Sentencia Civil Contra Scaravelli
Sentencia Civil Contra Scaravelli
Sentencia Civil Contra Scaravelli
foja: 408
CUIJ: 13-04326553-3((012004-253211))
*104401789*
VISTOS:
Estos autos, arriba individualizados, llamados para sentencia a fs. 407, de los
que
RESULTA:
1) Que la presente causa tiene por origen la demanda glosada a fs. 16/40,
deducida por José Manuel Méndez y Ruth Elizabeth Funes, por su propio
derecho y en representación de su hija menor Sofía Abril Méndez Funes,
contra el Hospital Antonio J. Scaravalli y la Provincia de Mendoza, por los
daños y perjuicios que se habrían seguido por la deficiente atención,
inmediatamente posterior a su nacimiento, de la menor, ello conforme las
circunstancias de hecho que relacionan y del derecho que exponen. El reclamo
fue inicialmente estimado, en conjunto, en la suma de $ 8.662.400 o lo que en
más o en menos resultase de la prueba a rendirse, con más intereses y costas,
conforme los rubros y montos que luego discriminan y cuantifican. Ofrecen
prueba.-
A fs. 110/1 Fiscalía de Estado, a quien se ordenara dar intervención por estar
comprometido el interés de la Provincia, manifestó estar a los términos de los
respondes del hospital demandado y de la Provincia, adhiriendo a la prueba
ofrecida por éstos.-
3) Contestó la parte actora, a fs. 116/7, el traslado que de los respondes le fue-
ra conferido a fs. 115, negando los extremos invocados por los demandados y
ratificando en un todo los términos de la demanda, y a un tiempo amplia el
ofrecimiento de prueba.-
CONSIDERANDO:
Más adelante agrega que “en los estados modernos es principio admitido
unánimemente, la necesidad de que los poderes públicos accionen para
impulsar el desarrollo de la cultura, la protección de la salud pública, el
desenvolvimiento de la previsión social, etc. El cumplimiento de estos fines
puede lograrse de muy distintas formas y especialmente mediante la
organización de servicios administrativos a los cuales se asigna determinados
cometidos. El conjunto de actividades que realizan dichas administraciones,
constituye los servicios sociales” (n° 37, pág. 77), y entre sus caracteres
fundamenta-les enuncia los siguientes:
Pero como se dijera en un principio, trátase de un servicio social que cae bajo
la órbita del derecho público, que no debe ser calificado como un supuesto de
responsabilidad contractual, al que tampoco le resultan de aplicación las
disposiciones de ley de defensa al consumidor, condición que no revisten las
personas –los beneficiarios- a quienes se les brinda el servicio social.-
Tampoco puede servir de excusa que los padres de la recién nacida fueran
enfermeros titulados con servicio efectivo en un hospital pediátrico, ni la
deficiente comunicación que habría mediado entre el servicio médico del
hospital y los pacientes. El correcto diagnóstico y determinación del
tratamiento a seguir es responsabilidad de los médicos tratantes y no de los
pacientes, independientemente de los conocimientos que éstos pudieran tener
de medicina. Y en lo que hace a la comunicación deficiente, he de estar a los
dichos de la madre. Según ésta, fue informada por el servicio de enfermería
que debía volver para control –de peso- el día 24 de abril. Ello es lo que
consta en hoja de enfermería que en copia corre agregada a fs. 178 de estos
obrados. No se me escapa que la Sra. Funes en el expediente penal, tanto al
formular denuncia, como al prestar declaración testimonial, reconoce que con
posterioridad a los acontecimientos tomaron conocimiento de que se había
indicado que el control debía hacerse a las 24 hs. como se lee en la copia
agregada a fs. 24 de dicho expediente (ver fs. 5 vta. y 109 vta.,
respectivamente), pero en ambas ocasiones coincidentemente refiere que en
ocasión del alta hospitalaria se les dijo que debían volver el 24 de abril, y que
quien se lo dijo –esto según apunta en la declaración testimonial- fue la
enfermera Viviana Quiroga, jefa de Neonatología (extremos éstos –nombre y
cargo- corroborados en el descargo de las Dras. Cola y Rosetti; ver fs. 152
vta.).-
En tal sentido, el art. 1738 del Cód. Civil y Com. prescribe que la
indemnización debe comprender la pérdida o disminución del patrimonio de la
víctima, el lucro cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la
probabilidad objetiva de su obtención y la pérdida de chances, incluyendo las
consecuencias de la violación de los derechos personalísimos de la víctima, de
su integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales
legítimas y las que resulten de la interferencia en su proyecto de vida. El art.
1740 establece que la reparación debe ser plena, el 1741 contempla las
consecuencias no patrimoniales, cuyo monto debe fijarse ponderando las
satisfacciones sustitutivas y compensatorias que puedan procurar las sumas
reconocidas, y el 1746 señala que en caso de lesiones o incapacidad
permanente, física o psíquica, total o parcial, la indemnización debe ser
evaluada mediante la determinación de un capital, de tal modo que sus rentas
cubran la disminución de la aptitud del damnificado para realizar actividades
productivas o económica-mente valorables, y que se agote al término del
plazo en que razonablemente pudo continuar realizando tales actividades, y
agrega que los gastos médicos, farmacéuticos y por transporte se presumen en
tanto resulten razonables en función de la índole de las lesiones o la
incapacidad.-
“14- La niña Sofía Abril Méndez –señala el perito García Lodi- por sus
múltiples secuelas y sobre todo que son permanentes y que hacen un impacto
en todo su organismo y en todos los sentidos esenciales, debe recibir un
tratamiento multidisciplinario, interactuando varias especialidades, como
clínica pediátrica, neurología, tratamiento con medicación permanente,
oftalmología traumatología y ortopedia. También requiere estimulación
psicomotriz, temprana fonoaudiología (por los diferentes trastornos de
deglución u auditivos) y odontológicos ya que tienen trastornos en el esmalte
dental.
En lo que hace a los rubros reclamados por los padres, estimo adecuado el
monto insinuado en los alegatos, esto es, $ 1.800.000 para cada uno. En
concepto de gastos terapéuticos propios (incluido el “daño síquico” reclamado
por separado) y de la menor (que ellos, necesariamente, deberán solventar en
tanto no sean cubiertos por la obra social), y de transporte, los he de
justipreciar en la suma de $ 12.000.000. Y aunque no deba descartarse una
eventual necesidad de asistencia futura, la condición de empleados públicos
de los padres y la estabilidad laboral que ello supone hace que las chances no
se vislumbren como significativas; y teniendo además en consideración que la
contribución no siempre está dentro de las reales posibilidades de los hijos, es
que he de estimarla en la suma de $ 500.000 para cada uno.-
6) Las costas, en virtud de lo normado por los arts. 35, 36-I y 37-I del rito,
corresponde imponerlas los demandados que resultan vencidos.-
RESUELVO:
I.- Hacer lugar a la demanda deducida por José Manuel Méndez y Ruth
Elizabeth Funes, por su propio derecho y en representación de su hija menor
Sofía Abril Méndez Funes, contra el Hospital Antonio J. Scaravalli y la
Provincia de Mendoza, y, en consecuencia, condenar a estos últimos a
abonarles a José Manuel Méndez y Ruth Elizabeth Funes, en conjunto, la
suma de $ 16.600.000, y a Sofía Abril Méndez Funes, depósito judicial
mediante, la suma de $ 13.200.000, con más los intereses y del modo
señalados en el considerando 5).-
Notifíquese.-
CD