Arturo Marasso Ruben Dario y Su Creacion Poetica

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A R T UR O M A R A S S O

RUBEN
DARIO
Y SU C R E A Cl.0 N P O E T l CA

EDICl6N AUMENTADA

DI.RECTOR: HECTOR F MIRI

15 '. DE NOVIEMBRE 11.46 # U T. 23 - 2474 # B UE N O S A I R E S


PALABRAS PRELIMlNARES

E1 misterio poetico de Ruben Dario, la emoci6n


lirica, la musica y el esmalte de su verso, l a p e r s -
pectiva cambiante de su paisaje interior, la reso-
nancia de su universo espiritual, cuanto encierra
en su poesia un encantamiento indefinible, resiste,
en parte, al analisis; lo que hay en el de vate, de
iniciado en religiones y mitos, de hombre, en fin,
no siempre puede ser convertido en materia de
observaci6n microsc6pica, porque todo eso, don de
su alma, vibraci6n de su ser, es el, en lo intimo de
su conciencia extrana, estremecida por el mas su-
til contacto de imagenes y sugestiones que llegan de
los horizontes del mundo, de la historia, de lo
eterho.
Yo soy el amante de ensuenos y formas
que viene de lejos y va al porvenir,
nos dice. Amante de ensuenos y formas, le toc6
descubrir, casi simultaneamente, desde America, el
r6mariticismo, el parnasianismo, el modernismo,
el simbolismo y la escuela romana de Moreas, Y
supo d e t o d a s las escuelas, de todos los poetas, de
pintores y de musicos, de Grecia, de Roma, de la
eiencia moderna y antigua, y cre6 esa quinta esen-
eia de que habla Valera, ese "bronce corintio" y
ese "marmol de Jonia". Trajo a nuestra lengua
una aleaci6n rara y preciosa. Innovador como Gar-
cilaso,en la metricay el estilo, por la magnitud de
su creaci6n y de su arte, dara, en la lirica caste-
llana, n o m b r e a una epoca. En sus versos hay un
- 10 -

secreto influjo, un misterio latente, la posibilidad


de toda obra futura. Con el ejemplode Hugo, de
Verlaine, de Ia vasta innovaci6n simbolista, guia-
do por una estrella que s61o el veia, vino a descu-
brir el tesoro oculto, a predicar una estetica res-
petuosa de la irradiaci6n permanente de la belleza
pura. Espiritu hospitalario, di6, en versos infcig-
nes, Iecci6n de elevaci6n poetica, y a pesar de la
que hay en el de circunstancial y ligero, que se
debe al Banville que am6 el son de la rima y de
los ritmos, tuvo la certidumbre "de la virtud sacra
de la divina Idea".

El mismo nos cont6 su vida; dej6 exactas indica-


ciones acerca de Azul, Prosas profanas y Catitos
de vida y esperanza, donde explica e interpreta sus
propias poesia*s. Estos comentarios, tan sinceros,
expresan una justa apreciaci6n de su arte y de
sus innovaciones, nos llevan al secreto de su es-
piritu y nos dicen el pensamiento que inspir6 sus
poemas. Desde las cartas de Juan Valera (1888) *
sobre Azul y del fino ensayo de Rod6, hasta el
juicio que acerca de si mismo escribi6 el poeta, se
hace resaltar en su obra la influencia francesa.
Segun Ruben, influyeron en su innovaci6n litera-
ria, Hugo, Flaubert, Catulle Mendes, Armand Sil-
vestre, Maizeroy, Zola (en un cuento de Azul),
Daudet, Diaz Mir6n (en una poesia agregada des-
pues a Azul: "Nada mas triste que un titan que
llora"), Verlaine, Banville, Aloisius Bertrarid, Poe,
Gautier (Sinfonra en gris mayor), Dante GabrieI
Rossetti {Reirio interior), y "los grandes huma-
nos". Se llam6 cosmopolita, coment6 en casi to-
dos sus libros en prosa, con erudita informaci6n,
laliteratura y el artemodernos. En algunasoca-
siones reeuerda sus estudios "de clasicos y primi-
tivos", sus primeras lecturas de autores castella-
nos. Juan Valera enumera con acierto los escrito-
^ n -
res franceses q u e e l cree queinfluyeron en Azul,
desde Hugo hasta RoUinat. "Y usted no imita a nin-
g u n o . . . Usted lp ha revuelto todo: l o h a p u e s -
to a cocer en el alambique de su cerebro y ha saca-
do de ello una rara quinta esencia". Estas pala-
bras de VaIera pueden aplicarse a toda la obra
poeticade Dario.
En Azul, dice Ruben, "aparecen por primera vez
en nuestra lengua el "cuento parisiense", la adje-
tivaci6n francesa, el giro galo injertado en el pa-
rrafo clasico castellano; la chucheria de Goncourt,
lacdlinerie er6tica de Mendes, el escogimiento ver-
bal de Heredia, y hasta su poquito de Coppee. .^
Qui pounais-je imitef pour etre original?
.me decia yo. Pues a todos. A cada cual le aprendia
lo que me agradaba, lo que cuadraba a mi sed de no-
vedad y a mi delirio de arte". En mas de una opor-
tunMad insistio en identicas afirmaciones, agreg6
nuevos nombres de autores franceses que fueron
sus modelos. En la epoca en que compuso Azul,
Dario habia encontrado el secreto de su arte, o me-
jor dicho,lo habia creado. Ese secreto, que apare-
ce en la prosa de Azul, se vuelve mas sabio en
Prosas profanas. El poeta seguira siendosiempre
cuidadoso prosista, pero y a n o trabajara la prosa
como trabaj6 en Azul y a veces en Los raros; esa
labor de alquimista sera despues unicamente labor
poetica. La miel de su estrofa sabe al vuelo lucido
de cada dia. Hay en Dario un prosista de obra
diaria, y un artifice que hace un cuento de Azul,
una pagina de Los rai'os;un poeta que escribe
versds, y otro p o e t a q u e los cojacibe, que los ela-
bora comoresultado de imponderables elementos
que se funden para dar esa mezcla nueva, no co-
nocida. Este Dario de retortas y crisoles, fue el
Dario innovador y, al mismo tiempo, escritor sin-
cero y personal, porque Ias adquisiciories incesan-
- .12.-

tes se transforman en cosa propia, en un idi6ma


en el cual expresaba su original m a n e r a d e v e r , d e
sentir, con el ritmo de una arrrionia extrana:; son
"los elementos, como el dice, que constituiriari
despues un medio de manifestaci6n individual".
Si hubiese imitado y seguido d6cilmente a algun
escritor frances, no hubiera llegado a ser innova-
dor- Una buena traducci6n de Gautier o de los
Goncourt o de Flaubert, hubiera podido producir
la misma revoluci6n literaria. Eis necej3ari0 ver
que ha tomado Dario, de Gautier, de los Goncourt,
de Ovidio, y c6mo lo h a t o m a d o ; ver cuales son
los ^lementos que prefiri6 y c6mo hizo su obra.
Dedicare algunas paginas a AzuL Mi objeto es
estudiar con detenimientd Prosas profanas y Can-
tos de vida y esperanza. Es preciso leer minucio-^
samente los novelistas y, escritores contemporaneos
de Francia, para establecer la correspondencia en-
tre sus obras y las breves paginas de Azul. La
pintura, la arquitectura, la erudici6n, la ciencia,le
ofrecen sugestiones. El vocabulario de Azul es de
rara novedad y riqueza. El poeta estudi6 el voca-
bulario de cada frase. Las palabras aparecen como
creadas especialmente para decir lo que el autor
se propone. Es el lenguaje de su constante maes-
tro Victor Hugo, de Gautier, de Catulle Mendes, de
la revista cientifica; lexico de esmerada selecci6n;
"libro parnasiano, y por tanto, frances", .I.e llama
Ruben a Azul; obra de esmaltador, de permanente
frescura.
Tambien ejercieron perdurable influencia en la
imaginaci6n y el pensamiento poetico de Dario:
l.-^La Biblia, en Cantosde vida y esperanza y
en El canto errante. La leia comunmente en la tra-
ducci6n de Cipriano de Valera, y, en los ultimos
afios, en el texto latino de la Vulgata;
2.—La Mythologie dans Vart ancien et moderne.
- 13 - x

O u v r a g e o r n e de 823 gravures, Paris, 1878, de


Rene Menard. Influye en Pro$as profanas y en
algunas poesias de Cantos devida y esperanza.
Ruben consultaba tambien el grandioso Dictionnai-
re des Antiquites grecques et romaines, de Darem-
berg y Saglio; le debe parte de su te'soro de ciencia
mitol6gica.
3.-—Les grands inities, esquisse de Vhistoire se-
crete des religions, Paris, 1889, de Edouard Schure.
Le latin mystique, de Remy de Gourmont, influ-
ye enProsas profanas, y La Caihedrale, de Huys-
mans, en Cantos de vida y esperanza. Ovidio lo
acompan6 largamente.
Se ha estudiado la influencia de la pintura en
la poesia del siglo XIX. Ibr6vac resume esta labor
en el capitulo titulado: La transposition d'art,de
su libro sobre el autor de Les Trophees. Gautier
fue maestro de estas transposiciones, quiza tan
antiguas como la literatura.
La poesia y la pintura se desarrollaron en Grecia
juntamente, dentro de la misma unidad espiri-
tual y mitica; trataron los mismos temas y se
esclarecieron mutuamente. "Jamas, dice Theodore
Reinach,hapermanecido extrana la una a la otra:
su influencia reciproca es uno de los secretos de.
su maravillosa fecundidad".
Las compenetraciones reciprocas de la pintura
y la literatura en Francia en el siglo XIX, requie-
ren minucioso estudio. Joussain analiza las co-
rrespondencias de Hugo con Corot, con Hubert Ro-
bert, con los pintores holandeses; con Lawrence, Ca-
llot y Dore; conWatteau, Delacroix, Prud'hon; con
Millet^ con Jean Yeber. El estetismo ingles, la o'Bra
de Ruskin, el prerrafaelismo, abren una nueva via
en las relacio'nes literarias y pict6ricas. Ya no es
s61o la visi6n del arte clasico y moderno, de Gau-
tier, de Baudelaire. El retorno a los sigk>s ante-
- 14' -

riores al 'XVl, descubre lo ingenuo^ lo precioso,


lo que llamariamos preromantico; sirique eso ami-
nore la influericia constante de los genios pict6-
ricos del Renacimiento: Rafael, Miguel Angel, Leo-
nardo, Rubens, VeIazquez. Pintores casi olvidados,
recuerdese la opini6n de Gautier acerca del Greco,
adquieren una representaci6n insospechada. Ma-
llarme es centro de irradiaci6n poetica de la pin-
tura contemporanea. Y la imprenta, el ^rabado,
difunden en libros admirables, en revistas, en la-
minas, milagros de arte de todqs los siglos y pai-
ses. Un trazo de Vinci es sagrado; se exhuman los
dibujos, proyectos y esbozos de los pintores. El si-
glo XVIII, sepultado por la revoluci6n, vuelve a
adquirir brillo e influencia crecientes; los libros
ilustrados, los manuscritos, las vinetas, los graba-
dos; el arte griego, con la estatuaria y la decora-
cion de los vasos; la Edad Media, el oriente; todo
lo que empez6 a conocer el siglo XIX en sus co-
mienzos, da sus frutos en la segunda mitad. Dario
vivi6en ese mundo de pintura, de musica, de poe-
sia, de tipografia; y sin olvidar a Leonardo, a
Pougsin, a Delacroix, imagin6 con Moreau, con-
templ6 con Samain;
. . . les betes symboliques
dans la foret du Reve et de l'Enchantement.

El verso de Verlaine, Le Moyen Age enorme


et delicat, f u e u n talisman. Era otra Edad Media,
que asomaba como animado y minucioso fresco
donde cada detalle descubre un valor simb61ico y
de arte que es "madurez de lo arcaico". La Plega-
ria sobre fo, Acr6polis, en su sencillez de linea pura
fijada en el transcurso de eruditas ,vacilaqiones,
fue una confesi6n y uh descubrimiento. En esa mul-
tiplicidad de la cultura francesa, donde aparecen
Poe y Li-Tai-Pe, donde el poeta simbolista Quil-
lard traduce a Porfirio y a Jamblico, y en donde
t o d o v i v e p o r v i r t u d del entusiasmo, Dario encon-
t r 6 s u aula. No quiso* q u e d a r s e e n Ja tradici6n
para escribir, —con prestado color local—, la
imitaci6n de un cuadro de costumbres, de.-escuela
'sevillana, o de una novela naturalista. No acept6
el falso tradicionalismo sin alma, ni llam6 cosa
extrana al estudio de los cristales, al brillb de la
estrella, a la animaci6ncontinua del pensaririento
humano. Si no alcanz6 a realizar su obra como
la hubiera querido, la realiz6 como pudo, vencien-
dose a si mismo:
Y yo, fuerte, he subido donde Pegaso .pudo.
t
E n D a r i o hay tambien un poeta hermeticOy Mu-
chos de stfs versos escapan a la interpretaci6n mas
s.utiI; generaciones de eruditos desentrafiaran su
sentido; el arte de Lycofr6n, no le era extrano;
jen el Coloquio de los Centauros, en la Salutaci6n
deloptimista, tieneese misterio profetico.
Al concebir sus mejores poesias, Ruben se docu-
mehta,toma notas, lo estudia todo. En Era un aire
.suave, al sentir con un cuadro de Watteau, dice:
Sobre el tac6n rojo, lindo y leve el pie.

El "tac6n rojo" indica la epoca de la Pompa-


dqur, es una evocaci6n. Podria creerse que al ha-
blar del pie, que aparece "lindo y l e v e " , e l poeta
lo hace espontaneamente. Pero si hojeamos un
ejemplar, - u n o de esos magnificos ejemplares
i l u s t r a d o s - , de La Femme au XVIIIe. siecle, de
losGoncourt,encontraremos un himno a " l a peti-
tesse, la grace, la tourhure, la "lestete" si vantee,
sigoutee, si souvent chantee par Ie XVIIIe. sie-
cle", del pie fenienino realzado por el arte delcal-
zado, que "lo hace valer". Asombra que en las
estrofas ligeras de Era un aire suave, haya una
erudici6nescrupulosa. Al leer Madame de Pompa-
dour, la Histoire de la societe frangaise pendant
la Revolution, de los Goncourt, advertimos que
Dario aprovech6 delicadamente casi impercepti-
bles rasgos.
Era un aire suave nos da una idea segura de la
composici6n de muchas poesias de Ruben. El poeta
vivi6 el siglo XVIII, lo vivi6 intensa y deliciosa-
mente con una generaci6n de escritores franceses,
lo vivi6 con la erudici6n, con el arte, con la moda.
En su espiritu se precisa, poco a p o c o , una figura
femenina: Eulalia; "es maligna y bella". Las
fiestas galantes, "es noche de fiesta", llenan su
imaginacion. Tambien su alma de entonces "es un
paisaje escogido" de cuadros y de estampas. Una
poesia de Dubus, la descripci6n de una noche de
fiesta gaIante, produce en el la inquietud creado-
ra. Habra bastado, quiza, que el poeta escuche en
Buenos Aires "los violines d e . H u n g r i a " , para
que los mil detalles dispersos se agrupen, para
que Watteau y Boucher le den el ambiente y la de-
coraci6n, y aparezcan las estrofas que ya tenian vida
en su espiritu.
Para escribir sus mejores poesias, insistinios,
se documenta, quiza sin pensarlo; sabe, siente y es-
cribe. La sugesti6n, el estimulo, vienen de afuera,
el creador es el; sus estados de creaci6n poetica
atraen e imantan imponderables particulas que vi-
ven en su memoria activa, en su entusiasmo lirico,
en su sedde profundidad, de novedad y de arte. El
mismo Dario afirma, al hablar de Recreaciones ar-
queofogicas —titulo que nos dice que el poeta vol-
vera a dar vida al mundo antiguo—, que estos
poemas: "Son ecos y maneras de epocas pasadas,
y una demostraci6n, para losdesconcertados y e n -
gaiiados contrarios, de que, para realizar la obra
de reforma y de modernidad que emprendiera, he
necesitado anteriores estudios de clasicos y primi-
- 1'/ - . . *'

tivos". ^Podra creerse a Pellicer cuando d i c e q u e ,


para escribir las Soledades: "Anduvo Don jLuis
con su espiritu poetico examinandocazasy pescas
en Opiano; en Claudiano Epithalamios y boda^;
palestras y juegos en Pindaro; alabanzas de la so-
ledad en Horacio; tormentas y borrascas en Vir-
gilio", etc.?
Ruben Dario va renovando sus admiraciones y
sus fuente6. Del siglo XVIII, pasa al prerrafae-
lismOi La pintura y las reminiscencias literarigs,
le sugieren la poesia. El poeta pregunta por Stella.
Veamos algunas circunstancias. Estela fue su es-
posa. Muerta prematuramente, e n l 8 9 2 , le dej6 hon-
da amargura. Stella no es Beatriz, pero lo condu-
cira por el mundo sobrenatural de los ciel6s del Ali-
ghieri. D e l a Beatriz del Paraiso a la Damozelde
DanteGabrieLRossetti, hay una constelacion de
mujeres angelicas que se dan la mano y forman una
rosa mistica, entre las elegidas de la poesia. Dario
no olvida las mujeres angelicas de Poe: Vive ahora
en la exaltaci6n mistica del prerrafaelismo; como
el Dante mayor de Italia y el Dante menor de In-
glaterra, tiene su Beatriz en el Paraiso. El poeta
contempl6 desde la Anunciaci6n de Botticelli hasta
la deRossetti; de pronto, al mirar el lirio, el lirio
prerrafaelista, la "lys" insigne que aparece tanto
en Hugo y en Banville, al mirar el tallo florido en
la mano del angel de una Anunciaci6n, exclama:
/.
Lirio divino, lirio de las Anunciaciones.
Remy de Gourmont en El segUndo libro de las
mdscaras, l898, reproduce algunos versos de las
Hero'ines de Jean Lorrain. "Cada una esta sim-
; bplizada" por una flor que se eleva de entre sus
p i e s " . L a s h e r o i n a s son: Enilde, Elaine, Viviane*
Melusine,Yseulte. A los pies de Enilde:
Blanche etoile au coeur d'or, s'ouvre une marguerite.
-.18 -

Esta poesia es gemela de los Herahlos de Ru-


ben. A1 estudiar Herahlos, hago resaltar algunbs
aspectos de su elaboraci6n. Agrego aqui esta cita
de Lorrain para que se vea que este tema tiene su
historia. En la poesia de la epoca de Prosas pro-
fanas, aparece principalmente en Remy de Gour-
mont y en Lorrain. Ruben le di6 esplendor le-
gendario.
Su espiritu esta lleno de reminiscencias pre-
rrafaelistas, la vida misma lo Ueva a esa concep-
ci6n poetica. Ese bello ideal de arte le hizo escri-
bir el Reino interior. A1 concebir esta poesia, -—
se sabe cuan dificil es descubrir "la genesis de un
poema", ^-no se dijo: "tomare estas lineas de
Cavalca, transportare a Botticelli al verso, traere
esta concepci6n de Verlaine". Todo eso estaba en
su mente, eso era vida en el, era paisaje interior.
No habra que olvidar que Dario es innovador,
que su preocupaci6n constante es la de ser origi-
nal y, para eso, necesita un continuo esfuerzo en el
enriquecimiento del material expresivo: vocabula-
rio, imagenes, construcci6n, ritmos. No olvidemos
lo que el dijo al hablar de sus modelos: "A cada
cual le aprendia lo que me agradaba, lo que cua-
draba a mi sed de novedad y a mi delirio de arte".
Decir que el Coloquio de los Centauros fue escri-
to al correr de la pluma,en presencia de algun ami-
go, —la anecdota se cuenta de distintas maneras,
y se la coloca en diversos lugares de America—,
es exagerar. Laselecci6n delos nombres de los cen-
tauros que aparecen en el poema, tomados de la
traducci6n de las Metamorfosis de Ovidio, de San-
chez Viana, ya es labor dificil. Dario compuso el
Coloquio con la misma erudita dedicaci6n cpn que
Virgilio creaba y ciricelabalas Ge6rgicas.
Las Anforas de Epicuro sefialan una transici6n.
En Cantos de vida y esperanza, es poeta distintp
- 19. -

del de Prosas profanas. Sus fuentes principales


se ahondan con la Biblia, Cervantes, Sbakespeare,
Dante, Plat6n, Hugo y la ciencia. Se acerca aqui
a la tradici6n literaria espafiola.
Laextraordinaria culminaci6n poetica de Ruben
se elabora en las letras castellanas dentro del ciclo
de Menendez y Pelayo. Los versos, los-pr61ogos, las
ediciones de clasicos, los ensayos, las tradueciones,
las laboriosas obras de Menendez, despiertan una
viva resonancia hispanica en el joven poeta. Lo
siente, lo admira, llega a ser su amigo, va por otros
rumbos, vuelve a e l o se aparta. Menendez le da la
f e e n l a raza. Cuando la tradici6n del siglo XIX se
rompe en su postrimeria, Ruben oye aun con Me-
nendez,cree en Espana, en su sangre, en su desti-
no. El numero de la prosa, el pensamiento del gran
escritor le infunden levadura de humanista. Por
las Ideas esteticas conoci6 doctrinas y formas de
belleza. Se acerc6 a Plat6n con los misticos espa-
f5ioles extractados por el critico. Si escribe en u n
admirable alejandrino: "Toda belleza humana an-
t e s u luz es fea", no sera dificil encontrar I a d o c -
t r i n a e n la cita de Diego de Estella, por ejemplo,
d e M e n e n d e z : " T o d a hermosura comparada con la
hermosura del Seiior esfealdad". La obra de.Me-
nendez crecia a su vista con vastedad de oceano.
Pertenecia este eseritor,segunRuben, "a esa ilustre
familia de sacerdotes del libro de que han sido or-
namento los Erasmos y los Lipsios"; piensa al verIo
e n u n c a s o de prodigiosa metempsicosis. Menendez
admir6 a Ruben Dario desde el comienzo. Dice que
de- susinnovaciones metricas, de sus abundantes
obras, de su influjo, "mucho tendra que escribir el
futuro historiador de nuestra lirica".

Este libro no pretende agotar el estudio de Da-


r i o . S 6 1 o l a revisi6n esmerada de diarios france-
ses: Le Temps,Le Figaro, de 1887 a 1905, d e l a s
- 20 -

revistas del simbolismo, de lasgrandes revistas


francesas: Revue Bleue,JSouveUe Revue, Annales
politiques et litteraires, Revue des Deux-Mondes,
La Plume, Mercure de France, La Quinzaine, Re'
vue Encyclopedique, Revue Blanche, Revue criti-
que; de la italiana, Nuova Antologia, de The Athe-
naeum de Londres, de las revistas de arte, etc.,
puede darnos una visi6n del horizonte intelectual.
de Dario. Se impohia un estudio minucioso de
Hugo, de Gautier, de Banville, de los poetas fran-
ceses contemporaneos, hasta 1905, el analisis de
la obra critica y te6rica del ultimo tercio del siglo
XIX. Algun verso de Dario recuerda un cuadro
de Bocklin, un dibujo de La Plume. Fueron las
revistas ilustradas las que le pusieron en contacto
con los pintores modernos de Europa. La influen-
cia de la ciencia en la poesia del siglo XIX y prin-
cipios del siglo XX, dej6 en el su huella. Espiritu
universal, Ruben exige esa universalidad en el que
estudie la extensi6n de su poesia. Este libro no
agota el tema de Dario pero lo abarca, lo compren-
de en sus multiples manifestaciones, desde la li-
turgia cat61ica hasta las ciencias ocultas, desde la
escultura griega a Clodi6n, desde la Edad Media
hasta las teorias filos6ficas contemporaneas.
La falta de ocio para ordenar las notas, me
impidi6 dar mayor unidad a este volumen. El pro-
blema de la versificaci6n rubendariana, que perte-
nece, en parte, al simbolismo, y el complejo estilo
del poeta, se analizan al consideraV la creaci6nde
sus obras. El desorden que se advierte en este libro
se debe a que esta hecho, casi siempre, por agrega-
ci6n de partes. La redacci6n definitiva exigia una
labor de coordinaci6n mas- absoluta y una labor
limae que no pude realizar. La imposibilidad de
reunir en capitulos la m a t e r i a q u e q u e d 6 dispersa
en el volumen, se remedia con el indice analitico.
- 2r -

E s t e l i b r o reune investigaciones personales .y.-


no tiene caracter polemico; no be querido citar
ninguna apreciaci6n ajena que, a m i ver, sea err6-
nea.
El trabajo hubiera 6ido menos fatigoso si me
hubiese bastado extender la mano para alcanzar
el libro o la revista que deseaba consultar. Pero
gran cantidad de obras y publicaciones periodi-
cas de la epoca presimbolista y simbolista, es aqui
inhallable. Esa busqueda fue el mayor obstaculo
que encontre en esta investigaci6n. A pesar de eso
creo haber logrado iluminar la extensi6n de la cul-
tura y de las fuentes de Ruben Dario, lo que llama
G- Cirot, "el alimento de su genio". La penetrante
mirada de Ruben iba a lo bondo. Su literatura,
dijo: "es mia en mi", con el mismo derecho con
que la pluma de Cervantes escribe: "para mi sola
naci6 don Quijote". Para el s61o naci6 la poesia
que puebla, inextinguiblemente, los boscajes mis-
teriosos de sus versos.
U N I V E R S AL I DA D
D E R U'B E N D A R I O

Cuando Ruben Dario tenia veinte anos di6 un largo


paso: esciibi6 los cuentos y poesias de Azul. El breve
libro apareci6 en l888, pero fue compuesto, en su mayor
parte, en 1887. Para medirlainfluencia innovadora de
esta obra en la lengua castellana sera necesario pen-:'
sar en Boscan, en Garcilaso, en G6ngora; en Boscan y
Garcilaso, indagadoies y hunianistas; en G6ngora,lati-
nista de misteriosa penetraci6nen el vocabuIario, en la
sintaxis y en el mito. Ruben lleg6 a Ghile con una cultu-
ra en potencia, de joven, amediados de 1886; se embar-
c6, para volver a su patria, a principios de 1889. En
Cnile junta a la pagina improvisada, de circunstancias,
la de arte, de tiabajo meditado, descubre su actitud para
superarse y forja un nuevo estilo por la riqueza de con-
t e n i d o y el ajuste de lo que dice con la impresi6nmo-
nientanea y la concepci6n tiascendente de la idea y de
laimagen.
Encuentra en Chile la amplitud de la literatura euro-
pea. Oye d e m a s cerca e l i u m o r delmundo. Ve cuadros,
estatuas, bronces, porcelanas, joyas. Leelos grandesdia-
riosrecienllegados a la mesa de redacci6n,las obras
cientificas, las bellas revistas ilustradas,los lib*ros que
a c a b a n , d e a p a r e c e r e n F r a n c i a ; hpjea viejas ediciones
espanolas;no se le oculta nada. Esta riqueza lo deslum-
bra; como Telemaco, en el palacio de Menelao,se asom-
bra. Piensa luego conquistarla, en Uevarla a la palabra
escrita. Escudrina a los autores, viye y siente coneUos.
E l e s t a despierto, busca su expresi6n, ensaya. " A c a d a
uno,escribe, l e a p r e n d i a l b que me agradaba". Seinicia
en las transposiciones d e a r t e . V e r y hacer, v e r y t r a t a r
de superar es su designio; transformarse, acrecentarse.
Recoge lo modernisimo, los temas de incesante perdura-
ci6n, lastendencias filos6ficasde diversasepocas como
una realidad v i v a . E l vocabuIario que el necesita, el
- 24 -

.adjetivo, la frase, el tono se reelaboran en su pluma.


Don Juan Valera, que supo ver a Azul con mirada tan
experta, l e d i c e : "Todo esta cincelado, burilado, hecho
para que dure, con primor y esmero, como pudiera ha-
beilo hecho Flaubert o el parhasiano mas atildado". Do-
minaba a Ruben el ardor de la irispiraci6n descubridora;
para crear necesitaba elementos raros y preciosos. A prin-
cipios de 1888 publica en un diario de Valparaiso una
cr6nica que equivale a un manifiesto literario. "No hay
que afanarse por aparecer brillante siri tener briUo",
afirma. El brillo viene de adentro, es una fiebre, una
estrella. Para que ese briUo brote de la palabra sera
menester henchirla, fijarla. No puede escribirse asi, co-
mo gran artista "sin el conocimiento de todo; un cono-
cimiento suficiente, no es preciso llegar al fondo. Tam-
poco seria posible". Cree que el estilo no esta en las
palabras de moda, que es inutil aprenderse un dicciona-
rio de memoria. Habla del don de una "universaBdad
pasmosa". Descubre "la vieja lengua espan6la", "ente-
rrada en el tesoro escondido de los clasicos; pocos toman
de Santa Teresa, la doctora, que retorcia y laminaba y
trenzaba la frase; de Cervantes, que la desenvolvia armo-
niosamente". Este joven que iba a publicar Azul en ese
ano habia penetrado en el lenguaje de los clasicos con
lucidez de tecnico, habia visto como pocos el arte de
Santa Teresa y de Cervantes. "Tenemos en la lengua cas-
tellana, escribe, quiza mas que en ninguna otra lengua,
un mundo de sonoridad, de viveza, de coloraci6n, de
vigor, de amplitud, de dulzura; tenemos fuerza y gra-
c i a . . . " El vocabulario, las letras, las eles bien alterna-
das con eres y enes", las "letras diamantinas" que pue-
den quebrarse y formar "hiatos, angulosidades, cacofo-
nias y durezas", todo lo observa. Ha llegado a ver "un
orifice pintor, uri musico que esculpe". Habla de "los
esplendores de una idea en el cerco burilado de una
buena combinaci6n de letras"; de "la luz y el color en
un engarce". Sabe que imprenta "gusta de la raiz griega":
quiere que el artista saque del "joyero antiguo" de la
lengua "el buen metal y la rica pedrerfa". Cree que la
epoca es propicia por la abundancia de los elementos
de la naturaleza y el espiritu. La escuela que el admira
es "casi exclusivamente francesa". La audacia conduce al
descubrimiento. "Hay audaces, no obstante," ya en Espa-
- 25 - -

na y America", agrega (1). El audaz por excelenciasera


el. Ya la rara combinaciori esta creada. No olvidara esa
audacia:
Y muy siglo dieeioeho y muy. antiguo
y muy modeino; audaz, eosm6polita.
No la olvidaba Virgilio al terminar las Ge6rgicas; con
audacia juvenil habia cantado a Titiio. "Osado" se dice
<Jarcilaso.
Los cuentos de Azul: El rey burgues y El satiro sordo
aluden a una realidad personal, a una dura experiencia,
al bocado amargo. Anos de aprendizaje, de fervor y de
miseria. Ruben pone al poeta, en estos poemas en prosa,
*n el centro del mundo; no lo entienden ni el satiro
por ser sordo, ni el frivolp rey burgues n i s u cortejo, ni
el asno de largas orejas. Se renueva la hist6ria de Wil-
helm Meister, del castillo indiferente, en el poeta olvi-
dado en los jardines del palacio.del rey del dinero. Ex-
traiia afinidad en este ano de 1888 en que Ruben divul-
gaba a Goethe en Chile. En El rey burgues y El sdiirQ
sordo se habla por ap61ogos; se caricaturiza a una perso-
na, "rey burgues", "aficionado a las artes", aficionado
"que favorece con largueza a sus musicos, a sus hacedo-
res de ditirambos, pintores, escultores", a to,dos, pero que
*s insensible a la autentica poesia. Un soberano que vi-
ve en el palacio esplendido. Cada linea de El rey burgues
alude, satiriza a un conocido magnate. Los amigos de
Ruben estan, probablemente, en e l s e c r e t o ; Arm.ando-
Donoso lo ha historiado. Este magnate realzado con el
titulo de rey, como en las fabulas, guarda riquezas, co-
lecciones de arte "en un sal6n digno del gusto de un
<5oncourt" —-recuerdese La maison d'un artiste—; desea
deslumbrar; tiene esas joyas preciosas y ex6ticas "por
lujo y nada mas". Dario convierte a este ric6 seiior en
u n rey burgues, en un satiro sordo. Habia advertido ya
que en la descripci6n ir6nica del fausto del rey burgues
se observa el mismo fino procedimiento de narraci6n po-
pular que en El pdjaro verde, de don JuanValera, de
este enigmatico y elegantisimo dbn Juan, un tanto vol-
teriano.

(1) "Obrasdesconocidas de Ruben Dario",edici6n de Raul SiIva


Casfro. 1934.
: - . 2 6 -

Este procedimiento, dice Lanson, al referirse a los


enciclopedistas, es el de los dibujantes satfricos y d e l o s
caiicaturistas. A sus amigos que le preguntan en Ganda-
val, en casa del bar6n d'Holbach, que vale mas, el genio
o el metodo, les responde el abate Galiani con un diver-
tido ap6logo: "El cuclillo, el ruisenor y el asno". Tene-
nu>s ya en Diderot el esbozo de El sdtiro sordo, de Ru-
ben, ap61ogo en que intervienen Orfeo, la alondra y el
asno. No era desconocido el ap61ogo en la lengua del
Conde Lucanor. Ruben Dario lo renueva. En una de las
cartas a la seiiorita Volland, trae Diderot el ap61ogo de
Galiani. El asno de que habla Diderot desdeiia las atrer
vidas y brillantes modulaciones del ruisenor y se inclina
a favor del cuclillo poique repite con regularidad y me-
todo los mismos monosflabos. ;C6mo no habia de da-
te^ esta sentencia al joven, -Ruben, si parece ser el
mismo un ruisenor convertido por la necesidad en cu-
clillo en los jardines del palacio del rey burgues! En El
sdtiro sordo transforma el ap61ogo de Diderot, crea dos
arbitros: la alondra y el asno. El asno desdena a Orfeo.
El tono, la magnificencia, la ilusi6n troncbada, dan a
estos dos cuentos de Dario un valor poetico que busca-
ifamos en vano en Diderot. Ruben vive en el universo
encendido por presencias luminosas. Lee a Hugo, Llama
a El sdtiro sordo "mito griego". Entre el canto del rui-
senor, de Diderot, y el de la alondra y el de Orfeo, de
Ruben, se interpone un delirio poetico que Diderot no
lleg6 a sentir y mucho menos el abate Galiani, que pue-
de estar con los abates que "refieren aventuras a las
rubias marquesas", y —ipor que no?— ser amigo del
Ruben dieciochesco. Orfeo, en el cuento de Dario, "can-
to del gran Jove, de Eros y de Afrodita". Sorprende ya
en Ruben su inteligencia admirable para ordenar, saber,
decir: Ab Jove principium (empecemos por J o v e ) . N a -
da se le oculta, ni el poder del canto: "desde el princi-
pio del cantico brill6 la luz con mas fulgores", ese "ves-
tirse de luz" del aire ante la musica. Confr6ntese este
canto con el de Sileno en la Egloga VI de Virgilio,con
el de Homero en el Ciego de Andre Chenier, traduci-
do por Menendez y Pelayo en 1875. Las versiones de
Menendez y Pelayo dieron la posibilidad de conquistar
nuevas extensiones literarias; parte de ese helenismo que
Valera descubre en Ruben Ueg6 por conducto de Menen-
- 27 -

dez y de Baraibar. De todos recoge la partfcula aurea.


En estos dos cuentos, insistamos, Ruben manifiesta su
experiencia personal, su visi6n ,del mundo; en forma de
parabola o ap61ogp, se aproxima al procedimiento me-
dieval que aparece nuevamente, con ihtenci6n satirica,
en Diderot; lo recoge en este fil6sofo cargado ya con al-
gunas de sus ideas y lo llena con la vibraci6n universal
de arte antiguo y moderno. No imita a Diderot,' se le
acerca. "Ud. no imita 'a nadie", le dice don Juan Valera.
"Ud. lo ha revuelto todo: lo ha puesto a cocer en el
alambique de su cerebro y ha sacado de ello una rara
quinta esencia".' Ya no imita, construye.
En el bellfsimo cuento La ninfa, tiene presente a los
novelistas franceses, las cr6nicas de Paris, los cuentos del
Nouveau Decameron; quiere ofrecernos en castellano un
mundano y elegante "cuento parisiense", como los lee en
esta coleccion de los mas ilustres cuentistas franceses del
1885. El futuro miembro del Instituto, en la cena deli-
ciosa de La ninfa, en ese cfrculo parisiense de artistas,
en un ambiente sonado y vivido por Ruben mientras
escribia, demuestra la existencia de centauros, de satiros,
de ninfas y de monstruos. Nos sorprende la erudici6n in-
creible de este pretendido sabio. Con impertinencia gen-
til de erudit6satisfecho y derrochador de citas, muestra
l o m u c h o que h a l e i d o en iaros libros: "Afirma San
Jer6nimo", "dice Alberto Magno", "Vincencio vi6","En-
rique Zormaho asegura", "Filem6n T r a l i a n o . . . " , etc. A
este personaje, miembro del Instituto, academico, loen-^
contramos en mas de un ir6nico cuentista frances de'ese
tiempo; yaniuchos otros demostraron con la autoridad
de San Jer6nimo, la existencia de centauros y de satiros.
iDe d6ndesac6 Ruben tantascitas p a r a h a c e r hablaf
doctoralmente a este futuro miembro del Instituto? Del
padre Nieremberg. ^Podrfa imaginarse el docto asceta
jesuita quedoscientos cincuentaanos despues disertarfa
por boca de M. Cocouru, en una cena de artistas, en el
Castillo de la caprichpsa Lesbia? Dario encontr6 el arse-
nal de citas en la Curiosa,filosofia y tesoro de las ma-
ravillas de la naturaleza, Madrid, 1630, del P. Nierem-
berg. Escribeel autor de laCuriosa filosofia: " E n s u
tiempo, dice Vincenzio, que trujeron uho de aquest08
monstruosa Francia para que leviere el R e y , y da cier-
tas senas del: tenfa la cabeea de perro, los detnas miem-
- 28 -

bros humanos, los muslos, manos y brazos tan sin pelo


como los nuestro8... comfa carne cocida, bebfa de muy
buena gana vino". Y Ruben en La ninfa: "Vincencio vi6
en su epoca un monstruo que trajeron al Rey de Fran-
cia; tenia cabeza de perro (Lesbia refa). Lps muslos,
Krazos y manos tan sin vello como los nuestros (Lesbia
se agitaba como una chicuela a quien hiciesen cosqui-
Uas) ; comia carne cocida y bebfa vino con todas ganas".
Darfo moderniza el estilo, intercala las impresiones que
la descripci6n le produce a Lesbia. No plagia. La cita
es de Vincencio, la toma como a las otras, de Nierem-
berg. Una vez; quiza por errata o por eufonia, adultera
un nombre: escribe Fileg6n en lugar de Fleg6n.
El concepto de naturaleza creadora, animada, aut6no-
ma, viene desde el Renacimiento transformandose y ad-
quiriendo diversa intensidad hasta el romanticismo. Se-
gun Rodier, la sujeci6n a la naturaleza, la maxima de
seguirla, pertenece a los cinicos y estoicos; en el siglo
XIX perdura con el desprecio a lo artificial, a la oeuvre
de Vhomme. En el joven Dario arraiga esta filosofia de
la naturaleza, tan garcilasista, la encuentra en el siglo
XVIII, en la poesia romantica y quien sabe en que li-
bros. En 1877, Fremy, con la colaboiaci6n de Feil, logr6
fabricar rubies y zafhos artificiales. Ruben tiene en sus
manos la noticia tremenda, las f6rmulas. A e9ta noticia,
lo mismo que la biografia de los sabios, la ley6 quiza
en una revista francesa. Le inspira El rubi. Dario se do-
cumenta siempre, adquiere lo que el llama "el conoci-
miento suficiente". Y crea el mito panteista de la colo-
raci6n de los rubies autenticos. La animaci6n nerviosa
de los gnomos se consigue con el dinamismo de los ver-
bos y la desarticulaci6n del dialogo: "—;Vidrio! - j M a - ,
leficio! —|Ponzona y cabala!—jQuimica!" A este pro-
cedimiento lo encontr6 Ruben en un cuento de Ch. Mon-
selet del Nouveau Decameron (II 49) : "—Invraissem-
blan"ce! —;Extravagance! —;Indecence!" Pero c6nio lo
supera. El coro de exclamaciones de los gnomos arranca
de la defensa de un limite que se ha querido traspasar,
de las manifestaciones mas secretas de la creaci6n. "; Vi-
drio! ^-;Obra de hombre, o de sabio, que es peor!" Por
distintas vias llega Ruben, ya enamorado de los otros
trasmutadores, de los viejos alquimistas, al desden de la
"obra del hombre", artificial, de la del sabio, falsifica-
- 29 -

ci6nde lanaturaleza. Meses antes habfa escrito: "Hacer


rosas artificiales quehuelen,a primavera, he abi elmis-
terio", Eso fue pasajero. E1 ama "lo puro, lo fuerte, lo
infalsificable".
Esta forma primaria del estilo de R u b e n D a r i o en
Azul, donde cada frase es una creaci6n personal y re-
fleja a la vez un modo de tantos autores y doctrinas,
una manera universal de sentir, se prolonga a toda su
obra, la renueva, la vivifica, sin quitarle en nada su ori-
ginalidad esencial. Las simples notas que agrega a una
nueva edici6n de Azul: En busca de cuadros, van de los
Salones de Diderot a lastransposiciones de arte de Gau-
tier; escribe y ve comopintor, trae la tecnica de la pin-
tura a la piosa y crea el paisaje poetico de la literatura
casteUana de nuestro siglo.
No pierde nunca el contacto con la tradici6n espafiola.
En 1895 escribe la Marcha triunfal. En Buenos Aires y
con Verlaine y los simbolistas, asiste Ruben a la noble
idolatrfa deWagner. La Marcha triunfal encierra remi-
niscencias de Hugo y de Verlaine. En estos versos de
apoteosis, de desfile triunfal, no podia faltar una oculta
alusi6n al heroe que bien pudo mezclarse, "cenido el
acero y el aima en la niano", a las figuras augustas de
nuestra historia, don Quijote. Le pide a Cervantes un
lugar comuh que a todos pertenece y que adquiere en
el Quijote, por su insistencia, jerarquia artistica: "Los
soldados y caballeros... al cielo abierto,"puestospor
blanco de los insufribles rayos delsol en el v e r a n o y d e
los erizados yelos del invierno" (I, 13). Estealarde de
don Quijote: "resista en los,paramosdespoblados los
ardiehtes rayos del sol en la mitad del verano y e n e l
invierno la dura inclemencia de los vientos y los yelos"
(II, 17), halla una resonancia en la Marcha:
Al que ha Hesafiado, eeflido el aeeio y el >arma en la mano,
los soles <Iel rojo veiano,
las nJeves y vientos .<Jel gelido invierno,
la noehe, la esearcha
y el odio y la mueite,
por'ser por la patiia inmoital....
Todo el rumor de un siglo, en un aire magnifico de
Wagner, que pedia Verlaine, se agolpa en esta poesia
que prefigura la victoria, en este "triunfo". El rar6 po-
der sintetico del genio de Ruben recoge el hecho, el
"._30 -

triunfo del ejercito argentino, en su categoria universal.


<iQue antecedentes tiene eji la literatura castellana el
desfilar de huestes victoriosas? Ruben ley6 en el Quijote
el catalogo de los ejercitos. Lo habia lefdo en Virgilio.
Estos desfiles triunfales de la poesia epica se animan
con extraordinaria magnificencia. Dario presenta el rit-
mico tumulto en la sonoridad de musicas y pasos, ensa-
< ya una fotma de hexametro. Las imagenes auditivas se
logran con la inmediata 6bservaci6n; el rumor multifor-
me y movedizo de'menudos ruidos de armas se consigue
. quizas instintivamente, por lavariedad de las cinco voca-
i les donde cae el acento (u, i, o, a, e) :
Se escueha el iuido que foimau las armas de los caballeros...
La sonoridad, el movimiento, el cambio de tono,
la subita voz de los clarines, la aparicion de los c6n-
* dores (simbolos como la loba romana), la intensidad de
los acontecimientos que el poeta sugiere, se pliegan a
este compas grandioso de marcha y de fresco animado.
El ritmo rapido y sonoro de voces y pasos se encuentra
tambien en Virgilio (VII, 698):

Ibant aequati numero regem<jue canetat,

todavia los vemos y los oimospasar: "Iban en grupos


iguales cantando a su rey".Desde el libro VIII, 585 de la
Eneida, sin olvidar el VII, se establece el paralelismo
con la Marcha triunfal. Ruben le ha aprendido a su "Vir-
gilio latino" el arte romano del "triunfo". Citaba, en el
afio en que escribi6 la Marcha, el famoso verso de la
Eneida: Quadrupedante putrem sonitu quatit ungula
campum; que es, dice, "la mejor imitaci6n fonetica del-
galope del caballo", "verso, agrega, que todos sabemos
desde el colegio". Rub6n da el rumor delpaso lento de
los briosos caballos: "Los frenos que mascah los fuertes
caballos de guerra, —Los cascos que hieren la tierra".
La glorificaci6n del ejercitp argentino, de un desfile,
fluye de la mente del p6eta con la multiforme riqueza
del tema, en un conglomerado henchido de esplendores.
Que haya escrito la Marchaen un dia o en una hora da
lo mismo; la escribi6 el. EsteRuben virgiliano era cer-
vantista. Quizas el mayor cervantista de la lengua. Nin-
gun escritor de nuestro idioma sinti6 a Cervantes como
- 31 -

Dario. Cervanteslo acompai5ara eh susviajes por las


literaturas antiguas y modernas. En el paisaje lirico de
Ruben hay un parque cervantino. De un Ruben que ha
lefdo y sonrefdo a Ariosto y que estuvo en los jardines
de Armida. Toma a veces de Cervantes, quiza sin sospe-
char, una rara uni6n de epitetos: "mfnimo y dulce";
junta la interrogaci6n verleniana: "^Es de marmol o no
la Venus de Milo?", la visi6nde Durandarte convertido
en su propia estatua yacente en la cueva de Montesinos:
"no de bronce ni de marmol ni de jaspe hecho, sino de
pura carne", cuando dice:

En mi jaidin se vi6 una estatua bella;


se juzg6 maimol y era came viva.

Lo unen a Cervantes extrafias correspondencias. "A


lospies de la Muerte, escribe Cervantes, estaba el dios
que llaman Cupido". A los pies de la Muerte, en el
Coloquio de los Centauros, "yace un amor dormido".
Quiereentrar en-la tradici6n de la lengua, emparentar-
se, hundir rafces en la materia ilustre del idioma, traer
de afuera lo que falta, llenar el vacio de lo que acaso
fue o pudo ser: "A Garcilaso visteis, acaso"; "Quevedo
pudo h a b l a r o s " . . .
A

En los capitulos de Los rorospublicados.enLa Naci6n


en los tiempos de fervor y de predica de arte de Ruben
en Buenos Aires, si no siempre supera al prosista de la
epoca de Azul, trabaja su estilo con una densidad y ri-
queza iguales a su universal inteligencia. Florece el am-
bito de Prosas profanas. Aquellos veinte aiios tenaces
y laboriosos d e l a creaci6n de Azul se acercan a ser
treinta:

Mi alma fiagil se asoniaalaTehtana obscuia


de la toiie tenible eu que ha tiefnta 'aiios suena.

En 1900 se inteina e n l a poesfa filos6fica y e n si uiis-


xho. Cincela las Ahforas de Epicuro. Esta mas cerca de
su humanidad profunda. La tecnica se trahsforma, pero
el don de fundir e n s u arte elementos, recogidos e n l a
exploraci6n del tema, subsiste. Vuelve el antiguo o ro-
mantico nocturno a la poesia y a lamusica. Samain,en,,-
Toutdort, del Chatiotd'or, escribe:
- 32 -

Paiis est reeueilli eomniie une basilique;


A peii".s un iouleoment de fiaeie, par moment,
Un chierj perdu qui jleuie, ou le long sifflement
D'uive loeomotive — au loin — m61ancolique.
Le silence est piqfondj coimne in)6teiieux..

Ruben, poeta c6smico de la noche, escribe ahora, pa-


sado el novecientos, nocturnos que son en el la medita-
ci6n del ser, el sentirse a si mismo:

Los que auseultasteis el coiaz6n de la noehe,


los que poi el" insoinnio teuaz habeis oido
el oeriar .de una pueita, el iesonai de un eoelie
lejano, ux. eeo ^ago, un ligeio iuido
En los instantes del sileneio misteiioso..

E n e l comienzo de este bellisimo Nocturno, Ruben ha


tomado de Samain las pequenas cosas, unas comunes sen-
saciones auditivas que a todos nos pertenecen: un roule-
ment de fiacre, el resonar de un coche, el t o n o , e l modo,
lo mfnimo de un perro perdido, del silbatp de una loco-
niotora, que se transforman en un algo mas fntimo, mas
intemporal, en "el cerrar d e u n a puerta", en "un eco
'' vago" en "un ligero ruido", au Zom,"lejano": El verso
descriptivo: Le silence est profond, comme mysterieux,
se convierte e n u n estado deLmundo y d e l alma: "en
los instantes del silencio misterioso"; Samain ve Paris^
Dario la humanidad entera, lo legendario y shakespiria-
n o : "Cuando surgen de su prisi6n los olvidados, E n la
li.oia de los m u e r t o s " . . . La meditaci6n sola y entriste-
cida en una ciudad cualquiera donde hay un insomne
que escucha "el coraz6n de la noche". Descubre el autor
frances el valor de ciertas sensaciones casi impercepti-
bles, Ruben las pasa a sus versos. y amplfa la extensi6n
de sus imagenes.
Al leer "los que auseultasteis", suena en nuestro oido
el comienzo del sorieto primefo de Petrarca: Voi ch'as-
coltate in rime sparse il suono. El Voi che dantesco del
dulce estilo nuevo. O voi cheper la via d'amor passate,
Venite a intender li sospiri miei. Estamos oyendo suspi-
rar a Ruben con la dolorosa expeiiencia con que suspi-
raron Dante y Petrarca. Dario emplea "auscultar" en su
significaci6n cientifica, "los que auseultasteis el corazon
de la noche"; en el tecnicismo "auscultar", q u e f u e p a l a -
bra vulgar en latfn al lado del culto audire, quiso poner
un escuchar ansioso en las tinieblas de la vida y d e l u n i -
^- 33 -

vers'o. S61o los que se han sentido en el desveIo nocturno


sabran entenderlo. Lo que tom6 de Samain, lo que le'
fue su<*erido por el Hamlet de Shakespeare, pasa al fon-
do del cuadro. Toma un procedimiento de Dante, de
Petrarca, pero concibe de otra manera; el vive en otro
siglo. Nada parecido se habfa expresado en nuestra len-
gua. La traducci6n de Garces (1592), de los sonetos de
Petrarca no nos comunica la vibraci6n virtual: "Los'que
de mis suspiros el sonido — o i s . . . Si algo de amor su-
pisteis algun dia". El acento de Darfo esta en la con-
cienciahumana, en la^hora estremecida que mas honda-
mente nos toca: "en la hora de los muerto$, en la hora
del reposo"; y volvemos a un-tema, a l - d e l a hora, al
noxerat, al reposo nocturno del universo, que segun
A. M. Guillemain, es en Virgilio uno de los principales
motivos de las evocaciones melanc61icas; para mostrarlo
en su expresi6n mas conmovida, recordemoslo en Dante:
Era gia l'ora che bolge'l disio. Siempre en este Ruben,
Uamado tan injustamente superficial, el acento cae en
lo eternamente humano y podemos referirlo al de los
mas esclarecidos maestros del sentimiento. "Sabreis leer
estos versos", los versos que Ruben esta escribiendo, qui-
zas todos sus versos: Del vario stile, in ch'i6 piango.
"Como en un vaso vierto en ellos inis dolores". Oiga-
moslo:.

T el pesar de no ser lo que yo hubieia sido,


la pe>dida del reinoque estabapaia ml,
ol pensai, que un instante pude no haber nacido,
y el suefio, oue es mi vida desde que yo naei.

Lasmas inquietantes voces del ser estan en;e9ta estro-


fa: "lp que yo hubierasido"si hubiera logrado su parte
al coronar las posibilidades; "la perdida del reino", po-
lo opuesto al "mejores*nohabernacido", con el hprror
al no ser: "pude no haber nacido", grito de la'persona
salvada en la encarnaci6n t e r r e n a p o r lo c a s u a l ; " e l
suefio que es mi vida", faritasma que persigue^al hombre
haciendolecreer que t6do pudo habersidoengafio.
En 1905 Ruben tenia treinta y ocho aiios. Las tenta-
tivas poeticas d e l s i ^ l o X I X y c o m i e n z o s d e l X X s e h a -
bian fundido, de varios modos,en su obra.PodemosUa-
marlesimbolista, pero enverdad e s t a f u e r a d e l a s escue-
las. Ya don J u a n V i l e r a se loadvertia en 1888.Cuando
- 3 4 -

Moreas funda laescuela romana, la mejor obra de este


grupo iIustre no se escribe en frances sino en espanol,
es el ronsardiano Himno a Helios de Ruben, decoro de
nuestra lengua. Perteneci6 a la famUia de los escritores
universales; oy6 todas las voces, tuvo su acento propio,
inspirado por una Egeria, por un genio, por una Musa.
Pindarico, amigo de Ronsard, "lira de Galia" como el le
llama, griego y horaciano, alejandrino, fervoroso de
Dante, escudriiiador de Hugo y de su tecnica, conocedor
apasionado de los poetas y del arte de todos lostiempos,
6rfico, pitag6rico, plat6nico, epicureo, estoico, ^gn6sti-
co, al escribir en la Oda a Mitre: "Cuando hay almas
que tienen el divino elemento"?, deista, cat61ico, her-
metico, ansioso de un imposible. ascetismo, entregado a
la duda, al "no saber", al remordimiento en Spes: "Di-
me que este espantoso horror de la agonia que me obse-
de no es mas que mi culpa nefanda"; pesimista, sabe que
su misi6n esta en el optimismo y se vuelveel poeta de
la raza en Salutaci6n del optimista, en Los cisnes; sabio
en geografia poetica del mundo, fil61ogo esclarecido por
la intuici6n artistica y el estudio, fil6sofo asomado al
misterio, conocedor sutil de la literatura espanola, nues-
tro Banville, descubridor del siglo XV, gongorista y ver-
leniano, interprete de la pintura y de la musica, de Leo-
nardo a Tiziano, de los vasos griegos a las escuelas novi-
simas, de la musica desde el clavicordio a la de Debussy,
conocedor de la historia y de la ciencia, politico latino,
"hijo deAmerica",."nieto de Espaiia"; no existe un ardor
de pensamiento que no haya latido en sus sienes. Poeta,
vive en la soledad de la creaci6n, interprete misterioso'
de un culto, refugiado en "la sagrada selva". En vano
buscarlo en la vida anecd6tica, ni siquiera en la Auto-
biografia que el ha escrito. El *es mas hondo de lo que
podria creerse. Ya lo dijo: "El Enigma es el soploque
hace cantar la lira". Cuando tenia treinta y ocho anos
presiente que Cantos de Vida y Esperanza forman la
cupula de su obra poetica. Hasta alli ha llegado. "Y yo,
fuerte, he subido donde Pegaso pudo", exclama al exal-
tar su triunfo egregio.
Yo soy el que pieser.ta eu eabeza tiiunfante
coronada con el tourel del Eey del dia.
Iniciado en el culto de Apolo, a quien Uama "nuestro
_ . 35 —

rey divino", el diqs lo ha"coronado con su laurel profe-


tico como coron6 a H o r a c i o de laurel d e U i c o . N o l e e n -
tre<*6 la sabiduria sino en momentaneas iluminaciohes
e n q u e e l poeta se vi6 libre "del cautiverio obscuro". F u e
buscando Ruben la verdad, la perfecci6n, el secreto
ideal, paxa infundirlos en la lengua del verso, avido de
poesia esencial, en su absoluta integridad de idea pla-
t6nica:

Y la vida es misterio; la luz eiega


y la verdad inaceesible asombia;
ia a'dusta peifecci6n jamas se entiega,
y el secieto Meal duerme eii la sbmbra.

Los polos de su esfera oscilan entre las tinieblas y el


esperado dia. La eternidad lo amedrenta y lo atrae. Su
conciencia abarca el yo y el no yo, se vuelve conciencia
del universo, drama. El hombre, "hombre soy", se des-
cubre en el como tragedia o como triunfo. La sinceridad,
con rigor extremo, desnuda su hora de investigaci6n y
de dolor, su ir a tientas "por los recodbs mas terriMes y
obscuros". Su pobre alma, "dulce mariposa "invisible",
vive esclava:

Te asomas por mis ojos a ^ luz de la tlerra


y piisioneia vives en mi de extrafio d^ieno: i
te iedueen a esclava mis sentidos en guena
y apenas vagas libie por el jardin del suefio,.

No puede salir "sin ser notada". Los sentidos impla-


cables vigilan en la torre; se asoma a la luz de la tierra
o v e el espanto de las t i n i e b l a s . E n e s t r o f a s maravillosas
Ruben Dario nos relat6 la historia d e s u alma; al pene-
trar en el arte y la ciencia de todos tiempos nb hizo mas
que descubrirse a si mismo, que acercarse a su abna.
PROSAS PR O F A N AS

En Hernani, de Hugo, el viejo duque don Ruy G6-


mez de Silva, muestra en la gran sala del castiUo ducaI,
los fcetratos de sus antepasados: de Don Galceran de
Silva, d e D o n Gaspar de Mendoza y. de Silva, al rey
don Carlos. "El abuelo espafiol de b a r b a b l a n c a " , se-
fiala a Darfo los retratos ilustres: "Este,me dice, es el
gran don Miguel de Cervantes Saavedra, genio y man-
co; este es Lope deVega, este Garcilaso, este Quihtana".
El abuelo espafiol senal6 cuatro nombres, de represen-
taci6n caracteristica, honra, los cuatro, de las letras his-
panicas: adjetiva a Cervantes: "el gran don Miguel".
Pregunta Daiio al abuelo por "el nobleGfacian, por
Teresa la Santa, por el bravo G6ngora, y el mas fuerte
de todos, don Francisco de Quevedo y ViUegas".
Es en 1896. Gracian, Santa Teresa, G6ngora, apare-
cen en una nueva valoraci6n literaria. Cuando escribfa
Ruben, Gracian adquiria nuevobrillo c6n la fama de
Schopenhauer. El adjetivo noble expresala aristocra-
cia del estilo de este genio singular que crece en la ad-
miraci6ri del siglo XX. El poeta vi6 lo que hay de
inextinguible y de p r e c i o s o e n l a obraescrita de Teresa
la Santa. El resplandor mistico vuelve a la poesia lfri-
ca castellanacon Ruben Dario, en elvocabulario, en el
neoplatonismo,enla exaltaci6ndel alma eh suviaje al ^
centro de si misma, en lo eleusino y cristiano.
L a a f i r m a c i 6 n que traen las Palabrasliminares:
"Hombre soy", se encuentra en el pr61ogo de Las con-
templaciones de Hugo: Homo sum. En Hugo t i e n e e l
significado 'que le da Terencio, e h D a r i o no.
Dice "quien siga servibnente mis huellas perdera su
tesoro personal y , p a j e o esclavo, no podraocultar sello
o l i b r e a " , y parece r e c o r d a r e l prefaciodeCromweZZ:
Hugo se oppne a la imitaci6n; "el q u e d e j e s u originali-
d a d p e r s o n a l p a r a transformarseen o t r o . . . s e r a e l d i o s
que se convierteen criado".
- 38 -

-No es dificiI que Dario, antes de escribir las Palabras


liminares de Prosas Projanus, haya leido pr61ogos de
algunos libros de Hugo.
Este constante anhelo de innovaci6n hizo a Dario apo-
derarse de cuanta palabra o expresi6n curiosa encontra-
vba en los autores que lefa. En Palabras liminares, escri-
be: "Cae a tus pies una rosa, otra rosa, otra rosa". Esta
repetici6n fue comun en algunos poetas franceses, desde
que la emple6 Richepin en la poesia Floreal del libro
La mer, en el siguiente verso:
,- Des flouis, des fleuis,desfleurs, des fleuis!
En Palabras liminares, donde se agrupan tantas su-
gestiones, del Remy de Gourmont de Celui-qui-ne-com-
prend-pas, y del Latin mystique, de la Suite a la respues-
ta a un acto de acusaci6n de Las meditaciones de Hugo,
de la literatura viviente del siniBplismo, el poeta habla
con valor ydignidad de "la absoluta falta de elevaci6n
mental de la mayorfa pensante de nuestro continente".
La lectura' de Los raros muestra la multiple y admirable
informaci6n de Ruben, en estos anos, desde la obra de
Homero hasta el poema que acababa de aparecer en una
revista francesa o inglesa; su cultura filos6fica y cienti-
fica, su amor a toda expresi6ri insigne del espiritu".
En el pr61ogo de Prosas profanas, el abuelo espanol
parece reconvenir al joven poeta que se aparta de la
tradici6n de las letras castellanas y le sefiala los ante-
pasados ilustres a cuya norma debe someterse. No le se-
fiala los otros, los que, eh alguna forma, fueron disiden-
tes y crearon escuela. Recordamos el pasaje de los retra-
tos en el Hernani, de Victor Hugo, lugar que influy6 en
parte este paragrafo del pr61ogo de Prosas profanas y
el magnfficc y misterioso poema Retratos de Cantos de
vida y esperanza, del que puede haUarse todavia perdu-
raci6n en alguna fina comedia de los Alvarez Quintero,
donde la madre muestra al hijo pr6digo las figuras de
sus nobles antepasados. Maureveit da por fUente casi
literal de los bellos versos de Hugo —t6pico comun
desde la Iliada, cuando Helena describe los heroes argi-
v o s ^ al ingles Shiel, en la tragedia Evadne, traducida
en parte en la Revue Trimestrielle, a mediados de 1828.
Hugo escribi6 el Hernani en 1829. Encontremos ante-
cedentes espanoles. Boscan en la adaptaci6n del Bembo,
-"39 -

d e l a Octava rima, enumera graciosamente damas y ca-


baUeros ilustres. Estos elogios pasan a lanovela pasto-
r i l y crean una galerfa de retratos. Lope de Vega, en la
Arcadia innova, probablemente con la Antologia griega.
Nos pone frentea una pinacoteca de hombres ilustres.
"Este es, rios dice, el leones Bernardo del Carpio". "Es-
te . . . es Garcilaso de la Vega". Cuando Ruben, en el
Prado, contempl6 con emoci6n de raza, en cuadros de
preclaros pintores, espanoles famosos o desconocidos, y
ley6 con mirada profunda lo que no esta escrito en la
historia, quiza record6 a Lope juntamente con Hugo. Di6
con la Arcadia en el tomo de las obras sueltas del Fenix,
cuando leia la "Respuesta a un papel sobre la nueva
poesia". En estarespuesta escribe Lope, despuesde se-
nalar a los gongoristas algun abuelo ilustre, que no es
enriquecer la lehgua dejar lo que tiene de propio por
lo extranjero, sino despreciar "la propia mujer" por la
cortesana hermosa. ;Despreciar la propia mujer! Ruben
andaba Ueno de universalidad, salido de su casa. En
Prosas profanas recogia la voz de todas las literaturas.
Y ahora Lope se convierte en el abuelo espanol. Ruben,
al despedirse —;no habia de ser para siempre!— le res-
ponde: "Abuelo, preciso es deciroslo: mi esposa es de
mi tierra; mi querida, de Paiis". Estas palabras adquie-
ren pleno sentido en la polemica de la nueva poesia,
siempre renovada, donde Lope defiende, el gran Lope,
el pobre Lope, universal por su ciencia, la sacra digni-
dad de la esposa, el desposorio con la tradici6n de la
patria y de la lengua.

ERA UN AIRE SUAVE

Cuando Dario estuyo en Paris, en 1893, Charles Morice,


entonces famoso teorizador del simbolismo, le di6 el en-
sayo que public6 en 1888 sobre Paul Verlaine. Dario de-
bi6 de estudiar este breve libro con impaciente curiosi-
dad. Morice, que concret6 en La litterature de toute d
l'heure las aspiraciones espirituales de los j6venes poetas,
que fue, elogiado por el autor de Sagesse en un soneto
memorable,coordin6 el mundo estetico y poetico de Ru-
ben Dario, descubri6, podriamos decir, la filosofia ver-
leniana latente en el poeta americano. ^
Al hablar de las Fiestasgalantes de Verlaine, Morice
- 4 0 -

nos hace imaginar "en un parque de Watteau, quiza en


el Jardin de amor de Rubens", "des beaux groupes de
jeunes hommes et de jeunes femmes assembles pour ecou-
ter en des nonchalantes attitudes quelque Decameron.
Ce sont de grandes dames en fete, de marquis aux perru-
ques de travers et de petits abbes qui divaguent". Darfo
coriocia ya, por Gautier, por los Goncourt, el siglo XVIII,
la creciente valoraci6n del arte, de las costumbres de este
siglo; lo habia visto en los tapices, en la pintura, en la
poesfa lirica de los ultimos afios del romanticismo, pero
Morice se lo hizo mas visible al descubrirle el secreto de
los pintores frecuentados por la imaginaci6n verleniana.
La elaboraci6n del estilo y de las imagenes de Era un
aire suave empieza ya en Azul, y en especial, en la parte
agregada posteriormente: En Chile, ensayo de ejercicios
descriptivos de paisajes, de tapices, de cuadros, que tien-
den a transformar y a renovar la riqueza expresiva del
poeta. En estas paginas, como en algunos cuentos de
Azul, esta visible la influencia de pintores del siglo
XVII. Habla de "manosgraciles de ninfa", I I ; de "ese
brazo de ninfa", XII; de "las manos graciles de nihfa",
X I ; "tersos brazos de ninfa", en Invernal; y en Era un
aire suave: "con dedos de ninfa". Esta insistencia en bra-
zos de ninfa, en dedos de ninfa, quiza sea recuerdo de
l a l i n d a poesia anacre6ntica De la rosa, traducci6n de
Baraibar, que Ruben conocia:

Lo& biazos de las Ninfae


y los dedos del Alba
son de io-sa. . .

Es en Un retrato de Wateau (En Chile, V I I I ) , que nace


tambien de la.sugesti6n de Gautier (Avatar, I X ) , donde
ha delineado el primer esbozo de su arte de poeta "muy
siglo XVIII": "el pie pequeno en.el zapato de tac0ne9
rojos" se conviefte en Era un aire suave en:

sobie el ta<5611 10jo, lindo y leve el pie.

La marquesa Eulalia aparece viviente: ."Mirad las


pupilas azules y humedas, la boca de dibujo maraviUoso,
con una sonrisa enigmatica de esfinge". La descripci6n
setransformaen:
rf r>
* v

1< *

' * l . ' '

,>
u
.S'

Paul VerJaine

PA>i{!S
'-E<-s- v,S)fi( ,'-yirf-'
w . . ' *- - . i i . " - , - , . i,.

*^

Fig. 1 - Portada del libro de Chailes Morice: PAUL VERLAlNE:


Ejemplar dedicad6 a Ruben Dario,.
7 - 4 2 ' -

Tiene azules ojos,. es maligta y bella,


cuando mii a vierte viva luz extiafia:
se asoma a sus huniedas pujilas de estrella
el alma del rubio ciistal de Ghampana.
La decoraci6n de un interior: "La contempla con sus
ojos de marmoI una Diana que se alza irresistible y des-
nuda sobre el plinto; y le sonrie con audacia un satiro
de bronce que sostiene entre los pampanos de su cabeza
un candelabro", muestra una tentativa de transposici6n
pict6rica que amplfa ahora:
Cerea, coionado con liojas de vifia,
ieia en su maseaia Teimino baibudo, ;
y, como un efebo que fuese una ni5a,
raostraba una Diana su maimol <iesnudo..
Y bajo un bosca,ie, del amorpalestia,
6obie iieo z<5calo al modo de Jonia,
con ui'j eandelabio ptendido en la diestia
volaba el Meieuiio de Juan de Bolonia.
El Termino es el del jardin de Arlequrn y Colombina
de W a t t e a u ; l a D i a n a e s t a e n los jardines galantes de
los pintores del siglo X V I I I ; el satiro de broncej se con-
vierte en el M e r c u r i o d e Juan de 6olonia. A n g e l d e
Estrada sefiala en Era un aire suave "un rastro de las
Fiestas Galantes" de Verlaine:
L'abbe confesse bas Egle
et ee vieonvte <Jeregl4
des champs doune a son coeui la ele.
Toda la poesia es verleniana en el asunto y el tono; el
vizconde rubio, el abate joven, pueden venir de Verlaine
como de la explicaci6n de una pintura de Watteau o de
un libro de los liermanos Goncourt. Groussac encuentra
en Era un aire suave "vagas y multiples reminiscencias"
del Verlaine de Fiestas Galantes, de Moreas, de Hugo en
la Fete chez Therese; cree probable que estas reminis-
cencias sean "las mas de las veces" inconscientes; en-
cuentra intencional el recuerdo de un verso de Paul
Guigou (1865-1896):
Etait-ce en Boheme? Etait-ce en Hongiie?
jFue aeaso en el Noite o en el Mediodia?.
Guigou ( 1 ) , tan admirado por escrit6res j6venes, pudo

(1) Vease Ed. Champi6n, Le Tombeau deLouis Menard. p.. XVI, y


CHARLES MAURRAS, Paul Guigou, en L'Etang de Berxe.
Paul Guigou esciibi6 el piefacio 'de la obrap6stuma de J TELLIER,
Reliques. 1890 El verso de Guigou es asi: "Etait<:e en Hongrie?
Etaii<;e en Boheme?". Groussac invirti6 los hemistiquios..
U^Kfci^
Fig. 2. - RUBENS: Jardin de amor..

Es noehe de fiesta, y el baile de trajes


ostenta su gloria de triunfoa mundanos.
- 44 -

ser leido p o r Darfo, p e r o se-


rfa algo forzado considerar
el verso de Ruberi como imir
taci6n. D a i i o se refiere a u n
heclio universal y e t e r n 6 ; d e
todos los lugares " d e s d e Me-
diodfa h a s t a el N o r t e " (Eze-
quiel, X X , 4 7 ) , y de todos
los tiempos. Con exquisita
elegancia el p o e t a e n u m e r a
las epocas en q u e p u d o acae-
cer la acci6n, si asi p u e d e
llamarsele, de Era un aire
suave, p a r a d e c i r n o s :

Yo el tiempo y el dia y el
(pais ignoro.

Parece recordar mas bien


a Catulle Mendes, Le jardin
des jeunes ames: " J e n e sais
en q u e l t e m p s , dans u n p a y s
d o n t o n n e m ' a p o i n t dit l e
nom".
Pater, Watteau, Fragonard,
todos los p i n t o r e s del siglo
XVIII han contribuido a
crear el a m b i e n t e y la de^
coraci6n d e esta poesfa. E l
r i t m o b r o t a de la musica d e
R a m e a u , de los "violiries del
rey". Estas imagenes delicio-
Fig. 3. -WATTEAU: Frag-
rnento del Embarque para sas se pliegan e n ese r i t m o
Citeres. l i g e r o y n o f i j a d o e n la m e -
trica tradicional. D a r i o su-
T, como un efebo que
(fuese una nifia, p r i m i 6 los acentos fij6s d e l
mostraba una Diara su dodecasflabo de Selgas o de
(mannol desnudo. JoseJoaqufn Palma:

e iban fiases vagas y tenues suspiTOS


er.tie los sollozos de los violoncelos;
/
v u e l v e a l verso de a r t e m a y o r del Marques de Santillana
y de otros poetas del siglo XV.
- 45 -

Charles Morice senala las fuentes pict6ricas de las


Fiestas Galantes de Verlaine. Viene"n desde el Jardin
de' amor de Rubens. Charles Blanc dedic6 u n libro a
los pintores de fiestas galantes. Quiza en este estudio
se agrupen los modelos de Era un aire s u o v e . L a d e c o r a -
ci6n de Dario esta en el Jardin de amor de Rubens
(fig. 2 ) , en Arlequin y Colombina, en el Baile bajo una
columnata, etc., de Watteau (fig. 4 ) . Alguna estrofa"se
iefiere a esta obra del pintor.de fiestas galantes:

jFu6 euando la bella su faWa eogia


con dedos de ninfa, bailando el niinue?

A
En Otras aparece Boucher (fig. 5 ) , como si el cuadro se
hubiera t^ansformado en la magia de la palabra:

jO cuando j&storas de floiidos vallee


oinaban eoncmtas sus albos coideios,
y oian, divinas Tiisis de Yeisallee,
las deelaiaoiwies de sue caballeios?

La sonrisa enigmatica tuvo una rara atracci6n para


Dario. En 1891, hablaba de la sonrisa de la Gioconda y
de la Nelly 0'Brien del pintor i n g l e s J o s h u a Rey-
nolds ( 1 ) . Era un aire suave es una poesfa de larga ela-
boraci6n, que refleja toda una literatura aeerca -del siglo
XVIII frances y el conocimiento minucioso de" los pinto-
res de esaepoca. Es poesia simbolista, p o r l a musica ver-
bal, por el deseo de hacer del verso una--melodfa. E l re-
pertorio mitol6gico: Termino barbudo, Diana, las flechas
de Eros, el cinto de Cipria, la rueca de Onfalia, perte-
hecen al arte antiguo, a Hugo, a Watteau, a Fragonard,
a Saint-Aubin. Si algun poeta ha dejado un eco, una
viva sugesti6n, en Era un aire suave, es Eduardo Du-
bus, autor del melanc61ico libro Q'uand les violons sont
partis. Dario comentaamor6samente e n L o s raros e s t e ^
libro lleno de "noches de fiesta", de recuerdos del "temps
joli qui v i t f l e u r i r l a Pompadour".

Lors, oh vous saluait en spupirant:."Marquise!".


on m' honoralteonime untres digne abbe de'cour.

(l)TEODORO PICADO, Huben D a r i ' o e n C o s t a Hica.t. 1, p. 7 6 . ,


- 46 -

Dubus repite: "Les belles sont encore au bal", "eUes


valsent toujours", y Darfo:

Pero s6 que EulaIia iie todavSa,


;y es cruel y eteim su iisa de oro!
"Risa de oro" puede interpretarse con las palabras
d e V i l l i e r s de Lisle-Adam del cuento Akedysseryl: "le
son d'or de son rire".
D e la poesfa de Dubus, Bals, naci6 la idea de escribir
Era un aire suave. En Dubus, esta la gota de hiel de
la malignidad de las hermosas que "danzan siempre",
como Eulalia rie, rie. Pero Dario embelleci6 el tema.
Bals, de Dubus, empieza:

Flutes et violons soupirant leurs aecoids.

En Era un aire suave liay una admirable selecci6n de


vocabulario.

DIVAGACION

Divagaci6n es una poesfa sabia, ronsardista, de ronsar-


dismo moderno y del siglo XVIII. Lo eterno femenino,
aparece e n la fascinaci6n de "las magicas fragancias",
de "la olimpica ambrosia", del aroma de 'ambrosia que
esparce la cabellera de Venus (Eneida I, 4 0 3 ) . El aroma
es heraldo. "^Vienes?"

jSuspira asSI Bevuelen las abejas,


al olor de .la olimpica anVbrosia,
en los peifuanes que en el aire dejas;
y el dios de piedi'a se despieite y iia,
Y el dios de piecha se der.pierte y cante
la gloiia de los tirsos floiecientes
en el gesto iitual de la bacante
de iojos labios. y nevados dientes;
En el gesto ritual que en las liermosas
ninfalias guia a la divina hoguera,,
liogueia que haee llamear las rosas
en las nianehadas pieles de pantera.

El dios de piedra es Dionisos. Estos versos fueron


sugeridos por uha ilustraci6n d e l a Mitologia de Menard
(fig. 6) . E n e l t e x t o hay citas de Plutarco, de O. Mii-
Uer, referentes a las imagenes de bronce o de piedra.
if
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s
3 -
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VQJ ^

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*^o u
Fig. 5. - Boucher: PASTORAL
&0 euando pastorasde floiidos valles
ornaban con cintas sus albos <;orderos,
y oian, divinas Tirsis de VersaUes,
las declaraeiones de sus caballeros?
Fig 6. — Vaso pintado del Museo de Ndpoles
Eai el gesto iitual de la bacante..

Eran objetos de culto, en las epocas primitivas, las


piedras groseras, los pilares de piedra. En el mismo
textb y en otra ilustraci6n apaiece el "Hermes rusti-
co" de un bajorrelieve antiguo con su barba: "La barba
de los Terminos joviales", de que habla Darfo. Es la
primavera, la epoca de la resurrecci6n de Dionisos, de
"los tirsos florecientes". El poeta vi6 en la pintura del
vaso " e l g e s t o r i t u a l de l a b a c a n t e " , las ofrendas mis*-
ticas, el tirso y las antorchas. Menendez y Pelayo parece
recordar tambien la pagina que consagra Decharme en
&uMitologia (1878) a la descripci6n de las bacantes.
La descripci6n de Eurfpides "cubiertas. con una piel de
cieryo" se convierte en Menendez en: "cubre piel de'
pantera su espalda"; en Decharme: "une peau de cerf
est jetee sus leurs epaules"; Menendez prefiri6 espahla
a hombro, quiza recordando a Hermosilla que traduce
(Iliada, III, 17) :
Las espaldas
aneha piel <le leopardo le.cubiia,
en lugar de: "con una piel de leopardo en los hombros",
como literalmente traducira despues Segala. La transfor-
maci6n de "manchadas pieles de ciervo" en "manchadas
pieles de pantera" que ofrece Dario, se debe a la su-
gesti6n de Menendez o a las descripciones pict6ricas del
cortejo baquico. El culto dionisiaco fue trafdo a nues-
tra lengua en 1879 por Menendez con este Hifnno a jDio-
- 5 0 -

nysos. Menendez influy6 en Odas breves de Gutierrez


Najera y es piobable que su himno sugiriera al poeta
mejicano la oda A Dionysos. Adviertese ya en Menen-
dez la persistencia de la y etirriol6gica y decorativa. E1
tono de Menendez es el del iniciado de 0 Dionyse pater,
citado e n l a s Saturnales de Macrobio. Menendez y Pela-
yo, en el Himno a Dionysos, inspirado en Las Bacantes
de Euripides, precedi6 a Dario en la evocaci6n de la
embriaguez dionisfaca:
/-
Ya resuer.a la nmstiea orgia,...
La baoante su peplo <ieseiSe,:..,.
Y ya el baquico tiiso empufi6....
Cubie piel de par.tera su espalda....
Coionemos de rosas la frente....

Dario, mas plastico, tiene presente los triunfos de


Baco, las bacanales, las fiestas en honor del dios, todo el
aparato de suntuosidad mitdl6gica de los bajorrelieves
y de la pintura de los vasos. Y luego, en versos de refina-
da elegancia, muestra entre el boscaje una visi6n escul-
t6rica de Diana, "el muslo de marfil de Diana", como
recordando a Goujon; y la "HetairaDiosa" que pasa en
busca de Adonis. "Hetaira" es uno de los sobrenombres
de Venus.
El poeta gU6ta de Grecia en el siglo XVIII, en las fies-
tas galantes. Vuelve al tema de Era un aire suave. Ahora
escucha a los abates, a los filosofos, a los pintores y poe-
tas. Algvmas paginas del Arte en el siglo XVIII, de los
hermanos Goncourt,ejeicen una fascinaci6n irresistible.
Dario ha hojeado libros con preciosas vinetas, conoce los
grabados, ha recorrido colecciones de pinturas. Ha leido
descripciones de cuadros y de estampas. Abro La
maisond'dn artiste de E. Goncourt y leo: "Au-dessous
sont gioupes, autour d'une table, des savants, des fem-
hies, des abbes, au milieu desquels on remarque un sei-
gneur au giand cordon en sautoir". Es.la descripci6n de
un grabado de Gabriel Saint-Aubin. Los Saint-Aubin
han dejado una sonrisa en esta mitologia graciosa de
Prosas profanas. Lo mismo Bourguignon y Pater y to-
dos los vinetistas y pintores de ese siglo. Un estudio
detenido de la influencia de los Goncourt en Dario rios
mostrara sugestiones deestos maestrosen el vocabulario
y en las imagenes de Prosas profanas. Si Th. Gautier,
- 51 -

am6 en otro tiempo Ia forma pagana y se habia creado


"locodeaiitigiiedad":
TJn blane ideal de majbre eseulpte
d'hetaIregiecque ou mil&ienne,
ahora adora a la mujer moderna, a una italiana: Un
type accompli de modernite, porque, como el mismo Da-
rfo dira despues: "la mejor musa es la de carne y hue-
so". Yasf en la 'preferencia artfstica de Gautier:
L'amour, de mon marbie a fait un pastel, ^
les yeux bkracs ont pris des tons de turquowe,
la lIvie a iougi conwne une fiamboise..,
Nuestro poeta confiesa que ama "mas que la Grecia.
de los griegos, la Grecia de la Francia". He de creer
que mas que a las diosas de Clodi6n, a los modelos vi-
vientes. Vive a un mismo tiempo la realidad y la fan-
tasia, la verdad y el suefio, la vida y el arte, el final del
siglo XIX, y el siglo XVIII. Nos ofrece en Divagaci6n un
curioso catalogo de autores, artistas y personajes: Verr.
laine y Arsenio Houssaye; Clodion y Fidias; Monsieur
Prudhomme y Homais. Afirma que Verlaine es mas
que S6crates. Rod6 juzg6 admirablemente estas "gra-
ciosas petulancias". Este epicurefsmo se complace, en
su elegancia exquisita, en la paradoja briUante y opor-
tuna, casi como de Oscar Wilde. Y como si quisiera
compendiar el mundo en cada palabra vuelve a Ja quere-
lIa de l6s antiguos y modernos, sin pensarlo quiza, pero
con elegancia sutil:
N

Veilaine en mas que S6ciates; y Aisenio


Efoussaye supeia al viejo Anaeieo.nte..

Arsenio Houssaye fue en aquel tiempo uno de los es-


critores franceses mas leidos en America. Su naturalis-
mo ligero, maleante e intencionado, debi6, en este caso,
superar a Anacreonte. Pero la desemejanz"a e n t r e l a s
diosas de Clodi6n y las de Fidias no la encontr6 Arse-
nio, que, fuera de duda, preferia a Clodi6n, sino Henri
Houssaye: "La parisienne du siecle de Louis XV differe
de l'Athenienne du siecle de Pericles autant qu'une ter-
ne cuite de Clodi6n d'un marbre de Phidias" {Athenes,
Rome et Paris; p. 292). El poeta prefiere, como alguna
vez Gautier, el marmol viviente:
- 52 -

Amo mas que la Giecia de. lps -griegos


la Gieeia de la Fiancia, poique en Franeia
al eco de las Risas y los Juegos
su mas dulee licoi Venus eseancia..

En una ciencia de sutil refinamiento, de doctos cp-


m e n t a i i o s , debemos rechazar lo burgues y lo v u l g a r :

Monsieui Prud-homnne y Homais no saben nada.

Quiza en Azul, en el cuento El Rey burgues, haya


un reproche para M. Homais. El personaje de Flaubert
lleg6 nuevamente a Darfo en una alusi6n de Ld-bas de
Huysmans, que debi6 de influir, como toda alta jerar-
qui'a literaria de fines del siglo, en su desden por e l s e n -
tir comun. El famoso personaje de Henri de Monnier,
Monsieur Prudhomme, esta en otio lugar. Dario ley6,
posiblemente las Memorias de M. Prudhomme. Monsieur
Prudhomme est un veau, escribia Hugo. Y no es diffcil
que el Beaumarchais, visto por Monnier, la descripci6n
del jardin del autor de Las bodas de Figaro, y el recuer-
do de la Hamadriada, de Coysevox, por ejemplo, hayan
contribuido a la redacci6n de esta estrofa:

Maentias que suige de la veide grama,


erj la mano el aeanto de Coiinto,
una ninfa a quien puso un epigrama,
Beamnarohais, sobie el maimol de su pHnto.

Beaumarchais tenia inscripciones en los marmoles de


su jardin; Monnier las transcribe. Son los epigramas
que figuran en las ediciones de las obras completas.
El cuadro que evoca Dario:

- Los abates refieren a^enturas


a las iubias' marquesas,

es decir, los grupos de abates, marquesas, fil6sofos, el


jardin, y la decoraci6n artistica de estatuas — en esta
poesia es una ninfa — es comun en los grabados del siglo
XVIII. Auh en los comienzos del siglo X I X , se encuen-
tran las mismas imagenes. Si me hubiera sido posible re-
visar las colecciones de arte del siglo XVIII, publicadas
en la epoca de Dario, quiza hubiera podido encontrar
la imagen inmediata. Vease el mismo cuadro, e n que el
Amor fue transformado en una ninfa, en el grabado de
Debucourt: Conference de Mme. de Stael ( f i g . 7 ) .
- 53 -

Italia esta r e c o r d a d a u n i c a m e n t e con las ilustraciones


d e los cuentistas florentinos. La descripci6n a r r a n c a d e
aIgun cuadro del siglo X V I I I :
V
Sones de bandolinEl rojo vino
con<iuce un paje iojo.
La elecci6n del adjetivo viene de la p i n t u r a . Dajrfo
recuerda cuadros e ilustraciones de l i b r o s ; esas magnifi-
cas ilustraciones d e las ediciones de Boccaccio y hastas,
s i se q u i e r e a D a n t e G a b r i e l Rossetti. '

j 0 un amor aleman? — que no han sentido


jamas los alemanes —: la celeste
Gietehen; claro de luna; el aiia; el nido
del ruieenor.. . .

E n cuatro estrofas nos dara el p6eta u n a p e q u e n a


enciclopedia de la mitologia amorosa de Aleinania. H a y
u n r e p a r o : u n desden a los alemanes; D a r i o vive e n
la epoca del descubrimiento de S c h o p e n h a u e r ; a d m i r a
a H e i n e : al "divino E n r i q u e H e i n e " . Vive en el <les-
l u m b r a m i e n t o wagneriano.

Y sobie el agua azul'el caballeio


Lohengrin; y su cisne....

E s H e i n e quien le ofrece elementos poeticos de su vi-


siori d e Alemania. La celeste G r e t c h e n es la Margarita"
casi transfigurada de las ilustraciones del Fausto. P i n t a
a Goethe con el famoso grabado de G o e t h e - j o v e n , e n
T r a n c f o r t . U n a transici6n violenta de imagenes y d e
tono nos t r a e de " l a luz de n i e v e " d e la l u n a alemann,
a Espafia: -

O amor lleno de sol, amor.de Esfana,


> Amor lleno de purpuias y oros.,..
*
Esta en la tierra solar; las dos estrofas consagradas a l
a m o r espanol nacen de las mismas fuentes q u e el P6rtico,
Elogio de la seguidilla, q u e La gitanilla. En-Prosas pro-
janas, s61o aparece la Espafia pintoresca, la Espafia d e
Gautier, de M e r i m e e , quiza u n i c a m e n t e d e Gautier.
A h o r a nos Ueva al Oriente. Lo conducen sus a u t o r e s :
Los Goncourt, J u d i t h Gautier, con la visi6n poetica d e
Ghina y del J a p 6 n , y P i e r r e Loti, con las deliciosas j a p o -
n e r i a s de otofio.El poeta se complace en el arte j a p o n e s ,
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Fig 7.. — Giabado de Debucourt..

Los abates refieierj aventuras


a las iubias maiquesas.
- 5S -
i
Lo ha visto en libros de estampas japonesas y en re*
vistas.
Amame en ehir.o, en"el sonoio chino
de Li-Tai-Be,.
Ley6 a Li - Tai - Pe en el Livre de Jade de J. Gautier.
Ahi recogi6 observaciones acerca de la sonoridad del
verso del gran poeta, del Verlaine romantico de China.
Pero ya el autor de Divagaci6n nos trajo a l a I n d i a .
Es una India fastuosa y deslumbrante; la India de
Th. Gautier, de los Caprices, una- India de mitos y de
iniciaciones, quiza tambien la de Leconte de Lisle. Vuel-
ve Dario a la riqueza colorista de vocabulario. Y el itine-
rario de su geograffa er6tica se detiene en el Carttar de
los cantares. La ruta ha sido curiosa: Una Grecia que
es Arcadia y es siglo XVIII, Paris, Florencia, Alemania,
Espafia, China, Jap6n, India, la Jerusalen salom6nica.
Casi toda la geografia poetica francesa de su tiempo.
Stendhal, en su tratado Del amor, le ofreci6 el mapa er6-
tico. del mundo. Dario lo adapta a sus preferencias. La
seca anotaci6n psicol6gica de Stendhal, se transforma en
una vision preciosista. De este tratado de amor no pas6
a Dario sino la sugesti6n de algun titulo: "del amor a'le-
man", quiza la alusi6n al amor florentino. Aparece, aI
final, el mtfndo de los simbolos, tal como figuran en la
edad media:
la serpiente ecm ojos <ie <Uamanto
que esta emoscada al aibol de la vida,
que vemos en las ilustraciones manuscritas de las Bi-
blias y en muchos simbolos: " . . .un arbol. .. con fojas
verdes, e manzanas doiadas: e del pie del salia revuelta
una sierpe verde", como esta en el Libro del Paso hon-
roso (p. 18), serpiente que se enrosca tambien, en la pin-^
tura prerrafaelista, en Hamlet y Ofelia de Dante Gabriel
Rossetti, quien a su vez la encontr6 en los pintores ita-
lianos del Renacimiento.
Vemos los dromedarios de la reina de Saba y el uni-
cornio del poeta: "unicornio, cuerno de oro". El uni-
cornio, "unicornio familiar" de la princesa que pinta
Herold, el de los tapices, el de los cuadros de Moreau,
viene a Dario no s61o del Latin mistico de Remy de
Gourmont, con su significaci6n simb6Uca, con la aUte-
- 56 -

raci6n del genitivo: cornibus Unicornium, sino tambien


de la traducci6n de la Biblia de Cipriano de Valera:
"Y sus cuernos, cuernos de unicornio", Deuteronomio,
33, 17, y del Libro de Job, 39, 12; "^Querra el unicor-
nio servirte a ti, ni quedar a tu pesebre?". Esta en los
, palacios del poeta. Por eso dice a su reina de Saba:
Y junto a mi urdeomio cuemo de oro,
tcndian iosas y miel tus diomedarios.
En esta geografia poetica, eonjunto de esbozos, de
tapices y pinturas, las lineas se superponen; al final
hallamos un solo rostro, un solo sentimiento:
Aroame asi, fatal, cosmoplita,
imiversal, mmensa, froiea, sola
y todas . .
Un unico rostro donde se anima la naturaleza toda,
lo eterno femenino del universo, en la elegida:
Amame, mar y nube, espuma y <fla.
s
Valbuena Prat ve, en esta fusi6n, "el vaho panteista
del fin de siglo, de las ultimas esencias del sentimiento
de la naturaleza en el XIX".

S0NATINA

El tema de Sorvatina esta expresado en el verso: "El


feliz caballero que te adora sin verte". Tema medieval
de la princesa lejana, reaparece en el siglo XIX; aspira-
ci6n casi mistica, flota en los libros de cabaUeria, ideal
quiza inaccesible, conquista de un Santo Grial. La p r i n - *
cesa lejana no es Iseo, en lo maravilloso de la magia del
ciclo ,breton, ni es Oriana, ni Angelica. Nos seduce en
zona apacible de soledad y no resignada melancoHa;
vive en la espera, en el instante indefinible de lo que se
aguarda o se busca. El mismo Don Quijote, enamorado
de la Princesa del Toboso, cuando mira en lo porvenir
del caballero andante, ve asomar a la infanta p princesa
lejaria, hallada por el heroe en cualquier capitulo de
novela caballeresca(Qui/ote,.I, XXI). Esa aspiraci6n
irreal ha sido admirablemente pintada por Cervantes:
"la infanta viene a ser su esposa; el tal caballero es
- 57 -

hijo del valeroso rey de n o se q u e r e i n o p o r q u e n o debe


d e estar en el m a p a " . Q u i m e r a q u e a d q u i e r e vida *en
e l devaneo de lo inlposible, la princesa, si nos detenemos
e n Dulcinea, q u e es semilejana, es p a r a Menendez y P e -
layo " u n a g r a n d e y b i e n a y e n t u r a d a idea p l a t 6 n i c a " ;
idea plat6nica i n d e p e n d i e n t e , e n la E d a d Media, de u n
platonismo i n m e d i a t o . N o esta en u n a esfera d e a m o r
como la Beatriz de Vida Nueva o la Beatriz del Parai-
so, o L a u r a o todas las heroinas del lirismo er6ty>6 y .
pastoril del R e n a c i m i e n t o . Quiza p o d a m o s h a l l a r l a e n
nosotros y quiza n o exista e n n i n g u n a p a r t e ; sin em-
bargo:

Esta pieea en sus oios, esta presa en sus tules,


en la jaula de marmol del palaeio real;

d e ese palacio que asoma en los horizontes de la aven-


t u r a de cuentos de caballeios andantes y d e h a d a s .
E n T r i p o l i de Siria se ven todavia los m u r o s del cas-
tiHo de la princesa Melisenda, hacia el cual se e n c a m i n 6 ,
p o r el m a r , el trovador Jaufre R u d e l , p r i n c i p e d e Blaza,
q u e se e n a m o r 6 d e la princesa de T r i p o l i "sin verla",
p o r el gran b i e n y cortesia q u e oy6 decir de eUa a los
peregrinos q u e volvian de Antioqufa. Esta historia n o -
velesca y triste, es la historia del a m o r a la princesa
lejana:

Amors de teiia lonlidatna,


Pei vos totz lo cors mi dol..

E n el R o m a n c e r o espanol, Rosaflorida:

E^ajiioi"6se de Montesiaios
de oidas que no de viste.

E n los anos en que Dario escribi6 Sonatina, el t e m a


d e la princesa lejana h a b i a llegado a ser familiar a los
poetas modernos, a H e i n e , a U h l a n d , a S w i n b u r n e , a
M a r y R o b i n s o n , a R o s t a n d . Carducci le ded-ic6, en 1888,
u n estudio (Jaufre Rudel, Poesia,antica e moderna), y
t a m b i e n Gast6n P a r i s (Revue Historique, 1893) y S a v j
L6pez, Mistica profana (en Trovatori e poeti). Perovno
es la princesa Melisenda, la q u e inspir6 a D a r i o , q u e h o '
o b s t a n t e debi6 de tenerla presente en su espiritu.
E n 1896 el poeta escribi6, e n la revista La Biblioteca,
u n comentario d e los Fabliaux de Bedier. E l fil61ogo
- 58 -

frances, al hablar de los cuentos y fabliaux en la anti-


giiedad, escribe: "Habfa una vez un joven principe, el
mas encantador del mundo; pero habia caido en una
sombrfa melancoli'a, que ninguna de las bellezas de la
c o r t e p o d i a d i s i p a r . A las suplicas de sus consejeros,
respondia que deseaba por esposa a una joven que habia
visto en sueiios, bella como las estrellas. En otro confjn
de la tierra, vivia una princesa, la mas encantadora del
mundo, pero que rechazaba a todos los pretendientes
atraidos de los reinos vecinos por el renombre de su
belleza. Deseaba desposarse, decia, con un principe jo-
ven que habia visto en suenos, bello como el sol". Bedier
se pregunta: "^Que historia es esta? ^Sin duda el co-
mienzo de un cuento de la condesa de Aulnoy, o bien de
Perrault? ^ 0 uno de los amables relatos recogidos en
nuestras chozas por Blade o p o r S e b i l l o t ? No, este prin-
cipe encantador es Zoriadres y la princesa que el ama
como ella lo ama, por haberse visto el uno al otro en
sueiios, es Odatis, la mas bella de las hijas de Asia".
Este relato esta en Ateneo. El poeta lo ha leido en el
comentario de Bedier o en el Banquete de los sabios.
Dario pas6 a la princesa al primer termino. No es la
piadosa Melisenda, es la entristecida Odatis. Lo que el
comentario de Bedier refiere del principe, Dario dice de
la princesa. No puede distraer su profunda melancolia
ninguno de los encantos de la corte. El principe "bello
,como el sol", es en Dario:

mas biillante que el alba, mas heimoso que Abiil.


s
El asunto de Sonatina esta en Bedier, pero no la de-
coraci6n del poema que es de extraordinaria riqueza. El
relato de Ateneo, quien a la vez lo ha recogido de Chares
de Mitilene, es simple y dramatico. ^De d6nde tom6
Dario el aparato ornamental? Posiblemente de ediciones
ilustradas de c6dices, pues con excepci6n de "el teclado
de su clave sonoro", que tambien pudo ser sugerido por
la Edad Media o por la fantasia decorativa del siglo XIX,
todas las imagenes tienen apariencia medievel. El teclado
existi6 en los siglos medios; el 6rgano portatil puede pa-
recer clave. Dante Gabriel Rosetti en Noel y en otros cua-
dros prerrafaelistas pinta el 6rgano portatil con teclado;
este teclado esta en ihiminaciones de manuscritos anterio-
-59 -

res al siglo XVI. Los pavos realesabundan en las ilustra-


ciones de La Plume y otras revistas modernas, en los mo-
tivos persas de obras de ornamentaci6n y en historiados
libros de Horas. El poeta, al evocar "el triunfo de los pa-
vos reales", sugiere la pompa orierital de los jardines,
piensa quiza en Botticelli..La duena, el buf6n vestido de
rojo, la rueca de plata, el halc6n, son motivos medievales
y renacentistas de pintores italianos y franceses. Los cis-
nes, los bellos cisnes de los primitivos de Italia, de las
ilustraciones de libros de Horas, de Lohengrin, del Caba-
llero del Cisne, decoran con su blancura los lagos de jar-
dines donde se celebra el triunfo de Venus, del amor y de
las damaSi La distribuci6n geografica de las flores: "los
jazmines de Oriente, los nelumbros del Norte", es capri-
chosa. El hada madrina le presta una coloraci6n de
cuento de Perrault. El caballero que trae
En el einto la espada y en la mano el azor,
viene de la pintura medieval. En las miniaturas de los
manuscritos aparece, por ejemplo, el mes de Mayo, ca-
ballero con la espada en el cinto y el azor en la mano;
va encaballo sin alas. Darfo da alas al caballo:
En caballo eon alas, hacia aoa ee .eneamina
el feliz caballeio que te adora sin veite..

Es el cavallo alato del Orlando (II, 48), el hipogrifo de


Roggero (1), el caballo pegaso que esta en el fondo del
cuadro de Rubens donde Perseo liberta a Andr6meda.
Resalta en Sonatina una magnificencia ariostesca. La
princesa esta custodiada en el castillo por un drag6n
(el drag6n de los cuentos de hadas, de las sagas escan-
dinavas, de ilustraciones de Dore, de las lacas) y por
cien negros con sus cien alabardas. La princesa que esta
en un castillo guardada por dragones aparece en dos
sonetos de Mis paraisos de Richepin (La prisionera y
Los tres fuegos). Un conocedor minucioso de las minia-^
turas e ilustraciones medievales y modernas y de la ar-
queologia, podria ver mejor la imagen; apunto d e p a s o
el maraviUoso castillo, con un etiope en la puerta, que
pinta Ariosto en el Orhindo.

(1) Vease PIO RAJNA, Le fonti dell'OrIando Furioso, cap, XV.


- 60 -

E1 halc6n era la mejor joya de los palacios. 4P0r que


D a i i o le llama encantado? ^Es una reminiscencia del
ciclo bret6n? Menendez y Pelayo en El pdjaro de Agla-
ya, recuerda el jardin de Armida de la Jerusalen liber-
tada del Tasso:
jReeuerda6 c6mo el pajaio eneattado
despues con sabia lengua refeiia
eual pasa y se maiehita la lozana
unica floi que en la exist<sncia eieee?

^Es este pajaro el que habla al oido de la princesa y


le dice collige rosas? Los boscajes de Armida han que-
dado como islas paradisiacas en la imaginaci6n de Dario.
Asi exclama en la Balada en honor de las musas de carne
y hueso:
Poi iespiiai los peifumes de Aimida
y por soiber el Tino de su beso,
vino el ardor, de beso, de embeleso,
fueiase a,l cielo en la bestia de Oilando..

Aunque la princesa es eterna y esta fuera del tiempo,


la vemos en una fabulosa Edad Media y e n correspon-
dencia con nuestro mundo inteiior. No es solamente
mito antiguo y medieval. La princesa tiene la inquietud
de lo indefinido, el deseo del vuelo. Quiza sea nuestra
alma. Se parece a la infanta de El reino interior:
—>i 0h!, j<jue hay en ti, alma raia?
;0h!, jque hay en ti mi pobie infanta mieteriosa?
Sonatina apareci6 en "La Naci6n" en junio de 1895.
Tiene dos variantes. El primer texto dice: "de encan-
tados diamantes", "de los suenos azules", el segundo:
"de los claros diamantes", "de los ojos azules". La prin-
cesa de Sonatina tambien lo es de los cuentos azules; Los
cuentos de Perrault poblaron la poesia simbolista.
Jose Maria de Heredia, en el soneto El Samourai, de
Los Trofeos, muestra la aparici6n del heroe a la que
espera, princesa indudablemente:
Blle a vu, par la plage eblouissante et plate,
s'avaneer le vainqueur que son amour ieva.

Ibrovac, en su estudio de Heredia, cree que Ferdinand


Herold ha trasladado al mundo heraldico El Samourai
e n la poesia Bellissande (Mercure de France, enero de
1893) :
- 6 1 -

E t voici que, dans l'or du midi qui l'einbiase,


quiiasse de rubis et casque de topaze,
l'Anumt parait, le chax attele de giiffons

Ferdinand Herold,poeta que debi6 de ser'muy.leido por


Dario, ha tocado en Bellisande, con decoraci6ri seme-
jante a la de Gustavo Moreau, el tema de la princesa
que espera.
Daiio, al escribir Sonatina, no olvid6 La rose de l'In-
fante de Huga. Ahi' tambien estan la duefia, el cisne, el
jardfn, el agua, los "paons etoiles", el gran palacio y, en
fin, la Infanta de los ojos azules.
Algunos ciiticos que creen que la poesia, como escueta
iiovela experimental, hecha de materia biuta, es s61o
copia de la realidad inmediata, que ignoran el universo
de la fantasia, reprobaron el tema de la princesa. El re-
proche se debe tambien a la persistencia de la princesa
de los cuentos azules; en Gutierrez Najera: "princesita
de cuentos de hadas"; la expresi6n era fiancesa: "prin-
cesse des contes de fees", Le nouveau Decameron, 1886,
t. 8, p. 4. El poeta no insisti6. Y cuando crey6 que: "ya
no hay princesa que cantar", volvi6 a veila transfor-
mada en lo que el llamaba "el alba de oro".
NOTA. — Ancora de Jaufie Rudel, poi Ernesto Monaci, Roma 1894.
Nota bibliogrdfica en Nuova Antologia, vol. 50, p.. 754.. Rudel se
enamor6 de Melisenda, a quien "non avea mai veduto"..

Fig 8 — El mes de Mayo con arreos de caballeiO;

Es. el einto la espadai y en la mano el azor.


- 62 -

BLASON

La descripci6n del cisne fue t e n t a d a ya e n la segunda


e d i c i 6 n d e Azul {En busca de cuadros, I I ) . " U n c i s n e . . .
las alas de u n b l a n c o r de n i e v e , . . . el pico h u m e d o y con
tal lustre como si fuese l a b r a d o e n u n agata d e color d e
r o s a " ; q u e en Blas6n se convierte: en " e l ala eucaris-
tica", en "el agata rosa del pico". E n Azul: "enar-
cando el cuello en la forma del b r a z o de u n a lira o del
.asa de u n a n f o r a " y en Blas6n:

En la forma de un brazo de liia


y del asa de un anfora g4ega
es su eandido cuello que inspira
como prora ideal que navega..

Este blas6n del cisne lieraldico:

El alado aiist6eiata muestra


lises albos en eampo de azur,

no es solamente el de la condesa a q u i e n dedica los ver-


sos, sino t a m b i e n el del niismo poeta. Diego L6pez decia
en su Declaraci6n magistral de los Emblemas de Alciato
(Najera, 1615, p . 416) : "Los buenos poetas t i e n e n p o r
blas6n y armas u n Cisne". E s el cisne, m i t o de la l u z
en los paises del Norte, ave de Apolo en el Sur, el ave
lieraldica de Dario. E l Ia ve en su geografia poetica. E s
Zeus, "el olimpico cisne", es el cisne de Leda, casi em-
b l e m a del R e n a c i m i e n t o , es el cisne de Leonardo^: " L o -
h e n g r i n en 9u p r i n c i p e r u b i o " . La curiosa leyenda —
Plinio y tantos otros h a n q u e r i d o e n vano d e m o s t r a r
que es falsa — de que el cisne canta antes d e m o r i r ,
h a l l a eco todavia en Dario y en la deliciosa poesia d e
J a i m e s F r e y r e , Los Elfos. E l poeta, sin oscurecer el m i t o
resplandeciente, e n c u e n t r a u n acento grave (la o da el
t o n o ) , en el ap6strofe:
^
Boga y boga en el lago sor.oio
donde el sueno a los tristes espera,
donde agnaida una g6ndola de oro
a la novia de Luis de Bavieia.

E l m i t o de Luis de Baviera, u n o de los r a r o s mitos '


m o d e r n o s , u n i d o a la leyenda "del Cisne Tvagneriano",
- 63 -

fue difundido' entre los poetas simbolistas por Verlaine


(A Louis II de Baviere) :
9

Salut a votre tres uiiique apoth6ose

Encontr6 eco todavia en una devota plegaria de Aina-


do Nervo.

CANCION DE GARNAVAL

La poesia ligera de Banville, superficial y brilIante,


no fue admirada por los poetas del simbolismo. Este amor
a la rima, penetr6 en la poesia de Ruben, con la mito-
logia de Pierrot, Colombiha, Polichinela, no s61o en la
Canci6n de carnaval, sino tambien en estrofas mas no-
bles,'donde BanviUe se confunde con el Verlaine de
Fiestas galantes. El juego metrico de la canci6n de car-
naval es banvillesco hasta en las citas de Andrade, Gui-
do, Santos Vega, de la calle de Florida, de Frank Brown.
Imita asi los nombres de poetas y contemporaneos,^de
cosas parisienses, que brotan a cada instante de la pluma
del ilustre rimador frances, a q u i e n t a n t o admira. Eni
un articulo de "La Naci6n", de marzo de 1895, escribi6^
Ruben el elogio del carnaval, con el mejor repertorio de
Banville, a quien Uama "el mas digno anfion, el mejor
lir6foro de Francia". Las Mascarades de Odas funam-
bulescas, y otros lugares banvillescos, ya lo advirti6
Mapes, sirven de modelo a esta cancion de jovial y pue-
ril entusiasmo. Dario quiso decorar el brillo de la cono-
cida procedencia y encabez6 estos versos con la cit-a de
Mascarades:
Le Cainaval s'amuse!
Viensle chantev, ma Mu6e.
4
Estaba impregnado de los graciosos y originales alar-
des de destreza y elegancia en el manejo de rimas y de
ritmOs del poe'ta de Odas funambulescas. Alguna expre-
si6n de la Canci6n de carnaval se encuentra en,Hugo
(Chansons, I, I, 2) : janibes roses, y en Dario: "pierna
rosada".
Quince arios despues, en Francia, Ruben, al escribir
- 64 -

el Pequeno poema decarnaval, vuelve al t e m a del p o e t a


parisiense:

Daia, puipuia a Momo


en mi divino asomo
.eseapada <le un tomo
la sombia de Banville

BOUQUET

La sinfonia en blanco mayor de los Esmaltes y cama-


feos de Gautier, inspir6 a Gutierrez Najera su r o m a n t i c a
poesia: De blanco (1888). E n estos versos de circuns-
tancias — t a m b i e n M a l l a r m e los escribia —, R u b e n
pensara e n el " r a m o arm6nico, lleno de elegancia", del
"poeta egregio", de los Esmaltes. E n la variaci6n del
tema, Dario no quiere competir con Gautier, n i con Gu-
tierrez Najera q u e explor6 e n n u e s t r a lengua las r i q u e -
.zas del color blanco, n i hacer resaltar la b l a n c u r a feme-
n i n a en e l t r i u n f o d e t o d a s l a s b l a n c u r a s . I m a g i n e m 6 s
la dama de blanco, la dama blanca. D a r i o dice q u e su
color es el de los cirios, cisnes, lirios, m a r a g r i t a s , espu-
m a s . Y le envia u n a flor q u e el poeta a r r a n c a de su p r o -
pia v i d a :

jMira e6mo mar.tIia tu eoipino btemeo


la nias ioja iosa que hay en mi jaidin!

La dama de blanco con la rosa roja e n el corpino ^es


u n cuadro de W h i s t l e r ? Es u n a p i n t u r a de p i n t o r i m p r e -
sionista. Gautier decia, quiza con o t r a - i n t e n c i 6 n :

0h! qui pouira mettie un ton rose


dans cotte implaecable blanoheui!

El titulo Bouquet, n a t u r a l en la o p o r t u n i d a d y la ele^


gancia, disonara con el t i e m p o ; es u n galicismo pasa-
j e r o ; 6tra cosa d i c e n l o s titulos, e n espanol, El desdi-
chado, de Nerval, Pensar, dudar, de H u g o , p o r q u e lle-
van u n a resonancia i n t e r n a , y p o r la m i s m a causa, La
Belle Dame sans Merci, de K e a t s , q u e a r r a n c a de lo anti-
guo de la poesia francesa.
Fig. 9. — Manuscrito de la irttibducci6n del Coloquio S e l o s centauios.
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- 67 -

HERALDOS

Darfo escribe que en Heraldos demuestra "lateoria de


la musica interior". Breves estrofasanteriores: Mia y
Dice mia, segun c6menta, "son juegos para musica, pro-
pios para el canto, "lieds" que necesitan modulaci6n",
para notes o{ music, agregariamos con Shakespear.e. En
los libros de versos de Armando Silvestre aparecen poe-
sfas "para ser puestas en musica".- Debussy fue inter-
prete musical de poetas simbolistas. La notacion musical
transfigura estos ligeros juguetes. Debieron de ser escritos
o pensados musicalmente. P6ngase con ritmo apasionado,
^ste sonetillo que empieza: "Mfa: asi te llamas".
Leido, une la llama al "triste hasta la muerte", C.an-
tado es de registro rico desde el exabrunJo inicial:
" M f a . . . " Bien podrfa ser cantada al son de "vioHnes
<le Hungiia". De Heraldos, agrega que "el juego de las
sflabas, el sonido y color de la.s vocales^ el nombre cla-
mado heraldicamente, evocan la figura oriental, biblica,
legendaiia, y el atributo y la correspondencia". Proba-
' Wemente los Heraldos nacieron de las 6peras de Wag-
ner. Son heraldos medievales, no los de Homero que
llegan transformados hasta el Fausto de Goethe. El
nombre tiene resonancia poetica segun quien lo escuche.
jHelena!, despierta inmediatamente en la imaginaci6n
reminiscencias y asociaciones. En la inmovilidad de la
pagina escrita queda libre el juego de la fantasia; la
representaci6n visual es viva. HeraMos se convierte en
un raro capricho que sugiere un fresco de un Puvis de
Chavannes que fuese mitologico y aereo; por eso este ca-
pricho metrico, mas que musical, es, para mi, pict6rico.
Esta sucesi6n de mujeres, es quiza teoria interior, anun-
ciada por simbolos heraldicos, donde la palabra crea
una nobleza entrevista. CatuHe Mendes en Recapitula-
tion {Poesies nouvelles, 1892), hace una rimada enume-
jracion de nombres de mujeres:
Bose, Emmeline,
Margueridette,
Odette,
Alix, Aline,
Paule, Hippolyte,
Lucy, Lu>cile,
i Cecile,
Daphne, Melite. ..
- 6 8 -

Esta enumeraci6n comprende cerca de cien nombres.


S61o hay uno, enDario, comun con los del escritor fran-
ces: Yolanda. A esta letania de original superficialidad
opone el poeta de HeraMos la aristocracia decorativa de
figuras casi divina8, aun estremecidas por su historia y'
realzadas por el simbolo, que vuelven hacia nosotros en la
realidad de la evocaci6n poetica. Yolanda, en CatuUe
Mendes, es un nombre cualquiera como Cecilia, Rosa, es
decir, nombre de registro civil, no de mito. Yolanda en-
Dario nos evoca la realidad hist6rica, con exaltaci6n
legendaria. No fue nuestro poeta en busca de heroinas de
Shakespeare, de Goethe; las ha encontrado en su propio
espiritu, las prefiri6 entre todas las sombras que con
la eterna Dido vagan en las praderas eliseas.
La ^enumeraci6n de mujeres en Heraldos es de rara
erudici6n, sorprende que Dario haya podido reunir tan-
tosnombres famosos sin ver vulgares. Helena penetr6 en
el modernismo en una apoteosis deslumbrante. En esa
exaltaci6n de apoteosis aparece la primera:
j Helena!
la anuncia el blancoi de un eisne.,
Huysmans, en la Catedral (obra posteriora HeraMos),
dedica algunas lineas a la reina de Saba, llamada tambien
'''Balkis, Makeda ou Candaule". Recuerda c6mo ha ten-
tado a l o s escritores; la desdena en la Tentaci6n de San
Antonio, de Flaubert, y la exalta en la pintura de Gusta-
vo Moreau. La h. que Dario agrega a Makeda, a
imitaci6n de la ortografia de Leconte de Lisle, es sola-
mente ornamental. Daiio encontr6 el nombre de Makeda
en el erudito estudio acerca de la reina de Saba, de J.
Deramey, en la Revue de l'histoire des religions, 1894.
Ahi se le llama "Makeda (BeUcis)" "la reine Makeda".

;Ifiger.ia, Electra, CataIina!


Anuneialas un cafoallero con un haeha..

Une las hermanas, Ifigenia sacrificada y Electra ven-


gadora, a santa Catalina de Alejandria, martir.
Junta dos mujeres biblicas: Ruth y Lia, con Enone,
heroida de Ovidio,ninfa del Ida. Enone asiste en el sim-
bolismo a una glorificaci6n; es mitol6gico pretexto de
versos amorosos de Moreas: Enone au clair visage. Y en
" - 69 -

mas de una poesia moderna asoman las armoniosas sfla-


bas de su nombre, comun en las mitologfas.
; Yolanda!
Ajiuneiala una yaloma.
jSylvia!
Anuneiala una eoiza bla,nea.
Yolanda es la celebre princesa de Flandes. Sylvia, es
la hermosa ninfa de Virgilio. Darib d i c e q u e "la anun-
cia una corza blanca". Silvia poseia una cierva a l a q u e
adornaba las astas con guirnaldas, la peinaba y lavaba en
cristalinas fuentes {Eneida, VII, 487489). <^
Silvia y Enone, pueblan la edad de oro de la poesia pas-
toril del Renacimiento. Malara, al contemplar una jbven
vaquera en el campo (Filosofia vulgar, VI, 67) dice que
"Alli se nos represent6 la pastora Silvia, las Ninfas, la
Enone de Paris", segun cita de Americo Castr6.
Quiza se encuentren en la obra poetica de Remy de
Gourmont, Las Santas del Paraiso, los nombres de al-
gunas mujeres de Heraldos.

DICE MIA

La primera estrofa de este capricho poetico,, esta den-


tro de la historia pitag6rica del aJma tal como la expone
Schure en Los grdndes iniciados (p. 351) :
Mi pobie alma palida '
eia una eiisalida.
Luego mariposa
de 'eolor de iosa.,
Es la "pobre alma" verleniana, l'humble Psyche de
Schure, que "es tan pronto gusano o mariposa celeste.
^Cuantas veces ha sido crisalida y cuantas otras mari-
posa?" El color de rosa tambien esta dentro de la ini-
ciaci6n; tambien se explica, en parte, en el libro de
Schure y p o r l a tradicionaldoctrina del a m o r , q u e en
Fernando Herrera se expresa por "las rojas alas". En
la.vida celeste, Psiquis "esta bajo el velode color de ro-
sa de un suefio ondulante, lleno de formas blancas, de
perfumes y de'melodfa". "Cada alma sera una estrpfa
de poemas vivientes".
. - 70 -

;Oh Mia!
Tu secieto es una'
melodia

"Por lo demas, dice Rod6, el analisis tiene poco que


hacer con estas composiciones (Mia y Dice mia), entera-
mente irresponsahles por su indole. Copos de espuma
lfrica que se desvanecen apenas se les quiere recoger en
las manos". El lenguaje de Dice mia es mistico.

ITE, MISSA EST

El titulo: Ite, Missa est, condensa el asunto; es un


elemento liturgico, ornamental y quiza' hermetico. EI
poeta habl6 de la "misa rosa" de su juventud. Gutierrez
Najera escribi6 la Misa de las flores bajo la sugesti6n de
Hugo. Huysmans ha descrito la Misa cat61ica en La
Catedral y la diab61ica misa negra en Ld-Bas. Dario es
cat61ico, pero no siempre respetuoso de los sagrados sim-
bolos. Ahora se presenta iniciado en otra misa, en la
"amorosa misa". En el siglo X V h a n sido comunes estas
parodias de la.liturgiacat61ica; esta "irreverencia y^pro-
fanaci6n" c0m9 les llama Menendez y Pelayo ( 1 ) ; nacen
en siglos medievales de cierto libre y c6mico regocijo.
Suero de Ribera escribi6 la Missa de Am,or que termina
en esta forma:

ITE MISSA EST


La Misa de Amor dieha es
poi modo <Je via amante,.
Deo giatias 01a ear.te
a quien Amor bueuo es.

Cito, por curiosidad, estos versos que Dario quiza n o


ha conocido. El poeta dice en Ite, Missa est:

Yo ado10 a u11a sonambula con alma de Eloisa


^iigen eomo la nieve y honda como la mai;
su espiiitu es la hostU. de mi amoTosa misa
y alzo al son de una dulce lira eiepuscular.
Ojos de evocadora, gesto de profetisa,
en ella hay la sagrada fieeueneia del altav;
6u risa es la sonrisa suave de Monna Lisa,
sus labios son losur,ieos labios paiabesar.

(1) Antologia de poetas Hricos, t. VII, p LXXXIX.


- 7i -

R u b e n e m p l e a u n vocabidario caracteiistico en cada


uria de sus poesias. Los sustantivos sondmbuUt, evocado-
ra, profetisa, t i e n e n a q u i valor especial. S o r p r e n d e la
inmensa l i t e r a t u r a cientifica y espiritista del siglo XLX
acerca del s o n a m b u l i s m o ; l a p a l a b r a s o n a m b u l o a d q u i -
ri6 jerarquia l i t e r a r i a ; A n d r a d e llama al h o m b r e "so-
n a m b u l o del sueno del destino", Jaimes F r e y r e , e n be-
llos versos, escribe: " V o y a t i como u n s o n a m b u l o " . E1
poeta se refiere a las "sonambtf*fs lucidas". Dario leia
Los grandes iniciados de Schure. Segun Schure la j o v e n
Teoclea, que fue, p o r influjo de Pitagoras, pitonisa o so-
n a m b u l a clarividente e n Delfos, desde la infancia, como
sacerdotisa de Apolo, estaba llena de impresiones del
santuario, de las ceremonias del c u l t o :

e:i ella hay la sagrada freeuencia del altai.

Sus grandes ojos abiertos y transfigurados podi%n


c o n t e m p l a r los geriios solares y p l a n e t a r i o s ; '

Ojos de evocadora, gesto' de piofetisa

Pitia o pitonisa y profetisa, si n o se a h o n d a en sus


variantes etimol6gicas, tienen u n a significaci6n actual
casi identica. Esta pitonisa temia a V e n u s ; el a m o r fi-
sico, vagamente entrevisto, le parecfa iina violaci6n del
alma, u n a r u p t u r a de su ser "intacto y virginal". EUa
es:

Viigen como la nieve y honda como la mar.

Al oir a Pitagoras su alma estuvo agitada d e profundo


estremecimiento, d e p r e s e n t i m i e n t o misterioso. P e r o Da-
rio, menos espiritualista, en lugar d e iniciaf en el mis-
terio d e otros santuarios, como Pitagoras, en la ciencia
d e los magos caldeos, " d e sus templos en d o n d e eUos
" e v o c a n " el fuego viviente en q u e se m u e v e n los demo-
nios y los dioses", a este ser "intacto y virginal", nos
dice:

Apa.gar6 la llama de la vestal intaeta


y la faunesa, antigua me iugira. de amor.

La pitonisa temia a Venus. Y con raz6n. D e pitonisa


la diosa la convertira e n faunesa, .en la antigua faunesa.
De la c o m p a r a c i q n del texto de Dario con el de Schure,
;- _ 72 '-''''

se vevisihlemente un paralelismo y un vocabulario co-


mun. Con Schure se explica el soneto de Dario. Pero
R u b e n h a incorporado a la visi6n-de Teoclea elementos
nuevos; la iniciaci6npitag6rica se ha transformado en
"amorosa misa"; el alma de Teoclea es aLma de Eloisa.
Teoclea y Eloisa tienen semejanzas, aunque. remotas.Pe-
ro el mayor enigma es el de Monna Lisa. El misterio
ha terminado, ha terminado la iniciaci6n. Ite, Missa est.
- 73 -

COLOQUIO DE LOS CENTAUROS


E1 renacimiento helenico moderno influy6 en Re-
creaciones arqueol6.gicas y el Coloquio de los centauros
de Prosds profqnas. Desde Winckebnann, la perfecci6n
cada dia mas visible del arte griego se convirti6 en ins-
piradora de la poesfa; las sugestiones de la Simbolica
deCreuzer, de Max Miiller, de Luis Menard, ren6varon,
en la interpretaci6n de los mitos, aspectos profundos que
ya entrevieron fil6sofos y rhit6grafos antiguos.. Estos
mitos, en los poetas del siglo XIX, se encarnaron en ima-
genes evocadoras de la forma que hacen que el verso ad-
quiera relieve de escultura. La vida arm6nica de la be-
lleza y el pensamiento antiguos inspiraba al escultor en
el poeta; el fil6sofo y el artista, al superarse, tendian
a un ideal de perfecci6n insondable. Las escuelas de he-"
lenistas europeos, e n l a s incesantes oscilaciones de la in-
terpretaci6ri y de la critica, pusieron en manos de poetas
modernos la l l a v e d e una ciencia sutilisima.Si Rubfe
Dario no -sigui6 la historia apasionada que lleva a Ate-
nas, a^Fidias, a la religi6n griega,se acerc6 a e l I a p o r
el ambiente que l e c r e a b a n s u s lecturas. "Para realizar
la obra de modernidad que emprendiera, — escribe, —
he necesitado anteriores estudios de clasicos y primiti-
vos". No hay en la obra de Dario la permanente nove-
dad de Hoinero ni la audacia de pensamiento y de arte
de Esquilo; el poeta no ha penetrado con perseverante
estudio en los santuarios, ni ha meditado en griego una
carta de Epicuro, ni un dialogo de Plat6n, ni descubri6
con Goethe t e s o r o s d e s a b i d u r i a a n t i g u a ; pero ningun
poeta castellano lleg6 a dar una impresi6n de visible he-
lenismo como Dario al e9cribir el Coloquio de los centau-
ros. No importa que haya encontrado sus modelos en
iIustraciones de la Mitologia de Menard y se inspirase
- 74 -

a veces en temas griegos vistos en pintores de estos ulti-


mos siglos; que para entender a Grecia la contemplara
con un cristal alejandiino y latino y con galanteria ver-
sallesca. Su inteligencia fina y penetrante, el don de la
imagen, que pocos han posefdo como el, y una vida espi-
ritual intensa, le llevaron a la oriUa del mar y a los Mis-
terios antiguos. El Coloquio fue elaborandose en el trans- '
curso de meditados estudios, animando el mundo mitico,
convirtiendose en expresi6n de sutiles aspectos del pen-
samiento, de inquietudes filos6ficas. De ahi que eligiera
como personajes a los centauros y sobre todo a Quir6n.
El poeta pudo acercarse a esta representaci6n del maes-
tro de hombres porque la habia vivido en sus "anterio-
res estudios".
Quir6h, hijo de Cronos y Filira, el mas justo de los
centauros, como le llama Homero, fue medico, fil6sofOj.
benefico maestro. Inici6 en su ciencia a Esculapio, educ6
a Jason, a Aquiles; cri6 en la montana a Medeo. Por eI
Aqurles conocia el poder de las drogas cahnantes, y Ma-
ca6n, el medico, hijo de Esculapio, cur6 a Menelao herido
por la flecha de Pandaro. Habia regalado a Peleo la
lanza que entre los aqueos s61o Aquiles podia manejar:
era un fresno arrancado de las cumbres de Peli6n; cuan-
do el Pelida cede a Patroclo su armadura, s e q u e d a c o n
esa lanza matadora de heroes. La sabiduria del centauro
inspir6 un poema de escuela hesi6dica, los Preceptos de
Quir6n. "Medita"... es la palabra inicial del fragmento
que se conserva. Creacion mitica de los precursores de
la ciencia, del noble heroismo queguia al Argonauta, de
la templanza y la prudencia; glorificaci6n del espfritu
que enseiia y anima, es Quir6n, segun Pindaro, consejero
de Apolo, centauro inspirado y profetico, diferehte de
las fuerzas tumuItuosas y desordenadas, de los centauros
que descienden del hijo mostruoso de Ixi6n y de la Nube.
La gloria de Quir6n no se desvaneci6 con la epopeya
y el lirismo. Euripides, en Ifigenia en Aulide, elogia aI
maestro: "Clitemnestra: ^Y fue Tetis la que. educ6 a
Aquiles, o su padre? — Agamen6n: Fue Quir6n, para
que no aprendiese las pervertidas costumbres de los
hombres. — Clitemnestra: ;Bien! Sabio maestro, y mas
sabio aun el que le confi6 a su sabiduria".
En esta Ifigenia llama aQuir6n discipulo de las Musas
y conocedor de las generaciones venideras.
f / -7S._
Luciano nos lp muestra cohversando en el infierno cort
el delicioso cfnico Menipo: "Menipo: He ofdo, Quir6n,
que siendo dios quisiste morir. — Quir6n: Has oido la
verdad, Menipo; he muerto como ves pudiendo ser in-
mortal. — Menipo: ^Y c6mo se apoder6 de ti ese amor
'a la muerte, cosa tan poco amable para la generalidad?
— Quir6n: Te lo dire, porque eres hombre sensato. No
me era ya agradable gozar de la inmortalidad. —- Meni-
po: ^No te era grato vivir y ver la luz? — Quir6n: No,
Menipo: lo agradable, en mi opini6n, consiste en la va-
riedad y no en la monotonfa. ..."
Luciano encontr6 en la leyenda de la muerte de Pro-
meteo un pretexto para su ironia descreida. El maestro
Quirpn iria a b u s c a r en el Infierno la paz libertadora.
Dario expresa este mismo pensamiento:
ARNEO
La M|ueite es de la Vida la inseparable liermana.
QUIKON
La Mjuerte es la vietoria de la progenie humana. ..
La pena de los dioses es no aleanzai la Mtierte ''
Por causa mas noble descendi6 Quir6n al Hades. Fue
a ocupar el lugar de Prometeo, quien no se encontraria
libre si un dios no lereemplazara en sus trabajos; Qui-
r6n, herido y viejo, descendi6 a la mansi6n sombria,
inmolandose. Pero aun le vembs en la montana, no en
su condici6n de Sagitaiio; estudia las enfermedades de
los equinos, la ciencia que alivia los dolores, escoge hier-
bas, ensefia y aconseja a ilustres discipulos, contempla
desde una roca el nocturno giro de los astros.
" ; 0 h ! si Quir6n, dice Pindaro, fuera devuelto a la
vida, si el poderoso hijo de Cronos Uranida reinase
todavia en los valles del PeR6n; el Centauro agreste
Ueno de amor a los hombres, el que educ6 al dulce arte-
sano de la salud, a Esculapio".
Un ver90 antiguo nos ensena, en el cortejo de Dionisos,
algunas centauras. Luciano describe el cuadro de Zeuxis,
maravilloso no s61o por lo consumado del arte sino tam-
bien por la r a r e z a d e mostrar en el lienzo una hembra
descendiente de Ixi6n. Imaginamos a estas mujeres equi-
nas, calladas y tristes, en el silencio legendario. Maurice
de Guerin evoc6^ese misterio en su poema. En La cen-
tauresse de Heredia se quejan del abandono en que laa
dejaron los centauros enamorados de la mujer:
- 76 -

Carle iace de jour er/ jour diminuee


des fHs piodigieux qu'engendia la ,Nu6e
nous delaisse et poursuit- la Femme eperdument,
Cuando Hercules iba a cazar al Jabali de Erimanto,
Folo destap6, para obsequiarle, un tonel que le habia
regalado Dionisos. E1 olor delicioso del vino atra'jo
atropelladamente a los centauros, a quienes Hercules
aniquil6. E1 vino era una debilidad de los centauros;
esa bebida — cuya dulzura es como la miel — y las mu-
jeres, les originaron desdiclias y la muerte. Por el vino
despreciaron la leche y perdieron la raz6n, segun un
fragmento de Pindaro. Pocas veces este gran poeta se
olvida de Quir6n: parco, divino, en todo ilustre,y exce-
lente consejero; Pindaro nos transmite el nombre de la
mujer del mejor de los centauros y el recuerdo de sus
hijas, asociado al ciclo heroico de la expedici6n de los
Argonautas.
El mito de los centauros parecia agotado en Grecia,
donde todas las manifestaciones del arte le dieron forma;
los alejandrinos y romanos lo-remozaron, y en las Meta-
morfosis, Ovidio renov6 en la poesia la belleza plastica
de la escultura griega. La famosa lucha de los centauros
y lapitas inspirara modernamente a Andres Chenier, un
episodio de su poema El ciego.
Dante evoc6 en el Infiefno a los centauros como solian,
en el mundo, ir a la caza: aparecen armados de saetas;
el deseo violento y la ira los inmolaron cruelmente. Su
guia, Virgilio (XII, 67), seiiala a Neso, que muri6 por
Deyanira; al "gran" Quir6n, unido a la memoria de
Aquiles, y a Folo, que siempre estuvo airado. La mano
creadora de Dore pint6 los fieros monstruos en el paisa-
je 16brego. Quir6n pas6 del arte antiguo al infierno cris-
tiano y qued6 esculpido en los bajorrelieves de la Co^
media.
No es extrano que J u a n d e Mena viese en los circuIos
de su Laberinto a Ixi6n:

De los Centauros el padre gigante


alli lo fal)amos con muy joca gracia,
al qual fizo Jimo con la sn falaeia
en foraa mintiosa euniplir su talante.

La poesia astrol6gica del Renacimiento mantuvo vivo


el recuerdo de Quir6n en el signo de Sagitario; la eru-
v/
- 77 -

dici6n de los humanistas y la creciente lectura de Ho-


mer6, Pfndaro, Virgilio, Ovidio, difundieron el renombre
del sabio yprudente hijo de Cronos y de Filira. Malara,
que debi6 de tener presente la JJrania de Pontanoen sus
ilustrackmes de la Gdlera Real, dedica un paragrafo
a Quiion al describir los Signos del Zodiaco. Gracian le
hace aparecer en El Critic6n y le llama, por boca de Cri-
tilo, maestro de reyes y rey de maestros.
Goethe, en el Fausto, evoca no solamente a Quir6n, sino
con el a la antigiiedad; el centauro "educ6-una genera-
ci6n de heroes, la lucida falange de los ilustres argonau-
tas y a todos cuantos fundaron el mundo del poeta". Este
elogio adulador de Fausto es sutil y penetrante; el mun-
do del ppeta, el mundo mitico, vi6 animarse la figura
del maestro egregio. Y Goethe, en una forma adorable,
pone en boca de Quir6n las palabras que van haciendo
aparecer los rasgos de esa generaci6n de dioses y de
hombres divinbs. Leconte de Lisle en Khir6n nos Ueva
a un mundo primitivo de paradisiaca belleza donde se
'une la visi6n esquiliana del iiombre que no disfrutaba
aun del fuego prometeano, con la hesi6dicade la e d a d d e
oro, con la que podemos forjarnos ahora en los estudios
arqueol6gicos de la Greciaanterior a la invasi6n'd6rica
y con la investigaci6n de los ge61ogos, contaminada de
i l u s i 6 n p o e t i c a ; n o obstante, todavia esta cerca de Le-
conte de Lisle la Grecia de Andres Chenier; Quix6n,
Orfeo, Aquiles, son los interlocutores de este coloquio
del autor de los Poemas aniiguos, que si Dario ley6 c6n
admiracion, casi no lo record6 al escribir el suyo. En los
Trofeos de Heredia descuella la ^fuga de centauros. Es
meditaci6n de solitario, el admirable autoanaHsis de
Maurice de Guerin, Le Centaure. Esta obra personal,
antigua en sus elementos esenciales, moderna por la so-
nadora idealidad, es tesoro de sencillez helenica, de
imperceptible pero segura erudici6n, de vaguedad evoca-
dora. Un viejo Centaurp, Macareo, relata al misterioso
adivino Melampo la histoiia de una vida mon6tonapero
mtensamente bella. Emilia Pardo Bazan, al juzgar, con
juvenil inexperiencia, el sentimiento de la naturaleza en
los griegos, dice elegantemente, en San Francisco de Asis,
que en la fantasia griega "nacieron y pulularon seres
monstruosos y emblematicos, desde los doctos Gentauros
hasta los Silvanos groseros". ^D6nde ha oido dona Emi-
- 78 -

3ia que los centauros, si se exceptua a Quir6n, sean doc-


tos? E1 divino centauro de Guerin, Macareo, lo es. Son
<k>ctoslos centauros del Coloquio de Dario.
En el primer tercio del siglo XIX, AKonso Rabbe es-
cribi6 un poema e n p r o s a , El Centauro, que Dario no
olvid6 al escribir Palimpsesto, poesia publicada en 1892
con el titulo de Los Centauros.
Los centauros vuelven al paisaje antiguo del simbo-
lismo; aparecen con los silvanos y los satiros en las co-
linas y en los bosques de la Arcadia poetica. Aretusa y
otros poemas de Henri de Regnier, estan llenos de cen-
tauros:
Le6 monstres du Desii, les monstres de la Ohair.

En El primer libro pastoral, 1891, Maurice du Plessys


tiene un poema Le centaure, poema de la escuela roma-
xia de Moreas.
El noble mito de Quir6n maestro, medico y fil6sofo,
que equilibra dentro de la leyenda la fuerza desordenada
y brutal de los centauros hijos de la Nube, encontr6 en
JDario la simpatia que habia despertado en poetas anti-
guos y modernos. ^Desnaturaliz6 nuestro poeta la esencia
del mito al convertir a estos salvajes montaiieses en pen-
:sadores que hablan de los eternos problemas? ^Habria,
acaso, que poner en torno de Quir6n a Jas6n o a Heracles,
a. Nestor o a Prometeo?
Al hacer la historia de sus libros, el poeta escribe que
<el' Coloquio de los centauros es un mito "que exalta las
fuerzas naturales, el misterio de la vida universal, la
ascensi6n perpetua de Psique, y luego plantea el arcano
fatal y pavoroso de nuestra ineludible finalidad. Mas
renovando un concepto pagano, Thanatos no se presenta
como en la visi6n cat61ica, armada de su guadaiia, larva
o esqueleto, la medieval reina de la peste y emperatriz de
la guerra; antes bien surge bella, casi atrayente, sin
rostro angustioso, sonriente, pura, casta, y con el amor
dormido a sus pies. Y, bajo un principio panico, exalto
la unidad del universo en la ilusoria Isla de Oro, ante la
vasta mar". En su Autobiografia nos dira que, entre
otros de sus poemas, el Coloquio necesitaria largas expli-
<aciones.
Los centauros que Dario evoca ya no pertenecen a este
- "W -

- 7 9 -

tDixrndo; p e r o n o s o n s o m b r a s como l a s q u e Ulises encon-


t r 6 e n el infierno. E l poeta los h a c e retorriar a l a vida
e n el descenso m i l e n a r i o d e las a h n a s . E n u n a Isla
Afortunada, Isla d e O r o , encontr6 el escenario del Colo-
quio. Quiza esta a r c a d i c a M a de 0 r o este t a m b i e n entre-
vista e n t r e Les iles d'or de Mis Paraisos de R i c h e p i n ,
<jue Dario celebra en Los raros: "Islas de oro p a l i d o ,
islas de o r o r u b i o , islas d e oro negro, todas sois como
paises de ensuefio". Los elegantes centauros, fil6sofo.s
apacibles, n o se expresan como en la d u r a edad e n q u e
se U a m a b a n Arctos, Licos, E u r i n o m o s , B i a n o r , Agrios,
Petraios, D r i a l o s ; los ilumina el sol en los c a m p o s
Eliseos de la fantasfa. Las bestias robustas que l u c h a r o n
con heroes y s u c u m b i e r o n e n terribles combates, se inte-
i e s a n a h o r a p o r p r o b l e m a s q u e hacen m e d i t a r ; a m a n la
sabidurfa. Imaginemoslos " e n la isla e n q u e detiene su
esquife e l A r g o n a u t a " , como los vi6 la tradici6n alejan-
<Irina y latina. Los personajes del Coloquio tendran
p r e s e n t e la a v e n t u r a q u e les ocasion6 la m u e r t e . E l poeta
los t o m a , con la historia de cada u n o , de las Metamorfo-
sis de O v i d i o . Llega u n r u m o r de t r o p e l de e n t r e el
boscaje. E l verso a l e j a n d r i n o se t r a n s f o r m a :

Son los eentauros. 'Cubrerj,la llanura. Los siente


la ]nontafia,. Be lejos, fonnan son de totrente
que cae.

S o r p r e n d e r i a este r u m o r de cascos, si f u e r a n sombras


los c e n t a u r o s ; del Quir6n, de Goethe, q u e r e t o r n a como
e l de D a r i o , escucha Fausto el mismo son de galope.
Asi los ve H e n r i de Regnier en la poesia Dejanire
<1895):

Galopant sur la gieve et s'ebrouaiit aux flots


quimouillaient leuis poitiails et fouaillaient leuis galops
surle sable niaiin et les galete sonores...

Unos son e n o r m e s y r u d o s ; otros j6venes y agUes;


i m b e r b e s o d e largas b a r b a s . D e t i e n e n su g a l o p e f r e n t e
al Oceano:

Y oyen seies teriestres y habitantes marinos


la voz de los ciinaclos cuadrupedos divir.os.

Quir6n empieza a l a b a n d o las Musas, como h a r i a Hesio-


<do, y r e c u e r d a "el triunfo del t e r r i b l e misterio d e las cp-
- 8d -

sas".Vuelven los dias gloriosos; animase en el cuerpo del


Centauro:
La sangie dsl celeste eaballo patemal,
de Cronos, convertido momentaneamente en caballo al
engendrarlo.
Al animar el p o e t a a los centauros alude a la repre-
sentacion escult6rica de los rios:
Unos con laiga6 baibas epmo los padies-rios.
El Uamar padres a los rios, epiteto que les corresponde
en su verdadero sentido, quiza pueda ser una sugesti6n
niomentanea del famoso grupo del Nilo y sus afluentes
{Myth, fig. 120). Es curioso que las diferentes represen-
taciones de rios que enumera Menard esten aplicadas a
los centauros por Dario. Les veillards a longue barbe; los
afluentes como jeunes gens imberbes:

Fig. 10. — El Tibei, Museo de Louvre.


Unos con laigas barbas eomo los padres-iios,
pti'os imberbes. ..

El uso del sustantivo epiteto ha sido vuelto famoso por


Victpr Hugo: Le pdtre promontoire, (LANSON, L'art de
hx, prose, 244). El epiteto era usual en la poesia latina:
Thybri pater, Eneida, VIII, 540. Los poetas espanoles del
Renacimiento han animado los rios. Garcilaso personifi-
ca al Tajo, al Danubio, al "viejo Tormes": "No recos-
tado en urna al dulce frio de su caverna umbrosa". He-
rrera, en sus Anotaciones a Garcilaso, pp.312, 315, toca
extensamente este punto en los poetas latinos e italianos.
<J
- 81 -

En su Elegia XI, dice dbl Betis: "i al cielo alzo la barba


revestida de verde musgo..."; Gil Polo, en la Diana, re-
presenta al "viejo Turia", con "los brazos vellosos, la
barba limosa y encanecida... reclinado sobre la urna".
Eco, ya lejano y apagado, de una religi6n de la natura-
leza que llega desde la poesia homerica, Odisea, V, 443-
452.
Reto elogia a Quiron. Llega del Zodiaco el Arquero;
trae enredadas a sus crines abejas griegas como si aun
viviese en la tierra; muestra aun la cicatriz del dardo de
Heracles que no pudo causarle la muerte. Tan rapida-
mente transcurri6 el ciclo milenario que parece que la
muerte no se hubiera producido; fue como en un abrir
y cerrar de ojos. Quir6n aun tiene abejas en las crines.
"Aun tienen sal las manos de su dueno", dice Lope,
Dario imagina a Quir6n con crines, intonso; pero ha<'de
darse a esta palabra la significaci6n de cabeUera, como
la emplea Fernando de Herrera al escribir "criuado
Apolo". Habria que recordar a Pindaro para encontrar
acentos semejantes a los que en los labios de Reto se ele-
van en loor del Filirida< Heracles dominador, benefactor
heroico; ha herido impensadamente al maestro. Pero
Quir6n ha dado al potentehijo de Zeus y de Semele la
ciencia moderadora de las pasiones. Le ensen6 el misterio
de la mtfsica que, siendo divina, lleva el alma a la armo-
nia del universo. Esta doctrina pitag6rica y plat6iiica
que Dario conoci6 en multiples fuentes, ha brotado en el
Coloquio de la sugesti6n de la medalla de Hercules
Musarum (fig. 11) :

Fig. 11.. — Hercules


tocando la lira.
Y H*iakles, descuidando su maza, en la harmonia
* de los astios, se eleva bajo, el cielo noeturno...
El hijo de Ixi6n, Abantes, glorifica la naturaleza, la
vida existente en la roca, en el arbol, secreto de una mis-

/
- 82 -

m a fuerza q u e s e manifiesta d e d i v e r s o s m o d o s . Q u i r 6 n
h a b l a del secreto de las cosas: e n t o d o h a y u n alnia,
a u n e n cada gota de agua d e l m a r ; la n a t u r a l e z a m u l t i -
f o r m e tiene u n a voz unica y p r o p i a . T o d o p a r e c e deciruos
a l g o ; h a y u n a p a l a b r a q u e constantemente nace.

El vate, el eaceidote, suele oir el acento


deseonoeido

E l ixionida, hijo de la N u b e , s e g u n F o l o , t i e n e p o r
giacia m a t e r n a el don de adivinaci6n. Nefele, engana-
dora a m a n t e , m o r a d o r a de la cima de las m o n t a n a s , per-
sonaje multiforme, h a tenido sus i n t e r p r e t e s . D a r i o , a l
revivir en jEheu! su antigiiedad p e r d u r a b l e , nos d i r a :

'Nefelibata contento
eieo ir.terpetar
las confideneias del viento,
la tiena y el mar.

R o m p e con su pecho el centauro veloz las malezas y


espesas ramas, el eco mas sutil llega a s u s o i d o s ; p o r
e n t r e la hojarasca de los follajes, ve en la ocuIta fuente
y acaricia con la m i r a d a ,

Las cuivas de las iiinfas del s6quito de Diana;


pues en su cueipo eoiie' tanubien M. esencia humana
unida a la corriente de la savia divina
y a la salvaje sangre que hay en la bestia equina.

Dario sugiere la naturaleza doble del c e n t a u r o , p e r o


e n este pasaje es t r i p l e ; algunos mit6grafos q u i e r e n tairx-
b i e n q u e sea t r i p l e la naturaleza de los satiros.
Orneo sabe " e l secreto de l a bestia". H a y seres. benig-
nos y malignos. Q u i r 6 n arguye que los seres n o son n i
malignos n i benignos, sino formas del enigma. Astilo q u e
es augur, (augur A s t y l o s , M e t a m . , X I I , 3 0 8 ) , e x c l a m a :

El Er.igma es el eoplo que hace eantar la liia.

La poesia esta en el misterio de las cosas. Charies


Morice en La litteraiure de tout d l'heure (1889), afir-
m a q u e el "sentimiento del Misterio es el fondo vivierite
de la poesfa".
E l vate, el aedo, el adivino, son sensible i n s t r u m e n t o de
la voz d i v i n a ; la diosa dicta a Dem6doco e n el poema
h o m e r i c o ; el espiritu djonisiaco inspirara el d r a m a iUico;
la obscura elaboraci6n del m i t o 6rfico convertira al aedo
- 83 -

legendario en yidente; en el pensamiento plat6nico el


poeta es intermediario entre dioses y hombres; los epi-
cos y Kricos, cuando crean, estan inspirados y poseidos
como las bacantes; en esta enajenaci6n, los poetas son
interpretes; es el dios el que habla; esta noble doctrina
plat6nica estaba arraigada en el puebloque tuvo la devo-
ci6n de las Musas; a los viejos poetas se les creia t-on el
don de adivinaci6n; existian oraculos atribufdos a Orfeo,
a Museo, a Hesfodo. Daiio record6 esta gracia otorgada
por la Musa a sus elegidos:

..-...La clave <ie los heehos


con6cela el videntej Homeio con su Mculo;
en su giuta.Deifobe, la lengua del Oraeulo..

Aunque sea discutible la atribuci6n a Hpmero del


baculo de los augures — lituus, — no lo es el poder adi-
vinatorio del poeta. Quiza Darfo haya querido referirse
a Hesiodo: "Hesfodo con su baculo", o sea el cetro o
bast6n que le dieron las Musas al comunicarle el don
profetico de cantar lo pasado y lo futuro {Teogonia,
V. 30). Esta confusi6n entre el rapsodo hesi6dicoy el
rapsodo homerico esta en la Historia del lied, de Schure
(2* ed. 1876): "Cuando los rapsodos, con una rama de
laurel en la mano, como signo de su santa misi6n, can-
taban la c61era de Aquiles o las aventuras de Ulises".
Puede ser tambien que se refiera al cetro de Orfeo de
que babla Schure en Los grandes iniciados (p. 249). E n
el Coloquio, el enigma "que hace cantar la l i r a " , e s la
intuici6n del mundo incognoscible, el anhelo de la ver-
dad que nos ariastra hacia el misterio.
El centauro Neso, poseido del rapto de amor, que' pa-
g6 con la vida, exclama como si pensara en el misterio
de la Gioconda, de la Eulalia rubendariana:
jEl Enigma es el rostro fatal <3e Dejanha!
M1 eepalda aun guarda el dulce perfume de la bella;
aun anis pupibs llama su elaradad de estiella.

Para Neso existip la terrible fatalidad del amor; tra3


la adorable hermosura de la mujer vienen el dolor y los
males; "por eUa el ixionida dobl6su cuello fuerts". La
conversaci6nde los centauros pasa asi del misterio de la
cxistencia y del universo a la evocaci6n de las mivjeres
amadas. Quir6n relata el nacimiento de^Afrodita; la
. - 84 -

luz, la gracia se esparcen p o r el m u n d o con la diosa;


Hesiodo fue el p i i m e r o de los poetas antiguos q u e rela*
t6 el n a c i m i e n t o de Venus. Los dioses y los h o m b r e s
la U a m a i o n Afrodita, Citerea, — k d e h e r m o s a diade-
m a , — Ciprigenia, Filommedes. Nacia la h i e r b a b a j o s u
p i e sonrosado; seguianla Eros y el Deseo. D a r i o , c u el
elogio de Venus, esta cerca de Hesiodo y del h i m n o a
Venus del Khir6ii de Leconte de Lisle, sin olvidar a Lu-
crecio: Hominum divumque voluptas, AlmaVenus. Lau-
r e n t T a i l h a d e escribi6 cori este encabezamiento u n Hym-
ne a Aphrodite. La poesia y la p i n t u r a , — u n poeta
simbolista r e c o r d a r a a Botticelli —, se h a n disputado
la gloria d e embeUecer el i n s t a n t e :

Ouando del saoio abuelo Ja sangie luminosa


con la roarina espuma formaia nievc y iosa

La afirmaci6n, n o del todo exacta, de q u e d e la sangre


de U r a n o s , abuelo de Quir6n, naci6 Afrodita, se d e b e a l
soneto de H e r e d i a , La naissance d'Aphrodite:

L'Ocean s'ei.tie' ouviit, et dans sa nudite


radieuse, 4mergeant <le l'ecume embiasee,
daus le sang d'Ouia'nos fleuiit Aphrodite,

E s t a b a ya este dato e n la Mitologia d e M e n a r d : " D e '


l a e s p u m a del m a r , fecundada^por la sangre d e U r a n o s
(el C i e l o ) , n a c i 6 " . . . D e M e n a r d la t o m a i o n H e r e d i a y
Dario. Esta variante se encontraba y a e n casteUano e n el
Tostado (Las XIV Questiones, ed. de 1561, fol. 159: "y
estp es como q u e v e r d a d e r a m e n t e Venus oviesse seydo
formada en el Mar de la sangre y del e s p u m a " ) .
E n los alejandrinos descriptivos de Venus y de su
cortejo m a i i n o , el poeta n o olvida el siglo X V I I I , la apo-
teosis de la diosa en los cuadros de A l b a n i y de B o u c h e r
q u e r e p r o d u c e M e n a r d en su Mitologia (fig. 1 2 ) ; el poe-
t a a d a p t a algunas expresiones del texto de M e n a r d y de
la explicaci6n de la p i n t u r a : "hocicos d e h i p o c a m p o s " ,
"trit6nicas melenas".

Los curvos hipoeampos sobie ]&s verdes' ondas


levaion los hocicos;y cadeias redondas,
trit6nieas melenas y dorsos de deHines
j'unto a la Eeina nueva se vi<2Ton.

" j V e n u s i m p e r a ! " es la voz q u e Uena el u n i v e r s o .


P e r o e l salvaje E u r i t o n o p u e d e olvidar los ojos d e H i -
- 85 -

podamia. Estamos seguros de que vuelto a la vida tra-


tarfa de robarla aunque lo volvieran a matar. Labestia
instintiva, violenta, tocada por el amor, que ahora sus-
pira, padeci6 igual mal que Neso. La embriaguez y la
lujuria le hicieron quebrantar los deberes de' la amistad
con Piritoo, que habfa de recordarselos Teseo dandole
m,uerte. En las metopas del Parten6n estaba esculpida
la lucha de Centauros y Lapitas, universalizada despues
que Ovidio, y que era una gloria de Atenas. Eurito y

Fig 12. - BOUCHER: Nacimiento de Venus..


Trit6nicas melenas y dorsos de delfines,
i

otros muchos descendientes de Ixi6n moririan en las


bodas de Piritoo y de Hipodamia. La vieja leyenda
*uenta que"los que se salvaron fueroh transportados a
- 86 -

la isla de las Sirenas donde perecieron. En. vida, los


hostigaron Teseo y Heracles. Heredia, en un soneto
celebre, pinta el espanto con que vuelve a la manada un
centauro joven que cree ver, con la luna naciente, alar-
garse el gigantesco horror de la sombra de Heracles de-
tras de los monstruos en fuga.
Las fabulas antiguas, si se exceptua la descripcion que
hace Luciano de la pintura de Zeuxis, no recuerdan los
amores de los centauros con hembras de la propia raza.
Pero si, la pasi6n violenta que les despierta la mujer;
por eso la acechan y la roban. Una estatua antigua re-
presenta a Eros a la grupa de un centauro. Hay una
expresi6n inefable y dolorosa en el rostro que se vuelve
suplicante al vencedor de hombres y de dioses. El pintor
Rubens, en decorativo triunfo, muestra a l a b e l l a Deya-
nira en la espalda de Neso.
Eurito, que es quien rapt6 a Hipodamia, dice que no
podra olvidar sus "ojos radiantes".
En el episodio de Neso y Deyanira del Coloquio quiza
haya sugesti6n del Rapto de Deyanira de Rubens y de
la figura de un espejo etrusco (fig. 13) que reproduce
Menaid, {Myth. f. 614 y 615): "Mi espalda aun guarda

Fig 13 — Rapto de Deyanira


Mi espalda aun guarda
el dulce perfume de la
bella.

el dulce perfume de la bella". Y en los versos: "He vista


de Hipodamia la faz encantadora, la cabellera espesa, la
pierna vencedora", recordaria el citado cuadro de Ru-
bens (fig. 13) y la figura antigua del rapto de Hipo-
damia (Menard, Myth. fig. 521).
El centauro Hipea conoce la infamia de la hembra
- 87 -

humana: Venus es artera; eUa labr6 la ruina de varo-


nes fuertes.
Tras los radiantes ojos rien. tiaidores males,...
Con igual elocuencia otro centauro defiende a la mu-
jer. Sera siempre la recien nacida de la onda:
Las Gracias junto a ella quedaiian eonfusas...
En el misterio de las cosas, "la clave de los hechos
con6cela el vidente". Los hombres no pueden torcer la
voluntad divina. ;Pero de que modo culpan, segun Ho-
mero, los mortales a los numenes! "Dicen que las cosas
malas vienen de nosotros, y son ellos quienes se atraen
con sus locuras infortunios no decretados por el desti-
no". Tal sucedi6 con los montaraces e imprevisores cen-
tauros. "

El monstruo expresa un ansia del <:oiaz6n del Oibe.


Lo animal parece estar compenetrado con la esencia
del mundp. Lo que es signo en la piedra, en el arbol, es
en el bruto inteligencia latente. Oida por seres perfectos,
quiza nuestra palabra parezca grosera. Pero el dialogo
del ateniense se alza en onda tan pura, que mas alla de
donde llega s61o puede empezar la intelecci6n divina.
La tierra tiene vpz; el tiempo nos fue enseiiando lo que
decian el arbol y el viento, la ola y el pefiasco; descu-
briendo y atesorando el universo en nuestro ser; pala-
bras eternas brotan de islas sumergidas en lo incons-
ciente o lo olvidado. de la realidad sin linde, de lo que
expres6 la voz de la ola, del arbol. El orbe tiene el
ritmo de la vida sensible e infinita. El hombre se des-,
lig6 de la naturaleza que el destruye. El centauro, mi-
- tad hombre y mitad bestia, esta pegado a la tierra y
eleva su frente humana: no es s61omonstruo:
Sus cuatio patas, bajaa; su testa erguida, sube.,
Esta reflexi6n se acerca a un pasaje del Centauro de
Guerin: "Una mitad de mi mismo, oculta en las aguas,
se agitaba para remontarlas, mientras que la otra se
elevaba tranquila". Estas palabras de Guerin son sim-.
bolicas, eomo advierte D'Harcourt, y estan inspiradas
en Volupte de Sainte-Beuve. El poeta ycritico frances
- 88 -

habla, por boca de Amaury, en Volupte, del "coraz6n


humano contradictorio y combatiente, del cual es nece-
sario decir, como dijo el poeta del pecho del centauro,
"que en el estan enlazadas las dos naturalezas". Agre-
ga Amaury que su vida inferior esta sumergida. Esta
vida d o b l e d e l centauro, esta participaci6n de la natu-
raleza humana y animal, triple en Quir6n, pudo haberle
sido sugerida a Dario por innumerables autores. Dice
Menard, en su Mitologia, al referirse al dios Pan que
"la fusi6n de las foimas animales con las formas huma-
nas responde al caracter multiple de la vida en el uni-
verso". Este concepto de la noble naturaleza de Pan esta
expresado por Dario, muy claramente, e n el Coloquio:

Paujunta ra.6oberbia de la montafia agieste


al ritmo de la inmer.sa meeaniea celeste.

Quir6n afirmara que en "el mundo tiene un anima


todo". Otro centauro ha visto c6mo le mira el alma
lumin6sa de rubies, topacios y esmeraldas. Penetran
luego los centauros del coloquio en el problema de la
muerte. Hahla Licidas con palabras turbadoras e in-
tensas:

Yo he visto los lemuies flotar, en los noetumos


'i instantes, cuando eseueban los b0s<3ues tacituinos
el loco giito de Atis que su doloi ievela
o la maravillosa canei6n de JTilomela.
El galope apiesuio, si e11 el boscaje miro
manes que pasan, y oigo su funebre suspiro,
Pues de la Mueite el hondo, desc01:.0eid0 Impe1i0,
guaida el pavor sagiado de su fatal misteiio.

Dario vi6 a la Muette en la escultura y en la concep-


'Ci6n del hermetismo y el lirismo moderno. "La Noche,
dice Hesiodo, pari6 al odioso Destino, a l a n e g r a Ker, a
la Muerte, al Sueno y a la multitud de Ensueiios, sin
que t a l d e i d a d — la tenebrosa Nbche — se acostara con
nadie..." El Sueflo es el hermano de la Muerte: "dei-
dades terribles, a quienes el Sol resplandeciente jamas
ilumina con sus rayos". La muerte (Thanatos) "tiene co-
.raz6n de h i e r r o y animo duro y cruel en su pecho, n o
suelta nunca al hombre a quien logra echar mano y es
.odiosa a los propios inm01tales dioses".
Para Homero, tambien el Sueno es hermano de la Muer-
te (La Iliada, XIV.) i P e r o , para que hablar de la Muer-
- 89 -

te en Homero? iPara que,


si el que fue en la muerte
el. mas glorioso, Aquiles, se
lamenta de ser sombra7.En
Homero la muerte es terri-
ble y sombria; el alma al de-
jar el cuerpo desciende Uo-
rando a la mansion del Ha-
des. El concepto de la Muer*
te entre los griegos fue trans-
formandose hasta adquirir la
forma con que nos la presen-
taria Darfo. Forma plasti-
ca, de escultura, en que la
Muerte es parecida a Dia-
na y tiene la serenidad del
inalterable reposo; en la es-
cultura encontr6 el poeta el
modelo que describe admi-
rablemente, en una estatua
antigua del Museo del Lou-
vre (fig. 14) que reproduce
Menard en su Mitologia. Se
le ve tambien, en otra esta-
tua, semejante a un Eros.
Tiene en la mano una antor-
cha invertida, la parte ar-
diente humea en el suelo.
Hay en su faz una vaga en-
Fig. 14.. — La Muerte, Mu-
seo' del Louvre.. sofiaci6n. Para que casi todo
este en los fragmentos muti-
En su rostro hay La graeia lados del genio helenico, ve-
(de la nubil doncella se como cosa rarfsima a Pro-
y lleva una guimalda de
(iosae siderales.. meteo fabricando con el ciri-
cel y el martillo un esquele-
to, con el que hara al hombre. El esqueleto no aparece
en el aite antiguo; esta representaci6n medieval hubie-
ra desagradado a los que se consideraban felices con ver
la luz. Los centauros de Dario, hablan del misterio de
la Muerte, y ya la conocen; el poeta se pone dentro
del personaje y expresa su terror ante "el desconocido
imperio", el terror sobrenatural que su enigma les des-
pierta. El sabio Quir6n afirma que:
- 90 -

La M,uerte cs la vietoria de la piogenie humana.

NovaIis, en los fragmentos que tradujo Maeterlinck


( I 8 9 5 ) , dice: " L a m u e r t e es una victoria sobre si m i s ^
mo, que como toda victoria sobre si mismo procura una
nueva existencia mas Iigera". Esta victoria del hombre
libertado por la muerte es la antitesis del medieval
"triunfo de la muerte". Es probable que Darfo pensase
en la victoria de que habla Novalis. Dice Quir6n:
s
La pena de los dioses es no aloanzar la Muerte,

Dario, sin pensar, contradice a Safo. Ya CavaIcanti en


su Ret6rica (1560) recuerda el f r a g m e n t o d e la poetisa
de Mitilene que dice que la muerte es un mal; los dio-
ses que establecieron esta ley, moririan tambien si fueta
un bien morir.

La Mueite es de la Vida la insepaiable heimana.

Hace recordar una reflexi6n de Menard {Myth, p. 59) :


"En el destino humano la vida es inseparable de la
muerte".

jLa Miueite! Yo la lie visto. No es demaeraofa y mustia


m ase coiva. guadana, ni tiene faz de augustia.
Es semejante a Diana, castay virgen como ellaj
en eu rostro h&j la graeia de la nubil doneella
j lleva una guiinalda de iosas siderales.

La belleza simb61ica de la muerte, que viene de la es-


cultura antigua, ha sido vista tambien por poetas mo-
dernos de distintos siglos. La ihspiraci6n que iIunrina
los Triunfos del Petrarca transfigura a Laura muerta;
hay

Quasi un doloe doimir ne' soui begli oechi...

Leopardi vi6 la beUeza del Amor y de la Muerte:


- 9I -

Fratelli, a un tempo stesso, Amore e Morte


Ingener6 la sorte.
Cose quaggvl si belie
Altre il mur.do n6n ha, rib han le stelle.

lC6iao imagina L e o p a r d i a la M u e r t e que e n n u e s t r o


poeta tiene "la gracia de u n a n u b i l donceUa"?

Bellisima fanciulIa, — dolce a veder.... -

Los poetas contemporaneos, Anatole F r a n c e , p o r ejem-


plo, h a n creado n u e v a m e n t e el simbolo y h a n conducido
a Dario a describirla t a l como la h a e n c o n t r a d o e n la
estatua antigua. L a h o r p o n e conio epigrafe de La pasi6n
de Siva (1875) : Siva, Dieu de la Mort, est beau comme
une femme. Si D a r i o dice q u e es semejante a D i a n a ,
ve en su h e r m o s u r a a t r a y e n t e severidad insondable.
E n Darfo la m u e r t e a d q u i e r e formas angustiosas, con-
soladoras, adorables. E n estrofas contradictorias espera
y desespera; desespera de la q u e " n o olvida", d e la
q u e "es la victoria d e la progenie h u m a n a " , y poseido
de te.rror exclama- e n los versos A un pintor:
y

Vamos a moiir, Dios mio, '


Vamo6 a moiir.

Es dificil poseer absoluta sinceridad en la expe-


riencia poetica. E n estados de alma, d e ideas, de senti-
mientos, de visiones hist6ricas, s61o existe la sinceridad
m o m e n t a n e a . Leconte de Lisle heleniz6 con exagerado
concepto de lo p r i m i t i v o ; Chenier, Ueno d e p u r o hele-
nismo, esta cerca d e Tepcrito, sin d e j a r el siglo XVITr,
m i e n t r a s Leconte p a r e c e u n aedo, a u n q u e resalte l o q u e
e n el es recreaci6n d e lo pasado y e n el h o m e r i d a ma-
d u r e z del a r t e y del m i t o . Keats esta, especiahnente e n
su poesia a u n a u r n a griega, influfdo de n a t u r a l y sen-
ciUo aliento h u m a n o . Hugo t r a t 6 de i n v a d i r el OlinijfO,
con su Sdtiro; este intento p a n t e i s t a n o es griego, sino
visi6n h e r m e t i c a , a u n a d m i t i e n d o q u e se h a y a inepi-
r a d o e n el h i m n o h o m e r i c o A Dionisos.
E l v e r s o inexplicable q u e Uama h o m b r e a P r o m e t e o ,
p u e d e venir de ciencia oculta o de la leyenda a l e j a n d r i n a
- 92 -

que ve en el titan uri rey antiguo. Si dice que rob6 la vida


no se refiere al robo del fuego, como esta en el mito
hesi6dico y en el Prometeo de Esquilo, sino a la creaci6n
del hombre, en un sentido mas moderno, de Ovidio (Me-
nard, Myth., 343) ; pero Dario se aparta de la grandiosa
intuici6n ovidiana, del espiritu que entrana el admirable
bajo relieve que reproduce Menard e n su Mitologia,
Prometeo creando hombres (fig. 1 5 ) , para encerrarse en
un concepto de oscuridad de oraculo:

Si el hombie — Prometeo — pudo rot>ar la vida,


te clave <le la mueite serule eoneedida.

Fig. 15. — Piometeo formando al hombre.


Si el hombie — Piometeo — fudo- robar la yida.
- 93 -

La invocaci6n a Q u i r 6 n : "Padre y maestro magico...",


nace del' pensador qtie alienta en _Darfo. "La ciencia es
flor del tiempo: m i padre fue Saturno". Quiza la fi-
gura de Qvlir6n se haya vuelto mas viva en su espiritu
al contemplarla en una piritura de Pompeya (Menard,
Myth., fig. 654), donde ensefia a Aquiles el arte de la
lira. El centauro aparece en otra pintura antigua; da
lecciones de medicina a Aquiles; le escucha tambien su
discipulo Esculapio, meditabundo (Myth., fig. 657). En
las palabras del centauro Reto a Quir6n, se asoman visi-
blemente, desde lasilustraciones, los discipulos en torno
del maestro (fig. 16) :

Fig 16.. — Quii6n, Aquiles y


- Esculapio
Aun Eeeulapio sigue la vena
de tu cieneia..

> Axux Esculapio sigue la vena de tu clencia;


siempie el veloz Aquiles sustenta su existeneia
eon el manjar salvaje que le ofieciste un dia.
y Heraeles, deseuidando su inaza, en la haimonia,
de los astios, se eleva bajo el cielo r.oetumo..

El pormenor erudito esta cuidadosamente expueato:

Y la b-anda de Iiis que tiene siete rayos


cual la lira en sus brazos siete cueidas.....

Dario cita a Iris en estos versos del Coloquio, y en


Revelaci6n con el nombre de "hija de Electra". N o
confunde a Iris con el arco iris. El arco es la banda de
Iris, el camino de Iris. Asf ha podido ver a esta men-
sajera de los dioses e n las ilustraciones de Flaxman de
la Teogonia de Hesiodo. Ya d'ijo Servio: Arcum non
Irim... El arco no es Iris, es la via que Iris traza e n
el cielo. La comparaci6n de los siete colores del arco
- 94 -

ixis y de las siete cuerdas de la lira no es u n a c o m p a r a -


ci6n impensada. "Los siete modos sagrados, dice Schure,
construidos sobre las siete notas del heptacordio corres-
ponden a los siete colores de la luz, a los siete plane-
tas", etc. Cito a Schure por creerlo fuente inmediata
de Dario. Cuando el poeta habla de

La nube que se anima de ]uz y que deeora


el pavimento en donde iige su cairo Auioia.

Fig 17.. - GUIDO RENI: La aurora.


La nube que se anima de luz y que deeora
el pavimento en donde iige su eairo Auioia,

piensa en la reproducci6n de la Aurora de Guido Reni


que trae la Mitologia de Menard (fig. 1 7 ) .
Dario ha tenido una constante curiosidad por la zoo-
logia simb61ica. Un centauro exclama e n el Coloquio:

Yo eonHpiendo el seoretb de la feestia. Malignos


seies hay y benigr.os. Entre ellas se haeen signos
de bien y mal, de odio o de anior, o de pena
o gozo: el eueivoes malo y la toieaz es buena.
QUIRON
Ni es la toreaz benigna, ni es el cuervo protervb:
son foimas del Enigma le paloma y el cuervo.

Despues escribia en Filosofia: "sabed ser enigmas


siendo formas". Sin resolver el problerna en su comple-
jidad, expondre algunas conjeturas. "Habia, dice Bou-
che-Leclerq, aves de buen o mal augurio, sea por natu-
raleza, sea por simpatia o antipatia". A1 decir el cenr
tauro Orneo: "el cuervo es malo y la torcaz e s b u e n a " ,
-"95 -

se refiere a la bondad o malignidad por naturaleza o


simpatia o antipatia. Quir6n responde cabalmente con -
la ciencia del augur. El valor emblematico y simbolico
de las aves ha variado en los siglos y en los autores. En
el mismo Dario varia; menos en el cuerv6; le Uama:
protervo, en el Responso a Verlaine. En los beluarios
medievales que extracta Huysmans en La Catedral fue
el cuervo en el arca la representaci6n de Satan; la pa-
loma, la bondad celeste. Entre los antiguos el cuervo
fue llamado, a veces, ave de Apolo. Pero prevalece su
caracter nefasto. E'1 adivino ve la bondad o malignidad
del ave, pero no por eso deja de estudiarla. De un ave
maligna se puede sacar un augurio favorable. En el
Poema del Cid, a la salida de Xivar, Mio Cid tiene la
corneja diestra y a la entrada de Burgos, siniestra. Gar-
cilaso Uama siniestra a la corneja ^Egl. I, V. 110) imi-
tando a Virgilio: sinistra cornix (Egl. IX, 15). "Entre
ellos se hacen signos", es una expresi6n de cierto her-
metismo. En Santa Elena de Montenegro, escribia des-
pues:

y Atropos, Laquesis y Cloto


hacen sefias al Teneinoto..
Estos signos o senas, como dice admirablemente, pue-
den ser: "de bien o mal, de odio o de amor, o de pena
o de gozo". Henri de Regnier en Aretusa, emple6 esta
expresi6n en sentido misterioso: "Lui fait signe".
El nombre de los centauros del Coloquio viene direc-
tamente del libro XII de las Metamorjosis; son casi todos
nombres latinos, distintos de los griegos, aunque ya al-
gunos aparezcan en el poema hesi6dico El escudo de
Heracles. Vease c6mo Dario ha sacado los centauros del
Coloquio, de las Metamorfosis de Ovidio:

Abantes, XII, 309


Amico, ... — 246
Areo, - 310
Astilo, - 308
Clito; V, 97
Eurito, XII, 221
Grineo, — 261
Hipea, - 352 '
Licidas, — 310
- 96 -

Med6n, - 303
Neso, - 308
Odites, - 457^
Orneo, - 302
Reto, - 271
Taumantes, ..... . . . . ... — 303

Dario, despues de haber leido la admirable descripci6n


del combate de Lapitas y Centauros, hace retornar
a los centauros a la Isla de Oro. Las reminiscencias de
Ovidio abundan en el Coloquio. En algunos textos de
las Metamorjosis, por mala lectura de los manuscritos,
aparecen, como en el Coloquio de Dario: Eureto, Cau-
mantes, Arneo, Hipea, por Eurito, Taumantes, Areo e
Hipasos. Estos nombres errados estan en la traducci6n
de las Metamorfosis del licenciado Sanchez de Viana
(Granada, 1590) reproducida por la Biblioteca cMsi-
ca. De esta biblioteca ha tomado Dario el nombre de los
centauros; es dificil que consultase la primera edici6n.
En estos textos se encuentran los errores que estan en el
Coloquio. Sorprende la perspicacia de Dario para no
confundir, en la confusa enumeraci6n de heroes lapitas
y centauros, a unos con otros. La enumeraci6n de cen-
tauros que trae la Mitologia de Jacobi es incompleta;
esta mitologia no pudo orientarlo. La busqueda y selec-
ci6n acertada de nombres de centauros en el Ovidio cas-
tellano, donde los encontr6, es ya un arduo trabajo.
Abantes, Amico, Astilo, Clito, Euritp, Grineo, Licidas,
Medon, Neso, Odites, Orneo, Reto, como Areo, Hipasos
y Taumantes pertenecen a Ovidio. La celebridad de Folo
le da un lugar aparte.Quiron es u n a f i g u r a universaI
coino Proteo o Nestor. El poeta tiene presente la dis-
tinta genealogia de Quir6n de la de los otros centauros.
Dario tom6 los personajes de su poema con la historia
que de cada uno nos traen Las Metamorfosis. Se ve la
reminiscencia de Ovidio no s61o en el Coloquio y en aie-
ladas alusiones, sino en casi todp el te90ro mitol6gico del
autor de Prosas profanas. Deucali6n y Pirra, Lica6n,
Dafne, Siringa, Calixto, Europa> Diana cuando se bana, '
Acte6n, Jas6n, Deyanira, vistos en la imaginaci6n del
poeta latiho, asoman a cada instante en los versos de
Dario.
En las manos del Deucali6n y Pirra de las Metamor-
- 97 -

fosis, las piedras que indistintamente iban a transfor-


marse en hombres o mujeres, tenxan un profundo mis-
terio. Ruben las oye en lo indistinto:
A Deucali6n .y a Pirra, varcmes y nmjerea
las piedras aun. intaetas dijercm: "jQu6 nos quieres?"
Esta en ellas una vida latente y enigmatica. El enig-
ma del sexo penetra en el Coloquio con la fabula de
Ceneo. En un himno 6rfico, Dionisio Tesmoforos par-
ticipa de una naturaleza doble, coino la de Hermafrodito,
cuya leyenda, de la decadencia de los mitos griegos, fue
narrada por Ovidio {Met., IV, 285 y sig.). Darfo, amante
de lo raro, en una epoca en que las desviaciones del
orfismo antiguo tienen nombres modernos ha dejado en
el Coloquio, especie de enciclopedia en mihiatura de sus
ideas, estos aspectos de literatura ocultista. Si la
mujer es hermana del dolor y la muerte, llegaremos un
dia a conocer el misterio que en ella se encierra; asi lo
afirma Quir6n con palabras profeticas:
Por suma ley ur.' dia llegaiu el himeneo-
que el sofiador aguaida: Cinis sera Geneoj
elaio seia el origen del femenir.o arcano...

El "himeneo" sera lo que los ocultistas llaman la re-


generaci6n, la vuelta al "ser unico" y "el sofiador", de
que habla Ruben, si leemos a Saurat, puede Uamarse
Vigny, Hugo, Shelley, Whitman o la Blavatsky. "La
suma ley", sera la de pasar por el estado de desintegra-
ci6n al ser unico que junta en uno a Cinis y a Ceneo,
los dos sexos.
Et jam non femina Caeneus (Met., VIII, 281), dice
Ovidio. Una nota de la Biblioteca cldsica dice: "Ceneo
fue primero mujer cofl* el nombre de Cenes"; mas ade-
lante esta iectamente escrito "Cenis". En el texto de la
traducci6n de Sanchez Viana: "La virgen Cenis", "La
mudanza de Cenis mujer eri .Ceneo var6n", escribe el
mismo Sanchez Viana. El texto de Dario debe decir:
"Cenis sera Ceneo". Ovidio (Met., XII, 98) describe la
transformaci6n de Ceneo de mujer en hombre. Di61e
Poseid6n el nuevo sexo. Asi sabe el enigma que s e e n -
cierra e n l a s formas femenina y masculina. Iphis (Met.,
IX) se convierteenvar6n. Cita Montaigne(L. I, cap. XX)
esta transformaci6n y agrega otra curiosisima que el ha
- 9 8 -

visto; recuerda, ademas, con Plinio, a Lucio Cosisio que


se volvi6 mujer. Pero Dario es tambien modernista en
este problema. E1 misterio de los sexos tuvo nuev6
apogeo en los ultimos afios del siglo XLX (La Plume,
1896, p. 581). Schure, en Los grandes iniciadoshahla
t a m b i e n d e los profundos misterios de la generaci6nes-
piritual de los sex6s y de la generaci6n de la carne (p.
347). "E1 himeneo que el sofiador aguarda", puedetam-
bien provenir del Himno del Andr6gino de Peladan que
apareci6 por primera vez en La Plume, 1891. "Cenis,
dice Dario, sera Ceneo" y sera al mismo tiempo Cenis.
Peladan exclama: " 0 h sexo inicial, sexo definitivo...,
sexo que niega elsexo, sexo de eternidad", donde resume
sabiamente la ramificada doctrina.
Algunos versos del Coloquio presentan curiosos, aunque
microsc6picos temas:

Oamo oina miel celeste hay en su lengua fina;


su piel de floi aun humeda esta de agua maiina.

El poeta recuerda las palabras del Cantar (IV, 11) :-


Mec et lac sub lingua tua. En Azul acompana esta cita con
la exclamaci6n: ";Oh Salom6n, biblico y real poeta!".
Innegablemente las palabras "como una miel celeste"
son reminiscencia biblica, sin embargo puede ser que
este epiteto haya nacido del hecho de estar juntas las
palabras caelestia y mellis en las Georgicas (IV, 1) de
Virgilio:

Piotinus aerii mellis caelestia <3ona..

El bello verso: "Su piel de f l o r . . . " , nace del mitp


moderno de Venus-flor, que esta en Banville, en Heredia:
fleurit Aphrodite (1). A. Ernst, escribe en la Nouvelle
Revue, 1895: "La fleur vivante s'apelle Aphrodite".
Cuando Dario habla, por boca del' centauro Abantes,
del

(1) HEREDIA, La naissance d'Aphrodite: Dans le sang .d'Ouranos


ileurit Aphrodite. Vease, IBROVAC, Jose Maria de Heredia, t II, p..l3..
Gauliei, en Avalar IX, dice' que Afrodita "brot6 como floi azul de los
maies". Afrodita-flor esld en muchos otros poetas liricos, en Rimbaud
<Poesies, 1898): "Astarte: Fleui de chair que la vague parfume" (p.
26); "fleur Venus", p. 27.
- 99 -

geimen que entre las rocas y eitre


las eaines de los aiboles, y dentro humana forma
es un mismo secreto y es uha misma, noima,

se inclina a u n concepto de u n i d a d vital y se m u e s t r a


iniciado e n el pitagorismo m o d e r n o . Las almas existen
e h el estado d e germenes e n los reinos inferiores, — r e -
sumo a Schure — ; despues de inmensos perfodos p a s a n
a u n reino superior y c a m b i a n de p l a n e t a ; e n el tras-
curso de u n a evoluci6n d e millares de afios se <ynvierten
e n esencia h u m a n a ; esta individualidad obscura p e r o in-
destructible constituye el sello divino de la m o n a d a e n
q u i e n Dios q u i e r e manifestarse p o r la conciencia (Los
grandes iniciados, p . 3 4 9 ) .
La naturaleza, i n t e r m e d i a i i o a u t 6 n o m o , representa las
Madres, del Fausto d e G o e t h e ; es u n a inteligencia viva
q u e o b r a , en el Coloquio:
*?
Natuialeza tiende sus brazos y sus pechos
a los humanos seres,.
E s curioso q u e sea solamente a los seres h u m a n o s y
n o a todos lps seres. E s la primitiva n a t u r a l e z a m a t e r -
n a l , a m p a r a d o r a . D a r i o n o ve a q u i las antinomias d e l a
n a t u r a l e z a m a d r e o m a d r a s t r a . " ; O h , naturaleza, c u a n
<5nemiga del h o m b r e eres, pues le faltas e n lo q u e a todos
los animales a y u d a s ! " , exclama Aurelio en la continua-
ci6n del Didlogo de la dignidad del hombre, de Perez de
Oliva, escrita p o r Cervantes Salazar ( 1 ) . Este concepto
y el opuesto son inagotables desde u n a antigua teosofia
h a s t a J u a n Jacobo Rousseau. E l t e m a se renueva con la
filosoffa del siglo XI.X. P u e d e ser q u e la o p i n i 6 n anti-
l e o p a r d i a n a d e D a r i o este sugerida en p a r t e p o r Nova-
lis (Les disciples de Sais, cap. La nature, trad. de Mae-
terlinck, 1894). P e r o la sutil y poetica concepci6n d e la
n a t u r a l e z a de Novalis, visible en el Coloquio, se j u n t a
con otras sugestiones:

'Con. la bicome bestia Pasifae se ayunta,


.Natumleza sabia foimas diveisas junta,
y cuando tiende al. hombre la giar.' Natuialeza,
el monstiuo, siendo simtoolo, se viste de belleza.
*
(1) Obras de Cervantes Salazar, 1777, p. 71, ALFONSO .REYESen
el docto estudio Un tema de ' l a vida: es sueno". en la Revista de
Pilologia Espanola, 1917, piesenta, en su amplitud, el pioblema de
la naturaleza y el hombre en los siglos XVI y XVII.
^- 100 -

La afirmaci6n de "naturaleza sabia", se desprende


de un mito hermetico; el centauro que habla vive en el
mvuado mftico aunque sus ideas sean modernas. El sen-
tido de estos versos puede expUcarse tambien con la
Egloga VI de Virgilio.. La idea del sfmbolo debi6 pene-
trar en el poeta con la lectura de Leda de Pierre Louys,
con la Simb6lica de Creuzer, con las mitologfas de Me-
nard y de Decharme. El Minotauro hijo de Pa6ifae es
un simbolo, la fabula de Pasifae y del toro divino es
simb61ica, segun Decharme. En la egloga de Virgilio
aparece el beUfsimo toro de nivea blancura.
El romanticismo ha amado a esta naturaleza mater-
nal y acogedora. Lamartine (Le vallon) anticip6 el con-
cepto iubendariano:
Mais la nature est la qui t'invite et qui t'aime,
plonge-toi dans son seins, qu'elle t'ouvre toujouis!
Cuando Dario dice que la naturaleza tiende "sus bra-
zos y sus pechos" a los seres humanos, la anima dentro
de una verdad y de un sentimiento comunes a todos los
pueblos; piensa tambien en el fondo de tradiciones in-
do-europeas desde el mito de Maya; pero la forma de la
expresi6n ofrece cierta curiosidad. A la dama, de Un
retrato de Watteau, de Azul, una sirena, "en el ansa de
un jarr6n de Rouen", "le tiende los brazos y los pe-
chos". En este mito de la naturaleza animada y maternal
hay tambien una penetraci6n de las doctrinas de Herntes
Trimegisto, del neoplatonismo contaminado por doctri-
nas cabalisticas.
Un extrano pampsiquismo atomico, mezcla de pitago-
rismo moderno, de un desvirtuado espiritualismo influi-
do por la India, empez6 a penetrar en la poesia francesa
de comienzos del siglo XIX. Cada atomo es un ser, escri-
be Lamartine. El Panta teon plera (1) se identificara con
lo que el critico espanol llama en Victor fiugo un pan-
teismo rudimentario. Gerardo de Nerval, en el soneto
Vers dores, justificara este titulo con la cita de Pitago-
ras: Et quoi, tout est sensible!
Chaque fleur est une &me &. la Nature eclose:
un mystere d'am0u1 dans le metal repose;
"Tout est sensible!". Et tout sur ton etreestpuissant. '&

(1) GUYAU, L'arl au point de vue sociologique,p 170.


- 1.01 -

Y D a r f o con la vista en la doctrina^s^creta:

Las eosas tienen un ser vp^X: las eosas * .


tienen iaros aspectos, mk#3as misteiiosas;
toda foima es^un gestpfuna cifra, un enigmaJ..
Cada hoja de cada^&fbol canta un prOpiocar.tar
y hay un alma*n cada una dfe-'las gotas del m a r . . .
Grineo, sobf^el mundo tiene un aninia todo.....
He vistefentonees, raios ojos fijos en. mi:
los^vi^os ojos iojos del alma del iubi....

^ E 1 infortuhado traductor del Fausto habfa escrito:

A la motiere meme un verbe est attache...


....Souvent dans l'etre"obscur habite un Dieu each6;
et comme un oe%l naissant couvert par ses poupUres,
un pur esprit s'accroU sous l'ecorce des pienes..

Ruskin dice que las piedras v e n ; Rimbaud (Les illu-


minations): "les pierreries regarderent". Dario enumera
las piedras preciosas que continuamente se citan en la
literatura moderna, que estan estudiadas e n su valor
simb61ico en.los lapidarios de la edad media, que apare-
cen en la Historia natural de Plinio que nuestro poeta
conoce. Habla luego de las gemas:

de brillos peieg'rinos y magicos emfolemas.

TEsta distinci6n erudita de piedras preciosas y de ge-


mas, muestra el cuidado con que Dario escribe; Petrar-
ca, en Remedios de pr6spera y adversa fortuna, como
traducen los espanoles del siglo XVI, les consagra el dia-
logo X X X V I I : Delle gemme e pietre preciose,seg6n la
beUa traducci6n italiana de Remigio F i o r e n t i n o , 1 5 4 9 .
Cuando Dario dice:

Y los de Ia esmemlda que del azul espaeio


la maiavilla imitan,

piensa en el Apocalipsis (IV, 3 ) : "Y un arco celeste


h a b i a a l r e d e d o r d e l tiono semejante e n elasp,ecto a la
esmeralda",segun la versi6n de Cipriano de Valera.
N o es solamente por la virtud del arte, por el mtfagro
del amor que se despierta y vive

el maimol en que duermen la liiiea j la palabra.

Cuando escribia el Coloquio, Dario tenia fresca e n su


imaginaci6n la lectura de Hesiodo y de los himnos 6rfi-
- 102 -

cos. El tema del Cerbaccio esta en miniatura en la Teo-


gonia y en los Trabajos. hesi6dicos; el poeta lo renueva:
Yo se de la hembia humana, .Ja oiiginal infamia,

Pero la verdadera fuente inspiradora de estos versos


en contra de la mujer, esta en los fragmentos de la
P$icomaquia de Prudencio, de Marbodio, q u e R e m y de
Gourmont traduce en El Uttin m,istico, 1892, obra que
tan poderosamente influy6 en Dario. -
En el Coloquio son juego interior la acci6n, los elemen- *" x
tos morales, el dialogo enigmatico. Se agrupan los centau-
ros como podian estar en un bajo relieve; el poeta se ins-
pira en reproducciones del arte antiguo, y les da vida visi-
ble y movimiento. Se puede decir de sus personajes lo que
del combate de Centauros y Lapitas de Ovidio, que pa-
recen "una serie de metopas esculpidas en el friso de
un templo" (1). Los pasajes descoUantes del Coloquio
son enunciativos e ideol6gicos; cada personaje Ueva
al poema aspectos de la vida y del rnundorelacionados
con la historia de su anterior existencia; es un dialogo de
retorno, aunque evoque el Infierno homerico, los cam-
pos eIfseos de la Eneida y, sobre todo los de Luciano.
Daiio ley6 poetas griegos,pero penetr6 en el mundo
helenico guiado por las attes plasticas. Sus "recreacio-
"nes arqueol6gicas" nos muestran su exquisita habili-
dad que renueva con la palabra la pintura de vasos y
bajorrelieves. Era ante todo artista que hacia cosa pro-
pia los antiguos mitos, los traia a los tiempos presentes,
y l e s daba nueva vida.
Dentro de un concepto de religi6n atica, revelada por
el arte, Dario ve la muerte "semejante a Diana, casta y
virgen como ella"; "en su rostro hay la gracia de la
nubil doncella". La serenidad helenica emancipada por
la sophrosyne del terror del aniquilamiento se manifies-
ta en esta adorable representacion del reposo eterno. Pe-
r o n o supo detenerse a tiempo. Las pabnas triunfales,
la copa con agua del olvido, se agregan a la sencillez per-
fecta para convertirla en alegoria.
S61o en el siglo de oro de la reencarnaci6n podemos si-
tuar el Coloquio de, los Centauros. El poeta no busca

(1) LAFAYE, Les Metamorphoses d'Ovide, pagina 121,


- 103 -

una visi6n arqueol6gica. La mitologia decorativ.a oscila


en distintos planos. La religi6n, en los atisbos 6rficos,
se acerca a la curiosidad filos6fica de una varia fusi6n de
escuelas. Dentro de la idea semierudita del hermetismo
Darfo ha logrado crear u n a m b i e n t e d e r e a l i d a d poetica
y de brillo antiguo. U n aliento de juventud y la identifi-
caci6n con la naturaleza sagrada y el misterio de las
cosas, lo Ilevan al secreto del culto de las Horas.

La ciencia es flor deI tiemj>o: mi padre fue Saturno.

Asi exclama Quir6n. Poe Uama a la ciencia hija del


Tiempo:

iCier.cia!,"eies la veidadera hija del viejo Tiempo.

Leconte de Lisle, en Khir6n, hace exclamar a Orfeo:


6 fils aine du Temps,
Que 1 'auguste science en ton. sein
En el enigma de la vida y la muerte, esta la luz, la
afirniaci6n v i t a l , l a deshudez casta y divina de la belle-
za. Y ante el trueno del oceano al mediodia, al alejarse
el tropel de centauros, ante la iealidad del mundo visto
tal com6 es, se presenta nuevamente para nosotros el
misterio del espiritu universal:

a veees enuncia el i'ago viento


un misteiio; y ievela una inieial la esjum&.

El poeta se ,$inti6. transportado, en el instante inspira-


dor, a una hora de renacimiento, de resurr^cci6n:

He aqui que ienacen los lauros milenarios;


vuelven a <lar su lumibre los viejos lampadaiios;
y animase erj mi euerpo de Centauro inmortal
la sangre del celeste caballo patemal.

Los siglos vividos retornan. Hay una renovada edad


de qro que aunque toque otras zonas nos recuerda a
Virgilio:

Magnus"aTj-..integio saeeloium nascitur ordo.

U n resplandor aureo eneiende el pasado glorioso que


se reencarna en las sombras inanes y les infunde una
nueva vida. Renace un nuevo siglo; vuelxe el reinado
de Saturno, como en la Egloga I V de VirgiIib;^j>or eso
- 1U4 -

se anima en Quir6n la sangre del padre. Este descepso de


las ahnas, esta nueva encarnaci6n, este nuevo milenio,
no Uega hasta Dario en una unica fuente? la influencia
de las doctrinas neopitag6ricas, el descenso de las ahnas
con su rara literatura hermetica, esta en libros que Darfo
tiene a mano, en Schure, por ejemplo; las ahnas vi-
vientes descienden a la carne (p. 299); Dario presenta
la reencarnacion; lo que ha sido vuelve a ser; conoce el
descenso de las almas a la tierra. Ninguno de los centau-
ros habla de las penas de la otra vida, porque como dice
Salom6n Reinach, el orfismo plotiniano ignora las re-
compensas y las penas en el otro mundo. Sobre el mile-
narismo, el "retorno eterno de los seres y las cosas" y
el "rejuvenecimiento peri6dico del viejo universo", so-
bre el gran ano, y, en general, sobre esta faz del pita-
gorismo, Carcopino en un libro reciente: Virgilio y el
misterio de la Egloga IV, ha agotado la documentaci6n.
Dios hace surgir "un nuevo mundo que reproduce el
antiguo, dice Carcopino, con los mismos elementos, los
mismos cuerpos, los mismos espiritus,las mismas series
de acontecimientos". Dario, describe con Porfirio el reco-
mienzo de una vida anterior. Quir6n y los centauros re-
nacen en una nueva edad del mundo. Quir6n desciende
del zodiaco par'a participar de esta nueva existencia te-
rrena. El mundo esta como cuando el vivi6 entre los hom-
bres y los dioses:
Aua Eseulapio sigue la vena de tu ciencia..
Esta vision de generaciones anteriores, esta insinua-
ci6n de orfismo, de misterio eleusino, de neopitagorismo,
de resurrecci6n y de retorno, se compenetra con la es-
tabilidad del mundo, con la inteligencia ordenadora;
Heracles,
<te6euidando su maza, en )a haimonia
de los astros, se eleva bajo el eielo noeturno.

El poeta sahia que, como dice en Altna mia: , -'


Todo esta bajo el signo de un destta> 'supxemo.

Pero este supremo desfeoesta dentro del orden, del rit-


mo; la alusi6npitag6rica que aparece tantas veces e n l a
poesia .de Ruben Dario adquiere un sentido religioso;
- 105 -

hay u n a v i s l u m b r e . d e Pitagoras semiocuko. No exija-


mos al poeta en la fiIiaci6n de la filosoffa religiosa una
exactitud que nosotros estamos lejos de alcanzar. En
cierto soneto, que el no public6 en sus obras definitiyas,
aclara la trascendencia de su iniciaci6n pitag6rica, pue-
ril pero sugestiva:
En las - eonstelaeiones Pitagoras leia,
yo en las eonstelaeiones pitag6rieas leo;
pero se -han confundido dentro del alma mia
el akna de Pitagoras eon el alma de Orfeo.
Lo que serfa la antigua confusi6n o compenetraci6n de
Pitagoras'y Orfeo; del pitagorismo 6rfico y del orfismo
pitag6rico.
Las fuentes del pitagorismo de Dario se confunden
con la diversidad de sus lecturas. En el libro VII, cap. 3Sg
de La ciudad de Dios, San Agustin, al hablar de la adivffl
naci6n por la hidromancia, de Numa, procedimiento p ^
tag6rico, dice que a-Numa le fue preciso usar de la hidro*
mancia "para poder ver en el agua las imagenes de l6s
dioses, o, por mejor decir, los engafios y embelecos de lOs
demonios". "Por haber descubierto el agua con que ha-
cia la hidromancia, por eso se dijo que tuvo p6r mujer a
la ninfa Egeria (1)". Y Dario:
Y el horrabie favorito del numen, en la linfa
o la iafaga, encuentia mentoi; — demonio o ninfa.
Esa alma del poeta - anim,ula vaguUt... — credula
y oscilante, trata de encontrar la fe y, al^mismo tiemp6,
la ensenanza que le ayude a comprender"<Jc la mejor
manera posible el enigma.denuestra e9tancia sobre la
tierra"; vuela."Entrela catedral y las ruinas paganas";
En Prosasprofanas enunciara yagamente "la yirtud sa-
cra de la divina idea" y en los ultim6s meses de su vida,
despues de haber maldecido a Palas como diosa guerre-^
ra, dice, al cantarla en su altar de divinidad pacifica,^que
"siendo la Idea inmortal, es la eterna gorgonicida". Al
escribir la Kistoria de sus libros, el poeta noJiabia ol-
vidado del todo, las fuentes inspiradoras de-su poema,
la poderosa corriente panteista. Dice que^en el poema
exalta "la unidad del universo", "bajo un principio

(1) La ciudad de Dios, t II, p.. 65, BibUoteca cIasica, Madrid.


- 106' -

panico", y quiere explicarlo con el versiculo 8 del cap.


V de la Epistola I de San Juan, que traduce de la Vul-
gata en esta forma: "Hay tres c09as que dan testimonio
en la tierra: el espiritu, el agua y la sangre; y estas tres
no son mas que "una".
El amor que, en el Darfo de Azul, para Juan Valera te-
nfa algo de religioso, conserva en el poema,como en la
obra lirica, este caracter unido al goce arrebatado de los
sentidos. El mundo para el poeta fue una continua
revelaci6n, una inicial; buscaba lo raro, lo ex6tico; la
reina de Saba le decfa mas que Antfgona. Las influen-
cias literarias pueden conducirnos al descubrimiento de
uno mismo. Ruben se identifica con el mundo ima-
ginado; su arte es expresi6n perfecta y natural de su fn-
dole. De ahf que en el Coloquio el elemento ideol6gico
se superponga al humano; que la acci6n del drama,
exista en nosotros. El moderno poema que Dario tent6
en nuestra lengua, convierte en dialogo filos6fico, sin
desenlace, lo que en lo antiguo fue un himno homerico,
un idilio de Te6crito, y en lo moderno los poemas de
Goethe, Hugo o Tennyson. La. influencia de Leconte de
Lisle, como la del Satiro de La leyenda de los siglos, crea-
ba la perspectiva antigua. En esa luminosidad arcadica
vivi6 Dario, en bellas horas, cuando estaban en su
mente la luz, el descubrimiento, la armonia. El elemento
artfstico le fue suministrado por la Mitologia de Menard.
El Coloquio parece un friso griego donde se han traba-
jado cicrtas figuras y dejado intencionalmente otras
como esbozos. En Dario convive el poeta clasico que
pudo acercarse a los artificesde la realidad trans-
formada en belleza, cbn el modernista, p a r a e l c u a l , en
un sentido muycircunscripto "cada palabra t i e n e t m ^
xalma". Seguia a su maestro, el admirable Theo, para
qujen "las palabras tienen en si mismas y fuera del sen-
tido de su expresi6n, una bellezay un valor propios como
las pieckas preciosas que no han sido talladas y monta-
das todavii^ en brazaletes, collares y sortijas. Hay pala-
bras diamantes, rubies, esmeraldas"... Nuestro poeta
mii6 el secretX de la palabra. En sus poemas los voca-
blos suntuosos y^caros, los de erudita historia, los de la
mitologia poco usual, se entremezclan con los que, por
virtud del cplor, de laxarmoma, del objeto hermoso y ra-
- - 107 ^ -

ro, deslumbran y despiertan misteriosas asociaciones de


ideas. Por ejemplo:
En la isla en <jue detiejie su esquife el argonauta .
del inmoital Ensuefio.....
Isla, esquife, argonauta, no estan fijados en el espa-
cio ni en el tiempo; vemos la extensi6n del mar, la
montanosa i6la griega, la nave — la nave Argos. — Nues-
tra visi6n de navegaciones antiguas encuentra el epi-
grama atribuido a Orfeo: "Yo-soy el esquife (scafos)
A r g o s " . . . Con delicada vaguedad algunos poetas moder-
nos, colocaron el escenario de sus poemas fuera del
tiempo y del espacio. "^Fue acaso en el Norte o en el
Mediodfa?" El mundo ilimitado de la fantasfa jamas
se vi6 esclavo de la exactitud geografica; cre6 mas bien
ima "geografia poetica", segun la expresi6n de Chenier
en sus' comentarios de Malherbe. En las obras donde
aparecen personajes que pertenecen a la historia de los
mitos y entranan iin caracter arqueol6gico y filos6fico,
la po"esia homerica, virgiliana y dantesca guard6, para
la naturaleza, sabia fideli'dad. "Ei Argonauta del in-
mortal ensueno", asoma con^un sentido q u e s e trans-
forma constantemente. Tiene mas realidad.helenica Ia
simple enunciaci6n de la isla doride se detuvo la.Nave
del discipulo deQuir6n. Si es insegurodiscutir el nos-
talgico verso d e D a r i o : "Cuando amaron losastros el
suerio de Jas6n", porque en la epoca de los Argonautas
no existia la creencia astiol6gica, no lo sera tentar una
iniciaci6n mas pura en el arte antiguo; asi el poeta no
se detendria en una Crecia alejandrina, romana, galante,
olvidando lo que llamaba: "la- soberana sencillez de las
edades primeras". Los argonautas y centauros de JRuben
estan en el eterno mundo poetieo. "El argonauta del
inmortal Ensueno", pertenece a "Los Magnificos argo-
nautas de la Belleza", que "iran a buscar el Tois6n Divi-
no en la C61quide de la Verdad y lo conquistaran "par
l'dme des choses", segun Saint-Paul Roux-Le-Magnifique
(Huret, Enquete, 1891).
La elecci6n de metro es un renovado problema que se
ofrece al poeta con la concepci6n del poema, las Ge6r-
gicas o Herman y Dorotea. El traductor espanol de la
Iliada, ante la imposibilidad delhexametro, la traslad6 al
endecasilabo sin rima. Si la epopeya italiana lleg6 a
- 108 -

dominar el terceto y despues la octava, el genio de


Dante o de Ariosto, no se aviene al pensamiento ya he-
cho sino al que debe nacer de la concepci6n que va.
invadiendo extensiones. La rima arrebata al poema la
precisi6n, el acercamiento a la "idea" de la imagen,
quita a la acci6n su independencia; impide grabar pa-
ra siempte. Dario eligi6 el alejandrino pareado de los
poetas franceses. Este excelente raetro narrativo adqui-
ri6 en el Coloquio su plena madurez. El poeta se apar-
taba de la poesfa puramente individual, y al esbozar
personajes, hacer revivir paisajes y cuadros, que en vano
trat6 de agotar la pintura, e ideas de vitalidad inextin-
guible, puso su alma en contacto con el espfritu humano,
se acerc6 a la poesia esencialmente creadora.
NOTA. — Las traducciones de Homeio y Hesiodo, Euripides, Lu-^-
ciano y Goethe que se intercalan en este ensayo, son de Se^ala, .
Miei, Baraibai y Roviralta -'"

EL POETA PREGUNTA POR STELLA


/
El tiUiIode esta poesfa'preriafaelista, esta escrito a la
--manera de Catulle Mendes: Le poete s'interrogue, Le
poete se souvient, Le/poete ne se plaint... En Los raros,
antes de enumerar las mujeres de Poe, Dario recuerda a
Stella: "Stella, Alma, dulce reina mia, tan presto idap'a-
ra siempre . ." Stella fue su esposa. Su imagen vino a su
memoria al leer los versos de Poe despues de recorrer el
Broadway, segun el nos dice.
"Es que tu eres hermana de las liliales virgenes canta-
das en brumosa lengua inglesa por el sonador infeliz,
principe de los poetas malditos. Tii como eUas eres Uarna
del infinito amor. Frente al balc6n vestido de rosas
blancas, por donde en el Paraiso asoma tu faz- de gene-
rosos y profundos ojos, pasan tus hermanasy te saludan.
con una sonrisa, en la maravilla de tu virtud, joh mi
angel consolador, oh mi esposa!"
Ya la influencia, la bella influencia del prerrafaelis-
mo estaba en su espfritu. Las visiones de Dante Gabriel
Rossetti se unen a las de Poe. La espbsadel poeta esta
en el mismo cielo donde asoma la Dama elegida, The '
blessed damozel, y ya convertida en Beatriz de enterneci-
da humanidad del lirico ingles:
- 109 -

The t>lessed damozel leaned out


fromthe gold bar of Heaverj....

Debussy puso musica a La Demoiselle Elue de D a n t e Ga-


b r i e l , e n 1893.
E l simbolismo prefiere u n a flor, el lirio, y u n ave, e l
cisne. La p a l a b r a lys a p a r e c e c o n t i n u a m e n t e como u n
distintivo o u n e m b l e m a ; la D a m a prerrafaelista d e
Rossetti tiene tres lirios e n la m a n o (she h a d t h r e e lilies
i n h e r h a n d ) . Darfo escribe, sin p e n s a r e n Gautier o e n
Gutierrez Najera otra p a g i n a b l a n c a , pagina blanca p r e -
rrafaelista. E l poeta p r e g u n t a al l i r i o , al lirio de las
Anunciaciones, de la Anunciaci6n d e BotticeUi:

jHas visto acaso el vuelo del alma de mi Stella,


la heimana de Ligew?...

Y vuelve a enlazar el recuerdo d e la a m a d a de su al-


m a con la d e u n alma evocada p o r P o e , con Ligeia, a
quien en Los raros ve "envuelta e n u n velp d e extra-
t e r r e n o esplendor". Esta poesia tiene el encanto d e u n
cuadro de Botticelli, parece q u e Dario la h u b i e r a escrito
al c o n t e m p l a r u n a Anunciaci6n d e este p i n t o r :

Lhio, divino, lirio de las Anunciaeiones;

al mismo t i e m p o h a visto el Nacimiento de Venus, con


las rosas q u e vuelan hacia la diosa, y h a e x c l a m a d o :

En tus venas no eoiie la sangie de las ioeas pecadoras...

Le sang des roses se titula u n a poesia de D u b u s , del


l i b r o Quand les violpns sont partis.

Vos pieds divins du sang des roses empourpres,

dice u n verso de Signoret (Revue Encyclopedique, p . 46,


1895).
H a y reminiscencias de D a n t e Gabriel Rossetti e n E m i -
le B l e m o n t (Une Madone), poeta cuya obra, q u e n o h e
consultado i n t e g r a m e n t e , p u d o influir e n Dario.
E n Los raros el poeta h a b l a con a d m i r a c i 6 n de los Vi-
traux d e L a u r e n t TaiUiade; posee u n e j e m p l a r de l a edi-
ci6n de V a n n i e r , 1 8 9 1 ; transcribe, e n t r e otros versos d e
T a i l h a d e , el soheto q u e e m p i e z a :

Daais le nlmbe ajouie des vieigesbyzantines,


- 110 -

en ese soneto estan estos alejandrinos cuyo recuerdo 6e


exalta en la mente de Ruhen al escribir Stettat

T>ee lis! des lis! des lis! 0h! jateurs iBhumaires!


Lin des etoles, choeur des froids eateehumenes!
Inviolable hostie off*rte a nos espoirs!

Fig 18 — Pollaiuolo Fragment6 de


una Viigen.
. Liiio diTino, liiio de las Anuneiacibnes.

PORTICO

E n P6rtico, Darfo historia el sentimiento lirico espanol,


y especialmente andaluz. En este raro poema, impregna-
do de color local y de suntuosidad,parece descubrir la
poesia popular, los cantares, las seguidiUas, las coplas, los
ritmos musicales, elarrebato vital de alegrias, de amores
y de penas, y sentir los cantdores, con las guitarras, la
guitarra — "calida y triste" —, la soled, la alegria, el
alma andaluza y mora del gitano errante.
Ve la Espana de Chateaubrinad, de Hugo, de Musset,
de Merimee, del buen Theo. Espana pintoresca y tragica,
- 111 -y

de "juergas y curvas .navajas". La descubri6 en 1892.


Asistfa, en representaci6n de Nicaragua, al-cuarto cente-
nario del descubrimiento de America. Era autor de Azul
y admirado por Valera. El poeta ha contado en varias
ocasiones la cordialidad con que fue recibido: ilustres
escritores y poetas supieron apreciarlo y quererlo. jIr a
Espafia desde los cuentos de Azul! ^No era este otro
Viaje del Parnaso?
Va a la Espafia, nunca del t6do agotada, del espiritu;
a todas las Espafias. Lo conduce Theophile Gautier. El
Voyage en Espagne de su maestro sera cuidadosamente
extractado. Con la Espafia de Gautier, hablara de la Es-
pafia de Salvador Rueda. Curiosa alquimia. El Voyage
^es, para Dario, mina de piedras preciosas; pero el poeta
creara a su manera y tendra presentes las riquezas de su
propio arte, la frescura de la emoci6n directa.
P6rtico eS un conglomerado de dificil analisis, por la
Tisi6n particular, el premeditado capricho, el preciosis-
mo, el alarde mitol6gico antiguo, delsiglo XVIII, y mo-
dernisimo. Aparece la musa — la frente descubierta -
pues rehusa el casco. La elecci6n esta patente: la musa
alza "su tirso de rosas, bajo el gran sol de la eterna ar-
monfa".' Pensais en lo anacre6ntico, y quien admire al
poeta de Theos lo habra visto en la intenci6n de Dario.
La Musa, en la luminosidad de la estrofa, si rehusa el
casco epico, "casi desnuda en la gloria del dia", esta en
biorizontes mas vastos y con el entusiasmo de una aven-
tura apolfnea. ^No habla acaso de la Musa, viviente y
^ibrante, como en el marmol o en la pintura?

Es Floieal, ^ies to., Piimaveia,


quien la sandalia calz6 a su pie breve.

Las musas, dice ReneMenard, pertenecieron primera-


mente a la familia de las ninfas. Asi aparece en los "cla-
ros diamantes" de la fuente Castalia: "Cual la' mas fres-
<ca y gentil de las ninfas". Pero todo esto es alegoria,
placer de jugar con hermosas imagenes; vemos a la nin-
ia, a Homero: "Griega es su sangre, su abuelo era ciego".
Gautier es ahora un idioma que Dario habla. A medida
<jue leia el Viaje porEspana, Ruben recogi6 imagenes,
palabras preciosas, sugestiones, y se forjaba la visi6n de
wna Andalucia romantica y legendaria.
.- 112. -

Las reminiscencia del lexico y de imagenes de Gautier


estan patentes. Por ejemplo: los pensativos y viejos ka-
lifas de ojos obscuros y barbas de plata (califas... leurs
yeux noirs... la barbe soyeuse); Era la errante familia
b o h e m i a . . . que ama los largos y negros cabellos (une fa-
mille de bohemiens, ses longs cheveux noirs); Sierra Ne-
vada... Las-bocas rojas de Malaga, lindas (La Sierra iVe-
vada... la beaute desfemmes de MaUiga, le vif incarnat
de sa bouche). Y en un pandero su mano rosada fresas
recoge, claveles y guindas (pandero, bouquet des fleurs
sauvages... Collier des fraises de montagnes, pertes roses
enfilees dans un brin d'herbe) ; boscaje de frescos laure-
les (feuillage du bois de Umriers) ; cuelga a su cueUo co-
Uares de rimas (leurs cou entoure de gros colliers d'am^
bre); perlas, rubies, zafiros y gemas (rubis, perles,sa-
phir); chula, majas, navajas, seguidiUa, fanfarrias (chu-
los, majos, guitares, navajas, janjares) ; en los claros
diamantes (eau claire comme le diam,ant); ornan los mu-
ros (de la AUiambra) mosaicos y frescos, joyas de un
habil cincel lapidario (ces arabesques, les mosaiques de
ses murailles, fresques, soleils d rayons, soleils de cristal,
sont jeuilles par un ciseau fier, hardi, patient); francas
fanfarrias de cobres sonoros (bruissement des pla"ques de
cuivre), etc. Seiialenios en el vocabulario: Orient,beautes
rares, caravane, ondulations lascives (danzas lascivas
en Dario), lampes d'argent (lampara en albo carrar'a, en
Dario), patios andaluces, los ojos de las andaluzas, "ne-
gros diamantes" les llama el poeta (diamants noirs, en
Gautier), VAlcazar m,ore, dromedaires, cornemuse, sirene,
etc. Un estudio comparativo mas extenso del lexico de
Gautier que cristaliza en el P6rtico, mostrara una tentati-
va hacia el dominio de un nuevo vocabulario de arte y de
color. Dario, al esciibir esta poesia, extract6 el lexico de
Gautier, pero es igualmente rico el caudal de sus palabras
cuando no lo recuerda; 'ademas, el asunto identico de
una visi6n pintoresca de Espana y la descripci6n de la
Alhambra llevan a un vocabulario semejante. La parte
geografica del P6rtico es la de la Andalucfa de Gautier;
hasta parece que recuerda el viaje del poeta frances en
versos como estos:

Miia las cumbres de Sierra Nevada,


las bocas rojas de Malaga, Iindas....
Ve de Sevilla las hembias de Iiama,
suena y habita en la Alhambra del moio.
- 113 -

E n Malaga, quince m i l espectadores de u n a corrida de


tor6.s,. dice Gautier, est.an "ebrios d e aguardiente, desdl
y sangre". Dario llama al aguadiente "licor malague-
fio":

Ebiios de sangie y lieor malagueno..

H a y u n a confusi6n luminosa de poeta, de musa y de


inspiraci6n, del "Sagitario del carro d e fuego", p o r
Apolo, p o r el sol, curru nitido, e n el Cahto Secular de
H o r a c i o , q u e en castellano es carro resplandeciente, y en
alguna versi6n " c a r r o de fuego".

El sagitario del tan'o de fuego


puso en su liia las euerdae de oio..

E l Apolo sagitario, Helios, el sol, p o n e las cuerdas de


la a r m o n i a egea, m e d i t e r r a n e a . A p a r e c e n el m a r m o l , " e l
p6rtico blanco de P a r o s " ; los l a u r e l e s : "boscajes de
i ' r e s c o s l a u r e l e s " ; y P i n d a r o y A n a c r e o n t e : dos polos
del l i r i s m o : los "ritmos p r e c l a r o s " , . los "vinos y mie-
, les". Y esta Musa — del pais del sol — fue vista p o r
faunos saltantes, s o r p r e n d i d a p o r P a n ; misterio dioni-
siaco de las fuentes, maravilla de .Te6crito y p r e t e x t o de

Fig 19. — Bacanal (bajorelieve del vaso Borghese).

Mier.tras se enlaza en un bajo-relieve


' a una diiada cefiida de hiedia....
-.ll-4 -

pintura mitol6gica; el cuadro es de delicadeza bucqlica


del siglo X V I I I :
/
Y en la fragante, harmoniosa floresta,
puesto a los ecos su oi^o de musa, .
Pan sorpiendi61a eseuchando la oiqussta
que el daba al viento eon su eoThamuea.

lQue impoita que la cornamusa reemplace a la siringa o


flauta de Pan? Ahora la Musa esta en el Lacio. Lleva a
su labio la copa horaciana.

Bebe faleino en su eburneo tiiclmio.

Verso latinizado que trae a la memoria el tropel de en-


decasilabos de Menendez y Pelayo, de la Epistola a Ho-
racio.
No son s61o Gautier y la rica y dispersa imaginaci6n
de Ruben los que construyen los alados versos^de P6rtibo,
llenos de luz, de color, de rumores, que vemos como un
tumultuoso revuelo de notas, de estampas i l u m i n a d a s ; e l
poeta conoce "la Alhambra del moro"; dentro de la sun-
tuosidad de la Alhambra algo queda que Gautier no ha
descrito detenidamehte,^y algo ha puesto el poeta inicia-
do en el misterio antiguo, porque esta poesia no es s61o
pasi6n y brillo; la Musa

Ti.ene por templo un alc^zar marm6reOj


guardalo esfir.ge de iostro egipeiaco,'
y cual labiada en un bloque .hipeib6reo,
Venus enfrente de un tiiunfo de Baco.

El templo poetico, la caverna profetica de Qrfeo (Schu-


re, Les grands inities, pag. 2 4 7 ) , tiene una esfinge de
p6rfido y aparece Baco como en una iniciaci6n 6rfica.
Venus:

Biinda su amable somisa de piedm,


mientias se erilaza en un bajo-relieve
a. una driada cefiida de hiedia,
un joven fauno, robusto y violento,
dulce teiror de las ninfas ineautas,
al son triunfante que' lanzan al viento
timpanos, liras y sistios y flautas.

Darfo describe admirablemente, con caracterfsticas va-


riantes, en estas estrofas.la Bacanal del bajorrelieve del
bellfsimo vaso Borghese (Mehard, Mith. f i g . 5 0 4 ) . Apa-
. - 115. - '

rece el marmol parnasiano, y aparece el ara de la "eterna


Belleza". ^
Y, de la eteina Belleza en el aia,
ante su sacia y giandiosaPescultura,
hay ura lampara en albo eariara,
de una euearistiea y <5asta blancuia.
Es decir descubre, infhrido por el libro de Schure, el
misterio de la religi6n de la belleza,el culto 6rfico de la
poesia, donde el alma se recoge, mientras afuera la vida
rie y canta y se despliega en fascinantes imagenes. Es
curioso, y s61o explicable por la novedad del descubri-
miento de las "tierras solares", esta mezcla de-mitologia,
de iniciaci6n 6rfica y de hervor de vendimias, de "locas
verbenas", de "ocres y rojos de plaza de toros".
P6rtico muestra una nueva manera de creaci6n eh Ru-
ben Dario. Con un plan antojadizo pero gallardo, nos
presenta la poesia andaluza como heredera de la poesia
griega, latina y arabe; es decir, la musa ha hecho el viaje
triunfal de Grecia a Roma, de Roma a Arabia, de Arabia
a Andalucia. El panegirico esta concebido dentro de un
petulante arreglo geneal6gico, no por discutible'menos
gentilmente adecuado. Son la copla andaluza, el cante
bondo, la seguidilla en los tablados flamencoS, las flechas,
la expresi6n de las flores, de las penas del pueblo, de los
versos que brotan al son de las guitarras, de la alegrfa,
de las pasiohes, de la vida errante y libre, de las rimas
que brillan como piedras preciosas, los que despiertan en
Dario la visi6n de la poesia que volvio a Grecia en la Pri-
mavera, desde el "pais de los cisnes de nieve", con el
r e t o r n o d e Apolo hiperb6reo. Gautier lp ha fascinado
con el color local, Andalucia con la magia sonora de los
cantos, de las guitarras, del esplendor de los trajes de
seda y de oro.
Dario borr6 el mapa de la poesia lirica espanola y s61o
dej6 una isla: la antigua Betica, la Andalucia mora y
gitana, lo popular que amaba Gautier y daba vida a la^
poesia colorista de Salvador Rueda. Y esta poesia .que
Uama homerica,
Griega es su sangre, su abuelo era ciego,

triunf6 a pesar "de Zoilo, el verdugo", que aborreci6 al


poeta que fue "cruzado del reino del arte" bajo
-.116 -
4-

el ieuiado de Hugo,
<2mpe1ador de la baib^ florida;

frase metiica donde Darfo^emplea, como advierte Rod6,


al verso hugoniano de Aymerillot:

Charlemagne, empereur a la baibe fleurie, .

El rey que lleva "un claro lucero en l a f r e n t e " , es


Orfeo (Schure, Orfeo I) : marchant une etoile au front.
En resumen: En P6rtico Darfo construye con la cultu-
ra adquiiida y El viaje por Espaha, de Gautier, Los gran-
des iniciados, de Scliure y la Mitologia, de Menard.
Creo probable que Darfo, cuando componia Medallo-
nes, a la manera de Dedicaces, de Verlaine, haya escrito
una poesfa titulada Gautier, que conserv6 i n e d i t a y des-
pues alarg6 para adecuaila a la obia de Salvador Rueda.
Es, en parte, la obra lirica y la aventura romantica de
Gautier lo que el poeta pinta; en muchasestrofas parece
pensar en este "buen capitan". En estas palabras hay
una alusi6n a los versos de AU>erto Glatigny {Les fleches
d'or, 1864) :

B,v,go, dans la touv la plv,s haute,


Siege, a%guste, puisant, ent%ei;
L,es autres veillent, c6te d c6te,
Pres du capitaine Gautier.
s
El endecasi'labo usado por Daiio en P6rtico di6 origen
a una larga polemica que Eduardo de la Barra resume
en su estudio El endecasilabo dactilico (Rosario de Santa
.Fe, 1895). El erudito ensayo de de la Barra demuestra la
equivocaci6n de Leopoldo Alas cuando afirma: "Estos
que llama don Rubfcn endecasflabos, son renglones de
once silabas, pero no versos endecasflabos castellanos, a
no ser que se lean asi:

Y en los boscajes de frescos lauieles


PSndaio di61e sus"ritinosjreelaios."

Darfo escribia:"Admiro y quiero a Salvador Rueda;


m e pidi6 un pr61ogo para su libro de versos En tropel.
Se lo escribi en verso y en un ritmo que e r a u n a novedad:

Y en los boscajes de fiescoe laureles


Pindaio di61e sus iitmos pieelaios."
*- 117 -

"Dario, dice de la Barra, crey6 una novedad los versos


de su P6rtico y lo son eh efecto; pero, a la manera de las
voces arcaicas y de las medallas antiguas, que una vez
vueltas al aire y a la circulaci6n del mundo adquieren
nuevo lustre y nueva vida". En resumen: Menendez y
Pelayo dijo a Dario "c6mo se Uamaban estos endecasfla-
bos. P o r ^ i Clarin no lo sabe, esciibe elpoeta, se Uaman
versos de gaita gallega":
Tanto foaile con el.ama del cuia (1)..
Baste citar los versos de este ritmo de la poesfa de
Leandro Fernandez de Moratin, Los Padres de Limbo,
entre innumerables ejemplos que trae de la Barra:
Huyaclos ailos eon rapido vuelo,
gooe la tieira cluiable consuelo,
mire a los hornbres piadoso el Sefior (2),
En mi opini6n, Dario conoci6 esta clase de versos en el
libro de de la Barra Elementos de metrica castellana
|1877). En el endecasilabo dactilico, dice este preceptista,
los acentos "caen en la primera, cuarta, septinia y deci-
ma silabas". Sinibaldo de Mas le ofreci6 tambien u'n mo-
delo en la poesia La Aurora, que inserta en el Sisiema
musical de la lengua castellana.

ELOGIO D E L A SEGUIDILLA

Lo escribi6 en Madrid en 1892; en su primer y breve


contacto con la Espana de las fiestas del cuarto cente-
nario del descubrimiento de America. Habra oido cantar
la seguidilla en los bailes andaluces. Quiza ley6 su elo-
gio en colecciones de cantos populares. La vi6 renacer
en la poesia de Salvador Rueda:

(1) DE LA BARRA, obra citada. Dario, El canto errante, Dilucida-


ciones: dijo Menendez y Pelayo: "Estos son sencillamente versos de
gaita gallega". Y y o a p r o b e Yo no creia haber inventado nada..Se
me habfa ocurrido la cosa O habia "pensado_musicalrnente".
(2) DARIO, segun dice en su Vida, ley6, cuando era nino, las
obras de Moratin Este poema polimetiico, estd en la Biblioteca
de Autores Espanoles, (t II, pag. 6G6), eri el Arte de hablar de
Hermosilla, y hasta parece que Dario recordase laentonaci6n patetica
al escribir el soneto en alejandrinos: IsraeI.
- 118 - '

Kueda en ti sus fogosos paisajes pinta "


eon la audaz policiomia de su paleta.
Pertenece este panegirico de la seguidiUa a la Espafia
popular que Ruben exalta en Prosas profanas. El metro
dodecasflabo de final de seguidiUa, de siete mas cinco,
vivia, en esos afios, en la memoria de todos cdn la8 poe-
sias de Balart, de su libro Dolores. Ruben, con s u d i d a c -
tica poetica, recorre casi toda la extensi6n de l o s a s u n t o s
de las seguidillas. Las iecuerda tambien en la guerra,
en una estrofa, de un Goya coloiista, donde Ruben alu-
de a las famosas seguidillasde la guerra de la indepen-
dencia contra los invasores napole6nicos:

Subes, cieees y vistes de romposas fieias;


retumbas con el ruido de las metiallas,
ondulas <;on el ala.de las bandeias,
suejias eon los claiines de las batallas.,

Ruben se refiere mas a la seguidiUa que llamarfamos


"representada", 6ida, en las danzas, en los cantos, e n los
"Uantos". En esta jerarquia popular y al mismo tiempo
de orfebreria sabia, en que Ruben sorprende "toda la
lira" en la seguidiUa, hay un acentuado color de epoca,
aunque ya la seguidilla no era tan comun como la copla.
Por eso refiere a la creacion artistica:

En ti el habil oifebre cincela el maico


en que la idea-perla su oiiente aeusa..

La idea-perla; e l o r i e n t e de la perla. Ruben siente la


magia de la idea perla; la recogi6 del mar de Hugo
(Rayos y sombras, X L ) :

Et l'idee a mon <;oeur sans voile,


a traveis la vague en l'6ther,
dtifond des cieux aiiive 6toile, c
ou perle du fond de la mer!

ELCISNE

El cisne es un.. tema mitico en Ruben Darfo. Tema


en ciertos aspectos grandioso, viene de Grecia, esta vi-
viente en el belenismo inextinguible, en Horacio, e n la
Edad Media, en la heraldica; se r e n u e v a e n la pintura del
Renacimiento, adquiere actualidad apasionada e n Wag-
-119 -

ner y en sus crfticos, esta presente e n l a poesia moderna.


Ahora me referire brevemente, al "Cisne wagneriano".
Dari'o,' poeta simbolista, es wagneriano, como todos los
poetas franceses que pueden agruparse en torno de esta
escuela.
Los adeptos de la Orden de la Rosa Cruz, entre eUos Pe-
ladan, tan lefdo por Darfo, son fervientes admiradores
del musico aleman; lo fue Verlaine. Judith Gautier fue
amiga y admiradora del maestro.Los artistas preferidos
por Dario, los musicos, los escritores, viven en el delirio
wagneriano. Wagner influy6 en la poesia. Los poetas
simbolistas aman intensamente la musica; su poesia
es musical; laestudian en el misterio de su creaci6ny
crean una filosofia estetica compleja y sutil. Dario, en
Marcha triunfal, pens6 en Wagner. Despues el entusias-
mo wagneriano se enfria con su juventud y quiza haya
encontrado, mas silenciosamente, un motivo de medita-
ci6n poetica en Debussy, y el musico de los poetas, prerra-
faelista y simbolista. El tema medieval de Lohengrin
"renovado con inmensa gloria por el genio ardiente y
profundo de Ricardo Wagner", como me es grato decir
con palabras de Menendez y Pelayo (1), produjo un na-
tural deslumbramiento en Ruben, cuando los poetas fran-
ceses estaban poseidos por la fiebre wagneriana (2). Ma-
Uarme public6, en 1886, en la Revue wagnerienne, su
famoso soneto Hommage d Richard Wagner.
El soneto de Dario, que tiene poca afinidad con la tec-
nica de los versos de Mallarme a Wagner y al Cisne:
Le vie7ge, le vivace et le bel aujourd'hui,

esta dentro del mito del retorno del cisne biperb6reo; y


por extrano caso se une al mito del cisne de Leda. Wag-
ner es el Cisneque concibe en la nueva Poesia,
i La Hetena eterna y pura que en<jarr_a el ideal.

En 1893, public6 Pierre Louys el cuento Leda, edici6n


de L'Art independant. Esta diminuta y deliciosa obra

(1) On'genes de la novela, t I, p.. CLVIII


(2) Vease la influencia de Wcignei en la poesia lirica, y espe-
cialmente en Mallarme, en el lib10 de A, BOSCHGT, Chez nos poe-
les. y en el simbolismo. en PAUL VALERY, Variete..p. 97 y 98..
' - 120-

d e e r u d i t o y de poeta influy6 p a r a s i e m p r e e n R u b e n
D a r i o . L e di6 u n a explicaci6n d e s l u m b r a n t e del m i t o
d e Leda y del Cisne. Lo hizo p e n e t r a r en el sfmbolo. E l
dios del rfo dice a L e d a : " T u eres la n o c h e . Y has ama-
do el sfmbolo de todo lo q u e es luz y gloria., y t e h a s
u n i d o a el. Del sfmbolo h a nacido el simbolo y del sfm-
b o l o nacera la belleza. Ella esta e n el h u e v o azul {l'oeuf
bleu) q u e h a salido de ti. Desde el comienzo del m u n d o
se sabe q u e se l l a m a r a H e l e n a ; y el q u e sera el u l t i m o
h o m b r e sabra q u e ella h a existido". D a r i o t r a e ' a este
soneto el misterio simb61ico. Creo q u e s61o P i e r r e Louys
h a Uamado "huevo a z u l " al de Leda, con color corres-
p o n d i e n t e al simbolo que el q u i e r e h a c e r q u e se exprese.
Bello haUazgo q u e R u b e n engasta cpmo si fuera u n a
gema r a r a :

jOh Cisne! ;0h sacro pajaio! Si antes la blanca Helena


del huevo azul de Leda ,brot6 de giacia llena,
siendo de la Hermosura la piineesa inriloital, ^
bajo tus blaneas alas la nueva Poesia,
concibe en una gloiia de luz y de haunor.fa
la Helena eteina y pura que eneaina el ideal.

Del Cisne fel sfmbolo) naci6 el sfmbolo (el huevo azul


d e L e d a ) , y del simbolo nacera la belleza ( H e l e n a ) , be-
lleza i n m o r t a l . Esta noci6n de P i e r r e Louys, agreg6 u n a
riqueza m a s y abri6 u n h o r i z o n t e ilimitado a la mitolo-
gia del Cisne en nuestro poeta.

LA P A G I N A B L A N C A

^ D 6 n d e esta la pagina blanca de D a r i o ? N o c r e o q u e


esta poesia h a y a b i o t a d o de la c o n t e m p l a c i 6 n d e la c o m u n
p a g i n a a u n intacta. Una hoja en blanco h a sugerido a
M a l l a r m e respeto mistico; tiene el atractivo del camino
q u e no conocemos y debemos recorrer. L a p a g i n a p u d o n b
ser la cuartilla d e p a p e l ; no se t r a t a t a m p o c o de u n a sira-
jonia en blanco mayor. El poeta"ha visto la p a g i n a blan-
ca con emoci6n misteriosa, como si fuera u n a p a g i n a d e l
l i b r o apocaliptico.
La caravana de la vida desfila p o r esa p a g i n a blanca.
Esta f o r m a d a p o r tres camellos y u n d r o m e d a r i o . E l
p r i m e r c a m e l l o Ueva:
- 121 -

xma eaiga
de dolores y angustias antiguas,
angustias de jueblos, dolores de razae;
dolores y angustias que sufren los Cristos .
quevienenal mund6 de vietimas tragicas!

Este camello trae nuestras predestinaci6n, nuestra he-


rencia, la historia de la humanidad, el don que recibe
<sn la vida quien viene al mundo "de vfctimas tragicas".
E n ese fondo doliente de razas y pueblos estan el dolor
y la angustia de las frentes inspiradas.
El segundo camello lleva:

El cofre de er.suenos, de peilas y oio


que conduce la Reina de Saba.

.Lleva los dones de la edad juvenil, los sueiios de la


adolescencia,cuando la reina de Saba se a s o m a e n enga-
fiosas Arcadias.
El tercer camello, lleva la realidad de la edad madura,
pasado ya el sueno de la adolescencia, lleva:

una caja
en que va, doloio6a difunta,
ewno un mueito.]iiio la. pobre Esperanza..

, Y va en el dromedario la Muerte. Y el hombre que


ha visto pasar la vida, el hombre "a quien duras visiones
asaltan", que no ha hallado la verdad, que,

enouentra en los astios del cielo


prodigios que abruman y signos qne espantan,
miia el dromedario
de la CQiavana
conio elmensajero que ]a luz cor.duee,
en el vago desieito que foima
la pagina blanca! ,

En esta pagina, el poeta ha visto mujeres tristes, "de


rostros de estatua", visiones de extranos poemas de besos
y lagrimas,

J)e histoiias que dejan en ciueles instantes


las teetas viiiles eubiertas de eanas.

La infortunada suerte ha nevado la cabellera y ha


cincelado arrugas precoces. Lia pagina blanca es la pa-
gina de la vida. La visi6n, con forma de mujer, sonrien-
te y luminosa, segun Schure, se acerca al i n i c i a d o c o n un
rollo de papiro en la mano. "Soy, le dice, t u hermana
- 122 -

invisible, tu alma divina, y. este es el libro de tu vida.


Ehcierra las paginas llenas de tus existencias pasadas
y las paginas blancas de tus vidas futuras" Dario ha
visto la anticipaci6n de su vida futura en la pagina blan-
ca. ^Ha visto su vida actual proyectada como las figuras
en un panorama? El dibujante Henri Riviere, en Revue
Encyclopedique (1895), trazaba esas figuras de cameUos
de la caravana en una visi6n de "vago desierto". Es
probable que estas misteriosas figuras hayan sugerido a
Dario este desfile de camellos. Esas mujeres tan blancas,
tan tristes, con rostros de estatuas de marmol, parecen
de Puvis de Ghavannes, de Le Reve y de L'Automne.

Fig. 20. - Composici6n de HENRI..RIVlfiRE


Los taidos camellos,
como las figuras en un panoiama.

AftO NUEVO

Ano nuevo es poesia de calendario. Seria grato a Da-


rio este remoto acercamiento a los Fastos de Ovidio. Ya
cxistia en lengua casteIlana el Poema fisico-astron6mico
de Gabriel Ciscar, imitador de Manilio, cuya edici6n de
1861, Dario ley6 posiblemente. Vease este ejemplo de
Ciscar:
- 123 -

Pr6ximo a Casiopea esta Cefeo


que ostenta ]a cabeza coronada,
y en derredor del Polo, la eurosc-ada
iSerpente o diag6n fiero. /

Este suntuoso capricho parece haber sido inspirado


por ilustraciones de ahnanaque. Una iIustraci6n ha bas-
tado para que su poderosa' memoria visual evoque una
ceremonia del Vaticano. Sale el papa en su siUa gesta-
toria. E l poeta contemplara afios despues, esta ceremo-
nia. Ahora la admira e n la fotografia y el grabado. El
poeta ve desarrollarse la escena" en la inmensidad eterea,
en la luz extraterrestre. Son las doce de la noche.

Sale en hombros de cuatio angeles,y en su silla gestatorui,


San Silve6tre..

En su tiara son bellos diamantes Sirio, Artiiro y 0 r i 6 n ,


Podria reprocharse a D a r i o p o n e r como estrella a Ori6n
al lado de Sirio y Arturo. A O r i 6 n s e le considera como

Fig.. 21 — Jupiter considerado como b6veda celeste,

constelaci6n y s e l e Uama, en latin,astro ( l ) . E s t o s tres


astros son los mas famosos del cielo antiguo. Las "raras

(1) DECHARME, Mythologie:. Orion, l'astre brillant.


- 124 - .

p i e d r a s " de la capa, estan en t o d a s las representaciones


del cielo estrellado;" l a f i g u r a de San SiIvestre, si la mi-
r a m o s e n t r e las figuras de las constelaciones, b i e n p u e d e
Uevar e n su pecho la Cruz del Sur. D a r i o ve al m i s m o
t i e m p o el doble cielo austral y b o r e a l . E n el nuestro,
Sirio y 0 r i 6 n , b i i U a n el p r i m e r o d e e n e r o e n el cenit,
e n t a n t o q u e A r t u r o esta e n las p r o f u n d i d a d e s de l a co-
r o n a b o r e a l . E l poeta elige est6s tres n o m b r e s p o r su
fama ilustre. D o m i n a en diciembre, segun el alargamien-
to zodiacal de Dario, hasta llegar al u l t i m o dia del ano,
el A r q u e r o . Me parece u n a licencia feliz. Vuelve al a n o
europeo:

Lo sustenta el fiio Polo, lo coiona el blaneo Inviemo


y le eubre los iifrcmes el vell6n azul del mai..

E n las ilustraciones de la Mitologia de M e n a r d , apa-


r e c e e n u n a p i e d r a grabada a n t i g u a : " J u p i t e r c o n s i d e -
r a d o como b6veda celeste", q u e t i e n e analogias con Ano
nuevo (fig. 21) .
No conozco la obra Almanach, de V e r h a e r e n , p u b l i c a d a
e n 1894. E l catalogo de estrellas de Ano nuevo se en-
c u e n t r a en La leyenda de los siglos de H u g o {Pleno
<:ielo).

SINFONIA EN GRIS MAYOR

E l poeta p i n t a la siesta de los m a r e s del t r 6 p i c o . E l


t i t u l o , como se ve, es u n a variante de la Sinjonia eh blan-
co mayor de T h e o p h i l e Gautier. Los versos:

El viento marino deseansa en la sombra


tenier.do de almohada su iiegio claiin,

Tecuerdan vagamente a Hugo (Voces interiores, XXIV) :

Le ve21t de la mei ,
souffle dans sa trompe.

LA DE A

E l poeta empieza afirmando que en e l propfleo del


t e m p l o — 4del P a r t e n 6 n d o n d e rez6 R e n a n l a P Z e g o -
ria sobre la Acropolis? — Verlaine h u b i e r a c a n t a d o . E l
- 125 - '

templo es eJ[ Parten6n; la diosa, Palas Atenea. Este raro>


. sorieto simb61ico encieria su misterio. Parece que e l
poeta quiere hacer resaltar la virtud de l a d i o s a al ro-
dearla de sfmbolos de la vida terrestre.

Piiniaveia mia iosa de amoi tiene en la mano


y ceiea de la'jQven y dulce Piimaveia,
Teimino su soniisa de piedia brinda en vano
a la desnuda aia)ade ) a la nitfa hechiceia
que viene <a la soberbia fiesta de la piadera
y del boscaje, en busea del liiico Sjlvano.

Fig 22 — Silvano Cde un bajorrelieve antiguo).

Larepreseritaci6n de la Primavera con una flor, esta


en la Mitologia de Menard (fig. 180), "la Primavera tiene
una guirnalda de flores",p. 200. La fiesta de Silvano e n
el bosque aparece tambien en Menard, p. 200, como asi-
m i s m o l a reproducci6h de un bajorrelieve antiguo q u e
pudo inspirar en parte estadescripci6n de S i l v a n o . L a
p i n t u r a d e u n vaso, de un "Idolo de Minerva asiatica"^
que reproduce Menard, tiene algo de l6 que.Dario Uama
"aspecto ic6nico" de virgen bizantina (fig. 2 3 3 ) . L a Idea
en su sentido plat6nico es c o m u n e n los poetassimbolis-
tas, l'Idee (Charles Morice, Verlaine); quiza Darfo se
inspir6, sin olvidar otras reminiscencias, en la ilustra-
c i 6 n d e la revista L'Art et VIdee (1892, t. I ) . E l p e n -
s a m i e n t o d e l poeta va mas alla, a un punto en donde
Hegel, al c o n c e b i r l o b e l l o como Idea {Estetica, I, I) s e
'3tW^

"P
-s
Ji

r.:*W
Fig 23. — Puvis de Chavannes. Fragmento de La Sorbona.

Tal en su aspeeto ic6ni<;o la virgen bizantbia.


- 127 -

confunde con el platonismo m o d e r n o . Ya H u g o , en Las


contemphiciones, ve L'Idee aux jeux divins.
E n otro sitio, d o n d e R e n a n ensenaba, e n el hemiciclo
d e la Sorboria, esta el gran fresco de Puvis de Chavan-
nes. Es la figura c e n t r a l l l a m a d a " V i r g e n l a i c a " la q u e
esta p i n t a d a p o r Darfo, " e n su aspecto i c 6 n i c o " de vir-
gen b i z a n t i n a . Puvis de Chavannes h a impresionado
p r o f u n d a m e n t e a R u b e n Dario. A n t e este fresco se ex-
p l i c a n Ios dos maravillosos versos:

Toda belleza humana ante su luz es fea;


toda visi6n humana a su luz es dvvina,

versos de misteriosa resonancia, de idea plat6nica, quiza


d e sugesti6n de D a n t e {Par. X X X I I , 107-108), d e elevado
helenismo y d e iniciaci6n religiosa.

Y esa es la virtud saora de- la divina I<lea


cuya alma es una sonxbia que todo lo ilumina.

La sombra que todo lo ilumina tiene u n a larga historia


religiosa y literaria. E n el soneto X L I I I , dice Shakespea-
r e : " ; O h tu, cuya sombra hace luminosa las s o m b r a s ! "
Se estableci6 la relaci6n de este pasaje de Shakespeare
con A b e n h a z a m de C 6 r d o b a (1) : " ^ N o sabeis que ella
esta i l u m i n a d a p o r u n a luz s o b r e n a t u r a l que disipa las
n e g r u r a s d e la n o c h e ? " P e r o la fuente de Shakespeare, a
m i ver, es otra. San J u a n de la Cruz en la p0esiaJi7tfre-
me donde no supe, d i c e :

Tanto menos er.tendia


que es la tenebiosa nube
que a la noehe eselareeia.

San J u a n querfa e n t e n d e r el vrs. 20 del Libro X I V


d e l E x o d o : et era nubes tenebrosa, et illuminans noc-
tem. " Q u e era n u b e tenebrosa y a l u m b r a d o r a de la no-
c h e . A d m i r a b l e cosa es q u e siendo tenebrosa a l u m b r a s e l a
n o c h e p a r a d a r a e n t e n d e r q u e la F e , q u e es n u b e obscura
y tenebrosa p a r a el alma... con su tiniebla a l u m b r a y
d a luz a la tiniebla del a l m a " (Subida del Monte Carme-

(1) Obras de Shakespeare, ,1rad. y notas de Luis Astrana Ma-


rjn..
- 128 -

lo, L. I I , cap. I I ) . "E1 alma h a de estar e n tinieblas p a r a


tener luz", agrega San J u a n ( 2 ) . Dentfo de la mitologia
mistica de la noclie obscura esta el misterio d e lo q u e u n a
monja espailola llam6 "obscuridad resplandeciente".
Toda be)leza humana ante su luz es fea,
p u e d e explicarse con estas p a l a b r a s de San. J u a n de l a
Cruz {Subida del Monte Carmelo, Lib. I, cap. I V ) : "Y'
toda la h e r m o s u r a de las criaturas, c o m p a r a d a con l a
infinita h e r m o s u r a de Dios, suma fealdad es, segun dice
Salom6n en los Proverbios: Fallax gratia, et vana est
pulchritudo. Enganosa es la belleza y vana la h e r m o s u r a
(Prov. X X X I , 3 0 ) " . Este soneto neoplat6nico se relacio-
n a t a m b i e n con la Teologia mistica del Areopagita, cuya
inteligencia de la h e r m o s u r a divina expone Luis de G r a -
nada, citado p o r Menendez y Pelayo en las Ideas este-
ticas: "y una h e r m o s u r a sobre toda h e r m o s u r a , e n cuya
comparacion es fealdad toda h e r m o s u r a " ; recordemos-
" e l rayo de tinieblas", del Areopagita q u e t a n t o influyd
e n los misticos.

RESPONSO A VERLAINE

L l a m a p a d r e y maestro a Verlaine. F u e c o m u n Uamar


p a d r e a H u g o , y a u n a Banville: Pere Banville. Dolce-
padre, es VirgiKo p a r a D a n t e {Purgat. X V , 2 5 ) .
Padre y maestro magico, lir6foro celeste
que al instiumento olimpieo j a la siiinga agreste
diste tu acento eiicantadoi >'
Este concepto esta expresado e n el verso q u e D a r i a
h a l l a en u n doble Moreas: "ser en l a f l a u t a P a n , como>
A p o l o e n la lira". Verlaine di6 acento e n c a h t a d o r a la
lira y a la flauta. F u e P a n y Apolo. Toca dos esferas^
la panica y apolinea. P e r o prevalece P a n .

iPanida! Ban td mismo, que eoios condujiste


hacia el piopileo sacio que amaba tu ahr.a triste,
al son del 6istio y del tambor!

Se p o d r i a referir a l a s P a n a t e n e a s . R i m b a u d , e n Ley
illuminations ( p . 104), h a b l a "Des scenes lyriques, a c -

(2) Vease JEAN BARUZI, Saint Jean de la Cioix, Pan's, 1931


p. 320
- 129 -

compagnees de flute et de tambour..." Creo que debe


interpretarse: "Verlaine, hijo de Pan, no, no eres hijo
de Pan, eres Pan mismo, condujiste coros baquicos y
rusticos al son del sistro y del tambor, hacia el propfleo
sacro". Posiblemente el propfleo sacro es el del Parten6n
de la poesia. En otro lugar esta Rimbaud al referirse
a la flauta y al tambor. La beUa correcci6n o afirmaci6n
de Ruben, "Pan tu mismo", tiene un aspecto correlati-
vo con el Satiro de Hugo; el Satiro es Pan. El reinado
Hrico del dios de los buc6licos en el pantefsmo universal
abarca una vasta zona del siglo XIX. La oposici6n del
cuervo y del ruisenor, del cuervo protervo y de Filomela,
viene desde Pindaro, es la del grajo y del ruisenor. El
poeta recuerda las libaciones: rocio, vino, miel; hay
una tradici6n de santidad — si se quiere la del satiro san-
to de Anatole France — que hace que en ciertos sepul-
cros, y Dario lo recuerda al hablar en Los Raros, de Le-
conte de Lisle, no se derrame Uanto. La libaci6n de rocio
quiza sea reminiscencia de una imitaci6n de la Antologia
griega de Jose Marfa de Heredia:
XJne libation de gouttes de rosee.
Pero Dario recuerda directamente los epigramas fune-
rarios de la Antologia:
Que el pfanpano alli biote, las floies d<3 Citeres.

El poeta conoce admirablemente los epigramas funera-


rios de la Antologia griega. Cuando dice:
Que si josaise quiere sobre la tumba e_l euervo.
sabe, con Antipater de Sid6n, que el aguila se posa en la
tumba del valiente Arist6menes, y, segun un epigrama
anonimo, en la de Plat6n; sabe que segun quien sea el
que yace, sera el ave que se asienta en la tumba; por eso
en la de Verlaine, cantara el ruisenor; la debil paloma,
escribia Antipater, se posa en la tumba de los cobardes.
Los poetas, autores de epigramas, piden a la vina, a
las rosas, que broten en los sepulcros de los seres admira-
dos y queridos. Dario piensa en el epigrama de Antipa-
ter de Sid6n en la tumba de S6focles: "que alli se abran
los calices de las rosas y la vina de beUos racimos la ro-
dee con sus pampanos flexibles".
- 130 -

E n la estrofa q u e comienza:

Que si un pastoi su pifano bajo el fiescor del haya,

n o s61o h a y u n a reminiscencia a f o r t u n a d a del comienzo


de la Egloga I d e Virgilio, sino t a m b i e n u n a beUfsima
identificaci6n d e Verlaine con el satiro q u e seduce y
e s p a n t a a la Nayade.
R u b e n , fiel a H o r a c i o , no a d m i t e q u e se d e r r a m e Uan-
to e n el sepulcro de Verlaine, como el p o e t a l a t i n o q u e
no q u i e r e lamentaciones en su cortejo funebre, transfor-
m a d o ya e n cisne, en ala q u e h i e n d e el l i q u i d o eter.
E n La Plume, 1932, h a y u n a cita d e Swedenborg.
" P a r a los q u e estan en la luz del m u n d o la luz del cielo
es como tinieblas". P a r a los angeles la luz del m u n d o es
obscuridad, segun el mismo Swedenborg ( 1 ) . Darfo tra-
t a r a de estudiar a este t a u m a t u r g i c o conocedor d e ciencia
h e r m e t i c a aiios despues, pero ahora y a lo conoce e n par--
te. C u a n d o d i c e :

Y huya el tropel equuio por la montafia vasta;


tu iostio de ultiatumta baSe la luna easta
de eompasiva y blanea luz;

ese "rostro de u l t r a t u m b a " q u e p a r e c e venir d e u n di-


bujo de B l a k e , y otros pasajes del Responso a Verlaine,
p u e d e n ser explicados p o r el capitulo d e El cielo y sus
maravillas, d o n d e Swedenborg m u e s t r a q u e el espfritu
del h o m b r e se halla despues de la m u e r t e e n perfecta
foima humana.

De noehe, en la montsm3., en la negra montafia


de las Visiones

dice, con p a l a b r a s maravillosas, pase la s6mbra espectral


del Satiro. Ese Satiro q u e espantara al C e n t a u r o adusto,
sera u n Satiro purificado, y el poeta p i d e q u e

T>e ur.a extraliumana flauta la melodJa ajuste


a la aimonia sideral.

Ya el alma del Satiro estara dentro de la a r m o n i a del


universo. Las fuerzas desordenadas, los centauros, h u i r a n
p o r la montafia vasta (espantados p o r la a r m o n i a divina,

(1) EMANUEL SWEDENBORG, El cielo y sus maravillas, ed de


Nueva York, 1921, p.. 219
- 131 -

c o m o h u y e n de Heracles en el soneto de Heredia). Dario


piensa, en el triunfo de la belleza. Escribe Raymond de la
Tailhede en una Oda a Maurice du Plessys, La Plume,
1892:
Car n'avon,s -.nous pasvu le sepul<ae s'ouvrir
de Bonsard, du pieux Virgile,
tandis que le Oentauie et sa iaee inutile
dans l ' a p e Seythie allait fuir.

Estos versos fueron comentados por Maurras.

Y el Satiio contempIe sobre un lejano monte,


una cruz que ee eleve cubriendo el horizonte
y ur.'iesplandor sobie la eiuz.

Sobre los elementos sensuales y brutales triunfara la


Cruz, y asomara la luz de la Salvaci6n. Ya Verlaine,
pecador, recibira en el resplandor. de los coros luminosos
la mi6ericordia del Sefior que Ruben tambien espera.
El extrafio deseo de

Que 6e humedezea el aspera hocieo de la tiena,


de amoT, si pasa por alli,

se explica por los versos de El primer Libro Pastoral de


Maurice du Plessys, que aparecieron tambien en La Plu-
me, 1892:

Le geste d'Oipheus qui donnait l'ame aux pieires


et muselait d'amour la macihoiie des loups.

E n e s t a epoca — por 1893 — en que Ruben hablaba


del "joyero de la Antologia", la escuela Rorhana de Mo-
reas, escuela a la que Dario perteneci6, empezaba a dar
sus frutos. El poeta dice en Los raros: "Y el abande-
rado que viene cerca del jefe (de Moreas) . . . es el caba-
Uero Maurice du Plessys, lugarteniente de la falange, y
cuyo Primer libro pastoral es su mejor hoja de servi-
cios". A laestrofa del Responso, Ruben la encontr6 en las
Voces interiores de Hugo. Jose Maria Quadrado ya habia
traducido el Pentecostes, de Manzoni, en sextinas de ale-
jandrinos, donde el tercero y sexto veiso, de rimas agu-
d a s , s o n heptasilabos ( A A b C C b ) , d i i i e r e R u b e n en el
endecasilabo. Escribi6 este responso el aiio 96, quiza en el
mismo tiempo que el Reino interior, dohde hay un ver-
so: "ojos de viboras, de luc'es fascinantes", que proba-
blemente debe algo a la sugestion de las Voces (AlArco
- 132 -

de Triunfo, V I ) . E n este pasaje existe u n a semejanza,


a u n q u e indefinible, con el Responso:

Quelque chose de beau comme un sourire huraaija


sur le profil des propylees!
Haeia eJ propileo saeio que amaba tu abna tiiste,
al son del sistio y del tambor.
Y en este fragmento de Hugo esta la estrofa sobre la8
ruinas del P a l e n q u e , estrofa q u e R u b e n sabe pues t i e n e
la obsesi6n de la ciudad p r e c o l o m b i a n a : " Y las t i e r r a s
del Chibcha, Cuzco y P a l e n q u e " , escribe e n 1892; " Y
P a l e n k e y la A t l a n t i d a " , en 1906. P o r el 95 escribi6 qui-
za R u b e n Ano nuevo, estos versos se inscriben en la astro-
nomfa de H u g o , de Pleno cielo, q u e t i e n e la m i s m a estro-
fa, con acento en la cuarta del endecasflabo:

Le Seoipion hideux fait eabrei au zenith


Le poitiail bleu du sagitaire.

Estrofa de seis versos: cuatro alejandrinos, el p r i m e r o ,


segundo, cuarto y quinto, y dos endecasflabos el tercer y
el sexto q u e r i m a n con acento agudo (A A b C C b ) .
Era dar u n paso mas del dado en Tutecotzimi (1890) y
Sonatina (1895).

C A N T O D E LA S A N G R E

E s u n a " c o i i e s p o n d e n c i a " intencionada de Las voces


de Verlaine. Cada comienzo de verso sugieie u n a faceta
del t e m a poliedrico, u n a frase del motivo musical. E n
Prosas profanas esta Canto de la sangre bajo la advoca-
ci6n de Verlaine. Las voces de Sagesse f o r m a n u n t o d o
q u e se o r d e n a h a s t a llegar al extasis mfstico; en Dario
no existe gradaci6n organica; cada estrofa se o r d e n a e n
si misma. P u e d e decirse que esta poesia es u n h o m e n a j e
a Verlaine, u n intento de t r a s p l a n t e , de acomodaci6n
verleniana e n nuestra l e n g u a ; p e r o salvo algunas afini-
dades, n o tiene de parecido mas q u e el p a r a l e l i s m o
e n u n c i a t i v o : Voix de l'Orgueil: Sangre d e A b e l ; Voix
de VAm,our (al -final) : Sangre de C r i s t o ; Voix de la
Haine: Sangre de los martirios, etc. D a r i o i m i t a la&
enumeraciones, las imagenes afines q u e se c o n g l o m e r a n
e n t o r n o de u n a voz o de u n a sangre.
- 133 -

Sangre de los martirios., El salteiio.


Hogueras, leones, falnias vencedoias;
Los heialdos iojos con que del misteric
Vienen piecedidas las grandes auioras.
Cada estrofa tiene algo de paragrafo de diccionario
ideol6gico o de ideas afines. Pero esta mas alta que la
afinidad de significaci6n o de asociaci6n de ideas. En-
cierxa una historia, una doctrina. El poeta senala des-
pues de cada enunciaci6n el hecho y las consecuencias;
apunta para que el lector desairolle interiormente lo
que es notaci6n escueta. "Los heraldos rojos" pueden
tomarse en diversas significaciones, son dentro del terua
mistico, los angeles purpureos de Fra Angelico, por ejem-
plo, que anuncian la aurora de Jesucristo; podrfan ser
todos los visionarios "los heraldos rojos", si los martires
no dieran testimonio con su sangre de la venida de Cristo.

RECREACIONES ARQUEOLOGICAS

En estudio anterior tocamos las fuentes e influencias


Uterarias del Coloquio de los centaur6s, poema que con-
centra el mundo poetico y filos6fico de Dario. Dejamos,
al margen d ^ ^ q u e l ensayo, algunas notas que podran
tener cierta curiosidad cuando se trate de la invenci6n de
nuestro poeta y de su sensibilidad imaginativa que se
despierta al contacto de una lectura, de una obra de arte.
En sus versos, comoenlosdelospoetasdelRenacimiento,
se refugian imagenes, ideas antiguas o modernas,atrai-
das por una simpatia universal. El artista refunde una
anterior riqueza poetica en su concepci6n novisima.
Como el que se ayuda de un esquema grafico para trazar
luego la imagen con la palabra, Dario hall6 en la obra de
pintores y escritores un dechado sugestivo. De ahi el
diferente tono de El Reino interiory las Recreaciones
arqueol6gicas; que va de la ingenuidad de Botticelli:
,Tal el divino Sandro dejaia en sus figuras
esos graciosos gestos' sn esas lineas puras,
a la plasticidad viviente del siglo de Scopas; al dios, al
heroe:
- 134 -

que aitific<j de Atenas


en ir.tacto pentelico labxaia.

Otras veces, por sugesti6n literaria, esboza un rasgo de


un cuadro que ha de rehacer la imaginaci6n del lector,
restaurando el conjunto que se anim6 en la mente del
poeta, para fijarse en imagenes aisladas que se asocian y
complementan entre si:
Tu boca sabe al fruto del.aibol de la Ciencia
y al toicer tus cabellos apagaste el infiemo.
En el primer verso, la mujer es Eva. En el segundo,
es Venus. El acto de torcer los cabellos mojados nos in-
dica la llegada de Afrodita a la orilla cuando naci6 en el
mar. Este mismo tema hesi6dico del nacimiento de Venus
aparece en el Coloquio de h>s centauros, pero viene de
otras fuentes. La invenci6n de Darfo esta casi siempre
, en correspondencia con alguna indagaci6n artfstica o lite-
raria, sin perder por ello su originalidad. Al lado de
sus lecturas francesas perdura la atm6sfera o ambiente
mi'tico que le sirve para ordenar o construir, y para
acercarse aotras fuentes que han dado vida a sus mejores
poemas. Tiene presentes cuadros que copia con fidelidad
o transforma poniendo, en unos, detalles tomados de
otros. El procedimiento no es nuevo; quiza haya servido
ya al aedo homerico. El poeta de Prosas profanas re-
construye la revelaci6n del modelo. Ve el tema griego
tal como ha sido tratado por pintores y escultores anti-
guos y modemos. Si no va al texto, a la manera de Che-
nier, se deleita en aislar una palabra antigua como si
fuera un talisman, en animar un cuadro con materiales
literarios eruditamente rec6nstruidos o lo vierte ya hecho
/
en sus poemas.
" La critica moderna ha estudiado las fuentes artfsticas
de las Metamorfosis y la influencia que ejercieron en
Ovidiolas artes del dibujo que ya a su vez fueron mode-
y los de sus maestros los poetas alejandrinos ( l ) . , L o que
en Ovidio es procedimientopersistente y d e a m p l i t u d
enciclopedica, e n R u b e n es tentativa aislada, como quiza
lofue en Garcilaso, que pudo admirar en Italia el esplen-

(1) G. LAFAYE, Les Metamorphoses d'Ovide et leurs modeles


grecs, cap. VII..
- 135 -

dor de la pintura mitol6gica. Darfo no hubiera podido


escribir Recreaciones arqueoMigicas ni el Goloquio de los
centauros si no hubiese tenido a la vista La Mythologie
dans Vart ancien et moderne de Rene Menard, elegante-
mente impresa en 1878.

FRISO

No sin fruici6n escribiria el poeta la palabra Friso


que evoca los bajorrelieve>e$8mtiguos en los frontones de
un teraplo; seguira con la vista en Francia una tradi-
'ci6n de arte; va a pintar y a esculpir; hara animarse,

^-* *>CS Ji BSknPr

Fig. 24 — Baco Tebano (estatua antigua).


Cabe una fresca vifia de Coiinto.
- 136 -

en elegantes endecasilabos sueltos, como en el marmol,


una procesi6n dionisiaca. El poeta tiene a la vista (Me-
nard, Myth., fig. 474) la estatua antigua de Baco Tebano.

Cabe una fiesea vifia de Coiinto


que verde teeho piesta al sinvulaero
del dios vhil, que artifiee de Atenas
en intaeto pentilico labiara.

Por asociaci6n quiza de la descripci6n de Menard del


Baco Tebano con la pintura de Baco "dios viriI" (De-
charme, p. 4 7 1 ) , hecha por Aristides, que fue Uevada a
Roma despues de la toma de Corinto, la vina es de esta
ciudad donde se celebra la procesi6n baquica; de Corinto
famosa por sus vifias, lugar adecuado para estas cere-
monias, gratas a Pierre Louys, que Dario reconstruye,
con Plutarco y Ateneo, citados por Menard, y con la
pintura y la escultuia antiguas: -

Liriea piocesi6n al viento eeparee


los canti<;gs iituales de Dionisio,
el evohe de las tiiur.fales fiestag,
la algazaia que enciende eo-n su iisa
la imjubei tiopa de saltantes nifios,
y el vivo son de musieae sonoras
que anima el eoio de baeantes ebrias.

En este fragmento hay sugesti6nes del texto de la


Mit6logia de Menard que describe las fiestas de Baco.
Dario se ha apropiado tan cabalmente del asunto que
Bonilla y San Martin en Las Bacantes (1921) cita estos
versos con autoridad de texto clasico para oponer una
fiesta baquica al coro de Oceanidas del Prometeo de
Esquilo. El poeta se acercara a diferentes modelos que
le ofrecen las ilustraciones d e , l a Mitologia de Menard.
Dos fragmentos del precios6 bajorrelieve del Vaso Bor-
ghese (fig. 19 y 2 5 ) , apareceran, casi graficamente, en
algunas d e s u s imagenes:

.. .En la mano el sistio,


y las euivas eaderas mal veladas
por las flotantes, deseefiidas iopas.

Se acercafa a describir minuciosa y admirablemente,


con leves variantes, otras ilustraciones, la fiesta en honor
de Baco de un bajorrelieve antiguo y una pompa nupcial
de Baco {Myth. figI 490, 5 5 9 ) :
- 137 -

Dos robustos anancebos que los cabos


de cadenas metalicas empufian,
y cuyo porte y musculos de Axes
diviivos dones son, pintada fiera
eon gesto hei6ieo entre la tuibaiigen;
y otros dos un leopardo euyo cuello
gracias de Floia cmen y jerfuman
y euyos ojos poi ]as anehas cuencas
de fuiia henehidos 6anguuiosos giian:

Fig. 25- — Bacanal (del vaso Borghese).


Y'las cuivas cadeias mal veladas
por las flotantes descefiidas iopas.

Fig, 26.. — Fiesla en honor de^aco.


Dos iobustos mancebos que los eabos
de eadenas metalicas empufian.
- 138 -

Algunos otros pormenores de Friso pueden ser comen-


lados con la Mitologfa deMenard. El poeta introduce
variantes, anima los detalles con la acci6n que imagina;
asiste a la fiesta, transforma lo que ve y guarda gene-
ralinente fidelidad a los modelOs. En Friso todo puede
ilustrarse con la mitologia y el arte antiguos; todo tiene
su origen en lo que el poeta ha observado en las ilustra-
ciones o leido en el texto: "recrea" una reminiscencia,
una visi6n recogida aqui o aUa.

En la ceicana selva
lugubie resonaba el giito de Atis
tiiste pavoi de la inviolada ninfa,

Fig 27. — Pompa nupcial de Baco.


Y otios dos, un. leopardo ouyo cuello
''giacias de Ploia einerj y peifumari.

es una adaptaci6n de Ovidio citado por Menard {Myth.


p. 202),etc. Ya Pierre Louys y otros esciitores tratabart
de llegar a la descripci6n viviente de escenas antiguas.
Dario hizo lo mismo, en la medida de su cultura, con su
memoria creadora. "En Friso, escribe, recurro al ver-
so libre, cuya ultima realizaci6n plausible en Espaiia
es la celebre Epi$tola a Horacio de D. Marcelino Menen-
dez y Pelayo". Las Recreaciones son, segun advierte,
"ecos y maneras de epocas pasadas". En la construc-
ci6n elegante de los endecasilabos no pudo olyidar a
veces el ritmo y el giro de Moratin, de Andres Bello, asf
el verso de Friso: "Licor bebia que afrentara al nectar",
recuerda el de laSilva a la agricultura de la zona t6rrida:
"Que afrenta fuera al murice de Tiro", forma de enca-
recimiento que no desconoci6 Luis de Leon: "con que
envilece el oro", etc.
- 139 -

PALIMPSESTO

Palimpsesto apareci6 -en 1892, e n la Revista de Costa


Rica, con el titulo de Los Centauros (Bajorelieve).
Quiza Dario recordara entonces el p o e m a en prosa de
Alfonso R a b b e , Le centaure. Este centauro, "amoroso
y soberbio", r a p t 6 a la bella Cymothoe. E n Prosas pro-
fanas (1896) se public6 con el n o m b r e de Palimpsesto.
E n 1892 D a r i o tenfa ya cierta iniciaci6n arqueol6gica.
Quiza en el cambio de titulo influy6 h a b e r escrito ya
el Coloquio de los centauros,y la Historia sacada de' uri
palimpsesto de Pompeya de Baudelaire. Las " l a g u n a s "
q u e a p a r e c e n en t a n t a s ediciones griegas y en especial en
los p a p i r o s , pergaminos, r e c i e n t e m e n t e d e s c u b i e r t o s , h a n
sido aprovechados p o r los escritores, B a u d e l a i r e p o r
ejemplo, p a r a d a r mas verosimilitud a sus fingidos ha-
llazgos. Dario h a b r a encontrado el facsimil, la fotografia,
/ d e estos manuscritos, en las revistas de filologfa clasica.
Quiza la descripci6n de alguno de ellos le h a y a inspirado
la advertencia q u e va al frente del p o e m a :

Bsciita en viejb dialecto eolio


' halle esta pagina dentio un infolio
yentre ]os libios de un monasterio
-del v^neiable San Agustu:.
TJji frai]e acaso puso el escolio
que alli se encuentra; d6mine serio
de flaeas manos y buen latin.
Hay sus lagunae,

E l vocabulario, u n t a n t o vacilante, es filol6gico. Al


l l a m a r "viejo dialecto" al eolio, demuestra conocimientos
de dialectologia griega. E l p o e m a de R u b e n es, p o r su
espiritu, a l e j a n d r i n o ; en la epoca a l e j a n d r i n a Te6crito
e m p l e a b a t a m b i e n la vieja lengua de Safo y d e Alceo en
algunos idilios. ] E n cuantps libros griegos n o estan las
notas manuscritas de u n desconocido escoliasta de b u e n
l a t i n ! La jpagina q u e vi6 Dario p u d o tener esos escolios
latinos.
Palimpsesto es u n a poesia parnasiana. No e n v a n o c i t a
el bajorrelieve, posiblemente el del Museo P i o Clemen-
tino, q u e el tiansforma. E l baiio de Diana, la trailla, estan
d e n t r o de la mitologia de los p i n t o r e s f r a n c e s e s d e l s i g l o
X V I I I , de Lesueur, de A l b a n i , de los italianos del Renaci-
m i e n t o . La mitologia es de Ovidio. Con estos elementos
- 140 -

Dario ha creado su poema. Jose Enrique Rod6 se detiene


en la belleza del centauro raptor.
Es el m4s joven y es el mds bello;
su piel es blanca, cresjo el cabello,
los eascos finos, y en la mirada
aide del satiro la llamarada.
"Centauro esbelto y pulcro, escribe Rod6, como el
CiUaris descrito por Ovidio, el Cillaris de las Metamor-
fosis cuya parte humana semejaba una estatua"... Ovi-
dio y Dario han visto los centauros en la escultura; los
han pintado mirando los bajorielieves; la descripci6n
que hace Ovidio de Gillaris {Met. .XII, 393 sq.) es de pura
y animada plasticidad (1). Dario tuvo por modelo al
Centauro Borghese. El poeta transfigura la fabula del
rapto de Deyanira por el centauro Neso. El centauro
Folo roba una ninfa del sequito de Diana y huye. La

Fig 28.. - HOUDON: Diana.

Entre sus dedos humedeeidos


)leva ur.a fleeha p a i a el ladi6n.

(1) La belleza de los monstauos, "de*' los centauros, de los mi-


notauros, bellos monstruos", segun expresi6n de Voltaire en su
Diccionario fiIos6iico. es una evidencia- en la lite'ratura y el aite
antiguos. "Le beau monstre" dice Banville en Les exiles.
- 141 -

Diosa (2) lo persigue. La Diana d e b r o n c e d e H o u d o n


h a p e r d i d o su vigilante s e r e n i d a d :

La planta alada, la. cafcellera


mojada y suelta; teiiiMe, fieia,
corre del monte por la extensi6ix;
ladran suspen.os enfurecidos;
enfcre sus dedos humedecidos
lleva uaa, flecha para el ladr6n..

Con esa flecha m a t 6 al r a p t o r , p e r o t a m b i e n c o n l a .


m i s m a saeta m a t 6 atila ninfa robada. Esta purificaci6n
de la ninfa p o r la m u e r t e n o se encuentra en el m i t o q u e
universaliz6 Ovidio. E r a cruel, inmerecida y fatal. H e r -
cules m a t 6 a Neso, y n o a D e y a n i r a . E l barLo de D i a n a
q u e a t r a e los ojos del poeta, h a interesado a la poesia d e
la decadencia y a la p i n t u r a m o d e r n a ; p o r semejanza se
confunde con el de las ninfas que inspir6 a F r a g o n a r d , en
l a p i n t u r a , y en la poesia a H e r e d i a . Darib tuvo p r e s e n t e
a D o m i n i q u i n o (Menard, Myih-. fig. 2 6 9 ) . E l tragico des-
enlace del p o e m a es plastico. " T a l es la escena — escribe
R o d 6 en el a d m i r a b l e estudio de Prosas profanas — q u e
m e figuro como u n bajo-relieye de Scopas o d e F i d i a s " .
Esta plasticidad, dificil de e n c o n t r a r e n la poesia caste-
llana m o d e r n a , h a nacido de las fuentes que i n s p i r a r o n
al poeta, fuentes mitol6gicas q u e pertenecen a distintas
epocas y escuelas.

LOS CENTAUftOS
CBiJO EELIETE)
A RaouI Cay

Escrita en viejo dialecto eolio


Halle cs*A pagina 'denlro un infoUo
Y entre los libroa de un raonasterio
Del Yenerabla Saa Agu3t(n.
Un frsile acaso pnso el escol(o
Que aquI se encuentra: dotnine serio
Do flacas manos y buen latlo.
Ha7 sus bgunas.
Fig 29 — Primcr titulo de Palimpsttto
"Reviata de Costa Eica", 1892,

(2) DARIO pinta a Diana "blanca y desnuda" y Cheniei a una


ninfa "Blanche et nue", MENARD, Mythologie, p. 1'40.
- .142 -

EL REINO INTERIOR

Fig. 30 — Orla de un manuscrito de Le roman de lo Bose.


Se ven extranas floies

E n El reino interior aparecen las representaciones ima-


ginativas, e n el m u n d o de las alegorfas, q u e ve el a l m a
q u e n o lleg6 todavia a la extrema purificaci6n. E s t e m a
antiguo y medieval q u e t r a t a r o n despues los misticos<
Santa Teresa en Las Moradas (cap. I X ) , h a b l a de este
m u n d o interior y de las apari,ciones. Al a l m a "se le r e - .
presenta m u y p b r j u n t o y revuelve todas las potencias y
sentimientos". Y l u e g o : " P u e d e el d e m o n i o a l b o r o t a r a
m a n e r a de tentaciones". Dios la deja al aLma " p a r a q u e
a n d e vacilando". E n la representaci6n o visi6n del m u n -
do i n t e r i o r el alma q u e d a de otra m a n e r a vacilando e n t r e
las virtudes y los pecados, e n t r e el b i e n y el m a l . La co-
piosa l i t e r a t u r a de las visiones representa la descripci6n
de figuraciones interiores q u e t i e n e n r e a l i d a d a veces
enganosa. E l alma del poeta que vi6 a n i m a r s e e n la p i n -
t u r a las Virtudes y los Vicios, se asoma a h o r a a la P r i m a -
vera d e ' B o t t i c e l l i :

La g-entil Piimaveia, piimaveia le augura.


La vida le soniie rosada y halaguefia.

E n los p r i m e r o s veisos del p o e m a esta ya la m a n e r a m e -


dieval y p r e r r a f a e l i s t a :

Una seft.&' suntuoea


en el azul celeste su rudo perfil ealca.
Un camir.o. La tiena es <3e color de rosa,
cual la que p n t a fia Domenico Cavalea
en susVidas de santos.

E l prerrafaelismo le descubri6 el encanto de pintores y


*^5I
^W*A Aft

Fig 31. - SANDRO BOTTICELLI: Fiagmento de Ia Primavera.

Tal el divino Sandio dejaia en sus figuras,


esos giaeiosos gestos en esas lineas puras.
- 144 -

escritores italianos primitivos. L e di6 l;a gracia, l a l u m i -


nosidad d e vida nueva de D a n t e . E1 poeta c o n t e m p l a con
fra Domenico Cavalca u n a t i e r r a m i l a g r o s a : "Ia t e r r a '
medesima e dall'uno lato bianca come neve e dall'altro
rosa".
D a r i o vi6 e n Le vite dei S. S. Padri de Cavalca, e n l a
o r n a m e n t a c i 6 n de libros de H o r a s , e n los t a p i c e s :

extianas floies
de la floia gloriosa de los euentos azules,
y entie las iamas encantadas, papemores.

Ley6 a F r a Domenico Cavalca e n la edici6n, con p r 6 -


logo y notas, de Francisco Costero, Vite scelte dei Santi
Padri, Sonzogno, Milan. E1 pr6logo d e Costero le sirvi6
e n p a r t e , p a r a escribir el e r u d i t o ensayo sobre F r a Do-
menico Cavalca que public6 en Los raros. La influencia
del hagi6grafo italiano e n El reino interior, de Prosas
profanas, se debe a este c o m p e n d i o de las Vite dei Santi
Padri.
E n las margenes d e libros de H o r a s se e n c u e n t r a n e n
a b u n d a n c i a estas flores extraiias y pajaros raros (fig. 3 0 ) .
E s la decoraci6n medieval. E l p o e t a se coloca en u n in-
deciso siglo X V ; renueva el viejo t e m a del Del deqir d e
las Siete Virtudes, de Micer Francisco I m p e r i a l , a q u i e n
el M a r q u e s de Santillana, n o l l a m a decidor o t r o v a d o r
sino poeta.
P o r el lado derecho aparece " l a teoria virginal". P a -
r a l e l a m e n t e p o r el lado izquierdo del c a m i n o los siete Pe-
cados. La P r i m a v e r a de Botticelli le ofreci6 el m6delo.
T r a n s f o r m 6 el poeta las Gracias e n V i r t u d e s y a Mercurio
,en P e c a d o .

Mi alma fi&giI se asoma a la ventana obseura


de la tone tarible en que ha treinta anos suefia.

E l alma p i i s i o h e r a en el cuerpo es concepto 6rfico q u e


Dario r e p i t e e n su mitologia de P s i q u i s :

*Te asomas por mis ojos a la luz de la tieira,

C u a n d o su a b n a exclama: " Y o soy la p r i s i o n e r a " ,


se acerca a la princesa del soneto de R i c h e p i n , La prisio-
nera de Mis Paraisos (1894).

Le chateau de vos longs ennuis, o piisotniere!


- 145 -

La descripci6n de las Virtudes y Vicios es botticeUiana.


Es la evocaci6n de la Primavera. La influencia de Cri-
7net1 amoris de Verlaine es evidente e n el conjunto q u e
D a r i o t r a n s f o r m a ; e n cierto v p c a b u l a r i o ; e n la vaga se-
mejanza del alma del p6eta con " e l mas bello d e e n t r e
todos estos malos angeles", a quien en vano b a l a g a n fe-
meninos y masculinos satanes, y que se aleja a la t o r r e del
elevado palacio. P i e r r e Louys p i n t 6 a D a n a e cautiva e n
la alta t o r r e de b r o n c e . E l alma del poeta, prisionera co-
m o D a n a e , como la princesa de Sonatina, se asoma a la
v e n t a n a obscura y contempla.
Ve acercarse la teoria de las V i r t u d e s :

Sus vestes s011 tejidas del lino de la luna


Van descalzas. Se miia que posan el pie bieve
s0b1e el 10sado suelo como una flor de liieve,
Y los cuellos se inelinan, impeiiales, en una
maneia que lo exeelso pxegor.an d'e eu 01igen.
Como al compas de un veiso su suave paso iigen.
Tal el divino Sandro dejaia en sus figuras,
esos giaciosos gestos en esas lineas puras.
/
r

La cita de Sandro Botticelli, del divino Sandro, equi-


vale a la firma. Dario r e p r o d u c e en la p a l a b r a la p i n t u r a
de^la P r i m a v e r a . Los Pecadps p r e s e n t a n con algunas va-
riantes, — piensa el poeta e n los satanes verlenian6s — ,
la figura de Mercurio, de Botticelli. La influencia de Ver-
l a i n e se desprende del conjunto deCrimen Amoris y d e
las expresiones. D a r i o > d i c e : "parecidos a los satanes
verlenianos de E c b a t a n a " .
E s t a r e f e r e n c i a a V e r l a i n e es t a m b i e n u n a senal de p r o -
cedencia. Queda fijado u n paralelismo a n t i t e t i c o : Botti-
celli, V e r l a i n e ; Virtudes, Vicios. Los satanes verlenianos
son "Satanes adplescentes". Dario t o m a algunas expre-
siones de Crimen Amoris: soie et or: "seda y o r o " ;
Echatane, " E c b a t a n a " ; sept Peches, "siete p e c a d 6 s " ;
Beaux demons, " b e l l a m e n t e infernales", y la suntuosi-
d a d lujuriosa. D a r i o no h u b i e r a podido concebir tan ad-
m i r a b l e m e n t e los Pecados si n o h u b i e r a tenido a la yista
el Mercurio de Botticelli al cual e n v u e l y e ' , c o n V e r l a i n e i
de especiosa atm6sfera malsana.
Desde la epoca de Micer Francisco I m p e r i a l y d e la
Visi6n d e l M a r q u e s de Santillana n o volvi6 a la poesia
esa sabia i n g e n u i d a d a l e g 6 r i c a q u e r e n a c e con el p r e r r a -
faelismo ingles. El reino interior es u n r e t o r n o a la gra-
J> "t
* J.'
tt
1

Fig. 32. — Bourne -.Jones'. I a escalera de oro.


- 147 -

cia de la m a d u r e z m e d i e v a l dentro de la m o d e r n i d a d de-


corativa. Hicimos resaltar la influencia q u e ejerci6 e n el
poeta la frase de P o e : with Psyche, my Soul: "con Psi-
quis, m i a l m a " . Es Psiquis, el alma amorosa y melanc6-
lica, la q u e esta en "la t o r r e t e r r i b l e " del cuerpo h u m a -
n o , de "esta p r i s i 6 n " de los misticos, y ve pasar la teo-
rfa de Virtudes y Vicios. Carlos Obligado, al comentar
El palacio encantado de P o e , le e n c u e n t r a relaci6n con
"esta t o r r e t e r r i b l e " . E n su palacio, palacio real, por-
q u e el alma es infanta, en su torre, p o r q u e es prisionera,
esta Psiquis.

—jOh!, jque hay en ti, alma ratfa?


—'i'Oh!, jqu6 hay enti, mi pobre infanta misteriosa?

E l poeta lIama infanta a su a l m a : infanta misteriosa;


ya h a b i a d i c h o : "como infanta real". E s t a b a fresca la
lectura d e El jardin de la Infanta (1893) d e S a m a i n ;
recoge u n a expresi6n del elegiaco:

Mon ame est une infante,

Dario h a escrito: " E n El reino interior se siente la


influencia de la poesia inglesa de D a n t e Gabriel Rossetti
y de algunos de los corifeos del simbolismo frances. (; P o r
Dios! S i h e q u e r i d o en u n verso hasta aludir a l Glosario
de P l o w e r t ) " . Lo alude c u a n d o dice: "Papemor: ave
r a r a " , q u e es casi traducci6n del Petit glossaire ( P a r i s ,
1888) : Papem6r, oiseau fabuleux.Tamhien se^advierte
en el p 6 e m a la luminosidad d e la teoria femenina q u e va
al son de laudes, d e l a Escalera de 6ro (1880), del admi-
r a d o prerrafaelista B u r n e - J o n e s :
v
Como a un velado son de liias y laudes,
divinamente blancas y eastas paean <>sas
siefe bellas piincesas. &

El reino interior es de las poesias mas musicales y sun-


tuosas de lengua castellana y, en el conglomerado de
i n f l u e n c i a s , d e u n a originalidad sorprendente. La oposi-
cion d e las Virtudes y los Yicios tiene fastuosidad des-
l u m b r a n t e ; n i n g u n a pagina de nuestra lengua alcanza
el r a r o brillo de este aleg6rico fresco.
- 148 -

COSAS DEL CID.

La sugesti6n de este relato esta en los versosde Barbey


d'Aurevilly, Le Cid, del libro p6stumo Poussieres (Le-
merre, Paris, 1897. Quiza Barbey tom6 la idea general
de su breve poema del Romancero del Cid, de la traduc-
ci6n de Damas-Hinard del romance que empieza: Cele-
bradas ya las bodas, en donde esta el episodio del encuen-
tro del Cid con el Gafo, pero lo ha transformado y adap-
tado al tema del encuentro del rey o del prfncipe que no
!leva dinero con un mendigo, una de cuyas variaciones,
si no recuerdo mal, se encuentra en un cuento de Tur-
guenef. Daiio transforma el relato de Barbey sin defor-
marlo, hace lo que en pintura puede Uamarse una copia
libre, una "replica"; no traduce, reproduce a su mane-
ra. Al continuar el poema de Barbey:

Ya agregai6 este soibo de licor castellano,


no olvida el Romancero del Cid. ( Y a s e parte don Ro-
drigo; Domingo por la manana; Cuando el rojo y claro
Apolo) :
't
K1 Cid pide al iey lieeneia
para ii <3n 'iomeiia
al Ap6stol Santiago

Agrupa en torno del tema otros pormenores del Ro-


mancero, el encuentro de Aixa:
PoT una veide espesuia
de ftrboles tien ceicada,
donde dulees iuisenoies
^' muy claiamente eantaban....

Apunto estos ornamentos pastoriles que estan tan lejos


del antiguo Poerifh del Cid, porque la primera impresi6n
que se recibe de los versos de Barbey y de Darfoes de
que estos autores c.reaban un Cid enteramente romantico.
El episodio de la nina pudo nacer del Romancero — ya
de caracter de novela caballeresca; — pero quiza Dario
recuerde vagamente la escena de Burgos del Poema (v;
4 0 ) : " U n a n i n a de nuef afios"... y l a t r a n s f o r m e e n
una especie de "triunfp" ornamental de Mio Cid. x
_ ,u9 -

Erwin K. Mapes, en su libro L'influence francaise dans


l'oeuvre de Ruben Dario, Paris 1925, confronta los ver-
sos de Ruben de Cosas del Cid, cori los del Cid, de Bar-
bey d'Aurevilly que nuestro poeta acomoda a su narra-
ci6n en alejandrinos casteUanos. E1 libro Poussieres don-
de aparecen es de 1897. Dario los escribi6 probablemen-
te, si nos atenemos a esta fechay a su estada en Espafia,
por 1900. Se me ocurre una hip6tesis. Ruben pudo ha-
ber traducido a Barbey en 1888. E1 Cid de Barbey fue
publicado en la Revue Illustree en 1887, magnfficamente.
En la misma revista, en 1886, se public6 el Pensamiento
de Otono de Armando Silvestre que Ruben tradujo con
maestria. En el "sorbo de licor castellano" que el poeta
agrega a Barbey, latecnica del verso difiere. Abunda el
encabalgamiento. No es diffcil que agregara en Espana
esta segunda parte a los versos de Barbey y acomodara
la versi6n al conjunto del poema.

DEZIRES, LAYES Y CANCIONES

Dezir, otro Dezir, lay, canci6n, loor, copla esparza,


tomada, ffinida, he aquf, en la mente de nuestro poeta,
palabras de prestigio antiguo y de elegancia casi arcaica,
joyas de arte "primitivo", que tienen un no se que diff-
cil de encontrar en la poesia del siglo de oro. Pedro Hen-
riquez Ureiia descubri6 que Dario habia encontrado
los modelos de sus Dezires, layes y canciones enel^Cancio-
nero inedito del siglo XV de Perez G6mez Nieva (1) pu-
blicado en Madrid en 1884. El poeta se ajust6, con
absoluta escrupulosidad a estos modelos, como debia ha-
cerlo ya que se trata de' formas poeticas que estan dentro
de normas estr6ficas-. tradicionales y sabias. Pero la
sonoridad iritinia del verso es distinta. Dario cincela
juegos pieciosistas, banvillescos, mas a la manera de Vi-
llasandinp que a la de estos versificadores sin briUo. Sin
embargo quedan reminiscencias y sugestiones. Por ejem-
plo la poesia Que el amor no admite cuerdas reflexiones
(A la manera de Santa Ffe.), corresponde, por la imita-

(1) P. HENRIOUEZ URENA, RubenDario y eI siglo XV, en Hevue


hispanique, 1920.
- 150 -

ci6n de la versificaci6ri, a la poesfa de Santa Ffe Disimu-


laci6n de la desconeyenca deMaymia (1) que empieza:
Senyoia/ magiiei eorsiento
E quiero sofrir mi danyo,
Mas pensat por sentimiento
No me'nganyo,
Senyora, si penedir
A todos bien pareeiese,
Hoia es que '1 buen servir
En ti vos lo defendiese.
Por celar lo <jue en vos sienio,
Emsuer.yo que no me 'nsanyo,
Mas pensat por sentimiento
No me'enganyo,
Si de mi mal <;onocer...
Daiio h a h e c h o u n c a l c o absoluto del artificio metrico
y de las repeticiones. Cuatro veces dice el pie quebrado
de Santa Ffe: "No me'nganyo"; cuatro veces pone en
identico lugar Dario, "la locura"; cuatro veces esta
e n Santa Ffe, en el verso anterior a este pie quebrado:
"sentimiento", cuatro veces en Darfo, e n el mismo verso:
"pensamiento". Por el vocativo "Senyora", comienza
Santa Ffe, por "Seiiora", empieza Dario. Pero el asunto
de la poesia de Ruben no esta en esta poesia de Santa
Ffe, que no lleva en los dos poetas identico nombre, sino
en la del mismo Santa Ffe ( 2 ) : El poder de amor:
Los hourt>res de amor toeedos
'Ni oyen ni sienten ni beyen,
si sabei o seso proveyen
q u e n u e s t r o poeta expresa en la siguiente forma:
Sefioia, Amor es violento,
y cuar.do nos transfiguia
nos enciende el pensamiento
la lbeuia.
Despues de esta introducci6n Dario se aparta de su
modelo, y emplea imagenes del Gantar de los Cantares:
...,. Como la tienda del dia
o el palacio de la auroia..
Y al perfume de tounguento...
Como e n e l eanto Oantar:
Mel et lac sub lingua tua.

La cita latina que tanto complace a Dario ( 2 ) , l e

(1) Cancionero. p 130.


'(2)CANC. p 127 (2) AzuI, Palomas blancas y garzasmorenas.
- 15I -

pudp ser sugerida p6r Sahta Ffe, porque en la misma


pagina del Cancionero termina una poesfa anterior que
emplea al final de cadaestrofa un verso latino: Tristis
est anima mea.
Este ligero analisis nos pone en presencia del extra-
ordinario talento de observaci6n y selecci6n de Ruben
Dario. Acepta con absoluta disciplina un molde, trae a
esta forma el asunto medieval de la locura de amor que
encierra como en un alveolo alOrlandofurioso, y que
esta en la novela sentimental en formaci6n, acepta del
mismo poeta la cita latina, comun en la edad media y en
el Renacimiento, que le da una graciosa petulancia eru-
dita a l a poesia fogosa, sentenciosa y con argumento que
viene de la mejor fuente, del Cantar, al que paraprestarle
mayor eficacia persuasiva, en este caso profano, le Uama
'*santo", como sabia y cat61icamente puede llamarlo.
Dejo sin citar cutiosas coincidencias del Cancionero
inedito, cuyo artificio metricoha sido tan rigurosamente
seguido por Ruben, esos pequeiios hallazgos, esas par-
ticulas dureas de Ennio que aprovecha Virgilio; no com-
pensa la curiosidad satisfecha el arduo trabajo de las
concordancias. Pero no esta de mas que nos detengamos
un momento en la rara subsistencia de ciertas estrofas.
La ultima poesia de los Dezires..., es una Copfo, es-
parza, a la manera del mismo Santa Ffe. El modelo esta
en la pagina 200 del Cancionero:
Santa Ffe.. (Folio 132),
Copla esjaiza.
Tanto, se&yora, baledes,
Que las damas biituosas,
Biben de bos iezelosas
Que la fama les iobedes ...

Dario ha convertido a esta "senyora" en la de alguna


ilustraci6n picante de La Plume o de otra revista .pa-
risiense menos literaria, fundiendola en una sola con la
Femme et chatte verleniana, sin dejar por eso de ajustar-
se a la versificaci6n de la esparza de Santa Ffe.
No he visto en los tratados casteUanos la definici6nde
esparza, ni el estudio de sus diferentes formas, que con
ser variadas, no debieron disolverse en una Kbertad
anarquica. Jorge Manrique emplea la misma esparza de
- 152 -

Santa Ffe y Dario, p e r o s i n tornada (1), en la que em-


pieza:
Es mi per.a desear
ser vueeti o de vuestro grado ...
En Las flors delgay saber o las leyes damors (ed. de
Toulouse, 1841), esta la cobla esparsa con tornada;
pero la rima no es de redondilla, como el ejemplo de San-
ta Ffe: L b a c d c d, con tornada libre e f f e; sino
cruzada a b a b c d c d, con tornada encadenada c d c
d (2). En Prosas profanas en donde hay tantas formas
renovadas de la metrica espanola,,aparece delicadamente
al traves de poetas del siglo XV, la corola provenzal de
flores de} gay sab'er.
Jose Maria de Cossfo confronta, en la Revista de Filo-
logia Espanola, ano 1932, los Dezires, layes y canciones
de Daiio, con los modelos que el poeta encontr6 en el
Cancionero inedito del siglo XV, de A. Perez Nieva.
Dice que "la imitaci6n no pasa de la mera exteri6ridad
metrica, pero es esta tan rigurosa que me ha parecido
interesante sefialar concretamente el modelo".
Estos Dezires, Layes y Canciones fueron escritos en
E s p a i l a y publicados en Madrid, en Revista Nueva, a
mediados de 1899.

LAS ANFORAS DE EPICURO


/ *
El titulo de Las Anforas de 'Epicuro es posiblemente
una sugesti6n de El jardin de Epieuro de Anatole Fran-
ce, quien lo ha tomado a su vez de una poesia de Federico
Plessis, y que se explica por las palabras de Di6genes
Laercio, en el capitulo consagrado a Epicuro, en las Vidas
de fil6sofos ilustres. Asi como jardin es una palabra cla-
ra y con historia, anforas es vaga. El poeta emplea una
metafora que esta influida por un modo comun de decir
que le agrada; el vaso, la copa, se han convertido en el
lexico parnasiano en anfora.
Las anfoias de oio del divino Epicuio,
El anfoia fuuesta del divino veneno,

(1) Las ilores del gay saber, Toulouse. 1841, t I, p 254


(2) JORGE MANRIQUE, ed.. 'de Augusto Cortina, "La Lectura".
- 153 -

dice en Cantos de vida y esperanza. Quiza esta anfora


sea la copa de'oro d e L'Epicurien de Th"omas Moore, o b r a
e n prosa y verso; la prosa fue t r a d u c i d a a l f r a n c e s p o r
B u t a t y los versos p o r T h . Gautier, P a r i s 1865. D . A. P .
D,omingo verti6 del ingles al castellano la o b r a d e Moore
con el tituk> de El Epicureo (Malaga, 1847). Es p r o b a b l e
q u e el texto ingles, o l a versi6n espaiiola o francesa h a -
y a n sugerido a Darfo u n a m b i e n t e filosofico. Nuestro
poeta vi6 su p a r t e e p i c u r e a :

Epicuieos o sonadoies
amemos la gloiiosa Vida.
C o l u m b r a el epicureismo en u n a zona i n t e r m e d i a , y
parece que h u b i e r a gustado sin profundizar los brillantes
dialogos ciceronianos d o n d e se insiste t a n t o s o b r e el fiI6-
sofo griego. Darfo no h a sido filosofo de profesi6n, y n o
es extraiio q u e confunda, con la o p i n i 6 n gene'ralizada, la
doctrina de los Cirenaicos con la de E p i c u r o . E l famoso
" T o p a r 6 n " , esta vivo e n su espfritu, es el carpe diem,
d e H o r a c i o ; D a r i o l o dice (Alma mia):

Coita la ilor al paso, deja la dum^espina,

es el carpe diem, t a n grato, desde Garcilaso a G6ngora, a


los poetas del R e n a c i m i e n t o , a u n a m e n t e s de t a n sutiI
p r o f u n d i d a d como es la de Luis de Le6n. Dario esta e n
u n a de estas multiples variantes del Collige rosas de
Ausonio:

jHas dejado pasar, hermano,


la flor del mundo?
Gozar de abiil es lo que impoita

No esta d e n t r o d e u n a laboriosa fil6sofia del placer, lp


a m a en la exaltaci6n vital, en el instante en q u e se ofrece,
sin pensar a r r a n c a r l e u n a p a l a b r a reveladora n i lIevarlo
a u n sentido espiritual de gozo m a s p u r o :

Ay del que pide euiekas al jlaeer o al dolor..

C o n e s t e esfado de animo se h a . a c e r c a d o a l h u e r t o de
E p i c u r o o a u n convite d o n d e descuidadamente se Uama
epicureo al vino filos6fic6. El poeta h a q u e r i d o ser filo-
sofo, decirnos las p a l a b r a s de u n a Di6tima que h a entre-
visto los misterios. Si aceptamos el n o m b r e de E p i c u r o
- 154 -

en sentido antonomastico, estas anforas que Dario ha


cincelado con arte sutil y misterioso, son anforas fflos6-
ficas. Muchas estrofas de Las dnforas de Epicuro son
la miel de los bordes del vaso. E1 contenido de estas an-
foras es un licor raro, mezcla del zumo de racimos de
distintas vides, vides de Samos, vides dionisiacas que nos
acercan a los misterios, licor donde cae una gota de la vi-
fia de quien dijo: Ego sum vitis. La espiga, La fuente,
Ama tu ritmo, Alma mia, sonetos de inestiraable atracci6n
sugestiva, han nacido del estudio perseverante del poeta.
PaUibras de la Satiresa, La Anciana. A los poetas risue-
fios, La hoja de oro, Syrinx, Yo persigo una forma, son
juegos de luz y sombra luminosa al soplo matinal, pala-
bras graves y risas, sones de doble flauta, apariciones de
dolor y de alegria; deseo insaciable de vida, de vida y
de infinito, sed de lo real y de lo ideal.
Ruben public6 parte de las Anforas de Epicuro {La
espiga, La fuente, Palabras de la Satiresa, La anciana y
Ama tu ritmo) en Revista Nueva, de Madrid, a media-
dos de 1899.

LA ESPIGA

Parece que este soneto ha nacido de la sugesti6n de


Sagesse de Verlaine:

C'est la fSte du ble, c'e6t la fete du pain...


Cai sui la fleui des pains et sur la fleur des vins,
Fruit de la foiee huniaijie en tous lieux repartie,,
Dieu moissonre, et vendange, et dispose a ses fins
La Ohaii et le Sang pour le calice et l'hostie!

E n Verlaine hay variedad de paisaje, en Dario suntuo-


sidad de color, — de amarillo, de azul —, como en una
pintura de Millet:

Con el aureo pineel de la floi de la haiina


trazan 6obie la tek azuI del firmamento
el misteiio inmortal de la tieiia divina.

El paisaje que tan delicadamente pinta Dario, se anima


si no con la misma profundidad, c o n l a misma "virtud
del movimiento" en Midi de Leconte de Lisle:

Du sein des epis lourds qui murmurent entre eux,


une ondulation majestuese et lente
s'eveille et va mourir a l'horizon poudreux.
- 155 -

La jleur deSpains, es "la flor de la h a r i n a " , l a similae


del Apocalipsis (18,13) que los traductores Uaman "flor
de la harina"; la jleur du froment en Huysmans {La
Caihedrale, X ) .
El poeta expresa el misterio cristiano:
Aun vei'de esta y cubierto de flores el madero,
bajo sus ramas llenas de amoi pace el Coideio
y en la espiga de oio y luz dueime la misa..
El misticismo simb61ico de la Redenci6n — del Tannhau-
ser wagneriano —, ievive quien sabe a traves de que
otras sugestiones en Dario. Nedthal (Tannhauser, 1895)
escribe: "El Seiior ha obrado un prodigio: el bast6n
seco se ha revestido de una fresca verdura, esta cubierto
de flores. La Redenci6n no cesa de velar sobre la crea-
ci6n". Y Peladan, en su obra sobre Wagner: "El bast6n
seco ha reverdecido y florecido". Es el milagro bfl)lico
del Tannhauser que viene con la leyenda de este famoso
Mennesinger, ampliada en la resonancia de la musica de
Wagner. El bast6n floiido pertenece al foHdore europeo.
El madero, el que alude Dario, es la Cruz en el misterio
de la Redenci6n y de la Misa. El Cordero aparece en 3u
significaci6n de Cristo. La espiga simboliza la elevaci6n
de la Hostia, ante
El vaeto altai en donde tiiunfa la azul somisa.
En la suntuosa pintura de La Espiga, que hace recordar
en parte, con otro paisaje, La Adoraci6n del Cordero de
Van Eyck, con los simbolos de la Cruz, del altar, del
Cordero y del campo, aparecen tres colores: el de oro,
"el aureo pincel de la flor de la harina", visi6n de tri-
gales maduros en la extensi6n; el azul, "la tela azul del
firmamento", "la azul sonrisa"; y el verde, "aun verde
esta y cubierto de flores el madero". Dario presenta
los colores en torno del altar en este orden: aureo, azul
y verde. Huysmans escribe, en La Caihedrale: "Al ha-
blar Santa Mechtilde de los tres grados que preceden el
altar, pretende que el primero debe ser pintado de oro
para atestiguar que no se puede ir a D i o s m a s q u e por
la caridad; el segundo de azul para testimoniar la me-
ditaci6n de las cosas divinas;el tercero de verde para
certificar la vivacidad de la esperanza y la alabanza del
cielo".
- 156 -

Hay, ademas, en este sonet6, una innegable referencia


a los misterios de Eleusis, tal como los describe Lenor-
mant en el tomo II (1899) del Diccionario de Daremberg
y Saglio. La espiga de trigo es el simbolo esencial y fun-
damental del culto de Demeter:
El Biisterio inm.ortal de la tierra divina,

que corresponde a la resurrecci6n de Dionisos Zagreus,


y se renueva con el misterio cristiano de la Misa. Mau-
rice de Guerin en Le coeur solitaire (1898) dice:
Le giain de ble qu'on va moudie eontient l'hostie.

Y Dario:
En la espiga de oio y luz duei.me la misa.

En la Virgen de la Eucaristia de BotticeUi estan las es-


pigas y las uvas. Dario h a e x a l t a d o , e n versos insignes,
el simbolo de la espiga. Sabe que "en la paz del campo
la faz de Dios asoma",'porque Dios esta visibTe en sus
propias ciiaturas, "porque las criaturas son como un
rastro del paso de Di6s", segun San Juan de la Cruz.
*'Vive en los campos Cfisto, escribe Luis de Le6n, y goza
del cielo libre, y ama la soledadyel sosiego, y e n e l silen-
cio de todo aquello que pone en alboroto la vida, tiene
puesto el su deleite". Quiza despues de una reflexi6n
semejante Daiio haya escrito:
Pues en la paz del campo la faz de Dios asoma (1). .

LA FUENTE -

Dario, al escribir La Fuer%te, obedeci6 a distintas su-


gestiones.Adolphe Rette aconseja en La Plume (1895,
p. 69) : "Cherche ton rythme aux empires profonds de
ton ame. Et lorsque tu l'auras trouve, lorsque tu auras
ecarte les Apparences et les Prestiges qui en defendent
l'approche, il jaillira eperdu en strophes heureuses et

(1) En Verhaeren (Vers le iutur de Les Villes tenlaculaires, 1895):


L'espiit des campagnes etait l'esprit de Dieu
- l57 -

variees". Rette invita a buscar el ritmo individual en


la profundidad del alma; impiden encontrarlo-las Apa-
riencias y los Prestigios. En Dario es mas simb61ica la
significaci6n de la fuente:
Cuya entrada sombiia guaidar. siete panteias:
son los siete Peca<los, ]as siete beetias fieias..

Ofrece a un joven la copa para que descienda a llenarla


a lo mas hondo de sf mismo. "Penetra en ti mismo, acon-
sejaba Marco Aurelip (VII, 59). Ahi esta el manantial
del bien tanto mas inagotable cuanto mas se profundiza".
Ante la busqueda propuesta por Rette el poeta ha pen-
sado en Mil y una Noches, en el cuento del agua de oro,
del arbol que canta y del pajaro que habla; la Princesa
Uega vencedora al final del terrible yiaje; volvera con
las buscadas maravillas; quiza la expresi6n "la roca que
siente" este tomada de los caballeros convertidos en pie-
dras y q u e resucitaran al operarse la magica conquista.
El viaje de la princesa miliunanochesca esta presente en
la mente de Darfo con los trabajos de Psiquis. Psiquis va
a traer para Venus el agua de la Estigia.
"Mira bien, dice Venus a Psiquis, aquella altura de
aquel monte, donde estan aquellos riscos muy altos ("as-
ciende por los riscos asperos del orgullo", en Daiio) —
de donde sale una fuente. De allf, traeme este vaso Ueno-
de agua. — Y diciendole esto, le d i 6 u n vaso de cris-
tal (1)". La fuente de estas "aguas que hablan" estaba
custodiada por "dragones espantables". No se si Dario
conocerfa en su amplitud este descenso de Psiquis, espe-
cialmente en los misterios (2). Le bastaba la leyenda de
Apuleyo. No creo que el poeta se refiera, en este aspecto
hermetieo de la fabula, a la fuente subterranea de
"aguas vivas" de la* inmortalidad. Se refiere, a mi
modo de ver, a una fuente inspiradora, a la fuente de la
poesfa. Eh 1895, el poeta simbolista Pierre Quillard ad-
mirado por Dario, tradujo El antro de las Ninfas de
Porfirio. No _serfa dificil que nuestro poeta haya cono-
cido esa rara versi6n. Decharme en su Mitologia, trae
el pasaje que nos interesa. "Las Ninfas habitantes de

(l)Apuleyo, El asno de oro, versi6n de L6pez de Corlegana (1513),


"Biblioteca Cldsica", Madrid, 1890, pdg.. 106.
(2)Vease ERV/IN ROHDE, Psiquis. Cap.. XIV, II.
- 158 -

las cavernas, nutridas por el soplo de la tierra, hacen


brotar las fuentes de aguas inspiradoras para el oraculo
divino de la Musa". Quiza cuando Dario habla de "la
gruta viviente", se refiera al antro de las Ninfas de Por-
firio, al antro Pierio, de Horacio (III, I V ) . Para llegar a
la rec6ndita fuente donde presidieron las antiguas Musas,
"genios armoniosos de las fuentes y de las aguas lfmpi-
das", como dice Decharme, diosas castas, sera necesario
triunfar de las panteras, purificarse. La previa catarsis
aparece por obra de la intuicion del poeta. Una pantera
que simboliza la lujuria, sale al encuentro de Dante en
la entrada del Infierno. Las panteras que senala Ruben
Dario no haran infranqueable el camino, com6 no lo ha-
cen los Prestigios y las Apariencias de que habla Rette.
Existen una voluntad y una providencia conductoras.

Llena la copa y bebe: la fuente esta en ti mismo.

PALABRAS DE LA SATIRESA

Quiza en la selva de Prosas profanas faunesa y satire-


sa se confundan. Dario las ha visto en su mundo interior
y en la pintura moderna. Durero en La jamilia del Sati-
ro pinta a la satiresa como a una mujer, con pies feme-
ninos. ^Fue esta satiresa la que habl6 a Dario? Alguna
semejanza tiene con la que apareci6 en la "selva espesa".
^Es acaso la Satyre femelle, de Clodi6n, con patas de
cabra? El Poeta dice:
Era una"sathesa de mis fiestas paganas.

Laureht Tailhade ha seguido a una faunesa:


J'ai suivi dans le boie l'im,plaeable Faunesse
et bais6 son visage. aux riiea 6elatants.

Esta faunesa que rie como la satiresa de Darfo le ha


comunicadoalgo de su misterio de sol, de selva y de
alegrfa.
Los satiros participan de dos naturalezas, la humana
y la animal; fnisterip turbador y verleniano. Hay, dice
Rene Menard, satiresas y satiros niiios. Esta satiresa lo-
zana, que aparece riendo entre la fronda, pertenece al
. - 159 -

Fig. 33. — Satiresa de Clodi6n.


Eia una satiresa de mia fiestas
paganas.

mundo del poeta, a sus fiestas paganas, alegu'a y sensua-


lidad. E l poeta ha sido segun la satiresa "un antiguo
argonauta". ^Acaso Orfeo? Una es la carne y otra el
alma.
Sabe que esta el secieto de todo iitmo y pauta
en unir caine y alma a la esfeia que giia..
La esfera que gira es la esfera universal de Poe, el
Uriiverso (Eureka, VII) : asi los dos principios, la Atrac-
ci6n y la Repulsi6n, lo Material y lo Espiritual se acom-
p a i i a n e n la inas estrecha confraternidad. Asi Cuerpo y
Alma marchan en concierto {Eureka, V I I I ) . "El Cuerpo
y el Alma marchan en concierto" es un ritornelo en el
poema cosmog6nico y 6rfico del autor de Annabel Lee.
Se impone nuevamente en Dario la a'rmonia de los polos
a n t i n 6 m i c o s : e l Satiro y el Argonauta, la flauta y l a
lira, el cuerpo y el alma, "la catedral y las r u i n a s p a -
ganas".

Sabeque esta. el seeieto de tedo iitmo y pauta


en unir earne yalma a la' esfera que gira,
y amar.do a Pan y Apolo en la lira y la flauta,
eef en U flauta Pan, como Apolo en la lira.
- 160 -

E l antagonismo del espiritu y de la c a r n e , de q u e h a b l a


Charles Morice e n su estudio d e V e r l a i n e , h a desapare-
cido en labios de la satiresa. El secreto esta en u n i r a l m a
y c a r n e a la a r m o n i a universal. E n ser m a e s t r o e n l a
lira y en la flauta, como el mismo V e r l a i n e , segun dice
Dario e n el Responso:

Que al mstiumento olimpico j 9 la siiinga agieste


diste tu 'aeento encantador..
Dario h a p a r t i c i p a d o t a m b i e n de esa doble naturaleza
apolinea y p a n i c a ; la exalta en estas p a l a b r a s d e la sa-
tiresa. E l satiro en el Coloquio de los centauros:

Une sexuales impetus a laliarmoniosa fuiia.

E n la edici6n de 1893 de El peregrino apasionado de


Moreas, tftulo shakesperiano, d e The passionate PiU
grim, en la Ofrenda al Amor, esta el verso '

Apollon sui la lyieet Pan dans les pij:eaux,


e
es decir:

sei en la flauta Pan, eomp Apola erj la liia..

H a y en Palabras de la Satiresa, escribe D a r i o , " l a


conjunci6n de las exaltaciones panica y apolinea — q u e
ya Moreas, segun lo hace saber u n censor m a s q u e listo,
h a b i a preconizado, ;y t a n t o m e j o r ! " E l verso de Moreas
es casual, el de Dario nace — sin olvidar al poeta d e
El peregrino apasionado — de lo q u e el l l a m a iina "con-
j u n c i 6 n " . Los dos elementos contrarios se h a n u n i d o u n
instante y el alma del poeta, a l m a verleniana, p o r .un
'momento h a llegado a ver que no es i m p o s i b l e ser P a n
e n la flauta y en la lira, Apolo.

'-LA A N C I A N A

Este precioso soneto esta dentro del t e m a de las m e t a -


morfosis, grato a los poetas simbolistas; este t e m a q u e
toca t a m b i e n el r e j u v e n e c i m i e n t o , q u e a p a r e c e m u y ate-
n u a d o e n la Odisea, encuentra su a m b i e n t e e n las t r a n s -
formaciones de Ovidio (Met. V H , l 5 9 , 2 9 3 ; I X , 3 9 4 , 4 0 1 ) ,
se lo e n c u e n t r a en el folklore e u r o p e 6 , e n los p o e m a s c a -
-161 -

ballerescos. En Amadis de Gaula, Urgandala descon6ci-


da se transforma de joven en vieja. "Y el (Gandales)
que la vi6 doncella de primero, que a .su parecer no pasa-
ba de diez y ocho afios, vi61a tan vieja e tan lasa, que se
maraviU6 c6mo en el palafren se podia tener". Lo. cual
iniplica tambien la transformaci6n de vieja en joven. La
fuente inmediata delsoneto de Dario debe ser un cuento
de Perrault, Las Hadas. Dario condensa la metamorfosis
"del hada que se habia transformado en una princesa"
de Perrault:

Y transform6se enuna prinoesa perfumada.

"AqueUa vieja era un hada" dice Perrault; y Dario:


"Sois una hada, le dije". Dentro de este tema esta el de
la flor seca que tambien puede tener su historia. El poeta
dice que hay "en La Anciana una aleg6rica afirmaci6n
de la supervivencia". La rosa que vuela "como una
mariposa", es el simbolo de la inmortalidad. La anciana
es posiblemente Isis, "la Isis del santuario oculto, pero
mas joven, sonriente y luminosa", segun Schure. La
vieja Isis se ha convertido en una joven princesa. Y ya
dentro de la analogia de los mitos, en Dario, poeta eleur
sino, esta el retorno de Persefone:

Y de la primavera eelebro el regpcijo


dandoles vida y vuelo a <26tas hojas de rosa.

AMA TU RITMO

Este soneto es, segun su autor, "la exposicion de la


potencia intima individual". Tratemos de interpretar al
poeta. Pero antes de todo tengamos presente que hay
aqui una iniciacion pitag6rica. El mismo nos-dice:
<B

Pitagoiiza con tus con&telaciones.

Schure en el capitulo dedicado a Pitagoras, en Los


Grandes Iniciados, escrihe: "El numero es la ley del
Universo". "La Unidad es la ley de Dios". Dario habla
de la "ley", de "la celeste unidad" de los "mimeros
dispersos". La celeste unidad de Dario es en Schure
"el Uno supremo, es Dios, fuente de la armonia univer-
- 162 -

sal". Esta doctrina neopitag6rica y plat6nica fue expre-


sadaporMenendezyPelayo:
Y al influjo potente de tu ritmo
el ritmo univeisal le revek,ste.

Menendez y Pelayo subraya la palabra ritmo. Este


fervor plat6nico y pitag6rico abre con la lira el cielo en
el Sueno de Scipi6n de Tulio; la concordancia delritmo
interior con el ritmo celeste hace que nueslra alma
penetre en la armonia universal. Esta doctrina del
Timeo de Plat6n y de tantos otros autores neopitag6ri-
cos y neoplat6nicos esta viva en la mente de Dario. Eri
el Coloquio de ks centauros la ha expresado admirable-
mente:

Y Beiakles, descuidando su maza, en la harmonia


d* los astros, se eteva bajo el eielo roeturao.

En el Coloquio habla del "ritmo de la inmensa meca*


nica celeste". En este soneto escribe: tu ritmo; Me-
nendez y Pelayo dice tambien: tu ritmo; y AdoKo Ret-
te en La Plume (1895, p. 69) : "Busca tu ritmo en los
imperios profundos de tu alma". Ha sido Rette quien
inici6 a Dario en estos viajes a la profunda morada de
Psiquis, a la fuente inspiradora. Schure menciona la
"irradiaci6n vertiginosa", Dario "la irradiaci6n geome-
trica"; Schure se refiere a las matematicas pitag6ricas,
Ruben a la geometria; la extensi6n de lo matematico,
de la geometria, "ciencia de las cosas divinas" en Plat6n,
abarca un ciclo extenso y esencial de la filosofia; Schnre
habla de la matematica sagrada y de la profana. El pen-
samiento poetico de Dario es siempre un conglomerado y
una interpretaci6n personalisima. No es extrano que
gravite en su espiritu, al escribir Ama tu ritmo, la Eureka
de Edgar Poe. Bastan algunas citas. Dice Edgar Poe
(XIV) : "La Poesia y la Verdad no son mas que una sola
cosa", Schure: " e l s o l incandescente de la verdad";
Daxio llama al poeta a la verdad:
En donde la verdad vuelea su urna.

El sentimiento de la simetria, es para Poe (XV), la


esencia del Universb, de este Universo que en la perfec-
ci6n de su simetria es el mas sublime de los poemas. "El
- 1'6'3 -

h o m b r e d e b e dejarse guiar p o r " e l instinto poetico, ins-


t i n t o de simetria, y p o r consiguiente veridico". "E1 p r i n -
cipio d e gravitaci6n n o p e r t e n e c e a l a m a t e r i a m a s q u e
t e m p o r a l m e n t e , m i e n t r a s esta e s p a r c i d a ; - mientras
existe bajo la f o r m a de P l u r a l i d a d , e n l u g a r d e existir
b a j o la de U n i d a d ; - le pertenece solamente e n v i r t u d
d e su estado d e irradiaci6n..." "Los principios supre-
m o s de los q u e h a b l a el doctor Nichol, como que partici-
p a n de la sencillez geometrica, p u e d e n t e n e r y e n efecto
t i e n e n este aspect6 geometrico, ya q u e son u n a p a r t e
i n t e g r a n t e de u n vasto sistema geometrico". La irradia-
ci6n de la I d e a divina, d e la U n i d a d universal, es u n a
i r r a d i a c i 6 n geometrica, p o r eso el poeta aconseja:

... . y la noctuiaa
inadiaci6n geom*trica edivina.

D a r i o Uama "celeste u n i d a d " a la del alma p o r q u e e n


P l o t i n o ( E n n . I I I ) , la u n i d a d del a l m a t i e n e su origen e h
la u n i d a d d i v i n a ; el alma es divina p o r esta u n i d a d , q u e
viene de la u n i d a d divina; en esta u n i d a d esta la m u l -
tiplicidad:

La celeste uni<3ad.&ue piesujonee


hara brotar de ti mundos diveisos...

Menendez y Pelayo, poeta plat6nico que estudi6 tam-


b i e n en p6rticos alejandrinos, insisti6, en sus versos juve-
niles, en " e l r i t m o universal de lo creado", en "la q u i n t a
esencia del arcano r i t m o " , r i t m b {A Epicaris) :

Qu6 en la piedia, en el bruto y en la planta


las huellas impidmi6 de su destino,
y en el homibre encendi6 fuego divuio
que a la"fuente del ritmo la levan,ta,

N a d i e negara q u e Menendez y Pelayo fue p o e t a " i n i -


c i a d o " , si n o en los arcanos d e la experiencia poetica,
e n la ciencia que se a p r e n d e e n u n a escuela y q u e im-
p r e g n a la p a l a b i a con u n sentido n o U9ual; p o r eso este
g r a n escritor fue precursor del m o d e r n i s m o e n lengua
casteUana.
- 164 -

A LOS POETAS RISUEftOS

E n La Plume se ha elogiado a los poetas que Dario


llama iisuefios. Se reacciona contra el romanticismo M-
gubre. "No e s t a p e r m i t i d o , dijo ya S a f o , q u e las lamen-
taciones habiten en la casa de los servidores de las Mu-
sas". La alegria debe mezclarse a los versos.

Anacreonte, padie de la sana alegria;


Ovidio, saceidote de la eieneia amoiosa;
Quevedo, en euyo caliz licor jovial iebosa;
Banville, insigne Oifeo de la saeia Harmonia.

Todos estos poetas, — cuya elecci6n no es desacerta-


da —, estan bajo la denominaci6n de latinos. Ruben
prefiere sus versos:

A las versos de sombia y a la canei6n eonfusa


que opone el numen barbaro al iesplandar latino.

Tambien Menendez y Pelayo en la Epistola a Horacio,


opone a l D a n u b i o y al R h i n : el Tiber, el Cefiso, el Eu*
rotas, el Ebro, e l B e t i s , y exclama: "Yo soy latino";
habla a Horacio y le dice:

Horaeie, jlo ereeras? graves doetores


afirman que los h6nidos cantares
que alegian al Sicambio y al Scita,
o al Geimano tenaz y nebuloso
obseurecen tus obias inmoitales
labiadas poi las manos de la6 Graeias...
;Lejos de mi )as nieblas hij^rboreas!
. . Poi influjo de nieblas maldecidas
.. que aboit6 el Septentri6n....

Este concepto de la juventud de Menendez y Pelayo,


cuando miraba e l m u n d o desde "el triclinio d e M e c e -
nas", habitante de Roma y frecuentador de Atenas,
arraig6 en la mente de Dario. El mapa de la regi6n
luminosa de la Epistohi a Horacio es de Grecia (Cefiso,
Eurotas), de Italia (Tiber), de Espana (Ebro, B e t i s ) ;
Dario>lo dilata: Grecia (Anacreonte), Italia (Ovidio),
Espana (Quevedo), Francia (Banville). La guerra de
1870 d e l i h e 6 * s t a g r a n regi6n latina que c o l i n d a b a c o n el
orbe barbaro. Ruben escribfa en 1892:

;Los baibaios, Praneia! iLos barbaros, eara Luteeia!

Los versos melanc61icos fueron fruto de "las niebIas


- 165 -

maldecidas"; son "los versos de sombra" de q u e habla


Dario.
Y ar.te la fiena mascara de la fatal Medusa,
medrosa hoiye mi alondra de canto erietalino.
Creo que Ruben ha pensado en la cabeza de Medusa,
tal como aparece en las medaUas antiguas, en la ilustra-
ci6n de Los dioses antiguos de Cox, de la traducci6n de
Mallarme (1880), y que la vi6 en la regi6n " d o n d e e l
sol no brilla jamas"; los hombres, dice Atenea, retro-
cederan ante la sombria gruta de la Gorgona; la diosa
la condena a convertir en piedra a quien la mire. Estos
lugares comunes, adquieren en la traducci6n de MaUar-
me una forma semejante a la que usara Daiio. Asi como
los h8mbres, retrocede, huye la alondra del poeta; ante
la "sombre mine", segun la expresi6nde Mallarme; ante
la sombra del "numen barbaro", huye el ahna latina,
nutrida, en los paises del sol, de alegrfa.

LA HOJA DE 0 R O

Esta hoja de oro, en el verdor, anunciadora del otoiio,


flugiere al poeta suntuosas asociaciones. El spneto es una
sinforiia en rojo. ^En que frente "que besaron los sue-
fios" vi6 esta hoja roja que recuerdan lospoetas elegia-
cos del simbolismo? ^En la pintura de AmbrosioLoren-
zetti, de la Alegoria del Buen Gobierno? Creo encontrar
en Lorenzetti el ambiente de La hoja de oro. La hoja
muerta significa, segun Huysmahs {La Cath., pag. 144),
^ la degradaci6n espiritual, la esperanza de lo verde per-
dida para siempre. En Les fleurs, de Mallarme, que
Dario conocia de memoria, se trasluce el asunto ruben-
dariano:
Et ce divin lautier des dmes exilees
<veimeil oormne le pur orteil du setaphin
que rougit la pudeur des autores foul&es.

El poeta, por amplificaci6n, agregara eruditas image-


nes, creadas algunas con la visi6n del arte bizantino, y
quiza de las Princeses byzantines, 1893, de Paul Adam:
O las solaies pompas, o los fastos de Otiente,
pieseas bizantinae, diademas de Theodoras,
o la lejana C61quida que el sofiadoi presiente....
- 166 -

La comparaci6n de M a l l a r m e : vermeil comme le pur


OTteil du seraphin, fue r e m p l a z a d a , p o r Darfo, con o t r a
equivalente:

<:omo la luz na<;iente


en que entieabien sus ojos de fuego las auioias.

Estos "ojos de fuego de las a u r o r a s " , vienen indefec-


t i b l e m e n t e de o t r a fuente. Ya h a b i a visto estos ojos, " o
a q u e l m o v i m i e n t o — dice fray Luis d e Le6n — q u e
h a c e n las pestaiias y los ojos cuando se m u e v e n a prisa,
q u e es semejante a lo q u e hace el cuerpo del sol, o los res-
p l a n d o r e s de luz q u e parece buHen e n el, si alguno h a m i -
r a d o e n ello, cuando p o r el oriente a m a n e c e , q u e es como
a b r i r las pestaiias la mafiana". Asi c o m e n t a el Maestro,
e n la Exposici6n del Libro de Job, el versiculo 8 del'capi-
tulo I H , que el t r a d u c e " a l b o r a d a s d e la mafiana", sin- de-
j a r de advertir q u e e n el original dice pestaiias. La tra-
ducci6n directa del h e b r e o conservara a la p a l a b r a su
sentido biblico. E n la versi6n d e C i p r i a n o d e V a l e r a , q u e
D a r i o consulta, dice: p a r p a d o s de la mafiana ( I I I , 8 ) ;
sus ojos son como los p a r p a d o s del alba ( J o b , X L I , 1 8 ) .
Luis d e Le6n, al comentar este versiculo, e s c r i b e : "se
descubre u n a veta de luz extendida y e n c a r n a d a y b e r m e -
j a , q u e es como los ojos o las pestanas con q u e nos co-
m i e n z a a m i r a r el a u r o r a " . Esta i m a g e n p u d o ser sugerida
t a m b i e n por H u g o {Le Saiyre) a l d e s c r i b i r mitol6gica-
m e n t e la salida del sol: " C o m m e u n o r b e eclatant,
couvert des yeux'.'. Llega a sospecharse en K e a t s , Oda
a Psiquis: At tender eye-dawn auroream love, a l t i e r n o
p r i m e r a b r i r d e ojos de la amorosa a u r o r a . Los versos:

Y la autunmal tristeza de las virger.es locas


701 la Lujuiia, n1ad1e de la Mielancolia,

t r a e n el recuerdo de D'Annunzio y el del verso de Ch.


Guerin:

La volupte nourrit pour fille la tristesse.

E n Las virgenes locas alude a la celebre p a r a b o l a del


Evangelio de San Mateo y h a c e p e n s a r e n las Femmes
damnees de B a u d e l a i r e .
- 167 - -

MARINA

. Esta poesfa, intercalada en las Anfofas de Epicuro, es


segun su autor, " u n a a m a r g a y v e r d a d e r a pagina d e su
vida". E l poeta h a Uevado esta historia i n t i m a y dolo-
rosa a l a a l e g o r i a . E n su estilo h a y como u n a lejana insi-
nuacion d e Laforgue; y p a r a q u i e n conoce la historia del
a u t o r de Prosa$ profanas, este e m b a r q u e p a r a Citeres —
u n a Citeres ya i m p o s i b l e —, p o r q u e qued6 en lo pasado,
ve q u e el poeta t r a t a de engaiiarse a si m i s m o :

Adi06 — dije — paises que me fuisteis esquivos,


Adi6s pefiaseos enemigos del poeta;
Adi6s eostas en donde se secaion las vifias. ...

Alguien e n c o n t r a r a q u e es u n descuido decir " c o m o


Aquiles u n dia m e t a p e los oidos". Como tampoco Uli-
ses se t a p 6 los oidos, la correcci6n es i m p o s i b l e ; D a r i o
n o leia c o n t i n u a m e n t e la Odisea. E l u l t i m o verso:

Una ilusi6n que aullaba como un perro a la Muerte,

es u n a reminiscencia de u n e n d i a b l a d o pasaje de Huys- -


m a n s : " L a d r a b a como una p e r r a a la m u e r t e " , de Ld
bas.

SYRINX

E n todas las ediciones de Prosas Profanas aparece c o n


el titulo de Dafne, "'por equivocaci6n" dice D a r i o . E l
poeta h a castellanizado en otra ocasi6n el n o m b r e d e l a
ninfa y le h a Uamado Siringa: " P a n y Siringa". E l
asunto del soneto fue h a l l a d o en la M i t o l p g i a d e M e n a r d :
Pan et Syrinx. Asunto del siglo X V I I I , t e m a de u n c u a d r o
de Boucher. U n verso suelto de A n d r e s Chenier, que n o
se si D a r i o h a b r a conocido, dice:

Syrinx j:arle et reepire aux levres du pasteur.

Varios fragmentos de Chenier reviven el m i t o ovidia-


h o d e Syrinx. Dario se i n s p i i 6 al mismo t i e m p o e n Dafne
y Syrinx de Ovidio; prefiri6 despues Syrinx, p o r l a f l a u t a .
- 168 -

Pierre Louys en Ajrodita, revive tambien el mito de


Syrinx y dice: "C'est una ame morte qui pleure ici,
femmes."
Toca Darfo el tema del encanto de la musica y la poe-
sfa, lleno de extrana y nueva elocuencia en algunos cuen-
tos de Azul, especialmente en El Sdtiro sordo. Quiza ha-
ya en El Sdtiro sordo, como un eco — amplificado
por la lirica de Hugo — del pasaje de L' Aveugle. El
Sdtiro sordo y El Rey burgues, son casi una refundici6n
de El Ciego, de ciertos aspectos de este grandioso poe-
ma. Y Dario ha vivido bajo el imperio del Rey burgues
y del Satiro sordo. A Chenier conoci6 el poeta, probable-
mente, por primera vez, en la traducci6n de Menendez y
Pelayo (1875 (1). A1 canto del poeta el tiempo "pare-
cera mas breve". A1 expresar asi el milagro lfrico,
Darfo renueva el mito de la musica, si no en la expresi6n
antigua y renacentista, en la de la Edad Media, que ex-
presa los deleites del paraiso. En Los raros traduce y
comenta la poesia de Eugenio de Castro de la monja y
del itusenor que habia cantado trescientos aiios. "Si os
fijais bien, podreis encontrar que ese ruisefior es her-
mano de aquel que oy6 el monje de la leyenda". El
precioso tema del ruisefior paradisiaco de Alfonso el Sa-
bio (Cantiga C I I I ) :

A tan gian sabor auia


d'aquel cant'e d'aquel lais,
que g^aades trezentos aios
esteuo assi, ou mays

se habia vulgarizado en el siglo XIX. Dario hubiera po-


dido recordar tambien a Longfellow, a quien conocia.
Despues de extasiar a los cisnes y de hacer mas breve
el tiempo, se le antoja "hacer danzar los chivos". Esa
danza tenia su misterio; Dario la ha tomado de la re-
producci6n de una moneda de Messana (fig. 34) que
trae la Mitologia de Menard; la fascinaci6n que ejercia
la musica de Orfeo en las fieras es un brillante lu-
gar lirico, grato a Garcilaso en su tradici6n secreta,

(1) MARCELINO MENENDEZ Y PELAYO, Estudios poe6cos, Ma-


drid, 1878.
Fig 34. - Pan (de
una moneda de Me-
ssana)..
Oomo Pan en el campo hai4 danzar l&s chivos.

y al Darfo deAzul. Pero en este soneto quiza tuvo pre-


sente el poeta otra ilustraci6n de Menard; las fieras y

Fig 35. — Orfeo,


Como Orfeo tendie' los leones cautivos.

las aves escuchan conmovidas el son melodioso; resalta.


la figura de un le6n.

Y movere el imperio de amor que todo mueve,

es remini$cencia dantesca ( P a r a i s o , X X X I I I , 1 4 5 ) :

l'anior che move il sole e l'altie stelle

- Los versOs finales del soneto son una demostraci6n y


una consecuencia del misterio de la irresistible y amo-
rosa armonia.
^ - 170 - -

En este sorieto se acerca tambien a Le Chevrier, de


Heredia, donde el Satiro con su flauta de cana "hace
danzar las cabras".

A MAESTRE G0NZALO DE BERCEO


Empieza con la designaci6n que se da a si mismo Gon-
zalo de Berceo: "Yo maestro Gonzalo de Berceo", e n
Milagros de Nuestra Senora. Pone "maestre", que Ber-
ceo no usa, para sugerir lo antiguo. Se refiere tambien,
a un verso de la Vida de Santo Domingo de Silos:

Bien valdia, eomo cieo, un vaso de bon vino.

Es decir, toca dos lugares muy citados de Berceo. Darfo


conoci6 al poeta de los Milagros en las reproducciones
que se hicieron en el siglo XIX de la edici6n de Sanchez,
en antplogias, en las conversaciones con raros investi-
gadores americanos de metrica espanola, y, sobre todo,
por el capitulo memorable de Menendez,.y Pelayo en el
tomo segundo (1891) de la Antologia de poetas liricos
castellanos, obra que debi6 de influir eficazmente en el
hispanismo de nuestro poeta. Una pagina cualquiera de
la Antologia (la XLV, por e j e m p l o ) , le mostraba, junto
con la inteligente y sabia prosa de Menendez, con "la
descripci6n de visiones", — reino interior —, nuevas for-
mas del alejandrino que Ruben usaria:

Mas lueie que el sol, tant era <3e lumr.osa.


Vido ties saiictas virgenes de giant auetoiidat.
Que fue jnas belk que niii lilio. nin que rosa.
Estas ties sanetas virgenes en cielo coionadas
<i tenian sendas palomas en eus mar.os alzadas. ^

El poeta de Prosas profanas, ama la prosa en alejan-


drinos de Berceo:

Amo tu delicioso alejandrino.

Es que el verso-de Berceo, es el mismo verso — en la.


esencial — de nuestro po'eta:

Asi proeuio que en la luz resalte


tu antiguo verso, euyas a&s doio
y hago biillar con nii modeino esmalte.
- 171 -

Dario parece interpretar justamente la significaci6n


de bon vino. Berceo "juglar" de vidas de Santos, bien
puede pedir con cierta aleccionadora ironia por sus poe-
mas "el vino" que el juglar de lasvidas de heroes, pe-
di'a despues de la recitaci6n: "Datnos del vino". El
alejandrino de Prosas profanas, tan influido ya por los
franceses, no habia sistematizado ciertas innovaciones
que se advierten en Cantos de vida y esperanza, puede
por tanto el poeta, colocarlo al lado del de Berceo; ade-
mas Dario habia llegado al cosmopolitismo, es decir,
estaba dentro del conjunto de la literatura europea y
podia aprovecharse para ilustrar nuestra metrica de la
continua labor poetica de las escuelas literarias de su
epoca.
El soneto termina con una pincelada de cetreria:
Tiene la libeitad eon el decoio
y vuelve, oonio al puflo el gerifalte, -
tiayendo del azul rimas de oro.. .
La cetreria —- las imagenes de cetreria de las estam-
pas —, de las colecciones de libros antiguos de este ge-
nero que se publicaron en Espana, de don Juan Manuel,.
del Canciller Pero L6pez de Ayala, de las Soledades,
todasesas bellas descripciones de caza, detestables por
falta de sensibilidad que ame lo viviente,-se grabaron en
la imaginaci6n del poeta:
Geiifaltes de antafio revienen a los pufios,
dice en Cantos de Vida y Esperanza. De que vuelvan al
puiio no es discutible, si se consideran sinonimos mano y
puno, y en la mano se comprende el dedo enguantado:
Teraiplado pula er_' la niaestra mano
el geneioso pajaio 6u pluma,
escribe G6ngora. Y Dario: "En la mano el azor". En
ilustraciones medievales va el azor en el pimo. Paz y
Melia, en Sales espanolas (t. I, p. X, 1890), trae, al hablar
de cetreria, una cita de la traducci6n castellana de Com-
mines: "porque aquel falc6n gentil de tan veloces alas,
le tr'ae del cie/oprisioneras otras mil raleas da aves al-
taneras". En este mismo comentario del burlesco Libro
de cetreria de Evangelista, Paz y Melia cree descubrir,
en la Profecia d e e s t e autor del siglo XV, coincidencias
- 172 -

con los Signos que aparecerdn antes del juicio, de Gon-


zalo de Berceo.
E n la respuesta a una acusaci6n, de Las contemplacio- '
nes, I, VII, Hugo glorifica la libertad del nuevb alejan-
drino:
Eompt desormais la regle et trompe le ciseau,
et s^eehappe, volant qui se ehange en oiseau,
de la eage eesure, et fuit vers la ravine,
et vole dans les cieux, alouette divine.

A estos versos alude Dario cuando escribe:


iMas a uno y otro pajaro divino
la piimitiva eareel es extiafia....

ALMA MIA

Alma mfa, es decir Psiquis, Psyche, my Soul,de Poe:


Oh Psiquis, oh alma mia, '

expresi6n grata a Moreas, esta unida al mito de Persefo-


ne. Dario se inspir6 en una ilustraci6n de la Mitologia
.de Menard, El retorn6 de Persefone al Olimpo; esta be-
Uisima pintura simb61ica de un vaso parece venir de fuen-
tes 6rficas y esta en el misterio demeterico de la inmorta-
lidad del alma. Zeus desde lo alto domina la escena
mistica.

Fig.. 36. — Retorno de Persefone al Olimpo.'


Todo esta bajo el signo de un destino sujxemo.
- 173 -

E n la pintura aparecen Hermes, la Primavera, Deme-


ter, Triptolemo y dos serpientes. Dario une el mito de
Persefone al de Psiquis.
Sigue en tu rumbo, sigue haeia el oeaso extremo
poi' el camino que hacia la Esfinge te 6neamira.

Es el camino de Hades, de la Mansi6n de los muertos;


el camino del retorno de Proserpina, del viaje de Psi-
quis y de Orfeo.

Coita la flor al paso, deja la dura espina,

seria una notaci6n de exterior epicureismo, de carpe


diem. El poeta dice a su alma:

En el rio de oio lleva a compas el iemo,

pensamiento misterioso; el rio infernal es negro; pero


D a r i o q u i z a por eufemismo, el eufemismo de las Eume-
nides, para volverlo p r o p i c i o l e ha llamado de oro; es
el rio Aquer6n y el remo es de la barca de Garonte;
quien sabe pdr.que el alma, conduce aqui su barca y no

Fig. 37. — Floia (de unq pintura de Pompeya).

Corta la flor al paso.


- 174 - ' ;',_i;i

es conducida; Ueva a compas el remo, para estaf en el


orden del universo; es Psiquis cuando atraviesa la co-
rriente para Uegar a la mansi6n de Persefone; es ahora
la Psiquis-Persefone de las doctrinas hermeticas. No re-
cuerda al Cerbero, sino a las Serpientes de la pintura
del vaso.
Atraviesa imperteiiita por el bosqoe de males
sia temer las seipientes; y eigue, como un dios...

Como Psiquis, como Orfeo en busca de Euridice. Pero


tambieh es muy probable que Dario haya pensado en el
viaje del akna del Libro de los muertos, del Egipto, ya
sea por haber leido la traducci6n de Pierret- (1882), o
lo que es mas posible, su resumen e interpretaci6n en
Schure {Santuarios de Oriente, cap. IV: El culto de los
muertos y el viaje del alma). En este caso La barca es
la de Isis. "Hermes dice al alma: El rio de oro viene
de Osiris, la inteligencia", etc. En este rio de oro y en
la barca de Isis llevara a compas el remo el alma del
'poeta. Este soneto, expresa tambien la voluntad. No
la voluntad impasible y tiranica, sino abierta a los do-
nes del mundo y que siente que el pajaro la adula y Jos
-astros del cielo la acompaiian: lo que tambien podria
ser sugesti6n del Retorno de Proserpina, del vaso, donde
el aguila en lo alto del cetro parece un pajaro que canta
y Zeus domina el cielo estrellado. El poeta ingles W.
Ernest Henley ha escrito la famosa poesia To R. T. H.
B., que, aunque opuesta al Destino de Dario:
I am the master of my fate,
I am the eaptain of my soul (1).
guarda cierta afinidad con Alma mia.
La filosofia y parte del vocabulario del soneto, hace pen-'
sar en la EticadeSpinoza. Elalmaperseveraconsusideas
en su ser, III, IX; el Alma se esfuerza, X I I ; el esfuerzo
supremo del Alma y su virtud suprema estan en compren-
der las cosas por el tercer genero de conocimientos V,
XXV; XXII, la virtud suprema del Alma es conocer a
Dios, en la medida en que ella es eterna, etc. Estas pala-
bras sueltas y mutiladas no dan una idea exacta de la

(1) Soy el dueiio de mi destin6, y el capitan de mi ahna.


. . - 175 - .

sugestion de Spinoza.PosibIemente, Dario, con la impre-


si6h delas pagina6 misticasde la Etica, revivi6 la pintura
del vaso del viaje de Psiquis-Persefone.
Cxeuzer {Simb6lica, traducci6n de Guigniaut),dice
que el mito de Psiquis es la ardiente aspiraci6n del abna
humana hacia ^in bien q u e e s t a mas alla de todos los
bienes terrestres. "Un s61o ser reina en el cielo profundo
y en el abismo de la tierra, Zeus tonante, Zeus etereo",
segun Schure. Estas palabras refuerzan la afirmaci6n
del poeta:
Todo esta bajo el signo de un destino supremo.
El hombre eminente, segun Goethe, experimenta el
deseo de irradiar la idea divina que esta en el; pronto
entra en contacto con el mundo grosero y lo divino, lo
eterno, descienden y se incorporan a lo terrestre. Rubeh
quiere salvar la idea divina; seguir con ella, divinizado
por la virtud de su alma.

YO PERSIGO UNA F O R M A , . .

El poeta persigue una forma que su estilo no encuen-


tra, Aspiraci6n extrafia si el estilo fuese splo forma. No
creo, decia Poe {Marginalia, XXVII), que ningun pensa-
miento piopiamente dicho no pueda ser expresado por
el lenguaje. Pero aqui es el estilo de Dario el que busca
la forma. ^Que es la forma? El concepto de estilo del
poeta es casi el mismo de Buff6n: "pero el estilo es el
hombre mismo". Es la aspiiaci6n de la personalidad que
domina sabiamente el asunto hacia la claridad y el orden.
Se me ocurre que Dario quiere decir aqui: cada pensa-
miento es un ser, tiene un ahna, una fisonomia, un mo-
vimiento, una estructura, es en si una idea que se expre-
sa,'un compuesto circunstancial unico.
Yo yeisigo uaa foima que no eueuentra mi estilo,
bot6n d* pensamiento que busca ser la rosa;
se anuncia con un beso que en mis labi6s ee posa
al abrazo imposible de la Venus de Milo.
Olvidemos lo anecd6tico de la Venus de Milo y pense-
mos en la Diosa:
Los astros me han predieho la visi6n de la Diosa.
E l m a e s t r o dice al discipuk>: "Se acerca la hora en
que la verdad te sera revelada". No narrare aqui la
historia de la iniciaci6n. Lo cierto es que:
Adoinaji verdes paknas el blanco peristilo.

El adepto entrara "desde esta vida en la lumbre de


Osiris". "Espera la luz". El poeta dice:
Y en mi alma ieposa la luz conk> reposa
el ave de la luna sobre un lago txanquilo.

Aparece una luz en las tinieblas, se acerca, es una es-


treUa de cinco puntas con todos los colores del iris; es
un sol incandescente. "^Es lo invisiLle que se hace vi-
sible?" "^Es el presagio de la verdad celeste, la estreUa
resplandeciente de la esperanza y de la inmortalidad?"
Los astros me han j'iedicho la visi6n.de la Diosa.

La estrella desaparece y en su lugar "un bot6n de


flor" acaba de abrirse en la noche, "una florinmate-
rial, pero sensible y dotada de alma". "Se abre como
una rosa blanca". "El discfpulo ve estremecerse sus ho-
jas vivientes y enrojecerce su caliz inflamado". "Es la
flor de Isis, la Rosa mistica de la sabiduria que encierra
el amor en su coraz6n". El poeta habla de un b o t 6 n d e
pensamiento que quiere ser la rosa.
Pero he aqui que la Rosa mistica se evapora comouna
nube de perfumes. No seguire las extranas metamor-
fosis de esta Rosa mistica que es el alma divina del ini-
ciado, segun refiere Schure a quien resumo. Este be-
lUsimo soneto de Dario esta inspirado en Schure, en el
"bot6n de flor" que se convierte en rosa. Pero el no ha
llegado todavia a ser la rosa. El no haUa
sino la palabra que huye,
la ir.ieiaci6n mel6dica que de la flauta fluye
j la barca del sueno queea el espacio boga....

La misteriosa imagen de la palabra que huye, recuerda


vagamente: "La palabra veloz que antes huia" de Quin-
tana.. El gracioso verso: "La iniciaci6n mel6dica que
de la flauta fluye", trae el recuerdo de La Flute de
Chenier, cuando el riente maestro iniciaba al discipulo
en su arte:
4 - 1.77 -

I1 faconriait ma levre inhabile et peu suie


a souffler une heleine hai<monieuse et pure....

La barca del sueno es la barca de Isis: "En estas


aguas celestes, boga majestuosamente la barca de Isis",
segun Schure ( 1 ) . Y desde el mundo indefinido — mo-
derno y antiguo — el poeta vuelve a Perrault, a una
indecisa edad media, actual y simb61ica:

Y bajo la ventana de mi Bella-Duimiente,


el sollozo eontinuo del dioiio de la fuente
y el euello del gran' eisne blaneo que me interroga.

La Bella Durmiente de Perrault, revive en el Simbolis-


mo. La Belle au Bois dormait dice Verlaine (Amour,
1 3 9 ) ; y es misteriosa inspiradora de tantos poetas y
escritores de esa epoca.

(1) Ed. SCHURE, Sanctucrires d'Orient, pag 125, Paii's, 1898.


C''A'N T O S D E V I D A
Y ES P E R A N Z A

YO SOY A Q U E L . . .

En la poesfa preliminar de Cantos de Vida y Espe-


ranza, Darfo escribe su confesi6n y su artepoetica; de-
fine sumundo interior. Dice de si mismo:
Y muy siglo diez y ocho y muy antiguo
y muy modeino; audaz, cosmopolita.
Eso fue. El siglo XVIII, comprende una parte redu-
cida" de sus versos. Ea casi siempre muy antiguo: por la
influencia bfblica, el pitagorismo, el primitivismo como
el lo comprendia, por el constante estudio e imitaci6n
poetica del arte antiguo, por su amor a Ovidio, a Virgilio.
Vi6 y aprovechp la modernidad de lo antiguo. Am6
el siglo -XVIII, cuando fue novedad "con los Goncourt,.
con Verlaine, con Samain. Sigui6 las escuelas novisimas
desde el prerrafaelismo hasta la poesfa cientffica deprin-
cipios del siglo XX. Fue audaz, en la renovacipn me-
trica, e n e l idioma, en la concepci6n poetica; y cosmo-
polita, porq>ie se inspir6 en la,Biblia, en los griegos, en
los latinos, en los ingleses, en los alemanes, en los espa-
noles y, sobre todo, en los franceses. Toda cultura es
cosmopolita, es fusi6n, es una.Dos nombrescita Dario
e n e s t a estrofa. Dice:
Con Hugo f'uerte y eon Veilaine anitiguo.
Quiza el.descubrimiento de Hugo y despues el d e V e r -
laine, hayan sido los dos mas poderosos estfmulbs de su
espiritu. En esta arte poetica piensa en Verlaine.:
Enmi jardin ee vi6 una estatua bella;
se juzg6 marmol y era eame vivaj
querecuerdainmediatamente elfamoso verso:
- 180 -

Est-eIle en maibie.ou non, la Veras de-MUo?

Une a lo ideal lo real, el alma a la caine, la lira a la


flauta, Apolo a Pan, alternativa y, a veces, sinmLtanea-
mente. Hugo esciiLi6 en La Leyendade los Siglos:

L'un sculptait l'id4al et l'autre ieeV.

Y en "las complicaciones del ideal" de Les Chansons


des rues et des bois:

La veiite n'a pas de boines..


Giace au giand Par., dieu bestial,.
Fils, le ieel nnontie ses cornes
Sui le fiont bleu do l'ideal..

E n esas complicaciones de lo ideal el poeta encontr6 la


expresi6n de su filosoffa, a Pan y a Psiquis, al Satiro y
a Filomela. Dario piensa en el pantefsmo idealista de
El Sdtiro de Hugo:

Son capiiee, a U fois divin et bestial,


montait jusqu'au ioohei saere de ]'ideal,
car fattout ou l''oiseau vole, la ehevie y giimpe.

Antitesis que nuestro poeta amplia:

Bo6que ideal que lo ieal complica,


-- aIli el cueipo aide y vive y Psiquis vuela,.
*
Esta concepci6n de las complicaciones es esenciahnen-
te hugoniana. El bosque ideal es tambien selva sagrada,
grata a los poetas simbolistas y a Puvis de Chavannes,
selva inspiradora; el antiguo b6sque consagrado al dios;
y todo eso dentro de lo ideal, de una inspiraci6n vita^
del "vitalismo".
;Oh, la selva sagiada! jOh, la piofunda
emanacifo del eoraz6n divino
de la sagrada selva! jOh, la feeunda
fuente cuya virtu<l venoe al destmo!

Ese es el bosque ideal; bosque que en la descripci6n


rubendariana une lp real a l o ideal, y t i e n e e l movimiento,
la vida y el panteismo de El Sdtiro de Hugo. AlK

La etema Vida sus semillas siemJbra,


y biota la aimonia del graa Todo.

Desarrolla en magnifica estrofa el tema de la inspira-


- 181" -

ci6n poetica. La "fecunda fuente" esta posiblerhente


dentro de su concepci6n neoplat6nica de la inspiraci6n,
del mito de Orfeo y de Psiquis. Con el Evangelio de
San Juan (XIV, 6 ) , escribe:

El aite puio como Ciisto exclama:


Ego sum lux et veritas et vita.,

Si en lugar de via puso lux, no bastarde6 el texto


evangelico; Cristo es luz: Ego sum lux mundi (San
J u a n , V I I I , 1 2 ) . El poeta ley6 muchos libros, medit6
mucho, y no sabe:

, Y la .vida es mieteiio; la luz ciega


y la ^erdad inaceesible asomtoa;
la adusta peife'eci6n jam4s so entiega
y el seeieto Meal dueime en la somhia..

Ronsard hubiera pieferido "un mestier moins divin"


al de la poesia verdadera que no alcanza nunca la per-
fecci6n que se busca; Dario tampoco encontr6 la per-
fecci6n y quiza no ha dadp expresi6n al secreto ideal
que duerme eri esa sombra donde es dificil encontrar la
lampara de Psiquis para descubrirlo. Se consuela con
ser sincero:

P.or eso ser sineeio es ser potente..


De desnuda que estft, torilla la estrella;
El agua diee el atoa de la fuente
Er: la voz de oiietal que 'fluye d'ella.

No se desde que tiempo la palabrasinceridad lleg6 a


significar la virtud poetica de decir la absoluta verdad
como se la siente. Swinburne incorpora la sinceridad a
la virtud poetica; Guyau, en L'art (I, IV) dice que la
sinceridad es el piincipio de toda emoci6n, de" toda sim-
patia, de toda vida, porque es la forma proyectada por
el fondo, en virtud de un desanollo natural, que va de
dentro a fuera, de lo inconsciente a lo consciente. Y
Verlaine en Bonheur:

L'ait tout d'abord doit etie et paraitre sineeie.

Este amor a la absoluta sinceridad, a la vida interior,


al mundo moral; este desden al yerso brillante construi-
do, sin experiencia interior, con pomposas mentiras, este
"horror a la literatura" esta en Wordsworth. Dario no
- 182 -

fue poeta " l a k i s t a " de la n a t u r a l e z a , a u n q u e e n esta


epoca h a y a exclamado a n t e el cisne:
jQu3 haremos los poetas sino t>uscar tus lagos?

E l t a m b i e n desea volver a sf m i s m o , sumergirse e n sf


m i s m o ; las medias tintas verlenianas, son los tonos dul-
ces, indecisos del lakismo d e W o r d s w o r t h q u e quiza h a -
y a n influido en el autor de Sagesse, t a n conocedor d e
ta l i t e r a t u r a inglesa. T a i n e , d i c e q u e W o r d s w o r t h e r a u n
poeta c r e p u s c u l a r ; lo es Dario, en Cantos de vida y es-
peranza, su alma salia al t n u n d o e n "hora de ocaso",
Hora ciejuseular y de retiro.

N i o r a t o r i a n i dramaiica, segun dice Legouis, e n l a


t r a d u c c i 6 n d e Quelques poemes (1896), fue la poesia d e
W o r d s w o r t h ; asf quiso R u b e n que fuese la s u y a : "sin
comedia y sin l i t e r a t u r a " .
Las paginas asombrosas de Nietzsche sobre " W a g n e r
c o m e d i a n t e " , q u e s e hizo musico y p o e t a p o r q u e su ti-'
r a n o i n t e i i o r , su genio d e comediante lo h a o b l i g a d o ;
la a p t i t u d t e a t r a l , h i s t r i 6 n i c a e n el a r t e q u e tr;unfa, se-
gun el fil6sofo, debieron pesar en R u b e n c u a n d o escri-
b i a estas palabras.
La poesia crepuscular — poesia del siglo X I X , —- poe-
sia q u e nace de "la melodia del crepusculo", prefiri6
el tono indeciso, n o el color y la luz del m e d i o d i a :

Del crepusculo &zul que da la pauta


que los eelestes extasis inepiia,
bruma y tono menor — jtoda la flauta!,
y auroia, hija del Sol — jtoda la lira!

E l t o n o m e n o r y l a flauta, vienen a la m e n t e de D a r i o
desde los versos de Verlainej la b r u m a vesperal es el
matiz, n o el color q u e u n e e n L'art poetique el ensueno
con el ensueno y la flauta con el cuerno. P e r o D a r i o n o
toc6 solamente "la verleniana z a m p o n a " , p a r a ser " c o n
Verlaine, a m b i g u o " sino q u e t a m b i e n fue " C o n H u g o ,
fuerte". " T o d a l a l i r a " , no fue s61o aspiraci6n de H u g o ,
nuestro poeta expresara despues con Moreas, q u e es
necesario:

,ser en la flauta Pan, cqmo Apolo en la lira;

y esa inspiraci6n apolinea, esa l i r a d e A p o l o y d e Or-


- 183 -

feo, esta en el misterio d e l a aurora, en el nacimiento


de la Iuz, en el himno.
Dario dice qUe el ha combatido la elocuencia. Seguia
el consejo de Verlaine:
Piends l'eloquenee et toids-lui son couI

El poeta siente: "el horror de la literatura", lo que


es desden verleniano en YArt poetique:
Et tout le reste est litt4iature
"I1 n'y a point ici de litterature" dice Morice al elo-
giar la poesia de Verlaine. En esta introducci6n poetica
Dario encierra ideas profundas, manifiesta su credo
poetico y la dualidad de su espiritu: fe
Como k, Galatea gongoiina
me encant6 la maiquesa veileniar.a,
es decir, la diosa y la mujer, lo divino y lo humaho.
Un estudio microsc6pico de las imagenes, de las frases,
del vocabulario, nos mostrarian raras facetas de la crea-
ci6n poetica rubendariana. Por ejemplo: el poeta habla
del "vigor natural", como expresi6n de excelencia lite-
raria; al latin, dice un critico (1), con palabras de los
Ensayos, Montaigne debe este gusto del "langage plein
et gros d'une vigueur naturelle et constante". Emplea
v0cabl09 de fijado valor cientifico: "instinto", "senti-
mental, sensible, sensitiva",para aprovecharlos mati-
ces, "hiperestesia", "sensaci6n pura". Comparese: "per-
cepci6n pura" en Bergson (Materia y Memoria), sen-
saciones de puro olor, en Taine (La Inteligencia, III, n ) ;
pero Dario quiere expresar otra cosa; debe referirse a
lo espontaneo, a lo individual, a la sinceridad de expre-
si6n (Guyau, L'Art, IV, I I ) . Comparese el sentido del
verso de Dario: "Quise encerrarme dentro de mi mis-
mo", con el texto de Montaigne (I, cap. 25) "vivimos
como encerrados en nosotros mismos"; en Montaigne es
despectivo, en Dario ^es aspiracion mistica? ^Es n o v e r ,
no oir? Despojarse en si de todo, en olvido. ^Hasta
d6nde lleg6 la penetraci6n y la intenci6n del poeta? Se

, (1) M ROUSTAN, Precis d'expUcation ltmcatse, p 239. PUnio dice:


proptium vigorem, H. N. .VII, XXV.
- 184 -

encierra en ansia de e t e r n i d a d este i n t e r i o r recogimiento.


D a r i o careci6 en p a r t e de experiencia mistica, p e r o ley6
los raisticos. E l encerrarse e n si m i s m o , esta, posible-
m e n t e , en el concepto de la Noche oscura del alma, d e
San J u a n de la C r u z ; en el deseo d e refugiarse e n el
alma interior. Baste en este t e m a amplfsimo h a c e r lige-
ras referencias. E n el Ornamento de las Nupcias espiri-
tuales de Ruysbroeck el A d m i r a b l e , leido p o r D a r i o , y
e n los t r a t a d o s de San J u a n de la Cruz, esta organica-
m e n t e expresado lo q u e e n el poeta es esbozo, intenci6n.
E n el abismo de esta tiniebla, dice Ruysbroeck, " d e s d e
las sombras d e m i p r o p i o abismo", D a r i o ; a h i h a senti-
do el p o e t a : " h a m b r e de espacio y sed de cielo". " E s
u n h a m b r e sin tregua, escribe Ruysbroeck, q u e n o p u e d e
j a m a s saciarse; u n a avidez i n t e r i o r y u n a r d o r devoran-
te". " H a m b r e y sed", es expresi6n de los Evangelios,
San Mateo IV, 6; y en David S a b n o 42, 2 : " M i a l m a
t i e n e ' s e d d e Dios, del Dios vivo". La p a l a b r a " d e s n u d o " :
" E l a l m a q u e e n t r a aUi d e b e i r d e s n u d a " , quiza tenga
t a m b i e n su significaci6n mistica. E l a l m a n o p u e d e i r a
Dios si no esta desnuda. Es odiosa a los ojos de Dios si
n o va e n desnudez de todo, dice San J u a n en la Subida
del Monte Carmelo y e n otras o b r a s ; " J ' e n t r e r a i n u " ;
e n H u g o , Ibo; la p a l a b r a espina t a m b i e n p e r t e n e c e al
vocabulario mistico, vease San J u a n d e la C r u z ; el a l m a

. .. debe ir desnuda
sobie eaido heridor y espina aguda,

estas espinas son la ansiedad, el deseo del a l m a de encon-


trarse con el Esposo. Las dos u l t i m a s estrofas a d q u i e r e n
la convicci6n de u n a providencia justiciera, son de idea-
lismo,cristiano y estoico:

Pas6 una piedia que lanz6 una honda;


pae6 una flecha que aguz6 un vio)ento.
La piedra de la honda fue a la onda
y la flecha del odio fuese al viento..
La virtud esta en sei tiar.quilo y fueite;
en el fuego inteiior todo se abiasa;
se triunfa del ieneoi y de la muerte,
y hacia Bel6n la caiavana jasa!

Hacia B e l e n . . . , da un, sentido cristiano d e e s t a confe-


si6n. Dario h a gustado de la frase "la caravana pasa".
La h a l l 6 en Ricliepin; es u n p r o v e r b i o t u r c o , que t i e n e
- 185 -

. equivalentes e n las lenguas europeas. "Le chien aboie, _


mais la caravanne passe", Chanson des Gueux, 1876.
D e n t r o de la a m p l i t u d de este prefacio poetico, D a r i o
pens6 continuamenJe e n Verlaine. E1 poeta vivfa en l a
atm6sfera verleniana. Verlaine l e entreg6 el 6ecreto d e
su filosoffa elemental y c o m p l e j a ; le hizo b a j a r el t o n o .
E l tono de D a r i o , oposici6n a la elocuencia, no del t o d o
efectiva, viene del maestro frances. L*Art Poetique, que-
d6 grabada' p a r a siempre en su espfritu. L o s l i b r o s e n
prosa, de V e r l a i n e , espontaneos, vivos, sabios, sabiamen-
te escritos a l a diabla, opuestos a l D a r i o suntuoso, pene-
, t r a n , en la prosa y en el verso de R u b e n , como particulas
casi i m p e r c e p t i b l e s : escapan a la critica q u e 9e documen-
ta, p e r o no al espiritu q u e siente esa afinidad, ese r i t m o
como olvidadizo y descuidado. Verlaine fue u n a t e m p e - ,
r a d o r de D a r i o , u n a indefinible complejidad en distintos
planos, en escurridizos sentidos de la p a l a b r a , algo, si
n o m e expreso m a l , q u e sugiere otras significaciones y
asociaciones c u a n d o laS&dea al Uegar a l a c o r i c i e n c i a va-
cila en u n a serie de casi inadvertidas metamorfosis.
Una tradici6n de nuestra poesia q u e viene d e Garci-
laso, con la raiz en P e t r a r c a , hace q u e el poeta se deten-
ga u n instante a m i r a r el camino p o r d o n d e a n d u v o y
asombrarse de c6mo no h a caido, de tal m o d o nuestros
errores e i n a d v e r t e n c i a s n o s pusieron j u n t o a m a s de u n
abismo. Esta confesi6n parece nacer en el dia en q u e
relatamos a los demas nuestra vida y tiene u n leve
caracter de apoteosis personal. No podemos olvidar a
.- Horacio, Exegi. Garcilaso, nos dice:

Cuando me paro a eontemplar nu estado,


y a' ^*r los pasos poi do me ha traido,
hallo, segun poi do anduve peidido,
que a mayoi mal pudwia haber llegado.

Lope en Rimas sacras, como a p r i m e r a vista aparece,


se confiesa r e c o r d a n d o a Garcilaso:
Cuando miiolos anos que he pasado, .
la diviiia iaz6n fuesta en olvido,
eonozeo que piedad del cielq ha sido
no habeime en tanto mal piecipitado.
A p u n t e m o s q u e G6ngora refiriendose a la Dragontea
de Lope satiriza:

Potio es gallaido peio va sin fieno


- 186 -

Espronceda irreflexivo y pesimista dice:


Yo rae lance con atrevido vuelo
fueia del mundo en la regi6n eterea....
Darfo tocara ahora el tema, n o p u e d e eludirlo en su
testamento poetico, debe referirse a su juventud; vaga
una angustia y u n aroma de jardines:
P.otro sin freno se lanz6 mi instinto,.
mi juventud mont6 potro sin freno;
iba enVbiiagada y corj pufial al cinto;
si no eay6, fue porque Dios es bueno.

SALUTACION DEL OPTIMISTA

Vargas Vila cuenta c6mo escribi6 Dario, de las dos a


las cuatro de la mafiana, "en estado de sonambuHsmo lu-
cido", la Salutaci6n del optimista, que ley6 en el Ateneo
de Madrid. Esta oda, asi la llamaremos, fue una feliz im-
provisaci6n. Empleo esta palabra en un sentido muy am-
plio. Darfo dijo en varias circunstancias que improvi-
saba sus versos, que los escribia en una mesa de cafe,
en una redacci6n. Posiblemente los tenia ya elaborados
en su espfritu. El estudio atento de sus poesias demues-
tra que esta elaboraci6n fue muy compleja. Nos merece
entera fe el relato de Vargas Vila. Darfo tom6 la pluma
y escribi6 la Salutaci6n. Hacia dfas que le habfan pe-
dido que compusiese una poesfa que debfa leer en el Ate-
neo. Quiza consciente e inconscientemente fue organizan-
do las ideas en torno del tema que empezaba a adquirir
forma en su espfritu. Pens6 en el metro. Nada mejor que
el hexametro. En el pr61ogo de Canto& de Vida y espe-
ranza habla de este verso "absolutamente clasico", y re-
cuerda a Carducci, a LongfeUow. En la Historia de mis
libros dice, al hablar del metro de la Salutaci6n: "Elegi
el hexametro por ser de tradici6n greco-latina, y porque
yo creo, despues de haber estudiado el asunto, que en
nuestro idioma, "malgre" la opini6n de tantos catedra-
ticos^ hay silabas largas y breves, y que lo que ha faltado
es un analisis mas hondo y musical de nuestra proso-
dia". Darfo cita el estudio de Eugenio Mele, "La poesia
barbara en Espana, Bari, 1910. Hay una ligera injusticia
- 187 -

en el poeta cuando olvida lo mucho que se h a escrito en


lengua casteUana acerca del hexametro. Cuando olvida
que al escribir Salutaci6n tenia en el oido el primer he-
xametro — si asi puede llamarsele — de una poesia de
Jose Eusebio Caro que le di6 el ritmo inicial de Sahi-
taci6n:
m
C6firo, iapido lanzate, rapMo empujame y vivo,
Inclitas razas ubenimas, sangre de Hispania fecunda..

Tambien olvida a Sinibaldo de Mas. Seria necesario un


estudio atento de la metrica libre de estos hexametros
rubendarianos. Me concretare a citar algunos anteceden-
tes caracteristicos. En el soneto Venus, de Azul, el poeta
emplea este metro:

En latranquila noelie, mis nostalgias amaigas sufria,

que es igual a un heptasilabo, mas un decasilabo eon


acento en la terceia y en la septima, el lindo verso de
Espronceda, de Menendez y Pelayo, de Gutierrez Na-
jera:

Encended ese eiiio amaiillo.

Dario llama, por olvido, "versos de quince silabas",


a los de su soneto. Versos de diecisiete silabas, iguales a
los de Venus, tiene continuamente en Salutaci6n:

Abomlnad la boca que piedice desgiacias eternas.

A estos versos les llama hexametros Sinibaldo de Mas


en su Sistema musical de la lengua casteUana, segunda
edici6n, Barcelona, 1843. Citare algunos ejemplos:

Resplandeciente vine cor: el caseo de fieiro lueiente.


Galopan<3o pasaba con ol caseo de fierio lueiente,
Galopando pase con el casco de fieri;o luciente,
Llen6 esta de zaizales y pefiascos el tetrico suelo.
Un hondo preeipicio por un lado amedrenta la vista.
Y en loe 16bregos nidos a las tigres despiertarj atioces.

Este mismo hexametro se encuentra en Las latinas de


Villegas. Los hexametros de la Salutaci6n exigen u n co-
mentario amplio y profundo, una revisi6n de problemas.
Basta dejar sentado que Ruben Dario debia conocer ya
en Chile la obra de Mas, de este rarisimo rebuscador de
_ 188 - '.- -.^

metros y creador de arriesgadas hip6tesis. En la mente


de nuestro poeta habia una constelaci6n de versos raros
que el Uamaba hexametros. Don Sinibaldo ha sostenido,
como dice el Conde de la Vifiaza en su Biblioteca hist6-
rica, la existencia de silabas largas y breves "y dedu-
ciendo de aqui, con mucho ingenio y habilidad, que el
castellano podfa imitar casi todos los metros latinos, y
aun inventar nuevas especies de yersificaci6n". En los
ensayos de donSinibaldo, en Villegas, en los versos de
trece y dieciseis sflabas d e l a G6mez de Avellaneda, de-
bi6 caer la vista penetrante de Dario.
Vease un pasaje de la pagina 83 de la edici6n de
1843 del Sistema musical. Suprimo la notaci6n de los
acentos:
;Cuan plaeida paseas poi las ondas del eielo tu lumfc>Te,
0 luna, de la noche sol elaro y sereno!
YDarfo en la Salutaci6n:
Del fKieules antiguo la gian sombia soberbia evocando,
digan al oibe: la alta virtud iesueita
que a la hispana piogenie hizo duefia de siglos.

Este ultimo verso fue creado por la G6mez de Avella-


neda: "Yo palpito, tu gloria mirando sublime". El lec-
tor dira que el de Dario es alejandrino. Tambien es de
trece sflabas, como puede ser de catorce, segiin se baga '
o no pausa de hemistiquio, el del soneto Vrna votiva,
donde Dario usa este mismo metro con igual acento.
Don Sinibaldo fue precursor de la renovaci6nmetrica,
<x>ntinuador de Villegas que fue quien invent6 el verso
que Dario emplea en Venus.
Tambien Eduardo de la Barra, en el poetico e inte-
ligente pr61ogo de la piimera edici6n de Azul, pudo, a
nii ver descubrir a Ruben el secreto de la metrica sabia.
Le aconsej6 ietocarelverso dePrimaveral: "su purpura
humeda y fresca", paia dar mejor colocaci6n a los acen-
tos, y decir: "su humeda purpura fresca". "Asi, escribe
de la Barra, este octosilabo dactilico llevaria sus acentos,
como es debido, en las silabas primera, cuarta y septima".
El ritmo del dactilico asoma naturalmente en Primave-
ral: "Mira en tus ojos los mios". Un paso mas y tenemos
el endecasilabo: "Libre la frente que el casco rehusa",
de P6rtico; con dos pies mas se entera un tipo de hexa-
- 189 -

metio d e l a Salutaci6n: "Inclitas razas uberrimas, san-


gre de Hispania fecunda"i
La Salutaci6n no es obia de poeta, en el sentido actual
de la palabra, sino de vate. Ruben predice:

Se anuncia un ieir.o nuero.


La latina estirpe veifi la gian alba futuia..

Hay dos clases de vates: Darfo se llama optimista.


Unos anuncian sucesos felices, otros desgracias. Los es-
pfritus prudentes, los que hablaban de la filosofia de la
bistoria en la epoca de la Salutaci6n eran, y son, hombres
de ciencia. Dario vaticina. Vargas Vila habla del sonam-
bulismo lucido. Es el medium, el aniUo de la c a d e n a . A s i
dice el poeta en versos de dignidad antigua:

Abominad la boca que prediee desgiaeias eteraae,


abominad los ojos que ven s61o zodiacos funestos,

Y dice Agamenon a Calcas {Iliada, I, 106, 107), en be-


llos versos de Hermosilla:

jA<divino de males! A mi nunca


daimie has queiido favorable nueva:
aiempie te es grato presagiar <Jesdiehas!

Quiza Dario piense en el segundo libro del Paralipome-


non (XVIII, V. 7 y 16) : "Yo le aborrezco, porque nunca
me profetiza cosa buena, sino siempre desdicha". "En-
tonces dijo Miqueas: H e visto a tddo Israel dispersado
por los montes", etc. Este Miqueas tiene "la Jboca" y
"los ojos", que predicen y ven desgracias.
El poeta piensa en la irreverencia moderna h a c i a t o d o
lo grande, en la barbarie falsamente democratica, e n la
falsa libertad y en el olvido del pasado glorioso: .

Quand la foule, ievant una etemelle fete


N'entend plus honorer ni martyi, ni h6ios,

segun dice el noble poeta Federico Plessis. Y exclama:

Abominad las manos que apedrean las ruinas iltistres,


o que la tea emjufian o la daga suicida.

" S e a n u n c i a un reino nuevo": una edad nueva, mag-


nus ab integro saeclorum nascitur ordo. He aqui la sin-
tesis de la Salutaci6n y de la Egloga I V de Virgilio que
el poeta habfa recordado en el Coloquio de los Centauros.
- 190 -

Darfo interpret6 la Egloga IV tal como se l a h a visto has-


ta hace veinte anos. Pbsiblemente la ley6 en la traduc-
ci6n de Ochoa, que lleva el texto latino al frente. No
olvidara en la Salutaci6n al poeta romano a'quien llama
"Virgilio .divino". Citare pasajes de los versos insignes
en la prosa de Ochoa: "Ya llega la ultima edad anuncia-
da en los versos de la Sibila de Cumas". Y en Dario:
"Porque llega ,el momento... Se anuncia un reino nue-
vo, feliz Sibila suena". Virgilio: "Ya reinas tu, Apolo";
Dario: "Ya vereis el salir del s o l " . . . , etc. No compa-
rare a ningun poeta con Virgilio, porque aunque los ha-
ya mayores, el latino es siempre incomparable. S61o dire
que Dario no qued6 empequefiecido por el modelo; hizo,
a pesar*de cierta resonancia enfatica, poesia virgiliana.
Y predijo cosas que se han cumplido:

Fueites colosos caen, se desbandan bieefalas aguilas.

AL REY OSCAR

En Sdlutaci6n del optimista, en Cyrario en Espana, en


Los Cisnes, Ruben, nieto de Espaiia, "soy un nieto de
Espana", nos dice, vuelve a la/raiz de la raza^ a s u
historia memorable, para hablar, en el abatimiento de
la hora de derrota, de sus posibilidadesy de suclaro des-
tino. Su voz de poeta se convierte en la de pastor de
pueblos a quienes hace oir la inspiraci6n de los hados
beneficos. El rey de Suecia y de Noruega, segun una
noticia del Figaro frances, de m a r z o d e 1899,al pisar
el sueIo espanol haexclamado: ";Viva Espaiia!". A ese
viva que le llegaba "en el aire d e F r a n c i a " , c o n t e s t a
Ruben con un poema de pareadosronsardianos:
Sire, quieonque soit qui feia vo6tre histoire,
honoiar.t vostre nam d'eternelle nvemoire...
Al reproducir. enEspana contempordnea un madrigal
de Ponsard, que en verdad resulta imitaci6n del Soneto
paraHelena de Ronsard, Ruben apunta: "Ponsard ron-
sardiza". Habia que hablar al rey Oscarcon un noble
tono. Y da las gracias con una enumeraci6n de noiiibres
que penetian en la regi6n de las riquezasdefinitivas:
- 191 -

Poi las lanzas que fueion una vasta floresta


de gloria y que pasaion Phiiieos y Andes;
por Lepanto y Otumba, joi el Peiu, por Flandes;
por Isabel que cree, por Crist6bal que suefia
y VeHzquez que pinta__y Coites que domena;
for el pais sagrado en que Heiakles afia'nza
sus macizas coTumnas de fuerza y espeianza.

Y afirma la inmortalidad, la grandeza de Espafia; la


Espafia derrotada en Cuba, la Espana cafda en una ex-
traiia decadencia, entra en la apoteosis poetica; es, al
fin, la madre de nuestra America, late en cada sflaba
que escribimos, y en su destino participa el nuestco por
la identidad del espfritu que se ha forjado en los siglos
memorables. Esa Espana no puede sepultarse en la
ruina:

;Mientias haya una viva pasi6r., un noble empeno,


un buseado imposible, una imiposible hazafia,
una A-meiica oculta que hallar, vivua Espanal

jPara escribir asi el alma ha de Uevar lo que el Eama


"una rosa de fuego", la rosa inmortal de la poesia que
se descubre en las tinieblas de los angustiosos lutos para
anunciar la esperanza! Asi quedan estos versos ya que
el recuerda "un noble vaso giiego", como una pintura le-
gendaria hecha por manos de un ceramista ateniense;
llevan la gracia, la verdad y la fuerza.

LOS TRES REYES MAGOS

Dario vi6 los Reyes Magos en l a p i n t u r a anterior a


Rafael y en l6s primitivos flamencos. Ahora los hace
hablar, los ve, con la Visita de los Magos del poeta ingles
Arturo Symons, como iniciado. Conoce, quiza por Huys-
mans,el'simbolismo del incienso, de la mirra y del oro.
La aparicion de los Magos tiene apariencia de ^repre-
sentaci6n escenica: "Yo soy Gaspar". "Yo soy Mel-
chor". "Soy Baltasar". G a s p a r l o sabe t o d o " p o r la
divina estrella"; 6altasar,

porelluceiopuro
^ que brilUa"en la diadema de laMuerte.

Esta rara poesiarecuerda el Auto de los Reyes Magos


que Dario pudo volver a leer, en las ilustraciones del to-
^- 192 -

mo I I I de la Historia de la literatura e$panola d e A m a -


dor de los Rios j u n t o a u n estudio hist6rico q u e debi6
serle piecioso. Como e n el Auto, cada Rey h a b l a solo.
P a i e c e que, como en el Auto, los Reyes todavia n o h a n
visto a l Nino. E n el Auto, x;ada R e y h a c e la m i s m a afir-
m a c i 6 n ; G a s p a r : "Nacidb es el C r i a d o r " ; B a l t a s a r :
"Certas nacido es en t i e r r a " ; M e l c h o r : " q u e u n o
o m m e es nacido de carne, q u e es senior de t o d o el
m u n d o " . Y en D a r i o : G a s p a r : " E x i s t e D i o s " ; M e l c h o r :
"Existe D i o s " ; B a l t a s a r : "Aseguro q u e existe Dios". La
repetida p r e s e n t a c i 6 n : "Yo soy", en boca de los Reyes,
p u e d e estar sugerida p o r los versos del Auto:

A mi dizen Caspar,
est otio Melchioi, ad acliest Baltaear,

ordenacion q u e esta en D a r i o : Gaspar, Melchor y Bal-


tasar. Quien h a b l a al final, con la voz del poeta, es el
Angel:

Gaspar, Melelioi y Baltasar, callaos.


Tiiunfa el amor y a su fiesta os eonvida. ,
Ciisto i*suige, haee la luz del caos
y tien<; la eoiona de la Vida.

A la corona de la vida que Dios p r o m e t e a los q u e


le a m a n , segiin Santiago (I, 1 2 ) , la ofrece la voz del
angel, en el Apocalipsis ( I I , 1 0 ) . Al h a b l a r d e Cristo, q u e
" h a c e la luz del caos", Dario piensa en San P a b l o ( n ,
Cor. 4, 6 ) .
E n sus ultimos afios Dario se acerc6 mas intima- -
m e n t e a los autores latinos. E n Los tres Reyes Magos
escribe:

Y en el placei liay la melancolia!

Este verso e s f o r m a c a s t e l l a n a d e la expresi6n d e Lu-


crecio (IV, 1134, 5 ) , que Dario sabia de m e m o r i a : ...me-
dio de fonte leporum, etc., que el A b a t e M a r c h e n a tra-
duce a s i :

Porque en el manantial delos placeres


ui:a cierta aniaiguia sobresalta.

Esta t a m b i e n dentro de la concepci6n del dolor y del


placer, d e la mezcla de dolor y d e placer del Filebo d e
P l a t 6 n , la mezcla de comedia y de tragedia e n la v i d a
- 1'93 -

humana; ve juntos estos polos en la doctrina sabia de


S6crates.
Esta tentativa. de misterio medieval es un Auto de h>s
Reyes Magos en miniatura; auto s i m p l e , d e arcafsmo
preciosista, puesto en lenguaje moderno, anterior al dia-
logo literario del Renacimiento; un esquema de imagi-
nario teatro primitiyo.

CYRANO EN ESPAftA

Una poesfa de encargo. La revista Vida literaria se


los pidi6 con motivo del estreno de Cyrano de Bergerac
en Madrid. Apareci6 prbbablemente a fines de ene-
ro de 1899. La figura de Cyxario se anima a los ojos de
Ruben y comparte con Rostand la inspiraci6n creadora.
Conocia por supuesto la obra literaria de Cyrano de
Bergerac, su Viaje a la luna. Estos pareados alejandri-
nos, agiles, de intenso dinamismo, de lirica erudici6n,
dan la medida de la poliforme inteligencia del poeta.
Es a Cyrano en persona a quien saluda y como celoso
duefio de casa no olvida que Espafia nd resulta un mun-
do extrafio a este "piincipe de locuras de suefios y de
rhnas".
La historia entera de la literatura y el arte de Cas-
tilla quiere asomar por los versos llenos de irpnia, de
gracia y de visiones de la realidad poetica. El elogio
de Cervantes alcanza una sorprendente novedad de in-
terpretaci6n cervantina.
"YCyrano halefdo la maravitla e s c r i t a . . . " Ningun in-
terprete del Quijote super6 a Dario. ElQuijote no sera
fijado nunca por la critica; y nadie sabra tod6 lo que
hay en la intenci6n y. en la mente del heroe a quien
Uama Ruben "el divino lunatico". En Cyrano, Dario
ve mas alla. Ve la correspondencia de Espaiia y Francia.
Sefiala un anhelo y una verdad hist6rica. Si esa uni6n
hubiera corrido mas honda eii la conciencia latina, quiza
la historia del siglo XIX fuera otra. En Cyrano, Ruben
exalta la Espaiia intemporal, no vencida. Exalta el arte:
El Aite es el gloiioeo vencedor. Es el Aite
el que vence el espaeio y el tieioipo...
En Cyranq quiza record6 Ruben unos versos de Hu-
- 194 -

go; cfeo advertir u n a l e j a n a sugesti6n de Odes et Ba-


llades (II, V I I ) :
Melez a nos lauriera vos palmes fraternelles;
ehantez Bayaid; — ehantons le Cid!
qu'au vieil Bscurial le vieux Louvre reponde...
Y a trav6s de los 'siglos se contestan, oid:
la Canci6n de Bolando j la Gresta del Cid.
Se que el merito de un poema no esta en la erudici6n,
que una poesia no es un discurso o una sabia diserta-
ci6n, pero se que el poeta puede apoderarse de esa eru-
dici6n cuando escriLe,en su mano esta hacerlo. ^Cuan-
tos anosbastarfan para manejar esa erudici6n como lo
hace Dario? Y luego de ese don de arnar lo grande en
las lfneas del verso; dice al Cyrano que lleg6 a la luna:
jFue acaso la gran sombra de Pindaro a encontrarte?
Una cultura afinada y elegante le llevaban siempre,
en lo mejor de su obra, a pensar universalmente con no-
vedad luminosa.

SALUTACION A LEONARDO

"En la Salutaci6n a Leonardo, escribe Dario, hay juegos ,


y enigmas de- arte, que exigen para su comprensi6n, na-
turalmente, ciertas iniciaciones". El poeta conoci6 in-
negablemente, parte de la bibliograffa donde se considera
a Leonardo'como iniciado en ciencias ocultas. El ge-
n i o d e Leonardo fue visto por escritores del sigloXLS
dentro de extrafias formas; se le Uam6 Mago, se le con-
t6 en el numero de los grandes iniciados. Muntz, en su
obra sobre el autor de la Gioconda, resume lo que dije-
ron los principales escritores hermeticos del enigma de
Leonardo. Dario debi6 de estar en ciertos secretos de
este genio, especialmente por la lectura de los pre-
cursores de la obra de Peladan; en el secreto de "esta
gran esfinge". Me es dificil adivinar "los enigmas de
arte" de Ruben, y penetrar en el sentido de los "jue- ,
gos". Esos juegos pudieron nacer, no s6lo de la inten-
ci6n de Dario, sino tambien de la contemplaci6n de los
dibujos y esbozos de Leonardo. Tentare una explica-
ci6n: "Maestro, Pomona levahta su cesto. Tu estirpe
saluda la aurora. Tu aurora". Puede significar, en la
' - 1'95 -

interpretaci6n de las figuras vincianas, el triunfo de las


divinidades de la luz contra los demonios de la sombra.
Un retdrno apolmeo. El Cisne — "el magicoCisne" -
anuncia esta nueva edad. Vinci ha creado un mundo
que flotaba siri encarnarse, que estaba formado "por las
vagas figuras del sueno". El sueno "recibe la sangre
del mundo mortal", porque el aIma, Psiquis, en sudes-
censo tiene que encarnajse, segun la doctrina que Da-
rio conoce largamente, enlazarse en los repliegues del
cuerpo, estar cautiva en la materia; si Psiquis cumple
su suefio, en el alma del mundo, en la vida celeste, np
por eso ba d e j a d o d e tentar cumplirlo eu el cuerpo hu-
mano; aunque ese sueiio se haya roto a cada instante y
baya sido recomenzado sin cesar en la tierra. Ya otros
escritores esotericos ensefiaron que' el cuerpo es obra
del alma, en casi idehtico sentido que el de la doctrina
espiritualista del Renacimiento que halla la correspon-
dencia del alma y del cuerpo hermosos.

Y Psiquis consigue Su empe5o


de ser advertida a traves del tenestre cristal.
Luis de Le6n en su canci6n al nacimiento de la hija del
marques de Alcafiices, pinta el descenso de la divina Psi-
quis. Cuando el "ALma divina", desciende, para encar-
narse, de cielo en cielo, Apolo le dice:
Poi todo el delieado -
cuevpo, com.o poi vidiio transpaiente,
iesplandor admiiado,
graeia iesplandeeiente,
divina, se descubia abieitameate.
Luis de Le6n conoce directamente las doctrinas 6rficas
y neopitag6ricas. Es sugerente encontrar en Dario el
mismo pensamiento no ajeno a la tradici6n medieval;
"el alma que reside en un cuerpo glorioso, escribe Mech-
tilde de Magdebourg (s. X I I I ) , citada por Ancelet-Hus-
tache, brilla a traves de ese cuerpo como un oro lumi-
noso a traves de un cristal limpido".
Psiquis se descubre en nuestro cuerpo, cuando ha lo-
grado sujetarnos a su naturaleza divina; pero casi siem-
pre aparecera imperfectamente. No sucede asi en. la
obra de Leonardo. En las figuras de este gran pintor
Psiquis puede ser advertida al traves del cristal huma-
n o ; parece que Dario quiere decir que el cuerpo es en
- 196 -

la obra de Leonardo un cristal que deja pasar la lumi-


uosidad del ahna. Y fue eso lo que Leonardo se propuso.
En una redacci6n anterior el poeta decia:
Y el alma ccmsigue su empefio
do eei advertida a trav6s del carnal y divino cristal.
Pero borr6 carnal y divino para poner "terre9tre"
porque el cuerpo es la morada terrestre del ahna. Des-
pues escribe, entre parentesis,''una explicaci6n que re-
pite al final de una serie de imagenes y visiones que
llamaremos de conocimiento oscuro:
Los bufones
que haeerj sonieir a Monna Lisa....
Darfo ha borrado en el manuscrito, un verso de dudoso
gusto donde hablaba del satiro; de "los zuecos de oro
del satiro". Ha corregido "Tus", por: "Los bufones".
Esta correcci6n puede darnos una clave. Circunscribe
en Leonaido una misteriosa ciencia antigua. En la re-
petici6n abieviada de este pasaje, repetici6n intenciona-
da, ha dejado lo actual: "Tus bufones". Estos buf0ne9
Saben caneiones
que ha tiernpo en los bosques de Giecia &eo,ia la risa
de la biisa..
Esta referencia de Vasari a los bufones de Leonardo,
"que hacen sonreir a Monna Lisa", se complica con la
leyenda cientifica y la sabiduria oculta del pintor, del Ma-
go, como le Uama D'Annunzio, y profundiza el enigma
de la Gioconda. Es probable que la" lectura del estudio
sobre Leohardo, de Walter Pater,las ilustraciones del li-.
bro de Muntz, o el sextode los dibujos del Vinci, le su-
girieran desde laspalabras iniciales:"Pomona levanta
su cesto", hasta laintefpretaci6n psicol6gica de la sonrisa
de la Gioconda, en cuyo rostro, segun el ensayista ingles
hay "la animalidad de Grecia y la lujuria de Roma", etc.
P o r e s o los bufones saben "tan antiguascanciones".
Darfo se refiere tambien a la desenfrenada licencia de.
la epoca de los Borgias. Monna Lisa escuch6 esas can-
ciones. ._ *
Maest10, si alla en Botna
quema el sol de Seg01 y Sodoma
Es facil explicarse esta geografia no santa de las ciu-
dades de Italia. El poeta hace aparecer lo que Walter
- 197 -

Pater ve en la expresi6n de la Gioconda, "el retorno aI


paganismo y todos los pecados de los Borgias":
Pasa su Emineneia.
No prolqngare mas una interpretaci6n que puede pare-
cer adivinanza. Dario dice a Leonardo que en un jardin
de marmol y de piedras preciosas tiene una esfinge viva.
Esa esfinge puede ser la Gioconda, puede ser Eulalia; es
la misteriosa sonrisa que ya le enamoraba en NeUy
0'Brien de Reynolds. Esta el supremo misterio y por tan-
to el mas oscuro en Monna Lisa. La Salutaci6n a Leonar-
do tiene indecisiones que demuestran que sus enigmas y
juegos de arte no estan dentro del seguro hermetismode
Licofr6n, de G6ngora o de Mallarme. Esta poesia fue es-"
crita en Madrid en 1899 y publicada en el Almanaque
Peuser de Buenos Aires, del afio 1900. Podria establecer-
6e la correspondencia de Salutaci6n a Leonardo con los
dos volumenes de Les Symboles de Maurice Bouchor.

PEGASO

Pegaso es "caballo iudo y tembloroso". El poeta lo


vi6 asi. Asi aparece en lasilustraciones de la Mitologia
de Menard (fig. 347 a 353). Belerofonte hubiera podido
de'cir con versos de Dario:

Fig 38.. - BELEROFONTE (pintuia de un vaso).


El cielo estaba azul y yo eetaba desnudo.
'Cuando yo iba a monfer ese caballo rudo
y tembloioso
El eielo *staba azul y yo estaba desnudo.
- 198 -

Fig 39 - PEGASO
y BELEROFONTE (de
una moneda antigua).
Ese caballp ru<3o y temMoroso.
E n la pintura de un vaso estan Belerofonte desnudo
'y Pegaso tembloroso y piafante; Darfo'ha visto, e n el
fondo de la pintura, el azul del cielo, creemos que del
cielo de la mafiana. Belerofonte se despide, y esta pron-
to para empezar Ia gloriosa aventura. E n una moneda,
Belerofonte desnudo doma a Pegaso hasta entonces in-
d6mito (fig. 3 9 ) . E n otra pintura de vaso, que trae la
Mitologfa de Decharme (fig. 1 6 1 ) , aparece Ia c a b e z a d e
Belerofonte rodeada de un nimbo luminoso, nimbo se-

Fig 40 - BELEROFONTE y la Quimeia (pintura de un vaso).


Sobre mi fiente Apolo hizo briIlar su escudo.

/'
- 199 -

mejante' a u n escudo y aI sol, lo q u e .pudo inspirar el


,- v e r s o :

Sobie mi frente Apolo hizo biillar su escudo.

E l escudo de Apolo es s u m a m e n t e brillante {Iliada,


X V I , 195). E l poeta lo h a visto fulgurar e n su frente
como u n a u g u i i o favorable, como asentimiento divino.
P o r eso nos d i c e :

Yo soy el que presenta su eabeza triunfante


eororada con el laurel del Eey del dia.

E l laurel de Apolo, l a u r e l de los poetas, cine su ca-


beza y celebra su triunfo.
Mantegna, t a n apreciado p o r los simbolistas france-
ses, p i n t a e n el ceIebre cuadro El Parnaso, a Pegaso
tembloroso, conducido p o r H e r m e s semidesnudo. E l Re-
nacimiento asisti6 a la transformacion de Pegaso e n los
cabaUos con alas y e n el Hipogrifo' d e los p o e m a s caba-
Uerescos. P e r o el antiguo Pegaso n o p u d o ser olvidado.
E n u n a iIustraci6n del manuscrito de las poesfas d e
H e n r i B a u d e q u e t r a e P i e r r e C h a m p i o n e n la Historia
poetica del siglo X V , 1923, Pegasus e n el Mons Parnasus,
h a c e b r o t a r con u n golpe de su casco la Fons Caballinus;
"la cabalina fuente", escribe Luis de Le6n. Este vuelo
audaz de Pegaso a una cima q u e fue ilustre a d q u i e r e
a m p l i a significaci6n e n D a r i o :

Toda cima es iluetre si P*gaso la sella.


*
Las relaciones d e Pegaso y las Musas h a n sido m i n u -
ciosamente e s t u d i a d a s ; n o asi las de Pegaso y los poetas.
^Desde c u a n d o Pegaso es el caballo alado de los p o e t a s ?
Esta es u n a creaci6n, escribe E d m o n d S a g l i o , q u e no se
r e m o n t a mas aUa del Renacimiento.
Pegaso es la glorificaci6n de R u b e n D a r i o escrita p o r
el m i s m o ; es su apoteosis, su triunfo. Los poetas liricos
antiguos y los del Renacimiento se h a n celebrado en p a -
recida forma. La glorificaci6n de R o n s a r d p o r sf mis-
mo, dice:

Le jour que j e fu ne, Apollon qui jreside


Aux Mu'ses, me seivit en ee monde de guide,.

E n Pegaso nuestro poeta glorifica su genio. Se le-


- 200 -

vanta sobre lo transitorio y cotidiano para hablar del


instante sagrado de la poesfa y de su caracter. divino.

AROOSEVELT

A este poema le llama Ruben "un clamor continen-


tal". Roosevelt es "el futuro invasor":

De la America ingenua que tiene sangre indigena,


que aun reza e Jesucristo y aun habla ec espanol.

"La America nuestra", "la America cat61ica, la Ame-


rica espafiola". Proclama la identidad de America en su
origen, "la nuestra". Darfono habla como poeta de Ni-
caragua, de Chile, de la Argentina, habla como poeta
de America, como "nieto de Espana",siente la vitalidad
oculta de su raza, en la debilidad aparente de los pue-
blos de la lengua unidos por un vinculo indisoluble.
Dice en Los Cisnes:

La Am6iica espafiola, como la Espafia entera,


fija esta en el oriente de su fatal destino;

penetra en la raiz de nuestro ser espiritual, con el fu-


turo identico de las naciones de una misma habla, cuya
alma se manifiesta en el idioma. Corre por estos versoa
un caudaloso iio de universalidad, de erudici6n que do-
m i n a l a s apariencias de la historia, un aliento viril y
generoso:

jTenedcuidado. Vive la America esjafiola!


Hay mil cach'oiios sueltos del Le.6n ^Espafiol.

Esta oda q u e U e v a e l arrebato, el toque de clarin, el


trueno que pasa por el verso, termina diciendo aRoose-
velt; "jY, pues contaiscon todo,,falta una cosa: Dios!"
Una voz reproch6 a Ruben esto de contarcon Dios que
velara porAmerica. Como si no' h u b i e r a q u e cpntarcon
su bondad infinita y cpn su conoeimiento la mas pura
ciencia!. Sinesta afirmaci6n la gran oda de Ruben seria
atea yopaca.
<i - . 2 0 1 - - ' o

;TORRES DE DIOS! POETAS

Virgilio dice a Dante en el Purgatorio (V, 12 - 1 4 ) :


Vien retro a me, e laseia dir le genti;
sta come torre feima, che nbn eiolla . >
giammai la eima pei soffiai de'veati,
que M. Aranda Sanjuan traduce: "Sfgueme, y deja que
habIe esa gente. Se firme como una torre, cuya cuspide
no se doblega jamas al embate de los vientos".
Darfo encuentra una comparaci6n identica:
;Tories de Dios! jPoetasl

La expresioti ";Torres de D i o s ! " s e explica en estas


palabras de Juan Perez de Montalvan en la Fama p6s-
tuma de Lope de Vega; "David, en el salm6 39, para
pintar unos montes los llama "Montes de Dios", "al Ua-
marlos montes de Dios los llam6 grandes, sublimes y su-
periores; poique siendo Dios su dueiio, su nombre solo
sirvi6 de alabanza".
Afirma en estos versos la trascendencia de la poesfa y
la inmortalidad de los poetas. El poeta inmortaliza, lo
inspiran los dioses, es sagrado. Es excelente; aristo, le
Uaman algunos simbolistas. Dario al afirmar la excelen-
cia del poeta lo antepone a la plebe hostil.Parece recor-
dar la austera voz de Dante: " i Q u e te importa lo que
allfmurmuran? Sigueme"...
El bestial elemcnk> se solaza
-en el odio a la saera poesia-.
Estos versos guardan cierto paralelismo con los de la
Pitica primerd de Pindaro, donde el gran poeta dice que
"todosaquellos a' quienes Zeus no ama gimen al oir la
voz de las Pierides", es decir bdian el acento de las Mu-
sas. Estos seres infernales se parecen al "bestia'l elemen-
to". Sobre la Pambeocia de que habla Renan se levantan
los poetas como Torres de Di6s. Esta subliine jerarquia
del poeta es romantica; Se piensa -en el Williarn Shakes-
peare de Hugo; El simLolismo di6 u n a n u e v a fuerza al
desden hacia la muchedumbre. Las metaforas tienen-un
no se q u e d e biblicas. Salmos, 61, 3. Y torre defortaleza;
62, 7, La roca de mi fortaleza; 8, Esperad;43, 3,Monte
c - 202 -

de mi santidad; 46, 2, Por tanto no temeremos, 49, 5


4P0r que he de temer cuando la iinpunidad me cercare?
6, Los que conffan en sus haciendas; 12, Es semejante a
las bestias que perecen, etc.
Todo poeta lleva en si a Prometeo, en los "picos agres-
tes", azotados por las tempestades. Algo aqui nos trae la
voz de Esquilo. Y algo nos recuerda la miseria de Sha-
kespeaie, en el Peregrino apasionado.

CANTO DE ESPERANZA

Parece que Darfo ha empezado este Canto de esperan-


za al contemplar un cuadro:
Un graE vuelo de cuervos mancha el azul eeleste.
Sin embargo, este precioso alejandrino le ha sido su-.
gerido por el Apocalipsis (XIX, 17, 18) y por los innu-
uierables pasajes de la Biblia donde se habla de mortan-
dad. El "soplo milenaiio", puede nacer del Apocalipsis
(20, 5), pero se refiere al ano 1000. En Darfo persiste,
a pesar de su modernidad, algo del espfritu medieval,
ve el "hambre'y la peste", como desde la entrana del tre-
mendo milenio. Esta poesia debi6 de ser escrita en 1904:
Se asesinan los hcmbies en el extremo Este,
posiblemente impresionado por rumores de una confla-
gracion universal; elpoeta refleja los temores de su epo-
ca. El Apocalipsis le da inspiraci6n profetica:.
^,Ha nacido el apoealiptico Anticiisto?
Se han sabido .presagios y piodigios se han visto
y'parece inmdnente el retomo de CiMto..
Toda esta estrofa esta estremecida por el libro de Juan.
Los "presagio9 y prodigios", es decir el asunto mismo
d e e s t o s versos, estahvisios con S a n L u c a s ( c a p . 2 1 ) :
"9 Empero cuando oyereis guerras y sediciones no os es-
panteis; 10 Se levantara gente contra gente, y r e i n o con-
tra reino; 11 Y habra grandesterremotos, y e n varios
lugares hambres y pestilenciasy habra espantos y gran-
des senales en el cielo". Darfo, vi6 estas senales,por eso
, le "pareceinminente la venida de Cristo". El Anticristo
- 203 -

de Odas y Bcdadas de Hugo adquiere actualidad con Re-


nan y con la literatura profetizante posterior a Baude-,
laire. E1 triunfo d e C r i s t o e s i n m i n e n t e . E1 poeta, como
otro Juan de Patmos, siente "las angu9tias del coraz6n
del mundo". Parece que todos los anticristos de la Bi-
blia hubieran pasado por la tierra que fue afligida "por
verdugos de ideales":

Erj un pozo de sombra la humanidad 6e encierra


con los iudos molosos del odio y de la guerra.

La aflicci6n del poeta se impregna del espiritu de


Juan.

Yen, Senor, paia hacer la gloiia de ti mismo,

que hace recordar el Evangelio. 27, Mas para esto h e


venido en esta hora. 28, Padre glorifica tu nombre (S.
Juan X I I ) .

Y tu caballo blaneo, que mii6 el visionaiio,


pase T isuene el divino clarin extraoidinaiio.
Mi coiaz6n seia biasa de tu ineensaTio.

Todo lo cual se explica por Juan, X I X , 2, Apocalip. V I ,


3, etc.
El poeta ha creado en circunstancias hist6ricas, con
voz nacida intimamente de su alma^ de sus presentimien-
tos, bajo la influencia de Juan del Evangelio y d e J u a n
el visionario'que, a pesar de la ciencia actual, para el
lector parecen ser un s6lo.espiritu.

MIENTRAS TENEIS, OH NEGROS CORAZONES

4Hasta que punto Darfo debi6 de adecuar a su vida eI


asunto de esta poesia? Porque esto9 versos han sido es-
critos pensando e n el EvangeUo de San Juan.

Mienfaas teneia, oh negros coiazones,


conciliabulos dcxodio j . de' miseria,

es una adaptaci6n, cpn sentido universal, del vers. 47 deI


cap. X I de este EvangeUo: 47. Entonces los p6ntffices
y los fariseos juntaron concilio, y decian:
- 204 -

^ Q u e hacemos? p o r q u e este h o m b r e h a c e m u c h a s se-


nales.
Y asi h a s t a el final del capituL>.

Paia ti, per.sador meditabundo,


palido de sentirte tan divino,
es mas hostil la paite agria del moindo.
Peio tu earne es pan, tu sangre es vuio,

E s a hostilidad de "la p a r t e agria del m u n d o " , la h a


sentido D a r f o ; es la inhospita Syrtis ovidiana, la hos-
t i l i d a d farisea a Cristo, q u e aparece e n los Evangelios.
E n el Soneto a Cervantes, h a b l a , al referirse al n o b l e au-
t o r del Quijote, d e :

La tiisteza inmoital de ser divino.

La p a l a b r a palido tiene a q u i u n a significaci6n de in-


d e t e r m i n a d o romanticismo. F u e u n adjetivo afortuna-
do e n el siglo X I X . Se h a r e p e t i d o q u e " e l genio es tris-
t e " , q u e la frente del p e n s a d o r es p a l i d a . Ya e n el p r e -
cioso Libro de vida beata d e J u a n de Lucena, el Obispo
de Burgos ve a J u a n de M e n a ; " p a l i d o , gastado del es-
t u d i o " . Quiza e n esta relaci6n r u b e n d a r i a n a d e divino
y p a l i d o h a y a u n a reminiscencia de V e r l a i n e (Bruxe-
lles) : diyin d'etre pale.. .

Peio tu came es pan, tu sangre es vino,

como todos l o s a b e n v i e n e de San J u a n (VI,X 55, 5 8 ) .


" D e j a d pasar la n o c h e de la cena", es u n a alusion a la
Cena (S. J u a n X I I , 2 ) , y quiza t a m b i e n r e c u e r d e El pere-
grino apasionado ( X I V ) , d o n d e S h a k e s p e a r e dice q u e
h a b i a cenado con el p e s a r : p o r eso Darfo se dirige a
Shakespeare p o b r e y a Cervantes m a n c o ; la pasi6n del
vulgo q u e condena, esta e n el celebre versfculo de J u a n .
.(XVIII,40).

Un gran ApoceHpsis horas futuras ller.a.


jYa suigira yuestro Pegas'o blaneo!

Estos dos versos finales estan inspirados e n el Apoca-


lipsis de J u a n , el caballo blanco, h a sido substituido p o r
Pegaso. E n r e s u m e n , esta poesia personalisima d e Da-
rfo, esta i m p r e g n a d a de reminiscencias d e J u a n , q u e
el poeta ley6 con p r 6 f u n d a a d m i r a c i 6 n d u r a n t e largos
anos de su vida.
- 205 -

HELIOS

Helios es una o d a d e pindarismo moderno. Si se la


compara con el Himno al Sol. de Espronceda, parece qne
la versificaci6n, el idioma, se hubieran transformado. Da-
rio no trat6 de medirse con Espronceda. Es otra cosa, vie-
ne de otras regiones del espfritu. Espronceda e n esta poe-
sfa, habla desde el Horeb, su palabra sefiorea sob*e la his-
toria de la tierra, sobre la sucesi6n de los siglos; se pre-
cipita en los abismos de la eternidad; cuadrbs grandiosos,
que recuerdan a los Kricos alemanes, nos sobrecogen co-
mo visiones apocalipticas. Y el poeta, despues de haberse
detenido en una digresi6n griega o latina, dice .al Sol,
con voz sublime:

Y otra vez nuevos siglos


viste llegai, huir, desvane&erse
en iemolino eteino

Este dinamismo de los siglos, pesimistas en el Himno al


Sol, es en el Himno de hi inmortalidad (o quiza del
am,or, aquf, se difunde la voz ardiente del Bembo de El
CoTtesano de Castiglione), la energica expresi6n de na-
cientes teorias de evoluci6n y de progreso:

De tue obra>s los siglos que vuelan


ineansables artifiees son,
del espiritu aidiente -einoe^m
y ernbelleeen la estreeha piisipt..
Tu en violento, veloz torbellino -
"* los empujas energica, y van....
A otios siglos 01denas llegar.
Y otios sigloe ansiosos se lanzan
despaiecen j llegan sin fin,
y en su eteino tiabajo se alcarzan
y se airanekn sin tiegua el buril.

Esto parece pintuia de Miguel Angel. Dario esta en


la concepci6n antigua; no ha meditado e n e s t a eternidad,
no parece recordar a Volney. Contempla al sol en u n uni-
verso catolico y helenico. Dentro d e u n destino que con>
grega los dias en torno de la eternidad que aUjerga al
espiritu inmortal. Escribe u n Kimno a la luz; a "Helios
que todo lo oye y todo lo sabe", a Helios - Apolo.
La oda pindarica — ;cuan distinta a la del siglo X V I I I !
— se habia renovado. Una nueva escuela poetica s e d e s -
iii. ao'6 -^-

ligaba del simbolismo. Maurice du Plessys, inolvidable


amigo y admirador de Darfo, dedicaba sus poemas: "A
Homero, a Pindaro, a Meleagro, a Virgilio, a Estacio, a
Naugerios, a Ronsard, a Malherbe, a Lafontaine - en la
persona Juan Moreas — Prfncipe d e l o s p b e t a s romahos
franceses". La influencia de Leconte de Lisle, nunca del
todo extinguida, parece volver a acentuarseen laspostri-
merfas del simbolismo. Creo que Du Plessys, no piensa en
Leconte de Lisle, porque quiere,—como buen humanista,
— acercarse a la fuente misma. Desde 1890 hasta hoy,
Pindaro crece constantemente en la admiraci6n univer-
sal. La Oda vuelve a desplegar sus alas, en verso alejan-
<hino, en verso irregular, en verso libre y en estrofas y
versos clasicos.
Entre las traducciones de Leconte de Lisle,el tomo mas
seductor es el que contiene las obras de Hesiodo, los
Himnos 6rficos, los buc61icbs griegos y las odas anacre6n-
ticas. La erudici6n moderna ha despojado a los himnos
<Srficos de su mftica antiguedad; pero el poeta, el lector
desprevenido, los colocan en la epoca homerica. Sea con
la vista en los himnos 6rfico9 de Leconte o en el mismo
texto griego, Laurent Tailhade, amigo de Dario, hahia
escrito el Himno a Afrodita, el Canto de Glducos. En es-
te canto celebra a Helios:
Hypeiion! soleil! aichei! roidesespaces...
Tailhade, Uama, con el himno 6rfico, Hiperi6n a He-
lios; y Ruben, Hiperionida, talcomo le nombr6 Pindaro
en la Olfmpica VII: Hiperionida; "hijo de Hiperi6n",
prevalece en Leconte de Lisle: Le fils d'Hyperion. Da-
:rio empieza su poema con una reminiscencia de El Sdtiro
de Hugo; de Leconte, de Le Reveil d'Helios de lps Poi'
mes antiques:
jOh ruido divino,
oh iuido sonoro!
-L'air sonore s'emplit de flaanme et d'harmonie.
El Helios rubendariano es una oraci6n a Helios. Esta
inspirado en el himno 6rfico a Helios. Toma d e l h i m n o
la manera extraiia de invocar al dios, el misterio antiguo.
Las reminiscencias no estan en el detalle sino en el modo;
sin embargo podriancitarse algunas: los cabaUos de He-
lios son de pies sonoros, los del poema de Dario:
— 207 -

A1 troter formaa musica armoniosa.

Se a p a r t a de la t r a d i c i 6 n m i t o l 6 g i c a a l d e c i r c o n per-
sistencia q u e los caballos son de o r o ; e n el h i m n o 6rfico,
en Leconte, son blancos. Blancos sori eri El Sdtiro de
H u g o , p e r o en el r e s p l a n d o r de la a u r o r a :

Les quatie ardents chevaux dressaient leur poitrail d'or.

Dario retiene, en sus lecturas de mitologia y de reli-


gi6n antiguas, y en su p e n e t r a n t e m a n e r a de ver e inter-
p r e t a r las p i n t u r a s de los vasos, datos preciosos de H e l i o s ;
su r a r a m e m o r i a es u n conglomerado de reminiscencias.
La A u r o r a de Guido R e n i aparece en' las sugestiones des-
criptivas d e H e l i o s ; i n n e g a b l e m e n t e la r e c u e r d a ; h a s t a
el acercamiento del s o l a la t i e r r a :

Pasa sobre la cruz del palacio que duetme.

p u e d e ser u n a transformada reminiscencia de Guido Re-


n i ; es u n fondo de c u a d r o del R e n a c i m i e n t o .
Quien h a y a leido la explicaci6n de las ilustraciones de
La Simb6lica de Creuzer, e,n la traducci6n y nueva re-
dacci6n frances'a de Guigniaut, vera lo r a r 6 y lo simb61i-
c o ; esas explicaciones estan en las mitplogias, p e r o n o
como catalogo. Dario Ueg6 a a d q u i r i r conocimientos de
i n t e r p r e t a c i 6 n de los atributos q u e corresponden a las
representaciones mitol6gicas, Con esta informacion, con
este lenguaje, p u e d e leer, " l u c e r b " " T i t a n i a " , en la sig-
nificaci6n simbolica del dibujo. T o d o h e c h o intelectual
le interesa, auft el m a s minusculo.
Adelante, oh coehero
celeste, sobre Osa
y Peli6n, sobre Titar.ia viva.
Atias se queda el tiemulp matutino luceio,
y el univeiso el verso de su musiea aetiva.

E n la representacion de Helios, aparecen, a veces, dos


ninos con sendas antorchas, u n o al cqmienzo y otro a l fi-
n a l del arco de la r u t a d i a i i a ; como e s n a t u r a l , e n los
vasos, c u a n d o aparece Helios, ya h a q u e d a d o atras el "ma-
t u t i n o lucero", esto es algo que todos s a b e n ; p e r o e n la
descripci6n de la salida del sol, del sol que esta ya sobre
la linea del horizonte, a n a d i e se le ocurrira h a b l a r del
Lucero, n i menos decir q u e se h a q u e d a d o a t r a s ; e n la
- 208 -

Fig. 41. — El Sol, la Aurora, el Lucero y Selene (vaso de Blacas).

Aurora deGuido Reni, va adelante, porque de9de la tie-


rra no se ve todavia el sol; el sol, visible para el pintor,
esta por aparecer, y lo preceden la Aurora y el Lucero. Es
esa visi6n pict6rica, deprdenaci6n de los fen6menos, den-
tro de una cosmografia esquematizada, la que muestra: el
Lucero, la Aurora, el Sol; y a veces a Selene. Selene pre-
cede al Sol en> algunas representaciones de Helios. Darfo
le Uama aquf Titania, con la voluptuosidad de quien en-
cuentra una palabra como si fuera un diamante. El poeta
ve animada a la luna, le Uama Selene, Febe, Titania, sin
olvidar la directa representaci6n de la luz en la tierra.
Aun en las imagenes lunares, puede haber una metafora
simb61ica, como cuando dice en Triptico:
Beshoja sus sutiles maigaritas la luna,
porque la luna es en Dante {Par. II, 34) : L'eterna mar-
garita, a p e s a r d e que el verbo "deshoja" haga ver que
el poeta se refiere aqui a.la flor y n6 a la p e r l a . E l Osa
y el Peli6n han sido moradas de Apolo y por tanto la
cita de Dario esta dentro de un aspecto mitol6gico. En
el vaso de Blacas, que quiza haya tenido presente a l e s -
cribir, Helios, Eos, F6sforos y Selene aparecen con for-
ma humana: de ahi el adjetivoaplicado a Titania. "El
carro de la magica ciencia" representa no s61o el mito
de la ciencia-luz, sino la homerica afirmaci6n de que el
sol todo lo ve. La oposicion de la noche con la au-
rora, de la noche de los vicios,con el dfade las virtudes,
- 209 -

d e l a noche de la muerte, con el dia d e l a resurrecci6n,


t i e n e u n a elevacion de tono y un j u e g o d e antftesis que
recuerda a Vfctor Hugo y esta inspirada en el himno 6r-
fico a Eos (LXXV, trad. de Leconte de Lisle) :

jHelios!, tu tikuafo es ese,


pese a las sombras, pese
a la noche, y al aniedo y a la livida En*idia.
Tu pasas, y la sombra, y el dafio, y la desidia,
. y la negra pereza, heimana de la m,uerte,
y el alacran del odio que su ponzofia vierte,
y Satan todo, empeiadoi de las tinieblaSj
se hunden, caer... Y haces al alba iosa, y pueblas
de amor y de viitud las humanas eoncieneias,
iiegas todas las artes, brindas todas las ciencUs;
los castillos de duelo de la maldad derrumbas,
abies todos los nidos, cieiias todas las'tunA&s,
y sobie los vapoies del tenebioso' Abismo,
pintas la Auioi.a, el Oriflaima de Dios mismo.,

Todo lo que estos hermosos versos dicen es claro, y todo


es una constelaci6n de simbolos, de personificaciones, de
poesfa moderna, biblica, dantesca, de beluarios. Jesucris-
to Aurora, no s61o esta en Hugo: "esa inmensa au-
rora, Jesucristo", sino en la pintura del Renacimiento,
en Fra Angelico. Aquf esta H e l i o s - A p o l o . Y si se quiere
Helios-Apolo-Cristo, Cristo, Uamado tantas veces, Sol de
justicia. La representaci6n dfi Helios fructifero, cpn su
c o r o n a d e frutos y de^flores, con la cornucopia,pudo su-
gerirle estos dos vers6s:

G-loiia hacia ti del eoiaz6n. de las manzanas,


de los calices blancos de los lirios.

El poeta, como siempre,"tendra alguna iniciaci6n re-


condita; a s i d i c e :

Danos eiempre el a.nhelo de la vida,


y ur.a ehispa sagiada de tu antoicha eneendida
- eon que esquivai podamos la ehtiada del Infierno.

La Maga del Laberinto de Juan de Mena amenaza a


PIut6n con llevar luz subitanea a sus hondas cavernas;
el Bipcense, en sus anotaciones del Lpberinto, senala la
imitaci6n de Lucano. En el canto X X de la Iliada, teme
Plut6n (Hades) que P o s i d 6 n a b r a l a t i e r r a y se vuelvan
v i s i b l e l a s mansiones infernales. L o s v e r s o s de Dario
no nacieron de estos p6etas, pero estaninnegablemente
dentro de l a creencia de que la luz no puede penetrar en
- 210 -

el reino tenebroso. Con la luz de Apolo, que purifica, se


esquiva la entrada del infierno. Darfo pudo tambien te-
ner presente el himno 6rficoa Eos, la Aurora: " 0 h bien-
aventurada y casta, prodiga la lumbre sagrada a los que
se inician en tus misterios". Es esta lumbre salvadora
la que el poeta encuentra en Helios, mens mundi, le Uama
Cicer6n; en el Diccionario de Daremberg y Saglio, dice
Cumont que esta raz6n universal se convertira en creado-
ra de la raz6n humana, chispa despfendida de los fuegos
c6smicos. Esta chispa pide Ruben, en la teologia solar,
en que el astro envia las almas a los cuerpos en el naci-
.miento y despues de la muerte las hace volver a su seno,
salvandolos de las tinieblas.
Cuando dice que la cuadriga de Helios "despierta el
instrumento sacro" se refiere al mito 6rfico, a la aurpra

Fig. 42 — HELIOS conduciendo un carco.


;Pasa, ohdominador, oh conduetor del carrd
de la maglea ciencia!
inspiradora, al Helios-Apolo. dios de la poe6ia que hace
cantar a Orfeo.
Los dos bellos versos:
- 211 ^

Y si hay a^o que iguale la ategria del eielo,


es eI gozo que enciende las entianas del mundo,
parecen inspirados en el Psalmo XCVI, 11, de David:
"Alegrense los cielos, y g6cese la tierra"; aunque no lo
estuviesen es curiosa la coincidencia de alegrfa para el
cielo y de gozo para la tierra.
Llama a Satan "emperadbr d e l a s tinieblas", con Dan-
te, Inf. 34, 28: "Imperador del doloroso regno"; y con
Tasso, Jerusalen, argumento del canto IV: "Imperador
del tenebroso regno".

SPES

Moreas ha creado en cada uno de los poemas de sus


Stances, generabjiente compuestos de dos cuartetos ale-
jandrinos, el receptaculo de un estado d e a l m a , de una
intensa reflexi6n filos6fica o poetica, de una trascenden-
te inquietud, de una visi6n atica de paisaje y de mundo
arcadico. Las Stances tienen, por su forma, antecedentes
en Hugo, pero traen una poesia nueva, mezcla exquisita
de helenismo y de pintura moderna. Darfo, en Cantos de
vida y esperanza, escribi6 las siguientes estancias, bajo la
sugesti6n poetica de Moreas: Spes; Filosofia; Ay, tris-
te del que un dia; De otono; Amo, amas; eIbis.
"Spes, dice el poeta, asciende a Jesus". Mas que ascen-
si6n es imploraci6n; habla c6n palabras vehementes y sa-
bias de sinceridad incomparable.
Dario, corao muchas almas que no se entregaron exclu-
sivamente a lareligi6n, careci6 decontinuada experien-
cia mistica. Por suespiritufue alejandrino. Vivi6 en la
epoca que ilustr6 Luis Menard, el noble sabio y el extrano
poeta de Reveries d'un Paien mistiqe (cito con la orto-
grafia de la edici6n de "L'art independant", Paris,1895),
que sabe que "la verdad es eterna y la revelaci6n per-
manente". "Si es bueno tener una religi6n, no puede
ser malo tener varias. Evoquemoslas a todas a la vez
desde el fondo d e l o s viejos santuarios, y que ellas nos
hagan entrar en la comuni6n universal de los vivos y los
muertos". Asi hablaba este querido pqeJa, que escribe
en el poema Pante6n, con ortografia caracteri_stica:
- 212 -

Le temple .ideal ou vont mes jiieres


ienfeime tous les Dieux qe le mohde a conus...
Fleur du paiadis, Vieige inmaculee
les pieds sui la lur.e, au fond du oiel Meu..

"E1 sabio, segun Proclo, dice Meunier, debia ser el'


fil6sofo de todas lasescuelas y el hierofante de todos los
cultos del mundo". El movimiento hermetico y teos6fico
del siglo XIX, tan discutible,pero casi siempre genero-
so, hizo posible esta amplitud de espfritu que nunca dej6
de existir en las epocas esclarecidas de la humanidad.
Garcilaso, Luis de Le6n y Chenier a pesar de las diferen-
cias de tiempo, de cultura y de arte, consideran viviente
el mito de la hpguera de Hercules que irradia desde el
Cortesano de Castiglone; con fervor de aristotelico, dice
Luis de Le6n a la Virtud h e l e n a y cristiana:

Tu desde la hogueia
al oielo levaiitaste al fueite Aleides..

La penetraci6n del helenismo en el mund6 moderno,


que en unas epocas y en relaci6n con la mente de quien
lo concebia, a veces fue hondura filos6fica y mistica, otras
riqueza poetica, y tambien ornamentaci6n artistica y has-
ta envejecida ret6rica, adquiri6 y sigue adquiriendo una
portentosa iiradiaci6n con la ciencia moderna; todo es-
ta en entender. Nuestro poeta no tuvo una profunda
ciencia, pero trat6 de alcanzar la que podia. E l no estu-
vo en oposici6n con las religiones. Las busc6 y trat6 de
penetrarlas en el cosmopolitismo de los simbolos. Alum-
br6 su mente con los que los misticos te6sofos h a n -Ua-
mado los grandesiniciados: Orfeo, Pitagoras, Cristo. A
medida que l o s a n o s pasaron, Cristo estuvo mas presente
en sti esptritu de poetacat61ico. S e d i r i g e a Cristo e n
su angustia. Verlaine, medieval y misterioso, ye a la Vir-
gen Maria, con aLma transida y confiado en la divina
intercesi6n; Ruben se prosterna ante Jesucristo:

Jesus, ineompaiahle peid6nador de injuiias;


6yeme; iSemforador de trigo, dame el tiemo
pan. de tus hostias; dame,contra el safiudo infierno
una graeia lustralde has y lujuiias.
Dime.que.este espantoso hoiior de la agonia
.y- que me obsede, no es m&s que mi eulpa nefanda,
que al nw>iii hallar6 la luz de un tuevq dia
y que eutonees oire mi "Levantate y. anda".
- 213

Comparense estas estrofas, que pudieron haberlo con-


solado, con Lo fatal. Lo faial en noche cerrada. En Spes
vuelve a la fe, busca la mano de Jesucristo con un senr
timiento tanintenso que hace r e c o r d a r a Verlaine y a
los mas empedernidos pecadores.Spes es titulo de una
poesfa de lasContemplaciones de Hugo. Las enternecidas
estrofas de Dario estan escritas con la impresi6n de la
lectura de los capitulos IV y V del Evangelio de San
Juan. La promesa de la esperanza en la angustia es am-
plfsima, como esperanzaen Dios; quiza Spes signifique
en Darfo, lo que en la Epistola de San Pablo a los Ro-
manos, VIII, 24: Porque en esperanza sornos salvos.
En Guerin, Le coeur solitaire, p. 61, "divin semeur".

MARCHA TRIUNFAL

"La Marcha triunfal, segun Datio, es un triunfo de de-


coraci6n y de musica". Es tambien un triunfo en la acep-
ci6n pict6rica del Renacimiento. Sugiere bajorrelieves
de evocaci6n rornana que magnifican la vuelta de los
vencedoies, el simulacro triunfal de epocas preteritas y
renovadas, la apoteosis. Siente el poeta el momento de
agitacion patii6tica de nuestra tierra. Pasa un soplo
atemperadb de Gross, de Delacroix; uha resonancia, pos-
terior al 70, casi pindarica, de ejercitos, de banderas, de
muchedumbres; una presencia grandiosa de patria y de
victoria. Parece que volvieran vencedores los del grupo
de Rude, del Canto de la partida, para desfilar bajo el
Arco de la Estrella. Y .el hervor Hrico, en la sorioridad
del verso que trasmite el rumpr de clarines, se transforma
en cuadros que tienen la meditada sencillez de frescos
de Puvis de Chavannes:
Senala el abttelo los heioes al nino:
Ved c6mo la baiba del viejo
los bueles de oio ciieunda de armdSo.
Las bellas mujeies ap-<astan eoionas de flores.
En el avance wagneriano de la oda el poeta esta en lo
fntimo de la gloria que exalta. El tacito nombre de San
Martin, como evocado por Olegario Andrade, aparece en
los granaderos:
- 214 -

mas fuertes que osos,


hermanos de aquellos lanceros que fueron centauros,

y e n la subita Uegada de los c6ndores.


E l impetu musical de la Marcha es wagneriano. La
notaci6n de la realidad, sobrecargada con aparato orna-
mental de apoteosis, sugiere, en e l conglomerado de sen-
saciones auditivas, visibles imagenes:
Se escu<ha el ruido que forman las armas de los caballeros,
los frenos que masean los fuertes eaballos de guerra,
los easeos que hieiei' la tierra,
y los timbaleros
que al paso acompasan eon ritmos marciales.^

El son de clarines adquiere, en la Marcha triunfal, la


vivida entonaci6n que en la hora de entusiasmo, eorpren-
de y despierta vehementes emociones; transfigura el aire,
las bahderas, con halo glorioso y heroico:

Los claros clarines de pronto levantan sus sones,


eu canto sonoro,
su ealido coro,
que envuelve en un trueno de oro
la augusta soberbia de los pabellones.

En sonoro, coro, oro, vibra la amplitud de la' nota ini-


cial: "los claros clarines". Hay en Marcha triunfal al-
guna sugesti6n verIeniana. Verlaine esboza el asunto que
adquiri6 en Dario, ante la realidad, desarrollo mas vas-
to. En el soneto A Luis II de Baviera, el poeta de Amour
cxclama:
Salut & Totre tres unique apoth6ose,
et que vo'tre ame ait son cortege, or et fer,
sus un air magnitfique et joyeux de Wagner.

E n esta apoteosis, en ese aire magnifico de Wagner,


Dario vi6 venir: "oro y hierro el cortejo de los paladi-
nes" (son fier cortege, or et f e r ) .
En los versos de la Marcha triunfal:

El dice la lucha, la herida venganz#,


las asperas erines
los rudos penaehos, la pica, la lanza,
la sangre que riega de heroicos carmmes
la tierra;
los negros mastines
que aguza lamuerte, que rige la guerra,
Los auieos sonidos
anuncian el advenimiento
triunfal de la Gloria,
- 215 -

e n c i e r r a n c o m o u n eco lejano de El Sdtiro, de H u g o :

I1 dit la guerre; il dit la tromjette et le glaivej


la melee en feu, l'hommie egorge' sans remords,
te, gloiie, et, dans la joie affreu6e de la mort,
les plis voluptueux des bamnieres fIottantes.

LOS CISNES

E l cisne, como h e m o s visto, es u n m i t o e n el m u n d o


p o e t i c a de D a r i o . Es e l c i s n e oUmpico q u e volvi6 a v e r
e n las beUas p a g i n a s d e Leda d e P i e r r e L o u y s ; el cisne
de lo8 mitos medievales q u e universalizaron la m u s i c a
de W a g n e r , la poesfa y la erudici6n del siglo X I X ; eI
cisne del a r t e del R e n a c i m i e n t o , de L e o n a r d o , de Rossi;
el t e m a eternamenfe r e n o v a d a e n la p i n t u r a del m i t o d e
L e d a ; el ave cantada p o r poetas antiguos, conductora
d e A p o l o H i p e r b o r e o ; el ave de la poeeia e n q u e crey6
transformarse H o r a c i o , el ave mitol6gica d e Ovidio, e l
cisne celeste. La celebridad del cisne Uena el R e n a c i m i e n -
t o ; esta en los versos de todos los poetas. E l cisne per-
sonific6 la luz y la a r m o n i a ; es en los E m b l e m a s de A1-
ciato, Insignia Poetarum, ave d e Apolo, como l a c a n t a
Calfmaco, q u e viene desde los p r i m e r o s poetas griegos
hasta los eruditos comentarios d e E r a s m o . Casi t o d o s l o s
poetas del siglo X I X glorificaron la beUeza mitica y mis-
tica del cisne; el cisne del Norte, del cisne belenico q u e
p a r e c e la animaci6n del m a r m o l en la apoteosis d e la ar-
monia. B i e n dice Dario,

Es el cisne de estirpe sagrada.

F u e u n acierto del poeta, u n a i t u i c i 6 n a d m i r a b l e , t r a e r


a sus versos el misterioso m i t o del cisne, q u e se i n i c i a
e n Blas6n:

El oMmpico cifine de aieve,

q u e recibe la inspiraci6n medieval d e W a g n e r , e n l a s


bellisimas estrofas de El Cisne:

Oh. 'dsne, oh sacto pajaro,

y a d q u i e r e m a s extenso desarroUo en los Cisnes de Cantos


de Vida y Esperanza. E s el Cisne-Zeus, el Cisne d e Apo-
- 216 -

lo, el Cisne-poesia,el Cisne wagneriano, y s o b r e todo, el


Cisne resplandeciente, que los eruditos del Renacimiento
han comparado con el dia; comparaci6n que innegable-
mente ha sugerido el precioso cuento de Pierre Louys.
Dario fue poeta del Cisne. Y esta preferencia es ya de
calidad inapreciable. Indaga en el ambito de la lengua
la admiraci6n de anteriores poetas por los cisnes. Cita,
como dudando, a Garcilaso, a Quevedo. Olvida a G6n-
gora, a Lope, mas amigos de los cisnes. Ruben abre la
ruta nueva. En grandes alas sacras se eleva el verso
castellano.
"Es por el simbolo cisnico, dice, que bago lucir la
esperanza en la raza solar nuestra". Es a los cisnes a
quienes el poeta se dirige en su amargura. A1 sfmbolo
de la beUeza y de la luz, a la inspiraci6n apolinea, al
misterio del renacimiento y la armonia. Lo ha visto tam-
bien en la decoraci6n medieval de los castillos, en ma-
nuscritos historiados:

Y bajo la ventana de mi Bella-Dunniente,


el sollozo eontinuo del ohoiio de lafuente
y el cuello del giac: cisne blanao que me inteTioga.

Ahora es el poeta quien interroga "a la Esfinge que


el porvenir espera"; y lo hace con la interrogaci6n del
"cueUo divino", deJos cisnes.

Yo te .saludo ahora como en versos latinos


te saludaia antan,o Publio Ovidio Nas6n. *
Loe misnxos ruisefiores cantan los onismos tiinos,
y en difeientes lenguas es la mism-a eanci6n,

Dario leia a Ovidio. Lo cita en el "comentario. de estos


poemas. Leia, en esta epoca, a"Ronsard, "Ronsard, lira
de Galia", le llama. El lindo verso de "que en dife-
rentes lenguas es la misma canci6n", hace recordar al
gran poeta renacentista (La Historia, y el arte de tra-
ducir) :

Les mots son differents, mais la chose est toute une..

La presentaci6n del poeta a los cisnes, esta llena de la


emoci6n de la raza, del hallado idioma de la poesia:

A vosotros mi ler.gua no debe sei extraSa.


8
._, 217 -

Les pide que. alejen, con sus blancas figuras,


de nuestias almas tiistes las ideas oscuras.

El poeta' a m a l a luz, la alegria, la "sana a l e g r i a " , y a


dijo:
Y ante ki fieia maseara de la fatal Medusa,
medrosa huye mi alondra de eanto ciistalino. *

Pero los tiempos son lamentaLles, Vive como Verlaine


"en un tiempo imposib'le". En el pr61og6 de Prosas pro-
fanas expres6 su disconformidad con nuestra epoca; e n
Los Raros, a cada instante, renueva su ahogada amai>
gura, parece que su desengano fuera el de todos los in-
telectuales de la ultima mitad del siglo XIX. Vivimos,
y a l o dijo Renan e n l a Plegaria de la A c r 6 p o l i s , e n una
inmensa Pambeocia. Asf, como el gran escritor frances
se confiesa ante Palas Atenea, Dario se cohfiesa ante los
cisnes; la raza latina esta en decadencia; se predica la
superioridad de los anglosajones; se dice que Espana
vencida en Cuba, esta sepulta en la barbarie:

4<Juien seiii erpusilamine que al vigor espafiol niegtie miseulos


y <jue al alm>a espafipla juzgase ajteia y ciega y. tullida?

A pesar de la innegable postraci6ri de los pueblos de


eu raza, el poeta "nieto de Espana, hijo de America",
contempl6:
el ioble gigaaite
bajo el cual se exprimi6 la ubre de la loba romana..
.3
En los instantes de negaci6n, otro poeta joven, antes
que Daiio, exclam6 con orgullo: "Yo soy l a t i n o " . . . ^
Era Menendez y Pelayo, joven autor. de la maravillosa
Epistola a Horacio.
Si Ruben se queja despues con resignada tristeza di-
ciendo:
Biumas septewtiionales nos cubien. de tristeza,

la frente gallarda de Menendez y Pelayo rechaz6 esas


"brumas septentrionales":

jLejos de mi las rieblas hipeib6reas!

Ante los "cisnes ilustres", dice el poeta el clam6r de


su raza:
- 218 -

No6 predicen las guerras eon aguilas feroces,


Gerifaltes de antano revienen a los pufios...
Ante la inminencia de la invasi6n dominadora, cree
que podemos ser yanquis:

jSeremos entregados a los barbaros fieros?


jTantos millones de hombres hablaiemos ingles?

i Q u e podra hacer el poeta, ante la fuerza? ^Que podra


hacer el poeta ante la invasi6n incontrastable?
En 1893 advertfa a Francia, en un magn1fic0 soneto,
a Lutecia entregada al placer, en las "locas faunalias", el
peligro del "ferreo Beriin", de los "barbaros", a Paris
— Bizancio y Roma —, como ahora Uama barbaros a los
yanquis: "barbaros fieros", con energica elegancia de
greco-latino, "barbaro en linaje", extranjero, dira G6n-
gora; "fieras nactones", Garcilaso. D o n del estiIo de
Ruben donde parece oirse el mejor Ovidio.
Adviertase que Dario teme dos invasiones barbaras, la
europea y la americana:
jLos bafbaios, Fianeia! jLos barbaros, eara Luteeia!

Y asi como e n Espaiia y en la America espanola np


mira el brillo "de las antiguas hoces",

Ni hay Ebdrigos ai Jaimes, ni hay Alfonsos ni Nuaos,

asi en Francia:
Bajo auiea rotonda reposa tu gran paladin...
Tu vate, heeho polvo, no puede s0r1ar su elarin,

ese clarin, ese olifante, que Olegario Andrade ha sen-


tido tan hondamente en boca de H u g o :
De Paris en el muro ennegrecido
fui6te a tocar lIamada
eoE el 10nco clarin de Ror.cesvalles.

No era la mano de Dario la poderosa mano de Olivero.


El cuenta sus angustias de hijo de su raza a los cisnes
de Apolo, a los cisries profeticos. El ve que los poetas
estan ahora:
Faltos de los alientos <jue dan las grandes eosas.

Y expresa cierto "epicureismo" a la manera de JVIon*


taigne e n el ensayo De la soledad.
- 219 -
. . /
Erasmo Buceta dice que parece haUarse un eco de l a
interrogaci6n, a la Esfinge, de este poema de Ruben, e n
e l s o n e t o de Wordfworth que empieza: Not'mid the
world's vain objects that enslave, "donde expresa su an-
siedad por los destinos de Espana. Por eUa consulta los
augurios del tiempo": For her consult the auguries of
time, "en los grandes prodigios de la naturaleza. U n o y
otro terminan embriagados de optimismo". (Revistd de
Filologia Espanola, 1923, p. 1 5 ) .

E N LA MUERTE D E RAFAEL NUftEZ

Esta poesfa, escrita posiblemente en 1894, esta tainbiein


bajo el ala de los cisnes.

El pen9ad0r lleg6 a la barca negra;


y le vieron hundirse
en las brumas del lago del Misterio,
los ojoe de los Cisnes.

Nufiez puso por titulo esceptico de una ansiosa poesia


el Que sais-je? de Montaigne. Pero su espiritu se .icerc6
despues a la fe. El poeta ha visto "los muros de la ciud<id
teol6gica" (Apocalipsis, 12, X X I , 2) y vi6 la Cruz erguir-
se. Rafael Nuiiez tendi6 en buena hora la mano a KtuSen
Dari'o.
* * * ^

Dedica despues un soneto enigmatico al Cisne de Leda.


Saluda a los cisnes en otro poema: Antes de todo, gloria
a ti, Leda; e insiste nuevamente en el mito de Leda, e h la
poesia de este titulo que comienza:

El cisne en la sombra parece de nieve.

Ya en Prosas Profanas ha glorifxcado al cisne en Bla-


s6n, e n e l soneto a Wagner que titula Cisne y, de paso,
e n v a r i a s de sus poesias. E n Blas6n, describe al cisne:

Erj la fonna de un biazo de lira.


y del asa de un anfora griega
en su candido cuello que. inspira
como prora ideal que navega.
. - 220 -

Estaestrofa y l a p r i m e r a de Blas6n estanesbozadas


ya en Azul, Acuarelas; el cisne^ s a c u d e " l a s a l a s de un
blancor denieve", enarca el cueUo " e n l a forma d e b r a -
z o d e una lira o delansa de u n a n f o r a " .
En resumen, los cisnes fuerbn para Dario un,murtiple
mito, aves sagradas. Aparecen en su espirituen un triun-
fo de blancura, de belleza, de armonia, de dignidad;son

Eburneas jojas que anima unnumen


con su celeste melancolia.
Los versos de Leda, de Los Cisnes: -
T>el fondo verdoso de fionda tupida
chisjeau turbadas' los ojos de Par:, '
se aproximan a los de Hugo, de Sara la baigneuse, deLes
orientales:
de voir dane l'ombie
du bois sombie
deux yeux s'allumer soudain.

RETRATOS

Darfo cita la celebre obra de Henri-Charles Lea, acerca


de la Inquisici6n. Debi6 conocerla en la traducci6n fran-
cesa de Salom6n Reinach (1900-1901). Ley6 probable-
mente procesos inquisitoriales. Los procesos tienen inte-
res psicol6gico. Las acusaciones, las declaraciones, nos
Uevan a la entrana de raras epocas y del impresionante
enjambre de heresiarcas, de iluminados, de convencidos,
de escrutadores. Alfonso Reyes, conoci6 esta preocupacion
inquisitoirial de Dario. Alguna yez, en ciertos estados es-
peciales, el poeta se crey6inquisidor yquiso condenar a
la hoguera a quien creia culpable de quien sabe que sa-
crilegios. En el fondo de su alma de hombre antiguo,
pudo sentirse fraile de un "ignoto convento", pudo tam-
bien sentirse inquisidor, como se sinti6 habitante de sel-
vas y riberas iluminadas por el sol latino. Sus muchas
metempsicosis adquirian conciencia de vidas anteriores
en momentos de su vida. Pasados los terrores medieva-
les, las crisis oscuras, volvia a ser del siglo XX, a amar
la luz, el brillo, la raz6n, la elegancia, las jerarquias del
- 221 -

espiritu. En Retratos aparece el f o n d o d e locura y de


castigo: *"
Y con todo, este hidalgo de> un. tiempo iMefiirido
fue el abad solitario deun ignoto convento,.
y dedic6 en la mueite sus heohos: " pAL OLVIDO! "
y el grito .de su vida lucifeiina: "jAL VIENTO!".

A este abad lo estigmatiza de luciferino. Tuvo una


vida luciferina. El vierito que "estremece la hoja del
laurel rosa"; el olvido profundo c o m o l a eternidad se
llevaron y ocultaron los hechos de esa' vida. Queda s61o
un retrato innominado. El catalogo del Museo o de la
Exposici6n dice: Retrato de un hombre,.no conocido, al
61eo.. .; Desconocido, al 61eo...; Cabeza de senor, al
61eo; tambien desconocido, autor Zurbaran, etc. He abier-
to al descuido, en las paginas 130-131, el Catalogo de hi
Exposici6n Naciohal de Retratos que se efectu6 en Ma-
drid en 1902. Abundan los desconocidos. Uria princesa
nina. Un papa. Los titulos que he citado. Retrato de un
caballero. Retrato de un desconocido, de un fraile desco-
nocido, de un cardenal desconocido. ^Quienes fueron
esa dama en traje de cazadora, de un autor de la escuela
de Velazquez, que nos hace pensar ahora en la Duquesa
del Quijote, esa otra senora del siglo XVI, de un pintor de
escuela veneciana, y todas esas mujeres desconocidasque
enumera el catalogo? Existen el Viento y el Olvido. El
poeta d i r a e n estos mismos aiios:
Eos dioses hay, y son: Ignoiar.oia y Olvido.

Con estas ideas asisti6 Darfo a la exposici6n o fue aI


Prado, o vi6 el Catalogo donde aparecen vesJ!igiosde un
mundo sumergido. No le pidamosuna exactitud absoluta
eh la descripci6n de un pers6naje solo, porque puede
elegir entre varios, y ante el pufio borroso de una espada
puede p i n t a r o t r o , o sospecharlo, para decir que
se afianza el iayo s61idodel yunque de Toledo.

En este catalogo esta un Desconocido. ^Hidalgo de que


tiempo? Dario sabia ver e n l a pintura-y los pintores.
Pero quiza no podria fijar la epoca de cada armadura y
de cada traje, como especialista. Ademas, en su imagina-
ci6n ve el valor poetico de lo indefinido;
- 222 -

Y con todo, e6te hidalgo de un tiempo indefinido,

que da un extraordinario realce al mito del personaje.


Ribot estudia esta tendencia de la poesfa de fines del si-
glo X I X , que la lleva a huir del dato concreto, fecha, lu-
gar o nombre.

jFu6 acaso en el Noite o en el Mediodia?


Yo el tiempo y el dia y el pais ignoio.

Pero ahora estamos en Espana, en una Espana guerre- ,


ra y cat61ica. Ese hidalgo desconocido, se viste en la men-
te de Dario como el V" Duque del Infantado que esta en
la pag. 7 de las ilustraciones del catalogo:

La coraza revela fir.a labor....


Tiene labios de Borgia...

Y volvemos al hidalgo desconocido de la pagina 10 de


las ilustraciones que "fue el abad solitario de un ignoto
convento".
^De quien es este retrato que esta al lado del de Maria
de Medicis? De una desconocida.

En la foima coidial de la boca, la fresa


solemniza su puipura; y en el eutil-dibujo
del 6valo del rostro de la blar.ca abadesa
la puia fiente es angel y el ojo- negio es brujo.

En la pagina 5 hay otradesconocida, a quien podria


corresponder la descripci6n, pues tambien en eUa "el ojo
negro es brujo".
Hay nombres que son como talismanes. Nombres que
evocan. Han pertenecido a varones ilustres, pertenecen
al patrimonio de una raza. El poeta los recuerda. Estos
nombres son tambien vagos. Despiertan en la memoria
una muchedumbre, prelados, escritores, guerreros, hidal-
gos. E l poeta habla a la Espana del pasado al contemplar
los retratos de personajes desaparecidos en la sucesiva
renovaci6n de hombres y de liechos:

Don Gil, Don Juan, Don Lope, Don Oarlos, Don Eodrigo.

Cada nombre abre en nosotros una perspectiva desde


la e d a d m e d i a . Es que Dario tom6 de modelo a V i c t o r
Hugo. Don Gil, D o n Juan, D o n Carlos son personajes de
Hernani. Al mostrar Don Ruy G6mez los retratos de
- 223 -

.sus ahtepasados, senala los de D o n Galceran de Silva,


D o n B l a s , C r i s t 6 b a l , D o n Jorge, Ruy G6mez d e S i l v a ,
Gil, D o n Gaspar, Don Jaime, D o n Vazquez, y pondera
su nobleza y sus hazanas. Dice de Ruy G6mez:

Son armure g6ante irait <mal a. nos tailles.


I1 jrit trois cents drapeaux, gagna trente batailles...
Darfo da una mayor amplitud a los retratos de Hugo
! que quizas recuerde de memoria. La descripci6n de las
armaduras puede ser sugesti6n del examen que hace Her-
nani del joyero nupcial de Doiia Sol:

La bague est de bon gofit, — la couronr.e me plait, —


le collier est d'un beau tiavail, — le bracelet
est iaie

Y en Darfo, ante un retrato:

La eoraza revela fina labor; la espoda


tiene le eruz que erige <sobre su tumba el miedo...

El poeta ve la cabeza soberbia, la faz fuerte, los ojos


de jaspe, la barba de trigo; los ve en Velazquez, en Zur-
baran, en el Greco, en pintores menos famosos, quiza en
cuadros an6nimos. De pronto se detiene ante un retrato
y exclama:

Efite fu6 un caballero que peisigui6 a la Muerte.

Darfo se lamenta con el dolor de los recientes desastres


d e E s p a n a , de la desaparici6n de l o s a n t i g u o s guerreros
de la raza. Exclama en Los Cisnes:

Mas no brillan las glorias de las antiguas hoces,


ni hay Eodrigos ni Jaimes, ni hay Alfonsqs ni Nufios.

El hidalgo que persigui6 a la Muerte, l l e v a s u secreto,


hizo cosas sonoras y grandes en Flandes, en America. Fue
sensual, temerario, busc6 a la Muerte, sin encontrarla, en
tremendos episodios, sabfa anecdotas de "cien Decamero-
nes", ocult6 su vida luciferina la sombra de un convento,
lo absorbi6 el olyido. Esta es una historia, conocida u n
tiempo, Bscrita por historiadores y cronistas de America,
de las guerras de los Paises Bajos, que asom'a a veces en
la novela y el teatro del siglo de oro.
Dario dedica una estrofa a la descripci6n de los labios
del caballero: "Tiene labios de Borgia". Vease Merej-
- 224 -

kovsky, La noveld de Leonardo de Vinci, 'III, I I I . E n la


m e h t e de R u b e n aparece todavfa e l e s c e n a r i o d e la Lu-
crecia Borgia de Vict6r Hugo.'
E1 ansioso verso de este p o e m a d o n d e la repetici6n
p o n e u n crescendo de angustia y m a r a v i l l a :

jOh, Sor Maiia! ;0h, Sor Miaiia! jOh, Maiia!,

esta concebido con la simetrfa de Vfctor H u g o :

Mon bien-aime, mon bier.-aime, mon bien-aime!

P O R E L I N F L U J O D E LA P R I M A V E R A

Darfo tent6 aquf u n nuevo genero de poesia. Mejor di-


cho, di6 u n a nueva forma al r o m a n c e q u e habfa t r a t a d o
ya de t r a n s f o r m a r en Azul. Escribi6 u n r o m a n c e dividido
e n t r e s p a r t e s ; c a d a p a r t e tiene r i m a diferente: oe, ae,
aa, con la p a r t i c u l a r i d a d de q u e deja l i b r e los tres 'ulti-
mos versos del fragmento p r i m e r o y tercero y los dos
ultimos del segundo. Al final de cada p a r t e corta el rne-
t r o b r u s c a m e n t e con u n verso m e n o r . T r a t a de sugerir
estados d e alma, de contar, p o r m e d i o d e r a p i d a s e n u m e -
raciones, de imagenes, de simbolos. C a d a oraci6n, sepa-
r a d a de la siguiente, con p u n t o , p a r a a l a r g a r la pausa y
h a c e r m a s vivo el encabalgamiento de algunas p a l a b r a s
en el verso siguiente, p a r e c e u n a frase musical. E n t r e
frase y frase h a y t r a n s i c i o n e s b r u s c a s ; cambios de t o n o .
Se m e ocurre que el poeta escribi6 estos versos p a r a ser
dichos p o r u n coro antiguo, e n d o n d e cada persona recite
u n a frase y de p r o n t o h a b l e el coro e n conjunto. P e r o
lo q u e digo no es mas que u n a i m p r e s i 6 n de lector q u e ,
sin erudici6n musical, cree oir u h recitado mel6dico. Da-
rfo estaba influido p o r la musica posterior a W a g n e r .
Este influjo de la p r i m a v e r a , divagaci6n descripta con
sugestiones griegas, latinas, florentirias y parisierises, de
a r t e decorativo, que nos h a c e i m a g i n a r

tJna nMiska
magnifica. XJna. suprema
inspiiaci6n ptimitiva,
llena de cosas modernas,

t e r m i n a en forma e r u d i t a y eriigmatica:
- 225 -

[Y todo por ti, oh alma!


y por ti, cuerpo, y por ti,
Idea que los enlazas..
Y por Ti lo que buseamos
y no encontraremos mur,ea,
jamas I
El poeta distingue tres elementos: abna, cuerpo eidea.
Porfirio distingue el Pensamiento (Nous), el Alma (Psi-
quis) y el cuerpo, lo mismo que Plutarco y los neoplat6-
nicos; los divulgadores del pitagorismp y delasdoctrinas
esotericas o de la noci6n cpmun, expresan una doctrina
parecida. Dario traduce Nous por idea, por la sinonimia
actual de idea y pensamiento. Porfirio afirma que el
Alma es interemediaria entre la esencia indiyisible y la
esencia corporal divisible, el Nous es solamente una esen-
cia indivisible. Ante las oscilaciones imprecisas de esta
distinci6ti de Alma y E s p i r i t u ( a r u m a y dnimo), y cuer-
po, en los distintos expositores, es posible que Dario haya
tomado estanoci6nde alguna otrafuente de la literatura
hermetica moderna. En la reflexi6n firial el pronombre
ti, va con mayuscula. El poeta ha perdido la esperanza.
Y, caso raro, la ha perdido, mientras deja entrever un
indicio de iniciaci6n eleusina.
Una nueva lectura de esta poesia me hace pensar que
Dario quiso imitar la poesfa griega, o quizar, las formas
liricas del drama griego.

LA DULZURA DEL ANGELUS

El tema de las campanas del Angelus adquiri6, en el


siglo XIX, en las postrimerias del romanticismo, fntimp
contenido poetico. Millet, en su cuadro celebre, pinta el
recogimiento y la oracion mientras el son de invisibles
campanas se difunde en los campps. Ya no es s61o el son
de campanarios que Dario evoca en varios lugares de
sus obras, es voz mas honda, de campanas de provincia,
que no olvida quien las ha oido, en la madrugada, en la
oraci6n, cuando el camihante se detiene y r e z a e l ave-
maria. Voz grave, melanc61ica, de herido metal en sole-
dad aromada de jazmines, en el silencio del mundo que
escucha, cuando se enciende la primera estreUa. Y ru-
mor de campanas en el alba, en elsuefio:
- 226 -

(Oh, suaves campanas eatre la madrugada!)

Ese remanso de paz, esa isla de oro, "en la noche ce-


rrada", en "las hostiles olas", lo ha tocado con enterne-
cida delicia:

La dulzura del angelus matinal y divino


que diluyen ingenuas eampanas provineiales.

Las miemas campanas, la misma dulzura de Roden-


bach en Le regne du silence (1891).

En provinoe, dans la langueur matutinale,


tinte de carillon, tinte la douceur
de l'aube...

Darfo ley6 estos versos, y con identico asunto, concibi6


un poema humano, doloroso, misterioso, casi un noc-
turno.
MaUarme, e n el soneto Le Sonneur, n o ee ha entregado
a la emoci6n sentimental que tan beUamente sugiere en
la primera estrofa:

Cependant que la cloche Sveille sa voix claire


d l'air pur et limpide et profond du matin
et passe sur l'enfant qui jette pour lui plaire
un angelus patmi la tovande et le thym...

TARDE DEL TROPICO

Tarde del Tr6pico, segun Ruben, fue escrita cuando


por primera vez sinti6 "bajo sus pies las vastas aguas
oceanicas", en su viaje a Chile, en 1886. "Era para mf,
entonces agrega, todo en la poesia el semidi6s Hugo".
La referencia de Dari6 hace nacer estos versos en la
atm6sfera poetica del lirico frances. Es innegable; anti-
tesis, imagenes, en las breves estrofas nos sugieren la
voz que modul6 Ocean de la Leyenda de los Siglos, La
tarde de brumas le dicta los versos en el mar del tr6pi-
co. Negro el mar, el cielo oscurb; el dolor de lo que ee
deja, la tristeza de un primer viaje largo y misterioso
por el mar. Quiza sin que el lo supiera se despertaba
e n su espiritu el ritmo elegiaco del poeta cubano Juan
Clemente Zenea:
- 227

Las campanas de la tarde


saludan a las tinieblas...

Algo de estos versos de Fidelia d a n son melanc6Hco


a los de D a r f o :

Los violines de la bruma


saludan al sol que muere..

La b r u m a , el cielo gris, integran su estado sentimon<-


tal. U n a coloraci6n crepuscular cualquiera quitarfa a
estas estrofas su misterio. Lo negro t a m b i e n es color d e
H u g o , " l e ciel noir", "La m e r triste". Llega u n m o m e n t o
e n q u e H u g o y Corot se confunden y se insinua l o g r i s
y lo indeciso verleniano, la p i n t u r a de fine6 de siglo, e n
lo que t i e n e d e b r u m a s , de vaho humoso d e la t a r d e , d e
sombras d o n d e el color se desvanece. Vease A. Joussain,
L'Esthetique de Victor Hugo, 1920.

NOCTURNOS

Nocturno I. — E s t e Nocturno q u e comienza: " Q u i e r o


expresar m i angustia", tiene u n i n c o m p a r a b l e simbolis-
mo musical:

Y el viaje a un vago Oriente ioi entievistos bareos...


Lejano clavicordio que en silencio y olvido
no diste nunca al suefio la sublime sonata...

Versos indecisos, misteriosos, velados; fatalidad opues-


t a a lo q u e debi6 ser; m u n d o a;divinado a d o n d e no se
llega, tesoro, conocido y n o descubierto; vida q u e es e n
v e r d a d " s o m b r a de u n sueiio" y realidad d e dolor inevita-
ble y extraiio. ^ E n q u e noche de desolaci6n y de amar-
gura, cpmo el iuisefior ciego, de que el.mismo b a b l a , sus-
p i r 6 asi? P o r q u e fue en la a m a r g u r a a t r o z :

<jue suaviz6 la noche de dulzura, de plata.

Voz mas sombria que la de R i c h t e r es la voz q u e se u n e


a la de n u e s t i o poeta. Es la de J o b (C. V I I , 11) : " P o r
t a n t o yo no r e p r i m i r e m i b o c a ; H a b l a r e * n la angustia
de m i espiritu, y q u e j a r e m e con la a m a r g u r a d e m i al-
m a " . Cap. X , 1: D a r e yo suelta a m i queja sobre mf,
- 228 -

hablare con amargura de mi alma; 9: acuerdate ahora


que como a lodo me diste forma. ^Y en polvome has de
tornar? X, 18: ^Por que mesacaste de la matriz? Habria
yo expirado y no me vieran ojos, 19: Fuera como si nun-
ca hubiera sido. . . XII, 12: Van a tientas como entihie-
blas y sin luz; VI, 4: Cuyo veneno debe mi espfritu...
TV, 13: En imaginaciones devisiones noctutnas, 14: So-
brevfnome un espanto y un t e m b l o r . . . V H , 2 1 : Porque
ahora dormire en el polvo, y si me buscases de manana
ya n6 sere. "
Dario uhe al teriebroso fondo del dolor de Job su pro-
pia vida y sudol6r. Quiza en la imagen del cishe: del
azoramierit6 "del cisne entre las charcos" haya. una re-
miniscencia de Diaz 'Mir6n: "Hay plumajes quecruzah el
p a n t a n o " . . . o de Le cygne deBaudelaire.
Nocturno II. — Es como una ampliaci6n del Noctur-
no I. Tiene tambien estr6fas de una tenebrosa e indecisa
hondura. El versq:
El pensat que un instante pude r.o habei naeido,
hace recordar al Libro de Job, C a p . X vers. 18 y 19 que
ya citamos.-
En los instantes .del silen<;io anisterioso,
cuando suigen de su piisI6rj los olvidados,
eri"la hoia de los mueitoe, en la hoia del reposo,
sabreis leei estos versos de amargoi impregnados l

"He aqui la hora de los hechizos nocturnos, cuando


iostezan las tumbas", exclama Hamlet (act. III, esc. I I I ) .
Shakespeare hace aparecer la sombra del padre de Ham-
let " a t i e m p o que elrelpj d a b a l a una" (I, I ) , "en esta
hora de silencio mortal", en esta hora los espiritus. salen
"de su morada"; "en la quietud sepulcral de la media
noche",la sombra del padre de Hamlet, sale d e s u "pri-
si6n"; me esta prphibido, dice, "descubrir los secretos
de miprisi6n". En el Nocturno de El canto errante, Dario
recuerda este momento: "Ha dado el reloj trece horas..."
Los pasajes de Shakespeare que he citado explican la es-
trofa de Dario, estrofa admirablemente shakespeariana,
que encierra el estremecimiento del espiritu medieval de
Ruben; estrofa misteiiosa e indefinible. "La hora de los
muertos" de Victor Hugo (Odas- y Baladas, II) : "Voici
l'heure ou les morts dansent d'un -pied debile", no ad-
- 229 -

quiere entonaci6n dolorosa. "La hora del reposo" abarca


en su contenido poetico desde Alcman hasta la Canci6n
npcturna del caminantede Goethe, elsentido absoluto del
sueiip de los seres, y da a quien lee los versos una emo-
ci6n de natural amarguxa, como aquel Uantp en la npche
de Li-Tai-Pe. La oda al Suefip de Quevedo falseada, en
lo que tiene mas intimamente de Alcman y de Virgilio,
por el humorismo conceptista, no acierta con esta nota
De p'rofundis. En el Quijote ap6crifo (cap. XVII) se
llama a las doce de la npche "hora de universal silencio".
Estos espontaneos nocturnos que son vivo milagro de
la lengua, ahondan algun acento de Charles Guerin, es-
tan juntp a lo mas intenso del In Memoriam de Tenny-
son, de los Poemas de Dante Gabriel Rossetti que quiza
Ruben sentia cuando escribi6: "Quiero expxesar mi an-
gustia".

CANCION DE OTONO EN PRIMAVERA

Esta canci6n fue sentida musicalmente, eii tono me-


nor, con acompanamiento lento de violines 0 de violon-
celos. Ladistribuci6nde las V6cales en la estrofa q u e s e
tepite — y que al serVirde coro d a l a entonaci6n ele-
giaca a l p o e m a - lo prueban:
jJuventud, divino tesoro,
ya te vas jaia no volver!
Cuan<36 quieio lloiar no lloro..'
Y a veces lloro- sin quer<er...
Predomina la o; d a e l tremolp: "Cuando quiero llo-
rar no Uoro y a veces lloro": sanglots longs des vioU>ns.
Viene despues el recitado compuesto de tres estrofas con
un colprido musical distintO. Se repite luegp la que for-
ma el coro. Se comppne ,una tetralogia esquematica de
recitados. La parte cuarta, spstenida y casi solemne deja
el arte n a r r a t i v o d e lasanteriores p a r a a d q u i r i r mas
acentuado caractersentimental de monplogo. .Elyersp
de nueve silabas se une al siguiente con pausa de cesura
y forrnan dieciocho silabas,con excepcipn de laestrofa
que empieza: "Yo era tfmidp como un ninp.". E n e l t p n o
dominante del poema seadyierte al queentonauri cantp
impropio del nuevo afio, un canto de oton6, una elegia
-'230 -

^ a la juventud que se fue, con la melancolfa de Mimner-


mo en el regocijo de las fiestas primaverales, de los
Pervigilium Veneris, cuyo ritornelo puede ser que sir-
viese de modelo a Ruben que ya conocia el de la Buc6-
lica octava de Virgilio y el de los buc61icos griegos.
Tiene algo de pr61ogo dramatico esta canci6n elegfaca. eri
donde se animan juntamente lo real y lo imaginado; las
demas mujeres que el evoca, como la Helena que di6
materia a la poesia, s61o seran:
si no pretextos de mis iimas,
fantosm<as de mi coraz6n,
porque como dice Moreas, inspirado en Homero, todo
lo que ocurre en nuestro mundo no tiene mas objeto
que ser: "Un pretexto para tuseantos".

TREBOL

Dario estuvo en Espana en 1899, ano en que se cele-


braba el tercer centenario del nacimiento de Velazquez.
El 15 de junio escribi6, para "La Naci6n" de Buenos
Aires, la cr6nica: La fiesta de Velazquez. El mismo dia
apareci6 Trebol en "La ilustraci6n espanola y america-
na" de Madrid. El poeta habia leido casi todo lo impor-
tante que se habia escrito hasta entonces acerCa del pin-
tor espanol. Su buena suerte, como el dice, le .hizo llegar
a sus manos "un libro casi desconocido", impreso en
1885, de G. Cruzada y ViUaamil y "que no lleg6 a ponerse
en venta" aunque figura en catalogos: Anales de la
vida y de Uts obras de Diego de Silva Veluzquez. -Extracta
este Libro que ley6 avidamente, en la cr6nica titulada
La fiesta de VeM,zquez que apareci6 en Espana contem-
pordnea. Escribe el poeta: "Es en 1622. Velazquez va
a visitar el Escorial, y para ello parte para la corte con
buenas recomendaciones y con el encargo de bacer e l r e -
trato de G6ngora. Con buen viento Llega", etc. La 'su-
gesti6n de Trebol naci6 de la lectura de Cruzada ViUa-
amil. A mediados del mes de junio apareci6 la obra
de Jacinto Octavio Pic6n: Vida y obras de- Don Diego
Velazquez, que se acab6 de imprimir el dia 6 de ese mes.-
En el catalogo de,las obras autenticas de Velazquez que
- 231 -

hace Pic6n, al atenerse al juicio de Beruete, VeM,zquez,


Paris, 1898, no incluye el retrato de G6ngora. Dario, que
no ha lefdo a Beruete, o que no se ha dejado convencer,
encontr6, cdmo dijimos, la sugesti6n del asunto en Cruza-
da Villaamil. Adolfo de Castro compar6 en 186S a G6n-
gora con el Greco: que eran, segun el, el mayor pintor
y el mayor poeta de Espana. Es muy posible que Dario
conociese las palabras de Castro, puesto que ley6 en su
adolescencia los pi61ogos de la Colecci6n Rivadeneyra; en
1896 habia expresado ya su admiraci6n por G6ngora, y
es posible, como da a entender en el comentario de Azul,
que, al escribir el romance Primaveral, haya tenido pre-
sente a G6ngora, no para imitarlo, sino para dar al ro-
mance una musica que no estaba ni en el poeta de Poli-
femo ni en Zenea. El nombre de G6ngora, cuando Dario
se acerc6 definitivamente a la literatura viva de Francia
en 1893, aparecia en revistas, encuestas, era un nombre
citado de muy distinta manera que Calder6n o Cervantes.
Era el poeta de la escuela de Licofr6n; raro artista, an-
gel rebelde. Ya Hugo en El Arte de ser abuelo (IV, V)
toca la tradicional idea de G6ngora en Encore Dieu:
I1 abuse du gouffre, il abuse du piisme.
Tout, o'est trop.. Son soleil va jusqu'au gongorisme;
lumi4re outree.

En 1891, apareci6 la Enquete sur Fevolution litteraire


de J. Huret. En su contestaci6n L. TaUhade, que fue
despues amigo de Dario, establece la semejanza del sim-
bolismo con el gongorismo en su significaci6n de cultera-
nismo, y con el eufuismo, el marinismo, con la Pleyade
y el preciosismo. Dario encontr6 en Paris, en 1893, una
extrafia simpatia por el gongorismo en Verlaine y Moreas.
Pero Verlaine, nunca elev6 a G6ngora a la categoria uni-
versal de Calder6n. El proceso de G6ngora en Francia,
en el siglo XIX, esta en relaci6n con la intensidad de los
estudios hispanicos. En el aiio 1899 habia entre algunos
j6venes de Espana admiracion por G6ngora y por Dario.
La capacidad innovadora de Ruben entraba en las me-
tamoifosis gongorinas. La admiracion no nace mu-
chas veces del estudio erudito de los autores; admiramos
poetas que apenas hemos leido. Dario no s e p r o p u s o h a -
cer poesia gongorista. Hacia poesia propia. Hay una rela-
ci6n entre Velazquez y G6ngora. Dario la utiliz6 con
- 232 -

originalidad sin dar por eso a G6ngora jerarquia de poe-


ta unico. No ha sido Darfo e l p r i m e r o en elogiar a G6n-
gora en el siglo XIX. E1 poeta ha escuchado el repetido
elogio del autor del Panegirico, y exclama:
Ya empieza el r.ot>le coio de las liias
a preludiar el himno a tu decoio.

Darfo pens6 escribir esta poesfa en el estilo de la epo-


ca de G6ngora. Tom6 como modelo los titulos de los so-
netos burlescos de la primera parte del Quijote: Amadis
de Gaula a don Quijote de Ui Mancha; Don Belianis de
Grecia a don Quijote de la Mancha, sin olvidar los del
capitulo LII, cuyos titulos empiezan, por ser transcripcio-
nes, con la particula de, que Dario emplea porque tam-
bien finge transcribir:,De don Luis de Argotey G6ngora
a don Diego de Silva Vetezquez.^En el soneto de acade-
mico de la Argamasilla a Rocinante, nuestro poeta en-
contr6 riqueza de nombres propios:

. Y si de su Amadis se pieeia Gaula,


por cuyos biavos deseendientes Greeia
triunf6 mil veces, y su fama ensaneha,
hoy a Quijote ie coiona el aula
do Belona preside, y del se jiecia
mas que Gi-ecia, ni Gaula, la alta Mancha,

Este triunfo de don Quijote, precedido de la apoteosis


de los Amadises, puede sugerir los tercetos del soneto de
Diego de Silva: t '
A Te6crito y Poussin la Fama dote
eon ta cbrona de laur<*l supiemio;
que en donde da Cervantes el .Quijote
y yo ,las telas cot mis lueee gemo,
para Don Luis de G6ngoia 'j Aigdte
tiae'ia una nueva palma Polifemo.

Darfo conoce el Viaje del Parnaso de Cervantes, y, n o


sin misterio, en el pr61ogp de Cantos de viday esperanza
empezara. hablando de sf mismo como lo hace en el Viaje
el insigne hidalgo, cuando dice:
Yo so'y aquel que e'n la invenci6n excede
a mu<shos

Kuberi ira al Viaje para rec6ger noticias de G6ngora:

Es don Luys de G6ngora a quien temo


agiaviar en mis cortes alabanzas,.
aunque las suba el grado mas supremo.
- 233 -

Sigue a estos versos el elogio de Herrera, que puede


confundirse con el de G6ngora:

jOh, tu, divino esparitu que aleanza


ya el piemio mereeido a tus deseos!. ..
<que hace recordar tambien los citados versos de Darfo:

Ya empieza el r.oble coro de las_liras


a jieludiar el himno a tu deeoro;

"decoro" es palabra cervantina; lo es "fatigado", lo es


la insistencia en la iniitil envidia.
Luis de Le6n, al traducir la Olfmpica primera de Pin-
daro, escribe:

Y entie el iico teso10


como el atdiente fuego en noehe oseura,
ansi relumbia el or6.

E l oro, las joyas, tienen como realce la oscuridad, e l f o n d o


uegro. Cervantes, en la misma pagina donde habla de
^G6ngora, dice a Herrera: "Ya de tu hermosa Luz" (la
Gondesa de Gelves) "el bello resplandor miras seguro",
y en versos garcilasistas, con erudici6n del mism6 Herre-
ra, muestra la yedra del poeta arrimada al fuerte muro
d e la inmortalidad. El poeta ya no estima cuanto

m01a en las sombras deste mundo oseu10.

Esta oposici6n del nbmbre de l a L u z , de Herrera, del


beUo resplandor, con el mundo oscuro, pudo tambien su-
gerir a Dario, sin olvidar l o a c t u a l , estos d6s endecasi-
labos:

De Bspana esta sbbre la veste obscura


tu nombie, eomo joya relueiente.

En resumen: en torno del elogio de G6hgora, hay lu-


gares poeticos y eruditos, casi identicos, en Trebol y en
e l Viaje del Parnaso.
D a r i o p a r e c e pensar en el soheto XLV de G6ng6ra (B.
d e A. E., t. X X X I I ) :

Templa, noble garz6n, la noble lira


Yo. 10neo y t,u sonpro despertenvos,..,
En'este soriet6hay tres rimas cbmunes con Dario: sus-
J>ira, inspira, lira, y las correspondencias c'itadas:
- 234 -

Ya empieza el noble cbro de las livas ....


Yo e t equivoeo altar, tu en sacro fuego.. .

Alguna9 palabras de Trebol, "colonia", por ejemplp,


estan puestas por Ruben con intenci6n de dar al vocabu-
lario un sabor de siglo X V I I :

Gl01i0sa la peninsula que abiiga tal colonia.


jAqui brcmce c01inti0 y alia manmol de Jonia!

"Bronce corintio" es traducci6n del famoso corinthium


aes. El autor de la Epistola moral escribe:

Tiiste de aquel que vive destinado


a esa antigua colonia de los vieios.

Si existe colonia d e l o s vicios bien puede aceptarse la


de las artes. No se si sera casualidad que se encuentren
al lado de estos versos de la EpistoUt los de: "Mas precia-
el ruisefior", etc., "en el metal de sus doradas rejas"; y
en Dario:

Jaula de iuisefioies labrada en 010 fino.

Descubre noble inteligencia, en Trebol, el acercamien-


to de Te6crito y Poussin:

A Te6ciito y Po-ussin la Fama dote


con la corona de laurel supiemo..

Con esto no ha querido decir que el gran poeta de Si-


racusa sea superior a Homero ni a Dante, pero sf, para
emplear una expresi6n de A. Croiset, que "es unico en
su arte", como lo es Poussin en la pintura. La relaci6n
que Dario establece entre Teocrito y P0u9sin, nace de
fina penetraci6n en la historia d e l a r t e . Los versos:

Ya al mLsterioso son d*l noble coro


calma el Cettau10 sus giotescas iras,

expresan el poder pacificador de la beUeza, la catarsis


aristotelica. Ya en el Coloquio de los centauros dijo que:

Y Heracles <3escuidando su maza; en laharmonia


de los astios, se eleva bajo el eielo nocturno.

Dario sigui6 la obra de los poetas de la escuela romana


de Moreas y fue por tanto lector y admirador de Pinda-
ro. Se ve en estos dos ejemplos de una manera visible la
- 235 -

ensenanza de la primera Pitica, cuando al influjo de la


musica: "el violento Ares olvidando el duro hierro de
las lanzas", etc. Dario eligi6 a Heracles y ahora al an-
tiguo Centauro ind6mito. Quiza este recuerdo del Cen-
.tauro este sugerido por el cuadro deBotticelli: Palas y
el Centauro, Alude el poeta en estos versos a la segunda
estrofa del Polifemo de G6ngora.
Pone en boca de G6ngora un elegante tono de Hora-
eio, cuando dice: "Rompe la envidia el fatigado diente'V
donde, para usar de una hiperbole de comentador, Ru-
ben parece superar al modelo, Sdtiras, II, 1, 77.
En los sonetos de Trebol, Dario escribe sus impresiones
de ese ario, impresiones publicadas tambien, en prosa, en
"La Naci6n" y recogidas en Espana contempordnea. EI
poeta vi6 en Espana a grandes pintores franceses que
concurrieron a la fiesta de Velazquez, asisti6 a la apoteo-
sis del pintor espafiol, en la tierra enlutada por el re-
ciente desastre:

De Espana esta sobre la veste obecura


tu nomtoie como joya ielueiente..

En este mismo ario de 1899, Dario escribi6 un mensaje


poetico Al Rey Oscar, alli dice que Espana"viste luto".
Era original la idea de resucitar a G6ngora y a Velaz-
quez; los hace hablar en el eliseo de la inmortalidad,
dentro de la humana forma: "miro a traves de mi pe-
numbra". El segundo soneto es una "replica" del pri-
mero. Dario pens6 tambien en Poussin, o en Puvis de
Chavannes:
Salen las nueve inusas de un bosque de laureles.

Acepta en G6ngora una nueva creaci6n de Angelica y


Medoro, de Ariosto; emplea expresiones que parecen,
aunque no lo sean, del siglo XVII: "diamante parang6n'V
el "diamante parang6n" es moderno, pero en aqueUa epo-
ca se emplea: "piedra parang6n ( 1 ) " ; "fenix ardiente'V
tal como lo veia en todas las ilustraciones de libros;
"equivoco", "sacro" y alma luz. Estos versos ocasiona-
les debieron nacer, como ya dijimos, de la lectura del li-

(1) Pietra del paragone es el titulo de una obra de BoccalUni^


1615, citada por E Merimee, en su estudio de Quevedo.
- 236 -

hro de Villaamil, porque los hizo cuando leia ese libro..


Dariosiguio leyendo al poeta de las Soledades. En
Parisiana lo cita.
"Citanista, dulce hija
del Aichipoeta rubio,
%
segun las palabras del delicioso G6ngora". Estos versos
son de la Fdbula de Piramo y Tisbe. En el Soneto autum-
nal al Marques de Bradomin, las frases: "erraba vulgar
gente", "un vulgo errante", traen a la memoria el verso
de la Soledad primera (v. 281) : "Vulgo lascivo erraba".
Ya en Prosas profanas las "flautas de pluma", de Epita-
hxmio bdrbaro, vienen de la metafora g'ongorina: "Ci-
tharas de pluma" de la primera Soledad (v. 556).
En el Homenaje a Don Miguel Artigas, Santander,
l932, Damaso Alonso dedica un capitulo al gongorismo
'de Ruben Dario.
Al comentar el verso, de Trebol, donde Darfo hace
<jue G6ngora diga a Velazquez: "Miro a t r a v e s d e m i
penuinbra", imagine que Ruben habia pensado en una
xeencarnaci6n de G6ngora, para hacerlo hablar dentro
de la humana forma, como hablaii los personajes del
'Coloquio de los Centauros, o qtiiza, que el poeta de las
Soledades contemplaba el dia antiguo a traves del re-
<;uerdo de 'Svi propio cuerpo. Me inclinaba a esta suposi-
ci6n un pasaje de Swedenborg, de El Cielo y el Infierno,
505, donde habla del alma "que se halla libre de vincu-
lo del cuerpo y por consiguiente de las cosas terrestres,
que la oscurecian o, por asi decir, le interponfan una
nube". Esa nube de nuestro cuerpo podfa ser la "pe-
Tiumbra". Esta doctrina no esexclusiva de Swedenborg;
Castiglione, en El Cortesano (VI, 59) dice que e l a l m a ,
con su lumbre, "vience las tiniebfes del cuerpo". No era
dificil que pario pensase en algo parecido. Un amigo
mio, buen gongorista, me sugiere la idea de que esa
*'penumbra" sea la misma penumbra que enyuelve la
figura de G6ngora en la tela atribufda a Velazquez.

CHARITAS

Charitas es la descripci6n d e u f i v i a j e . El viaje del


alma por el Paraiso de Dante. Eri lugar de Dante acom-
- 237 -

pafiado por Vigilio, viaja el alma de Vicente de PauI, con-


ducida por Cristo, por los cielos del Paraiso dantesco.
Quiza Dario, en dias de lectura de la Comedia, haya en-,
contrado como una invitaci6n para escribiresta poesia
en los versos finales del poema Vincent de Paul, que esta
en Les recits et les eligies de Coppee. Este sentido poe-
ma de Coppeees tambien uno de los irinumerables viajes
de un dfa de este Prmcipe de la misericordia divina. en
la tierra. Cuando Viceritearropa al n i n o q u e enc6ritr6
en la calle, queda tembloroso y helado en la celda; la
noche es de invierno; reza frente al cuadro que repre-
senta a la Virgen. La imagen se anima, y desanudando
de su cuello los brazos del nino se lo6fre'ce a Vicente,y
con acento Ueno de celeste bondad le dice:
Embrasse-le.. Tu l'as bien m&ite.

Parece que nuestro poeta quisiera continuar este re?


lato.
A Vicente de Paul, nuestio ReyCristo
con du!ce lengua dice:
—Hijomia,tuslabios '
digi.os ^aon de imjiimirse
en la heiida que el eiego
en mi eostado abri6.. Tu amor sublinie
tiene sublime piemio: a^ciende y. goza
del alto galaid6n que conseguiste.

El alma de Vicente llega al coro de los angeles y as-


ciende, basta penetrar en el c o r o d e los serafines, entre
la muchedumbre de las jerarquias angelicas. El poeta
ha estudiado amorosamente el sublime itinerario.
Brunetto Latini, maestro de Dante, en eL Libro del
Tesoro estableci6 asi las jerarquias angelicas: Angeles,
Arcangeles, Tronos, Dominaciones, Virtudes, Principados,
Potestades, Querubines, Serafines. En el Paraiso (C.
XXVIII, 98-126), pasaje sobre el cual construy6 Dario su
poema, esta la misma ordenaci6n; tomandola en orden
inverso, o sea hacia Dios, es la siguiente: Angelici, Ar-
. cangeli, Principati, Podestati, Virtudi, Dominazioni, Tro-
ni, Cherubi, Serafi: es esta la jerarquia de Ruben: An-
geles, Arcangeles, Principes,"Potestades, Virtudes, Domi-
naciones, Tronos, Querubes y Serafines. A esta misma
clasificaci6n la encontr6 Darfo en los cabalistas y en los
estudios de la Cabala, en ellibro dePapus, por ejemplo>
La Cabbdle, 1892, y especiaImente en la edici6nde 1903.
- 238 - '

Hago esta advertencia porque las clasificaciones no es-


t a n , como es natural, de acuerdo con la absoluta jerar-
qufa, vacilante ya entre el Dante del Convivio y el del
Canto X X V n i del Paradiso. Otros autores, siguiendo una
<lefinitiva jerarqufa, colocan en el nias encumbrado coro
a los Querubines, en el segundo los Serafines; en los otros
*oros no hay discrepancia. La ordenaci6n de las series de
piedras, de acuerdo con la jerarqufa que trae Huysmans
e n La Catedral, es igual a la dantesca: la sard6nice evo-
>ca los Serafines; el topacio, los Querubines; el jaspe,
l o s Tronos; el cris61ito, las Dominaciones; el zafiro, las
Yirtudes; el 6nix, las Potestades; el berilo, los Princi-
pados; el rubi, los Arcangeles y la esmeralda, los Ange-
les, Darfo debi6 tener presente algun tratado sobre los
angeles; su apreciacion sobre cada jerarqufa es exacta y
erudita. Cpnoce bien el Paraiso de Dante, y de aquf y
<le aUa le toma terminos comparativos, palabras de eleva-
c i 6 n sublime. Tiene al frente una edici6n ilustrada por
D o r e . Quiza una bella edici6n de la casa de Sonzogno de
Milan. Nuestro poeta, como siempre, transcribira la pin-
*ura con palabras. Dice Dante en el Paraiso:

.. Di quelle sempiterne rose


Volgeansi circa noi le due ghirlande,
E si l'estrema all'ultima rispose.

Dore ilustra maravillpsamente estas dos guirnaldas an-


gelicas (lam. 4 3 ) . Dario interpreta, casi fotograficamen-
te, el dibujo en versos luminosos:

Ve entonces la regi6n en donde existen


los augustos Arcar.geles, zodiaco
de diamantina nieve...

Desde estos versos, las imagenes continuas que emplea


proviehen de Dore; casi todos le sugieren conceptos gran-
-<diosos:

.... indestruetibles
ejereito de luz. . .
.... y el eoro excelso
de los Tionos insignes...
Cariatides de luz indefinible...

La ilustraci6n de los versos I-3, del Canto X X X I , del


Paraiso (lam. 44) se transforma en:
'"" 'V
'. -"_' A^ *>/ % & ' '>
iPi*-
'f- - K Mte * 4l
^fcti*ji";.yf^.^^
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3'M^<' >*- ^*ss^rts3?
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3 9 ^ *U B
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Fig. 43 - DOR6, ilustraci6n del Canto XII del Paraiso, v.. 19-21.
Ve entonees la iegi6n en donde existen
Ios augustoe Arcai:geles, zodiaco
de diamantina nieve...
&F*FW$FJ^F*7'
r-***j- * . . <.- ** V - " ' -* - i . ' ^ * S u .
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Fig. 44 - DORfi, ilustraci6n del Canto XXXI del Paraiso, v. 1 - 3..
F i i f t a ^ _ - ^ A j - . _ j ^ iJaL# - C v i j ^ - . J
Y el eoro de Querubes que compite
eon la antoicha del sol.
- 241 - '

Y el coro de Querubes que compite


con la antorcha delsol.
El poeta esta ahora lejos de Boucher y de Fragonard.
Cada lectura, cada artista, han sido para el el descubri-
miento de un nuevo aspecto de su alma. Dante dotni-
na ahora su imaginaci6n con el atractivo irresistible
y misterioso de las divinas concepciones. El seviUano
Luis de Rihera trat6, en elegantes tercetos, De las jerar-
quias y coros, nombres y ojicibs de los Angeles y de su
naturaleza, creaci6n y glorificaci6n (Poesias sagradas,
1612). Es posible que Dario haya leido en el Cancionero
Sagrado (Col. Riv, t. 35) esta poesfa y la De laentrada
y triunjo de Cristo en el Cielo el dia de su gloriosa As-
censi6n.
Charitas es la Ascensi6n y triunfo de San Vicente en
el Cielo. Las jerarqufas angelicas se encuentran en los
libros de cierto hermetismo, en el Peladan Commeni
on devient m,age, 1892, la mas alta jerarquia es la de
Seraffn; Saint-Yves d'Alveydre en la MiH6n de la India
en Europa, pagina 186: "Son espiritus ciclicos o c6smi-
cos que nosotros llamamos Angeles, Arcangeles, Princi-
pados, Potencias, Virtudes, Dominaciones, Tronos, Que-
rubines y Serafines". En los preciosos versos de Bau-
delaire, Benediction:

Je sais que vous gardeg une place au Poete


dans las rangs bienheureux de's saintes Ligions,
et que vous l'invitez d Vetemelle fete
des Ti6nes, des Veitus, des BomAnations.

Dario ha unido a las sugestiones de Dante y Dore algunas


reminiscencias biblicas: "Los angeles que al triste mortal
custodian",por ejemplo, es un recuerdo de los Psalmos de
David, 90, II. Tiene tambien presente la misi6n de los
angeles segun los tratados cabalisticos.

OH, TERREMOTO MENTAL!

Estan inspiradas, posiblemente, esta9 estrofas en Le


gouffre de Baudelaire.
- 242 -

Paseal avait son gouffre, aveo lui se mouvant.


—HSlas! tout est abin*e, ;— aetion, desir, i8ve,
Parole! et sus mon poil qui tout droit se releve
Mainte fois de la Peur je sene passer la vett.

Ruben Dario, se refieire a esta estrofa, pero la transfor-


ma casi completamente:

De Paseal miie el abismo


y vi lo que pido vei
euando sinti6 Baudelaire
" e l ala del idiotismo".

El poeta ve pasar, ante lo que aterr6 a Pascal, "el ala


de la demencia", o de la pesadilla: "un cauchemar mul-
tiforme et sans treve", "le vent de la Peur".
En estas tres redondillas, hay experiencia, preocupa-
ciones cientificas y doctrina moral. Ruben naci6 en tierra
de terremotos, los recuerda mas de una vez, los evoca en
un misterioso soneto. Quiza sufri6 el v e r t i g o m e n t a l , te-
rremoto interno; encuentra juntamente el abismp en
Baudelaire, en el legendario caso de Pascal, ve el preci-
picio pascaliano; busca con la conversi6n del autor fran-
ces, el sosten que lo salve de las potencias abismales;
"pascaliza" con el valor de la voluntad, a su manera:

Hay, no obstante, que eer fuerte;


pasar todo preeipieio
y ser vencedoi del Vieio, ' ,
de la Locuray la Muerte.

EL VERSO SUTIL

Una lejana reminiscencia de Odas y baladas ( X X V ) de


Hugo:

Mon veis plane, et se pose


tant6t sur una rose,
tant6t sur un grand mont, ^

que quiza Dario transforma o recuerda inconscientemen-


te, le sugiere la i m a g e n y el motivO i n i c i a l d e :

El verso sutil que pasa o 6e posa


sobre la mujer o sobre la rosa
verso puede ser o ser mariposa.
- 243 -

E l ritmo es de viUancico; Darfo lo us6 sistematicamen-


te con acento agudo en el primer hemistiquio:

Paratse a miiai — plantas y signos


(B. de A. E., Cane. Sagrado, 443).
Vienen Baltasar, — Gaspai y Melchor. .,.
(Idem, 452).
^.
Como en los romancillos la terminaci6n aguda es par,
suprimiendo el primer verso queda tambien el ritmo de
El verso sutil.
De fieeta sali6 — de estiellas se puso
un apietador — y un nranto de lustie
eon puntas de sol; — paia los chapinea
que bordados son, — visilks de plata
la luna le di6 . .
(Idem, 452)
La mas linda flor; — la que es m&siheimosa,
la mas linda flor; — la hermosa morena,
la mas linda flor; — morena graeio6a,
la mas litda flor ; . . .
(Idem, 461).
De verte llorar, — ey, e6mo me alegio,
por vei que nie aanas — como te merezco.
(Idem, 461).
De ser como Dios — tuvo Dios en poco,
pues que poi eumplii — los necios antojos...
{ldem, 486).

Daiio ley6 el Cancioneto Sagrado. Dice: "A1 escribir


Cantos de Vida y Esperanza yo habi'a explorado no so-
lamente el campo de poeticas extranjeras, sino tambien
los cancioneros antiguos, la obra ya completa, ya frag-
mentaria de los primitivos de la poesia espanola, en los
cuales encontre riquezas de expresi6n y de gracia que
en vano se buscaran e n h a r t o celebrados autores de si-
glos mas cercanos". Asoman a mi ofdo versos de libros
de misa que ofa en los novenarios de mi hogar cuahdo y o
era nino ( 1 ) :

Ven que te adquiri, — altisimo honoi:


jAy, triste de mi — [Ay, que desconsuel6!
De vivo pesar — herido me siento...
Por ti vivire' - por ti 6ol'amente

(UTrcmscribo del Ancora de SaIvaci6n del R P. Jose Mach los


eJemplos que siguen a esta llamada. No se'con que titulo public6
Mach este Pevocionaiio, que supongo debi6 de - aparecer crirede-
doi de 1880,
244

Ruben recuerda estos canticos religiosos. Los ha Ue-


vado al tono profano del Arcipieste, de Juan del Enzina;
i q u i e n no advierte que esta parodiando una letanfa re-
ligiosa?

Libianos, Senor, de abril y la flor


y del cielo azul, y del ruisefior,
de dolor y amor, libianos Sefior!

E n el mismo tono profano escribi6 el Madrigal exalta-


do, donde aprovecha y parafrasea el comienzo del Dies
Irae.
Habfa usado ya el metro de seis sflabas, con termina-
ci6n aguda de impar, en Dezires, h,yes y canciones, de
Prosas Profanas, al i m i t a r e l Lay, de Johan Torres:

|Ay, tiiste de mi
porque padeci
sin lo mereeei!
Pues sieinpre aeibl
leal Easta aqui
a rai entendei,

en versos como estos:

Intenso licoi,
peifume y eolor
me hieieron sei:.tir
su boea de floi;
dile el alma por
tan dulee elixir.

Pedro Darwin, ascendiente de Carlos, escribi6 esta


especie de letania ( 1 ) :

De mafiana esjlendoiosa,
de mozo que beba vino,
de mujer que hable latin,
iLibianos Sefior!

Sorprende la coincidencia del extrafio ruego de Darwin


de que el Senor lo libre de "manana esplendorosa" con
el de Darfo del "cielo azul"; rasgo de humorismo ingles
que nuestro poeta amplifica.

(1) DARWIN: Autobiograiia, ttaducci6n de C Bayo, Madrid, s a.,


pdgina 97
- 245 -

FILOSOFIA

Filosofia es un brote del espiritu medieval que perdura


en Dario. El poeta conoce bestiarios de la Edad Media y
maneja, como erudita enciclopedia, La Catedral de Huys-
mans. Dice:
Saluda al sol, aiafia, no 6eas iencoiosa.
La arafia teme al sol como el Maligno teme a la Iglesia,
por eso prefiere mas la noche que el dfa para tejer su
tela, segun Teobaldo, citad6 por Huysmans. Prefiere la
obscuridad a la claridad. A esta reemplazante de Satan
en las tinieblas pide Ruben que salude al sol.
. Da tus gracias a Dios, oh sapo, porque eres.
Con lo cual el poeta demuestra que la vida es un bien,
aun para el pobre sapo, bestia inmunda, instrumento de
maleficios, 6egun los autores medievales que recuerda
Huysmans. Despues de estas amonestaciones paternales
y evangelicas a la arafia y al sapo, Dario ve la excelencia
del cangrejo en las espinas rosadas y de los moluscos que
tienen "reminiscencias" de mujer. El sapo, la araiia, son
u n " a v a t a r " delBajisimo, ya que lo son todas lasbestias
y aves feroces, todo reptil, al decir del Durtal huysmans-
niano; lo son tambien los insectos vene'nosos. Para Dario,
son enigm*as "siendo formas". Dario concibe, 4>0sible-
mente dentro de cierta doctrina lrermetica, la causalidad
formal de las Norinas, que seran como mitol6gicas ideas
plat6nicas, demiurgos activos del pensamiento divino;
eUas han creado la foima que es enigma; y dieron a cada
forma una parte del todo; contentense la arafia, el sapo,
con su papel en el dramaviviente; el cangrejo y el molus-
co con su parte de belleza, ya que todo ser creado tiene al-
go bello. Las Normas mismas no son responsables porque
son agentes. El Tod6poderoso es quien sabe la causa. En
el drama de los seres creados toque el grillo y dance el
oso. En Filosofia se oppne a Anagke de Azul.
A Dar10 le preocup6 el reparto de l6s dones que han
hecho*los dioses a los seres y a los hombres; en Los Cis-
nes, dice que se di6 a la alondra la luz del dia, se di6 sa-
biduria a los buhos, y melodia al ruisenor, etc.; en Azul
- 246 -

recuerda la epoca en que las hadas repartieron sus dones


entre los mortales. Este mito del reparto se encuentra, en
distintas formas, en Pfndaro, en el Protdgoras de Plat6n,
en Schiller, en los cuentos de hadas.
"Deja la responsabilidad a las Normas", les dice a los
seres. "Sabed ser lo que sois, enigmas siendo formas".
Toca el proMema de la parte que nos dieron. ^Quienes?
Las Normas. Guriosa adaptaci6n castellana de las Nornes
germanicas que se ideritifican con las Parcas latinas y
las Moiras griegas. Aqui las Nornes estan consideradas
no c6mo destino absoluto, sino como divinidades demiur-
gicas. Ellas tienen la responsabilidad de lb que crean:
araiia, sapo, molusco o cangrejo, ante el Todopoderoso.
En el Renacimiento el poder demiurgico estaba en la
Naturaleza. Ya lo dice Garcilaso:

jOh Jiatuia, cuan pocas obras eojas


en el mundo son hechas por tu mano!

El mito demiurgico del Timeo, se inclinahacia la na-


turaleza "instrumento de la divinidad", segun comenta
Herrera. La naturaleza en el Renacimiento adquiere ple-
na autonomia en su fundaci6n de Demiurgo: El siglo XIX,
en ciertos aspectos, vuelve a personificaciones antropo-
m6rficas. Erda, en Wagner, responde a W.otan: "Cuando
duermo velan las Nornes. <jPor que no interrogan a las
Nornes?" Esta filosoffa demiurgica no podia faltar en
Ruben, tan curioso; ni tampoco el enigma de "las for-
mas". Ya en Azul, quiza sin meditar en lo que decfa, ex-
clama, el gnomo: "Porque tu, ;oh madre Tierra!, eres
grande, fecunda, de seno inextinguible y sacro", donde
la Tierra es demiurgo. Ahora medita mas y en el pro-
Mema de la sabidurfa creadora e intermediaria, da con
un equivalente de las Madres de Goethe, de las Nornes
de Wagner. Curioso caso de creaci6n de un nombre nue-
vo de estas divinidades germanicas! Vease D. Saurot, La
Litterature et l'Occultisme, Parfs, 1929; Renan,JVouve-
lles etudes d'histoirereligieuse.
- 247 -

DIVINA PSIQUIS

La divina Psiquis, dice Schure, es el a l m a h u m a n a ( 1 ) .


D a r i o h a Uevado a esta beUisima ppesia la doctrina pita-
g6rica q u e e x p o n e Schure e n Los grandes iniciados ( 2 ) .

Divina Psiquis, dulce mariposa itvisible


que desde los abisnios has venido a ser todo
lo que en mi ser nervioso y e n mi euerpo sensible
formala ehispa sacia de la estatura de lodo!

E n la historia pitag6rica y a veces confusa de la divina


Psiquis, Dario h a puesto su mitologia, su sensibilidad y
u n misterioso estremecimiento. P s i q m s h a venido desde
los abismos, desde el doble abismo de la m a t e r i a d o n d e
h a sido fuerza ciega e indirecta en el m i n e r a l , individuaH-
zada en la p l a n t a , instinto en los animales ( 3 ) , h a venido
e n el transcurso de misteriosos viajes, d e encarnaciones,
de ciclos p l a n e t a r i o s (4) a ser el alma del h o m b r e . Esta
alma es u n a parcela de la gran alma del m u n d o , u n a ehis-
p a del espfritu divino, u n a m 6 n a d a i n m o r t a l ( 5 ) . El a k n a
h u m a n a , la divina Psiquis, es la sola a l m a q u e viene del
cielo y r e t o r n a a el despues de la m u e r t e ( 6 ) . Esta ehis-
pa divina, en su doloroso descenso se h a e n c a r n a d o e n el
h o m b r e , es "la chispa sacra d e la estatua de l o d o " .
E n los libros de cierto h e r m e t i s m o se dice q u e el a l m a
se asoma p o r los ojos. Gautier e n Avatar: " E l alma se
asomaba a l a ventanas de sus ojos y p o r decirlo asi,' se
h a c i a visible. Su b l a n c u r a se iluminaba p o r u n rayo inte-
rior como el alabastro de u n a l a m p a r a " .

To asomas jor mis ojos a la luz de la tierra


y piisioneia vives en mi de extiano d u e i o . . .

i Cual es la situacidn de la divina Psiquis e n la vida te-


r r e s t r e ? , se p r e g u n t a Schure. N 6 se p u e d e i m a g i n a r na-

(1) Les grands inities, P 323, 328, 346, 351, 368,


(2) Idem. P- 346, 347, 348 , 349, 350 , 351, 352
(3) Idem, P 348
(4) Idem. P 350..
(S) Idem. P 348
(6) Idem. P. 349.
- 248

da mas e x t i a n o y tragico ( 1 ) . H a q u e d a d o enlazada a los


repliegues del cuerpo. No ve, n o r e s p i r a , n o piensa m a s
q u e a traves de e l . . . E1 a l m a cautiva y a t o r i n e n t a d a se
d e b a t e . . . n o vive mas q u e p a r a las sensaciones y pasiones
del c u e r p o ( 2 ) , etc. E1 conjunto d e las p r i m e r a s estro-
fas y a u n de toda la poesia, esta d e n t r o de la iniciaci6n
divergente de la historia d e la divina Psiquis. E1 pasaje
d o n d e menciona a J u a n y a P a b l o :
Y a Juan ante quien Hugo se queda estupefaeto,

t i e n e , d e n t r o de l a o r i g i n a l e r u d i c i o n biblica de R u b e n ,
alguna sugesti6n del William Shakespeare de Hugo.
E n elReino interior el a l m a d e l p o e t a vacila e n t r e l a s
V i r t u d e s y los Vicios; en el h p m b r e , n o superior, "la vi-
da h a estado r e p a r t i d a e n t r e los instintos materiales y las
aspiraciones superipres ( 3 ) " .

Entre la catedral y ]ae ruinas paganas


Vuelas, |oh, Psiquis, oh, alma tnia!
Es la catedral verleniana y la locura de la Cruz, de la
C r u z vencedora,
Guid6 par la folie unique de la Croix
Sur tes ailes de pierre, 6 folle cathedrale,

y las ruinas paganas, — no se si e n el sentid6 vulgar o e n


el divino de la Acr6polis, — p e r o si en el q u e se h a
creido antin6mico de purificaci6n y santidad. Las pala-
b r a s de P o e , e n Vlalume, Psyche, my soul, a d q u i e r e n e n
e l lugar en q u e se e n c u e n t r a n u n a misteriosa resonancia.
D a r i o , lo m i s m o q u e Moreas, n o las olvida. La Psiquis de
R u b e n r e p a r t e sus dos alas e n t r e la C a t e d r a l y l a s r u i n a s
paganas.

Y de la floi
que el ruisefioi
canta erj su giiego antiguo, de la rosa,
vuelas, j oh Mariposa!,
a posarte en un elaVo de Nuestro Sefior!

D e la flor de la rosa, la flor de Venus, va a posarse e h


u n clavo de Nuestro Sefi6r. Esa d u a l i d a d verleniana y

(1) Les grands inities, p. 351.


(2) Idem, p.. 352..
(3) Idem. p.. 354..
- 249 -

h u m a n a , e s el secreto del espfritu de Darfo. Pero no e s


en este poema donde mas hondamehte ha expresado su
ahna: no es en esta Psiquis de la interpretaci6n de Schu-
re; l o e s en ptra que esta mas cerca del misterioantiguo:
Alma mia, peidura. en tu idea divina..

No es dificilque esta poesia h a y a s i d o inspirada por el


celebre soneto de Shakespeare, que empieza:

Poorsoul, the eenter of mi sinful eaith.

j O H , M I S E R I A D E TODA LUCHA POR LO F I N I T O !

En esta poesfa Ruben es moralista ascetico, siente la


aspiraci6n a lo infinito y a lo eterno, ve lo deleznable
de las cosas terrenas. El poeta mira ahora e l alma, pien-
sa como mfstico cristiano. "Hay muchas almas, escribe
Santa Teresa en las Moradas (cap. I ) , que se estan en
la ronda del Castillo, y que no se les da nada de entrar
dentro, ni saben que hay en aquel tan precioso lugar.
Ya habreis oido en algunos libros de oraci6n, aconsejar
a el alma que entre dentro de si. Deciame poco ha u n
gran letrado^ que son las almas que no tienen pracioh,
como un cuerpo con perlesia o tollido, que aunque tiene
pies y manos no _los puede m a n d a r . . . Que hay almas
tan enfermas y mostradas a estarse en cosas exteriores,
que no hay r e m e d i o . . . porque ya la costumbre la tiene
tal de haber siempre tratado con las sabandijas y bestias
que estan en el cerco del CastiUo, que ya casi esta hecha
como ellas.^. Y si estas almas no procuran entender y
remediar su gran m i s e r i a . . . , no hablemos con estas al-
mas tollidas". Ruben expone la doctrina:
(
jOh, miseria de tw3a luciha por lo finito!
EIaImaque se advieTte seneilla yTnira clara-
mente la'giaeia puia de la luz caia a-cara,
eomo el botdn derosa, eomo la e0<2einela,
esa alma es laque al fondo del infinito vuela.
El alma; que ha olvidado la admiraci6r.', que sufre
en la meIaneol^ agria, oloiosa a azufre .
de envidiai malamente y duremente, anida
en iin nido de top6s. Es manca. Esta tullida.
jQh, miseria de toda lucha por lo finito!

Estos versos senalan otro aspecto de la iniciaci6n de


- 250 -

Dario en el misticismo. En su primer ciclo el poeta ha


sido liturgico; vi6 el brillo y el misterio,los simbolos, el
esplendor, la magnificencia. Ahora empieza a ver en la
oraci6n y la meditaci6n, en el eterno Con6cete; asf
busca a Dios en su alma.
Posiblemente Dario, al leer estas paginas de las Mo-
radas, paginas tan deliciosamente de Santa Teresa, se
encontr6 a si mismo, sinti6 contrici6n y vi6 la vanidad
de toda pompa externa de la vida. "El alma que se ad-
vierte" es el poeta, es el "alma que entra dentro de si"
en Santa Teresa. Las "sabandijas y las bestias" de la
Santa se convierten "en un nido de topos" en nuestro
poeta. "Un cuerpo con perlesia o tollido", "almas tu-
llidas", que aunque tienen pies y manos no los pueden
mandar, se transforman en Dario: "Es manca. Esta
tullida". "Su gran miseria", sugiere " 0 h , M i s e r i a . . . "
Dario ley6 mas paginas de las Moradas, y presenta a su
manera la ascensi6n o descensi6n hasta que el alma:
mira eteia-
mente la gracia pura de la luz caia a caia
La comparaci6n con el bot6n de rosa y la cocinela no
quita su valor mistico a estas palabras, porque el bot6n
de rosa y la cocinela son criaturas de Dios: y las criatu-
ras lo alaban y en su natural humildad lo contemplan.
Victor Hugo di6 categoria poetica a la cocinela. La pala-
bra luz tiene aqui todas las significaciones: desde Dios
que, en lo sobrenatural, es "una luz sobre toda luz"
(Granada, Guia de pecadores, I ) . Ahora yo no se — no
es esta poesia un tratado — hasta que punto esta alma
se ha transformado hasta mirar claramente la gracia
pura de la luz; se sobreentiende que el camino de la per-
fecci6n, de subida del monte, fue recorrido. Pero esto
no es todo; Dario, espiritu sistematico, aunque no lo
parezca, se contempla dentro de un grado del desenvol-
vimiento humano. A la idea de Kempis de que todo pa-
sa, distinta en su concepci6n profunda a la de Heraclito,
de que todo corre, como adivinada en cierto aspecto por
Manrique, en "Nuestras vidas son los rios", de la fragili-
dad humana:
Es cotno el ala de la maiiposa
muestro brazo que deja el pensamiento eserito.
Nuestia infar.cia vale la rosa,
el relamjago nuestro miiar,
- 251 -

agrega la de la rapidez vertiginosa de la vida que e9 co-


mo un "caer de cppos de nieve", "o el cantar del rui-
sefior":
Que dura lo que dura el perfumar
de su hermana la flor,
donde se vuelve en el tema renacentista de La Rosa de
Rioja, de La flor de la maravilla y de otras poesfas de
G6ngora, del soneto de Calder6n a las rosas: "Estas que
fueron pompa y alegria", y, en general, en todo lo que
se ha dicho de la brevedad de la vida humana hasta Bec-
quer:
A1 biillar un ielampago naeemos,
y aun dura su fulgoi cuando morimos.
Schure, en Los grandes iniciados, coloca a la gran ma-
yoria de los hombres de letras y de los sabios en el se-
gundo grado de evoluci6n humana, "pues estos vivenen
las ideas relativas,, modificadas por las pasiones y limi-
tadas por un horizonte limitado, sin ser elevados hasta
la Idea pura y la Universalidad" (1). Es el horror a es-
ta vida limitada, "cotidiana", al decir de Laforgue; a
la vida sensual del "cerco del castillo", de que habla
Santa Teresa; el deseo de lo universal y lo eterno, lo
que ha dictado esta poesia de Ruben Dario.

A PHOCAS EL CAMPESINO

No conozco Phocas le jardinier, 1898, de Vielle-Griffin.


Phocas, fue nombre afortunado*nla literatura francesa
desde Lorrain a Remy de Gourmont. No es extrafio que
Dario, quiza por sugesti6n de Phocas le jardinier, lo ha-
ya utilizado en A Phocas el campesino, como nombre
del hijo. Este soneto, por la resonancia bizantina del
nombre, por la vaguedad de llamarle el campesino, tiene
un tono arcaico y misterioso, algo del ViUano del Danu-
bio, del Marco Aurelio de Guevara, adaptado por La
Fontaine, Le Paysan du Danube; el campesino — Pho-
cas T- que sera sabio — "por el fatal pensar" - , venido,

(1) SCHURE, Les grands inities, III, pdginas 378-379


- 252 -

e l p a d r e , d e l e j a n a s tierras. E x p r e s a l a amargura del


p o e t a y elseritimiento de la supervivencia e n e l hijo, de
*'su Psique abolida".
Las iimas "tantos", "llantos", "espantos", "Santos", se
encuentran juntas en una estrofa de Rimado de Pcdacio
{122) del canciUer L6pez de Ayala:

Kaii poea devoei6n a Dios e a sus Sant6s,


ca son tales sus yeiros, e tan feos e tantos,
que nombrarlos soimente, de si tomaax espartos,
mejor es con el alma facer aquestos llantos.

CARNE, CELESTE C A R N E D E LA MUJER!


ARCILLA

U n alejandrino de la Leyenda de lossiglos, de Le sacre


de la Femme:

Chair de la femme! aigile ideale! 6 merveille!,

sugiere a Darfo el c o m i e n z o d e esta poesia que expresa


el tema, siempre renovado en sus versos, del misterio y
de la belleza de Eva o Cipris:

Caine, celestecame de la mujer! Arcilla


drjo Hugo — amb70eia mas bien joh maravilla!

No es raro que en esta poesia, menos pura y mas pan-


teista que la de Hugo, haya quedado el deslumbramiento
paradisiaco de las imagenes del poeta frances en torno
de Eva.

Eva y Cipris 00nce'ntrai1 el'misterio


del coraz6n del mundo.

Con sintetica mirada ambici6sa Ruben ve en la mujex


a Eva y Cipris juntamente, a Eva en el Eden y a Cipris
al salir del mar:

Tu boca sabe al fruto del a1b0l de la Cieneia


y <al tbreer tus cabellos apagaste el iufierno l

Pegaso "ha visto desnuda a Anadiomena", cuando la dio-


sa emergia de la onda marina. Ciertas palabras, casi de
tecnicismo cientifico de esta poesia pueden ser un reflejo
d e W a l t Whitman o deLucrecio. La mujer, Eva o Cipris,
P" - 253 -
f'
l es tambien Maia, Cibeles; lo que los 6rficosUaman'la
* naturaleza viviente, eterna. (Schure, Les grands inities,
; P-333).

c UN SONETO A CERVANTES
K
En el numero consagrado a Ruben de la revista NosO'
tros cuenta Alberto Tena que el poeta escribi6 este so-
neto en Paris, seria piobablemente en el afio 1905. Ofre-
ce la particularidadpueril de tener tres versos hepta-
silabos sugeridos quiza por el del comienzo de estram-
bote. El verso: "Cristiano y amoroso y cabaHero", en
un manuscrito de Ruben dice: "Cristiano y amoroso ca-
baUero". A1 agregar la y no eolamente l e d a m a s exten-
si6n al concepto de Cervantes y lo hace amoroso, con
el dantesco intelecto de amor, salvando "el amoroso ca-
ballero" de la noci6n del caballero enamorado, sino que
toca tambien en un sutil cervantismo. "Nombre, a su
parecer, dice Cervantes, musico y peregrino y significa-
tivo", Quijote, I, 1; y mas alla, I, 21: "el yelmo y el
caballo y caballero", con otra entonaci6n que "el carro
y el caballo y caballero", de Herrera. Llama cristiano a
Cervantes, con el epiteto que este ingenioso hidalgo apli-
c6 a Ludovico Ariosto: "el cristiano poeta*'.

M A R I N A

Fig. 45. — Las Horas (bajorrelieve)


.. .Erj que suaves las horas
Venian en un paso de danza ieposada.
- 254 -

En Marina el poeta vuelve al mito d e l r a p t o d e E u r o -


p a ; tiene presente e l I d i l i o II de Mosco que esta tradu-
cido en la Mitologfa de Menard. Cuando dice:

Miagnifieo y sonoio
se oye en las aguas como
un tiojel de tropelee,
tiopel de los tropeles de tritones!
Biazos salen de la onda, suenan vagascanciones,

piensa en el cortejo marino que acompana al toro

celeste, eor: Euiopa sobie el lomo


que salpicaba la revuelta espuma.

Los brazos que salen de la onda son los de las Nereidas.


E l mar le da la "sensaci6n divina" de su infancia:

En que suaves las hoias


venian en un paeo de danza reposada
a dejarme un ensueSo o regalo de hada.

Las Horas que, seguh dice admirablemente el poeta,


venian en un paso de danza reposada,estan vistas en el
bellisimo bajorrelieve (fig. 45) que reproduce la Mito-
logfa de Cox traducida por Mallarme, Paris, 1 8 8 0 , p . 222.
En la9 repre9entaci0nes antiguas de las Horas se advierte
este paso.
Estos tres versos encierran una reminiscencia de las
Siracusanas de Te6crito, quiza recordadas en la,traduc-
ci6n de Montes de Oca:

.. .Tiaen las Hioras hoy, de pies suaves.


Lentfeimos y giaves
las Horas son er.tre lasDiosas;
Mas deseadas Uegan,
y sieonpie generosas
egregios dones el raoftal entregan.

CLEOPOMPO Y HELIODEMO

Hay un curioso paralelismoentre la poesia de Samain


Damoetas et Methymne de Aux fUtncs du vase y Cleo-
pompoy Heliodemo de Ruben. E n Samain:

Damoetas le poete, et Methymne le sage,

dialogan en la agreste dulzura de la pradera apacible, en


donde briUa el agua corriente y pacen los rebanos; es
- 255 -

decir, traduce el paisaje filos6fico de Fedro a una pin-


tura impresionista de Rousseau, de Dupret, de Monet,
al paisaje que el mismo ha contemplado segun advierte
Bocquet {Albert Samain; 1913, p. 152). Dario vuelve
al platano antiguo. Sus personajes:

euya filosofia
es identica. gustan dialogar bajo el verde
palio del platanar. Alli Cleopompo muerde
la manzar.a epicurea y Heliodemo iia.
al aiie su confianza en la eterna armonia.

Dialogan bajo el platano plat6nico. A pesar de la iden-


tica filosofia, Cleopompo parece ser epicureo y Heliode-
mo pitag6rico, por su concepci6n de "la eterna armonia",
como lo es Damoetas de Samain, al oir

Le son melodieux de l'4ther musical


Oil touruent doucement les sphferes de eristal.
Los fil6sofos rubendarianos gozan del instante; conocen
el Carpe diem, el sensual aspecto epicureo del placer;
conocen con Richepin (Mis Paraisos, Viatiques, VI):
"que cet instant'n'aura pas de jumeau":

Si una sonoia perla de la clepsidia, jrieide,


' no volvera a ofieceila la mano que la envia.

Los pintores bolandeses son los que han traido la vaca


al paisaje. Si desde Homero aparece la belleza de los
"ojos de ternera", la poesia de la vaca, a pesar del buey
del Nacimiento y del simbolismo mistico de los bestia-
rios de la edad media, no ha penetrado en la literatura
hasta el siglo XIX. Las vacas de Nietzsche "que rumian
apaciblemente en un rinc6n de la pradera el secreto de
su dicha", pertenecen ya a una interpretaci6n intima
del paisaje, como la de las vacas de Hugo y la del buey
de Carducci: "'

E del grave oeehio glauco entro l'austera


doleezza ei iispeechia ampio e quteto
il divino del pian silenzio veide.

Eh el ultimo veiso de Damoetas et Methymne de Sa-


main:
Desvaches, c a e la,beuglent dans lesprairies.

Y en Cleopompo y Heliodemo de Ruben:


- 256 -

Uita vaca aparece, ciepuscular...


y en la jupila enorme de la bestte. apaeible
miran..<jo-roo que iueda en. uu.xitmo visible
la musiea del mundo, Cieopompo y Heliodemo.
Estos tres versos encierran cierto h e r m e t i s m o ; en su
significaci6n mas i n m e d i a t a , r e c u e r d a n e n algo a Car-
ducci. Si Dario se h a inspirado en el p o e m a de Samain,
no lo h a seguido servilmente. E l p a r e c i d o es e x t e r n o ; se
acerca a la imitaci6n, p e r o en esa imitaci6n h a puesto el
raisterio de su p r o p i a alnia.
Ya e n Azul h a b i a p i n t a d o el misticismo de los ojos.del
b u e y (En Chile, I I I ) : "con sus grandes ojos mel_anc61i-
cos y pensativos d o n d e r u e d a n m i r a d a s y t e r n u r a s d e
extasis supremos y desconocidos", q u e r e c u e r d a al b u e y
q u e ' p i n t a Gautier (Viaje por Espana, I ) : " l e u r s grands
yeux d'un bleu sombre". Dario conocfa las vacas de Co-
r o t y las d e Troyon, cuya "vaca n o r m a n d a " p a r e c e r e -
c o r d a r e n Cleopompo y Heliodemo.
La e x p r e s i 6 n : " U n a vaca a p a i e c e , crepuscular", es
semejante a la del verso de G6ngora (Polifemo, XXII):
" n o c t u r n o el lobo de las sombras n a c e " .

AY, T R I S T E D E L QUE U N D I A

E n Ay, triste del que un dia, q u i e n h a b l a es el inda-


gador del destino del h o m b r e , no del t o d o distinto del
que desciende con Psiquis a su reino interior, a su " t o r r e
terrible".

Ay, triste del que un dia en su esfinge ir..teiior


pone los.' ojos e interioga. JEsta peidido.

Estas p a l a b r a s de desconsuelo y a n i q u i l a m i e n t o m o r a l ,
n a c e n del h o r r o r de lo q u e l l a m a r e , con cierta v a g u e d a d ,
conciencia del p r p p i o c o n o c i m i e n t o . P a r e c e q u e Darfo
quisiera expresar su experiencia del p l a c e r y el dolor, d e l
g r a d u a l ascenso a intensos estados d e conciencia, estados
cuyo conocimiento n o nos lleva a p r o n u n c i a r la e u r e k a
salvadora. P i d e la respuesta a la "esfinge i n t e r i o r " ,
p o s i b l e m e n t e p o r q u e n o llegamos a conocernos, p o r q u e
nuestro a n i m o t u r b a d o no alcanz6 a saber lo q u e pensa-
mos o queremos, p o r q u e prevalecen las pasiones y l a s -
- 257 -

fuerzas misteriosas que nos impelen — causalidad fu-


nesta — a un lugar distinto donde no estan las horas
antiguas qiie enriquecen el etico proceso de la inteligen-
cia conduetora. El poeta hizo de su ser — el acepta la
fatalidad etnica — el campo de bataUa de estados de
sensibilidad — placer, dolor — y si aceptamos concien-
cia como conocimiento intuitivo y lucidez con que se
ilumina nuestro espiritu ca6tico, la visi6n es lo que el
mismo Uama:

la coneiencia eepantable de nuestro humano cieno.

Becquer, ha Uegado al mismo desolador estado de Ru-


ben Daiio: estos dos poetas expresaron con absoluta
sinceridad el drama doloroso de ser y de sentir. Este
temor a la vida los Ueva al deseo de aniquiIamiento; des-
cubrinios s61o ignorancia y olvido. Como en Lo fatal,
aparece la gradaci6n arbol, animal, hombre.
Lo que el arbol desea decii y dioe al viento,
y lo que el animal manifiestai en su icstinto,
ciistalizamos en palabi.a y x>6nsamiento.
Nada mas que ananeras expresan lo S,istinto.
Quien lea esta estrofa advertira una preocupaci6n
cientifica en Dario. Hay aqui una proyecci6n que vie-
ne desde Arist6teles hasta Bergson. Si la Evolu-
ci6n creadora no hubiera apareeido el mismo aiio que
Cantos de vida y esperanza, hubieramos podido mas fa-
cilmente establecer contactos que estan tambien en el
pensamiento aristotelico. Ya no es el "arbol que es
apenas sensitivo", es el arbol que quiere decir — aun-
que Bergson no acepte la sensibilidad vegetal en lo que
es conciencia, - el arbol es un ser y por tanto, "desea
decir", es parte de Ia linea de la Y que se bifurca en
dos lineas: instinto animal y conciencia humana. En
la expresi6n de Darfo, quiza deba entenderse el idioma,
ininteligihle para el hombrede la naturaleza organizada:
"dice al viento". Comparense los versos con la doctrina
de Bergson, segun los comenta Jankelevitch: "En la
planta, por ejemplo, dormita como la esperanza de la
movilidad animal, pero el acento esta en la vida vege-
tativa; en el animal subsiste como un recuerdo de la vi-
da vegetativa, pero el acento esta en la sensibilidad y la
conciencia... La inteligencia encierra como una nostal-
- 258

gia del instinto", etc. Aqui esta la v e t a d e la idea ru-


bendariana, pero - es necesario estudiarla mas detenida-
mente. El poeta dice que leia a Bergson, pero tambien
pudb leer a Boutroux, De la contingencia de las leyes de
la naturaleza y otrasobras de una tradici6n tan rica de
sistemas filos6ficos en contacto con la ciencia.
Es curiosa la oposici6n al lugar comun: "distintas pa-
labras expresan lo mismo" que tan ingeniosamente ridi-
culiza Montaigne: "cuando oigo a nuestros arquitectos
inflarse con esos majestuosos terminos de pilastros, ar-
quitrabes, cornisas, orden corintio o d6rico y otros ana-
logos de su jerga, mi imaginaci6n va derecha al palacio
de Apolidon, y luego veo que todo eUo n o s o n mas que
mezquinas piezas de la puerta de mi cocina {Ensayos, I,
LI, De las palabras). "Todo ello no son mas que palabras"
como dice Montaigne y pueden aplicarse, si son terminos
ret6ricos a un discurso de Cicer6n, " o al discurso de
vuestra criada". Dario leia a Montaigne, en el afio en
que aparecieron Cantos de vida y esperanza j El canto
errante; en el pr61ogo de.este libro lo citacon estas pa-
labras: "Como excelentemente lo dice el serior de Mon-
taigne". "Nada mas que maneras expresan lo distinto",
podiia tener la siguiente explicaci6n: Nada mas que
maneras de habIar expresan la naturaleza de la planta,
del animal o d e l hombre; es decir las distintas formas-
de la vida que es vegetativa o animal, o la sensibilidad
consciente en el ser humano.
Las jerarquias de la sensibilidad en la ciencia del si-
glo XIX, la 16gica simple y penetrante del concepto de
evoluci6n, estan en casi todos los poetas de aquella epo-
ca darwiniana. Basta hojear, paraconvencerse de esta
afirmaci6n, el libro de Fusil: .La poesie scientifique
(1917). Darioi al escribir Azul y el Coloquio de los Cen-
tauros, se mosti6 admirablemente dotado para la poesia '
cientifica; admiiador de Richepin desde cerca de 1888,
sabia que los grandes poetasantiguos:
mettaient les seeiets
Da^s leuis veie ciseles en rieeieux coffiets
Tout iesplendissants d'o'r, paifumSs d'esser.ee6.

En Prosas profanas, ed. de 1896, Mallarme y Verlaine,


le alejan del concepto filosofico d e l a poesia. Los sim-
bolistas aman a Wagner, a Botticelli, a Mantegna, a Gus-
^ - 259 -

tave Moreau, a Burne-Jon'es; es inutil, escribe Fusil,


h a b l a r a Verlaine y a M a l l a r m e de u n i r la ciencia a la
poesia. P e r o M a l l a r m e va a conducir a D a r i o a u n a es-
fera mas alta del enteridimiento. E n Las Anforas de Epi'
curo, el simbolismo d e Dario aspira a la filosofia. E n
1900, parece volver, con Moreas, m a s d i r e c t a m e n t e
a l helenism'o, a "los clasicos". V e r h a e r e n , R e n e Ghil,
Lacuzon, en 1904, con el manifiesto del Integralismo, la
creciente a d m i r a c i 6 n a Bergson, cierto r e t o r n o a la u n i 6 n
a n t i g u a de la poesia y d e la vida, y, sobre todo, Re-
n e Ghil y V e r h a e r e n , llevaron a nuestro poeta a infere-
sarse p o r las ideas generales de la ciencia. D e a h i las
delicadas pinceladas cientificas de Cantos de vida y es-
peranza. E n estos afLos Dario lee con insistencia los tra-
tados de divulgaci6n de Schure. Veanse unas p a l a b r a s
de Schure, u n a estrofa de V e r h a e r e n y tres versos de Ru-
b e n : "el progreso de los reinos ascendentees, la aspira-
ci6n del m u n d 6 vegetal al m u n d o animal, del m u n d o
a n i m a l al m u n d o h u m a n o " ( 1 ) . ^No es esta aspiraci6n la
q u e Dario r e s u m e ?

Lo que el aibol desea deeir y dice al vier.to


y lo que el animal manifiesta con su instinto
cristalizanios en palabia. .y peneamiento.

Estos alejandrinos expresan u n as'pecto de la j e r a r q u i a


d e Lo fatal. Supongamos que u n poeta de lerigua frari-
cesa h a y a e n t e n d i d o asi estas p a l a b r a s de D a r i o :

. . .la vie est une a traveis tous les 6tres,


qu'ils soient matiere, instinct, esprit ou volonte

veriamos otra refracci6n m e n t a l de los mismos proble-


m a s . ' P e r o u n verso anterior de esta poesia de V e r h a e r e n
dice:

Du mineial obscui jusqu'aux ceiveaux humains,

estas son cosas q u e "lian dicho los libros", dice Verhae-


r e n ; como Berceo q u e alega "dislo la escriptura", "es-
crito lo tenemos". P e r o en Dario no cabe del tod'o ,el
concepto del exagerado dinamismo vital de las Forces
tumultueuses (1902). Su concepto es m a s precientifico:

(1) SCHURE, Les grands inities, pdg. 366


- 260 -

"todo esta animado", a la manera pitag6rica, de las


ciencias ocuItas.
La exclamaci6n: "Ay triste del que un dfa", es rara
ahora. Se encuentra en Luis de Le6n (oda VI) : "jAy
tristes! Ay dichosbs los ojos que te vieren!"; en Rioja:
"despierto; ai triste! y miro el dia" (soneto X I I ) ; en
Arguijo, ;Ay triste!, en el soneto: "Vivf y en piedra con-
vertida"; en Hernandez de Velasco,La Eneida, ;ay tria-
te!, edic. 1768, t. I p. 69; L. L. de Argensola, jAy triste!
en el soneto: "Yo soy el q u e . . . " ^
En una cr6nica de "La Naci6n", recogida en Opiniones
(1906) sobre Remy de Gourmont, dice Ruben: "Su bu-
c61ica es misteriosa, su paganismo es religioso; mas,des-
pues de todo:
Nune in Aiistippi fuitim piae&e$>ta relabor",
El lector encuentra el hexametro de los Epistolas de
Horacio (I, 1, 18). iQue objeto tiene esta cita? gUna
preocupaci6n por Aristipo a cuya escuela momentanea-
mente se inclina? ^D6nde y c6mo conoci6 a los cire-
naicos? Sobre el placer y el dolor hay abundantes luga-
res ilustres en fil6sofos antiguos. Ruben escribe:
Ay del que ji>de ouiekae al placer y al <3olor..
El placer y el dolor son lo unico que podemos cono-
cer, segun los cirenaicos. Por tanto no habra que pe-
dirles que nos descubran la verdad suprema.
Ruben ha entrado en la polemica filos6fica del placer
y el dolor. Plat6n, Arist6teles, Epicuro, gravitan en este
rnisteiioso alejandrino. El poeta ley6 el mem6rable estu-
dio de Brochard: La teoria del placer segun Epicuro,
publicado en 1904, en el Journalde Savants. AUi tam-
bien vi6 el Nunc in Aristippi tan apafentemente salva-
dor en el diario tumulto. ^G6mo fue? Escribia, para
"La Naci6n", un ensayo sobre La prensa francesa. Revi-
s6 diarios y revistas. En el Journal, se detendria ansioso
a meditar las paginas de Brochard, pero no encontro la
salida del laberinto. "Ay del que pide e u r e k a s " . . . El
Journal de Savants, escribe, "non e fatto per tutti".
El dificil verso: "Nada mas que maneras expresan lo
distinto", quiza deba interpretarse con el estudio sobre
la teoria de Plat6n, del libro de Brochard, Del error.
- 261 -

Ruben puede referirse a la unidad en la muItiplicidad;


la muItiplicidad se expresa con multiples marieras: una
para el arbol, otra para el animal, lo que nos induce a
error en la causa; la unidad abarca lo diferente; lasma-
n e r a s d e expresi6n nos dan falsamente lo distinto; hay
una realidad sola en la diversidad aparente.

EN EL PAIS DE LA ALEGORIAS

^En el pais de las alegorias o en el pais de los simho-


los? En ciertos aspectos se confunden la alegoria y el sim-
bolo. La visi6n plastica, fuente inspiradora de Darfo, le
ha sugerido una correspondencia o consecuencia entre un
estado espiritual y la "conmocion" que este estado pro-
duce. Daiio no encuentra en el mundo sensible la imagen
de su pensamiento; saca una consecuencia universal de
un hecho. Salome siempre danza, la cabeza de San Juan
Bautista cae al hachazo. ^Adonde? En el mundo de
las alegorias, o mejor dicho, -en el mundo de los siriibo-
los. Hay dos maneras de ver la Salome que danza. Hay
siempre una Salome que danza o Salome danza siem-
pre y siempre la cabeza de San Juan cae al hachazo. Da-
rio presenta la perpetuidad de un solo acto de Salome y
de un solo suplicio de San Juan. Virtualmente estas dos
maneras de ver significan lo mismo, pero imaginativa-
mente no son l6 mismo. Keats, en la Oda a una urna grie-
ga, desarrolla el tema de la peiennidad de losact6s repre-
sentados en la decoraci6n del vaso:
Hermoso joven, bajo'estos &rboles, tuno puedes susjen$er
tu canci6r:, y los a,iboles no pueden pei>der sUs hojas. v
Todo esto esta — como toda maravilla — en Homero;
el poeta nos muestra en el Escudo de Aquiles la eterna
animaci6n, los labios que cantan no dejaran de cantar
nunca, ni la tierra nunca dejara de negrear detras del
arado. Homero, poeta modernisimo, tom6 de las artes
plasticas, esta eternidad del instante cuya acci6n es ac-
to que se desarroUa y no termina. L a p i n t u r a , no la vi-
da, sugiere la perpetuidad de un acto. Es asi como Dario
vi6 a Salome ante el "tiarado" Herodes.
Un rey Ueva corona en una pinturamedieval, para
- 262 - .

que se sepa que es rey. El cuadro sugiere la expresi6n:


"tiarado", que alguien podra discutir como impropia. El
pafs de las alegorfas sera como el pais de las hadas, de los

Fig 46. -^- Danza de Salome (timpano de la Catediai de Rouen).

gnomos, de las flores, de los pajaros, de los gigantes; pue-


de ser tambien la Edad Media; puede ser una catedral; la
catedral es- un inmenso sfmbolo, es como un pais de ale-
gorfas y de sfmbolos; puede ser tambien nuestra alma.
Daiio se inspira casi siempre en la representaci6n plas-
tica; la escena que nos presenta en esta poesia esta en
el timpano del portal de San Juan de la Catedral de
Rouen, .es La danza de Herodiada. Este hermoso timpano
tiene una gran riqueza simb61ica. Esta bajo el signo de
la rosa: "Pues la rosa sexual — al entreabrirse..."
La Rose mystique des litanies! exclama Mme. Ba-
voil, en La Catedral de Huysmans, p. 227.
"—Heuh! fit Durtal. La rose fut bien galvaudee. Outre
qu'elle fut une des plantes erotiques du paganisme, etc."
El timpano de la Catedral de Rouen tiene celebridad
literaria, nd s61o por estar unido a la historia de los Mis-
terios, en los origenes del teatro frances, sino tambien
por haber inspirado a Flaubert la Herodias de los Tres
cuentos (1877). Creo probable que Dario lo haya cono-
cido, en la epoca en que escribi6 Los. tres Reyes Magos,
al estudiar la copiosa bibliografia erudita, acerca del
teatro medieval, que empieza en Francia con los libros
de Petit de JuUeviUe. Pudo Uegar tambien al poeta por
intermedio de revistas ilustradas y por los grandes vo-
lumenes dedicados a las catedrales francesas y al arte
g6tico.
263 -

AUGURIOS I

Parece que Dario compuso Augurios despues de leeer


un catalogo de aves augurales (augurales aves). Pas6 un
aguila (el aguila de Jupiter) sobre su cabeza, un buho
(el buho de Minerva) sobre su frente, una paloma (la pa-
loma de Venus) que casi roz6 sus labios. El aguila,
Lleva er. sus alas
la townente,
lleva en sus ganas
el iayo que deslunvbra y ateria,
tal como el poeta la ha visto en las medaUas antiguas
(f. 47). Recuerda la imagen de
Horacio (Odas, VI, 4, 1) : mi-
nistrum fulminis alitem. Cuan-
do dice al buho: "Y tu tran-
quilidad ante la muerte", pa-
rece recordar casi literahnente
uno de los titulos del capitulo
I I I d e L a moral de Epicuro de
Guyau: "La tranquillite en fa-
Fig. 47. - Aguila de Jupitei Ce d e l a m o r t " .
(de una morieda antigua)..Las imagenes de cetreria
aparecen en la poesia de Ru'-
ben desde 1899, afio de su Uegada a Espafia. El ale-
jandrino de Beiceo, que el poeta hace brillar "con su
moderno esmalte":
Tiene la libeitad con el decoio
y vuelve, oomo al puno el geiifalte,
tiayendo del azul rimas de oro. <
Ruben m i r a a l mismp tiempo a Berceo y a Hugo, con
los ojos de quien asisti6 a la polemica francesa del
alejandrino. El verso libertado, que antes fue volatil,
segun Hugo, y ahora vuela de la jaula al cielo, "alon-
dradivina", se torna gerifalte en Ruben; ya no ascien-
de a cantar en las alturas como la alondra que describe
el mismo Dario en "El rey burgues", sube al azul, en
caza de altaneria, flecha vertiginosa, a despojar las puras
regiones del aire de sus joyas preciosas, las aves de alto
vuelo; ya puede el alejandrino, audaz gerifalte, remon-
tarse a las alturas y descender con la presa palpitante.
- 264

E1 sfmbolo de Hugo entra en metamorfosis espanolas.


Barlotome Leonardo de Argensola substituye al potente
liric'o romantico en esta caza poetica:

No el bizario nebli tras los gorriones,


vulgo volatil, eala ni descierde,
teiroi de fugitivos eseuadrones.
Que aI14, vecino al sol, sus atas tiende,
y a vista de las. mas soberbias aves,
feliz piiata, altivas gaizas prende.

Asf el viejo alejandrind casteUano, rescatado por la


nueva poesfa, y limpio del molio de los siglos, al ha-
llarse libre, en el azul del eter prende "rimas de oro".
Este gerifalte rapaz pasa, ante el poeta, en la poesia
Augurios:
Po>r mis cetierias
iias en giras fantasticas,
y me traeras piezas famosas
y iaias,
palpitantes ideas,
sangiientas ahnas.
Esta cetrerfa mental, lejos de la cruel que fue diver-
si6n del palacio, deja la garza alcanzada por las unas
voraces y se vuelve a l a s " i d e a s palpitantes", a "las san-
grientas abnas". En los horizontes ocultos, sobre los
vientos de extranas zonas, como en la p_etrarquista "Can-
ci6n real a una mudanza", sorprende a la presa en las
estrellas, de esa lucha abismal trae el tesoro arrancado
en las rafces vitales, el alma desgarrada para asirla des-
nuda.

MELANCOLIA

Reverso del soneto Pegaso es el soneto titulado Melan-


colia.

Heimano, tu que tienes la luz, dime la mia.

Este verso es de dificil interpretaci6n. Me parece de


cierto simbolismobiblico, sin dejar de tenerpresente las
fluctuaciones de la mitologia de la luz en..Dario. Hay
un acercamiento a Job.

Soy eomo un ciego.. Voy sin iumbo y ando a tientas..


Voy bajo tempestades y tormentas...
Y asi voy, ciego y loeb, por este mundo amargo...
Y en este titubeo de aliento y agonia,.,..
- 265 -

Hay innegables analogias: Job, XVIII, 6, La luz se os-


curecera en su tienda, y apagarase sobre el su lampara;
X I X , 9, Y sobre mis veredas puso tinieblas; XII, 24, Quita
el seso de las cabezas... Y haceles que se pierdan vaguean-
do sin camino; 25, Van a tientas como en tinieblas y sin
l u z ; XXIV, 16, No eonocen la luz, 17, porque la manana
es a todos ellos como sombra de muerte; XVII, 20, Tor-
bellino lo arrebatara de noche, 21, y,tempestad lo arre-
batara del lugar suyo, etc. Habla como Job a un amigo.
Pero el, sincero, doloroso y perdido, va

Ciego de ensue2o y loeo de aimcraia.


Ese es mi mal. Sonai.. La poesfo
es la eamisa fenea de mil puntas eruer.tas
que llevo sobre el alma, Las espinas sangiientas
dejan caer las gotas de mi melancolia.

El poeta se queja de la poesia. Es un mal. Estas quejas


h a n tenido muclias formas e intenciones; pero han par-
tido especialmente de lo que Dario llama "el bestial ele-
mento" que se solaza:

Ea el odio a la saora poes5a

Ahora es el poeta quien siente su mal, c6mo tantos


otros poetas del siglo XIX. Cuando Dario 'escribi6 este
soneto, habia leido no hacia mucho, el lbis de Ovidio.
Dice el gran poeta latino (Ibis, 5, 6 ) :

Nee queniquam nostii, nisi nos, laesere libelli,


Aitifieis peiiit quum caput Aite sua.

Para Ronsard el "don de poesia", escribe Henri Fran-


*het, es un "aspero", un "punzante aguij6n". A los
poetas: .

Dieu les tient agitez, et jamaie ne les laisse',


d'un aguillon ardant il les picque et les presse.

";Oh, el arte, el arte!", exclama Flaubert, en su Co-


rrespondencia (II, 8 6 ) ; le llama "quimerarabiosa que
nos muerde el coraz6n". A ese fatal martirio lo conoci6
nuestro poeta y ahora se queja.

*
- 266.-

;ALELUYA!

La poesia latinoeclesiastica medieval fue sentida e imi-


tada frecuentemente por este Ruben innovador y moder-
nista. De pronto la pasa a nuestra lengua. La poesfa
Aleluya, escrita con'despreocupacion m o r a l y con sen-
tida pantefsta, traslada la estrofa y la tecnica. La Alleluia
medieval consta de'dos versos largos mas uno breve don-
de se repite Alleluia perenne:

Felici iedditu gaudia sumite,


Reddentes Domino gloiificum nvelos
Alleluia perenne..
Dario advierte este paso de la metrica latina a la me-
dieval, dentro de la nuestra silabica:

Eosas iosadas y blancas, iamas verdes,


corolas fieecas .y frescos
iamoSj Ale%iia!
Nidos' en los tibios aiboles,
huevos en.los tibios nidos,
dulzuia, Alegiia!
Asi como escribi6 prosas profanas, escribe ahora u n a
aleluya, tambien profana.Pintor impresioriista, exalta eI
aiio que empieza con las rosas y los nidos, el triunfo de
la juventud renovada.
Pudo encontrar esta Alleluia en Amador de los Rios,
Literatura, t. I, p. S02.

D E OTOftO

Estas dos maravillosas estrofas expresan la respuesta>


a la romantica interrogaci6n: "4P0r que no canta aho-
r a ? " ^ ! inolvidable poeta Gregorio Gutierrez Gonzalez
responde:

Todos earttamos en la edad priffiera


cuando hechieeia inspiranos l a e d a d . ; .
Cuaa1d0 al eneuent10 del placei salimos
cuando eerJtimos el primer amor....
Pero despues nuest10 plaeer guardamos '
c01m0 ocultamos el mayor.doloi

Dario tiene e l d o n de la sintesis; encierra un mundo>


en una estrofa. Conoce los versos de Gutierrez Gonzalez.
- 267 -

Si no l o s l e y 6 en las obras del poeta, los encontr6 e n la


primera pagina de la Antologia colombiana de EmiKano
Isaza. Pero la mente de nuestro poeta, para e m p l e a r u n a
palabra de Taine, es un "p61ipo" de representaciones.

Yo se<jue ha.y quienes dicen: jPor gue no cantaahora


con aqueila loeuia aimoniosa de antano?
Esos no ven la obra pr,ofunda de la hora,
la laboi del minuto y el prodigio del afio.
Yo, pobre aibol, pioduje, al ainor de la biisa,
- cuando empeee a erecer, un vago y dulce son..
Pas6 ya el tiempo de la juver.il somisa:
dejad al huiacan movei mi ooiaz6n..

Creo que aqui la palabra "hora", esta en la acepci6n de


"tiempo", a pesar de la rota gradaci6n d e h o r a , minuto
y aiio. El poeta escribe,en Gaita galaica:

Ganta. Es el tiempo. Haiemos danzar


al fino veiso de iitmieos jies.
Ya nos lo dijo el Eclesiastes:
'tiempo hay de todo: hay tiempo de amai,
tiempo de ganar, tiempo de perder.,..

En el P6rtico de Cantos de Vida y Esperanza vuelve a


la acepci6n comun de hora:

euando en la dul_ee primaveia


a era la hoia de la melodia..
'Hoia de ocaso y de discieto beso;
lioia erepuseular y de ietiro.... 4^

Es decir l'heure exquise de Verlaine. Y en Nocturnoi

En la hora de los mrieitos, en la liora del reposo.

El pasaje del libro III del Eclesiastes, que Dario pone


en verso literalmente en Gaita galaica, comienza: Omnia
tempus habet, que Cipriano de Valera traduce: "Para to-
das las cosas hay saz6n". La obra profunda de l a h o r a , es
la de l a s h o r a s griegas: "estas secretas nodrizas" como les
llama Guerin en La Bacante.
"La labor del minuto y el prodigio del ano", m e pare-
c i 6 s i e m p r e una reflexi6n hesi6dica. El poeta sabe cqmo
l a l a b o r del minuto diario es p r o d i g i o e n el afio. Carmen
Sylva, en una poesia que recuerdohaber leido, muestra
la maraviUosa obra de la acumulacion de particulas del
tiempo y de la materia; pero no> es este lugar comun e l
- 268 -

que pasa a la categorfa de la sentencia exclamatoria de


D"ario. E1 hijo de Darwin, en las notas que ha dejado
acerca de la vida de su padre, nos enseiia que el gran
natuialista consideraba al t i e m p o c o m o u n tesoro; eco-
itomizaba los minutos; decia que mediante este ahorro
de minutos habia dado fin a su tarea; hacia resaltar la
diferencia que existe entre el ,trabajo de un cuarto de
hora y de diez minutos ( 1 ) . Establezcoeste acercamien-
to como una confirmaci6n de las bellas palabras de nues-
tro poeta. La labor del minuto lucido di6 el Origen de
las especies.
Ronsard, a los treinta y cinco aiios, edad en que Darfo
escribi6 esta estancia, se quejaba en igual forma:

Comm>e on void en septembie, ez tonneaux Angevir.s,


bouillii en escumairt la jeunesse des vuis
ansi la poesie en la .jeune saison
bouillonne dans r..oz coeuis, peu subjecte k raison.
Mais quand tiente einq ans ou quaiante ont perdu
le sang chault qui estoit dans nos coeurs espandu
lois la Muse s'enfuit, et nos belles chansorjs (2).

La segunda estrofa De otono parece resumir el soneto


de Sainte-Beuve que empieza:

J'etais un aibie en fleur aft chantait ma jeunesse.

Per6 ni Ronsard ni Sainte-Beuve expresaron con tanta


irradiaci6n lirica el sentimiento tan ronsardiano del en-
tusiasmo poetico.
El poeta opuso a la brisa de la primavera el huracan
del otoiio o del invierno. El americanismo insustituible
huracan ha sido empleado por un poeta de activa erudi-
ci6n griega como es Leconte de L i s l e . D a r i o emplea hu-
racan e n el sentido indeterminado de las tempestades de
otofio de Virgilio (Georg. I, 3 1 1 ) . Ya e n Momotombo em-
plea los vientos con valor mitol6gico:

Aquil6n y huiacan sufii6 mi coiaz6n.

En esta estrofa Ruben penetra tambien en la zona del


<s

(l)DARWIN, obra cit., pag 169. Cre6 que esta tiaducci6n de la


Autobiogratia debi6 apaiecer el aiio 1903, porque la edici6n Caba-
llero venturoso, que apaiece entre las ultimas publicaoiones. de la
c a s a que public6 la obra de Darwin, es de 1902,
(2) Citado poi Laumoniei, Ronsard poete lyrique, 1923, p 201..
- 269-.
- ^
placer y del dolor. Los cirenaicos, segun Brochard, defi-
nen el placer como un movimiento leve: la ondulaci6n
que el cefiro produce en las olas; comparan el dolor a la
tempestad que las agita. Por eso dice Ruben que ya pas6
el tiempo de la juvenil sonrisa; pas6 ya el tiempo en
que produjo al amor de la brisa "un vago y dulce"son";
vino ahora el dolor, el huracan que mueve su coraz6n,
como levanta las ondas borrascosas.

A GOYA

P6rtico, Divagaci6n, Elogio de la segUidilla, A Goya,


pertenecen a una epoca de descubrimiento hispanico. Co-
mo P6rtico, esta poesfa, esta inspirada en el Viaje por Es-
pafia de Gautier, donde el largo espacio dedicado a Goya,
es de briUo inolvidable. Pero Dario, no arranca directa-
mente de esas paginas; conoce a Goya; lo vi6 en 1892
an el Prado y lo sinti6 intensamente, admir6 sus "ne-
gros y bermellones". Gautier ha avivado su admiraci6n
por el pintor de los capriclios; Dario escribi6 estos ver-
sos descriptivos, cuando estaba viva en el la sugesti6ndel
gran Theo. Gautier empieza llamando a Goya "etrahge
peintre, singxilier genie", p. 115 "excentrique" p. 117;
en su Viaje por Espana, y Dario:
Podeioso visionario,
iaio mgenio temeiario
El vocabulario artistico esta en Gautier: el briUo, el
color, las sombras, las antitesis, el tono admirativo, la
enumeraci6n copiosa y brusca, la capacidad expresiva -
rara en esa epoca; — hasta ciertos arranques verbales:
Par son existence aventureuse, par sa fouge, par ses
talents multiples:
Por tus l6bi egas visiones, ...
pcii tus coloies d'anteseos....
Estas l6bregas visiones, para comparar solamente loa
versos citados, y sin agotar el texto de Gautier; son,
en la calida atm6sfera de una noche de tempestad,
gruesas nubes negras cargadas de vampiros, de stryges,
dedemonios (p. 121). "C'est effroyable, et D a n t e , l u i
m e m e . . . Mot qui vaut bien les plus noirs du Dante".
- .270 -

Pero Dario, ha creado una poesia 6riginalfsima, ha senti-


do a Goya en si mismo; hace referencias a obras que no
cita Gautier. La estrofa que emplea esta tomada de Riche-
pin, poeta tan admirado entonces por Darfo. Queda en
estos tercetos una resonancia del autor de Las blasfemias
(1885). En el tono de Richepin esta escrita tambien la
poesia, en tercetos,Santa Elena de Montenegro, que hace
recordar las estrofas de La mort des dieux, de Las blas-
femias :
Quelle chute enoime ils for.t!
Dans le mysteiesans fond
Cela tombe et se confoncL

El terceto monorrimo de Banville ha sido comun en el


nltimo tercio del siglo XIX en la poesia francesa. Baude-
laire los habia escrito en el latin rimado de la tradicion
eclesiastica; Ruben, en Los raros, mehciona estos "tre-
nos" en Shakespeare, y los estudia ampliamente al ha-
blar de Tailhade, que los compuso/en latin y frances. En
Madrigal exaltado, t r a e a lo profano, tambiendentro de
la tradici6n de la parodia medieval, elDies irae. Emplea
*sta estrofa Cros en Le Cojfret deSantal, en la poesia
que empieza:
EUe a^ait de beaux eheveux blonds.

En el tomo de poesias Les ailes d'or, de Armando Sil-


vestre, tan leido por Dario, en los anos en que escribi6
*stas estrofas a Goya, hay tambien esta clase de tercetps.

CARACOL

El tema de Caracol esta en la poesia de Luis Bouilhet,


Le galet, que inspir6 La conque de Heredia. La miste-
riosa Renee Vivien ha descubierto el alma de las pro-
fundidades oceanicas en la poesia de su libr6 Evocacio-
nes (1903) quelleva el mismo titulodel soneto de Here-
dia: La conque. Dario conoci6 preciosos caracoles "re-
camados de perlas", del Pacifico, y es probable que el
encuentro de un caracol marino del Mediterraneo, o la
figiira d e u n trit6n,o un verso antiguo, le hayan sugeri-
<lo tambien este soneto. Quiza en la lectura de Le galei
revivi6 el tema poetico:
- 271 -

Kond, luisant et poli sous.la va,gue maiine,


Oeean, je l'ai pris paimi tes flots amers,
ce caillou blancayec sa frange puipuTme....
Je l'ai piis, iuisselant d'une eeume embaumee....
Fre>missar.t, espeidu, je crus tenir soudain,
avec ses biuits et' sa trompe sonoie,
tout le gran Oeean dans le fond de ma main,.

Dario esta dentro de lo mitdl6gico. Este caracol que


e n nuestro poeta tiene la forma de un coraz6n, es el ca-
iacol de los tritones, el "caracol torcidd" de Trit6n que
recuerda G6ngora: conchoe sonanti del Trit6n; de Ovi-
dio (Met. I, 334)..Darfo escribe que

Europa le ha tocado eon sus manos divinas


cuando eiuz6 las ondas sobie el celeste toro.

Es curioso comparar estos versos con el Idilio segun-


do de Mosco (en la Mitologia de Menafd, p. 3 5 ) . Los
Tritones formaron parte del cortejo marino de Europa y
modularon el canto nupcial coh sus largas conchas.
Dario ha encerrado eri este soneto el misterio del mar,
Ia inmensidad, los oleajes y "un inc6gnito acento", la
visi6n luminosa de grandes siglos:

.Asi la sal me llega de los vientos amaigos


que en sue hincIiadas velas siiiti6 la nave Argos.
Superior como visi6n poetica a La conque de Heredia,
mas amplio que Le galet de Bouillet, este soneto refleja el
Mediterraneo egeo, encarna el mito, sugiere el color y el
movimiento, al sol, de las velas blancas hinchadas por
el viento; la aventura, en el resplandor de azul y de
espuma:

Cuar.do amaron los astros el suefio 'de Jas6n.

AMO, AMAS

La doctrina del amor como exaltaci6n univ'ersal es ro-


mantica; a s p i i a c i 6 n d e anior indefinido, filantrppico; de
m u y d i s t i n t a esencia del precepto cristiano, que es prac-
tico y de eficacia inmediata; predica el amor abstrac-
i; to pero no al individuo, carece de la ingeriuidad divina
del frate sole y del generoso ardor mistico, no' esta en las
- 272 -

jerarquias del amor plat6nico; sus distintas formas se


reunen en una sola, se dilatan en amor universal, sin
ser gracia o caridad, abarcan las antinomias de lo que
puede y debe y de lo que no puede ni debe amarse.
^ Victor Hugo, en Las contemplaciones (II, X X n ) , ex-
presa su vehemencia amorosa:

Aimons toujours! aimons encoie!,

versos que vuelven a aparecer en Charles Guerin:

Helas! aimei, aimer, eneoie, aimer toujours. '

Parece que Dario, en la estancia Amo, amas, tuviese e n


su oido estas palabras.

Amar, amar, amar, amai siempre, eoJi todo


el sei y con la tieiia y con el cielo,
con lo claro del sol y lo obscuro <3el lodo:
amar por toda ciencia. y amar por todo anhelo.

Hugo, Gueiin y Daiio, repiten las palabras amar o


amor. Como curiosidad apuntare la persistencia de esta
repetici6n, de caracter afectivo, en autores que en este
momento recuerdo. En el Hip6lito de Euripides excla-
ma el coro (v. 525) : Amor, amor (Eros, Eros) ; en Ja-
copone de Todi:

Clatna la lengua. e'l core;


- amoie, amoie, amore;

en Garcilaso (soneto XXVII) :,Amor, amor; enElMdgico


prodigioso de Calder6n el coro (todos), repite: Amor,
amor. Guerin repite, tres veces, amar; Dario no extrem6
esta tradicional insistencia, pues Banville e s c r i b e e n
1890:

Une voix munimrait dans l'ombre:


Amour! Amou:! Amour! AmourI

Lope, en La selva sin amor: "Amor, Amor", Obras


sueltas, I, 231; San Juan de la Cruz, en Cdntico espiri-
tual: "Amor, nada sabiendo sino amor"; Pero Gonzalez
de Mendoza, en el Cancionero de Baena: ";Ay;*,amor,
amor, amor!. En un facil juguete, o acaso dificil, Marcial
les llama a los suyos difficiles nugas, bagatela Hrica-
*mente b u r l e s c a y de autodefensa, Danza elefantina, don- *
de le place agradar al iuisefior, su maestro, dira Ruben,
- 273 -

quiza con el S6crates del Banquete (177 d) : "toda mi


ciencia es amor".
%
IBIS

Darfo conoci6 a este "enigma humano tan ponzofioso


y suave". "En Ibis, dice, sefialo el peligro de las ponzo-
iiosas relaciones". El poeta juega con el nombre del
terrible Ibis de Ovidio: ave por el nombre; ofidio por
su ponzona. Este Ibis ya casi no pretende ser ave desde
que conquist6 "sus terrores de ofidio". Dario alude a
un escritor conocido (ave), que ahora se complace en
ser temible ofidio. Puede ser que algun pasaje de Ovi-
dio le haya dado motivo para esta cita. Juvenal dice
lo mismo del Ibis, al hablar de las supersticiones de los
egipcios (XV, 3).
Alli ante Ibis jde serpientes harta!
de miedo se estiemecen.
Asi tiaduce Diaz Carmona. El excelente traductor
repite la conocida adveitencia: "la Ibis recibia adora-
ci6n porque daba muerte a las serpientes", segun creen-
cia de los egipcios.
En su famosa carta acerca de Azul, Juan Valera, cita
los versos del "ateo Lucrecio": medio de fonte lepo-
rum, (IV, 1134), etc. En Espana contempordnea, Dario
cree oportuno un latin: "Aq.uel de Ovidio, si gustais:
.'.. medio de fonte leporum", etc. Quiza en esta atribu-
ci6n a Ovidio haya cier,ta ironia cervantina; es dificiI
que olvide que estos versos, que recuerda tan bien, son
de Lucrecio. Dario es gran admirador de Ovidio. En la
preciosa versi6n de Juvenal hecha por Diaz Carmona
(1892), aparece Ibis con mayuscula. ^Confundi6 el poe-
ta esta Ibis con el Ibis de Ovidio? Esta Ibis (ave) es
adorada con terror por los egipcios", por eso es:
Que casi ro petende su eondici6n de ave
cuando se ha eonquistado sus teribies de ofidio,.

Innegablemente, este terior, miedo en Diaz Carmona,


pavet dice el texto, sirve para descifrar el sentido un
tanto caprichoso de Ruben Dario, y para Uegar a la con-
' vicci6n de que nuestro poeta fundi6 en un s61o Ibis eI
. - 274

de Ovidio y el de Juvenal, pero es, innegablemente, al del


gran.satirico a quien se refiere mas directamentey no
al del autor de las Metamorfosis.
Darfo leia a Juvenal en latin, citaba sus'versos, le lla-
'maba "el maravilloso y rudo Juvenal", Opiniones, pp.
19, 148, quiza entonces escribi6 esta estancia.

LETANIA DE NUESTRQ SEftOR DON QUIJOTE

El romanticismo se encontr6 asf mismo en el Quijote.


El heroe ascendi6 a una jerarquia insospechada. Se con-
virti6 en un mito sagrado. El Caballero de la Triste Fi-
gura se volvi6 triste, y en los horizbntes de la humanidad
o de nuestro^pensamiento, el heroe de la Mancha, se ani-
m6 como genio guiador, como aspiraci6n incontenida;
fue proyecci6n luminosa y melanc61ica de la siempre
vencida y siempre renaciente esperanza. En las vicisitu-
des de la veridica historia, al seguir al heroe triunfador
en su camino adverso, nos sentimos fuertes a su lado; es
algo nuestro, es nuestra fe, nuestra ilusi6n, es la expecta-
tiva de no se que maravillosa, conquista imposible en la
pagina tantas veces leida. Parece que el heroe pudiera
continuar "la inacabada aventara" dentro de los capf-
tulos del libro y ser otro en una nueva lectura. Y asi es.
Tan rico es el contenido espiritual que sederrama de su
pensamiento y de su acci6n; tan prontos estan s u v a l o r
y su lanza, tan credula es su alma sapiente, tan nuevo el
mundo en el descubrimiento perenne, tanvital supalabra
que todo lo s a b e y todo lo transfigura. Tan facilmente
se Eega a lo ideal cuando no se retrocede ante los gi-
gantes y se cree en la ilusoria edad de oro. Don Quijote
se levanta de cada derrota y decrece en sus triunfos
ridiculos, porque es la fe que ilumina d e l u z nueva el es-
pacio donde se proyecta.
Darfo, lector del Quijote, debi6 seguir muchas veces
las rutas de la narraci6n cervantina. Cantqs de Vida y
Esperanza son casi un elogio de Cervantes. Lector, tam-
< bien, de Ariosto; vi6 el inextinguible d6n poetico de la
fantasia. El profundo realismo cervantino nos subyuga
porque es escenario deljuego de la fantasia. Y l o s per-
sonajes del Quijote se visten con la mirada del heroe, el
- 275 -

los vivifica y los ciea. La inteligencia vivishna d e C e r -


vantes aviva el poliedro cambiante y fascinador del ins-
tante lleno de perspectivas.
Le bastaba a Ruben abrir el tomo III de la Bibliografia
de Rius, que acababa de aparecer, para ver lo que los
escritores de Europa habian pensado del Quijote en tres
siglos; pero Ruben tenia su Quijote. Quiza advierte el
lector en esta letania alguna reminiscencia de Turgue-
nef, de Heine, de Paul de Saint-Victor. Pero advertira
sobre todo una admirable visi6n del heroe manchego, que
si bien es sfntesis del sentimiento de un siglo de ceivantis-
mo y coronamiento de una apoteosis, muestra en el tono,
en el entusiasmo, en el respeto, en la vibraci6n intima,
el valor de la santidad heroica de la ilusi6n y la fe. Con la
riqueza del contenido moderno del Quijote, vuelve a su
fuente, al texto y lo interpreta con ironia cervantina. Pa-
rece que hubiera escrito esta letania para que figure, si
hacemos abstracci6n del tiempo, de la cita de Nietzsche,
entre las poesias laudatoriasque escribieron para el Qui-
jote, si no nos engana Cervantes, Urganda, Amadis, Don
Belianis y otras sombras del genio poetico medieval resu-
citadas por la pluma de ociosos novelistas. Entre paren-
tesis: Dario, tan comprensivo,no pudo admirar a Nietzs-
che. Le guarda ojeriza por el superhombre y por otras
ideas ciueles, arriesgadas, inflexibles, poco humanas y
poco consoladoras, "en estos tiempps, afirma, por I905,
de egotismos superhombrios y otras nietzschedades".
En 1881 escribi6 Verlaine en ocasi6n de un "Cente-
nario" de Calder6n un magnifico s6neto que public6 en
Am,our, ed. L. Vannier, 1892, dedicado al poeta de La
vida es sueno, a "Calder6n, catholiqueavant tout":

Plus kuge ^ue Comeille et plus que Shakespeaie,


Grand ccwnnie Eschyle ^

En este soneto, tan verleniano, el poeta escribe:

Salut! Et qu'est ce biuit facheux d'accademies,


De concouis, de discouis, autouis de ce grand woit
En 6veil panni tant de ehoses endoimies?

Puede ser que estos ver60s hay'ansugeridoa Dario al-


gunos pasajes de su letania:
- 276 -

;Salud, porque jnzgo que hoy muy poca tienes,


entie los aplausos o entie los desdenes,
y entie las coionas y los parabienes
y las tdr.tsrias de la multitud!
Sopoitas elogios, memoiias, discursos
De las epdemias de boiiibles blasfemias
<3e las Aeademias, *
libianos, senoi.

Las p a l a b r a s : " D e las epidemias de h o r r i b l e s blasfe-


mias de las Academias", como n o Uevan p u n t u a c i o n ,
obligan al sentido literal. E l acento de estas lineas p i d e
el r i t m o t e i n a r i o . Ya R u b e n h a b i a escrito:

Libianos Sefioi de abril y la flor,


y del cielo azul, y del iuise-noi,
de dolor y amor libianos Sefioi,,

Va al n o m b r e y no emplea el largo circunloquio m e t a -


f6rico. E l vocativo " S e n o r " n o va e n t r e comas. ^ C a p r i -
cho, e r r a t a ? La p u n t u a c i 6 n del terceto s61o se fija e n l a
intenci6n de lo q u e quiso q u e resalte. E n la Letania creo
q u e debe p u n t u a r s e asi: " D e las e p i d e m i a s , de h o r r i b l e s
blasfemias. De las Academias". Gravita a q u i Nietzsche
con ieferencia de Zaratustra.
jLas h o r r i b l e s blasfemias d e l e x t r a o r d i n a r i o l i b r o !
P e n s a n d o en si, R u b e n e s c i i b i 6 : " Y el grano de oracio-
nes q u e floreci6 en blasfemia", q u e i n t e r p r e t o : " l a se-
milla religiosa q u e pusieron e n m i infancia di6 e n m i
j u v e n t u d flor de blasfemia". Piensa quiza e n la blasfe-
mia volteriana e n q u e t e r m i n a Anagke, "blasfemia q u e
es b u r l a contra Dios", segun l e dijo d o n J u a n Valera.
R u b e n quiere a h o r a los brazos d e D i o s ; s u s p i r a p o r
aquellos monjes de su Cartuja " q u e fueron a Dios e n
busca de consuelo". " E n m i desesperaci6n., escribe, m e
h e lanzadp a Dios como a u n refugio". La fe p u r a es
lo q u e ansia. " T o d a s las filosofias, afirma, m e h a n p a -
recido impotentes y, algunas, o b r a s de locos y m a l h e -
chores". N a d a mas n a t u r a l q u e r e r q u e Dios lo l i b r e d e
la p r o p i a o ajena blasfemia.
Estaba poseido t a m b i e n p o r el h o r r o r medieval d e la
p e s t e ; n o olvidaia el aflo m i l . " U n soplo m i l e n a r i o t r a e
amagos de peste", dice en Canto de esperanza. E n esta
Letania, segun confiesa, "se i n t e n t a la sonrisa del " h u -
m o u r " ; el h u m o r que j u n t a lo diferente.
^ - 277. -

Queda la rima interna. Hemistiquios vacilantes, donde


las rimas andan en una noche magica d e m a y o :
De epidemias, de hoiribles blasfemias,
de la6 A*ademias,
Libianos, sefior.
La tesis contraria, la de la respetable autoridad del
texto, a la que me atengo, puede sustentarse con la con-
fesi6n del "humour" ingles, ya la vimos en. Darwin, y
en la imposibilidad de pedir a don Quijote lo que s61o
puede pedirse a Dios, a no ser que lo considere santo,
como en la realidadlo hace: "Por nos intercede, suplica
por nos", le dice.

L 0 FATAL

^La palabra fatal tiene en el titulo de esta po'esia la


significaci6n de anagke? Lo fatal significa aqui lo que
sera, lo que no puede dejar de ser, y que ya esta virtual
y esencialmente en lo que es y en lo que ha sido. El fa-
talismo del poeta no es individual, no es nuestro fatum,
es la verdad c6smica entrevista y descubierta, en sus efec-
tos, por el hombre, por el hombre que desgraciadamente
tiene conciencia de no saber nada.
Ansiedad de saber, dolor de no saber, deseo ardiente
de no sentir y por tanto de no saber, complejidad inex-
pHcable y angustiosa, he aqui el estado de alma que dict6
esta poesia. Falta de confianza en Dios, caida de quien
dej6 la mano conductora de la fe, panteismo del ser do-
loioso, quien quiera que fuere, temor de quien no vuelve
de la naturaleza:
Le eoeur tiempe sept fois dans le neant divin.

Lo fatal es una poesia de vocabulario cientffico, un


poema evolucionista, en su primera estrofa. Nunca dej6
Dario de interesarse en los problemas de la ciencia, y,
sobre todo, en el mas trascendental de los problemas, el
de lo que el llama "de la propia finalidad". Ahora lee
y medita no s61o doctrinas hermeticas, sino obras de fi-
16sofos y sabios, a quienes se acerca para pedirles "alas".
Confiesa que ha leido desde Marco Aurelio hasta Berg-
- 278 -

son. Se detiene ahora, con otro espfritu, en los es*


critores realistas; desde joven ley6'*y admir6 a Riche-
pin, poeta profundamente darwiniano, nutrido de cien-
cia, que nos presentaa cada instante su visi6n transfor-
mista de la vida en la tierra hasta llegar al hombre. 4C6-
mp no leer, por ejemplo, la Ciencia experimenial de
Claudio Bernard? Un poeta de la sensibilidad de Dario
no ha leido nunca todos los libros. Pero los ha presenti-
do en la atm6sfera intelectual donde se vive. Y especiaI-
mente los libros que por su prestigio persuaden con efi-
cacia irresistible. La ciencia experimental, la novela na-
turalista, el objetivismo hist6rico, etc., subsisten todavfa
a principios del siglo XX, reaparecen con los estados
poeticos que sugieren. Subsistiran siempre en muchos as-
pectos y, ante todo, si nacen de la mente lucida y poetica
de un Ckudio Bernard. Un libro famoso impresiona mas
a un poeta que respeta tanto la9 jerarquias intelectuales.
La primera estrofa de Lo Fatal arranca de la cultura
cientifica, de una ultima y apasionada lectura:

Dichoso el a1b0l que es apenas sensitivo,


y mas la piedia duia porque esa ya no siente,
pues no hay doloi mas gran#e que el doloi de sei vivo,
ni nmy01 pesadumbie que la vida consciente.

Sin entrar a tocar pioblemas tan vastos como son los


que ,sugiere esta estrofa, quiero establecei una compara-
ci6n entre las ideas que expresa con las de Claudio Ber-
nard. Primeramente, establezcamos una escala de sen-
sibilidad; esta escala, en relaci6n con la sensibilidad y
la inteligencia, no ausente en Plat6n con otro fin, fue
elaboiada por Arist6teles, penetra en el Renacimiento
con amplia vibiaci6n y se enriquece con la ciencia mo-
de111a.
1.—La piedra dura; esa ya no siente.
2.—El arbol, es apenas sensitivo.
3 . ^ E 1 dolor de ser vivo (sin entera conciencia, vida
animal).
4.—La vida consciente (el hombre).
1. — La piedra. Al hablar del Coloquio de los Centau-
ros, vimos en Dario, la doctrina 6rfica y pitag6rica mo-
derna que dice que todo esta animado. Sully Proudhom-
me, en el poema el Tormento divino, de Prisma, donde
muestra la "ascension lenta del guijarro al lirio", dice
- 279 -

que el guijarro vive un poco (1). "Tu dors a ta manie-


re". El poeta ha olvidado ahora, mientras feflexiona,
esas bellas afirmaciones animistas y tambien cientificas.
Ahora esta en otro instante y en otro plano mental.
^Quien creera que Dario no haya adquirido conocimien-
tos de mineralogia? A"lo menps conocera un libro de di-
vulgaci6n, La etica del barro, de Ruskin, este ingenuo
y al mismo tiempo admirable tratado de cristalizaci6n.
Habla Ruskin, de los caprichos, de las tristezas del cris-
tal. La materia, antes de ctistalizarse, ha sentido, ha sido
sensible. Glaudio Bernard, en l&-Ciencia experimental,
dice: "los cuerpos minerales saturados caen en la indi-
jerencia quimica y se cristalizan" (p. 88). Los atomistas
no consideran, — segun Claudio Bernard, — mas que
una sola especie de materia cuyos elementos, gracias a
sus figuras, gozan de la propiedad de formar, uniendose
los unos a los otros, las combinaciones mas diversas, y de
constituir los cuerpos inorgdnicos y sin vidd, y los seres
organizados que viven y sienten (p. 151). Por eso Darfo
escribe: "Y mas la piedra dura porque esa ya no siente",
es decir, la piedra ya cristalizada que ha caido en la indi-
ferencia quimica. Bastan estas citas para ilustrar la ex-
presi6n: "porque esa ya no siente". La- insensibilidad
de la piedra aparece en Mallarme:

Calme bloe iei-bas chu -d'un desastre obscui.


L'inser.sibilit6 de l'azur et des pieires.

Charles Guerin, en Le coeur solitaire, desea tambien


esta insensibilidad de la piedra:

0 Seigneur, acoablez notre &nie et nos .paupi6ies


D 'un sommeil plus pesant et plus soui<l que la pierre.

2. — El drbol. Las plantas, segun Claudi6 Bernard,


poseen, como los animales, sensibilidad. Hay tres clases
de sensibilidad. a) sensibilidad consciente; b) sensibili-
dad inconsciente; c) irritabilidad; las tres son expresio-
nes graduadas de una sola y unica sensibilidad (p. 218).
Bichad, segun Claudio Bernard, distingue tres expre-

(1) G. A FUSIL, La poesie scientifique, Paris 1917, pdg.. 176.


^ - 280 -

siones de la sensibilidad:a) sensibilidadconsciente;


b) sensibilidad inconsciente; c) sensibilidad insensible.
El verso de Lo fatal:
Mchoso el dibol que es apenas sensitivo,

esta, dentro de la amplitud poetica, en la escala de sensi-


bilidad que establece Claudio Bernard.
Charles' Guerin, en Le coeur solitaire, 1898, exclama:

Chaque etie, de la plante au p'oete qui prie,


supporte son anneaudans la chaine infinie..

3. — Ser vivo. Creo que la expresi6n: "el dolor de


ser vivo"; s i g n i f i c a " e l d o l o r del ser que vive"; "el
dolor de ser vivo", en el sentido de vida animal, que no
es vegetal ni mineral. "Ser vivo" se opone a "ser a^rbol"
y "ser piedra", dice acertadamente Amado Alonso. El
perro, el pajaro, viven y padecen. Dario presinti6 el alma
del animal. Ha escrito La eanci6n de los oso$ y Ueg6 a ad-
quirir una curiosa erudici6n en zoologia. La sensibilidad
inconsciente (segun .el experimentador) ya es un gran
dolor:
Pues r.o hay dolor mas gmnde que el dolor de sei vivo.

4. — La vida consciente. Nuestra sensibilidad es cons-


ciente. Y eso es la mayor pesadumbre: Ni hay "mayor
pesadumbre que la vida consciente".
En los dias de angustia, cuando sentia que su fe vaci-
laba, al encontrarse con la ciencia que deja a un lado
la causa primera, Ruben escribi6 Lo fatal. El grito uni-
versal y eterno del dolor humano asomaba en sus labios;
de alli la grandeza de esta estrofa. El poeta decia lo
que todos dicen y era interprete con su palabra inspi-
rada del sentir de cada uno. Esta insistencia de esta rea-
lidad, de este saber de su dolor que s61o el hombre sa-
be, hizo que Boscan pensaia ya en el siglo XVI, con
menos trascendencia y arte pero con identica estructura,
este p6ema de Ruben en el soneto que empieza: "Tris-
tes anos y largos fui cuitado". Estaba, es cierto, dentro
del tema de la miseria del hombre y envidiaba a "la pie-
dra sin cuidado", puesto que no siente y yace en la
indifeiencia:
-281-

Contemplaba la piedia.sm euidado,


la planta mejorada en su paitido,
y el animalmas bajo y abatido
eia, a .mi paiecer, muy prospei&do.
Yo solo andaba fueia <le ese bando.

Donde se ve en la misma. escala de Ruben, piedra,


arbol, animal, hombre. "Yo s6lo andaba fuera", dice Bos-
can; el s61o porque su pesadumbre, pafa expresarme con
Dario, era "vida consciente". Y el hombre es un mun-
do aparte; un mundo breve.
Darfo ha expresado en esta bella estrofa, con vocabu-
lario tecnico, un pensamiento que viene desde el fondo
de los siglos: quieri mas siente mas padece. La experiencia
del poeta lo coloca en el coraz6n de una verdad patetica
que tuvo ya su expresi6n en Homero: "No hay un ser
mas desgraciado que e l h o m b r e , entre cuantos respiran
y se mueven en la tierra {lliada, XVII, 445446)", pero
la raiz de la pesadumbre rubendariana es moderna;
este grito inconteniblede todo ser humano, se expresa en
nuestro poeta con mayor amaigura que en la afirmaci6n
salom6nica: "quien agrega ciencia, agrega dolor". Este
reverso, este pesimismo, arrancan de la cultura cientifica
de nuestra epoca. Por eso eleva a la categoria poetica
un vocabulario novisimo. No se hubiera podido escribir
la misma estrofa, cien afios antes. Hoy no la construiria
con identica apreciaci6nen la escala de valores, con igual
vibraci6n afectiva, como se la dict6 Claudio Bernard,
al decirle que no sabemos nada de aquello que tan inten-
samente apasionaba al poeta.
Decharme ha,estudiado las ideas pesimistas acerca de
la vida y de la condici6n humana en Euripides; no las
dilataremos con citas de autores hasta llegar a Schopen-
hauer y Hartmann, que Dario conocia. Nos bastaria la
Adagia de Erasmo para verlas vivientes en la atm6sfera
del Renacimiento. Basta leer algunas en el Didlogo de
la dignidad del hombre de Fernan Perez de Oliva. No
haber nacido, dice el coro de Edipo en Colono, de S6fo-
cles, es la suprema felicidad, pero una vez nacido lo
mejor es volver lo mas pronto al lugar de donde se ha
venido.
Ya se ha desvanecido el luminoso Sueno de Scipi6n de
Marco Tulio. El poeta encuentra que sus ideas religiosas
vacilan. Y escribe con idioma semejante al de Job:
- 2 8 2 -

Ser, y no saber nada^ y 6er sin rumbo> eieito,


y el ternor de haber sido y un futuro teiroi...
y el espanto seguro de estar mafiana m<uerto,
y sufiir por la vida y por la sombra y por
lo que no <;onocemos y aper.as sospeehamos,*
y la caine que tienta con sus freseos racimos, =
y la tumiba que agnarda con sus funebres ramos,
y no saber ad6nde vamos,
ni de donde venimos...!

No saber nada es tambien una convicci6n tan vieja


como el hombre. Esta en Homero: "nada cierto sabe-
mos", en Job. Las ramificaciones de esta idea son infi-
nitas. Ya no es el firme: "se que n o s e " , s o c r a t i c o , es an-
siedad metafisica que nace de las limitaciones de la
ciencia. Si Hugo, por ejemplo, dice: "y, ay, el hombre
ignora", no expresa, como en el caso de Darfo, toda la
angustia del que se sabe fatalmente perdido y no encuen-
tra el camino. La selva obscura se ha vuelto u n laberinto
inextricable:

Ser, y no saber nada

Esta angustia de no saber, domina la poesia romantica


y moderna, brota de la obra de los sabios; cuando Lafor-
gue exclama en Le Sanglot de la Terre:

Mourir! N'etre plus rien!


Poui jamais! Sar.s savoii!

.estas palabras fueron dictadas, conio supone Fusil, ppr


el pensamiento sabio del poeta.
La oposici6n de ser con no saber, es aqui una tragedia
angustiosa. Dice Claudio Bernard: "La verdad, es que_
la naturaleza o la esencia de los fen6menos, ya sean vita-
les o minerales, nos resta completamente desconocida
(65)". "Nosotros ignoramos la esencia d e l a vida (pa*
gina 66)". "La vida es una causa primera que se nos
escapa como todas las causas primeras (137)".
Hay en Dario una idea dominante, tambien de catego-
ria universal, que aparece en sus antinomias:

Y el temor de habef sido y un futuro terror.....

En unos de sus Nocturnos exclama:

El pensai que un instante pude no haber naeido...


- 283 -

Esta valoraci6n del ser o deI. no ser en lo absoluto,


como dependiente de la casualidad o de la causalidad,
esta en oposici6n, segun suponemos, a toda doctrinare-
ligiosa y hermetica, y aparece, si no hay fe, como el mas
inquietante problema. Nuestro poeta siente este paso del
ser al no ser, o lo que es peor, el no ser, el no haber sido,
con pavorosa intensidad; ya dijo, en un extrano verso
Lupercio Leonardo de Argensola,
Y no hay mal que se iguale al no habei sido.

La oposicion de la vida y de la muerte, este "combate


o lucba entre dos principios opuestos, segun Claudio
Bernard, el uno de vida que resiste, el otro de muerte
que en definitiva ha de triunfar", aparece en Lo fatal:
Y la carne que tienta con sus fieseos raeimos,
y la tumtoa que aguarda con sus funebies ramos...
f

El continuo paralelismo de las imagenes deDarfo con


las ideas de Claudio Bernard, me induce a suponer que
nuestro poeta ha escrito Lo fatal de9pues de leer la obra
del sabio frances. "En Lo fatal, escribe Dario, contra ini
arraigada religiosidad y a pesar mio, se levanta como una
somKra temerosa, un fantasma de desolaci6n y de duda.
Ciertamente en mi existe desde los comienzos de mi vida,
la profunda preocupaci6n del fin de la existencia, el te-
rror a lo ignorado, el pavor a la tumba. Me he Uenado
de congoja... cuando el conflicto de las ideas me ha
hecho vacilar y me he sentido sin un constante y seguro
apoyo". Esa congoja que se precipita en crisis de duda
debi6 de nacer cuando la lectura de La Ciencia experi-
mental lo dej6 solo, sin apoyo, ante el misterio impene-
trable de la vida del mundo, cuando la debil luz de la
ciencia experimental le ilumin6 el problema insondable
en el seno de uha oscuridad pavorosa.
Ruben en Lo fatal di6 forma lirica, con vocabulario
moderno, al viejo tema de las miserias del hombre. Es
curioso confrontar esta poesia con el Didlogo de la dig-
nidad del hombre de Fernan Perez de Oliva. Vease c6mo
D

habla Aurelio en este dialogo: "Cada vez que me acuer-


do que soy hombre queirfa, o no haber sido, o no tener
sentimiento dello". "Fuera niejor no haber nacido".
"La flaqueza de su entendimiento por la cual no pue-
- 284 -

den comprender las cosas, comp son en verdad". "El ma-


yor bien que tenemos es la ignorancia de las cosas huma-
nas". "Y meteros en tal ceguedad y en tal olvid6 que
no vierades la miseria de nuestra h u m a n i d a d " . . . "A
plantas y a las piedras sacandolas de sus lugares natu-
rales, do tienen vida". "Y nos amenaza (el entendi-
miento) con los (males) venideros antes de ser llega-
dos". "Mejor me parece carecer de aquella lumbre (del
entendimiento) que tenella para haUar nuestro dolor
con ella". "Y entre tanto se les pasa el tiempo de la vi-
da y los lleva a la m u e r t e . . . (la cual nos espera encu-
bierta)". No es dificil que el Didlogo de Perez de 01iva
haya sido tambien leido y meditado por Darfo.
Amado Alonso estableci6 una sabia correspondencia
estili'stica entre esta poesia y la celebre estrofa de Mi-
guel Angel:

'Oaio A'h'l sonr.o, e pift l'esser di easso,


Tmentre che'l dajvno e la vergogna dura:
maa, veder, non sentir m'e gran v^ntuia,
per6 non mi destar, deh! paiJa basso.

Dario ley6 en Vasari durante su viaje por Italia, en


el "gran Vasari", como le es grato llamarle, esta estrofa
del Buonarrotti.
Los versos de Boscan y Miguel Angel estan circunscri-
tos por "hasta" y "mientras"; se quiere ser irracional,
insensible, mientias esto acaece; los dos, plat6nicos y
cat61icos, tienen resuelto el problema de la finalidad. Ru-
ben no. No es improbable que parta del "no ver, no sen^
tir", y con el impetu natural del Beatus, del "Dichoso el
q u e . . . " , piense en la piedra y en los seres que no tienen
conocimiento cabal. Tibulo (II, I V ) , se lament6, tam-
bien condicionado por el nunc, ahora; "antes que sentir
tamanos doIores, dice Tibulo, quisiera ser una piedra en
la tendencia pirr6nica de las miserias del hombre", sin
dejar la dialectica plat6nica, tan distinta, del dolor y
del placer en la zona de los cirenaicos. Aunque este pre-
sente Plat6n, esta poesia es antiplat6nica. En Lo fatal
no se menta el alma ni el espiritu; esta la avidez d e l o s
sentidos inmediata y presente: "y la vida que tienta con
sus frescos racimos", lo irremediable del Hmite sin con-
suelo con la muerte, concepci6n antisocratica, "que espe-
ra". La palabra "carne", arranca en Ruben de sus estu-
- 285 -

dios de la teorfa del placer y del dolor. En Aristipo, se-


gun Brochard, la carne entregada a eUamisma, gusta la
satisfacci6n. Esa satisfacci6n se amarga en Dario con el
problema de la cientifica ignorancia del hombre. La con-
frontaci6n del hombre con la naturaleza, que recomen-
daba MaUarme, se encuentra ya en los versos de Boscan
que citamos.
EL CAN TO ERRAN TE

EL CANTOR VA POR TODO EL MUNDO


Estas estrofas de pareados eneasflabos se encuentran
en poetas franceses, en Catule Mendes (Serenades, 1889),
por ejemplo:
Nagu&e, au temjs <tes eglanthves,
j 'avais des peines enfa2vtines..
Mon coem se gonflait sane raison
sous les lilas en fioiaison.
Simple pr61ogo del libio El canto errante, muestra la
c6ndici6n errabunda del cantor que va por todo el
mundo. Catalogorimado de lugares y vehiculos, forma
un breve poema de peregrinatione remotamente horacia-
no. El canto erranie reune poesias escritas en diversas
epocas, de 1886 a 1906, y en distintos paises, Chile, Nica-
ragua, la Argentina, Espaiia, Francia.

METEMPSICOSIS

Dario public6 en La Biblioteca (1896), El hombre de


oro; esta' nariacion es parte de una novela que no cbn-
cluy6 y que se desarrolla en los comienzos del Imperio, en
Roma. La novela hist6rico-psicol6gica de la segunda mi-
tad del siglo XIX elige Roma, Bizancio, el mundo alejan-
drino y griego, Cartago con Scdammb6. La poesia recibe
tambien un nuevo aporte de la erudici6n hist6rica y ar-
queol6gica. Basta leer los sonetos de Heredia. Cleopatra,
a quien Dario l l a m a e n Prosas Profanas: "encantadora
de coronas", era, en la epoca en que el poeta escribi6
Metempsicosis (1893), una divinidad extrana y fasci-
nante. El liberto Rufo Galo, soldado a quien "la impe-
rial becerra" le di6 "un instante audaz de su capricb,o",
- 288 -

nos cuenta la extrana aventura de una de sus vidas ante-


riores.
Yo fui Uevado a Egipto. La cadena
tuve al pescuezo. Fui comido un dia"
p6i los peiros. Mi nombre, Eufo Galo.
Eso fu6 todo.
No se sabe quien es ahora el ser donde mora el alma de
Rufo Galo. Ni cual es el medio donde Dario estudi6 esta
metempsicosis.Conocfa y a e n Luciano,el famoso gaUo
de Micilo que fue el mismo Pitagoras. Pero nuestro
poeta, no sonrie ni se burla, habla con tono contenido y
misterioso. La repetici6n "Eso fue todo", acentua el
enigma. Mas que en lo que <lice Herodoto, el poeta esta
en la linea de escritores que d e s d e e l Men6n (81, C.)
de Plat6n, han hablado de la metempsicosis dentro del
misterio religioso. El asunto de esta poesia se desprende
del soneto Semiramis, de Banville. Dario conocia la vida
de Antonio, escrita por Plutarco, y quiza TJna noche de
Cleopatra de Gautier.

A COLON

A Col6n, esta imprecaci6n a Colon, forjada en verso


dodecasilabo de seguidilla debi6 de ser escrita en la
misma epoca que el Elogio de la seguidilla; en el metro
usado por Salvador Rueda y Federico Balart, poeta que
Ruben estimaba poco. En esta poesia escritaeri el ano
del cuarto centenario del descubrimiento de America, ve
el estado polftico e intelectual de nuestro continente con
mirada sombria; lo prefiere en el tiempo precolombiano
y en el esplendor de Atahualpas y Moctezumas. Su eru-
dicipn hist6rica, que se advierte por lo afinado de las
alusiones, muestran lo que Ruben habia trabajado aI
documentarse para escribir su poema indigena Tute-
cotzimi:
Mi piqueta
tiabaja enel teiiei:o de la Ameiica ignota.,

En Tutecotzimi escribi6 un"poema de barbaro",quiza


inspirado por Leconte de Lisle, americanista y ex6tico,
aplicandose a la America prehist6rica, a suAmerica in-
digena.
- 2 8 9 -

En estos versos a Col6n aparece la reciente lectura


de Candido de Voltaire (cap. X X y X X I ) ; ninguna obra
deja una impresi6n mas cruel del hombre y del mundo;
la unica regi6n que se salva de ese ser malefico y diab6-
lico que gobiema'la t i e r r a e s E1 Dorado; a esa regi6n la
pinta Dario en la America anterior a la conquista. A
la canaille ecrivante del Candido la encuentra tambien
en America:

La canalla esciitoia m&neha la lengua


que eseribieion 'Oervantes y Caldeiones.

ISRAEL

Quiza este misterioso soneto haya nacido de la medita-


ci6n del destino del pueblo de Israel, de la copiosa litera-
tura del tema del Judio Errante, de libros como el de
Saint-Yves D'Alveydre acerca de la misi6n de los judios.
El estilo es sibilino, casi calcado en los oraculos:

jIsiael! jIsiael! Esoseia en la hora


en que eante a los .eielos la alondra peeadora.
y en el profundo abismo se conmueva el giande ojo.

Este soneto, claro en su conjunto, pero oscuro en sus


detalles, esta impregnado de reminiscencias biblicas. E n
Ezequiel aparece, mas que en otro libro biblico, la trage-
dia del destino deIsrael. Quiza Dario, a l l e e r a l p r o f e t a
ha exclamado: ";Israel! ;Israel!" Dario domina ya la
Biblia. Veamos algunas semejanzas de expresi6n en Eze-
quiel y Dario:

jfciael! |Israel! .jCuando de tu divina


faz en la sangie juia iesbalaia el diamante?
Ez., 14, 6: P o r t a n t o di a la casa de Israel: Asi dice
el Seiior Jehova: Convertios y volveos devuestros idolos,
y apartad vuestro rostro de vuestras abominaciones; 16,
9: y te lave con agua y lave tus sangres de encima de ti
(la sangre pura, en Dario) ; 16,22: cuando estabas en-
Aixielta en tu sangre; 22, 4: En tu sangre que derramas-
te has pecado; 3 6 , 2 5 : Y esparcire sobre vosotros agua
limpia; etc.

jCuahdo el biazo de luz daia al Judia Errante


elvaso en que'se abieve del agua cristalina?
- '290 -

La lectura,de Ezequiel le ha sugerido el deseo de la re-


denci6n del pueblo de Israel. Cristo es el brazo de Dios
(Isaias, 53). En el mismo Isaias, a Israel: "Levantate,
resplandece; que ha venido tu lumbre y la gloria de Je-
hova hanacido sobre ti (60) ; y en el capftulo 52: Jeho-
va desnud6 el brazo de su santidad, etc. Jesucristo, como
explica Luis de Le6n, en Los Nombres de Cristo, es el
brazo de Dios. Del pueblo de Israel no redimido se ha
creado el mito del Judfo Errante. Jesucristo es el agua
de la vida eterna (San Juan, 4, 14) : Mas el que bebiere
/ del agua que yo le dare, para siempre no tendra sed, etc.
4Cuand0 el pueblo judfo se volvera a Cristo?, es la inte:
rrogaci6n del poeta. Quiza la alondra este como el anun-
cio de la aurora que es Cristo. ,,
Y en el profundo abismo se conmueva el grande ojo.

En Ezequiel (7, 4; 8, 8; 20,,17).: "Y mi ojo no te


perdonara; No perdonara mi ojo; Los perdon6 m i o j o " .
Sera cuando Dios se conmueva y p e r d o n e a Israel. En
Ezequiel (37, 26-28) esta la promesa: Y concertare con
ellos pacto de paz, etc.
Ponga su Manea mano nuest1:0 pilr.eipe'-Cristo,
poaga su blanoa mano sobre el infierno rojo.

Ezequiel (55,3): "Y extendere mi mano contra t i " ;


37, 1: "Y la mano de Jehova fue sobre mi".Cristo, co-
mo le llama Luis de Le6n, es Prfncipe de paz.
En la Epistola de San Pablo a los romanos (11, 26)
esta la promesa de la salvaci6n de Israel: "Y luego todo
Israel sera salvo; como esta escrito: vendra de Si6n el
libertador"...
Con todas estas citas no se ilumina enteramente el sen-
tido del soneto. Ni siquiera hemosagotado lasreminis-
cencias biblicas, por ej.: ^Cuando el viento del rio?, que
recuerda el celebre salmo 137: " J u n t o a losri6s de Babi-
lonia" y al mismo tiempo el destierro secular del pueblo
de Israel. "El santo y el aristo", son dpsjerarquias esen-
ciales, segun un concepto bifronte de eminencia.
j'Ouando sera la cabellera que se inelina
agltada por un viento perseverante?

Estas palabras significan posiblemente l a f e y la ado-


- 291 -

raci6n. Son las cabelleras de los que adoran a Cristo


en el descenso de la Cruz; significan la i e continuaj en
oposicion al espfritu ind6cil de Israel; el viento de la fe
las agita, de la fe que no desmaya. En Darfo aparece la
visi6n de la pintura, unida a tacitas reminiscencias de l.a
Biblia. En Isaias (54, 3 ) : Inclinad vuestro oidos,etc.
En su epoca particip6 Ruben de una corriente 6cultista
del lado del exotismo hermetico de la Cdbala que influy6
en casi todo el peiiodo romantico. Una poesia de su edad
juvenil, El salmo de la pluma, tiene signada cada estrofa
eon una letra hebrea: Vau, zayin, jeth, teth, lamed, mem,
nun, samech, hayin, phe. La ortografia de lasletras, se-
gun se me advierte, zayin, por zain; jeth por heth, es
marcadamente alemana. Quiza ha querido dar a cada
estrofa el sentido que cada letra del alfabeto hebreo tie-
ne en La Cdbala. La numeraci6n que escoge es la siguien-
te: 6, vau; 7, zayin; 8, jeth; 9, teth; 12, kimed; 13, mem;
14, nun; 15, samech; 16, hayin; 17, phe.
Puede ser que haya imitado el Salmo 118 de David
que consta de veintid6s estrofas numeradas con las le-
tras del alfabeto, o los Trenos de Jeremias, especialmen-
te el primero, o las Lagrimas de Jeremias castellanas,
ordenando y declarando la letra hebraica, de Quevedo,
pero Quevedo escribe: zain, heth, ain, y ho: zayin,jeih,
hayin, como lo hace Darfo. La eleccion de las letras, de la
sexta a la novena, y de la duodecima a la decimoseptima,
y el ser diez, tiene tambien su misterio en El salmo de
la pluma. En su nifiez precoz habia tenido cierta inicia-
ci6n mas6nica y en su Autobiografia se burla de 16 que
llama "endiablada y simb61ica liturgia". Estos antece-
dentes y su conocimiento de ciencias hermeticas, quiza
expliquen la oscuridad del soneto a Israel, obra de in-
tencional secreto.

SALUTACION AL AGUILA

La Salutaci6n al dguiUi disuena al lado de Los Cisnes


y de los versos a Roosevelt de Cantos de vida y Esperanza.
Dario, al admirar la potencia de la simb61ica aguila del
Norte, la ve en la obra incesante de trabajo y de paz; la
-.,292 -

ve t a m b i e n en la "actividad e t e r n a " q u e n o es p a z , e n " l a


agitaci6n c o m b a t i v a " :

En tu pico y tus Tifias esta la necesaiia guerra.

Exalta la fuerza vencedora. Estos versos senalan u n


entusiasmo m o m e n t a n e o , e i n n e g a b l e m e n t e estan en opo-
sici6n con el anterior e s p i i i t u del poeta.
^ Q u i e n n o a d m i r a u n i n s t a n t e la p o t e n c i a avasallado-
r a ? E l poeta canta la fuerza, la m o r a l de la fuerza, la
magnffica energia q u e todo lo vence. H a pensado con
W a l t W h i t m a n , con los propulsores de la actividad m a t e -
r i a l ; h a sentido u n i c a m e n t e :

La actividad combativa de nuestio globo vibrante.

Las daiiosas ideas del materialismo progresista, de u n a


actividad que si n o a r r a n c a d e la justicia y n o se dirige
al perfeccionamiento m o r a l es s o b r e m a n e r a nociva, le
d e s l u m b r a n . E l l i b r o h o y olvidado d e Demolins acerca
de la superioridad de los anglosajones, se grab6, sobre
todo p o r su titulo, en el espfritu de los escritores ameri-
canos; asi se explica el p e d i d o q u e expresa este verso:

Trdenos los seeietos de las laboies del Noiie,.

D a i i o vivi6 los sentimientos de su t i e m p o y a d m i r 6 lo


que es siempre a d m i r a b l e , el esfuerzo h u m a n o , la volun-
t a d invencible, pero el sabia b i e n q u e eso n o era t o d o ;
q u e d a el otro orbe de esfuerzo y de v o l u n t a d ; q u e d a la
raza latina, la raza m e d i t e r r a n e a , que el h a exaltado con-
t i n u a m e n t e . Dice al aguila:

Y que los hijos nuestios dejen de ser los retores latinos,


y a^iendan de los yanquis la constaneia, el vigor, el caraeter..

P e i o quiza lo que haya q u e p e d i r sea u n a c u l t u r a m a s


arraigada e intensa, u n a educaci6n de la voluntad, olvida-
da c u a n d o se p i e r d e la tradici6n de las virtudes morales.
E l p o e t a e s t a mas en lo alto, esta en la idea de concilia-
ci6n, y el mismo aspero materialismo a d q u i e r e belleza in-
telectual y valor de predica generosa. Al fin lo q u e el
poeta quiere, es lo que esta en la voz u n a n i m e de escrito-
res franceses y espanoles: Labor. E s el consejo de H e -
siodo, la invitaci6n al trabajo q u e viene^desde las raices
de nuestra raza latina.
- 293 -

El poeta saluda al aguila, la evoca en sus simbolos,


aguila de Jupiter, de Patmos, aguila de Zaratustra en las
paginas de Nietzsche, a quien ahora escucha; el siglo se
vuelve al dinamismo; descubri6 Ruben en Heraclito"la
actividad eterna" de que habla en esta oda. No puede
pensar en el reposo. "No hay lugar para el reposo en
una concepci6n heraclitiana del mundo", ley6 en Bfo-
chard. Adicto a la doctrina, la expone como preceptor
de la America hispanica. "No es humana la paz", nos
dice; pero desea: "la oliva de una larga y fecunda paz",
paz combativa, de esfuerzo, de trabajo.
Esta oda sin rima, casi pindarica, escrita en versos que
son tentativas de hexametros, tiene la virtud de sugerir,
con el vigor t'riunfal del aguila y la vehemencia, el anhe-
lo de ennoblecimiento y de gloria para la tierra patria
de America hispanica.
6"-
DESDE LA PAMPA

Visi6n de la Pampa, saludo enternecido a los argen-


tinps. El sol "cincelado en oio fino sobre el palio azul
del viento". "La verde maravilla" del campo. La vaca
roja, el gaucho, el toro. Las aves, el pampero.
El latido de la epopeya. La libertad, la bandera, San
Martin. ";Argentinos! ;Dios os guarde!" La gratitud del
poeta y el amor a la tierra. Visi6n solar de gloria. Del
Ruben que describe con la naturaleza circundante. Y
de esas extensiones, hecho de barro y de alma ve pasar
al gaucho que exalta en Prosas profanas:
Y un 3spectral jmete aorno ur,a sombia cruza,
sobie su espalda un poneho; sobie su faz dolor.
Era el postrer gaucho que se Uevaba el coraz6n de la
patria. Hay una Argentina gaucha que el ha visto. Hecha
de nobleza y de arrojo, hunde su pie en la heroicidad de
nuestra historia; sin esa levadura, se va la patria. Deten-
gamoslo. La Argentina tiene como joya el spl de su
bandera:
jEl diamante que prefiere la Eepublka Argentina
Vuestio sol!
Asi en Virgilio (Eneida VIII, 590) Venus prefiere a
Lucifer entre todos los astros del cielo.
- 294 -

REVELACION

En el parrafo de la Mitologia de Menard, titulado Pan


dios universal, se recuerda la celebre anecdota de la voz
misteriosa que se oy6, bajo el reinado de- Tiberio en una
nave, y que decia: "El gran dios Pan ha mueito". Esta
leyenda ha originado una Iiteratura a fines del siglo XIX.
Cito a Menard como fuente inmediata, por las palabras
que dedica a Pan en su significaci6n de Todo, al dios uni-
versal que Victor Hugo exalta en el Sdtiro; pero Darfo
ha leido en fuentes mas amplias. Tamus, el egipcio que
recibi6 la noticia de la muerte de Pan, y debia anunciar-
la en Palodes, gritQ hacia tierra: "El gran P a n ha
mue.rto". Darfo lanz6 su g r i t o d e s d e el acantilado que se
alza sobre el mar, grito que llen6 de viento y de sal su
boca. Grit6:

A la visi6n azul de lo infkrito,


alponiente m&gnifico y sangiiento,
al rojo sol todo milagro y mito.

Ahi siente que sorbian en el viento y en la sal, "como


una comuni6n de comuniones", la vida universal latente,
y oy6 la voz de P a n :

que ar.unciaba su vuelta en el eoneieito


maravilloso <le sus siete eafias
Y claui4 y dijo mi palabra: " jEs cierto,
el gran. dios de la fuerza y de la vida,
Pan, el gran Pan de lo inmortal, no ha mueito! "

Esta revelaci6n de la inmortalidad del dios Pan, esta


dentro del misterio de las revelaciones. En esta poesia
Dario es mistefiosamente pantefsta. Vive vidas anterio-
res como en Metempsicosis y en Hondas.
Algunas expresiones de Revelaci6n soh biblicas: "Cla-
me y dije", recuerda a Daniel: "grit6 y d i j o " , "hable y
dije", etc.

Y vi azul y topacio y amati6ta,


oio, perla y aigento y violeta
y de la hija de Eleetra la conquista.

Las innumerables descripciones de la hija de Electra


y de Taumante, Tris, desde Homero, no explican cual
podrfa ser esta cohquista; todas las hip6tesis, e n r e l a c i 6 n
" - 295

con la literatura. clasica, p a r e c e n inadmisibles; p u e d e ser


Tetis, el m a r , en la Iliada; el poeta t o r n 6 la vista " a
Thalasa m a t e r n a l " , el Oceano, p a d r e de los dioses, le
llama H o m e r o , y vi6 siete colores y la extensi6n q u e
Iris conquista con su v u e l o . D a r i o t i e n e u n a p r e d i -
lecci6n virgiliana p o r Iris, a quien, como h e m o s vis-
to en el Coloquio, n o confunde con el arco iris q u e es l a
huella luminosa de la celeste mensajera. A1 i m a g i n a r a
Iris, Darfo le llama "la h i j a d e Electra". P u d o t o m a r esta
nota geneal6gica de la Teogoniq de Hesiodo o d e cual-
q u i e r mitologia, d o n d e s e dice que Iris es hija d e Tau-
m a n t e y de Electra. Lo p a r t i c u l a r en Dario es la perifra-
sis: "la hija de Electra". Ovidio le llama "mensajera d e
J u n o " , Met., I, 270; D a n t e , Purg., 2 1 , 50: "figlia d i Tau-
m a n t e " . Nicolas F e r n a n d e z de Moratin, en el p o e m a Las
iw,ves d e Cortes, esciibe:

Cual descogiendo el arco vaiiado


la ninfa de Taumante hacia poniente
trae mil coIoies con el sol enfrente.

P a r e c e que Dario h u b i e r a estado en el secreto de la


perifrasis. E n el Coloquio de los Centauros h a b l a de " l a
b a n d a de Iris", p o r el "arco de I r i s " , el arco i r i s ; cree-
mos q u e v e a la mensajera de los dioses como en los-versos
de Ovidio, Met. X I , 632, que Sanchez Viana t r a d u c e asf:

Huyen<3o por el aico, por do vino,


al chiistalino cielo se subia.

; Con entonaci6n arcaica el poeta dice: " Y o i ; y vi".

Y oi la voz del dios de las montafias...:


Y eseuche el ionco iuido de tioinpeta...
Y v i l a aingulai' doble serpiente... -
Y vi azul y tojaeio y araatista...

Y E z e q u i e l (I, 4) : " Y m i r e ; 24 y oi el sonido de sus


alas; 27, y v i . . . " ' C u a n d o el poeta ve azul y topacio y
amatista, e m p l e a raras imagenes de Ezequiel. E n l a vi-
si6n del capitulo I, el profeta v e l o s siguientes colores:
De b r o n c e b r u n i d o , de c a r b o n e s d e f u e g o e n c e n d i d o , d e
cristal maravilloso, de p i e d r a s d e z a f i r o . " Y vi azuI y t o -
p a c i o y a m a t i s t a " , e s r e m i n i s c e n c i a d e Ezequiel (1, 26) :
" Y vi apariencia como de a m b a r , como apariencia d e
fuego". . . Al h a b l a r del r e s p l a n d o r que esta a l r e d e d o r
- 296 -'

de la visi6n, Ezequiel (I, 28), dice: "Cual parece el


arco del cielo que esta en las nubes, el dfa que llueve, asf
era", etc. La perifrasis: "De la hija de Electra la con-
quista", esta sugerida por las visiones y reforzada por
la extraordinaria historia que relata Plutarco; e l t r i p l e
grito: "el gran Pan ha muerto". Este grito asombr6 aI
mundo antiguo. 'Ruben, oye la voz de Tamus que le
transmite desde la nave, la noticia, en la consternaci6n
universal, y de lo alto de la ioca, en su mundo visio-
nario, contesta que no ha muerto. Darfo<*vi6 el i r i s e n el
mar. Lo describe, con subita impresi6n misteriosa, en ver-
sos integros con nombres de piedras y metales preciosos
y colores:

Y vi azul y topacio y amatista,


oro, peila y aigento y violeta, eto.

Asf tambien cant6 Ariosto {Orlahdo, XXXIV, 49 50) :


Zaffir, rubini, oro, topazi e perle
e diamanti e crisoliti e iacinti
Azv,ni e bianchi e verdi e rossi e gialli

Darfo conocia bien su divino Ludovico y fue al cielo "en


la bestia de Orlando". Hugo, Gautier, gustan de estas
enumeraciones, que se encuentran en poetas cbntempo-
raneos de Darfo, en Aurier, por ej.:

Les ,jades, les onyx, les verres, les emaux,


les coiyndon$, les jais...

El pantefsmo lo gana de rxuevo en este extrano poema


alucinante; fue sacerdote del Dios Pan, del Todb. Mu-
chas veces lo he culpado a Hugo, cuando el Sdtiro inti-
mida a Jupiter: "Yo soy Pan; Jupiter de rodillas". Ju-
piter, Dios, el primer motor, mueve los elementos; loa
mueve el espiritu en la revelaci6n de Anquises a E n e a s :
mens agitat molem. En Ruben "el hendido pie hace bro-
tar el trigo" que sustenta "a la tribu ideal" en su des-
tierro. Y en e l p o e t a l a t e el Dios donde esta todo: "Yo
estoy contigo y estoy en ti y por ti: yo soy el Todo".
Contradictorio y veridico, nacen de su alma las pala-
bras como la voz del oraculo de la gruta sagrada. No
juzguemos con examen frio este grito que lanz6 desde la
roca con los labios Uenos de sal marina, con la irresppn-
- 297

sabilidad del inspirado. En el misterio nocturno, hijo


de la tierra, oy6 y grit6 a lo infinito.

E N ELOGIO DEL I L M O . S R . OBISPO D E CORDOBA


FR. MAMERTO ESQUIU, O. M.

En los mismos afLos en que Dario dijo su Responso


al pecador Paul Verlaine, escribi6, con las mismas estro-
fas, el Elogio del evangelico var6n Fr. Mamerto Esquiu,
En el Responso a Verlaine brotan, como en un epigrama
antiguo, las rosas y los pampanos; l a s v i s i o n e s antiguas
de ultratumba se animan de una Arcadia extrafia; y el
poeta quiere que el alma, todavfa no purificada del sati-
ro, contemple

sobre un lejano monte,


una cruz que se eleve eubriendo el hoiizor.te
y un resplandor sobre la oiuz!

Ahora, quien tafi6 "la zampoiia verIeniana", elogia a un


elegido del Sefior. El vocabulario esta esmaltado de
palabras liturgicas: baculo, lirio, cilicios, martirios, sal-
terio, vfrgenes, santos, caliz de virtudes, copa de cantos,
azucena, palomas, aprisco, ci'mbalo, coro, etc.
La Adoraci6n del Cordero del cielo en el altar, ins-
pir6 el cuadro de Van Eyck,,en el misterio de la uni6n,
de la Santa Victima inmolada:

Cuando la hostia, esa virgen,y ese maitir, el chk>,


'ante su imagen digan el mistieo martirio,
en que el tOoTdero ha de balar,

Dario cita las palabras iniciales del Himno de la Epi-


fania de Prudencio: Salvete flores Martyrum (v. 125)
que la Iglesia canta el 28 de diciembre, en el dia de los
Santos Inocentes.

[0h lumiaos&s Pas*uas! ;0h Santa Epifanla!


;Salvete flores maityrum! canta el elarin de dia
oon voz de .bror-ce y de eiistal:
Sobie la tieira giata brota el agua divina,
la rosa de la giacia 6u pfirpuracuknina
sobre el eayado pastoial..

La tierra grata parece significar el mundo santificado


por la encarnaci6n de Cristo. El agua divina, puede ser
- 298 -

el agua que purifica con el bautismo, el agua exorcizada


con la bendici6n; pero lo es innegablemente el a g u a d e
vida de que habla Jesus (San Juan, IV, 10)., el agua
de la fuente de vida eterna que hizo brotar Jesucristo en
el mundo (San Juan, IV, 14). La rosa en el cayado,
quiza este en el pasaje liturgico de la Misa del 1" de
enero: Germinavit radix Jesse: el tallo de Jesse h a f l o -
recido; la gracia de Dios Nuestrp Salvador ha aparer *
cido a todos los hombres; (A Tito, 2, 11). Parece recor-
dar el dia del Sefior {Isaias, I I ) . El triunfo d e E s q u n i
ante Dios, esta expresado como en el coronamierito de la
Virgen de Fra Angelico (fig. 49).

Trompetas argentinas claman su triunfo ahoia,


trompetas argentinas de heialdos de la auioia
que anuncia el dia delaltar

Dario, lector de Peladan, conocfa la literatura de los


rosacruces; estuvo, podriamos decir, iniciado en la orden
de la Rosa Cruz. Peladan ha difundido en sus libros y
en su acci6n continua el nombre y la obra de los rosa-
cruces franceses y fue combatido por Huysmans.
Seria curioso que el poeta, que tuvo continuamente ba-
jo su mirada alguna alusi6n a la Rosa Cruz, piense, con
indiferencia hermetica en la rosa y en la cruz, al finalizar
su elogio de Esquiu:

Y bajo el aioo inmensb de la divir:a Fama,


giabo una rose y una Oruz

Segun la simbologia de los rosacruces "La cruz coro-


nada por la Rosa significa que la Rosa, simbolo de la: Di-
vinidad, s61o puede alcanzarse por el sufrimiento de la
vida m6rtal, simbolizado por la Cruz". Peladan, en
el libro Commerit on devient mage (1892), dice que "la
fama tiene alas: la Cruz esta en el centro de la Rosa, y
la Rosa en las alas abiertas". Los rosacruces son ca.t61icos.
"Se cat61ico, escribe Peladan, para Uegar a ser mago".
.Cincela su epigrama como buen discipulo de la Anto-
logia griega. Ya advertia Salcedo Coronel, en los comen-
tarios.del Polifemo, que "la rosa se esculpia en el sepul-
cro de los antiguos".
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iWS3 - ' N

Fig 48. - FRA ANG&ICO: Cdronctci6n de la Virgen (fiagmento)


o
Tiompetas argentinas elama$ su triunfo anoia,
trompetas aiger.tinas de heialdos de la aurora
- 3Q0

VISION

Visi6n es la Divina Comedia en miniatura, de Ruben


Darfo; el poema de la ascensi6n de la montana del Pdr-
gatorio, o, simplemente, de la ascensi6n mistica de la
montana, escrito en puros versos dantescos. Nunez de
Arce compuso los tercetos de La selva oscura. La inspi-
raci6n del poeta castellano deja en el endecasflabo el
rumor del siglo que la aherroj6 con sus imperativos y
sus dudas. Darfo ha visto lo que perdura en el mundo
de la fe y de los sfmbolos, Empieza con la visi6n de la
selva. Y ya esta mas alla. Ya cruz6 los intrincados la-
berintos.
Tras de Ja- mist.eriosa selva. extra&a,
vi <jue se levantaba al fiimamento
hoiadada y labiada una montana.
Esta montana, — que Darfo describe —, parecia "la^
brada por un Piranesi babelico". Cuando Dario vi6
los dibujos de Hugo pens6 en Piranesi. El poeta fran-
ces tuvo la obsesi6n del miterioso grabador y pintor
italiano. En Les rayons et les ombres recuerda las:
Effrayantes B&bete que reyait Piranese!
La poesia de las ruinas, su grandeza y su tragedia, fue
revelada por este gran artista que anunciaba el romanti-
cismo. Volney, Saint-Pierre, Musset, Hugo, Gautier,Ban-
ville, Poe, Baudelaire, Mallarme e n l a reimpresi6n de
Wathek de Beckford, Renan, Taine, en una forma o en
otra, han recordado a Piranesi (1) o han sentido su in-
fluencia. Algunos pintores lo han imitado. Citare, de
acuerdo con FocUlon, al olvidado John Martfn (1789-
1854), autor de La Ruina de Babilonia (1818) y de La
Caida deN.inive (1828), para ilustrar una ahecdota.
Cuenta Vargas Vila que en 1901 ambulaba con Darfo
entre las demoliciones de la Exposici6n de Parfs. Esta
visi6n casi nocturna de ruinas hizo exclamar a Ruben:
"Es el fin de Bizancio", y escribir inmediatamente una

(1) Vease Hemi Focillon, Giovanni Battista Piranesi, Paris 1818.


Al final del WiUlam Shakespeaie, Victor Hugo pone a Piranesi en
la lista de los mas grandes genios.
- 301

p o e s i a q u e se h a p e r d i d o . E1 poeta debi6 r e c o r d a r toda-


via a P i r a n e s i o a sus discipulos; p e r s i s t i a e n su espf-
r i t u la impresi6n de las ruinas grandiosas. Visi6n esta
i m p r e g n a d a de Piranesi, de sus construcciones, de sus
simbolos. E n e6a m o n t a n a se encontraba el p o e t a . Y
aUi fue su Visi6n, visi6n dantesca y de la gloria d e
D a n t e . P o r q u e esta ascensi6n d e D a r i o es la ascensi6n
al espiritu del florentino de "lehgua h u m a n a y sobre-
h u m a n a ciencia". Esta- visi6n de R u b e n , lo m i s m o q u e
Revelaci6n, viene t a m b i 6 n de la Biblia, es visi6n de vi-
sionario. Ezequiel, a los t r e i n t a afios vi6 q u e se a b r i e r o n
los cielos y vi6 visiones. Los animales simb61icos d e
Ezequiel estaban e n , e l centro d e u n a cosa q u e parecfa
de a m b a r q u e estaba en m e d i o del fuego a l q u e r o d e a b a
u n r e s p l a n d o r , y t e n i a n las alas extendidas. Y e n D a r i o :

'Colosales
aguilas con alas extendidas
se eonteanpIabaoi en el oentio de ura
atm6sfeia de luces y de vidas.

Estela dice al p o e t a : "No t e m a s " . Y el p o e t a : " 0 h


b e n d i t o el Sefioi!" Y 'en Ezequiel ( I I I , 9, 1 2 ) , J e h o v a :
" N o los t e m a s " . Y E z e q u i e l : " B e n d i t a sea la gloria d e
J e h o v a " . Dario escribe:

Y liabia un vasto domio diamantino-


dottde se alzaba un trono extiaoidhiaiio
sobie sereno fcmdo azul maiino.

^ en el Apocalipsis (IV, 2, 3) : " Y u n t r o n o estaba puesto


sobre el cielo y u n arco celeste b a b i a alrededor del t r o n o ,
semejante e n el espectro a la esmeralda". P o r eso en e l
Coloquio de los Centauros dice que la esmeralda imita la
maravilla del azul espacio. El poeta ve que e n la m o n t a n a

estaba el ni<lo
del tiiieno, del relampago y del viei:to.

Y e n e l Apocalipsis (IV, 5) que del-trono salian " r e l a m -


pagos y t r u e n o s y voces". Este pasaje sugiere t a m b i e n a
Dario el verso: " Y abajo d o n d e d u e r m e la t o r m e n t a " .
Y en Schure, en La visi6n del Sinai, "la t e m p e s t a d y el
viento". Son reminiscencias de la Visipn de Moises, d e
Schure, los versos:
- 302 -

En sus flancoe se diria


que hubiese ciacelado el bloque espeso
el rayo'.

Schure escribe: "qu'on la dirait sillonnee d'eclairs et


sculptee par la foudre". El poeta contempla los anima-
les simb61icos:

Y el lobo y el le6n entrelo obseuro


eneienden su pupila, <;ual violenta
biasa.

Lo cual es adaptaci6n del Apocalipsis (IV, 6, 7 ) : "Cuatro


animales llenos de ojos"; "el primer animal era seme-
jante al le6n". El lobo no figura." Darfo recuerda la
persistencia de los ojos. Sube hacia el trono una escala de

Hieno y piedia piimero y maimolpario


luego, y aniba m4gieos metales,

grad&ci6n q u e p u d o ser sugerida p o r P i r a n e s i , y con mas


seguridad por Daniel (II, 32, 3 3 ) . Dario amplia el sueno.
de Nabucodonosor, de Daniel, que Dante (Infierno, X I V ,
107-111) transfoima en el coloso de Creta, para describir
el santuario y el "trono:

Y el vasto y anisterioso mm-o


es fiedra y hieno;luego las aieadas
del iruedio son de.mdiimol;-de oro puro
la parte supeiioi, doude en, glorios&s
albas eteinas se abie al infinito
la saciosar.ta Eosa de las iosas.

En Ezequiel: "La cabeza de esta imagen tera de oro fi-


n o ; sus pechos y sus brazos de plata; su vientre y 6us
muslos de metal, sus piernas de hierro; sus pies en parte
de hierro y en parte de barro cocido". La descripcipn
de Dante es casi traducci6n literal de E z e q u i e l . D a r i o
hace una gradaci6n ascendente. Las aU>as eternas, la
Rosa de las rosas, son ya la vision suprema de los ultimos
cantos del Paraiso. Termina el poema con la palabra "es-
trellas". Dario quiso encender en estos yersos, como fi^
lial homenaje, el resplandor que corona la palabra final
del Tnfierno, del Purgatorio y del Paraiso.
El poefa, en la sombra de la montana, iluminada e n lo
alto por luz sobrenatural, ha gritado:
- 303 -

—$En qu6 lugares


vaga hoy el alma mla? — Dei improyiso
suigi6 ante mi, eefiida de azahares
y de rosas blanquisimas, Estela,
te. que suele surgir en mis cantares.
Imagiho el alma del poeta, sola, en losasombrosos terce:
tos de Dante, en el mundo de Piranesi y de Dore, e n .
"aquella fabulosa arquitectura", de9pertar en la eterni-
dad real de las visiones, y preguntarse "^en que lugares
vaga hoy el alma mia?". Es esta una alusi6n biblica que
se encuentra en los misticos, en Enrique Suso, por ejem-
p l o : "Oh! Seigneur en quels lieux je m e sens emporte!
D'ou me vient cet egarement". Livre de la Sagesse eter-
nelle. La traducci6n francesa de las obras de Suso apare-
ci6 en 1899.Va el poeta con Psiquis, su alma; es su ahna
la que vaga; es la divina Psiquis, asomada a*lo extrate-
rreno. Alli ve la aparici6n de Estela, a quien compara en
su ascensi6n a un lirio, el lirio al cual pregunta: ,

^Has visto aeaso el vuelo del alma de md Stella,


^i heimana de Ligeia, por quien mi eanto a vepes es tan tiiste?
Estela - podria el poeta decir a la manera de Poe, "a
quien los angeles llaman" Estela ^-fue su esposa muerta
en la juventud. Ella le reveIa el secreto de la gloria de
Dante,'y como una estrella menpr fulgura iluminada por
la gracia de Beatriz inspiradora y conductora.

I N MEMORIAM

Esta priniera Oda a Mitre, en hexametros muy ruben-


darianos, que recuerda los disticos modernos de Carducci,
da una impresi6n de poesiaantigua.
Aibol feliz, el 1obl0 rey en su selva fiagante
y euyas iamias altisknas. 1espet6 el rudo B61eas.
Este arbol feliz es el aeculus de Virgilio (Ge6rgicas,
II,291-295).
multa viium volvens durando saecula vinoit.

Dario escribi6 esta oda:


Eeooidan.do el hexamet10 que vibraba en la lira de Horacio
Y a Viigilio latir.o, guia exeelso y amado del Dante;
- 304 -

p o r eso se siente como u n a rafaga vital q u e viene de " l a


selva f r a g a n t e " de las Ge6rgicas. Sin embargo el poeta
p e n s 6 t a m b i e n en el famoso cedro del Lfbano, e n D a n i e l
(IV, 10-12; 20-21); asi se explica esta bfblica y virgiliana
Hnea:

C'uya sombra, ben&Eiea tienda formaia a &s tribus.

E n el m i s m o Daniel (IV, 1 4 ) , p a r e c e inspirarse como


simbolo de gobierno j u s t o : ,

Que se melle en el tiqneo venerando la hoz saturnina,


y kis geneiaek>nes nuevas flores y fiutos contemqplen;

e n oposici6n al sueno de Nabucodonosor d e D a n i e l : "Cor-


t a d el arbol y desmochad eus r a m a s , d e r r i b a d su copa y
d e r r a m a d su f r u t o : vayanse las bestias q u e estan debajo
d e el y las aves de sus r a m a s " . Y sobre t o d o se inspira
en San Mateo (III, 10) : " A h o r a ya t a m b i e n la segur esta
p u e s t a a la raiz d e los arboles, y t o d o a r b o l q u e n o h a c e
b u e n fruto es cortado y echado en el fuego". Darfo quie-
r e decir t a m b i e n q u e se melle e n su tronco la h o z del
t i e m p o q u e todo lo a b a t e ; d e :

El tiempo que lo-s muios altfeimoe deriueea.

ODA A M I T R E

Esta magnifica oda, desordenada — ^desorden p i n d a -


r i c o ? , — esta encabezada p o r u n a cita de Ovidio, d e la
Consolaci6n a Livia Augusta (460-467) a t r i b u i d a al poeta
de las Metamorfosis. E l poeta s u p o n e c6mo h a b l a r i a el
a l m a de Orusus al v e r l a apoteosis p o s t u m a :

Cingor Apollinea vietiieia tempoia la,uro...


j

M i t r e podia p r o n u n c i a r las mismas p a l a b r a s , con s61o


acomodarlas a las circunstancias actuales, al c o n t e m p l a r
sus funerales. Esta cita latina indica el t o n o y el decoro
de la oda. Darfo h a b l a a q u i con voz i n s p i r a d a ; con acen-
to o r a t o r i o ; a veces, Uega ,a la repeticipn t r i b u n i c i a de
"todo": " T o d a s las libertades y todos los derechos".
E l tono alto y enfatico de la significaci6n absoluta de
la p a l a b r a todo, no queda a q u i m a l , n i a u n los dos plura-
- 305 -

les; no es lo mismo de"cir: la libertad y el derecho. Ya


en el Poema de Ferndn Gonzdlez (s. XIII) hay una cons-
tante insistencia en este ponderativo:

Todos los iicos oinmes, e a todos los infaneones..

La cita de Whitman: Oh, captain! oh, rriy captain!,


tomada de las Conmemoraciones del Presidente Lincoln,
da el acento patetico de la exclamaci6n de admiraci6n'y
de angustia; y al contemplar a Mitre, segun la conciencia
del poeta, general de la hueste ideal, "mi General!":

0h gian eapitan de un mundq


nuevo y iadiante,

donde lo deja resplandecer conio a heroe antiguo, le da


la aureola de la apoteosis:

- G:an Capitan de aeeio y oio,'


gian Geneial que amaste eri la aooi6u y el eneuefio
de Psiquis el decoio,
el unico tesoio
que en Dios agiav.da el a)tomo de este *nundo pequ,efio,,

Piensa, en otr'o aspecto de la apoteosis, el de la santi-


dad del consejo. Lo ve en un fragmento de los Himnos
de Pindaro:

A la eabia y divina Themis


ooloeaicin las Paieas, segun Pii:daro,
en un oaiio de oro paia ii haeia el Olimpo.

.*, Toma el pasaje con leves variantes de la traducci6n


casteUana del texto de Poyard: "Primero las parcas colo-
caron sobre un carro d e oro a la sensata y divina The-
m i s " . . . "y la condujeron: "hacia" el "Olimpo". Darfo
da "sabia" por consejera y "divina" por celeste, "urania".
Ve a las Parcas con la pintura de Miguel Angel (fig.
50) que trae la Mitologia de Menard:
4

Que las Tres viejas nmteiiosas


hayan parado en un naoniento
— el instante da un pensamiento —
el traba,ip continuo de sus manos

Otra cita de Pindaro nos Ueva a la intencion del poeta


de pindarizar, de elogiar al heroe. Aparece una nueva
reminiscencia de Pindaro.
- 306 -

Fig.. 49.. - MIGUEL ANGEL: Las Parcas (de una pin-


lura del Museo de^Florencia)

Que las tres viejas misteiiosas...

"Los dioses y los hombiestienen vinmisJno oiigen",


diee el liiico.

Y un pasaje pindarico y neoplat6nico de la armonia del


universo en coriespondencia con la lira. Desentrana luegp
la figura de los elegidos, de los varones providenciales,
que tienen "el divino elemento"., En el centro de la
Oda esta la presencia de la poesfa. Horacio y Dante, tra-
ducidos y amados por Mitre:

En. el dintel de Hoiacio y en lal dambesea sombra,


te vieion k6 atentas generaeiones, alto,
fiel al divito origen del dios <jueno se nombra,
desentiafiando en 010 y eseulpiendo en basalto.
- . 307 -

El oro de Horacio y el basalto de Dante. Luegp elogia los


hexametros de Homero:
Sublimes como maimoles y. eteinps como bionoes.

Habla como Pfndaro de la lira, del "abria celeste de la


Lira", con fe inmortal nacida de la entrafia ilustre de la
verdad de la poesia que viene de Homero a Dante, que
renace con quien la descubre, purificadora, enaltecedora,
resplandor de espiritu divino. Porque Dario fue mensa-
jero, revelador, y cumpli6 como pudo, "en una epoca im-
posible", lo que debi6 hacer con el don de la palabra, en
muchos de sus versos de inspiraci6n misteriosa dentro de
la trascendencia del mito plat6nico.
Lacita "del dios que no se nombra" debe de estar en
este caso en unaintenci6n dificil de ser explicada. Dice
Her6doto (II, CXXXII): "un dios a quien con cuidado
evitare de nombrar"; en el mismo libro, parag. XXXVI,
insiste en no nombrar el dios. Este dios es Osiris (nota de
Tatttot en la antigua traducci6n francesa de Saliat, ed. de
1864). Queda en otra esfera la copiosa erudici6n, en torno
de El Cratilo de Plat6n, acerca del nombre de los dioses,
que llega hasta los Nombres de Cristo de Luis de Le6n.
En sublime pasaje dice Esquilo (Agamen6n 161): "Zeus,
cualquiera que sea tu nombre si con este te agrada ser Ua-
mado". Dario no toca la vastisima ciencia de los nom-
bres. Esta dentro de la veta que tiene tantas ramificacio-
nes, del dios que por temor o por otras circunstancias no
se nombra, o se nombra con temor (Hesiodo, Teogonia).
No se que fuente sugiri6 este verso a Dario. Aceptp provi-
6ionalmente que el poeta ha pensado en Osiris. Consulto
Menard y Schure, autores frecuentadps por Ruben. Scbu-
re nos cpnduce con Hermes a los misterios egipcios. Dice
que Hermes hablaba del dios desconocido en el umbral
de las criptas, pero Ruben no habla del dios descohocido
al que se refiere Schureni al deSan Pablo (Actos .XVII,
23) que Renan no aceptasen la Plegaria en la Acropolis.
El ambiente mistico de los misterios egipCios, si es que el
ppeta se considera idealmente iniciado, pudo sugerirle,
tal vez, con el recuerdo del pasaje de Her6doto,la frase
del dios que no se nombra. Osiris es dios solar, de ahf que
.Dario quiza lo haya visto juntamente con Apolo."Osiris
dice Menard, funda la sociedad civil, da leyes a los hom-
-308 -

bres". "Osiris, es el iniciador de la mas alta ciencia, el


que, por los misterios pone al iniciado, segun Schure, en
contacto con la inteligencia divina y le muestra el destino
de las almas". Es en Osiris donde Daiio ve a Mitre, "fiel
al divino origen del dios que n o s e nombra".
Tambien hay un sentido hermetico en la siguiente es-
trofa:
Cuando hay hombres que tienen. el divino elemento
y les vemos en "cairtos o en obias tiasfasai
los limites de la hora, los lfcaites del viento,
los ieiros de la tieii&, los imperios del mai

Dios, segun dice Schure, en la iniciaci6n en los miste-


rios de Osiris, puede comunicar aalgunos elegidos la fa-
cultad deelevarse por encima de las cosas naturales. Es
el mismo pensamiento de Dario.Dios ha comunicado en
la Biblia ese don a Daniel, por ejemplo. Estos hombres
pueden triunfar, en los misterios egipcios, de la muerte,
del fuego y del agua; el agua, la tierra, el aire y el fuego,
esdecir, los cuatro elementbs, son la base d e l a ciencia
oculta (Schure). De estas dos citas se desprende la enu-
meraci6n,de Ruben: la hora: vencer la muerte,,el viento
it ^ '
(el aire), la tierra, el mar (el agua). Sin embargO'en el
estilo hayreminiscencias biblicas: "Los reinos de la tie-
rra", es una expresi6n del hibro de Esdras (I, 2) y co-
mun en otros libros del Viejo Testamento, en varias for-
mas; "los pueblos de la tierra" (Cr6nicas II, VI, 23), "los
reyes de la tierra (Cr6nicas (II,LX, 22, 23), etc.; los im-
perios del mar: la Biblia dice: las islas de la m a r ( E s t e r ,
X, 1 Isaias, XI, 11). Dario se refiere, como es natural,
a la extensi6n del mar, pero en forma poetica. Posid6n
impera en el mar; la Biblia habla de las naves del
mar, etc. "El divino elemento" sugiere un concepto pla-
t6nico del nous, el espiritu; podemos considerar, en el
alma humana, con Plat6n, el elemento dionisiaco, divi-
no, en oposici6n al elemento titanico,* terrestre. En la
cosmogonia mistica del Timeo, donde al hombre, for-
mado por los cuatro elementos, de <jue se compone el
mundo, agua, tierra aire y fuego, los hijos del Autor, los
j6venes dioses, como comenta Decharme, agregaron el
"elemento divino"; el principio inmortal que les sumi-
nistr6 el padre, y q u e e s el alma. Los gn6sticos, en la -
tradici6n plat6nica, llaman al alma espiritual, "elemen-
- 309 -

to divino"; la redenci6n del alma se opera por el des-


pertar de este elemento que estaba como avasalladp por
la vida material. Valentin, su discipulo Heracle6n, tan
plat6nicos, colo>can en la eminencia los hombres espiri-
tuales que tienen ya el principio divino, el nous, la par-
te inmortal del alma segun Arist6teles; El pensamiento
de Dario tiende a la apoteosis de quien venci6 las tinie-
blas de las apetencias para entrar en la claridad del
conocimiento supremo.
Esta Oda a Mitre, es el canto que glorifica al varon
ilustre en la apoteosis:
Cuando, de un lauio y de una palma
pieeedida, ha pasado el alma.
de Aquel.
como en la maraviUosa Apoteosis de Maria de Medicis de
Rubens.

S U M.. . .
La primera estrofa de esta poesia esta inspirada, en
parte, en la Epistola de San Pablo a los romanos, XT,
36: "Todas las cosas son de el, y todos sonpor el, y todos
existen en e l . . . " Pudo tambien Dario tomar este con-
cepto de sus autores neopitag6ricos; el alma, en Divina
Psiquis, es la"chispa sacra", particula divina, que retor-
na a Dios, de donde procede. En el brahmanismo, el alma
del hombre es Brahma. Todo 16 que existe, segun Espi-
noza (I, def. 6 y pro. 15), existe en Dios. Quidquid est,
in Deo est. Renan, en Avejroes y el averroismo, al expo-
ner las teorias deAlejandro de Afrodisia y del Temistio
acerca del alma, trae el siguiente pasaje: "Existe uno
en su origen: es decir en Dios". La estrofa de Dario dice:
Yo soy en Dios lo que soy
j mii ser es voluntad-
que, peiseveiando hoy, )
existe en )a etemidad.

La doctrina de Dario puede ser tambien una interpre-


taci6n libre de San Agustin (Confesiones IV, XTI) que
dice que debemos amar a Dios en las almas. La perseve-
rancia (voluntad) conduce a Dios y a la inmortalidad,
por eso escribe Garcilaso:
- 310 -

Por estas asperezas ee camina


de la immoitalidad al alto asiento,
do nunca aniba quien de aqui deciina.
*
E1 a l m a "perseverando h o y (en la tiefra)- existe e n la
e t e r n i d a d " , en Dios. Sin esta perseverancia se ahoga e n
la m a t e r i a , segun los te6sofos, y n o Uega " a la Divina
luz d e la u n i 6 n perfecta de a m o r d e Dios", segun San
J u a n de la Cruz, u n i 6 n e n esta vida, q u e anticipa la u n i 6 n
eterna. P a r a unirse a Dios e s n e c e s a r i a la voluntad; Da-
rio esta a q u i e n lo que San J u a n de la Cruz Uama la
" n o c h e activa de la m e m o r i a y v o l u n t a d " . Creo q u e
nuestro poeta conocfa y estudiaba el indice de a l g u n a b e -
lla edici6n del a u t o r de la Subida del Monte Carmelo.
E n el Cdntico espiritual afirma S a n J u a n d e la Cruz
que a la voluntad " p e r t e n e c e l a d u l z u r a de la posesion
d e D i o s " ; R u b e n tiene esta v o l u n t a d c u a n d o e n t r a e n l a
via ascetica.

LA C A N C I O N D E LGS P I N O S

La canci6n de los pinos es de las poesfas m a s personales


de D a r i o . E n su musica deliciosa puso el poeta la inti-
m i d a d estremecida de su ser; h a visto su p r o p i a eterni-
d a d ; se m i r 6 en lo q u e el es, e n el p a s a d o r e m o t o , e n lo
porvenir. Esta afirmaci6n de la p r o p i a p e r s o n a l i d a d den-
t r o del destino, p u d o nacer de su orfismo. P o r q u e n o se
t r a t a de la i n m o r t a l i d a d alcanzada, en u n a sola vida, p o r
el arte, sino conseguido p o r el don i n a l i e n a b l e de su alma.

Yo, no.. Yo persisto. Pieteritas normas


confirman mi anhelo, mi ser, mi existir.
Yo soy el omante de ensuefios y foimas
que viene dc lejos y va al poiyenir.

Esta t r i p l e a f i r m a c i 6 n d e " y o " , q u i e n s a b e e n q u e re-


e n c a i n a c i 6 n , en q u e " m i s i 6 n " , q u e el n o ignora, nace e n
el m o m e n t o lucido de su m e d i u m n i d a d . Se h a visto a si
m i s m o y h a contemplado su d e s t i n o . No i m p o r t a q u e
despues diga e n Lo jatal:

Y no saber ad6nde vamos,


ni de d6nde venimos,
- 311 -

e n este caeo h a pensado con la h u m a n i d a d y el universo.


D a r i o esta iniciado e n doctrinas esdtericae. Y cree o n o
cree e n eUas. T o d o d e p e n d e del demonio q u e le h a b l a a l
ofdo.

Quelle ehaxson dirai-je eii ton honneur,


Pin de mon elos la gloire *t de bomheur?

dice a su q u e r i d o p i n o , Ronsard. Darfo n o tuvo " u n p i -


n o " , la canci6n de nuestro poeta es l a canci6n d e todos
los pinos. De los pinos del N o r t e , de los pinos de ItaUa,
d e Espafia, d e la Isla D o r a d a : MaUbrca. E l poeta los h a
conocido.

Ouando en mis enantes pasos peregrinos,


la Isla Doiada me ha dado un rme6n
do sofiai mis suefios, encontre los pinos,
los pinos emados de mi coiaz6n.

Mientras escribo estas lineas recuerdo a R u s k i n y con


R n s k i n , n a t u r a l m e n t e a T u r n e r . ^Sabeis en que difieren
los pinos de T u r n e r y el p i n o de R o n s a r d ? Dario lo dice:
"y e n Montafias d e e n s u e f i o s " . . . A q u i estan a h o r a los
pinos de Baia, de T u r n e r , q u e el poeta t a m b i e n conoce:

Tendiendo a la dulee earicia del mar,


Oh pinps cle Napotes iodeados de flores.

Estos son los pinos de las zonas mitol6gicas: " T o c 6


nuestra frente la alada sandalia". Si, la &andalia de Her-
mes roz6 sus famas. E n t r e esos bosques desapareci6, a l
volver Olimpo, despues de dar a U l i s e s l a p l a n t a q u e los
dioses l l a m a n moly.
Los pinos d e T u m e r se u n i e r o n a los q u e Dario vi6 y
d e s p e r t a r o n e n el poeta la voz de q u i e n se ve u n instante
e n si m i s m o y contempla su ser e n lo eterno. E s t a can-
ci6n de los pinos es t a m b i e n u n a poesia de peregrina-
tione.

VESPER

R e n e Maizeroy, en el suntuoso y curioso librp La met


(Paris, 1895), contempla crepusculos d e a p o t e o s i s , n i o n -
t a n a s q u e b r i U a n como insignes relicarioSj el goKo d o n d e
p a l p i t a n los resplandores de las estreUas (p. 143). E n
:-'3tf

los preciosos endecasfIabos de Vesper, d e D a r i p , h a y como


u n a leve reminiscencia, en u n a m p l i a d o esplendor litur-
gico, del paisaje que describe Maizeroy:

Quietud, quietud.. ... Ya. la eiudad de oro


ha emtrado en el misterio de la taide.
La catedral e s u a gran relicario.
I a balria unifiea sus eiistales
en un azul de areaioas majtiseulas
de los antifonarios y misales..

Esta descripci6n es de Mallorca. La rafaga q u e "jun^


ta alientos de flores y de saIes" lleva " c o m o u n eco q u e
d i j e r a : "UUses". Todavfa n o h a desvanecido el t i e m p o -
la leyenda odiseana q u e p a r e c e flotar e n la ola y e n "las
velas triangulares".

LA H E M B R A D E L P A V O R E A L

Daifo h a visto con la p i n t u r a decorativa de fines del


siglo X I X el valor o r n a m e n t a l de los pavos reales. Asf e n
Sonatina ve el "triunfo de los pavo-reales" e n el j a r d f n
d e la princesa. E n Heraldos u n pavo real anuncia a Ma-
k h e d a . La revista La Plume, q u e es revista de los sim-
bolistas, t r a e , en 1896, u n a m u j e r desnuda sobre u n pavo
r e a l q u e p a r e c e contemplarla con los m i l ojjos d e su entre-
abierto p l u m a j e ; en 1897, publica decoraciones de pavos
reales (ilustr. p . 305) de Louis R h e a d q u e p a r e c e n des-
critas p o r R u b e n :
En las gemas iesplandeeientes
de las eolas de los pavones
ea^ngotas de las fuer.tes
de los Oiiente de ilusiones.

E n La plume d e 1898, p . 3 3 4 , P a u l A r e n e escribe l a


poesia La femme au Paon, y se p u b l i c a u n a fotografia del
m a r m o l de J . A . F a l g u i e r e : La femme au paon, j u n t a m e n -
te con u n a poesia de Ernest R a y n a u d , q u e dedica a este
m i s m o m a r m o l . Este " t r i u n f o " del t e m a se h a g r a b a d o in-
n e g a b l e m e n t e en la fantasia de R u b e n Dario. Y h a ima-
ginado e n E c b a t a n a , o e n Bagdad, o en S a m a r c a n d a o en
Fez, u n a historia. E n c u a l q u i e i a ciudad o r i e n t a l y de Mil
y una noches "fue u n a vez"... Y coh i d i o m a verleniana-
m e n t e especioso escribi6 u n a v a r i a n t e de u n De Quincey
oriental, del Cantar de los cantares; el vi6, y oyd,
- 313 -

- Y venfcn delbp6que negro


Voz <Ie plata y llaaito de oro..
Esta rara poesfa se asemeja a La femme aux paons de
Pierre Louys, {Astarte, 1891), c o n l a diferencia de que
los pavones que pinta el poeta frances son blancos:
Elte est r<yuge et mie;
Les pa<ms sont blan<ss, les plum^s so'nt blanehes:
mejor dicho, Daiio conocia esta poesia, inspirada en una
obta del pintor Besnard. Besnard pinxit, escribe Pierre
Louy8 a l p i e , a no ser que quiera decir que Besnard la
haya ilustrado.

HONDAS

Esta breve poesia esta formada por versos de ocho


silabas, alternados con tetrasilabos agudos, y que s i l o s
restitufmos a su extensi6n son de doce foimados por tres
periodosde cuatro, el mismo pie que le sirvi6para los
versos irregulares de Aho nuevo, de Prosas profanas. En
Ano nuevo transforma el n1etr0 de la traducci6n del Cuer-
vo de Poe hecha por Perez Bonalde y hace posible el
Nocturno de Silva. Aunque virtualmente se encuentra en
la lengua y a veces forma el romance de dieciseis con
cuatro periodos de cuatro, encontramos su origen en los
versos tetrasilabicos de los romanticos Espronceda, Zo-
rrilla, Bello: "Los cipreses — colosales — cabecean en
el valle". No se si Bonalde busc6 sabios antecedentes la-
tinos o griegos, el j6nico menor de Horacio {Odas III,
l 2 ) , trasladado de Alceo a la lengua latina. Parece que
estos versos de Ruben son un simple juego. Aluden, con
cierto misterio de vidas anteriores, al episodio biblico, de
David y Goliat {Reyes, XVII, 49) . Ruben "soiio que
era un honder6 mallorquino" y se le represent6 la honda
de David. Pero como la piedra y honda eran de Mallorca
y el maUorqufn, segun el sueno, recuerda' a Ovidio (Met.
II, 716-129). Un estudio atento de este mito en minia-
tura nos daria el secreto de la memoria de Dario.
Nos hace recoidar tambien la Balearis fundae de Vir-
gilio (Ge6rgicas,I, 308-9) quecasi traduce a s u manera.
Aunque Dario frecuentaba a Virgilio y especialmente a
- 314 -

Ovidio, puede ser que haya encontrado estos pasajes


sobre las hondas baleares en algun estudio sobrelas islas
qae ley6 en Palma de Mallorca. Pudo encontrar aUi
tambien lo que dicen los historiadores romanos de los
guerreros baleares, famosos por su honda. No hay que
extrafiar este vinculo que le une al pasado ilustre. El
poeta conocfa, lo ha sugerido muchas veces, sus clasicos.
En sus primeros afios, en el colegio de jesuitas, segun dice
"conociamos nuestros clasicos, cogfamos al pasar una que
otra espiga de latin y aun de griego".
Julio Saavedra Molina estudia este metro de Perez
Bonalde y Ruben eruditamente en su ensayo sobre Los
hexametTOs castellanos; le llama "trocaico o pe6nico
puro". Se encuentra ya en Manrique:
Los placeres y dulzoiss de esta vida traba.jada
que tenemqs.

A UN PINTOR

En esta extrafia poesia,que es como un eco lejano de


La canci6n de los bosques, de Hugo. Darfo descubre la
esfera sensual y terrena y a s p i r a a la espiritual. Las
primeras estrofas, joviales, banviEescas, de incitaci6n a
la c'aza de colores, al arte singular que esta en las coro-
las y en los troncos de los arboles, le hacen detenerse
en el pintor; pintor de melancolias. Parece que en este
pintor Ramos, viese Dario a Rop, que tanto admiraba.
La lujuria, el dolor, el horror, la muerte, aparecen e n e l
ritmo que se ha vuelto opaco y duro. Todos los signos
funest6s, la inminencia de flagelos espantosos, mtierden
su alma. Este pintor de fin de siglo, que sobrepasa con
sus pinceles lo que sugeria cierta iniciaci6n baudeleria-
na, ofrece a Ruben angustiosaoportunidad deesbozar
con la palabra el dominio depravado de la materia so-
bre el ser humano; sugiere lo que Dante dej6 en la som-
bra; lo que llev6 a la luz la imprenta obscena, lamina d
pagina; el aguafuerte, metal mordido por la realidad
de la catastrofe de la inmersi6n del alma en oscuros apo-
sentos, frente a teriebrosos ocasos. Ruben tambien, en
algunas lfneas no qiied6 exento de tentar estas ev6ca-
ciones; lo hace a la manera de Renoir, en la luz limpia.
El tetrico color del pintor amigo, en espanto fatal; la
- 315 -

l l a m a d e j a su lugar a la sombra. Ha Uegado el poeta al


e9tremecimient0:

Bafagas de sombra j frio


y un. errante i r . . .
(Vamos a morir, Dios mio,
vamos a morir!...)

Pero aparta "esa visi6n". Visi6n de nocturnidad go-


yesca y horrible; quiere volver "a los colores": "Vamos
a cazar colores", "ilusion los bosques dan"; contemple-
mos las lumbres "de eternos dias". Se sale de las visio-
nes malignae y desesperantes, a vagar en los campos U-
bies, en los bosques un tanto ovidianos. El sentimiento
del poeta, halla en. la fusi6n de naturaleza y religi6n,
de moral y de arte su vigor, y asi ve en estos versos,
como visi6n de consuelo y esperan'za, que

El tiigal suena en la misa.

% NOCTURNO

El poeta esta en el silencio de la noche de insomnio. Se


analiza.

j Insonmio! No poder dormiir, y, sin. embargo,


soaar,. Ser U. auto-pieza
de disecci6n espiritual, el auto-HJamlet!

Es la alta noche de Hamlet, de Shakespeare. Mientras


el poeta medita, su rara memoria lo Ueva a la hondura
del dolor de los varones de la Biblia. Dice el celebre pa-
saje del Libro de Job (4, 13, 14) : "En imaginaciones de
visiones nocturnas, cuando el suefio cae sobre los hom-
bres, sobrevinome un espanto y un temblor", y David e n
los Salmos (XLII, 5, II y XLlII, 5 ) : "Por que te abates,
oh alma mia, Y por que te conturbas en m i ? " Y Darfo:

Silencio de la noche, doloroso sileneio


noctuixo. . . jPor que el alma tiembla de tal manera?

El poeta diluye su tristeza:

En un vino de noche
en el maravilloso ciistal de la tiniebla.
La noche es como un vino, embriaga. Asf se desprende
- 316 -

d e El Centauro d e Mauricio de Guerin. Macareo ve p a s a r


alguna ninfa de la m o n t a n a anivree par lanuit. Carlos
Guerin, en L'homme interieur (IV, L V I I ) se refiere tam-
b i e n a esta embriaguez de la noche.

L'ame s'enivre mieux, paimi robseuiite


du suave seeret des belles nuits d'et6,...
On diiait <jue d'un vin mauvais ta/ nuit t'enivie.

R u b e n toca el tema de la sangre, quiza en u n sentido


Tnisterioso: "Oigo el z u m b i d o de m i sangre". Y Carlos
G u e r i n : " E l r u i d o de m i sangre", e n elSembradorde
cenizas. La interrogaci6n de R u b e n : " ^ P o r q u e m i a l m a
t i e m b l a de tal m a n e r a ? " , a h o n d a el verso de V e r l a i n e ,
d e Sagesse: "Mon ame en moi tressaille toute.
El adjetivo "maraviUoso", lugar c o m u n el m a s usadp,
sin q u e p i e r d a j a m a s su eficacia expresiva, u n i d o a "cris-
t a l " , viene de la visi6n de los Querubines de E z e q u i e l
(I, 22) ; en la traducci6n de C i p r i a n o Valera dice: " a
m a n e r a de cristal maravilloso; en la V u l g a t a : horribilis.
E n Ezequiel vi6 R u b e n este extraik> "maravilloso cris-
tal".

CASO

E n 1890 escribi6 estas quintillas, l l a m a d a s " r e d o n d i l l a s


d e cinco versos". Quintillas, redondiUas, lindos juegos
de r i m a s p a r a personas q u e " n o se m u e v e n sino al son
d e los consonantes", s e g u n d i c e Boscan d e las trovas del
Cancionero general, de esas redondiUas q u e son " p a r a
l>olgarse con ellas como con nifios".
Nifios, al fin, p o r su vivacidad y gracia, d o n d e la r i m a
y el movimiento del verso octosilabo, crean u n j u g u e t e ,
u n a " n o n a d a " armoniosa.
R u b e n ejemplific6 con u n caso el conocido h e x a m e t r o
d e los Amores de Ovidio (III, 11) :

Sie ego nee sine te, nee teeum. Vivere possum,

y quiza i e c o r d 6 el e p i g r a m a de Marcial ( X I I , 47) Diffici-


lis facilis:

n<50 teeum possum viveie nec s t o te.


- 317 -

EPISTOLAS

La Epistohi a la senora de Leopoldo Lugones, escrita


en alejandrinos pareados, cuando su alejaridrino adqui-
ri6 caprichosa libertad eh las cesuras y las rimas, resulta,
no se si intencionalmente, un itinerario, de itineribus.
Empieza su poema, si no es capricho poetico, lo que es
dificil, por Anyers, sigue a Rfo de Janeiro, Buenos
Aires, Paris, Mallorca, donde lo termina. No lleva la
descripcion minuciosa del viaje. Describe los momentos
culminantes. Habra que recordar a Juan de laEnzina en
su Tribagia o Viaje y Peregrinaci6n. Cae tambien esta
epistola rubendariana en el tftulo de peregrinatione. Gar-
cilaso, en la Egloga segunda, describe un minucioso itine-
rario. ^Para que volver a los origenes epicos y Hricos
del genero, a Homero, a Horacio? Los poetas franceses
de la epoca de la Pleyade escriben estos Itineraria.
Como en esta epistola el verso tiene un estudiado des-
cuido, iinias agudas, encabalgamientos cuidadosamente
descuidados, no parece dificil que Ruben conozca algu-
nos de estos poemas. Abunda la confesi6n intima, como
una respuesta de Ronsard:
J'ayme le hal, la daiee, et les masques aussi.....
como quien se defiende y al defenderse de. lo que dicen
los que ponen reparos, confiesa lo ilustremente malo:
Yo no ahono ni en seda, ni en ehampana, ni en floies..,.
ftfe eomplace cn los euellos blaoae&s ver los diamantes,
gusto <le gentes <le maneias elegantes

Igual despreocupaci6n elegante se advierte en el Sone-


to autumual al Marques de Bradomin, donde el escena-
rio es Versalles, quiza pudieramos decir el "blas6n", ate-
niendonos a poetas de la Pleyade, como en la epistola
anterior lo fueron Anvers — campanas, Rodenbach- —,-
Rio de Janeiro, Buenos Aires, Paris yMallorca. "Erraha
vuLgar gente", "un vulgo errante, municipal y espeso",
expresiones tipicas del Renacimiento: Bien loin du
populaire et de la tourbe epaisse, en Desportes. Gonza-
lez Blanco senal6 ya este intencional prosaismo del so-
neto. Quiza al mismo aiio de estas epistolas pertenezca
la que dirige a Remy de Gourmont, con el panegirico de
- 318 -

la estirpe espanola del escritor frances "nieto de con-


quistador", descendiente de Cortes; le compara con Rai-
mundo Lulio que tanto admiraba Ruben. Desde joven
tuvo la propensi6n a la "epistola sin cefiirse a la tradicipn
metrica espanola del terceto que emplea alguna vez en
sus epistolas primeras.
Un soneto en alejandrinos se convierte en Esquela a
Charles de Sou$sens, escritor frances, suizo de origen
que represent6 en Buenos Aires la diaria y lamentable
bohemia verleniana. ^C6mo fue en 1895, Charles de
Soussens, ano en que Ruben le envia esta esquela "a la
vista del blanco lucero matutino"? Lo conoci en su oca-
so. Ser familiar de la calle de Florida, este hombre do-
minado por la maligna dulzura del sorbo que da olvido,
haU6 la proteccion del grupo rubendariano; fue huesped
de los hospitales. Llevaba el incurable mal de su bohe-
mia. Su "cabeza lunatica", parecfa tener una aureola de
cosas lejanas; pertenecfa "a los locos de la luna", que
ambulan por esta tierra rigurosa. Soussens, traducido por
Sans sou, debi6 recordar a Ruben, el Pobre Lelian, cuan-
do le escribi6 "la canci6n famosa": "Soussens, hombre
triste y divino"...

ECP Y Y 0

Los ecos, en todas las formas ingeniosas que pueden in-


teresar a Rengifo, estarian lejos del talento poetico de
Darfo, si el poeta, a pesar de pertenecer al simbolismo, no
fuera discipulo de BanviUe. Eco y yo es una poesia ban-
villesca, no obstante ser de tradici6n castellana, del Ban-
viUe sin lirismo del siglo de oro, de Baltasar del A1-
cazar. Este juego de rimas, nacido quiza, del capricho
de un instante, senala Una innovaci6n en el eco castella-
ho; es un eco libre, donde, oculta en la naderia del
artificio, se advierte la particula aurea. Este eco es un
juego banvillesco, pero tambien de un BanviRe anterior,
del Hugo de La chasse du Burgrave, de Odas y baladas.

BALADA EN HONOR DE LAS MUSAS DE


CARNE Y HUESO
Ruben lleva la decima castellana de Espinel y de
- 319

Calder6n a l endecasflabo; a u n endecasilabo casi frances


q u e r e c u e r d a las b a l a d a s desde Marot a BanviUe:

Pan de dolor — con la sal de lo eterno


y ojos de ardor — en que Juvencia brilla. *
4Vin0 galo en copa espaiiola o vino espanol en copa
gala? Copa espaiiola t r a n s f o r m a d a p a r a recibir u n vino
espafiol y f r a n c e s , el zumo d e d o s racimos q u e el poeta
e x p r i m e a u n mismo t i e m p o y en u n m i s m o vaso. E l
esquema de la Balada ABBAACCDDC, e n endecasflabos
es igual al de la d e c i m a : abbaaccddc octosilabico. Dedica
esta b a l a d a a Gregorio Martinez Sierra, a quien se dirige
en el envfo: Gregorio.

CAMPOAMOR

La fofluencia de los poetas espaiioles en la o b r a juve-


nil de D a r i o , o b r a q u e el dio p o r n o escrita,'y yo n o es*
t u d i o , se advierte en el tono y en la versificaci6n. Queve-
do, Zorrilla, Becquer, C a m p o a m o r , Nuiiez de Arce, son
los m o d e l o s l i t e r a r i o s d e la p r i m e r a epoca del poeta, co-
m o t a m b i e n lo fueron los americanos Diaz Mir6n, Gutie-
r r e z Najera, Jose J o a q u i n P a h n a . A veces se advierten
reminiscencias de sus lecturas de Ia colecci6n Rivade-
n e y r a , p o r e j e m p l o , la de u n m a d r i g a l de Soto de Rojas
(t. X L I I , p . 5 2 9 ) :

Quien os tocaie sienta,


cual de abejas ciueles,
punta en el ahna, y en los labios mieles,

q u e h a c e r e c o r d a r los versos finales de la decima a Cam-


p o a m o r , escrita en Chile, cuando Dario tenia frescas
sus lecturas de autores del siglo. de o r o :

Abeja es eada expresi6n


que, volar.ck> del papel,
deja en. los labios la iriiel
y piea en el coiaz6n.

E n esa decima encierra u n epigrama griego, p r o b a b l e -


m e n t e , con el recuerdo de Soto de Rojas, i m i t a d o r d e la
Antologia, el de Meleagro {Ant. 163).
- 320 -

INTERROGACIONES

E1 poeta inteiroga con la Antologia griega, a la abeja,


al le6n, a la vfbora, a la rosa, a la tijera de Dalila, es
decir, a los sfmbolos. En las respuestas, no siempre anti-
teticas, hay cierta intencionada incob,erencia.

{Abeja, qu6 sabes tu


toda de miel y oi*o antiguo? v
{Que sabes abeja helenica?
—Sl de Pindaio

La poesia alejandrina hubiera contestado: "Se de Eros,


de Afrodita". Esta abeja labr6 miel en los labios de
Pindaro, segun l a l e y e n d a ; pertenece al enjambre que
revuela en la casa del poeta y lo alimentan en la infan-
cia; abeja intermediatia entre la divinidad y el nino
predestinado. Hugo, en Los castigos, la v e e n las dos
esferas:

Vous volez, dans l'azur eeloses,


s.ui la bouehe ouveite des ioses
et sui les levies de Plat6n..

En Interrogaciones se advierte cierto tono de los que


trae Di6genes Laercio en su Fil6sofos ilustres, e n la tra-
ducci6n de Ortiz y Sanz, (t. I, p. 202) que es la que
Ruben leeria:

Aguila que ^olaste


ligera por eneima del sep.izleio,
j,que estiellada mausidn estas miiar.do?
Soy de Plat6n el al-ma

El Ruben de otras edades interrogara, con interroga-


torio pesimista, al aguila. Ya no ira como el ahna de
Plat6n al Olimpo, ira, aguila que es la historia "a los
montes del olvido".

LOS PIRATAS

El tema romantico de los piratas, tan distinto del .de


laliteratura de la pirateria del siglo XVI, sin olvidar la
que viene del ciclo homerico hasta e I p e r i o d o b i z a n t i n o ,
y tan lejano al espiritu de la poesia simbolista, sugiri6
- 321 -

a Darfo este soneto que tiene una vaga analogfa con los
de Heredia. El verso:

La quimera de bTonce inerustada en la prora,


se acerca a Los Trofeos. Darfo prefiri6 la forma no cin-
celada, di6 a la estrofa el movimiento de la ola, la agi-
taci6n del viento en la vela, el impulso inicial de la
aventura. Parece que hubiera contemplado un cuadro
de partida de piratas. Byron, Vigny, Espronceda, Hugo,
babrfan asomado a su memoria al contemplar esa pin-
tura; sobre todo Hugo con la canci6n de los aventureros
del mar de La kyenda de los siglos. Sin perietrar en la
compleja influencia de la poesia escandinava, en el ro-
manticismo y el parnasianismo, c o n L e c o n t e d e L i s l e y
con la literatura moderna, no esta demas apiintar tam-
bien que los- piratas rubendarianos parecen ser vikings
( 1 ) . No conpzco sino fragmentariamente, la obra de
Charles-Theophile Feret, descendiente de esta fuerte ra-
za de navegantes daneses:
Moi, baibaie Danois des iles Faioer,
En l'honr.eur de l'aieul aux gaibares d'enfer
Dor.t la, pioue ecarlate ensanglant>e la mer
Son estos piratas, quiza mas que los de Byron y Hugo,
los que pinta Dario; son probablemente estos "cabaUe-
ros del viento",^los
Que en6angiienten la seda azul del firmamento
Con el iojo pend6n de los ieyes del nrar.

En la ignorancia de la iruagen directa de este soneto,


transcribo de una adaptaci6n moderna de las antiguas
sagas, la descripcion de un navio: "De loin, on distin-
guait la figure de dragon sculptee a sa proue et la voile
d'ecarlate attachee a sa haute mature" ( 2 ) . Comparese:
La figure de diagon soulpt6e a sa proue.
La quimeia de broiiee ineiustada en la pioia.
Dont la pioue eoailate ensanglante la mer,
Cor.' el iojo pend6n. ... ensangrientan el firmamento
Et la voile d 'ecarlate

(1) La influencia escandinava y germanica aparece en algun pa-


saje de Ruben, y origina parte del bello libio de Jaimes Fieyre,
Castalia barbara (1898) cuya fuente principal esta en la lraducci6n
francesa de Los Eddas de Mlle. du Puget.
(2) Ch Guyau et E. Wagenef, Le Uvie des vikings, Piazza, Paiis.
AUTUMNAL

En Autumnal aparece ya en Ruben Dario el verdadero


y original poeta; le domina "la sed del ideal", algo asi
como la sehnsucht germanica, la sehnsucht del lied de
Goethe. A1 llegar a la aspiraci6n a lo infinito, la siente
"en la inspiraci6n profunda".

Una vez senti el ansia


<ie una sed infinlta.

Ya suspira en el melanc61ica divagaci6n que parece


vagamente verleniana:

jA'h los suspiios! jAh los dulees suenos!


;Ah las tristezas intimas!
jAh el polvo de oio que en el aire flota!.....
Ah les oaiytis! les piemieies maitresses!

Es el acento del Voeu de Verlaine, oido por- primera


vez en castellano. Pero en Dario, no es la recordaci6n
de lo pasado, sino el anhelo de porvenir, el deseo irre-
frenable de lo ansiado y desconocido. El hada le mues-
tra "las estrellas encendidas":

Eie, un jardin de oio


eon jebalos de llama que titilan.

El jardin del cielo, el jardfn de estrellas, no es, posi-


blemente, una imagen nueva. En Las blasfemias de Ri-
chepin (1884) se lo ve.

Et l'<m voit au jardin du eiel


fleurii des etoiles nouyell<s.

Dario fue, hasta la aparici6n de Los raros, admirador


de Richepin. Pero Autumnal, como todas sus poesias,
tiene un encanto personal, un acento propio, u n a g r a c i a
O T R A S P O E S IA S

AUTUMNAL

En Autumnal aparece ya en RuLen Darfo el verdadero


y original poeta; le domina "la 6ed del ideal", algo asi
comb la sehnsucht germanica, la sehnsucht del lied de
Goethe. A1 llegar a la aspiraci6n a lo infinit0, la siente
"en la inspiraci6n profunda".

Una vez senti el ansia


d>e una sed infinita.
Ya suspira en el melanc61ica divagaci6n que parece
vagamente verleniana:

[Ah los suspiios! jAh los dulces suenos!


;Ah Ias tiistezas intimas!
jAh el polvo de 010 qae en el aire flota!
Ah les oarytis! les premieres maitresses!

Es el acento del Voeu de Verlaine, oido por- primera


vez en castellano. Pero en Dario, no es la recordaci6n
de lo pasado, sino el anhelo de porvenir, el deseo irre-
frenable de lo ansiado y desconocido. El hada le mues-
tra "las estreUas encendidas":

Eia un jardin de oro


eon j6balos de llama que titilan..

El jardin del cielo, el jardin de estreUas, no es, posi-


blemente, una i m a g e n n u e v a . En Las blasfemias de Ri-
chepin (1884) se lo ve.

Et l'on voit au jardin du ciel


fleuiir des etoiles nouyelles.

Dario fue, hasta la aparici6n de Los raros, admirador


de Richepin. Pero Autumnal, como todas sus poesias,
tiene un encanto personal, un acento propio, una gracia
- 324 -

indefinible que no pertenecen a sus modelos. Cuando el


poeta escribe:

' jOh, Mmea,


Pi6rides, direis las saeras dichas
que en el alma stntiera!

parece que recuerda a Garcilaso (Egl. I, 235-6):

Lo que eant6 tras esto Nemoioso


decidlo vos, Pieiides; que tanto
no puedo jo ni oso

Adviertase que Garcilaso escribe Pi-e-ri-des; de igual


manera G6ngora (Polifemo, v. 3 6 0 ) : "Referidlo, Pieri-
des, os ruego"; lo mismo hace Dario; la palabra Pie-
rides, es esdrujula con dieresis, de cuatro sflabas/ E n
Garcilaso hay una religiosa emoci6n al llegar a la supre-
ma regi6n lirica alcanzada por su arte, no por o b r a p r o -
pia sino de las Musas inspiiadoras y eso le Ueva a re-
cordar el lugar antiguo con Virgilio (Buc. VIII, 64)
Dicite, Pierides. Darfo, por osadia juvenil o por inad-
vertencia se aparta del sentido antiguo del Decidlo, Pie-
rides y cree que nunca ellas podran expresar lo que
sinti6 en ese instante. Yo soy ortodoxo y no m e aparto
de lo que aprendi en Quios. Dario tampoco tuvo la irre-
verencia de Tamiris. Es reveladora la cita inicial: Eros,
Vita, Lumen; Hugo, en Las contemplaciones escribe:
Nomen, Numen, Lumen, las denominaciones de San Juan
a Dios, tan famosas entre 16s ocultistas, son: Vita, Ver-
bum, Lux. Dario ha intercalado el Eros griego en cita
latina. Los bellos versos:

La auioia
vino despues. La aurora sonreia,
.con la luz en la frente,
eomio la joven timida
que abie la 'reja, y la sorprenden luego
cievtas curiosas, magica>s pupilas,

traen a la memoria una estrofa de Olegario Andrade de


la parafrasis de SteUa de Victor Hugo:

El oielo estaba oseuro, pero al veila


su tenebrosa faz se sonrojaba
cotno amante embozado que sonrie
al aceieaiee a to mujer amada;
- 325 -

pero se parece mas a Gautier (Voyage en Espagne):


"Todas las cimas se tornaron de rosa como j6venes a la
vista de un amante"... mostraban un rubor pudico al ser
sorprendidas"...

ANAGKE

La composici6n Anagke — el titulo descubre el pesi-


mismo romantico — lleva al final, coino observa el sutil
don Juan Valera, una blasfemia. Contento, amor, delicia,
lirio del viento, la paloma, canta su dicha.
—j,Si? — <3ijo entonce un gavMn. infame
Y eon fuioi se la meti6 en el buehe.
Suprime don Juan, en su noticia de Azul "los versos
que siguen". Estos vers6s entran en el problema de la
finalidad. En Ruben Satan aplaude y el Senor se pone
a meditar. "^Con que fin fue creado este mundo?" pre-
gunta Candido en la novela de Voltaire? "^Creeis, repli-
ca Martin a una pregunta de Candido, que los gavilanes
se hayan comido siempre a las palomas?" El desahogo
final, no es burla de Dios, como cree Valera, dice Gon-
zalezBlanco, citado por Dias Plaja: "es demasiado bur-
do el argumento tan trillado por los antifinalistas, del
bien y del mal, de la paloma y el gavilan". Justisimo.
Pero, Ruben hubiera preferido que el gavilan no se
coma la paloma. Sin pensar que el tambien se las comia.
Y que en la Pampa, se dedic6 a la caza: "AUi nemrodice,
con excelente punterfa, contra martinetas, avestruces,
tordos y pechirrojos... Alli atisbe, con las botas dentro
del agua, bandadas de patos, y persegui a ese espia es-
candaloso del aire que sellama el "teru-teru". No juz-
gare a Ruben con otra ley que la que pueda aplicar a
G6ngora y a todos losenamorados de la belleza y-que
la matan. Esta insensibilidad nos Iastima, es humana.
Pero, ^no es el poeta el latido de la universal fraterai-
dad divina en el aLrna de las coeas?

CAUPOLICAN,

Dice Dario que su soneto Caupolicdn: "inici6 la en-


trada del soneto a la francesa en nuestra lengua". Al
- 326

menos segun m i conocimiento, agrega. No afirma que


h a y a sido el p r i m e r o en escribir sonetos alejandrinos.
E n ediciones del siglo X I X a p a r e c i e r o n sonetos e n versos
alejandrinos q u e Darfo p u d o conocer. E n los Dos tra-
tados de Cipriano Valera (1588), q u e r e p r o d u j o Usoz
en 1851, h a y Dos sonetos en loor de esta obra, e n alejan-
drinos. Estas dudosas estrofas, q u e quiza e n c i e r r e n al-
gun misterio, tienen versos informes, claudicantes, p e r o
i n n e g a b l e m e n t e alejandrinos, escritos p o r u n lector d e
poetas franceses:

El Bastoi Dios con-nos a zelos provoeando,


Viendo t'enf)aqueeer quiere so su cayado
Apazenbaiie y&.. Abajad joi subir:
De C3iaiybdis 'huyendo a 6u puerto id surgii..

Adviertase q u e estos versos son del m i s m o genero d e


alejandrinos q u e I r i a r t e l l a m a b a de t r e c e silabas:

En cieita catedial una campana habia


que s61o se tocaba algun solemne dia..

Con m e t r o m u y parecido escribi6 Sinibaldo de Mas,


a l r e d e d o r de 1832, u n soneto a dofia Josefa Masanes,
" e n tredecasilabos", segun el les l l a m a , q u e e m p i e z a :

Fragante y rubicunda entie sus hojas bellas


es la iosa al n&cer, de celica figu;a,
mas ;ay! su lozaT.ia un dia, un iato dura
y su fragancia muere y su eaiinin con ellas..

E l Soneto en alejandrinos de P e d r o Espinosa, fue pu-


blicado p o r p r i m e r a vez en castellano e n 1895, en el p r 6 -
logo de la edici6n de las Obras de Gutierre de Cetina de
Hazaiias y la R u a . Apareci6 despues e n la Segunda
parte de flores de poetas ilustres ( S e v i l l a , 1 8 9 6 ) , segun-<:
d a p a r t e q u e se conserv6 inedita desde 1 6 1 1 ; e n . l a obj:a
Pedro Espinosa (Madrid, 1907), de R o d r i g u e z M a r i n ;
en Estudios de critica literaria, de Menendez y P e l a y o .
(t. I V , 1908), y e n las Obras de Pedro Espinosa, edici6n
de Rodriguez M a i i n (Madrid, 1909).
E n el t o m o III, columna 253, del Ensayo de una bib'lio-
ieca espanohi de libros raros y curiosos ( M a d r i d , 1888),
de B a r t o l o m e Jose GaUardo, aparece, con l a m i s m a par-
t i c u l a r i d a d del e m p l e o de hemistiquios agudos, el p r i -
m e r cuarteto de " u n cruel soneto e n n o m b r e d e Heraclio,
de versos eritre castellanos y franceses" segun afirma
- 327 -

el.mismo GaUardo, que ya le liabfa llamado "un malditO


soneto", en la Comedia de Pedro Hurtado de la Vera,
intitiriada Doleria o del Sueno del Mundo ( 1 5 7 2 ) :

Preguntadme quien soyj no oso publieallo,


del poco que meiezeo naee eete temoi;
podrii sei tambifa de ser nuevo pintor:
vos iespqndeieis, pintum, lo que eaIlo.

Este soneto se reprodujo integramente en la edici6n


de Menendez y Pelayo de la Comedia intitulada Doleria
d'el sueno d'el mundo, en Origenes de la novela (t. III,
pag. 3 1 3 ) . E1 docto humanista Narciso Alonso Cortes
descifr6 el secreto de estos versos en la Revista de Filo-
logia Espanola (1921, pag. 2 9 4 ) , al descubrir que "tle-
ne tambien su aer6stico, no descifradq hasta ahora, que
yo sepa", segun demuestra.
Quien pudo sugerir a Dario, mejor'que nadie, la ten-
tativa de escribir sonetos alejandrinos e n c a s t e l l a n o fue
Sinibaldo de Mas, con su Sistema musical de la lengua
castellana, que nuestro poeta estudi6 minuciosamente.
Pero Dario, espiritu tan innovador, no podia dejar de
traer a nuestra lengua una forma metrica que en 1888
servia a los mas ilustres artifices de la poesfa lfrica fran-
cesa. Aunque no hubiese leido sonetos alejandrinos en
castellano, los hubiera escrito.
El asunto de Caupolicdn esta tomado del canto II de
la Araucana. Dario simplifica en los tercetos la narra-
ci6n de la proeza de Caupolican. El soneto descubre una
atenta lectura de este lugar de la Araucana. Convierte
l o s v e r s o s del poema (II, 5 8 ) :

Era salido *1 sol euando el eaorme


peso de las. espaldas despedia,

en el hemistiquio: La Aurora dijo "Basta". Donde Er-


cilla esribe:

El ciicunstante pueblo erj voz eonf0rm<3


pronunoi6 la senteneia,y le decia:
"Sobie tan fiimes l10mbros deseaigamos
el peso y grave eaiga que torKemos",

es decir, "el sera nuestro capitan, nuestro jefe", Dario


encuentra una forma de expresion mas animada:

'' j El Toqui, el Toqui 1''. elama la conmovida easta.


- 328 -

Aunque iniciado en el modernismo, vive la tradici6n


de Ameiica, lleva el mito al verso un tanto herediario,
reelabora a Ercilla, da al soneto acento de realidad inme-
diata y de varonil proeza y alarga la acci6n con las repe-
ticiones verbales: "anduvo, anduvo, anduvo".
Dario ley6 la Araucana y aprovech6 las hotas en la cu-
riosa "edici6n para uso de los Chilenos, con noticias his-
t6ricas, biograficas i etimol6gicas" de Abraham K6nig
(Santiago, 1888).
Konig, en su edici6nde la Araucana (pag. 19), citalas
siguientes palabras de Diego Rosales {Historia de Chile,
t. I, pag. 137) : "Hay entre ellos (los araucanos) un to-
qui jeneral, que es uno de los caciques, a quien todos los
caciques reconocen por mas antiguo o por mas noble en
linaje. I la nobleza del toqui jeneral les proviene, a los
que lo son, de tener un toqui, que es una hacha de pie-
dra". "Respetando sus habitos i tradiciones, dice Konig,
los indios elijieron un j e f e . . . , y la elecci6n favoreci6 a.
Caupolican". Es decir, eligieron un toqui.
Los versos alejandrinos, con acento en la segunda o la
cuarta silaba, y las estrofas con rimas pares agudas en
los cuartetos, estan todavia dentro de la tecnica de Jose
Zorrilla.

CANTO A LA ARGENTINA

En el Canto a la Argentina Dario volvi6 al viejo tema


de las odas de Bello, Olmedo y Andrade. Perp este tema
del "canto a" habia sido renovado en la poesia moderna
con los magnificos Laudi de D'Annunzio. Los Laudi su-
girieron a Dario la amplitud de la oda, el arrebato lirico .
y la modulaci6n, el tono, que se eleva entre el rumor de
las mil voces que entonan el Himno argentino:

Oid el grito que va poi H floresta


de mastiles que eubie el &ncho estuario
e inva<U el-mar.

El poema, oscilante en el metro ritmico y variado en


diversidad de aspectos del asunto, esobra de vate y pen-
sador, de hombre universal y americano, concebida en
conglomerado de yuxtaposiciones. A b u n d a e n descrip-
-329 -

Fig 50 — Triptolemo entre Demeter y Peisefone.


N El instante en que resurge Triptolemo

ciones enumerativas, en erudici6n mitol6gica, geografica


y etnica, politica y econ6mica, patri6tica y pedag6gica,
social y mofal, doctr'inaria y visionaria.
Dario ^ia trafdo al Canto a la Argentina uria innu-
merable cantidad de reminiscencias, de citas, de aIusio-
nes. El pasaje que empieza ";Exodos!", recuerda a
Jeremfas (31, 2-25). "He aqui el gran Dios desconocido
que todos los dioses abarca", -se desprende de los Actos
de los Ap6stoles (17, 23) con cierta variaci6n panteista.
Aquf y alla, hay en el canto, reminiscencias bfblicas.
fe
;La Patmja! Inmolad un eorcel
a Hipeii6n el radiante,
oual eanta uo. duefio del lauiel
del Laeio.
Dario sabe que al Sol se le sacrificaban faballos; lo
ha visto en mitologias y estudios de religion antigua..
^Cual es ese "dueno del laurel del Lacio", a quien se
refiere? Podria ser Horacio, cuyo Canto secular habfa
leido antes de componer el Canto a la Argentina. En
Horacio, en lugar del Corcel, el sacrificio es de bueyes
blancos: bobus albis. "Radiante" es uno de los epitetos
de Helios. Ruben lo traduce de Ovidio — de su amado
Ovidio — radiis Hyperiona. Ovidio dice en los Fastos
(I, 386) que el persa inmola un corcel al briUante
Hyperion:
- 330 -

Placat equo Peisis iadiis Hyperiona cir.ctutn.

E1 t a m b i e n aspira a ser, con su canto, lo q u e fue Ovi.-


dio, nacido en Sulmona, y su m i r a d a r e c o r r e los Fastos:

10h, eomo eisne de Sulmona,


brindaias alli nuevos fastos,
<;elebraiuis r.uevos iitos!

Seiia labor minuciosa a n o t a r este p o e m a d o n d e eli-


gi6 raros elementos no del todo fijados. Dice, e n t r e o t r a s
cosas, al sol:

;Oh, Sol! jOh, padre teog6ni<20!


Tabu y Totem del abismo.

P o d i a ser q u e el poeta conociese el T a b u y el Totemis-


m o en la traducci6n francesa d e El ramo de oro d e F r a -
zer (1903). P e r o p r o b a b l e m e n t e ley6 otras o b r a s . E s
curioso imaginar, dentro de ciertos aspectos, u n sol tabu,
Salom6n R e i n a c h , en la introducci6n de Orfeo, e s c r i b e :
" U n arbol que n o se p u e d e tocar o a b a t i r es u n a r b o l
tabu, y se h a b l a r a del tabu de u n a i b b l p a r a designar el
escrupulo q u e detiene al h o m b r e t e n t a d o de tocar este
arbol, o de a b a t i r l o " . Quiza e n u n a significaci6n p a r e -
cida este la metafora del sol tabu d e R u b e n . La d e To-
t e m p o d r i a i n t e r p i e t a r s e como sol p r o g e n i t o r de r a z a s ;
el sol p u e d e ser nuestro totem, el sol t i t a n . " ; F o i b o s
t r i u n f a n t e " , le Uama. La graffa griega Foibos, c o m u n
e n los poetas helenistas franceses (en Leconte de Lisle,
e n la veisi6n de los Himnos 6rficos, X X X I I I ; e n P i e r r e
Louys, en la traducci6n d e M e l e a g r o ) , s e e n c u e n t r a e n
D e c l i a r m e : " E l dios Foibos (Phoibps e n el texto fran-
c e s ) , es pues, literalmente, el dios luminoso, el dios b r i -
Dante". La e x p r e s i 6 n : " i O h , p a d r e teog6nico! ( p o r
e r r a t a " t e o g e n i c o " en todas las edxciones), se explicaria
cori la M i t o l o g i a d e D e c h a r m e .
No fue olvidado P i n d a r o . P u d o a l u d i r a Pascoli {Pax,
p o e m a latino, en bella ed. de A m s t e r d a m , 1900) e n estos
versos:

peio no en gueria vo.iaz,


pioductora de luto y llanto,
mas diciendo eonno en el eanto
<tel italiano: j Paz! j Paz! j Paz!
- 331 -

El poema de Pascoli, donde tantas veces aparece la


palabra paz, termina:
Dextra, Fama, tua haec inei.ia leantur in aere:
. Pax: Pax in tenis .quibus est sineer& voluntas.
Ruben no se refiere a Pascoli sino a Petrarca. E n el
poema Pax, escrito en 1914, Ruben Darfo dice:
lo vo giidando pace, pace, pace.
Asi elamaba el italiano,
asi voy' gritando yo aliora.
"El italiano" es Petrarca. El verso pertenece a la can-
ci6n a Italia: "Italia mia": Y vo gridando: Pace, pa-
ce, pace. Cosa curiosa, al escribir el Canto a la Argenti-
na — obra de acopio y de erudici6n, — Dario fue tam-
bien a documentarse en esta canci6n a Italia. La expre-
si6n petrarquista "dulce enemiga", que esta en el Canto
a hi Argentina, viene, pues, directamente del gran lirico'
italiano.
Al evocar al gaucho, alude al Santos Vega de Rafael
Obligado, delicadaniente:
Cuar_do el caiio de- Apolo pa6a
una somibia liiica llega...,
lo que es una refundici6n un tanto ovidiana de cuatro
versos del poeta argentino:
Cuando la taidese inclina
sollozando al oeeidente,
cone una sombia doliente
.sobre la pampa argentina.
Las obras de Verhaeren, Las ciudades tentdculares, Las
fuerzas tumultuosas, El multiple esplendor, han refor-
z a d o e n el espiritu del Canto a la Argentina la agitaci6n
laboriosa de Buenos Aires, su rumor de trabajo y su
visi6n de ciudad multiple de caudaloso avance. La rea-
lidad, Walt Whitman, Verhaeren, contribuyen a forjar
estos versos:

sobre la enoime fiesta


de las fabricas trenmlas de vida;
sobre las tofres de la urbe henoliida;
sobre el extiaordix.aiio
tumulto de- m<etales y de lumibres
activos; sobre el e6$mieo portento
de obia y d&' pensaraiento
que arde en las poliglotas muehedumbres;
sobre el construir, sobre el bregar, sobre el sofiar...
- 332 -

Ruben subraya "el c6smico portento"; el t r a f a g o d e


las fabricas se une a la acci6n universal,,el universo tra-
baja, la obra humana sobrepasa en el poeta la pintura
ideol6gica de la novela naturalista; su mente profun-
damente religiosa, c6smica, parece sentir con Victor
Hugo:
Et le biuit du travail, plein de parole tamaine,
se meele al biuit divin de la creation.
Este poema es lo que el poeta logr6 despues de iina
fmproba documentaci6n. En su parte etnica muestra co-
nocimientos legendarios y modernos. Virgilio, Ovidio,
aparecen a cada instante. Al hablar de los italianos es-
cribe:
de quienes vieion eiiantes
a los olimpieos dioses.

No se olvidara de recordar a los espafioles primitivos,


"iberos de la peninsula": ^

que la6 huellas del paso de.Heieules


visteis en el suelo natal.
El natural de c a d a r e g i 6 n de Espafia, andaluz, astur,
catalan, gallego, castellano, aparece con sus caracterfs-
ticas y su historia en este catalogo, no del todo ajeno al
de los ejercitos del Quijote, dohde enumera razas y pue-
blos; al citar a los vascos "como hechos de antiguas
raices", retoma, quiza sin pensar, la imagen con que
Santa Teresa describe al ya tan viejo y flaco San Pedro
de Alcantara "que no parecia sino hecho de raices de
arboles".
Y la erudici6n helenica, biblica, asoma, sin ser pedan-
tesca, en cada verso:

He aqui el Velloeino de Ora,


he aqui Canaan la jrefia<3a,.
la Atlantida- iesueitada;
he aqui los eanvpos del Toro
y del Beceiro simb61icos.
Aun en los mejores pasajes, en el elogio conmovido a
la Argentina, se difunde un a r o m a d e ret6rica sabia:

Te abiiste como una granada,


eomo una ubre te hetchiste,
eomo una espiga te erguiste
a toda raza aeongojada...
- 333 ^

A1 exaltar la libeitad, el grito sagrado del Himno ar-


gentino, en la fiesta del centenario, al invocar a la Repu-
blica: ";Argentina, regi6n de la aurora!, no se olvidara
de la fiesta de las mieses y de su origen mistico, de la
espiga:

|Gloiifieado el instante
en que resuige Triptolemo!

El mito eleusino del Triptolemo le infundi6 virtud


creadora en los mejores anos; en Las dnforas de Epicuro
recomienda a su alma que salude "el rudo arado del
rudo Triptolemo"; si dice "salud el arado", fue porque
l o v i 6 con el arado en las figuras griegas; s e l o conside-
raba inventor de este instrumento. En la Salutaci6n del
optimista "se oye" el rumor de espigas que inici6 la la-
bor triptolemica". Por la espiga descubre Eleusis y la
misa. "Solamente las espigas comprenden" el modo con
que dice sus versos. Paiece ver siempre a Triptolemo, al
rudo Triptolemo"; si dite "saluda el arado", fue porque
recibi6 las espigas de Demeter, iniciador de la siembra
del trigo, en el misterio de la espiga (fig. 50j. Por eso
glorifica el instante en que reaparece en la Argentina.
Resurge de la tierra para dorar en la brisa luminosa la
amarilla extensi6n de trigales maduros.
Grande y generoso espiritu, sonaba ser Ovidio, Ho-
racio y Virgilio, al cantar la tierra amada, donde habia
forjado en dulces dias de juventud, con profundidad
pindarica o ligereza brillante, versos admirables y de
milagrosa beUeza, y se cree ver su tunica de aedo moja-
da por el agua amarga del mar, cuando dice a nuestra
patria:
Y que los pueblos extiafios
ooman el pan de tu haiina. -
|C6malo yo en postierosanos
de mi eaneia peiegrina,
sintiendo las biisas del Plata!

Parece que pasara por estos versos, de senciJlez anti-


gua, la inspiraci6n del Ciego de Andres Chenier.
Francisco Contreras en su libro Ruben Dario, dice que
el poeta debe "s61o vagos reflejos, en su Canto a la Ar-
gentina, a Gabriel D'Annunzio", afirmacion que es ver-
dadera.
- 334 -
t

LOS M O T I V O S D E L L O B O

Darfo h a Uamado, e n la oda e n elogio d e E s q u i u , m a r a -


villoso poeta a San Francisco. E n Los-motivos del lobo
a p a r e c e el t e m a del capitulo X X de las Florecillas. D a r i o
h a q u e i i d o d a r a esta poesia u n a expresi6n casi a r c a i c a ;
l a - f o r m a descriptiva a d q u i e r e indeciso r e l i e v e d e graba-
d o e h m a d e r a del siglo X V o X V I . T u v o , p o s i b l e m e n t e ,
a la vista alguna bella edici6n italiana .de las Florecillas;
h a gustado la gracia del idioma y h a pensado c o m u n i c a r
a l casteUano u n cierto dejo primitivo. Quiza h a y a leido
t a m b i e n traducciones castellanas, si n o la U a m a d a Flore-
to de San Francisco, SeviUa 1492, q u e esta e n l a Biblio-
teca Nacional de M a d r i d , cualquiera de las posteriores y
e n especial la de 1881, o el San FranciSco de Asis de
E m i l i a P a r d o Bazan, d o n d e esta t r a d u c i d a esta floreciUa.
E l p o e t a h a elegido el verso de doce sflabas del siglo X V
c o n terminaciones agudas que a l t e r n a n i r r e g u l a r m e n t e
c o n las graves; e m p l e a versos de u n solo h e m i s t i q u i o de
seis silabas, con t e r m i n a c i 6 n aguda o grave. Las t e r m i n a -
ciones agudas no son n o r m a e n los' mejores poetas q u e
<emplean en el siglo X V este verso de J u a n d e Mena.
A p a r e c e sobre todo en poetas q u e t r a t a n ^ t e m a s bihUcos
q u e seria casi imposible t r a t a r con r i m a s graves. Estas
r i m a s agudas d a n u n perfil. arcaico al dodecasilabo ru-
b e n d a r i a n o . Ya D o n Tomas de I r i a r t e en la fabula El
lobo y el pastor, e m p l e 6 sistematicamente el hemistiquio,
agudo a l final de verso, p a r a infundirle cierta arcaica
rusticidad:

El Pastoi responde: ' ' j Peiveiso animal!,


Ma,Idigate el cielo, m&ldigete, am4n....

Es rareza e n c o n t r a r en el Marques de Santillana, p o r


e j e m p l o , versos con los dos h e m i s t i q u i o s a g u d o s , , c o m o
este:

Dexad, pi*es, a mi, <jue a vos es fazer


del que joeo sabe maestro abujidante....

A b u n d a n e n P a b l o de Santa C r u z :

Veyendo el Senoi e6m'0 lo roat6


Pregur.t6 al Cain: jQue es de tu hermano Abel?
- 335 -

Con el dodecasflabo libre que alterna con hexasflabos,


eon alternadas combinaciones de rimas, el poeta va a re-
ferirnos el milagro del lobo de Gubbio. En el texto del
poeta aparece Gubbia, quiza por errata. La Pardo Bazan
escribe Gubio. Las ediciones de I Fioretti que conozco
traen Aghobbio. Dante Uama a Gubbio, Agobbio {Purg.
-XI, 80). Darfo parafrasea admirablemente el capftulo del
lobo. Emplea un vocabulario aparentemente arcaico. Lla-
ma al lobo "bestia temerosa", por temible, empleando
una acepci6n clasica de este vocablo. Temeroso ruido,
dice Cervantes. La expresi6n el "ojo fatal", puede ser
reminiscencia de Baudelaire {Le jeu) : 'ToeiI calin et
fatal". No fue Dario el primero en tratar un tema
franciscano en nuestra lengua, pero si, quiza el unico
poeta capaz de sentir la divina palabra del santo en el
mundo sobrenatural de su- maravillosa poesia. En junio
de 1911 apareci6 en la revista Mundial que dirigfa Ru-
ben Dario, el "poema tragico", Voces de gesta, de Ra-
m6n del Valle Inclan. En este poema hay ya algp de la
tecnica, del arcaismo intencionado, de Los motivos del
lobo. Comparense, por ejemplo, estos versos de Valle
Inclan:

[Lobos que yo vide sobre los alcores,


salidnie al oamino por me devoiai!,
con los de Ruben:
A m<* <Jefen<iei y a me alimentai,
como el oso h<aee, como el jabali.
Los motivos del lobo se publicaron en Mundial en di-
ciembre de 1913. Las voces de gesta aparecieron nueva-
mente en Madrid, en 1912, con un extraiio y bello pr6-
logo en verso de Ruben Dario. Fue este Ruben inno-
vador quien trajo a la lengua la gracia de lo arcaico;
esta poesia "muy siglo XV", sin abarcarla enteramente.
Los motivos del lobo, como casi todas las poesias de Ru-
ben, son una obra originalisima; pero para que el poeta
alcanzase esa original manifestaci6n lfrica fue necesario
que la vida y la obra de San Francisco, llegaran a un
intenso estado de irradiaci6n -poetica. Dario probable-
mente conocfa, desde hacia tiempo, el celebre libro, acer-
ca de los poetas franciscanos, de Federico Ozanam. El es-
tudio de Sabatier, Vie de Saint Francois d'Assise, apare-
- 336 -

ci6 en 1894. En esta epoca Ruben Uamaba al santo de


Asis "maraviIloso poeta". Cuando escribi6,Los motivos
del lobo, tomados de las FU>recillas, acababa de adquirir
fama europea el libro de Joergensen sobre San Francisco.
Dario admiraba con alma prerrafaelista a los primitivos
italianos. Al ocurrfrsele traer a la poesfa castellana una
jlorecilla de San Francisco vi6 al santo e n una atmosfera
iealzada o descubierta por la erudici6n y el arte moder-
nos. Conocfa tambien el casteUano medieval. Quiza el
estilo de las Voces de gesta aviv6 en el la valoraci6n este-
tica de lo arcaico y de lo campesino. Todas estas influen-
cias despertaron una nueva originalidad en el poeta, una
nueva manera de escribir; lo Uevaron a ponerse en el
coraz6n de una epoca pasada, a darle vida en un am-
biente de santidad y de milagro, sin hacerle olvidar por
eso su actual y amarga experiencia de la vida humana.
Habia leido innegablemente la copiosa y admirable lite-
ratura nioderna que trata de San Francisco. El poeta
fiances Ed. Haracourt, public6, en 1899, en el libro UEs-
poir du monde la poesia Le loup, parafrasis libre y me-
nos afortunada que la de Dario. E n este poema se enr
cuentra la descripci6n del bosque helado del lobo de Ru-
ben. El poeta, por boca del lobo, recrimina la ferocidad
de la caza. Si el lobo mata, el hombre tambien mata.

jLa sangie? Yo vi mas de un cazador


sobi* su eaballOj ll>evando el azor
al puno; o eouei" tias el jabali,
el oso o el cieivo; y a mas de uno vi
manciharse de sa^gre, lreiir, tortvuar
de las ionoas tiompas al soido elamor,
a los animialos de Nuestio Senor.
Y no eia poi hamibre que iban a cazai.
Fianciseo iespon<Je: —En el hombre existe
ar,iala lavaduia.
Cuando nae>e vi*ne cor. pecados. Es tji6te.
Mas el alma siiwple de la bestia es pura.

Darfo agirega a la dulce floreciUa del milagro de San


Francisco una gota amarga. Su lobo no se queda a v i v i r
en Gubbio, "sin hacer dario a nadie y sin que nadie se lo
haga". El hombre es mas malo que el lobo. La fiera
vuelve al bosque. Y ante el misterio del odio invencible,
San Francisco ora:

Padi>e nuestio que estas en los cielos


- ^ 337 -

E l pesimismo de R u b e n era ya incurable. La- rea-


l i d a d amarga lo llev6 a la negaci6n de la b o n d a d del
h o m b r e . El lobo t i e n e experiencia de cosas que F r a n -
cisco ignora, p o r eso le dice:

Vete a tu eonvento, heimano Franeisco,


sigue tu oamino y tu santidad.

LA V I C T O R I A D E SAMOTRAGIA

R u b e n Darfo improvis6 e n 1912, en el Consulado ar-


gentino de Barcelona, "estas dos bellisimas estrofas, an-
te u n a Victoria de Samotracia", segun afirma Osvaldo
Bazil. E l poeta imagin6 las m u M t u d e s del dia de triun-
fo desfilar a n t e el simulacro en Atena$. No se si Darip
conocia el pasaje de Diodoro de S i c U i a , q u e n a r r a la re-
ciente victoria naval de D e m e t r i o P o l i e r c e t e q u e la es-
cultura anuncia segun la o p i n i 6 n de la critica del siglo
.XIX. E l poeta h a sentido la emoci6n del triunfo, esa con-
m6"ci6n de m u l t i t u d ateniense q u e el evoca y e n p a r t e
se explica p o r Diodoro. D e n t r o de la vaguedad de la
p r i m e r a estrofa aparece la cultura hist6rica del poeta,
discutible p e r o verosfmiI. Los atenienses sintier6n, pro-
b a b l e m e n t e , el regocijo en " e l dia sacro". A u n q u e la
Victoria sea de Samotracia, como viene en la nave sobre
l a s o l a s y en el viento, es simulacro v i s i b l e e n t o d o el
m u n d o griego.
La segunda estrofa, de inspiraci6n grandiosa, resalta
p o r la simetria de las antitesis.

Esta egiegia figura no tiene ojos y mdia; I


no tiene boea y lanza eI mas supremo grito;
no tksix brazos y haoe vitaiai toda la liia
y las atas pent61ioas abaican lo infinitO-

Esa visi6n de infinito a n t e la Victoria q u e avanza, se


d e s p r e n d e de la escultura mism.a; asf R e n e e Vivien h a
c o m p a r a d o los fragmento's de Safo con la Victoire 'de
Samothrace ouvrantdans Vinfini ses ailes mutilees.
A s o m b r a q u e el juego de antitesis haga decir a Dario
l o q u e ya dijo P e t r a r c a en el soneto que e m p i e z a : Pace
non trovo:

Veggio eenza oeehi, e non ho lingua e grido.


- 338 -

"Veo sin ojos, y no tengo lengua y grito". Dario ad-


miraba al egregio poeta; al saludar a Italia, en Pere-
grinaciones, lo recuerda: "Aqui vuelan aun, ;oh Pe-
trarca!, las palomas de tus sonetos".
En Buenos Aires, el J2 de septiembre de 1893, dedica
"Al maestro Carlos Guido y Sp'ano" vm trozo de prosa,
fragmento parnasiano de la mejor ley, La Victoria de
Samotracia. Una Victoria de Samotracia para que la mi-
ie Guido. Debi6 agitar el viento luminoso la n o b l e m e -
lena del poeta argentino, digno de la mesa de Agat6n,
ante ese conmovido y flotante triunfo de marmol. Desde
entonces Ruben llev6 en sus ojos la Victoria. La vi6 en
el Louyre, de viaje para Buenos Aires. Sonaba a sus
oidos la prosa del "caballero Paul de Saint-Victor".
Lease el fragmento en Mapes, Obras ineditas de Ruben
Dari6. En su atinado juicio sobre Almafuerte, nos des-
cubre su nietodo de creaci6n: "meditar, poner la Idea
desnuda, a macerarse como Ester, seis meses en ungiien-
tos y perfumes", imagen que repite afios despues en su
Salutaci6n a Leonardo:
Seis meses maeeiaste tu Estei en. tus aiomas.
Asi pudo brotar de su mente, al golpe del hacha iris-
pirada, instantaneamente, la Victoria; no improvisaba,
creaba, daba vida a lo existente en el, en un instante,
en una hora, en un afio, ^que importa?.

POEMA DEL OTONO

El Poema del otoiio esta escrito con la >estrofa y el rit-


mo de Ibo de Las contem,pUtciones de V f c t o r H u g o . E l
asunto es diferente. En Ibo habla el poeta profetico; en
Poema del otoho el fil6sofo hed6nico. El tema estaresu-
inido en el carpe diem horaciano, en el famoso Collige:
Cojamios la flor del instante.
Nos Uama a gozar del instante porque manana no se-
remos:
Por eso hacia el florido monte
las almas var_',
y se exjlican Anacreonte
y Omar Kayam.
- 339--

Ya este Anacreonte no es e l Anacreonte luminoso de


Azul, es la otra mitad amarga de Anacreonte, la que se
confunde con Omar Kayam. Es el Anacreonte que dice
con G6ngora:

Goza, g-oza el color, la luz, el oio.


Mal te perdonaian a ti las hoias;
las hoias que limando estan. los &ia,s,
los dias que ioyendo estan 16s afioe.

Con esa experiencia que se repite en cada ser, eI poeta,


anacre6ntico y horaciano, advierte y aconseja:

El viejo tiemipo todo roe


y va deprisa;
sabed vehcerlo, Cintia, Cloe
y Oldalisa.
i/a peloma de Venus vuela
sobie la Esfinge,

En las representaciones de las ciencias ocultas, la pa-


loma esta sobre la cabeza de la esfinge idealizada (Pa-
pus, A.B.C. illustre d'ocultisme, p. 2 9 7 ) . Pero Dario
quiere expresar otra cosa.
Comparese este Poema del otoho con el cap. III de Las
virgenes de his rocas, de D'Annunzio.
"Eri el Poema del Otoho se lee — escriLe Valbuena
Prat — : "Vamos al reino de la muerte — por el camino
del amor", ideologia tipica schopenhaueriana". Y re-
cuerda la cita de Ruben en El canto errante: "He apar-
tado asimismo como quiere Schopenhauer, m i i n a i v i d u a -
lidad del resto del mundo".
A Z U L

EL REY BURGUfiS

"En El rey burgues, escribe Dario, creo reconocer la


influencia de Daudet. El simbolo es claro,y eUo se re-
sumeen la eterna protesta del artista contra el hombre
practico y seco, del sofiador contra la tirania de la riqueza
ignara". Este cuento es casi autobiografico. Tiene tambien
caracter de manifiesto literario. El poeta ha buscado "el
verso que esta en el astro en el fondo del cielo y el que
esta en la perla en lo profundo del Oceano". Esta antite-
sis le llega de Hugo, senala una nueva concepci6n de
la poesia. En la creaci6n del rey burgues, en el rasgo do-
minante de la descripci6n ir6nica, esta patente el acerr
camiento a El pdjaro verde de Juan Valera. El palacio
y el rey de El pdjaro verde crearon el ambiente del re-
lato de Dario. Dice Valera: "Tenia este Rey inmen-
sos tesoros y daba fiestas esplendidas. Pero ique dire-
mos de sus palacios y de lo que en sus palacios se en-
cerraba, cuya magnificencia excede a t o d a ponderaci6n?
AlU muebles riquisimos, tronos de oro y plata y vaji-
llas de porcelana, que era entonces menos. comun que
ahora; aUi enanos, gigantes, bufones y otros monstruos
para solaz y entretenimiento de S. - M.; allf cocineros
y reposteios profundos y eminentes..., y aUi no me-
nos profundos y eminentes fil6sofos, poetas y- juris-
consultos... que aguzaban y ejercitaban el ingenio
con charadas y logogrifos y cantaban las glorias de la
dinastia en colosales epopeyas". En El rey burgues: "El
"rey tenia un palacio soberbio donde habia acumulado ri-
quezas y objetos de arte maravilloso.'.., leones de mar-
mol, como los de los tronos salom6nicos..., quimeras de
bionce cqn las fauces abiertas y las colas enroscadas,
porcelanas de muchos siglos... Era muy aficionado a
las artes el soberano, y favorecfa con gran largueza a sus
- 342 -

musicos, a sus hacedores de ditirambos, pintores, eecuk


tores, boticarios, barberos y maestros de esgrima".
Lo que dice el poeta tiene valor de proclama, la os
magna es como de Hugo: "Canto el verbo del porvenir.
He tendido mis alas al huracan, he n a c i d o e n el tiempo
de la a u r o r a . . . " Es el anuncio de una nueva poesia,
de una epoca nueva. Se suceden las frases como bande-
ras de llamas, como gritos de profetas, como tumultos
de visiones.
El poeta encarna lo ideal; el rey burgues la medianfa
enriquecida y esteril. Dos personajes literarios estan vi-
sibles en el bando enemigo: M. Ohnet y M. Homais. No
se si Anatole France habfa publicado ya su famoso ar-
ticulo de La vida literaria en contra de Ohnet. "El arte
no esta en los frfos envoltorios de marmol, ni en los cua-
dros lamidos, dice el poeta, ni en el excelente seiior
Ohnet". Este odio romantico a lo academico, a lo no
inspirado, a la perfecci6n, digo mal, al atildamiento es-
colar, tiene fuerza inusitada de voz de iniciado que sale
del santuario a decir palabras de verdad: el arte no
pone "puntos en todas las ies". Dario ha cincelado, ha
pulido, ha amado su idioma, pero ha sido siempre ene-
migo de los "bellos libros sobre cuestiones gramaticales
o criticas hermosillescas". Comparte el odio a Hermo-
silla, quiza con un poco de injusticia. El rey burgues es
"alma sublime, amante de la lija y de la ortografia". Lo
que dice el poeta al rey burgues plantea innumerables
problemas, presenta el arte en oposici6n a las reglas in-
falibles, lo situa donde debe estar. "Entre un Apolo y
un ganso, preferid el Apolo, aunque el uno sea de tierra
cocida y el otro de marfil". Es un personaje quien ha-
bla y no siempre el mismo Darfo; estas opiniones ad-
quieren en este cuento, en el momento en que han sido
escritas, una energia viril y son una verdad parcial. El
sefior profesor de farmacia que pone puntos y comas a
la inspiraci6n del poeta es, innegablemente, M. Homais.
En esta epoca Dario leia a Flaubert. En las preciosas K-
neas de El rey burgues donde pinta a los cazadores que:
"inclinados sqbreel pescuezo de los caballos, hacian on-
dear los mantos purpuieos y llevaban las caras encndi-
das y las cabelleras al viento", hay como un recuerdo de
la leyenda de San Julidn el hospitalario y, fuera de duda
de un cuadro, de un grabado.
- 343 -

La frase antitetica: "el verso que esta en el astro en


el fondodel cielo, y el que esta en la perla en lo profun-
do del m a r " , s e enciende en Hugo. En Les rayons et les
ombres, el poeta frances dice:

Et l'idee...
du fond <ies eieux ariive etoite,
ou ieile du fond <3e la mer!

Me parece sorprender en El rey burgues una resonan-


cia de Luis Veuillot, de ese tono tumultuoso y encendido
de polemista, de esa fe inquebrantable y batalladora. "La
pagina trazada de un solo golpe, sin puntos, sin comas,
sin correcciones, sin ortografia^es la excelente", escribe
Veuillot.
La influencia de Daudet que Dario cree reconocer de-
be de estar en el arte, en la manera, en la descripci6n me-
nuda y en otros pormenores del estilo; estainfluencia
es la de los bellos cuentos de Le no&>eau Decameron. Dau-
det fue muy traducido al casteUano y por 1888 era ya
autor admirado en America. Pero hay todavia otras
influencias en este cuento de Azul, la de Gautier, sobre
todo; la de Ed. Goncourt; la descripci6n de los salones
del rey que ya esta en Juan Valera, recuerda el Avatar
de Gautier, La casa del artista de Goncourt, y en fin,
tantos libros que describen objet,os de' arte del Japon y
de China; Dario" "adoraba a Loti _y a Judith Gautier".
El rey burgues Ueva una introducci6n a la manera de
un cuento parisiense: ;Amigo!, el cielo esta opaco, el aire
frio, el dia triste. Un cuento alegre... asi como para
distraer las brumosas y grises melancolfas. Y en Le nou-
veau Decameron (t. 8 ) : I1 fait un temps b r u m e u x . . .
Cette grisaiUe celeste pousse a la melancolie.

EL SATIRO SORDO

El Sdtiro sordo es un cuento escrito a la manera de


Luciano, de las Historias verdaderas. La ironia, la gra-
cia, hasta el lirismo que se amplifica con el "vaste souf-
fle" de Hugo, son lucianescos. La versi6n de Luciano
hecha por Baraibar apareci6 en 1889. Dario conoci6
posiblemente, traducciones francesas. Suponiendo que
- 344 -

no haya leido entonces a Luciano, las semejanzas son cu-


riosas. Dice el insigne escritor antiguo: "Mientras can-
taba (el ruisenor), toda la selva, dirigida por los vien-
tos, hacia un acompanamiento de flautas" (II, 15). Y
Dario: "Mientras cantaba la a l o n d r a . . . u n v a s t o y do-
minante soplo lfrico se escapaba del bosque verde y fra-
gante". El poeta llama a El Sdiiro sordo: "cuento
griego"., En los comentarios agrega que se impone el
recuerdo de Hugo, del Hugo de El sdtiro. Este. recuerdo
esta en cierto ambiente de caprichosa mitologia, en la
manera opuestade tratar el personaje; quiza en ciertas
palabras, "gran bosque", "monte sagrado", en la risa
de los dioses en el Sdtiro de Hugo y en el de Dario. Da-
rio ha tomado esta risa de Hugo, haciendola torpe al
acercarla a la expresi6n vulgar, habla de "carcajadas
formidables que despues se llamaron homericas". Nada
tiene que ver estarisa con la verdadera risa homerica.
El tono volteriano disculpa al cuentista.
Lo que refiere, en El Sdtiro sordo, de Orfeo: -"No se
ahorc6, pero se cas6 con Euridice", es una innegable re-
miniscencia de Quevedo A la bajada de Orfeo a los in-
fiernos (Bibl. de Autores Espafioles, LXIX, 244, 479) :

El dios adusto, ofendido


por t a n extiafio iigor,
la pena que hall6 mayor
fue volverte a ser marido.

E1 Sdiiro sordo supone familiaridad con textos mito-


16gicos — la que puede tener un joven de veinte anos que
no es erudito de profesi6n ni helenista — y con repro-
ducciones de vasos y bajorrelieves. El canto de Orfeo se
parece mas al canto de Homero en El Ciego de Andres
Chenier que al del Satiro de Hugo. Los consejeros auli-
cos: la alondra y el asno, tan originales, estan lejos de la
intenci6n didactica de una fabula.
La alondra que canta: "Cuando viene el alba desnu-
da" (l'aube nue de A. Silvestre, Les chansons des heu-
res), tiene algo de la concepci6n de la alondra de She-
lley. Podria decirse que es la misma alondra. "El asn6
(aunque entonces no habia conversado con Kant) era
experto en filosofia, segun el decir comun". El asno de
Hugo, se imponia a su admiraci6n. El asno de este cuen-
to es el asno de las malas comparaciones. Dario hablara
- 345 -

del asno con erudici6n. "Moviendo sus mandibuIas,


no se habria imaginado que escribiesen en su loa Daniel
Heinsius, en latfn, Passerat, Buff6n y el gran Hugo, en
frances, Posada y Valderrama, en espanol". Heinsio es-
cribi6 en latin el elogio del asno, Laus Asini. Dario co-
noce algunas de estas noticias por liaberlas leido en el
eruditisimo libro El asno ilustrado (Madrid, 1837), y
en el Diccionario filos6fico de Voltaire que el autor de
El asno ilustrado cita continuamente. A1 citar autores
espanoles Dario olvida La Apologia del asno o sea El
Asno ilustrado. En la Apologia no estan Posada ni Val-
derrama. ^Quienes son estos;*uos escritores afortunados?
Quiza Valderrama sea chileno y Posada colombiano.
Muchas otras pequenas observaciones podrian mostrar-
nos que tambien El Sdtiro sordo es una enciclopedia en
miniatura; enciclopedia de mitologia y- de capricho pic-
t6rico e individual, de metrica antigua, de panteismo
moderno, de sugestiones tomadas de aqui-y de alla de
Hugo. Hay en el cuento una poderosa priginalidad, una
visi6n nueva de las cbsas y de los mitos. En estas pagi-
nas, que tienen algo de autobiografia — el poeta esta
ante el satiro sordo — hay una aspiraci6n a lo ideal, a la
belleza libre y sagrada. Dario da nombres griegos a los
dioses sin dejar de usar los latinos: Eros, Afrodita, De-
meter. Hace un registro de instrumentos de musica: el
arpa eolia, el caracol, la siringa, el barbitos, el timpano:
"el verso que acompana el barbitos en la oda. y el timpano
en el pean". De El Sdtiro sordo se desprende la impresi6n
de una lectura reciente de Anacreonte. El bdrbitos en
la oda se explicaria por Anacreonte que emplea esta pa-
labra con significaci6n de lira en la primera Oda. Ley6
Ruben las notas de Baraibar en la traducci6n de Ana-
creonte (1884). Alli se menciona y comerita el bdrbitos.
Dario insiste en Uamarnegra a l a tierra, dice: "caian
a la tierra negra", en El rey burgues; "sobre la tierra
negra", en El Sdtiro sordo. Baraibar come'nta esteepi-
teto de Anacreonte; escribe que "se debe, segun Fischer,
a la sencillez del habla antigua. La tierra negra es mas
fecunda y productiva". Es la negra tierra de Homero,
la nigra terra de Virgilio {Ge6rgicas, II, 203). Filome-
na la "paloma anacre6ntica", la alondra que "bebia ro-
cio en los retoiios", como la cigarra de Anacreonte, pue-
den ser sugestiones de las hotas de Baraibar. La afir-
- 346 -

maci6n de que el timpano acompafia al verso en el.pean,


se refie're al canto de alegria del coro baquico, muestra un
aspecto curioso en la elaboraci6n de los cuentos de Azul,
un innegable deseo de enriquecer el vocabulario y traer
datos peregrinos a la prosa.

LA NINFA

"En La Ninfa, — escribe Darfo —, los modelos son


los cuentos parisienses de Mendes, de Armand Silves-
tre, de Maizeroy, con el aditamento de que el medio,
el argumento, los detalles, el tono, son de la vida de
Paris, de la literatura de Paris". A todos estos cuentos
los enconti6 reunidos en los diez volumenes de Le nou-
veau Decameron, (Paris, 1883-1886). Podria citar mis
modelos franceses. El jardin de La Ninfa, hace recor-
dar el jardin de Isis de Villiers de FIsle-Adam: Les
grands arbres etaient bien touffus. Il y avait des statues
antiques. Y en Dario: "Los altos arboles de ramajes
tupidos, las estatuas en la penumbra". Pero estos son
detalles de los jardines suntuosos. La Ninfa es un capri-
cho ligero, parisiense; parece un cuento hablado, escrito
al correr de la pluma; sin embargo tiene erudici6n. El
asunto del cuento esta en las palabras de la endiablada
Lesbia: ";E1 poeta ha visto ninfas!" Esta prosa aerea,
que expresa con gracia la intenci6n, que se pliega al
asunto y se transforma, es simple como cronica de dia-
rio, sabia como lineas de los Goncourt en El Arte del si-
glo XVIII, en que cada palabra es observaci6ri fina y pe-
netrante. ^Que es La Ninfa, en lo decorativo-y descrip-
tivo, sino una galeria de cuadros? Ya en esta epoca
Dario iba "en busca de cuadros". De cuadr6s de la rea-
lidad, paisajes, vida elegante, jardines;" pinturas, esta-
tuas. Estaba por realizar una obra nueva. Le interesaba
el c o r t e d e una frase, la colocaci6n de un objetivo de
Flaubert o de Gautier. Un cristal, un vaso, un cuadro, un
telam6n, una estatua; un dato raro, un nombre antiguo,
eran objeto de una nota. Son los anos de aprendizaje.
Se odia a Hermosilla. Boileau queda en el aula, diria
Gutierrez Najera. El procedimiento era' frances y v i r -
giliano. Dario anota, combina, crea; no imita. Toma, lo
que le agrada, de la realidad, del libro, del cuadro, de la
- 347 -

revista. Es moderno "artista literario". Esta por reno-


var la lengua y crear una nueva literatura. Apuntemos
algunas indicaciones. Dice Dario: "Nos haUabamos
hasta seis amigos. Eramos todos artistas, quien mas,
quien menos; y aun habfa un sabio^ Presidia nuestra
Aspasia". <jNo era esta una "reunion chez Aspasie", de
Aspasia deMileto de Becq de Fouquieres? La actitud
de Lesbia con el terr6n de azucar entre las yemasson-
rosadas parece de Fragonard, de Greuze, de cualquier
pintor del siglo XVIII. En las deliciosas lineas: "Se veia
en los cristales de la niesa como una disoluci6n de pie-
dras preciosas", aparece una elegante naturaleza muer-
ta de quien sabe queChardin. La figura del sabio obesp
"futuro miembro del Instituto", es figura familiar en
la novela ligera. Dario la envuelve en una gracia sutil
que no llega a la ironia; el sabio nos sorprende con por-
tentosa erudici6n. ^Portentosa erudici6n en un cuento
raundano? Ni mas ni menos, podriamos decir con Lesbia.
Este sabio atildado, distinto del Rumphuis de Gautier,
no es profesor impertinente del sal6n de Madame Stael,
ni ha brotado de un libro de Carlyle. Es de la familia
del "Miembro del Instituto, el viejo sabio Jaquemier",
del cuento Tii de Banville, que habla con portentosa eru-
dici6n de egipt61ogo a su ahijada Aurelia. Defiende una
tesis que ha sostenido impensadamente en la conversa-
ci6n y lo hace bien. Viste y bebe bien. Es erudito y no
pedante. Aparece el recuerdo de Fremiet. "Alguien di-
jo: — Ah, si, Fremiet! - , con tono admirativo de
conversaci6n, donde las silabas acentuadas guardan el
contenido emocional de la frase. Dario describe dos pe-
rros de bronce de Fremiet. Quiza ha leido un estudio
ilustrado sobre el celebie escultor de animales que en
1888 estaba en el apogeo de su fama. Asi se explica que
haga recitar en griego, al sabio, el epigrama atribuido a
Anacreonte sobre la vaca de Mir6n. Muchas veces los
admiradores de Fremiet debieron citar este celebre epi-
grama que Dario ha traducido con elegancia de alguna
ouiiosa versi6n que ignoro. Como se sabe, este epigrama
esta en la Antologia y no figura, salvo en la versi6n cas-
tellana de Baraibar, en ninguna traducci6n de Anacreon-
te, segun creo. Llamara la atenci6n que Lesbia diga que
el centauro desenganado tocaria la flauta lleno de tris-
teza. En las bacanales de los bajo relieves hay centau-
- 348

ros flautistas. Pero lo curioso del cuento esta en la ex-


posicion del sabio:
—"Los satiros y los faunos,los hipocentauros y las si-
renas, han existido como las salamandras y el ave Fenix".
En la elegancia mundana y regocijada el sabio demostra-
ra, con citas de San Jei6nimo, de AU>ertp Magno, de En-
rico Zormano, de Vincencio, de Fileg6n Traliano, con
referencias a Alejandro, a San Antonio, al Emperador de
Antioqufa, la existencia de centauros, satiros y mons-
truos, "— Basta de sabiduria — dijo Lesbia. Y acab6
de beber menta".
^De d6nde ha sacado Darfo tantas raras citas? Lope
afirma en La Dorotea: "Draconeto Bonifacio vi6 tritones,
y Teodoro Gaza nereidas". El can6nigo Perez Necochea,
autor de las eruditfsimas notas de La apologia del asno
(Madrid, 1837), escribe: "Que extrano sera que baya
Onocentauros si tambien ha habido centauros y otra cla-
se de entes bien raios, como consta por los PP. S. Ger6-
nimo y S. Agustin que no me dejaran mentir. San Ger6-
nimo dice", etc. La autoridad de los escritos de estos
santos prueba la existencia de hipocentauros y otros
monstruos. Este es un lugar comun que abunda en los
libros de caracter mitol6gico del siglo XVII y XVIII,
en el Teatro de los dioses de Vitoria, en las anotaciones
de los Emblemas de Alciato. Pero Darfo ha tomado casi
literalmente un pasaje que se refiere a los monstruos,
con autoridades de escritores, de la Curiosa Filosofia del
P . Nieremberg; en esle libro estan las cita,s de AU>erto
Magno, Enrico Zormano y otros autores que hablan de
la existencia de satiros y monstruos. El nombre de Les-
bia no viene de Catulo sino de una novela de CatuUe
Mendes.

EL FARDO

Darfo escribe que en el cuento de Azul, titulado El


fardo, "triunfa la entonces en auge escuela naturalista.
Acababa de conocer — agrega — algunas obras de Zola
y e l reflejo fue inmediato; mas no correspondiendo tal
modo a mi temperamento ni a mi fantasia, no volvi a
incurrir en tales desvios". No era necesario Zola para
escribir El fardo, donde hay "su poquito de Coppee" —
si empleamos una frase de Dario que innegablemente
- 349 -

se refiere a este cuento —, bastaban o Coppee o el Hugo


de Les pauvres gens. La influencia de Zola es mas vigo-
rosa en Azul. El poeta leia _libros del escritor frances
en el momento de su aparici6n o en las casi simultaneas
traducciones espanolas. El naturalismo le infunde un
concepto genesico del mundo, por eso, casi con palabras
de Zola (tomo de este autor, el pasajecitado por Guyau,
L'Art..., p. 78, escribe en El rubi: "Porque tu, ;oh ma-
dre Tierra!, eres grande, fecunda, de seno inextinguible
y sacro; y de tu vientre moreno brota la savia de los
troncos robustos", el vientre fecundo de la madre tierra,
en la Canci6n del oro. Aunque el tono y l a materia, lle-
vados por Ruben a significaci6n mas honda, sean de
Zola, el poeta pudo tener tambien presente a Shakes-
peare, II, III, de Romeo y Julieta. La tierra adquiere por
esta circunstancia Ia jerarquia de demiurgo y se confun-
de con la naturaleza.
En la erudita edici6n que por encargo de la Univer-
sidad de Chile — noble homenaje — publicaron Julio
Saavedra Molina y Erwin K. Mapes, de Obras escogidas
de Ruben Darfo, 1939, de la epoca chilena, se reprodu-
cen las notas que Ruben puso en la edici6n de Azul de
Guatemala, 1890, notas que yo no conocia. A1 hablar de
El jardo, dice: "Este es un episodio verdadero, que me
fue narrado por un viejo lanckero en el mueUe fiscal de
Valparaiso, en mi tiempo del empleo en la Aduana de
aquel puerto. No he heclio "sino darle forma convenien-
te". Nota caracterfstica de la documentaci6n de la no-
vela experimental, y de la prosa de Ruben cuando no
trabaja en el laboratorio donde le inspira la ninfa Egeria.

EL VELO DE LA REINA MAB

El velo de la reina Mab es un^guento de hadas. "El


deslumbramiento Shakespeareano,aice Darfo, me p6sey6
y realice por primera vez el poema en:prosa". La des-
cripci6n del carro del hada es una variahte de la descrip-
ci6n que esta en Julieta y Romeo (acto R f ) . Pero Dario
ha modernizado el carro, lo pinta con el idioma de Gau-
tier: "La reina Mab, en su carro hecbo de una sola perla,
tirado por cuatro cole6pteros de petos dorados y alas de
pedreria, caminando sobre un rayo de s o l . . . " El poetico
- 350 -

humorismo de Shakespeare se ha transformado en suntuo-


sidad. Esta es el hada que trae "el velo de los suenos,
de los dulces suenos que hacen ver la vida de color de"
rosa". Esta es el hada de Shakespeare que hace sofiar a
cada uno el sueiio que muestra como real lo que se anhe-
la. "Mi imaginaci6n, dice Dario, encontr6, en El velo de
la reina Mab, asunto apropiado". De Perrault y de otros
autores tomarfa la maneia de relatar: "Por aqueltiem-
po, las hadas habfan repartido sus dones a los mortales.
A u n o s h a b i a n d a d o . . . " "La reina Mab se col6 p6r la
ventana de una bohardilla donde estaban cuatro hombres
flacos, barbudos e impertinentes, lamentandose como
unos desdichados". Estos cuatro hombres eran un escul-
tor, un pintor, un musico y u n p o e t a . En el Coloquio de
los perros, Cervantes, que ha visto la gran ilusi6n, la locu-
ra del arte, de lo que ayer llamabamos ideal, los fracasos
lamentables que en si mismo encuentran consuelo, el con-
suelo del que se cree no entendido, lo que Darfo ll'ama "el
diablillo de la vanidad que consuela en sus profundas de-
cepciones a los pobres artistas", Cervantes, presenta en el
hospital de Valladolid "cuatro quejosos": el poeta, el al-
quimista, el matematico y el arbitrista: "cuatro quejo-
sos", son los cuatro hombres flacos que "se quejaban"
en El velo de la reina Mab. Los cuatro quejosos de Cer-
vantes no han perdido la esperanza, viven en la reali-
dad de sus suenos, "y yo quede admirado, exclama el pe-
rro Berganza, de haberlos oido, y de ver que, por la ma-
yor parte, venian a morir en los hospitales". Los cuatro
breves discursos de los quejosos cervantinos aparecen'
transformados en los discursos del cuento de Azul/ Estos
expresan la excelencia de su ideal y lo lamentable de la
realidad; visten sus visiones de arte con la magnificen-
cia de lo sonado y entrevisto. A estos "hombres flacos,
barbudos e impertinentes", la reina Mab les ha dado la
esperanza. El amarillento manuscrito del poeta de este
cuento, es el mismo del poeta del Coloquio de los perros.
Pasan como un halito, por El velo de la reina Mab, las
Escenas de la vida de bohemia de Murger. En lo hondo
de este cuento apasionado esta Dario con su juventud y
sus desalientos.
Ruben en las notas de su edici6n de 1890 dice que
Shakespeare se refierea la reina Mab en Romeo y Ju-
lieta, acto I, escena VI. Cita "segun la excelente versi6n
- 351

de Menendez y Pelayo". Agrega: "Shelley escribi6 uno


de sus mejores poemas titulado La reina Mab".

LA CANCION DEL ORO

Este raro y suntuoso poema en prosa renueva, con in-


contenible sinceridad, el tema, casi siempreir6nico e in-
tencionado, del encomio o de la desestimaci6n del oro o
de sus poseedores. "El amor y el odio, el deseo y el des-
precio simultaneos, como advierte Valera, que el oro ins-
pira al poeta en la inopia", pugnan, con extrana vehe-
mencia, para expresarse, en antitetico conglomerado de
imagenes,' de alusiohes eruditas, de encontrados sentimien-
tos, de verdad y de ironfa, de admiraci6n y de despecho.
La canci6n del oro es inventario de todas las riquezas,
puesto apasionadamente en boca de un mendigo que ve
la "visi6ndel harapo y de la llaga, de todos los que viven,
;Dios mio! en perpetua noche, tanteando la sombra",
juntamente con la deseada del placer y del fausto. La voz
de Dario resuena aqui, con la experiencia de su vida, en el
6rgaho de La chanson des gueux de Richepin, de la lite-
ratura social del naturalismo, de los ultimos poemas de
Hugo. En el mendigo esta el poeta. El oro Se impone por
su poder y su belleza realzada por el arte. El sarcasmo
del hambriento, al decir "Cantemos al oro", tiene algo de
biblico (Exodo, XV, I ) , como en Herrera "Cantemos al
Senor". La canci6n "es #>r el gusto, segun Valera, de la
letania que Baudelaire compuso a'l demonio". Edmundo
Goncourt, aJ enUmerar, en La maison d'un artiste (1881),
las ediciones principes de obras de Balzac que posefa,
transcribe el comienzo de la introducci6n del Code des
gens honnetes: "El dinero,en estos tiempos, da el placer,
la consideraci6n, los amigos, el talento, el espiritu mis-
mo; este duIce metal.. .". Sin detenernos en el elogio
del oro en Luciano y en otros autores clasicos, en Queve-
do, no es dificil encontrar una fuente inmediata en la
concisa enciclopedia que el Arcipreste d e H i t a intitula,
De Uj, propiedat que el dinero ha. En el tiempo de Ia
elaboraci6n de Azul, Eduardo de la Barra,su primer pro-
loguista, se dedicaba con increible buena fe a restaurar
textos de la Edad Media espanola, y entre esos el del
Arcipreste. Ruben, tan curioso, hall6 uiia de las innume-
- 352 -

rables fuentes del Arcipreste en la Sdtira del dinero


que trae Amador de los Rios en su Historia de la Litera-
tura espanola, t. I I , 3 5 5 ; y quiza en la Patrologiade
Migne."
Don Juan Valera, sabio y penetrante, advierte que
la Canci6n del oro es una letania, quiza por la repetici6n
constante de "cantemos el oro". Esta repetici6n medie-
val, que se encuentra sin insistencia desmedida, en Poe,
por ejemplo, para expresarme con Lecoy, produce un
efecto poderoso en la Sdtira del dinero. Cada hexametro
empieza con Nummus, esa insistencia fue vista por Darfo.
Y al llegar al liturgico: Vidi cantantem nummum, el
efecto fue irresistible: "Cantemos el oro, sonante como
un coro de timpanos". Observemos nuevamente en Ru-
ben, la intuici6n que lo lleva a apoderarse de una forma
de arte que se ha elaborado con tecnica sabia; su can-
ci6n del oro, modernisima y suntuosa, recoge en el idio-
ma, una insistencia simetrica que el Arcipreste hadesde-
iiado, en el rfo fluyente del Ensiemplo; el Arcipreste se
desataba de esa insistencia didactica para alcanzar origi-
nalidad; siglos despues, la originalidad se consigue acep-
tandola nuevamente. No olvidemos el Hymne de VOr de
Ronsard dedicado al gran Jean Dorat, cuyas fuentes se
encuentran en el Florilegio de Estobeo (Chamard, His-
toire de la Pleiade, II, 192). Hay en Ruben un deslum-
bramiento ronsardiano.
Dario lleva a este tema, que extrajo de la vida, de la
poesia de la Edad Media y de la literatura clasica, copio-
sa riqueza,documental. Presenta el oro en todos sus em-
pleos, desde los comienzos de su aparici6n. E n H o m e r o :
"en las corazas de los heVoes homeiicos", se refiere al
escudo de A q u i l e s ; " en la sandalia de las diosas",a la
Odisea, "Hera, la de aureas sandalias". Probablemente, el
poeta consult6 la Historia natural de Plinio de la colec-
ci6n Fermin-Didot (trad. de Littre, 1877,1883). Plinio-
diserta acerca de los males que produce el oro (cap.
XXXIII) y trae parte de los datos aprovechados por
Dario, quien fue quiza a Plinio en busca de piedras pre-
ciosas y alhajas de oro. Otra riqufsima mina es el Diccio-
nario de Daremberg y Saglio (tomo, 1877, art, aurifex,
aurum, etc.). "El oro de la copa del festin dionisiaco", se
explicarfa por ser de oro los vasos de la pompa baquica
de Ptolomeo Filadelfo (Daremberg y Saglid, art. aurifex)
- 353 -

El oro "en el alfiler que hiere el seno de la esclava", esta


tambien en esta obra, art. acus: "el alfiler de oro"; "las
damas romanas castigaban a menudo las mas leves fal-
tas de las esclavas ocupadas en su tocado; tomaban sus
agujas p a r a h e r i r l a s en los brazos o en el seno". Casi
todo el repertorio erudito de La canci6n del oro se en-
cuentra en este tomo del Diccionario de Daremberg y
Saglio. Quiza alli vi6 lucir el oro "en los coturnos tragi-
cos". En Salammb6, Flaubert menciona coturnos de bron-
ce. Pellicer, en las Lecciones solemnes, al comentar "co-
turno dorado" de la Fdbula de Polifemo y GaUitea de
G6ngora, dice: "Fue delicia de los antiguos labrar con
oro y plata los coturnos y calzados".
Cuando el mendigo exclama: "Unamonos a los felices,
a los poderosos, a los banqueros, a los semidioses de la
tierra", parece recordar "La priere de l'Athee" 'de Las
BlasfemaW de Richepin: "Je ferai ma partie dans la
choeur des heureux".
En este amargo deslumbramiento ante la riqueza y el
lujo envidiables, aparece tambien la sugesti6n del Hug6
viejo de El Papa:

Venez a moi vcras t0u3 qui tiemiblez, qui souffrez,


qui ialez, qui iampez, qui saignez, qui pleuiez,
les damnes, les vaineus, ks gueux, les incurables,
venez, venez, venez, ven^z, 6 mis6rables!

";Eh, miserables, beodos, pobres de solemnidad", etc.,


toda esta larga enumeraci6n de gente perdida y deshere-
dada, que parece de Richepin, viene de Hugo. En la
construcci6n de algun periodo se descubre el estilo de
Flaubert. Cuando Dario escribi6 La canci6n del oro, ha-
bia leido y estudiado ya La tentaci6n de San Antonio:
"Levantada, por Moises, rota por Ezequias, restablecida
por el Mesias". Dario construye: "Arrojado por Anto-
nio, vilipendiado'por Macario, humillado por Hilari6n,
maldecido por Pablo el Ermitafio". (Esto es lo que el
llama la aplicaci6n al castellano de ciertos modos sintacti-
cos franceses). Los riombres de eremitas son los d e L o
tentaci6n de San Antonio: Antonio, Macario, Hilari6n,
Pablo el Ermitafio (l'Ermite Paul). San Antonio dice en
La Tentaci6n: "La, j'avais p6ur compagnie desscor-
p i o n s . . . , des aigles qui tournoyaient sur le ciel bleu".
Dario poetiza: "Pablo tenia poramigos, las estrellasde
- 354 -

la noche, lospajaros del alba", etc. Cuando escribe que


el oro es "carne de idolo", "dios becerro", piensa en el
becerro de oro de la Biblia {Exodo, 32, 4, 8, 19, y particu-
larmente en el libro de Oseas (8, 4, 5) : "De su plata y
de su oro hicieron fdolos. Tu becerro, oh,Samaria".
En la bella descripci6n del interior de "los vastos edi-
ficios" de La canci6n del oro, nos hace pensar en la des-
cripci6n de un interior deLes rayo&s et les ombres (II) :
Aj:eieevait au loin des armoires de Boule,
des vases du Japcm, des la<rues, des emaux,
et des ehandeliers d'oi aux immetses rameaux..
XJn salon iouge oin6 dee glaces de Veni'se,
plein de ces bionzes giecs que l'esprit divinise,...
Y Dario: "Y allaen los grandes salones, debfa de estar
el tapiz purpurado y lleno de oro, la blanca estatua, el
bronce c h i n o . . . "
La laboriosa documentaci6n en nada hace perder su
espdntaneidad a este intenso poema. Dario creia que Pe-
ladan lo habia imitado en El cdntico del oro de La Pan-
the. Traduzco el parrafo de Peladan que mas se le pare-
ce: ";Simbolo de lo perfecto, sintesis de las ciencias, oh
nietal absoluto, concreci6n del sol, densidad de la luz, oro
glorioso, oro todopoderoso, oro Dios!". Dario dice: "Dios
becerro, tuetano de roca misterioso y callado eh su entra-
fia, y bullicioso cuando brota a pleno s o l y a toda vida,
sonante como un coro de timpanos; feto de astros, resi-
duo de luz, encarnaci6n del eter". El oro "residuo de
luz, encarnaci6n del eter", es el oro mitico, vist6 por los
alquimistas, porque segun la tradici6n de la alquimia
babil6nica "el sol produce el oro". Peladan se refierea
la misma idea cuando le Uama: "concreci6n del sol".
"A1 fin, escribe Lope de Vega en la Dor6tea, I, IV, es
lnjo del sol, retrato de su esplendor, y vivifica natura-
leza".

EL RUBI.

El asunto de El rubi ha nacido, posiblemente, de la


lectura de una revista. En 1886, cumpli6 cien aiios el
celebre quimico Chevreul (1786-1889);Dario l e U a m a
centenario; el "centenario "Chevreul - cuasi Altho-
.ta's - " . Fremy (1814-1894) tenia, en 1888, setenta y c u a -
- 355 -

tro anos. Este amigo de Chevreul, "el quimico Fremy


acababa de descubrir la manera de hacer rubies yzafi-
ros". En 1877, Fremy, c o n l a colaboraci6n de Feil, logr6
fabricar rubies y zafiros artificiales. Dario da la formula
exacta de la fabricaci6n: "Fusi6n por veintedias de vma
mezcla de sflice y de aluminato de plomo; coloraci6n con
bicromato de potasa (para el rubi) o con 6xidode cobal-
to (para el zafiro)". La revista donde figuraba la noticia,
debi6 traer la biografia de Fremy y referencias a Che-
vreul, o aIgun artfculo sobre Chevreul, ahf estaba el pro-
cedimiento quimico y quien sabe que otros comentarios.
Elgnomo se indignaal saber la noticia; examinael rubi
artificial, "obra de hombre, o de sabio, que es peor". Di-
ce muy bien D. Juan Valera que en El rubi de Dario:
"Las fuerzas vivas y creadoias de la Naturaleza, la in-
fatigable inexhausta fecundidad de la alma tierra, es-
tan simbolizadas en aquellos activos y ppderosos ena-
nillos que se burlan del sabio y demuestran la falsedad
de su obra". Estos gnomos son los mismos que des-
cribe John Ruskin (1819-1900) en Elica del barro
(1866). Dario no ha podido conocer traducciones fran-
cesas o castellanas de Ruskin, en esos anos, porque en-
tonces no existiari, a pesar de ser ya entonces autor tan
famoso. Ruskin, Etica del barro, conferencia VIII. Si
Dario no ley6 a Ruskin conoci6 innegablemente otras
fuentes del mito de la'creaci6n de los cristales. La expre-
si6n "cuasi Althotas" esta llena de intenci6n y de inte-
ligencia. Althotas es el viejo alquimista de la novela de
Alejandro Dumas, Joseph Balsamo que pertenece a la
serie de Memoires d'un medecin.
El sueno de una noche de verano de Shakespeare,
'le ha dado el peisonaje, el gnomo Puck, la alusi6n a
Titania. Este cuento de iara erudici6n, escrito con.el
Tocabulario de piedras preciosas de -Gautier, esta impreg-
nado del Victor Hugo pantefsta de La leyendade los si-
glos (Le sacre de la jemme) y hasta hace recordar Las
Contemplaciones: Lesfemmes tout amour: ;Y tu, mujerJ
eres espiritu y carne, toda amor!
Ruben en sus notas a la edicion de Azul, de 1890, se-
nala la procedencia del gnomo Puck, "duende, demo-
nio o elemental, como dicen los te6sofos", escribe. Trae
el "pasaje del Sueno de una noche de verano de Shakes-
- 356 -
4 _

peare traducido por su amigo el peruano Jose Arnaldo


Marquez.

EL PALACIO DEL SOL

La idea principal, no el asunto, de El palaciodel sol


esta tomada de Catulle Mendes, Le jardin des jeunes dmes
de la colecci6n Le nouveau Decameron, t. 10. Dario, cons-
lruy6 con esta idea una narraci6n descriptiva distinta del
cuento de Mendes. En el jardin del cielo: la joven ve
los prados de esmeralda "ou l'on valse avec d'elegants
jeunes hommes"; y la de Dario, en el palacio del sol,
"vi6 un torbellino-de parejas arrebatadas por las ondas
invisibles y dominantes de un vals". En El palacio del
sol, dice el poeta, le llam6 la atenci6n el empleo del leit-
motiv. El suntuoso y deslumbrante vocabulario de "esta
fantasia primaveral", es de Gautier, al cual debe mas de
una sugesti6n en estas paginas. Le jardin des jeunes dmes
fue publicado tambien en el tomo de Catulle Mendes,
Les trois chansons. Paris 1886. Dario debi6 conocer esta
obra porque emplea el leit-motiv que CatuUe Mendes usa
en los Petits poemes en prose que se encuentran en el
mismo tomo a continuaci6n de este cuento y en otros
poemas en prosa del libro. La influencia de la tercera
parte de Les trois chansons, titulada la Chanson qui reve
hizo que Dario crease en castellano "por primera vez el
poema en prosa".

EL PAJARO AZUL

En Azul hay cuentos trabajados, labor genial de tara-


cea, de mosaista; estos cuentos son: El rey burgues, El
sdtiro sordo, La ninfa, El velo de la reina Mab, La can-
cion del oro y El rubi. A esas paginas ha llevado Dario
todo lo que ha podido encontrar de raro y de precioso.
Los demas son ligeros; escritos sin preocupaci6n erudita.
El pdjaro azul, es innegablemente un eco de Murger.
Garcin, poeta bohemio, creia tener un pajaro azul en el
cerebro. Ya este pajaro de Mil y una noches se habia
convertido en simbolo de la humana quimera. Al suici-
darse dej6 escritas estas palabras: "Hoy, en plena pri-
- . 357 -

mavera, dejo abierta la puerta de la jaula al pobre pa-


jaro azuPV Hay aqui una innegable sugesti6n de Avatdr
(Cap. XII) de Gautier, libro que tanto ha influido en
Azul: "He abierto la puerta de la jaula y el pajaro ha
volado fuera de las esferas del mundo".
El cuento da sabor de epoca al tema de El licenciado
Vidriera de Cervantes. Viene del mismo raro laboratorio
que descubre el Padre Nieremberg en su Curiosa Fi-
losofia.
Conviene, a l h a c e r el estudiodefinitivo de Azul,leer
minuciosamente los diez volumenes de Le houveau Z)e-
cameron, obra en la que encontr6 Darfo el "cuento pa-
risiense", es decir, narraciones, cuentos y dialogos de
los mas celebres y elegantes novelistas, poetas y escrito-
res franceses de esa epoca. Esta antologia que consta de
cien cuentos que parecen brotar espontaneamente como
una consecuencia de mundanas y poeticas conversacio-
nes de damas y caballeros, mostr6 al joven poeta la vi-
sion y el ambiente de Paris, la suntuosidad, la gracia li-
gera y muchos otros aspectos del "moderno estilo".

AGUAFUERTE

En los ensayos pict6ricos de transposici6n de arte, que


titul6 En busca de cuadros, de Azuli nos ofrece una
meditada exposici6n de pintura, un multiple conglome-
iado. Detengamonos en esta Aguafuerte. Una herre-
ria. Paredes negras de hoUin. Los herreros. El trabajo
de la fragua. Nada reposa. El poeta vi6 la herrerfa, los
matices del negro llegan al color en la incandescencia.
Resaltan las tallas de ciclopes en el fondo. "A la entrada
de la forja una muchacha blanca coniia uvas". "Sus
hombros delicados y tersos que estaban desnudos, hacian
resaltar su bello color de lis, con un casi imperceptible
tono dorado". Esa muchacha probablemente es Venus.
Esta en la herrerfa de su marido Vulcano.Ladelicada
pintura nos delata, a pesar de la blancura prerrafaelista,
el pincel de Venecia. El joven autor de Azul debi6
sonreir enigmaticamente. El, aunque no lo diga, pens6
en Venus. El inspirador fue Leandro da Pohte di Bassa-
no. Cuando Ruben se detuvo en la puerta de la herre-
rfa para pintarla, el artista de Venecia, con sus dos cua-
- 358 -

dros de la fragua de Vulcano, le sugiri6 la figura de


Vehus en la lobreguez del hollfn y el resplandor de car-
bones y hierros encendidos. Ya el Renacimiento liabia
caido en la parodia de lo divino, de dioses y de heroes."
Abrase el Catalogo descriptivo del Museo del Prado,
Madrid 1872, de don Pedro de Madrazo, donde se des-
criben pinturas de Bassano (1558-1623) y se y e r a l o que
Ruben debe, en su Busca de cuadros, junto a la in-
fluencia francesa, a estas transposiciones de arte, que el
critico espanol realiza con sabia tecnica y con tanta ri-
queza de idioma en vestidos, telas, utensilios, decoracio-
nes y otros detalles de pintura renacentista. Ruben vera
despues muchas veces a la diosa, pero np sera esta Venus"
satirizada ya en el palacio de Alcinoo, sino la verdadera,
la de los escultores aticos, Anadiomena, la nacida de las
ondas, la grandiosa de Lucrecio, la Afrodita de la que
participa toda hermosura:
Bajo tus jies desiiudos aun hay blancoide espuma.

MEDALLONES

En Azul aparece, segun el poeta, lo que el llama con


acierto, "el escogimiento verbal de Heredia", y especial-
mente en Medallones, escritos quiza en 1892. El soneto
J. J. Palma, donde tambien hay lexico de Gautier, tiene
semejanzas con los sonetos Sur le Pont-Vietix y Le Vieil
orfevre del maestro frances. Escribe Ruben:
' %
Ya comio Benvenuto, del '0i o de una oopa....
Esta admiraci6n por Cellini, que en Heredia, "sans rien
voir, ciselait", sera duradera en Dario. La Vida de Ben-
venuto Cellini fue uno de sus libr6s predilectos.
En esta epoca ley6 tambien, como el lo advierte, en la
liistoria de sus libros, los Lieds de France, 1892, de Catu-
lle Mendes que piiginaron el poemita El pais del sol,
donde hay tambien, segun dice, "como un eco de Gaspard
de la Nuit".
t

,A UNA ESTRELLA

En el precioso poema en prosa A una estrella, escri-


- 359 -

to en 1891,poema de finos y a veces raros aspectos mito-


16gicos queaparecen e n u n a palabra o en una linea,
escribe: "el cftiso que alegra la egloga". Es el cftiso de
las Eglogas de Virgilio, de la traducci6n de Hidalgo. Las
notas de Hidalgo tambien contribuyeron al vocabulario
de Darfo. Los traductores espanoles de autores clasicos
fueron precursores del poeta; le dieron parte del lexico
llamado "decadente". En la li'rica y ansiosa melancolia
de este poema parece flotar, en moderno estilo, el pasa-
je de Osian, en que segun su confesi6n se inspira Musset
en su cuento Federico y Berneretta: "Palida estrella de
la tarde, mensajera l e j a n a " . . . Lo mas intimo y adora-
ble del alma de Ruben pasa por estas lineas estremecidas
por la sed de una aspiraci6n de lo imposible.
Este delicioso poema pudo nacer tambien del Idilio
VII de Bi6n, de la versi6n de Montes de Oca: "jOh her-
moso Vespero!" En el tomo de los Buc61icos griegosen-
contr6 en Teocrito (V, 128, X, 30), el citiso: "Verde cfti-
so pace mi manada", traduce Montes de Oca. El soneto
Venus, de Azul, pudo llevar tambien esta inspiraci6n de
Bi6n; Ruben fue el poeta de Vespero, del "diamante su-
premo", como le llama. Y lo vip tambien, "matutino lu-
cero", Lucifer, "en el celeste abismo".

A UN POETA

Cuando Dario escribi6 A un poeta imit6 a Diaz Mi-


r6n, segun nos advierte, pero tambien reflejaba la im-
*presi6n de la lectura de las poesias de Paul Deroulede,
especialmente de los Refrains militaires (1888).
Et mes veis maiteles <50ma11e des fers de lanee,
exclama el patriota frances,y Darfo:
Que e6criba veisos que paiezcan lar.zas..
Ya el genesis de la estrofa viril y combativa se en-
cuentra en el cuento El rej burgues, donde 'el poeta dice
que ha roto "el arpa adulona de las cuerdas debiles", y
piensa e n e l poema "de estrpfas de acero". Nuiiez de
Arce habia publicado sus Gritos del combate; Andrade
- 3 6 0 -

sus grandes odas; vibiaba aun la voz de Quintana,que-


daba viva la batalla de Hugo; Deroulede daba a Francia
su alerta.
Parece_tambien qne esta poesia fuera una respuesta a
las palabras del Marques de Molins ( 1 8 8 1 ) : a h o r a "el
poeta huella alfombrados salones, y penetra en perfu-
mados gabinetes"... Darfo escribe:
*
No *6 tal poeta para hoUar alfombras
por donde triunfan femeniles danzas.

EL CLAVICORDIO DE LA ABUELA

El clavicordio de la abuela apareci6 en el Poema del


otono y otros poemas, Madrid, 1910. Fue escrito, segun
la nota prologal del "Ateneo", en 1892; "debi6 figurar
en Prosas profanas. Sin embargo, ni se incluy6 entonces,
ni se ha incluido Iuego en colecci6n alguna". La selec-
ci6n de Prosas profanas, segun me dijo un intimc> com-
pailero de Dario en Buenos Aiies, el poeta Leopoldo
Dfaz, fue rigurosa. El clavicordio tiene una encantadora
frescura de juventud y de gracia ligera.El fondo es pesi-
niista. Pertenece a los anos en que Ruben vivi6 en las
esferas antiteticas de Campoamor; la de la poesia Lo que
hace el tiempo, dedicada a Blanca R o s a , p o r ejemplo.
Difieren, "^Quieres ir hacia lo eterno?" pregunta Cam-
poamor a Blanca Rosa: "—Ve hacia Dios". Ruben acon-
seja el Carpe diem, el Collige, virgo, rosas, de Horacio y
Ausonio. En bella copa de Francia, en los versos de Ban-
viUe: "Cueillon& les roses"; la sabiduria esta en amar la
primavera divina. Y asi se renueva el viejo Bernardo
Tasso en el soneto que encant6 a Garcilaso y a G6ngora:
Mentre quel'aureo crin...
Diaz Plaja, en su fino libro Ruben Dario, encuentra.
cierto paralelismo entre una estrofa de El clavicordio de
la abuela y un pasaje del cuento de Musset La m,ouche
(El lunar). Nada mas probable. "Qu'ils sont hereux ce
Rameau, ce Lulli. ";Notas de Lulli y de R a m e a u ! " . E l
clavicordio, los dedos deliciosos.
Podria agregarse un no se que de Lucia, poesfa que
di6 el tono elegiaco a los precursores de Ruben en Ame-
rica, a Zenea, a Gutierrez Najera. Fue el tiempo de Mus-
- 361 -

set, de los cuentos de Musset, a quien amaba el Diique


Job:
Y en sus g6ndolas auieas 6alian
deslumbrantes los Cuentos de Italia.

"Un cuento dieciochesco, dice Dfaz Plaja. EscucHad:


un clavicordio, una pavana, versos de Ronsard, musicas
de Lulli y de Rameau. Mirad: viejos tapices sonrientes,
con amorcillos y pastoras, un c a s t i l l o " . . .
Mucha importancia tiene en la metiica. de Ruben este
e n s a y o d e verso eneasilabo. Esta sextina de verso menor:

El cielo tiene sobie el traje:


si hay una nube es un eneaje,
esputna, bruma, suave tul;
eomo- ella es blanca y somosada,
y de oio puio coionada
]qu6 bien le eienta el traje azuI!
Que resulta, leida un tanto a la espaiiola, la acentua-
ci6n, por ejemplo, de Victor Hugo:
Non, l'avenir r.'est a personne...
A ehaque fois que l'heure so.nne,
Tout ici-bas nous dit adieu.

RIMAS

En Rimas (1887) inspiradas en Becquer, y quiza algu-


na en Manuel Acufia, se advierte en la primera poesia, la
lectura de Gautier. Basta citar de La novela de una mo-
mia algunas palabras: "engarzar en mi estilo, como en tin
m6saico, las piedras preciosas", "collar de finos esmaltes
unidos pof trozos de oro", "un hilo de oro preciosamente
labrado", etc. La influencia de Gautier empieza en Da-
rio en 1887 y termina en 1893, cuando el poeta descubre
definitivamente a Verlaine, el simbolismo y.el prerrafae-
lismo. En Azul. ya el poeta se alej6 de Becquef. No esta
de mas advertir que ese "himno gigante y extraiio",
que quiso decir el fino lirico espanol, traia a la poesia
castellana no solamente una iesonancia alemana, sino
tambien la de P o e y la de Shakespeare; la estrofa que
empieza:

No doimia, vagaba en ese limbo


en que eambian de formas los objetos,
- 362 -

pudo ser sugerida por una traducci6n d e l o s cuent6s de


Poe, y di6 acogida al misterio interior en la poesia espa>
nola.
El joven Ruben en sus Rimas, n o p o d i a identificarse
cpn la melodia romantica de Becquer; e l p o e t a espanol
no sera nunca superado en el halito que enyuelve sus
versos; si Becquer da paso por su alma a fntimas remi-
hiscencias, esas resonancias pueblan el universo de su
lirismo individual, viven con las visiones que hablaron
a su oido. Por eso Ruben nos dice:

iQuien pudieia al influjo sagiado


do un soplo eeleste ..
como " u n hiirmo gigante y extrano"
aiiancai a la liia de Becquer!
Ruben vive en el mundo de Gautier penetrado por el
anheloromantico de lo indecible. S u s r i m a s son a v e c e s
de un lirismo inolvidable, aquellas: "AUa en la playa
qued6 la nina"; "Hay un verde laurel"; "Yo quisiera
cincelarte"; "Tenia una cifra"; muestran un encanto y
una musica que las incorporan definitivamente al tesoro.
poetico de Dario. En alguna, por ejemplo, donde el asun-
lo es becqueriano: "El a v e a z u l del sueik> — sobre m i
frente pasa", se advierte a Z e n e a , pero c6mo lo mejora;
dice el cubano:

Me anuneiar. ;ay! el crepusculo


de unailusi6n adoiabte,
la noehe en mi pensamiento
y en mi eoiaz6n la taide.
En rosado esmalte, Ruben expresa su estado de ahna,
su dicha:
El ave azul del sueno
sobie mi fiente pasa:
tengo en mi eoraz6n Ia primaveva
y en mi eerebio el alba.
V A R I A

LA PINTURA EN LA POESiA DE RUBfiN DARfO

Dario, desde Azul, se inspir6 constantemente en la pin-


tura. Leia las revistas de aite, Uart, probablemente Stu-
dio, la gran revista inglesa que cita en Espana contempo-
rdnea y quec6n6ceria desde los tiempos de Prosaspro-
janas; vi6 las reproducciones de arte de La Plume, de la
Revue Encyclopedique y de muchas otras. Estudi6 la
pintura en las colecciones especiales, en los volumenes de-
dicados a los pintores de todas las epocas; am6 el arte de
los primitivos italianos; comparti6 el gusto artistico de
los prerrafaelistas y simbolistas; conoci6 e imit6 en verso
las ilustraciones de las mitologias y la pintura mitol6gica;
en todossus libros de cr6nicas se advierte un minucioso
conocimiento de la pintura moderna. Hacetransposicio-
nes de arte de primitivos italianos, de pintores del siglo
XVIII, trata de traer a la palabra el espixitu de ciertos
artistas. En -1888 siente admiraci6n por los retratos de
Jeshua Reynolds;Leonardo ejerce en su espfritu una
atracci6n fascinante. Vive en la irradiaci6n de las prefe-
rencias artisticas de sus contemporaneos, de Mallarme.
Emilio Berisso, en la nota que dedica a Ruben en Noso-
tro$, 1916, habla de las investigaciones hist6ricas del poe-
ta, autor de El hombre de oro. "Pero el paciente erudito
en nada danaba al offebre mas paciente todavia", agre-
ga con claro sentido de la obra del poeta, a la que Luis
Berisso Uama titanica por ese don de busqueda, incan-
sable, por esa penetraci6n de todas las literaturas y las
artes.
Dice Emilio que Dario, "para hacer el retrato de sus
personajes, en El hombre de oro, aplicaba el sistema psi-
col6gico de Whistler, de manera que en los rasgos expre-
6ivosdesus semblantes manifestaban sus vicios ocultos y
sus pask>nes secretas". En el estudio de las fuentes de
- 364 -

cada una de Ias poesfas vimos la influencia de tan Si-<


ve*sos pintores en su obra. Quienes iniciaron a Dario en
el secreto de la descripci6n de pinturas fueron Gairtier
y los Goncourt y quiza el poeta Blemont. En los cuadros
Darfo encontraba el mundo visto por los grandes pinto-
res; asi podia mirar con ojos de artista y dar un colorido
nuevo a la palabra; ademas, la pintura le ofrecfa resuel-
tos muchos problemas, y estas transposiciones de arte da-
ban n o s e que de extrano y de brillante a la obra lite-
raria. Darfo, poeta simbolista y prerrafaelista, trajo a sus
veisos a Boticcelli, a Burne-Jones. Todas las escuelas
de pintura han dejado un xesplandor en su poesfa. Pb-
cos ojosmiraron en forma mas penetrante, con mas luci-
da percepci6n de lo exquisito y lo extraordinario, que los
de Darfo, a los pintores, en los cuadros o en las reproduc-
ciones que traen las revistas o los libros. En las revistas
*onoci6a Aubrey Beardsley, en el "inolvidable Savoy"
de Aithur Symons, a "aquel prodigioso artista" como le
llama en Letras, y a quien recuerda en Dream, de El
canto errante:

Aubiey Beaidstey se deeliza


como uji silfo zahareno..
Corj carb6n, nieve y eeniza
de came y alma al ensueflo.

Alguna sugesti6n debera al pintor ingles. Al visitar


el Museo de Hugo, admira los extraiios dibujos que ha-
cia el gran poeta. "Es en los dibujos, escribe en Parisiana,
es en el Victor Hugo pintor en donde se completa la
personalidad portentosa del rimador formidable y pro-
fetico. Solamente en Turner, en Blake, en ciertas cosas
de Piranesi, se percibe la cantidad de ensueno y de mis-
terio que en las visiones manifestadas por Hugo en tales
paginas de un "romanticismo" eterno y trascendente".
Hay una rara semejanza entre el dibujo de Blake: El
alma explorando los recodos de la turaba y los versos de
Helios:
Y una, chispa sagnada de tu anto-rcha encen<ttda
con que esquivar podamos Ia entrada del Infiemo.

Dario llama "transposiciones pict6ricas" a la parte de


Azul "titulada En Chile, que contiehe En busca de cua-
dros, AcuareUi, Paisaje, Agua fuerte, La virgen de Ut pa-
- 365--

loma, La 'cabeza, otra Acuarekt, Un retrato de Watteau,


Naturaleza muerta, Al earb6n, Paisaje y El ideal", pa-
ginas que constituyen ensayos de color y de dibujo,que
no tenfan antecedentes en nuestra prosa".Quizaquienini-
ci6 a Darfo en estas transposiciones fue Gautier. "Impre-
siones de arte, copias", llama a las del poeta france9,
Lanson. Hay innumerables suge8tiones de Gautier en
estos cuadros de Darfo. Pero tambien hay notaci6n de la
realidad y transposici6n de cuadros. Desde Bertrand,
autor del extrafio Gaspard de la Nuit, fantasias a la
manera de Rembrandt y de Callot, hasta Rilke, que des-
cubre la vida de las figuras en los tapices, todas las for-
mas del dibujo y de la pintura se reflejan en la poesia.
En Vn retrato de Watteau pinta con Watteau y con
Gautier. La virgen de la paloma parece ser una copia
idealizada, de un cuadro pintado por Grosio, de la revista
L'art, 1888, p. 120. Esta atenci6n inteligente y curiosa
que transpone en la prosa y en el verso la obra d e l a
pintura y la escultura, del grabado y de las artes decora-
tivas, lo acompanara en los mejores afios de eu labor lite-
raria. E n Azul ya lo ha visto todo y todo lo copi6 a su
manera, desde la sirena que esta en el ansa de un jarr6n
de Rouen. "Las poesfas de Gautier, escribe Lanson, son
como un Museo de Copias. He aqui los primitivos ale-
manes:
Les Vieiges sur fond^d'or anx doux yeux en amande, , .
pales eomme te lis, blandes comme la mieI,
les genoux eur la teire et le regaid au ciel".
En El clavicordio de la abuela se advierte ya la descrip-
ci6n de la pintura de los tapices. Dario descubri6 eri
Chile la pintura francesa, el siglo XVIII, quiza revisd el
libro de Guiffrey, Historid de la tapiceria en Francia,
Parfs 1878-1885. Armando*Donoso, en-su ensayo Laju-
ventud de Ruben Dario, revista "Nosotros", 1919, da
importantes noticias acerca del ambiente y de la cultura
literaria y artistica del poeta, en Chile.

v
LA BIBLIOTECA DEL SIMBOLISMO

Cuando Darfo fue a Paris, de paso a Buenos Aires, en


1893, adquirip libros de los poetas y escritores simbo-
- 366 -

listas. "Dario trajo a Buenos Aires, me dice el ilustre


poeta Leopoldo Dfaz, la biblioteca del simbolismo".Al-
gunos de esos libros eran ediciones reducidas, de lujo.
En Los raros cita con fruici6n de bibli6filo los Vitraux de
Tailhade. Puede decirse que casi toda la informaci6n de
Los raros viene de los libros que Dario adquiri6 en Paris.
El pbeta nos cuenta que el ensayo dedicado a Moreas fue
escrit6 en el mar, de viaje a Buenos Aires. En este en-
sayo recoge, particula a particula, los elementos poe-
ticos de Moreas para hacerlos pasar a la prosa. Debi6
traer tambien revistas, y especialmente La Plume. Las
ediciones de Le6n Vanier, las de L'art independant, for-
marian parte de 'su biblioteca. De los libros que posey6
entonces s6lo conozco Verlaine, de Morice, que esta su-
Lrayado con lapiz azul, probablemente por el mismo
Ruben. Dario leia no s61o las revistas del simbolismo sino
'tambien las grandes revistas francesas: la Revue Illustree,
la Revue encyclopedique que trafa las admirables pagi-
nas de critica de Maurras, la Nouvelle Revue, las grandes
revistas literarias inglesas e italianas. El Mercure de
France lo puso en contacto con todos los n1a9 famosos
literatos modernos, con Carlyle o Ibsen.
Es probable que las biograffasde "simbolistas y.de-
*adentes" de los Hommes d'aujourd'hui, le hayan suge-
xido, en parte, la idea de escribir Losraros. Lacopiosa
tibliografia que Dario utiliza en Buenos Aires antes de
la aparici6n de Prosas profanas^ cuando vivia en el de*
lirio simbolista, se explica por la colecci6n de publica-
ciones peri6dicas de Vanier, Le symboliste, Le Deca-
dera, La Vbgue, La Revue Independante; los foUetos
de Baju, Vanier, etc.; Lespremieres armes du Symbolis-
me, 1889; las ediciones de Mallarme, entre otras L'
apres-midi d'un Faune, con ilustracionesde Manet; las
obias de Verlaine; Les poetes maudits, pudieron tam-
bien sugerirle Los raros, y, en fin, las otras ediciones de
la casa Vanier, del famoso Petit glossaire, de Plowert,
de libros de Moreas, de Paul Adam, de Laforgue, de
Himbaud, de Regnier, de Viele Griffin — cuyo poema
Les Cignes pudo contrihuir a despertai- en Dario el amor
a esta ave simb61ica, - de Stuart Merril, de F. Feneon,
de Raynaud, de Rene Ghil, etc. Estas ediciones, tan
dificiles de encontrar ahora, debieron ser cuidadosa-
niente estudiadas, traian el deslumbramiento del hallaz-
- 367 -
* ,
go que descubre en lo. mas fntimo las tendencias ruben-
darianas.
No pude consultar La Plume de los aiios 1893, 94 y
95; ni el Mercure de France a n t e r i o r a 1896. Dfcda la
importancia excepcionalque tuvieron estas dosrevistas
e n l a cultura y el arte d e D a r i o , vi6 en ellasla primi-
cia que ira despuesal libro. La cita que hago a l h a -
blar de Sonatina, de una poesia de Herold, publicada
en el Mercure de France en 1893, esta tomada del libro
de Ibrovac sobre Heredia.
La informaci6n de Ruben era muy extensa y el estu-
dio de sus veisos en donde recoge tantos elemehtos raros
y preciosos es un tema casi inconmensurable.
El extrafio y noble poeta frances, de la escuela ro-
mana de Moreas, Maurice du Plessys (1864-1924), de-
dic6 a Ruben Dario La derniere promenade (Le feu sa-
cre, Paris, 1924), con estas palabras que parecen una
ingenua inscripci6n arcadica:

A LA MEMOIEE IMPEBISSABLE
T>V POETE, OBGUEIL DE L'AMERIQTJE LATINE,
MON PBEEE D'ABMES A JA^MAIS OHER,
B U B E N T> A K I 0
MOET EiST ENFANf DE BOME,
VAIN^UEUR DE L l OHIMERE
AU PIE:D DE L'AUTEL DE VESTA.

ARISTOCRACIA TIPOGRAFICA Y
LEXICOGRAFICA

Dice Dario que Leconte de Lisle, como traduct6r, fue


insigne; conservaba, agrega, la brtografia de los idionias
antiguos; "y asi sus obras tienen a la vista una aristo-
cracia tipografica que no se encuentra en otras".
Remy de Gourmont, en Esthetique de la langue fran-
caise, 1899, algunos aiios despues de la aparici6ri de Los
raros, habl6 de labelleza fisica d e J a s palabras, d e l a
belleza propia de forma, de sonoridad, de escrituras".
Dario, quiza por influencia de Leconte de Lfsle, de la
ortografia latina, francesa e inglesa, quiso conservar y
a veces ciear, en Prosas profanas la bellezatipografica
- 368 -

" de algunas palabras, y escribi6 Makheda, Rut-h, Sylvia,


Herakles, Stella, Thor, Sylvano, Kalisto, BeLciss, Theo-
dora.
La k y la h ornamentales dan a la palabra Makheda
una fisonomia misteiiosa. La simplificacion de la orto-
graffa quit6 a algunas palabras su valor estetico. Cuan-
do leo Maqueda, pienso en el apellido espafiol, en el-
Iugar "que llaman de Maqueda" a donde fue LazariUo
de Tormes cuando dej6 al ciego. A1 traer la grafia
Makeda, a la que agrega una h, Dario veia la otra re-
presentaci6n; esta Makheda es la reina de Saba, y este
nombre raro no puede escribirse Maqueda.
Las palabras tienen fisonomia propia, Sully Prud-
homme habla de "le noble y du mot lys". Roustan en
Precis d'explication francaise afirma con acierto que:
"si Leconte de Lisle reemplaza los nombres gastados, en
ortografia francesa, de "Clytemnestre", de "UIysse" por
. los de "Klutaimnestre" y "Odusseus", quiere descargar
estos nombres propios de los rasgos convencionales que
los clasicos les asociaron". Heredia, por ejemplo, vacil6
entre el nombre griego HeraMes, y el latino Hercules, y
escribi6 llanamente: "C'est Hercule". La literal tra-
ducci6n ortografica de Leconte de Lisle, este prestigio
- de la ortografia helenizada y de su virtud estetica, toca
una zona mas vasta, y esta en relaci6n con la originali-
dad y la sabidurfa del autor y de la suntuosidad o nue-
va vision de l a i m a g e n y el signo que la representa, de
la idea y de la forma con que se quiere dar relieve y
significaci6n especial a este signo. La ortografia tiene
poder evocador y belleza propia.
Juan de Valdes, en el Didlogo de la lengua, da pre-
ferencia, alescribir, ya a la u o ya a la v, por "orna-
mento de la escritura". Se pone a veces un tilde, segun
dice, "por ornamento". Marcio le pregunta "si queria-
des introducir estos (los vocablos) por ornamentos,de
'; la lengua o por necesidad que tenga dellos". Valdes
responde: "Por lo uno y por lo otro". Un italiano del
Renacimiento, de mente tan fina, ve el valor ornamental
de las palabras. Valdes no ignora ese valor. Se intro-
ducen voces nuevas por necesidad o por ornamento.
Existfa "mozo", la poesia culta prefiri6 el vocablp
"joven". Existen: lirio y azucena, Dario emplea por
ornamento "lis"; por ornamento prtografico algunos
- 369 -

poetas franceses escriben "lys". Existe adelfa, por or-


namento- y para sugerir una imagen de color, Ruben es-
cribe: "l^urel-rosa".
A veces, por ornamento, el p o e t a f a l s e a l a ortografia
etimol6gica y escribe: Sylvia, de la Silvia de Virgilio;
Silvia prima soror (Eneida, VII, 503), pero da una nue-
va valoraci6n a la palabra. Calisto es nombre latino de
una ninfa,' ninfa de la Metamorfosis de Ovidio (II,
401-530), convertida en osa y luego en la constelaci6n
de la Osa mayor. Como constelaci6n, como polo del cie-
lo, la ve Garcilaso: "desde el Antartico a Calisto".
Dario la devuelve a una vida anterior con agregar a su
nombre latirio la K griega y ve a la ninfa con la signi-
ficaci6n etimol6gica de su nombre: "tan beUa como Ka-
listo". Piensa en la ninfa cuyo nombre nos llega con
Ovidio, la contempla con el poeta la^ino, pero basta el
cambio de un letra para dar al cuadm una perspectiva
mas remota y al mismo tiempo de realidad mas inme-
diata.
Nuestro lexico fue sometido en el siglo XIX a una
uniformidad que el artista puede no aceptar. Abro un
texto del siglo XVIII, la beUa edici6n' de Cervantes de
Salazar, por ejemplo, y leo, en cualquiejra pagina, Lydia,
Egypto. La Y etimologica, nos hace pensar en la anti-
gua Lidia, en Egipto antiguo. Cuando escribe Chenier:
Et <Iu fleuve Egyptus les iivages feitiles,
este Egyptus, casi latino, me hace ver el agua y el pai-
saje antiguo del Nilo, "el rio Egipto" de la Odisea
(XVII, 427) :

MeJi en el iio Egypto mis galeias,

traduce Gonzalo Perez. Ahora pareceria ridiculo escri-


bir Nympha, como en el siglo XVIII, y como escriben
los franceses. Dario quiso devolverles su aristocracia y
contenido poetieo aalgunos nombres, y lo consigui6. Le
habia precedido Menendez y Pelayo, quien escribe "pos-
trera Thyle" que es la "ultima Thule" de VirgiMo, con
variante ortografica tambien latina. Menendez fue el
primero en traer al castellano el nombre griego de los
dioses y en volver, en sus versos, a la ortografia erudi-
ta, especialmente en sus traducciones de Esquilo, de Te6-
- 370 -

crito, del Ciego deX^henier; Menendez, que a losveinte


aiios, anoraba a Atenas,
Erj el tiempo feliz de los Misterios!

HORACIO EN BUENOS AIRES

En Buenos Aires Ruben encontr6 una tradici6n hora-


ciana; se imprimia a Horacio en latin, se traducian las
/ Odas;Osvaldo Magnasco, Bartolome Mitredaban a Hor
racio, con sus versiones, noble sitio en nuestras letras.
Parece que sin Horacio falta la justa proporcion de la
cordura y el atomo de sabidurfa que aclara la vida. La
gran ciudad naciente amaba a Horacio como habia ama-
do a Cicei6n y a Virgilio; como los amara manana. EI
poeta latino, cantado por Menendez y Pelayo, que une
su piedilecci6n de joven a la del Voltaire- anciano que
^encuentra en Horacio el viejo vino que rejuyenece el
alma, pasa por losversos del grupo de j6venes de la
nueva escuela. "Yo que el jardin de Horacio p'ise gozoso
un dia", escribe Jaimes Freyre. ^C6mo no ser horaciano?
Ruben lp fue para siempre. En la reciente colecci6n de .
Escritos ineditos 'de Ruben Dario recogidos de peri6dicos
de Buenos Aires, por E. K. Mapes, hay una beUatenta-
tiva de biografia literaria: Respecto a Horacio. Estudia
eruditamente la traducci6n de Mitre comparandola con
la inglesa de Gladstone. Escribe una misteriosa pagina,
La fiesta de Roma, con alusiones al Carmen secular, y
finalmente, en El hombre de oro, comienzo de novela,
publicada en La Biblioteca, el ano 1897, muestra una
curiosa frecuentacion de Horacio; vivi6 c 6 n e l poeta, se
coloca en su espiritu y lo interpreta. Posteriormentej
aquf y alla, aparece Horacio en su p r o s a y en su verso;
lo sabe y lo gusta en latin. Lo cita en lugares dificiles
con cierta enigmatica ciencia. Lo cita como buen cata^
dor de frugales placeres de la mesa. En su yida de tra-
bajador Ruben habra descansado en una palabra de Ho-
racio. En una de sus uUimas poesias, Pax, poesia d e s u
decadencia, si puede llamarse decadencia a aquella bra-
s a v i v a e n la ceniza y de instantaneos resplandores,su
ypz antigua y profetica, recuerda dos palabras de Hora-
cio (Odas, I, 1) : Matribus detestata:
- 371 -

Matiibus detestata. >Madie negra


. a quien' el ionco iuido legaia
<Ie los leones
"Detestada de las madres, madre negra'. La oia en los
campos de Francia, de su "cara Lutecia", y el huy6 a
America, Uevado por un sino. ;Pobre Ruben, quien pu-
diera volverlo a l o s tiempos en que le sonreia Horacio!
Con Garcilaso y Ronsard le place poner el nombre del
amigo en el soneto. ^No seguia asi tambien a Horacio
Luis de Le6n en sus odas? "Alberto, en el propfleo del
templo soberano"... Se dirige a Alberto Ghiraldo en
este soneto donde hay lineas de divina belleza; "Eduar-
dp: esta en el reisr* de nuestra fantasia". . . En este so-
neto extraordinario habla c6n Eduardo Talero: "Hun-
damonos en ese mar vasto de eter puro", que hace presen-
tir la nueva conciencia que despertara delolvido a H6r-
derlin. Y por una secreta casualidad estos versos, honor
de nuestra lengua, tienen, si vamos a compararlos un
antecedentelioraciano: Non usitata (II, XX).
Renueva asi en Buenos Aires, la amistad con Horacio
que naci6 en su adolescencia.

DARIO Y ANACREONTE

Senalamos en las notas sobre Azul y en el Glosariol&


influencia de Anacieonte, traducido por Baraibar, en
Ruben Dario. Agregaremos dos palabras. El poeta es^
cribe en El sdtiro sprdo: "Habia volado a posarse en la
lira como la paloma anacre6ntica". Dicb la paloma en
la oda IX de Anacreonte:
Y al fin sobie su liia
me poso . :
Esta misma paloma anacre6ntica inspita algunos ver-
sos de Anagke. Primaveral, de Azul, ya lo"advirti6 Gon-
zalez Blanco, es un rpmance anacre6ntico. Darfo le di6
entonaci6n modernisima, a la m a n e r a d e Armando Sil-
vestr* y de Hugo, y puso, en sus versos indefinibles, poe-
sia propia.
Los "brazps de ninfa" que fueron unaobsesi6n para
Darfp, durante algunos atios, vienen, como yimos, de
Anacreonte, de la oda De la rosa.
- 372 -

La geografia er6ticade laanacre6nticaXXXII, De sus


amores, pudo originar la idea de Divqgaci6n, le sirvid
de descubrimiento del tema que Ruben elabpr6 con mo-
dernos y suntuosos elementos. Las anacre6nticas y las
notas de Baraibar contribuyeron a crear imagenes mito-
16gicas. Filomela, Atis enloquecido que llora por los
montes su desventura, paiece que resuenan en los ale-
jandrinos del Coloquio:
El loco grito de Atis que su dolor revela
o la maravillosa canei6n de Filomela.
Adonis, Corinto, Jonia, el rapto de Europa, la cigarra
"sin carne y sin sangre", transparente le Uama Ruben,
la abeja, Eros, el mirto, Sirio,Ori6n, Arturo, en versos
de Hesfodo citados, brazos de rosa, "el cervice refulgisit
Tosea, de Virgili6 (En. I, 400)", su cueUo briUa con res-
plandor de iosa; la descripci6n virgiliana de Venus que
Ruben trae en Divagaci6n: "el olor de la olfmpica ambro-
,sia", la Cloe de Horacio citada por Baraibar antes de la
intimidad de Ruben con el latino: "que el amable Ho-
racio brinde un canto a CloS"; el gustp del epigrama, le
encantaba la vaca de Mir6n; quiza una gracia preciosJs-
ta, como de flor o de brisa, todo lo gust6 al leer la tra-
ducci6n y las notas de Baraibar; penetr6 quiza en otros
autores de este tomo de Poetas liricos griegos y algq
hall6 en las parafrasis de versiones menos fieles. Este
volumen de la "Biblioteca clasica", fuesu primer Gradus
ad Parnassum.

DESCUBRIMIENTO DE VERLAINE

En Paris, de paso para la Argentina, Dario se inici6


en las tendencias nuevas. En su Autobiografia, que el no
medit6, cuenta s61o,loanecd6tico, un tanto influido por
lo pintoresco y excesivo de Benvenuto CeUini a quien
cita en el epfgrafe de su obra. No escribi6 Ruben su bio-
grafia interior. Hubiera necesitado tiempo y documen-
tacionmihuciosa. La djct6 en Buenos Aires, en una habi-
taci6n del hotel Royal, donde no habfa mas libro que
un ejemplar de Prosas profanas. La vida de Benvenut6
le hizo mas de un guifio picaresco. No concibi6 en esos
- 373 -

breves dias el conjunto de sus horas profundas, sino su


paso errante, su existencia exterior, su golosa condici6n
de bebedor de vinosen cenas con amigos y en noches va-
gabundas. De alli que sus recuerdos de Paris, de viaje
para la Argentina, nos hablen s61o de un Verlaine la-
mentable y de un Moreas^i<jhemio; nada nos dice Ru-
ben de sus estudios en Paris, nos habla de sus andanzas
y aventuras. Sin embargo, en esos dfas de Paris, estudia,
va al Louvre, encuentra una nueva concepci6n poetica.
Recoge los libros y revistas de la nueva literatura. Char-
les Morice le regala, con amigable dedicatoria, su breve
libro Paul Verlaine, de 1888. Este Morice encontr6 en-la
mesa de Ruben un Walt Whitman que el autor ameri-
*ano txaia de Estados Unidos. Llama Ruben famoso libro
al que public6 Morice en 1889, La litterature de tout a
Fheure. Esta obra fervorosa y rara, le di6 una hermetica
modernidad. Verlaine, Moreas, peitenecen a sus admi-
raciones deftnitivas de 1893. En este aiio se esbozan ya
muchos de los "raros". La renovaci6n rubendaiiana en
Buenos Aires, exigia este viaje a Paris, las conversacio-
nes con simbolistas-e independientes. Be este aiio arran-
ca la pasi6n por Verlaine que no existfa, a mi ver, .en
1890, cuando public6 los Medallones de su segunda edi-
*i6n de Azul. No habia nacido Ruben para ser verle-
niano. Consigue acercarse a su poeta mas de diez anos
despues, con el descoyuntamiento del alejandrino, con
lo indeciso que encuentra en sus versos mas intimamen-
t e misticos y dolorosos. Paralelamente es "con Hugo
fuerte y con Verlaine ambiguo".
Alberto Ghiraldo escribe con justeza: "Ha estado en
Paris y de alli trae esa vibrante luz", la tenia ya en par-
'te, pero alli en Paris oy6 a los poetas del simbolismo,
conoci6 sus libros, experiment6 el ardor lirico que im-
pregna Prosas profanas y Los raros. La Vida que el mis-
mo escribi6 resulta incompleta; la verdadera vida de
Ruben debe escribiise con todos los libros que el escri-
hi6, porque en esas obras hay preciosas referencias auto-
tiograficas y porque vivi6 cuanto ha escrito y la vida
<espiritual tambien es vida. En 1912, en Buenos Aires,
mienttas dictaba la vida^ algunos amigos la celebraban,
<de alli el desenfado y la petulancia de sus aventuras./
t
i
- 374 -

i ' -
PARALELAMENTE

En Ruben, la palabra "pagano", en el sentido de exal-


taci6n de la vida, de oposici6n entre el alma y el cuerpo,
de "triunfo" medieval de los sentidos, de los goces mate-
riales, adquiere la insistencia de lo que esta apoyado
en el sentir de los contemporaneos. Satiros y ninfas ad-
quieren un valor extraordinario de tentaci6n y belleza
corporal, de desnudez y de fmpetu no informado por la
raz6n y el ascetismo. La historia es larga y no hemos de
escribirla. La pintura, la poesia, la musica nos describen
el satiro velludo y la ninfa de.lbs boscajes; los cuernos
del dios Pan, los ritos de las bacantes. Eso esta en admi-
rables cuadros y en hermosos versos, creaci6n del buco-
lismo y de los mitos poeticos. Esas divinidades de la
tierra, esos perfiles de las hojas y las aguas, ese acento
de la soledad de los campos, nada tienen que ver con la
decadencia y la polemica, ni en las maravillosas bacantes
de Eurfpides ni en interpretaciones mas modernas. En
nada de eso creia S6crates, pero al pisar la ribera deI
Iliso vuelve un instante al cult6 popular, a la leyenda,
a la hermosura inmarcesible del mito. jQue diyerso eI
dios Pan, culto local de la tierra, cuando el fil6sofo de lo
absoluto, del Uno, le pide a el y a las otras divinidades
de esa ribera la belleza interior y la de los bellos actos
que crean la unidad de la idea y de la obra! La plat6nica
belleza interior, la plat6nica hermosura de Dios, la her-
mosura del mundo penetrado ppr la idea divina.
Si abrimos Horacio, no es Clodi6n quien nos dice lo
que son los satiros y las ninfas: "La hiedra que cifie las
doctas frentes me pone entre los dioses del cielo, la fria
espesura de las selvas y los ligeros coros de las Ninfas
con los Satiros me apartan del vulgo" (I, 30-32).
Veamos la explicaci6nde Villen de Biedma (Granada
1599) : "estos son los requisitos que pertenecen al que
es poeta, la soledad porque nadie le e'storbe la CQjatem>
placi6n de sus pensamientos, los lugares frescos y amenos
que levantan el espiritu a la contemplaci6n de las cosas
altas". Lo que queria Cervantes, Luis de Le6n eri la
Vida retirada, y para que en Ruben se. cumpla, aunqiie
con la interpretaci6n de su epoca tan penetrada del sen-
sualismo queinspira al pintor R e n o i r , u n a misteriosa
- 375 -

ley, esas ninfas se proyectan en el pr61ogo de Prosas


profanas. Arturo Capdevila fija la esencia religiosa de
Dario: "elcristianismo de este divino p o e t a p a g a n o " .
Dice Ruben, al hablar de su Responso a Verlaine, que
hace ver las dos faces del "alma panica" del autor de
Sagesse, "la que da a la carne y la que da al espiritu, la
que da a las leyes de la humana naturaleza y la que da
a Dios y a los misterios cat61icos, paralelamente".
Este parallelement verleniano, naci6 y arraig6 vivaz-
mente en el espiritu de Dario. El poeta presiente el mo-
mento:

G'uando luchen eonando de P<an las siete eafias


y la ttompeta del Juicio final.

Psiquis, su alma, "dulce mariposa invisible", vuela


"entre la catedral y las ruinas paganas". En un soneto
cat61ico y liturgico, no olvida que la espiga expresa en
los simbolos eleusinos:
El mistetio inmoital de la tieua <livina.

Estas dos aparentes antinomias aparecen tambien eri


el alma de Dario dentro de su concepci6n antigua:

Sei en la, flauta P>an. como Apolo en la lii-a;

concepci6n conjunta o paralela de la carne y del ahna, de


la lira y de la flauta, del satiro y de Filomela, de lo real
y de lo ideal. El alraa del poeta es alma alejandrina; su
religi6n encierra lasreligiones. V e " a nuestro Rey Cris-
to", a "nuestro piincipe Cristo", pero no olvida que
Apolo "es nuestro rey divino". Un fondo de cristianis-
mo incontaminado lo lleva a la plegaria en La dulzura
del Angelus, en Spes:
Jesus, ineom1pa1abl<5 peidonador de iixjuiias,
%
para volver "paralelamente" a exaltar a Helios, a Palas
Atenea. Recorden10s a Luis Menard: "El templo ideal
donde van mis plegarias encierra todos los dioses que el
mundo ha conocido", dice con la amplitud alejandrina
de su sentimiento ieligioso. "Nuestra alma, — dice Schu-
re, en Santuariosde Oriente, 1899, — tiene dos patrias
intelectuales^ Judea y Grecia". Y D a r i o :
- 376

Hay soles de *teinos <tfas,


Olimpo y Si6rj..
Vi6 la religi6n griega en lo que pudo alcanzar, den-
tro de su epoca y su cultura, con espfritu iniciado. Era,
para el, esencial esa compenetraci6n del helenismo y
cristianismo. En su alma asoman esos faros luminosos:
Olimpo y Si6n, a veces, alternativamente. Alguien dira:
el arte y la religi6n. Creo que no. Olimpo y Si6n son
aspectos de una misma verdad. No se si ley6 a Saint-Yves
d'Alveydre, que habla de la sintesis heleno-cristiana, de
la religi6n universal como tantos otros que trajeron la
voz de las religiones de la India. Ruben, de pronto, acen-
lua lo alternativo, lo paralelo.
Analizar los diversos aspectos de este conglomerado de
ideas afines'y de antitesis que se complementan, es esgp-
bir la historia del humanismo renacentista y de la oposi-
ci6n al humanismo, o concebir dentro de la religi6n grie-
ga los extremos de la escala que va de la una a la otra
Venus, de las gradaciones y jerarquias del amor, como
se desprende del Banquete de Plat6n, y, en fin, imaginar,
juntamente, al satiro y a Psiquis, a la bacante y a
Palas Atenea. 0posici6n que se encontrara despues entre
helenismo y cristianismo, en un sentido cuya historia se
remonta hasta el seno de la filosofia griega. El alejan-
drinismo, que subsiste todavia con diversos nombres, esta-
blece las concordancias y recoge en su religi6n las religio-
nes del mundo. Pero la concepci6n de "paralelamente",
de Verlaine y de Moreas, viene del Hugo de El sdtiro,
y penetra en la mente de Dario, al mismo tiempo, con
estos tres poetas. Dice Hugo, en un verso que ya citamos:
Car paitout ou l'oiseau vote, la ehevre y giinupe,
lo que da origen a la existencia simultanea, en la selva
poetica de Ruben, del satiio y Filomela.
Esas dos fases fueron vistas por Plat6n, la titanica y
la dionisiaca que se combaten, el elemento divino y el
terrestre. Ver a Dios con la purificacion del cuerpo y
de las pa9i0nes del misticismo plat6nico. No se puede
decir ,esto y aquello e imaginar dos polos,. dos extremos.
Dios fue visto inenairablemente por los neoplat6nicos
y su maestro ateniense. Erasmo, que no participaba del
delirio renacentista, no niega la evidencia de que aque-
- 377

llos hombres del tiempo de griegos y latinos estaban


inspirados ppr Dios y Uegaron a la perfeccion de ideas
y de acciones. Verlaine infundi6 en Ruben lo de_los dos
mundos paralelos; lo de pasarse de uno a otro polo, ser
lo u n o y lo otro.
Levantanse en el alma, para emplear palabras que San
Juan de la Cruz toma de los filosofos, "contrarios coritra
contrarios, y unos relucen al lado de los otros", y hacen
la guerra en el alma. No pueden subsistir al mismo
tiempo los dos contrarios, por eso aparecen alternativa-
mente, y si subsisten van paralelamente. San Juan no
acepta que el hambie y la hartura entren en el mismo
sujeto; considera como mistico el problema del placer
y el dolor con sus derivaciones.

EL CICLO DE AMERICA

Momotombo, y sobre todo su poema Tutecotzimi crean,


con agregados poste'riores, el ciclo de poemas de la Ame-
iica precolombiana de Dario. Este precolombianismo
llega a la oda A Roosevelt. Tutecotzimi fue escrito en
Ameiica Central en 1892 y publicado posteriormente en
la revista La Biblioteca de Groussac. A Ruben, segun el
mismo cuenta, lo habia iniciado el poeta y humanista
Francisco Gavidia en el conocimiento%de Victor Hugo;
en la tecnica del alejandrino frances. Momotombo, jun-
to al lago de Managua se elevaba con el misterio de los
milenios. Lo conoci6 en su secreto de ser animado en la
Leyenda de los siglos de Hugo:
0 vieux Momotombo, colosse cliauve et nu.
Yo ya habia leido, dice los versos de Momotombo, ,
"y la leyenda que Squire le ensen6". Hugo cita un pasa-
je de Squier en La leyenda de los siglos: XVIII, La In-
quisici6n, sobre el bautismo de los volcanes eh los pri-
meros tiempos de la conquista. Ruben, para alargar el
nombre, cita Squire por Squier, el norteamericano
Efrafn Jorge Squier. Este encuentro se realiza en la man-
si6n de Hugo. Ruben conoci6 la obra de Squier, no ha-
bia que dudarlo, especialmente el libro sobre Nicara-
gua. Pero en aquel tiempo del deslumbramiento del Mo-
- . 378 -

motombo de Hugo, ya Ruben conocia la literatura ante-


rior a Squier: "Yo ya estaba nutrido de O v i e d o y de
Gomara", nos dice. Habfa leido la Conquista de Mejico
de Francisco L6pez de Gomara y la Historia general y
natural de las Indias de Fernandez de Oviedo. Esta lec-
tura no fue vana. La impresi6n queda para siempre y
le ofrece un conocimiento mftico de costumbres y de
cosas. Quiza de Oviedo no conoci6 mas que la edici6n
sumaria de la .Colecci6n Rivadeyra en Historiadores pri-
mitivos de Indias, t. 22, donde se encuentran las dos
partes de la Historia de Gomara. Con l6s cronistas e his-
toriadores de Indias se descubre poeticamente a Ameri-
ca, porque fueron poetas, y Col6n mismo se transforma
en poeta, segun Juan Maria Gutierrez, "en presencia de
las primitivas y fragantes florestas". En esa selva rara,
de asombrosas maravillas, Ruben Dario descubri6 la poe-
sia de la naturaleza y la de los imperios: "Si hay poesia
en nuestra America ella esta en las cosas viejas, en Pa-
lenke y Utatlan, en el indio legendario"... escribia en
1896. En 1892 componfa Tutecotzimi. Y d e nuevo el en-
cuentro con Hugo, en la evocaci6n de Palenque:
La moir.e Palenqufe git dans les maiiois veits.
Su piqueta de poeta excavarfa en la ciudad antigua,
"en el terreno de la America ignota". La fauna y la flora
de la estrofa de Hugo, se ampliaran con la observaci6n
del poeta y sus lecturas de Oviedo y de Gomara. Evoca-
ra el mundo indigena. No persisti6 en nuevos poemas.
Reconstruy6 despues en El hombre de oro la epoca de
Horacio. Habia en el un instinto de erudici6n. Lo que
aprendi6 de America precolombiana le acompafia con
su biillo largos aiios. Cpnstituye con Giecia, Roma, Fran-
cia, un mundo fascinante.

AFINIDADES E INFLUENCIAS AMERICANAS

Pedro Balmaceda -.H. de Gilbert —, vivi6 veintiun


anos, Dario le consagr6 uh libfo, en 1890; fue en Chile
su amigo; la proyecci6n de la cultura de Balmacedaeh
el aite de Ruben no puede medirse exactamente. Lo
indudable esta en la ventana abierta para que' Ruberi
- 379 -

contemple obras de arte, estilos, ideas. jDeliciosos dias;


dos j6venes tientan la conquista de nuevas zonas del es-
tilo! Pedro dice a Rodriguez Mendoza: "quiero escribir
a l o Watteau". Hay una extensi6n comun. Ruben escri-
bira como este pintor galante pinta. Un retratd de Wat-
teau en Aziil, lo comprueba. Lleva despues el espiritu
de Watteau al verso y convierte la pintura en musica en
Era un aire suave. Balmaceda se habra enternecido en
su sueno al oir estos violines. Cultiv6 con Dario, hos
dice, "estrechas relaciones de companerismo literario".
Dedic6 a Abrojos de Ruben un elegante articulo, de
beUa prosa. Seiiala el ambito del autor de Abrojos: "Es
Becquer con el cielo de Sevilla; esjun poco de Musset
con latristeza aristocratica del-faubourg Saint Germain;
es Leopoldo Cano, es Bartrina, es Heine, el gran poeta".
Coloca a Ruben, por su obxa literaria conocida hasta
marzo de 1887, en que escribe estas lineas, entre los par-
nasianos; los parnasianos franceses "dirian que Dario
es un hermano". Pedro tan fino, tan escultor, tambien
mira al Pai*naso, y sus Estudios y ensayos, Santiago,
1889, tienen bien labrados torsos. Dice que al cerrar el
volumen de Abrojos: "Parece que abandonaramos el
taller de un artista. Por todas partes estatuas, bosquejos,
medallones, grabados". Entre los maestros de su forrria-
ci6n literaria cita Ruben a "Paul Groussac y Santiago
Estrada, ademas de Jose Marti". Hallaba en Groussac y
Estrada "espiritu de Francia".
La influencia de Marti, estara en su prosa. En la ten-
si6n de la frase donde la imagen se anima con una li-
bertad que hace pensar en Walt Whitman. Este andar
tumultuoso del arte de Marti revel6 a Dario recursos
expresivos y riquezas de sensibilidad; representaba en
America, de otra manera, la oratoria ppblada de reso-
nancias universales de Emilio Castelar, a quien Ruben
admiraba tanto. En sus aiios de aprendizaje, aprendio
de todos. Y de todos aprendia siempre. Innovador, guar-
d6, a veces, cierto desden combativo, por algunos viejos
maestros. Disculpemoslo. Sobre estos aiios de aprendi-
zaje de Ruben escribieron Armando Donoso, Emilio Ro-
driguezMendoza, ArturoT6rresRioseco, JoseMariaMon-
ner Sans, y quiza algunos otros que ahoraolvido; a esos
arios consagr6 Raul Silva Castro su seguro "estudiocri-
tico, biografico y bibliografico" d e R u b e n , en las Obras
^- 380

desconocidas de Ruben Dario; y el m i s m o p o e t a les de-


dic6 sus paginas. autobiograficas y a b u n d a n t e s resenas
esparcidas e n sus articulos y ensayos.

POESIA APOCALIPTICA

La poesfa apocaHptica extremada en Cantos de Vida y


Esperanza y e n otras obras de D a r i o , se d e b e n o s6Io
a la r e p e t i d a lectura del texto de J u a n de P a t m o s , sino
t a m b i e n a r a r a s tendencias de principios de siglo e n q u e
se pronostican catastrofes y quiza el fin del genero h u -
m a n o . L a guerra, el h a m b r e , ' l a peste, e l v u e l o d e los
cuervos e n los camp"os de bataUa, le a t e m o r i z a n . E l Anti-
cristo p u e d e h a b e r vuelto, lo a n u n c i a n senales evidentes.

La inminencia &e algo fatal hoy conmueve la Tieira,.

Se p r e g u n t a e n Canto de Esperanza: " ^ H a nacido el


apocaliptico A n t i c r i s t o ? " Si vino, esta p r o n t o t a m b i e n
el r e t o r n o de Cristo. E l poeta llama al Salvador:

jPoi que tardas, que esperas O


para tender tu mano de luz 60b1x3 las fieias
y toeei biillar al sol tus divinas bandeias?

R u b e n a n t e p o n e a las profecias siniestras la e s p e r a n z a :


" L a divina reina de luz, la celeste E s p e r a n z a " . Ve q u e
" a u n guarda la Esperanza la caja de P a n d o r a " . Mira la
r u i n a de los imperios, con esplendor apocaliptico y ro-
mantico y la contempla en America. La montaria i m p a -
sible, M o m o t o m b o , llevada a la poesia p o r H u g o , ve ro-
d a r "las babilonias del P o n i e n t e en p u r p u r e a s catastro-
fes". Juicio final, o vuelta del siglo de S a t u r n o , su m i r a -
d a e x t r a n a da r e a l i d a d a los presagios. E n el Coloquio de
los centauros la inspiraci6n es 6rfica y p i t a g 6 r i c a :

He aqui que renaeen los lauros milenarios;


vuelven a dar su lumbre los viejos lamipadaiios.

Erasmo no aceptaba la literatura apocaliptica, el, q u e


q u e r i a el r e i n a d o de Cristo. Dario se e s p a n t a de los
"verdugos de ideales". E l Anticristo p a r e c e acechar. E l
t e m o r del poeta es sincero.
Bibliograffa de Ruben D a r i o

fiRIMERAS NOTAS, Managua, 1888. "Tipograffa Na-


cional". Dario, en la lista de obras "del mismo autor",
de Prosas profanas Uama, a este libro, Epistolas y
poemas, y le da la fecha de aparici6n de 1885. En El
canto errante, en la enumeraci6n de sus obras, escribe
Epistolas y poemas (Primeras notas). En Obras esco-
gidas (Madrid, 1910) se pone para esta obra la mis-
ma fecha de 1885. No se si hay edici6n anterior. De no
haberla, la fecha de 1885 es la de composici6n de este
voluminoso libro de epfstolas y poemas. ABROJOS,
1887. RIMAS, 1888. A Z U L . . . , 1888. A Z U L . . . , Biblio-
teca de "La Naci6n", Vol. 174, Buenos Aires, 1905,
XXX, 185 p. Esta edicion, quiza la tercera de AZUL...,
esta considerablemente aumentada. A Z U L . . . Biblio-,
teca de "La Naci6n", Buenos Aires, 1909, Imp. y este-
reotipia de "La Naci6n", 239 p. A. DE GILBERT, San
Salvador, Imprenta Nacional, 1890. En la pagina del
tftulo, 1899. Colof6n: " E s t e l i b r o se acab6 de im-
primir en San Salvador, el treinta y uno de Enero de
MDCCCXC, en la ImprentaNacional". En este volu-
men se citan las siguientes "Obras del mismo autor:
Epistolas y poemas, Abrojos, Rimas, Emelina, Azul...
Aparecera proximamente: El libro del Tr6pico".
LOS,RAROS. Colof6n: "Terminado el dia XII de octu-
bre, MDCCCXCVI. Talleres de "La Vasconia". Buenos
Aires. Dedicatoria "A Angel Estrada y Miguel Es-
calada", en carta que Ruben Darfo firma en "Capi-
lla del Monte, 3 de Octubre del ano de 1896".
LOS RAROS. Segunda edici6n, corregida y aumentada.
Barcelona, casa editorial Maucci, 1905. Suprime la
carta que sirve de pr61ogo y dedicatoria en la primera
edici6n; escribe un nuevo y breve pr61ogo; borra
algunos encabezamientos del capitulo, por ej.: II,
Pauvre Lelian: Paul Verlaine. III, El Rey: El Conde
- 382 -

Matias Aagusto de Villiers de L'Isle-Adam. IV, ElVer-


dugo: Le6n Bloy, etc. y deja: Paul Verlaine, etc. Agre-
ga dos ensayos, uno sobre Mauclair y otro sobre PauI
Adam. Suprime tambien alguna nota curiosa,por ej..:
" E n E s p a n a Menendez Pelayo podrfa.-.." Lo que no
corrigi6 fueron las erratas, especialmente las de las
citas'de versos franceses, que en esta segunda edici6n,
por descuido de los impresores, abundan mas que en la
primera.
PROSAS PROFANAS Y OTROS POEMAS. Buenos Ai-
res. Imprenta de Pablo E. Coni e hijos, 1896. Trae
lista de obras "Del mismo autor. Poesfa: Epistolas y
poemas (1885); Abrojos... (1887); Rimas (1888).
Prosa: Azul.... (1888),^f. de Gilbert (1890) ; Los Ra-
ros (1896). Apareceran pr6ximamente: Poesia: Pa-
lenke (poema) ; El triunfo de Fauno (poema). Prosa-:
Arte y Lettas (crftica)".
PROSAS PROFANAS Y OTROS POEMAS. Parfs, Li-
brerfa de la Vda. de Ch. Bouret, 1901. Lleva de pr6-
logo el estudio de J. E. Rod6, que apareci6 en el si-
guiente volumen: "La Vida Nueva, II Ruben Dario. —
Su personalidad literaria. — Su iiltima obra. Por Jose
Eniique Rod6. Montevideo,1899". Esta nueva edici6n
de Prosas plofanas esta aumentada con Cosas del Cid',
Dezires, layes y canciones y con Las Anforas de Epi-
curo".
CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA, LOS CISNES Y
OTROS POEMAS, Madrid, 1905. (Tipografi'a d e l a
"Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos").
CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA, LOS CISNES Y
OTROS POEMAS. Barcelona, F. Granada y Cfa., edi-
tores, 1907. Tipograffa del "Anuario de la Exporta-
ci6n". Estaedici6n esta conforme a l n i o d e l o d e la de
Madrid, con igual numero depaginas y l a misma dis-
tribuci6n tipografica.
EL CANTO ERRANTE Madrid. Biblioteca nueva de es-
critores espanoles, 1907.
POEMA DE OTO^fO Y OTROS POEMAS. Madrid, Bi-
blioteca "Ateneo", 1910.
CANTO A LA ARGENTINA Y OTROS POEMAS. Ma-
drid. Biblioteca Corona, 1914.
OBRAS ESCOGIDAS, 3 vols. I. Estudio preliminar, de
- 383 -

Andres Gonzalez Blanco; II,. Poesia; III, Prosa, Ma-


drid, 1910.
OBRA POETICA. 4 vols. I. Muy siglo XVIII. II. Muy
antiguo y muy moderno. III. Audaz, cosmopolita. IV.
Y urva sed de ilusiones infinita. "Biblioteca Corona",
. Madrid, 1914-1916.
LA CARAVANA PASA, Garnier hermanos, Parfs, 1921.
TIERRAS SOLARES, Madrid,,"Biblioteca nacionaly
extranjera", Madrid, 1904. PARISIANA, Madrid, Li-
breiia de Fernando Fe. PEREGRINACIONES. Libre-
ria de la Vda. de Bouret, Paris, 1901. OPINIONES,
Fernando Fe, Madrid, 1906. LETRAS, Garnier herma-
nos, Paris. EL VIAJE ANICARAGUA E INTER-
MEZZO TROPICAL, Biblioteca "Ateneo", Madrid,
1909. La segunda dici6n aumentada de lntermezzo tro-
pical, apareci6 en 1910, con el titulo de P'bema de
otono y otros poemas. TODO AL VUELO, "Renac'i-
miento", Madrid, 1912. LA VIDA DE RUBEN DA-
RIO ESCRITA POR EL MISMO, Barcelona, Casa
editorial Maucci, (1916). Fueron escritas estas pagi-
nas, o m e j o r dicho, dictadas, en Buenos Aires, del 11
de septimbre al 5 de octubre de 1912. HISTORI4 DE
MIS LIBROS. Dario envi6 a "La Naci6n", desde Pa-
ris, con fecha de junio de 1913, tres articulos; el pri-
mero sobre Azul. . . , e l segundo sobre Prosas profanas,
y el tercero sobre Cantos de vida y esperanza. Estos
articulos aparecieron en "La Naci6n" en julio de ese
ano, y fueron reproducidos en la revista Nosotros, en
febrejo de 1916, bajo el titulo general de Historia de
mis libros. En este mismo numero, que Nosotr6$ con-
sagr6 a Ruben, se public6, por indicaci6n de Groussac,
un capitulo titulado Dos juicios de Groussac y una
respuesta de Dario. La respuesta de Dario, titulada
Los colores del estandarte, a un articulo de Groussac
acerca de Los raros, aparecido en La Biblioteca en
noviembre de 1896, se public6 en "La Naci6n" el 27 de
noviembre de ese ano, segun recuerda el mismo Grous-
sac en el capitulo de Nosotros al que nos referimos.
Las paginas maduras de la Historia de mis libros,
comolas juveniles y llenas de erudicipnde Los colo-
res del estandarte, son la exacta apreciaci6n de Ia pro-
pia obra del poeta. Nos referimos constantemente a
eUas en este ensayo.
/ _ 384 - -

Dario falleci6 en Nicaragua el 7 de febrero de 1916..


Las ediciones posteiiores a esa fecha, ya sean de obras
que el public6 en vida, o de articulos de peri6dicos o
de versos muchos de ellos ocasionales — que el
poeta no recogi6 en ningun volumen, deben ser estu-
diadas y confrontadas con detenimiento. En este ensa-
yo me atuve a las ediciones que Uamare principes. Tu- ,
ve ademas en cuenta, al referirme a otros escritos de
Ruben, los dos opusculos antol6gicos de T e o d o r o P i -
cado:
RUBEN DARIO EN COSTA RICA (1881 - 1892). Cuen-
tos y versos, articulos y cr6nicas. San Jose de Costa .
Rica, 1919-1920.
OBRAS POETICAS COMPLETAS (de Ruben Darfo),
ordenaci6n y pr61ogo de Alberto Ghiraldo. Madrid,
1932.
OBRAS DESCONOCIDAS de Ruben Dario, recogidas
por Raul Silva Castro. Prensas de la Universidad de
Chile, 1934. Libro fundamental no s61o por la rique-
za de los escritos desconocidos de Dario sino tambien
por el metodo, la bibliografia y la erudici6n del estu-
dio que lo precede. El sabio critico y poligrafo agre-
ga a esta obra una sabia monografia: Ruben Dario
y su creaci6n poetica, 1935. Se trata de comentarios
de la primera edici6n de esta obra.
POESIAS Y PROSAS RARAS, recogidas por Julio Saa-
vedra Molina, Santiago, Prensas de la Universidad de
Chile, 1938. Obra de esmerada bibliografia y finas
notas criticas.
ESCRITOS INEDITOS de Ruben Dario, recogidosen
peri6dicos de Buenos Aires y anotados, por E. K. Ma-
pes, New York, 1938. Elegante y valiosa colecci6n de
articulos y versos de una epoca culminante del genio
de Ruben Dario. El sefior Mapes consagr6 a Ruben
impoitantes estudios.
EN EL SENSATO Y AFECTUOSO ENSAYO, Ruben
Dario, Eduardo de Ory public6 el breve cuaderno de
Rimas de Ruben, segun la unica 'edici6n, Valparaiso
1887. El sefior Ory, insiste, en su ensayo, en que Ruben,
e r a m u y trabajador, lo q u e n o puede ser negado.
Glosario de Ruben Dario

Abreviatuia6: A., Aeul; P . P . , Prosas profanas; C.V.E.,Caw-


tos de Vida y Esperanza; C..E.., El canto errunte; O.A., Canto a
la Argentinay otios poemas. Plowert, o Plowert P..G., Jaeques
Plowert, Peiit gl6ssdire, Paxis, 1888. Leeonte de Lisle, P . A . , Poe-
mes aniiques.. B . A E . , Biblioteca de AvtoresE>spaMoles.
' ABOLIDO. — Jte mi Psique abolida, C.V.E., La cabezaaboUda,
A la Vieioria de 8amotraeia.. Du mirage aboli des astreset des
jeux, H. de Begnier, Sites;^Le prinee d'Aquitamea la touraboUe,
Gr; de Nerval; Le n e a n t . a c e t Hom<me aboli de jadis,"MaUarme,
Toast funebre. Quede gens ab.olis!, Biehepin, Mes pdradis.
A3DAMANTINO. — Del latin adamantinus, Horaeio J, VT, 13,
Quis Mhrtem tunica teetum odamantina, que Garcilaso imita (Ele-
gia, II, v. .95, 96) : ; Oh, fiero Marte do tunica cubierto de dia-
niante!; y F. de Berrera en ta Canei<5n VT traslada: ''de: ada-
jnantina tunica <subierto". Sus pies eubren los joyelesde te. Osa
Adamantina, P . P , Plowert: Adamantin. Adj< — Qoia.Ies quaU-
tes du djamant. " J e veux des demain partir, m'enquerir p'ar le
mondedes jTocedes d'embaumement les plus ademantins", JuWs
Lafoigue, Vogue, III, 6. D'Annunzio: GUi astri sgorgaban. come
adamantine lacrime dal profondo ciejLo, Poema paradisiaco.
ADANIDA., — Vai$ en dos patas com<> el adanida, O.A. ,La
terminaei6n de ' ' ida>'', que Dario usa tanto, esta en ^as traduceio-
nes del griego de Le,conte de Lisle, Cronida, Japetionida, etc, por
l i j o de Cronos: Zeus; por-hijo de Japeto; Prometep; tambien es
usada en literatura ^ermetiea. Dice Saint Yves d'Alveydre. Mis$i6n
Ae l'Indeen Europe: Abramides, ramide, ete. En Plowert, adw&-
que, de Adam,. por extensi6n, poiro, inocente. Adamique es palabr&
empleada por Verlaine.
ADELFA. - Brotan las adelfas que riega la Mnerte, P . P .
Eojaadetfa venenosa, L6pe de Vega,B.A,E. 24, p. 246.
* AT/TtA ^ . On,abancoii cintas eus albos eo'rderos, P . P . Esta
t>ailabia'po^tiea, usreial en casbeHand, forma ^iaite de'l lexieode los
^iiiiti61{stas, Plowert, Petit glossdre, AXbe, ete.
,,;:AJ^A I>E:LAS. COSAS. — T el atoia de las cosas que da su
- 386 . -

sacramento.., P . P.. L'ame des ehoses luit, V. Hugo, Fuite en


Sologne; el abna de las cosas, D'Annunzio, Las virgenes de Zo*
rocas. El principio latente de la vida, el ataa de las cosas, no
puede afeetamos directamente; pero nos afecta por signos exte-
riores, Merendez y Peteyo, eomentario de la Estetiea de Jouffroy,
en Ideas est6ticas, D'aller dans l'ame des ehoses, FIaubert, Corresp.
VI, 220: T posteriormente Joaqufo V. Gonzalez habte, de " l a ley
supiema de la armonia que reside en el atona de las cosas".
AMATUNTE. — Bay Ohipres, Pafos, Temjes y Amatuntes,
P . P . Soit d'Amathonte, ou soit d'Erie, Ronsard, Bp. de los-
Quatre premiers livies des Odes; Dans Amathonte, Banville, So-
nailles et clochetes, 1890; Amathonte, Pierre Louys, Aphrodite,
p. 233. Oual dos pastores de los siglos de oro, De Aicadia o de
Amatunta en las florestas, Garciay Tassara, Poesto,1872, p.
283. Daiio us6 de la libeitad poeticaal escribir "Amatuntes'*
para Timar con " j u n t e s " . Villegas, en Las er6ticas (oda XXXn.),
rim6 "Amatunte" eon " j u n t e " . "Hermosa qued6 la nruerte en
los ltiios Amatuntos", G6ngora, F&bula de Piramo y Tis&e."Em
losliIios Amatuntos, esto es en lo* rostros de estos dos amantes
infelices'', Salazar y Mardones, Ilustraci6n de la F&bula de
Ptramo yTisoe, 1636, f. 173, 174.

AM3C0. - Brazos gigar.tescos, donde eomo en los de Amico-


parecfen los musculos redondas piedras, Aml. '' En esto el gigan-
teseo Aanico, ealiendo de las selva<s, ve & los recien venidos", Ja-
vier de Le6n Bendieho, Argumento del libro IV de Los Argonautas
de Valerio Maco. " Y susenormes museutos desnuda (Amico)",
Los Argonautas, lib. TV, trad. de Le6n Bendieho, t. II, 1868.
Bub6n apunta como fuente, en la edici6n de Asul de 1890, la
oda X X I I d e Te6crito,de la tradueci6n de Montes de Oca:

Cerca del hombro, mdseuIos salientes


rudo oster.taba el giganteseo biazo
eual tes redondas piedras que en su eurso
veloz torrente pule deslavando.

Seguia e&si literalmente el original: "brazos gigartescos donde


pareeian los musculos redondas piedras de las que deelavan y pulen
los toirentes". Te6erito le perteneeia.

ANACTORIA. — Y era toda Seleoe y Anaetoria. La bailarina


de los pies desnudos, 0 . F . Anaetoria, amiga de Safo, Ovidio,
B>roidas, 2TV, 16; Antologia de poetas Urioqs griegos, Bib. cM,-
eiea, 1884: " l a milesiana Anoctoria"; M&ximo de Tiro cita a
Anaetoria entre las amigas de Safo, Mjaller, Historia de fo,Ktera-
twa griega, t. I, p. 281, trad. east. M>drid, 1889. Eeeientemente-
(LondTes, 1910), se ha deseubierto una oda de Safo a Anaetoria
- 387 -

(The Oxyrihynchus Papirus, X>). Creefflos que Dario se refiere a


eeta uniea Anaetoiia; le atraia te. belleza del nomfere. Oatulle fit
ute veisi6n, ou, comtme diraient aujourd'hui ses. eontemporains,
une traduetion d e l ' O d e a Anaetoria, Swinburne Nouveaux Po&me&
et BaUade$, trad. franc. Paris, 1902, p. 294.

ANGANTIE,. — O Jas tiompas que cantan la espada de Ar-


gantir, P . P . Argantir, en. el terto, por errata. Leconte de Lisle,
L'Epeee d'Angantyr, Poemas fidrbaros.

APOLONBDA.. — Y yo Apolonida, Pi.P. y en Los rwros. E n '


el poema de Leconte de Lisle: L'Apollonide. Este nombre es pa-
tron$micode Ion, hijo de^Apolo. Dario lo ha fonnado a imita-
ci6n de los patronfanicos griegos: Cronida, Japetionida, PeHda.

APTERO.—: jQuien sera el pusiIanime que al vigor,espafiol


njegue mtisculos y que al alma espafiola juzgase aptera y ciega
y tuUida?, O.V.E. Palabra convunisimaen la er.tomologia y en
lostratados de eseulturagriega: Vietoria aptera, ete. Per.tenece
al voeabulario del simibolismo. PIorcwert, Petit glossaire^ trae hi cita
de Pelix Fene6n: " l a presence de quelqu'es pages apteres", etc.
Dario tom6 la palabra de la eseuWura: en Gxeoia despuesde los
triunfos, suxgen aladas' o apteros de la piedra, las maravillosas
vietoiias, Espana contempordnea, p. 145.

ARGENTO. —- Oro, per.la y argento y violeta, C.E> Mueve lai


btaixea espuma eomo argenito, Gareilaso, Egloga, II, v. 1499. Ar-
gento, por plata es voz comriin en los autores espanoles del sigIo
deoro. DarioIa tom6 dei Dante: " B puxo argento eoale braecia
e il j e t t o " , lnf. XIV, 107; "parera argentoli d'oro distinto'V
Faraiso, 2CVIII, 96. El color de argento debi6 ser en la heraldiea
medieval el de lapeila: "llamado el verde, esmeralda;. colorado,
rubi; argente, perla", etc.; e el argente (se diee ser) agua. Nota
del Cancionero de Ixar, en Obra$ del Marque$ de Santillana, ed.
de Amador de los Rios, 1851, p. 98.
f'
ARISTO. — Y eu&ndo levantados el santo y el aristo, O . E . ;
Dejeis como ofrendas de aristos, C . A . A 1 lado d e l a r t i s t a h a y
lugar paia el Aristo, eomo al teido del saeerdotepaiael devoto,Sar
P41adan, L 'Art id6aliste . et mystique, 1894, p. 94. Se podria de-
finir al aristo: hombre su>peiior que tiene coneieneia de su supe-
rioridad, La Plwme, 1894, ^. 248. " N o ereo preciso poner eatedra
deteorias de aristos. Aristos, para mi, en este easo, significa, sobre
todo, iDdependientes. No hay mayor exoelencia", Dario J>iiuoida-
eiones de G. E. Para Ejenriot, StendJialiana, 1924, aristo significa
" n a t u i a i " , esdecir, "diferente": Diff6rent, lisez: aristo.

AYEEES. — Te lamentas de los ayeres, P . O . 4D6ndeest&s,


- 388 -

inont6n contfuso — de ayereS y de: manana? Solis, Poesfa$, 1692,


cita de la A..E., Diccioriario liist6rico de to lengua espanola, 1933.

AZTJL. — Un suefio azul, Azul; El verso azul y la canei6n


profana, C..V..E.. Songe bleu, Stephen Liegeard; Guard6 el tesoro
de mis bellos suefios azules, L. Tailhade, Poe"mes elegiagues.
Si un bosque entra en su6 versos, que no sea verde: azul, he aqui
un eolor deeadente para un bosque, Paul .Bourde, Les poetes
deeadents (Les premieres armes du Symbolisme, 1889). Sur l'eau
volaptueuse et lasse Qu'un reve bleu semble bercer, Emile Ble-
iri>ont (Poemes de Chine, 1887, Afi,th. de Wakfc.). ^e rimeur, en
son reve bleu, Banville, Sonnailles.

AZUR. — Apul, titulo del libio de Dario, equivale a azur. "Ve-


nus tuvo el azur en sus pupilas", P . P . Aaur se emple6 en easte-
llano en su significaei6n fiaaeesa de eolor hexaldieo. Dario lo
trae del romanticismo y del simbolismo, no como el simple azur
franees, eino con sugesti6n mas profunda. " N o eoroefei — escribe
en. Historia de mis libros, — ta. fiase huguesca l'Art, e'est l'asur,
aunque si la estrofa musical de Les chatiments: Adieu, patriel
L'onde est en furie Adieu, patrie! Azur!". En Pablo Pifferrer,
(1817-1848),. ^anci6n de Ut Prvmavera se di6 a " a z u r " su tras-
mundo: " y el azur muestran —- de la esperanza". Azur, tacem-
pleado por los poetas del simbolismo con signiiieaei6n de eielo,
de profundidad de 'horisontes, resalta en 'M4alUmne: . . .suspire vers
l'Azur! — Veis l'Azur attendri d'Octobre paleet pur; l'Azur!,
iit ; du vierge azur ; L'Azur! L'Azur! L'Azur! L'Azurl,
en L 'Azur que eomienza: De 1 'eternel azur..... Lamartine: Co-mme
une lani'pe d'or dans l'azur susper.duej Que son eoIeiI eoit doux,
que son ciel soit d'azur, etc. E. B16mont: Que des anges ailes des-
cendent de l'azur (Anlh. de Waloh). J. Lorxain: Laneant de sa
inain j a l e a u goufre bleu d'ezur...., Le sang des Dieux,18S2.
En Kugo predomina " a z u r " . Dario pareee Teeordar a Moreas:
Deesse aux yeux d'azur, Le pelerin passionne, 1893. Des avalanehes
d'or s'eeroulaient dans l'azur. Hugo, Le sacre de la femme. Des
avalanehes d'or du vieil azur. Mallarm^, Les fleurs.
BARBITOS. — Que acompana al barbitos en la oda, Azul. " E s
de notar que en esta oda se emplean como ein6nimos los aombres
de lir:a y bdrbitos", Baraibar, nota a la oda I de Anacreonte
" E n esta oda sirve para acompaiar al bdrbitos", Idem, nota a la
6da VI, Poetas Uricos griegos, "Biblioteea elasiea".
BICOENE. — Cofj la bieoine bestia Pasifae se ayunta; Que el
funebre recinto visite Pan bieorne, P . P. Despert6 un fauno bi-
eorne. Tras un aikna sensitiva, O V . E . DTyades, Paunisque bieor-
ne, Ovidio. Tienen (los satiros) cuemeeillos en la cabezay por
esto Tito Oalpumio los llam6 bicbrres, Baltasar Vitoria, ledtr0
-389 -

de. los Dioses, 1676, t. II, p.526. jOyes el elaimor de la bicorne


virgen? Tragedias de Esquilo, trad. de Brieva Salvatierra, " B i b .
clasica", p. 24. De las doneellas el clamor escucha, Reina bieorne;
-Mie>nendez y Pelayb, trad. del Canto secvXar de Koraeio: regina
bicoinis. En un papel satirieo' eontra Eoriz de Alarc6n ee eita
bieorne ertre las palabras extranjeras no conoeidas ni oidas en
rmestro idioma, B , A . B . 5 2 , 588.
BIFORME. — B1 biforme ixionida, P . P . El hombre centauro
tambien es de naturaleza biforme, Eemy de Gourmont, Latin
my$tigue, p. 204. A los Satyros los llam6 bifoimes Stroea Pater,
Vitoria, Teatro de los dioses, t. II, p. 526. El biforme hijo de
Pili'ra, Fernando de Herrera, Obras, 1786, I. j . 89.

BU*RONTE, — Ha perdido un imperio el dios bifronte, P . P .


ObHgan a su Eei que tuerza grave. A1 ternplo del bifxonte Dios
la ]lave, G6ngora, Panegirico, v,. 23-24. " E l viejo Saturr.'o, el bi-
fronte Jano", Oohoa, tradueei6n de la Eneida, VII, 180; Caro tra-
duee: " E l gran Saturno y el bifronte Jano".
t
BBEGA. — Y de te brega tornar vi61e un dia, P..P. Brega:
lueha, combate, refiiega, VwL Aanador de los Rios, Glosario de las
Obras del Marques de Santillana.
BRONCE OORINTIO. — j Aqui bionce corintio y alla maimol de
Jotia! C.V.E. Vease el Dieiionaire... de Daremfoerg y Saglio,
t .1, art.. aes. Idolod, de im metal eomvpuesto que no resistira tanto
como el bronce de Corinto q u e . . labraba el graneseultor de
Weimar, Menendez y Pelayo, Ideas estetica$, segunda ediei6n, t.
YIII, p. 273. Continuadamente digamos ahoia"los metales del co-
bre, el eual tiene el mds ceieano piecio en el uso, y aurj lo tuvo
el Coiinthio antes'que la p&ta, y easi antes que el oro, Bistotia
Natural de Plinio, libro XXXIV, tradueci6n de la Buerta, t. II,
p,602, M&drid 1619.

BTJU3fUL,, — Bulbules: iuisefioies, P..P. Vide un. manzanario


con un bulbulico picando el manzanaiio, Edmanoe$ tradicionales
entri los judios de Levante, Menendez y Pelayo, Antologia, depoe-
tas l%rieos, t. X, p. 317. Hiay una notaque diee que bulbulico es
"diniinutivo persa que quiere decir ruisefior pequeno". Bulbul
ainsi que toi ne chante qu'ur.e auioie, Lamartine, .Recueillements
poetigues, XIX; T>e- bulbul a 1 'auroie et le coeur au soupir, La-
martine, La Chute d'un Ange, VIII. '

CALIPIGIA. — Luego va una adolesceorte Calipigia, C..A. V&-


nus Callipyge, Oeumes d'Ovide, ed. Pancoudhe,t. 8, p. 297, eita
de Ateneo, lib. XIII, eap. II. Callypige la blanehe, Rimbaud,
Poesies, 1896", p. 29. Dario tom6 esta jalabra del P . G . d e Plo-
. —390-

w e r t : " Q u i a de bellesfesses","<3uelques artichauts calHpyges",


Laforgue.
CANIMA. - Gloiie al laboratorio de Oanidia, C.E. E s l a .
heehieera Canidia del Epodo V de Eforaeio. Dario, desde 1900,
lefa al poeta latino. Canidie, Catulle Mendes, PhUom4la; A Canidie,
Idem, Sonets.

iOARRO DE EXJEGO. - El sagitario del earro de f u e g o , P . P . ,


se refiere a Apolo. Eliubio Apolo en su earro de fuego, Valbuena,
Grandeza <mejicana, ed. A. E. p. 90.
OASTALIA. — Bafi6 el ,agua eastalia el alma mfa, C.V.B.
De 1 'eau easteliene, Morlas, Les stanees, TV, 16.
Ruben se iefiere eruditamente al ritual de lapurificaci6n con
el agua de la fuette Castalia, antes de entiar eh el santuario del
dios puro, Apolo, segun el epigTama de la pitonisa de Delfos.
CEKEBRACION I N C O N S O I E N T E . - " Y por casode cere-
braci&a ineousciente — Penee en t i " , iC.V.E. " N i es, como hoy
se dice, un piodueto de cerebrad6n inconseiente, Mener-dez y Pe-
layo, Ideas est6tieas, I I I p.. 392.
COOCINELA. - Como el bot6n derosa, como la c6eeinela,
C.V..E. La coccinelle.... Et j e ' p r i s k . coeeinelle, Vietor Hugo,
Les contem,plations, I, XV..Son vertugadm Etaitgemme' de eocci-
neMes, Catulle Mendes, Obras, t. III, p. 113.
9

iCOLOQUIO DE DOS CENTAUROS. - P P . Cervantes, Coloquio


de lo$ perros, 1613. Erasmo, Los coloquios de Erasmo tradu&idos en
lengua castellana, 1539; Doce coloquios (de Erasmo) tradusidos del
latin, 1530; Torquemada (Antorio de),Z<w eolloqu%os,saW%cos, con
un colloquio pastoril, etc., 1533; Verlaine, CoUoque sentimentel;
CoUoque d'un soir, de Eflmond Pilon, LaPlume, 1895.
iCONSTELAR. — Los rajahs eonsteladbs de brillantes, P . P .
Que el alba constelara de perlas y diamantes, P . P . Armas cons-
tek-das de nacar, de coral> de diataan<tes y - ruMes, Gauitier,
Caprices, p. 280. Monuments constelles, Hugo, Les rayons, XIII.
OGRNAMUSA.. — Pan sorprendi&la escuchandola orquesta -
Que 61 daba;al viento con. su <soraamoisa, P . P . Pour avoirtant
essouffle' des coraemuses, Oriardejs, Mor6as, Le Pe"l-Pass. Poa est ^
Dieu des pasteurs,il a d e moi s6uci, Ildagne bien daraer dessoTM
mes coraemuses, Rosard, Chant alternS.
CORUSCAN|TE. — De eoruseantesfle.eias resplandece, P . P .
E l q u e l o s fuegos eoruscos esgrime, Juaa de Mena, Laberinto,
LX; O esplendoTes eoruscantes!, Quevedo; et.e.. Plowert, PeUt
gl0ssai1e: "Oomscant. Adj. '— De 'e6ruseo, trembler; coruscana,
- 391 -

agit6, tremiblant, d'ofi le mot exprimant des lueurs mobiles eat.


objet -briUaxt.. Les etriers coruscants jetes ,dans la poussieres,
G. Kafm".
>QRINAJ>0. — La voz de los eiinados euadrupedosdivmos, P . P .
Ciinado- Apolo, Herreia, A J)o% Juan '|de Austria, ed. de 1619.
ORISALIDA.. — ;Oh quien fuera hipsipiIa que dej6 la eri-
salida! P . P . Mi pobrealma.paHda — Era una erisalida, P . P .
Pues tuVeres Ui ciisalid& Ae mi alma entristecida, O.V,.E. En &s
dos primeras citas aeerea esta paIabra a su sigaifieaei6n eientl-
fica Tisual; en la tercera hay dentro de la misma significaci6ry
una alusi<5n a Psiquis, es deeir, al alma que es mariposa. TTna
laiga eriealida de eolor de isangre, con cabeza de hombre de donde
t>rotan respLandoies, Flaubert, La tentation de Saw,t Antoirie.
4'Ouantas veces fue erisalida y cu&rtas veces mariposa? Sehure, -'
Les grands initiis, p. 351.
,ORISELEFANTINO. — La criselefantina divinidad.-pagana,
C.B. La Bteia eriseletfantir.a, que hizo Polieleto. paiauritemplo
de Argos; era priaeipalmente eelebre, Pieiie Paris, LaScvlpture
antique, Paris,-* 1889, Statue criselefantine, D'Annunzio, Il Pia-
cere. En Giecia, las estatuas eolosales de las divinidades eran de
'oro y de maifil. Se cor.oeen maravillas de la.eseultura criselefantina,
Daremberg y Saglio, Dict ait. aurum. La statuaire Ghxyselephan-.
tine que nous entendons mal aujourd'hui, etc., J. Peladan, La
Plume, 1891, p.. 72.E1 marfil fue empleado e n l a epoca dasica
combinado con eloio.en las estatnas llamadas eriselefantinas, euyo
interior eia demadera,S. Reinaeh, Manuel de PhUologie classique,
t. II, 1884. Ruben se refieie a la estatua eriselefantina^de Palas
Aten*a.. ^
./
CTJERVO. — Ni la toreaz es buena, ni es el cuervo prdtervo,
P . P . , Que si posarse quiere sobre latu<mba elcueivo, P . P . Lors-
qu' a voti* unisson lamentent les cor<beaux, Moreas, Les stances. : ,
""Las aves tanVbien debenser ex6ticas, se exceptuaelcuervo a causa ,
de su plumaje lugubre;pioporciota graciosas comparaciones:
Mon ame est un manoir hante par les eorbeaux:^
PauLBoufde, en Les premi4res armes dusymboli$m$lS89). Les
chers corbeaux delicieux,Bim'baud,06ras, 1896,p.l00. GJuerv^ es
unb de los sustantivos queabundan eo la poesia de fines dftIsigld:
XIX. Au-des*us tourneet erie un yol de noirs eorbeaux, Leeonte
>deLisle, .P.B.1 Un long voI de corbeaux tourbilU)naitdans. l'air,
75em:.Esteultimoversodelos P<oemas b6rbdros, de Le'massacre
deMona,Tpoexna, de batalto, y d e mortanday,'pudo jnspirar e l d e . .
Canto de JSsperansa deDario: . ".
'' U n g i a n vuelo de euervos mancha el azul celeste.
" - 392 - .

CULMINAE. — La iosa de Ia graeia puipura eulmina Sobreel


cayado pastoral, O..E. Plowert, Petit glosaire, Cnlminer, V. N. -
Etre ou sonunet, dominer, L. culmen, faite. A l'intense luhe des
flambois electriques, d'auties plus effaeees encore... eulminent
aux bais, Demoiselle Go.ubert. LOs autores de Demoiselle Gouiert
(Paiis, Vanier), sonMoi6as y Paul Adam.
MABLESA. — Porer en fuga a las diablesas malas, C.A.
CoD. una diablesa, El asno ilustrado, Madrid, 1837, p. 440. La dia-
blesa de la Saneha, B..A..E.. t. 33, p,. 134.
DIVTNO. — JDivino Hesiodo, P . P . Y del divino Enrique Heine,
P , P . Divin eomme Besiode, Banville, Lex ExiUs, L'ilej Le divin
H>enii Heine.. Banyille, Le sang de la Coupe.
J>ON DIABLO. — Del senor don Diablo, Canci6n de los osos.
" D e Mr. le diable", Brantome, Les dames galantes, deuxieme
discours."Messhe Belzebuth'*', Eunbaud,Pofoies, 1896,p. 3 3 . '
El Aicipieste, que piodig6 el don a don Mel6n, a dofia Merienda, a
dofiaOuaresma,u don Cainal, a don Aanor,a don Abnuerzo, se
loneg6 al Diablo. El "don diablo" del Quijote, I, cap. XJXXV,
no es tratamiento, sino foima de omotestar a Saneho. En Mila-
gros de Nuestra Senora, de Betceo, se llama al Diablo: Don'
tiaidoi paUtbieio, c. 202; Don fateo alevoso, e. 477, ete. Ea el
Poerna de Alfonso Onceno, e. 1279: DonLueifer. ".Don Satan",
Poema de Alejandro, 2272, B A E .
DTJiCAL. —- A , t i las blancas dianas de losparquee dueales/.
P.P.. Pare dueal. Le eiel figeen) du smalt les biax*hes, MbrSas,
Les syite's. Todas las cuiiucas del parque ducal, Le nouveau Ve-
cameron, Baris, 1886, t. 8, p. 6. /

EGIPAN,, - Las driadas brindan flores Y alegiia el egipan,


C.E. Mais l'Aigipan fescif, Leeontede Liste, P.A..,La saurce;
Amouis, &egiyans et bacehantes, Gautier,-iJwrau& et *'am4es. Le_.
paon de aa queue insulta d'aegipan, V. HGugo, Legende, Le satyre,
1. L'Aigipan moquem, Leconte de Lisle, P . A .

ELEMENTO DIVINO. - Ouatdo hay horobies que tienen el


divjnoelementp, Q..B. El principio inmortai, el eleWentodivino,
Deohaime, La Critique des traditions reMgieuses chez fes grecs,,
J904, p.. 214.. El elemento divino que fu6 depositado en las abnas
espiiituales, E. de Faye. Gnostiques et Gnosticisme, 1913; p. 70,ete.
"Eubfo pudo considerar " e l divino elemento" comolo vi6 Vigny,
e n i o poesia de lo's riumero$,la, poesia llena e l a l m a c o n " e l
diyino elemento".
,ENBMIGA. - D u l c e enemiga,CA.: " S i la duleemi enemiga",
Quijofe, I, XIV.Oervantes reeueida la copla deSerafico Aquitono
-393 ^'

queempieza (eito el texto de la edici6n del Quijote, de Pellicer,


VI, p. 424): De la dolce mia niraiea.. Llamax po6ticamente;
enemiga a la mujer amada, es <20m,uien. el Benaeimiemto. Garci-
]aso,Egloga XI: " e l bkuieo: piede mienemiga". Ceivantes, eh. el
Quijote: "amada enemiga mia", Lope, en La selva sih amor:
"Aqui, dulee enemiga, te traigo ruisefiores"; Guevara en el
'Marco Awelio: " a tiMacrina su muy dulce enemiga".Todolo
cual es s61o enamorarse de PetraTca:* "dolce mia nemica", en,el
soneto. <jue emjieza T>Wn bel> chiaro, etc.; " D e la dplee et emata
mia nemica", er. el soneto: I' put ascolto, etc.

ESOARABAJO: — Los escarabajoS con sus eorazasde esme-


ralda, con sus petos de oro y a<^ro, A. TJn bello escarabajo ente-
nador acoiazado de oro violeta, V. EDugo, Le Shin, II, XXVIII; Le
searabee, or vivant, Les iayons, IV, V.

ESPONJA.. — Comp laesjonja que la. sal satura en el jugo del


mar, f<ue el dulce y tierno coiaz6ai mio.... .C.V.B. El coraz6a del
hom:bre es eomo la esponja del rio, que ya bebe agua cristelina...
ya se empapa de agua cenagosa, Qhateaubiinad, Atala, Valen-
cia, 1835, p., 64t. ,
FAUNALIA...— En locas faunalias,CE'. del latirj, faunalia,
fiestas en honor de Fauno.

FAUNESA. - Y la faunesa antigua me rugira de amor, P . P .


Caiesse par eette faunesse, Banville, Sonailles et cloehettes; Hes-
sem*>lait, avec sa frimousse, aux Faunessee de Clodion, Banville,
Nous Tous.
Ta tete de faunessfl
est fqlle de jeunesse
et de rires ardents
aux blar!ches dents:

BanVille,iM Exiles. Les Faunesses(1886), titulo de uii libro de


F61et. Deux faunesses,parmi l'om:bie, Pieire Louys, Les petites
faunesses.

. F E B E . — LaLuna,. Del latin Phoebe. Vi que un negro manto


De nube de Febe cubria el enear.to ( P . P . ) . En todas las ediciones,
por. eirata, Febo.. De ta douce lueur, o Ph6be, Mor6as, Enone aU
clair visage, VII; Comme jadis Phoebe dans le bois taciturne.
Hlugo, Toute la Xyre, L'art, Xi; a Phoeb6 salueurpale etd<nree,
Banyille, 9ariati<fev&sbeurdesgramds .astree Phoebey BanvilleJ
. Cariatides. Yentosemper Tubet auren Phoebe, VirgiUfO, Ge6rgicas,
' I , 4 3 1 ; almanaque cuirunoctivago Fhoebe,EneidaX, 315, 316;
Que siempre cdn los vientos etrojeci6 eu rostra la aurea Febe,
tiad. de M5ffuel Antonio <3aro, 187>3;y la almaFebe en su n0c7
V ' " '- ' ^r- 3 9 4 ; - - . . -'y':r- -

turnb eario, trad. de Ochoa, 1861;yen lo alfeo la ahna Febe, trad.


de Caro, 1876^ etc.
' FDORAL. -— Del tetfn floralis. De su "floral .perfuane 6e exhata. -"
sutil dafio, F . P . PloTvtert, "FloraT'. Adj. Oime,de fleHTS.TTme..
jeune filledans une.lumiere filtiee par les blanches florales, lit,
F^lix, Feneot'. En. Dario es perfume d* flor, porque Venus es flor,
y 'asi diee: Su piel de fIor afin humeda esta d e a g u a maiina. Eii
Banvillej Les Exiles, p. 48:
Et qui, vivante fleur que sa beaut6 parfume,
&pparut 6ur la mei dans la sanglamte ecume.
GEMAR. — Y yo las telas con mis luees gemo, O.V,.E. Ciboire
d'or gemme de.pierieiies, Viele^Giiffin, PoSmes et foesies;J)a^s
les fines coupes gemr>i6es, MtoSas, Les cantilenes, Agha V4li; La
f'9>xune des grands cieiges consutnes, Oscille dans des lustres 2ero-
mes, M01eas," La vieilte femme de Berheley; son vertugadin Etait
gemmlde coeeinelles,.Catulle Mjendes. Les doigts gemmes de ruba-
celle, Les fa$tes, St. MferilL Au seuil du Parc, gemme d'aurore
printaniere, Dubus, Superbia.
GEST'6 RITUAL. - E t r i el gesto iitual de le baeante, P . P . Le
geste rituel de l'adoration, Dict. des Antiquites, t. L, p. 80 yl449.
GYMNBSIAS.. - Llevan las gymnesias brisas, 0 , E . T>aneas
gymnesianas, G.A. De las islas Gimmesias, nombie prerromano de
las^P>aleares..Dorio distingue las Gimnesias de las Pitiusas.
Plinio Uama Baleares funda bellicosas -
aestas islas hermanas de las islas Pytiusas,
en ta. poesfa titulada Valldemosa. El pasaje de la Eistoria natural
de Plmio,al que se iefieie es el $iguiente (-III, 11, 1 ) : Baleares
...fundabelUcosas, Graeci Gyrnmasias,di%ere,TextodeLittr&. Se les
.ll&mz,Gymri,asiae o.Gymnesiae..^Eia giiegpGymnesiaL .
iGLORIA. — Cant6.... ia gloria del $cA,Aml,.Ms&tko sordo;
Lagl6ria del.80l,. Los raros; 'Casi desnudaen la gloria del dia,
P . P . . L a gloiredusoleil,Ruskin, Modem.Painter's, IX, eh. XI.
"Nbtez.ce dermder mot: ia, ,gl.01re, c'est^a^direl'konreuren meme
temps. qu la beaute' du soleil, Andi4s Ghevrill<m, La Pen$Se de
Bv^hm,^>.Q5.^'
:HALA<jrABAL. — Es una desfiguraei6n de Elagibato o He-
liogabalo, latinHeliogabalusy Elagabalusj frances, ElagabaIe o
HelagabaJe oHeliogabale. jOh Kalagabal! deeuyac01te — 0T0,
seda, mdrmol -^ meaeueido en suenos, P . P i Dario eseribe Hala-
,gabal en lugar de Elagabaloo Heliogabalo: Quizdsea errata, debe
eseribiise Hlelagabal. Le entristeeieronlosritosimplosde Hela-
-:" -395

gabal yabandon6 la eiudad parahuir del sirio afemina3ovestido


de telas flofcantes' y leves, cuya belleza recordaba a Di6nisos nino, P -
QuiUart, Les lettres rustiques de Claudius Helianw, Parfs, 1895,
p. 7. Bajo el poder del asombrosq Elagabal, Efaysmans, 4 Relours,
cap. XV. L'athfete.Belix,e61ebiesous Elagabale, A., M. Croiset,
Bist. g,e la litt.. grecque, t. V., p., 769.En la, historia de Helioga-
^balo en Elio kampridio, tiad. de E. Navarro y Oalvo, Esctitores
de to historia augusfa, Bib:. Clasica, 1889 se lee: XJs6 BeliogabaTo
paia tapiees de mesa, telas de oro; el vuio de rosas; hacia que.,
sembrasen sus coniedores, lechos y p6rtieos por donde paseaba,
de rosas, violetas, jaeintos, nardos; tuvo leehos y alcobas de plata
maciza; hizo servir guisantes eoa gianos de oro, lentejas cot'.pie-
dras preciosas, -habas eon tiozos de iLmbar y arroz eoa perlas;
iegalaba nril monedas de oio; llevaba tunicas de t e l a s d e o r o ,
togas de purpura, mantos pers&s boidados de pedrerla; llevaba
*n el calzado piezas pieeioeas; prometi6 a sus' eonvidados un
ave fenix; lleoiaba de| rosas las piscinas; tenia platos figurativos
de marfilj de m&rmol; trajes de seda; carrozas adorr.adas c,on
piedras preciosas y con oio; haeia sembrar de polvoj de oro y de
plata el p6itieo por dondeee paseaba". Pierre d'Elagabale; l'em-
pereur Elagabale, etc. Daremberg ySaglio, Dict.,des ant. t. I,
p. 644, Eaagabald'Emese, t. IV, p. 1392. Pellieer en ElFenix,
'1630, p. 182: Y Heliogabalo que prometi6 dar en un eonvite al
E6nix.
En el Viaje a Nicaragua, Mjadrid, 1909, p. 20, alaludir Dario
a . l a f r a s e d e PaMbras liminares, de Prosas p70fanas1 "en el
idioma en que te cantariaa t i , o h Halagabal!", eseribe"Hala-
gaabal". iCuriosa transform&ci6n que eonvierte el nombre de
Heliogabalo en un mito poetico!
* HEBAK^EO. - Aun del dardo herakleo muestras la roja
herida, .P..P., Hterakleo jo'r hereuleo, del ,griego heTaeleios. Dario
sigui6'laortogTat'ia,giiega de Leeontede Lisle: Deplorer les d6-'
pait de Hj61akles, So%hocle, .p.. 5. ' ' <,
HIPERION. —' Enmolad un cor<iel a Hiperi6n, O.A. Del triunr
fanteyfugaz Hyperi6n, MJenendezy Pelayo, Odas, p. 86; Hype-
rion, Tailliade, Le cluxnt de Glaucos. O filsd'Hypeiion, L. de
"Lisle,P. A..
HCXMEBIDA. — J6ven hon1e1ida, P . P . Commeun jeuneHo-
Mere conduisant ses jeuces h0n1^rides, A.F.ranee, La Plume,
1891, p. 1.
ft
IOONIGG. - Tal en su aspecto ie6nico la virgen bizantina,
.P.P...Siguiendo la t1adicidnie6ni<5a, mas tardese xepresent6al
dios de mediocuerpoa11iba y por abajo teiminando en un pi^r,-
3"rB. Melida,Foca6Mtorio de terminosde arte, 1887, p; 294, tota.
-'396 -

Esprobableque la virgen bizantina a que se refiere PaTio sea


Jaque trae Bayet en L'art byssantin, p.. 191.. La virgen laiea de
puvis de Chavannes,. del hemicielo de la Soibona tiene mucJj<v
parecido con esta virgen, lo que fue adveitido por el poeta.

ICOE. - El icor excelso de ias floies insignes, P . P . T hasta


el suelo coni6 la sangie bknquecina y pura, Icor llaoiada.... Y
con sus dedos Enjug6 el icoi que en. iaudal cofioso Vertia de su
mano Citerea, Iltada, lib. V, tiad. de HermosUla,

INANIMADO. — Amo lo inanimado que am6 el divino Besiodo,


P , P , Si el estado del cielo y la disposici6n de los astros infforyen
en el naeimiento de cada animal, jno habra de suceder lo miemo
reiatrvamente a las cosas icanimadaa? &Y puede decirse algo mas
absurdo? Cieei6n, De la adivinaci&n,, X$JWIl, tiad. de Menendez
y Peteyo. Cieer6n llama inanimados a los objetos m&teriales, al la-
drillo y al eemento. Pero Dario, di6 despues a inanimado otra '
signifieaci6n. Dice en Cuentos y cr6nica$ " L a faz expresaba pe-
sadumbie, y alrededor habia como un movnniento de seres, de los
quese llaman animados porque (sus) ahnasse manifiestan por el
moviiniento, y de los que se llaman inanimados porque eu m0vinrien7
to es intimo y latente". En la primeia cita Dario opone inatimado
'a animado y quiza a sensible, pero eon cierta aproximaei6n haeia
la segunda, D'apes la magie ham^6pathique, tes objets inanimes,.'
a u s s i bien que lesplantes et les animaux, peuvent iepandre
heur ou malheur autourd'eux,ete. Erazer, Le rameau A'or, Paris
1924, p.. 33.Su alnia de poeta distinguia en laa masviles eriatu-
ras, en los objetos inanimados, el caracter por donde se refleja la
heimosura soberana del criador, Pardo Bazan, San Franciseo,
cap.. XII. El ser que recibe el impulso delexterior es inanimado,
Cieer6n Bep.. L. VII, tiad. de Navaixo y Calvo. Les objets sana>
forme etsans vie avaient des tours mysterieux d 6 n t j e eompre-
nais le sens, Nerval, Aurelia.

INiDEFEREN'CIA.- Mata ki, indifeienciataciturra, P.P.. En,


el texto indificeneia.. Que' extirpe de la indifereneia la maneha,
C.V.E.. El diletantismo religioso es una variedad de k. indiferen-
eia, Amiel, T>idrio iniimo, 12 de junio d e l 8 7 1 . E l vieio eontrario
alacuriosidad es la indiferer.cia, Montaigne, Eois.. Lib.. II, cap. '
IV. El indiferentismo religioso ha sido <ondenado por la Iglesia, '
especialmente en laencicliea de Gregorio XVT, Mirari vo$ (1832).
La destruction des temples passe inapereue au milieu de l'indiffe-.
.renoe de 1 'histoire, Louis M^nard, en Polytheisme hellenique. Da- -
rio cordena la indiferencia eomo la condena Le6n^Bloy y , e n
roateiiapoetica, <3hailes Maunas. -^

IXIONIDA. ^ ; Hijo de Ixi6n, jatronimieo aplieado a t o d o s . :


.:.' .'.-'" - '397 - ' ' -
" ^ . J> . . . . -

los centaur<is coriex^epci6n. de Quir6n.Elixionida pasa veloz"por.


lam6ntafia, P.P.. Elbiforme ixipnida, F . , P r '
JAM>IN DE SUESO; - El duefio fui de. mi jardin de
sueno; Y apenasvegas libie por el jardfa del sueno, C.V.E.
L..Tailhade, Le jardin de Reves, iS80; Le jardin desreves, Ca-
tulle Mendes,Le nouveau Deeameron, t. 10, j . 6.8, 1887.
KOHINOOR. — Que se coronan, por sus manos oon kohinoores
y regentes, Canto a la Aigentina; es decir eon loe mejores diar
mantes.. El Koinoor y el Keger_te. son dos eelebies diamantes.
K<Vhinoor, segun Gautier, Caprices, signifiea montafia de luz. X*a
palabi;a Kohinooi es usual entre los simbolistas. Voici le koh-innor,
les jades de Pahnyre, M'oreas, Les syrtes, ete.
LABIO. — Y una soniisa pone enel tabi6 del hacha, C,,B. Hie-
dia cireunda el labio (del vaso), Te6crito, Idilio I, trad. de Mon-
tes de Oea.Ec Walt Whitman, Canto del hacha:el solo tebib del
haeha. ^
-LAMPADARIO. —i Viuelven a darsulumbre los viejos lOrnpa^
darios, P . P . Lat. lampadiarius, el7q>ue lleva &s lamparas; ital.
lampadaiio, fran.. lampadaire. Dario emplea la significaci6n ital.
y fianeesa. La palabia latina que Daiio traduce por lampadario
es Umpadibus, Met,. XttI, 248. Un vaste eereIe de cand61abres, de
lamipadaires, V., Hugo,. Los lampadark>s lo extinguen subitamente,
Schur6, Les grands inities, p. 440. Son estos lampadarios los que
vuelven* dar su luz en uta nueva reeneainaci6n. La Giande-Ourse
n'est plus qu'un vague lampadaire, Riehepin, Mes Paradis, p. 9.
LAUREL-RGSA. — Estremeee l a h i j a del laurel-Tosa, P . P . ,
La palmeia y el laurel iosa son mis arboles preferidos, Gautier,
Voyage en Espagne, p. 344; si se traduee: " L a jahnera y la
adeifa'",-adelfano da laimagen de eolor de laurel rosa,de ese
laurel 'rosa que deslumwbra a cade instante a Gautier y que ee
encuentia eitado por casi todos^los poetas simboli$tas, por los
que iecuerdan los lauteles rosas del Eurotas. Dario en el Cartto
de la$angie, escribe: "Biotac las adelfas que riega la muerte",
Lafne, dice Gastelar, transfoxmada en adelfa de nuestros torren-
tes", Discurso de. la Academia E$panola,&qai a pesar de su eti-
mologia, adelfa no da la imagen de laurel, ni de laurel rosa.
" E l l a u i e i rosa", El,asno ilustrado, Madrid 1837, p. 204. Vier.ges
eeintes de lauiier-i06e, Leconte de Lisle, P . A .
LEMURES. - Yo he. visto los lemures flotar, en los r.octurnos
instantes, P . P . L o s lemuresflotanporque soasomtbras.Noetur-
na LemuTia, Oridio, Fastos, V. 421. Au temips de TKeodoric aussi,
Saint Oesaire debariasa une niaison hantee par des lemures, Huys-
mans, Ld-Bas.iX, i97. '
' * '- ':
;'-v-'"39&'.--

LEVAR, - E n elscntido de levantar, elevar,alzar.Lj>squr-


vos hipocampos sobre las verdes ondas Levaronsus hocicos, P . P .
Ae.Esp,. (del latin Levaie) 'tr. ant. Lemntar. Levare pafonas
ad coelum. Ceivantes, Quijote, II, 29,"levar fexro". Quiza ea
Dario levar sea afere5is de elevaT.
LILIAL. — Tu eres hermana de las liliales virgenes, Los raros;
y lasmanos lilialesagita, F . P . Oh lune pale que delieLiliale
en le soir berceur Ta lueur d'opale, L. TaiUiade. E t sous un flais
de soie aux sjlendeurs liliales, Augusto Angellier, Anth. de Walch,
t. I I I , p . 311. Mawis ZiZiaIes,Bodolphe Darzeas, Anth, Lemerrc.
Etre a la blaneheur ]iliaLe, Benville,- SonnaiUes, XXV. Ta bouehe-
rouge etblanohe ettoute liliale, Plerre Louys, Emaux-..
L I R I C O , - Lirio r e a l y lirieo, P . P . En busca del liriei> SyI-
vano> P..P.; Liiicas albas, G. E . : Las testas aneianas eefiidas
de liiicos lauTOS, O..V!..E.. Tu gardes le tresor de la lyrique foi,-
L.. Le Cardonnel, Carinina Saora; au lyrique fiedon, Moreas, Le
P6Ierin passionS. No .sin. liiico brio, Cat. Mend6s, Poesias, III, 208.
'III, 208. " ,/

LIROFORO. — Banville, el mAs 5igoi6 anfi6n, el mejor Ur6-


foro de laEraneia, J)espu6s del carnaval, " L a Naei6n", 8 d e
marzo de 1895; Padre ymaestro magieo, lir6foro eeleste, P.,P.
Dario >ha tomado te paUbra lir6foro de la entomologia. Este
vocablo teenieo formado por lyra y phoros,esta ea el dicciona-
rio encielopedico Larousse, 1865, t . X , en el Hispano Am<ericano:
y ea tratados de entomologia.. Puede ser que lo haya ereado de
aeuerdo conaumerosaspalabias giiegasde igual formaci6t'. El
conoeia el Hermeseri&foro;hidr6foro, etc.

LOCURA.-^ Coa la loeuia de la eruz, C..A'. Abrazaroa con


Fr&neiseo la Cruz y su loeura, Pardo Bazan, San Francisco, cap.
I I ; La folie unique de la Ooix, YkrHme,Sagesse.
LTJZ HEGRA. — Luz negra,;luz divina, P . P ' Cetteobscura.
etaxt6 qui tombe des etoiles, Coiaeille, Oid. IV, 3. "Luz negr.a"
estfi. dettro de la antitesis de los mfetieos.. Ea. " L a Naei&n",
24 de marzo de 1896, apaieei6 ua suelto titulado La Vuss negra,
sintesis de un estudio de Le Bon acerea de los rayos Rortgea y
posteiior a la poesia de Dario.
MANDRAGORA. - Y ^ , lugubre aiandTigpra de laentrafia
de la noche, Canci6n de los osos. La jnaadragore semble un oeil-
6veill6, Vietor Bugo, JPosiscriptum, p..l61. MJandragorescriant,-
ete. Tailhade. Les pleur$ d'Ophelie. Esta yerta que Uaman nian-
dragora, Lope de Vega, La Dorotea,HI,TV.
MEOANICA CELESTE. - A1 Titmo de la ianieasa rnecanica
^' . f - -
- 399 -

celeste, P . P . Bs euriosa esta concepci6n he^toniana enel- Colo-


quio de U>s Centauros. Tisserand, Iraite de mecanigue celeste,
Paris,'18.89-1896. Laplaee, Micanique celeste, ed. de la Aeademia
de Ciencias, 6 vol. Paris, 1878-1892.
MJSA.BGSA. —: Yo he dieho, eii la misa r o s a d e m i juventud,
P . P . Messe rose,A. Crillon, La Pluyn,e, 1896.
NBFELKATA. — Nefelibata eontento, Cieo interpretar, C.E.
Queando, 'nefelrt>ataj por las n u b e s , C E . Ploirctert: "Nepi6U-
toate. Adj. — <jui marehe au - dessus des nuees. G-. n6phelS,
nuage. Poemes neph61ibates et de th6ogonies.. E41ix Fen6on, Les
Sommes d'aujourd'h,ui (N<> 241) " . Nefele, la Nube, ha sido nruy
citada por lospoetas desdeAndres Ghenier: L'or du belier divin,
present de Nephele, -Ohenier; Rejetons d'Athamas, que concut
Nephel^, Leconte de Lisle,ete.

NiEPENTE.. - Vierte TTn contraiio nepente, ella no olvida,


C..V.E, Bebe, bebe ese nepente, y asi todo olvida ahora, J . A.
PSrez Bonalde, tiadueci6n del Cuervo de Poe. Con el vino verti<5
despu6s el nephendes potentes, que olvido inspira de los males
todos,Mer.endez y Belayo, trad. de El Ciego,ieAndr&s Chenier:
Le puissant nepenthes.r^&onzalez Perez y Baraibar en sus versio-
nes de la Odisea (IV, 221), no traducen nepente; Perez dice
"confiei6n" y B a i a i b a r " b r e b a j e " . Baraibar en ^ traducci6n
de Luciano, (De la danza), prefiere " f i l t r o " . Rod6, en SubSn
Bario (P..P.. p. 17): "del hetedo nephente de Leconte de LisIe".
Que jo goute Le nepenthes de tes baiseis, L. Tailhade, Poemes
elegia'ques.

NINFALIA. — En el gesto ritual que en las hermosas NinfaHas


guia a .ki divina hoguera, P . P . D3ri0 ere6 "ninfalia" por seme-.
fanza con "faunalia", para eigrifiear procesi6n baquica, ba-
canal.

OABISTIS. — De oeultos y ard6rosos oa*ystis en los tibios


paiajesdel bo$que, Azul. >Cantade los oarysfe el dellci090 ins-
tante, Medallones, AzvZ. PloweTt: "Oaristys. S,. M. Colloque amo-
reux. Ardent oaristys, ete, Paul Verlaine, Eommes d'Ajourd'hui
n" 243)". Ah les oaiystis!les premieres maitressesl, Veriaine,
Voeu. "El Oaristys, idilio de Te6erito tradueido del griego'*,
MenSndez y Petoyo> Odas, epistalas y tragedias, 1883. Licda por
el esmero y primorosa eoaeisi6n es la de la Oaristys de Dafnis
y la muohaeha. Lastima es que miI palabras grafieas y ricas de
significado quetenemos en nuestro idioma, no se adapten bien al
e6tiloeerio y noble,, 6i nq,tel titulo de ta Oar#s#sdefciera ser El
palique de JDafni$ y hi m,uehacha, Juan V&leia, itirod. a Odas,
ep. ytragedias de Menendez y5*toyo, p^.XLI. Ee eurioso que
- 400'-

Leconte de Lisle haya tradueido Entretien de Dafnis et d'une


jeunefitte, en lugar del t J t u l o g r i e g o . Andres Ghenier, t i t u l a s u
imitaei6n: L'Oaristys..

O C A . ^ - L a griteiia de trescientas oeas, P . P . . Oies protestan-


tes. Oh. Maurras, Le chemin de Paradi$, Eevue Encyclopedique,
1895.

O R O R O J O . — Hoja de oio roj6, P . . P . L a beaute de l'ox rouge.


Somania, 1890, p. 319. Feuilles d'or, Gh.. Gueiin, Fleurs de neige,.
1893.. L'essaim des feuilles d'or, A. Rimbaud, Les illummations,
Prpses, I I I , I I . Quand viendia l'autan detest6 I1 hii fondra tout
l'oi' des belles feuilles moites Peur en rehausser ea beaut6, M o v
i6as, Les Stances, I I , X I I I , 1899. Ge p a r e hautain jonehe de
feuilles d'or, L. Tailhade, Poerttes elegiaques.

PADRE.. — Padres-'rios, P . P . Badre Tiber, murmura, Virg.


Eneida, ti<aducei6n de Mig.uel AT.tonio <3aro. E1 padre Tajo, Igle-
sias .de la Oaea, Egloga V I I I ; E1 padre Apolo, Cei^antes, Viaje '
del Parnaso, cap.. I.. Quand le P&e (Victor Hugo) etait la-bas,
dans l ' i l e " , H*uret, Enquete, p. 278. E1 padre Homero, Moratin,
Veriota de los pedantes. Que el padra Tormes de sus urnas vierte,
Villegas, Elegia XIII.. Bien lo mostr6 el padre Homero, Menen-
dez y Pelayp, Ideas esteticas, Xft, p.. 4,. Mira la madre abeja
6usurrando,.Ubeda, en ^<ancionero sagrado, B . A . E . , p. 225;
P a d i e Oeeano, Bosean, Obias, XCIX..

P A J E . — A l a i e i n a Venus y a su paje Abril, O..E. 0 ' e s t le


page Printemps, Ferdinand Keiold, Eevue Encyelopedique, 1893,
p. 1118.

PANICO. — De Pan, del griego " p a n i c o s " . El alfabeto p&-


nieo, C.. E Oon su p&nieo estr.uendo> C.. E.. Plowert, P . Gr,.
Panique, trae la eita de Verlaine; L'emotion panique que fait
vibrer Eonsard dans son EAegie a la foret, Les Hommes d'Au-
jpvrd'hui (r.* 2 8 7 ) / Daxio no emplea k. acepei6n en el sentido
de que " P a n troublait les e s p r i t s " , s i t o en la de "perteneciente a
Paai".

P A N I D A . - P a n i d a , P a n tu mismo, P . P . Que pone sol en


3'alma del panida, O..E. Valle Inclan, eonvierte en las admira-.
bles pagir.as de Laldmpara maravillosa (1916), el genitivo P a n
en panida: " S o l a m e n t e e u a n d o nos peidenros por los musicales
senderos de la selva p a n i d a " . . .

PAPBMOR. — Y e n t r e l a s r a m a s eneantadas papemores. P . P .


Papemor, ave raia, P . P,. Plowert, P . Gr., Papemor, Oiseau fabu-.
leux. Trae la eita de MCoreas: " L e s papemors dans l'air v i o l e t -
vonrt, <3antilenes. M. J . J $ o r e a s , parexemiple, est de ceux-la: deux
^ _'401 -

mots sonoies, escramor et papemor, quepersonnen'a biencompris


jusqu'ici, et lui moins que peisonne, l'omt. frapp6 lisant sans
doute au hasard un roman d'aventuies du X>IIK eieele qui a pour
titre Li Biaus Desconneus, et vite il n'a pas eu de reposquyine
les ait glises dans sa prose, l'autre dar.sces vers, A Delboulle
Sevue ciitique, 1889, t. 27, p. 34. ^
PABASOL. — Bajo un regio y azul parasol, P . P . Ses ailes ^na-
me un large et sorrabre parasol, Leeonte de Lisle, La chasse de
l 'aigle. De son parasol iose, Leeonte de Lisle, La visi6n de Brahma.

PEAN. — Y el tlmpano en el pe&n, A..Y el hermcso Pean


cantando ledos, Del Flechador las glorias celebraban, Hermosilla,
trad. de la IHada, libro I.
PENTESILEA. — Pentesilea, reii:a de amazonas, P..P. Pen-
thesilee, reine des Amazones, <3atulle Mendes, Contes^ ipiques;
Penthesilee, en Banville, Gautiei, etc.
PEELAE. — La orquesta perlaba sus magieas notas, P . P .
Son riie peile eneore a chaque feuille, Bimbaud, Tete de faune,
Sa voix, perlant tout bas ses notes argentir.es. Moreas, Les Syrtes.
Con otia significaei6n: Font 6cloie un souTire ou perler une lar-
me, Sully Prudhomme, Stanoes et poemes..
PETULANTE. — Ohismoso y petu&nte charlando va un go-
rri6n, P . P Creo que fu6 G6ngora quiet: .trajo la palabra petu-
Iante: Satyio de las aguas, petulante Violador del viiginal deeoro.
(Soledad II, 461), " E l Semidios builado, petulante", en el sone-
to que einpieza: " A l tronco Filis de un laurel sagrado"; Este>
ad,jetivo debi6 adquiiir cierto auge en la epoea en que lo emple6
Dario.. Valere Gile, en La Cithare, 1897, lo aplica tambien a los
pajaios: les merles petuUuits.
PIES DESNUDOS. — La baUarita de los pies desnudps, O.E.
Bajo tus pies desnudos aun hay blaneor de espwna, C. E. N'im-
poite quel jied nu, V. Hugo,Za LSgende des siecles, I, IV; Les
pieds nus d'Amaryllis, V.: Hugo, Chansons, Cloture, III. MaTthe
aux pieds nus, Emile Blemont: Tes pieds nus, Baudetaire, A une
Malabaraise. La expresi6n "los piee desnudos" que viene de la
pintuia y de la eseultura abutda en la poesia simibolista. Cuaado
Daiiodice: "Bajo tus pies desnudos", etc., ve en la mujex a
Afiodita que sale del mar. O Nymphes anx pieds nus, Leconte
de Lisle, P.A.
PITAGOBIZAR.. - Pitagoriza en tus constelaciones,P.P. Del
latin pythagoiissaie; Apuleyo, profesar la doctiina de Pitagoras;
fiances, pythagoiiser, seguir )a doctrina de Pitagoras. Juam de Pi-
T^AifAgricultwa christiana,&i&logQ III, y V: Y el otro Sim6ni-
- 402' —

.des pyifchagoiizava diciendo que nunea le pes6 de aver caHadb;


mas que por aver hablado muehas veees se avia arrepentido, Ro-
driguez Marin, J3os mil quinientas voces castisas,axt. "Pitagori-
zar''. Este pasaje de Pineda esta tomado de las Oiras morales de
Plutareo.
POBBE.. — M3' pobre alma p&lida, P..P.; Y somos los men-"
digos de nuestias pobres almas, C.V,.,E.. Yo, ppbre aibol, C.V.E;
Y yo en mi pobre asno, Sonetopascual; ]Oh pobreviejo diyinot,
L B.. Sobie "pobres ahnas" v6ase Bohde, Psiquis. Pauvre ame,
Louse LabS, en el soneto que eomienza: Tout aussitot; Baude-
laire, Que di'ras-tu ce soir, pauvre ame solitaire; Pauvre ame pale,T
Veilaine; Huy6mans, (La Catkedrale, XIV): pauvre ame; Gu-
tierrez N&jera (Tras los montes): pobre abna. Es eurioso elvalor
afeetivo de " p o b r e " en ciertos poetas. Comparese con manada
pobre (Gareilaso, Egl. II, 35), huerto pobre (G6ngora, Borrfemo,
XXV), paupeiis horti (Viigilio, Buc. VII, 34) y el sentido de
animula de Adriano, que Dario recuerda al hablar de la de Ver- ,
Jaine: " N o era mala, estaba enfeima su anvm,vXa, blandula, w
gula"... De esta pobre alma, Caio, L'idee de J)ieu, p. 306.
En nuestras pobres <x>nefencias, Seiure, Sanctuaires d'Orient,
p. 165. Los mfcticos espanoles han hablado de te pobre akna:
Santa Teresa: "asf pobre alma", " l a pobre alma", Las mora-
das (I y I I ) ; San Juan de k. Cruz: " T asi dofolan el trabajo
a la pobre a t o a " , Subida .del Monte Carmelo, pr61ogo L'issue
du tabyrinfhe ou somr.ambule la pauvre ame, Kahn, Palais no-
tnades.

POMPADOTXB. — Clayieordio Pompadour; La regia y p*m-


posa rosa Pompadour. P . P . Le bouquet Pompadour, Bobert d*
Montesquieu, Mevue Encielopedique, 1895., TJne femme eCssise,-en -
d6shabille Pompadour, Gon*out, La maison d'un artiste, p. 167.
Gautier, en Emaux et CamSes: Dans les chapelles Pompadour.
ldem, Voyage en Espagne: et autres omements pompadour, etc

POBTA-LIBA. — ^Que porta-lira de nuestro siglo no deseien-


de de Kugo? Los raros, 1905, p. 41. Si le eiitique Veriained6versait
aflots l'ambroisie aux porte-lyres, il ieservait le fiel aux prosa-
teurs, Oli, Dor.os, VerUiine intime, 1898, p'. 160. Es termino de
.eierto uso en la literatura franeesa: C. Mkuelair, Le genie d'
Edgar Poe (1925): Leporte-lyre, ete. H. Bremond, La po6sie
pure (1926): Tous les porte-lyre: (p. 89).

PBINCn>E. - El hermoso Prfaieipe Sol, A. Ep el earro deJ,


Principa Axul, O.E, El priaeip* Amor, Lope, La Dorotea, I. V.

PBOEANO. — Yo he dwho, en la misma rosa d e m i juventud,


mis antifoinas, mis secuencias, mas profanas prosas, P . P . Este
^ - 403

afio se ha eantado en las iglesias, peterte el. Santisimo Saera-


mento del altar, un romanee que eada verso de todo el es prinei- -
pio de uno de los remanees profanos.... Este exceso ^ha llegado a
tanto, que la Gloria y e l Credo de la Santa Misa se eantan. en al-
.gunas partes con toi.os que han servido para letras profanas...
Se toea aquello que_ha de ser mas deleitoso a lo sensual, sinex-
ceptuar algun tono"por profano que s e a . . y comunmente sueede
que, acabadp este canto profano, euando comienza, lo grave y se-
iip, se salen de la iglesia {Papeles de Inquisici6n) P a z y Me-
lia, Sales espanolas, 1890, t, I, p. XXXIII-XxxrV.
PROFESOK. — Eres unprofesor de energia, C..E. Napole6n,
profesor d'energie, Baries, Les deracines, p. 323. Napole6n, ce
"professeur d'energie", Aug. Dupouy, Les litt. comp. de France
et d'Alemagne, j . . 243., Esta frase se encuentraen muehos eseri-
toies fianeeses modernos, por ej. en Peladar, Textes choisis de
L. de Vinci. Leonardo, diee P61adan, se dresse en incomparable
professeur d'energie, p. 28.. TJn professur de s6renit6, Maurras,
Eevue Enc. 1889, p. 81. " L a frase profesor de energia que Sten-
dhal invent6 (segurj creo) para aplicarsela a Napole6n, y se ha
iepetido tanto despues, recuerda bastante <ista de catedrdtico de
valentia que Juan Eufo dijo del Cid, Menendez y Pe^yo, Orige-
nes de la noveUi, t. II, p. LXXIV, n.

PROSA.— Prosas profanas. To he di&ho, en la misma rosa de


nri juventud, mis antifonas, mis seeuei:cias, mis profanas prosas,
P . P . La fameuse prose de Pierre de Corbeil: Orientis partibus...-
La prose ehantee, ete., Paul de Saint-Vietor, Victor Ev,go, 1884,
p, 329; Quiero fer una prosa, Berceo; Rindieron a Dios graeias,
cantaTon una prosa E1 Te De>um, Laudanrus que es laude fermosa,
Bereeo, San Milldn, 359; Puymaigre, Les veiux auters castilUms,
t, I, p. 270-271, 1888, rebate la equivoeada. afirmaei6n de Bouter-
wek, trad. eastellara, 1829, p. 60: " E s notable que este hombre
piadoso (Berceo) llamase prosa a sus versos". Trae Puymaigre
fci eita de Dante, Purg. XXVI, 118, euando el poeta habla de las
obres de Ainaldo Daniel: Versi d'amore e prose di romanzi. Remy
de Gounnont en Le latin mystique, 1892, que Dario ha leido, de-
dica un paragrafo a la seeueneia y a la prosa em el texto de la
misa. Compuosono e feeiono belli hymmri et antiphone o prose,
I Fioretti de San Eraw5isc0, Divota consideratione, JV. No ee si
se refieren a la prosa en si, o a su acepci6n de poesfa o de 7^Iga-
ridad, estos versos de Ferrant Mantiel de Lando, Cancionero de
Baena, fol. 90: Ca muchos letrados e frayles ,fa,ldados Metrefiean
prossas de ynota eolor: Bario conoeia los vereos de Mallarm4:
Prose (pour des Esseintes); pero su verdadera fuente e s t a e n
Le latin mystique de Eemy de Gourmont.

PURPUBA. — En las feehas do purpura de la historia argen-


- 404 -

tine, C. E. Le nom do paurpre, S. Oharles Leconte, Mereure Se


-Frcnce, 1905.
RARO. - " E l iaioartista", Los raros. "Pasa, raro inventor"^
Cervantes, Viajedel Patnaso. " L a emineneia, en relevante empleo,
saea de un ordinaiio y vulger y l e v a r . t a a categoria de raro.
Graciah, Ordculo manual, 61.. Eseiitoies que entonces me jarecie-
ronraxps o fuera de lo comun, Dario, Autobiografia.
RELICARIO.. — La eatedral es un gran relieario. C. E. Dea
montagnes lointaines qui brillent comme d'insignes reliquairea,
M-aizeroy,- La mer.
REVENIR. — Geiifaltes de antafio revienen a los pufio6, C. V.
E.. Semeia bien fidalgo al que revehir frontero, Alex. 60, v. '3.
En eI Padre Lria, Fray Gerundio (ed..deLeipzig, t. II, 140) quiza
por burla: "Hoy va revinier.do el mundo". Mieer Franeisco
Tmpeiial (^ancionero de Baena, 1851, p. 2383: " C a los vuelves
e rrevienes", eitado por Cejador. Dario trata de <I^r, por medio
de revenir, en lugar de tpinai, volver, un efeeto yfeaieo. No en-
oontie rev'eriir en libxosde eetreiia.
EISAS Y JUEGOS. — Al eco de las Risas y los Juegos, P. P.
Les Jeux, les Rires et las Graees, Leeonte de Lisle, P.A.; Des
Jeux, des Giaees et des Ris, V. Hugo, Toute la lyre, v, 43.
RITMAR. — Ritma los pasos, modula los sor.es, P . P . De ritmo,
ir,. iytltmer. El afio se ritmaba eon las grandes fiestas astron6mioas,
Seivia tambiSn para ritmar las danzas, Sehur6, Les grands initUes,
p. 326, Dict des 4ntiq. de Daremberg y Saglio, t., V, p. 559.. Ry,th-
mant les divines 6toiles, Tailhade, Bymne a Aphrodite.
ROCIQ DEL CIELO. - En la oopa que guarda rocio del eielo,
<J.y.E,Daniel,, 4, 23, roeio,del cielo, 4, 25, rocio del cielo; 4,
33, rocio delcielo; 5, 2l, rocio del cielo.
iS. - Con e,l euello exareado en forma de S> P . P . Quatre tiges
defer en foinle de S, Ed. d6 Goncoutt, Les fr6res Zemganno, cap;
LXVT. Las letras se han empleado como termino comp&rativo.
En una poesia de Omer Sagnes, aparecida en 1905, en el Mercure
<le Fiance, hay estos versos; casi rubendarianos:
. Leur col fin que L6da semble,encor diriger
Bessine un S tr6spur le ehamps noir de l'onde.
"'SALTANTE. - Vieionla tropas Ae faunos saltantes, P . P .
La impuber tropa de saltantes niuo6, P. P,. Plowert, "Saltant.
L. Salians ,(saltare). Vite rjous alions souriaates et saltantes.
PaZow nomades. Gustave Rahn". J. Gualberto Gonzalez, Los s&ti-
.i06 saltantes, trad. de Vir^ilio, Buei V, v. 73, Saltantis Satyros.
-40S -

A1 satiro saltante Eeo enamora, Poetas ouc6licos gHegos, trade. de


Montesde Oe.a, "Bib.. elasiea", p. 317.
ICS

SANGRE DE LAS ROSAS. — La sangre de las rosas peeado'


ras, P . P . Le sang des roses, Banville, Les Bxiles, p. 46; le
.6ang des roses, Pierre Louys, Leda; du satg, des roses, Em.
Sigr.oret, Sevue Encyclopedique, 1895.. Le sang d'une rose mysti-
que, Doibus, Quand le violons sont partis. Le sang des roses;
Idem.

SATIRESA. — Era una. Satiresa de mis fiestas paganas, P . P .


La Satyresse blonde, Feidinand Herold, lnter<m&de pastoral. Tes
stryges et tes satyresees, Oatulle Mendes, Poesies nouvelles, 1892,
p. 52.

SATTJRNINA. — Por satumal o saturnio, de Saturr.o.-La ioz


safcurnina, C.. E. Miguel Antonio Caro tradujo Saturnia tellus (Vii-
gilio, Georg. II, 173), por Saturnia tierra. La hoz de Satumo sig-
nifiea en Dario el poder destiuctor del "tiemifo.
SELENE. — Y era tode Selene y Anaetoria La bailariaa de
loiS pies desr.udos, C.,E.. En la Mythologie de M4nard,fig. 276,
est4 la repreducei6n del bajo relieye del Museo de Pio Olementino,
de Selene y Endimi6n. Selene, se aceiea a Endimi6n, con paso de
danza, entre los velos, y con los pies desnudos.
#
La bloxde S61ene..sans tuniques et sans voiles
Pr6side au ehoeur noetuir.e et reVeur 6toiles
Menant la danse ailee au fond du ciel ouvert.
Jean Loirain, Sclene (LacomblG, Perles de Ja poe$ie francaise).

SIBILINO. — Sus ojos ya l&nguid06, ya ardientes soc dos ear-


fcunclos mdgieos de fulgor sibilino, P . P^ Plowert, Petit Glossaire,
t r a e l a cita de Gustavo K>ahn, de Paldis nomades: Dans le ilane
lumineux des lampes silyMines.Poe, TJlalume, trad. de Mallarm6:
fulgor sibilino.
SILVANO. - En buscade lirico S$vano, P.P.j,Soua l'avide
regard des amouieux Sytoins, Leconte de Lisle, Poemes antiques,
Eylas. Lbs silvanos groseros, E. Pardo Bazan, San Francisco de
Asis, cap. XII.Le jeune Sylvain,Leconte de Lisle,P,P.
SIRENUSA. - Isla de las Sirenas, Strab6n, I, 13; Apo-
lonio de Rodas, IV, 895. '
La "boca njelodiosa que atrae en Sirenusa
es de la fiera alada y es de la suave Musa, V . P .

Sirenusa es nombre poco usado. "Bkbitaftan (las Sirenas) en


- 406 -

las islas Sirenusas", nota de Baraibar,en el t. I, p. 362, de su


traducci6n de la Odisea. JDaiio muestra la naturaleza doble de
estas divinidades: la idea doble de qne se eompone la ooneepei6n
ie las Sirenas, segfin DeeHarme, Myth, p . 339: "sedueei&n irre-
sistible, muerte cruel",. Las Sirenas son Musas y fieias.
SYEINX — ;Syrinx, divita Syrinxt P . P . Por erratas, en to-
des las edieiones, "jDafne, divina Dafne!" Syrinx, fille de la
source/Pierre Louis, Aphorodite, p.. 34. I1 enseigna Syrinx a l a
levre enfantine, Leeonte de Lisle, P.. A. Maligne Syrinx, Ma-
lterme..

SIETE. — Hallaras la. siite, La sirte para tu barea, C.V.E.


lrihospita Syrtis, Ovidio, Metam, VIII, 121. Moieas, en Les Syrtes,
cite, a Oyidio y a Seneca: Ineerta Syrtis. La ehanson des eyrtes,
Quillard, La mort inutile.
THALASA.. — Torne a Thalasa maternal la vista, O.E. Mes
jouis vers Th^assa eourent conwne tm torrent, L. Tailhade, Le
chant de Glaucos de Le jai4in des R&ves, 1880; Thalassa, Sehure,
Les gtands inities, OrphSe. En MmmaAe Cantos de vida y espe-
ranza llariia a Thdlassa-. "Mar paterr.al, mar santo".
fpv
TEOEIA. — TJna adoiable teoria Virginal, P.,P. Et les vierges
d'Attique aux corbeilles fleuiies Marehaient par la eampagne en
longues theories, V. de Lapiade, Eleusis. Et oette graeiense theo-
rie, Paul de Saint-Victor, Deux masques, t. I, p. 37. Graves pro-
cessions et vagues theones, Charles Meiice, Veriaine. Aux sons des
lyres d'or, erj longues theories, Leconte de Lisle, P. A. La saera
y mistica Teoria Menendez y Pelayo, Odas, p. 61.
TIMPANO. — Y el tfmjano en el pean, A., Tinipanos, Hras
y sistros y flautas, P . P . Et le tambourin (TYMPANTJM), Dar. y
Saglio, Dic., t. I, p. 625. Qui te rejouis des tympanons, Eymnes
otphiques, XXVT, trad. de Leconte de Lisle. Esta en PloWert 1888),
eon una cita de Kahn, ' ' 1 'appel des tympat<ms''. La de DarIo
es anterioi.
TOBEE DE' MAEPIL. — La torre de marfil tent6 mi anhelo,
C. V.. E. Donde se eleva al otio azul la Torre de M&rfil, Henri
de Eegnier, Sites 1887. No nos quedaba eow6 asilo mas que esta
torr# de marfil de los poetas donde subiamos siempre mas alto
para aislainos de la multitud, Paul de Saint Vietor, Deux masques,
I , p . 24. La Torre de marfiI le,.pareee un habitaeul6 bueno para
los deBiies y enervados, Eette, La Plume, 1896, p. 273.
'TBIUNFO. - Venus enfrente de un triunfo de Baeo, P . P . ;
Amo el lindo tiiunfo de las damas, C.E., En una ilustraci6n de
& Mitologia de Menaid, fig. 558, "Triunfo de Beeo". Estaban
- 407 -

miltriunfos de amor irroaginados, de medio relieve,.., Quevedo,


Die. Hisp. Am. art.. bruteseo. Dario eonoce los triunfos en la pia-
tura, y el "triunfo de las damas", "triunfos de amor", que Tie-
nen deede los Triunfos de Petrarca> Come un, astre eponoui Dans
le triomphe bleu d'un soir oriettal, Bphraim Mikhae^ L'SiSro-
doule. C'es le triomphe des coulers, Bameau, Nature. Oe triomphe
de feuilles veites, Banville> SonnaiUes.

VARONA. — Varona inmwtal, flor de mi costiUa, P . P . La


Gloriosa diz: Darmelo varona Yo lo bannyar6 que no so aseorosa,
Libro de los tres Beyes de Oriente. Dario alude a la Biblia: Esta
sera llamada Varona, iorque de var6n fu6 tomada, Ginesis, II,
23, traducei6n de Cipiiano de Valexa.. Esta llamarase varoi.u, pues
que ha sido sacada de las costillas del var6n, Antonio Alvarez,
Sylva espvritual, eitado por Cejador al eoment<ar la frase del Arci-
preste: vueatra fabla, varona, eopla 382.

VENEELCIO. — Llenan el aire de heehiceros veneficios, P . P .


Dieeiomario de Autoridades: "Veneficio, s. m. La mfamo que
Maleficio, u heehiceiia. Es del Latino Veneficium, que signifiea
lo mismo. Men. eopl. 6. Jas<*n venei6 los commemorados peligros
coadyuvado de los Magieos de Medea venefkios". "Oon. eiertos
veneficios y heehioeiias", Fernan Nufiez. Las Trestientas de Juan
de Mena, 1552, j - 482.

VXNO DE ORO. — De suenos azules y vino de oio, P . P . Quel


vin d'o^ il me veise, Ri,chepm, Mes Paradis, p. 314.

VINO NEGRO.. — En la eopa labrada el vino negro. A. Vto


noir, Banville,Les E%ites, Vin noir, Richepin, Les BlasphSmes,
1885, p. 195. "VLao negro" en la Odisea, V, 265, ete.

VISAP'UR. - Raias piedias de una ilustre Visapur, P . P . les


noires de Visapour, V. Hugo, Toute la lyre, VIII, I. De joalliers
eonnu dars Visapur, BanviIle, Ballades joyeu$es, I. Cea mines de
Golconde et de Visapour, Gautier, Caprices, p. 252. Et vous aurez
l'or et la pouipre de Bedjapour, Mjoreas.

VITAL. - ' Las coeas tienen un ser vital, P . P . El aliento vital


. de cada cosa, C. V. E. Salen espiritua vivos y encendidos, Gar-
cplaso, soneto VIII; Heriera al comwtar estas ^alabias de Gar-
cilaso dice que " s e hallan en nosotioS tres materae de espfrifcus:
vitales, animales y naturales". Los espiritus de vida, P6rez ds
Oliva, Di&logo de to dignidad del hombre. Apenas han visto sus
ojos esta luz vital, Bartoloame de ViUalba, Sangre triunfal, 1670,
I, 5.. Darfo ha querido deeir que las cosas tienen vida.Es proba-
- 408 -

ble que hayaleido no solamente a sus autores herm6tieos, sino


tamfctien a Olaudio Beirjaifly que eonozea las teorias delos dni-
'inistas y-.vitalistas, Le souffle vital; l'Air vitaly ete. Leconte,de
Lisle, P.. A.

YO. Et, YO Y EL NO YO.. — A la entrada de ]a mina Del yo


y el no yo, C.E. Fichte <son su yo y su no yo, Campoamor, Lo
ab$oluto, p.. 163. Al yo y al no yo de Fichte, de NovaUe, se refiere
Dario, extiaviado eon su "claridad latina" en k. rebulosa de las
distineiones filos6fieas.. Quiza la fuente inmediata de esta medi-
taci6n del yo y del no yo, venga de Novalis tradueido. por Maeter-
linek. El hombre se esfuerza para llegar a semejarse al " y o supe-
rior" <;omo se eefueiza para ser semejante al no yo, segun No-
valis.
/nc//ce General
PALABRAS PRELIMINARES . 9 Mientias teneis, oh negros corq-
UNIVERSALIDADDE RUBEN 203
DARIO ., . 23 205
PROSAS PROFANAS 37 Spes . . 211
Era un aire suave .. . . ., . . 39 Marcha triunfal . . . 213
Divagaci6n . . 46 215
Sonatina .. . 56 En la muerte de Rafqel Nufiez . 219
Blas6n ,. .. . 62 Retratos . . . . . .. . . 220
Cqnci6n de carnaval . . . . . 63 Por el influjo de la primaveia . 224
B6uquet 64 Lq dulzuia del dngelus 225
Heraldos . . . 67 226
D i c e m i a . . ., . . ,.. .. . . . 69 Nocturnos . . . . 227
Ite, missa est . . .. . . . 70 Cancion de otdno en primavera . 229
Coloquio de los centauros . . 73 Tiebol .. . . , 230
El poeta pregunta poi Stella 108 Chaiitas 236
P6rtico . -110 iOh, terremoto mental! . . , . 241
Elogib de la seguidillg . . . .. 117 El veiso sutil . 242
El cisne . . . . . ,, .. . . , . 118 Filosofia . . . . 245
La pdgi.na blancq . . . 120 247
Afio nuevo . .. . . 122 iOh, miseiia de tpsja lucha por
. Sinfonia en gris mayor . . . .. 124 lo finito! . . . . . 249
La Dea '. . -! ,. . . . . . . 124 A Phocds el campesino 251
Responso a,Verlaine .' . .. . .. 128 Carne, celeste caine de la mu-
C a n t o d e la sangre. . . . . . 132 jer! Arcilla .. . .. . .. , . . . 252
Recreaciones araueol6gicas ' . 133 Un soneto a Cervantes . . . .. . 253
Frisb . ,. ,. . . 135 Marina . . . , 253
Palimpsesto . 139 Cleopompo y Heliodemo . .. . . 254
El reino interior . 142 Ay, lFiste del que un dia . . ., 256
.Cosasdel Cid . . . 148- En el pais de la.s alegoiiqs . 261
Dezires, layes y canciones i 149 Augurios .. . ,. 263
Lasdnforas de EpicuTo . .. ^ .. 152 Melancoliq . , . . 264
.Laejpiga.. . . .. ..-.' 154 iAleluyq! . . 266
La fuente .. . ,. . .. . 156 De otono . . . 266
Palabras de la satiresa .. 158 A Goyq . 269
.Laanciana . 160 Catqcol . ., 270
A m a t u ritmo . ,. .. .. 161 Amo, amas'.. . . . . .. 271
A 16spoe'tqs risuenos . .. . 164 Ibis ._ .. .-'. . . . . . .. 273
Ld.hoja de oro.'.... . . 165 Letania de Nuestro Senor Don
. Mgrina .. . . . . . . . .. . 167 Ouijote .. .. . . . 274
Syrinx ,. . .. . . . . . 167 277
A;MaestreGonzalo de Berceo 170
.;-Alma mia .. .. . .. .. . 172 EL CANTO EBRANTE
.Yo persigo una forma . , . . 175
El cantoi va por. todo el mundo 287
CANTOS DE VIDAYESPERANZA
*IZA Metempsicosis .. ., .. 287
A Colon .. . 288
Yo soy aquel .. . .. .. . .. 179 Israel 289
.Salutaci6n del optimista.. . 186 Salutacion al dguila 291
A l r e y Oscar . . . - . . 190 Desde la Pampa . . . 293
,Los;tresreyes m a g o s . . , 191 Revelacion ,, . . .. . .. 294
CyranoenEsoana. 193 En elogio del Ilmo. Si. Obispo de
. Sdlutaci6n .a Leonardo 194 C6rdoba, Fr. Mamerto Esquiu,
P'eg'dso. . .. . - 197 O. M .. 297
A Rbosevelt . . . . .. . 200 Vision . .. 300
; iTprresdeDlos! Poetas. . 201 In memoriam ^ 303
n^r,tr* Ho esoeranza . . . . 202 Oda q Mitre . .. . -304
Sum.. . 309 E1 velo de la reiha Mab . . . .
349
La carici6n de los pinos . .. ,. . 310 La cancidn del oio . . . . . .
351
Vespei .. . ,. . . . .. . . . . . .311 E1 rubi . . . . ,. ,. .
354 .
La henibra del pavo real 312 E1 palacio del sol . . ,. ,. . . .
356
Hondas , ,. . , . . . 313 E1 pajaro azul . . . ,. , . . . .
356
A u n pintor . . 3l4 Aguafuerte , 357
Noctunjo .. , . . . . ,. . . . .. 315 Medallones . . . , 358 .
Caso . ,. . . , 316 A una estiella . . 358 -
Episto.las ,. ." ,. ,. . . . .. i . ,. 317 A un poeta . . . . 359.
Eco y yo . .. . , . ,. . . . . .. 318 E1 clavicordio de la abuela . , . 360
Balada en honor de las musas Rimas ". , . . . 361
de'carne y hueso . . , . . . 318
Campoamor . 319 V A H I A
Interrogaciones ,. . . . . . ,, . 320
Los piratas . . . . ,. . 320 La pintura en la poesia de Ru-
ben Dario , 363
OTRAS POESiAS La biblioteca del simbolismo , . 365 .
Aristociacia tipografica y lexico-
AutumriaI 323 grafica . . . . , . 367
Anagke . .. , . . 325 Horacio en Buenos Aires . .. . . 370
Caupolicdn... . ,. , . , 325 Dario y Ariacreonte ; 371
Canto a la Argentina 328 Descubiimiento de V_erlaine . . 372
Los motivos del lobo . . . . 334 Paralelamente . ,. . . . . 374
La Victoria de Samottacia . , . 337 E1 ciclo de Ameiica . ,. . . . ,. 377
Poema delotono . . . , . . 328 Afinidades e influeftcias ameri-
canas . . . . . . 378
A Z U L Poesias apocalipUcas 380
BIBLIOGRAFIA DE RUBEN
E1 rey buraues . 341 DARIO 381
E1 sq_tiro sordi> ., ,. 343 GLOSARIO DE RUBEN DARIO . 385
La ninfa .. ; 346 lNDICE DE AUTORES .. . . .. . 411 ;
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Athenaeum,The, 20. BLOY, L., 397,
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BOCKLIN, 20. CLODl6N, 20, 51, 158, 374, 393.
BOCOUET, L., 255. COMMINES, 171..
BOILEAU, 346. . CONTRERAS, FRANCISCO, 333..
BOLONIA, JUAN DE, 42. COPEE, 11, 237, 348, 349.
BONILLA Y SAN MARTIN, 136. CORBEIL, PIERRE DE, 404.
BOSCAN, 23, 38, 280, 281, 284, 285, CORNEILLE, PIERRE, 399. "
316, 401, COROT, 13, 227, 256..
BOSCHOT, A., 119. CORTINA, A., 152. .
BOTTICELLI, 17, 18, 59, 84, 109, 133, COSSiO, J.. MARIA DE, 152.
142, 144, 145, 156, 235, 258, 364. COSTERO, F , )44..
BOUCHE LECLERG, 94.' COX, 165, 254.
BOUCHER, 16, '45, 84, 167, 241. COYSEVOX, 52.
BOUCHOR, MAURICE, 197: CREUZER, 73, 100, 175, 207.
BOUILHET, LOUIS, 270. 271. CRILLON, A... 399
BOURDE, PAUL, 388, 392. CROISET, A., 234, 395.
BOURGUIGNOfJ, 50. Cr6nlcas o ParaUpomenon. 189, 308.
BOUTERWEK, F., 404. CROS, CHARLES, 270.
BOUTROX, E . 258. CRUZ. SAN JUAN .DE LA, 127, 128,
BRANTOME, PIERRE DE, 392. 156 184, 272, 310, 377, 403.
BREMOND, HENRI, 403, CRUZADA VILLAMIL,G., 230, 231,236.
BRIEVA SALVATIERRA, 389. CUMONT, 210.
BROCHARD, 260, 269, 285, 293.
BUCETA, ERASMO, 219.. CHAMARD, 352..
. BUFFON, 175, 345. CHAMPION, E., 42.
BUTAT, 153. CHAMPION, PIERRE, 199.
.BYRON, 321. . CHARDIN, 347.
. CHARES DE MIfILENE, 58."
Cdb<da. I a . 2 3 7 , 291.. CHATEAUBRIAND, 110, 393.
CALDERON, 231, 251, 272, 275, 319. CHENIER, ANDRE, 26, 76, 77, 91, 107,
CALiMACO. 215. 134, 141, 167, 168; 176, 212, 333, 344,
CALPURNIO, TITO, 389. 369, 370, 399, 400.
CALLOT, JACQUES, 13. CHEVREUL, U E , 354, 355
CAMPOAMOR 319, 360, 409. CHEVRILLON, A , -395..
Cancionero de Baena, 404, 405.
Cancionero de Ixar, 387.. DAMAS-HINARD, 148
Cancionero Sagrado,241, 243, 401. Daniel. 294, 302, 304, 308, 405
Cantar de los Qantares, 55,98, 312. DANIEL ARNALDO, 404.
CAPDEVILA, A.., 375.. D'ANNUNZIO GABRIELE, 166,19'6, 328,
CARCOPINO, 104.. 333, 339, 385, 386, 39l.
CARDUCCI, 57, 186, 255, 256, 303. DANTE, 17, 19, 32, 33, 34, 76, 108, 127; .
CXRLYLE, THOMAS, 347, 366.. 128, 144, 158, 201, 208, 211, 234, 236, '.
CARO, ELME, 403. 237, 238, 241, 295, 301, 302, 303, 306, '
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CASTRO,ADOLFODE, 231. DAUDET, 10, 341., 343..
CASTRO. EUGENIO DE, 168. DAVID, 184, 201, 211, 241, 191, 313, 315.,'
CATULQ, 348. DEBUCOURT, 52
CAVALCA, DOMENICO, 18. 144: DEBUS'SY, 34, 67, 108, 119.. -.:
CAVALCANTI, M. B..> 90. Deeadent,Le,366 ^ ';
CEJADOR, JULIO 405, 408. Decameron, L e n o u v e a u , 2 7 , 28, 61,
CELLINI, BENVENUTO, 358, 372.> 343, 346, 356, 357, 392, 397.
CERVANTES, 19, 21,24, 29, 30, .31, 37, DECHARME, P., 49, 100, 123, 136,1.57,-
56, 193, 204, 231, 232, 233, 2S3, 274, 158, 198, 281, 308, 330, 393,407... ;'.
275, 335, 350, 357, 374, 390, 393, DELACROIX, EUGENE, 13, 14, 2 1 3 . ' : : -
398. 401, 404. DELBOULLE, A , 401..
CERVANTESDE SALAZAR, F.,,99,.369. DEMOLINS, E,. 292.
CICERON, 162, 210, 258, 2.81, 370,396, DERAMEY, J., 68. : ,.
397 DEROULEDE, PAUL, 359, 360. -:,
Cid, Poema del, 95, 148 DESPORTES, 317. ;':
CIROT, G . , 2 1 . Deuteronomio, 56.
CISGAR, GABRIEL, 122. D'HARCOURT, B., 87. ....
CLAUDIAKfO,17. DIAZLEOPOLDO, 360, 366. ;
DIAZ CARMONA, 273. FLAXMAN, 93. > y **M
DIAZ MIRON, 10,- 228, 319, 359. FOCJLLON, HENRI, 300. ^*t,*
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blDEROT, 26, 27, 29. FRAZER, J. G , 330 396
DIODORO DE SICILIA,- 337. - FREMIET, EM , 347
Dl6GENES LAERCIO, 152, 320. FREMY, EDM. 354, 355.
DIONISIOAREOPAGITA, 128.. FUSIL, C. A , 258, 259, 279, 282.
DOMINGO, D. A. P., 153.
DOMINIQUINO, 141. GAUANI, ABATE, 26.
DONOS, CH,, 403 GALLARDO, B J., 326, 327.
DONOSO, A., 25, 365, 379. GARCES, 33..
DORAT, JEAN, 352. GARCtA Y TASSARA, 386.
DOH^GUSTAVE, 13, 59,76, 238, 241./ GARCILASO, 9, 23, 25, 3"l, 37. 39, 80,
303. 95, 134, 153, 168, 185, 212, 216, 218,
DUBUS, E., 16, 45, 46, 109, 394, 406. 246, 272, 309, 317, 324,360, 369, 371,
DUMAS,ALEJANDRO. 355. 385 387, 393, 403, 408.
DUPLESSYS,MAURICE, 78, 13],206, GASPAR DE LA NUIT (Vease Bertrand,
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,DUPOUY, AUG, 404. GAUTIER, J., 53, 55, 119, 343. .
DUPRET, 255. GAUTIER, THEOPHILE, 10, 12, 13, 14,
DURERO, 158, 20, 29, 40, 50, 51, 53, 55, 64, 98, 106,
109 110, 111, 112, 113,.114, 115,116,
Eclesiastes, 267. 124, 153, '247, 256, 269, 270, 288, 296,
ENNIO, 151. 300 325, 343, 346. 347 349, 355, 356,
:ENZINA, JUAN DEL, 244, 317. 357^ 358, 361, 362, 364, 365, 390,392,
EPfCURO, 73, 1S2, 153, 260. 397, 398, 402, 403, 408..
Epistola moral a Fabio. 234. GAVIDIA, FRANCISCO, 377.
ERASMO, 215, 281, 376, 390. Genesis, 408.
ERGILLA, 327, 328. GHIL, RENE, 259, 366.
- ERNEST,'A, 98. GHIRALDO, A., 371, 373, 384..
,ESCALADA- MIGUEL, 381.. GILLE, V., 402.
Esdras, Xibio de. 308. GLADSTONE, 370.
.ESPINEL, 3i8. GLATIGNY, ALRERT, ll6.
ESPINOSA, PEDRO, 326.. GOETHE, 25, 53, 67, 68, 73, 77, 79, 99.
ESPRONCEDA, 186. 187, 205, 313, 321. 106, 108, 175, 229, 246, 323.
ESQUILO, 73, 92, 136, 202, 307, 369 G6MEZ DE AVELLANEDA, 188.
.ESQUlO,297,298, 334. G6MEZ,HERMOSILLA, JOSEF, 49, 117
ESTELA, DIEGO DE, 19. 189, 342, 346, 396, .401.
Ester,Libro de, 308. GONCOURT, EDMOND DE, 50, 343
ESTOBEO, 352. 351, 403, 405
:ESTRADA, ANGEL DE, 42, 381. GONCOURT, ED. Y J. DE, 11, 12, 15
ESTRADA, SANTIAGO. 379. 16, 25, 40 42, 50, 53, 179, 346, 364
'EURfPIDES, 49,50,74,108,272,281,374;. G6NGORA, 23, 37, 153, 171, 185, 197
Exod6.127, 351, 354. 216, 218, 230, 231, 232, 233, 235, 236
EZEQUIEL,44, 289, 290, 295,301, 302, 251^ 256, 271, 324, 325, 339, 353,36C
' : .316.. 386, 389, 402, 403.
GONZALEZ, JOAQUIN V., 386.
. FALGUIERE, J A. T., 312.. GONZALEZ. T. G., 405
FAYE, E.-DE,393. GONZALEZ BLANCO, A.., 317, 325, 37)
FEIL 355 383.
FENEON,FELIX, 366,387, 394, 399., GONZALO PEREZ, 369, 400..
:FERET, CH..TH., 321.,394. GOUJON, 50..
"Femdn Gonzdlez, Pdema de. 305.. GOURMONT, REMY DE, 13, 17, 18, 3(
FERNANNMEZ,408. 55, 69, 102, 251, 260, 317, 367,38S
FERNANDEZ DE 'OVIEDO, 378. 404.
FICHTE,409. GOYA,.118, 269, 270.
.fFIDIAS,51,141. GRAClAN, 37, 77. 404.
Figaro,Le. 19, 190. GRANADA, LUIS DE, 128, 250.
FIORENTINO, REMIGIO, 101. GRECO, EL,. 14, 223, 231.
FISGHER,S45. GREUZE, J.. B., 347.
FLAUBERT, 10,12, 24,:ffl,.68,262,265, GROS, 213.
:342,'.346, 3 5 3 , 3 8 6 , ^ 9 1 : GROSIO, 365.
GROUSSAC,P.,42, 377, 379, 383. 321, 324,,332. 338,341, 342, 343,344,
GUERIN, CHARLES.166, '21"3, 229, 272, 345, 349, 351, 353, 35'5, 360, 361,364, -
279, -280, 31'6, 400. 371, 373, 376, 377, 378, 380, 386,388,
GUERIN, MAURICEDE. 75," 77, 78, 87, 390, 393, 394, 397, 399, 401, 405,408.
156, 267, 3 l | HURET, JULES, 107, 231, 401. :
"GUEVARA, 2S1, 393.. HURTADO DE LA VERA,327,
GUIDO RENI, 94, 207,208. HUYSMANS, J. K., 13, 52, 68, 70, 95.
GUIDO SPANO, 63, 338.. 155, 165, 167, 191, 238, 245,262,298.
GUIFFREY, J., 36S. 398, 402.
GUIGNIAUT, 175, 207.
GUIGOU, PAUL, 42, IBROVAC, M., 13, 60, 98, 367..
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HERMOSILLA. (Vease G6mez Herrho- JUVENAL, 273, 274.
silla, Joseph).
HERNANDEZ DE VELASCO, 260, KAHN, G , 391, 403, 406, 407..
HER6DOTO, 288, 307. KANT, 344.
HEROLD/ ANDRE F., 55, 60, 61, 367, KHAYYAM, OMAR, 339. - y
-401, 406. KEATS,JHON, 64, 91, 1'66, 26,1.
HERRERA, F. DE, 69, 80, 81, 233,246, KEMPIS, T. DE, 250.
253, .351, 385, 389, 391, 408. KONIG, A.., 328..
HEStODO, 79, 83, 84 88, 93, ,J01, '108,
206, 292, 295, 307,372, 392. LABE, LOUISE, 402.
HIDALGO, F.. M.., 359. LACOMBLE, E. E. B., 406.
Himnos Orficos. 206. LACUZON, ADOLPHE. 259,
HOMERO, 38, 67, 73, 74, 77,83, 87, 88, LAFAYE, G., 102, 134.;
89,108, 11'1, 230, 234,-255, 261, 281, LA FGNTAINE, 251.
282, 294, 295, 307, 317,344, 345, 352, LAFORGUE, 167,'251,282,366,385,390. .
401.. LAHOR, IEAN (Henry Cazalis), 91. ^
Hommes d'aujourd hui, 366, 400, 401. LAMARTINE, 100, 3 8 8 , 3 8 9 , 3 9 0 .
HORACIO, 17, 35, 113, 118, 130,-153, LAMPRIDIO, ELIO, 395.
158, 164, 185, 215, 235, 260, 263, 306, LANDO, M. FERRAN DE,. 404.
307 313, 317, 329. 333, 360, 370, 371, LANSON, G,,"26, 80, 365. ' -
372. 374, 378, 385, 390.. LAPLACE; 399.
HORDERLIN, 371. LAPRADE ViCTOR DE, 407.
HOUDON, 141. LATINI, BRUNETTO, 237..
.HOUSSAYE, AR5ENE, 51.. LAUMOjNIER, PAUL. 268.
HOUSSAYE,HENRI,V51. LAWRENCE, THOMAS, 13.
HUERTA, G. DE LA, 38'9. Lazarillo de Tormes. 368.
-HUGO ViCTOR, 10, .11, 12, 13, 17, 19, LEA, H-CH., 220..
20, 26,29, 34,. 37, 38, 39,42, 45,52, LE BON, GUSTAVE, 399. .
61. 63; 64, 70, 80, 9'1-. 97, 1D0, 106, LE CARDONNEL, LOUIS, 398. ,'>'
110, ll8,124, 127,128,129, 131,132, LECONTE, S. -.CH., 4Q4.
166. 168, 172, 179,. 180, 182, 184,193, LECONTE DE LISLE, 55, 68,77, 84, 9 1 , .
20l" 203, 206, 207 209,211,213,215, 103, 106, 129, 154, 206, 207, 209,268,
218, 220, 222, 223 224,226, 227i228, 288, 321,330, 367, 368, 385. 387,392,
.' 231, 242, 248, 250, 252, 255, 263, 264, 393,396,'39*8, 399, 400, 401,402,405, /
272, 282, 294, 296, 300, 314, 318,320, 406, 407, 409.
LECOY,352. MAS, S. DE, 117. 187, 188, 326, 327.
LEGOUJS, "E., 182. MATEO, &AN, 166, 184 304
LENORMANT,-F.,156. MAUCLAIR, C., 382, 403
LEON, FRAY LUISDE, 138, 153. 156, .MAUREVERT, 38.
166, 195, 199, 212, 233, 260, 290,307, MAURRAS, CHARLES, 42. 131, 366,
'371, 374. 397, 400, 404.
.LEONBENDICHO,J..DE,386. MAXIMO DE TIRO, 386
LEONARDO DE ARGENSOLA, B., 264.. MAX MUtLER, 73.
^LEONARDO DEARGENSOLA, L, 260, MECHTILDEDE MAGDELBOURG, 195
283 MELE, EUGENIO, 186,
LEOPARDI,' 90, 91. MELEAGRO, 330.
LESUEUR, 139. ' MELIDA, JOSE R, 396.
LICOFRON, 15, 197, 231. MENA, JUAN DE, 76,204,209,334,391.
LIEGEARD, STEPHEN, 388. MENARD, LOUIS, 73, 211, 375, 397.
. LI-TAI-PE, 14,.55, 229., MENARD, RENE, 13, 46, 73, 80, 84, 86,
-LITTRE, E , 352, 395 88, 89, 90, 92, 93, 94. 100, 106, 111,
' LONGFELLOW, 168, 186.. 114, 116, 124, 125. 135, 136, 138,141,
'LOPE DE VEGA, 37, 39, 81, 18S, 216, 158, 167, 168. 169. 172, 197,254,271,
. 272, 348, 354, 385< 393, 399, 403. 294, 305, 307, 406, 407..
L6PEZ, DIEGO, 62. MENDES, CATULLE, 10, 11, 12, 44, 67,
L6PEZ, SAVJ, 57. 68, 108, 287, 346, 348, 356, 358,390,
'X6PEZ, DE AYALA, 171, 252. 394. 397, 398, 402, 406..
; L6PEZ, DE CORTEGANA. 1'57.. MENENDEZ Y PELAYO. M., 19, 26, 49,
L6PEZ, DE GOMARA, 378. 50, 57, 60, 70, 114, 117, 119, 128,138,
' LORENZETTI, A., 165. 162, 163, 164, 168, 170, 187, 217,326,
'LORRAIN, JEAN, 17, 18, 251; 388, 406.. 327, 351, 369, 370. 386, 389, 390,396,
LOTI, PIERRE, 53, 343. 400, 401, 404, 407.
LOUYS, PIERRE, 100 119,120, 136, Mercure de France, 2Q, 60, 366, 367,
' 138,145, 168, 215, 216, 313, 330,386, 404, 405.
394. 398, 405, 407. MEREJKOWSKY, 223.
lLUCANO, 209 MERIMEE, E., 235.
LUCAS, SAN, 202. MERIMEE, PR6SPERO, 53, 110.
LUCENA, JUAN DE, 204. MERRILL STUART, 366, 394.
: LUCIANO, 75, 86, 102, 108, 288, 343, MEUNIER, M., 212.
-"'- 344, 351, 4Q0. . MIER, EDUARDO, 108.
XUGRECIO, 84, 192, 252, 273, 358. MIGUEL ANGEL, 14, 205, 284, 305..
,LULIO, RAIMUNDO. 318. MIGNE, 352.
.LULLI, 36.0, 361. MIKHAEL, EPHRAIM, 408.
Mil y una noehes, 157, 312, 356.
^lACROBIO, 50. MILLET, J. F., 13, 154, 225.
MACH,J, 243. MITRE, BARTOLOM^, 303, 304, 305,
MADRAZO, 358. 306, 308, 370.
',/MAETERLINK, M..,90, 99, 409. MOLINS, MARQUES DE, 360.
^ A G N A S C O , OSVALDO, 370. MONACI, ERNESTO, 61..
MAIZEROY, R., 10, 311, 312, 346, 405. MONET, C , 255
MALARA,IUAN DE, 69,77. MONNER, SANS. J. M., 379..
MALHERBE, F. DE, 107.. MONNIER, H. DE, 52.
; MAtLARME, 14, 64 11"9, 120, 165, 166, MONSELET, CH., 28.
" 1 9 7 , 226, 254, 258, 259, 279, 285,300, MONTAIGNE. 97,183,218,219,258,397.. -
,^. 363. 366, 385, 388, 404, 406, 4Q7. MONTES DE OCA, I., 254, 359, 386,
: MANET, E , 366. 397, 405.
-MANI'LIO, .I22. MONTESQUIEU-FEZNSEAC, R.. DE,403.
,MANRIQUE, IORGE. 151, 152, 250, 314.. MOORE. THOMAS, 153.
MANTEGNA, 199, 258.. MORATfN, LEANDRO FERNANDEZ DE,
, MANZONI, 131. 117, 138, 401.
MAPES, E.. E., 63, 149, 338/ 349, 370, MORATfN, N.. F.. DE, 295..
--- -'384. MOREAS, JEAN, 9, 34, 42, 68, 78, 128,
-MARBODIO, 102. ' 131, 160, 172, 182, 211, 230, 231,234,
'MARGIAL; 272", 316. 248, 259, 366 367 373, 376, 388,390,
"'MARCOAURELlb, 157, 277, 391. 392, 394, 397 398, 400, 401,402,
-":.-MARCHENA, ABATEJOSE, 192. 407. 408..
.MAROT, 31'9. MOREAU, GUSTAVE, 14, 55, 61, 68,
MARQUEZ, JOSE A , 356.. 259
'MARTf JOSE, 379. MORICE CHARLES, 39, 40, 45, 82, 125,
MARTlN,JHON, 300.. 160, 183, 366, 373, 407.
MARTiNEZ SIERRA, G , 319. MOSCO, 254, 271.
M U U E R , O..; 46, .386.. PETRARCA, 32, 33, 9 0 , . 1 0 1 , 1 8 5 , 3 3 1 ,
M u n d I a l , 335. 337, 338, 393, 408.
MUNTZ, '194>, ,196. PICADO, TEODORO, 45.
MURGER, HENRI, 3S0, 356.. P I C 6 N , J. O., 230, 231..
MUSSET, 110, 300, 359, 360, 361. PIERRET,, 174.
PIFFERRER, PABLO, 388.
N a c i 6 n , L a . 60, 63, 230, 235, 260, 383, PILON, EDMOND, 390.
398, 399.. PfNDARO, 17, 74, 75, 76, 77, 8 1 / 1 1 3 , ;
NAVARRO Y CALVO, 395, 397.. " 129, 201, 206, 233, 234, 246, 305/307, '.
NEDTHAL, 155. 320 330
NERVAL, G., DE, 60, 100, 385, 397.. PINEDA, JUAN DE, 402.
NERVO A M A D O . 63. PIRANE5I. G.. B , 300, 301, 302, 303,
NIEREMBERG (padre), 27, 348, 357 364.
NIETZSCHE, 182, 255, 275, 276, 293.. PITAGORAS, 7 1 , 100, 105, 161, 2 1 2 , :
Nosotros, Revista, 363, 365, 383, 288, 402.
NouveUe H e v u e , 20, 98, 366 PLATON, 19, 73, 129, 162, 192, 2 4 6 , -
NOVALIS, 90, 99, 409.. 260, 278, 284, 288, 307, 308, 320,376..
N u o v a A n t o l o g i a , 20. PLESSIS, FREDERIC, 152, l89..
NONEZ DE ARCE, 300, 319, 359. PLINIO, C A Y O , 62, 98, 101, 183, 352,
NUNEZ, RAFAEL, 219. 389, 395 - "
PLOTINO, 163. -.:--V..A
OBLIGADO, CARLOS, 147.. PLOWERT, P S E U D O N M O DE P A U L ' .
OBLIGADQ, RAEAEL, 3 3 1 . ADAM, 147, 165, 3 6 6 , 3 8 2 , 3 8 5 , 3 8 7 ,
O C H O A , E. DE, 190; 389, 394.. 390, 391, 392, 394, 399, 400, 4 0 1 , 4 0 5 , . . .
OHNET, G., 342; 406.
OLMEDO,- 328. P l u m e , La, 20, 59, 98, 130, 131, 1 5 1 , .
O P I A N O , 17. 156, 162, 164, 312, 363, 366, 3 6 7 , 3 8 7 , ' . :
ORTfZ Y SANZ, 320.. 390, 391, 396, 399, 407.
O s e a s , Libro d e , 354.. PLUTARCO, 46, 136, 225, 2 8 8 , 2 9 6 , 4 0 2 . -
OSIAN, 359. POE, EDGARD, 10, 14, 17, 1 0 3 , 1 0 8 ; ; -
ORY, EDUARDO DE, 384. 109, 147, 159, 162, 172, 175, 248,300,
O V I D l 6 , 12, 13, 18, 68, 76, 77, 79, 85, 3 0 3 , 3 1 3 , 352. 3 6 1 , 362, 399, 406,'407i:;
92, 95, 96, 97. 102, 122, 134, 138,139, POLO^ GIL, 81
140, 14I, 160, 164, 167, 1 7 9 , 2 1 5 , 2 1 6 , POLLAIUOLO, 110.
218, 265; 271, 273, 274, 295, 3 0 4 , 3 1 3 , PONSARD, 190..
314, 316" 329, 330, 3 3 2 , 3 3 3 , 269,386, PONTANO, 77.
389, 390, 398, 407. PORFIRIO, 14, 104, 157, 158, 225.. ..-
OZANAM, A. F., 335.. POSADA, 345.
POUSSIN, 14, 234, 235.
PABLO, SAN, 192, 213, 290, 307, 309. POYARD, 305
PALMA, J. J.., 44, 319, 358. PROCLO, 212.
PAPUS, 237, 339. Proverbios, Los, 128.
PARDO BAZAN, E,, 77, 334, 335, 397, PRUDENCIO, 102, 297. ';,/'
. 399, 406. PRUDHOMME, SULLY, 278, 368, 4 0 2 : V .
PARIS, G A S T 6 N , 57.. PRUD'HON, PIERRE, 13.
PARIS, PIERRE, 391.. PUGET, MHE. DU, 321. ..:-, ,::
PASCAL, 242. PUVIS DE' CHAVAMNES, 6 7 , 1 2 2 . , 1 2 7 , -:
PASCOLI, G., 330, 331. 213, 235, 396.
PASSERAT, J., 345. PUYMAIGRE, 404'. ;..--.''
PATER, J. B., 44, 50.
PATER:. WALTER, 196, 197.. OUADRADO, J M- 131.
PAZ Y MELIA, ANTONIO, 171, 403. OUEVEDO, FRANCISCO DE, 3 1 , 3 7 , : ; ,
PfiLADAN,'98, 119, 155, 194, 241, 298, 164, 180, 216, 229, 235, 2'91, 3 1 9 , 3 4 4 ; ' c
. 354, 387, 391, 404. 351 391, 408.
PELLICER, J. A , 393' OUILLARD, PIERRE, 1 4 , 1 5 7 , 3 9 5 , 4 0 7 . -
PELLICER DE SALAS Y TOVAR-, J., 17, QUINCEY, THOMAS DE, 312
,35.3, 395. OUINTANA, M. J., 37, 176, 3 6 0 . , ,;":.
PEREZ'BONALDE, J. A., 31'3, 314, 399. Q u i n z a l n e , La. 20
PEREZ DE MONTALVAN, "201.
PEREZ DE OLIVA, 99, 2 8 1 , 283,. 284, RABBE, ALPH., 78, 139. N'
408. RAFAEL, 14, 191..
' PEREZ G 6 M E Z N I E V A , A . , 149, 152. RAJNA, P., 59. ,>
P E R E Z N E C O C H E A , J. J., 348. RAMEAU, JEAN, 408. .- . " ^
PERRAULT, C H A R L E S , 5 8 , 59, 60, 1 6 1 , RAMEAU, JEAN - P H I L I P P E , 4 4 , 360, .--'
177, 350.. 361. ,,'
PETrr DE JULLEVILLE, L., 2 6 i RAMOS,314..
:,RAYNAUD,ERN.,312,366.' RUDEL, JAUFRE; 61..
.:REGNIER. HENRI DE, 78, 79, 95,366, RUEDA, SALVADOR, 111, 1 1 5 , 1 1 6 ,
" - / 385, 407. 117, 288.
,REINACH, S., 104,220, 330, 391, -RUFQ, JUAN, 404.
VREINACH,THEODORE, 13. . RUIZ DE ALARC6N. 389.
RENAN,ERN., 124,.127, 201, 203, 217, RUSKIN, JOHN, 13, 101, 279, 311, 355,
.246', 300, 307, 309. 395
'RENGIFO/318.- ' RUYSBROECK, JUAN VAN, 184.
RENOIR/314,374.
RETTE, ADOLPHE, 156, 157, 158, 162, SAAVEDRA MOLINA, J, 314, 349, 384..
' 407. SABATIER, P., 335..
-.Hevista Nueva, 152, 154. SAFO, 90, 139, 164, 337, 386, 387.
Revue Blanche, 20. SAGNES, OMER, 405.
RevueBlue.20. SAGLIO, EDMOND. Vease Dicttomtire
RevueCriti.que, 20, 401.. des antiquites giecques et romaines.
Revflede Deus Hondes, 20. . SAINT-AUBIN, 4S 50.
Revue Encycl*pedique, 20, 122, 363, SAINT-POL-ROUX, 107.
' 366,400, 401. 403, 404.'406. SAINT-PIERRE, B., 300.
RevueIllustree, 366. SAINT-V:CTOR, PAUL DE, 275, 338,
RevueIndependante, La. 366. 404, 407.
REYES, ALFONSQ, 99. 220. SAINT-YVES d'ALVEYDRE,.241, 289,
ReyesDoiient,408. 376, 385.
ReyesMagos, Auto de los. 191, 192, SAItyTE-BEUVE, 87, 268. ..
193 SALAZAR MARDONES. 386.
.REYNOLDS/J., 45, 363. SALCEDO CORONEL, 298.
' R H E A D , L,, 312. . SALIAT 307
v.RIBERA,LUIS,241. SAMAIN, ALBERT, 14, 31, 32, 33, 147,
v RIBERA. SUERO DE, 70.. 179, 254, 255.
'-RIBOT- 222 SANCHEZ, FRANCISCO, 209.
RICHEPIN,'jEAN, 38,59, 79, 144, 184, SANCHEZ DE VIANA, P., 18, 96, 97, .
- 255,2S8, 270.278, 323, 351. 353.385, 295
-'398^408.. SANTA FFE, 149, 150, 151, 152."
; RICHTER, 227, ' SANTIAGO, AP6STOL, 192,
:<RILKE, R. M., .365. SANTILLAHA, 144, 145, 334, 387
RIMBAUD, ARTHUR, 98, 101, 128, 129, SAUR&T, 97, 246.
. , ' ; 3 6 6 , 3 9 0 , 392, 400,402. Savoy, 364.
"RIOJA, F.. DE,- 260. SCOPAS, 133, 141..
'.;-RIUS, LEOPOLDO. 275. SCHILLER, 246.
'..RIVIERE,H., 122. SCHOPENHAUER, 37, 53, 281, 339.
:.;ROBERT,HUBERT, 13. SCHURE, EDOUARD. 13, 69, 71, 72, 83,
:-;;ROBINSON, U.. 57. 94, 98, 99, 104, 114, 11S, 116, 121,
,RODENBACH, GEORGE, 226, 317. 161, 162, 174, 175, 176, 177,247,249,
V'RODIER; 28.. 251, 252, 259, 301 302, 307, 308,375,
-.>ROD6,.7.E., 10, 51, 70, 116, 140, 141, 391. 397, 4CK3, 405, 407.
. 382,:'400. -'.. SEBILLOT, S8
:-.RODRfGUEZ MARIN; F., 326, 402.' SEGALA, L., 49, 108
',y RODRfGUEZ :MENDOZA, 379.. SEI.GAS, JOSE, 44
:->RODHE,ERWIN, 157,402. SENECA, 407.
;;v:ROLLINAT, MAURICE, 11. SERVIO, 93.
RomanceroEspafiol, 57, 148. SHAKESPEARE, 19, 33, 67, 68, 127,
'.:Romariid, 400. 202, 204, 228, 249 270, 315, 349,350,
i ^ R O N S A R D , ' P . D E , 3 4 , 181, 190, 199, 355, 361.
""---' :.216,265, 268, 311, 317, 352, 361,371, SHELLEY, 97, 344, 351.
".C<-: 386,.391 ,-. SHIEL, 38.
'.;:-ROP.;F.,.314. SIGNORET, E., 109, 406.
'iROSALES, DIEGO DE, 328: SILVA, J. A., 313.
;';ROSSETTI,DANTEG., lJI 17, 53, 55, SILVA CASTRO,RAOL, 25, 379,384.
::'i;;>58, 108, 109, 147, 229.. SILVESTRE,ARMAND, 10, 67, 149, 270,
.C"-ROSSi;r215.." 344, 346, 371.. , *
ROSTAND, EDMOND; 57, 193 S6CRATES, 51, 193, 273,374.
...ROUSSEAU, J.J., 99,." S6F0CLES. 129, 281.
"','ROUSSEAU, TH., 255.. SOTO DEROJAS, 319..
-vROUSTAN, M., 183, 368. SOUSSENS, 318.
-ROVIRALTA,j:,108. SPINOZA, 174", 175, 309
':.RtJ'BENS, 14,'40, '45,- 59, 86,- 309.. SQUIER, E. J., 377, 378..
';'-R'UDEiERANCOIS, 213 STENDHAL, 55, 404.
STRAB6N,'406. VALERIOFLAQO, 386.
STROZA,PATgR, 389. - " VALERY, PAUL, 119..
Studio, 363. VALLE INCLAlL 335, 401,.
SUSO, ENRIQUE, 303.. VAN EYCK, 15S, 297.. .
SWEDENBORG, 130; 236. VARGASVIlA,186,"l89,300..
SVWMBURNE, 57, 181, 387. VASARI, 196, 284.
SYLV.A,CARMEN, 267. VEBER, IEAN, 13...
Symbolisme, l e s P r e n u e r s Armes du, VELAZQJJEZ, 14, 221, 223, 230, 231,
366, 388. 235, 236, 332.
SymboUste, Le, 366 VERHAEREN, EMILE, 124,156, 259,331.
SYMONS, ARTHUR, 191. 364.. VERLAINE, PAUL, 10, 14, 18, 29, 39, :
42, 45, 51, 63, 116, 119, 124, 128,
TAILHADE, LAURENT, 84, 109, 158, 129, 130, 131, 132, 145, 154, 160,177,
206, 231, 270, 366, 388, 396, 397,398, 179, 181, 182, 183, 185, 204, 212.213...
399, 400, 405, 407. 214, 231, 258, 259, 267 27S, 297,316,
TAILHEDE, R. DE LA, 131. 318, 323, 361, 366 372, 373, 37S,376,
TAINE, 182, 183, 267, 300, 377, 385, 390, 399, 400, 401, 402,403..
TALBOT, 307. VEUILLOT, LOUIS, 343.
TALERO. EDUARDO, 371. VIELE-GRIFFIN, FRANCIS, 251, 36&, ,
TASSO, BERNARDO, 360. 394
TASSO. T., 60. 2U. VIGNY, A. DE, 97, 321, 393..
.TELUER.'JULES. 42. VUrings, Le Hvre des, 321.
TEMISTIO, 309 VILLALBA, BARTOLOME DE, 408..
Temps, Le, 19. VILLEGAS, 187, 188, 386, 401.
TENA, ALBERTO, 253. VILLIERS DE L'ISLE-ADAM,'46. U6:
TENNYSON, ALFRED. LORD, 106, 229. VINCI LEONARDO DE, 14, 34, 62, 194,;
TEOBALDO, 245. 195, 196, 197,- 215, 363..
TE6CRITO, 91.106, 113, -139, 234, 2S4, VINAZA, CONDE DE LA, 188.
359, 369, 386, 397, 400.. VIRGILIO, 17, W, 25, 26, 30, 33, '69, 76i-'
TERENCIO,'37. 77, 95, 98, 100, 1'03, 128, 130,M51,
TERESA DE JESUS, SANTA, 24, 37, 179, 189 190, 201, 229, 230, 237,268,
142, 249, 250, 2S1, 332, 403. 293, 303, 313. 324, 332, 333, 345.359,-
TIBULO, 284. 369, 370, 372, 394 400, 403, 405,406.
TISSERAND, FELIX, 399.. VITORIA, BALTASAR, 348, 389.
TIZIANO, 34. VIVIEN, RENEE, 270, 337
TODI, JACOPONE DA, 272. Vogue, La. 366.
TOROUEMADA, A. DE, 390. VOLNEY, C , 205, 300. ;.
TORRES, JOHAN, 244. ' VOLTAIRE, 140,289, 325, 345,370. ,-.
TORRES RIOSECO, 379, VuIgata, La, 12, 106, '316
TOSTADO, EL, 84
TOURGUENEFF, 148, 275.. WAGNER, 29, 67, 118, 119, 155,-182,.-".
TROYON,' 256 214, 215,216, 224, 246, 258.
TURNER, 311, 364.. WALCH, G., 398.
WALT WHITMAN, 97, 252, 292, 3'05,, -
UBEDA, JUAN L6PEZDE, 401, 331, 373, 379, 397.
UHLAND, 57. WATTEAU,13, 15, 16, 40, 4 2 , 4 4 , . 4 5 /
USOZ Y RfO, lUIS, 326. 365, 379.
WHISTLER 64, 363..
VALBUENA, B. DE, 390. WILDE, O.. 51. .:.'
VALBUENA PRAT, 56, 339. WINCKELMANN, 73..
VALDERRAMA, 345 WORDSWORTH, W.. 181, 1 8 2 , . 2 ] ? . . ;
VALDES, JUAN DE, 368.
VALERA'; C.. DE, 12, 56, 101, 166, 267, ZENEA, J. C , 226, 231, 360, 362: '
316, 408. ZEUXI5, 75, 86..
VALERA, J...9, l0, 24, 2 5 , 2 6 , 2 7 , 3 3 , ZOLA, EMILE, 10, 348, 349:
106, 111 273, 276,325, 341, 343,351, ZORRILLA, 313, 3I9, 328.
352, 355, 400.* ZURBARAN,221,223.
y

/nd/'ce de Figuras 'H''*

, l . P o r t a d a del libro PAUL VERL-AINE, Paris 1888, de Charles Mo-


Ejemplar de la Biblioleca Nacional de Buenos Aires ' **once.
2.. RUBENS, Jardin de amor . .. . . .. . .; ' 4L
3.WATTEAU, Fragmento del Embarque para Citere's,'del Palacio Real'rio 43
- Berlin.,Watteau et son ecole, de E PILON, 1912, p. 88) 44
4,. WATTEAU, Baile bajo una columnata 47
. 5 . BOUCHER, Pastoral '. ' '. ' / _ 48
6. Vaso pintado del Museo de Ndpoles. (MENARD, Mythologie) '. 49
7. Grabado de Debucourt. (De la Histoire de laLilteraluia Francaisede
- J. BEDIER el P.. HAZARD) _. ,.. . 54
8. El Mes de Mayo (De la Histoire de la Litterature Ficmcaise, de BE-
... DIER et HAZARD) ". .. ;, . 61
9. Manuscrito de la introducci6n del Coloquio de los Centauros (de prc>
piedad del profesor FILIBERTO REULA) . . .. . . . ,. 6 5 - 66.
10. El Tiber. Museo del Louvre. De la MyUiologie de MENARD .. ,. 80
ll.HercuIes Musarum (de la Mythologie de MENARD) 81
12. BOUCHER, Nacimiento.de Venus (de la Mythologie de MENARD) 85
'l3.. Rapto de Deyanira (de la Mythologie de MENARD) . . . 86
14. La Muerte. Museo del Louvre (de la Mythologie de MENARD) , . . 89
15". Prometeo formando al hombie, (de la MithoIogie de MENARD) .. 92
l'6. Quir6n, Aquiles y Esculapio (de la Mythologie de MENARD) . ., 93
17. Guido Reni, La Aurora (de la Mythologie de MENARD) 94
18. Pollaiuolo. Fragmento de una Virgen 110
19. Bacanal Fragmento del bajorrelieve deI Vaso Borahese (de la
Mythologie de MENARD) . . ii3
20. Composici6n de H. REVIERE (de la Revue Enciclopedique) . -122
21. Jupiteiconsideradocomob6vedaceleste(delaMythoIogie de MENARD) 123
.22.. Silvano (de la Mythologie de MENARD) 125
23.. Puvis de Chavannes. Fragmento de La Sprbona .. .. . . . . . 126
24. Baco Tebano ( d e l a Mythologie de MENARD) .. . . . 135
2 5 . B a c a n a l Fiagmento del Vaso Borghese (de la Mythologie de M^NARD) 137
26..Fiesta en honor de Baco (de la Mythologie de MENARD) .,. 137
27. Pbmpa nupcial de Baco (de la Mythologie de MENARD) . , . . . 138
"'28.''Houdon, Diana (de la'Mythologie de MENARD) . . . . , . 140
, 2 9 . Fotocopia de la intioducci6n de Palimpsesto que apaieci6 con el titulo
' de Los Centguros en la Revista de Costa Rica. 1892) 141
30. Fragmento de una orla de un manuscrito del Roman de la Rose (de la
Histoire de la Litteralure Francaise, de BEDIER et HAZARD) . . 142
31.BOTTICELLI, Fiagmento de la Primavera .. / . 143
' 32. BOURNE - JONES, La Escalera de oro . .. . . . . 146
33.Sauresa,deCLODl6N .. . . . . 159
34.. Pan (de la Mythologie de MENARD) .. 169
.35.. Orfeo (de la Mythologie de MENARD) . 169
36..Retorno de Persefone al Olimpo 172
. 37.'Flora (de una ointuia de Pompeya) 173
38. BELEROFONTE (pintura d4 un vaso) .. . . , .. 197
.39:!-,PEGASO y BELEROFONTE (de una mpneda antigua) 198'
.40.BELEROFONTE y la quimera (pintuia de.un vaso) . . . 198
41.. El.sol_, la Aurora el Lucero y Selene (vaso de-' BLACAS) 208
42.. .Helids conduciendo un carro . 210 .
4 3 . b O R E , ilustraci6n del Canto XII del P a r a i s o . . 239
.44".DORE,ilustraci6ndelCantoXXXIdelParaiso . -- 240
4S. Las Horas (bajorrelieve) .. . . . .. . 253
'46.. Danza de Salome (t(mpano de la Catedral de Rouen) 262
A7. AguiladeJupiter (de una moneda antigua) 263
':48.FRA'ANGELICO:Coronaci6ndelaVirgen.(Fiagmento) 299
49.. MIGUEL ANGEL: Las Parcas.(de una pintura del Museo de Florencia) 306
50. Triptolemo entre Demeler y Persefone ., . 329

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