Las Maquiladoras en México
Las Maquiladoras en México
Las Maquiladoras en México
La historia:
La Industria Maquiladora surge en México en el año 1964, tras la suspensión del Programa
Bracero, como parte del Programa Nacional Fronterizo, con el objetivo de resolver una
necesidad concreta: dar empleo permanente a los trabajadores temporales (braceros) que
cruzaban la frontera para trabajar en los campos agrícolas de E.U.
Las maquiladoras según Jorge Tovar Montañés son: "Centros de trabajo cuya actividad se
concentra en el ensamblaje, transformación y/o reparación de componentes destinados a la
exportación, como condición necesaria y suficiente para su operación; gozan de un régimen
fiscal de excepción lo cual les permite importar insumos sin pagar aranceles y exportar
pagando solamente un arancel que fue agregado en México. Otro rasgo clave es que operan
bajo el concepto globalizador de "aprovechar las ventajas competitivas" que es este caso es
la mano de obra barata de los mexicanos, mayoritariamente femenina".
Uno de los problemas de utilizar el modelo maquilador como motor del desarrollo nacional
es la cada vez mayor dependencia de la inversión extranjera, con las concesiones que
implica, como por ejemplo el compromiso de mantener bajos los salarios, impuestos etc.
Un informe de la OCDE de marzo del 2001 lo dice con claridad: "vista desde una
perspectiva de 20 años, la zona fronteriza no constituye aún un buen ejemplo de desarrollo
sustentable" (La jornada 25-03-01)
Despidos en maquilas
Información del INEGI hasta marzo del 2002, establece que la industria Maquiladora de
Exportación IME perdió el 17% de su personal en relación al mismo período del 2001, esto
es, 219,188 trabajadores (en su gran mayoría mujeres, muchas de las cuales son jefas de
familia y el principal sostén de sus hogares).
La cantidad de despedidos sólo incluye a los trabajadores que laboran en las empresas
maquiladoras y no se tiene un registro aproximado de los despidos en las empresas
subsidiarias de esas maquilas, ni la de las maquilas informales que también abundan en la
nación.
A la fecha 3,430 maquilas son informales y 3,750 son formales, la mayor parte de éstas
últimas se concentra en los estados fronterizos.
Fuentes del área de investigación de la universidad obrera señalan que el 20.6% (de un total
de 1, 847,974) del empleo de la IME de México, Centroamérica y el Caribe, se perdió por
la recesión, es decir 386,000 despidos y la cancelación de al menos, 768 empresas
maquiladoras. De los cuales, el 57.36%, o mejor dicho 1, 000,060 corresponden a la
maquila mexicana.
La IME es uno de los sectores industriales que más ha crecido en los últimos 35 años y
aunque ha sido una de las más importantes generadoras de empleos en los últimos 20 años,
actualmente se encuentra en recesión.
La recesión maquiladora se expresa también en la caída de las horas laboradas, las cuales
cayeron de 208.8 millones en octubre del 2000 a 150.4 millones de horas en febrero del
2002. Una reducción de 58.4 millones de horas laboradas. Desde noviembre del 2000 las
horas trabajadas en el sector no han dejado de caer.
En los estados fronterizos el punto más alto alcanzado es entre enero y diciembre del 2000
con 6,488.5 millones de pesos para descender en marzo del 2002 a 5,836.5 millones de
pesos la caída desde el punto más alto alcanzado por el rubro de sueldos y salarios y
prestaciones de los trabajadores en los estados fronterizos es de 652 millones de pesos.
Investigadores de la universidad obrera señalan que esta caída en sueldos, salarios y
prestaciones de debe a varios factores:
Sólo en el sur de Asia y China se pagan salarios más bajos que en las maquiladoras
mexicanas.
La caída de los salarios de los trabajadores mexicanos en los últimos 18 años es del 75.92%
(1982-2000). Si tomamos como referencia la devaluación y recesión de 1994-1995, el
retroceso de los salarios fue del 33.75% mientras que los salarios de la industria
manufacturera cayeron 32.05% y los de la IME retrocedieron 18.39%.
Maquiladoras y explotación:
Los salarios y las condiciones de trabajo no guardan relación directa con los niveles de
productividad de las maquiladoras, es evidente que al contratar a las personas sin las
prestaciones de Ley, la mano de obra se vuelve más barata y esto redunda en la
disminución de los costos para las maquiladoras.
Cómo decíamos con anterioridad sólo en el Sur de Asia y en China se pagan salarios más
bajos que en las maquiladoras mexicanas.
También regresamos al pago por destajo, este sistema prohibido por la legislación laboral,
después del triunfo de la revolución mexicana ha reaparecido en las maquiladoras sobre
todo en aquellas donde predomina el trabajo manual, al respecto cabe afirmar que las
autoridades mexicanas soslayan estas prácticas por captar inversión extranjera.
Los trabajadores a destajo observaron un aumento del 63%, al pasar de 1, 511,919 en 1991
a 2, 464,224 en el 2000.
En general la política del gobierno es dejar trabajar a las maquiladoras a puertas cerradas
aún cuando se realicen en ellas operaciones peligrosas sin el equipo adecuado que pongan
en riesgo la salud de los trabadores.
Es increíble pensar que a 157 años de distancia un poco más de un siglo y medio las
similitudes entre la clase obrera en Inglaterra en el año 1845 y la mexicana en el año 2002
sean tantas Hoy la industria maquiladora como la manufacturera en 1845 centralizan la
propiedad en manos de unos pocos, utilizan a los trabajadores como piezas del capital y los
explotan en las condiciones más adversas.
Evidentemente, el modelo maquilador no es la solución al atraso económico de México,
aunque las maquiladoras han ayudado parcialmente a resolver el problema del desempleo
en México, no han elevado el nivel de vida del pueblo en general si reconocemos que el
40% de la población mexicana vive en la pobreza. Además de que nos colocan en una
situación de vulnerabilidad a la dependencia de inversiones que en cualquier momento de
inestabilidad buscaran otras latitudes.
http://www.rcci.net/globalizacion/2002/fg296.htm