Tema 4 Geografia Humana
Tema 4 Geografia Humana
Tema 4 Geografia Humana
UN ESPACIO DISPUTADO
1. UN MEDIO PRIVILEGIADO
Los efectos medioambientales del mar son determinantes para la vida del planeta
por lo que es importante conocer los mecanismos que regulan el movimiento de
sus aguas y sus consecuencias climatológicas, por lo tanto, sobre la población.
Al igual que sucede con las grandes corrientes marinas en superficie, la disimetría
en las afloraciones de aguas profundas es importante entre las fachadas
occidentales y orientales de los continentes y lo mismo ocurre con los contrastes
en sentido norte sur a lo largo del año según los desplazamientos de los vientos
alisios.
Por otra parte, los afloramientos de aguas profundas cerca de la costa se explican
por los mecanismos que favorecen el desplazamiento de las aguas superficiales
desde la costa hacia alta mar. En todas ellas, el vacío dejado por las aguas
superficiales en sus desplazamientos es cubierto por el ascenso de aguas
profundas, por lo tanto, frías, ricas en oxígeno y nutrientes. Finalmente, existen
afloramientos más locales de aguas profundas que se asocian a corrientes
superficiales provocadas por giros anticiclónicos y ciclónicos, a mecanismos de
circulación superficial de las aguas oceánicas, al intercambio de aguas de
diferentes características en estrechos, como el de Gibraltar, o incluso, a vientos
locales de tierra al mar.
2016, la pesca resulta excesiva para unos recursos limitados. Por otro lado, el
potencial pesquero de las aguas del mar es desigual, depende de su riqueza
biológica, de la cantidad de microorganismos vegetales y animales que existen en
las aguas y están en el comienzo de la cadena alimentaria del mar. El
zooplancton, segundo elemento de la cadena productiva, alimenta especies
marinas que son ingeridas a su vez por peces de mayor tamaño. Al final de esta
cadena siempre se encuentra el hombre las aguas y de la abundancia de sales
minerales y materias orgánicas.
Actualmente, las capturas tienden a disminuir en muchas zonas, ante todo por el
exceso de presión pesquera y el establecimiento de moratorias internacionales
para determinadas especies en diferentes mares. Así, la Academia de Ciencias
Americana señalaba ya en abril de 1995 que las actividades humanas, entre ellas la
pesca, eran responsables de la reducción drástica de numerosas especies de
pescado. Actualmente, los recursos pesqueros de Terra Nova se han reducido
hasta ser considerados poco rentables comercialmente. Según la Organización de
Naciones Unidas, el 70% de los pescados, crustáceos y moluscos del mundo
deben ser protegidos para garantizar el ciclo reproductivo y la continuidad de las
especies.
2.2. España, potencia pesquera
La importancia de la pesca en España guarda relación con un consumo de
pescado de 48 kg por persona al año.
Por otra parte, los efectos de la acuicultura sobre el medio ambiente pueden ser
negativos, ya que su práctica intensiva perjudica la calidad de las aguas de los
lagos y del litoral, sobre todo en zonas reservadas al turismo y la pesca. Y en el
Tercer Mundo, los precios de los productos de la acuicultura siguen estando por
encima del poder adquisitivo de sus poblaciones y los impactos medioambientales
pueden ser graves. En estos casos, se establece una competencia entre las
actividades modernas, la acuicultura, y las formas tradicionales de vida que
termina generalmente con perjuicios para las segundas o provocando su
desaparición. Estados Unidos y Canadá, se ha conseguido aumentar la producción
de salmón mediante técnicas de repoblación basadas en la suelta de pequeños
salmones en el mar que se capturan años más tarde, cuando aumentan de tamaño
y remontan los ríos para reproducirse.
3. Y OTROS RECURSOS
Así, los minerales del fondo de los mares permanecen en la actualidad como una
reserva de recursos para un futuro en el que los costes de extracción sean
menores y los intereses empresariales mayores. La distribución geográfica de los
minerales submarinos está ligada a las características de la plataforma continental
y a la evolución del relieve submarino en relación con la tectónica de
placas. Así, las mayores concentraciones de minerales corresponden a zonas muy
profundas, a las fosas o «rift» de las dorsales submarinas, donde brotan las lavas
basálticas que se expanden y construyen la corteza submarina, a las zonas de
enfriamiento y corrimiento de la corteza en las dorsales y donde la corteza
oceánica choca con la continental hundiéndose por subducción.
En cualquier caso, las dificultades de extracción y las fluctuaciones de los precios
de los minerales han detenido la mayoría de las operaciones para
aprovechamiento minero de los fondos marinos. La tecnología actual no permite
una explotación rentable de los minerales marinos y su futuro dependerá de la
demanda de materias primas minerales, de la situación de agotamiento en que se
encuentren los yacimientos terrestres y de los costes de obtención. Hoy, los
recursos mineros submarinos constituyen un capital que se desea preservar para el
futuro y en ese sentido se orientan las políticas estatales y los acuerdos
internacionales para el aprovechamiento de los mares. Precisamente, fue la
importancia económica y estratégica de los recursos mineros del mar lo que
motivó la petición de Estados Unidos en 1966 de que los fondos submarinos fueran
declarados «Patrimonio de la Humanidad».
El 20% de las costas europeas se hallaban muy afectados por este tipo de
erosión. Sus consecuencias se manifiestan en una regresión de la línea de costa
estimada entre medio metro y dos metros al año. Sus efectos se dejan sentir sobre
el medio ambiente y el conjunto de la actividad humana, con 70 millones de
europeos, el 14% de la población, residiendo a menos de 500 metros de la
costa. Por último, a los peligros de erosión ocasionados por la actividad humana y a
las dificultades de gestión por la coincidencia de usos del suelo muy variados
sobre un mismo espacio, se añaden el aumento del nivel del mar por el
recalentamiento de la atmósfera y el incremento de situaciones ciclónicas de
especial intensidad que originan inundaciones, cada vez más achacados al
«cambio climático» y especialmente visibles en medios insulares del trópico, como
Puerto Rico.
En España, a pesar de la gran extensión del litoral, las condiciones naturales no son
muy favorables para el establecimiento de grandes puertos ya que predominan las
costas rectilíneas y acantiladas, batidas en exceso por el oleaje. En el Mediterráneo,
los mejores emplazamientos corresponden a los de Cartagena, Palma de Mallorca
y Mahón. En este mar, el oleaje es débil y las mareas no plantean problemas, pero
hay que hacer frente al inconveniente de los depósitos de arenas originados por
corrientes costeras y aportes de los ríos en sus desembocaduras. Un ejemplo lo
ofrece el puerto de Barcelona, próximo a las desembocaduras de los ríos Llobregat
y Besos, por lo que ha necesitado la construcción de grandes diques aguas
adentro y constantes operaciones de mantenimiento.
De los puertos españoles, sólo 98 están autorizados a realizar funciones
mercantiles y 8 absorben más del 50% del movimiento de mercancías y pasajeros.
Sin embargo, no existe un puerto que sirva a todo el mercado nacional: Barcelona
es el puerto con mayor área de influencia, pero tiene que hacer frente a la
competencia del de Valencia, convertido en el puerto de Madrid en la fachada
mediterránea por su proximidad a la capital.
El interés económico del golf es muy grande, el turismo relacionado con él generó
775 millones de euros en 2016, además, el golf permite diversificar la oferta
turística y facilita el aprovechamiento de los recursos en temporada baja, con lo
que se reduce la concentración estacional del turismo. Es casi el 2% de la oferta
hotelera de España. Actualmente, hay más de 330 hoteles para el turismo de
golf, debido sobre todo al turismo extranjero.
En su litoral, se reconocen usos más o menos compatibles entre sí, pero
algunos, como los industriales, resultan perjudiciales para las actividades de ocio y
turismo.
5. PROBLEMAS MEDIOAMBIENTALES
Roma , y en los siglos XVI y XVII, una bahía que servía de fondeadero a la flota
española junto con la bahía de Cartagena, pero desde principios de los 1960 los
vertidos minerales alcanzaron las 7.000 toneladas diarias, el equivalente al caudal
de un río mediterráneo, lo que acabó por provocar su desaparición. El puerto se
rellenó con estos desechos y poco a poco todo su entorno. La línea de costa ganó
casi un kilómetro de tierras al mar, la fauna y la flora marina se empobrecieron. En
la actualidad, la actividad minera ha desparecido y la bahía se beneficia de un
programa de recuperación integral puesto en marcha en 2017, aunque se presume
largo en el tiempo y discutible en cuanto a los resultados. Por otro lado, la refinería
de Repsol y la industria petroquímica son responsables de la contaminación marina
y terrestre de la bahía de Escombreras, otro de los espacios litorales más
contaminados.
5.2. Pérdida de biodiversidad
Las especies pesqueras más valiosas han sido capturadas a un ritmo muy superior
al de su reproducción natural en los últimos 30 años. Para hacer frente a la escasez
de las especies comercializadas tradicionalmente, los pescadores han tenido que
ampliar las captura a especies situadas en un escalón inferior de la cadena
alimentaria marina, con el consiguiente perjuicio para los grandes
peces, mamíferos y aves marinos que han visto reducir sus posibilidades de
alimentación. Las redes de arrastre ocasionan la desaparición de numerosas
poblaciones del fondo del mar y los barcos incumplen con frecuencia la
prohibición de calar las artes de pesca a menos de 50 m de profundidad.
Actualmente, se estima que la mitad de la flota mundial tendría capacidad para
extraer el total de lo que los océanos pueden producir al año. La pesca de arrastre
es una de las principales causas de regresión de las praderas de «posidonia» del
Mediterráneo, vegetal que cubre los fondos arenosos hasta 40 m de profundidad y
proporciona cobijo y alimento a especies comerciales, como el mero, la lubina, el
sargo y el salmonete. Así mismo, las redes de deriva de hasta 20 kilómetros de
longitud y 30 m de profundidad, utilizadas para la pesca del atún y el pez
espada, ocasionan la muerte de otras especies que quedan enmalladas
accidentalmente, como delfines, ballenas, tortugas y tiburones. Estas redes son de
mallas muy finas fabricadas en nilón, casi invisibles y muy dañinas para la vida del
mar.
Por otra parte, la preocupación medioambiental de las áreas marinas data de los
años 1920 y 1930. La "Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza" en
su "Estrategia Mundial de Conservación" define la conservación: "como la
ordenación de la biosfera para que pueda rendir los máximos beneficios a las
generaciones presentes sin que pierda su potencial para satisfacer las necesidades
de las generaciones futuras". Se identifica conservación con desarrollo sostenible,
lo que implica la preservación de los recursos vivos tanto en tierra como en el mar
para transmitirlos a las futuras generaciones.
La "Estrategia Mundial de Conservación" incluye la protección general de las áreas
costeras y marinas, tratando de hacerlas compatibles con su explotación
económica y el desarrollo local sostenible. El mayor número de medidas de
conservación recae sobre los arrecifes de coral, los estuarios y lagunas, alta mar,
los mares polares y las pequeñas islas. Dentro de esta preocupación figuran
siempre los espacios medioambientales especiales que, además de tener un
componente marino, comportan valores ecológicos y ecosistemas de importancia
por su biodiversidad, como manglares, marismas, estuarios, lagunas, playas y
acantilados, y las tierras adyacentes.
La normativa legal para las áreas marinas protegidas varía mucho de unos países a
otros. Unos aplican a estas áreas la legislación general de protección
medioambiental, como Francia o Kenia; otros utilizan leyes o decretos específicos
que se añaden a la legislación general, como Venezuela o Colombia, y otros,
legislaciones exclusivas, como Estados Unidos o Nueva Zelanda.