La Captura Del Estado Colombiano - CAP 1
La Captura Del Estado Colombiano - CAP 1
La Captura Del Estado Colombiano - CAP 1
(Dirección Académica)
Eduardo Salcedo-Albarán
Isaac de León-Beltrán
Bernardo Guerrero
Septiembre, 2008.
Bogotá, Colombia.
Agradecimientos
inicial del tema de Captura del Estado que se desarrolla en este trabajo. También a magistrados
1
ideas que aquí se presentan.
Los autores se hacen responsables del contenido, errores y omisiones del presente libro, sin
opiniones.
2
Introducción
que han tenido graves implicaciones en diversas instancias del Estado y en relaciones sociales
formas híbridas, por lo que su dinámica es cada vez más difícil de comprender y categorizar.
Es necesario reconocer que muchos crímenes e infracciones sociales han estado dinamizados en
torno a un proceso mafioso emanado del narcotráfico, específicamente porque éste requiere la
Al explorar la posible relación entre la corrupción y la mafia, se hace casi evidente que el amplio
poder económico funciona como una fuerza corruptora incontrolable. Esto evidencia el hecho de
que la corrupción no sólo puede ser desarrollada por grupos económicos legales, como
usualmente se reconoce, sino que los actores ilegales, incluso con más poder económico, pueden
generan mayores niveles de corrupción mediante sobornos de alta cuantía. Al menos en principio,
objetivo perseguido. En estos casos, pueden surgir escenarios de corrupción mucho más
El tipo de corrupción en el que se concentra el presente análisis se conoce como Captura del
Estado, usualmente definido como una especie de corrupción económica a gran escala en la que
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agentes privados influyen en la formulación de leyes, normas, decretos, regulaciones y políticas
públicas, en la búsqueda de favorecer sus propios intereses egoístas y en detrimento del bienestar
general. En este sentido, como las leyes son de aplicación permanente, sus retribuciones podrán
Buena parte de los análisis sobre Captura del Estado se han concentrado en su naturaleza
económica, es decir, aquello que sucede cuando grupos y empresas legales buscan retribuciones
económicas mediante sobornos y dádivas. No obstante, en el presente libro se muestra cómo las
implicaciones de la Captura del Estado van más allá del ámbito económico, sobre todo en
Estados de Derecho en proceso de consolidación. Esto quiere decir que los efectos de la Captura
del Estado pueden ser de naturaleza económica, política, social e incluso moral. Para llegar a esta
consolidación, los únicos actores interesados en capturar el Estado son los grupos económicos
características excepcionales. Esto se debe a que Colombia cuenta con una amplia cantidad de
actores delictivos entre los cuales se encuentran bandas de crimen organizado y grupos armados
ilegales subversivos y antisubversivos. Todos estos actores pueden estar interesados en manipular
las leyes del Estado, sobre todo porque todos han confluido en torno al narcotráfico. Para lograr
dicho propósito, éstos grupos pueden acudir a procedimientos distintos al soborno, como la
amenaza y el asesinato que, de hecho, son más efectivos y persuasivos en el corto plazo, así como
a la asociación o formación de partidos políticos y otras instituciones en una perspectiva del largo
plazo. Así, es de prever que la naturaleza y alcances de la Captura del Estado cambian
sustancialmente en la medida en que el agente captor sea un grupo ilegal que cuenta con ejércitos
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Teniendo en cuenta lo anterior, el propósito del presente libro es proponer un marco analítico que
sirva de guía para avanzar hacia el entendimiento de un tipo de Captura del Estado que con el
paso del tiempo y la sofisticación de los actores intervinientes, ha mutado hacia una búsqueda de
la Reconfiguración Cooptada del Estado. Para cumplir tal propósito, se intentará complejizar el
concepto tradicional de Captura del Estado, de manera que sea coherente con la situación de un
la ilegitimidad del Estado. Sin embargo, mientras que en el país existan grupos poderosos
ilegales, como son las estructuras mafiosas, persistirán condiciones propicias para la
tradicional del Concepto Captura del Estado, y los elementos conceptuales y teóricos que serán
conceptuales útiles sobre la economía del delito, la microeconomía del mercado de la corrupción,
concepto tradicional de la Captura del Estado, en el segundo capítulo se presenta un estado del
En el tercer capítulo se avanza hacia la complejización del concepto tradicional de la Captura del
Estado, con el fin de lograr una definición del concepto Reconfiguración Cooptada del Estado.
Para el efecto, se plantean tres preguntas que permiten reconocer los verdaderos alcances y
¿Quién puede estar interesado en Capturar el Estado?, (ii) ¿Para qué se quiere Capturar el
Estado?, y (iii) ¿Mediante cuáles procedimientos y en qué instancias se busca Capturar el Estado?
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En el intento por responder estas preguntas, se profundiza en una instancia aparentemente
legítima de Captura muy conocida en estos días en el país como es la denominada Captura
Instrumental de los Partidos Políticos, que aparece como un mecanismo mediante el cual actores
En el cuarto capítulo, una vez propuesta la definición de Reconfiguración Cooptada del Estado,
mediante distintos mecanismos que han sido perfeccionados. Se ilustran tres etapas de
Este libro constituye una primera etapa de un programa de estudio orientado a comprender los
múltiples actores, instancias, mecanismos, procedimientos, etapas y efectos que pueden facilitar
procesos de Captura/Reconfiguración Cooptada del Estado. Todo esto, con el fin de identificar
estrategias y líneas de acción que permitan ayudar a enfrentar dicho fenómeno social. La
naturaleza exploratoria analítica del presente trabajo se constata al finalizar, con algunos
interrogantes acerca de los efectos sociales y culturales que pueden reproducirse del proceso
descrito. Un tema que seguramente concentrará esfuerzos futuros en el marco de este programa
de estudio, consiste en analizar los efectos estructurales y de largo plazo que pueden resultar
son aún poco explorados, así como el tipo de políticas públicas que se han de implantar en
diversas instancias y órganos del Estado; no obstante, se reconoce que la rama de la justicia es
una institución clave, aunque hasta cierto límite. De igual manera, se pretende indagar en el tipo
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de acciones necesarias para el desarrollo de una civilidad democrática que garantice el rechazo
7
Capítulo 1. Definición de Captura del Estado y aproximaciones teóricas de
referencia (t1)
La Captura del Estado (CdE), se ha concebido usualmente como una forma de corrupción a gran
escala que debilita la estructura económica de un país porque distorsiona la formulación de leyes,
analizadas empírica y conceptualmente han sido las económicas. Uno de los contextos
institucionales aptos para la Captura del Estado, que más se ha investigado en las últimas
décadas, es el de los países en transición del comunismo a la economía del mercado, en Europa
oriental. Así, la mayor parte de investigaciones sobre Captura del Estado se originaron y se han
centrado en estos países, pues concentran buena parte de las condiciones institucionales aptas
para la aparición de la Captura del Estado: la cercanía entre las decisiones económicas y las
corrupción administrativa, para referir el momento en que aparece el acto de corrupción. De esta
manera, la Captura del Estado se ha definido como “la acción de individuos, grupos o firmas, en
el sector público y privado, que influyen en la formación de leyes, regulaciones, decretos y otras
políticas del gobierno, para su propio beneficio como resultado de provisiones ilícitas y no
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2000:XV). Se dice que mediante pagos o dádivas no transparentes a funcionarios públicos, las
empresas acceden a beneficios a la carte cuando adoptan prácticas para capturar el Estado
(Hellman et al. 2000). Cuando esto sucede, se configura un escenario en el que grupos con
primera se realiza mediante la distorsión acomodaticia de las primeras etapas del desarrollo
regulaciones formuladas e instituidas (World Bank 2000). Específicamente, la Captura del Estado
es distinta a la práctica del soborno durante la aplicación de una ley o regulación (Pesic 2007).
proporciones. Cuando no hay una clara diferenciación entre los intereses del Estado y los
intereses privados, hay un elevado riesgo de que existan Captura del Estado y corrupción
administrativa. Por lo general, la cercanía entre los intereses del Estado y los intereses privados se
da en el ámbito económico. Por este motivo, los países en transición fueron los primeros casos
Para finales de la década de los noventa, fue necesario comprender el entorno causal que llevó a
los altos niveles de corrupción registrados en los países en transición. El hecho de que las
prácticas económicas estuvieran supeditadas a las decisiones del Estado, que caracterizó el
entorno institucional de éstos países durante varias décadas, fue una de las principales
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condiciones para que, una vez iniciada la transición a la economía de mercado, se alcanzaran
fuertes barreras para transitar hacia un régimen competitivo. La liberalización del mercado
ilegítimos para que las empresas privatizadas pudieran influir “excesivamente” en las decisiones
del Estado. Todos estos factores generaron altos niveles de Captura del Estado (World Bank
2000).
Aunque usualmente las definiciones de Captura del Estado se refieren a la formulación de leyes,
Hellman y Kauffmann (2001) también interpretan como Captura del Estado a la práctica de
sobornar a jueces de las altas cortes con el fin de influir en sus decisiones, pues en este caso
por lo tanto, en distorsiones económicas, políticas y sociales. Como se verá más adelante, el
Varios escenarios pueden constituir una situación de Captura de Estado, según: (i) la institución
capturada, ya sea el legislativo, el ejecutivo, el judicial, los órganos de control o las agencias
regulatorias independientes, y (ii) el agente captor, que puede tratarse de firmas privadas, líderes
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políticos o, en general, cualquier grupo de interés1. Aunque se pueden diferenciar varios
escenarios de captura, en todos prevalece la estrategia de extraer “rentas del Estado para el
beneficio de individuos privados, firmas o sectores mediante la distorsión del marco legal y
regulatorio” (World Bank 2000:xv). Esto quiere decir que, usualmente, la denominada
inseguridad jurídica está asociada a prácticas de Captura del Estado. No obstante, debe
de la actividad económica sino también a otras dimensiones, como las civiles y penales de la
En principio, puede pensarse que cuando se habla de empresas captoras solamente se hace
transición, que usualmente han servido de punto de referencia empírica para este tema, las
empresas captoras típicas son aquellas que recién incursionan a la economía, pues las empresas
esquema institucional de Estado (Hellman y Kauffmann 2001). De esta manera, las nuevas
empresas deben enfrentar las restricciones y las barreras de entrada generadas por la acción
público.
captura regulatoria, entendida como colusión entre el regulador y la empresa o industria que
1
En la literatura del tema, por lo general se hace referencia únicamente a empresas. No obstante, Ospina (2003)
habla, en general, de grupos de interés. Esta última categoría conceptual es útil para estructurar el marco analítico
que aquí se propone pues, como se verá más adelante, los grupos de interés pueden ser de naturaleza legal o ilegal.
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regula (Becker 1976; Stigler 1971, Laffont y Tirole 1991); es decir, la captura regulatoria se
Captura del Estado, pues ésta última también alude a la captura legislativa y jurisdiccional en la
generación e interpretación de de leyes, decretos y políticas públicas, en general. Por otra parte,
se considera que la manipulación en las decisiones de los jueces y las altas cortes es un tipo de
Si bien los primeros estudios e investigaciones acerca del fenómeno, adelantados por el Banco
transición, la definición propuesta por Hellman et al. (2000) tiene en cuenta la posibilidad de que
las empresas no sean los únicos entes privados con capacidad e interés capturar al Estado. Este
elemento sirve de punto de partida para incursionar en el análisis de la Captura del Estado por
Teniendo en cuenta lo señalado hasta ahora, en adelante se propone un marco analítico para
entender la Captura del Estado en ámbitos más amplios y complejos que los usualmente
abordados, esto es, no sólo la captura adelantada por grupos legales, en particular empresas, y no
sólo la captura en el ámbito legislativo. Para tal propósito, a continuación se presentan aquellos
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Perspectivas teóricas de referencia para una concepción complejizada de Captura del
Estado (t2)
La Captura del Estado y la Reconfiguración Cooptada del Estado (RCdE)2 son conceptos que se
economía del delito, desde el cual se interpreta al criminal como un agente racional que compara
los costos y los beneficios esperados que le pueden reportar un delito. Si el costo probable que
resulta de ser detectado, investigado, juzgado y sancionado es menor al beneficio esperado que el
acto le puede reportar al agente racional, entonces es muy probable que el agente incurra en dicho
El marco conceptual de la economía del delito también ha sido utilizado para analizar la
corrupción administrativa. Específicamente, Kiltgaard et al. (2001) señala que las personas
incurren en actos de corrupción cuando los riesgos son bajos, cuando los castigos y multas son
eficiente para obtener beneficios económicos y, como se verá más adelante, beneficios sociales y
corrupción, al punto de configurarse en uno de los estímulos más importantes para que un agente
racional decida participar en este tipo de actos. Como se verá más adelante, este análisis que se
2
El concepto RCdE será definido progresivamente con el desarrollo argumentativo del libro. Por ahora, es necesario
señalar que el concepto de cooptación se ha utilizado en diferentes áreas del conocimiento, con algunas variaciones
conceptuales. En el caso colombiano, por ejemplo, Revéiz (1989:XIV) entiende por cooptación un “sistema de
pactos ad-hoc o mesocontratos entre grupos de interés, regiones y fracciones del Estado”. Para los propósitos del
presente análisis, al hablar de Reconfiguración Cooptada del Estado, se entiende la “cooptación” como aquel proceso
tendiente a modificar el régimen desde el interior del régimen mismo.
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aplica al caso de la corrupción administrativa, sirve también para entender la naturaleza de la
Captura del Estado en la medida en que los agentes captores buscan alcanzar en lo posible,
al. (2001) resume en la siguiente ecuación aquellas condiciones básicas para la reproducción de
delictivas que tienen como móvil el lucro económico. Este marco conceptual ha permitido
comprender que los criminales, y sobre todo los criminales exitosos, son agentes racionales y
calculadores que hacen todas las previsiones necesarias para minimizar los costos y aumentar los
sancionados. Una idea socialmente difundida es que los criminales son agentes pocos racionales
que delinquen sin tomar las precauciones necesarias para garantizar el éxito de su acción; de igual
manera, se cree que la decisión de delinquir es totalmente espontánea y esporádica. Por ejemplo,
una creencia difundida es que el desempleo y la pobreza tienen una relación causal directa e
inmediata en el comportamiento del crimen, de manera que usualmente se supone que una
persona que pierde su empleo, puede dedicarse a delinquir como opción de vida. Esta
crímenes en los que no se persigue un lucro económico, como los crímenes pasionales y de
En general, se tiende a pensar que los criminales son personas poco preparadas que improvisan la
mayor parte del tiempo, porque simplemente y de un momento a otro, deciden delinquir.
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Usualmente se cree que un criminal exitoso es una persona común que, en cualquier momento de
su vida, decide delinquir y simplemente logra éxito gracias a la suerte. Estas creencias no son
ciertas del todo, menos en un país como Colombia, en el que se ha reproducido una amplia
variedad de actividades, grupos y tecnologías criminales que, lamentablemente, han sido muy
exitosas a nivel mundial. Aunque cualquier persona puede delinquir, en realidad no cualquiera
Lo cierto es que hay muchos obstáculos morales, sociales, emocionales y técnicos que una
persona debe superar antes de tomar la decisión de delinquir como opción de carácter
permanente. Esto se aplica para la decisión de cometer diversos crímenes como el asalto
bancario, el robo de autos y el tráfico de drogas, así como para la decisión de cometer actos de
corrupción y, como se verá más adelante, con mayor razón para la decisión de capturar el Estado.
De esta manera, se evidencia una característica de la corrupción, común a otros actos delictivos
en los que se persigue un lucro económico: es permanente y, por lo tanto, casi nunca esporádica
ni espontánea. Para cometer actos de corrupción de manera exitosa, se necesita formar y contar
con redes sociales complejas y eficientes, que garanticen confidencialidad y mediante las cuales
se puedan realizar distintos actos y acuerdos jurídicos, políticos y económicos. Dichos actos y
acuerdos son imposibles esporádica o espontáneamente, de manera que se requiere mucho tiempo
Diversos análisis conceptuales y empíricos han permitido comprender que los criminales exitosos
deben combinar al menos tres elementos que varían en función del tipo de delito a ejecutar. Estos
elementos son: (i) los deseos de cometer el delito, (ii) el conocimiento técnico asociado a cada
delito específico y (iii) el control emocional requerido para sortear correctamente todas las
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situaciones de exposición penal y social. La ausencia o exceso de alguno de estos elementos,
reduce el éxito de un criminal, de manera que se requiere una particular combinación para cada
también se observan en los criminales que incurren en actos de corrupción, los cuales requieren
conocimientos técnicos muy complejos y específicos, por ejemplo, de naturaleza política, jurídica
o económica. Esto quiere decir que una persona que tiene muchos deseos de cometer un acto de
corrupción, pero carece, por ejemplo, de los conocimientos contables y jurídicos necesarios, muy
probablemente será detectado y, por lo tanto, no puede ser considerado como un corrupto exitoso.
Una predicción de este marco conceptual que, como se verá más adelante, también es coherente
con el análisis de la Captura de Estado, es que unos pocos agentes que se encuentran en
posiciones privilegiadas y que sean muy racionales y calculadores, podrán imponer graves
un “egoísta perfecto” que está dispuesto a maximizar sus ganancias sin prestar atención a los
Partiendo del marco conceptual de la economía del delito, resulta evidente que el Estado puede
detectar, investigar, juzgar y sancionar a quienes incurren en dichos actos. Teniendo en cuenta
y que los actores corruptos no operan con una sobre-exposición injustificada al sistema penal,
juzgar, sancionar y hacer cumplir las sanciones, contribuye a una disminución en la comisión de
delitos, entre ellos, la corrupción. Pero ello no basta en la medida en que no se eliminen aquellos
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factores determinantes de la estructura económica, política, social y cultural que auspician la
reproducción del delito, y todavía más cuando se trata de la Captura del Estado. Algunas
Como lo argumenta acertadamente Olivera (1999), este marco analítico tiene limitaciones
funcionarios y servidores públicos. La descripción sólo del aspecto formal del delito
(enriquecimiento ilícito, peculado, concusión, etc.) no distingue niveles de gravedad del acto
cometido (...) imponiendo iguales penas a actos de corrupción de alta o baja nocividad social, o
de alto o bajo perjuicio económico inferido a la colectividad”. Por este motivo, usualmente es
necesario complementar la interpretación económica del delito, con otros marcos conceptuales
que permitan entender las implicaciones y las distorsiones culturales, sociales y políticas que
resultan de estos actos, así como entender las distintas instancias y escalas de un acto de
corrupción.
En este punto es de anotar la presencia de costos morales de la corrupción que “ … reflejan las
creencias internas como el espíritu de cuerpo, el espíritu público de los funcionarios, la cultura
política, la actitud pública respecto a la ilegalidad” (Della Porta y Vannucci 2005). Se trata de
costos que no se refieren directa y expresamente a los costos relacionados con la “exposición”
penal bajo los códigos judiciales vigentes. Según los mencionados autores, estos costos pueden
17
Desde una perspectiva económica micro-analítica y siguiendo el marco de la economía del delito,
subjetivamente racional.
costos morales, al minar los “valores morales” y los códigos éticos que sustentan estrategias
Vannucci 2005:2).
Como es claro, las dos nociones de costos morales están íntimamente relacionadas entre sí, ya
extensiones importantes al modelo básico de la economía del delito, es posible avanzar hacia una
mejor comprensión de ciertas dinámicas en los procesos de Captura del Estado. Por ejemplo, al
mayor experiencia, (ii) la presencia de grupos delincuenciales o grupos captores con elevado
poder para tomar provecho de “fallas” y “vacíos” tanto del mercado como del Estado o (iii) la
existencia de una mayor variedad de campos de acción delictiva o acción captora, pueden
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entenderse con mayor rigor tanto las razones explicativas de acciones delictivas con carácter más
sistemático como los procesos estructurados de Captura del Estado para la reducción del riesgo
En el caso de la Captura del Estado, mientras sea mayor el poder político y económico del grupo
captor y mientras sea mayor su capacidad de aprendizaje para la Captura, ceteris paribus, más
beneficioso les podría resultar la ampliación de campos de Captura en la búsqueda por reducir las
funcionarios medios y altos para garantizar impunidad sobre sus acciones, (ii) la cooptación
económicos, o de reformas de orden judicial que les contribuyan a rebajar su exposición penal, o
de normas institucionales y políticas que les auspicien una cierta legalidad, y (iii) la exposición
ante la opinión pública mediante acciones que les propicien una legitimación social relativa y un
menor castigo o rechazo moral de la sociedad. Estos aspectos serán ilustrados más adelante.
Otro marco conceptual que es útil para entender los conceptos de Captura del Estado y
Reconfiguración Cooptada del Estado, y que sirve de referencia al esquema analítico aquí
organizada. De esta manera, se trata de aquellas situaciones de corrupción poco complejas pero
19
resultado de un regateo manejado por actores impersonales (Cartier-Bresson 1996). Este enfoque
otras instancias de acción, que van más allá de lo que Olivera (1999, 2002) denomina: “la
Una variante de la aproximación económica son los «modelos de agencia» para el caso de
gracias a las dificultades de control de los mandatarios3, pueden desarrollarse abusos de poder.
intereses por parte del mandatario: “(…) la corrupción se vuelve posible desde el mismo
momento en que existen tres tipos de actores económicos: un mandatario, un mandante y, por
si sacrifica el interés de su mandante por el suyo y si, por ende, viola la ley” (Banfield citado en
Cartier-Bresson 1996).
3. Rentismo (t3)
Como resultado del poder decisorio del Estado para conceder tratos diferenciales entre sectores y
condiciones favorables para el ejercicio de presiones indebidas por parte de algunos actores en
3
Estas dificultades de control por parte de los mandatarios pueden resultar de distorsiones como la asimetría de
información o la diferencia de grados de poder de mercado entre agentes económicos.
4
Ejemplos de tratos diferenciales que concede el Estado a sectores y agentes económicos son las exenciones y
deducciones tributarias a favor de ciertas actividades y empresas, o la financiación preferencial a favor de
determinados grupos, sectores o agentes económicos.
5
Un ejemplo de falla en el mercado es el poder de mercado dominante de algunos grupos económicos.
20
defensa de sus propios intereses económicos y políticos. El logro de prebendas y rentas a favor de
organización y, en ocasiones, de su decisión de optar por otras vías de presión como el soborno y
la coerción.
De esta manera, el rentismo6 “desde una perspectiva estática, (…) es expresión de la lucha
distributiva entre diferentes sectores sociales por rentas ya existentes. Desde una perspectiva
dinámica sería, además, expresión de los esfuerzos por generar artificialmente y por medio de la
intervención del Estado, estas fuentes de posibles rentas” (Pritzl 2000:272). Esta concepción del
legal y legítima, relativamente transparente, abierta al público, con rentas dadas exógenamente.
En este último sentido, el rent seeking se diferencia de la corrupción, la cual requiere del secreto
endógenamente.
alcanzados por las normas que son apropiados por algún actor con expectativas de obtener
círculo perverso del rentismo lleva a serias inequidades en la distribución de ingresos entre
6
Debe llamarse la atención que, en este contexto, el rentismo no se refiere ni se limita al rent seeking, sino que se
refiere, en general, a una práctica relativamente corriente que consiste en el aprovechamiento del poder político,
económico y social por parte de grupos poderosos (legales e ilegales) a través de la interferencia de la actividad
pública para el usufructo de intereses particulares egoístas sin una adecuada corresponsabilidad social ni una justa
retribución colectiva.
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grupos sociales, pues las “(…) ventajas sectoriales redundan en detrimento de otros grupos de la
Según esta perspectiva tradicional sobre el rentismo, a menor intervención reguladora del Estado
en la economía y a mayor privatización, ceteris paribus, menor corrupción. Sin embargo, como
lo señala Olivera (1999), “bajo esta óptica no es posible explicar cómo desde el ajuste neoliberal
de los noventa la corrupción sigue campeando en varios países y aún se ha fortalecido en uno de
los subproductos de dicho ajuste: las Democracias Delegativas (...) donde el poder se concentra
en el Poder Ejecutivo”. A pesar de esta debilidad explicativa, el enfoque del rentismo tiene la
ventaja de contribuir al análisis de los procesos de corrupción desde la misma generación de las
formadas e instauradas. Esto es coherente con la dinámica de la Captura del Estado y más aún
con la naturaleza de la Reconfiguración Cooptada del Estado, como se aprecia más adelante.
La concepción más amplia del rentismo, que trasciende la instancia económica en la que se centra
el enfoque tradicional y que va más allá de la mera búsqueda de rentas económicas, comparte
corrupción social. Bajo este enfoque alternativo, el rentismo es entendido como “(…) la
excluyente de intereses propios a costa de los intereses del resto de la población y sin una
retribución a la sociedad que guarde proporción a los beneficios capturados para provecho
22
De esta manera, siguiendo a Garay (1999)7, en lo económico el avance en el rentismo lleva a
cuestionar, y hasta a quebrantar, las bases mismas de un régimen de mercado para que las
costos de transacción posibles. Estas bases son la reciprocidad y la confianza entre agentes en el
para la reproducción de prácticas ilegales como la corrupción al margen de la libre acción de las
Esto quiere decir que, contrario a los análisis tradicionales de corrupción, ésta no obedece
únicamente a las posibilidades de obtener beneficios monetarios (o de poder político) por “fallas”
por insuficiencia en el “costo moral” con el que la sociedad penaliza y rechaza a las acciones
En lo político, el rentismo es propicio para la reproducción del clientelismo al punto que, como lo
7
El resto de este apartado está extraído de Garay (1999).
23
intereses en forma colectiva, como los partidos (…), el clientelismo descompone y
El clientelismo es una forma de confianza localizada –es decir, limitada – que crea un espíritu de
instaurar dobles fidelidades y dobles moralidades, en donde prevalecería la que corresponde a los
Cuando el mercado es regulado no por la eficiencia sino por métodos ilegales, o al menos
ilegítimos, para favorecer intereses de grupos poderosos, las representaciones políticas tienden a
posibilidad de democracia interna en el caso de los partidos políticos de masa e incluso de otras
Ante el avance del rentismo, con la consecuente reproducción de fenómenos como el clientelismo
y debilitamiento del Estado para el provecho propio de aquellos grupos poderosos con mayor
24
capacidad de injerencia político-económica, para condicionar a su favor la conducción de asuntos
Este enfoque, introducido por Olivera (1999, 2002), parte de una concepción más amplia de la
corrupción: la corrupción social que no se limita al ámbito de lo ético individual. En este sentido,
también a otros ámbitos de la vida social “donde hay poder normador de conductas y poder
aplicador de normas de conducta. (…) rebasa los linderos de la ilicitud para llegar en varios
casos a la ilegitimidad normativa”. Así, “la corrupción no sólo es acción social ilícita (al
margen de las normas). También puede ser de tipo ilegítimo cuando se norma subrepticia y
dolosamente en contra del consenso social para satisfacer intereses particulares” (Olivera
1999).
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Esta aproximación teórica a la corrupción tiene la ventaja de permitir una compresión integral, no
sólo como el aprovechamiento de intereses públicos estatales por intereses privados, sino de
corrupción no sólo afecta deberes de función e intereses colectivos sino también la moral social.
Desde esta concepción, se puede avanzar hacia una tipología funcional genérica de la corrupción
corrupción.
como los reproducidos en algunos países en crisis. Suárez et al. (2001), por ejemplo, habla de un
Así, se establece una “moral de frontera” que favorece la mayor “permisividad social” –“todos lo
social, sino que se amplían las instancias de afectación (i) morales, acerca del malestar que es
la avanzada del populismo o de la extrema derecha; (iii) económicas, acerca del despilfarro de los
fondos públicos y el desarrollo de rentas parasitarias, costosas para las empresas excluidas de las
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redes y para los contribuyentes; y (iv) sociales, acerca de la desigualdad en el tratamiento de los
actores.
analítica de los costos morales de la corrupción, el comportamiento de los individuos tiende por
sociales sean compatibles con las expectativas creadas con ellas. De otra forma,
cumplible; no sólo como un cálculo racional, sino también porque las barreras
En sentido análogo al rentismo estructural, una progresiva suplantación del sistema oficial de
prevalecer sobre el interés público. Esto se traduce en una disminución del costo moral de la
27
En esta perspectiva, según Della Porta y Vannucci (2005:16):
gobernanza que garantizan las normas de “orden privado” que regulan los
adversa que inducen la salida de individuos con alta resistencia moral frente a la
la acción de empresas que mediante pagos ilícitos a los oficiales moldean las
público, pues toma como momento originante al sector privado que coopta al
público”.
28
Sin embargo, el enfoque tiene serias limitaciones. La primera, es que no diferencia entre el
carácter económico de la captura a través del soborno, y aquella realizada con el ejercicio del
poder de influencia del actor captor mediante otro procedimiento de índole político o incluso de
la intimidación. La segunda limitación es que no considera otros tipos de actores captores ni otros
ámbitos de captura diferentes al económico; no diferencia, por ejemplo, entre tipos de entornos.
Por este motivo, uno de los objetivos de la aproximación analítica aquí propuesta es ilustrar cómo
elementos en el análisis.
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