Secretos Del Altar

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Stamateas, Bernardo

Secretos del Altar : 4 días experimentando el libro de Jonás : 6 días


experimentando el libro de Malaquías / Bernardo Stamateas. - 2a ed. -
Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Presencia de Dios, 2022.
Libro digital, PDF

Archivo Digital: descarga


ISBN 978-987-8463-28-5

1. Crecimiento Espiritual. 2. Espiritualidad Cristiana. I. Título.


CDD 224.92

SECRETOS DEL ALTAR


4 días experimentando el libro de Jonás
6 días experimentando el libro de Malaquías

Bernardo Stamateas
- 2ª edición -

Presencia de Dios
José Bonifacio 332, Caballito,
Buenos Aires, Argentina.
Tél.: (54011) 4924-1690
www.presenciadedios.com

Edición: Silvana Freddi / María Stamateas


Diseño de tapa y diagramación: Creativos Presencia

©Ediciones Presencia
2022

No se permite la reproducción parcial o total de este libro, en cualquier


forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante foto-
copias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito del
editor. Su infracción está penada por las leyes 11.723 y 25.446.
Índice

4 DÍAS EXPERIMENTANDO EL LIBRO DE JONÁS 7

Introducción 9

Día 1:
Mirada panorámica del capítulo 1 de Jonás 13
Cap. 1: Jonás desobedece al Señor 14
Análisis del capítulo 1 16
Ejercicio N.° 1 26

Día 2:
Mirada panorámica del capítulo 2 de Jonás 27
Cap. 2: Oración de Jonás 27
Análisis del capítulo 2 28
Ejercicio N.° 2 33

Día 3:
Mirada panorámica del capítulo 3 de Jonás 35
Cap. 3: Jonás obedece al Señor 35
Análisis del capítulo 3 37
Ejercicio N.° 3 49

~3~
Día 4:
Mirada panorámica del capítulo 4 de Jonás 51
Cap. 4: El enojo de Jonás 52
Análisis del capítulo 4 53
Ejercicio N.° 4 58

Conclusión 59

6 DÍAS EXPERIMENTANDO EL LIBRO DE MALAQUÍAS 61

Bienvenidos 63

Capítulo 1:
EL AMOR: “¿En qué nos has amado?” 67
Ejercicio N.° 1 74

Capítulo2:
EL DAR: “¿En qué hemos menospreciado tu nombre?
¿En qué te hemos deshonrado?” 75
Ejercicio N.° 2 83

Capítulo 3:
LA FAMILIA: “¿Por qué?” 85
Ejercicio N.° 3 95

Capítulo 4:
EL HABLAR: “¿En qué te hemos cansado?
¿En qué hemos de volvernos?” 97

~4~
Ejercicio N.° 4 102

Capítulo 5:
EL DAR: “¿En qué te hemos robado?” 103
Ejercicio N.° 5 110

Capítulo 6:
El hablar descalificador: “¿Qué hemos
hablado contra ti?” 111

Conclusión 115

~5~
Jonás
4 DÍAS
EXPERIMENTANDO
EL LIBRO
DE JONÁS

~7~
Introducción

¡Hola, mi amigo!
¡Otra vez juntos! Ya caminamos juntos y nadamos en aguas
profundas: 7 días de comunión diaria, Sigue las huellas, 4 días
con Rut, Alivio y liberación, ¡cuánto compartido y vivido! Ahora
caminaremos cuatro días el libro de Jonás; serán cuatro días
de altar.

Veremos cómo es el Altar del sacrificio donde dejamos nuestra


vida carnal, nuestro gobierno del alma, nuestra vida humana,
para morir. Nada sucede si no entramos al Altar. Todo suce-
de allí porque, cuando yo salgo de escena, es entonces que Él
aparece.

Seguramente conoces a Jonás porque Dios lo envió a predicar


a Nínive, pero no todos saben que tenemos un antecedente
de Jonás, en 2 Reyes 14: 25, donde Dios lo envió a predicarle

~9~
a Jeroboam y le dijo que profetizara que los límites de Israel
se expandirían, y así sucedió. ¿Qué significa esto? Jonás venía
de un gran éxito, de un mensaje hermoso: “Tus límites serán
extendidos”; pero, ahora, Dios lo enviaba a una nueva tarea: ir
a hablarles a los enemigos. El Señor también quería expandir
los límites de los enemigos a través de Su gracia, pero, en este
caso, Jonás no quería. Es fácil hacer lo que nos gusta, pero es
difícil obedecer al Señor en aquello que no nos gusta.

El libro de Jonás representa nuestra carne, el gobierno del


alma y el trato de Dios para llevarnos al Altar. El libro completo
se refiere al Altar del sacrificio. Recuerda, amigo que, cuando
entraban al Tabernáculo, este estaba divido en tres secciones.
Primero, estaba el Altar, símbolo de la Cruz, y de que todo lo
nuestro debe morir para que Cristo pueda vivir y crecer en no-
sotros. Él no vino a mejorar mi “yo”, mi carne, sino a darle fin.
Es Él quien quiere hacer la obra a través de mí. Por eso, cuando
morimos con Él, comenzamos a vivir en Él. Luego, se entraba
al Lugar Santo y al Lugar Santísimo, donde el Señor hablaba y
los llenaba. Cada vez que yo muero, algo de Cristo crece en mi
vida. Preparémonos para caminar en el Altar en estos días.

Tal como hicimos en las experiencias anteriores, te daré un


análisis de cada capítulo; léelo despacio y en espíritu de ora-
ción. Luego, haremos el correspondiente Ejercicio.
Cada día te daré “secretos” del Altar para que medites y luego
adores al Señor espontáneamente, conforme Él te guíe.

~10~
Serán cuatro días gloriosos de morir, salir de escena, llevar a la
Cruz, y te aseguro que, al terminar, Cristo habrá crecido como
nunca antes.

¿Estás listo?

~11~
~12~
Dí a 1

Visión panorámica del capítulo 1

Dios le ordenó a Jonás ir a Nínive, para que allí hablase, debido


a la maldad que aumentaba en ese lugar. Pero Jonás, en lugar
de obedecer a Dios, decidió escapar. Consiguió un pasaje para
un barco y se dirigió hacia Tarsis. Al ver esto, Dios desató una
gran tormenta. Los marineros temían y clamaban a sus dioses,
pero Jonás dormía en el interior de la nave.
Al ver que la tormenta iba en aumento y sabiendo la situación
de Jonás, la tripulación lo instó a averiguar el porqué de su hui-
da. Jonás, asumiendo su responsabilidad, pidió ser arrojado al
mar para que la tormenta se calmara. Y así fue. Los marineros
vieron el poder del Dios de Jonás y le rindieron sacrificios. Pero
Dios preparó un gran pez para que tragase a Jonás. Y allí estu-
vo por tres días y tres noches.

~13~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Si Dios puede mantener a un bebé nueve meses en


el vientre de una madre, también puede mantener
a un hombre tres días en el vientre de un gran pez.

Capítulo 1: Jonás desobedece al Señor

 La palabra del Señor vino a Jonás hijo de


1

Amitay: 2 «Anda, ve a la gran ciudad de Ní-


nive y proclama contra ella que su maldad
ha llegado hasta mi presencia». 3 Jonás se
fue, pero en dirección a Tarsis, para huir del Señor. Bajó
a Jope, donde encontró un barco que zarpaba rumbo a
Tarsis. Pagó su pasaje y se embarcó con los que iban a
esa ciudad, huyendo así del Señor. 4 Pero el Señor lanzó
sobre el mar un fuerte viento, y se desencadenó una tor-
menta tan violenta que el barco amenazaba con hacerse
pedazos. 5 Los marineros, aterrados y a fin de aliviar la
situación, comenzaron a clamar cada uno a su dios y a
lanzar al mar lo que había en el barco. Jonás, en cambio,
había bajado al fondo de la nave para acostarse y dor-
mía profundamente. 6 El capitán del barco se le acercó
y le dijo: —¿Cómo puedes estar durmiendo? ¡Levántate!
¡Clama a tu dios! Quizá se fije en nosotros, y no perez-
camos. 7 Los marineros, por su parte, se dijeron unos a
otros: —¡Vamos, echemos suertes para averiguar quién

~14~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

tiene la culpa de que nos haya venido este desastre! Así


lo hicieron, y la suerte recayó en Jonás. 8 Entonces le pre-
guntaron: —Dinos ahora, ¿quién tiene la culpa de que
nos haya venido este desastre? ¿A qué te dedicas? ¿De
dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿A qué pueblo pertene-
ces? 9 —Soy hebreo y temo al Señor, Dios del cielo, que
hizo el mar y la tierra firme —les respondió. 10 Al oír esto,
los marineros se aterraron aún más y, como sabían que
Jonás huía del Señor, pues él mismo se lo había conta-
do, le dijeron: —¡Qué es lo que has hecho! 11 Pero el mar
se iba enfureciendo más y más, así que le preguntaron:
—¿Qué vamos a hacer contigo para que el mar deje de
azotarnos? 12 —Tómenme y láncenme al mar, y el mar de-
jará de azotarlos —les respondió—. Yo sé bien que por
mi culpa se ha desatado sobre ustedes esta terrible tor-
menta. 13 Sin embargo, en un intento por regresar a tierra
firme, los marineros se pusieron a remar con todas sus
fuerzas; pero, como el mar se enfurecía más y más con-
tra ellos, no lo consiguieron. 14 Entonces clamaron al Se-
ñor: «Oh Señor, tú haces lo que quieres. No nos hagas
perecer por quitarle la vida a este hombre, ni nos hagas
responsables de la muerte de un inocente». 15 Así que to-
maron a Jonás y lo lanzaron al agua, y la furia del mar se
aplacó. 16 Al ver esto, se apoderó de ellos un profundo
temor al Señor, a quien le ofrecieron un sacrificio y le
hicieron votos. 17 El Señor, por su parte, dispuso un

~15~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

enorme pez para que se tragara a Jonás, quien pasó tres


días y tres noches en su vientre.

Análisis del Capítulo 1

Sencillamente “no” y punto


“No”. Esa fue la palabra que usó Jonás. Una palabra que usa-
mos todos y muchas veces.
Una palabra que indica un límite, un muro, una valla; un voca-
blo que es  breve para escribir, pero extenso en su definición.
“No”. Nada más que decir.
Desde que nacemos, aprendemos a usar esta palabra, a veces
bien y otras, mal. Hemos dicho “No” cuando deberíamos ha-
ber dicho “Sí”. Otras veces, dijimos “Sí” cuando debíamos ha-
ber dicho “No”. “No”. A veces va acompañada de una explica-
ción: “No, porque …” y, en otras ocasiones, es sencillamente:
“No y punto”.
Esta palabra es enorme, sin límites, cuando es dicha a Dios. “No”
a Él significa cerrarnos el cielo, a Su amor, a Su Presencia. Es una
palabra muy cara, de grandes consecuencias. Así le dijo, senci-
llamente, Jonás, al Señor. Vino la  palabra “Ve” y Jonás dijo: “No”.
Dios le dijo: “Levántate” y Jonás se “levantó”, pero para ir al
lado opuesto al que Dios le pidió.

~16~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

En muchas ocasiones, Jonás somos todos. Representa la car-


ne, la cual recibe la palabra para ser obedecida. Sin embargo,
la carne siempre es desobediente:

“Lo hago a mi manera”.


“No tengo tiempo”.
“Sí, sí —decimos— pero no”.
“Hago según mi parecer”.
“Me voy en silencio”.

Jonás no habló; no le dijo: “Señor, no”, como Pedro cuando


vio la visión. Jonás no dijo nada; en silencio le gritó el “No”.
Dios le habló a Jonás: “Vino la palabra y le dijo”. Así también
dice La Escritura: “Vino palabra a Jeremías, Ezequiel, Oseas,
Joel, Miqueas, Sofonías” (Jeremías 1:4: “Vino, pues, palabra
de Jehová a mí, diciendo […]; Ezequiel 1:3: “Vino palabra de
Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de Buzi, en la tierra de los cal-
deos, junto al río Quebar; vino allí sobre él la mano de Jehová”;
Oseas 1:1: “Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri,
en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en
días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel”; Josué 1:1: “Acon-
teció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que
Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo
[…]; Miqueas 1:1: “Palabra de Jehová que vino a Miqueas de
Moreset en días de Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá; lo
que vio sobre Samaria y Jerusalén”; Sofonías. 1:1: “Palabra de
Jehová que vino a Sofonías hijo de Cusi, hijo de Gedalías, hijo
de Amarías, hijo de Ezequías, en días de Josías hijo de Amón,

~17~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

rey de Judá”). Pero Jonás no respondió. Así es la carne: male-


ducada, confrontativa, rebelde, desobediente, mala. Jonás no
argumentó, no discutió, no pidió explicaciones, sino que sim-
plemente, de manera silenciosa y orgullosa, le dio la espalda a
la palabra que amorosamente le habló Dios.
Así es el alma; no recibe y da la espalda a la Voz amorosa que
quiere abrazarnos.
Aquí observamos cómo es Él y cómo es nuestra carne. Dos
visiones: nuestra bajeza y Su grandeza. Nuestra miseria y Su
Gracia. Más lo conozco y más lo exalto; y me doy cuenta de
cuán pequeño soy.

• Dios habla; la carne hace silencio.


• Dios dice: “Levántate y ve” y la carne se levanta y va donde
ella quiere.
• Dios le dice: “Ve a Nínive, la gran ciudad; allí hay mucha
maldad”; pero Jonás muestra que la “ciudad” de su cora-
zón es mayor. Los ninivitas tienen maldad; no conocen a
Dios. Pero la carne que lo conoce tiene más maldad, al pun-
to de darle la espalda a Quien siempre nos amó.

Cuántas cosas Dios le pidió a Jonás en el pasado y Jonás le dijo


que “Sí”; pero ahora que no le agradaba lo que se le pedía, le
dijo “No” (es decir, los otros “Sí” del pasado, en realidad, fue-
ron porque también la carne decidió bajo su propio deseo).

~18~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Y su mentalidad era geográfica…


¿Por qué Jonás quería ir a Tarsis? Para escapar de la presen-
cia del Señor, porque Jonás tenía una mentalidad geográfica,
local. Dios estaba en Israel, pero no en Tarsis. Acá está, pero
acá, no. Todos somos Jonás. Cuando uno les pregunta a las
personas de la iglesia cuántos han dicho malas palabras, o se
han expresado de manera grosera dentro de la iglesia (edifi-
cio), nadie levanta la mano. Pero ¿cuántos habrán dicho es-
tas expresiones fuera del edificio? Acá casi todos levantan la
mano. ¿Por qué? Porque creemos que afuera Dios no está, o no
nos oye. O venimos vestidos de una manera a la iglesia, pero
para salir a pasear usamos otras ropas. Porque creemos que
afuera Dios no está. Y cuántas personas he visto a lo largo del
ministerio que se separan y comienzan a convivir con alguien
y dejan de venir a la iglesia, porque creen que afuera, Dios no
los ve o no está. Por eso, debe morir en nosotros la mentalidad
de un Dios geográfico.

Y Jonás escapó…
Dios le dijo de ir a Nínive y Jonás fue hacia el lado contrario:
Jope. Nínive estaba a 80 km al norte, pero él se fue a 320 km
(así es la carne de todos, porque ¡Jonás somos todos!). No solo
digo que no, sino que, además, hago lo opuesto. Jonás gastó
dinero y tiempo para huir (la carne siempre es costosa; siem-
pre trae pérdidas). Se fue, bajó a Jope y tomó su barco (la carne
encuentra todo “servido”, todo “fácil”). Justo estaba el barco
para ir donde él quería; tenía el dinero para el pasaje. Dice la
carne: “Así lo siento en mi corazón; tengo paz con lo que hago”.

~19~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Huir lejos de su Presencia... Sin embargo, no es tan fácil. Dios


siempre da una contrarrespuesta. La carne no lo puede ven-
cer. Dios le dijo: “Levántate y ve”; Jonás “se levantó” para huir
y Dios “levantó” un gran viento. Allí mismo empezó el trato de
Dios.

Y la tormenta comenzó…
“¿No me contestas, Jonás? Ok. No te librarás de mí tan fácil-
mente; nosotros hicimos un Pacto y no te dejaré hasta formar
a Cristo en tu vida”.
El capítulo 1 empezó con Él (1:1) y el libro terminará con Él (4:10-
11). Su Voz siempre empieza y termina. “A tu silencio mandaré
mi gran viento; será mi Voz, mi manera de hablar a tu boca ca-
llada. Moveré y sacudiré el barco donde te refugiaste”.

Mi amigo lector, oro que, al leer a Jonás, leas tu vida y la mía; la


carne es la misma en todos. No aprovecha para nada; no hay
nada bueno en nuestro Adán. Nuestra alma caída no sabe, ni
quiere, ni puede, obedecer a Dios.
En medio de la tormenta, los marineros, llenos de miedo, co-
menzaron a expresar su fe en sus dioses. Ellos hablaron, gri-
taron y Jonás permanecía durmiendo, porque la carne solo
desea su placer. La carne siempre nos hace descender. Así fue
como Jonás bajó a Jope; bajó al barco; bajó al interior. Para
luego bajar al mar, al pez, a la muerte. Jonás dormía porque su
espíritu dormía.

~20~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

El trato de Dios comenzó…


Los marineros estaban despiertos porque su vida corría peli-
gro. Dice el relato que tiraron todo para alivianar el barco. No le
dijeron nada a Jonás con respecto a que los ayudase, pero sí le
pidieron que orara. El viento.  El mar. Los paganos hablándole.
El trato de Dios comenzó. El capitán le dijo: “Clama a tu Dios.
Tal vez nos salvemos. Jonás, habla, así nos salvamos”. ¿No era
eso lo que debía hacer en Nínive: ir a hablar para que todos
se salvasen? Ahora, un “pequeño Nínive” estaba en altamar.
“Jonás, —le estaba diciendo Dios—  esto es lo que debes hacer.
Solo obedece. ¡Habla!”.

Jonás no dijo nada. De la manera en la que trató a Dios, así lo


hizo con la gente. El viento, el mar, la desesperación de los no
creyentes, frente a alguien que no decía nada. Pero, ¡cuánto
gritaba su silencio! ¿Cuánto más debe hacer Dios para que sea-
mos quebrantados? ¿Por qué no somos humildes? ¿Por qué no
hacer lo que Él dice? Así, echaron suertes y Dios guió “la suerte”
para señalarles que Jonás era el problema. Siempre el proble-
ma es la carne. No es mi pareja, ni mis hijos, ni mi trabajo; no es
que no me entienden, o que nadie me apoya, o que no es jus-
to. No. El problema es uno solo: Jonás (la carne). Y solo cuan-
do comprendamos esto, seremos libres. Dejaremos de orar:
“Señor, cambia a tal o tal”. Así que ahora, todos en el barco se
dirigieron a Jonás; lo acosaron a preguntas: ¿Cuándo?, ¿Quién
eres?, ¿De dónde?, ¿Qué pasa?, etc. Ellos querían saber. Sabían
que lo que estaba pasando no era “normal”.

~21~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Mi amigo, ¿cuántas señales Dios nos debe mandar para que


vayamos al Altar? Y cuando no lo hacemos, todo empeora. Y
ahora sí, Jonás habló, pero no como debía.
Respondió en el v. 9: “Soy hebreo; temo a Dios”.  Luego dijo:
“El Dios que hizo el mar y la tierra”. ¡Sí, el mar! Todo lo que Jo-
nás respondió fue en “piloto automático”. Él hablaba menti-
ras porque no creía en lo que decía. Solo hablaba teoría, pala-
bras vacías. No había vida en su hablar. Solo letra muerta. De
la misma forma actúa la carne: ora, adora, habla, sabe todo de
memoria, pero... todo está seco, vacío, hueco, porque ella solo
trae muerte. Cómo sorprende ver a creyentes guiados por la
carne que, cuando hablan, es solo teoría.

Ahora ellos tenían temor. El temor que no tenía Jonás, lo tenían


los paganos. Él les dijo: “Estoy huyendo de Dios”. ¿Puede haber
algo más necio que eso? “Huir”. La carne le dijo a Adán que se
escondiera detrás de un árbol. La carne hace cosas que pro-
vocan risa. Eva y su esposo se cubrieron con hojas… Así es la
carne y la vida del alma. La carne habla cosas ridículas: “No me
gusta que hables tanto de Jesús”. “¿Por qué hablar tanto de la
comunión con Dios?”. “Yo primero soy médico, o padre, u obre-
ro, etc., y luego creyente”. “Yo lo sirvo a Él a mi manera”. “No me
gusta ese líder” (siendo que la persona que expresa esto vive
en adulterio). Y la lista podría seguir. Obviedades. Pero la car-
ne no las registra. Hace tonterías para “huir” de quien llena y
desborda con Su gloria los cielos y la Tierra. El libro de Jonás
somos todos. Representa nuestra carne. Dios quiere mostrar-
nos cómo es nuestra vida del alma.

~22~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Jonás no se quebrantó…
“¡Qué haremos contigo!”, dijeron los tripulantes del barco. 
Ahora es el momento, Jonás; ¡solo debes morir en el Altar y
todo lo de Él comenzará! 
El viento, el mar, los tripulantes, el “azar o suerte”, todo está
siendo usado por Dios para quebrantarte.
“Tómenme y échenme al mar”. Prefiero morir a ser quebranta-
do. Prefiero el suicidio a quebrar mi voluntad. Al fin de cuentas,
no solo gobierno mi vida, sino también decido cuándo morir-
me y cómo. Voluntad sin quebrar. Jonás, si te es tan fácil “con-
fesarles” a ellos que huyes de Dios, ¿por qué te es tan difícil
confesarlo a Dios y arrepentirte?

La tripulación no hizo caso; siguieron trabajando para llevar la


nave a tierra. La tormenta de Jonás era peor que la tormenta
natural.
El barco estaba por quebrarse, pero la voluntad de Jonás se-
guía más fuerte que nunca.
Dice el texto bíblico que el mar se iba embraveciendo más y
más (v. 11) y la carne de Jonás crecía “más y más”.

Mi amigo, es sorprendente cómo algunas personas se endure-


cen más y más al trato de Dios, aun cuando lo ven y lo perciben
con todos sus sentidos. Pasa el tiempo y ellos siguen más en-
durecidos que antes. Dice nuevamente el v. 13 que el mar “se
embravecía más y más”. Todo iba en aumento. Y ahora en el v.
14 ellos se convirtieron. Clamaron a Dios. ¡Jonás los oyó orar!
“Te rogamos, oh, Jehová”.

~23~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

¡Ellos invocaron! Como si Dios le dijera a Jonás: “Esto es lo que


quiero que suceda en Nínive: que la gente me busque”.

Me pongo unos minutos en la piel de los tripulantes. Veo el tra-


to de Dios con otros, y la humildad viene a mi vida. Cuando
observas a la gente cerca de ti habiendo sido tratada por Dios,
¿produce esto un aumento de temor en tu vida? (v. 16).  Ellos
ofrecieron agradecimiento a Dios e hicieron un pacto.
Pero... continuemos con el relato. Lo echaron al mar. Ganó la
carne; eso quería.
“Es a mi manera”.
“Es lo que siento”.
“Es lo que quiero”.
“Yo opino”.
“Hago lo que me gusta”.
Jonás, solo debías echarte al Altar.

Mi amigo, Cristo se echó a la Cruz para salvar a la “tripulación”


de la humanidad y ahora somos nosotros quienes debemos
tomar nuestra cruz y morir para que Su resurrección se expre-
se en nuestra vida.

Y el relato continúa…
La tripulación tenía temor. Hicieron votos. Entregaron sus vi-
das. Fueron quebrantados. Temblaron; fueron humillados al
ver la gran tormenta y ahora la gran paz. Vieron al Dios que no
conocían; al que domina la naturaleza y trata a cada uno de ma-
nera específica. En un solo viaje, estos tripulantes entendieron

~24~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

todo en el espíritu. Y Jonás, que había servido años al Señor,


no lo comprendió. Ellos le preguntaron: “¿Por qué hiciste esto?
(v. 10). ¿Cómo pudiste hacer algo así tan tonto, Jonás?”. Al caer
en las aguas, Jonás pensó que todo había terminado. Pero la
carne no decide cuándo termina todo. El Señor le había prepa-
rado un gran pez; ahora comenzaría el trato de Él por debajo
del agua.

En esta parte del relato, Jonás desaparece de la vista de los


tripulantes, pero no de la de Dios. Él lo estaba esperando con
una sorpresa que jamás se imaginó. ¡Y vaya qué gran sorpresa!
Un gran pez es un gran plan. Dios le estaba diciendo: “Jonás, no
terminarás con tu vida. Jonás, tenemos un pacto y no te dejaré
hasta que Cristo sea formado. Jonás, voy a buscarte donde-
quiera que estés”. Dios le dio una palabra a Jonás y él no obe-
deció. Dios dio una palabra al viento y obedeció; al mar, y obe-
deció; al pez, y obedeció. Todos obedecieron en este capítulo,
menos Jonás. Al pez se lo nombra solo dos veces (vv. 1:17 y 2:10),
no es el centro de la historia; tampoco lo son la tormenta o el
viento, sino el trato de Él para que Su vida sea nuestra vida. Así,
en breves palabras, termina el capítulo: “Estuvo tres días y tres
noches”, símbolo de comenzar con la Cruz y con la resurrección.
Dios le dijo: “Estarás escondido en lo profundo de Mi mano.
Haré lo que prometí; mi gracia es mayor. Jonás, me dijiste ‘No’,
pero mi amor sigue diciendo ‘Sí’”.

~25~
EJERCICIO N.º 1:

Pon una música instrumental suave de adoración.

“Señor, te adoramos... Solo Tú eres digno y maravilloso. Te


pido ahora que traigas a luz las palabras que me has dicho y a
las que yo te he respondido “No”. Señor, muéstrame todas las
cosas en las que te he desobedecido.
(A medida que aparezcan, las entrego en la Cruz para su
muerte).

Señor, muéstrame cuáles han sido “los vientos”, “los mares”,


las personas que has usado para tratarme... Hoy me rindo.
(Medita en cómo ha sido el trato de Dios en tu vida).

Señor, hoy me rindo. Te doy mi vida. No la echo al mar, sino al


Altar. Me subo a tu Altar y dejo mi vida allí. Gracias porque no
me abandonaste. Gracias por Tu trato amoroso. Gracias por
Tu paz, gracias porque, aun cuando fui infiel, Tú continuaste
siendo fiel. Hoy me lleno de Ti. Nada de mí; todo de Ti. Te amo,
mi Señor.
(Cántale una adoración y dale palabras de amor a Él).
Amén”.

~26~
Dí a 2

Visión panorámica del capítulo 2

Desde el interior del pez, Jonás adoró al Señor, reconociendo


su error en todo lo sucedido. Cuando lo hizo, el pez lo vomitó
en tierra.

Capítulo 2: Oración de Jonás

1
Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el
vientre del pez, 2 y dijo: Invoqué en mi angustia
a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol
clamé, y mi voz oíste. 3 Me echaste a lo profun-
do, en medio de los mares, y me rodeó la corriente; todas
tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. 4 Entonces dije:
desechado soy de delante de tus ojos; mas aún veré tu
santo templo. 5 Las aguas me rodearon hasta el alma,

~27~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

rodeóme el abismo; el alga se enredó a mi cabeza. 6 Des-


cendí a los cimientos de los montes; la tierra echó sus ce-
rrojos sobre mí para siempre; mas tú sacaste mi vida de
la sepultura, oh Jehová Dios mío. 7 Cuando mi alma des-
fallecía en mí, me acordé de Jehová, y mi oración llegó
hasta ti en tu santo templo. 8 Los que siguen vanidades
ilusorias, su misericordia abandonan. 9 Mas yo con voz de
alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí.
La salvación es de Jehová. 10 Y mandó Jehová al pez, y
vomitó a Jonás en tierra.

Análisis del capítulo 2

Entonces Jonás oró...


Después de tres días y tres noches... 
Tres días sin hablar; pero, al final, Jonás habló.
Tardó setenta y dos horas en abrir su boca. 

Ahora Jonás habló, ya no podía estar en silencio; y lo que no


hizo cuando estaba “libre”, ahora lo hizo desde el interior del
pez.  Ahora Dios lo escuchó; Jonás le habló:
“Desde el vientre del pez... del gran pez”. 
O...
Desde la gran cama de hospital.
Desde la gran deuda. 
Desde el gran dolor. 

~28~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Pez, cama, muerte, tristeza, etc., nos hacen orar, pero no des-


de el alma, sino desde el corazón. 
Jonás va a orar ocho versículos… Pero esas pocas palabras
cargan tanto... 
Jonás no es de mucho hablar, pero sus oraciones están llenas
de Salmos. 
Observemos,
2:2 cita el Salmo 18:6 y 120:1
2:3 cita el Salmo 42:7
2:4 cita el Salmo 31:22
2:5 cita el Salmo 69:1 
2:6 cita el Salmo 30:3
2:7 cita el Salmo 143:4
2:8 cita el Salmo 31:6
2:9 cita el Salmo 3:8

Cita aquellos Salmos que conoce muy bien y los hace suyos;
pero no como un “salmo o canción” sino como un “salmo ora-
ción”. “Entiendo que fui desechado y me echaste delante de
tus ojos”.  Es verdad; aunque también, fue la terquedad de Jo-
nás la que provocó todos estos hechos.

Y Jonás entendió…
Al pez podríamos pensarlo como un gran Altar, un Altar gigan-
te. Y fue allí donde Jonás murió, donde Jonás rindió su volun-
tad al Señor.

~29~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Cuando Dios envía al gran pez no era solo para


llevarlo a Nínive, sino para llevarlo a Su Presencia.

Jonás muestra lo que sucede cuando no vamos al Altar. V. 2


dice: “Estoy angustiado”; vv. 3, 5, 6: “Estoy encerrado”; v. 4 “Es-
toy desechado”; v. 7: “Estoy desfallecido”. Estos son los sínto-
mas que presentan las personas cuando viven en el gobierno
de su alma.

Jonás tocó fondo y despertó. Y dio gracias, porque aun siendo


tan rebelde, Dios obró. En los vv. 4 y 5, el libro describe cómo
casi se ahogó. Las olas y las algas pasaron sobre él; sin embar-
go, entendió la misericordia de Dios. En el capítulo 1, Jonás
está corriendo para alejarse de Dios. En el capítulo 2, Jonás
corre para alcanzar a Dios. No necesitamos esperar una enfer-
medad, una crisis, una muerte, para decirle al Señor: “Te amo”;
no necesitamos un gran pez, solo levantar nuestros brazos y
decirle: “Gracias, Señor, por atraerme hacia Ti”; “Señor, te in-
voqué y me oíste”.

Llegó su entrega. Llegó su fin. Le dijo con voz de alabanza que


pagaría sus votos, que ahora le obedecería. “Mas yo... te ofre-
ceré sacrificios”. Pero Jonás tuvo que esperar este hecho para
decirle que sí a la voz de Dios. Luego de que el Señor le habló,
este tendría que haber sido el versículo siguiente en el libro de
Jonás. Si esto hubiera sucedido, no habría existido la historia

~30~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

del mar, de la tormenta, de la huida, de la terquedad y del orgu-


llo. ¡Qué distinto habría sido todo!
A esta altura del relato, Dios ya no hablaba, solo lo escuchaba.
Y, al oírlo, le ordenó al pez que lo vomitara. Jonás le habló a
Dios y Dios le habló al pez.

Medita en este hecho, mi amigo.

En su oración, dijo: “Más aún veré tu santo templo” (v. 4). Jo-


nás, la puerta de entrada siempre, siempre, es el Altar del sacri-
ficio. Y nosotros, mi amigo, podemos entrar a Su templo con la
misma oración que hizo Jonás y que debemos hacer cada día:
“Mas yo… te ofreceré sacrificios”.
 
En los momentos difíciles que atravesamos sentimos que todo
se termina, que llegamos al fin. Jonás habla de “estar en lo
profundo, en medio de mares y rodeado de corrientes”. ¡Qué
descripción más gráfica! Sin embargo, es cuando nuestra vie-
ja naturaleza va al Altar que todo cobra vida. Es por eso que
Jonás expresó: “Mi oración llegó hasta tu santo templo” (v. 7).

Es tiempo de rendirnos...
Deja todo en sus manos y dile: “No vivo yo”, y observa ¡cómo Él
hace todo! Kathryn Kuhlman siempre decía: “No son tus ora-
ciones; no son tus habilidades; es tu rendición. Un recipiente
vacío. Eso es todo lo que está buscando: ¡un recipiente va-
cío!”. Aprende a rendirte y verás victoria. 

~31~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Jonás quiere decir “paloma”; una ofrenda que se resistió a su-


bir al Altar del sacrificio y ser transformada en olor fragante de
entrega a su Rey. Él recibe siempre ese sacrificio dándonos su
misma vida de resurrección y una nueva etapa llena de gloria
y poder. 
¿Vamos al Altar? 

~32~
EJERCICIO N.º 2:

“Señor, ¡te adoro! Tú eres Maravilloso, Digno, Santo y


Majestuoso”.

Cántale una canción de adoración.

Señor, hoy quiero dejar en el Altar...


(Lentamente deja que el Espíritu Santo te muestre, una por
una, qué cosas dejar en el Altar).

Señor, ¡te adoro! Me declaro libre y lleno de Ti. 


Te amo. ¡Tú eres mi Señor!
(Adóralo y disfruta de su Presencia).
Amén”.

~33~
Dí a 3

Visión panorámica del capítulo 3

Jehová le vuelve a ordenar a Jonás a que vaya a Nínive y hable


las palabras que Dios mismo le diría. Jonás obedeció. Al escu-
char sus dichos, los habitantes creyeron y proclamaron ayuno.
Aun el mismo rey de la ciudad se cubrió de cilicio ordenando
que cada habitante se arrepienta del mal camino. Al ver este
accionar, Jehová no llevó a cabo su plan.

Capítulo 3: Jonás obedece al Señor

1
La palabra del Señor vino por segunda vez a
Jonás: 2 «Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y
proclámale el mensaje que te voy a dar». 3 Jo-
nás se fue hacia Nínive, conforme al mandato
del Señor. Ahora bien, Nínive era una ciudad grande y

~35~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

de mucha importancia.4 Jonás se fue internando en la


ciudad, y la recorrió todo un día, mientras proclamaba:
«¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!» 5 Y los
ninivitas le creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde
el mayor hasta el menor, se vistieron de luto en señal de
arrepentimiento. 6 Cuando el rey de Nínive se enteró del
mensaje, se levantó de su trono, se quitó su manto real,
hizo duelo y se cubrió de ceniza.7 Luego mandó que se
pregonara en Nínive: «Por decreto del rey y de su corte:
Ninguna persona o animal, ni ganado lanar o vacuno,
probará alimento alguno, ni tampoco pastará ni beberá
agua. 8 Al contrario, el rey ordena que toda persona, jun-
to con sus animales, haga duelo y clame a Dios con todas
sus fuerzas. Ordena así mismo que cada uno se convier-
ta de su mal camino y de sus hechos violentos. 9 ¡Quién
sabe! Tal vez Dios cambie de parecer, y aplaque el ardor
de su ira, y no perezcamos». 10 Al ver Dios lo que hicie-
ron, es decir, que se habían convertido de su mal camino,
cambió de parecer y no llevó a cabo la destrucción que
les había anunciado.

~36~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Análisis del capítulo 3

Todo empieza de nuevo. Es un volver a empezar. Dios le dijo:


“Ve y habla”.
Jonás perdió “dos capítulos” de su vida. Volvió al punto de ori-
gen. Perdió tiempo y dinero; sufrió de todo por no subir al Altar.

¿Cuántas veces Dios nos tiene que hablar?


Muchas..., porque cada vez que postergamos llevar a cabo lo
que el Señor nos dice, siempre tendremos pérdida. A pesar
de eso, Jonás siguió con su misma respuesta; se levantó y fue
(v. 3).

Jonás no habló (porque la carne que no adora, que no invoca,


que no canta, es señal de que aún gobierna). Muchos dicen: “En
la obediencia está la bendición”. Parecería una buena frase,
pero si tu corazón no habla, no adora, es solo una frase menti-
rosa. Por dentro, sigue el gobierno de tu propia voluntad.

En el v. 4 Jonás predicó y en el v. 5 las personas se entregaron.


Aun el más malo puede arrepentirse rápido. Y el más bueno,
tardar años en subirse al Altar. Jonás llegó, predicó y sucedió
algo milagroso: todo el pueblo se arrepintió, incluso el mismo
rey. Leemos que se levantó, se despojó, se vistió y se sentó.
Todo el pueblo cayó bajo el arrepentimiento.

El pueblo fue transformado de tal manera que llegó a oídos


del rey, quien sacó el decreto de que todo el mundo ayunara.

~37~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

¡Qué poderosa es La Palabra de Dios! ¡Puede cambiar a toda


una ciudad! Excepto a un carnal. El pueblo se arrepintió y Dios
cambió lo que dijo que haría. El Altar siempre trae bendición,
aun a un pueblo malo, aun a un rey pagano; aun a ti y a mí.
¿Acerca de qué cosas el Señor necesita hablarte a ti?
Veamos...

¿Acaso de tu Isaac?
En el Atrio, muchas veces, Dios nos va a pedir a nuestro Isaac.
Isaac es algo o alguien que amamos. Es algo que es preciado
para nosotros. Porque cuando hablamos de entregar cosas
nuestras en la Cruz, en lo primero en que pensamos es en lo
siguiente: ataques de pánico, deudas, enfermedades, proble-
mas del trabajo, malas relaciones, etc. Toda esta entrega la
hacemos en una sola oración. Pero ¿qué pasa cuando Dios nos
pide lo más sagrado que tenemos como lo hizo con Abraham?
El Señor le dijo: “Quiero que me des a tu hijo a quien amas”
(Isaac representa a alguien o algo que amamos; eso sí que no
es fácil).
 
¿De tu comodidad?
Benny Hinn cuenta en uno de sus libros una historia que me
impactó profundamente y que he comprobado en mi vida más
de una vez. Llegó a una ciudad, y cuando se instaló en el ho-
tel, estuvo orando y adorando a Dios hasta las dos o tres de la
mañana. No le importó el hecho de que al otro día tuviera un
evento por la mañana. Se le fue la hora en Su Presencia. Por la
mañana, fue a la reunión y apenas dijo: “ Señor maravilloso”,

~38~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

se empezaron a levantar los paralíticos de sus sillas y a ocurrir


todo tipo de milagros. La gloria fue extraordinaria. Por la tar-
de, había otra reunión en el mismo espacio. Así que, como en
esa ciudad vivía su prima, aprovechó el mediodía y se fue me-
dia hora de viaje, a almorzar con ella a un restaurante. Hacía un
buen tiempo que no se veían. En el momento en el que estaban
almorzando con ella y su esposo, sintió que Dios le dijo:
—Vuelve al hotel a orar.
—Señor, hace un año que no veo a mi prima; recién me senté a
almorzar con ella.
Y nuevamente, el Espíritu Santo le repitió:
—Ve a orar.
—Señor estoy a treinta minutos del hotel; además, ni empecé
a almorzar.
Y se quedó con la prima y su esposo almorzando. No volvió.
Cuando terminó el encuentro, regresó al hotel y se preparó
para ir a la reunión siguiente.
Como había sido tan impactante la reunión de la mañana, en
este nuevo encuentro había el doble de personas. Pero suce-
dió que, a pesar de orar, adorar, alabar y predicar, en ese servi-
cio no ocurrió nada. Benny Hinn cuenta que no veía la hora de
terminar la reunión para irse al hotel. Cuando llegó a su habi-
tación, se puso a llorar y oró:
—Señor, ¿cómo puede ser que a la mañana hayamos tenido
tanta gloria y a la tarde nada sucedió?
Y el Señor le contestó:
—Te dije que fueras a orar. Mi gloria tiene un precio. Y el precio
—le dijo el Espíritu Santo— es todo.

~39~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Y Benny Hinn comparte que aprendió que hay que pagar todo
el precio. Porque si pagamos todo el precio, nos espera toda
la gloria.

El Señor quiere ser siempre nuestro “Todo”.

Te comparto esta historia:


En el siglo XIX, hubo un predicador famoso en Inglaterra:
su nombre era F. B. Meyer. Era un hombre muy brillante. Si
alguna vez usted ha leído sus libros, su inglés es tan bueno,
que cuando él habla sobre agua usted puede oír el agua
fluyendo. Él entonces era un joven predicador muy exitoso
en Edimburgo, Escocia. Pero una vez lo visitó un joven lla-
mado C. T. Studd. Tal vez usted no conozca este nombre,
pero en su tiempo todos en Inglaterra conocían a Studd; él
era estudiante en Cambridge y el mejor jugador de cricket
de Inglaterra. Venía de una familia millonaria, pero el Se-
ñor lo llamó a predicar el evangelio a China.
Antes de que él fuera a China, visitó varios lugares y llegó
a Edimburgo, el lugar donde Meyer era pastor. Meyer lo re-
cibió, y él pasó una noche allí. Era noviembre, y noviembre
en Edimburgo es muy frío. Y temprano por la mañana Me-
yer notó que había luz en el cuarto de Studd. Y como buen
anfitrión, se preguntó qué habría pasado, tal vez su invita-
do estaba enfermo. ¿Qué hacer? Era muy temprano para
tocar a la puerta, así que esperó, pero la luz seguía encen-
dida. Finalmente llamó, y una voz le dijo que entrara. Él

~40~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

entró en el cuarto y vio a Studd sentado allí, envuelto en


una frazada a causa del frío. Meyer dijo: «Usted se levanta
realmente temprano». Y él contestó: «Oh, yo amo al Señor,
estoy escudriñando la Palabra; estoy buscando órdenes
para obedecer». Eso conmovió el corazón de Meyer.
Cuando nosotros leemos las Escrituras, ¿qué buscamos?
Buscamos promesas. ¿Y qué evitamos? Los mandamien-
tos. Pero ¿qué buscaba este joven? Buscaba los manda-
mientos, porque él amaba al Señor y quería obedecerle.
Eso tocó profundamente a Meyer, y dijo: «Hermano, ¿cómo
podría yo ser como usted? Usted tiene algo que yo no ten-
go». Y Studd le preguntó: «¿Se ha dado usted mismo al Se-
ñor?». Decirle a un pastor: «¿Se ha dado usted mismo al Se-
ñor?» parece un insulto. Y Meyer respondió: «Por supuesto,
yo le he dado mi vida al Señor». Entonces Studd dijo: «¡Ah!,
¿ha entregado usted toda su vida al Señor? ¿Le ha dado
al Señor cada detalle de su vida?». Meyer dijo: «Nunca he
hecho eso». Así que Studd le dijo: «Vaya y hágalo».
F. B. Meyer amaba al Señor, así que empezó a considerar
cada detalle de su vida; sus talentos naturales, su éxito,
los entregó uno por uno al Señor. Vio al Señor viniendo ha-
cia él, extendiendo su mano y diciéndole: «Dame todas las
llaves de tu vida». Meyer le dio al Señor un manojo de lla-
ves, grandes y pequeñas, de cada cuarto de su vida. Pero
él se guardó una llave pequeña, de un cuarto pequeño,
y el Señor le preguntó: «¿Eso es todo?». «Oh», dijo él, «eso
es todo, salvo esta llave pequeña; por favor, permíteme
quedarme con ella». Pero el Señor dijo: «No». «Oh Señor,

~41~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

si me permites guardar esta llave, yo doblaré mis esfuer-


zos para servirte». El Señor dijo: «No», y empezó a darse
la vuelta y a abandonarlo. Meyer estaba desesperado, así
que clamó: «Hazme quererlo. Yo no quiero, pero dame el
deseo de quererlo». Y entonces el Señor volvió y tomó esa
llave pequeña, y le dijo a Meyer: «Si yo no soy el Señor de
todo, no soy el Señor de nada». Costó tiempo al Señor abrir
todos esos cuartos, limpiarlos y purificarlos, pero él usó
poderosamente a Meyer.1
 
¿De tu historia?
Hay gente que tiene su pasado vivo y debe dejarlo en el Atrio.
• A mí me abandonaron y yo tengo miedo de que me abandonen
nuevamente.
• Tú me engañaste y no te voy a perdonar nunca.
• Mis padres me maltrataron y no puedo superarlo.
Cristo nos perdona los pecados, pero también quiere borrar
nuestra historia. Él también quiere aniquilar el pasado, por-
que, “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas vie-
jas desaparecieron”.
Cuando Dios mira nuestro pasado, no ve nuestros pecados y
tampoco ve nuestra historia. Cuando nacemos espiritualmen-
te, el espíritu es nuevo; de aquí hacia adelante. En Cristo, todas
las cosas son hechas nuevas; no tienes historia; no tienes pasa-
do; no tienes pecados; no tienes nada “para atrás”.

1
https://libreriavozqueclama.blogspot.com/2009/08/el-testimonio-de-f-b-meyer.html
Publicado por Voz que Clama (2009).

~42~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

San Agustín era una persona complicada antes de dedicarse


a Cristo. En una ocasión, una mujer con la que había estado, lo
reconoció. Y cuando lo vio, lo llamó:
—Agustín! ¡Agustín!
Cuando al fin se encontraron, la mujer le dijo:
—Agustín, soy yo, ¿no me reconoces?
— Sí. Yo sé quién eres tú, pero yo, ya no soy yo.
 
¿De nuestro postergar?
Cuando nos pasa algo malo, empezamos a “obsesionarnos”
con el tema. Nos llegan los impuestos y estamos todo el día
preocupados. Ese malestar es el Isaac que retenemos.
Pablo dijo: “Que no se ponga el sol sobre tu enojo”. Quiere de-
cir que, a la noche, tiene que morir el malestar. Y sabes que ese
malestar murió cuando recuerdas el pasado y ya no te preocu-
pa más. Porque muchas veces entregamos una discusión con
alguien, un enfrentamiento que nos hizo mal; pero, en cuan-
to dialogamos con esa persona, traemos de nuevo el hecho
al diálogo y se lo adjudicamos. No entregamos ese tiempo de
malestar.
Sin embargo, cuanto más rápido llevo mi malestar al Atrio,
más rápido entraré a la Presencia de Dios. Ni bien nos aparez-
ca un malestar, llevémoslo a la cruz para su muerte. No dejes
que se instale en tu recuerdo. Hay más Isaacs para entregar
todavía...

~43~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

¿De tu relación con las personas?


Los celos son control. Eres “Mía”. Eso tiene que morir. “Mi” es-
posa, “Mi” hombre. Nadie es nuestro; son de Cristo. Las per-
sonas solemos retener al otro y decimos: “Este es ‘mi’ equipo
Zoe. Esta es ‘mi’ iglesia. Me preocupo porque son ‘mis’ hijos”.
Pero necesitamos saber que Dios no nos va a multiplicar lo que
retenemos; en cambio, todas las personas que sembremos en
el Altar para su muerte son Isaacs que serán resucitados, lle-
nos de la gloria del Señor y multiplicados.
Benny Hinn narra que él tenía una novia y estaba enamorado.
Pero Dios le dijo: “No es para ti”. Y cuenta en uno de sus libros
que no le gustaron mucho estas palabras, pero, cuando entre-
gó esa relación al Señor, Dios le permitió, a la semana siguien-
te, conocer a su mentora Katherine Kuhlman y, en ese evento,
él recibió el bautismo del Espíritu Santo; en consecuencia,
toda su vida fue trasformada. Y narra: “Dejé a una mujer y Dios
me hizo conocer a otra gloriosa”.
Wachman Nee, tenía una novia que no era cristiana. Y Dios le
dijo: “Deja esa relación porque no es cristiana”. Nee cortó la
relación y se separaron. Años más tarde, Dios obró y esta joven
se convirtió. Volvieron a encontrarse y se casaron. Dios tiene
que mostrarnos a la gente que retenemos, porque el área que
suelto en el Altar se llena de Cristo.
 
¿De nuestras posesiones?
A veces nuestro Isaac son los objetos materiales: mi auto, mi re-
loj, mis zapatos, mi ropa. Son cosas que “hemos entregado en
la Cruz”, pero que cuando las perdemos, todavía nos duelen.

~44~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Algunos tienen una gran angustia, cada vez más profunda. Y


Dios se pregunta: “¿No era que me lo había entregado?”.   Si lo
hemos dejado en la cruz y aún nos duele, es porque no lo he-
mos soltado.
Madame Guyon expresó: “Una muerte total a uno mismo, hace
que podamos perdernos en Cristo. Cuando nosotros morimos,
Cristo aparece”.
 
¿De nuestros errores?
Todos hemos cometido errores. ¡Cómo duelen los errores!
Nos generan vergüenza. Hay muchas personas a las que les
da vergüenza decir: “Me equivoqué”. A otros les da bronca o
resentimiento.
El profeta Samuel se equivocó siete veces seguidas. Cuan-
do llegó a la casa de David para ungir al futuro rey de Israel,
Samuel vio a Eliab, el primer hijo de Isaí, y dijo: “De cierto, de-
lante de Jehová, está su ungido”. Pero Jehová le pidió que no
se fijara en la altura ni en el parecer. Samuel se equivocó. Lla-
mó al segundo, pero tampoco era el ungido. Y así procedió con
los siete hijos de Isaí. Finalmente, preguntó si faltaba alguno.
—Sí. Falta el más pequeño, pero está con las ovejas.
—Tráiganlo.
Y vino David. El Señor dijo: “Es ese”.
Mi amigo lector, el Señor me habló: “Nuestros errores conti-
nuarán”. David significa Cristo; vamos a seguir hasta que Cristo
aparezca en nuestro camino, porque cuando Cristo aparece
en él, se terminaron los errores. Hay que seguir a pesar de los
desaciertos.

~45~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Elías también se equivocó y, ¡siete veces! Él oró: “Señor, envía


lluvia”. Y envió a su criado a ver si la lluvia llegaba. Pero nadie
veía acercarse la tormenta. No había ni una posibilidad de que
cayera una gota. Así que volvió a orar: “Ahora sí, manda lluvia”.
¿Sabes cuántas veces envió a su criado a ver si llovía? Siete.
Siete veces fue y vino el criado; pero la última, vio una nube
muy pequeña, como la palma de su mano, y Elías le dijo: “Pre-
párate que se viene la lluvia”.
En la Biblia, el Espíritu Santo es mostrado como una nube. Y
cada uno de nosotros debe seguir hasta que, en su propio ho-
rizonte, la presencia del Espíritu Santo sea quien derrame la
lluvia que Dios ha prometido.
 
También tenemos que llevar los errores de los otros a la Cruz.
Porque los nuestros, muchas veces, los llevamos; pero los de
los otros nos cuesta mucho más. Decimos: “Yo esperaba que
tú hicieras esto”; “Pensé que me iban a apoyar”; “Al final no me
ayudaron”. Esto también debe morir.
Jesús había ido a orar al monte con sus discípulos. Y antes de
ir a orar solo, porque la Cruz se aproximaba, les dijo a Pedro, a
Jacobo y a Juan: “Oren, para que no entren en tentación”. Y Se
fue cerca, a un tiro de piedra, y empezó a orar. Dice la Biblia que
Jesús lloraba. La Epístola a los Hebreos lo amplía: “Mientras
oraba, sudaba gotas de sangre”. Cuando volvió, los encontró
durmiendo. Imagínate que, en tu peor momento, estés nece-
sitando de alguien y este se quede dormido. Nuestros planes
tienen que ir a la Cruz.
 

~46~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

¿De nuestros traumas?


Debemos llevar a la Cruz todos los traumas. No puedes seguir
llorando a tu expareja tantos años. No puedes vivir atado al
hecho de que te abandonaron, que te menospreciaron, que
no te valoraron.
Cuando el rey Saúl perdió la Presencia de Dios, el profeta
Samuel lloró siete días y Dios le dijo: “No llores más, porque
te voy a mandar a uno mejor que el que se fue”. Y le envió a
David. Porque cuando alguien sale de tu vida, el Señor traerá
a alguien mejor. Siempre que sale un Saúl, viene un David. Te-
nemos que dejar en la Cruz las cosas que perdimos: “Perdí mi
casa”; “Yo perdí mi barrio”; “Perdí ese trabajo”.
Dios le dijo a Abraham: “Sal de tu tierra” porque no lo podía
bendecir en esa tierra.
Cuando Jesús comenzó su ministerio en Nazaret, no pudo ha-
cer ni un milagro, puesto que la gente era incrédula. Hay lu-
gares de los que Dios te saca, porque te va a llevar a lugares
mejores. Lo que sucede es que, cuando uno pierde algo, no lo
sabe, por eso llora. Pero cuando llega al lugar mejor, dice: “Qué
bendición que Dios me sacó de esa pocilga, porque ahora me
ha traído al lugar ancho y espacioso para ver Su bondad que
dura por todas las generaciones.
 
¿De sentir lástima por nosotros mismos?
Tenemos que llevar a la Cruz la autocompasión. Momentos
antes de que Jesús fuese entregado a los soldados romanos,
Pedro le dijo: “No vayas a la cruz”. Y, además, agregó: “Hazlo
por ti”. Eso es autocompasión. Y Jesús le contestó: “Apártate

~47~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

de mí Satanás”. Los profetas de Baal se flagelaban. No puede


haber un hijo de Dios que se flagele: “Es por mi culpa”; “Yo sufrí
mucho”; “A mí nadie me comprende”. Todo eso es basura. Dé-
jalo en la Cruz para su muerte. No te autocompadezcas nunca.
- Me abandonaron... Si Saúl se fue, vendrá otro mejor.
- ¿Por qué perdí este lugar?... Viene un lugar mejor.
- Le tengo miedo a la muerte... No puedes morir porque el que
tiene al Hijo tiene la vida eterna. Deja todo en el Atrio.
A Jesús le dijeron: “Nosotros no somos hijos de adulterio”. Le
estaban diciendo: “Ya sabemos de dónde vienes y seguramen-
te que no vienes del Espíritu Santo. Tu madre, María, algún des-
liz debe haber tenido”. Esto ofendería a cualquiera, pero Jesús
les respondió: “Si conocieran que Dios me envió, me amarían”.
Cuando tú sabes quién eres, no te ofende nada.
Es tiempo de dejar todo en la Cruz y cesar de escapar.

~48~
EJERCICIO N.º 3: 

Coloca un instrumental suave.

“Señor, te adoro; solo Tú eres digno; solo Tú eres... (Adóralo


con palabras de amor).

Señor, te pido que me muestres qué dejar hoy en el Altar (A


medida que te muestre, llévalo a la Cruz para su muerte. No te
apresures; solo deja que Él te guíe y hazlo hasta que Él te diga:
“Suficiente”).

Cántale una canción y agradécele por Su poder en tu vida.


Declaro el poder de la Vida en mí.
Amén”.

~49~
Dí a 4

Visión panorámica del capítulo 4

Jonás se enojó con Dios; él no comprendía la misericordia divi-


na para con ese pueblo. Tal fue su enojo que le dijo al Señor que
le quitara la vida. Así fue como dejó atrás la ciudad y acampó al
oriente de la ciudad; se sentó a la sombra hasta ver qué suce-
dería. Pero Dios preparó una calabacera para que tuviese som-
bra su cabeza. El Señor era bueno con él. Sin embargo, al llegar
el alba, Dios preparó un gusano que hirió dicha calabacera y
esta se secó. Nuevamente Jonás se enojó, ya que había que-
dado solo una vez más. En esa sucesión de hechos, Dios trató
de que Jonás comprendiera que, así como él se enojaba por
un vegetal, ¿cómo Él no se iba a preocupar por la humanidad?

~51~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Capítulo 4: El enojo de Jonás

1
Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y
se enojó. 2 Y oró a Jehová y dijo: “Ahora, oh
Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando
aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir
a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y pia-
doso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que
te arrepientes del mal. 3 Ahora pues, oh Jehová, te ruego
que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que
la vida”. 4 Y Jehová le dijo: “¿Haces tú bien en enojarte
tanto?”. 5 Y salió Jonás de la ciudad, y acampó hacia el
oriente de la ciudad, y se hizo allí una enramada, y se sen-
tó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería
en la ciudad. 6 Y preparó Jehová Dios una calabacera, la
cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre
su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró
grandemente por la calabacera. 7 Pero al venir el alba del
día siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la ca-
labacera, y se secó. 8 Y aconteció que, al salir el sol, prepa-
ró Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la
cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo:
“Mejor sería para mí la muerte que la vida”. 9 Entonces
dijo Dios a Jonás: “¿Tanto te enojas por la calabacera?”. Y
él respondió: “Mucho me enojo, hasta la muerte”. 10 Y dijo
Jehová: “Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual
no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de

~52~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

una noche nació, y en espacio de otra noche pereció. 11 ¿Y


no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad don-
de hay más de ciento veinte mil personas que no saben
discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y
muchos animales?”.

Análisis del capítulo 4

Jonás se enojó. ¡Y mucho! Qué bueno habría sido que el libro


terminara en el capítulo anterior. Pero no fue así, la carne siem-
pre vuelve. Ahora sí Jonás le habló a Dios, pero no era para
celebrar las conversiones o por haber sido usado. Oró para que
Dios le diera muerte. 

“Señor, me da bronca que seas bueno. Yo sabía que Tú eras


misericordioso. ¡Y no lo soporto!”. Los teólogos han tratado
de entender cómo puede ser que Jonás actuara así. ¿Era por-
que odiaba a los ninivitas? ¿Porque no quería que los ninivitas
experimentaran misericordia? Así, se han brindado muchas
interpretaciones.
Mi amigo, la carne detesta el corazón de Dios. A la carne no le
interesa la conversión de otros. La carne no es “coherente”; la
carne no tolera nada del Espíritu.  Por eso, Jonás le dijo: “Quíta-
me la vida”. Jonás, no es que Él te la quite; Dios no asesina; solo
acepta sacrificios voluntarios. ¡Súbete al Altar!

~53~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

Aquí vemos que el “arrepentimiento” de Jonás fue de corta


duración. Se arrepintió, pero nuevamente dejó que la carne
siguiera dominándolo. Murió a un pecado, pero no al gobierno
de su yo. 

Así, Jonás se fue de la ciudad. El diálogo terminó. No hay mucho


que Dios pueda decirle a quien no quiere oír. Al igual que Caín,
“se enojó” y punto. Es lo que sentía Jonás, y eso lo dominaba. 
Entonces, dice la historia que se sentó a ver qué sucedía en la
ciudad. Dios siguió trabajando en Jonás; le mandó una calaba-
cera para darle sombra y, al venir el alba, Dios envió un gusano
y un viento seco. El gusano hirió la calabacera y esta se secó. 
Al final del libro, Dios le preguntó: “¿Tanto te enojas por la cala-
bacera?”. Y él respondió: “Mucho me enojo, hasta la muerte”. Y
dijo Jehová: “¿Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no
trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche
nació, y en el espacio de otra noche pereció, y no tendré yo
piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de cien-
to veinte mil personas que no saben discernir entre su mano
derecha y su mano izquierda, y muchos animales?”.

Un pez grande y un gusano. Lo grande y lo pequeño para que


subas al Altar.
Un viento fuerte y un viento seco para que subas al Altar.
Unos marineros que se arrepienten y una ciudad con su rey que
se arrepienten para que subas al Altar.
¿Te enojas por una planta, pero no por tu corazón?
¿Te enojas porque soy bueno y no porque tu corazón es malo?

~54~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

¿Prefieres que te maten a morir voluntariamente en el Altar?


¿Te importan más las cosas que no son tuyas y te molesta que
ame a la gente? 
¿Lloras por “una planta” y yo no me ocuparé de ciento veinte
mil vidas humanas?

Jonás huyó para sabotear el plan de Dios y terminó “siendo”


el plan para que crean. Cuando todo Nínive se enteró de que
había estado tres días en el vientre de un pez, este hecho ter-
minó siendo el elemento crucial del arrepentimiento en ellos.
Los ninivitas escucharon que debían arrepentirse, pero, segu-
ramente, todos conocieron la historia de lo que le sucedió a
Jonás. En Lucas 11:29-30 dice Jesús que se les iba a dar a los
religiosos la señal de Jonás. Así como los ninivitas se entera-
ron de que Jonás había pasado tres días en el vientre de un
pez, todo el mundo se enteraría de que Cristo estaría tres días
muerto y, al tercer día, resucitaría.

El León y el Cordero
En el libro de Jonás visualizamos el aspecto del Señor como
“León” (Su Poder)

La historia describe ocho milagros:


1. El viento que se levanta.
2. Calma el mar.
3. Tres días en el pez.
4. Vomitado en Nínive.

~55~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

5. Se convierten seiscientas mil personas (que se calcula-


ba que vivían en el país).
6. La calabacera se levanta en una noche.
7. El viento caliente del desierto que lo hiere.
8. Un gusano hiere la calabacera.

Pero, también nos muestra al “Cordero” (La Misericordia). El


tema principal de Jonás es experimentar Su amor. Y lo vemos
en las siguientes partes:

1. El amor de Dios por los tripulantes paganos.


2. El amor de Dios por el profeta rebelde.
3. El amor de Dios por la nación Ninivita alejada de Él.

¡Qué glorioso es el Señor! Aquí está la visión: Si Él fuese Pode-


roso sin Amor sería terrible, y si solo fuese Amoroso sin Poder,
también. Sin embargo, tenemos un Dios que es “Cordero” y
“León”, y “León” y “Cordero”.

LLegamos al final de la historia...


Un libro con un final abierto....
Jonás somos todos.  En ti está, mi amigo, qué hacer. ¿Subirás
al Altar? ¿O seguirás enojado, sin paz, molesto, llorando por tu
“plantita”?

Jonás, estuve contigo en las buenas; te hablé en el mar; te ha-


blé en la bendición. Te hablé. No te solté; ni te soltaré. Hay un
pacto entre nosotros; formaré a mi Hijo en tu vida. Comencé

~56~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

la buena obra y no te soltaré hasta hacer lo que prometí que


haría en tu vida.

~57~
EJERCICIO N.º 4:

“Señor, gracias; gracias porque nunca me soltaste. Nunca me


dejaste. Gracias por Tu trato de amor hacia mí.

Dejo en la Cruz mis enojos...” (permite que Él te muestre todos


los enojos y déjalos en el Altar). 

Cántale y adóralo y agradécele por Su amor.


Disfruta de Su abrazo y ternura.

~58~
Conclusión
¡Terminamos otro recorrido juntos! ¡Qué hermoso fue morir
durante cuatro días seguidos! Eso es adoración. “Con voz de
alabanza te daré sacrificios”, dijo Jonás en el vientre del pez. 
El Altar es la Cruz de Cristo. Él murió allí por nosotros, para
que nosotros ahora podamos morir a lo nuestro y nuestro
vivir sea Cristo.
Él ha crecido enormemente cada día.
Cristo en este libro es la Voz que llama; la Voz que ordena;
la Voz que pregunta; la Voz que ama. Es “Su dulce Voz” que
habla suave y habla fuerte; que envuelve y abraza y nos sigue
diciendo: “Nada te podrá separar de mi amor, ni la muerte, ni
la vida, ni ángeles, ni demonios, ni siquiera tú mismo”.
Este libro, mi amigo, lo escribí durante varias noches; era me-
dianoche y Él me llevaba a escribir, adorar y reflexionar sobre
la vida de Jonás, la nuestra. Pero con una diferencia: el final
abierto es nuestro. Le hemos dicho cada día: “Ya no yo, sino
Tú en mí”.

~59~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de JONÁS

¡Disfruta del Señor! 


Gracias por navegar juntos en esta aventura. 
Nos vemos pronto.
Te invito a continuar leyendo Malaquías.

~60~
Malaquías
6 DÍAS
EXPERIMENTANDO
EL LIBRO
DE MALAQUÍAS

~61~
Bienvenidos

Qué bueno fue caminar 4 días con Jonás, pasar por el Altar,
dejar que Él nos ministre. ¡Cristo aumentó en nuestras vidas!
El Altar es una llave de oro para que lo nuestro desaparezca y lo
de Él crezca. Decía Watchman Nee: “Un cristiano consagrado
es distinto del común y corriente. Su hacer muere por vivirlo a
Él; es una vida intercambiada.
Yo “hacía cosas” para Él, pero ahora dejo eso y lo vivo a Él”.
Vamos a graficarlo así: Tengo un auto y lo empujo yo, o puedo
encenderlo y dejar que el motor me lleve. El motor es Cristo.
 
Ahora pasaremos más tiempo en el Altar y caminaremos
junto al profeta Malaquías.
El nombre “Malaquías” significa “El mensajero”. Sí, ese es el
significado del nombre del profeta. ¿Te preguntaste alguna vez
cuántos sentidos encierra nuestro nombre? A propósito, ami-
go, ¿qué significa tu nombre? ¿Lo sabes? Bueno, mi nombre es

~63~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

Bernardo y su acepción es “Oso”; también quiere decir “Valien-


te”. Pero dejemos eso para otro momento.
 
Malaquías tenía un mensaje. Él le estaba hablando, con un
mensaje, a un pueblo que había llegado a Jerusalén y había
reconstruido la ciudad junto a Nehemías y Esdras. Habían
pasado unos cien años y el pueblo se había olvidado de Dios.
Estaban indiferentes. Una generación que reconstruyó y otra
que era indiferente.
Malaquías traía el mensaje, no solo para ellos sino para ti y
para mí. Es el mensaje del Altar. Él les mostraría específica-
mente a qué cosas ellos debían morir, qué cosas debían dejar
en el Fuego santo. Sí; él traía un mensaje de Dios, para ellos y
vigente para nosotros hoy.
 
Son ocho los aspectos de sus vidas que el profeta les dijo que
debían llevar al Altar. Estos aspectos están formulados como
ocho preguntas. Dios les hablaría, pero ellos preguntarían.
Una vida fría se caracteriza por eso. Dios dice algo y, en vez
de obedecer, la persona se muestra sorprendida y le pregunta
a Dios: “¿Qué estás diciendo?”.
 
Mi amigo, este libro está dividido en ocho preguntas que el
pueblo le hace a Dios. Pero no preguntas para saber, para co-
nocer, como los tantos interrogantes que hacemos las perso-
nas, sino preguntas desafiantes, defensivas, cargadas de bur-
la, indiferencia y malestar de la carne.

~64~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

Estas son las preguntas que ellos le hicieron a Dios. Analizare-


mos cada una para comprobar si alguna de ellas no está tam-
bién en nuestro corazón...
 
1. “¿En qué nos has amado?” (1:2)
2. “¿En qué hemos menospreciado tu nombre?” (1:6)
3. “¿En qué te hemos deshonrado?” (1:7)
4. “¿Por qué?” (2:14)
5. “¿En qué te hemos cansado?” (2:17)
6. “¿En qué hemos de volvernos?” (3:7)
7. “¿En qué te hemos robado?” (3:8)
8. “¿Qué hemos hablado contra ti?” (3:13)
 
Mi amigo, en este camino también nosotros daremos nuestras
respuestas a esas preguntas y, mientras vemos qué es lo que
Dios le dijo al pueblo, ¡nosotros también hablaremos! Todo el
libro es un discurso unívoco, sin distracciones. Dios tomó to-
das sus preguntas y excusas y las fue pulverizando una a una.
A veces, Dios nos lleva al Altar para darle fin a cada uno de
nuestros interrogantes que nos mantienen lejos de Él. Decía
Watchman Nee: “Él me pide vivir una vida que nunca podría
vivir y hacer la obra que nunca podría hacer para que me dé
cuenta de que es necesario morir para que Él lo haga”.
 
Cuenta un hombre que él era dueño de una moto que amaba
con locura. Todo el día ella era su satisfacción. Dios le pidió:
“Dámela”, y él le respondió: “Señor, lo haré en una semana,
solo déjame disfrutarla”. Así pasó una semana y otra y otra.

~65~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

Un día estaba acostado y recordó la escena. Entonces, le dijo:


“Señor, perdóname, te doy la moto”. De repente, escuchó el
susurro de la voz de Dios en su corazón que le dijo: “Yo nunca
quise tu moto; solo quiero que me ames a Mí más que a cual-
quier cosa. Solo quiero tu corazón”.
 
Todos tenemos una “moto” donde hemos volcado nuestro
corazón.
 
¿Qué te parece si oramos?
“Señor, gracias por este nuevo camino. Te pedimos que nues-
tro ser se llene de luz y, al verte y conocer Tu corazón, también
sea conocido el nuestro. Por Jesús nuestro Señor. Amén”.

~66~
Capítulo 1
EL AMOR: “¿En qué nos has amado?”

Malaquías 1:1-5

Profecía de la palabra de Jehová contra


1

Israel, por medio de Malaquías.2  Yo os he


amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué nos
amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob?
dice Jehová. Y amé a Jacob, 3 y a Esaú aborrecí, y con-
vertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad
para los chacales del desierto. 4  Cuando Edom dijere:
Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo
arruinado; así ha dicho Jehová de los ejércitos: Ellos edi-
ficarán, y yo destruiré; y les llamarán territorio de impie-
dad, y pueblo contra el cual Jehová está indignado para
siempre. 5 Y vuestros ojos lo verán, y diréis: Sea Jehová
engrandecido más allá de los límites de Israel.

~67~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

Dios les dijo: “Yo los amé”. Y ellos le preguntaron a Dios: “¿En
qué nos amaste?”.
 
Conoces el amor. El amor de un hijo, de un amigo, de una pa-
reja, de una madre, de un padre. Amor. Todo se trata del amor.
Somos seres de ternura, amados y amantes. El amor cura tan-
to al que lo brinda, como al que lo recibe. Sin embargo, cuando
se trata del amor de Dios, nos referimos a otra dimensión.
Un amor puro.
Un amor eterno.
Un amor incondicional.
Un amor completo.
Un amor indescriptible.

El amor humano es un amor caído, es de otra calidad; de otro


nivel. Nosotros amamos en “niveles”.

- “Te amo si...”. Ponemos una condición: “Si me haces feliz”; “Si
me tratas bien”; “Si me ayudas”, etc.
- “Te amo porque… “Porque tienes”; “Porque eres alegre y di-
vertido”; “Porque haces tal o cual cosa”.
 
El amor de Dios es:
-“Te amo a pesar de”; “Te amo y punto”. Es un amor por gracia,
no por méritos, ni por hacer ni ser nada. Él ama porque Él es
amor.

~68~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

“Te amo” seguirá siendo la frase más poderosa que existe. Se-
guirá siendo el acto más grandioso. Más que toda la fe y todos
los sacrificios, más que todo.
 
“Te amo”.
Escucha ahora en tu espíritu cómo Él te lo dice. 
Experiméntalo.
Disfrútalo.
Déjate amar.
¿Puedes adorarlo por eso?
Cuentan que Charles Spurgeon, en cierta ocasión, visitó a un
amigo en el campo. Vio que sobre uno de los graneros había co-
locado una veleta con la inscripción: “Dios es Amor”. Entonces,
le preguntó si con ese texto quería decir que el amor de Dios
era tan cambiante como el viento. El hombre le respondió que
no, que lo que quería decir era que Dios es Amor siempre, sin
importar de dónde soplen los vientos.
¿Sabes qué le dijo el pueblo al Señor?
¿Estás listo para el primer cuestionamiento a Él?
Este planteamiento a Dios es fuerte, es desafiante, es arrogan-
te, es ingrato, es… ¡Cuántas cosas puede ser lo que ellos le di-
jeron! Comencemos…
 
V. 1:2: “¿En qué nos amaste?”. ¡Ellos le estaban diciendo: “Tú
nunca nos amaste”! ¿Puede alguien negar el amor de Dios?
¿Puede alguien no ver cuántas veces Su amor nos cubrió, nos
protegió, nos esperó, nos ayudó? Ellos no lo vieron. 
 

~69~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

Dios les respondió, pues Él siempre trae Su respuesta, Él res-


ponde aun las preguntas ingratas (1:2-5). Él les recordó que
amó a Jacob, pero a Esaú, no. Les estaba diciendo: “Fuiste ele-
gido. Yo te elegí”.
 
Jacob y Esaú fueron dos hermanos marcados por la pelea. Los
descendientes de Esaú fueron los edomitas (de quienes des-
cendió el perverso rey Herodes). Al principio, compartieron la
fe, pero la rivalidad comenzó y continuó en una lucha sin cuar-
tel. Ese pueblo llamado Edom fue vencido y devastado.
Dios no apoya a quienes viven en la pelea. A quienes “tocan” a
Sus elegidos. Pero no fue un amor que ellos ganaron porque hi-
cieran algo, pues nada de lo que hagamos producirá ni más ni
menos amor divino. Dios les dijo: “Miren hacia atrás… ¿no vie-
ron mi amor allí? Si no ven que hoy los amo, podrían mirar su
historia y ver cómo otros cayeron y ustedes fueron cuidados”.

Dios eligió a Jacob y no a Esaú. Este último nunca valoró las co-
sas divinas. Él subestimó su primogenitura y tomaba a la ligera
lo espiritual. Dios era un adorno para él. Esaú le dijo que no a
Dios y Dios le dijo que no a Esaú. Siempre el Señor les dice “No”
a quienes le dicen “No” a Él. Pero les dice “Sí” a quienes, a pesar
de todos sus errores, como Jacob, lo buscan.

El primer mensaje de Dios sigue siendo: “Te amo”. No es el


amor de una canción romántica acompañada de una guitarra.
NO. Es un amor que dio; que dio Su misma vida por ti y por mí.
 

~70~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

-Él se hizo hombre.


-Él se hizo siervo.
-Él se despojó de su gloria.
-Él sufrió y cargó con nuestros pecados.
-Él murió en nuestro lugar.
-Él se dio totalmente por mí y por ti.
-Todo fue por amor.
-Amor es lo que Él hizo en la Cruz.

Nosotros ahora podemos mirar a la Cruz y no solo experimen-


tar Su amor, sino VERLO. Y hacer de esa Cruz, que representa
el Amor, nuestro vivir. Todo aquel que no conoce la muerte de
la Cruz, no tiene la vida de la Cruz para compartir con otras
personas. Dijo Madame Guyon: “Lo que sale de la mente de
las personas solo llega a las mentes de las personas. Pero lo
que sale de la Cruz siempre será amor puro”. La Cruz. Allí hoy
nosotros vemos Su amor.

Cuando surgen problemas, dudas, temores, solo debemos ir


allí una vez más. Recuerdo haber leído esta historia que me
impactó:
Un cierto monje medieval anunció que predicaría el próximo do-
mingo por la noche sobre “el amor de Dios”. A medida que caían
las sombras y la luz dejaba de entrar por las ventanas de la ca-
tedral, se reunió la congregación. En la oscuridad del altar, el
monje encendió una vela y la llevó hasta el crucifijo. En primer lu-
gar, iluminó la corona de espinas; a continuación, las dos manos

~71~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

heridas y, luego, las marcas de la herida de lanza. En el silencio


que cayó, apagó la vela y dejó el coro. No había nada más que
decir.
 
¿Podemos decirle: “Gracias”? Amy Carmichael en su bello poe-
ma “No conozco nada del amor del Calvario” expresa:
“-Si puedo criticar fácilmente los defectos y pecados de cual-
quier persona; si puedo hablar con ligereza incluso de las faltas
de un niño, entonces no conozco nada del amor del Calvario.
-Si puedo disfrutar un chiste que se hace a expensas de otro;
si puedo, en cualquier forma, despreciar a alguien en una con-
versación, o aun en mi pensamiento, entonces no conozco
nada del amor del Calvario.
-Si puedo decir una palabra áspera o tener un pensamiento
cruel, sin sentir dolor ni vergüenza, entonces no conozco nada
del amor del Calvario”.

Nosotros podemos pensar que Dios creó todo, luego el hom-


bre pecó y, por ende, Dios estableció el plan de redención:
mandó a su Hijo a morir por nosotros. Es decir que el orden
(supuestamente) ha sido “creación-redención”. Es decir, la
redención sucedería a la creación. Sin embargo, dice Efesios,
que Dios, sabiendo que el hombre caería, permitió (designó)
que el Hijo fuera inmolado “antes” de la fundación del mun-
do. Él nos amó antes de crearnos y, para mostrarnos ese amor
eterno, nos creó. Entonces, el verdadero (correcto) orden es
“redención-creación”.

~72~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

La redención, antes de la creación. Él nos amó ANTES de todo y


creó todo para que podamos ver ese amor, el cual se visibilizó
para el hombre en la Cruz. En la Cruz, el amor de Dios se mate-
rializó, se realizó. La Cruz trajo la doble imputación: Él murió no
para “mejorarme”, sino para transformarme a la imagen de Su
Hijo. Él, en la Cruz, cargó con mis pecados y, ahora, yo “cargo”
con Su justicia. A Él le fueron imputados mis pecados y a mí me
fue imputada Su justicia. En la Cruz, Él tomó mi vida para poder
yo ahora tomar la Suya.
 
Dios le dijo al pueblo: “Yo los amé”. Pero no esperaba respues-
ta. Ellos nada respondieron. No veían ni el amor del presente ni
el amor del pasado. Nada. No querían, ni les interesaba el amor
del ayer ni dejarse amar hoy.
¿Y nosotros, amigo? ¿Seremos, tal vez, igual que ellos y no nos
damos cuenta?
 
 

~73~
EJERCICIO N.º 1:

“Señor, te adoramos”.
Mira hacia atrás... y pídele al Espíritu Santo que te muestre
todas las escenas donde fuiste amado y cuidado por Él. Y, a
medida que aparezcan, nómbralas y agradécele. Permítete
experimentar nuevamente Su amor.

Cántale una adoración.


“Señor, muéstrame ahora Tu amor, Tu amor presente”.
A medida que Él te muestre cómo te expresa Su amor,
disfrútalo y agradece.
Cántale una adoración.
Permanece en silencio y déjate amar por Él.

“Señor, que la ingratitud e indiferencia a Tu amor siempre es-


tén inertes en mí; que nada me haga insensible a mi Cristo que
me amó y se dio a Sí mismo por mí. Gracias. Padre amado.
Te amo.
Me amas.
Nos amamos.
Hoy y siempre.
Amén”.

~74~
Capítulo 2
EL DAR: “¿En qué hemos menospreciado
tu nombre? ¿En qué te hemos
deshonrado?”

Malaquías 1: 6-14 y 2:1-3

El hijo honra al padre, y el siervo a su señor.


Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra?


Y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Je-
hová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdo-
tes, que menospreciáis mi nombre. Y decís:
¿En qué hemos menospreciado tu nombre? 7 En que ofre-
céis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te he-
mos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová
es despreciable. 8 Y cuando ofrecéis el animal ciego para
el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el
cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu
príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice
Jehová de los ejércitos. 9 Ahora, pues, orad por el favor
de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo

~75~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice Jehová de


los ejércitos. 10 ¿Quién también hay de vosotros que cie-
rre las puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no tengo
complacencia en vosotros, dice Jehová de los ejércitos,
ni de vuestra mano aceptaré ofrenda. 11 Porque desde
donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi
nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a
mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es
mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejér-
citos.  12 Y vosotros lo habéis profanado cuando decís:
Inmunda es la mesa de Jehová, y cuando decís que su
alimento es despreciable. 13 Habéis además dicho: ¡Oh,
qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los
ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y pre-
sentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano?
dice Jehová. 14 Maldito el que engaña, el que teniendo
machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo
dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejér-
citos, y mi nombre es temible entre las naciones.

1
Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este man-
damiento. 2 Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar
gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos,
enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras
bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os ha-
béis decidido de corazón. 3 He aquí, yo os dañaré la se-
mentera, y os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de

~76~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados junta-


mente con él.

El menosprecio consiste en dar “menos precio”, en desvalori-


zar, en descalificar a alguien. En la vida humana, el menospre-
cio se expresa a través de frases como: “No sirves”, “No vales
nada”, “Eres un desastre”, “¿Qué tienes en la cabeza?”, etc. Eso
es menosprecio. Eso es no darle valor al otro y hacerlo de ma-
nera explícita.
 
Mi amigo, ¿quiénes te han menospreciado a lo largo de tu vida?
Seguramente nombrarás a varias personas. Sí, yo también. Y
nosotros muy probablemente menospreciamos a otros.
Pero no sucedió eso con el pueblo. Su menosprecio fue expre-
sado de otra manera. Ellos utilizaban palabras bonitas y lo lla-
maban “Padre” y “Señor”. ¿Hay acaso palabras más llenas de
sentido que esas? Incluso, le decían “Rey” (v. 14).

• Padre
• Señor
• Rey.
 
Suena agradable, pero sus acciones no coincidían con sus
palabras. Los líderes de aquel entonces estaban en una situa-
ción deplorable. Dios les dice: “Ustedes me menospreciaron”
y ellos, sorprendidos, preguntan: “¿Qué? ¿Cuándo? ¿En qué?”.

~77~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

 Dios les responde con ejemplos puesto que la pedagogía de


Dios sigue siendo la misma hasta el día de hoy. Él nos da ejem-
plos prácticos. Les reprocha: “Me traen a mi Altar pan inmun-
do”. Ellos no se acercaban al Altar con vida espiritual. Ofrecían
sobre él las sobras, lo inmundo.
Es interesante ver cómo estas dos preguntas van casi yuxta-
puestas. ¡Es una gran reacción! Como si el pueblo le hubiese
dicho a Dios: “¡Estás muy equivocado! ¿En qué te menospre-
ciamos? ¿En qué te deshonramos?”.
 
Supongamos que tú eres mi amigo y yo te invito a comer a casa.
Lo hago porque eres mi amigo. Sí, ¡mi gran amigo! Te lo digo
una y otra vez; pero, cuando te sirvo el plato, la comida está
enmohecida, vencida. Eso precisamente hacían los sacerdo-
tes con Dios. Eso hacemos nosotros muchas veces. 
 
Dar lo peor.
Dar las sobras.
Dar lo inservible. 
Dar el peor animal.
 
Darle a Él lo mejor
Revisando en mi vida cristiana, hubo algunas personas de
aguas profundas y experiencias que me marcaron. Una de
ellas fue mi papá. Cuando él vino de Grecia, durante la gue-
rra, lo hizo con algunas monedas de oro mexicanas. Ese fue
todo su capital proveniente de la casa que vendió en Grecia
para emigrar a la Argentina. En una reunión en la iglesia griega,

~78~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

donde éramos un puñado de setenta a cien personas, siendo


yo muy pequeño, recuerdo cómo se comentaba que alguien
había ofrendado dos o tres monedas de oro. Todos pensaban
que había sido una de las personas pudientes que se congre-
gaban allí. Luego de muchos años, me enteré, casi de casua-
lidad, en un comentario que hizo mi papá, que era él quien
había dado esas monedas. Vi cómo se restringía para irse de
vacaciones o, aun, para comprarse cosas para él mismo; pero,
a la hora de dar en el Reino, la generosidad predominaba. Re-
cuerdo también que, en esa época, íbamos a la iglesia griega
y mi mamá siempre me preguntaba: “¿Tienes para ofrendar?”.
Yo le decía que no y ella me daba un billete para hacerlo. Lue-
go, atentamente, en el momento de la ofrenda, ella observaba
que yo ofrendara. Este recuerdo de cada domingo impactó mi
espíritu. Mi mamá siempre me daba un billete y me decía: “Hay
que ofrendar”.

 
Darle lo mejor. Siempre.

Continuemos con la historia… 


Ellos tenían además un corazón de conveniencia. Dice el v. 10
que, incluso para cerrar las puertas o encender las lámparas,
lo hacían por dinero. No hacían nada “de favor”, nada “por
amor”, nada “gratuitamente”. Todo por algo. Como los niños
cuando se les pide hacer una tarea doméstica o mandado y
preguntan: “¿Qué me vas a dar a cambio?”. Es como si Dios

~79~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

dijese: “No me cantes más, no me ofrendes más, no ores más.


¡Basta! Eso que haces es un insulto a mi Presencia”.
 
Amigo, cuando hagas algo, todo lo que digas y hagas, que sea
solamente para Su gloria. Cuando hables, cuando sirvas, que
sea a Él y para Él. No hagas nada en el Reino porque te gusta o
porque lo disfrutas o porque te obligaron, sino para Él. Glori-
ficar a Dios debe ser tu primer y único objetivo en todo lo que
hagas.

Al mismo tiempo, los sacerdotes se sentían fatigados, cansa-


dos, de llevar los animales al Altar (13-14). Les significaba un
fastidio; lo hacían de mala gana. Es que, cuando no nos mueve
el amor, todo lo que hacemos es en la carne, y eso siempre trae
fatiga, cansancio, estrés. Toda señal de agotamiento es por-
que estamos trabajando en la carne. Todo cuesta, es pesado,
y mucho. De allí las excusas.

Entonces, te preguntarás, ¿hay que rogarle a la gente para que


se congregue? ¿Motivarlos a orar? ¿Buscar una actividad para
poder “motivar” al que está apartado? ¿Brindarles una charla
divertida para que se puedan involucrar en la prédica? Dios di-
ría: “Eso es basura, no me sirve”. Sacerdotes y pueblo, ambos
dando lo peor a Quien les dio lo mejor.
 
Hoy hay gente que está cansada de buscar a Dios y expresa:
“Vivo lejos”... “Tengo muchos hijos”... “Tengo mucho trabajo”...

~80~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

“Estoy estudiando”... “No tengo tiempo”... “Me lastimaron y,


por eso, dejo todo”. ¿Es duro eso?
 
¡Dios les dijo que les echaría en el rostro el estiércol acumula-
do de los animales de las ofrendas! Eso sí que es estar moles-
to. También significaba que, así como el estiércol del animal
era llevado fuera del campamento, ellos serían llevados lejos
como el estiércol. Dios no los llamó a dar lo peor, sino lo mejor
(2:7). Pero ellos preguntaron: “¿Nosotros hicimos eso? ¿Cuán-
do? ¿En qué menospreciamos tu nombre? Día tras día, daban
lo peor, hacían todo de mala gana, ¡y creían que lo hacían bien!
 
Mi amigo, nosotros podemos decir: “¡Qué malos sacerdotes,
yo no soy así, yo sí le doy lo mejor a mi Dios!”. ¿Seguro?
• Cuando llegamos tarde a una reunión, ¿no le dimos la
peor ofrenda de nuestro tiempo?
• Cuando hablamos mal de otro, ¿no le dimos la peor ofren-
da de nuestros labios?
• Cuando dejamos de ir a una reunión por otra actividad,
¿no le dimos lo peor de nuestras decisiones?
• Cuando le ofrendamos lo que queremos, o cuando que-
remos, ¿no le dimos la peor ofrenda de nuestras finanzas?
• Cuando no le buscamos de todo corazón cada día, ¿no le
damos lo peor de nuestro día?
• Cuando...
 
El Altar es un lugar sagrado para darle “lo mejor” de nosotros.
La Cruz es un lugar de intercambio: yo le entrego lo mío y Él me

~81~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

da lo suyo. Nunca hagas nada sin pasar por la Cruz. Dale tu can-
sancio y Él te dará Su fuerza; dale tus heridas y Él te dará Su gra-
cia para perdonar; dale tus deudas y Él te dará la abundancia
de provisión. Yo muero en la Cruz y Él vive en la Cruz. Cristo, en
la Cruz, tomó mi dolor para darme Su corona; tomó mi pecado,
mi pobreza y mi desnudez, para darme Su realeza, Su libertad
y Su gloria. Ve siempre a la Cruz y no pidas mejorarte, sino darle
muerte a lo tuyo para que viva lo Suyo. La Cruz es la puerta de
entrada al aumento de Cristo y a la salida de Él.
En la Cruz, Él nos dio lo mejor: Su vida.
¿Y nosotros qué le daremos?
 
Cuando buscamos primero a Dios, una de las cosas más im-
pactantes que descubrimos es que Él nos buscó primero.
Cuando lo amamos, Él nos amó primero.
Cuando lo servimos, Él nos sirvió primero.
Cuando le damos, Él nos dio primero.
Cuando le cantamos, Él nos cantó primero.
Cuando le entregamos nuestra vida, Él la entregó primero.
¡Sí! Él siempre fue primero.
Leemos en 1 Juan 4:19: “Nosotros le amamos a Él, porque Él
nos amó primero”.
 
 

~82~
EJERCICIO N.º 2:

“Señor, te amo.
Tú eres mi Padre, mi Señor y mi Rey. ¡Sí, por siempre!”
Cántale una canción.
“Señor, muestra qué cosas en mi vida son de menosprecio a tu
Nombre. Muéstrame lo que debo dejar de mi vida en el Altar”.
Espera a que Él te muestre en qué áreas no le das lo mejor a Él
y, a medida que aparezcan, déjalas en la Cruz para su muerte.
 
“Señor, te daré lo mejor”.
Nómbrale en qué áreas le darás lo mejor a partir de hoy (deja
que Él te lo diga).
“Señor, adoro tu Nombre.
Hoy me libero del menosprecio y entro en aguas profundas;
todo mi ser es para Ti. Nada de mí, todo de Ti. Amén”.

~83~
Capítulo 3
LA FAMILIA: “¿Por qué?”

Malaquías 2:4-16

Y sabréis que yo os envié este mandamien-


to, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho


Jehová de los ejércitos. 5 Mi pacto con él fue
de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para
que me temiera; y tuvo temor de mí, y delan-
te de mi nombre estuvo humillado. 6 La ley de verdad es-
tuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios;
en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo
apartar de la iniquidad. 7 Porque los labios del sacerdote
han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo bus-
cará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejér-
citos. 8 Mas vosotros os habéis apartado del camino; ha-
béis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrom-
pido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos. 9 Por

~85~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el


pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis ca-
minos, y en la ley hacéis acepción de personas. 10 ¿No
tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un
mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmen-
te el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros
padres? 11 Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalén se
ha cometido abominación; porque Judá ha profanado
el santuario de Jehová que él amó, y se casó con hija de
dios extraño. 12 Jehová cortará de las tiendas de Jacob al
hombre que hiciere esto, al que vela y al que responde, y
al que ofrece ofrenda a Jehová de los ejércitos. 13 Y esta
otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de
llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda,
para aceptarla con gusto de vuestra mano. 14 Mas diréis:
¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mu-
jer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, sien-
do ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. 15 ¿No hizo
él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por
qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios.
Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales
para con la mujer de vuestra juventud. 16 Porque Jeho-
vá Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y
al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los
ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis
desleales.

~86~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

Infidelidad es el rompimiento de un pacto de exclusividad. El


divorcio es la pérdida de un ideal que la pareja no logró alcan-
zar. Siempre trae dolor, tristeza. Luego de transitar divorcios
difíciles, traumáticos, con violencia, con inmoralidad, con pe-
leas constantes, etc., hay un proceso de recuperación.
 
Siempre hay que tratar de resolver los conflictos en la pareja y
que la familia sea un vivir a Cristo.

El pueblo empezó a divorciarse por cualquier razón. Ellos mira-


ban a las mujeres de otros pueblos que eran más jóvenes, más
bellas; o sencillamente estaban cansados de la vida de ma-
trimonio, se casaban con otras mujeres paganas y, con ellas,
aceptaban sus ídolos, sus dioses. ¡No les importaba su matri-
monio; no les importaba su fe en Dios. ¡No les importaba en
absoluto! Solamente abandonaban la pareja, los hijos, todo.
No tenían vínculos afectivos y amorosos profundos.
 
Dios les dijo en el v. 12 que cortaría todo lazo con ellos, que
dejaría de mirar sus ofrendas y no aceptaría nada más de ellos.
Entonces, ellos preguntaron: “¿Por qué? ¿Por qué, Señor, harás
esto?”. ¡No podían evaluar ni ver que lo que estaban haciendo
con sus familias, al disolverlas y abrazar a los dioses paganos,
era pecado a los ojos de Dios!
 
“¿Qué? ¿Hay algo malo con que sea adúltero? ¿Hay algo malo
con que tenga varias parejas? ¿Hay algo malo con que haga lo
que desee con mi sexualidad? ¿Hay algo malo con que castigue

~87~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

a mi familia? ¿Hay algo malo con que abandone a mis hijos?


¿Qué tiene todo eso de malo, Señor?”. Esto era lo que ellos le
estaban diciendo.
 
Mi amigo, te respondo tres preguntas clave:

¿Cómo puedo vivir una vida feliz en mi matrimonio?


Aumenta tu diálogo en Cristo. Que su hablar mutuo esté entre-
tejido con hablar Cristo. Chequea que el diálogo entre ustedes
no sea hablar de una tarea, de un servicio o de lo que hizo al-
guien, y mucho menos de lo económico, los chicos, etc.; sino
que el hablar Cristo absorba todos los otros hablares. Cuando
en una pareja se teje el cordón de tres dobleces hablando Cris-
to, este hablar transforma los otros hablares y construye un
matrimonio feliz como Él lo ha prometido. 

¿Cómo podemos construir una familia que sirva a Cristo?


Habla constantemente con tus hijos y entre todos del Señor.
Oren juntos, tengan visiones juntos, experimenten la Presen-
cia juntos. Invita a tu casa a gente con experiencia en el Señor
para que tus hijos los vean y los escuchen a ustedes hablar de
Él. Regálales biografías y compartan las historias de grandes
hombres de Dios. Nuestros hijos y nietos deben ver que ama-
mos al Señor por sobre todas las cosas y que estar en el Cuerpo
es siempre nuestra prioridad. Nunca me olvidaré de cómo mis
padres permanentemente nos llevaban a los hijos a las reu-
niones. El domingo era ir sin falta a la iglesia y, aunque yo me

~88~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

rebelaba y no tenía ganas, dejaron una huella preciosa en mí


que, con el tiempo, trajo fruto al ciento por uno.

¿Cómo puedo criar a un hijo que está apartado o enfriado


en la fe?
Cuando un hijo no se congrega, o está alejado o atrapado por
el sistema mundo, tu tarea como padre es morir, ir a la Cruz y
preguntarle al Señor qué aspectos tuyos deben morir. Ejerci-
ta, como nunca antes, el Altar; vive en el Atrio, pero no bajo la
culpa del error, sino bajo la luz del Espíritu Santo, para que te
diga qué aspectos deben ir muriendo. Muchos hijos se alejan
porque son el trato de Dios hacia los padres. Cuando termines
de morir y Él haga la obra en ti, tus hijos volverán, como está es-
tablecido en la promesa por servir y buscar al Señor. Y, cuando
lo hagan, encontrarán un padre transformado.
 
Te comparto lo que escribí en otro libro, pero que Dios me guía
a compartirlo ahora que estamos juntos:

Cómo construir un hogar lleno de vida ZOE

1. Uno o ambos padres con una vida espiritual profunda


Cuando uno estudia la vida de grandes hombres de Dios, todos
manifiestan el impacto de uno o ambos padres en una vida
hermosa y maravillosa con el Señor. Corrie ten Boom cuenta
cómo su papá todas las noches oraba por ella; Charles Spur-
geon cómo su abuela leía La Biblia con él; y Hudson Taylor
cómo su padre oraba por las naciones. Este impacto de ver no

~89~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

una actuación, sino profundidad espiritual, generó un impac-


to en los hijos que, a su vez, se transmitió generacionalmente.
No era tanto el método de disciplina o el “enseñar” como si
fuesen maestros de sus hijos, sino el impacto de una vida ren-
dida al Señor. Sabemos que en lo natural un recuerdo queda
“adherido” por la emoción, mientras que en el espíritu queda
“adherido” por la profundidad de la vida ZOE. Muchos padres
que aman al Señor manifestaron, y manifestamos, ver a papá,
a mamá o a ambos orando, buscando del Señor, leyendo La
Palabra. Taylor, como dijimos, escuchaba al padre orar por
China y él finalmente fue un misionero en ese país. Los padres
de John Paton oraban por multitudes para Cristo y él se trans-
formó en la respuesta a esa oración, ganando multitudes.
Yo recuerdo que, en el kiosco de mis padres, siempre estaba
La Biblia abierta. Estaba abierta porque mi papá constante-
mente la estaba leyendo. Recuerdo que él escribía canciones;
tomaba cartones o papeles y escribía ideas y pensamientos. Y
mi mamá cantaba alabanzas al Señor en la cocina. Esas cosas
no produjeron un impacto en mí cuando las vi, pero hoy, mi-
rando hacia atrás, el recuerdo está fijo en mi espíritu y me ha
inspirado y marcado para seguir adelante.
Sabemos que nuestros hijos amarán lo que amamos y odiarán
lo que odiamos. De allí que la comunión, la vida profunda con
el Señor, es nuestra mejor herencia a dejarles. Al preguntarles
a compañeros de la fe qué cosas los impactaron de sus padres
o abuelos, gente comprometida con el Señor, todos manifies-
tan algún recuerdo. “Mi abuela era pobre y cantaba tal can-
ción”. “Mi mamá o mi papá nos decían: “Hijos, el Señor nos va

~90~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

a ayudar”. Estas experiencias profundas y genuinas de la vida


ZOE son la manera de construir generaciones de disfrute de
Cristo.

2. Construir ambientes proféticos: hablar de Cristo


En 1 Corintios 14, Pablo dice que sigamos el amor, que busque-
mos los dones, pero, sobre todo, que profeticemos. Profetizar
no es predecir. Eso es el ministerio profético. Profetizar es ha-
blar de Cristo de manera natural, espontánea, alegre y viva.
Cuanto más aumento de Cristo hay, más Cristo ocupa nuestro
hablar. Hablamos de Él de manera constante, no monótona,
no sermoneando, sino fluyendo en la alegría del Cristo que
vive en nosotros.
Al estudiar las biografías de los grandes hombres de Dios, to-
dos recuerdan el hablar de sus padres o abuelos, o el hablar
de uno de sus padres con otras personas del Señor. El Señor
ocupaba gran parte de su diálogo. Esto es construir lo que de-
nominé “un ambiente profético”. Cuando yo hablo de Cristo
teniendo una vida espiritual con Él, siempre imparto vida ZOE.
Siempre transmito, con mis palabras, La Palabra. Siempre que
uno habla de manera genuina, Cristo crece. Los grandes hom-
bres de Dios y muchas generaciones se criaron en un ambien-
te profético. No era solamente ir a una reunión a escuchar a
alguien hablar, sino que hablar Cristo era algo que fluía en sus
vidas de manera natural. Ese papá, esa mamá, ese abuelo les
decía a sus hijos o nietos algo fresco de Cristo frente a un pro-
blema o dificultad.

~91~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

En 2 Timoteo 3:15 comprobamos este secreto que utilizaron


los grandes hombres de Dios. Timoteo desde pequeño se ha-
bía criado en un ambiente donde su abuela y su mamá dialo-
gaban del Cristo vivo. Ellas lo alentaban a buscar del Señor, a
leer Su Palabra y siempre predominaba el hablar Cristo, no la
queja ni la amargura.
 
3. Conocer las biografías de los héroes de la fe
Dice George Müller que él cometió un error en su vida que fue
leer muchos libros y poco La Biblia. Luego de muchos años
de madurez, él nos aconseja: “Pasa más tiempo leyendo La
Palabra y algunas biografías que alimentarán tu espíritu”.
Muchas personas leen libros de todo tipo, pero leer La Palabra
y las biografías es una impartición de vida. Nosotros sabemos
que Cristo y La Palabra es una experiencia; no una doctrina
ni un saber, sino un vivir. Las biografías tienen la transmisión
de esa Palabra en experiencia. Démosles a nuestros hijos las
biografías de Charles Spurgeon, de Corrie ten Boom, de George
Müller, de Billy Graham, de John Paton, etc. Una gran cantidad
de hombres fueron a la India, al África, a la selva, y pasaron
hambre, luchas, dificultades, enfermedades y victorias. Ellos
conocían al Señor “de primera mano”. Esta es una fuente
extraordinaria que debemos transmitirles a nuestros hijos
ya desde pequeños. No solo leerles La Palabra, sino también
regalarles las biografías de quienes serán sus héroes el día de
mañana.

~92~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

Hace un tiempo, le pregunté a un líder de mi iglesia, que estuvo


misionando como médico en el África, cómo fue que se animó
a dejar la comodidad de su país para ir a misionar allí. Me dijo
que desde chico había leído las biografías de los grandes hom-
bres de Dios, que ellos eran sus héroes y que para él fue una
aventura salir a vivenciar en fe al Señor que amamos.
 
4. Invitar a hombres de Dios a nuestra casa
Algo que me llamó poderosamente la atención es que todos o
casi todos los grandes hombres de fe fueron impactados por
otros misioneros o personas que amaban al Señor que estu-
vieron de visita en la casa de sus padres. Muchos de ellos dicen:
“Yo escuchaba a mi papá o mi mamá hablar con otros misione-
ros de las aventuras de la fe del Señor, del Cuerpo de Cristo. Y
aunque era pequeño y no entendía mucho, ese diálogo entró
en mi espíritu y tiempo después generó una fuerza para buscar
más al Señor”. En nuestra casa, y aun en los encuentros que
tenemos, debemos buscar gente con más de veinte, treinta o
cuarenta años en el Señor, hablar con ellos y que nuestros hijos
puedan escuchar, preguntar, tener experiencias, oír las expe-
riencias. Es una de las formas del aumento de Cristo a nivel
generacional.

Algunas familias cristianas reciben gente en su casa o van a


comer con alguien para hablar de temas banales o superficia-
les. ¿Cuánta ganancia hay allí? Cuenta John Murray como él
escuchaba a su papá hablar con David Livingstone, otro gran
misionero, y como eso impactó su vida. Busquemos gente de

~93~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

Dios, profunda, con experiencia, para aprender de ellos, es-


cucharlos y ser nutridos por ellos y procuremos que nuestros
hijos y nietos participen también en eso.

Estos principios de vida ZOE que he compilado luego de mu-


cha oración e investigación, estaban enmarcados en alegría
y diversión. Familias que habían construido el gozo del Señor
transmitiendo estos principios. Muchos de ellos tuvieron pa-
dres que no conocieron al Señor, sin embargo, se transfor-
maron en la punta de lanza para crear nuevas generaciones
creyentes. Y, aunque ellos no habían vivido estas experiencias
diferentes con sus padres, sí las vivieron con maestros de la es-
cuela bíblica o con algún pastor de otra congregación. Alguien
impartió la huella de la vida ZOE para que ellos construyesen
una nueva generación.
 

~94~
EJERCICIO N.º 3:

“Te adoramos, Señor.


Muéstranos nuevamente qué dejar en el Altar…”
Tómate un tiempo y deja en la Cruz todo lo que venga a tu men-
te de tu vida familiar, ya sea de tu familia actual o de la de tus
padres.
 
“Señor, te amamos. Gracias por aquellos que nos marcaron
(padres, abuelos, maestros bíblicos) con sus experiencias y
hablar profético, construyendo una vida profunda Contigo
y amando al Cuerpo de Cristo. Que nosotros podamos tener
claridad para no preocuparnos en dejarles a nuestros hijos so-
lamente una herencia material o lindos recuerdos afectivos,
sino también en transmitirles lo más valioso que es Cristo y el
vivir de Él en las próximas generaciones. Amén”.

~95~
Capítulo 4
EL HABLAR: “¿En qué te hemos cansado?
¿En qué hemos de volvernos?”

Malaquías 2:17 al 3:1-7


 
17 
Habéis hecho cansar a Jehová con vues-
tras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos can-
sado? En que decís: Cualquiera que hace mal
agrada a Jehová, y en los tal se complace; o si
no, ¿dónde está el Dios de justicia?

1
He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el ca-
mino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo
el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto,
a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jeho-
vá de los ejércitos. 2 ¿Y quién podrá soportar el tiempo
de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se
manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como
jabón de lavadores. 3 Y se sentará para afinar y limpiar

~97~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará


como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda
en justicia. 4 Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de
Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años
antiguos. 5 Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto
testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que
juran mentira, y los que defraudan en su salario al jorna-
lero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al
extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los
ejércitos. 6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos
de Jacob, no habéis sido consumidos. 7 Desde los días de
vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no
las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros,
ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué
hemos de volvernos?

“Dormí todo el día, lo necesitaba”. 


“Me tomé unos días de vacaciones porque necesitaba
descansar”.
“No tolero más, necesito un alto para tomarme un café”.

Todos en algún momento usamos esas expresiones. Pero hay


otro tipo de cansancio que es el cansancio fruto del desgaste
que nos producen las personas que no comprenden, aun cuan-
do les expliquemos las cosas una y otra vez. Es el cansancio del

~98~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

que repite siempre la misma conducta desobedeciendo lo que


se le dice. Y a Dios también lo cansa eso.

 Acciones que se llevan a cabo cuando uno no valora la gloria


de Dios (2:1-3):
• Gente que, con las manos en los bolsillos, miran a otros
adorar.
• Gente que llega tarde a una reunión y piensa con quién
irá a cenar luego.
• Gente que viene a evaluar una reunión.
• Gente que sale de una reunión quejándose.
Y así podríamos continuar con la lista.
En resumen, la actitud es: “Señor, Tu gloria no me interesa”.
 
Cuando uno no valora La Palabra de Dios (2:4-9):
• Gente que viene y no presta atención al mensaje.
• Gente que solo toma lo que le conviene de lo que escucha.
• Gente que escucha y nunca experimenta el mensaje.
• Gente que nunca obedece.
En resumen, es: “Señor, no me importa nada lo que Tú dices”.
 
Cuando uno no valora la justicia de Dios:
• Gente que vive evaluando y pregunta por qué Dios hizo
esto y aquello.
• Gente que un día cree y al otro día no cree; que un día ve a
Dios justo y al otro día lo ve injusto.
En resumen, es: “Señor, no me importa Tu justicia, sino la mía”.

~99~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

Ellos estaban cansados (1:13), pero ahora era Dios el que esta-
ba cansado, harto, fastidiado, agotado.
Y ellos le preguntaron: “¿Cuándo te cansamos?”.
 
¡Hay personas que son descanso para Dios! Él sabe que aman
Su gloria, valoran Su Palabra y se alinean al corazón de Dios
que es justo. Son dóciles, obedientes, sencillos y rápidos. En
resumen, viven en la Cruz cada día. Declaran, como Pablo:
“Cada día muero”.
 
El Señor es maravilloso, es fuego purificador y jabón de lava-
dores (3:2). Su tarea, dice el profeta, es limpiarnos, afinarnos
como oro. El pecado rompe la comunión con Él. Ahora bien,
pecado no es “portarse mal”, sino una herida en la intimidad
con un Dios santo. Uno puede alejarse de Dios, de Su Palabra.
Muchos creyentes no leen-oran La Palabra. No les interesa.
Leen La Biblia de la misma manera en la que leen el diario,
oyen el mensaje como si oyeran una noticia en la televisión. El
problema no es de Dios, ¡es nuestro!

Les dice: “Vuélvanse a mí y yo me volveré a ustedes” (7).


Mi movimiento hacia Él genera Su movimiento hacia mí.
Mi acercamiento a Él genera Su acercamiento a mí.
Uno puede estar en la orilla, frío, alejado indiferente y no
saberlo.
Uno puede creer que es “rico y no necesita nada” y que Dios le
diga: “Eres pobre y no tienes nada”.

~100~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

¡Qué tremendo no ver nuestra condición espiritual! Por


ejemplo,
El que dice: “Yo sé”.
El que dice: “Estoy muy bien con Dios”.
El que dice: “Yo sirvo al Señor; mi vida es espiritual”. 
 
¡Imagínate que Dios te diga: “¡No! Estas lejos, frío/a, indiferen-
te, mal!”. “¿Quién? ¿Yo? ¡No puede ser, Señor!”.
“¿En qué hemos de volvernos?”.

~101~
EJERCICIO N.º 4:

“Señor muéstrame qué palabras son las que me frenan, me


atan. (Date un tiempo para que te muestre frases, palabras
que te dices y o te dijeron y llévalas al Altar).
Adóralo, cántale una canción.

Señor pon en mi corazón qué palabras usar. (Comienza a de-


clarar todo lo que llegue a tu espíritu).

Gracias por tu amor, Señor.

~102~
Capítulo 5
EL DAR: “¿En qué te hemos robado?”

Malaquías 3:8-12
 

¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros
me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te he-
mos robado? En vuestros diezmos y ofren-
das.  9  Malditos sois con maldición, porque
vosotros, la nación toda, me habéis roba-
do. 10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento
en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de
los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y
derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobrea-
bunde. 11 Reprenderé también por vosotros al devora-
dor, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid
en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y
todas las naciones os dirán bienaventurados; porque se-
réis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.

~103~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

Pensemos una situación hipotética. Llega el día de tu cumplea-


ños. La fiesta comienza y llega cada invitado con un regalo. Ese
regalo expresa amor; es un “Pensé en ti”. No es el valor econó-
mico del regalo en sí lo que importa, sino de lo que simboliza
ese objeto: la persona que lo da y su amor. 
Alguien llega con una caja grande, muy grande. ¡Es una hela-
dera! Sí, no es un regalo común para un cumpleaños, pero es
lo que estabas necesitando. Al abrir la caja, la sorpresa es aún
mayor: la heladera no tiene motor. Es una heladera que no sir-
ve. Tu rostro no puede esconder la sorpresa. ¿Es una broma?
Otra persona te trae un abrigo roto; otra, una bolsa de semillas
de girasol y te dice: “Un símbolo de mis semillas de amor hacia
ti”; y otra, un perfume por la mitad. El asombro no cesa...
No es el valor económico del regalo lo que te interesa, sino lo
que expresa acerca del corazón del dador: “Tú no me importas
en lo más mínimo”.
 
Una persona a la que le pediste que cuide tu auto, al decirle que
te lo traiga, te responde que no, que ahora es de él, que se lo
apropió, que le pertenece porque al manejarlo se “encariñó”
y, además, lo estuvo manejando durante varias semanas. Ya
no es una fiesta de cumpleaños. Enojo y asombro se mezclan.
Entonces, les dices: “Ustedes no me valoraron. Me trajeron de
regalo lo peor y tú me robaste mi auto”. Ellos te miran y te pre-
guntan: “¿En qué te robamos?”.
 
Mi amigo, te comparto algunas lecciones aprendidas en este
tiempo:

~104~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

Darle a Él
Mientras camines en el “ministerio de la prosperidad”, vivirás
siempre buscando de quién o de dónde vendrán los recursos.
Serás esclavo de las deudas e, incluso, de la manipulación
de los que utilizan el argumento “Da tanto para que Dios te
dé tanto”. El dinero debe morir en nuestra vida. Es decir, no
debe tener ningún poder más allá de ser una herramienta que
el Dios de la provisión nos da. Él nos dará abundantemente
mucho más de lo que pedimos para la extensión de Su Reino.
Muere a salir a buscar el dinero y busca a Cristo. Sé hallado en
Él y el dinero, y todas las bendiciones saldrán de Cristo para
que las disfrutes.

Cuando era adolescente, tenía un gran amigo en una iglesia


a la que concurría. Recuerdo que siempre nos íbamos cami-
nando, luego de la reunión, hasta su casa que quedaba a unas
diez cuadras de la iglesia. Un día, mi amigo, un adolescente
como yo, me comentó que tenía un billete de diez pesos y un
billete de dos y que había separado el de dos para ofrendar.
Cuando puso las manos en el bolsillo para mostrarme el billete
de diez, descubrió que, equivocadamente, había ofrendado
ese mismo (el de más valor). Entonces, comenzó a llorar, a gri-
tar, a desesperarse, a insultarse, por lo tonto que había sido al
ofrendar tanta plata. Nunca olvidaré que, a las dos cuadras,
nuestros ojos vieron tirado en la acera un billete de diez pesos
como nuevo. Mi amigo lo levantó y saltaba de alegría. El Señor
me dijo: “No quiero su ofrenda que fue dada sin amor, y aquí se
la devuelvo”.

~105~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

 Aprendí en estos años que, cada vez que doy, debo tener plena
conciencia de a quién le doy, y no de qué esa persona me va
dar a mí. Yo sé que habrá abundancia porque Cristo es gracia
abundante. Sin embargo, mi deleite es darle a Él lo que Él me
ha dado y contemplarlo a Él en la ofrenda, el servicio, etc. Al fin
de cuentas, esa ofrenda es Cristo volviendo a Cristo. Darlo a Él
me permite tener el espíritu de Cristo que lo dio todo por amor.
 
Muchas personas se concentran, hunden sus ojos en libros
referidos a cómo hacer dinero, cómo prosperar, etc. Tú deja
todo eso y hunde tu corazón en conocerlo más a Él porque en
Él están escondidas todas las riquezas.  Cuando Cristo sea tu
verdadera Riqueza, las riquezas te seguirán, te encontrarán,
te sorprenderán.

Otro secreto que me ha acompañado lo aprendí de George Mü-


ller, cuando leyéndolo, llenó mi espíritu con la Presencia que
brotaba de su autobiografía. Cuando uno lee su vida, contac-
ta a Cristo en cada página. Müller les dio de comer a miles y
miles de niños huérfanos en Bristol, Inglaterra; fundó ciento
diecinueve colegios con nueve mil alumnos; además, sostu-
vo a ciento cuarenta misioneros. Millones de dólares pasaron
por sus manos, sin que jamás él hubiese pedido un centavo.
Él confiaba plenamente en Dios proveedor. Remarca en su
autobiografía: “Cuando lo que hagamos sea hecho para Su
gloria, Dios se encargará de encontrar a las personas y los me-
dios para completar Su plan; todo lo que damos y hacemos
debe tener cero Adán, cero vanaglorias o autogloria y debe ser

~106~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

absolutamente todo para glorificarlo a Él, para que Cristo se


luzca y crezca”. 
 
Dios mismo permite tiempos de sequía, de escasez, aun de
pobreza, para que nosotros podamos ver cuánto de nuestro
yo ha muerto y cuánto, a pesar de lo que nos sucede y de las
circunstancias que sean, disfrutamos del Señor. Leemos en
Filipenses 4:12 que Pablo aprendió el secreto: “He aprendido
el misterio, el secreto”. El secreto es experimentar a Cristo en
lo mucho y en lo poco. Cuando las circunstancias económicas
no mueven tus emociones, ni tus pensamientos, ni tus fuerzas,
sino que tu gozo sigue estando en Cristo con la paz que llena tu
alma, es porque estás en aguas profundas. El tiempo de sequía
trae tiempo de abundancia.
 
En una oportunidad, fui a predicar a una iglesia de cincuenta
o sesenta personas en un pueblito escondido en el interior de
la Argentina. Cuando entré, me sorprendió la pobreza, la es-
casez, que había allí. El Señor me dijo que hablara del dar con
alegría y, en medio del mensaje en el cual Cristo era exaltado,
había un tópico: que Cristo se dio y cómo Él se da a través de
nosotros; en ese momento, una mujer se puso de pie y me in-
terrumpió diciendo: “Pastor, yo quiero darle mis zapatos, que
son los más lindos que tengo, a mi hermana en la fe que no tie-
ne y los necesita más que yo”. Y allí mismo se los quitó y se los
dio a la hermana. Inmediatamente otra persona se paró y se
quitó su saco, que era muy sencillo y estaba gastado, y le dijo
al que estaba a su lado: “Yo te lo quiero dar a ti”. Esa persona,

~107~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

a su vez, se quitó su sweater y se lo entregó a otro. Recuerdo


estar pasmado, pues la Presencia del Señor había llenado ese
lugar. Entre todos los presentes, se sembraron cosas espontá-
neamente bajo la Presencia de Dios. Con una sonrisa, aprendí,
en ese día que quedó marcado en mi espíritu, que la grandeza
es solamente Cristo y que, cuando no nos aferramos a nada,
somos dueños de todas las cosas juntamente con Él.
 
Aprendí con temor que Cristo debe ser nuestro anhelo y,
si Él nos pide algo de nuestra vida, debemos darlo sin te-
mor. Una mujer cristiana le dijo a un notable pastor misionero
que se sentía vacía, aunque ella le había rendido todo a Dios y
Cristo era su Señor; sin embargo, no entendía por qué se sen-
tía así. El anciano misionero observó cómo esta mujer tenía
de la mano a su hijita de ocho años y le respondió: “Estimada,
si el Señor le pidiese a su hija para enviarla de misionera a la
China, ¿la daría?”. Inmediatamente ella empezó a gritar y dijo:
“¡De ninguna manera, no quiero que mi hija sea misionera, no
quiero que se dedique a las misiones!”. El pastor hizo silencio,
la Presencia de Dios tocó el corazón de esta mamá y ella enten-
dió que aún no había rendido todo. El futuro de esa pequeña
todavía estaba en las manos de su madre. 
 
Escuché a un pastor contar cómo un hombre rico dio cuaren-
ta millones de dólares para construir un templo. Tiempo des-
pués, este pastor se encontró con dicho hombre quebrado y
en la ruina; se saludaron y hablaron unos minutos. El antes mi-
llonario le compartió su historia de quiebre total y la amargura

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SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

que había en su corazón. El pastor se fue meditabundo y pre-


guntó: “Señor, ¿cómo puede ser que, si dio tanto dinero para
Tu causa, hoy esté quebrado?”. Enseguida escuchó al Espíri-
tu decirle: “Porque lo dio para un templo, para una causa; no
para mí”. Me quedé pensando y meditando, (más allá de que
no sabemos qué es lo que sucedió en esta situación), sobre la
importancia de que nuestro dar sea para Él, no para una cons-
trucción, ni para un proyecto, ni para una visión, ni para un via-
je. Darle solo a Él.
 
George Müller cuenta en su autobiografía que nunca les sirvió
el plato de comida a esos miles de niños con un retraso mayor
de media hora, ya que las provisiones siempre llegaban mila-
grosamente. Él dice algo que conmovió mi espíritu: “Cuando
yo no tenía nada, tenía la paz y la tranquilidad de que Dios era
mi proveedor. Y cuando las respuestas llegaban en el mismo
día, milagrosamente y en cantidades, poseía la misma paz que
cuando no había nada. Esa paz que producía La Palabra me
daba la tranquilidad, la seguridad y la quietud de que Cristo
estaba conmigo”.
 
¿Damos?

~109~
EJERCICIO N.º 5:

“Señor, te pido que me muestres, para dejarlas en el Altar, to-


das mis “ataduras”, limitaciones y temores económicos.
Deja que el Señor demuestre y tómate cinco o más mi-
nutos para llevar todo absolutamente todo lo que te ata
financieramente.
 
Señor, a partir de hoy me comprometo a............... (Nombra
ahora los que Él te dice serán tus nuevos hábitos financieros).
¡Señor, te adoro! ¡Gracias, me declaro próspero siempre!
Amén”.

~110~
Capítulo 6
El hablar descalificador: “¿Qué hemos
hablado contra ti?”

Malaquías 3:13-15 y 4:1-6

Vuestras palabras contra mí han sido vio-


13 

lentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos


hablado contra ti? 14 Habéis dicho: Por de-
más es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que
guardemos su ley, y que andemos afligidos
en presencia de Jehová de los ejércitos? 15  Decimos,
pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los
que hacen impiedad no solo son prosperados, sino que
tentaron a Dios y escaparon.

1
Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y
todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán
estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Je-
hová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. 2 Mas

~111~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de


justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y sal-
taréis como becerros de la manada. 3 Hollaréis a los ma-
los, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros
pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los
ejércitos. 4 Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual
encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.
He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el

día de Jehová, grande y terrible. 6 Él hará volver el cora-


zón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos
hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con
maldición.

Palabras violentas son todas aquellas que no edifican, que no


construyen, que no salen de la boca de Dios.
¿Cuáles son las que ellos proferían?: “¿Para qué servir a Dios, si
a los malos les va mejor que a nosotros?”.
 
Dios les dijo: “Ustedes son mi especial tesoro”. Sí; así sucede.
Yo hablo mal, pero Él siempre me habla bien, Él siempre me
bendice. Les anunció: “No se ocupen de los soberbios, ya tie-
nen su destino, pero ¡a ustedes les daré el sol de justicia y su
alegría será sin límites! ¡Y las familias serán reunidas, padres e
hijos como uno! Él siempre habla así, todo Su hablar es bendi-
ción tras bendición.

~112~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

Ahora bien, ¿por qué ellos no hablaban así? Porque no habían


dejado que las Palabras de Dios, las Palabras de Vida, entraran
en sus espíritus.
Cuando yo recibo una Palabra que no experimento, esta es alo-
jada en mi mente. Cuando la hable, saldrá hacia la mente del
otro. Es decir, de mente a mente. Pero, si esa Palabra la experi-
mento, entonces será parte de mi ser, de mi espíritu; y, cuando
la hable, tocaré el espíritu del otro. Tu tarea no es hablarle a
la mente, o decir, como mucha gente: “Esta palabra que es-
cuché me dejó sin aire”, sino marcar el espíritu de los demás.
Las frases, las oraciones y las enseñanzas que aún recuerdas
y son parte de tu ser, fueron dadas por alguien desde su espí-
ritu a tu espíritu. Si tienes un conocimiento experiencial de La
Palabra, siempre que la expongas, tocarás y marcarás la vida
de quienes te oigan. Yo recuerdo a muchísimas personas y, en
especial, a Frank Dietz, el Director del Barco Doulos. Recuerdo
un mensaje que él dio sobre Filipenses 1 donde dijo que Pablo
resolvió aquí tres temas que todos tenemos que solucionar.
Primero, el de las circunstancias. Él estaba en la cárcel, ¿por
qué estaba allí? El apóstol escribió: “No importa, muchos es-
tán cobrando ánimo para predicar a Cristo”. El segundo tema
que debemos resolver es la gente. Otros predicaban para aña-
dir dolor a la vida de Pablo, pero él dijo: “No importa, Cristo es
predicado”. Y el tercero es la muerte. Él aseveró: “No importa,
si me muero, me voy con Cristo”. Pablo resolvió los tres temas
mirándolo a Cristo. Recuerdo también que Frank siempre en
los campamentos caminaba durante una hora por la cancha
de fútbol. Yo pensaba: “Qué extraordinario este hombre, cómo

~113~
SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

le gusta caminar”. Hasta que un día le pregunté a su traductor y


me contó: “No está haciendo ejercicio; está orando”. Eso mar-
có mi espíritu.
Oswald Smith expresó: “No podremos levantar a nadie al nivel
de nuestro mensaje o enseñanza; solo podremos levantar al
nivel de nuestra propia experiencia a los demás”. Los demás
serán lo que somos nosotros. Solamente podemos llevarlos
hasta el nivel de nuestra propia experiencia.
¡Mi amigo, deja que cada palabra de Él entre y llene todo tu ser!
Que Su Palabra, que es Cristo, te gobierne. Cuenta el pastor W.
Cordero, que en una oportunidad perdió la llave de la casa y
justo iban al cine con su familia. Este hecho hizo que se peleara
con su esposa y con sus hijos. Fueron al cine y él estaba amar-
gado. Al regresar a casa, cuando llegó la noche, aparecieron
las llaves. Cuando se fue a dormir, Dios le preguntó: “¿Quién es
tu Señor?”; y el pastor respondió: “Jesús es mi Señor”. A lo que
Dios le dijo: “No, tu Señor es quien te domina. ¿Quién te domi-
nó hoy? La llave fue tu Señor”.
 
¡Mi amigo, cuántos ídolos son nuestro Señor cada día! El auto,
el trabajo, las llaves o nuestras palabras.
 
“Te adoramos, Señor hermoso”.

~114~
Conclusión

Hemos llegado al final. Pasamos varios días juntos en el Altar.


El pueblo le había quitado la gloria al Señor. Ahora nos toca a
nosotros, a nuestra generación, a ti y a mí, devolvérsela.
 
George Müller dijo: “Su gloria es mi único propósito. Si lo hago
por dinero, fama o reconocimiento, nunca experimentaré Su
gloria. Todo lo que hago que sea para traer mayor gloria a Él,
que las miradas se dirijan a Él y que Él sea ensalzado, admira-
do, y que en Él se confíe, que en Él se apoye todo, todos, todo el
tiempo. Ese es mi propósito”.

Si anhelas algo para la gloria de Dios, ora hasta conseguirlo;


buscar Su gloria es la brújula que te mantendrá firme en el mi-
nisterio. Así como Moisés hizo el Tabernáculo, o Salomón el
templo, y Dios les dio todos los recursos necesarios, siempre
Dios respaldará a quien haga las cosas para Su gloria.

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SECRETOS DEL ALTAR | 4 días experimentando el libro de MALAQUÍAS

 Dijo también  Oswald Smith : “Si no lo hago para Su gloria, tar-


de o temprano, experimentaré un desastre en mi ministerio”.

La glorificación a Dios debe ser tu primer y único objetivo.

No importa si le predicas a una o a cien personas; si te dan una


hora o cinco minutos para hablar; si es en público, o cuando
nadie te ve; hazlo todo para Su gloria. Cuando asumas un com-
promiso, al hacerlo para Su gloria, no te importará si llueve o
truene; suceda lo que suceda, estarás allí donde has dicho que
ibas a estar.

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