Bruner Jerome - Realidad-Mental-y-Mundos-Posibles
Bruner Jerome - Realidad-Mental-y-Mundos-Posibles
Bruner Jerome - Realidad-Mental-y-Mundos-Posibles
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J i r a » de V y p x d ty h v 0 lu » o . a i t r v p M r t c tu e rte <k m ü e tu í «ubre U t VyftuMfcy te
encuentra en /m c $ W crtcfw <oomp )C * lc + e C am buj**. Cm>
b n d je U*í**a#y Prcit, 19* 5.
4 R jym on4 Bauer, fJtf New ATm* «i i*»*** fis y c M ó fy , C*fnbn<%*. S U iu . I f ^ v in l trw vct
uty fieti. 1952.
te, d d vulgar conductismo y. por la otra, del enfoque subjetivo de los fenóme
no* mcnulcs ¿egún el cual son condiciones subjetivas exclusivamente mtcmas
que sólo pueden investigarse introspectivamente".1 El libra pudo «parecer sin
trabas en R u m después de veinteavos. Fue re^diuüo en 1936» eJ mismo arto en
el que los hisionadores de la ciencia sitúan el “nacimiento" de I* Revolución
Cógnitíva. Algo estaba alterando d clima intelectual, algo que Vygotsky había
ayudólo a fomentar.
EJ libro de Vygobky se publicó finalmente en inglés en 1962. Se me pidió
que escribiese una introducción. Paracnuoces yo había aprendido Ixitfante so
bre Vygouky con Ale*ander Romanovich Luna, con quien habíamos llegadas
ser intimo* amigos,de modo que acepté con benepticiiocsie nuevoinecntivopa •
ra estudiarlo más. Leí la traducción a medida que se h ^ ia con m eduloso cui
dado y con un asombro creciente. Porque Vygotsky era simplemente un genio.
Empero, era u na especie esc urndúa de genio. A diferencia de Piagei. por ejem
plo» no había nada de glacial o imponente en la corriente de su pensamiento o en
su desarrollo. En cambio, era como el último Wittgensietn: a veces aforístico, a
veces esquemático, elocuente en sus iluminaciones.
Para empegar, me gustó su marumenLdi>mo, su manera de interpretar el
pcmamieiHoy el lenguaje como instrumentos parala planificación y la ejecución
de la acción . O. como ha dicho en an ensayo de la primera ¿poca: 'Los nrior re
suelven tarcas prácue&scon la ayuda del lenguaje, a ^ coeno también de los ojos
y las manos. Esta unidad de ta percepción, el lenguaje y Li acción, que en ilcíí-
nitiva produce la m icm alittción del campo vidual, constituye la materia central
dccualquicr estudio sobre el on jen de forma» de conducta únicamente humanas
(btüut tft Socuty). El lenguaje es (en el sentido de Vygotsky y en el de Deucyj
una manera de ordenar nuestros propios puuamicnu»* totore las co&as. El pen
samiento es un modo de organizar la percepc ¿ón y la acción. Pero iodosestos d e
mento*, cada uno a su manera, también repicw tiua las bcrramttnias y mccosuv
mos ex istcntes en la cultura para usar en la ejee ución ik la acción. Veamos el epí
grafe de Francis Bacon con el cual comienza Vygotaky Tfvuxht and Lanjimge:
mNcc manas, mst tmellecius. ubi perrwssus, rwlmm vaUnl. tnstrumtntis t i uu-
xiltbus res perficuur~. Pero qué epígrale curioso: ni la mano ni la mente solas,
libradas a si mismas, valen mucho. ¿Y cuáles son estos mecanismos de prótesis
que las perfeccionan (si se me permite dar una versión moderna de
lis et auxiUbu3?Y*
Bien, entre ouus cusas, ta sociedad proporciona un equipo de conceptos c
ifcas y teorías que nos permiten ascender a estratos mentales superiores. ~Los
nuevos conceptos superiores transforman a su vez el significado de los inferió*
res. El adolescente que ha dominado los conceptos algébrico* ha ganado una po
sición ventajo** desde la cual ve los conceptos aritmético* desde uru pcrspcc*
livar>is amplia" (TArxtjtftl andLañguógé). Brindan un medio para volver sobre
nuestros pensamientos, para verlo* desde otro enfoque. D ode luego, se uatade
la mente reflejándose en sí misma. N o es de sorprender» dada la crítica e ínter*
*V¿4»«—y ci M IU^um
U e w m i y r f T c j u i Pw m . I9B I. 1U y m kbto « M en o r4 e M t U m ca c lq u t h ty m á t* o á * y
M O m U |m o i putttc«i> k u i s m t r t fé«l V.M. V o l c t m a v . M f n a m a t d ü * F k J d * i p k ) c f
N ueva Y ort y l ^ o J i e i, S m n t f Press. 1973. V f r x m alw fn T m u o T oégre*, JT«AW
M t * . 7k i C h o to tu x l r n ñ c ifitt, M u o u p iM » . V m v tn ú y o i M m i h o u I W , 1914.
$ David W cod, k * o s * B m « y C t d R<*«. * T V )tú !e o f T u m i «%
|? . )9 7 6 .j* * i. 5**100.
una pirámidccortunjuegu de b(oque$de madera. La imtructora,la doctorado**,
no sólocra conocedora de los nitos sino que además csuba auténticamente in
terced a en lo que hac ian y en la manera de poder ayudarlas. Este aspee u>era im
portante, pero podemos pusarlo por alto aquí y retomarlo en un capitulo poste*
ñ o r sobre la relación del pensamiento y la eatocrióo. Todo lo que )*ay que decir
ahora es que ella transformó la larca en un juego y la captó en una narrativa que
le dio continuidad*
Loque emergió, supongo, fue bástame obvio. La doctora Ross fue reatmen-
te una "conciencia para Jos** para los niñón de u ts y cincoa/k* a ios que instruía,
y de muchas maneras. Para empezar, era ella la que controlaba el cent/u de aten
ción . Era ella quien, con una prcsentac ión lenta y a menudo dramatizada, demos*
traba que la tarca era posible. Era ella la que tenía el monopolio de lo que iba a
suceder. Ella mantenía las partes de la tarea en las que trabajaba e)*»floen u» iw»
vel de complejidad y magnitud adecuado a las facultades de ¿ste. Presentaba las
cosas de una mane raque el niño podía descubrir una tolucíón y realzarla lúe*
go, aun cuando no pudiera hacerla por su cuenta oi seguir la solución cuando só
lo se fe decía cómo hacerla. Fn este sentido, aprovechó la ‘Vona* que eaistc en
tre lo que la* personas pueden descubrir o comprender cuando se (¿p rese uta al*
go frente a ellas y lo que pueden generar por su propia cuenta, y ésa es la Zona
de Desarrollo Próxima o VDP. En general, la instntctora hacía loque el niftow
podía hacer. Por k>dcm&. presentaba las cosas de modo que el niAopuda.va ha
cer con ella loque simplemente no podía hacer sin ella. Y a medida que avan
zaba el proceso de instrucción, el niño iba asumiendo portes de ta tarca que al
principio no podía hacer pero que, al dominar la*,lkgóa ser capa/ de ejecutar ba
jo su propio control. Y 2a doctora Koss se las cediócon akgrto. (Resulta micre-
sunte observar que, cuando anos más tarde se repitió el experimento empleando
niAos mayores como instructores de tos niños más pequeños, no se registraron
las diferencias esperadas, salvo en un aspecto fundamental: tos jóvenes insuuc»
lores no cedían partes de la ureaccundo tos más pequeños lograban dominarla. Y
Evidentemente^ no todos son genios pora actuar como~una conciencia sus*
muta" para los demás. Empero, un trabajo de David Wood sobre la instrucción
se ítala seguramente que se traía de una habilidad que puede aprenderse. l)n des
cubrimiento final, bastarte lamentable, procedente de <*/o estadio. me hace pen
sar que incluso puede haber pequeñas microculturas, a veces u n pequefla* co
mo una fam üiao una pareja humana, que fomenten o deum yan esa "habilidad” .
La psteóloga inglesa Barbara Tizard explica un estudio en el que trató de hacer
una correlación entre las pregunta*“interesantes* de ios nitos y las Mbwe«aA*res-
puestas de los padres.19El lamentable descubrimiento es que cuanto mayor es ta
probabilidad de que los padres den buenas respuestas, tanto mayor es la proba-
mundo social, que se combine con el MAL de una manera regular. Es el S AAL
loque ayuda aJ ni Aoa atravesar la Zona Je Dcsanolio Próximo para llegar al con
trol pleno y consciente del uso de) lenguaje.
Cuvtdo pienso que hay enormes difeienc¡as entre la manera en que se ad-
quiere el lenguije y las mane rus en que se adquieren otras fot mas de conocimien
to y habilidades, coincidocon Vygotsky caque hay por lo menos un pioU iis-
mo profundo en todas las fonnas de adquiuc ión det conocimiento, p re s a m e n
te en U Zona de Desarrollo Próximo y los procedimientos para ayudar al que
aprende a entrar y avanzar en ella. Fue el genio de Vygotsky e) qu¿ descubrió la
importancia <fc la adquisición del lenguaje coux> un proceso análogo, y creo que
llegó a este descubrimiento por su profunda convicción de que en el lenguaje y
sus formas de uso —desde la narrativa hasta c) álgebra y el cálculo propusicio-
nal— se refleja nvcura hutoria. Foeasujusnu> su genio t) que descubrió la ma-
nem en la cual esos "posibles modos" pura auavetar la ZDP se uisutucional iza
ron históricamente: ya sea en las escuelas. enel trabajo de las granjascotecltvas
mecanizadas, a través <fc película* y cuernos folklóricos y la ficción, o a través
de la ciencia.
Por último, me párete una ironía que se protegiese a Vygotsky del dogma
tismo intelectual soviético poniéndolo bajo la som brilla del Segundo Sistema de
Séllales de Pavlov. t i manusmo siempre ha lenidodiíru hades con mi Principio
de Espontaneidad, principio que explica La creatividad y la capacidad generatriz,
de los asuntos humanos más allá del determirusmo histórico. La psicología ha te
nido el mismo tipo de dificultad, quizá originada en una preferencia dogmática
por el docrm inbmo. Vygotsky luchó mucho (porque era fiel a la teoría mar Ais-
la) para lograr un medio de cenar la brecha existente entre el dcicrnimismo tus*
tóricoy el juego de la conciencia. Adoptó una psicología que tenia que dar ca»
bala a los estudios históricos sobre la íonuucjóñ de la mente así como tam ban
a las esludios de observación y laboratorio sobre los detalles <fcl lunctonamicii'
lo mental. Nunca íoc paializado por el sistema teórico en el cual se haWa situa
do y, protublemente» itodccióen consecuencia. Al volver a examinar su traba
jo después de muchos artos de haber tufe inspirado por él. creo que Vygotsky
ofrece el estimulo todavía necesano p ú a encontrar la manera de comprender al
hombre como producto de la cultura y de la rutara to a a la vc¿.