1 Primera Parte Reinado Alfonso XIII
1 Primera Parte Reinado Alfonso XIII
1 Primera Parte Reinado Alfonso XIII
1. La primera parte del reinado de Alfonso XIII y los proyectos del Regeneracionismo
político.
1.1 Los grandes problemas del país. Cabe resaltar en primer lugar la sucesiva
descomposición de los partidos dinásticos, provocada por la desaparición de sus dirigentes
históricos (Cánovas y Sagasta) y las luchas de los nuevos líderes por hacerse con el control
de los partidos, lo que conllevó a una cada vez más implicación del rey en cuestiones
políticas y, por tanto, a un mayor rechazo hacia su persona e instituciones monárquicas.
Por otro lado, destacar también el aumento de la conflictividad social, con un
incremento de huelgas. El movimiento obrero va a adquirir una notable fuerza a través de
los sindicatos (anarquista y socialista), en los que crece la afiliación.
Otro de los problemas fue la reaparición de la cuestión religiosa. Socialistas,
republicanos y una parte del sector liberal estaban a favor de delimitar el número de
congregaciones. La iglesia católica había experimentado un fuerte avance desde el inicio
de la Restauración. El anticlericalismo se extendió por buena parte de la opinión pública
(sobre todo entre las clases populares).
También debemos citar el llamado problema militar, favorecido por el acentuado
espíritu castrense del monarca1. El sector militarista -herido- atribuía toda la
responsabilidad de la derrota del 98 a los políticos y reivindicaba la vuelta al papel
protagonista del ejército durante el XIX. A esto se opondrán los antimilitaristas y un sector
crítico de la prensa que acusaba a los militares de la derrota.
El regional/nacionalista fue otro problema irresuelto. Las corrientes autonómicas en
Cataluña, País Vasco o Galicia se irán afianzando cada vez más. Será el catalán el que
adquiera mayor fuerza, influyendo intensamente en la política general del país. Para los
políticos conservadores y liberales de Madrid y del resto de España, además de para los
militares, el nacionalismo equivalía a separatismo y, por tanto, un riesgo de disgregación
de la Patria.
1
Ley de jurisdicciones (1906), que ponía bajo jurisdicción militar toda ofensa a la patria, la bandera o el
ejército. El origen de esta ley estuvo en un chiste antimilitarista publicado por un semanario satírico catalán
(Cu-cut).
1.2 Los intentos de regeneración del sistema: el Gobierno de Maura. La primera etapa
del reinado de Alfonso XIII estuvo marcada por el espíritu regeneracionista y de cambio
que, dentro y fuera del sistema, se había extendido tras la crisis del 98, y cuya figura más
destacable fue Joaquín Costa, que criticó todo el sistema político de la Restauración y
considerándolo como “organismo enfermo” y “degenerado”.
A la nueva línea de actuación seguida desde el poder se denominó revisionismo, ya
que los gobiernos, tanto liberales como conservadores, se propusieron realizar una
“revisión” del sistema político, modificando lo imprescindible para rectificar sus mayores
defectos y adaptarlo a algunas de las demandas de la sociedad española.
El primer programa amplio de reformas lo impulsó Maura, nuevo líder del Partido
Conservador, durante el llamado “gobierno largo” (1907-1909). Su intención era hacer la
“revolución desde arriba” para evitar la revolución desde abajo; es decir, reformar lo
estrictamente necesario, sin alterar las bases fundamentales del sistema.
- Medidas de carácter social y laboral: se crea el Instituto Nacional de Previsión,
embrión de un futuro sistema de Seguridad Social. Se intentaba de dar cobertura,
sobre todo, a la lamentable situación de los trabajadores que, por su vejez, se veían
obligados a dejar de trabajar. Se crea el llamado “retiro obrero”, por el que, a
cambio de una cotización del trabajador durante su vida laboral activa, podría
jubilarse con una pequeña pensión 2. También se promulgó la Ley de Huelga (1909),
que pretendía regular el ejercicio de este derecho, más bien orientada a
controlarlas que al derecho de ejercerlas, por lo que el incumplimiento fue
frecuente.
- La Ley de Reforma Electoral (1907): su intención declarada, dentro de los
propósitos regeneracionistas del momento, era eliminar el fraude y garantizar la
limpieza de las elecciones. Pero la realidad fue muy distinta. Se introdujo el voto
obligatorio, cuyo verdadero propósito era movilizar a los indiferentes, potenciales
votantes moderados, y contrarrestar así el voto de republicanos y socialistas. En
realidad, el caciquismo siguió arraigado, pero también se opina que tuvo el efecto
positivo de permitir una progresiva independización del electorado.
1.3 La cuestión de Marruecos y la Semana Trágica de Barcelona (1909). Perdido el
imperio ultramarino, España trató de participar en el reparto de África, del que se estaban
beneficiando las grandes potencias europeas, como Inglaterra, Francia, Alemania o
Bélgica.
Marruecos se convirtió así en el nuevo objetivo colonial de España, lo que exigía llegar a
acuerdos con Francia, pues la zona pertenecía a su área de influencia. En 1904 se firma el
Convenio hispano-francés que ratificaba los intereses españoles en Marruecos. La
ocupación militar comenzó en febrero de 1909, lo que provocó el descontento popular a
2
La verdadera eficacia de ésta llegó a partir de 1919.
causa de los reclutamientos forzosos que sólo interesaba a un sector del ejército (que veía
en ella la recuperación del prestigio perdido en el 98) y a los capitalistas interesados en las
minas de hierro del Rif.
El 9 de julio los rifeños atacaron una línea de ferrocarril próxima a Melilla y mataron a
cuatro trabajadores españoles, por lo que Maura decide reforzar militarmente la zona,
implicando la movilización de reservistas y, agudizando así el clima de tensión. Socialistas y
anarquistas convocaron huelga general. Los cabecillas de dicha huelga fueron detenidos.
En Barcelona, puerto donde debían embarcar las tropas, comenzaron la huelga y las
manifestaciones, que se extendieron a otras localidades catalanas. La autoridad militar
declaró el estado de guerra y se desató una oleada de violencia callejera entre el 26 y 31
de julio de 1909 conocida históricamente como Semana Trágica, la población reaccionó
levantando barricadas y quemando iglesias y conventos. La represión fue dura, con miles
de detenciones y casi doscientas penas de destierro, más de cincuenta cadenas perpetuas
y diecisiete penas de muerte (de las que se ejecutaron cinco).
Las consecuencias de la Semana Trágica fueron importantes, provocó la caída de Maura
que perdió el respaldo del rey, dando el gobierno a los liberales tras su dimisión. Por otra
parte, la experiencia hizo ver a los anarquistas la necesidad de una organización sindical
propia, si pretendían combatir con eficacia el poder del Estado y a la patronal. Por ello en
1910 se fundó el sindicato anarquista Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que a
diferencia del socialista (UGT), propugnaba un sindicalismo apolítico, partidario de la
acción directa y la huelga general como principales instrumentos de lucha.