CS Minigolf
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Sumarios:
1. 1) No pudo entender, que la cláusula mencionada (del contrato de arrendamiento) haya liberado a la
demandada de su obligación de informar al demandante acerca del estado o situación legal del inmueble, a
la que, desde luego, no pudo haber renunciado, atendido el principio de buena fe que debe estar presente en
todo contrato. En efecto, como lo ha comprendido la doctrina y la jurisprudencia en nuestro medio jurídico,
la buena fe contractual que exige el artículo 1546 del Código Civil, ha de estar presente en todas las etapas
de desenvolvimiento del contrato, esto es, desde las negociaciones preliminares, pasando por la celebración
y ejecución del mismo, hasta las relaciones posteriores al término del contrato inclusive. En la especie, la
pasividad del demandante, no libera al demandado de las exigencias que la buena fe y lealtad en el actuar le
imponen, teniendo además presente que su obligación esencial era entregar al arrendatario la cosa en estado
de servir a la finalidad para la que fue arrendada. No cabe, asimismo, aceptar la alegación de ignorancia de
su parte si se considera que, una de sus defensas, ha sido que la demandante no le pidió, oportunamente, el
certificado de informaciones previas que se encontraba en su poder, ya que dicho certificado hacía mención
a la franja de utilidad pública a que estaba afecto el inmueble.(Considerando 6º sentencia Corte de
Apelaciones)2) En relación a las condiciones en que habría sido entregado el inmueble al demandante, éste
no se encontraba, efectivamente, en condiciones de ser utilizado por ésta, para los fines que se propuso al
arrendarlo y que eran de sobra conocidos por la demandada. En efecto, no resulta suficiente que no se
hicieron reservas de ninguna especie, para concluir que el arrendador cumplió con su obligación, toda vez
que, los problemas presentados por el inmueble estaban en su estatuto o condición jurídica, que le impedía
obtener la autorización municipal correspondiente para llevar a cabo las actividades proyectadas, mientras
no se hubiera otorgado la recepción final de las obras que existían en el predio mayor, lo que suponía
adoptar la línea oficial y considerar la existencia de una franja del predio afecta la utilidad pública, que de
no ser expropiada por la autoridad, había de ser cedida a ésta por su dueño.(Considerando 8º sentencia
Corte de Apelaciones)