La Corrupción
La Corrupción
La Corrupción
Introducción
Las causas u orígenes de la corrupción en la administración de justicia no sólo de nuestro
país, sino de cualquier país en el mundo, son tan complejas como lo es la
propias naturaleza humana. Se ha demostrado que el ser humano alcanza niveles
de desarrollo evolutivo o involutivo como consecuencia de largos procesos de aprendizaje y
este aprendizaje es el resultado de la capacidad de imitación que tiene el hombre como ente
social.
Algunos autores afirman que el individuo tiende a imitar a sujetos que socialmente se
encuentra colocado en una categoría inmediatamente superior, por ejemplo:
los niños imitan a sus padres cuando éstos por proceso sico-sociales dejan de constituir
un modelo a imitar, y ya en la proximidad de la adolescencia el joven muestra una alta
propensión a tomar como modelo de conducta al maestro, si éste es poseedor de atributos;
otras veces su modelo de conducta lo será el joven de mayor de edad y que por lo general
constituye el núcleo de una pandilla, en fin esta cadena de imitación va formando al joven
que en el futuro será la copia fiel de lo que haya visto y aprendido durante su niñez y
adolescencia.
Es evidente que en la actualidad estamos cara a cara con lo que algunos sociólogos y
juristas, han llamado el proceso de inversión de valores; en la sociedad peruana y otros que
cuestionan respecto a si real y efectivamente nuestra sociedad tenía esos valores.
Solo con la participación del Estado (y sus Ministerios) con la Sociedad Civil podrán
solucionar todos los problemas de la Administración de Justicia. No es posible que el
Estado solo pueda Hacerlo, y no es posible que la Sociedad Civil sola pueda hacerlo. Una
fuerte presión del pueblo o sociedad civil organizada hizo posible la creación de la
Comisión de la Verdad, (CVR) así como la Comisión Ceriajus, una fuerte presión realizara
la aplicación y cumplimiento de ambas comisiones. La necesidad de la Reforma del Estado,
se plasma en la Reforma Educativa, La Reforma Judicial, La Reforma Policial, La Reforma
Tributaria, y demás Reformas Necesarias. No es posible. Realizar reformas parciales, la
Reforma es Integral, involucra a todas las instituciones del Estado
ANTECEDENTES HISTORICOS
La corrupción en el Perú y países latinoamericanos aparece con la invasión
y conquista española, (1532) en donde la clase política dominante y gobernante es corrupta,
dejándonos caudillistas, jefes, cúpulas militares, cúpulas religiosas y no Líderes honestos,
patriotas, capaces. La sociedad peruana tiene raíces pasadistas y es cultivadora del pasado,
lo cual es muy honroso, pero existe muy poca valoración del futuro. Convirtiéndose en
depredadores del futuro (Harina de Pescado, el Guano, etc.)
El poder reside y emana del pueblo, ante la falta de una adecuada educación cívica
patriótica, filosófica, ideológica, ética moral, etc. renovación de la sociedad apoyada en
valores éticos, en principios como el de la democracia del pueblo, como la defensa de
los derechos humanos, como el valor del medio ambiente Genera la ausencia de ciudadanos
capaces de sentirse sujeto de derechos y de obligaciones, de actuar, exigir y de cumplir
como tal, actuando con indiferencia ante el autoritarismo, ante esto se aprovechan la Clase
política que ve al Estado como fuente de riqueza, clase política que ante la oportunidad de
realizar la Reforma Constitucional, clama por la Asamblea Constituyente, como si los
nuevos congresistas serian los sabios idóneos para tal finalidad.
Donde es notorio que se apegan a su Ley, y no a la Justicia. Su ley de hierro de la
oligarquía partidaria: quienes están en el poder van a tratarse de mantenerse en el,
arbitrando todo tipo trabas para impedir la renovación. Que no forman dirigentes o lideres,
no forman cuadros, ni organizan al pueblo .No tienen vinculación con el pueblo.
Recordemos el desborde popular en la marcha de los 4 suyos. Con participación del sector
sindical, empresarial y político
Etimología:
Corrupción (del latín corruptio, corruptionis; a su vez del prefijo de intensidad com-
rumpere, romper)
Esta tendencia se presenta y existe en todo tipo de organizaciones, en dónde los prestadores
de servicios se aprovechan de las facultades que tienen para sacar provecho de tipo
económico a todo tipo de personas susceptibles a sus circunstancias y situaciones.
Sin embargo mucho se ha intentado hacer para combatir este mal que desquebraja
la sociedad de una manera voraz, dando resultados poco notorios.
Conceptos de corrupción
Corromper significa dañar, alterar, echar a perder, viciar, pervertir. Cambiar el propósito
originario de una cosa, que deviene en algo negativamente considerado por la moral social.
Siguiendo ese sentido la definición actual, generalizada entre los expertos en la materia, la
corrupción es el uso de la posición y el poder públicos para fines ilegítimos, inmorales,
ilegales o diferentes a lo formalmente establecido.
Creemos que para una más exacta definición, se debe tener en cuenta, un sentido laxo de lo
que corresponde a lo público. Pues lo público no necesariamente es un ministerio
de gobierno de una nación que debe decidir el destino de los fondos encomendados por su
pueblo. Público también es la dirección de un gremio o un sindicato, o el accionar de una
empresa de servicios públicos, aunque sea una empresa privada.
Es decir, todas aquellas funciones y estructuras que tienen que ver con lo público y la
política. Esto es, el bien común, la cosa pública, si no de "todos", por lo menos de "los
muchos".
Stephen D. Morris, quien realizó un interesante estudio de la corrupción en México,
sostenía que "Se la ha definido como el uso ilegitimo del poder público para el beneficio
privado"; "Todo uso ilegal o no ético de la actividad gubernamental como consecuencia de
consideraciones de beneficio personal o político"; o simplemente como "el uso arbitrario
del poder".
Otra definición con un énfasis más jurídico la proporciona Guillermo Brizio: "Se designa a
la corrupción como un fenómeno social, a través del cual un servidor público es impulsado
a actuar en contra de las leyes, normatividad y prácticas implementados, a fin de favorecer
intereses particulares".
La corrupción también ha sido definida como: "comportamiento político desviado" (falta
de ética política); "conducta política contraria a las normas jurídicas" (falta de ética jurídica
y política); y "usurpación privada de lo que corresponde al dominio público". Cabe destacar
que el interés personal no es un elemento que necesariamente debe incluirse en una
definición, pues los actos de corrupción no siempre benefician únicamente intereses
particulares.
La corrupción puede beneficiar a familiares, amigos o incluso a una organización, a una
causa o movimiento social, político o cultural. Debido a lo anterior, algunos autores han
diferenciado la corrupción egoísta de la solidaria. Para efectos de esta disertación, la
corrupción se define como un acto racional ilegal, ilegitimo y no ético por parte
de servidores públicos, en perjuicio del interés común de la sociedad y del gobierno, y en
beneficio de un interés egoísta o solidario de quien lo promueve o lo solapa directa e
indirectamente.
Causas de la corrupción
Se pueden señalar tres tipos de causas que posibilitan la aparición de la corrupción y que se
pueden dar en mayor o menor medida en cualquier Estado:
Causas formales
Las causas formales se desprenden de la delimitación técnica del término y son:
A falta de una clara delimitación entre lo público y lo privado.
La existencia de un ordenamiento jurídico inadecuado a la realidad nacional.
La inoperancia práctica de las instituciones públicas. Juntas o por separado.
Estas causas están presentes en buena parte de los países latinoamericanos.
Causas culturales
Antes de presentar estas causas es necesario señalar que el concepto que se maneja hace
referencia a la cultura política de un país, es decir: "el conjunto de actitudes, normas y
creencias compartidas por los ciudadanos y que tienen como objeto un fenómeno político
(en este caso la corrupción)". Las condiciones culturales permiten así delimitar la extensión
de las prácticas corruptas, la probabilidad que se produzcan y el grado de tolerancia social
con que pueden contar.
Son cuatro condiciones culturales básicas:
La existencia de una amplia tolerancia social hacia el goce de privilegios privados;
permite que prevalezca una moralidad del lucro privado sobre la moralidad cívica.
La existencia de una cultura de la ilegalidad generalizada o reducida a grupos
sociales que saben que "la ley no cuenta para ellos" fomenta la corrupción y la
tolerancia social hacia ella.
La persistencia de formas de organización y de sistemas normativos tradicionales,
enfrentados a un orden estatal moderno, suele provocar contradicciones que
encuentran salida a través de la corrupción.
Para algunos casos latinoamericanos, ciertas manifestaciones corruptas podrían
explicarse por la escasa vigencia de la idea de nación y la ausencia de
una solidaridad amplia fundada en el bienestar común.
Causas materiales
Las causas materiales se refieren a situaciones concretas que dan lugar a prácticas
corruptas. Las situaciones concretas de las que se trata en este caso son las distintas brechas
existentes entre el orden jurídico y el orden social vigente.
Formas de Corrupción más frecuentes en la sociedad moderna.
Debemos tener en cuenta lo siguiente: La corrupción es un acto ilegal que ocurre cuando una
persona abusa de su poder para obtener algún beneficio para sí mismo, para sus familiares o para
sus amigos. Requiere de la participación de dos actores: uno que por su posición de poder pueda
ofrecer algo valioso y otro que esté dispuesto a pagar una "mordida" o soborno para obtenerlo. La
corrupción es “un abuso de confianza”, del que se valen muchos para enriquecerse, haciendo mal
uso del poder. Los instrumentos, la organización y la capacidad necesaria para lograr ese abuso de
la confianza responden a las condiciones de una localidad específica. La corrupción siempre tiene
una dimensión local. Sin embargo, no obstante, la oferta, el medio o el efecto puede tener un
componente internacional. Mientras más organizada es la corrupción, mayor su vínculo con la
tecnología y los polos bancarios, financieros o industriales en el plano regional y global. 3.1.
Categorías elementales de la corrupción Corrupción aislada – Aunque ocurre en diversas
dependencias gubernamentales, nunca llega a infectar a todo el cuerpo político estatal. Cuando se
habla sobre ella en público, se le critica; aunque se le despacha como algo inofensivo e
insignificante. El peligro que esta categoría representa consiste en que indica la aceptación de una
forma de corrupción en un plano de la cultura de esa sociedad. La aceptación de la corrupción es
la condición necesaria para su difusión. Corrupción total – Se caracteriza porque inunda todo el
aparato estatal, incluyendo aquellos en el centro del poder. Se lleva consigo todo lo que encuentra
a su paso. 9 Distorsiona y debilita cualquier esfuerzo administrativo que quiera ser diferente.
Debilita el espíritu creativo, idealista y sensible esencial para el desarrollo político y social de las
sociedades humanas, específicamente las democráticas En el caso de las democracias, este tipo de
corrupción se caracteriza porque ocasiona una erosión constante e intensa en todas las áreas del
comportamiento estatal. Resta credibilidad a los objetivos y lineamientos que el Estado reclama
para sí mismo ante la sociedad que debe dirigir y servir. Una democracia víctima de la categoría de
corrupción total, manifiesta una ilegitimidad electoral que reduce la credibilidad de los ciudadanos
en los procesos políticos; políticas del gobierno. La comunicación social, el consenso y la vitalidad
política sucumben ante la fuerza de los efectos de esta categoría. Deficiencia que anuncia la
irrelevancia y eventual desintegración de las estructuras Corrupción organizada – Opera desde
esquemas profesionales con acceso a la más alta tecnología. Los actores públicos y privados se
organizan en redes especializadas en tecnología, finanzas, derecho, inversiones y mercadeo
internacional. El punto de partida es la identificación local de la fuente de ingresos públicos que
habrá de tratarse como objetivo. Se diseñan los instrumentos para desplazar los fondos y se crean
los medios locales para ofrecer la mayor legitimidad posible a la actividad, por un tiempo
razonable. Se comienzan a explorar los mecanismos más adecuados para legitimar (lavar) el capital
en empresas locales (legales e ilegales). Se precisan espacios internacionales adecuados al capital
que sea, para enviarlo allí y depositarlo en los contactos a cargo de contribuir a su administración
en la localidad que sea. En la corrupción organizada el vínculo entre el capital proveniente del
narcotráfico, el tráfico de armas y los mercados ilegales, se asocia a los fondos públicos, y se
invierten en localidades económicamente competitivas. Una vez lavado, las ganancias se invierten
en mercados lucrativos que constituyen una fuente de ingreso diversa en las economías de los
estados desarrollados. Eventualmente las plusvalías de los capitales generados por la corrupción
altamente organizada de los países en vías de desarrollo, tienen una posiblilidad de regresar a esos
mismos países, ahora bajo otra modalidad 10 3.2. Tipos de Corrupción Corrupción políticaEstá
ligada al poder ya sea como resultado de una acción popular o como parte del ejercicio de la
política para conseguir autoridad. Se percibe por los ciudadanos como el medio a través del cual el
político y funcionarios políticos se enriquecen a cambio de comisiones o sobornos. El
financiamiento de las campañas políticas constituye un instrumento fundamental para la práctica
de este tipo de corrupción. Corrupción administrativa públicaEs la práctica de desviar el ejercicio
de la institucionalidad y las normas públicas en favor de intereses particulares o a cambio de
recompensas. Corrupción privadaViolenta normas y valores del sistema, especialmente las reglas
del juego económico. Puede darse entre agentes públicos y élites políticas, y entre sectores
privados. Corrupción militarVinculada a la corrupción administrativa pública y política. Se
comienza a estudiar con mayor especificidad por los altos niveles de peligro e inseguridad local e
internacional que engendra. Sus niveles de operación más costosos son el tráfico de dispositivos
nucleares y bioquímicos; armamento bélico de mediana intensidad en desuso (artillería antiaérea);
sistemas de lanzamiento y misiles de tierra a aire de corto alcance en desuso y venta de
información sensitiva. También se muestra en el uso de su fuerza y otros elementos. Corrupción
Policíaca Aunque vinculada a las estructuras gubernamentales de una jurisdicción dada, también
ha comenzado a estudiarse específicamente por los riesgos a la seguridad interna que le
representa al estado. Sus expresiones más usuales se encuentran en los equipos antidrogas, en los
equipos antiexplosivos y en los equipos de control del vicio en general. Manifiestan considerables
niveles de organización, relaciones con narcotraficantes y grupos militares. Algunas de las
actividades más graves consisten en la protección que oficiales de orden público ofrecen tanto a
narcotraficantes como a cargamentos de sustancias; vigilancia en el transporte local de los
narcóticos; la venta de 11 información confidencial; el asesinato por encargo y la neutralización de
la competencia novata, para el beneficio de la alta jerarquía del narcotráfico. Corrupción judicial:
Se estudia en el contexto amplio de la corrupción gubernamental. No obstante, debido a la intensa
lesión que ocasiona a la vida social, también se ha convertido en un área de investigación
específica. La compra y venta de influencias en la toma de decisiones judiciales es una de las áreas
que más puede desestabilizar el carácter democrático de un país. Sus efectos son diversos: anula
la credibilidad del estado derecho, golpea el equilibrio democrático de los pesos y contrapesos y
atrasa el crecimiento social de la democracia.
Instrumentos de la Corrupción
Sanciones administrativas
En primer lugar, existe la posibilidad de imponer sanciones administrativas a los
funcionarios públicos a través del llamado Derecho disciplinario. Si bien queda claro que
estas sanciones no se aplican a casos de corrupción comprobados (pues en dicho supuesto
la sanción a imponer es de carácter penal), resulta útil para hacer frente a los casos en los
que no hay una base probatoria suficiente para acreditar la corrupción, pero existen
manifiestas irregularidades administrativas que permiten asumir, por la actuación
precedente del funcionario público, que hay un trasfondo de corrupción. En estos casos, no
hay duda que la separación del cargo podría ser una medida administrativa sumamente útil
para erradicar la corrupción. Sin embargo, no debe abusarse de esta forma indirecta de
hacer frente a la corrupción no demostrada, pues puede ser que se termine sancionando
desproporcionadamente a un funcionario público descuidado bajo la sospecha de que es un
corrupto. Por esta razón, la determinación de la responsabilidad disciplinaria y la aplicación
de las sanciones administrativas no pueden hacerse pensando que es la mejor forma de
acabar con la corrupción, sino que deben tenerse siempre como sucedáneos en casos
realmente excepcionales.
De alguna forma, la idea precedente ha inspirado el otorgamiento de facultades
sancionatorias a la Contraloría General de la República, lo que, a mi parecer, podría ser
finalmente contraproducente. Por un lado, porque es posible que, como se acaba de decir,
se termine legitimando sanciones desproporcionadas al funcionario público por la sola
sospecha de que es un corrupto al que no se le ha llegado a probar el acto de corrupción. Y,
por otro lado, porque el funcionario público corrupto podría librarse de la responsabilidad
penal, alegando que ya fue sancionado por un órgano administrativo respecto del mismo
hecho. Sin un manejo adecuado del fundamento del castigo en el ámbito administrativo de
control se podría caer en el terreno del principio de que nadie puede ser sancionado dos
veces por lo mismo (ne bis in idem), lo que impediría finalmente un procesamiento penal
por corrupción.
Sanciones de los colegios profesionales
El control deontológico de los colegios profesionales por medio de sanciones gremiales
debe ser también reforzado sustancialmente en un programa global de lucha contra la
corrupción. Por ejemplo, en los colegios de abogados las sanciones de suspensión en el
ejercicio de la profesión no se imponen por parte de los tribunales de ética con la frecuencia
debida. Cuando se ha dado un caso judicial sonado en el que la actuación del magistrado ha
sido más que discutible, pocas veces se pregunta por quiénes son los abogados que han
estado patrocinando los intereses favorecidos en dicho caso judicial. Muchas veces se
procede a apartar al magistrado cuestionado del cargo, pero la raíz del problema se
mantiene intacta, pues no se investiga en lo absoluto la actuación de los abogados
implicados. Lo mismo tendría que suceder, por ejemplo, con el control deontológico de los
colegios de ingenieros si es que un agremiado obtuvo la buena pro de una licitación pública
en colusión con los funcionarios públicos intervinientes en dicha licitación.
Sanciones penales
No hay duda que la represión de la corrupción se piensa siempre en términos penales. Y no
hay ningún cuestionamiento a la legitimidad de recurrir al Derecho penal para sancionar la
actuación corrupta. Sin embargo, la forma como se ha configurado la represión penal
presenta ciertos vacíos o defectos que deben ser prontamente corregidos de cara a hacer
más eficaz la lucha contra la corrupción.
En primer lugar, debe redefinirse el ámbito de aplicación de los delitos de corrupción. No
hay duda que el núcleo de la corrupción está en el cohecho de los funcionarios públicos,
pero, tal como se ha visto, no se trata de un problema que se presenta exclusivamente en la
función pública. Por lo tanto, la represión penal debe ampliarse a las esferas privadas, tal
como se ha hecho en otras legislaciones penales. Especialmente deberían criminalizarse los
casos de corrupción en la economía por el daño que produce a la competencia como
estructura esencial del mercado, así como la corrupción en los medios de comunicación por
la manipulación que se hace a la opinión pública. En este último caso no podría alegarse el
ejercicio irrestricto de la libertad de expresión para oponerse a tal criminalización, pues no
se trata de castigar el ejercicio de dicha libertad, sino la venta de la línea editorial de un
medio de comunicación.
En segundo lugar, resulta imprescindible la incorporación de una cláusula de inmunidad
para los particulares que denuncian los hechos de corrupción de funcionarios públicos. En
el Código Penal español, por ejemplo, el artículo 427 establece que quedará exento de pena
por el delito de cohecho el particular que haya accedido ocasionalmente a la solicitud de
dádiva realizada por un funcionario público y que denunciare inmediatamente el hecho a la
autoridad. Esta disposición tiene un sentido político-criminal muy claro: Se trata de
favorecer la denuncia de particulares sobre casos en los que se han visto prácticamente
constreñidos por un funcionario público a acceder al pago de una coima. Hace unos años un
particular grabó la reunión con un funcionario público municipal, en la que le entregó la
coima solicitada por éste para el otorgamiento de una licencia municipal. Cuando el
particular puso en conocimiento del Ministerio Público el hecho, fue incluido en el proceso
penal por el delito de corrupción activa de funcionario público, en tanto había pagado la
coima solicitada. Está claro que estas situaciones no deben presentarse, pues si un particular
está dispuesto a destapar las prácticas corruptas de la función pública, debe encontrar todas
las condiciones para hacerlo y no estar expuesto a ser también denunciado penalmente.
Otro de los aspectos de la legislación penal que se ha discutido de cara a optimizar la
represión de los actos de corrupción es la incorporación de la responsabilidad penal de las
personas jurídicas que corrompan a funcionarios públicos. Sin embargo, en el sistema penal
peruano la responsabilidad penal se ha limitado a las personas naturales, negándose la
posibilidad teórica de una responsabilidad penal de las personas jurídicas. Se dice que el
sujeto en el Derecho penal es una persona con cuerpo y alma, y las personas jurídicas no
tiene cuerpo que patear ni alma que condenar (no body to kick no soul to damn). Sin
embargo, esta percepción ha ido cambiando en los últimos tiempos, tanto así que muchos
países han incorporado sanciones penales para las personas jurídicas. En países como
Francia, Suiza, Portugal, Austria, y más recientemente España se reconoce ya la posibilidad
de imponer sanciones penales a las personas jurídicas. En nuestro entorno cultural, Chile ha
admitido desde diciembre del 2009 la responsabilidad penal de las personas jurídicas,
precisamente para delitos de corrupción. De esta manera, el Derecho Penal no sólo
castigaría al funcionario público y al particular que lo corrompe, sino también a la
organización que tenga como cultura corporativa el pago de coimas a funcionarios públicos
para facilitar su actividad empresarial.
La lucha contra la corrupción se ha querido también reforzar poniendo en inmediata
vigencia el nuevo proceso penal para los delitos cometidos por funcionarios públicos. El
discurso político manejado señala que el nuevo proceso penal permite un procesamiento
más célere, lo que haría que los funcionarios corruptos reciban una pronta condena. Esta
afirmación debe tomarse, sin embargo, con ciertas reservas, pues el nuevo sistema procesal
no incorpora solamente un proceso más rápido y dinámico, sino también mayores garantías
para los procesados, especialmente en cuanto a la necesidad de que la prueba actuada en
juicio lleve al juez a la certeza moral de que el hecho enjuiciado fue realizado
efectivamente por el imputado. Estos estándares probatorios más estrictos pueden producir,
por lo tanto, el efecto contrario al querido con la puesta en vigencia inmediata del Código
Procesal Penal para delitos de funcionarios públicos, ya que podría llevar a mayores
absoluciones si es que el Ministerio Público no hace una buena labor de investigación y de
sustentación de su acusación en juicio. Y no es que a los representantes del Ministerio
Público les falte compromiso o capacidad, sino que muchas veces por razones de carga
procesal o de carencia de medios e infraestructura les resulta difícil poder realizar un
trabajo óptimo en cada uno de los casos encargados. De nada sirve la puesta en vigencia del
nuevo Código Procesal Penal para los delitos de funcionarios públicos si el Ministerio
Público no cuenta con los recursos suficientes para desplegar una actuación óptima en
juicio, de manera tal que el juez penal tenga los presupuestos suficientes para poder emitir
una sentencia condenatoria.
http://www.monografias.com/trabajos-pdf4/corrupcion-
efectos-sociedad-economia/corrupcion-efectos-sociedad-
economia.pdf