Imputado y Tercer Civil Responsable

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JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

Relación de la Policía con el Ministerio Público. La Policía Judi­


cial cumple probablemente una de las más importantes y comple­
jas funciones en cuanto consiste en investigar técnicamente el delito
para auxiliar a la justicia penal en la elucidación de la verdad de los
hechos, sin embargo, como se señaló, el Fiscal dirige la investiga­
ción. Pero debe quedar claro que dirigir la investigación no implica
de manera alguna que los Fiscales se conviertan en especialistas en
criminalística, ni mucho menos que realicen pericias de diversa ín­
dole, (aunque si se requiere cierto conocimiento básico) su función
tal y como lo manda el texto constitucional y el nuevo ordenamiento
procesal penal debe encuadrarse en diseñar el plano sobre el cual la
policía deberá realizar las labores que requiere la investigación, es
por ello que resulte de vital importancia que ambos actores se en­
cuentren en estrecha relación(296).

4. EL IMPUTADO
Podemos definir al imputado como la parte pasiva necesaria del pro­
ceso penal, que se ve sometido a este y se encuentra amenazado en su
derecho a la libertad o, en el ejercicio o disfrute de otros derechos cuando
la pena sea de naturaleza diferente, al atribuírsele la comisión de hechos
delictivos por la posible imposición de una sanción penal en el momento de
la sentencia(297), entonces, el imputado es la persona sobre la cual recae la
incriminación de un hecho punible en la investigación (también se le puede
llamar procesado, y acusado durante la etapa del juzgamiento).
Alberto BINDER(298) señala al respecto que "el ser imputado es una
situación procesal de una persona, situación que le otorga una serie de
facultades y derechos, y que en modo alguno puede ser automáticamente
equivalente a ser el autor de un cierto delito. Puesto que una persona abso­
lutamente inocente puede ser imputada, no se puede hacer de todo imputa­
do un culpable, porque para decidir esto existen el proceso y el juicio".

(296) ORÉ GUARDIA, Arsenio. El Ministerio Fiscal en el Nuevo Código Procesal Penal Peruano.
Ob. Cit. p. 169.
(297) GIMENO SENDRA, Vicente y otros. Lecciones de Derecho Procesal Penal. Editorial Colex.
Madrid. 2001. p. 129.
(298) BINDER, Alberto. Introducción al Derecho Procesal Penal. Ob. Cit. p. 312.

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PARTE I: M A N U A L DEL NUEVO PROCESO PENAL

Existía en la doctrina la polémica acerca de cuándo comienza tem­


poralmente la calidad de imputado y, por consiguiente cuando debe ser una
persona investida del amparo de las garantías fundamentales procesales
de esta condición, pero esta discusión hoy ha terminado, pues la cuestión
ha sido resuelta por el NCPP que en su Art. 71°.l señala: "1. El imputado
puede hacer valer por sí mismo, o a través de su abogado defensor, los
derechos que la Constitución y las leyes le conceden, desde el inicio- de las
primeras diligencias de investigación hasta la culminación del proceso",
en este sentido, se fija el punto inicial desde aquel momento en el que una
persona es sindicada, de cualquier forma, como partícipe en un hecho pu­
nible ante algunas de la autoridades encargadas por la ley de la persecución
penal(299) desde el inicio de las diligencias preliminares.
Como vemos la condición de imputado en un proceso se adquiere
desde el momento en que la autoridad comunica a una persona que se
están siguiendo en su contra actuaciones por la comisión de determi­
nados hechos delictivos y se le atribuye una participación en el mismo,
comenzando también, de este modo, sus derechos más elementales que lo
resguardan en el proceso penal como el derecho de defensa(300). Asimis­
mo la condición de imputado y parte se pierde cuando finaliza el proceso
(si se dictó sentencia absolutoria, con la misma resolución; si la sentencia
hubiera sido condenatoria el carácter de parte alcanza a las actuaciones
procesales de ejecución forzosa), porque en ese momento se ha decidido
definitivamente sobre el ius puniendi y se ha determinado si la persona
era responsable penal o no. También esta calidad se pierde cuando la
autoridad judicial aparta al imputado del procedimiento, sobreseyendo
respecto de él las actuaciones(30,).

(299) MAIER, Julio B. J. Derecho Procesal Penal. T.II. Editores del Puerto. Buenos Aires. 2004.
p. 195. Señala además este autor que la imputación debe acontecer frente a alguna de las
autoridades por la ley de persecución penal, pues indicar que alguien cometió un hecho
punible ante un particular o ante una autoridad sin competencia para perseguir penalmen­
te no conlleva los peligros propios de la persecución penal que ponen en acto las garantías
establecidas.
(300) GIMENO SENDRA, Vicente y Otros. Lecciones de Derecho Procesal Penal. Ob. Cit. p. 49. Al
respecto señala el derecho de defensa se ha de reconocerse no solo cuando se haya formu­
lado la acusación, dentro del juicio oral, sino desde el instante en que el procedimiento se
dirija contra una determinada persona, imputándole la comisión de un hecho delictivo, y
debe salvaguardarse a lo largo de todas las actuaciones procesales.
(301) Ibídem. p. 129.

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JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

Son importantes estas líneas porque el derecho de defensa contiene


el derecho a controvertir el fundamento de la sospecha, que señala al im­
putado como autor de un hecho punible o partícipe del mismo, mediante
recursos contra decisiones judiciales que lo colocan en riesgo de sufrir la
coacción estatal antes de la sentencia(302). Este derecho implica también el
derecho del acusado a ser oído sobre la imputación y defendido de ella en
audiencia pública lo que significa que lo harán de forma oral ante los Jueces
que habrán de decidir. Se deriva de este derecho también el derecho que tie­
ne el imputado a guardar silencio, así como a ser informado de esta facultad
y que de su actuación no se puede deducir ninguna interpretación.

4.1. Derechos del imputado


El NCPP a diferencia del CdePP de 1940, tiene una regulación ga-
rantista que busca proteger los derechos de los intervinientes en el proceso

(302) La sentencia del Tribunal Constitucional en el Exp. N° 010-2002-AI/TC. Lima. Caso: Mar­
celino Tineo Silva y más de 5,000 ciudadanos, señala: "el Tribunal Constitucional ha seña­
lado que uno de los derechos constitucionales procesales más relevantes es el derecho de
defensa, reconocido en el inciso 14 del artículo 139 de la constitución, "por virtud de él se
garantiza que las personas, en la determinación de sus derechos y obligaciones, cualquiera
sea su naturaleza (civil, mercantil, penal, laboral, etc.), no queden en estado de indefensión"
(caso Tineo Cabrera, Exp. N° 1230-2002-AA/TC). Sin embargo, como expresa el mismo
inciso 14) del art. 139 de la constitución, no solo se trata de un derecho subjetivo, sino
también de un principio constitucional que informa la actividad jurisdiccional del estado,
a la vez que constituye uno de los elementos básicos del modelo constitucional de proceso
previsto por nuestra norma fundamental. Uno de sus contenidos es el derecho a comuni­
carse personalmente con un defensor, elegido libremente, y a ser asesorado por este. Como
expresa dicho dispositivo constitucional, se garantiza el"'(...) no ser privado del derecho
de defensa en ningún estado del proceso (...)" y el "derecho a comunicarse personalmente
con un defensor de su elección y a ser asesorado por este desde que es citada o detenida
por cualquier autoridad". Si bien una interpretación literal de la primera parte del inciso 14)
del artículo 139 de la constitución parecería circunscribir el reconocimiento del derecho de
defensa al ámbito del proceso, una interpretación sistemática de la ultima parte del mismo
precepto constitucional permite concluir que es derecho a no se r privado de la defensa debe
entenderse, por lo que hace al ámbito penal, como comprensivo de la etapa de investiga­
ción policial, desde su inicio; de manera que el derecho a ser asesorado por un defensor,
libremente elegido, no admite que, por ley o norma con rango de ley, este ámbito pueda
reducirse y, en ese sentido, disponerse que el derecho a ser asistido por un profesional del
derecho no alcance el momento previo a la toma de la manifestación. El contenido consti­
tucional protegido del derecho de defensa garantiza que toda persona sometida a detención
policial o judicial, deba ser informada irrestrictamente de las razones que lo promueven,
y que desde su inicio, hasta su culminación, pueda ser asistida por un defensor libremente
elegido (...)".

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PARTE I: MANUAL DEL NUEVO PROCESO PENAL

penal, es en ese sentido que se ha instaurado un Título Preliminar que es


la conexión con la Constitución en materia de garantías, pues a partir de lo
reconocido como derechos fundamentales se puede implementar una serie
de derechos y garantías a través del proceso penal.
Por ello en el marco de la actuación del imputado este ha sido inves­
tido de las garantías suficientes en un sistema acusatorio acorde con un
Estado Democrático de Derecho como veremos.
De ahí que el imputado puede hacer valer sus derechos por sí mismo
o a través de un abogado desde el inicio de las primeras diligencias preli­
minares, en razón de ello el NCPP ha previsto una serie de derechos que
se deben poner en conocimiento de manera inmediata y comprensible al
imputado por parte de los Jueces, Fiscales y Policía Nacional.
El fundamento para otorgarle derechos al imputado es la dignidad
de la persona humana, principio constitucionalmente reconocido del que
se derivan todos los demás derechos, entre ellos el de presunción de ino­
cencia previsto en el Art. 2° inciso 24 literal "e" que versa: "Toda persona
es considerada inocente mientras no se haya declarado judicialmente su
responsabilidad". De la misma forma el nuevo código ha ordinalizado
este principio estableciéndolo en el Art. II del título preliminar: "Toda
persona imputada de la comisión de un hecho punible es considerada ino­
cente y debe ser tratada como tal, mientras no se demuestre lo contrario
y se haya declarado su responsabilidad mediante sentencia firme debida­
mente motivada.
Para estos efectos, se requiere de una suficiente actividad probatoria
de cargo obtenida y actuada con las debidas garantías procesales. En caso
de duda sobre la responsabilidad penal debe resolverse a favor del impu­
tado. Finalmente termina el citado artículo señalando que: "antes de la
sentencia firme ningún funcionario o autoridad pública puede presentar a
una persona como culpable o brindar información en tal sentido".
Entonces, podemos afirmar que lo regulado en el NCPP 2004, en
clave garantista, está en consonancia con la Constitución cuando afirma en
el Art. 139° inciso 3 que son principios de la función jurisdiccional el ac­
ceso al órgano jurisdiccional a través de la tutela jurisdiccional y el debido
proceso, al punto de no ser posible el juicio en su ausencia como señala el
Art 139° 12.

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JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

El derecho que permite la actuación del imputado en el nuevo códi­


go 2004 es el derecho de defensa que establece en su Art. IX del T. P que:
"toda persona tiene derecho inviolable e irrestricto a que se le informe de
sus derechos, a que se le comunique de inmediato y detalladamente la im­
putación formulada en su contra, y a ser asistida por un abogado defensor
de su elección o en su caso por un abogado defensor de oficio desde que
es citada o detenida por la autoridad, a ejercer la autodefensa material, a
intervenir en plena igualdad en la actividad probatoria y en las condiciones
previstas por la ley, a utilizar los medios de prueba pertinentes, y el ejercicio
de derecho de defensa se extiende a todo estado o grado del procedimiento
en la forma y en la oportunidad que la ley señala".
Parte de este derecho es el derecho a un abogado defensor que puede
ser a su elección o en caso que no tenga medios económicos para pagar
uno particular, el Estado le asigna un abogado defensor de oficio, desde el
momento en que se le atribuye la imputación en sede policial o cuando se
le cite para su declaración en un momento procesal posterior.
De todo esto se puede hacer una clasificación en orden a la actividad
del imputado en cuanto parte en el proceso penal, así diremos que tiene
derechos de actuación activos y pasivos, los cuales son los siguientes:

Activos:
Derecho a Tutela Judicial y por tanto acceso al órgano jurisdiccional
y, de ser oído al punto de no ser posible el juicio en su ausencia.
Elección de su abogado defensor o nombramiento del mismo desde
el momento que es citado por la autoridad policial.
Presencia en la práctica de los actos de investigación.
Requerir los actos de investigación y de prueba.
Recusar al personal judicial.
Promover e intervenir en las cuestiones de competencia.
Estar presente en el Juicio Oral.
Solicitar la suspensión de la audiencia.
Interponer recursos.

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PARTE I: MANUAL DEL NUEVO PROCESO PENAL

Pasivos
Declaración voluntaria, el imputado es libre de declarar, no tiene
valor las declaraciones obtenidas por violencia. Las declaraciones
tienen carácter de medio de investigación y sobre todo medio de de­
fensa.
Interrogatorio objetivo, las preguntas no pueden ser oscuras, ambi­
guas, ni capciosas.
Respeto de la dignidad.
Reconocimiento de la presunción de inocencia.

Además el NCPP establece en beneficio del imputado la audiencia


de tutela de derechos, en ese sentido, cuando el imputado considere que de
las diligencias preliminares o que en la investigación preparatoria no se ha
dado cumplimiento a estas disposiciones (relativas a sus derechos), o que
sus derechos no son respetados, o que es objeto de medidas limitativas de
derechos indebidos o de requerimientos ilegales, puede acudir en vía de tu­
tela al Juez de la investigación preparatoria para que subsane la omisión o
dicte las medidas de corrección o de protección que corresponda según lo
establece el Art 71°.4 del NCPP, esta solicitud la resolverá este mismo Juez
previa audiencia, en la cual el Abogado defensor expondrá los argumentos
por los cuales cree que su patrocinado ha sido afectado en sus derechos, le
seguirá en turno el Fiscal con sus alegaciones de descargo y el Juez resol­
verá al final.
Junto con los derechos y garantías el proceso penal también le esta­
blece deberes al imputado como el de moralidad procesal, en ese sentido,
el procesado no podrá fomentar la alteración del orden en los actos pro­
cesales, de lo contrario como establece el Art. 73° se le apercibirá con la
suspensión de la diligencia y en caso que esta continúe, se hará con la sola
intervención de su abogado defensor y demás sujetos procesales; en caso
el defensor se solidarice con la posición del imputado excluido y abandone
la diligencia, será sustituido por uno nombrado de oficio.
Existe además el deber de asistencia ante el emplazamiento procesal.
Por ello la presencia del imputado en el Proceso Penal puede ser catalogada
como derecho - deber.

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JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

4.2. La declaración del imputado en el Nuevo Proceso Penal


A diferencia de la legislación anterior se cambia la denominada de­
claración instructiva, por la de declaración del imputado, esta diligencia
tiene naturaleza formal, pues se levantará un acta suscrita por todas las
personas intervinientes.
El nuevo código establece determinadas reglas formales para esta
diligencia en los artículos 86°, 87° y 88°:

"El Fiscal le hace conocer al imputado de los hechos que se le incri­


mina y las pruebas existentes en su contra, asimismo las disposicio­
nes penales que se consideren de aplicación. Si hubiese ampliación
de denuncia se procederá de igual forma.
Se le hará conocer del derecho que tiene de abstenerse de declarar
y que su silencio no podrá ser utilizado en su contra.
Se le hará conocer que tiene derecho a la presencia de su defensor y
que si no puede nombrarlo se le designará un abogado de oficio.
Se le informará que puede solicitar la actuación de medios de inves­
tigación o de prueba.
Se le exhortará para que responda con claridad y precisión a las
preguntas que se formulan.
Ya sea el Fiscal o el Juez, dependiendo de la etapa procesal podrán
hacer de conocimiento del imputado de los beneficios que prevé la
ley si coopera con el esclarecimiento de los hechos.
Si el imputado se niega a declarar se dejará constancia en el acta, si
rehusa afirmar se dejará constancia del motivo.
El Fiscal y los defensores interrogaran directamente. En el juzga­
miento se procederá de la misma forma pero bajo la dirección del
Juez, resultando excepcional su intervención pues formulará pre­
guntas para cubrir algún vacío o para esclarecer los hechos.
Con ocasión del interrogatorio podrá procederse al reconocimiento
de documentos personas o cosas".

5. DEFENSA TÉCNICA
El imputado puede actuar en el proceso penal protegido por las ga­
rantías propias que tienes, pero el actuar solo en el proceso penal no ne-

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PARTE I: MANUAL DEL NUEVO PROCESO PENAL

cesariamente va a ser favorable a su defensa, toda vez que se enfrenta a


un órgano del Estado especializado en investigar, acusar y que busca con­
denarlo, a cargo de un abogado llamado Fiscal que tiene una preparación
jurídica mucho mayor a la de cualquier ciudadano promedio que no haya
estudiado derecho.
En ese sentido es necesario que exista una equiparación entre la acu­
sación y la defensa y se hace necesario y exigible que junto al imputado
se encuentre su abogado defensor, especialista jurídico (así como el Fiscal)
que atenderá sus consultas y ayudará a realizar su defensa, de este modo
se trata de equiparar la inicial desigualdad(303).
Por ello la normativa internacional (Art. 14.3.d PIDCP y 8.2d.
CADH) y nacional (Art. IX. 1 T.p. NCPP) ha reconocido el derecho a con­
tar con un abogado defensor de la elección del imputado, en caso no tenga
los medios económicos para elegir uno, por imperativo del derecho de de­
fensa, el Estado debe proporcionar uno, esto último es una garantía formal
toda vez que lo que realmente debe ser exigible para resguardar el derecho
de defensa es una abogado defensor competente que ayude a obtener los
mejores resultados a su cliente.
Nuestro nuevo código regula expresamente que el imputado tiene de­
recho a un abogado defensor desde las primeras diligencias'304' pues como
señala GIMENO SENDRA en este nuevo modelo lo que se busca es garantizar
y fortalecer el derecho de defensa, dejando de lado los tres clásicos esta­
dios de la intervención del defensor, propios del modelo liberal (esto es, la

(303) HORVITZ LENNON, María Inés y LÓPEZ MASLE, Julián. Derecho Procesal Penal Chileno. T.I.
Editorial Jurídica de Chile. Santiago de Chile. 2002. p. 228. María Inés HORVITZ señala:
"la defensa técnica consiste en el derecho a ser asistido o defendido por un letrado desde
la primera actuación desde la primera actuación del procedimiento. Es, en consecuencia
una derivación del derecho de defensa material que surge como consecuencia necesaria de
la complejidad del proceso moderno, de su carácter eminentemente técnico-legal y de los
intereses en juego. Su fundamento radica en la necesidad de garantizar lo más posible la
igualdad de posiciones en el proceso penal".
(304) PERRON, Walter y LÓPEZ-BARAJAS PEREA, Inmaculada. Ob. Cit. p. 93. Haciendo un estudio
de derecho comparado sostienen que la ley procesal alemana, no es expresa en este caso,
pues permite al defensor estar presente en cada uno de los interrogatorios judiciales del
imputado (168c.I StPO) del mismo modo que en el interrogatorio a través del Ministerio,
por lo cual se deduce que la ley alemana no reconoce al defensor el derecho a estar presente
en el interrogatorio de la policía, ello no obstante el imputado puede forzar la presencia del
defensor negándose a declarar.

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JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

defensa prohibida en la detención, permitida en la instrucción y obligatoria


en el juicio oral), para refundirlos en uno solo: la defensa necesaria a partir
de la detención o desde el primer acto de imputación judicial y hasta la
obtención de una resolución definitiva y firme(305).
Por ello Walter PERRON señala que el defensor se erige, en una im­
portante garantía del imputado, toda vez que tiene que hacer valer su pre­
sunción de inocencia y velar para que se respeten todas las garantías del
procedimiento'3065.
En ese sentido la actuación profesional del defensor es autónoma y
no requiere en algunos casos, de la intervención del imputado (art. 290°
LOPJ), pero en casos en los cuales la voluntad del imputado difiere de la
de su Abogado defensor, primará la del imputado.
Desde el punto de vista organizacional los Abogados que forman es­
tudios de asociados pueden ejercer la defensa de un mismo procesado, sea
de manera conjunta o separada. Si concurren varios Abogados asociados a
las diligencias, uno solo ejercerá la defensa, debiendo limitarse los demás
a la inter-consulta que reservadamente le solicite su colega.
En el plano de la defensoría pública el Nuevo Código Procesal Penal
en su artículo 80° nos señala que el Servicio Nacional de la Defensa de
Oficio, está a cargo del Ministerio de Justicia, proveyendo justicia gratuita
a todos aquellos que dentro del proceso penal por sus escasos recursos no
puedan designar abogado defensor de su elección, o cuando resulte indis­
pensable el nombramiento de un abogado defensor de oficio para garanti­
zar la legalidad de una diligencia y el debido proceso. El fundamento de
esta institución se encuentra en la necesidad de garantizar la igualdad a las
partes a lo largo del proceso, a través de la representación profesional y de
todos los beneficios que esta conlleva(307).

(305) GIMENO SENDRA, Vicente. La Reforma de la LECRIMy la Posición del Ministerio Fiscal.
en la Investigación Penal (en) GIMENO SENDRA, Vicente; y otros. El Ministerio Fiscal- Di­
rector de la Instrucción. Editorial lustel. Madrid. 2006. p. 25.
(306) PERRON, Walter y LÓPEZ-BARAJAS PEREA, Inmaculada. Ob. Cit. p. 91.
(307) En este sentido la defensa en el Perú es de tres formas: 1. A elección del imputado, pudien-
do elegir entre los profesionales de la actividad privada, 2. de oficio, donde por razones
económicas el imputado no puede elegir libremente a su defensor sino que el Estado le
asigna uno que depende del Ministerio de Justicia y 3. Casos Sociales, son una serie de
casos que los profesionales están obligados a llevar sin costo alguno. En Chile la defensa

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PARTE I: MANUAL DEL NUEVO PROCESO PENAL

Como vemos la defensa técnica nace como una obligación del Esta­
do de garantizar que todo imputado contra el que se inicia un proceso debe
contar con un abogado, independientemente de la voluntad de las partes,
pudiendo incluso ser impuesta contra el deseo del imputado.
En caso de impedimento del defensor lo reemplazará alguno de los
nombrados por el Ministerio de Justicia o el que designe el órgano Ju­
risdiccional entre los suplentes de la Defensoría de Oficio, nombrados
anualmente por la Corte Superior. Estos serán encargados igualmente de
la defensa de oficio cuando habiendo más de un reo las defensas sean in­
compatibles. Los defensores de oficio están obligados a intervenir y auto­
rizar con su firma todas las diligencias previas a la acción penal, durante la
investigación y el juicio oral.

5.1. Regulación del NCPP


El marco jurídico del derecho de defensa técnica comienza en el
nuevo código 2004 con lo prescrito en el Título Preliminar Art. IX cuando
señala que toda persona tiene derecho inviolable e irrestricto a ser asistida
por un abogado defensor de su elección o en su caso, por un abogado de
oficio, desde que es citada o detenida por la autoridad(308).

penal es pública y la mayoría de abogados litigantes en el proceso penal los costea el Es­
tado, siendo muy pocos los de actividad privada.
(308) Al respecto la sentencia del Tribunal Constitucional en el Exp. N° 010-2002-AI/TC. Lima.
Caso: Marcelino Tineo Silva y más de 5,000 ciudadanos. Señala citando "En el informe
sobre Terrorismo y Derechos Humanos, del 22 de octubre del 2002, la Comisión Intera-
mericana de Derechos Humanos de la OEA, sostuvo que "El derecho Internacional de los
derechos humanos requiere que el proceso en un Tribunal competente, independiente e
imparcial sea justo, debe ir acompañado de ciertas debidas garantías que otorgan a la per­
sona una oportunidad adecuada y efectiva de defenderse de los cargos que se le imputan.
Si bien el principio rector en todo proceso debe ser siempre el de la justicia y aun cuando
aun cuando puede ser necesario contar con garantías adicionales en circunstancias espe­
cificas para garantizar un juicio justo, se ha entendido que las protecciones más esenciales
incluyen el derecho a la notificación previa y detallada de los cargos que se le imputan; el
derecho a defenderse personalmente o mediante la asistencia de Abogado de su elección
y- en los casos que así lo requiera la justicia- librarse de cargos, así como comunicarse
libre y privadamente con su defensor. Estas protecciones también incluyen un tiempo y
medios adecuados para la preparación de su defensa, a interrogar a los testigos presentes
en el Tribunal y la obtención de la comparecencia, como testigos, de expertos y otras for­
mas que puedan arrojar luz sobre los hechos".

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JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

Se prevé que el abogado puede defender a varios imputados de un


mismo proceso cuando la defensa no resulta incompatible, es decir no pue­
de ser abogado de la parte civil y del tercero civil a la vez pues ambas
tienen pretensiones incompatibles. También se prevé que varios abogados
pueden defender a un mismo imputado, a una misma parte, así es el caso
de los abogados que forman estudios asociados quienes pueden ejercer la
defensa de un mismo procesado, sea de manera conjunta o separada, pero
si concurren varios de los abogados asociados a las diligencias, uno solo
realizará la defensa.
También para salvaguardar el derecho de defensa del imputado se
establece que cuando el abogado defensor no asista injustificadamente a
dos diligencias, el procesado será requerido para que en el término de vein­
ticuatro horas designe al reemplazante y, de no hacerlo se nombrará uno
de oficio.
El abogado defensor goza de todos los derechos que la Ley le confie­
re para el ejercicio de su profesión, especialmente de los siguientes:
Prestar asesoramiento desde que su patrocinado fuere citado o dete­
nido por la autoridad policial.
Interrogar directamente a su defendido, así como a los demás proce­
sados, testigos y peritos.
Recurrir a la asistencia reservada de un experto en ciencia, técnica
o arte durante el desarrollo de una diligencia, siempre que sus cono­
cimientos sean requeridos para mejor defender. El asistente deberá
abstenerse de intervenir de manera directa.
Participar en todas las diligencias, excepto en la declaración prestada
durante la etapa de Investigación por el imputado que no defienda.
Aportar los medios de investigación y de prueba que estime perti­
nentes.
Presentar peticiones orales o escritas para asuntos de simple trámite.
• Tener acceso al expediente Fiscal y judicial para informarse del pro­
ceso, sin más limitación que la prevista en la Ley, así como a obtener
copia simple de las actuaciones en cualquier estado o grado del pro­
cedimiento.
Ingresar a los establecimientos penales y dependencias policiales,
previa identificación, para entrevistarse con su patrocinado.

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PARTE I: M A N U A L DEL NUEVO PROCESO PENAL

Expresarse con amplia libertad en el curso de la defensa, oralmente


y por escrito, siempre que no se ofenda el honor de las personas, ya
sean naturales o jurídicas.
Interponer cuestiones previas, cuestiones prejudiciales, excepciones,
recursos impugnatorios y los demás medios de defensa permitidos
por la Ley.
El abogado defensor está facultado a prestar asesoramiento desde
que su patrocinado fuere citado o detenido por la autoridad policial,
es decir puede apersonarse y conocer de todos los cargos que incri­
minan a su patrocinado.
Participar en todas las diligencias preliminares y solicitar aquellas
diligencias que crea necesarias para desvirtuar los cargos incrimina­
dos a su patrocinado.
Tener acceso a la documentación relativa a la investigación prelimi­
nar y presentar elementos de prueba que desvirtúen la incriminación
realizada en su contra.
Todas estas garantías se derivan del derecho irrenunciable a la de­
fensa técnica, que a su vez es parte del derecho de defensa, y se traduce
en la posibilidad de tener al costado del imputado un defensor técnico que
conozca del derecho, quien debe desplegar una actividad científica, enca­
minada a asesorar técnicamente al imputado sobre sus derechos y deberes;
controlar la legalidad del procedimiento, el control crítico de la producción
de las pruebas de cargo y descargo, la exposición crítica de los fundamentos
y pruebas de cargo desde el doble enfoque de hecho y de derecho, recurrir la
sentencia condenatoria o la que imponga una medida de seguridad(309), pues
la Constitución en su artículo 139° reconoce "el principio de no ser privado
del derecho de defensa en ningún estado del proceso" y "a comunicarse per­
sonalmente con un defensor de su elección y a ser asesorado por éste desde
que es citado o detenido por cualquier autoridad" (inc. 14).

(309) JAUCHEN, Eduardo. Derechos del Imputado. Rubinzal - Culzoni. Buenos Aires. 2005. 154-
155. Además como hemos señalado El derecho de defensa es la garantía fundamental que
le asiste a todo imputado y a su Abogado defensor a comparecer inmediatamente en la
investigación y a lo largo de todo el proceso penal a fin de poder contestar con eficacia la
imputación o acusación contra aquél existente, articulando con plena libertad e igualdad
de armas los actos de pruebas de postulación e impugnación necesarios para hacer preva­
lecer dentro del proceso penal el derecho a la libertad que asiste a todo ciudadano, que por
no haber sido condenado, se presume inocente.

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JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

6. LAS PERSONAS JURÍDICAS


En el derecho penal aún no se ha definido si la persona jurídica es o
no pasible de un sanción penal, pero como sabemos en el derecho vigente
se le impone una consecuencia jurídica que el código penal llama conse­
cuencias accesorias, esta situación implica que luego del proceso se le deba
de imponer estas consecuencias, por ello el Art. 90° del NCPP dispone que
las personas jurídicas, siempre que sean pasibles de imponérseles las me­
didas previstas en los artículos 104° y 105° del Código Penal(310K31l), deberán
ser emplazadas e incorporadas en el proceso, a instancia del Fiscal.
Esta norma constituye una decisión inédita del legislador nacional,
pues en las regulaciones procesales penales anteriores y en la legislación
latinoamericana comparada se ignoraba esta temática, ya que la problemá­
tica de la responsabilidad de la persona jurídica es tema de discusión en el
plano del derecho penal material a través de la formula societas delincuere
nonpotest, habiéndose dejado de lado la discusión procesal.
En ese sentido, esta norma complementa lo ya regulado en los Arts.
104° y 105° del CP, que desarrollan las sanciones administrativas imponi­
bles a las personas jurídicas, resolviendo la discusión de si las sanciones a

(310) Artículo 104.- Privación de beneficios obtenidos por infracción penal a personas jurídicas:
El Juez decretará, asimismo, la privación de los beneficios obtenidos por las personas ju­
rídicas como consecuencia de la infracción penal cometida en el ejercicio de su actividad
por sus funcionarios o dependientes, en cuanto sea necesaria para cubrir la responsabili­
dad pecuniaria de naturaleza civil de aquéllos, si sus bienes fueran insuficientes.
(311) Artículo 105.- Medidas aplicables a las personas jurídicas: Si el hecho punible fuere
cometido en ejercicio de la actividad de cualquier persona jurídica o utilizando su or­
ganización para favorecerlo o encubrirlo, el Juez deberá aplicar todas o algunas de las
medidas siguientes: 1. Clausura de sus locales o establecimientos, con carácter temporal
o definitivo. La clausura temporal no excederá de cinco años. 2. Disoluciós y liquidación
de la sociedad, asociación, fundación, cooperativa o comité. 3. Suspensión de las activi­
dades de la sociedad, asociación, fundación, cooperativa o comité por un plazo no mayor
de dos años. 4. Prohibición a la sociedad, fundación, asociación, cooperativa o comité
de realizar en el futuro actividades, de la clase de aquellas en cuyo ejercicio se haya co­
metido, favorecido o encubierto el delito. La prohibición podrá tener carácter temporal o
definitivo. La prohibición temporal no será mayor de cinco años. Cuando alguna de estas
medidas fuera aplicada, el Juez ordenará a la autoridad competente que disponga la inter­
vención de la persona jurídica para salvaguardar los derechos de los trabajadores y de los
acreedores de la persona jurídica hasta por un período de dos años. El cambio de la razón
social, la personería jurídica o la reorganización societaria, no impedirá la aplicación de
estas medidas.

248
PARTE I: MANUAL DEL NUEVO PROCESO PENAL

las personas jurídicas se imponen en un proceso penal o en una especiali­


dad procedimental, decantándose por el primero.

6.1. La persona jurídica como sujeto pasivo.


La categoría de sujeto pasivo aplicable a la persona natural, es tam­
bién aplicable a la persona jurídica, por tres razones(3,2):
1. Nos dice el código procesal penal (Art. 90°) que la persona jurídica
en el proceso penal común es parte pasiva en tanto contra ella recae­
rá al final del proceso una consecuencia jurídica (no pena) estableci­
da en el Art. 104° y 105° del C.P.
2. La segunda razón, que se deriva de la primera, señala que contra ella
es posible imponer durante el proceso una medida cautelar, o para
ser más exactos una medida preventiva de las señaladas en el Art.
313°NCPP.
3. Si bien no existe capacidad de acción por parte de un ente colectivo
(primer escalón de la teoría del delito), sin embargo el supuesto del
hecho imponible lo encontramos en el Art. 105° que señala: "Si el he­
cho punible fuere cometido en ejercicio de la actividad de cualquier
persona jurídica o utilizando su organización para...", por lo que ve­
mos que contra la persona jurídica recae una imputación específica,
siendo entonces necesario dotarle de la cobertura necesaria.

6.2. Derechos de la persona jurídica


Señala el Art. 93° del NCPP que la persona jurídica incorporada en el
proceso penal, en lo concerniente a la defensa de sus derechos e intereses
legítimos, goza de todos los derechos y garantías que el mismo código con­
cede al imputado, sin embargo existen 2 posiciones en la doctrina respecto
a si la persona jurídica tiene derechos procesales o no:

(312) ESPINOZA GOYENA, Julio César. La Persona Jurídica en el Nuevo Proceso Penal, (en) CU­
BAS VILLANUEVA, Víctor y otros. El Nuevo Proceso Penal: Estudios Fundamentales. Pales­
tra. Lima. 2004. pp. 314-315.

249
JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

1. SAN MARTÍN CASTRO(313), señala que, la persona jurídica debe asumir


la condición de parte procesal y por lo tanto, no es suficiente la sola
audiencia, sino que son necesarios espacios de mayor participación
en las diversas etapas del proceso, pudiendo incluso intervenir en la
etapa intermedia, el juicio y la impugnación, ejerciendo los derechos
que le son inherentes para un eficaz proceso con todas las garantías.
2. FEIJÓO SÁNCHEZ(314), nos dice, por el contrario, que si la persona jurí­
dica no es una imputada propiamente dicha, sino una cosa u objeto
peligroso sobre cuyo destino debe discutirse para neutralizar esa pe­
ligrosidad, no hace falta establecer todo un sistema de garantías pro­
cesales, bastando la mera audiencia para imponer la consecuencia
jurídica.
En ese sentido la regulación del Art. 93° NCPP es acertada y resuelve
la controversia señalada pues la consideración que la agrupación como cosa
u objeto peligroso no es incompatible con la conveniencia de considerarla
parte en el proceso penal, en el que no solo se discutirá el destino de la cosa
sino los propios criterios de imputación de la responsabilidad accesoria sea

(313) SAN MARTÍN CASTRO, Cesar. Delito Socioeconómico y Proceso Penal: El Derecho Procesal
Penal Económico (en) Advocatus Nueva Época. N° 4. Año 2001. p. 294. (cit.) ESPINOZA
GOYENA, Julio Cesar. Ob. Cit. p. 318. En el mismo sentido SAN MARTÍN CASTRO, Cesar. In­
troducción General al Estudio del Nuevo Código Procesal Penal, (en) CUBAS VILLANUEVA,
Víctor y otros. El Nuevo Proceso Penal: Estudios Fundamentales. Lima. Palestra. 2004. p.
23. Quien señala: "en lo atinente a las partes procesales destaca, sin duda, las personas ju­
rídicas como partes acusadas pasivas, en tanto pueden ser pasibles de las medidas previstas
en los artículos 104° y 105° del CP. Aquí radica una de las novedades más singulares del
nuevo código, cuya incorporación da cumplida respuesta al reto que planteó el código penal
la prever las medidas contra las personas jurídicas, obviando el procedimiento que ha de
seguirse para imponerlas con pleno respeto del contradictorio y, en general, del derecho de
defensa".
(314) FEIJÓO SÁNCHEZ, Bernardo. La Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas, ¿Un Me­
dio Eficaz de Protección del Medio Ambiente?: Reflexiones Sobre la Responsabilidad de
las Agrupaciones y Asociaciones de Personas, (en) Revista Peruana de Ciencias Penales.
Lima. N° 9. Año V. 286-287. Si se optara por en una determinada legislación por la posibi­
lidad de iniciar un procedimiento separado contra la persona jurídica e imponerle conse­
cuencias jurídicas aisladamente a la finalización de dicho procedimiento, deben arbitrarse
medidas procesales que contemplen esta nueva realidad. No parece recomendable sentar en
el banquillo de los acusados al representante de la empresa como tal ya que ello supondría
una ilegitima "pena de banquillo" que afectaría el honor del representante [...] el Art. 129
CP. español solo hace referencia a la obligación de una audiencia previa con los titulares
o representantes legales de las entidades antes de imponer las consecuencias. Ello está en
consonancia con la idea de que la persona colectiva no es una de las personas imputadas en
el proceso penal, sino un objeto sobre el que se debe discutir el procedimiento.

250
PARTE I: MANUAL DEL NUEVO PROCESO PENAL

por defecto de organización o deficiente administración del riesgo, teniendo


en ese sentido la calidad de un sujeto procesal con derechos reconocidos, por
lo que puede participar en todas las etapas ejerciendo su defensa.

6.2.1. Mala fe procesal


El Art. 93°.2 señala con respecto a la persona jurídica: "su rebeldía
o falta de apersonamiento, luego de haber sido formalmente incorporada
en el. proceso, no obstaculiza el trámite de la causa, quedando sujeta a las
medidas que en su oportunidad pueda señalar la sentencia. De esta manera
el NCPP garantiza el normal desarrollo del procedimiento y la existencia
del juicio".
Pues la persona jurídica al ser considerada como sujeto del proceso
penal no solo se le debe de reconocer derechos (los del imputado) sino
también obligaciones y si no las cumple se le debe de sancionar en estricta
consonancia con la legalidad procesal.

6.3. Reglas del procedimiento de incorporación de la persona jurídi­


ca al proceso.
La primera regla es la denominada "titularidad del Fiscal", mediante
la cual se entiende que el Ministerio Público es el único órgano legitimado a
solicitar la incorporación de una persona jurídica al proceso. Esta disposición
stfrge como consecuencia del principio acusatorio, pues para la imposición de
consecuencias accesorias se requiere de una petición expresa del acusador.
La segunda regla la constituye "la oportunidad y audiencia", según-
el Art. 91° el lapso en el que puede ser incorporada la persona jurídica al
proceso es antes de la culminación de la investigación preparatoria.
Esta segunda regla es similar a la del tercero civil con respecto a
su incorporación pues la solicitud deberá ser formulada por el Fiscal al
Juez de la Investigación Preparatoria hasta antes de darse por concluida
la etapa investigativa, con la diferencia que el actor civil también puede
pedir su incorporación, pero en el caso de las personas jurídicas no, pues
no existe un interés patrimonial del actor civil con respecto a la persona
jurídica, pues las sanciones aplicables a ella no son reparadoras al actor
civil.

251
JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

Para el requerimiento Fiscal es necesario que se indique la identifica­


ción y el domicilio de la persona jurídica, la relación sucinta de los hechos
en que se funda el petitorio y la fundamentación legal correspondiente.
El trámite que seguirá el Juez Penal para resolver el pedido será el
estipulado en el artículo 8o, con la activa intervención de la persona jurídica
emplazada, es decir se debe de realizar una audiencia. Por lo tanto dicho
acto debe ser convocado dentro del 3° día de presentado el requerimiento,
el Fiscal debe concurrir de manera obligatoria para sustentar su pretensión.
En el turno que les corresponde los demás sujetos procesales de­
berán intervenir, el último será el representante de la persona jurídica en
ejercicio de su derecho de defensa. Culminada la audiencia el Juez de la
Investigación Preparatoria resolverá inmediatamente, o de ser el caso, en
el plazo de 2 días.
Una novedad más con respecto a este nuevo sujeto procesal es el
apoderado Judicial, pues señala el Art. 92° que una vez que la persona ju­
rídica es incorporada al proceso se requerirá a su órgano social, vale decir
empresa, que designe un apoderado judicial.
Exige además el código que no se designe como representante de la
persona jurídica a la persona natural que se encuentre imputada por los
mismos hechos, pues como señala PEÑA CABRERA(3I5) este imputado tam­
bién tiene una responsabilidad civil y el origen de este requerimiento es
precisamente el hecho punible que se le incrimina a su persona subyacien-
do a tales efectos un conflicto de intereses, incompatible para la salvaguar­
da de los intereses de la sociedad. Por último, señala la norma que, si pre­
vio requerimiento, en el plazo de cinco días, no se designa un apoderado
judicial, lo hará el Juez.

6.4. Medidas preventivas


Una de las consecuencias del ser considerado como sujeto procesal
en el proceso penal a la persona jurídica es la imposición de medidas pro­
visionales, así el Art. 313° señala las medidas reales que se pueden imponer
a la persona jurídica, las cuales son:

(315) PEÑA CABRERA FREYRE, Alonso Raúl. Exegesis del Nuevo Código Procesal Penal. (1° ed.)
Editorial Rodhas. Lima. 2006. p. 374.

252
PARTE I: MANUAL DEL NUEVO PROCESO PENAL

a. La clausura temporal, parcial o total, de sus locales o establecimien­


tos.
b. La suspensión temporal de todas o alguna de sus actividades.
c. El nombramiento de un Administrador Judicial.
d. El sometimiento a vigilancia judicial.
e. Anotación o inscripción registral del procesamiento penal.

Como señala ESPINOZA GOYENA(3,6) la finalidad de las medidas pre­


ventivas es fundamentalmente tuitiva, vinculada a evitar la continuidad
delictiva y el peligro objetivo que genera un defecto de organización de la
persona jurídica, en ese sentido no son medidas cautelares como la prisión
preventiva que se basan en el peligro procesal.

7. LA VÍCTIMA
La palabra víctima se define en el diccionario como persona o ani­
mal sacrificado o destinado al sacrificio, persona que se expone u ofrece
a un grave riesgo en obsequio de otra, persona que padece daño por culpa
ajena o por causa fortuita, persona que muere por culpa ajena o por acci­
dente fortuito(3,7).
Así se entiende que la víctima es un ser al cual se le ocasiona un
daño, teniendo esta la potestad o no de resarcirse, así, históricamente se
sabe que la víctima tuvo su época de oro durante el tiempo de la justicia
privada, pues ella buscaba justicia por sus propias manos, luego ella, de su­
jeto de derechos como era considerada, se transformaría en un mero sujeto
pasivo de una infracción de la ley del Estado*318), llegando a un estado de
abandono tanto a nivel de derecho penal material como procesal.
Es así que en la actualidad se considera que el proceso penal gene­
ra una segunda victimización, que es aún más negativa que la primera,
porque es el propio sistema quien victimiza a la persona a pesar que la
víctima se dirige al Estado pidiendo justicia. Como ejemplo de ello DE

(316) ESPINOZA GOYENA, Julio Cesar. Ob. Cit. p. 320.


(317) Real Academia de la Lengua Española, vocablo: victima (en línea) http://buscon.rae.es/
draeI/SrvltObtenerHtml?LEMA=v%C3%ADctima&SUPIND=0&CAREXT=l
(318) FLAVIO GÓMEZ, Luis. La Victimologia y el Modelo Consensúa! de Justicia Criminal (en)
Revista Peruana de Doctrina y Jurisprudencia. Lima. GRIJLEY. T. I. 2000. p. 67.

253
JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

LA CUESTA AGUADO refiere que a veces los interrogatorios de la defensa en


el proceso penal se orientan a tergiversar la intervención de la víctima en
los hechos, caso por ejemplo, del abogado que intenta hacer confesar a la
víctima de una violación que el acceso carnal fue realizado si no con su
consentimiento, sí como consecuencia de su "provocación", o recurriendo
a argumentos como el de "la hora es impropia para que una mujer decente
esté en la calle"<3,9\
Así vemos como el proceso penal es oneroso para la víctima ya que
a pesar de no existir tasas para poder actuar en el proceso penal, no existe
un abogado de oficio para esta, además que el proceso implica un desgaste
emocional.
Es así como la víctima es el sujeto procesal que había sido olvidado,
pero esta situación tiende a revertirse desde los años 70 del siglo pasado,
en que desde diversas perspectivas se aboga por un reconocimiento más
amplio de derechos a las víctimas en el sistema de justicia penal, incluso
se han adoptado diversos textos destinados a reconocer derechos explícitos
a favor de las víctimas en el proceso, el más importante es la Declaración
sobre Principios Fundamentales de la Justicia para las Víctimas de Deli­
tos y Abuso de Poder, adoptada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas el año 1985(320). En ese sentido en el NCPP recobra la importancia
que tenía, un ejemplo es que la protección de las víctimas es uno de los
objetivos del Ministerio Público, reto al cual hoy se enfrenta(321).
En Colombia, señala GUERRERO PERALTA, en el marco de la imple-
mentación de un sistema acusatorio una de las innovaciones que más inte­
resa es la función impuesta a la Fiscalía General de la Nación con relación
a las víctimas, pues de acuerdo con una primera aproximación a este acto
reformatorio de la Carta Política, el constituyente ha reformulado toda la
concepción existente en cuanto a la participación de las víctimas en el
proceso penal que se configura a partir de tres fundamentos. El primero

(319) DE LA CUESTA AGUADO, Paz. Victimología y Victimología Femenina: las Carencias del
Sistema. [Cádiz: España] 1994 [Citado el 15 de enero 2006] disponible en http://www.
robertexto.com/archivol8/victimologia.htm.
(320) CUBAS VILLANUEVA, Víctor. El Nuevo Proceso Pena! Peruano: Teoría y práctica de su
imple mentación. Palestra. Lima. 2009. pp. 226-227.
(321) DUCE, Mauricio. El Ministerio Público en la Reforma Procesal Penal en América Latina:
Visión general acerca del estado de los cambios. Ob. Cit. pp. 122-123.

254
PARTE I: MANUAL DEL NUEVO PROCESO PENAL

establece que una de las causales para la adopción de medidas restrictivas


de la libertad es la relativa a la protección de la comunidad y, en el contexto
de aquella, la norma establece que debe haber una especial consideración
a la protección de las víctimas. El segundo fundamento constitucional le
impone a la Fiscalía General de la Nación la tarea de solicitar ante el juez
de conocimiento las medidas judiciales necesarias para la asistencia a las
víctimas y al mismo tiempo la norma faculta al fiscal para requerir del juez
el restablecimiento del derecho y la reparación integral de los afectados
con el delito. El último fundamento no es novedoso y hace relación a la
función tradicional de velar por la protección de las víctimas al lado de los
jurados y los testigos. No obstante, en la misma disposición se remite a la
ley para que esta fije los términos en que podrán intervenir las víctimas
en el proceso penal y la adopción de mecanismos de justicia restaurativa a
que haya lugar(322).
Nuestro NCPP ha recogido este movimiento por el adecuado trata­
miento legislativo de la víctima; por ello en su título IV titulado "La víc­
tima" (dentro de la sección IV "El Ministerio Público y los demás sujetos
procesales") contiene tres capítulos: "El agraviado", "El actor civil" y "El
querellante particular", todas ellas relacionadas con la persona que ha su­
frido algún tipo de menoscabo a raíz de un delito pero que se diferencia
la una de la otra en el tratamiento legislativo que el código prodiga, por
ello antes de seguir haciendo esta referencia es bueno que tengamos en
claro algunos conceptos como: ofendido, perjudicado y agraviado que usa
el NCPP.
Ofendido, es aquella persona que de manera inmediata sufre la co­
misión de una conducta criminal, es decir, aquella persona contra la
que el sujeto activo dirige su conducta delictiva.
Perjudicado, comprende a terceros a quienes el delito haya produ­
cido cualquier clase de perjuicio, es decir, el sujeto pasivo del daño
indemnizable o el titular del interés directa e indirectamente lesio­
nado por el delito, que deduce expresamente en el proceso penal una
pretensión patrimonial causada por la comisión del delito.

(322) GUERRERO PERALTA, Osear Julián. Las Victimas en el contexto del Derecho Procesal Penal
Colombiano (Perfiles Comparativos), (en) HURTADO POZO, José (Dir.). Anuario de Derecho
Penal: la Reforma del Proceso Penal Peruano. PUCP Fondo Editorial. Lima. 2004. p. 419.

255
JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

Agraviado, es el ofendido o perjudicado, que por su sola calidad de


ser tal goza de derechos, sin necesidad de constituirse en parte civil,
en ese sentido es un concepto comprensivo de los arriba explicados.
Ello busca proteger su rol como sujeto procesal.
Actor Civil, es una categoría procesal de larga data, para ser actor ci­
vil el ofendido o perjudicado deben constituirse expresamente como
tal y deducir la correspondiente pretensión patrimonial en el proceso
penal.

7.1. El agraviado en el NCPP


Como señala el Art. 94° del NCPP agraviado es todo aquél que resul­
te directamente ofendido por el delito o perjudicado por las consecuencias
del mismo. SAN MARTÍN CASTRO(323) haciendo una diferencia similar en el
CdePP 1940 señalaba: "se define al actor civil como aquella persona que
puede ser el agraviado o sujeto pasivo del delito, es decir, quien directa­
mente ha sufrido un daño criminal y, en defecto de él, el perjudicado, esto
es, el sujeto pasivo del daño indemnizable o el titular del interés directa
o inmediatamente lesionado por el delito, que deduce expresamente en el
proceso penal una pretensión patrimonial que trae a causa de la comisión
de un delito".
Así el NCPP ha señalado una denominación distinta a lo que la doc­
trina nacional sostenía, por ello es del caso aclarar que si bien SAN MARTÍN
equipara agraviado a sujeto pasivo en el NCPP el sujeto pasivo sería el
ofendido y junto a él tenemos al perjudicado, quien es la persona que si
bien no es el titular del bien jurídico directamente perjudicado es afecta­
do de alguna forma y por ello requiere de una reparación y su ingreso al
proceso penal. Entonces, el concepto de agraviado se transforma en un
concepto amplio que abarca tanto al ofendido como al perjudicado, como
ya señalamos(324\

(323) SOLÉ RIERA, Jaime. La Tutela de la Víctima en el Proceso Penal. José María Bosch Editor.
Barcelona. 1997. p. 65 (cit.) SAN MARTÍN CASTRO, Cesar. Derecho Procesal Penal. Vol. I.
GRIJLEY. Lima. 2006. pp. 259 y 260.
(324) HoRvrrz LENNON, María Inés y LÓPEZ MASLE, Julián. Ob. Cit. p. 228. Señalan que en Chile
la regulación es más limitada, pues la ley procesal penal (chilena) define expresamente a
la persona de la víctima para los efectos de intervenir en el procedimiento y ejercer los
derechos que ella le reconoce, pues su artículo 108 inciso 1 CPP dispone que se considera

256
PARTE I: MANUAL DEL NUEVO PROCESO PENAL

Pero además el NCPP señala otros supuestos donde también a otras


personas se las consideran agraviadas:
En los delitos cuyo resultado es la muerte del agraviado tendrán tal
condición los establecidos en el orden sucesorio en el Código Civil.
Los accionistas, socios, asociados o miembros, respecto de los de­
litos que afectan a una persona jurídica cometidos por quienes las
dirigen, administran o controlan.

7.1.1. A ctor social


También este código regula la intervención del conocido como actor
social en los casos de asociaciones en los delitos que afectan intereses co­
lectivos o difusos, cuya titularidad lesione a un número indeterminado de
personas, o en los delitos incluidos como crímenes internacionales en los
Tratados Internacionales aprobados y ratificados por el Perú como señala
el artículo 94°.4 del NCPP.
En estos casos estos actores podrán ejercer los derechos y faculta­
des atribuidas a las personas directamente ofendidas por el delito, bajo la
salvedad que esto se hará siempre que el objeto social de la asociación se
vincule directamente con esos intereses y haya sido reconocida e inscrita
con anterioridad a la comisión del delito objeto del procedimiento.
Estas normas suponen que la legitimación no se circunscribe a los ti­
tulares de derechos subjetivos e intereses legítimos, sino que se extiende a
determinadas instituciones sociales por el mero hecho de su constitución y
reconocimiento jurídico para la defensa del interés común o general, pues
como señala SAN MARTÍN CASTRO(325) esta institución procesal busca una
mayor dinámica de protección de los bienes jurídicos penales relacionados
con los derechos fundamentales de la persona y con la protección de los
interés difusos.

víctima al ofendido por el delito, esto es, al titular del bien jurídico afectado por el delito,
sea persona natural o jurídica. No es víctima el sujeto pasivo de la acción si no es, al mis­
mo tiempo, titular del bien jurídico lesionado y protegido por el derecho penal. Así, si X
se apropia clandestinamente de un bien mueble de propiedad de Y, pero que al momento
de la sustracción se encontraba en poder de Z, sólo Y es víctima del delito de hurto.
(325) SAN MARTÍN CASTRO, Cesar. Derecho Procesal Penal Vol. I. Ob. Cit. p. 268. En el mismo
sentido HORVITZ LENNON, María Inés y LÓPEZ MASLE, Julián. Ob. Cit. pp. 301-302.

257
JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

Z.i.2, Derechos deí agraviado en ei NCPP


El Art. 95° del NCPP reconoce una serie de derechos del agraviado:
A ser informado de los resultados de la actuación en que haya in­
tervenido, así como del resultado del procedimiento, aun cuando no
haya intervenido en él, siempre que lo solicite.
A ser escuchado antes de cada decisión que implique la extinción o
suspensión de la acción penal, siempre que lo solicite.
A recibir un trato digno y respetuoso por parte de las autoridades
competentes, y a la protección de su integridad, incluyendo la de
su familia. En los procesos por delitos contra la libertad sexual se
preservará su identidad, bajo responsabilidad de quien conduzca la
investigación o el proceso.
A impugnar el sobreseimiento y la sentencia absolutoria.

La misma norma señala que el agraviado será informado sobre sus


derechos cuando interponga la denuncia, al declarar preventivamente o
en su primera intervención en la causa, lo-que se corresponde con el fun­
damental derecho de defensa que todo sujeto procesal ostenta, así podrá
tener la información de sobre cuál es la imputación que sobre el imputado
recae.
Asimismo si el agraviado fuera menor o incapaz tendrá derecho a que
durante las actuaciones en las que intervenga, sea acompañado por persona
de su confianza, pues el NCPP entiende que los menores de edad deben de
tener una persona de confianza a su costado para que sus manifestaciones y
otras actuaciones la hagan de manera que no afecte sus derechos.
El NCPP señala también que el agraviado tiene el deber de declarar
como testigo en las actuaciones de la investigación y del juicio oral, lo cual
es la correspondencia de su actuación de sujeto procesal, pues así como
tiene derechos también tiene deberes para con el proceso.

7.1.3. Designación de apoderado común


Señala el Art. 97° del NCPP que cuando se trate de numerosos agra­
viados por el mismo delito, que se constituyan en actor civil, si el Juez
considera que su número puede entorpecer el normal desarrollo de la cau­
sa, siempre que no existan defensas incompatibles, representen intereses

258
PARTE I: MANUAL DEL NUEVO PROCESO PENAL

singulares o formulen pretensiones diferenciadas, dispondrá nombren un


apoderado común, además, en caso no exista acuerdo explícito el Juez de­
signará al apoderado.
Como se aprecia el agraviado goza de los derechos de participación y
del derecho a la verdad con el solo hecho de serlo, de esta manera el orde­
namiento jurídico da una correcta protección al ofendido del proceso.

7.2. Actor civil en el NCPP


MORENO CATENA señala que actor civil es todo órgano o persona que
deduce en un proceso penal una pretensión patrimonial, por la comisión
de hechos delictivos imputados al autor, su naturaleza jurídica es de índole
civil, el interés que persigue es de índole económico y se requiere de toda
una formalidad para su intervención en el proceso penal(326).
Por ello la sentencia recaída en el Exp. N° 19-2001-09- A. V. de fecha
30 diciembre 2009, caso Barrios Altos y La Cantuta, señala: "se define
como parte civil [o actor civil] a quien es sujeto pasivo del delito, es de­
cir, quien ha sufrido directamente el daño criminal y, en defecto de él, el
perjudicado; esto es, el sujeto pasivo del daño indemnizable o el titular
del interés directa o inmediatamente lesionado por el delito. Así, pueden
constituirse en parte civil el agraviado, sus ascendientes o descendientes
(incluso siendo adoptivos), su cónyuge, sus parientes colaterales y afines
dentro del segundo grado, el tutor o curador".
Ello en atención a que el objeto del proceso penal tiene una doble
pretensión, en primer lugar la pretensión penal que la podemos entender
como la declaración de voluntad, dirigida contra el acusado, en la que se
solicita del juzgado penal una sentencia de condena al cumplimiento de
una pena o medida de seguridad fundada en la comisión por aquel de un
hecho punible; y por otro lado está la pretensión civil resarcitoria que pu­
diera surgir como consecuencia de los daños cometidos por la acción de­
lictuosa y que, de ser decidida con absoluta separación en un proceso civil
declarativo, produciría mayores gastos y dilaciones al perjudicado por el
delito, debido a la onerosidad y lentitud de un proceso civil(327).

(326) GIMENO SENDRA, Vicente y otros. Lecciones de Derecho Procesal Penal. Ob. Cit. p. 127.
(327) Ibi'dem. p. 75

259
JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

En ese sentido nuestro NCPP ha regulado de manera sistemática el


ejercicio y contenido de la acción civil, señalando que esta le corresponde
al Ministerio Público, pero especialmente al perjudicado por el delito, es
decir, si el perjudicado por el delito se constituye en actor civil, cesa la
legitimación del Ministerio Público para intervenir en el objeto civil del
proceso.
Sin embargo, el NCPP ha diseñado un ejercicio alternativo y otro
accesorio; en el primer caso se podrá ejercer la acción civil en el proceso
penal o ante el orden jurisdiccional civil, pero una vez que se opte por una
de ellas, la acción no podrá deducirse en la otra vía jurisdiccional. Sin em­
bargo, en protección de la acción ha señalado que cuando la persecución
penal no pudiere perseguirse o se suspenda por alguna consideración legal,
la acción civil derivada del hecho punible podrá ser ejercida ante el órgano
jurisdiccional civil.
Las reglas que regulan la participación del actor civil en el NCPP se
encuentran en los Arts. 98° al 106°, el Art. 98 define al actor civil como
quien ejercita la acción reparatoria en el proceso penal, pues es quien se­
gún la Ley civil está legitimado para reclamar la reparación y, en su caso,
los daños y perjuicios producidos por el delito.
Por ello, si bien de la redacción de este artículo señala que: "la acción
reparatoria en el proceso penal sólo podrá ser ejercitada por quien resulte
perjudicado por el delito", esto no quiere decir que el único legitimado
para constituirse en actor civil sea el llamado perjudicado, sino también el
ofendido.
La solicitud de constitución en actor civil se presentará por escrito
ante el Juez de la Investigación Preparatoria, conteniendo la prueba docu­
mental que acredita su derecho, es de tener en cuenta que la constitución
en actor civil deberá efectuarse antes de la culminación de la Investigación
Preparatoria.
Esta solicitud debe de contener, según señala el Art. 100°, bajo san­
ción de inadmisibilidad:
Las generales de Ley de la persona física o la denominación de la
persona jurídica con las generales de Ley de su representante legal.
La indicación del nombre del imputado y, en su caso, del tercero
civilmente responsable, contra quien se va a proceder.

260
PARTE I: MANUAL DEL NUEVO PROCESO PENAL

El relato circunstanciado del delito en su agravio y exposición de las


razones que justifican su pretensión.
La prueba documental que acredita su derecho, conforme al artículo 98.

Las facultades del actor civil en el NCPP están reguladas en el Art.


104°, en ese sentido es todo un plexo organizado de atribuciones señaladas
específicamente, destinadas a garantizar su derecho de defensa y su satis­
facción de resarcimiento civil en el proceso penal.
Además, según señala la norma el actor civil, sin perjuicio de los
derechos que se le reconocen al agraviado, está facultado para:
Deducir nulidad de actuados
Ofrecer medios de investigación y de prueba
Participar en los actos de investigación y de prueba
Intervenir en el juicio oral
Interponer recursos impugnatorios
Intervenir -cuando corresponda- en el procedimiento para la imposi­
ción de medidas limitativas de derechos
Formular solicitudes en salvaguarda de su derecho
El trámite de la constitución en parte civil según lo señala el Art.
102° se da de la siguiente forma: El Juez de la Investigación Preparato­
ria, una vez que ha recabado información del Fiscal acerca de los sujetos
procesales apersonados en la causa y luego de notificarles la solicitud de
constitución en actor civil resolverá dentro del tercer día, para este efecto
rige en lo pertinente, y a los solos efectos del trámite, el artículo 8 que es la
norma madre sobre audiencias, en las cuales debe regir la oralidad, inme­
diación, publicidad y contradicción.
Esta audiencia debe de ser convocado dentro del 3 o día de presentado
el requerimiento, en el turno que les corresponde, los demás sujetos proce­
sales deberán intervenir. Culminada la audiencia el JIP revolverá inmedia­
tamente, o de ser el caso, en el plazo de 2 días.
Contra la resolución que se pronuncia sobre la constitución en actor
civil procede recurso de apelación, regulándose conforme a las normas
sobre apelación de autos.

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JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

7.2.1. Participación activa


Con respecto a la participación del actor civil en el proceso penal,
este también puede colaborar con el esclarecimiento del hecho delictivo y
la intervención de su autor o participe, así como, acreditar la reparación ci­
vil que pretende acorde con su pretensión resarcitoria, no le está permitido
pedir sanción. En razón a que no existe un acusador privado adhesivo, se
concibe al actor civil como colaborador de la acción penal.
Asimismo, la constitución en actor civil, impide que presente de­
manda indemnizatoria en la vía extra - penal, a menos que el actor civil se
desistiera como tal antes de la acusación Fiscal, pues en este caso no le está
impedido de ejercer la acción indemnizatoria en la otra vía.

7.3. El querellante particular


El proceso penal de un sistema acusatorio requiere para su válido
funcionamiento que existan tres personas, cada una con un función en es­
pecífico, defender, juzgar y acusar, así la acusación es un requisito esencial
para que válidamente se constituya el proceso penal, pero esto no implica
que el acusador tenga que ser siempre el Ministerio Público a través del
fiscal.
Por ello, en la legislación comparada, encontramos que figuras como
el querellante adhesivo, es decir, una parte agraviada del delito con plenos
derechos de persecución penal, vienen ejerciendo sus derechos paralela­
mente al Fiscal o de forma subsidiaria.
En ese sentido, señala el artículo Art. 53° del Código Procesal Pe­
nal chileno que "la acción penal es pública o privada, la acción penal es
pública para la persecución de todo delito que no esté sometido a regla
especial y deberá ser ejercida de oficio por el Ministerio Público y podrá
ser ejercida, además, por las personas que determine la ley, con arreglo a
las disposiciones del código".
Junto a esta disposición señala el Art. 111° del mismo cuerpo nor­
mativo que, la querella podrá ser interpuesta por la víctima, su represen­
tante legal o su heredero testamentario, con lo cual se reconoce el dere­
cho de la víctima de instar una acción penal paralela a la del Ministerio
Público.

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PARTE I: MANUAL DEL NUEVO PROCESO PENAL

En el mismo sentido la Ley de Enjuiciamiento Criminal española se­


ñala en su Art. 270° que "todos los ciudadanos españoles, hayan sido o no
ofendidos por el delito, pueden querellarse, ejercitando la acción popular
establecida en el artículo 101 de esta ley", es decir el artículo que señala
que "la acción penal es pública" y que "todos los ciudadanos españoles
podrán ejercitarla con arreglo a las prescripciones de la ley".
Así, en Chile y España, la acción penal puede ser ejercida por la víc­
tima, sin embargo, este acusador privado, mal llamado querellante, en el
NCPP peruano es la parte acusadora necesaria en los procesos penales por
hechos delictivos perseguibles solo a instancia de parte en los que queda
excluida la intervención del Ministerio Público, es decir, se ha tomado un
modelo de querellante sólo para delitos perseguibles de instancia de parte.
La persecución de estos delitos depende no sólo de la voluntad del
ofendido, sino de que ésta se manifiesta precisamente por medio del pro­
ceso especial por acción privada. El agraviado en este caso es el titular
de la acción penal, tanto respecto de la incoación del proceso como de su
sostenimiento a lo largo del mismo.
En los delitos de ejercicio privado de la acción penal, conforme al nu­
meral 2 del artículo 1, el directamente ofendido por el delito podrá instar ante
el órgano jurisdiccional, siempre conjuntamente, la sanción penal y pago de
la reparación civil contra quien considere responsable del delito en su agravio.
Con respecto de los requisitos para constituirse en querellante par­
ticular estos están regulados en el Art. 108°, que señala que el querellante
particular promoverá la acción de la justicia mediante querella y el escrito
de querella debe contener, bajo sanción de inadmisibilidad:
La identificación del querellante y, en su caso, de su representante,
con indicación en ambos casos de su domicilio real y procesal, y de
los documentos de identidad o de registro.
El relato circunstanciado del hecho punible y exposición de las razo­
nes fácticas y jurídicas que justifican su pretensión, con indicación
expresa de la persona o personas contra las que se dirige.
La precisión de la pretensión penal y civil que deduce, con la justifi­
cación correspondiente.
El ofrecimiento de los medios de prueba correspondientes.

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JOSÉ ANTONIO NEYRA FLORES

Dentro de las facultades del querellante particular se encuentra la fa­


cultad de participar en todas las diligencias del proceso, ofrecer prueba de
cargo sobre la culpabilidad y la reparación civil, interponer recursos impúg­
natenos referidos al objeto penal y civil del proceso, y cuantos medios de
defensa y requerimientos estime necesarios en salvaguarda de su derecho.
Asimismo señala la norma que: "el querellante particular podrá in­
tervenir en el procedimiento a través de un apoderado designado especial­
mente a este efecto, pero esta designación no lo exime de declarar en el
proceso, esto se da en los casos en que no estuviere en el pleno ejercicio de
sus derechos civiles, en cuyo caso actuaría quien lo represente legalmente".
A diferencia de los procesos para delitos perseguibles por acción pe­
nal pública, para el querellante particular existe el desistimiento regulado
en el Art. 110° que señala que: "el querellante particular podrá desistirse
expresamente de la querella en cualquier estado del procedimiento, sin
perjuicio del pago de costas".
Además, regula el desistimiento tácito cuando el querellante particular
no concurra sin justa causa a las audiencias correspondientes, a prestar su
declaración o cuando no presente sus conclusiones al final de la audiencia.
Con respecto a la justa causa señala que esta deberá acreditarse, de
ser posible, antes del inicio de la diligencia o, en caso contrario, dentro de
las cuarenta y ocho horas siguientes a la fecha fijada para aquella, por lo
que el NCPP da la oportunidad para poder ejercer el derecho de defensa y
no se produzcan indefensiones producidas por la eventualidad.

8. TERCERO CIVILMENTE RESPONSABLE EN EL NCPP


Teniendo en cuenta que la comisión y la verificación de la existencia
de un delito da lugar a una responsabilidad penal y a una responsabilidad
civil, y estas pretensiones recaen sobre el imputado, es que podemos decir
que este también tiene responsabilidad por la indemnización de daños y
perjuicios ocasionados como consecuencia de su actuar delictivo, pero no
necesariamente la responsabilidad será asumida por él.
Esto es así por exigencia de la ley penal, pues esta responsabilidad
civil es compartida con un tercero que no tuvo ninguna participación en
los hechos delictivos, y que sin embargo debe asumir las consecuencias ci­
viles de ese hecho. En ese sentido existirá una responsabilidad civil directa

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PARTE I: MANUAL DEL NUEVO PROCESO PENAL

cuando el tercero civil coincide con el autor del hecho punible, y existiría
una responsabilidad civil indirecta cuando la responsabilidad recae sobre
persona distinta a la que cometió el delito, pero responde por ello al tener una
vinculación personal o patrimonial con el autor del hecho delictivo.
Entonces el tercero civil responsable es aquella persona natural o
jurídica que sin haber participado en la comisión del hecho punible inter­
viene en el proceso penal a efectos de responder económicamente a favor
del agraviado, es un tercero solidario que tiene una relación especial con
el imputado y con el delito, por ejemplo la responsabilidad por daño del
subordinado028', pues aquel que tenga a otro bajo sus órdenes responde por
el daño causado por éste último, si ese daño se realizó en el ejercicio del
cargo o en cumplimiento del servicio respectivo. También podemos decir
que el asegurador podrá ser llamado como tercero civilmente responsable,
si éste ha sido contratado para responder por la responsabilidad civil. El
autor directo y el autor indirecto están sujetos a responsabilidad solidaria
según lo señala el artículo 1981° del Código Civil.
Para que el tercero civil resulte responsable civilmente del hecho
punible del autor, se debe tener en cuenta o debe acreditarse los elementos
probatorios del vinculo existente entre el tercero y el imputado del delito, y
la infracción atribuida al imputado debe haberse realizado en el ámbito de
dicha vinculación o relación.
Debe precisarse que la ley establece que el tercero civil puede ser
incorporado como parte por el fiscal o el actor civil y solo es apelable la
resolución que deniega la constitución en parte civil, no se puede apelar la
resolución que admite la constitución en tercero civil.
En ese sentido MORENO CATENA señala que el tercero que aparezca
como responsable civil en el proceso penal adquiere, pues, esta condición
por adoptarse contra él alguna medida de aseguramiento de la responsabi­
lidad, permitiéndole intervenir tanto durante la investigación, en la pieza
separada que se forme, como en el juicio oral, de esta manera se preserva
el principio de contradicción y se evita la indefensión, salvaguardando la
tutela judicial efectiva(329).

(328) SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. Ob. Cit. p. 157.


(329) GIMENO SENDRA, Vicente y otros. Lecciones de Derecho Procesal Penal. Ob. Cit. p. 141

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