Gazga, Alfonso (2002) - Mayos de Sinaloa
Gazga, Alfonso (2002) - Mayos de Sinaloa
Gazga, Alfonso (2002) - Mayos de Sinaloa
Mayos de Sinaloa.
Gazga, Alfonso.
Cita:
Gazga, Alfonso (2002). Mayos de Sinaloa. Proyecto Perfiles Indígenas de
México, Documento de trabajo.
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PERFIILES INDIGENAS DE MÉXIC
CO / MAYOS D
DE SINALOA/ Alfonso Gazgga
Índice
Presentación 3
Historia 7
Identidad 13
Demografía 18
Migración 31
Economía 34
Desarrollo Social 38
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
I. Presentación
Este estudio de los mayos de Sinaloa hace un análisis del grupo étnico basándose en información
actualizada a nivel socioeconómico, demográfico y cultural con el objeto de dar un panorama
global y completo de esta comunidad indígena.
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II. Ubicación en el territorio nacional
Sinaloa es una de las 32 entidades federativas de la República Mexicana. Con una extensión de 58
mil 92 km 2 representa un 2.9 % del territorio nacional. Se localiza en el noroeste de México,
colindando hacia el norte con Sonora y Chihuahua; hacia el este con Durango y Nayarit; hacia el
sur con Nayarit y el Océano Pacífico, y hacia el oeste con el Golfo de California y Sonora.
Sinaloa es un Estado rico en recursos naturales, pues cuenta con nueve presas que tienen la
capacidad de almacenar más de 18 mil millones de metros cúbicos de agua; por otra parte, su
superficie agrícola es de un millón 334 mil hectáreas, de las cuales, 750 mil son de riego. Su
principal actividad económica es la agricultura y, en menor medida, la industria manufacturera y la
pesca.
La población indígena del Estado de Sinaloa representa sólo un 2.2% del total de los habitantes del
Estado y, apenas, un 0.82% del total de los indígenas que habitan en el país. Sinaloa está dividido
en 18 municipios con distinto porcentaje de población indígena; los que tienen una mayor densidad
de PHLI son Culiacán y Navolato, siguiéndole en proporción los municipios de Elota, El Fuerte,
Ahome y Choix.
Por su parte, la región mayo, que comprende los municipios de Ahome, Guasave y El Fuerte, está
ubicada al norte del actual Estado de Sinaloa y al sur de Sonora, entre los paralelos 25° y 27°
latitud norte y los meridianos 107° a los 110° de longitud oeste.
A la región mayo se puede llegar por carretera, ferrocarril o avioneta. Sobresale por su importancia
la carretera federal número 23 Los Mochis-El Fuerte-Choix. Cuenta, además, con comunicación
regional a través de carreteras y caminos pavimentados, revestidos y de terracería.
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Clima y suelo
Las poblaciones del Estado de Sinaloa, donde se encuentra el mayor número de habitantes
indígenas mayo-yoreme, poseen un clima que va desde el desértico (en la zonas cercanas a la
Sierra Tarahumara) hasta el subtropical (en las comunidades más cercanas a la costa). La
temperatura llega hasta los 45° C (durante el verano), aun cuando el promedio anual es de 25°. El
promedio de precipitación pluvial anual es de 400 mm. En el municipio de Ahome el terreno en
general es plano, con presencia de serranías de poca elevación; al noroeste se encuentra la Sierra
San Pablo o Balacachi, que viene de El Fuerte, y al sudeste se encuentra la Sierra Navachiste, que
se prolonga hasta la Bahía de Topolobampo, que tiene su altitud más importante dentro del
territorio municipal del Cerro de Visvi, frente a Higuera de Zaragoza; esta serranía separa a las
bahías de Navachiste y Ohuira y a las de Navachiste y San Ignacio. El desvanecimiento de la
Sierra de Álamos determina la existencia de cerros aislados como el de Terome, Cocodrilo, Baturi,
Memoria, Batequis, Tescuga y Oteme, que no sobrepasan los 300 metros sobre el nivel del mar.
En el municipio de El Fuerte la parte noroeste y suroeste del municipio está cubierta por selva baja
caducifolia y el oeste por matorral sarco-crasicaule, el cual ocupa gran parte del territorio.
Los suelos de esta región son castaños tipo chestnut, con bastante pobreza en su capa vegetal,
así como suelos arcillosos, limosos y con migajones que dificultan el trabajo de la agricultura
(Aguilar, 1994). Estos suelos son irrigados por los ríos Mayo y Fuerte. En la actualidad la región
cuenta con una importante infraestructura hidráulica gracias a la construcción de las tres presas
mayores del Estado, la “Josefa Ortiz de Domínguez”, la “Miguel Hidalgo”, y la “Luis Donaldo
Colosio”.
Hidrografía
El río Fuerte es uno de los más importantes recursos hidrológicos de la vertiente del Pacífico Norte;
su origen se localiza en la Sierra Tarahumara y penetra al municipio por su parte oriental,
recorriéndolo de noroeste a sudoeste, desde San Miguel Zapotitlán, pasando por Higuera de
Zaragoza, hasta desembocar en el Golfo de California. Su área de cuenca, estimada por la
Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, es de 33 mil 590 km 2 , y escurre un volumen de
agua promedio de 4,838 millones de metros cúbicos. Este río atraviesa los municipios de Choix, El
Fuerte y Ahome, donde se localiza el mayor número de indígenas mayos de Sinaloa.
Flora y fauna
La flora propia de esta región es característica de lugares desérticos: álamos, cactus, choya,
mezquites, aceitur de monte, etc. Por sus suelos, es característica la proliferación de zacates
bajos, arbustos, chaparrales y vegetación tropical, como palmeras y mangles. Su riqueza, con
relación a la fauna, se compone de reptiles como víbora de cascabel, iguanas, caimanes, tortugas
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y demás especies propias de climas desérticos. Entre sus mamíferos encontramos liebre,
tlacuache, jabalí, venado cola blanca, tlacuache, etc. Entre las aves figuran gorrión, codorniz,
paloma, guacamaya, carpintero, guajolote silvestre, cuervo, etc. Dado el avance de la
industrialización en la zona y gracias a los proyectos de urbanización gran parte de estas especies
están en vías de extinción (Aguilar, 1994).
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III. Historia
Época prehispánica
La parte del país que corresponde a lo que actualmente es el Estado de Sinaloa estaba habitada
antes de la conquista por tehuecos, sinaluas, zuaques y ocoromis (correspondientes a la familia
lingüística de los cahitas) y por ahomes, guasaves, níos, chinipas, guazapares, témoris, huites,
tubares, soes, mocoritos y cumanitos (de estos últimos grupos se desconoce su filiación
lingüística).
Los cahitas, aun cuando había llevado a cabo un importante desarrollo en la agricultura, no
dependían exclusivamente de esta actividad. Las condiciones geográficas y climáticas (zonas
desérticas, altas temperaturas) los obligaban a recurrir a otro tipo de prácticas que les permitiera
subsistir; actividades tales como la recolección, la pesca y la caza eran complementarias a la
agricultura. Los cahitas vivían en pequeñas aldeas ubicadas generalmente en las riberas de los
ríos, ya que aprovechaban el riego natural para el cultivo del maíz, su principal alimento. Su
organización social corresponde a lo que los antropólogos denominan como sociedades tribales,
es decir, sociedades igualitarias, con poca complejidad en su organización social y sin formas de
estratificación ni de división del trabajo; de ahí que en las sociedades tribales no exista la división
de clases sociales.
Los cahitas ocupaban un territorio que comprendía desde el río Mocorito hasta el Yaqui (en el
actual Estado de Sinaloa). Como señala Aguilar, “Los warohios, los rarámuri, los guarijíos, los
mayos y yaquis son el resultado de un proceso de redistribución étnico-regional que transformó el
carácter de estos grupos” (Aguilar, 1994).
Muchos de estos pueblos han desaparecido o se han transformado al grado de perder la mayoría
de sus relatos de origen y de sus rasgos identitarios. En suma, “sólo como ejemplo de los procesos
de extinción de los pueblos indios, podemos señalar que en el noroeste de México, en los actuales
Estados de Baja California Norte, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Chihuahua ha
desaparecido más de una treintena de etnias indias por diversos procesos –no excluyentes entre
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sí–,entre los cuales puede señalarse el exterminio directo, el despojo territorial, la asimilación y el
mestizaje racial y cultural” (Figueroa, 1992).
Conquista y colonia
Con la llegada de los españoles y la avanzada de Nuño de Guzmán a Oasisamérica en 1531, los
mayos fueron difícilmente sometidos pues las formas de yugo y dominación que los españoles
intentaban implantar en la región (formas de dominación tales como la encomienda) no
prosperaban en estos grupos humanos que podían subsistir sin necesidad de ningún tipo de
asentamiento firme. Esto se debía por una parte a que, dadas las características orográficas y
climáticas de la región, los mayos no dependían enteramente de la agricultura y podían sobrevivir
de la caza o la pesca; por otro lado, dado que estas sociedades indígenas del noroeste no poseían
una estratificación social fuertemente marcada, es decir, no existían formas de dominación clasista,
los conquistadores no pudieron implantar los métodos de dominio que habían practicado en
Mesoamérica. Como es bien sabido, la conquista en Mesoamérica fue en gran medida posible por
la implantación de las encomiendas, mismas que se crearon sobre la base de los calpulli.
Pero, en la región noroeste del país, cada vez que una avanzada militar española llegaba hasta
alguno de los asentamientos de la región, los pobladores podían huir hacia las zonas despobladas
con gran facilidad. Del mismo modo, al querer someterlos bajo la figura de la encomienda, los
indígenas de esta región podían escapar hacia otras zonas. Un claro ejemplo de esto ocurrió en el
poblado de San Miguel de Culiacán, el cual estuvo a punto de desaparecer como centro de control
de los españoles, ya que éstos habían recibido en encomienda las aldeas situadas a las orillas de
los ríos, y al llevar a cabo una fuerte explotación sobre los mayos; éstos se habían rebelado,
abandonando sus tierras. De ahí que la conquista de los mayos por parte de los españoles exigió
grandes esfuerzos militares y una profunda penetración espiritual y evangelizadora.
A finales del siglo XVI se introduce un elemento que será determinante para la conquista de la
región: la misión. Los primeros misioneros jesuitas fueron los padres Gonzalo de Tapia y Martín
Pérez, quienes fundan las primeras misiones en Guasave, Nío, Bamoa y Ocoroni, en el año de
1591. Pero no será sino hasta la llegada del sacerdote jesuita Pedro Méndez, en 1601, cuando se
logra una definitiva evangelización de los mayos.
Otro de los elementos que tuvo importancia decisiva para la conquista de los grupos indígenas de
esta región del país fue la fundación del Presidio de Sinaloa en 1595. La colonización de esta zona
fue, entonces, llevada a cabo por medio de las armas y de la religión, de las misiones jesuitas y del
presidio.
Aun así, se producen, a lo largo de varios años, una serie de rebeliones que no culminarán sino
hasta mediados del siglo XX.
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Durante los primeros lustros del siglo XVII, los españoles (militares y religiosos) pudieron avanzar
hasta las márgenes del río Mayo (en 1615, Pedro Méndez funda la primera misión en el Mayo),
sometiendo por las armas y por el Evangelio a los zuaques, tehuecos, guasaves, cocronis, mayos
y, en términos generales, al conjunto de sociedades cahitas que estaban asentadas en el noroeste
del México actual.
Los mayos, durante el siglo XVII, fueron trabajadores temporales en las empresas y las minas de
los colonos. En 1684 comienza la explotación minera en Álamos, lo cual provoca el
desplazamiento de los mayos de esa zona.
Por otra parte, ya para mediados del siglo XVIII, en 1740, los mayos realizan una alianza con los
yaquis, con el propósito de rebelarse en contra de los jesuitas. El jefe de la rebelión fue un
indígena yaqui llamado Juan Calixto o Muni. En esta rebelión los mayos-yoremes son derrotados y
comienza para ellos un periodo de “paz” que dura hasta el año de 1825.
Ya en la segunda mitad del siglo XVIII, con la expulsión de los jesuitas de todas las colonias de la
Corona española, la situación de los mayos se vio seriamente afectada. La expulsión de los
jesuitas del territorio nacional tuvo una importancia radical para la empresa de colonización de la
zona ya que, las comunidades indígenas, amparadas y avaladas por los misioneros jesuitas,
quedaron en gran medida fuera del desarrollo económico de la región, con lo cual muchas
comunidades fueron desapareciendo (por exterminio, por las condiciones socioeconómicas a las
que se vieron sometidas, etcétera). Los indígenas mayos y yaquis (entre otros) fueron integrados al
mercado laboral como jornaleros, mineros, etc. Esto determinó en gran medida la desaparición y/o
transformación de las comunidades, pues alejadas de su ámbito propio (que en cierto sentido
seguía manteniéndose por medio de las misiones) fueron separadas de sus raíces culturales.
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Esto propició que muchas comunidades desaparecieran como entidades culturales diferenciadas,
pues la noción de pertenencia a una misma tierra, a un mismo lugar, también iba en proceso de
desaparición.
Independencia
Los procesos independentistas no contaron con una participación importante de los grupos
indígenas de la región noroeste del país. Los mayos, por su parte, tampoco tuvieron una efectiva
participación en ello. Pero, con la independencia de México frente a la metrópoli española, la
situación de los mayos se vio seriamente afectada ya que las políticas en materia indígena,
durante el siglo XIX, ya no estaban determinadas por la dominación de los pueblos indios con el
argumento de la evangelización espiritual propia de la Colonia. Más bien, la idea presente en el
siglo XIX era la del progreso de la nación, progreso que veía como un lastre a las comunidades
indígenas del país. Uno de los recursos implantados durante el siglo XIX para mermar a las
poblaciones indígenas fue el despojo de las tierras pertenecientes a las comunidades. En los
pueblos mayos esto adquirió proporciones cada vez mayores, lo cual aceleró el proceso de
mestizaje racial y cultural.
Durante el siglo XIX, los pueblos mayos comenzaron a ser gobernados por mestizos o por gente
que no pertenecía a la comunidad. Esto se debió a que los nuevos mexicanos independientes
pertenecientes a las élites económicas comenzaron a asentarse en los territorios ocupados antaño
por los mayos (las antiguas misiones jesuitas), pues estas tierras eran sumamente fértiles y
poseían ya todos los servicios urbanos necesarios, lo cual las hacía ampliamente codiciadas por
criollos y mestizos.
Este fue el caso de asentamientos que dejaron de ser exclusivos de las comunidades yoremes,
tales como Mochicahui, Ahome y Guasave (en el actual Estado de Sinaloa) y de Navojoa (en
Sonora).
Cabe aclarar que tanto Sonora como Sinaloa formaban, antes de las luchas de Independencia, una
sola entidad denominada Provincias Internas de Sonora y Sinaloa. En 1700 la región que abarcaba
Sinaloa y parte de Sonora formaba parte de la Audiencia de Guadalajara, es decir que:
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De ahí que la denominación dada a este grupo indígena como los “mayos” tenga un carácter
despectivo y negativo, discriminatorio y excluyente, que tiene su origen en una confusión a la hora
de designarlos, y que data de hace ya varios siglos. De ahí también que la distinción entre los
mayo de Sinaloa y los de Sonora obedezca más bien a una distinción geográfica posterior a la
conquista y a la Colonia. En 1824 se constituyen ambos Estados en el Estado de Occidente, y ya
para 1831 se da la separación definitiva tal como actualmente está establecida
Durante todos estos años se llevó a cabo una serie de rebeliones en las que participaron tanto los
yaquis como los mayos (aunque éstos de una manea más parca). Rebeliones importantes donde
los mayos participaron fueron la de 1826 (Rebelión de Río Mayo) y la de 1827 (Rebelión de Río
Fuerte). Para contrarrestar estos intentos de sublevación, el gobierno mexicano continuó con su
política de desaparición de tierras comunales y el establecimiento de pequeñas propiedades
privadas.
Porfirismo y revolución
En las postrimerías del siglo XIX y en la primera década del siglo XX las comunidades indígenas
mayo siguieron sufriendo una serie de atropellos y de agresiones. Siendo mano de obra barata, los
mayos fueron, durante los años del porfiriato, la verdadera clase trabajadora del Estado de Sinaloa.
Ellos se encargaban de realizar las más variadas actividades laborales (peones agrícolas, arrieros,
mineros, gambusinos, etcétera), contribuyendo así al intento de desarrollo económico y
modernizador propio de las políticas porfiristas. Pero al mismo tiempo, una vez que la presencia de
las tendencias políticas de Porfirio Díaz se hizo sentir en la región: los yaquis y los mayos sufrieron
una de las más terribles embestidas en la historia del México independiente.
Dado que los mayos (y los yaquis) representaban, a los ojos del gobierno, la principal fuerza
opositora para el desarrollo capitalista de Sonora y Sinaloa (esto no sólo por poseer las tierras más
fértiles y de mejores condiciones de la zona sino, además, por su propio proyecto nacional, que
había ido gestándose a lo largo de varios siglos y un buen número de rebeliones), su sometimiento
fue visto como una necesidad ineludible para el efectivo desarrollo económico de la zona.
Haciendo gala de todo tipo de recursos militares e ideológicos, durante estos años el exterminio
de los mayos alcanzó niveles estremecedores. Continuando con la constante de los últimos siglos,
se siguió realizando el despojo de tierras a las comunidades de indígenas mayo, lo cual propició
una importante rebelión encabezada por Juan Banderas Cajeme, indígena yaqui que logró
aglutinar un gran número de mayos y yaquis (mil y tres mil, respectivamente) que se lanzaron a
luchar en contra del gobierno de Díaz, en el año de 1882.
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intereses. Durante más de cuatro años la región se vio envuelta en una serie de enfrentamientos,
donde los mayos tuvieron una participación determinante, logrando algunos breves triunfos sobre
el ejército mexicano. Pero, con la muerte de Cajeme en 1887, la alianza entre mayos y yaquis se
dio por terminada, propiciando con ello la rápida y terrible dominación de los primeros.
Ya para el año de 1902, en los albores del siglo XX, el gobierno porfirista emprendió una guerra de
exterminio total hacia la población yoreme y yaqui, que duró hasta el año de 1908. Los indígenas
mayos eran vendidos como esclavos y eran enviados a diversas regiones del país tales como Valle
Nacional en Oaxaca, o a las haciendas henequeras de Yucatán, donde eran obligados a trabajar
bajo condiciones lamentables. Muchos de ellos eran, asimismo, brutalmente asesinados.
Los mayos tuvieron una participación activa en la Revolución Mexicana dentro del Ejército
Constitucionalista, encabezado por Álvaro Obregón (Figueroa, 1992). Con la promesa de que sus
tierras usurpadas les serían devueltas al triunfo de los constitucionalistas, los mayos se alistaron en
las filas de Obregón, donde combatieron. La promesa hecha por Obregón jamás fue cumplida.
Tendrían que esperar hasta el periodo de gobierno de Lázaro Cárdenas, durante el cual se les
resolvió su demanda de tierra mediante la constitución de los Ejidos de Valle del Mayo (Aguilar). El
problema de esto fue que los mayos perdieron el control sobre su territorio al integrar a los
mestizos a los ejidos y permitirles el acceso a cargos como el de comisario ejidal. Esto ha llevado a
que los pueblos con una alta cantidad de habitantes mayos sean gobernados por yoris (los que no
respetan la tradición), dejando sólo los cargos religiosos y ceremoniales a los propios mayos.
En épocas más recientes cabe destacar la construcción de la presa “Adolfo Ruíz Cortines” o
“Mocurazi”, en 1950, lo cual propició la total desaparición, por inundaciones, del pueblo mayo de
Conicarit, la renovación de los ejidos indígenas en 1970, durante el periodo de Luis Echeverría, y el
inicio de un proceso de discriminación, rentismo de tierra, carencia de servicio públicos, etc.,
situación que predomina hasta el momento actual.
Debe destacarse que, en la actualidad, dentro de la categoría de mayos se incluyen las sociedades
cahitas del norte de Sinaloa y de la región baja de la Sierra Madre Occidental, en Sonora. “Los
mayos viven en comunidades dispersas, sin un sistema centralizado de organización social, y
dependientes, en consecuencia, de disposiciones político-administrativas propias de la sociedad
regional y nacional” (Figueroa, 1994).
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IV. Identidad
Como en muchos otros grupos indígenas del país, la situación de pobreza, marginación,
explotación y exterminio a que han sido sometidos los mayos durante más de cinco siglos, aunada
al constante contacto e intercambio con una sociedad mestiza, que se ha asumido como prototipo
y directriz cultural, ha afectado gravemente el desarrollo y la realización plena de la cultura de este
grupo humano. La exogamia, el sincretismo y la migración son factores que en gran medida han
determinado la paulatina desaparición y transformación de aquellos rasgos identitarios propios de
los mayos. Aun bajo estas negativas condiciones, es posible dar cuenta, en la actualidad, de una
serie de elementos culturales que persisten dentro de las comunidades mayo.
Lengua
Si bien entre los mayos de Sinaloa y los de Sonora existe una hermandad de raza y de tradición, la
diferencia esencial se da en términos de variantes lingüísticas. La lengua propia de los mayos
pertenece a la familia tara-cahita del tronco yuto-nahua (Aguilar, 1994), emparentada directamente
con la lengua yaqui y guarijió, y con la lengua mayo de Sonora. Como hemos señalado antes,
debido a una serie de factores tales como la marginación, el exterminio y la dominación económica
y cultural, la lengua de los mayos se ha visto desplazada por el idioma español, dominante en la
región. La mayoría de los mayos hablan las dos lenguas y el monolingüismo es bastante bajo, sólo
algunos ancianos son totalmente monolingües, pero la gran mayoría de la población habla tanto la
lengua yoreme como el castellano.
Aun así, el uso de su propia lengua por parte de los yoremes forma parte de un proceso de auto-
identificación que es evidente desde el momento en que, para designarse a sí mismos y
distinguirse de otros grupos indígenas y de la sociedad mestiza, se denominan como Yolem´mem
(los que son), frente a los mestizos, a los que denominan yori (los que no son, los que no respetan
la tradición). Esto es sumamente importante, pues permite vislumbrar una serie de elementos que
aún persisten entre los mayos: frente al influjo de la cultura occidental, ellos se denominan a sí
mismos como los que son, los que existen, es decir, los que pertenecen a la comunidad, los que
tienen un lugar y un tiempo propio dentro de la tradición. Como señala un indígena yoreme, la
palabra “Yöle” significa “al nacer”, de ahí que “Yolem´me” signifique “yöle”= nacer, “m”= plural,
“mem”= la acción presente: “los que nacen, los que respiran, los que son, los que existen” (Ochoa,
1998).
La lengua, entonces, puede verse como un elemento identitario que persiste, aun cuando la
influencia del idioma español sea avasalladora en las comunidades.
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Debido a que la comunidad yoreme no está asentada en una sola región o territorio, es necesario
recurrir a los datos de las poblaciones y municipios en donde existe una mayor cantidad de
habitantes indígenas mayos.
Así, en el censo del 2000 realizado por el INEGI, los datos acerca de la población hablante de
lengua indígena, en los municipios donde están distribuidos de un modo mayoritario los mayos,
permiten constatar que el monolingüismo es bastante bajo, mientras que, por el contrario, existe
una mayor población bilingüe. El bajo índice de monolingüismo y la pérdida de la lengua como un
fuerte factor identitario se deben, entre otras cosas, a que en el sistema de valores
(particularmente occidentales) que los mayos han internalizado, hablar el idioma tradicional es
percibido como evidencia de atraso y de incompetencia para desempeñarse correctamente en un
sistema de interacciones controlado por quienes hablan la lengua española (Figueroa, 1994).
Como podemos ver, a partir de los datos proporcionados por el INEGI, existen aproximadamente
9,077 hablantes de lengua mayo de 5 años o más en el Estado de Sinaloa. De los cuales, 8,849,
es decir, el 97.48% del total hablan tanto el español como el mayo; esto supone que sólo menos de
un 3% de los indígenas mayos del Estado de Sinaloa es monolingüe. Es importante notar también
que, de los 8,849 bilingües mayos, el 54% son hombres y el porcentaje restante, es decir, 46%,
son mujeres. Esto muestra lo que ya se señaló con respecto a la paulatina desaparición de la
lengua como un elemento identitario.
Vivienda
El tipo de vivienda más común de los mayos es el conocido como chiname. Si bien en la actualidad
subsiste, en importante proporción, el tipo de vivienda tradicional, ésta se combina con la vivienda
de adobe. El chiname consiste en una casa con paredes de esteras o cañas combinadas con palos
y techo de barro; lo más tradicional es la típica enramada que se usa para que la familia duerma
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afuera cuando el calor es muy fuerte. La casa mayo-yoreme cuenta, por lo general, con una gran
cerca de palos, varas y cañas; la cocina se encuentra siempre al lado. La cama tradicional, llamada
tapezt, consiste en dos bancos muy delgados de madera sobre los que se coloca una colcha
hecha con palos. Existen también bancas tradicionales, hechas con dos horquetas de madera dura
y una viga labrada de madera más blanda, que sirve de asiento para los músicos tradicionales de
cuerdas. También podemos encontrar una cama muy usada en los ríos Sinaloa y Fuerte, que
consiste en una tarima hecha de “pitaya” o de madera de álamo, entretejida con mecates de ixtle o
correas de cuero crudo o piel de res sin curtir, unidas por medio de tarugos en la parte inferior de
los barrotes, cubiertas con un petate de palma.
Los intentos por encontrar aquellos elementos que permitieran identificar una visión del mundo
propia de los mayos antes de la conquista han sido infructuosos. Así, como señala el antropólogo
mexicano Alejandro Figueroa, los vestigios y datos que se poseen no nos permiten realizar una
aproximación fiel a la cultura propia de los mayos, de modo tal que los rasgos culturales propios
que el día de hoy persisten en las comunidades, están ya sumamente influidos por la cultura
occidental. El sincretismo religioso ha sido, por lo tanto, más evidente aquí que en otros grupos
indígenas del país.
Dentro de los rasgos culturales que persisten hasta el día de hoy está una peculiar visión del
mundo que tiene, entre sus mitos de origen, aquel que relata cómo Dios creó el oro para los yoris y
los objetos de trabajo para los mayos, de cómo creó también a los animales y de la prohibición del
incesto. Pero, después de todo, la religión funciona como el elemento fundamental a partir del cual
los mayos actuales definen su identidad (Figueroa, 1994).
Durante la conquista, con la llegada de los misioneros jesuitas y la fundación de las misiones, los
sacerdotes católicos tomaron a algunos indígenas mayos como sacristanes y acólitos. Con la
expulsión de los jesuitas de las colonias de la Corona española en el siglo XVIII, aquellos mayos
que habían sido integrados al catolicismo se hicieron cargo de las iglesias y templos, así como de
todos los ritos y ceremonias propias del cristianismo. En las fiestas que se celebran actualmente,
dentro de las comunidades mayos persiste el carácter religioso católico, pero con los rasgos
propios de las comunidades. Pájko, es la palabra mayo para designar la fiesta, misma que es
precedida por el Temastián, que es el encargado del templo, y del Maíjstoro (sacerdote); en suma:
“El Temastián es el heredero directo de aquellos catequistas que formaron los jesuitas y a los que,
por falta de sacerdotes, les entregaron el templo y las iglesias” (Ochoa, 1998).
Las fiestas más importantes que se celebraban en las comunidades mayo de Sinaloa son:
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1.Celebración de Semana Santa Marzo-abril
2.Celebración de la Santísima Trinidad 24 de junio
3.Celebración de San José Fecha móvil
4.Celebración del Espíritu Santo Fecha móvil
5.Celebración de San Ignacio de Loyola 31 de julio
6.Celebración de la Santa Cruz 3 de mayo
7.Celebración de la Virgen de Guadalupe 12 de diciembre
En todas estas fiestas de carácter religioso mantienen una participación activa tanto el Temastián
como el Maíjstoro, quienes tienen la obligación de organizar la festividad y dirigir las celebraciones.
Algunos elementos comunes en todas estas fiestas son los siguientes:
Se realizan en espacios rituales como la iglesia, el campanario, la ramada, el espacio para el conti
o procesión. En estos sitios se entonan rezos, lamentos en latín y se ondean las banderas que
simbolizan a los pueblos. Se acostumbra la descuelga de los santos a quienes se dedica la fiesta,
los novenarios, el pago de visitas a otros pueblos, así como la celebración de vísperas y
antevísperas. En la celebración se llevan a cabo danzas de matachines, organizados en cofradía.
Las danzas del Venado y Pascola son algunos de los rituales prehispánicos que hasta el día de
hoy persisten entre los mayos. Ambas danzas tienen un sentido cosmológico que intentan
promover la benevolencia de los dioses hacia la comunidad. Estas danzas se efectúan en la
ramada y son acompañadas por música de arpa, violín, raspadores y tambor de agua. En la Danza
del Pascola interviene de un modo representativo la utilización de máscaras, se realiza en todas
las ceremonias importantes de los yoremes y forma parte de la integración del individuo a la
comunidad; ser danzante de Pascola es un privilegio y un honor que los yoremes persiguen desde
niños. De igual manera, la Danza del Venado tiene el carácter de un culto a la naturaleza.
Actualmente esta danza se ha convertido en una expresión ritual generalizada, donde el danzante
realiza una representación del animal citado, con el fin de obtener el beneficio de los dioses.
Los mayos han tenido como principales deidades elementos naturales como el sol, la lluvia, el rayo
y la tierra. De ahí que, en sus ceremoniales o Pájko, intervenga en la representación, de manera
primodial, la rama de álamo, considerada como un símbolo de la Madre Naturaleza, llamada Juiya-
ania, eje rector de la cosmogonía yoreme.
Dentro de las deidades propias de los mayos podemos encontrar las siguientes:
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
Bawe Hamyo ola: Protectora de la pesca
Bawe O'ola: Esposo de Bawe Amyo, que guarda los pescados, sus hijos
Bowe Ania: Mundo oceánico
Otro elemento con mucho contenido simbólico es la utilización de la madera de mezquite, pues se
supone que, dentro de la tradición yoreme anterior a la conquista, se consideraba como deidad.
Con la llegada de los misioneros jesuitas, la madera de mezquite fue utilizada para la elaboración
de la cruz cristiana, como símbolo de fusión de las dos culturas.
Dentro de las ceremonias, rituales y fiestas de los yoremes ocupan también un lugar importante los
Jiteberis o curanderos tradicionales, quienes tienen la función de curar a los enfermos por medio
de la invocación de los espíritus de Juiya-ania.
La música Yoreme
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V. Demografía
Aspectos fundamentales
Fuente : Instituto Nacional de Geografía e Informática, XII Censo General de Población y Vivienda, 2000.
Tabulados básicos de Sinaloa
Si se suma la población de 0 a 4 años de edad, en cuyo hogar el jefe o tutor habla alguna lengua
indígena (cuya cifra es de 11,152 según datos oficiales del INEGI), tenemos un total de 60,896
indígenas en el Estado de Sinaloa. Esto representa un 2.4% de la población total del Estado.
Por su parte, el Instituto Nacional Indigenista estima que en el 2002 la población total del Estado de
Sinaloa es de 2'303,500, de los cuales, 52,548 son indígenas, lo cual da un porcentaje de 2.28%
del total de la población. La diferencia entre los datos del INI y los del INEGI es, por tanto,
porcentualmente poco significativa: apenas un 0.12%. Debe también tomarse en cuenta que el
parámetro bajo el cual el INEGI establece el volumen de población indígena es la lengua, lo cual
no siempre es un criterio suficiente para dar un panorama exacto del número de indígenas que
viven en las regiones censadas, pues mucha de la población indígena (sobre todo en los Estados
del norte del país) ha dejado de hablar su lengua, lo cual no significa que no sigan considerándose
a sí mismos como pertenecientes a su etnia o grupo.
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
Diversidad poblacional indígena
El Estado de Sinaloa comprende una gran variedad cultural indígena, producto del alto grado de
migrantes que llega a la entidad. El total de los 49,744 (INEGI) hablantes de alguna lengua
indígena que habitan en el Estado se encuentra distribuido, principalmente, entre las lenguas
mayo, mixteco, náhuatl, tarahumara, zapoteco, tlapaneco y purépecha. Menos significativo es el
porcentaje de indígenas amuzgos, coras, cucapá, cuicatecos, chatinos, chinantecos, choles,
chontales, guarijíos (grupo indígena originario de la zona), huaves, ixcatecos, otomís, mixes,
mazatecos, seris, totonacas, triquis, yaquis, tzeltal, tzozil y zoques. De acuerdo con los datos
siguientes, podemos ver el número de hablantes de cada una de estas lenguas en Sinaloa:
NÚMERO DE
LENGUA HABLANTES
AGUACATECO 1
AMUZGO 300
CORA 138
CUCAPÁ 1
CUICATECO 12
CHATINO 38
CHINANTECO 133
CHINANTECO DE OJITLÁN 4
CHOCHO 1
CHOL 5
CHONTAL 16
CHONTAL DE OAXACA 11
GUARIJIO 5
HUASTECO 454
HUAVE 30
HUICHOL 100
IXCATECO 2
KILIWA 2
LACANDÓN 1
MAME 4
MAYA 76
MAYO 9,077
MAZAHUA 76
MAZATECO 603
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MIXE 318
MIXTECO 13,752
MIXTECO DE LA COSTA 5
MIXTECO DE LA MIXTECA
ALTA 55
MIXTECO DE LA MIXTECA
BAJA 69
MIXTECO DE LA ZONA
MAZATECA 7
NÁHUATL 6,646
OTOMÍ 95
PAIPAI 1
PAME 1
PÁPAGO 1
PIMA 3
POPOLOCA 16
POPOLUCA 41
PURÉPECHA 515
QUICHÉ 1
SERI 1
TACUATE 7
TARAHUMARA 1,913
TEPEHUA 5
TEPEHUÁN 235
TLAPANECO 2,881
TOJOLABAL 1
TOTONACA 70
TRIQUI 947
TZELTAL 18
TZOTZIL 13
YAQUI 247
ZAPOTECO 5,042
ZAPOTECO SUREÑO 1
ZOQUE 4
Fuente : Instituto Nacional de Geografía e Informática, XII Censo General de Población y Vivienda, 2000.
Tabulados básicos de Sinaloa
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
Es significativo el alto número de hablantes de lengua mixteca y náhuatl; ambos grupos de
hablantes tienen un porcentaje mayor a los indígenas originarios de la zona, tales como los mayos
y la guarijíos. Tanto los míxtecos como los náhuatl llegan al Estado para laborar en los campos de
tomate, chile bell y pepino. Los indígenas jornaleros constituyen un grupo marginado, jóvenes en
su mayoría, que vienen de los Estados del sur del país para trabajar en el campo. La mayoría de
estos trabajadores agrícolas laboran en los campos del municipio de Culiacán.
Fuente : Instituto Nacional de Geografía e Informática, XII Censo General de Población y Vivienda, 2000.
Tabulados básicos de Sinaloa
Comparando esto con los datos a nivel nacional, podemos ver que en los últimos diez años se ha
dado un notable crecimiento de los hablantes de lengua indígena (HLI) en Sinaloa; por el contrario,
a nivel nacional, se ha dado una disminución de la población HLI. Así, mientras en Sinaloa ha
habido un crecimiento de 1.6% en 1990 a 2.2% en el 2000 de HLI –en comparación con el total de
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
la población de 5 años o más en el Estado–, a nivel nacional se ha dado una disminución de un
7.5% en 1990 a un 7.1% en el 2000.
En la siguiente gráfica podemos ver el notable crecimiento de los HLI en el Estado. Si en el año de
1990 el INI estimaba una población de 31,390 indígenas, para el año 2000 esta cifra ha aumentado
hasta el número de 49,744 (de acuerdo con los datos de XII Censo General de Población y
Vivienda).
Fuente : Instituto Nacional Indigenista. Indicadores Socioeconómicos de los Pueblos Indígenas de México,
2000
Mientras el número de hablantes de lengua mayo ha disminuido durante los últimos cinco años de
31,982 a 31,513, los hablantes de lengua náhuatl y zapoteca han aumentado considerablemente.
Así, mientras del 100% de hablantes de lengua indígena en 1990, los mayos representaban un
30.9%, en el 2000 este porcentaje bajó hasta 19.2%. Por su parte, los zapotecas, que en 1990
representaban un 7.4%, en el 2000 representan un 10.1%. En los hablantes de lengua náhuatl es
donde se ha dado un mayor crecimiento; si en 1990 apenas representaban 1.5% del total de HLI
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
de Sinaloa, en el 2000 tienen un porcentaje de un 13%, es decir que dentro de los hablantes de
nahuatl ha habido más de 11 puntos porcentuales de crecimiento en los últimos diez años.
FUENTE : INEGI. XI Censo General de Población y Vivienda 1990 y XII Censo General de Población y Vivienda
2000
Estos datos son importantes para dar cuenta del alto número de migrantes indígenas que han
llegado al Estado en los últimos diez años, pues, mientras los grupos originarios de la zona tienden
a disminuir su número de hablantes, hay cada vez más indígenas procedentes de otras entidades
del país, mismos que representan el mayor porcentaje de población indígena en la entidad. No es
de extrañar, entonces, que los municipios con gran afluencia de migrantes indígenas sean aquellos
donde se concentran las fuentes de trabajo y el mayor número de habitantes.
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% respecto a la % respecto a la PHLI
PHLI de 5 años
Total de la pob. de 5 años y
Municipio y más
población total del más y de 0 a 4 años en el
y de 0 a 4 años
municipio Estado
Ahome 359,146 6,510 1.81% 10.56%
Angostura 43,827 488 1.11% 0.79%
Badiraguato 37,757 139 0.36% 0.22%
Choix 29,355 492 1.67% 0.79%
Concordia 27,815 64 0.23% 0.10%
Cósala 17,269 48 0.27% 0.07%
Culiacán 745,537 16,841 2.25% 27.33%
Elota 49,471 7,122 14.39% 11.55%
Escuinapa 50,438 373 0.73% 0.60%
El Fuerte 89,515 6,410 7.16% 10.40%
Guasave 277,402 6,248 2.25% 10.14%
Mazatlán 380,509 2,466 0.64% 4.00%
Mocorito 50,082 1,781 3.55% 2.89%
Navolato 145,622 11,025 7.57% 17.89%
Rosario 47,934 210 0.43% 0.34%
Salvador
73,303 204 0.27% 0.33%
Alvarado
San Ignacio 26,762 103 0.38% 0.16%
Sinaloa 85,100 1,092 1.28% 1.77%
Total 2'536,844 61,616 2.42% 100%
Fuente : Instituto Nacional de Geografía e Informática, XII Censo General de Población y Vivienda, 2000.
Tabulados básicos de Sinaloa
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Datos demográficos de los hablantes de lengua mayo
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
Si se suma la población de 0 a 4 años que habita en hogares cuyo jefe(a) o tutor habla la lengua
mayo (1,946 de acuerdo con datos oficiales del INEGI), tenemos un total de 11,023 indígenas
mayos en el Estado, lo cual representaría entonces un 0.43% del total de la población.
Es significativo a este respecto que, de los 9,077 indígenas hablantes de la lengua mayo, la
mayoría son personas de 50 años o más.
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
De acuerdo con esto, del total de hablantes de lengua mayo (mayores de 5 años), un 42.88% lo
representa la población de 50 años y más, mientras que la población de 5 a 9 años es equivalente,
apenas, a un 2.79%.
Es notorio, a partir de estos datos, el progresivo descenso dentro de la comunidades mayo de los
hablantes de la lengua propia, pues mientras los adultos mayores y ancianos representan la
mayoría de los hablantes, los niños han dejado de hablar la lengua de sus padres. Esto puede
obedecer a diversos factores tales como la discriminación, la influencia de la cultura occidental, la
migración, la educación monolingüe, etcétera.
Los mayos están ubicados principalmente en los municipios de Ahome, El Fuerte, Choix y
Guasave:
Los municipios con un mayor número de población mayo son, por tanto, El Fuerte (que representa
el 86.42% del total de los hablantes de lengua indígena de 5 años o más en el municipio), Ahome
(que representa frente al total de hablantes el 63.97%) y el municipio de Sinaloa (34%). En
Guasave, donde hay más indígenas mayos que en el municipio de Sinaloa (592 frente a 316), el
porcentaje de éstos frente al total de indígenas que lo habitan es de 11.48%. Un caso significativo
que no es registrado por los levantamientos censales llevados a cabo por el INI es el del municipio
de Choix, donde existe una importante población mayo-yoreme y en donde se encuentran algunos
de los más importantes centros ceremoniales de la región noroeste del Estado. La colindancia de
Choix con El Fuerte permite una amplia comunicación entre la población indígena de ambas
comunidades, al punto que muchos de los indígenas que pertenecen al municipio de Choix viven o
radican en El Fuerte, razón por la cual los datos proporcionados por el INEGI y por el INI no
resultan del todo fiables.
Los 11,023 mayos (contando los hablantes de lengua indígena y los niños de 0 a 4 años en cuyos
hogares se habla la lengua mayo) de Sinaloa están por tanto distribuidos del modo como se
describe en la siguiente gráfica:
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
Conviene señalar que la distribución geográfica de los mayos no se presenta de modo homogéneo
y que, debido a las migraciones temporales internas que se dan entre los meses de abril y
septiembre, no es fácil determinar con precisión el número de mayos por municipio, a pesar de lo
cual es factible considerar que los municipios de El Fuerte, Ahome y Choix son aquellos donde se
encuentra el mayor número de mayos. Por otra parte, si tomamos en cuenta los datos
proporcionados por el INEGI con respecto a la distribución geográfica de la población HLI en
Sinaloa, podemos constatar que en las localidades con menos de 2,500 habitantes, del 100%, 4.8
% son indígenas; mientras que en localidades con más de 100,000 habitantes, la población
indígena sólo ocupa un porcentaje de 0.5% con respecto al total. Estos datos son significativos,
dado que muestran que la mayoría de los HLI de Sinaloa viven en comunidades rurales, pequeña
poblaciones, rancherías o alrededor de los campos agrícolas. La gráfica siguiente muestra los
datos de acuerdo con cinco distintos indicadores correspondientes a diferentes tamaños de
localidades.
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
Si bien estos datos se refieren a la PHLI sin establecer su origen sociocultural, podemos concluir
que la mayoría de los mayos en Sinaloa están distribuidos en localidades con menos de 2,500
habitantes, pues la gran mayoría de los indígenas migrantes que llegan al Estado se encuentran
distribuidos en las zonas marginadas de las ciudades, sobre todo de Culiacán y Los Mochis.
Localidades que tienen una gran importancia dentro de los mayos, como Capomos, cuenta con
apenas un millar de habitantes, lo cual es significativo para establecer los niveles de distribución
geográfica a partir del número de habitantes con que cuentan las poblaciones indígenas.
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VI. Migración
Desde una perspectiva histórica, los flujos migratorios no son recientes. Las causas de éstos
nunca han sido uniformes y han respondido a necesidades distintas para los diversos tiempos,
lugares y grupos sociales. En la situación que hoy en día se vive dentro de las comunidades
indígenas del país, la migración se está convirtiendo en la única estrategia para poder subsistir. El
caso de Sinaloa no es la excepción, los indígenas mayos han debido migrar (casi siempre hacia
otras regiones del Estado) para subsanar las carencias económicas que se viven en sus
comunidades. Pero Sinaloa es también un importante receptor de población indígena, que proviene
sobre todo del centro y sur del país.
Debido a que la principal actividad económica del Estado es la agricultura en gran escala, la cual
requiere del intensivo uso de la fuerza de trabajo, se explica la existencia cíclica de una población
migrante. En el Estado hay 760 mil hectáreas dedicadas a la agricultura; de ellas, 420 mil son de
riego, de las cuales 60 mil se aprovechan para la horticultura: es ahí donde se emplean
principalmente trabajadores migratorios. Los campos agrícolas del Estado, y de modo especial los
ubicados en los valles de Culiacán, Guasave y Navolato, constituyen un atractivo para los
jornaleros que arriban desde distintas entidades del país. De acuerdo con datos proporcionados
por el Consejo Estatal de Población de Sinaloa, en el periodo intensivo del ciclo hortícola que
comprende de septiembre a abril, arriban aproximadamente entre 100 mil y 150 mil trabajadores,
que provienen principalmente de los Estados de Oaxaca, Guerrero, Zacatecas. Guanajuato y
Durango. “Al final de la temporada hortícola, aproximadamente el 80% de estos jornaleros retornan
a su lugar de origen; un 10% sigue su ruta migratoria al noroeste de los campos agrícolas del
Estado de Sonora, a Baja California o a los Estados Unidos; y un 5% permanece en el Estado, en
actividades de mantenimiento y limpieza de empaques y albergues, o bien como peones y
albañiles en la rama de las construcción” (López Calderón, 1996). Esta población migrante (en su
mayoría indígenas mixtecos, nahuas, zapotecos y triquis) se ve atraída hacia los campos agrícolas
del valle de Culiacán, como se especifica enseguida:
Culiacán
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
Navolato
Guasave
Una de las causas que ha impactado de modo determinante la fluctuación de la población indígena
en la región mayo es la falta de apoyos crediticios para el trabajo agrícola, así como la pobreza en
que se encuentran las tierras cultivables
A pesar de que esta región cuenta con uno de los recursos hidráulicos más importantes de la
vertiente del Pacífico Norte, el Río Fuerte (que nace en la sierra Tarahumara del Estado de
Chihuahua) y de contar con las presas “Miguel Hidalgo”, “Josefa Ortiz de Domínguez” y “Luis
Donaldo Colosio” (las tres mayores de Sinaloa), el número de tierras de riego es casi nulo, razón
por la cual los mayos deben emigrar hacia las zonas bajas del Estado, para acceder a las fuentes
de trabajo que allí se ofrecen. “Debe destacarse que, a consecuencia del bajo rendimiento de la
producción agropecuaria en la zona serrana y debido a la carencia de fuentes de empleo
permanentes que permitan arraigar a las mayos de la región serrana en sus comunidades, existe
una fuerte migración interna” (Figueroa, 1994). Esta migración interna se da casi exclusivamente
de modo temporal, dependiendo de las épocas en que se requiere mano de obra en los campos
del centro del Estado, esto ocurre principalmente en los meses que van desde abril hasta
septiembre.
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
Como consecuencia de este flujo migratorio, y debido al contacto de los mayos con otros indígenas
del país que emigran hacia Sinaloa en busca de empleo, se produce uno de los fenómenos más
complejos en materia de política indígena: el alto índice de discriminación del que son objetos los
indígenas provenientes de los Estados de Oaxaca, Guerrero, Guanajuato, etc., por parte de los
mayos. Para los mayos, los jornaleros migrantes del centro y sur del país son “inditos” que vienen a
trabajar a los campos agrícolas sinaloenses.
Este complejo fenómeno no ha recibido hasta ahora un estudio serio por parte de los especialistas;
lo señalamos aquí, pues consideramos que representa uno de los resultados del flujo migratorio
que se da en y hacia el Estado de Sinaloa. Por otra parte, existen intentos de parte de las
organizaciones indígenas del noroeste de México por propiciar un acercamiento con los grupos
étnicos provenientes de otras latitudes del país. Ésta fue una de las tareas que se propusieron en
la Cuarta Convención de Pueblos Indígenas del Norte y Noroeste de México (celebrada en agosto
de 2003).
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
VII. Economía
Debido a que los mayos no se encuentran ubicados en una región bien delimitada, sino que están
dispersos en los tres municipios de la zona noroeste del Estado, establecer con exactitud los
índices y niveles económicos resulta ampliamente problemático. No existen, por otra parte,
estudios detallados al respecto, razón por la cual es muy difícil precisar los índices de producción y
de ingreso per capita entre lo indígenas de la región. De acuerdo con datos del INEGI y del INI,
tenemos el siguiente tabulado en relación con el porcentaje de población ocupada:
Ocupación laboral
En el aspecto de ocupación laboral, la gran mayoría de los mayos está empleada en el sector
primario, y el 67.5% sólo recibe de uno hasta dos salarios mínimos por su labor. “En la actualidad,
las principales actividades económicas de los mayos de Sinaloa son la agricultura, la ganadería, la
pesca, la recolección de productos silvestres, el trabajo como jornaleros agrícolas y, en menor
proporción, como empleados de servicios” (Figueroa, 1994). El trabajo como jornaleros es el más
importante entre los mayos: se realiza casi siempre a destajo y no siempre se alcanza con él el
salario mínimo regional. Con frecuencia los jornaleros trabajan sábados y domingos para completar
un ingreso insuficiente
Por otra parte, es importante destacar que la pesca es una actividad que, sin ser más importante
que la agricultura, ha tenido un peso importante para la subsistencia de los mayos. Existen cinco
cooperativas pesqueras con miembros mayos en su mayoría; estas cooperativas se encuentran en
comunidades cercanas a las tres grandes presas de la región. No existen datos oficiales que nos
den una idea aproximada del impacto económico que la actividad pesquera tiene dentro de las
comunidades mayo, sobre todo tomando en cuenta que en la mayoría de los casos (de manera
especial en las comunidades más alejadas de la vertiente del Pacífico) la pesca no había
representado una importante fuente de ingresos. Con la construcción de las presas “Miguel
Hidalgo”, “Huites” y “Josefa Ortiz de Domínguez”, los mayos de la región han debido cambiar su
modus vivendi y aprender una actividad que, si bien no les era ajena por la cercanía del Río
Fuerte, no resultaba necesaria para la subsistencia.
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
En cuanto al trabajo asalariado, es una actividad que realizan tanto hombres como mujeres; los
primeros, sobre todo, como jornaleros, y las segundas como empleadas domésticas para el
servicio de familias yoris o mestizas de las zonas urbanas. Las mujeres trabajadoras son, por lo
general, las jóvenes solteras o las mujeres de los mayos que no poseen tierra y que también viven
del trabajo asalariado.
En el recorrido que pudimos hacer por la región mayo del Estado de Sinaloa (los municipios de
Ahome, El Fuerte y Choix, y el territorio denominado Valle del Carrizo, ubicado entre los dos
últimos municipios nombrados) pudimos constatar que los jóvenes mayos, aquellos que ya no
hablan o no quieren hablar la lengua materna, han buscado formas de subsistencia distintas a las
arriba mencionadas. Así, algunos de estos jóvenes han optado por seguir alguna carrera
profesional, la abogacía y el magisterio, principalmente. La Universidad Autónoma Indígena de
México, con sede en la comunidad de Mochicahui, perteneciente al municipio de Choix ha tenido,
al parecer, un impacto favorable en la región. Asimismo, existe una organización de jóvenes mayos
profesionistas integrada por abogados y maestros normalistas denominada Profesionistas
Yoremes Mayos “Profr. Francisco Valenzuela Valenzuela”, A. C.
Otra de las fuentes de empleo que también es importante mencionar es el trabajo artesanal
realizado por hombres y mujeres de la región; esta labor está enfocada sobre todo hacia la
población visitante, la cual representa una especial fuente de divisas, sobre todo en las épocas de
Semana Santa y Pascua, cuando los mayos celebran sus principales fiestas, que son un atractivo
para los turistas.
Tomando en cuenta que los tres principales municipios donde se encuentra el mayor número de
mayos están compuestos, en su gran mayoría, por población mestiza, los datos que
proporcionaremos a continuación con relación a la superficie de tierra sembrada y de producción
estimada anual en los años 2002 y 2003 son sólo aproximativos. Se ha tomado en cuenta, para el
desglose de estos datos, la información obtenida en la residencia de la Procuraduría Agraria con
sede en Los Mochis, y la información otorgada por la Secretaría de Agricultura Ganadería y
Desarrollo Social en el Distrito Los Mochis. Presentaremos primero los datos correspondientes al
ciclo primavera-verano 2002, en aquellos CADER que están integrados por ejidos con mayoría
indígena; se tomarán sólo los datos correspondientes a las tierras de temporal, pues el uso de
tierras de riego es casi nulo en los ejidos mayos. La extensión de superficie sembrada y la
producción estimada es como se describe en las siguientes tablas:
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Ahora bien, con respecto a los datos correspondientes al año 2003 podemos establecer el
siguiente tabulado:
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Los tres CADER, de los cuales hemos dado sus índices de producción y de superficie sembrada,
están constituidos por un alto número de ejidos con población mayo. Pero, para una clara
comprensión de la pobreza en la que se vive en los ejidos y comunidades yoremes-mayo,
debemos tomar en cuenta que la gran mayoría de éstas no cuentan con tierras de riego sino sólo
de temporal, a pesar de que en la región se encuentran las tres mayores presas del Estado.
Si comparamos los datos que hemos mencionado con los que corresponden al mismo ciclo, pero
en tierras de riego, veremos la diferencia en los niveles de siembra y de producción. Por ejemplo,
en el 2002 la superficie sembrada de frijol en el CADER de El Fuerte en su modalidad de tierra de
riego fue de 1,464.00 hectáreas, frente a las 369 hectáreas de las tierras de temporal. Esta
diferencia es altamente significativa si aunamos, a la pobreza de los suelos de temporal, la
dificultad para la venta y la comercialización de la producción obtenida.
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VIII. Desarrollo Social
Educación
FUENTE: INEGI, XII Censo General de Población y Vivienda, 2000. INI. Dirección de Investigación y
Promoción Cultural, I bai . Base de Localidades y Comunidades Indígenas, 2002
Con relación a los indicadores de educación, podemos constatar que una tercera parte de la
población mayo no ha terminado sus estudios primarios, y que un 13.1% son analfabetas. De
acuerdo con los datos proporcionados por la subdelegación estatal del INI ubicada en el municipio
de El Fuerte, desde el año 1972 la Secretaria de Educación Pública ha emprendido la tarea de
establecer albergues escolares para los mayos, con el propósito de facilitar el acceso y la
terminación de los estudios de educación primaria a niños indígenas de comunidades que no
contaban con este servicio, o que lo proporcionaban de manera incompleta.
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PERFILES INDIGENAS DE MÉXICO / MAYOS DE SINALOA/ Alfonso Gazga
El programa del Centro Coordinador Indigenista “Mayo” se inició con la apertura de 14 albergues
escolares, localizados en las comunidades de Baca, Baymena, Casas Viejas, La Culebra,
Guadalupe, Potrero de Cancio, Los Pozos y La Tasajera, en el municipio de Choix. En el municipio
de Ahome se instalaron albergues en las comunidades de San Miguel Zapotitlán, Bolsa de
Tosalibampo y Zapotillo. En el Fuerte, en las comunidades de La Palma y Tehueco. En el
municipio de Sinaloa de Leyva se instaló un albergue en la comunidad de La Playita de Casillas.
Hasta el año 2003 la subdelegación estatal del INI tenía en operación y funcionamiento seis
albergues escolares y dos comedores infantiles, que brindan atención a 399 niños becarios de los
municipios y comunidades, distribuidos como se especifica a continuación:
Estos albergues tienen como objetivo general apoyar a niñas y niños indígenas para que ingresen
a primaria y concluyan su educación básica, proporcionándoles hospedaje, alimentación, atención
médica y apoyos para realizar actividades extraescolares. En la visita que realizamos a la región
pudimos constatar que el funcionamiento de los albergues no es el deseado, y que algunos de
éstos carecen de infraestructura suficiente para llevar a cabo sus objetivos.
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Investigaciones Sociales y Antropológicas y cuenta con estudiantes indígenas de distintos orígenes
socioculturales, predominando, después de la población mestiza, los mayos. En la siguiente gráfica
podemos observar la distribución de los estudiantes inscritos en la UAIM de acuerdo con su origen
sociocultural:
Es significativo que la mayoría de los estudiantes de la UAIM sean indígenas y que, dentro de
éstos, los mayos ocupen el mayor número. La UAIM cuenta con 10 licenciaturas y tres posgrados.
Las licenciaturas se imparten en la Unidad Mochicachui, en la región mayo, y los posgrados en la
Unidad Los Mochis, perteneciente al municipio de Ahome. La Universidad cuenta también con
albergues estudiantiles donde se dan servicios de hospedaje y alimentación a los jóvenes
estudiantes. Las licenciaturas que se imparten en la UAIM son:
Turismo empresarial
Sociología rural
Contabilidad
Derecho
Etnopsicología
Periodismo
Gestión fiscal
Sistemas computacionales
Sistemas de gestión de calidad
La universidad ha comenzado ha adquirir una importancia inusitada en la región. Los mayos tienen
en general una opinión favorable sobre ella, y consideran que ésta representa un avance en
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materia de política y educación indígena. No obstante, algunas de las organizaciones indígenas
integradas por mayos-yoremes consideran que la universidad ha acelerado el proceso de pérdida
de identidad sociocultural y étnica.
Salud
No existen datos precisos en torno a los problemas de salud predominantes entre la población
indígena. A pesar de ello, se considera que las enfermedades comunes de los mayos están
relacionadas con su tipo de alimentación y estilo de vida, y no difieren de las del resto de la
población general: enfermedades gastrointestinales, afecciones circulatorias y respiratorias son las
más importantes, así como la problemática social asociada al alcoholismo. Este último representa
un grave problema, sobre todo entre los mayos varones, quienes consumen altas dosis de alcohol
de manera consuetudinaria. La drogadicción empieza a ser también un grave problema dentro de
la población juvenil. Las distintas instituciones de salud en la región no cuentan con datos precisos
al respecto. Por su parte, la Subdelegación Estatal del INI tiene una serie de programas con la
finalidad de proporcionar apoyo e información a los mayos con relación a temas como salud
reproductiva, alcoholismo y drogadicción.
Ya que un 64% de los mayos no cuenta con derechohabiencia a servicios de salud, la utilización
de la medicina tradicional es sumamente importante. Esta práctica es realizada tanto por hombres
como por mujeres (predominando los primeros), y casi todas las comunidades donde se
encuentran los centros ceremoniales de los mayos cuentan con uno o dos médicos tradicionales.
En un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Sinaloa (Márquez Salazar, 1999), se
informa que existen 190 especies de plantas empleadas en la medicina tradicional mayo, de las
cuales, las más importantes son el gordolobo ( Gnaphalium sp .), el eucalipto ( Eucalyptus ,
probablemente E. globulus ), la hierbabuena ( Mentha sp .), la manzanilla ( Matricaria chamomilla )
y el nopal ( Opuntia sp ., probablemente O. ficus-indica ). Estas plantas son utilizadas para el
tratamiento de enfermedades gastrointestinales, migraña, rabia, enfermedades respiratorias y casi
todo tipo de padecimientos que no requieran de intervención quirúrgica.
Vivienda e infraestructura
Con respecto a los indicadores de servicios de vivienda con que cuentan las localidades de 30% y
más de hablantes de lengua mayo, es notoria la carencia de servicios como drenaje y energía
eléctrica. Si bien, de acuerdo con los datos del INEGI, el 80% de las viviendas en localidades con
30% y más de hablantes de lengua mayo cuenta con el servicio de drenaje, los problemas de
carencia de agua son una constante en la región. Esto se explica si tomamos en cuenta que la
gran mayoría de las comunidades se encuentran asentadas en zonas desérticas o semidesérticas,
lo cual agudiza la carencia del líquido. A su vez, esta carencia conlleva el incremento de
enfermedades de tipo gastrointestinal. Durante el recorrido que hicimos en la región para la
elaboración de este perfil, pudimos constatar que durante la época de mayor calor, es decir, los
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meses de mayo, junio, julio y agosto, se presentan de manera usual epidemias de dengue, por lo
cual la SSA lleva a cabo constantes programas de servicios sanitarios en la región.
A su vez, la Subdelegación Estatal del INI tiene un proyecto para llevar agua potable a las
comunidades donde ésta es inexistente. De acuerdo con los datos proporcionados por esta
dependencia, en el año 2000 se llevó agua a la comunidad de La Misión Vieja, ubicada en el
municipio de El Fuerte, así como a la comunidad La Culebra, perteneciente al municipio de Choix.
Ambas comunidades están mayoritariamente pobladas por mayos.
En la visita a la región nos pudimos dar cuenta de que, aun con el apoyo por parte del INI a las
comunidades mayo, persisten serios problemas de infraestructura en las comunidades; la gran
mayoría no cuenta con clínicas de salud ni hospitales y, si bien casi todas las comunidades son de
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fácil acceso, gracias a las carreteras estatales y federales que atraviesan la región, existe todavía
un número importante de comunidades que no cuenta con servicio de transporte público.
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IX. Movimientos políticos y organizaciones
La historia de los mayos muestra lo problemática que ha resultado su organización política, a pesar
de lo cual, en el último decenio se ha dado un importante intento por fomentar diversas
agrupaciones que integren a la comunidad y sirvan como una fuerza política actuante en el Estado.
De acuerdo con la información obtenida en el Pronunciamiento de la Cuarta Convención de
Pueblos Indígenas del Norte y Noroeste de México (celebrada en el mes de agosto del 2003),
existen 32 organizaciones de indígenas mayos en el Estado de Sinaloa, algunas de las más
importantes y representativas son las siguientes:
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Conviene destacar que los centros ceremoniales no son sólo espacios religiosos donde se realizan
las fiestas más importantes dentro del calendario de los mayos, sino que, asimismo, funcionan
como centros políticos que aglutinan a pequeñas comunidades, poblados o rancherías. Cada
centro ceremonial y, por ende, cada cobanaro o gobernador tradicional, tiene a su cargo un
número determinado de pequeñas comunidades que dependen de aquella población donde se
encuentre el centro ceremonial. Así, por ejemplo, en la entrevista que pudimos realizarle al
cobanaro de la población de Capomos, el Sr. Olegario Ruiz, éste nos mencionaba que él tenía a
su cargo siete comunidades, pero que algunos centros ceremoniales cuentan hasta con veinte
pequeños poblados a su cargo. Debido a esto, los centros ceremoniales tienen una importancia no
sólo de orden religioso o tradicional, sino también político y económico.
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X. Relación estado organizaciones indígenas
Uno de los más graves problemas que se dan en la relación del grupo mayo con las autoridades
estatales de Sinaloa tiene que ver con la tenencia de tierras. Con el argumento de que sólo a partir
de la parcelación de los terrenos es factible el otorgamiento de recursos y créditos agrarios, las
comunidades han iniciado un lento proceso para desistir de la figura de las tierras comunales y
acceder a la propiedad privada.
A causa de la ubicación geográfica de los tres municipios donde se encuentra la gran mayoría de
la población yoreme-mayo del Estado de Sinaloa, la Procuraduría Agraria (en su residencia Los
Mochis, Sin.) ha dividido los ejidos en dos zonas: los ubicados en la región serrana de Choix y
parte del municipio de El Fuerte; y los del Valle, conformados por ejidos de la parte baja del
municipio de El Fuerte y por los ubicados dentro del municipio de Ahome. Debido a esta división
por zonas, podemos ubicar una serie de características y problemáticas en cada zona,
dependiendo de la calidad de las tierras, de sus formas y modos de explotación, así como de la
existencia de créditos o apoyos para el desarrollo del trabajo agrícola.
Zona Alta : Está compuesta por 65 ejidos ubicados en el municipio de Choix y 22 ejidos serranos
del municipio de El Fuerte. Los principales problemas que destacan en estos ejidos son los
siguientes:
En esta región, las principales actividades económicas o productivas son la ganadería, la siembra
de temporal, la silvicultura y la minería. En los ejidos que componen esta zona no existe
financiamiento a las actividades productivas y/o económicas, lo cual, aunado a los problemas
derivados del narcotráfico, ha provocado que los indígenas yoremes-mayos y los campesinos de
esta región hayan tenido que emigrar hacia las zonas bajas del Estado.
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Zona baja : Región conformada por 33 ejidos semi-cerriles y 52 enclavados en el valle dentro del
municipio de El Fuerte, así como por 110 núcleos agrarios que conforman el municipio de Ahome.
Con base en los diagnósticos ejidales que la Procuraduría Agraria ha realizado, y a partir de la
investigación de campo hecha, podemos constatar que los principales problemas que se han
detectado en la región son los siguientes:
Divisiones internas
En esta región se han desarrollado en alto grado las actividades de la Procuraduría Agraria, a partir
del Programa de Certificación de Derechos Ejidales (PROCEDE). Para dar una imagen más o
menos precisa de la situación que a nivel ejidal se vive en los tres municipios con un mayor
porcentaje de población mayo-yoreme, podemos anotar los siguientes datos:
1. De los 105 núcleos agrarios que conforman el municipio de Ahome, sólo uno, el ejido “Miguel
Hidalgo Campo Experimental” no ha entrado al Programa de Certificación de Derechos Ejidales.
Este ejido está compuesto en su mayoría por población indígena yoreme -mayo.
2. En el municipio de El Fuerte existen 109 núcleos agrarios, 14 de los cuales no han ingresado al
PROCEDE; estos ejidos son en su mayoría comunidades indígenas yoreme-mayo que aún
mantienen la figura jurídica de tierras comunales. Algunos de estos ejidos son Jahuara II, Rancho
El Plácido, Vinaterías (donde se encuentra la Delegación Estatal del Movimiento Indígena Popular
en Sinaloa), 16 de Septiembre y Emiliano Zapata.
Los problemas en torno a la tenencia de la tierra y a la insistencia por parte de las autoridades para
que los ejidatarios accedan al PROCEDE han propiciado una clima tenso dentro de las
comunidades.
Por otra parte, dentro del Estado no existe reconocimiento alguno de las comunidades indígenas.
La Constitución Estatal no las registra, y sólo en el Código Civil del Estado de Sinaloa existe una
referencia a las comunidades indígenas. Durante la reforma que en materia indígena se gestó a
nivel federal en el año 2001, Sinaloa fue uno de los Estados que votó en contra del reconocimiento
jurídico de los pueblos indios, con el argumento de que en Sinaloa se estaba gestando una reforma
a nivel estatal que otorgaría una mayor atención a las comunidades indígenas.
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