, y
sólo nos quedamos otro compañero y yo. En ese momento el tablero empezó a
responder solo y a comunicarnos cosas rarísimas. Decía que se quedaría con
nosotros dividido en cinco partes, hasta que cerráramos la comunicación y le
dejáramos en paz.

Desde aquel día comenzó un auténtico calvario en el hogar de la familia


Ledo. Era la noche del martes al miércoles, sobre las 12:30, cuando comenzaron
a oírse en las paredes de la habitación donde duerme mi hijo unos golpes de una
fuerza descomunal, que incluso hicieron temblar las camas y las figuritas de las
estanterías, recordaba Manuela Ledo.

24
Ib. pp. 46-48.

27
Se lo expliqué a mis padres —nos relató Raúl—, pero pensaron que
estaba demasiado cansado y nervioso, aunque al día siguiente, esta vez a las 10
p.m., la casa parecía que iba a venirse abajo. Cuando me fui a acostar un fuerte
golpe sonó en el techo del comedor y luego muchos más, de forma repetitiva,
como si fueran producidos por una maza o algo parecido. Incluso podían oírse
pasos que provenían de la vivienda de arriba, que estaba deshabitada.

Manuela decidió llamar a sus padres —Luis Ledo y Manuela Bonet—, a


una amiga —María Luisa Guerra— y a su cuñado, Manolo Herrera. Parecía
como si corrieran por el piso de arriba —nos relató este último—. Los extraños
golpes incluso llegaron a desplazarse hasta las persianas de la casa,
ocasionando diversos destrozos en el mecanismo. Lo más asombroso que
recuerdo fue que los juguetes de mi sobrino saltaban solos de las estanterías y
que las cortinas se elevaban sin que hubiera corriente alguna. Incluso las toallas
del baño y otros objetos se caían al suelo sin que nadie los tocase.

Días más tarde, del techo de la habitación de Raúl empezaron a caer gotas
de agua, que tras impactar contra el suelo, desaparecían sin dejar rastro 25.

MICHEL CHIRON

En su libro J´etais possédé refiere sus grandes sufrimientos al sentirse


poseído por un grupo de espíritus malignos que le hacían la vida imposible y le
llevaron al borde del suicidio. Todo por haber comenzado a jugar con la tabla de
la ouija y, de esa manera, meterse en el espiritismo para comunicarse con
espíritus del más allá, creyendo que podían ser seres buenos, que le iban a ayudar
en sus problemas personales.

En su libro autobiográfico nos dice que él era educador en un Instituto


médico-educativo y que allá por los años 1970, con un grupo de amigos
empezaron a jugar a la ouija para divertirse. Él ya había dejado de lado la fe
católica, que le inculcaron sus padres. Pertenecía al partido socialista francés y ya
no creía en Dios. Así vivió durante 20 años. Él y sus compañeros invocaban a los
espíritus y les hacían preguntas. Usaban la tabla de la ouija y la mesa en que
consultaban, a veces se movía; y la copa recorría las letras para dar respuestas
que con frecuencia eran vagas y no muy concretas. Al final, reconoció que las
respuestas eran engañosas y eran claras mentiras. Pero esto pudo reconocerlo
mucho tiempo después.

25
Contreras Gil Francisco, Poltergeist y casas encantadas en España, Madrid, 2002, pp. 50-51.

28
En 1972 se casó y tuvo dos hijos. Después de doce años de matrimonio su
esposa le pidió el divorcio, porque no podía aguantarlo y él se lo concedió sin
mayor dificultad. En ese tiempo él tenía 35 años y sus hijos tenían 9 y 7. Siguió
llevando una vida libre en contra del código moral que le habían inculcado sus
padres. En las fiestas se emborrachaba y procuraba disfrutar de toda clase de
diversiones junto con sus amigos. A sus hijos los visitaba cada 15 días y parecía
que todo le iba bien, pero cuando estaba en su apartamento, se sentía solo y, por
ese motivo, como jugando, empezó, después de mucho tiempo, a comunicarse de
nuevo con los espíritus para pedirles respuestas sobre el sentido de la vida. Usaba
un péndulo para recibir las respuestas. Los espíritus le decían que eran espíritus
que habían vivido antes en este mundo y que él era un elegido por su rey para
darle poderes superiores para ayudar a otras personas. Que su rey vendría a la
tierra para poner orden en el mundo, pero para conseguir esos poderes y ser un
elegido especial debía purificarse primero y pasar algunas pruebas para poder
cumplir su misión.

Él se lo creía todo y aceptaba sus exigencias. Al poco tiempo, oía con


claridad dentro de su cabeza lo que le decían. A veces, lo despertaban a
medianoche y no le dejaban seguir durmiendo. Durante un tiempo le exigían
beber cada día tres litros de agua, después fueron cuatro y un día llegaron a
exigirle 6 litros en un día. Él no entendía nada, pero ellos seguían exigiéndole
hacer ciertas cosas que él creía que eran inútiles o ilógicas. En alguna ocasión, al
comer le hacían sentir que la comida era algo sin gusto, como si fuera goma.
También le prohibían gozar de los pequeños placeres de la vida diaria hasta de
comprarse nueva ropa. Le decían que él no necesitaba de nada. Una vez le
pidieron que tomara diez pastillas de aspirina juntas con un vaso de agua. Otra
vez le salió en la frente un pequeño cuerno, que desapareció en ocho días y que
trató de ocultarlo con el pelo. Otro día le pidieron que tirara a la basura ciertos
objetos que tenía en su casa, incluso todo un proyecto que debía presentar en su
trabajo y que le había costado muchas horas de esfuerzo. Y lo hizo. Después se
lamentó muchas veces, porque poco a poco fue comprendiendo que le pedían
muchas cosas que no quería cumplir. Se fue decepcionando de sus exigencias,
pero estos espíritus le tenían demasiado en sus manos y él no se atrevía a
oponerse, porque sabía muy bien que eran superiores a él y tenían poderes y
podían hacerle daño. A veces se quedaba como atontado y trataba de que nadie se
diera cuenta; sobre todo, cuando venían a visitarlo sus hijos. Con frecuencia
sentía en el pecho una opresión y sentía que estaban allí los espíritus. Sufría de
insomnio y de otros malestares corporales. Su vida era un desastre total.

Se sentía infeliz y, como no podía ni sabía cómo librarse de esos espíritus


que día y noche invadían su cabeza con palabras y exigencias, pensó que la única
manera de desprenderse de ellos era el suicidio. En tres ocasiones se fue a la vía
del tren, pensando en tirarse a su paso y solucionar así todos sus problemas, pero

29
no se atrevió. Él dice que sintió en esos momento una voz interior amiga que le
disuadió y le dio paz.

Los espíritus le habían aclarado que no existía ni Dios ni el diablo, ni el


infierno; y él se había confirmado en la idea que ya tenía al respecto. Ellos le
hablaban siempre de que era un elegido y tendría poderes superiores y que debía
servir a su rey y pertenecer a su corte real, cuando viniera a poner orden en el
mundo. Cuando él empezó a dudar de todo lo que le decían y a querer liberarse
de ellos, primero se fue a un señor que usaba magnetismo para curar; pero, al
contarle sus problemas, se asustó y lo mandó rápidamente afuera de su
consultorio. Acudió a un médico, que lo conocía, y le dio un tratamiento normal,
que no le hizo nada.

Pertenecía a grupos parroquiales y, durante muchos años, perteneció al


grupo de la Renovación carismática católica. Algo que le gustó desde la primera
vez que fue a San Damiano en Italia, donde decían que se había aparecido la
Virgen, fue ir en peregrinación a diversos santuarios marianos como Medjugorje
y Lourdes. También fue al santuario del Monte San Miguel, al santuario de santa
Teresita del Niño Jesús, a Paray-le-Monial y a otros. Nos dice que no sabe
exactamente el día en que los espíritus lo dejaron definitivamente, pero que, sin
darse cuenta, su vida estaba ya llena de Dios, con un fervor enorme de compartir
la fe católica con los demás. Haber encontrado la alegría y la paz después de
mucho tiempo era para él como haber encontrado el paraíso perdido. Y
necesitaba compartir su fe. Tuvo como director espiritual al padre François
Jacolin, al que hicieron después obispo de Luçon y después de Vierzon.

En varias ocasiones, dio su testimonio en grupos carismáticos y otros


grupos parroquiales, incluso en entrevistas por televisión y, por supuesto, a través
de su libro J´etais possédé (Yo estaba poseído). Muchas personas con problemas
semejantes al suyo lo contactaban para pedirle ayuda y consejo. Algo interesante
que refiere es que, a pesar de estar viviendo solo, y haber habido cuatro mujeres
que le declararon su amor, no quiso aceptar a ninguna para poder vivir soltero,
enteramente dedicado al servicio de Dios.

Él nos dice que, cuando era ateo, los discursos religiosos le dejaban frío y
que nadie le podría haber convencido de la existencia de Dios. Para convencer a
alguien hace falta demostrar la alegría que da la fe en los verdaderos cristianos.
El testimonio de vida es el mejor testimonio para demostrar que Dios existe y
que vale la pena creer en Él. Que solo Dios puede llenar ese vacío del corazón,
que uno tiene cuando uno deja de creer en Él.

Y hace una observación importante: La devoción a la Virgen María es


muy poderosa en la lucha contra el maligno y, sobre todo, el poder de Jesús

30
presente en la Eucaristía. Un día estaba en adoración nocturna en el santuario
de Paray-le-Monial en mis primeros tiempos de liberación y sentí un calor
sobrenatural en la espalda, especialmente en un punto, donde precisamente
sentía muchos dolores en los peores momentos de manifestaciones de los
espíritus malos. Dios estaba sanando mi pasado 26. ¡Gloria a Dios!

FRAUDES ESPIRITISTAS

El padre Carlos M. de Heredia tiene un libro titulado Fraudes espiritistas


y fenómenos metapsíquicos 27 donde señala muchos fraudes realizados por los
espiritistas para poder impresionar. José Manuel Ferro de la Vega relata una
experiencia personal. Nos dice:

Corría finales de 1991 cuando un amigo me insistió reiteradamente que


asistiese con él a una sesión de “ouija” que un grupo de personas celebraban
todos los viernes en Moguer (Huelva). Le confesé que ya hacía tiempo que dejé
de participar en tales prácticas y que no tenía mucho interés en ir, pero él se
empeñó en que fuera como experto en estos temas para conocer mi veredicto
sobre aquellas comunicaciones que él consideraba sorprendentes. Me habló de
la seriedad de los participantes, del tono elevado de los mensajes recibidos y de
la armonía espiritual con la que se desenvolvían dichas reuniones… En fin, no
quise ser grosero y acepté; a fin de cuentas ¿qué podía perder?…

El punto de encuentro era un bonito chalet enclavado en las


inmediaciones de la conocida localidad onubense, cuna del insigne escritor Juan
Ramón Jiménez. Allí nos recibieron amablemente varios matrimonios de edades
comprendidas entre los 40 y 60 años. La exquisitez y elegancia de estas personas
eran fiel reflejo de la buena posición socio-económica que gozaban. “¿Qué
ganarán haciendo la ouija un viernes por la noche?”, me pregunté, pero no
tardé en darme cuenta de que me hallaba entre personas bastante crédulas en el
contacto con el mundo de los espíritus…

Noté que tenían mucho interés en conocerme. Ya mi amigo les había


hablado largo y tendido de mí y de mi dedicación a la investigación y
divulgación de los temas paracientíficos; además, les había facilitado varios
trabajos míos publicados en diversos medios escritos. Percibí claramente que
deseaban que yo saliera convencido y complacido de aquella sesión de
espiritismo.

26
Michel Chiron, J´etais possédé, Ed Artège, Paris, 2019, pp. 158-159.
27
Ed. Acervo, Barcelona, 1993.

31
Antes de comenzar, algunos de los participantes —otros se sentaron a
pocos metros de la mesa donde iba a tener lugar la sesión— entrelazaron sus
manos y con los ojos cerrados rezaron al unísono para alejar las posibles
“interferencias diabólicas” y, así, atraer la presencia de “seres de luz”. A
continuación, me brindaron poder participar con ellos colocando mi dedo índice
sobre la base de la copa invertida, pero amablemente me excusé diciendo que yo
estaba allí gustosamente en calidad de invitado y que mi deseo era que aquella
sesión se desarrollase como cualquier otro viernes, participando sólo los que
hasta ahora venían haciéndolo, así que prefería, si no les importaba, estar
simplemente como observador. Mi decisión fue aceptada sin titubeos…

Todo dispuesto, y tras unos breves minutos de concentración por parte de


los que apoyaban levemente sus dedos sobre la copa, ésta comenzó a deslizarse
lentamente por el tablero… Las letras no se encontraban ordenadas
alfabéticamente, sino que estaban dispuestas aleatoriamente.

No recuerdo en estos momentos el nombre con el que se identificó la


supuesta “entidad” manifestada, pero sí que provocó cierta alegría entre los
componentes de la reunión.

Yo, a escasa distancia de la mesa, me dedicaba a observar con


detenimiento la presión de las yemas de los dedos en el borde de la copa, los
movimientos y velocidad de ésta, etc. La copa se desplazaba con suma agilidad
deletreando mensajes de claro contenido mesiánico que, en voz alta, iba
transmitiendo una de las señoras (a la que llamaremos Amalia) que tenía puesto
su dedo en la copa. Otra persona, de entre los allí presentes, tenía como misión
ir transcribiendo aquellos mensajes en una libreta.

Me llamó la atención que la señora Amalia transmitiera verbalmente con


tanta facilidad las palabras y las frases, sabido es que resulta sumamente difícil
que, mientras la copa se dirige a cada letra a cierta velocidad, nuestra mente
pueda ir formando, en ese mismo instante, la frase correspondiente.

Todo lo más es ir diciendo en voz alta las letras indicadas por el vaso y
luego, una vez transcritas, leer las palabras o la frase que se haya podido
formar. Podría ser sencillo en una breve respuesta, de una sola palabra por
ejemplo o cuando el vaso se desplaza lentamente, pero ¿se imaginan que tras
formularse una pregunta la copa señale velozmente 30 letras? ¿Cómo podemos
ir separando y construyendo las palabras y las frases con tanta rapidez?…
Imposible, salvo que la respuesta ¡ya la tenga preparada mentalmente un
participante!… ¿Quién?: Obviamente aquel que va nombrando las palabras en
voz alta. Primer sospechoso que tenemos: la señora Amalia…

32
Centré mi atención en ella, y fui descubriendo cómo a veces incluso se le
escapaba anticipadamente de su boca las palabras o la frase ¡aun faltando por
señalar la copa varias letras! ¿Premonición, quizás?

Por último, opté por el método que nunca falla. Los que no empujan
suelen centrar su atención más bien en la copa y reparan en la letra una vez es
señalada por ésta. Amalia en cambio buscaba y fijaba su vista en la letra que, a
continuación, era señalada por la copa, y así sucesivamente. En algunos
momentos, la copa marcaba una letra ¡que no estaba en la palabra dicha por
Amalia!, y es que coordinar los movimientos del vaso a la vez que inventar e ir
diciendo en voz alta las frases es terriblemente complicado…

Permítame el lector un inciso para advertir que aunque las letras estén
colocadas desordenadamente, una vez transcurridos unos minutos de sesión es
fácil recordar la posición de las mismas, pese a estar salteadas, y ya no es
necesario que la copa tenga que desplazarse dando vueltas en círculo hasta
parar en la letra correspondiente, sino que los desplazamientos de letra a letra
suelen hacerse ya casi en diagonal. Así pues, el método de colocar
desordenadamente las letras para eliminar la posibilidad de que alguien mueva
la copa intencionadamente, creyendo garantizar de ese modo la autenticidad de
la sesión, es pura falacia, por tanto, de nada sirve…

Había momentos en que Amalia apretaba con tanta fuerza su índice sobre
el borde de la copa que, cuando tenía que traerla hacia su posición, ésta caía
bruscamente sobre el tablero. Otro detalle es que aunque colocaba su dedo en el
borde, poco a poco lo llevaba casi al centro de la base de la copa, de forma que
los movimientos de ésta hacia cualquier extremo del tablero se realizaban con
suma facilidad.

Cuando no tuve la menor duda de que Amalia era quien movía


conscientemente la copa, decidí no quedarme de brazos cruzados y —no sé si fue
lo más oportuno entonces— desmontar aquella farsa.

Comencé sugiriendo a Amalia que retirase su dedo de la copa. Al hacerlo


—eso sí, sin poder disimular su asombro ante mi peculiar deseo—, la copa
quedó inerte. Por más que los restantes participantes “invocaban” a la
“entidad” que hasta ese momento deletreaba con suma destreza largos
mensajes, ésta parecía haber sido “engullida” por otra dimensión (nunca mejor
dicho…).

Dije a Amalia que volviera a poner su dedo ¡y de nuevo la copa se movió!


Insté a los demás, uno a uno, a que quitasen sus dedos, pero la copa, mientras
Amalia seguía teniendo su dedo sobre la misma, continuaba desplazándose. Lo

33
más anecdótico fue cuando dije a todos, menos a Amalia, que retiraran sus
dedos: ¡La copa siguió moviéndose, erráticamente por supuesto, sólo con el
dedo de Amalia!… ¿Estaríamos ante una médium? Se preguntaron con gran
inocencia algunos de los presentes. La verdad es que más que el fraude en sí me
sorprendió que, algo tan evidente y que averigüé en pocos minutos, no fuese
descubierto por los asistentes a esas sesiones durante tanto tiempo que llevaban
reuniéndose. Le dije en voz alta a Amalia: “Creo que usted mueve el vaso”. Un
mutismo invadió el ambiente, pero antes que los allí presentes me increparan, la
principal inculpada me respondió: “Bueno, es que yo primero recibo en mi
mente los mensajes y los manifiesto a través de la copa”. Todos los reunidos se
miraron perplejos y en algunos rostros entre ellos el de su marido, se reflejaban
cierta desconfianza. Y yo le contesté: “Si es así y usted tiene la capacidad de
recibir los mensajes, ¿qué necesidad tiene de practicar la ouija? ¿Por qué no
comunica directamente lo que le viene a la mente?”. Y su respuesta fue su propia
condena: “Si transmito directamente esos mensajes, ¿cómo iban a creerme los
demás?” 28.

NO HAY REENCARNACIÓN

Veamos lo que nos cuenta el neurocirujano Eben Alexander sobre cómo


los difuntos sobreviven en otra dimensión sin reencarnarse de nuevo. Él refiere:
La hija de Susana estaba enferma con varias metástasis en el cerebro de un
cáncer de mama. Tenía pocas posibilidades de sobrevivir más allá de algunos
meses. Me llamó por teléfono y me explicó que su hija había tenido un sueño
extraordinario. Su padre se le había aparecido en el sueño y le había dicho que
todo iba a salir bien y que no se preocupase por la muerte. Lo más asombroso es
que mi esposo llevaba puesta una camisa amarilla y un sombrero de fieltro.

Al comenzar nuestra relación, yo le regalé una camisa amarilla y le


gustaba llevarla junto con un sombrero de fieltro, que también yo le había
regalado. Las dos cosas se perdieron durante la luna de miel, cuando se extravió
nuestro equipaje. Aquella camisa amarilla y el sombrero de fieltro
representaban para él lo mucho que yo le quería y nunca los reemplazó. Ese era
nuestro secreto. Sabíamos lo ridículo que le parecería a cualquier persona. Así
que, después que se perdieran, no volvimos a hablar de ellos. A nuestra hija no
le contamos nunca nada. Ella tenía mucho miedo a la muerte, pero ahora sabe
que no tiene nada que temer, nada en absoluto 29.

28
Ferro Veiga José Manuel, Criminalidad esotérica, pp. 67-70.
29
Eben Alexander, La Prueba del cielo, Ed. Planeta, Barcelona, 2019, pp. 185- 186.

34
Otro caso que cuenta el mismo doctor Eben Alexander en su libro: Un
médico me contó que su padre hacía un año que se encontraba en la última fase
de una enfermedad terminal, que lo aquejaba desde hacía cinco años. Estaba
incapacitado y senil y pedía a su hijo médico que le diera unas pastillas o algo
para terminar de un vez. De repente, su padre se tornó más lúcido de lo normal.
Su mirada se desplazó hacia el pie de su cama y comenzó a hablar al aire. Al
escucharlo, su hijo se dio cuenta de que su padre estaba hablando con su madre,
que había fallecido cincuenta años antes, a los 65 de su edad, cuando el médico
era un adolescente. En su vida apenas la habían mencionado, pero en aquel
momento parecía estar su padre en animada conversación con ella. El médico no
podía ver a su abuela, pero estaba absolutamente seguro de que su espíritu
estaba allí para dar la bienvenida a su padre. Al cabo de unos minutos, su padre
se volvió de nuevo hacia él con una expresión totalmente distinta en la cara.
Estaba sonriendo y parecía estar en paz como nunca antes. Su padre se durmió
en paz y poco después fallecía. El médico tenía la sensación de que el encuentro
entre su padre y su abuela fallecida había sido real .30

Es interesante leer experiencias cercanas a la muerte, que han tenido


millones de personas en el mundo entero. En ellas se presentan al que tiene esta
experiencia algunos de sus familiares queridos, ya fallecidos después de pocos o
muchos años y que, por supuesto, no se han reencarnado y viven ya
definitivamente en el cielo para toda la eternidad.

SANTA ANA CATALINA EMMERICK (1774-1824)

Nos asegura que tuvo experiencia de cómo muchas almas difuntas se


estaban purificando en el purgatorio antes de ir al cielo. Dice que, siendo niña,
fue conducida por su ángel al purgatorio. Vi allí muchas almas que sufrían vivos
dolores y que me suplicaban orara por ellas. Parecía un profundo abismo... Allí
vi hombres silenciosos y tristes en cuyo rostro se conocía, sin embargo, que en
su corazón se alegraban como si pensaran en la misericordia de Dios. Conocí
que aquellas pobres almas padecían interiormente grandes penas. Cuando oraba
con fervor por las benditas ánimas oía muchas veces al oído voces que me
decían: Gracias, gracias... Siendo mayor iba a misa a Koesfeld. Para orar mejor
por las ánimas benditas tomaba un camino solitario. Si todavía no había
amanecido, las veía de dos en dos oscilar delante de mí como brillantes perlas.
El camino se me hacía claro y yo me alegraba de que las ánimas estuvieran en
torno mío, porque las conocía y las amaba mucho, pues también por la noche
venían a mí y me pedían auxilio... Dios me ha dado la gracia, muchas veces, de
ver subir al cielo con infinita alegría a muchas almas del purgatorio. ¡Cuántas

30
Ib. pp. 195-196.

35
gracias he recibido de las benditas almas! ¡Cuánto se las olvida, mientras que
ellas suspiran ardientemente por ayuda!

Todo lo que hacemos por ellas les causa una inmensa alegría... Allí en el
purgatorio he visto a protestantes que han vivido piadosamente en su
ignorancia. Están abandonados, porque carecen de oraciones... También me he
dado cuenta de que el poder aparecerse para pedir auxilio y sufragios es una
gracia señalada que Dios da a algunas almas... Triste cosa es que las almas
benditas sean ahora tan pocas veces socorridas. Es tan grande su desdicha que
no pueden hacer nada por sí mismas. Pero, cuando uno ruega por ellas o sufre
por ellas o da una limosna por ellas, en ese mismo momento se ponen tan
contentas como aquel a quien dan de beber agua fresca, cuando está a punto de
desfallecer de sed... Los santos del cielo no pueden hacer nada por ellas. Todo lo
tienen que esperar de nosotros... El sacerdote que rece devotamente las horas,
con intención de satisfacer por las negligencias de estas almas, puede
procurarles un indecible consuelo. Además, la bendición sacerdotal penetra
hasta el purgatorio y consuela como rocío del cielo a las almas a quienes con fe
firme bendice el sacerdote 31.

ENTREVISTA AL PADRE BAMONTE

El exorcista padre Francesco Bamonte en una entrevista concedida a Zenit


dijo sobre el espiritismo: Las prácticas del espiritismo son una vía equivocada de
buscar la verdad. Esperan recibir informaciones auténticas sobre Dios, el
hombre, el más allá, el pasado, el presente y el futuro de lo que creen que son
almas de difuntos. En realidad, generalmente, no son más que trucos que en
algunas ocasiones hacen entrar en contacto con el propio inconsciente. En otros
casos, sin embargo, se entra en contacto con demonios que fingen ser almas de
difuntos. Porque los fenómenos y las manifestaciones del espiritismo no son
siempre trucos, ficción, sugestión, mecanismos psicológicos o manifestaciones
inconscientes, sino contactos con espíritus malignos.

Hay casos de infestación (casas encantadas) o posesiones diabólicas en las


que los exorcistas han tenido que intervenir después de una sesión de espiritismo
y demuestran claramente cómo esta práctica es una vía privilegiada para una
acción destructiva del demonio sobre las personas.

El espiritismo es la evocación de los difuntos, es decir, una práctica con la


que a través de técnicas y medios humanos, con o sin un médium, se intenta
llamar a un difunto para hacerle preguntas. Cada vez que rezamos a Dios por los

31
Positio super virtutibus del Proceso de canonización en 3 tomos.

36
difuntos, sin recurrir a prácticas espiritistas, pedimos a Dios por ellos. Estas
invocaciones, no son evocaciones que sería lo que hacen en el espiritismo. Los
difuntos solo se nos pueden manifestar por iniciativa libre de Dios, directamente
y nunca mediante técnicas o medios como sesiones espiritistas. Con fines serios,
Dios puede permitir a una persona difunta que se nos presente, por ejemplo para
darnos un consejo, llamarnos la atención, darnos un mensaje sobre algo de la
familia o pedir sufragios o para agradecer los sufragios recibidos.

Si por el contrario, somos nosotros los que queremos provocar un


encuentro con los difuntos mediante la evocación con técnicas espiritistas, ya
desde el Antiguo Testamento, Dios ha hablado claro al respecto de que abomina
esas prácticas. Basta leer el Deut 18,10-12 o Lev 19,31.

A los que hacen espiritismo quisiera decirles que lean la Biblia y vean que
Dios prohíbe severamente el espiritismo, que es un camino falso y engañoso al
sumergirnos en la oscuridad del maligno y desviarnos de la verdad y de la fe
auténtica, abriendo la puerta al diablo.

Quien quiera sentirse cerca de sus seres queridos del más allá, que se
confiese con frecuencia, vaya a misa, rece por ellos y esté totalmente disponible
para lo que Dios disponga. Dios le dará con certeza la posibilidad de
experimentar el gozo de sentirse en comunión con los familiares difuntos.

Por otra parte, no olvidemos que son muchos los daños que produce el
espiritismo: Vómitos, ataques epilépticos, hormigueo en las piernas, ataques
repentinos de calor y frío, sensación de angustia creciente, depresiones, continuos
tics nerviosos, no poder dormir ni de día ni de noche, no poder estudiar ni
trabajar a gusto. Estar agitado, tener pesadillas, miedo a los lugares oscuros,
sensación de ser agarrados por los brazos o como si alguien se nos sentara en las
rodillas. También se experimentan bofetadas invisibles, o mordeduras que no se
ven, así como golpes en el cuerpo.

En cuanto a los daños psicológicos, digamos que se dan estados de


dependencia parecidos al alcohol o a la droga, pérdida de la racionalidad y de la
libertad, disociación de la personalidad hasta llegar a sentir que alguien ha
entrado en la propia persona y hay voces que se sobreponen a la oración y
blasfeman e inducen hasta el suicidio o a cosas malas.

En relación a los daños en lugares, podríamos decir que hay fenómenos de


movimiento de objetos sin ninguna causa sensible, timbres de puertas o
instrumentos musicales que suenan solos de repente. También hay que señalar
golpes en el tejado, en las paredes o en el suelo y gritos y voces en el aire, ruido

37
de pasos, visiones de sombras o presencias monstruosas, con lo que aparece clara
la presencia del demonio.

Por otro lado, pensemos en las supersticiones que van contra el primer
mandamiento. Fe cristiana y superstición son contradictorias y, sin embargo, no
pocos cristianos tienen miedo del gato negro que cruza la calle, del aceite que se
derrama, del número 13 ó 17, del domingo siete. Llevan encima amuletos o
talismanes para asegurarse buena suerte o alejar la mala suerte. Y no es raro ver
católicos haciendo gestos como los cuernos con la mano o que cruzan los dedos
en momentos particulares o tocan madera. Es también grave sobre todo en un
cristiano creer en horóscopos, consultar magos y adivinos, dejarse leer la mano o
practicar el espiritismo como hemos dicho. La superstición ofende a Dios, porque
revela una falta de confianza en él y poca fe del interesado que confía más en lo
que dicen los médiums o los difuntos por medio de la ouija, o los extraterrestres,
tal como aseguran algunas sectas de ufólogos.

ESPIRITISMO Y EXTRATERRESTRES

Podemos asegurar que los fenómenos de contactos extraterrestres es una


evolución del espiritismo. En vez de querer contactar con los muertos, se
sustituye al querer contactar con alienígenas. Las técnicas empleadas en ambos
casos son idénticas: escritura automática o psicografía, evocación de esos seres
por concentración telepática y recibir sus mensajes por medio de la mente y de la
escritura automática, psicofonía o transmisión de mensajes por medio de la radio
o de otros medios tecnológicos, etc.

Hay un hecho revelador, muchos espiritistas se hacen ufólogos, porque


por medio de la escritura automática o psicografía o por un médium se ponen en
comunicación con supuestos extraterrestres y creen a ciegas en los mensajes que
supuestamente reciben. Los dos fundadores de la secta extraterrestre Mark Age
así lo hacían. También Ernest Norman, fundador con su esposa del grupo
Unarius. Hal Wilcox fundador de la Universe Society, ahora Universe society
church, en 1951 ejercía de sacerdote de iglesias espiritistas en Estados Unidos.
Luego se pusieron en comunicación con la secta japonesa Tenrikyo, cuya
fundadora se consideraba poseída por un extraterrestre celestial, que le daba
mensajes por locuciones interiores. Esta secta en 1961 reconoció su origen
extraterrestre.

Refiere John Keel: Yo no soy espiritista, pero he asistido a unas cuantas


sesiones de espiritismo, habitualmente manteniendo una actitud incrédula y
burlona. Como aficionado a la magia que soy, desde hace muchos años, era

38
capaz de ver los fraudes, pero también me he quedado perplejo ante algunas de
las manifestaciones que he presenciado.

Básicamente, lo que hace el médium es entrar en un estado de


inconsciencia que fuerzas exteriores aprovechan para hacerse con el dominio de
su cuerpo. Esta fuerza suele ser un “guía espiritual” del “más allá”. Aunque
muchos médiums eran personas incultas, sin estudios, cuando entraban en
trance eran capaces de hablar en idiomas extranjeros con soltura. Durante años,
muchos médiums han sido sometidos a diversas pruebas por parte de científicos
y clérigos. En los años 20, los miembros de un grupo que realizaba sesiones de
espiritismo, versados en diferentes idiomas, interrogaron a los médiums en
varias de estas lenguas, desde el chino antiguo al swahili, y los entes que los
controlaban no sólo fueron capaces de seguir la conversación, ¡sino que hasta
llegaron a corregirles algunos fallos gramaticales! La hija del magistrado
Edmunds, presidente del Senado en 1850, realizó cosas increíbles mientras
estaba en trance, tales como hablar con soltura en griego, español, polaco, latín,
portugués, húngaro y en varias lenguas indias.

En muchos casos, el médium comienza a hablar con una voz que suena
exactamente igual que la del difunto, usa sus expresiones favoritas, y dice cosas
que sólo sus familiares podrían conocer. De vez en cuando, también se aparece
alguna celebridad difunta. Recientemente, ha circulado una grabación entre los
grupos ocultistas ingleses en la que se escucha al difunto George Bernard Shaw.
Los que le conocían afirmaron que sonaba exactamente como él, usaba su
fraseología y manierismos vocales, y se podía apreciar su brillante y peculiar
ingenio.

El fenómeno del trance merece un estudio intensivo, porque muchos de


sus aspectos están directamente relacionados con el fenómeno de los
contactados. A los contactados les han contado cientos de historias sobre cómo
es la vida en otros planetas. Si analizas las descripciones del cielo que han
ofrecido los médiums, en sesiones de espiritismo que parecían auténticas, te
encontrarás el mismo número de contradicciones. Los entes mienten
abiertamente en un momento de la sesión de espiritismo, y unos minutos más
tarde hacen asombrosas revelaciones que no pueden estar basadas en un simple
truco.

Los propios médiums siempre han sido conscientes del malévolo sentido
del humor de las fuerzas que los controlan. Hablan de ellos como sombras falsas
y espíritus malvados que llevan a cabo bromas de mal gusto. Por lo que los
médiums y los investigadores profesionales siempre son cautelosos. El hecho de
que puedan imitar a George Bernard Shaw no significa, necesariamente, que el
famoso autor esté hablando desde el mundo de los espíritus; al igual que el que

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sepan dónde escondió su reloj de oro el señor Blank tampoco quiere decir que
estén junto a él “en el más allá”.

El médium suele permanecer completamente inerte mientras está en el


estado de trance, aunque en algunos casos puede gesticular y moverse mientras
se comunica con los presentes. Lo que realmente ocurre es que la mente del
médium se queda en blanco, pues la fuerza que le posee domina todo su cuerpo.
El médium se convierte en una especie de zombi, poseído por un ente ajeno que
carece de una forma física propia 32.

32
Keel John, Operación caballo de Troya, Madrid, 2017, pp. 272-274.

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CONCLUSIÓN

Después de haber leído las páginas precedentes, podemos exclamar con


alegría: Gracias Señor, por haberme liberado a tiempo de las garras del
demonio para no caer en su poder. Son demasiados los católicos que no ven
nada malo en el esoterismo y en todas las sectas que creen en la reencarnación. Y
lo triste es que muchos cristianos siguen creyendo que se trata de cosas buenas,
cuando van buscando la salud en el reiki o en otros grupos que los alejan de Dios
y los meten sin darse cuenta en las fauces de Satanás.

Por eso, es importante conocer a nuestro adversario, al diablo, que nos


quiere destruir y para ello se sirve de sectas o maestros espirituales, gurús de
religiones orientales o maestros cósmicos para convencernos de que todo esto es
bueno y nos lleva a un estadio superior de nuestra evolución humana.

Todos los creyentes en extraterrestres aceptan la reencarnación y creen


que Jesucristo fue una reencarnación de un extraterrestre y para comunicarse con
ellos usan un método de concentración semejante al espiritismo, incluyendo la
escritura automática. Por eso todo buen católico debe estar preparado para
responder a quienes se arrogan tener la verdad, usando estos medios, para así
liberarlos de tantos problemas y peligros que conllevan el espiritismo y la
creencia en la reencarnación.

Ser cristiano significa creer en Cristo y confiar totalmente en él y no en


técnicas dudosas que con frecuencia nos llevan por malos caminos y que, en vez
de dar la salud que buscamos, abren la puerta de entrada al demonio con todas
sus consecuencias.

Que Dios te bendiga por medio de Jesús y de María y no te olvides que


tienes siempre a tu lado un ángel bueno, que te acompaña y te guía por los
caminos de la vida.

Que seas santo, es mi mejor deseo para ti. Saludos de parte de mi ángel.

Tu hermano y amigo para siempre.


P. Ángel Peña O.A.R.
Agustino recoleto

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Pueden leer todos los libros del autor en
www.libroscatolicos.org

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BIBLIOGRAFÍA

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Bamonte Francesco, I danni dello spiritismo, Ed. Ancona, Milán, 2003.
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2003.

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