Ensayo Job
Ensayo Job
Ensayo Job
LIBROS SAPIENCIALES
Tema: El libro de Job
Alumno: Jesús David Torres Quezada
Maestro: Pbro. Javier Omar Arias Chávez
Fecha: marzo 2022
Entrar en la lectura del libro de Job nos ayuda a comprender porque la obra esta presentada como
uno de los escritos sapienciales fundamentales dentro de su género, y lo primero que llama la
atención es que a diferencia del resto de los demás, que parecen colecciones de dichos, este libro
es relato que toca temas fundamentales, pero que nos hace estar cercanos a un hombre que sufre y
que parece reclamar al buen Dios, en quien ha confiado siempre, y busca la sabiduría que da
sentido.
Algo que me gustaría resalta antes de desarrollar los temas teológicos de los que trata el libro, es
que la tragedia que vive el personaje del libro es comparada con la que sufre un neonato al salir
del vientre de su madre. Según la obstetricia y la psicología, mientras el bebé se encuentra en el
vientre experimenta la seguridad dada por el claustro materno, pero al ser expulsado
fisiológicamente es comparable a un naufragio. De ser así, no es de extrañar que Job, una vez
expulsado de su seguridad e instalado en el desamparo, maldijese el día de su nacimiento como lo
vemos en 3,1-26.
Sobre la Teología de la retribución en el libro de Job es un problema pues, la teología de la
retribución nos habla que a una acción corresponde una consecuencia, y con ello, quiere decir que
el que actué mal le irá mal, pero quien actúe bien le ira bien. En el caso del personaje de Job hay
una discordancia con este tema, pues desde el principio el libro nos deja claro el carácter piadoso
de Job “Era un hombre integro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1,1b), incluso
Yahvé lo reitera “No hay nadie como él en la tierra: es un hombre integro y recto, temeroso de
Dios y apartado del mal” (1,8b). Esto representa un desafío para la teología de la retribución. No
se afirma que Job sea un hombre sin pecado, pero la defensa que hace de sí mismo parece
corroborar la inexistencia de una culpa, su tragedia no puede ser explicada como resultado de una
desobediencia o pecado. En el Antiguo Testamento sabemos muy bien, que para quien hubiera
pecado o para quien voluntariamente hubiera querido descontar el castigo de un culpable es
merecido el sufrimiento. Sin embargo, el sufrimiento de Job no entra en ninguno de estos casos,
él sufre sin haber causado algo para merecer el sufrimiento (2, 1-7). Y percibe, en su dolor, la
mano caprichosa de Yahvé actuante en la creación “tengo clavadas las flechas de Shaddai, mi vida
absorbe su veneno, me hacen frente los terrores de Dios” (6,4), “recuerda que me has hecho de
barro y que al polvo me has de devolver” (10,9). Es notorio que en el sufrimiento percibe Job la
ausencia de Dios, haciendo más dramática la pregunta “¿Por qué me sacaste del vientre?” (10,18a)
haciendo manifiesto el querer alzar el velo que cubre el misterio de Yahvé en sus planes
“¿pretender descubrir la hondura de Dios, descubrir la perfección de Shaddai?” (11,7). Es por
ello, que podemos decir que el libro más que hablar del sufrimiento, nos propone sobre el actuar
misterioso de Yahvé, dando una respuesta indirecta, pero no menos eficaz, al problema d el
sufrimiento del justo.
En relación a la escatología, el libro no habla claramente sobre este tema, pero pienso que puede
tener un sentido escatológico cuando Job expresa su confianza de reivindicarse ante quien es
responsable de su situación. En 16,19-22 afirma “pues tengo en el cielo mi testigo, mi defensor
habita en lo alto…”. Es en 19,25-27 cuando leemos la expresión más audaz en boca de Job de su
seguridad de que Dios lo reivindicará: “Yo sé que existe mi Defensor, que se alzará el último sobre
el polvo… Sí, seré yo quien lo veré, mis ojos lo verán…”. Job confía que en un futuro su honor
será restaurado. Por eso quiere que su inocencia y su honor queden atestiguadas a perpetuidad
escrita “¡Ojalá se escribiesen mis palabras! ¡ojalá se grabasen en bronce!” (19,23). Con esto se
puede pensar que Job está pensando en tiempos después de la muerte. Al final del libro vemos
concretado este deseo de Job cuando Yahvé dice: “…pues no habéis hablado bien de mí, como mi
siervo Job” 42,7b.
En cuestión al tema de la Sabiduría, podemos decir, el libro de Job pertenece al drama sapiencial
pues propone una sabiduría práctica, en la cual se busca desentrañar montañas. El libro nos ilumina
en el capítulo 28 que el hombre no conoce el lugar de la sabiduría, pues solo Dios la conoce. De
esta manera solo el encuentro con Yahvé es capaz de serenar al justo que sufre sin motivo, la
sabiduría del hombre es insuficiente para entender los planes de Dios, esta sabiduría queda
circunscrita en el puro temor al Señor: “El Temor de Señor es sabiduría, apartarse del mal,
inteligencia” (28,28). El hombre que teme al Señor es el que adquiere la sabiduría para
comprender, si no del todo, el actuar de Dios, pues actúa según la sabiduría lo guie.
Sobre la teología de la Creación me gustaría centrarme en los discursos de Yahvé en los capítulos
38–42, pues en ellos se aprecia claramente la contraposición entre armonía y caos. El primer
discurso ubicado en los capítulos 38–39, se centra en el orden y en la armonía: cosmos y naturaleza
animal reflejan las pautas que imprimió en ellos el Creador. El segundo discurso divino, ubicado
en los capítulos 40,6–41,26, nos presenta la otra cara de la realidad: la existencia del caos y del
mal, representados por la figura de Behemot – Leviatán, también creatura de Yahvé. De esta
manera podemos entender el porque de la presencia de lo armónico representado en Job que es
intachable y el caos que se presenta por el sufrimiento que vive. Es a través del sufrimiento que
Job llega a encontrar sentido a la coexistencia de orden y caos, que tendrá que aceptar también en
su propia existencia.
El asunto del sufrimiento humano que se percibe en este libro es un aspecto importante, pues lo
lógico es pensar que no debe haber sufrimiento en un mundo creado por un Dios bueno, pero aun
así desde el inicio de la existencia humana está presente y tiene sus consecuencia.
Job resume todas las cualidades posibles para ser el hombre bíblico ideal, ama a Dios con devoción,
a pesar de todo finalmente no duda de su bondad, incluso levanta su voz pues sabe que recibirá
una respuesta. Se deja probar por Yahvé y es capaz de saborear su propia tragedia y la necesidad
de la intervención divina para poder salir de su dificultad.
Toda la historia de Job está atravesada por el amor, podría ser una de las claves para su lectura,
Dios ama a Job y este le corresponde, en esta relación se descubre la fidelidad del uno y del otro,
hay reciprocidad absoluta, ambos se confían mutuamente. En Yahvé la misericordia y la fidelidad
son el eje de su actuar, pero los tiempos de su justicia hacen dudar a todos los seres humanos,
también a Job, pero el amor divino es estable como el cielo y esto lo comprender Job.
En este sentido, me gusta el valor de la obra pues nos presenta al final de cuentas a un Job que
confiesa la absoluta superioridad del poder y la autoridad de Dios “me doy cuenta que todo los
puedes, que eres capaz de cualquier proyecto” (42,2) y al admitir la propia ignorancia, admite la
superioridad de la sabiduría de Dios “sí, hable sin pensar de maravillas que me superan y que
ignoro” (42,3b). El cambio que presenta Job esta dirigida a un cambio de humildad “por eso me
retracto y me arrepiento echado en el polvo y la ceniza” 42,6 (nota al pie biblia de Jerusalén: gesto
clásico de dolor y penitencia). Creo que en este sentido Job me invita a tener conciencia de las
propias limitaciones para de esta manera realmente conocer al Señor “solo de oídas te conocía,
pero ahora te han visto mis ojos” (42,5) y con actitud de humildad entablar o restablecer una
relación de honor entre Dios y el hombre (yo).