La Motivación
La Motivación
La Motivación
La motivación es el impulso interno que orienta nuestra conducta y el motor de la acción; y sin motivación nuestra verdadera
vocación pierde nitidez, se diluye el entusiasmo, se generan dudas y surge el miedo a no poder lograr los objetivos.
La palabra motivación deriva del latín motivus o motus, que significa ‘causa del movimiento’. La motivación puede definirse
como «el señalamiento o énfasis que se descubre en una persona hacia un determinado medio de satisfacer una necesidad, creando o
aumentando con ello el impulso necesario para que ponga en obra ese medio o esa acción, o bien para que deje de hacerlo». Otros autores
definen la motivación como «la raíz dinámica del comportamiento»; es decir, «los factores o determinantes internos que incitan a una
acción».1 La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta
Es difícil mantener un proyecto cuando la persona está pasando por una situación de pérdida. Se produce entonces una confusión
que no permite ver con claridad el futuro.
Motivo: Causa que determina la existencia de una cosa o la manera de actuar de una persona.
LAS MOTIVACIONES VOCACIONALES
Naturaleza de las motivaciones. Las motivaciones, que constan de un fin y de un impulso, constituyen la razón y la fuerza que
mueven a una persona a conseguir las metas que se propone. Las motivaciones vocacionales hacen que una persona actúe con rectitud de
intención y libertad al abrazar la vocación, y que ésta sea dinámica. Las motivaciones vocacionales, junto a la conciencia de la llamada,
impulsan al candidato a abrazar la vocación de una manera responsable, dinámica y en constante superación.
Tipos de motivaciones. En las motivaciones vocacionales hay que distinguir los siguientes aspectos:
Las motivaciones se pueden presentar de forma consciente o inconsciente. Las conscientes son conocidas y pueden ser fácilmente
detectadas, controladas y educadas. Las inconscientes no son conocidas a la persona, pero son activas, dinámicas e influyen
eficientemente en sus comportamientos.
Las motivaciones vocacionales aparecen también a veces como inadecuadas e insuficientes. Las primeras son aquellas que, aun
siendo positivas, no se adecuan a los valores y al estilo de vida claretiana. Las segundas, que también pueden ser positivas, no dan razón
ni justificación completa para abrazar la vida misionera. Estas motivaciones, aun siendo buenas, no son válidas vocacionalmente.
Las motivaciones vocacionales pueden ser, además, auténticas y válidas. Las auténticas son las que brotan de una persona libre,
no condicionada ni sometida a presiones internas y externas (sin miedo, ni dolo). Las válidas son aquellas cuyo fin y contenidos están en
línea con el mundo de valores de la vida claretiana (vivir las exigencias del Reino, el seguimiento de Jesús, la evangelización...); por lo
mismo, son, también, adecuadas y suficientes vocacionalmente.
Motivaciones auténticas y válidas. El candidato ha de tener y manifestar plena libertad y recta intención a la hora de optar por
una vocación de especial consagración. Esto significa que ha de estar impulsado por motivaciones vocacionales auténticas y válidas; es
decir, ha de estar libre de toda presión interior y exterior que condicione su decisión y ha de estar movido por los valores propios de la
vida consagrada. El discernimiento de las motivaciones vocacionales es decisorio para dar un juicio adecuado sobre la idoneidad del
candidato.
DISCERNIMIENTO DE LAS MOTIVACIONES VOCACIONALES
Para un mejor discernimiento, desde el punto de vista pedagógico, conviene tener en cuenta las siguientes orientaciones:
Hay que comenzar a detectar y clarificar las motivaciones desde la primera selección vocacional y se ha de continuar en las
siguientes etapas. Las conscientes se suelen expresar explícitamente en las conversaciones, diálogos, entrevistas, cuestionarios. Las
inconscientes son más difíciles de descubrir, pues no las conoce ni el mismo sujeto y, sin embargo, actúan por su cuenta y con eficiencia.
Las motivaciones conscientes e inconscientes pueden coexistir simultáneamente en la persona. Un candidato puede expresar
una motivación consciente de acuerdo con los valores de la propia vocación y, sin embargo, puede estar movido de hecho por
motivaciones inconscientes cuyos valores no tienen nada que ver con los valores del proyecto de vida vocacional. Esta situación requiere
una clarificación.
Parece oportuno indicar algunos síntomas frecuentes que pueden llevarnos a sospechar la posible existencia de motivaciones
inconscientes que no adecuan con los valores vocacionales que se persiguen. Podemos hablar así de engaños vocacionales en cuanto que
ocultan o confunden la autenticidad de la motivación. Con frecuencia vienen encubiertos con determinados mecanismos de defensa que
entorpecen el acceso y se detectan por via indirecta.
Aunque no se trata de dudar sistemáticamente de la vocación, sino de “discernir” para corregir la motivación adecudada y
fortalecer la libertad y la rectitud de intención del candidato. Su respuesta vocacional deberá moverse por el bien real antes que por el bien
aparente. Señalamos entre los engaños vocacionales éstos:
o La incapacidad persistente del candidato para superar conflictos (dudas, dificultades, perplejidades, tensiones...) que le llevan
con frecuencia a perder la paz interior y el equilibrio psicológico.
Insatisfación y falta de ilusión y de alegría prolongadas en la vivencia de los compromisos vocacionales que se deben ir asumiendo
progresivamente.
Incapacidad de superar las frustraciones inherentes a las renuncias propias del compromiso vocacional; mostrar una amargura
permanente ante las dificultades de la vocación.
Deseo de probarlo todo sin renunciar a nada, una vez determinado por un camino vocacional.
No tener criterios de conducta coherentes con los valores propios que se profesan, a pesar de haberlos escuchado con frecuencia.
No entregarse de hecho y en concreto a los demás. O entregarse de una manera desmesurada hasta perder la propia libertad
personal (excesiva sumisión).
No poner al servicio de los valores vocacionales las mejores energias y cualidades personales.
Incapacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes por las que va pasando el individuo.
Falta de una fundamental confianza hacia los demás. Manifestar formas competitivas o agresivas en la relación hacia ellos.
Silencios sobre asuntos que son importantes y que se ocultan por motivos que se desconocen.
Pereza e incapacidad eficaz y pronta de pasar del conocimiento teórico de determinados valores a comportamientos y actitudes de
vida.
Claridad y espontaneidad al hablar de las motivaciones espúreas y deficitarias que se dan en toda vocación, sin mieod porque se
poesee en grado suficiente un peso motivacional adecuado.
Un cierto “sexto sentido” del acompañamente que llega a detectar en el candidato –a veces sin poder ser muy explícito- que “algo
no funciona bien”.
o Y otros indicios más que denotan la falta de lógica en los comportamientos concretos del individuo.
Aunque al comienzo del discernimiento vocacional las motivaciones no estén muy clarificadas y su autenticidad y validez no
aparezcan con transparencia, sin embargo, pueden ser clarificadas, reorientadas y educadas. Se impone para ello su revisión y
clarificación para depurarlas con honestidad y transparencia. Es una tarea difícil, por la tendencia a racionalizar y justificar las propias
actitudes y comportamientos, y a proyectar en los demás los problemas y las deficiencias personales. El discerni miento a la luz de la fe, la
lectura vocacional de la Palabra de Dios, la revisión de vida personal y comunitaria, el autoconocimiento de las propias actitudes y com -
portamientos, la corrección fraterna, el consejo pastoral y el acompañamiento personal, son, entre otros, los medios más eficientes, que
ayudan a descubrir y purificar los «porqués» de la propia conducta.
INTERVENCIONES PEGAGÓGICAS
Esta ficha va dirigida directamente a Agentes de Pastoral Vocacional, para orientar en el trabajo de acopañamiento y de
discernimiento de las motivaciones vocacionales. Ofrecemos unas pistas de trabajo que deberán ser necesariamente complementadas en
todo el proceso formativo del candidato.
, significado y utilidad pastoral de la diversidad de las motivaciones que presenta este documento concreto.