5 Min Mejoremos Nuestra Actitud

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MEJOREMOS

NUESTRA
ACTITUD
CHARLA DE
5 MINUTOS
Asume la alegría que no sientes, y en poco sentirás la alegría que asumiste.

¿Cuántos trabajos se pierden todos los días debido a asuntos relacionados con la actitud?
¿Cuántos ascensos se niegan por la forma en que las personas tratan a su trabajo o se relacionan
con los demás? ¿Cuántas amistades se destruyen debido a las malas actitudes? Con frecuencia
mucho más de lo que pensamos. Nadie merece perder un trabajo, un ascenso o destruir una
amistad importante como consecuencia de una mala actitud. La actitud no es algo fijo, es una
elección que se hace. Podemos elegir todos los días que tipo de actitud vamos a llevar al trabajo,
podemos elegir también si la mantenemos o no, pero, sobre todo, podemos decidir mejorarla.

¿Cuál es nuestra actitud en el trabajo?

Ya que nuestra actitud es una elección, siempre podemos cambiarla. No es un proceso sencillo,
pero con trabajo y perseverancia podemos hacer uno de los cambios más importantes para
nuestro crecimiento personal. Sigamos esta valiosa guía para mejorar nuestra actitud.

Seamos responsables de nuestra actitud.


No podemos culpar a otros por nuestra actitud, tampoco a nuestra
historia personal o a nuestros problemas. La actitud no viene de algo
externo a nosotros. Viene desde adentro.
Si nuestra actitud no es tan buena como podría serlo, y no aceptamos
la responsabilidad personal por ella, entonces nos dañamos a nosotros
mismos. Sin embargo, cuando podamos decir con total honestidad: “La
actitud que tengo, buena o mala, es responsabilidad mía y de nadie
más”, estamos en buen camino para mejorarla.
Evaluemos nuestra actitud actual.
Para mejorar nuestra actitud primero necesitamos evaluar en dónde
nos encontramos. Esto puede llevar algo de tiempo y depende de qué
tan conscientes estamos de nosotros mismos, podría incluso ser difícil.
Nuestra meta no es condenarnos; es vernos claramente para que
podamos hacer cambios positivos en nuestra manera de pensar. Aquí
tres pasos para evaluarnos:

Identifiquemos los sentimientos negativos hacia nosotros mismos.


Muchas veces nuestros sentimientos desempeñan un papel activo
mucho antes de que estemos conscientes de ellos. Así que debemos
preguntarnos: ¿Cuándo nos sentimos mal con nosotros mismos?

Identifiquemos sentimientos negativos hacia los demás. Los asuntos de


actitud a menudo se relacionan con otras personas. Deberíamos
preguntarnos: ¿Qué es lo que nos genera más problemas cuando
tratamos con nuestros compañeros de trabajo?

Identifiquemos pensamientos negativos. Somos el resultado de la suma


de nuestros pensamientos en el pasado. Si queremos ser diferentes en
un futuro, debemos pensar diferente. Así que la pregunta que debemos
contestar es esta: ¿Qué pensamientos negativos controlan nuestra
mente? No podremos mejorar nuestra actitud a menos que sepamos lo
que en este momento está impactando a nuestra mente de manera
negativa.

Desarrolla el deseo de cambiar.


El deseo de cambiar es la clave para el crecimiento en todas las áreas
de la vida. Irónicamente, la mayoría de la gente desea mejorar, pero al
mismo tiempo se resisten al cambio. El problema es que no se puede
mejorar sin cambiar. El cambio es posible, pero sólo si verdaderamente
lo queremos.
Cambiar nunca es fácil. Lleva mucho tiempo, enorme cantidad de
energía, perseverancia y sobretodo deseo. Esa no es una decisión que
se hace una vez y se olvida. Necesitamos cultivar el deseo a diario.
Puede ayudarnos si nos preguntamos: ¿Vamos a continuar haciendo el
esfuerzo de mejorar, o nuestra actitud actual es la mejor que tenemos?
Cambia tu actitud cambiando tus pensamientos.
La mente humana tiene un tremendo poder en nuestras vidas. Nuestros
pensamientos determinan nuestras acciones. Por esta razón, el lugar
donde nos encontramos hoy, es el resultado de los pensamientos
dominantes que nacen en nuestras mentes. Así también, la manera en
que pensamos determina nuestras actitudes. Pero como ya lo hemos
dicho, la buena noticia es que podemos cambiar; podemos controlar
nuestros pensamientos y, en consecuencia, controlar nuestra actitud.

Desarrolla buenos hábitos.


Gran parte de los que hacemos todos los días viene de conductas
habituales. A través del tiempo hemos desarrollado una forma de
comportamiento. Si deseamos obtener resultados diferentes en la vida,
entonces no es suficiente con cambiar nuestra manera de pensar,
también necesitamos cambiar nuestros hábitos. Fijémonos como el
hábito de la queja, la culpa, la crítica o la justificación modifican nuestra
actitud. El cambio de algunos hábitos claves puede traer beneficios
significativos a nuestro pensamiento.

Controla tu actitud a diario.


Cuando lleguemos al trabajo, necesitamos acordarnos de la decisión
que hicimos de tener una actitud positiva. Debemos manejar nuestros
pensamientos y dirigir nuestras acciones para que sean firmes con
nuestra decisión de mejorar.

Nuestra actitud es el mejor amigo o el peor enemigo que tenemos. Puede ayudarnos a conseguir
grandes victorias o acarrearnos a la derrota. Pero si cambiamos nuestra manera de vivir,
manejándola todos los días, cultivando y desarrollando pensamientos y hábitos positivos,
entonces podremos convertir a nuestra actitud en nuestra posesión más valiosa, abriendo
puertas y ayudándonos a vencer grandes obstáculos.

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