La Eutanasia y Nuestra Vida Cotidiana

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La Eutanasia y Nuestra Vida Cotidiana

Hubo un tiempo, que muchas personas en el mundo recuerdan con nostalgia, cuando era fácil
decidir quién estaba vivo y quién muerto. El médico buscaba el pulso, los latidos cardiacos, y el
movimiento del aire entrando y saliendo de los pulmones. Estos signos indicaban la vida; su
ausencia, la muerte, en cuyo caso no había más que hacer. Hoy no es así, el corazón puede dejar de
latir; los pulmones, desistir de su labor de fuelles; y sin embargo, el paciente puede seguir viviendo
gracias a la tecnología médica moderna. Tenemos máquinas, capaces de desempeñar la labor
fisiológica de órganos vitales que han dejado de funcionar espontáneamente. En consecuencia, ha
cambiado la definición médica de la muerte.

Hoy se dice que ésta ocurre cuando el cerebro está irreparablemente dañado en su totalidad.
Naturalmente, cuando esto sucede, los pacientes están en un profundo estado de coma, del cual no
pueden despertar, puesto que los centros cerebrales superiores, a cuyo cargo está la conciencia, han
sido completamente destruidos. Si la destrucción se extiende a los centros nerviosos inferiores,
habrá también imposibilidad de toser, de deglutir, o de reaccionar con arcadas (movimientos que
preceden al vómito) cuando se estimula la garganta. Considérese un paciente en este estado:
hundido en un profundo letargo, incapaz de responder, completamente inmóvil, sus pupilas no
reaccionan a la luz. Y sin embargo, la temperatura de su piel es normal, el corazón sigue latiendo, y
su respiración se mantiene mediante un dispositivo mecánico, es decir, un "respirador" artificial.
¿Cuánto tiempo vivirá así? Semanas, meses o años, si no se escatiman cuidados especializados y
costosas medidas médicas.

¿Existe la posibilidad de recuperación? Cuando hay "muerte cerebral total", no. El médico no debe
ser dogmático, y nunca le está mal una cierta dosis de humildad; pero es innegable que, casi
invariablemente (por no decir siempre), a la muerte "cerebral" sigue pronto la muerte "tradicional".
Por eso los comités de bioética, y otras autoridades competentes en muchas partes del mundo, han
concluido que puede declararse oficialmente muerta a toda persona en quien se cumplen los bien
definidos criterios clínicos de muerte cerebral total.

Ahora bien, si nos enteramos que alguno de nosotros, tuvo un familiar con este cuadro clínico y
tomo la decisión -al depender de él- de desconectar de un respirador artificial hasta que falleciera.
Desde lo que hemos visto en clase ¿Que pudiéramos pensar?

La Actividad evaluativa, es responder reflexivamente las preguntas que están a continuación vía
web, es decir, la elaboran en Word y me la van a enviar a [email protected], el periodo en lo
pueden hacer este desde hoy sábado hasta el lunes a las 12:00 pm.

1. ¿Es aceptable dejar con vida a ese familiar con un coma que será muy difícil que sea
diferente?
2. ¿Es posible que una persona pueda disponer de la vida de otra?
3. ¿Habría que mantener al familiar con vida esperando avances médicos sin importar el
tiempo que dure?

Saludos

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