Síndrome Piramidal

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Síndrome piramidal

Se denomina síndrome piramidal, o simplemente piramidalismo, al ocasionado por toda lesión


que afecte el haz piramidal en cualquier punto de su recorrido.

Etiologías: causas orgánicas más frecuentes:

 Congénitas: hemiplejias cerebrales infantiles que determinan un menor desarrollo


muscular.
 Adquiridas:
o Traumatismos de cráneo.
o Lesiones vasculares:
A. Hemorragias por ruptura arterial: hipertensión arterial, arteriosclerosis y
aneurismas cerebrales.
B. Isquemias: trombosis, embolias, espasmos arteriales o vasculitis.
o Lesiones compresivas:
A. Tumores benignos o malignos primarios o secundarios.
B. Granulomas o quistes del SNC.
C. Meningoencefalitis difusas o abscedadas.

Manifestaciones clínicas: es posible reconocer alteraciones de diferentes funciones neurológicas.


Los músculos siempre se afectan en grupos.

 Signos negativos (deficitarios):


o Debilidad o paresia.
o Arreflexia superficial o cutaneomucosa.
o Perdida de la destreza.
o Atrofia leve por desuso.
 Signos positivos (de liberación):
o Espasticidad.
o Hiperreflexia osteotendinosa profunda.
o Clonus, sincinesias
o Signo de Babinski

Las parálisis o paresias son los más importantes y además evidentes signos, y suelen ser los
motivos de consulta. Según el sitio de la lesión, los trastornos de la motilidad pueden ocasionar:
hemiplejía o hemiparesia, paraplejía o paraparesia, cuadriplejía o cuadriparesia y monoplejía o
monoparesia.

 Hemiplejia y hemiparesia: En su forma completa, el trastorno motor compromete los


territorios del facial, el miembro superior y el inferior del lado afectado, por lo que la
hemiplejia o hemiparesia es en este caso faciobraquiocrural. En ocasiones, el compromiso
puede predominar a nivel de un territorio sobre otros, comúnmente el miembro superior
o inferior, en este caso se dice que el compromiso motor es de predominio braquial o
crural.
La hemiplejia puede instalarse súbitamente o gradualmente. En el primer caso puede
estar acompañada por coma, y se produce el denominado ictus apoplético. Si el inicio es
gradual, el cuadro puede ser precedido por pródromos como mareos, vértigo, cefalea,
parestesias, trastornos del sueño o cambios de conducta. Esta puede reconocerse
asociada con tres cuadros de características semiológicas distintas:

o Hemiplejia en el paciente en coma:

 En la cabeza:
a. Facies asimétricas por mayor amplitud del lado paralizado, con elevación
de la mejilla en cada espiración, como consecuencia de la parálisis del
buccinador, este signo se llama signo del fumador de pipa.
b. Desviación de la cabeza y ojos hacia el lado de la lesión, es decir, en
sentido contrario a la parálisis.
c. Al apretar con energía el borde posterior de la rama ascendente de la
mandíbula para comprimir el nervio fácil, solo se contrae la musculatura
de la mitad de la cara, esto se llama maniobra de Foix.
d. Miosis del lado paralizado debida a síndrome de Claude Bernard-Horner
central (miosis, enoftalmos, ptosis palpebral).
e. Frecuente ausencia del reflejo corneopalpebral del lado de la parálisis por
compromiso del nervio facial, este signo se llama signo de Milian.
 En los miembros:
a. Al elevar los miembros sobre el plano de la cama y dejarlos caer, lo hacen
más abrupto los del lado paralizado.
b. Pueden faltar los reflejos profundos u osteotendinosos.
c. Positivo signo de Babinski.
d. Los reflejos de automatismo medular pueden ser positivos.
 En el tronco:
a. Reflejos cutaneoabdominales y cremasterianos abolidos del lado de la
parálisis.

o Hemiplejia flácida:

a. Hemiplejia faciobraquiocrural completa con hipotonía muscular o flacidez.


b. Hemicara paralizada con compromiso del facial inferior, en el facial superior el
compromiso es mucho menos significativo porque recibe fibras de ambos
hemisferios cerebrales.
c. El paciente ocluye el ojo del lado paralizado con fuerza mucho mayor que en
el lado sano.
d. El paciente no puede abrir u ocluir el ojo del lado paralizado de manera
aislada, esto se llama signo de Revilliod.
e. En el lado paralizado están abolidos los reflejos cutáneos abdominales
y osteotendinosos.
f. En el lado paralizado existe signo de Babinski.
g. Los reflejos de automatismo medular son tanto más intensos cuando más
próximo se halle el paciente al momento de instalación de la hemiplejia.

o Hemiplejia espástica: de manera lenta y gradual la hemiplejia flácida se transforma


en hemiplejia espástica.
a. Hemiplejia del lado paralizado con hipertonía muscular que puede llegar a la
contractura.
b. Pueden regularizarse los rasgos faciales o bien puede establecerse una
contractura muscular del lado de la parálisis con desviación de la hemicara
comprometida en sentido contrario al inicial, acentuando los pliegues faciales
en esa hemicara.
c. Actitud en flexión del miembro superior, con leve flexión del brazo, flexión del
antebrazo sobre el brazo con ligera pronación y dedos flexionados sobre la
palma, aprisionando el pulgar entre los restantes.
d. Parálisis predominante en los músculos de función más diferenciada (mano).
e. Actitud en extensión del miembro inferior por predominio de la contractura
en los extensores.
f. Marcha de Todd. La pierna paralizada realiza un movimiento de circunducción
alrededor de la sana.
g. Hiperreflexia profunda u osteotendinosa en el lado paralizado.
h. Arreflexia superficial o cutaneomucosa en el lado paralizado. Ausencia de
reflejos cutaneoabdominales y cremasteriano.
i. Signo de Babinski.
j. Clonus de pie y de rotula.
k. Reflejos de automatismo medular presentes o no, pero mucho menos
acentuados que en el periodo flácido.
l. Puede haber sincinesias, asociadas a movimientos voluntarios del lado sano.
m. Atrofias musculares tardías, ocurren al cabo de meses y no de manera precoz,
carecen de reacción de degeneración y predominan en hombro, mano y
región glútea del lado de parálisis.

Diagnostico topográfico de la lesión: una vez se reconoce la existencia del síndrome piramidal, se
hace preciso efectuar el diagnostico topográfico de la lesión. Se reconocen en principio dos tipos
de hemiplejias:

Hemiplejias directas:

 Hemiplejía cortical: la lesión afecta la corteza cerebral en el área motora; si el daño es


focal, puede existir solo una monoplejía braquial o crural. El cuadro puede precederse por
epilepsia jacksoniana y asociarse con déficit intelectual o con afasia motriz, apraxia,
astereognosia y agrafestesia.
 Hemiplejía subcortical: la lesión se ubica en el centro oval, antes de que la vía piramidal
alcance la capsula interna, el cuadro es similar al anterior, pero sin convulsiones.
 Hemiplejia capsular: la más frecuente, y en ella la lesión compromete la vía piramidal
cuando esta se halla reunido en un pequeño territorio a nivel de la rodillas y el brazo
posterior de la capsula interna, el cuadro responde a la descripción típica de hemiplejia
directa.
 Hemiplejia talámica o síndrome talámica, o síndrome de Dejerine-Roussy: lesión en el
tálamo que se debe fundamentalmente a causas vasculares.
 Hemiplejia medular: es difícil observarla en la práctica, ya que refiere un daño puntual en
la vía piramidal a nivel medular inmediatamente después de la decusación de la vida
motora.

Hemiplejias alternas: Dada su proximidad pueden aparecer junto con los signos motores otros
pertenecientes a la lesión de las vías cerebelosa, extrapiramidal y sensitiva. Se dividen según la
altura de la lesión en pedunculares, protuberanciales y bulbares. Las que a su vez comprenden
distintos síndromes según la localización del proceso en cada uno de los órganos del tallo cerebral.

 Paraplejia o paraparesia: compromiso de la motilidad de dos regiones simétricas del


cuerpo, se sobreentiende que se refiere a los miembros inferiores. Cuando el
compromiso es de los miembros superiores se le denomina diplejía braquial.

La lesión de la primera neurona en algún punto de su trayecto medular es bilateral y la


parálisis se designa como paraplejia espástica. Las causas pueden ser enfermedades de la
medula o estructuras vecinas, compromiso medular secundario, muchas veces de tipo
comprensivo, con frecuencia se trata de comprensiones medulares lentas producidas por
tumores medulares, meníngeos o vertebrales. También pueden ser su causa los
traumatismos vertebrales o medulares.

Los signos de compromiso piramidal del paciente se hallaran a distinta altura según el sitio
de la lesión y por debajo de ella y son:

o Paraplejia o paraparesia.
o Hipertonía, precedida por una fase de flacidez cuando el inicio es agudo.
o Miembros inferiores en extensión, muslos y rodillas juntos y apretados, con masas
musculares duras que oponen resistencia a los movimientos pasivos.
o Marcha tipo paretoespástico, cuando es posible.
o Piramidalismo bilateral por debajo de la lesión con hiperreflexia profunda,
abolición de reflejos cutaneoabdominales, signo de Babinski y reflejos de
automatismo medular exagerados.
o Alteraciones esfinterianas, como retención o incontinencia y constipación.

 Cuadriplejia o cuadriparesia: afectación motora de los cuatro miembros por lesiones


bilateral de la vía piramidal a nivel cervical. Sus causas son iguales a las descritas para la
paraplejia.

Habitualmente con una causa vascular, puede observarse el llamado síndrome de


cautiverio o de enclaustramiento por infarto isquémico ventral de la protuberancia, que
consiste en cuadriplejía con conservación de la conciencia, diplejía facial y parálisis de los
pares craneales inferiores, el paciente solo conserva la motilidad vertical de los ojos y
parpados. Es probable que por la altura de la lesión existan trastornos de la mecánica
respiratoria por afectación muscular.

 Monoplejía o monoparesia: trastorno de la motilidad de un solo miembro, que puede ser


braquial o crural. Las monoplejías cerebrales son raras y pueden corresponder a
hemiplejias directas corticales, en las que por lo circunscrito de la lesión, solo afecta la
motilidad de un miembro. Las monoplejías medulares por compromiso piramidal son
espásticas.

Exámenes complementarios: Se utilizan para confirmar el diagnóstico topográfico de la lesión y su


etiología.

 Radiografía simple: puede tener valorar orientador sobretodo en patologías traumáticas.


 Exámenes neurorradiológicos: tomografía computarizada o resonancia magnética, son los
más habituales y con mayor redito diagnóstico.
 Arteriografías contrastadas de los vasos cerebrales: ante la sospecha de patología
vascular.
 Exámenes de LCR: ante la presunción de procesos infecciosos o inflamatorios.
 Exámenes eléctricos: electroencefalograma o estudio de los potenciales evocados.
 Biopsias de tejido cerebral: pacientes en quienes los demás métodos no arrojen resultados
concluyentes.

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