Teoría - Español Atlántico. Canarias y América

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Español atlántico: Canarias y América - Clase teórica

Gonzalo Ortega Ojeda

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09/10/2020
Módulo I. El español de Canarias.
TEMA 1.
¿Qué es hablar bien un idioma?
Si uno preguntara a un grupo de personas qué es, para ellos, hablar bien, tendríamos opiniones del todo
variadas. A veces se entiende como pronunciar bien o pronunciar mal una lengua («en Andalucía se
habla mal porque se comen sonidos» o «en El Hierro es donde mejor se habla el canario porque
pronuncian las /s/ finales»). Desde el punto de vista fonético, es imposible hablar mal, pues,
naturalmente, si una persona “hablando mal” no se hiciera entender, tendría que recoger vela y rectificar
su forma de hablar. Desde el momento en que una persona se esté haciendo entender, ya está hablando
bien. Sucede que, como todos sabemos, el lenguaje es una institución social más, y como tal, está sujeta
a algo llamado el «el símbolo de estatus». Este símbolo está relacionado a la idea de prestigio social.
Por tanto, decir /estógamo/ no tiene prestigio social, mientras que decir /estómago/ sí lo tiene.
Si el modo de pronunciar una lengua, si las razones que deben primar para determinar quién
habla bien y quién mal no tienen que ver científicamente con la pronunciación, dado que toda forma de
pronunciación es válida si se ha logrado el ejercicio de comunicación, ¿a qué debemos “agarrarnos”
para asegurar quién habla bien y mal? Ningún hablante es un hablante ideal. Hasta el hablante más culto
tiene carencias lingüísticas.

Hay cuatro saberes del hablar:


- Saber biológico del hablar: utilizar una lengua sin problemas patológicos del habla. Hay personas
que acusan en su comportamiento ciertas patologías del habla. El caso más radical es el de los sordos,
quienes, por no poder imitar lo que oirían en su entorno, acaban siendo mudos. Una persona que tiene
dificultades en pronunciar la /r/ española también tiene el saber biológico del hablar dañado. Por tanto,
la clasificación respecto al saber biológico del hablar es: normal o patológico (una persona es normal o
patológico).
- Saber lógico del hablar: simplemente consiste en que, cuando uno habla, nuestro interlocutor tiene
que captar estrictamente lo que queremos comunicarle. Si no se da esta premisa, nosotros, como
hablantes, hemos fallado.
- Saber idiomático del hablar: quien vulnera las reglas de una lengua está demostrando no dominar el
saber idiomático del hablar. Por ejemplo, en español existe la regla interna de concordar el sujeto con
el verbo; si no se hace esto, se está quebrantando el saber idiomático del idioma español, se comete un
error idiomático.
- Saber expresivo del hablar: consiste en que los usuarios de una lengua tenemos que acomodarnos
cuando hablamos (o, eventualmente, cuando escribimos) a las condiciones -ambientales- en que
hablamos. No es lo mismo hablar en una conferencia que en una barra del bar; no es lo mismo hablar
con un niño que con un adulto. Los usuarios de una lengua se revelan más solventes cuanto más recursos
tiene para adecuarse a los diferentes ámbitos o ambientes que hay a su alrededor. Hay que preguntarse:
¿somos capaces de salir airosos como hablantes en las múltiples ocasiones que la vida urbana nos
depara, tanto en situaciones formales como informales?

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El español solo resulta accesible a través de sus variedades o dialectos. Todas las variedades de una
lengua están en pie de igualdad, en tanto que sirve a sus usuarios para la comunicación. Toda variedad,
pues, es perfectamente válida para ser enseñada. Esto se conoce en lingüística con el nombre de “razón
apodíctica”: pesa en cada uno de los dialectos de una lengua natural; si un dialecto es como es, es porque
ha demostrado ser válido para la comunicación.
Lo esencial de cada lengua se produce en todas sus variedades. En el cuadro fonológico, lo
esencial es el propio cuadro fonológico.

● El español septentrional y el español meridional o atlántico:


Estas denominaciones aluden a las dos “macrovariedades” del español. El español está conformado por
muchas variedades, pero haciendo una pequeña abstracción, podríamos decir que hay dos variedades:
el español septentrional, la que se habla del límite de de Andalucía hacia el norte de la Península, y la
meridional, que es la que se habla desde dicho límite hasta toda Hispanoamérica. (Según los distintos
tratadistas, hay quienes prefieren la denominación «español meridional», aplicando un criterio
puramente geográfico; hay quienes prefieren la etiqueta «español atlántico»; otros prefieren la
denominación «español hispanoamericano». A lo que se alude es a la vía a través de la cual se expandió
el español hacia América y Canarias durante los siglos XV y XVI.) Las diferencias esenciales son, por
un lado, de naturaleza demolingüística (la demolingüística se ocupa de todo lo concerniente al número
de hablantes de una lengua o un dialecto), y por otro lado, de naturaleza lingüística.
Los grandes dialectólogos siempre han cifrado en dos rasgos las características de estas dos
variedades: el seseo y la no utilización de la segunda persona del plural en pronombres y verbos. El
seseo es producto histórico de la reestructuración fonológica que ocurrió a finales de la Edad Media y
a principios de la Edad Moderna, que afectó a los llamados fonemas sibilantes. Nos quedamos,
finalmente, con tres fonemas (los sordos correspondientes a las fricativas dentales, a las fricativas
alveolares y a las palatales).

TEMA 2. El español de Canarias en el complejo dialectal español. Español de Canarias y


español andaluz. Español de Canarias y español de América.
● El español de Canarias en el complejo dialectal del español.
El español de Canarias es un subproducto lingüístico del andaluz (occidental). Esto se debe a que todos
los conquistadores salían de la zona sur de la Península -Andalucía-.
En cuanto a los factores que han de tenerse en cuenta a la hora de estudiar cualquier modalidad,
en primer lugar, hay que tener en cuenta la época en que la lengua se expandió en ese territorio. Por
ejemplo, en qué época llegó el español a Canarias. El español que se trajo fue el español andaluz de esa
época, del s. XV. Todos los terrenos hispanoamericanos, por ejemplo, no fueron conquistados a la vez.
En Canarias ocurrió algo parecido. El segundo factor es la procedencia de los colonos que se asientan
en las nuevas tierras. La inmensa mayoría, no la totalidad, de los colonos que se establecieron en
Canarias procedían de Andalucía occidental, fundamentalmente. Otro factor, el tercero, es si estuvo o
sigue estando en contacto el territorio en cuestión -Canarias, en este caso- con otra región. El
español de Canarias, desde un comienzo, tuvo contacto con el portugués, pues hubo una oleada entre
los ss. XV-XVI de pobladores portugueses que se establecieron en las islas. Dichos pobladores dejaron
su huella -especialmente en el vocabulario- en el español de Canarias. Otra lengua con la que ha tenido
contacto el español de Canarias es la guanche (o, mejor dicho, las lenguas guanches). Otro factor, en
cuarto y último lugar, es si el territorio en cuestión estuvo -o ha permanecido- aislado o, por el
contrario, ha trabado contacto con otras variedades regionales y, en caso afirmativo, cuáles de ellas. El

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español de Canarias ha tenido vinculación con el español de América y con el caribeño-antillano. La
palabra ‘papa’ es un claro ejemplo de esta relación.
El español de Canarias es más conservador que el español de Andalucía (particularmente de
Andalucía occidental). Este último significaría la vanguardia del español, el dialecto más innovador y
progresista.

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En el plano gramatical se da el uso de ustedes con la tercera persona del plural “usted vais” o “ustedes
se vais” en Andalucía, combinaciones que no se dan en Canarias. Se emplea el pretérito imperfecto para
acciones pasadas del pretérito inmediato “he llegado hace un momento”, en Andalucía, frente a “llegué
hace un momento” en Canarias.
En cuanto al léxico se observan diferencias dialectales dadas por la realidad concreta de cada
zona. El léxico dialectal tiene que ver con la cultura y la natura: en Canarias, habrá léxico dialectal
alusivo a la platanera, a la pesca, etc.; mientras que en Andalucía habrá léxico alusivo a la plantación
de olivos, toreo, cante, etc. Debemos tener en cuenta que Andalucía dejó parte de su léxico en el
momento de la Conquista.

● Español de Canarias y español de América.


Los canarios han emigrado a América de manera incesante, coincidiendo con las crisis económicas por
las que ha pasado el archipiélago. En los siglos XVIII y XIX fue cuando más se dio la emigración hacia
América.
Lingüísticamente, la influencia de Canarias en América es indudablemente mayor que a la
inversa. En torno al 12% de la población de Cuba son de ascendencia canaria. La morfología dialectal
de puerto Rico son los mismos que los de Canarias porque los emigrantes de Canarias los llevaron
(“esclavitud blanca”). Los emigrantes que retornaban a Canarias traían algunos léxicos y/o
fraseológicos.
Los países donde la influencia canaria en América ha sido más neta, Venezuela y Cuba, son
para los que no tenemos trabajos amplios. En cambio, sí hay investigaciones en los estadounidenses
(Albal), en la Luisiana (Raymond…), para Uruguay (Rolando…), para Puerto Rico (Manuel Álvarez
Nazario), para la República Dominicana (Irene Pérez Guerra).
Los canarios han tenido una relación sostenida con América. Esto sumado a la expansión del
español por Canarias y por América en el mismo momento hace que nuestras hablas se parezcan. De
hecho, hace unos años, en la península, se confundía a los canarios con los hispanoamericanos.

TEMA 3.

El plano fónico del español de Canarias.

La fonología del español es una de las más simples (24 fonemas).

● El vocalismo.
No hay problema de abertura vocálica como en el caso del andaluz oriental porque la aspiración de la
/s/ no ha hecho que desaparezca completamente como en Andalucía. En este sentido, el español se
muestra muy estable, no hay margen de vacilación del cuadro vocálico.

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En el nivel popular (común a todas las variedades), hay propensión de alternar vocales en
sílabas átonas. En La Palma (aunque se da en las áreas populares de todas las islas), por ejemplo, se
puede observar una alternancia entre “o” y “u” ya que se puede oír “cutijo” en lugar de “cortijo”,
“cucina” en lugar de “cocina”. Un hablante nunca va a alternar vocales en sílaba tónica. Muchos
fenómenos lingüísticos no son el resultado de una sola tendencia, por ejemplo, a veces la analogía se
da con otra tendencia como puede ser la alternancia de vocales. También, se da la alternancia entre “e”
e “i” en sílaba átona como en “viniste” (zonas rurales de Gran Canarias, Gomera) y la alternancia entre
“e” y “a” (“entonces”).
Por otra parte, se da la diptongación de hiatos (tanto crecientes como decrecientes, agrupaciones
de dos vocales fuertes, agrupaciones de una vocal fuerte con una vocal débil). En estas agrupaciones
vocálicas, se dan problemas a nivel popular o en el estilo de habla coloquial (estilo de habla relajado).
Por ejemplo, “pasiar” (pasear), etc. Cuando se destruyen los hiatos, el procedimiento más común es
construir el hiato en diptongos (“meniar” por “menear”), aunque se da también la dislocación de la
tónica (“ahi mismo” sin acento en lugar de “ahí mismo”). También se suele añadir una consonante
antihiática: g, d, b, ll (“proba” por “proa”, “gruda” por “grúa”). Esta situación se produce incluso por
fonética sintáctica (“esti año”) porque los hablantes de las lenguas naturales hablan por grupos fónicos
que están constituidos por 8 o 9 silabas. Por ello, en la pronuncia se pueden dar estos casos de
agrupaciones vocálicas y la solución de alternancia vocálica al destruir el hiato.
Se da también la monoptongación de hiatos (“pelu” en lugar de “peluo” en lugar de “peludo”).
La pérdida de la “d” intervocálica pone en contacto a muchas vocales. De hecho, la perdida de la “d”
vocálica se da en toda Canarias menos en el norte de Tenerife en la que se mantiene esta “d”
intervocálica incluso en el nivel popular. Se da también la monoptongación de diptongos (“Usebio” en
lugar de “Eusebio”).

29/10/2020
● Los grupos consonánticos cultos cuando estos aparecen “ese margen”:
Un típico grupo consonántico culto sería el de la /kt/. Hay gente que dice prática, en lugar de “práctica”,
tasi, en lugar de “taxi”.
El grupo /bst/ es interesante, pues incluso los hablantes del nivel culto suelen “deformarlo”.
Pocas personas dicen /abstracto/, sino astracto.
El grupo /dj/ (adjudicar), el grupo /pt/ (apto), el grupo /gn/ (agnóstico), /mn/ (alumno), bst
(abstincencia), /nst/ (constitución), rsp (perspectiva), /ds/ (adscribir), etc. Se pierde muchas veces el
elemento explosivo y/o se duplica el elemento implosivo. La tendencia general es a la simplificación.
En muchas ocasiones estas consonantes implosivas cultas (b, p, k, d, t…) en realidad no se
pronuncian ni en conversaciones esmeradas en hablantes cultos. Se realizan con una especie de cierre
glotal.

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Hay otro tipo de analogía. El cruce o contaminación. A menudo ciertos hablantes, por razones
cognitivas complejas, cruzan dos palabras, y resulta una tercera; pues así ocurre en fonética. Por
ejemplo: ‘ostentorio’ (estentório + ostentoso).

Apócope no es como mucha gente cree, masculina, sino femenina. Hay palabras como
‘almacén’, que, seguramente por una aglutinación con el artículo, mucha gente interpreta como
femenina. El conjunto de sustantivos que pueden ser objetos de una distorsión en cuanto al género puede
ser bastante alto.

● Distorsiones en cuanto al número:

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Las distorsiones en cuanto al número de los nombres se suelen producir causadas por cuestiones
fonéticas. Por ejemplo: las palabras que son llanas y terminan en consonante del tipo -l, -r, n, tienden a
ser distorsionadas en cuanto al número en el habla popular. Los marges, en lugar de ‘los márgenes’; los
tunes, en lugar de ‘los túneles’; los crates, en lugar de ‘los cráteres’; etc.

Vamos a internarnos dentro del sector de los sufijos nominales. Dentro de los sufijos nominales
destacan los sufijos de diminutivo. El español dispone de una amplia gama de sufijos para expresar
diferentes significados gramaticales muy variados. Los diminutivos se inscriben dentro de lo que
algunos denominan semántica afectiva; es decir, en el idioma, y desde luego en el español, disponemos
de varios recursos para expresar la afectividad (en un sentido amplio). Por ejemplo, los hipocorísticos
(forma familiar con que se conoce a las personas y que difiere, en mayor o menor medida, de su nombre
oficial [Tere, en lugar de Teresa]). Mucha gente en lugar de hipocorísticos emplea diminutivos. Los
hipocorísticos, pues, son un procedimiento que utilizamos para expresar la afectividad.
Otras posibilidades para expresar la afectividad son los truncamientos: ‘seño’, ‘profe’, etc. Los
diminutivos se inscriben en todo un ámbito en el que las lenguas habilitan medios para que los hablantes,
de manera discrecional, puedan vehicular su afectividad.
El español conoce muchos sufijos de diminutivos, la mayoría marcados desde el punto de vista
diatópico. En Canarias los más comunes son -ito e -illo. Tenemos estos sufijos en Canarias y no otros
porque en Andalucía los sufijos más comunes son los mismos. En Canarias a veces se pueden encontrar
otros sufijos como -in (Antoñín, Manolín, Gustavín, etc.) o -una (Marcelina, Guillermina, etc.).
Obviamente existe el sufijo -ete o -eta, pero no aportan nada, no están vivos en Canarias. Las formas -
illo e -ito se emplean de forma meditada, no se usan de forma indistinta. Cada sufijo tiene un matiz
distinto.
El matiz antiponderativo de -illo e -illa podría ser comparado con -ejo o -eja, que sirve también
para quitarle peso a algo. Con el sufijo -illo hay un pequeño problema, pues en el español general hay
un montón de palabras con esos casos de “lexicalizaciones”; hay palabras que se han lexicalizado con
el sufijo -illo. ‘Ventanilla’ o ‘pasillo’ son algunos ejemplos de esto. Eventualmente son posibles las
ambigüedades.
Centrándonos en un aspecto formal importante de los diminutivos en Canarias, nosotros nunca
usamos el sufijo -ecito o -ecita. Por ejemplo, no decimos ‘puentecito’, sino ‘puentito’, o no decimos
‘solecito’, sino ‘solito’. En caso de emplear esos sufijos, huele a deslealtad lingüística. Esta regla tiene
alguna excepción en Canarias. Por ejemplo, no decimos ‘pobrillo’ o ‘pobrito’, sino ‘pobrecito’. O
también ‘tardecita’, y no ‘tardita’ o ‘tardilla’.
En el español popular de Tenerife esta regla se hace extensiva a los sustantivos y adjetivos que
terminan en consonante. En lugar de ‘saloncito’ (referido a salón), hay quien dice ‘salonito’; o
‘furgonito’, en lugar de ‘furgoncito’. Normalmente sucede cuando la palabra termina en -n. En caso de
acabar en otras consonantes es más variable. Por ejemplo, con ‘amor’, se dice ‘amorcito’ y no ‘amorito’.
Sin embargo, con ‘tractor’ sí se dice ‘tractorito’ y no ‘tractorcito’. La supresión del interfijo, general a
toda Canarias, se ha llevado más allá y se aplica a sustantivos adjetivos que terminan en consonante.

05/11/2020
En Canarias, muchas veces el sufijo -ero sirve para desambiguar una palabra. Por ejemplo, con los
árboles y sus frutos: guayabero, en lugar de ‘guayabo’ (que es como llaman al árbol); castañero, en vez
de ‘castaño’ (que es como lo llaman en la Península); etc. Esto ocurre también con los gentilicios (La
Laguna → lagunero; Tacoronte → tacorontero; etc.).
Otros sufijos también propios de Canarias son -erío, junto a determinados lexemas sustantivos.
Tenemos ejemplos como genterío, hembrerío, mosquerío, etc. Casi siempre tiene un matiz peyorativo,
despectivo y/o informal. Otro sufijo, vinculado al portugués, es -iento y -ento. Estas dos variantes son

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libres, no están en distribución complementaria. Podemos oír, por ejemplo, friolento (que, en realidad,
es ‘frioliento’). en un mismo hablante podemos encontrar las dos formas. Esto no hay que entenderlo
de una manera excesivamente mecánica. En lugar de canoso, podemos encontrar caniento; o, en lugar
de ‘friolero’, friolento o frioliento. En cuanto a estos sufijos nominales, propios del español de
Canarias, también podemos encontrar el sufijo -on u -ona: ‘subida’ → subidón. Sin embargo, en el
español de Canarias, más allás del valor aumentativo que suele tener este sufijo, añadido a radicales
léxicos adjetivos, significa algo así como “cualidad en estado tendencial”. Por ejemplo: “ella es
durona”, o «él es algo sosón” (tiende a ser soso), «esta comida está algo dulzona». Se trata de un uso
muy popular y coloquial.

● Pronombres (comportamiento de los pronombres dentro del español de Canarias):


Como ya sabemos, la parcela de pronombre más cambiante es la de los pronombres personajes,
incluyendo a los posesivos (que no son otra cosa que la forma genitiva de los llamados pronombres
personales propiamente dichos). Es fácil darse cuenta de esto porque, incluso, formalmente, hay una
gran proximidad.
1. El no uso de los pronombres tónicos o átonos en la segunda persona del plural:
La norma canaria es que solo hay cinco personas gramaticales. Los canarios, pues, usamos el
‘ustedes’. El problema que tiene el ‘ustedes’ es que, siendo gramaticalmente tercera persona,
referencialmente es segunda persona. ‘Ustedes’ es un pronombre de tercera persona del plural, aunque
tenga una referencia de segunda persona del plural; por eso se le adscribe dentro de la nómina de los
llamados «pronombres de tratamiento». Esto no resta efectividad comunicativa. En los contados casos
en que hubiera un problema de ambigüedad añadimos una forma nominal (el propio ‘ustedes’) y ya
está. En un lado hay cuatro formas pronominales (peninsular) y en otro solo tres formas (canarios). La
forma ‘ustedes’ nuestras más sus formas átonas de tercera persona son las mismas que concurren en el
caso del ‘ustedes’ peninsular, que se opone al nuestro.
Hay que hacer una observación en cuanto a las formas átonas del pronombre ‘vosotros’ en
Canarias (específicamente, en La Gomera), donde los hablantes de más edad, siendo, especialmente,
del perfil popular, tienden a emplear la forma antigua y occidental ‘vos’, en lugar de ‘os’, como
pronombre átono correspondiente a la segunda persona del plural. También aparece el intercambio de
formas en modos; por ejemplo, para el imperativo utilizan la forma chutais, en lugar de ‘chutad’. ¿En
Canarias, por tanto, hay voseo? Sí. A diferencia de lo que ocurre en América, donde el vos es tónico, el
voseo de Canarias -La Gomera- es átono.

2. El ‘su’:
Las formas ‘su’ de tercera persona son potencialmente ambiguas, y, por eso, a veces,
especialmente en la lengua escrita, se suele utilizar un pleonasmo («su mujer de usted», «su mujer de
él», etc.). Si sigue existiendo el ‘su’, es porque no es tan ambiguo. En Canarias no tenemos ese
problema, pues el ‘su’ tradicional canario suele utilizarse solo para ‘usted’. Si se dice «¿Ese coche es
suyo?», se entiende que se están dirigiendo a esa segunda persona con respeto, con distanciamiento. En
el español de Canarias la no utilización del ‘su’ se resuelve por: 1) una predicación tras la preposición
‘de’ tras el pronombre; 2) o bien, simplemente, no se explicita nada, y se emplea el artículo -lo que
llaman el “artículo con valor posesivo”- («vi a Juan con la mujer», por ejemplo). Por tanto, el ‘su’ de
Canarias no es ambiguo.
En cuanto al uso de la forma ‘cuyo’, suele ser utilizada como la forma de pronombre relativo y
la dimensión de pronombre posesivo. La idea de relatividad y de posesión están existentes
sincréticamente en la forma ‘cuyo’. Es un pronombre problemático, especialmente para la forma
popular, pues tiene una cierta complejidad para ciertos hablantes que, por falta de gimnasia cognitiva,

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tienen dificultad para utilizarla. ¿Qué se emplea en su lugar? Se emplea el ‘que su’ («quesuismo» lo
llaman). En el español de Canarias, como el ‘su’ no se emplea muy a menudo, lo que más se usa es un
artículo que vuelve a tener valor posesivo («la señora que el hijo es vecino mío», por ejemplo). El ‘cuyo’
es un pronombre culto, en situaciones asociadas a la lengua escrita; en la Península se disocian los dos
valores, el ‘que’ y el ‘su’ y se unen. En Canarias, en cambio, el hablante tiende a desmarcarse de ese
comportamiento.
Otra peculiaridad de los posesivos en Canarias es que prácticamente no existen los llamados
“falsos posesivos”; «delante mío» o «arriba mío», por ejemplo.

06/11/2020
Los pronombres átonos de tercera persona no pueden ejercer de sujeto ni pueden tener el papel
sintáctico de término de la proposición. Los pronombres personales de tercera persona átonos suelen
ser complementos indirectos, son elementos que marcan la reflexividad de impersonalidad, etc. (suelen
llamarse pronombres reflejos). ‘Lo’, ‘los’, ‘la’, ‘las’ se acomoda, en Canarias, y ejercen el papel de
complemento directo y ‘el’, ‘les’ como complemento indirecto.
Los lugares en los que hay laísmo, loísmo y leísmos esto se trastoca. En los ámbitos urbanos
de Canarias se ha dado un “leísmo de cortesía”, son casos del tipo “señor ya le atiende” en lugar de
“señor ya lo atiende”, de manera, etimológicamente correcta. Pero, se utiliza la primera como una forma
de tratamiento de respeto y cortesía. Estos usos irán progresando hacia las zonas rurales puesto que está
cargado de prestigio.
Hay algunos verbos como avisar, ayudar u obedecer. En Canarias, se suelen construir con “le”
porque ya en latín regia en dativo. Por consiguiente, se emplea “a Juan le avisé de que llamara por
teléfono a su padre”; se da un leísmo, pero es “tolerable” porque etimológicamente regia en dativo, se
trata de una determinación histórica.
Otro caso que debemos tener en cuenta dentro de los pronombres átonos de tercera persona es
“se los” y “se las”. En Hispanoamérica está muy extendida incluso en la literatura (cuentos de Celar
Pietri). Construcciones del tipo: “*se los dije” en lugar de “les dije esto a ustedes/ellos”; debería ser “se
lo dije a ustedes”; el hablante acorta la polirefencialidad y, por consiguiente, incluso hablantes cultos
no tienen conciencia de las muchísimas posibilidades referenciales y comenten esta aportación.
En Canarias, ‘el’ se utiliza como valor sincrético de singular y plural. El uso de “le contamos a
nuestros padres” en vez de “les contamos…” se da incluso en la lengua escrita. En la medida que el
referente nominal esté bastante alejado del pronombre “le” en el caso de que sea plural aumentan las
posibilidades de error (“le contamos todo lo que hacemos los fines de semana a nuestros padres” à al
hablante le cuesta prever el referente y el pronombre átono correcto). Pero esto no es un menoscabo
para la comunicación, a efectos interaccionales y comunicativos no se pierde nada; si no fuera por el
prestigio de la norma culta, de los textos literarios, etc. a estas alturas lo normativo sería utilizar “le”
solamente en la forma singular tanto para plural como para singular, es decir, habría desaparecido la
forma “les”.

Morfología verbal:
El verbo también es una categoría que tiene muchos accidentes, es decir, casos y morfemas que
indican tiempo, persona, modo, etc. El verbo, al tener tantos accidentes, experimenta bastantes
vicisitudes dialectológicas en una lengua tan extendida en el espacio como el español. La base verbal
es homogénea en todos los espacios y esto propicia el entendimiento en la comunicación. Pero, no se
comporta igual en todos los sitios.
Primero, no se suele usar la segunda persona del plural (“cantáis”), se suele usar la tercera
persona del plural (“cantan”). Entonces, las seis personas verbales quedan reducidas en Canarias (y en
buena parte de América como México o Perú) a cinco personas gramaticales. En Canarias, tenemos una

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gran excepción que es La Gomera donde sí se dan las 6 personas; también ocurre en comarcas reducida
de Tenerife (San Juan del Reparo…) y La Palma, sobre todo, en personas de mayor edad.
El hablante canario «tipo» no es dado a las formas de imperativo porque suponen un mandato
y que el canario prefiere formalmente otras construcciones alternativas que construyen mas o menos el
mismo fin no tienen la condición de elementos del llamado “modo imperativo”. Entonces, en lugar de
“trae eso”, se trata de captar la benevolencia del receptor, se emplean preguntas, etc. Ahora bien, sí que
encontramos las formas de imperativo, los padres con sus hijos las usan para darles órdenes, los jefes,
etc. (siempre que hay una jerarquía). En ocasiones, se edulcoran, pero en otros casos no.
Dado que, en Canarias, se emplean las formas de imperativo de la segunda persona del plural
de forma diferente. Son formas más arcaicas que las del español general (terminadas en -d), formas que
provienen del leonés. En La Gomera, se suele realizar “comede” que es una forma arcaica; en otros
casos, esa “-d” del español general se pierde y se dice coméi y también comeide; son formas
tradicionales, los hablantes cultos de la Gomera emplean las hablas del español general (en un mismo
hablante se puede dar las tres fórmulas).
Los usos analógicos del verbo en Canarias se suelen dar en los hablantes menos cultos
académicamente. Los verbos están estructurados de manera analógica, se estructuran mediante la cuarta
proporcional: cantar – canté, bailar – x, x= bailé. Toda la gramática regular está regida por esta fórmula.
Cuando esta regla se rompe, el hablante que no tiene conocimientos académicos puede pertrechar
“errores” (en los verbos irregulares, por ejemplo) del tipo «la cometa vola» en lugar de ‘vuela’. Estos
son casos de irregularidad verbal. Salvo en los verbos ‘ser’ e ‘ir’ todos los verbos construyen el pretérito
igual.
Ahora bien, ¿todos los casos de analogía afectan solo a verbos irregulares? No, afectan también
a verbos regulares. En el español de Canarias, se registran analogías en verbos regulares de manera que
se basa en la primera persona del pretérito imperfecto y entonces “canté” hace que se de una ambigüedad
y se emplea “cantemos” indefinido en lugar de “cantamos”. Excepto en El Hierro y La Gomera, se
registran estas realizaciones en las demás islas.

12/11/2020
- En tercer lugar, las formas cantastes, llevastes, etc. Una s/ al final de la segunda persona. Se trata de
un fenómeno analógico, que se da tanto en verbos regulares como irregulares, y que consiste en la
equiparación de esas formas con las segundas personas del singular de otros tiempos verbales. Es un
rasgo que podemos encontrar en hablantes de cultura media. Hay una variante de esta forma, más bien
rural, que sería vinites; se suprime la /s/ interior del significante, y se mantiene la aspiración o /s/ final.
- En cuarto lugar, está la llamada forma del tipo sientesen o sientensen, en lugar de ‘siéntense’.Esto
también está muy extendido en la sociedad, y puede afectar al hablante de perfil semiculto.
- En quinto lugar, hay que citar el caso de las formas llegábanos, en lugar de ‘llegábamos’; éranos, en
lugar de ‘éramos’; o fuéranos, en lugar de ‘fuéramos’. Este fenómeno se explica en el libro Notas de
morfología dialectal (1946), sigue siendo un gesto dialectológico fundamental. Explica el fenómeno
por analogía con las formas de imperativo que lleva un -nos enclítico. Por ejemplo, las formas pónganos,
préstenos, etc. Estas formas habrían inducido estas formas verbales siempre esdrújulas. La forma -nos
evoca mejor la primera persona del plural que la forma -nos; y, por consiguiente, eso, sumado a la
analogía propiciada por las formas del imperativo llévenos, tráiganos, etc., han dado en este modelo de
palabra esdrújula. Los usuarios no son conscientes de cometer este “error”.

Analogías que se producen entre los verbos irregulares:


Estos verbos, solo por serlo, constituyen un terreno abonado para la condición de analogías. Se
suele escuchar mucho haiga, por ‘haya’, querramos, por ‘queramos’; yo no ha sido, en lugar de ‘yo no

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he sido’, quepía, en lugar de ‘cabía’; etc. Los casos de analogía en verbos irregulares, pues, son muy
comunes.
En la medida en que un verbo que no es centro de constelación se aleja semánticamente del
verbo centro de constelación, en esa medida aumentan las posibilidades de cometer analogía. Reponer
(que no es centro de constelación) no está tan alejado de su centro de constelación (poner), así que hay
pocas posibilidades de cometer analogía. Si está más alejado, como retraer, hay más posibilidades; por
ejemplo, diciendo retrayó, en lugar de ‘retrajo’. Es frecuente que mucha gente diga rehaciera, en lugar
de ‘rehiciera’. Esa persona nunca diría haciera, a propósito de ‘hacer’. Hay más posibilidades de error
analogico en un verbo derivado que en un verbo centro de constelación.

Un tercer fenómeno, hay que hablar de una cuestión de semántica gramática. Se refiere a los
tiempos verbales, sobre todo al pretérito indefinido y pretérito perfecto. Como es de sobra sabido, estos
tiempos siempre están en una especie de competencia. Donde se emplea uno no se emplea el otro. La
peculiaridad canaria, que también afecta a zonas de América, consiste en que en Canarias empleamos
el pretérito indefinido para acciones pasadas y concluidas, independientemente de que estén lejos o
cerca del presente. «En 1936, en este pueblo, se movilizó a poca gente». Estoy hablando de una acción
pasada y remota. «Ahora, al entrar, tropecé y por poco me caigo». Se trata de una acción pasada y
concluida, en este caso próxima en el tiempo. En cambio, empleamos el pretérito perfecto para algo
distinto, para una acción pasada que prolonga sus efectos hasta el presente. Por ejemplo: «Este año ha
llovido poco». Se entiende que me sitúo a principio de año y que hago un recorrido hasta el presente.
En la Península, con carácter general, también se emplean estos dos tiempos verbales, pero no
como Canarias y América. La diferencia está en que, en la Península, para las acciones pasadas,
concluidas y próximas en el tiempo, se emplea el pretérito perfecto, y aquí se usa el pretérito indefinido.

Otro fenómeno es el uso del verbo haber como personal: «hubieron ocasiones», «habían
fiestas», etc. Obviamente, el verbo haber se conjuga en singular y en plural, y en todas las personas,
como auxiliar. No se deja de utilizar en las perífrasis con haber: «ellos habían de hacerlo». Usos
absolutos, predicativos, del verbo haber. Estamos aquí ante un proceso evolutivo, de forma que el verbo
haber estaría experimentando un proceso de cambio, de transformación, pasando de ser impersonal a
personal. Si uno es profesor, hay que recomendar el verbo haber como impersonal: «hubo niños»,
«había casas», etc. Este fenómeno afecta a hablantes cultos. Como quiera que el verbo haber está muy
extendido en Canarias como personal, aquellos casos en que verbo haber, usado en infinitivo o gerundio,
va junto a un verbo (verbo de modalidad), el fenómeno se reproduce no en el infinitivo, sino en el verbo
modalizador. por ejemplo: en lugar de ‘sigue habiendo problemas’, mucha gente dice «siguen habiendo
problemas»; o «ahí deben haber varios contenedores, . Desde un punto de vista normativo, tan mal está
«hubieron fiestas», «debían haber contenedores» o «habían colores».
Hay otro uso de haber, que se da en Canarias, en ese perfil de hablantes iletrados, mayores, etc.,
que consiste en usar el verbo haber en lugar de hacer, en expresiones que indican temporalidad. Por
ejemplo: ya hace años que no lo veo, dicen «ya hay años que no lo veo»; ya hay meses que está
jubilado», en lugar de ‘ya hace meses que está jubilado’; etc.
También está muy generalizado en Canarias el uso del infinitivo en lugar de una forma
personal del verbo, en un perfil de hablante semiculto, aunque no llega a ser culto del todo. Por ejemplo:
«y ahora para finalizar, decir que...», en lugar de ‘y ahora, para finalizar, debemos decir que…’.

Se emplean muchas formas del verbo en clave arcaica, no normativa. No son vulgarismos
analógicos, sino, más bien, pervivencias de formas que fueron del idiomas y ya no. La forma «Yo lo vía
mucho en La Laguna», en lugar de ‘Yo lo veía mucho en La Laguna’. Es una reminiscencia, un vestigio,

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que nos ha quedado del occidente peninsular. Encontramos la forma dir, que es la unión de + ir. No es
una deformación de ir, sino de algo previo.

El uso de imperativo es otro fenómeno curioso. Las formas de imperativo tienen “mala prensa”,
pues se usa para mandar. No debemos caer en la simplificación de que en Canarias no se usan las formas
de imperativo. Pero, estadísticamente, yendo en contra de esa captatio benevolentiae tan típicamente
canaria, el canario no emplea tanto el imperativo.

En cuanto al uso del futuro, prácticamente estamos aniquilando o jubilando las formas del
futuro (futuro indicativo). El futuro, sin embargo, tiene muchos usos. Por ejemplo: «-¿Has visto a Juan?
-No, pero estará en la casa». Hay un uso muy próximo a este uso del futuro de conjetura o probabilidad
en Canarias, que consiste en emplear el verbo haber + de + infinitivo. V. gr.: «-¿Has visto a Juan? -No,
pero ha de estar en su casa».

En cuando al uso del futuro, se ha convertido en tópico en las gramáticas afirmar que el futuro
de indicativo está en desuso, y que se usa el presente histórico, la perífrasis del verbo ir+a+infinitivo,
en cuyo caso se concluye que estamos desusando el futuro de indicativo. Esto no se produce a tanto
nivel: el llamado por Alarcos como futuro de conjetura o probabilidad se sigue empleando (lo más
probable es que estará en la casa, ¿juan estará enfermo?). Hay un uso muy cercano al futuro de conjetura
formado por haber+de+infinitivo (Juan ha de estar en su casa), y aumenta el grado de probabilidad.

Otro rasgo propio de los verbos es que en las formas de subjuntivo terminadas de –se o –ra, se
prefiere las formas en –ra a las de –se, lo que no quiere decir que en los ámbitos urbanos de Canarias
no se emplee el –se (cantara antes que cantase).

Perífrasis llegar +a +infinitivo. En Canarias se usa en lugar pretérito pluscuamperfecto. En lugar


de ‘si lo hubiera sabido, no hubiera venido’, dice «si lo llego a saber, no vengo». ¿Esta forma no se da
en otras zonas del español? sí, pero en bastante menor medida que Canarias.

Otra peculiaridad verbal, exclusiva de La Palma, es que se emplea la forma cantaran, en lugar
de la forma ‘cantaron’; bajaran en lugar de ‘bajaron’. Por ejemplo: «¿Ustedes bajaran por la pista o
por el camino?». Esto afecta a ciertas zonas de la isla de la Palma. No hay demasiada consciencia.

Por último, tenemos que abordar algo que está relacionado con las oraciones condicionales
(constituidas por dos partes: prótasis + apódosis). Teniendo en cuenta esto, habría una característica
propia del español de Canarias que consiste en la preferencia del pluscuamperfecto del subjuntivo en
lugar del potencial compuesto en la apódosis de las oraciones condicionales. Por tanto, decir «si me
hubiera visto, me hubiera saludado», en lugar de ‘si me hubiera visto, me habría saludado’. Esto es
general en todo el español de Canarias, incluyendo el nivel culto. Habría casos de el uso del
pluscuamperfecto del indicativo en la apódosis de las oraciones condicionales, en lugar del
pluscuamperfecto del subjuntivo; de forma que, en vez de ‘si él hubiera avisado contigo, te lo hubiera
traído’, se emplea «si él me lo hubiera avisado con tiempo, se lo había traído». Esto es propio del nivel
popular, y a veces a los de nivel medio. Hay un tercer caso, que consiste en el uso del pluscuamperfecto
del indicativo, tanto en la prótasis como en la apódosis. Este rasgo es exclusivo del nivel popular. Por
ejemplo: «Si lo habían operado, a lo mejor había escapado», en lugar de ‘Si lo hubieran operado, a lo
mejor habría escapado’.

● Adverbios:

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- En cuanto a los adverbios, hay una primera característica propia del español de Canarias, que consiste
en suprimir el índice de adverbialización -mente. Por ejemplo: «Se le echa agua hasta cubrirlo total»,
en lugar de ‘Se le echa agua hasta cubrirlo totalmente’.
13/11/2020
- Una segunda peculiaridad es el uso de entre, contra y mientras en lugar de ‘cuanto’ en las relaciones
correlativas de cantidad. Por ejemplo, en lugar de ‘cuanto más come, más hambre tiene’, dicen «entre
más come, más hambre tiene» o «mientras más come, más hambre tiene». Acerca del uso de entre
(«entre más se lo dices, más lo hace»), construcción característica de la provincia oriental de Canarias,
hay poca conciencia lingüística. Hay una cierta conciencia a obviar esta construcción, tenida por
coloquial.
- En tercer lugar, podemos registrar el uso del adverbio más, antepuesto a nadie, nada, ninguno y nunca.
De modo que sería: «más nadie», «más nada», «más nunca», etc.
- En cuarto lugar, tenemos otro rasgo, que consiste en la anteposición de los adverbios más, menos,
mejor y peor, al relativo que en construcción como «lo más que me gusta es ir al cine», en lugar de ‘lo
que más me gusta es ir al cine; o «lo menos que me gusta son las lentejas», en lugar de ‘lo que menos
me gusta son las lentejas’.
- En quinto lugar, otra peculiaridad canaria es la que consiste en el uso del adverbio medio, que puede
ser también un adjetivo. Si uno dice «media naranja», ese medio es adjetivo. Si digo «está medio
dormido», ese medio actúa como adverbio. Cuando el adverbio va con un adjetivo, actúa adverbio; v.
gr.: «como medio tonto», «medio tonta», «medio despierto», etc.

● Preposiciones:
Las preposiciones funcionan en Canarias como lo hacen en el resto del mundo hispánico. Los
adverbios y cualquier otra categoría se comportan básicamente como lo hacen en cualquier otro
territorio hispánico. Estamos recalcando elementos que consideramos “adicionales” en Canarias.

- Se puede registrar en Canarias, especialmente en hablantes mayores y/o poco letrados, un uso de la
preposición contra, que a veces tiene la variante formal de cuentra, en el sentido de ‘al lado de’, o ‘junto
a’. Por ejemplo: «Déjame una tajadita de pescado contra el rabo».
- En el español especialmente popular de Canarias, se ha eliminado prácticamente del todo, la
preposición hacia. No dicen ‘voy hacia La Laguna’, por ejemplo, sino «voy para La Laguna». Esta no
es una peculiaridad exclusiva de Canarias, sino que se da en muchos niveles populares del mundo
hispánico.
- Hay una gran confusión a propósito de la preposición de en las construcciones deber + de + infinitivo,
frente a deber + infinitivo.
- Tenemos, también, el famoso dequeísmo. Hay cientos, si no miles, sobre el dequeísmo, que consiste
en emplear la preposición de delante de que en oraciones sustantivas. «Pienso de que es verdad», en
lugar de ‘Pienso que es verdad’. Este fenómeno se da, sobre todo, en los llamados verbos de
pensamiento, y en lo que las gramáticas tradicionales denominaban verba dicendi (verbos de dicción).
- Preposición de antes de un infinitivo, conocido como deísmo. Esto suele ocurrir con un grupo de
verbos muy delimitados, como ‘ir’. Por ejemplo: «pienso de ir», «suelo de ir», etc.
- Otro recurso es la supresión de de, que desaparece por razones fonéticas. Por ejemplo, «un cuarto kilo
queso» o «el pico viento». Cuando el fonema de no queda en posición se reconstruye la ‘d’ de la
preposición de.
- Utilización de ca como contracción de la palabra ‘casa’. Por ejemplo: «Voy ca mi abuela» o «lo vi ca
Luis». Se corresponde con la preposición francesa de “chez”. Esta ca se ha convertido en una
preposición, no se ha oficializado aún.

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19/11/2020
Entre los hablantes de más edad, normalmente, iletrados, se suele dar la preposición “ende” y
“dende” con valor de “desde”. Tiene una valoración vulgar y popular.
En cuanto a las conjunciones, en el ambiente popular de Canarias, no se da el uso de “e” y “u”,
que evitan la cacofonía, estas son variantes de “y” u “o”. Esas cuatro conjunciones se quedan
simplemente en “y” y “o”.

En cuanto a las conjunciones adversativas, “pero” y “mas”... En canarias, se registra un uso


adversativo de “lo cual” (“a mi mujer le gusta la televisión, lo cual a mí no…”).

Con un verbo en pasado omitido e lidiado, “lo que” también tiene valor adversativo (“me invita a cenar
todas las semanas, lo que yo no le hago caso”).

Se registra un uso conjuntivo que es transversal a todo tipo de hablantes independientemente de su


adscripción sociocultural que es “desde que” con valor de “posterioridad inmediata” en oraciones como
“desde que me ve, viene corriendo a saludarme”. En este caso se indica la posterioridad inmediata, se
podría parafrasea como “nada más verme…”.

Los pronombres interrogativos, a nivel popular, se suele utilizar “cual”, “cuala”, “cualo”. Esto responde
mejor a la naturaleza de correlación y a una no ambigüedad frente a la variedad culta.

Hay usos de dobles preposiciones (“a por pan”), construcciones como “me se cayó”, etc. son
construcciones que no se dan en Canarias con carácter general, aunque hay hablantes canarios que por
imitación de la norma y de las vicisitudes que se dan en el español peninsular.

TEMA 4. El plano gramatical del español de Canarias. Morfología nominal (el género, los
diminutivos, etc.). El sistema pronominal. Morfología verbal. El sistema preposicional.
● El plano gramatical del español de Canarias.
Tienen que ver sobre todo con las categorías de verbo y pronombre (personales, especialmente;
posesivo). Esto no quiere decir que el resto de las categorías gramaticales no tengan relevancia
dialectológica.

- Morfología nominal (el género, los diminutivos, etc.).


El nombre (sustantivo, adjetivo) a nivel popular se ve afectado por la fluctuación de género (“El
ubre” en lugar de “la ubre”; “la pus” en lugar de “el pus”; “el amoto” en lugar de “la moto” que es
truncamiento de “motocicleta”).

30/10/20
La distorsión en cuanto al número es causada por factores fonéticos. Por ejemplo, las palabras
llanas acabadas en consonantes como -n, l, r- de manera que se suele decir “marges” en lugar de
“márgenes”, “tunes” en lugar de “túneles”, “craters” en lugar de “cateres”.
De los sufijos nominales destacan los diminutivos para la producción de significado de esta
manera morfológica. Los canarios muestran una gran propensión al uso del diminutivo. Los usos del
diminutivo son muy variados (artículo de Amado Alonso). Estos se adscriben dentro de la morfología
afectiva (al igual que los hipocorísticos, los truncamientos).
Así, los diminitivos son -illo (parte oriental) e -ito (parte occidental); tenemos estos porque
procedemos lingüísticamente del habla de Andalucía y estos son los que se utilizan ahí. Luego, se dan

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-in (“Manolin”) sobre todo en nombres; también algún -eta, -eto aunque está en desuso; también -iño
(por influencia de Portugal).
La partícula -illo no es intercambiable por -ito. Mientras que -illo da un matiz anti ponderativo,
le quita importancia y trascendencia. La forma -ito expresa afectividad en la provincia oriental, aunque
en la provincia occidental afecta al tamaño.
Hay palabras que se han lexicalizado con estos sufijos: ventanillo, pasillo, etc. Por ello, en las
partes orientales, puede dar lugar a la ambigüedad (“quesillo”).
“Piedrita” en lugar de “piedrecita”, es decir, quitamos el interfijo (Gramática histórica de
Menéndez Pidal); en el español general, se añade ese interfijo en palabras bisílabas aunque también
afecta a monosílabos que históricamente han sido bisílabos (“piedra”, “sol”…). En el español popular
de Tenerife, se hace extensivo a los sustantivos y adjetivos que terminan en consonante (“saloncito” en
lugar del “salonito”).

05/11/20
En Canarias, el sufijo -ero ayuda a denominar los árboles de frutos (esto evita ambigüedades).
No son vulgares ni populares.
También el sufijo -erio junto a lexema de sujetos como en sentido “gran abundancia de algo”
como en “genterio”, “pilerio”, etc. Suele tener un matiz despectivo, infomral, peyorativo.
Otro sufijo es -ento o -iento como en “friolento”. Las formas de -iento es usual en las provincias
oriental y las formas en -ento se da en als provincias occidentales. Aunque la producción es diatópica,
en un mismo hablante pueden alternar ambas formas. Normalmente, este sufijo viene a sustituir palabras
del español general que terminan en -oso (canoso - canento), -ero ()… Esto no quiere decir que un
canario no pueda hacer la realización del español estándar, estos no excluyen.
Otro sufijo es -on (abuson). O -ona (durona, soson, dulzona) que tiene un matiz de “tendencia
a”.

- El sistema pronominal.
La parcela de pronombre que presenta más incidencias dialectales son los llamados pronombres
personales, incluyendo los pronombres posesivos.
Los pronombres posesivos son la forma genitiva de los pronombres personales. En los
pronombres personales es donde quedan vestigios de los casos latinos. De mayor a menor importancia,
las características son:
- El no uso de los pronombres que representan la segunda persona del plural. Algunas
excepciones son La Gomera o zonas arcaizantes de Tenerife (“se van para la casa de ustedes”).
- Solo hay 5 personas gramaticales. ¿Cómo enseñar esto a los niños? Hay 6 personas referenciales
y podemos decodificar esas 6 aunque en nuestra producción solo tenemos 5. El problema que
tiene el ‘ustedes’ es que, siendo gramaticalmente tercera persona, referencialmente es segunda
persona. ‘Ustedes’ es un pronombre de tercera persona del plural, aunque tenga una referencia
de segunda persona del plural; por eso se le adscribe dentro de la nómina de los llamados
«pronombres de tratamiento». Esto no resta efectividad comunicativa. En los contados casos
en que hubiera un problema de ambigüedad añadimos una forma nominal (el propio ‘ustedes’)
y ya está. En un lado hay cuatro formas pronominales (peninsular) y en otro solo tres formas
(canarios). La forma ‘ustedes’ nuestras más sus formas átonas de tercera persona son las mismas
que concurren en el caso del ‘ustedes’ peninsular, que se opone al nuestro.

Hay que hacer una observación en cuanto a las formas átonas del pronombre ‘vosotros’ en
Canarias (específicamente, en La Gomera), donde los hablantes de más edad, siendo, especialmente,
del perfil popular, tienden a emplear la forma antigua y occidental ‘vos’, en lugar de ‘os’, como

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pronombre átono correspondiente a la segunda persona del plural. También aparece el intercambio de
formas en modos; por ejemplo, para el imperativo utilizan la forma chutais, en lugar de ‘chutad’. ¿En
Canarias, por tanto, hay voseo? Sí. A diferencia de lo que ocurre en América, donde el vos es tónico, el
voseo de Canarias -La Gomera- es átono. ¿En Canarias hay voceo? Sí, pero a diferencia de ser tónico
en América; en Canarias, en La Gomera, en zonas arcaizantes, hay voceo átono. (Pregunta de examen).
Las formas ‘su’ de tercera persona son potencialmente ambiguas, y, por eso, a veces,
especialmente en la lengua escrita, se suele utilizar un pleonasmo («su mujer de usted», «su mujer de
él», etc.). Si sigue existiendo el ‘su’, es porque no es tan ambiguo. En Canarias no tenemos ese
problema, pues el ‘su’ tradicional canario suele utilizarse solo para ‘usted’. Si se dice «¿Ese coche es
suyo?», se entiende que se están dirigiendo a esa segunda persona con respeto, con distanciamiento. En
el español de Canarias la no utilización del ‘su’ se resuelve por: 1) una predicación tras la preposición
‘de’ tras el pronombre; 2) o bien, simplemente, no se explicita nada, y se emplea el artículo -lo que
llaman el “artículo con valor posesivo”- («vi a Juan con la mujer», por ejemplo). Por tanto, el ‘su’ de
Canarias no es ambiguo.
En cuanto al uso de la forma ‘cuyo’, suele ser utilizada como la forma de pronombre relativo y
la dimensión de pronombre posesivo. La idea de relatividad y de posesión están existentes
sincréticamente en la forma ‘cuyo’. Es un pronombre problemático, especialmente para la forma
popular, pues tiene una cierta complejidad para ciertos hablantes que, por falta de gimnasia cognitiva,
tienen dificultad para utilizarla. ¿Qué se emplea en su lugar? Se emplea el ‘que su’ («quesuismo» lo
llaman). En el español de Canarias, como el ‘su’ no se emplea muy a menudo, lo que más se usa es un
artículo que vuelve a tener valor posesivo («la señora que el hijo es vecino mío», por ejemplo). El ‘cuyo’
es un pronombre culto, en situaciones asociadas a la lengua escrita; en la Península se disocian los dos
valores, el ‘que’ y el ‘su’ y se unen. En Canarias, en cambio, el hablante tiende a desmarcarse de ese
comportamiento.
Otra peculiaridad de los posesivos en Canarias es que prácticamente no existen los llamados
“falsos posesivos”; «delante mío» o «arriba mío», por ejemplo.

06/11/20
Los pronombres átonos de tercera persona no pueden ejercer de sujeto ni pueden tener el papel
sintáctico de término de la proposición. Los pronombres personales de tercera persona átonos suelen
ser complementos indirectos, son elementos que marcan la reflexividad de impersonalidad, etc. (suelen
llamarse pronombres reflejos). “lo, los, la, las” se acomoda, en Canarias, y ejercen el papel de
complemento directo y “le, les” como complemento indirecto.
Los lugares en los que hay laísmo, loísmo y leísmos esto se trastoca. En los ámbitos urbanos
de Canarias se ha dado un “leísmo de cortesía”, son casos del tipo “señor ya le atiende” en lugar de
“señor ya lo atiende”, de manera, etimológicamente correcta. Pero, se utiliza la primera como una forma
de tratamiento de respeto y cortesía. Estos usos irán progresando hacia las zonas rurales puesto que está
cargado de prestigio.
Hay algunos verbos como avisar, ayudar u obedecer. En Canarias, se suelen construir con “le”
porque ya en latín regia en dativo. Por consiguiente, se emplea “a Juan le avisé de que llamara por
teléfono a su padre”; se da un leísmo, pero es “tolerable” porque etimológicamente regia en dativo, se
trata de una determinación histórica.
Otro caso que debemos tener en cuenta dentro de los pronombres átonos de tercera persona es
“se los” y “se las”. En Hispanoamérica está muy extendida incluso en la literatura (cuentos de Celar
Pietri). Construcciones del tipo: “*se los dije” en lugar de “les dije esto a ustedes/ellos”; debería ser “se
lo dije a ustedes”; el hablante acorta la polirefencialidad y, por consiguiente, incluso hablantes cultos
no tienen conciencia de las muchísimas posibilidades referenciales y comenten esta aportación.

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En Canarias, “le” se utiliza como valor sincrético de singular y plural. El uso de “le contamos
a nuestros padres” en vez de “les contamos…” se da incluso en la lengua escrita. En la medida que el
referente nominal esté bastante alejado del pronombre “le” en el caso de que sea plural aumentan las
posibilidades de error (“le contamos todo lo que hacemos los fines de semana a nuestros padres” à al
hablante le cuesta prever el referente y el pronombre átono correcto). Pero esto no es un menoscabo
para la comunicación, a efectos interaccionales y comunicativos no se pierde nada; si no fuera por el
prestigio de la norma culta, de los textos literarios, etc. a estas alturas lo normativo sería utilizar “le”
solamente en la forma singular tanto para plural como para singular, es decir, habría desaparecido la
forma “les”.

- Morfología verbal.
El verbo también es una categoría que tiene muchos accidentes, es decir, casos y morfemas que
indican tiempo, persona, modo, etc. El verbo, al tener tantos accidentes, experimenta bastantes
vicisitudes dialectológicas en una lengua tan extendida en el espacio como el español. La base verbal
es homogénea en todos los espacios y esto propicia el entendimiento en la comunicación. Pero, no se
comporta igual en todos los sitios.
Primero, no se suele usar la segunda persona del plural (“cantáis”), se suele usar la tercera
persona del plural (“cantan”). Entonces, las seis personas verbales quedan reducidas en Canarias (y en
buena parte de América como México o Perú) a cinco personas gramaticales. En Canarias, tenemos una
gran excepción que es La Gomera donde sí se dan las 6 personas; también ocurre en comarcas reducida
de Tenerife (San Juan del Reparo…) y La Palma, sobre todo, en personas de mayor edad.
El hablante canario “tipo” no es dado a las formas de imperativo porque suponen un mandato
y que el canario prefiere formalmente otras construcciones alternativas que construyen mas o menos el
mismo fin no tienen la condición de elementos del llamado “modo imperativo”. Entonces, en lugar de
“trae eso”, se trata de captar la benevolencia del receptor, se emplean preguntas, etc. Ahora bien, sí que
encontramos las formas de imperativo, los padres con sus hijos las usan para darles ordenes, los jefes,
etc. (siempre que hay una jerarquía). En ocasiones, se edulcoran, pero en otros casos no.
Dado que, en Canarias, se emplean las formas de imperativo de la segunda persona del plural
de forma diferente. Son formas más arcaicas que las del español general (terminadas en -d), formas que
provienen del leonés. En La Gomera, se suele realizar “comede” que es una forma arcaica; en otros
casos, esa “-d” del español general se pierde y se dice “coméi” y también “comeide”; son formas
tradicionales, los hablantes cultos de la Gomera emplean las hablas del español general (en un mismo
hablante se puede dar las tres formulas).
Los usos analógicos del verbo en Canarias se suelen dar en los hablantes menos cultos
académicamente. Los verbos están estructurados de manera analógica, se estructuran mediante la cuarta
proporcional: cantar – canté, bailar – x, x= bailé. Toda la gramática regular está regida por esta fórmula.
Cuando esta regla se rompe, el hablante que no tiene conocimientos académicos puede pertrechar
“errores” (en los verbos irregulares, por ejemplo) del tipo “la cometa vola” en lugar de “vuela”. Estos
son casos de irregularidad verbal. Salvo en verbos “ser” e “ir” todos los verbos construyen el pretérito
igual.
Ahora bien, ¿todos los casos de analogía afectan solo a verbos irregulares? No, afectan también
a verbos regulares. En el español de Canarias, se registran analogías en verbos regulares de manera que
se basa en la primera persona del pretérito imperfecto y entonces “canté” hace que se de una ambigüedad
y se emplea “cantemos” indefinido en lugar de “cantamos”. Excepto en El Hiero y La Gomera, se
registran estas realizaciones en las demás islas.

12/11/20

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La analogía afecta, en ciertos casos, indistintamente a verbos regulares e irregulares, como la
sustitución de “lleguemos” por “llegamos”, que muchos hablantes en un nivel popular consideran
necesarias, para distinguir pret indefinido del presente, aunque es un rasgo cada vez menos sólido por
el avance de la cultura y ciertos estándares sociales.
Para el presente de subjuntivo, se dan las formas “lléguemos” en lugar de “lleguemos”, donde
se produce lo que se conoce como una metatonía, unificación del formato acentual con las formas del
singular en comportamiento analógico. Las formas están perfectamente diferenciadas por los hablantes
que las usan, no así por los del español normativo
Se da también la adición de una –s final en la segunda persona del pret indefinido, que se da en
verbos regulares e irregulares, por analogía y equiparación de esa forma con las segundas personas de
segunda persona de singular de otros tiempos verbales. Se da también la variante “vinites”, se suprime
por disimilación la –s- intervocálica y se mantiene la –s final. Asimismo, se da la forma “sientesen-
sientensen”, en lugar de “siéntese”, ya que el hablante considera la –n de plural en posición interior y
luego el enclítico, añaden la –n final después del enclítico.
Cabe también añadir “llegábanos” en lugar de “llegábamos”. Se trata de la sustitución de la
desinencia “mos” por “nos”, muy arraigado en la isla de La Palma, sobre todo en hablantes de tipo
medio, y en zonas de la cordillera de Anaga en Tenerife (Afur, Roque Negro, Taborno, etc). Rosenblatt,
en el 46, cita este fenómeno en otras zonas del núcleo hispánico, no así en Canarias, y lo explica por
analogía por las formas de imperativo, que llevan un “nos” enclítico, y lo habrían introducido en formas
verbales siempre esdrújulas, dándose en imperfecto de imperativo e imperfecto de subjuntivo. El propio
Rosenblatt señala que hay un proceso que tiene que ver con la etimología popular, ya que la forma “nos”
representa mejor la primera plural que “mos”, y eso junto a las formas “préstenos”, han trasladado su
modelo a esos otros tiempos verbales.
Analogías entre los verbos irregulares. Precisamente por serlo, constituyen un terreno fértil para
la producción de casos de analogía. En la medida en que un verbo no es centro de constelación (poner
es centro de constelación de deponer, reponer, etc) y está lo suficientemente alejado de su centro de
constelación, lo común es que se cometan más errores que en verbos más cercanos a la constelación
(rehacer como verbo alejado, “rehaciera” en lugar de “rehiciera”, a pesar de que nunca dirían ese
término para hacer). Hay más posibilidades de error en verbo derivado que no se pone en relación con
el centro que en uno que se pone en relación.
Se da también casos de analogía en pasado simple y compuesto, (pretérito indefinido/pretérito
perfecto simple y pretérito perfecto compuesto) la peculiaridad canaria y que se relaciona con el español
preclásico consiste en que en Canarias empelamos el pretérito indefinido para acciones pasadas y
concluidas independientemente de que estén lejos o cerca del presente (se movilizó en 1946, tropecé
ahora) el pretérito perfecto se usa para una acción pasada que prolonga sus efectos hasta el presente
(este año ha llovido poco). En Asturias también se emplean estos dos verbos, pero el primero solo para
cosas lejanas concluidas en el pasado, y el segundo para cosas cercanas en el tiempo (ahora me he
tropezado).
En Canarias también se refleja el uso del verbo haber como personal (hubieron acciones, habrán
fiestas). No cuando se trata de un uso complementario, ni en perífrasis verbales se deja de usar el verbo
haber en plural. Se da un proceso de cambio en el que pasa de ser un verbo impersonal a uno personal,
pero se produce un problema para el término “hay”, aunque se han dado casos de “hayn”. En todo caso,
habría que recomendar que en la lengua escrita y oral formal se usara “haber” como impersonal. En los
casos en lso que “haber” se usa en infinitivo o gerundio junto a un verbo (de modalidad o modalizador)
el fenómeno se produce no en el “haber” sino en el modalizador correspondiente (en lugar de “sigue
habiendo problemas” se dice “siguen habiendo problemas”.
Otro uso de haber es emplearlo en lugar del verbo “hacer” en expresiones que indican
temporalidad: en lugar de “ya hace años que no lo veo” se usa “ya hay años que no lo veo”. Muy

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generalizado también el uso del infinitivo en lugar de una forma personal del verbo en un perfil de
hablante semiculto: “ahora, para finalizar, decir tal cosa” “decir, en primer lugar”.
Se emplean, también, muchas formas del verbo en clave arcaica, no como vulgarismos
analógicos, sino pervivencias de formas que fueron tradicionales y ya no lo son, como la forma “vía”
de “veía”, “dir” en lugar de “ir” (vestigio del occidente peninsular).
El uso del imperativo y sus formas tienen un poco de “mala prensa” porque el imperativo, como
tal, se usa para mandar, y el que manda suele tener una posición jerárquica superior al que obedece, por
lo que en general su uso está muy sesgado como remanente de “pueblo colonizado”, y el canario repudia
esa forma, buscando alternativas, como la pregunta (¿me trajiste aquello?). esto no significa que no se
den formas de imperativo.
En cuando al uso del futuro, se ha convertido en tópico en las gramáticas afirmar que el futuro
de indicativo está en desuso, y que se usa el presente histórico, la perífrasis del verbo ir+a+infinitivo,
en cuyo caso se concluye que estamos desusando el futuro de indicativo. Esto no se produce a tanto
nivel: el llamado por Alarcos como futuro de conjetura o probabilidad se sigue empleando (lo más
probable es que estará en la casa, ¿Juan estará enfermo?). Hay un uso muy cercano al futuro de conjetura
formado por haber+de+infinitivo (Juan ha de estar en su casa), y aumenta el grado de probabilidad.
Otro rasgo propio de los verbos es que en las formas de subjuntivo terminadas de –se o –ra, se
prefiere las formas en –ra a las de –se, lo que no quiere decir que en los ámbitos urbanos de Canarias
no se emplee el –se (cantara antes que cantase).
El caso de la perífrasis llegar+a+infinitivo, en el español de Canarias se usa en lugar del pret
pluscuamperfecto de subjuntivo en casos del tipo “si lo hubiera sabido”, prefiriéndose “si lo llego a
saber”. Se da también en otras zonas del español, pero en mucha menor medida que en el español de
Canarias.
Otra característica propia, exclusiva de la isla de La Palma, es que se usan las formas cantaran
(subjuntivo), en lugar de cantaron (pretérito indefinido), por influencias del portugués, y afecta a ciertas
zonas del norte de La Palma, y es un uso acerca del cual no hay demasiada consciencia, lo que implica
que puede advertirse en personas semicultas.
En cuanto a las oraciones condicionales, estas están comúnmente compuestas por dos partes, la
primera introducida por un “si”, conocida como prótasis, y la segunda como oración principal, como
apódosis. En Canarias se prefiere el pluscuamperfecto de subjuntivo en lugar del condicional compuesto
en la apódosis de las oraciones condicionales: decir “si me hubiera visto me hubiera saludado” en lugar
de “si me hubiera visto, me habría saludado”, y es general al español de Canarias en todos sus niveles.
Se da también el uso de pluscuamperfecto de indicativo en la apódosis de las oraciones condicionales
en lugar de pluscuamperfecto de subjuntivo (“si él me hubiera avisado con tiempo, se lo había traído”
en lugar de “Si me hubiera avisado con tiempo se lo hubiera traído”). Se produce también que se usa el
pluscuamperfecto de indicativo en la prótasis como en la apódosis en lugar del pluscuamperfecto de
subjuntivo, exclusivo del nivel popular: “si lo habían operado, a lo mejor había escapado” en lugar de
“si lo hubieran operado a lo mejor hubiera escapado”.

- La categoría adverbio en el español de Canarias:


Una de sus características consiste en suprimir el índice de adverbialización –mente (“se le echa
agua hasta cubrirlo total”).

13/11/20
Otra peculiaridad es “entre, contra y mientras” en lugar de “cuanto” en cuanto a los adverbios
cuantitativos. Por ejemplo, en lugar “cuanto más come, más hambre tiene”, se sustituye esa frase
estándar por “entre más come, más hambre tiene”, o “contra…” o “mientras...”. Esta última es la más

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estándar y la que más se da en América y en canarias; la solución de “contra” se da mucho menos (en
la península se da mucho) y “entre…” es muy característica de México y de la provincia oriental.
El uso de entre en este sentido.
Se suele realizar “más nada”, “más nadie”, “más ninguno” en lugar de “nadie más”, etc. que
sería lo estándar.
Anteposición de los adverbios: “más”, “menos”, “mejor” o “peor”. Por ejemplo, “lo que menos
me gusta es” en lugar de “lo que me gusta menos...”.
La palabra “medio” es parte de los de “modo” que terminan en “mente”; en la frase “medio
dormido” ese medio es un adverbio. Cuando el adverbio medio va con un adjetivo que suele tener doble
terminación y número, el adverbio (que debe ser invariable) toma las terminaciones como en “ella es
media…” o “ellos son medios”…

- El sistema preposicional.
Se usa la preposición “contra” con el valor de “al lado de” o “junto a”.
El dequeísmo es uno de los factores más estudiados. Consiste en emplear la expresión de
delante de que en oraciones completivas o sustantivas de complemento directo, este fenómeno se da
sobre todo en los verbos de pensamiento y verbos de dicción. Este fenómeno está más arraigado en unas
zonas dialectales que en otras; por ejemplo, en el cono sur de América está muy arraigado; los
catalanohablantes cuando hablan en español incurren también en este hecho.
Preposición de antes de un infinitivo, conocido como deísmo; suele ocurrir con un grupo de
verbos muy delimitado: “ir”, etc; “pienso de ir”, “suelo de ir”...
La supresión de de desaparece por razones fonéticas, como en, por ejemplo, “un cuarto kilo
queso” o “el pico viento”. Cuando el fonema de no queda en posición se reconstruye la d de la
preposición de.
Utilización de ca como contracción de la palabra “casa” que se emplea en ejemplos de “voy ca
mi abuela”, “lo vi ca Luis”, que se corresponde con la preposición francesa de “chez”. Esta “ca” se ha
convertido en una preposición, no se ha oficializado aún.

19/11/20
Entre los hablantes de más edad, normalmente, iletrados, se suele dar la preposición “ende” y
“dende” con valor de “desde”. Tiene una valoración vulgar y popular.
En cuanto a las conjunciones, en el ambiente popular de Canarias, no se da el uso de “e” y “u”,
que evitan la cacofonía, estas son variantes de “y” u “o”. Esas cuatro conjunciones se quedan
simplemente en y y o.
En cuanto a las conjunciones adversativas, pero y mas... En Canarias, se registra un uso
adversativo de “lo cual” (“a mi mujer le gusta la televisión, lo cual a mi no…”).
Con un verbo en pasado omitido e lidiado, “lo que” también tiene valor adversativo (“me invita
a cenar todas las semanas, lo que yo no le hago caso”).
Se registra un uso conjuntivo que es transversal a todo tipo de hablantes independientemente
de su adscripción sociocultural que es “desde que” con valor de “posterioridad inmediata” en oraciones
como “desde que me ve, viene corriendo a saludarme”. En este caso se indica la posterioridad inmediata,
se podría parafrasea como “nada más verme…”.
Los pronombres interrogativos, a nivel popular, se suelen utilizar cuál, cuala, cualo. Esto
responde mejor a la naturaleza de correlación y a una no ambigüedad frente a la variedad culta.
Hay usos de dobles preposiciones («A por pan»”), construcciones como «Me se cayó», etc. son
construcciones que no se dan en Canarias con carácter general, aunque hay hablantes canarios que por
imitación de la norma y de las vicisitudes que se dan en el español peninsular.

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TEMA 5. El plano léxico del español de Canarias: léxico y fraseología de creación propia.
Arcaísmos. Americanismos. Guanchismos. Portuguesismos. Andalucismos. Otros aportes
léxicos: arabismos y anglicismos.
El léxico general del español “estándar” es compartido por el español de Canarias, de Caracas,
etc. y esto hace posible la intercomprensión y la comunicación. En todas las variedades, junto a este
léxico general se da un léxico adicional, un léxico diferencial. Este léxico diferencial es mucho mejor
que el léxico general.
Muchos dicen que no se deben explicar el léxico general separado del léxico particular, sino
que debe aparecer juntas en un diccionario integral. Esto es una tarea complicada. Por ello, cuando se
publican diccionarios de canarismos, se recoge el léxico que es particular o exclusivas porque las
generales ya se conocen.
Conviene decir que una parte considerable de las voces particulares canaria tienen que ver con
aspectos de la naturaleza y con la cultura. El léxico tiene una relación más estrecha con la “realia”, el
mundo real, con los deportes, con la flora, con la gastronomía, con los oficios, etc. Por ello, las palabras
se refieren a cosas propias o características de ese lugar.

La clasificación genética del léxico de Canarias es:


- Creación propia.
- Arcaísmos.
- Americanismos.
- Guanchismos.
- Portuguesismos.
- Andalucismos.
- Arabismos
- Anglicismos.
Cada uno de estos tiene un peso diferente dependiendo de la zona, de cada isla, de la edad de
los hablantes, la profesión de los hablantes, etc.

● El plano léxico del español de Canarias: léxico y fraseología de creación propia.


Las palabras o acepciones de palabras siguiendo los caminos generales de la lengua del español
para la creación general de la creación léxica. Es decir, la derivación y la composición. También los
procesos de metáfora y metonimia. Estas palabras son el producto de que los hablantes pusieran en
funcionamiento algunos de estos mecanismos o de varios mecanismos combinados. Por ejemplo,
“bufadero” que es un derivado de “bufar” y que por metáfora se toma esta palabra porque el mar entra
en las cuevas en la costa y crea este sonido similar al bufar.
Utilización de privado por ‘ilusionado’, que viene del español general, en el pasado se decía
“me quedé privado de la razón”; ahora solo se emplea “privado” con un uso positivo. En la palabra
“caldera”, femenino de “caldero”. Los cráteres se parecen fisiológicamente a un caldero y por ello estas
palabras. Esta palabra se ha internacionalizado. La palabra “gozar” («me gocé el paso del entierro» o
«me gocé la pelea») de la que se hace un uso metonímico, es decir, nada positivo que era el significado
normativo en el español general.
La palabra “malpaís” es una palabra compuesta. A veces, se ha dicho que procede del francés,
sea así o no; se acude a un adjetivo y a un sustantivo que se unen y crean una palabra nueva.

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● Arcaísmos:
En el pasado, cualquier creación idiomática en las zonas centrales tardaba a veces siglo en llegar
a zonas periféricas puesto que no existían los medios de comunicación actuales.
Por ello, en algunas zonas como Canarias, zona periférica o incluso ultraperiférico,
sobrevivieron palabras o fraseología que desaparecieron en las zonas centrales mucho tiempo antes
(“teoría areal” de Mateo Bartos)
Por ejemplo, “liviano” en sentido de “ligero” o persona que no es sensata. “Luego” en el sentido
de “pronto” (“tráeme esto, pero ven luego, no tardes”). La palabra “lomo” es un arcaísmo como
metáfora zoológica para aludir a la orografía. La palabra “alongarse” tiene que ver con “prolongar”, etc.
La palabra emplambrar en el sentido del fuego de una hoguera, en Gran Canarias, sobre todo.
Pararse, en el sentido de ponerse de pie se utiliza sobre todo en las islas menores. Mixturar en
el sentido de mezclar. “Arveja” en el sentido de guisante.

● Andalucismos.
Probablemente, la influencia del andaluz en Canarias se de más en el plano fónico y gramatical
que en el léxico puesto que cualitativo son inferiores a las cuestiones gramaticales y fónicas (razón del
seseo en Canarias, etc.)
El andaluz como variedad está insuficientemente descrito desde el punto de vista léxico.
Andalucía es una región compleja, el español de Andalucía ha sido descrito desde el punto de vista
gramatical y fónico, pero no tanto a nivel léxico en su globalidad, aunque hay algunos estudios de léxico
por provincias. De hecho, los diccionarios de las palabras particulares del andaluz están desfasados o
incompletos.
Así, su aportación es discreta. Por ejemplo, la palabra “afrecho” que son los cereales de trigo.
La “empleita” que es el aro para la elaboración de queso cuando está hecho de palma trenzada. La
palabra de “cigarrón” en el sentido de “saltamontes” cuando somos niños. “San Antonio” como el
insecto mariquita. “Burletero” en el sentido de burlón. “Zafado” en lugar de desvergonzado.
“Embelesarse” en lugar de “adormecerse”. “Zalamo” como la caballería. “Pescola” como punto de un
terreno. La palabra de “maceta” como “tiesto”

● Portuguesismos.
También conocidos como “lusitanismos”, etc. El pueblo portugués ha sido muy dado al mar, a
la inmigración, a la aventura y a conocer. Los portugueses venían a Canarias mucho antes de que
Canarias estuviera bajo el mando de la Corona de Castilla. En el siglo XVII, Portugal se separa de
España. Antes, la historia es muy intermitente, etc.
Entre los siglos XIV y XVII, el asentamiento de portugueses en Canarias fue importantísimo,
venían en calidad de maestros azucareros para trabajar, en calidad de carpinteros, en calidad de
agricultores, etc.
La influencia portuguesa fue importantísima, no solo los lingüistas acuden a la historia, también
los historiadores acuden a los portuguesismos (apellidos, léxico, etc.) como prueba de esta importancia
de los portugueses.
El portugués y el español son dos lenguas muy próximas genéticamente. Entonces, hay palabras
canarias que no se saben si atribuirlas al español general, al portugués, etc. Aun así, hay una influencia
enorme en el léxico de canarias. También hay peculiaridades de formas gramaticales y fónicas
procedentes del portugués.
Los especialistas cifran más o menos en 2000 las palabras de origen, inequívocamente,
portugués. Algunas están ya en desuso, algunas son tecnolectales (pesca, etc).
En cuanto a palabras del campo semántico del ámbito marino, la palabra “marullo” como
sinónimo de “ola”, “margullar” con sentido de “sumergirse en el agua” (esta también se utiliza en la

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agricultura), “maresia” o “marismo”, “callao” como “canto rodado” (estas terminaciones en “ao” casi
todas vienen del portugués), “seba” en el sentido de alga marina, “engodar” que es atraer a los peces…

20/11/2020
Sigue habiendo muchos apellidos de origen portugués.

● Guanchismos.
Es sencillo conocer qué nombres en Canarias tienen un origen prehispánico.
Hay, también, entre los guanchismos léxicos comunes, distintas parcelas. En la parcela de las
plantas autónomas, tenemos tabaiba, tajinaste, bejeque, etc. Cuando los peninsulares llegaron, no tenían
términos para referirse a estas plantas, y así sobrevivieron los términos guanches. Son frecuentes los
guanchismos que son zoónimos (que aluden a animales). Por ejemplo, perenquén, guirre, tamasma. En
el terreno de la alimentación, son frecuentes los guanchismos. El caso más emblemático es gofio, pero
no es el único. Tenemos tafeña, ñamame, juerca, etc. Otras palabras de origen guanche, de carácter
diferente, son talajague (para aludir al nervio central de la hoja de la palmera), tenique (como piedra
del hogar -rústico-), etc. Dentro de la ganadería, hay muchas palabras de origen prehispánico. La más
común es baifo, pero también caira (cairano, cairel, etc.), tafó, goro (como corral o pocilga), etc.
También son frecuentes los prehispanismos léxicos en el terreno de las vasijas: ganido, tofio (como
recipiente donde se ordena) tabajoste, tazufre, etc.
Están desapareciendo muchos topónimos de origen guanche.

● Americanismos.
La relación de Canarias con América ha sido ininterrumpida desde el “descubrimiento” de
Canarias. La influencia (lingüística) de Canarias en América fue mucho más determinante que la
influencia de América en Canarias. El habla antillana (Cuba) es una especie de subdialecto del dialecto
canario. Con todo, la influencia de América en Canarias en el plano lingüístico es importante. Esta
influencia se vehiculó a través de los emigrantes que retornaban. Podemos ver la fuerte influencia de
Canarias en América en la fuerte presencia de portuguesismos en zonas de América, siendo así que no
hay datos de influencia portuguesa en esas zonas. Pero también hay influencias en sentido contrario.
Las palabras papa y guagua son claras pruebas de ello.
Vienen de América palabras como guataca (un tipo de azada), chapear (machetear la caña de azúcar o
matar a alguien), maguén (el pitón de la pitera), arepa, bochinche, macana, machango, guanajo
(persona simple), botarete (en el sentido de persona ahorradora) pibe, vacilar (en el sentido de estar
de guasa) gandola (camión articulado), etc.

● Arabismos.
Se explican por nuestra cercanía a las zonas de África. Tenemos ejemplos como jaima (tienda
de campaña), tabique, majalulo (camello joven), guayete, jaique (vestido andrajoso), guachimán
(guardián de un muelle), etc.

● La fraseología general del español


Si digo «Matar dos pájaros de un tiro», estoy utilizando una expresión ya cimentada. Hay una
fraseología particular de cada dialecto. En Canarias disponemos de miles de unidades. Hay expresiones
o refranes que son sinónimos. Por ejemplo: «Una vez muerto el burro, cebada al rabo» y «Una vez el
conejo ido, palos a la madriguera». Igualmente, los hay que son antónimos: «Al que madruga, Dios lo
ayuda» y «No por mucho madrugar amanece más temprano».
La fraseología se comporta como se comporta el léxico simple. La fraseología es el componente
lingüístico más “vinculado a la cultura”, más contagiado de aspectos culturales. Muchos refranes se

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refieren a los realia, a los designata, propios del entorno. Se trata de un componente marcadamente
cultural.
En cuanto a las características generales de la fraseología de Canarias, está muy presente el
mundo campesino y el mundo marinero. «Írsele a alguien el baifo» es un ejemplo de esto. Más ejemplos
son «A toda vieja le llega su anzuelo», «echar un puñado de millo», etc.
El mundo religioso también es importante en el terreno de la fraseología. El arraigo cristiano
católico peninsular fue traído a Canarias y se quedó aquí, por lo que era inevitable. Por ejemplo, la
expresión «Porque Dios es grande», «Estar más enjoyado que la virgen de Candelaria», etc.
Expresiones alusivas a ritos (como la misa, el sermón, bautizo), lugares religiosos (iglesias, templos),
fechas (el San Martín, etc.), etc.
Los deportes autóctonos también han influido bastante. Por ejemplo, «A la voz de ya»
(expresión que viene del mundo de la lucha canaria, «Arráyate un millo», etc. Los topónimos, los
personajes populares, etc., son motivo de razón fraseológica. Por ejemplo, en La Laguna se dice «Ser
más viejo que la Cruz de Piedra», que, obviamente, es un fraseologismo que alude a algo antiguo.
También son muy comunes las voces arcaicas en la fraseología: Ser más viejo que el rescaldo» (rescaldo
es la forma antigua de ‘rescoldo’).
Es común en el español de Canarias que se primen determinadas parcelas, de forma que hay
“clichés” que luego se reproducen con ligeras variaciones. Por ejemplo, «Apúntalo en el libro verde /en
una barra de hierro / en una barra de brezo».

También es interesante el uso de disfemismos. Uso de palabras que restan nobleza a otras
palabras sinónimas. No es lo mismo pierna que pata; pata es el disfemismo de pierna. Me duele el
gaznate, en lugar de gargante. Este tipo de disfemismos es muy común en la fraseología general,
especialmente en el de Canarias. Por ejemplo, «estar más frío que las patas de un muerto», «tener el
hocico revirado», «este está jodido del tomate», etc.

En el español de Canarias es abundante la presencia de fraseologismos americanos,


especialmente de Cuba y Venezuela. Tenemos ejemplos de Cuba como «éramos pocos y parió Catana»,
«acabar con la quinta y los mangos» o «meter la Habana en Guanabacoa». Respecto a Venezuela,
aunque su influencia ha sido más modesta, tenemos ejemplos como «creer en pajaritos preñados», «ser
demasiado para el camisón de Petra», «echarle pichón a algo», etc.

27/11/2020
TEMA 6. Panorama lexicográfico del español de Canarias.
Hasta los años 50, el panorama de los estudios relativos al español de Canarias era bastante
desalentador. No había apenas obras en las que estudiar los caracteres del español de Canarias. La
primera obra emblemática en este campo es El español hablado en Tenerife (1956), de Manuel Albar
López. Es una obra de la metodología típica de la dialectología clásica, en que se describen los aspectos
gramaticales y léxicos, en este caso, de Tenerife. En 1976, dirigida por Gregorio Salvador, se publicó
una tesis doctoral muy importante, titulada El habla de los Silos. Todas estas obras tienen una parte
dedicada al léxico. En 1988 Manuel Almeida y Carmen Díaz Alayón publican El español de Canarias,
en el que dedican una parte a la vertiente léxica. En el mismo año, Antonio Lorenzo y Gonzalo Ortega
Ojeda publicaron El español en Canarias.
Hay que tener en cuenta los trabajos centrados en una isla. Por ejemplo, para la Palma tenemos
el trabajo de Juan Rgulo Perez (1968), y más recientemente, en 2003, publicado por el profesor Pedro
Leal Cruz. Para Gran Canaria, tenemos trabajos como Niveles socioculturales en el habla de Las Palmas
de Gran Canaria, de Manuel Alvar, el Habla rural en Gran Canarias de Almeida y Ojeda hizo una
especie de diccionario lexicográfico. Es importante la obra El español hablado en Lanzarote, de Manuel

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Torres Stinga. Más tarde, Marcial Morera publicó El habla tradicional de Fuerteventura en 1994. Para
la isla de La Gomera, Encarnación Tabares Plasencia publicó en 2006 el Vocabulario tradicional de La
Gomera. Para El Hierro, hay un viejo trabajo llamado El habla común de El Hierro, de Flora Lilia
Barrera Álamo. Más recientemente, hay un Diccionario del habla herreña, 1998, publicado por el
Ayuntamiento de frontera, cuya autora es Carlota Acosta Armas.
En cuanto a diccionarios más o menos generales, hay que citar el Tesoro lexicográfico del
español de Canarias (1992), hecho por Cristóbal Corrales, Dolores Corbella y María de los Ángeles
Martinez. En 1994, Antonio Lorenzo, Marcial Morera y Gonzalo Ortega Ojeda publicaron el
Diccionario de canarismos. En 1996, Cristóbal Corrales y Dolores Corbella publican el Diccionario
diferencial del español de Canarias, resultado de extraer las investigaciones correspondientes del
Tesoro lexicográfico. En el año 2000, Isabel Gonzalez Aillar y Gonzalo Ortega Ojeda publicaron el
Diccionario de expresiones y refranes del español de Canarias (DEREC). Este diccionario fue el
producto de un proyecto de investigación. A continuación vendría el Diccionario histórico del español
de Canarias, cuya última edición es de 2013 (este diccionario es consultable vía online). Es un
diccionario, en buena medida, etimológico. En 2001, aunque tiene alguna que otra edición reciente,
Marcial Morirera publica el Diccionario histórico-etimológico de Canarias. Isabel González de
Aguillar, a partir de su tesis doctoral, publicó el Diccionario ideológico del español de Canarias en
2004. En el año 2009, de nuevo por Cristóbal Corrales y Dolores Corbella, se publica el Diccionario
ejemplificado de canarismos. Este diccionario está un poco basado en las obras de Manuel Seco; solo
se han recogido palabras que han aparecido en la lengua escrita. Debemos citar, por supuesto, el
Diccionario básico de canarismos (2010).

TEMA 7. La valoración sociolingüística del español de Canarias. Algunos problemas


relacionados con la enseñanza de la lengua en el ámbito dialectal canario.
En Canarias existe un complejo lingüístico. Sin embargo, no es tan marcado como lo es en
Andalucía. Eso se debe a que el panorama dialectológico de Canarias no es tan complejo ni pronunciado
como en Andalucía.
Los complejos lingüísticos son individuales, y son consecuencias de un complejo de carácter
cultural. Los individuos que se saben poco cultos, tienden a desarrollar un complejo de carácter
lingüístico. El español de Canarias, desde el punto vista fonético, está bastante evolucionado en
comparación con español más conservador de la Península.
En Canarias, los profesores deben validar la norma culta de cada variedad. Los rasgos solo
populares, rasgos estigmatizados, no se deben legitimar desde el punto de vista escolar. El léxico, como
en otros lugares, está en detrimento. Estamos en una época de globalización y esto tiene un coste
lingüístico. Hay palabras que nunca desaparecerán. Actualmente, tanto la lengua como los hablantes
tan solo pueden adaptarse y naturalizar la realidad. Los profesores de cualquier dialecto del español
deben legitimar la norma culta de la región correspondiente. En cuanto a los aspectos gramaticales, hay
que validar la norma culta: la utilización del ustedes, la tercera persona, etc.
La mauyor parte de los errores que cometen los colegiales en el plano escolar están relacionados
con el seseo. Esto no conviene magnificarlo. A determinadas edades, es recomendable motivar a los
alumnos a leer. En cuanto al léxico, el canario está en regresión, excepto a aquel que es más designativo
(por ejemplo, la palabra ‘tabaiba’, que nunca desaparecerá). Hay un léxico más familiar, más empleado
por personas mayores, que está en una situación precaria.

31/11/2020
TEMA 11. El fonetismo del español de América.

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Se dejarán los temas 8, 9 y 10 para el final, porque son introductorios y cree que no le da tiempo.
Contexto lingüístico-histórico: (recomendación bibliográfica: artículo de Juan Miguel Lope Blanch,
publicado en la Revista de Filología Española, en el nº LXXII 72 del año 1992, titulado «La falsa imagen
del español americano»).

Hay cuatro rasgos principales que caracterizarían al español de América en lo que respecta al
fonetismo y al gramaticales y morfosintácticos y aspectos léxicos:
1. Notable uniformidad y homogeneidad.
2. Desde el punto de vista europeo, el español americano es mas conservador (especialmente
porque abundan los arcaísmos) que el español europeo.
3. Es un español más “avulgarado”, donde predominan los vulgarismos de todo tipo con respecto
al español europeo.
4. Es un español fuertemente influido por la modalidad lingüística andaluza.
Zamora Vicente, en relación con la idea de la homogeneidad, dice que “hay muchas menos
diferencias entre dos regiones cualesquiera de la enorme América por separadas que se encuentren que
entre dos valles vecinos de Asturias, por ejemplo”.

● El fonetismo del español de América:


En cuanto al vocalismo del español de América, igual que el vocalismo del español general,
está compuesto por cinco elementos. Para ningún sitio de América se ha podido documentar un
fenómeno como el del andalucismo en los mismos términos que este.
Los fenómenos se producen más destacados en las Antillas, como en República Dominicana.
En las sierras de Ecuador y Perú, entre la forma de pronunciar el español de la zona de costa y la zona
andina hay mucha diferencia, y se ha dado que hay hablantes, especialmente nativos del quechua, que
reducen las vocales del español a tres: la a, la i y la u, pero no es una característica de esas zonas, sino
de un grupo de hablantes simplemente.
Está bastante extendida la pronunciación nasalizada de las vocales, especialmente cuando están
en contacto con una consonante nasal, y más cuando es esta la que traba la sílaba, y afecta a la totalidad
de los hablantes en zonas como Puerto Rico o República Dominicana, pero especialmente en Cuba.
La tendencia a destruir hiatos para convertirlos en diptongos es más pronunciada en el español
de América, como en México.

El fenómeno más importante, con mucha diferencia, del español de América, se conoce como
las vocales caedizas o caducas del español mexicano. En 1921 Pedro Enríquez Ureña ya recogía este
fenómeno, igual que Lope Blanch.
Se distinguen hasta cuatro grados, que van desde la conservación absoluta de las vocales hasta
casi su total pérdida.
Se produce siempre en sílaba átona o contacto con –s, especialmente si la vocal está trabada
por una –s implosiva. Desfiguran bastante el significante, hasta que el oyente se hace a escuchar este
fenómeno. La vocal que menos acusa esta tendencia es la vocal a. También se ha registrado este
fenómeno en otras zonas, como el trabajo de G. Perissinotto: fonología del español hablado en la Ciudad
de México, ensayos de un método sociolingüístico. él asegura que el relajamiento vocálico no es
exclusivo del altiplano mexicano, ya que se ha documentado en El Salvador, en Perú, Bolivia, Ecuador,
Colombia y Argentina.

● EL CONSONANTISMO DEL ESPAÑOL DE AMÉRICA:


Las consonantes en posición prenuclear:

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Juan Zamora Munne y Jorge Guitart tienen un libro titulado «Dialectología hispanoamericana de la
editorial Almar en 1982».
Uno de estos rasgos es el seseo, o la realización de –d que se realiza con el alófono –z, y es
anecdótica. Otro fenómeno prenuclear es el yeísmo: no con la misma extensión que el seseo. Yeísmo
generalizado. En las zonas de la ye rehilada, sin embargo, encontramos zonas yeístas, zonas no yeístas
y zonas distinguidoras.
- La ye rehilada rioplatense. La / ž / es un fonema fricativo, prepalatal, sonoro, tenso y estridente (con
fuerte vibración de las cuerdas vocales). Dependiendo de las realizaciones, podemos distinguir hasta
cuatro zonas distintas de donde se da el rehilamiento:
Presencia de /y/ y rehilamiento en casos de / l̬ / etimológica. Este tipo de realización se da en
Santiago del Estero.
Rehilamiento en casos de /y/ etimológica y presencia de / l̬ / cuando hay una «ll» etimológica.
Este tipo de realización es poco frecuente, solo se da en algunas hablas conservadoras argentinas,
chilenas y bolivianas.
Rehilamiento tanto en casos de /y/ etimológica como en casos de / l̬ / y empleo de /y/ en palabras
que empiezan por [hie]. Este tipo de realización se da en En Buenos Aires.
Rehilamiento en todos los casos. Este tipo de realización se da en Montevideo.
Los dos últimos casos responden al fenómeno del yeísmo, mientras que los dos primeros
corresponden a la distinción.

04/12/2020
A excepción de en el primer caso, en ocasiones se da una variante sorda de la ye rehilada (/̬s/),
que es un fonema fricativo, alveolo-palatal, sordo muy parecido a la «ch» andaluza y a la «sh» del
inglés. Este fenómeno se denomina sheísmo y se da sobre todo en las nuevas generaciones.
Estadísticamente, es más habitual entre las mujeres que entre los hombres.
El yeísmo varía ligeramente en función del registro de habla, clase social, edad y sexo de la
persona. Aunque generalmente se considera que el yeísmo se da en Argentina y Uruguay, en ocasiones
este traspasa ligeramente los límites hacia Chile y Bolivia. Sin embargo, no hay riesgo de que se
desnaturalice la distinción entre «y» y «ch», pues esta última mantiene la pronunciación africada del
español y no adopta la pronunciación fricativa de la «ch» andaluza. Ej.: Mayo / Macho, Cacho / Cayo.

● La r y rr:
En algunos lugares, la /r/ simple en grupos de “tr” o “dr” se pronuncia con un sonido asibilido
en sitios como México, Perú, Paraguay, Bolivia, Costa Rica pero, sobre todo, en Chile se realiza una r
silbada en los grupos /pr/ o /br/. Este fenómeno se da sobre todo en el español de Chile entre personas
de niveles socioculturales bajos, aunque también puede darse entre los hablantes cultos en
conversaciones muy relajadas. Esta realización de la «r» asibilada también se ha registrado en España
en zonas como Navarra, Aragón, Álava y La Rioja. El segundo lugar donde es más llamativo es Costa
Rica.
El carácter asibilado de la «rr», en cambio, es mucho más general y se da en México, Costa
Rica, Guatemala, Chile, Perú, Paraguay, el este de Bolivia y el norte de Argentina.

10/12/2020
● La «ch»:
En América se dan tres posibilidades para la «ch»:
1. La /ĉ/ africada del español general, que es la variante dominante.
2. La /ŷ/ adherente o mojada canaria, que se da esporádicamente.

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3. La / š / fricativa andaluza, que se da en el español antillano y en algunos lugares de Cuba y
Chile, generalmente en contexto intervocálico.
Esta multiplicidad de alófonos se debe a la notable inestabilidad del orden palatal, pues el latín
no tenía consonantes palatales, estos fonemas se fueron forjando en las lenguas románicas, las cuales
se vieron obligadas a desarrollar estrategias para manifestar estos fonemas en la escritura.
● El fonema /x/:
Salvando algunos casos poco significativos, la realización general en América es la aspiración,
que confluye con la realización aspirada de la / s / implosiva de las tierras bajas, es decir, las tierras del
literal, tanto pacífico como atlántico. Ej.: Lo junta / Los unta. Baja a comer / Vas a comer. En los chistes
y en el lenguaje publicitario, a menudo se juega con este calambur para dar lugar a dilogías y juegos de
palabras.
Por razones contextuales y pragmática, estos calambures son bien interpretados, el contexto es
desambiguador.

● La d explosiva:
En posición intervocálica, desde el latín hasta el español actual, suele desaparecer esa “d”.
La mayor parte de las consonantes explosivas en Español se mantienen porque tienen un alto
nivel de rentabilidad fonológica. Así, el comportamiento de las consonantes explosivas es, en muchos
casos, comunes.

● El consonantismo posnuclear:
Juan Zamora Munné, dialectología americana (1982. Editorial Almar). à En esta obra, se
establece una dicotomía entre las modalidades del español con un consonantismo posnuclear débil
(tierras bajas de América) o fuerte (tierras altas).
De modo que podríamos decir que hay una sustancial correspondencia entre el consonantismo
posnuclear débil y las tierras bajas de América, por un lado; y el consonantismo posnuclear fuerte y las
tierras altas de América.
Enrique Sureña instituyo una especie de metáfora gastronómica: las tierras altas se comen las
vocales (vocales caedizas) pero no se comen las consonantes mientras que las tierras bajas operan a la
inversa.
Esto también pasa en Canarias, el Hierro posee un consonantismo posnuclear fuerte y Gran
Canaria posee un consonantismo posnuclear débil.

● Aspiración y caída de la /s / implosiva:


La conservación de la /s / (se mantiene) como [ s̜ ] predorsodental, fricativa, sorda (igual que
la que se da en Canarias, aunque en Canarias se aspira normalmente) se da sobre todo en el altiplano
mexicano, en todas las tierras altas de América central y en Santiago del Estero (en Argentina).
En el resto de los territorios americanos se da la aspiración y una cierta tendencia a la elisión
parecida a la que encontramos en Andalucía occidental. Sin embargo, la elisión absoluta se da en menos
de un 20% de los casos. Tiene que ver con la elisión de esta debido a cuestiones sintácticas y a la
segunda persona de algunos tiempos verbales.
Rosenblat dice que los hablantes de Mérida se ríen de los hablantes de Caracas por comerse las
/s/. Hay observaciones semejantes a esta en casi todos los países hispanoamericanos. Por ejemplo, en
Cuba se dice que el español de Camagüey es el mejor, el más conservador.

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En general en las Antillas, y especialmente en la República Dominicana, es donde más avanzado
se encuentra este proceso de debilitamiento de la /s/.
No obstante, en el cine, en los medios de comunicación y en contextos formales hay una
tendencia de restituir la /s/ como sibilante. También cabe destacar que en algunos hablantes se da un
polimorfismo, pues en unas ocasiones emplean la [s̜ ] sibilante y, en otras, la aspiración.

● Neutralización y/o pérdida de las «l» y «r» implosivas:


Hay varios casos posibles en cuanto a estas dos consonantes:
Estas dos consonantes, “l” y “r” se confunden. Geralmente, se produce a favor de la “l” y se
denomina “lamdbaisismo” o “lateralización”. Este fenómeno se da sobre todo en Las Antillas. V. gr..:
Saldina, amol, comel. Sin embargo, varía en función del contexto consonántico.
También se da a veces en favor de una “r”, rotacismo; pero, en muchas menos ocasiones.
Hay una solución intermedia: “r/l”, son dos consonantes muy próximas, hay variantes que
están a medio camino entre las dos realizaciones exactas.
En Cuba, por ejemplo, se ha dado un tipo de asimilación cuando la “l” implosiva está en
contacto con las oclusivas sonoras implosivas (b, d, g) o sonora (p, t, k). Se produce una especie de
reduplicación de la que le sigue ([pó’ke] («porque»), [pwé’to] («puerto»). En estas realizaciones
también hay un golpe glotal. A nivel estadístico, cuando más ocurre es en la serie de oclusivas sonoras.
La “r” puede caer también. Por ejemplo: tajeta, Segio.
Aspiración de «r» ante «n» y «l». Al igual que en Canarias y Andalucía. Es decir, se cae la
“r”. Ej.: Piehna, Cahlo. Este fenómeno se da principalmente en Las Antillas, en las hablas populares del
español de Chile y en las zonas costeras de Perú, Ecuador y Colombia.

La «n» implosiva
En muchas regiones de América, la «n» se realiza como velar en vez de alveolar. Normalmente
esta realización se da en posición final de significante, final de texto o después de pausa. Ej.: [balkóŋ],
[paŋ]. Este fenómeno se da sobre todo en Cuba.
En algunas zonas Antillanas, esta realización alterna con la omisión absoluta de la “n” que
hace que se contamine de nasalidad la vocal anterior inmediata.
Debido a la influencia del sustrato maya (lengua amerindia viva hoy en día), en Yucatán se da
una pronunciación bilabial de la «n» implosiva, especialmente en posición final de palabra. Ej.:
[balkóm].

TEMA 12. Principales rasgos gramaticales del español de América. Morfología nominal,
pronominal y verbal. El voseo.
Principales rasgos gramaticales del español de América.
En los sustantivos, encontramos algunas diferencias respecto al español europeo. Ej.: Llamado,
en lugar de ‘llamada’, planteo por ‘planteamiento’, mudada, en lugar de ‘mudanza’, etc.
Gentilicios con sufijos propios de las lenguas amerindias. Ej.: «-eco/a» (del náhuatl):
Guatemalteco, yucateca.

Morfología nominal, pronominal y verbal.

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● Sufijos diminutivos:
El español es una lengua muy rica en diminutivos, pero estos se especializan en función de las
distintas áreas dialectales.
Las formas más comunes en el español de América son las acabadas en «-ito/-a».
Pero también son comunes las formas en «-cito» (interfijjos), también en las palabas acabadas
en “n”, palabras bisílabas, que tengan diptongo en la primera silaba o que termine en fonema -e. Ej.:
Florecita, parquecito, tiernecito, barquecito, montoncito. Aunque en el español de Argentina no está tan
generalizado, puesto que se suele utilizar “ito”: “viejito” o “viajito”.
Empleo de las formas en «-cillo/a», aunque con un matiz más despectivo. Ej.: Panecillo,
cachillos.
En los países del Caribe, y especialmente en Colombia, Cuba, Costa Rica, República
Dominicana y Venezuela (NO en Puerto Rico) se emplean las formas «-ico/a» por disimilación cuando
la palabra termina en «t-» o «tr-» (para evitar la cacofonía). Ej.: Momentico, cartica, zapatico, potrico,
chiquitico, postrico, galletica.
En España, en Andalucía, en Almería, se utiliza en el diminutivo “ico” pero no para evitar la
cacofonía sino como una forma más.
(Artículo de Amado Alonso sobre el diminutivo en diferentes lugares de España y sus diferentes
usos)
Los usos de los diminutivos a veces son eufemísticos (gordito, etc), a veces son descriptivos
(sillita).
Hay una particularidad para América: es muy común extender el uso de los diminutivos para
los adverbios. V. gr.: Ahorita, ahoritita, casito, detrasito, cerquita, lejitos, aquicito... Tiene algo de
hiperbólico, de exageración. Este problema es semejante morfológicamente al del «-ísimo»; v. gr.:
lejísimos, cerquísima, bienísimo. E incluso para los verbos, especialmente en los gerundios. V. gr.:
Callandito, comiendito.

11/12/2020
Dentro de los diminutivos, cabe señalar que en algunos lugares de América utilizan las formas
incluso en los verbos. Es común el uso de los diminutivos en los gerundios, que tienen un
comportamiento muy próximo al de ciertos adverbios. De esta forma, se dicen cosas como estoy
comiendito, salió callandito (en el sentido de ‘salió calladamente’), etc.

Sufijos de carácter gentilicio, como -eco, -eca, en casos como guatemalteco, yucateca, etc.

● Pronombres:
Tanto los tónicos como los átonos suelen presentar diferencias notables. Desde el español de
América tienen bastante interés los que tienen que ver con el tratamiento. Hay muchos elementos
sociológicos implicados en el tratamiento, por lo que no tienen nada de particular que este dé mucho de
sí en el panorama dialectológico. Sin embargo, antes de indagar en esto debemos hacer una serie de
distinciones conceptuales previas:
1. Hay formas de tratamiento pronominal (usted, tú, vos, vosotros, ustedes…) y formas de tratamiento
nominal (Papá, jefe, pibe, compañero…).
2. Hay formas de tratamiento denotativas (tío, tía…) frente a formas de tratamiento connotativas (tití,
que es como llaman los niños a sus tíos o tías). Esta distinción solo se da en las formas de tratamiento
nominales.

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3. Hay que distinguir cuando utilizamos las formas de tratamiento en sentido apelativo (para dirigirnos
a una persona) respecto del uso de las formas de tratamiento en función narrativa (cuando, hablando
con alguien, nombramos a una tercera persona, que no está en el coloquio).
4. Hay que establecer una distinción entre formas de tratamiento de solidaridad (que son las que se
establecen entre iguales) y formas de tratamiento de poder (relaciones entre no iguales, jerárquicas). Si
decimos «Juan, ¿qué te pasó?», se trata de una relación entre dos iguales, dos personas que están a la
misma altura. Sin embargo, si decimos «Don Juan, ¿qué le ocurrió?», vemos que hay una relación
jerárquica, entre no iguales. Como dato, es importante saber que cada generación de hablantes tiene sus
propias formas de tratamiento.
Una vez hechas estas distinciones, abordaremos uno de los grandes fenómenos en le español de
América: el voseo.
El voseo es el uso del pronombre personal de segunda persona del plural vos con el valor
referencial de tú. Se emplea un pronombre del plural para aludir a un singular. La mayor parte de los
países latinoamericanos son voseantes.

Los pronombres que tienen que ver con el tratamiento se consideran de tratamiento aunque sean
de tercera persona. También tenemos problemas con el usted, que es la lexicalización de vuestra
merced.

- Términos referidos al tratamiento pronominal en América:


En América existe un tuteo que se opone a un “ustedeo”. Pero existe también un tuteo opuesto
a un voseo. Por ejemplo, el tuteo que se da en México y Perú, en la medida en que no es voseo, se opone
al propio voseo. México, así, sería un país doblemente tuteante: se opone al ustedeo y al voseo. El
ustedeo tendría dos acepciones: en primer lugar, el uso del ‘usted’ por encima del tú o el vos; y, en
segundo lugar, el empleo de ‘usted’ (con valor de tratamiento de confianza) para casos en que el resto
del mundo hispánico emplea el ‘tú’. Se puede profundizar en estos valores a través del trabajo de Miguel
Calderón Campos, de la Universidad de Granada, llamado «Formas de tratamiento», que, en realidad
es el capítulo de un libro colectivo publicado por la Universitat de València, y coordinado por Milagros
Adeza Izquierdo y José María Enguiza Utrillo, llamado La lengua española en América: normas y uso
actuales.

17/12/2020
Existe un voseo verbal: una concordancia en el verbo con ese pronombre de segunda persona.
Para ir acotando el asunto, hay que decir que en América hay tres grandes zonas en cuanto al
uso de la 2ªa persona del singular: en 1º lugar una América tuteante (diríamos México y Perú, sobre
todo); en 2º lugar habría una América voseante (que solemos identificar con Uruguay y Argentina, pero
que, en realidad, es mucho más amplia); y , finalmente, una 3ª zona, que podríamos llamar la América
tuteante-voseante (representada, por ejemplo, por Nicaragua), en la que el ‘tú’ ocupa un lugar
intermedio en tratamiento entre el vos y el ‘usted’. ‘Vos’ sería la forma de tratar a un igual -a un familiar,
un conocido, etc.-, luego habría un ‘tú’, que estaría a medio camino entre el ‘vos’ y el ‘usted’, de respeto.
Además de esto, en América hay zonas VV -voseo completo-, es decir, zonas en que habría
tanto un voseo pronominal como un voseo verbal. Por ejemplo, zonas donde se emplean formas
como vos tenés o vos cantás. Sería el caso, por ejemplo, de Argentina y, en buena medida, de Uruguay.
Luego habría zonas VT -voseantes en el pronombre pero tuteantes en el verbo-. En estas zonas de
voseo exclusivamente pronominal pero no verbal, la forma arquetípica sería vos tienes o vos cantas.
También se da este tipo de voseo (VT) en zonas rurales de la costa y de la sierra de Ecuador. También
se dan en las provincias argentinas de Santiago del Estero y Tucumán. Hay que hacer la salvedad de

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que este voseo son las minoritarias dentro del mundo del voseo y, en todo caso, en estas zonas (de
Bolivia, Ecuador y Argentina) las formas del imperativo tienen un comportamiento peculiar, pues sí
que son voseantes. Finalmente, habría un voseo parcial, TV, no hay voseo en el sujeto pero sí en el
verbo. Así, tendríamos tú tenés o tú cantás. Este voseo se da en zonas de Uruguay y en Chile. También
se registra este voseo (TV) en zonas como Guatemala, Honduras y otros países centroamericanos, como
El Salvador.
Hay una contravención, pues, en el famoso principio de la concordancia entre sujeto y verbo
(en número y persona).

- El paradigma pronominal voseante:


A diferencia de lo que ocurre en el paradigma verbal voseante (que veremos más adelante), el
paradigma pronominal voseante es el mismo para todas las zonas voseantes de América. Además, el
paradigma pronominal voseante es híbrido. Esto significa que es un paradigma en el que se registran
casos de segunda persona del plural (representados por el mismo ‘vos’), pero también en el que se
registran formas de la segunda persona del singular. Se registran formas de segunda persona del singular
para la función sintáctica del sujeto (v. gr.: vos tenés), término de preposición (v. gr.: mañana salgo con
vos), y cuando es término de comparación (v. gr.: a mí, como a vos, me gusta mucho la cerveza). Ahora
bien, cuando la función sintáctica es un acusativo, un dativo o un pronombre reflexivo, la forma
correspondiente del pronombre no es ‘vos’, sino ‘te’ (v. gr.: vos te ofendés fácilmente). Tampoco se
emplean las formas de segunda persona del plural, sino las correspondiente de segunda persona del
singular para el posesivo. No se dice «Vos llevás vuestro auto», sino «Vos llevás tu auto».

- Paradigma verbal voseante:


De la misma manera que en el paradigma pronominal voseante, el paradigma verbal voseante
es mixto. La diferencia está en que el paradigma verbal voseante no es uniforme para todas las zonas
voseantes de América. Con carácter general, habría que decir que las formas de imperativo tienen su
comportamiento casi autónomo. Las formas de imperativo de las zonas voseantes pierden la /d/ final,
característica de la segunda persona del plural. No se dice ‘temer’, sino temé; no se dice ‘partir’, sino
partí.
Muchas formas verbales del voseo han sufrido una monoptongación. Es decir, el diptongo
existente en las formas etimológicas, tradicionales, se pierde, transformándose en una monoptongación
tónica. Así, un argentino no dice ‘cantáis’, sino cantás.
Donde más claramente se percibe el comportamiento voseante de ciertos hablantes respecto a
la conjugación verbal es en el presente del indicativo y en el presente del subjuntivo.

Dentro de la enorme casuística que hay en el uso de los verbos en las zonas voseantes, debemos
crear tres zonas: zona I, zona II y zona III. A su vez, propondremos las formas del presente del indicativo
a las formas del presente del subjuntivo.
La zona I (representada por algunas zonas de Chile y de Cuba): voseo diptongado -o no
monoptongado-. Según este primer tipo de voseo verbal, habría, respecto a la primera conjugación, -áis
(presente del indicativo), que se opondría a -éis (presente del subjuntivo): cantáis frente a cantéis.
Respecto de la segunda conjugación, -eis (presente del indicativo) frente a -áis (presente del subjuntivo).
Respecto de la tercera conjugación, se opondría -ís (presente del indicativo) frente a -áis (presente del
subjuntivo).
La zona II (mayoritario de la zona voseante). Los tipos de oposición son: en cuanto a la primera
conjugación, tenemos -ás (presente del indicativo) frente a -és (presente del subjuntivo). En la segunda
conjugación, se oponen -és (frente a -ás (presente del subjuntivo). Según la tercera conjugación,
encontraríamos -ís (presente del indicativo) frente a -ás (presente del subjuntivo).

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La zona III. En la primera conjugación encontramos -ái [s] (presente del indicativo) frente a -ís
(presente del subjuntivo). En la segunda conjugación se opone -í [s] (presente del indicativo) frente a -
ái [s] (presente del subjuntivo). Según la tercera conjugación, se opone -í[s] (presente del indicativo) a
-ái [s] (presente del subjuntivo).

18/12/2020
En Argentina, como se insiste escolarmente en que no pronuncien la -s final en las formas de
‘tú’ (hicistes, crecistes, etc.), lo han interiorizado y han dejado de hacerlo.

En cuanto al futuro, también hay una casuística. Podemos encontrar hasta cuatro formas: vos
tomarás, vos tomarés, vos tomarís y vos tomaréis. Este polimorfismo se ve matizado por el hecho de
que en América se ha ido imponiendo el llamado futuro perifrástico, que consiste en el verbo ir + a +
infinitivo.
Una pregunta de examen podría ser «¿En qué tiempos verbales se percibe más claramente el
comportamiento voseante del paradigma verbal del español en América?».

Se emplean verbos respectivos. Se emplea, por ejemplo, el verbo ‘tutear’, el verbo ‘vosear’ (v.
gr.: ellos se vosean) y se ustedean.

Hay hasta cuatro usos posibles del ustedeo:


1. El uso de ‘usted’ frente a ‘tú’ (que es el que empleamos en Canarias).
2. El uso de ‘usted’ frente a vos. Por ejemplo, en Argentina hay un ‘vps’, que indica confianza, y
luego hay un ‘usted’ que implica respeto, alejamiento.
3. El uso del ‘usted’ cuando este uso invade el uso de ‘tú’ (y a veces lo invade tanto que desaparece
el uso de ‘tú’).
4. El uso de ‘ustedes’, que excluye el uso de ‘vosotros’. Este también es un ustedeo, aunque de
plural.
De estos cuatro ustedeos, los sociolingüistas especializados solo consideran ustedeo el tercero:
cuando el ‘usted’ invade la esfera del ‘tú’.
En las zonas en las que existe ustedeo, aunque no invade la esfera del ‘tú’, hay distintas
situaciones, pero el ‘tú’ no desaparece como tal.

- Las formas ‘ustedes’:


En toda Hispanoamérica la forma preponderante es la forma ‘ustedes’, con ausencia del
vosotros. Sin embargo, hay que decir que, en los discursos solemnes, que, en cierta forma, “imitan” el
estilo español, se usa en ocasiones la forma ‘vosotros’. Más interesante todavía es la cronología del
‘ustedes’ en América. El uso del ‘ustedes’ en detrimento del ‘vosotros’ en América es “del otro día para
acá”. En el s. XIX, se empleaba la forma ‘vosotros’, por ejemplo, en el himno nacional.
Se podrían estipular varias razones del porqué de optar al ‘ustedes’. En primer lugar, la
distinción entre ‘tú’ y ‘usted’, en el singular, es mucho más rentable (lingüísticamente) que en plural.
Esto es así porque es más común que un hablante se dirija a una sola persona a la que tiene que respetar
que a un grupo de personas a las que tenga que respetar. Las formas vosotros empezaron, en
determinado momento, a identificarse con lo español. Así, mediante un proceso inconsciente, en
América, la ruina del ‘vosotros’ se entendió como un proceso de independencia.

- Pronombres átonos de tercera persona (lo, los, la, las, le, les):
Con carácter general, se puede afirmar que los fenómenos del leísmo y laísmo no se dan en
América. Sin embargo, en ciertas zonas de Ecuador, Perú, Paraguay, Puerto Rico y México, puede

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hablarse de un uso leísta de los pronombres ‘le’, ‘les’. En estas zonas se usa el leísmo, pero siempre es
un leísmo tanto en sustitución de ‘lo’ como de ‘la’ (por lo que es diferente al que se usa en la Península
Ibérica’. Se trata, pues, de un leísmo no homologable al peninsular; es un leísmo indistinto respecto del
género. V. gr.: «Vi a Juan, le vi» o «Vi a María, le vi». EL Leísmo que se da en Paraguay es un leísmo
que sirve para el masculino como al femenino, y también sirve tanto para el plural como para el singular.

● Los posesivos (las formas posesivas en América):


Son un capítulo de los pronombres personales; son las formas pertenecientes al genitivo de los
pronombres personales. Completan el paradigma de los casos de los pronombres personales. En
América, como en Canarias, hay preferencia por las formas analíticas del posesivo ‘de él’, ‘de ella’, ‘de
ellos, ‘de ellas’, ‘de ustedes’; y solo se emplea ‘su’ o ‘suyo’ para usted o ustedes. Por analogía, en
América es más común ‘de nosotros’) en lugar de ‘nuestro’. Los únicos usos del posesivos son: primera
persona del singular, ‘mi’; ‘tu’, para la segunda persona del singular; ‘su’ (solo para ‘de usted’); ‘de
nosotros’, para la primera persona del plural; y ‘de ellos’ o ‘de ellas’, para la tercera persona del plural.
También podemos encontrar el uso del artículo con valor posesivo. V. gr.: «Vi a Juan con la
esposa», en lugar de ‘Vi a Juan con su esposa’.

07/01/2021
Una pregunta de examen podría ser: ¿El sistema pronominal de tratamiento en América ha
evolucionado con el paso del tiempo? Claro que sí. Como sabemos, las formas vosotros eran normales
en América hasta finales del s. XIX.

Siguiendo con los pronombres átonos de tercera persona, en América es común el uso de ‘el’
por ‘les’. Así, veríamos «le decimos a ellos», en lugar de ‘les decimos a ellos’. Es un uso muy arraigado
en América. Otro uso muy extendido es el empleo de se los, se las, en lugar de ‘se lo’ y ‘se la’. «Les di
la fotocopia a los alumnos, se las di», en lugar de ‘se la di’.

En cuanto a los posesivos, en América optan por la forma analítica, sobre todo en las terceras
personas, de él , de ella, de ellos y de ellas etc, en lugar de su. Eso arrastra a tipos como de nosotros,
en lugar de ‘nuestro’. También son comunes las construcciones como el carro mío, en lugar de ‘mi
carro’. Hay otra construcción basada en anteponer el pronombre personal sujeto en relación con el verbo
en oraciones interrogativas y exclamativas. Usos del tipo qué tú crees, en lugar de ‘¿qué crees?’, o ‘¿qué
crees tú?’; o ‘¿cuándo tú te vas?’, en lugar de ‘¿cuándo te vas?’ o ‘¿cuándo te vas tú?’. Este uso se ha
relacionado con una influencia del inglés. Esta construcción es particularmente frecuente con la forma
tú, pero no es exclusiva, también se usa con formas como él, ella, etc.

● Los verbos:
1. Al menos en las zonas no voseantes no existe la segunda persona del plural en las formas verbales.
En México y Perú, las formas cantáis o cantás no existen. En la zona de voseo donde además existe
voseo verbal, sí que hay segunda persona del plural, aunque esta, muy a menudo, esté ligeramente
modificada a través de las famosas monoptongaciones.
2. Otra particularidad verbal es el uso peculiar del pretérito indefinido y del pretérito perfecto, más o
menos a la manera en que se emplean en Canarias. Es decir, que se emplea el pretérito simple o
indefinido para acciones puntuales pretéritas (pasadas) que pertenecen a un pasado ajeno al ahora, al
presente. En cambio, el pretérito perfecto se utiliza en América para expresar acciones reiteradas que,
habiéndose iniciado en el pasado, se prolongan hasta el presente. Un ejemplo del primer caso sería
«Ayer llovió mucho» (acción puntual, acabada ya); y un ejemplo del segundo caso sería «Este año ha

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llovido poco» (parece como si se hiciera una especie de barrido hasta el presente). Si decimos «Yo
nunca he estado en México» se deja abierta la posibilidad para el hablante de visitar México. Si se dijera
«Yo nunca estuve en (o fui a) México» parece quedar cerrada la posibilidad de ir.
Es interesante que, en Argentina y Uruguay, como ocurre en Galicia, prácticamente se ha
suprimido el pretérito perfecto, y solo se emplea el indefinido. El hablante no lo expresa
lingüísticamente, sino que lo deja a la interpretación pragmática.
3. Otra característica respecto al sistema verbal en América es la decadencia de los futuros, que no es
exclusiva del español de América. Hay decadencia de los futuros, sin duda, en los usos del subjuntivo.
Otra cosa son los futuros del indicativo. El terreno, gramaticalmente hablando, de los futuros se lo ha
ido “comiendo” el presente histórico del indicativo y el llamado futuro perifrástico. Por ejemplo, en
lugar de ‘Mañana estudiaré la lección’, usan «Mañana voy a estudiar la lección». Algunos autores dicen
que ese proceso, esa tendencia a eliminar los futuros morfológicos, está más avanzado en América que
en España. Por supuesto, este futuro está en decadencia, pero no significa que haya desaparecido.
4. Respecto de las formas en -se (hubiese, cantase, viniese) o -era (hubiera), los hispanoamericanos
prefieren claramente las formas acabadas en -era.

5. Otro fenómeno que se da en el sistema verbal es que las formas verbales del llamado futuro hipotético
del subjuntivo (v. gr.: hubiere venido), aún se conservan en algunos países de América. En zonas como
Colombia, sierra de Ecuador, Puerto Rico, etc., se conservan aún, en el habla (no en el lenguaje ritual o
la lengua escrita) las formas viniere o hubiere venido.
6. Dentro de los verbos cabe señalar un fenómeno propio de algunas zonas del español de México (no
de todo México): para los verbos de la 3ª conjugación (los terminados en -ir: partir, salir...), se registran
las formas partemos y salemos para el presente del indicativo. Esta particularidad tiene un propósito
diacrítico, diferenciador.

● Los adverbios:
1. Son comunes en el español de América las construcciones más nada, más nadie, más nunca y más
ninguno.
2. Está bastante generalizada en América el empleo de adjetivos como si fueran adverbios. Es decir, lo
que podríamos llamar el uso adverbial de adjetivos. En lugar de ‘crecía fácilmente’, dicen «Crecía
fácil».
3. Uso de recién (en el sentido de ‘hace poco que’), especialmente en el Cono Sur americano: «Juan
recién terminó la carrera», en el sentido de ‘Juan hace poco terminó la carrera’.
4. Es muy común, está prácticamente generalizado, el uso adverbial de medio como si se tratara de un
adjetivo. Es decir, concertándolo en género y número con el adjetivo que le acompaña, etc. En lugar de
‘medio dormida’, «media dormida»; en lugar de ‘medio avispados’, «medios avispados»
5. Uso de acá, en lugar de ‘aquí’.

● Las preposiciones:
1. Existe una peculiaridad preposicional, que consiste en el empleo de la preposición a en lugar de en,
con verbos de movimiento (entrar, meter, etc.). «Métanlo al cuarto», en lugar de ‘Métanlo en el cuarto’;
o «Ingresar a Europa», en lugar de ‘Ingresar en Europa’.
2. Encontramos otra particularidad que afecta a la preposición hasta, con usos del tipo «Hasta hoy
empecé a trabajar». En América Central, Venezuela y México, esta construcción es muy común. Es un
Hasta en el sentido de ‘hasta no’.

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3. Debemos registrar el caso del llamado queísmo, que consiste en la omisión (no utilización) de la
preposición de delante de un que. V. gr.: «Me di cuenta que...», en lugar de ‘Me di cuenta de que…’; o
«Dudo que…», en lugar de ‘Dudo de que…’.
4. Es muy común en América el llamado dequeísmo, que consistiría en utilizar ociosamente una de
delante de un que, cuando lo normativo es no hacerlo. Se da sobre todo con verbos como ver, decir,
pensar, creer, opinar, etc. Verbos, pues, de pensamiento y de dicción. Se debe tener cuidado con este
aspecto, pues hay casos en que un verbo, normativamente, puede llevar un que o un de que. Por ejemplo,
podemos decir «Me alegra que vengas», pero si en lugar de emplear el verbo en tercera persona, lo
empleamos en primera, debemos decir «Me alegro de que vengas».

● Particularidades gramaticales:
1. En américa no funciona la oposición nosotros/nosotros, sino que se emplea el nosotros. Tiene que
ver algo el uso

2. Uso de los en lugar de nos. Esto no suele remitir a ambigüedad por razones contextuales. «Los vio»
(refiriéndose a nosotros), en lugar de ‘nos vio’. Como consecuencia de este, se emplea los otros, en
lugar de ‘nosotros’.
3. Uso del falso posesivo, que está muy arraigado en Argentina. V. gr.: En lugar de ‘Detrás de él’, se
dice «Detrás suyo»; o en lugar de ‘detrás de mí’, «detrás mío».
4. Uso de quien en lugar de quienes. Por ejemplo, uno, al referirse a varias personas, dice «Esto es para
quien de ustedes quiera asistir», en lugar de ‘para quienes de ustedes quieran asistir’.
5. En el español de América, especialmente en el nivel popular, son frecuentes las formas nadien y
naide, en lugar de ‘nadie’. Evidentemente la forma nadien es una forma analógica respecto de ‘alguien’.
6. Las formas llamadas metatónicas (cambio en la sílaba acentuada) del tipo váyamos, cáigamos,
llévemos, etc., en lugar de ‘vayamos’, ‘caigamos’, ‘llevemos’, etc., son comunes en el español popular
de prácticamente toda América.
7. Uso de las formas llevábanos, saltábanos, etc.; o sea, las formas terminadas en nos en lugar de mos.
8. Las formas en -stes, como llamastes, cantastes, vinistes, también están ampliamente documentadas
en el español de América. También las formas vinites, cantates, salites, en lugar de ‘viniste’, ‘cantaste’,
‘saliste’.
9. Formas analogicas demen, en lugar de ‘denme’; delen, en lugar de ‘denle’; vayasen, en lugar de
‘váyanse’; etc. Hay una metátesis de la n que, debiendo ir delante en el pronombre enclítico, se pospone
respecto de ese pronombre.
10. Formas analógicas quedré, en lugar de ‘querré’, que están ampliamente documentadas en el español
de América.
11. Las formas haiga y vaiga también están muy documentadas.
La llamada y epentética (la consonante ye metida en medio de un significante, normalmente para
destruir un hiato) es muy común en Américo. V. gr.: riyéndose, en lugar de ‘riéndose’; huyir, en lugar
de ‘huír’; friyendo, en lugar de friendo’; etc. Por ultracorrección, se encuentran formas como leendo, en
lugar de ‘leyendo’.

08/01/2021
TEMA 13. Principales componentes del léxico del español de América. La adaptación léxica.
La influencia indígena. Léxico rural y urbano. La influencia de otras lenguas.
El léxico del español de América, en buena medida, es compartido con el resto del mundo hispánico.
También, por supuesto, hay léxico específico, particular. Los panamericanismos son muchos, y muchos
de ellos, con el tiempo, se han convertido en palabras del español general.

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● Observaciones previas:
El primer contacto de los españoles con lenguas es en lo que hoy llamamos Las Antillas, donde se
toparon con lenguas como el arahuaco, el caribe, el taíno, etc., y ya, desde ese momento, muchas
palabras de ese origen fueron incorporadas al español y luego se generalizan a todo el subcontinente
hispanoamericano. En América se adoptó un procedimiento de modificación de palabras y, en lugar de
usar la palabra que empleaban originalmente, ‘zopilote’, acabaron empleando gallinazo. El español,
pues, se adapta a esa nueva realidad y la aprehende, la capta. Al mismo tiempo, al haber un predominio
de conquistadores andaluces y extremeños, en esa «koinée antillana» (el español que se formó esos
veintitantos años en las islas del Caribe) predominaban los elementos andaluces y occidentales, en
general.
Un aspecto donde claramente se impone el elemento metafórico en el español de América es la
vertiente fraseológica. La fraseología americana es riquísima. V. gr.: «Este café pasó por Santa Clara»,
cuando un café está demasiado claro; o «Intentar meter la Habana en Guanabacoa», cuando se intenta
meter algo grande en un espacio pequeño; etc.
Otra característica que llama la atención es la riqueza léxica que tienen asociadas ciertas
nociones. Hay nociones que tienen casi que una palabra distinta para cada país de Latinoamérica. Al
millo se le dice choclo en el Cono Sur americano, mientras que en otras zonas lo llaman ‘maíz’ y en
otras ‘millo’.
Hay una notable unidad en el léxico hispanoamericano. Cualquier español o hispanoamericnano
puede circular por América entendiéndose y haciéndose entender. Hay que tener en cuenta, a su vez,
que todos los hablantes tenemos una competencia léxica activa y una competencia léxica pasiva, en la
que figuran palabras que empleamos pero no entendemos.
Por supuesto, no hay que tener en cuenta las alarmas de aquellos que dicen que el español se
puede estar fragmentando. Eso es ridículo.
Otro patrón que funciona mucho en el español de América es la adopción de extranjerismos,
especialmente de anglicismos.

● Influencia de las lenguas amerindias (o indoamericanas)


Hay un libro del filólogo Antonio Tovar llamado Catálogo de las lenguas del sur, donde señala
la existencia una serie de lenguas vivas e independientes de la hispana, además de bastantes lenguas ya
desaparecidas.

- Recorrido por las lenguas amerindias para ver cuáles han influido más en el español general:
Las lenguas con las que establecieron contacto de manera inicial en la etapa antillana los
conquistadores fueron tres: arahuaco, taíno y el caribe. De esas lenguas provienen muchas palabras que
se han generalizado en el español.
+ Por ejemplo, en cuanto al arahuaco, tenemos: canoa, cayo (pequeña isla rasa), comején, iguana,
jutía (cierto roedor), guanajo, güiro, batata, etc.
+ En cuanto al taíno, tenemos: huracán, sabana, manigua (terreno cubierto de maleza, medio
selvático), conuco (plantación pequeña), canei, bohío (choza con techo de palma), barbacoa,
hamaca, macana, haba (cesto), cacique (jefe), jicotea (tortuga), yuca, maíz, ají (guindilla,
pimienta), maní, mamey, guanábana, maguey, caoba, etc. Hay, también, posibles tainismos,
como: tabaco, caubia, etc.
+ En cuanto a las voces de la lengua caribe, tenemos: caníbal, piragua, manatí, caimán, colibrí,
etc.

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14/01/2021
Con lo que respecta a las lenguas del continente, debemos señalar el influjo de las principales
lenguas, las más robustas, que aguantaron el envite del español y sobrevivieron. Estas lenguas son:
+ Náhuatl: es también conocida como ‘mexicano’. Es la lengua amerindia más utilizada en México (tres
millones de hablantes nativos). Son palabras náhuatl galpón (especie de nave -industrial-), jícara (vasija
hecha de calabaza), petaca (caja hecha de cañas), huacal, mecate (cordel), papalote (cometa),
chapapote (una especie de alquitrán), amate (corteza fina de cierto árbol), huipil, chocolate, tequila,
chicle, guajolote, coyote, zopilote, cacahuete (o cacahuate, para referirse al maní), olote, chayote (una
especie de planta), aguacate, zapote, epazote, tocayo, etc.
+ Maya: lengua mexicana, tiene palabras como henequén (pita o pitera).
+ Quechua (o quichua): es la lengua más importante de Latinoamérica. Funciona como especie de
lingua franca del altiplano andino. Se emplea en los mercados y ferias agrícolas de esa zona, y es una
lengua que tiene en torno a 9 y 10 millones de hablantes nativos. Son voces quechuas: ñapa (añadidura),
coroto (trasto, inútil), quena (instrumento musical), pututu (trompeta de caracola), guagua (niño
pequeño, bebé), guacho (en el sentido de huérfano), soroche (mal de montaña o de altura), cancha
(terreno llano), llama, alpaca, vicuña, guanaco (camello más pequeño), cóndor, pisco (pavo), papa,
poroto (alubia, judía), zapallo (calabaza), choclo (maíz), panizo, palto/a (aguacate), chirimoya, coca,
etc.
+ Guaraní: tiene palabras como gaucho, bucanero, jaguar, ñandú (avestruz), tucán, piraña, mandioca
(planta), ananás (piña tropical), pitanga (árbol y su correspondiente fruta), etc.

En el español de Cuba hay muchísimas palabras que sencillamente tienen su origen en el


español de Canarias. Muchos de los portuguesismos que se registran en las Antillas son los mismos que
hay en Canarias, los cuales fueron llevados allí por los propios canarios. El léxico americano se ha
enriquecido de palabras canarias, andaluzas, extremeñas, etc. Los diccionarios, pues, no recogen
únicamente palabras amerindias, sino también palabras llevadas allí por los conquistadores.

TEMA 14. Tema 14. Panorama lexicográfico del español de América


Como sucede con el caso del español dialectal europeo, la lexicografía “científica” comienza
en el siglo XX.
Debemos hacer la distinción entre diccionarios diferenciales del español de América y
diccionarios integrales del español de América. Los diccionarios diferenciales son aquellos que solo
recogen aquellas palabras que son distintas respecto del sistema que se utiliza como contraste (que
normalmente es el español peninsular). Sin embargo, hay una importante excepción: para el español de
México, desde 1982 para acá, se está trabajando en un Diccionario Integral del español de México, del
cual ya se han publicado algunos pequeños diccionarios imparciales. Así, se viene implementando un
proyecto lexicográfico muy ambicioso, capitaneado por Luis Fernando Lara, que ha liderado la
realización de lo que pretende llamarse el Diccionario del español de México. Por tanto, la intención
sería dar cuenta de todas las palabras, sean exclusivamente mexicanas, sean generales o sean de otros
países, en un mismo diccionario. De esta manera, aparecería tanto zopilote (exclusiva de México) como
cantar.
A lo largo de los años, este equipo de trabajo publicó diferentes diccionarios, siempre de corte
integral: el Diccionario fundamental del español de México, el Diccionario básico del español de
México y el Diccionario del español usual de México.

- Características generales de los diccionarios del español de América:

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El primer diccionario general de americanismos, y el más fiable desde el punto de vista
metodológico, es el llamado Diccionario de americanismos (1925), elaborado por el puertorriqueño
Augusto Malaret.
El segundo diccionario general de americanismos, que no presenta innovaciones metodológicas
dignas de mención, fue elaborado por el mexicano Francisco Javiera Santamaría, publicado en 1942.
Se llamó Diccionario general de americanismos. Contiene bastante más información que el de Malaret,
pero esa información está peor sistematizada en ese diccionario, tanto por lo que respecta a la
“macroestructura” (las palabras que aparecen) como a la “microestructura” (lo que se dice sobre las
palabras). También, Santamaría se pierde demasiado en disquisiciones etimológicas.
En 1966 el lexicógrafo Marcos Augusto Morínigo, paraguayo, publicó su Diccionario manual
de americanismos, que en absoluto supera metodológicamente a las obras anteriores, e, incluso, en
algunos casos representa un retroceso. Sin embargo, ha sido el diccionario que más ediciones ha tenido.
Se debe señalar, también, el diccionario de Alfredo Neves, titulado Diccionario de
americanismos (1973). Según algunos autores, como el alemán Reinar Wermer, este diccionario
significó “un lamentable paso atrás en la evolución histórica de la lexicografía del español americano”.

Es importante mencionar un proyecto, conocido como “Proyecto de Augsburgo”, en el que


trabajan dos lexicógrafos, los profesores Günter Heins y Reinar Werner. Podemos señalar, sin embargo,
las limitaciones metodológicas que los impulsores del “Proyecto Augsburgo” observaron en la
lexicografía hispanoamericana:
1. Los diccionarios de americanismos suelen mezclar criterios sincrónico-descriptivos No tiene
sentido dedicar un artículo a maíz, tabaco o cacao, pues ya son palabras del español general.
2. Estas obras registraban muchas palabras conocidas en la Península. Por ejemplo, el
diccionario de Morínigo recoge palabras como agresivo, alergia, alumnado, analista, etc.
3. En esos diccionarios tradicionales del español de América, se da una clara preferencia a las
unidades léxicas “exóticas”; una especie de regodeo en las palabras exóticas (normalmente amerindias).
Estas se refieren, normalmente, a nombres de animales, de plantas, de comidas, de objetos, de
instrumentos, etc., propias de América. Todo esto en detrimento de los universalismos. En estos
diccionarios, pues, había una clara preferencia a recoger el vocabulario de lo exótico de América. En
cambio, los nombres “peculiares” no; por ejemplo, la palabra timón (en lugar de volante), se ignora.

15/01/2020
Los promotores del proyecto de Habsburgo ponían el acento en los elementos exóticos como
los aspectos zoológicos, etc. y descuidaban prendas de vestir o palabras utilizadas en el día a día. Se
eluden también las unidades de carácter tabú.
Otra de las deficiencias metodológicas es que no se recogen de uso como las diferencias de
género respecto al español europeo (como “el sartén”), a veces las diferenciaciones son de
connotaciones (el verbo enojarse es estándar en América, pero pertenece a la norma culta de España,
siendo enfadarse el estándar).
A veces, se utilizan sufijos diferentes a la de la europea, por ejemplo, en España se dice
“conferenciante” mientras que en américa se dice “conferencista” (aunque parte del mismo radical, debe
aparecer esta palabra). En América, se dice “friolento” mientras que en España se dice “friolero”.
Debido al purismo excesivo, se ignora los extranjerismos, los anglicismos; pero, por razones
obvias de cercanías, migración, etc. en México que tiene frontera con EEUU tiene números anglicismos
como por ejemplo “penhouse” o “jacket”.
Una vez señalada estas deficiencias que solían presentar los expertos, veamos las características
de los diccionarios del proyecto Habsburgo:
1. Diccionario descriptivo, sin restricciones puristas, estéticas, ideológicas o moralistas.

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2. Orientación sincrónica. Dan cuenta del estado actual del léxico en los distintos países
hispanohablantes de América.
3. Registran todos los elementos léxicos usuales en las zonas de América.
4. No registran nombres propios a no ser que un nombre propio figure en un fraseologismo cosa
que ocurre con bastante frecuencia.
5. Se recogen junto al lema los sinónimos de otros países de América y al de español europeo.
“Cana” en Uruguay significa cuerpo de policía con un matiz peyorativo y se recoge que en
España se utiliza “bofia”/ “pasma”.
6. Uso gramatical. Se explicita el género, el régimen, restricciones de uso, se recogen locuciones
y modismos.
Los principios de selección de las unidades léxicas, de la macroestructura, de los diccionarios
de este mismo proyecto:
1. Se recogen las palabras propias de lugares concretos.
2. Se recogen las palabras tabuizantes.
3. Se recogen las palabras que sean extranjerismos.
4. Se recogen palabras que cambian de género con respecto del español de Europa.
5. Se recogen las palabras que tengan un comportamiento sintáctico diferente.
6. Se recogen los usos pragmáticos concretos diferenciales (En Chile se dice “cuidado, faena” en
lugar de “cuidado, obras”).

Se han publicado numerosos diccionarios de este proyecto de Habsburgo:


- Nuevo diccionario de uruguayismos (Publicado por Instituto Caro y Cuervo).
- Nuevo diccionario de argentinismos (Publicado por Instituto Caro y Cuervo).
- Nuevo diccionario de colombianismos (Publicado por Instituto Caro y Cuervo).
- Diccionario Español de Cuba – Español de España (Editorial Gredos).
- Diccionario de Argentina: Español de Argentina – Español de España (Editorial Gredos).
Diccionario que es un trabajo de la asociación ASALE. En el diccionario de 2010 publicado
por Santillana no contiene ejemplos y esto es un gran problema, necesita una gran revisión.
Peter Boy Bowman – La procedencia de los españoles de América en el período 1560 -1579 //
Índice geográfico de más de … pobladores españoles…
Es indiscutible la influencia andaluza en América al igual que en Canarias. Lapesa dice que tras
la conquista, unos tres años después de México influye en faltas de ortografía debidas al seseo; por lo
que explica que esto lo explica a que el español que se aprendió tenía seseo, el andaluz…

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