3 Tosta Alguna Clases de Conocimientos

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CAPíTULO 2

ALGUNAS CLASES DE CONOCIMIENTO

A. INTRODUCCIÓN

A pesar de que pareciera haberse discutido largamente el carácter


científico de los estudios sobre el Derecho, desde la Grecia clásica hasta
el presente, no hay manera de eludir el asunto cuando se habla de las
diferentes escuelas jurídicas, ya que la polémica continúa y está presen-
te en la mayoria de las diferentes concepciones. Resulta indispensable,
para abordar el problema, comenzar por precisar lo que se entiende por
conocimiento científico y conocimiento filosófico, sobre lo cual tampoco
ha habido una respuesta única. Ni siquiera se han considerado siempre
como dos saberes distintos, de manera que la confusión comienza desde
las primeras nociones.
No hay, pues, una sola definición de ciencia o de filosofía. Lo que se
ha concebido como ciencia o como filosofia ha variado a 1o largo de los
sigtros, por la evolución de la culfura y las diferentes creencias que privile-
gian una u otra posición. Quizás pueda ser útil comenzar por señalar que
tienen semejanzas y diferencias entre ellas.
Semejanzas entre ciencia y filosofía. Estas dos disciplinas tienen
algunos caracteres comunes:
1. Ambas constituyen teorías. Una teoría es un conjunto de propo-
siciones que forman un todo; es una construcción hipotética que intenta
explicar algo. Para decirlo con palabras de Popper: "Las teorías son redes
que lanzamos para apresar aquello que llamamos <el mundo>: para racio-
nalizarlo, explicarlo y dominarlo. Y tratamos de que la malla sea cada vez
más fina" (1980: 57). De modo que ambos saberes suponen una actividad
racional, que incluye conceptos, juicios, razonamientos y no sensaciones,
emociones o pasiones.
2. Son saberes generales, porque ni la ciencia, ni la filosofia, se ocu-
pan do lo individual: "lo fundamental consiste en eliminar todo lo singular
GUÍA DE FILOSOFÍA DEL DERECHO ALGUNAS CI}SES DE CONOCIMIENTO

o individual, todo 1o que no se puede repetir, y conservar 1o general en tiones de evaluación o de convicción" (Piaget y otros, 1973: 6l). Como la
forma de conceptos y categorías" (Kedrov y Spirkin, 1967: I3). Se trata, en filosofia no tiene un objeto delimitado e indiscutido, se ve imposibilitada
ellos, de exponer lo universal escondido en lo singular (Bunge, 1966:36). de tener unanimidad en los métodos y exhibe, más bien, una pluralidad
3. Se trata de saberes sistemáticos. Las afirmaciones que integran las metodológica, que impide acuerdos entre los estudiosos.
teorías no aparecen amontonadas de forma desordenada, sino que los cono- 4. Los científicos llegan aconclusion¿s en el saber, aun cuando sea de
cimientos están agrupados de acuerdo a determinados principios teóricos, modo provisional; crean así la idea de progreso en el conocimiento, en la
constituyendo un sistema de ideas; como dice Bunge, "conjuntos ordena- medida en que se van descartando teorías que se muestran como erróneas
dos de proposiciones" (1966: 18). Gracias a la conexión de las proposi- o inútiles. De esta forma, hay la posibilidad de consenso entre científicos,
ciones entre sí dentro del sistema, no es posible derivar una expresión y al acerca de la explicación que parece más razonable, más plausible, para
mismo tiempo su negación. Un sistema es consistente, es decir, no presenta ese estadio del desarollo de su saber. En cambio los filósofos no tienen
contradicciones. posibilidad de dirimir sus controversias; no hay una instancia que permita
4. Son saberes deductivos, porque las proposiciones que integran los resolver las discrepancias. Por estaraz6n, no es posible descartar ninguna
sistemas están ordenadas de mayor a menor generalidad, y las proposicio- teoria; la filosofia procede, pues, por acumulación de saberes.
nes menos generales dependen de las más generales. Si una proposición es Vistas ya las semej ainzas y las diferencias entre ciencia y fllosofia, es
eliminada del sistema, arrastra consigo a las que dependen de ella. conveniente examinar brevemente estos dos conceptos, en lo que constitu-
Diferencias. Por otra parte, ciencia y filosofia tienen también diferen- ye su caracterización específica.
cias encuanto al objeto de estudio, al método empleado y a los resultados
obtenidos:
1. En cuanto al objeto, la opinión que prevalece es la de que las cien- B. LO QUE QUEDA DE LA FILOSOFÍA
cias se ocupan de seres determinados y la filosofia estudia el ser en general.
El objeto de una disciplina científica tiene que ser bien delimitado y ade- pqqlqjpggq deSU nlggq§11|o enlq§reeie qtéqigu (al menos parala
más empírico, debe darse en la experiencia. El objeto del saber filosófico cultura occidental), la ilasqfia y_lq r&qqia tgjraq_g9§qql9lqlqg4gji{e-
es la totalidad de lo que hay; por tanto, no se limita a los objetos de la ex- rentes. Aristóteles habla en la MetaJísica de las ciencias en general, y una
periencia. Desde luego, hay que advertir que este punto es polémico, que
no hay total acuerdo en cuanto a los objetos de la ciencia y de la fllosofia,
lo cual produce diferentes concepciones de ellas. Con ruzónse llama a la Filosofia lu d" la verdad. Pues el fin
de lqclencg¡qqe
"i"rr"iu
2. El saber científico tiene como punto de partida, en cada etapa histó-
la misma o!r_a [...
rica, ciertos principios que la comunidad científica adopta como axiomas, loshslobrg§, de c
sin cuestionarse sobre ellos; el fllosófico, en cambio, se intenoga y discute filosofia -p sabiduría- tratq 49 lgs pqgglas y _de los primeros
sobre cualquier principio, porque no suele haber proposiciones indiscuti-
-c_Sl¡_Ca-s-
principios de las cosás (1964:931 y 913).
das entre los filósofos.
3. Las ciencias han de tener un método que sea común a los investiga- Esa ciencia espepq!¡rlr1a, er4 c-ien-cia de la verdad llalrr4{a fi_lgsofiq
dores, de manera que las conclusiones puedan ser accesiblgs a todo miem- tenía como objeto dg estudio_e¿aque-l_qúqnces-.alser, a-Iqquqe§, a la
bro de la comunidad científica. Las comprobaciones de lo que se afirma totalidad de la_q pq§_as. "En p_ri4qg1lggar cgg_c_ebi4qos el !-lo-sofo como co-
han de ser posibles y estar al alcance de cualquier investigador: "la ciencia nocedor, en cuanto es posible, de to¿as iu, qig-poS"e.- la cie_ncia
comienza tan pronto como es posible delimitar un problema de tal forma
"orur,
espec[ficamente pa$9glar de cada una de e_l!4s" (Aristóteles, 1964: 913).
que su solución quede subordinada a una serie de comprobaciones acce- Dc aqul que Be haya!álacteúzadoa la filosofla como un saber pantónomo,
sibles a cualquiera y verificables por cualquiera, separándolo de las cues' un ostudio dcl todo.
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Por otra parte, se trataba de un estudio que indagaba hasta las últimas Pero en la Edad Moderna se produce un cambio de concepción. La
causas de las cosas; en ese sentido, no dependía de otro saber que le sumi- obra de copémico se publica en el siglo XVI, los escritos de Galileo son
nistrara principios para ser aceptados sin discusión. "Y que es m1ís filosó- del siglo XVII y ambos significan una verdadera revolución para la cien-
fica la ciencia que orienta a las demás que la que está subordinada a otra, cia. En el siglo XVII se crean nuevos instrumentos científicos: aparecen
porque no es decoroso que al filósofo se le impongan criterios, antes debe por ejemplo, desde principios del siglo, el telescopio y el microscopio, y
ser él quien gobierne el criterio de los demás" (Aristóteles, 1964:913). Al ello va a tener una importancia considerable en la evolución del pensa-
no depender de otra disciplina, qg-{_ice que la filosofía es autónoma, se vale miento científico.
por sí misma.
H-4sta el siglo XVII no se doma ni se consigue ensillar, por decirlo
Esta carqcterización de la filosofía como saber pantónomo y autó-
así, a la experimentación, transformándola en una máquina poderosa y
nomo, en palabras de-Aristóteles muestra [a vinculación entre esos dos
eficaz que comenzase a funcionar en aquellos momenios p_?l4_4tlQstrpr
elementos:
a la ciencia y la técnica en el largo camino que_dA§_dq entonces ha reco-
rrido (Butterfield, I 958: 132-133).
Pues el que dgqea el saber por sí mismo escoge preferentemente aque-
lla ciencia que en mayor grado es cientíñca. Y tal es la ciencia cuyo
Al volverse experimental la ciencia en la Edad Moderna, eila se sepa-
objeto propio es lo mayormente cognoscible. Y las cosas en mayor
ra de la filosofía y se diversifica en varias ciencias. El desarrollo indepen-
grado cognoscibles sonios principios y las causas, ya que por medio
de ellos y a partir de ellos se llega al conocimiento de_todas las demás
diente y la creciente complejidad de varias disciplinas científlcas a partir de
cosas (1964: 914). esa época, que se- p-qqloqga con la aparición de nuevas ciencias en el slglo
XIX y en el XX, van haciendo palidecer aquella figura del fiiósofo como
La autonomía de una disciplina que se ocupa de los principios y las conocedor de todas las cosas. Las caracleríslicas de la ciencia experimen-
causas, conduce al saber pantónomo, al conocimiento de los principios y tal crean una separación enlre el sctber científico y elfilosófico; al perderse
las causas de todas las cosas. Se podría resumir diciendo que la.filosoJía es la vinculación original, por la independencia que adquieren las distintas
un saber totalizador. Este modo de entenderla, propio de la Antigüedad, dig_c_iplinag g,ienJíñpaS, gq-l_égiq.o preguntarse qué queda de la filosofia des-
permite comprender la íntirna conexión que había entre la ciencia y la filo- pués de todos estos cambios.
sofía. I a filosofía se interesaba por las razones últimas de todas las cosas, El criticismo kantiano es _o¡!ro fa-clor importante en este proceso. La
sin tener el conocimiento específico de cada una de ellas, que era propio Critica de la Razón Pura reduce la posibilidad del conocimiento científico
de lct ciencia. A su vez, la ciencia dependía de la filosofia, por ser esta últi- u los límites de l1t_qapgriencia. Tal conqc,imien_to sólo pusde versar sobre
ma la que la oiienta y fundamenta. objetos empíricos; con respecto a los demás objetos, no hay ciencia. !a
El modelo de la Antigüedad va a mantener su vigencia durante la metafisica, por tanto, quqda distanciada de !a qie.ncia. Euqterés por la cie4-
Edad Media. cia lleva a algunos a pe-!!?r gu_q el estudio de los objetos metafísicos resulta
dc menor importancia, o incluso un esfuerzo inútil. y_gano los obi_e_tos
Y aunque a fines de la Edad Media hubo algunos que comenzaban a cnrpíricos s-o-n de la competencia del saber científico, resulta comprensible
experimentar y a ampliar los confines del pensamiento [...] no hacían la prcgunta, ¿cuál es ahora el objeto de la fllosofía?
nada más que juguetear al borde de aquel sistema aristotélico que, en
Las respuestas han ido de un extremo al otró. Dice [4-tesis marxista:
el año 1500, tiene que haberle parecido al pensador racional cuando "krs fikisofirs se han limitado a interpretar el mundo de diferentes modos;
menos tan válido como lo fue mil quinientos años antes [...] Cuando sc
presentaba algo que requiriese una explicación, nunca la dedt¡cían dc rlc lo r¡rrc sc trat¿l cs de transformarlo" (Marx y Engels, tOZt: OOA¡. qé-
los hechos observados, sino que seguían aprovechándosc dcl sislcrnir ilcuurdo con cstc plantcarnicnto, la filosofía.debería servir para supe-.rar la
de explicaciones que les había sido legado por la filosofia cl¿isicr¡ (llt¡- visiri¡r tlislr¡¡'siorlrtll tlc la totirliclad social, que se produce por Ios encubri-
tterfield, 1958: ll6). Ittit'ltlrls tlt'li¡ itlcrllogílt rkrtttirtirrrlc. I)or «ltra ¡tartc. sc ha llcgarkl incl¡so
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nico puede resultar un expefto en lo que tiene que ver con los vegetales.
a una noción meramente instrumental de la filosofía, que ha contado con
Pero mientras estudian, respectivamente, la teoría music aly la teoría de las
bastante aceptación. De acuerdo con esta última idea, la filosofia no tiene
teoría del conocimien plantas, ninguno de los dos teoriza sobre lo que son las teorías en general,
han perdido vigencia sobre lo que caracteriza al conocimiento en general. De modo que por
nada se descarta), con encima de una teoría u otra, se encuentra la noción de CONOCIMIENTO,
que también debe ser objeto de estudio.
sica, así como otra diversidad de tendencias.
Las diferentes ciencias tienen sus objetos propios, constituyen teorías
A pesar de la multiplicidad de posiciones, es posible llegar a un pun-
particulares y no rebasan sus propios límites. La preocupación por lo que
to de acuerdo. En el pensamiento contemporáneo, las variadas disciplinas
puede describirse como el fundamento común de todas ellas, es el queha-
científicas son teouas que sirven para explicar el mundo' Se ocupan de
cer propio de la filosofia. Ella teoriza sobre teorías particulares. Por eso se
sus respecti cen conocimiento, per-o no se encargan de
puede describir a la filosofia como una teoría de teorías. La noción de SER
explicar al ni al objeto en general. Las ciencias pro-
ducen cono otizan sobre el conocimie4lo, sobre x ca- totaliza a todos los seres posibles, así como el estudio de lo que es 9l Qp-
racterizaciÍn, sus límites. D-q,,e¡to se ocuPa NOCIMIENTO universaliza los conocimientos particulares. En la medida
"Mientras las ciencias investig,an cómo so filosofia
en que la del Se[en 9iy
reales, la filosofia investiga qué es ser real fO_91tgg4g13l, qe 9_omq un saber
d i s c ip I in a qu e ado p t a yry p uryt o_Qg_u i s t a_u n iy er s al.
poiiupuesto 1o qué sea lá iéa[iáád, t_?_!lqr_o_{il 11 esludra. Si I as c iencias
Se comprende-áhora, en parte, pói qué se dice que las ramas de la
ionléb.rícis,lafilosofm, qüe reflexioná S-o_brC esas,leo1iqs, es una teoria de
filosofia son la ontología, o estudio del SER, la gnoseología, o estudio del
teoríqs. Esta observación permite reconducir el razonamiento a la idea de
CONOCINIIEÑTO r_ 1U 31i9l9eía, g estudio ¿eiverOn. Esras ramas de
la filo_sofíic-omo w saber rciáliz:dgr quej{l_se idenlifica con la ciencia,
la filosofia están estrechamente vinculadas. En el siglo IV a.C. Aristóte-
auq ?,
o puede saber mucho de plantas, un geólogo les escribió una obra, la MetaJísica, qle recibió este nombre muchos años
después. Parece que fue en el siglo I a.C. (aunque Jager cree que pudo ser
domina 1o relativo a la forma del globo terrestre y a la natttaleza de las
antes), que un pstudioso aristotélico, Andrónico de Rodas, le dio tal nom-
materias que 1o componen, un matemático tiene especiales conocimientos
bre a esta obra de Aristóteles, al ordenar e inventariar las obras del notable
de las propiedades de los números y un músico ejerce y conoce el arte de la
música y puede estar especializado en el manejo del piano o del violín, ante
filósofo. El escrito ,estaría-ub_ip--adq. más atlá de_lo.s textos. sobre /ísica del
mismo altor, lq que originaría_ el nombre de metaJísica.
esta diversidad es lógico preguntarse: ¿tendrán algo en eomún una planta,
una piedra, un violín y un número? Frente a la curiosidad, es posible obser- Pgq44$019!eg, snglra _s9 ocupa_de la ciencia.prime-ra, en relación
con las distintas ciencias particulares, e lgq común
var, por una parte, que se habla de un sel vivo y de seres inanimados, todos e,l
-c¡41qs=d-a fun_da_mento
los cuales son objetos empíricos, y por otra parte, que los números son
y los principios que las subordin?n. E! (egir, que habiendo distintas cien-
cias particulares, es necesario pensaren laielación que hay entie- éilas y lo
objetos ideales. Todavía cabe pensar: ¿hay algo en común entre los objetos
que constituye el fundamento común de todas.
empíricos y los objetos ideales? En esta búsqueda de una noción tan amplia
que abarque a todo 1o que hay, se llega a la idea de SER' El estudio de_la m_e-lafs,ica se hAprqqggta_do en diferentes filós_ofos le_a_
La botánica, la geología, la matemática y la música constituyen teo- como ontología (estudio de! qe¡), como teología (estudio de Dios),.o como
gnoseología (estudio del conqcfmiento). Por citar sólo un ejemplo en cada
rías; cada una es un conjunto de proposiciones que intenta explicar una
caso, Aristóteles la entendió como ontología:"Hay una ciencia que estudia
ol scr cn tanto que se-¡ y loq accidentes propios del ser. Eqlqg_rau_c.ia qS_ di_fe-
rcntc tlc trxlas las ciencias particulares, porque ninguna de ellas estudia en
¡¡cttcrrtl cl scr cn tilnlo quc scr" (Aristótclcs, I 972:72).
\l ( ¡l ,NA" ( lA'¡l l)[ ( r ,N( ,( tM[ N tr r
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Sltlllo lirlltlis üs tttl r'icrtt¡llo rlc nrcl¡rlisrc¡l ('()nt() leolo¡-lirr. l,l rrrrl¡r' ('onr)('nnrcnlo urrrvcrsirl cs ncccslln(), p()r(prc llr:gu Irasta las c¿rr¡sus dc lus
It¿tbllr tlc tltl ortlctt tlc ltls scrcs cn cl [.Inivc¡'so: cl
¡llirrcro tlc lotkrs cs l)rps ('()s¡rs. cs un e()r¡()crnucnlo tlc lr»s últinlos prirrcipios.
y dcs¡ruós viettcn tocltls los tlclltás scrcs, qr.rc lorlos salcrr tlc l)irls c«rnro tk:
l)cntro tlc cs¿r corrccpcirin sc pcnsaba que si se conocían las cosas por
su primerprincipio y retornan a El, como su últrnlo fin. llstas idcls csliilr
sus caus¿ls, si sc donrinaba el por qué de las cosas, se obtenía un conoci-
presentes en todo el dés?idl,o de la sumct korógictt de Santo Tonrás.
nricrrto vcrdadero, sc llegaba a la esencia de las cosas, se sabía cómo eran
ü¡a 9ríttpa &._!q (q_Lo! P,/ro, Kant mo_difica el enfoque dc la nr"^_ cllas rcalmente y no podían ser de otra forma. Esta era la diferencia entre
tafísica: "la critica de la Razón pura especulativa consiste en la tentativa
cl conooimiento científico y la simple opinión; "la opinión versa sobre lo
que puede ser de otra manera [...] la ciencia es aprehensión de las cosas
universales y necesarias" (Aristóteles, 1961: 140). En la ciencia había la
garantía absoluta de validez del conocimiento. "Suponemos que tenemos
un conocimiento científico [...] cuando creemos que conocemos la causa
de que depende el hecho [ .] y-cuaud.U§.4bggrps,-adp_rnós- que el hecho no
podría ser de otra forma de como es" (Aristóteles, 1964: 356). A esta carac-
mejor éxito en los problémas de la Metafísica, aceptando que los objetos
terística se ajusta la seguridad que brinda el silogismo, método privilágiado
sean los que deban reglarse por nuestros conocimientos" (1967: 132).
de demostración dentro de esa concepción. "En todo caso, conocemos por
Para que haya conocimiento tiene que haber un sujeto que cono,ce y
vía de demost¡ación. Entiendo por demostración un silogismo que da lugar
un objeto que es conocido. ¿Es el objeto el que determina ul sr¡.to, o u
a un conocimiento científlco" (Aristóteles, 1964: 356).
la inversa, el §ul-qtq.d-e-targrirr-a su o-bi-eto? Fl estudio det SER, de los ob-
Este modelo de ciencia va a perdurar prácticamente hasta el siglo
jetos y el problema del coNoclMIENTo, der sujeto cognoscente, están
XVI o XVII, cuando comienza una reacción contra esa concepción y se
íntimamente relacionados. Dq molg qqe la mprafis_r_ca pudo ser entendida
van generando nuevos paradigmas. En este sentido, resulta curioso obser-
como ontología o como gnoseología.
var que en algunas obras jurídicas, tanto de la dogmática, como de la teoría
En conclusión, mientras que e! la Grecia Crásica la filosofia abarca-
general, o de la filosofia del Derecho, se sigue trabajando con una noción
ba todo el saber existente para la época. e7a vn ;abey autónomo y pontó-
aristotélica, sin considerar necesario justificar la elección o rechazar defl-
nidad el aonpcimiento científico se separa de la niciones posteriores diferentes. En un libro de derecho procesal civil, por
la filosofía es ese saber que estudio e_l SER y el
ejemplo, puede leerse: "En general, se entiende por ciencia el conocimien-
n punto de vista universal.
to de contenido cierto y de validez universal" (Rengel Romberg, 1968:
32).Y en una obra de introducción al Derecho, se trata el problema de esta
forma: "La cientificidad de la jurisprudencia [..,] se nos presenta como un
C. FALSABILIDAD DE LA CIENCIA
conjunto de conocimientos conceptuales, fundados metódicamente según
la índole de sus objetos, sistematizados y cuyo contenido exhibe una cier-
Modelo aristotélico de ciencia. En la distinción aristotélica entre
ta cerleza constrictiva" (Aftalión y otros, 1980: 60-61). En ambos casos
ciencia especulativa o filosofía y ciencia práctica, la que es en mayor grado
están presentes las características del modelo señalado: conocimiento uni-
científica, según sus palabras, es la ciencia especulativa, que trata de las
versal, conceptual, sistematizado, de contenido cierto, verdadero.
prime primeros principios de las cosas. A este concepto
Ciencia en el siglo XVII. En el gigto XVII surgen dos pensadores,
de cie ciertos caracteres: se trata de un saber universal v
Bacon y Descartes, qle g!_rqplgqeqteqygj de la reacció_n 9o¡tr4 !q c.-qqgep-
de un cesario.
Eión¿¡istotelica de la ciencia. Bu.o_! centra su preocupación en 9l carácter
De modo que no hay ciencia si la descripción se limita a casos
particulares; es precisa 1a elaboración de conceptos universales. Este 9l;psrjmenlal. Propone un método nueyo, desiácandó la imposilSilill-ad de
avanzaÍ por el camino del saber con el uso del silogismo. En efecto, cggsl

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31
(;l ,lAl)t lll()',()t lntlt ttlt t{t ( lt() r ,t tNA,, ( tA,,l ,, l)l ( | )i.l( )( lMll Nl l( )

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silogismo sólo se obtiene.la explicitación dc vcrdadcs ya contcnitlls crr lts t'orrr¡rrrrcbctt corrro ct¡rrivocirtlos y tlc buscar nucvas rcspuestas, c¡ue deben
premisas, con lo cual no se incrementa el conocimiento. se r siclttpt'c lirlsulllcs, contrl crltttlici(rn indispensable para ser tenidas por
('rcnlílicits.
Mas si hubiere alguien que desee y busque, no atenerse exclusivaltrcn-
te a los descubrimientos hechos y servirse de ellos, sino pasar más lrs ncccsario, cntonces, precisar qué hace falsable a una proposición.
adelante, no vencer al adversario con argumentos sino ala oaturaleza l',¡ prcciso quc se reúnan ciertos requisitos mínimos: una base empírica,
con industria y finalmente no emitir conjeturas bonitas y probables t'onlrastaci(ln intersubjetiva y enunciados que no sean meramente existen-
sino saber con seguridad y con pruebas palmarias, esos hombres, como t'rirlcs sirro predictivos (Poppe¡ 1980:42-47, 84-88 y ss.) .
hijos genuinos de la ciencia, únanse a mí si les parece [...] Así como L.as proposiciones deben referirse 4 objetos delimitados qye lgan_em-
las ciencias en el estado en que hoy día se encuentran, son inútiles para
¡tit it'o.s, es decir, e-!e se den en la experiencia. L_os razonamientos referidos
descubrir cosas nuevas [...], la_l-qgfc-a hoy en uso sirve más para fijar y
rr olrjctos ideales son correctos o incorrectos, pero no verdaderos o falsos;
lrrrnpoco es posible probar la falsedad en el caso de afirmaciones referentes
ir o[-r.ictos metafisicos. Po-¡ sgo- 14 ciencia, el criterio de falsabilidad
!t_?g_e-pta
conr«r carácter específico, tie¡g_gggre!:iñe
l objetos de la experiencia.
t-a objetividad científica depende de la posibilidad de contrastación
D"*q¡te¡. _tgqb_Lé! ataca el méto_do silogístico tradicional: "Advertí utt('t'.\uh¡eliva. Cualquiera de los miembros de la comunidad científica en
que, qe§-pecto de la lógica, sus silogismos y la mayor parte de sus otras lir cspccialidad, debe poder repetir los experimentos necesarios para la con-
instrucciones sirven más bien para explicar a otro las cosas que uno sabe" Inrstaci(rn empírica de la proposición.
(1964:46).
En esta época se destacó la importancia de la matemática eq¡g]qc_!§4 N i siquiera tomamos muy en serio nuestras observaciones, ni las acep-
con el conocimiento científico. Descartes decía: "A mí me gustaba sobre tiunos como científicas, hasta que las hemos repetido y contrastado.
todolás mátem,iticas ¡-¡ rnu, no advertía aún su verdadero uso [...] me Stllo merced a tales repeticiones podemos convencernos de que no nos
asombraba de que, siendo tan firmes y sólidos sus fundamentos, no se hu- cnco¡ltramos con una mera <coincidencia> aislada, sino con aconte-
biera edificado sobre ellas algo más elevado" (1964:34). cinricntos que, debido a su regularidad y reproductibilidad, son, en
principio, contrastables intersubjetivamente. [...] En realidad, puede
Fn el siglo XX puede observarse una evolución considrerqrble en la
tlcflnirse el efecto fisico científicamente significativo como aquél que
materia; ya la ciencia, desde luego, no pretende obtener verdades absolu-
cualquiera puede reproducir con regularidad sin más que llevar a cabo
/as, sino que se conforma con que sus proposiciones sean funcionales. No cl experimento apropiado del modo prescrito (Popper, 1980:44).
ofreqe -gárantía absoiuta de la validez de sus afirmaciones, úg más bii
pro p o ne < au t o c orre girse >, dprcS-{ando conf inuamente todas las hipó_te sis Si una teoría está compuesta de enunciados puramente existenciales
que se muestren como inútiles o erradas. (hay algo), o enunciados contradictorios (e_s,y ng 9s), n_o- es científica, por-
Modelo popperiano de ciencia. En el modelo científico que sugiere t¡uc los existenciales no predicen nada y por ello nqqcjr pueden ser falsa-
Popper no se habla de conocimiento verificable o comprobable, sino fal- tlr¡s, y los contradictorios siempre.pueden ser falsados . Las proposic:iones
sable, que no es lo mismo. !-a¡g__que-una proposición sea cig¡dfir¿_dele t'it,nt(icus lienen que predecir algo: de ¡Uqqqa Urll_"ersal Lign_e_n quLatr-
ser falsable,.es decir,.debe existi.r la posibilidaQ dg demostfg_rya2Jfabec!!!!!. rnar que algo sucederá y quedarán falsadas_sj r,rg qucgdg r-galmpn{p lo qye_
Mientras no se muestre como fatsa, e-lb]o s.erá descartada del sistem$ b cnunciaban.
cut[g lg!4gg_qqg_qq4 -vg.q{adera, simplemente sig¡rifca_quq, hasta el Si sc acoge este concepto de ciencia, que tiene como criterio de de-
momento, qg-se h4 demostrado su falsedad (1980: 39-42). nrirrcacit'rn la lálsabilidad, quedarán excluidos del campo científico uia---
Si -eóisfela posibilidad de falsar una propgs_iq.pn,.la cienciapuede au- carrtitlarl dc sabercs que no reúnen los requisitos señalados. En el caso de
tocorregirse, está en capacidad de desechar aquellos conocimientos que se rro lccptlr csc nlotlclo cicntífico, será preciso proponer otro alternativo. En

rl
GUÍA DE FILoSoFfA DEL DERECHo AIGUNAS CIASTS t)I CONOCIMIhNT( )

cualquier caso, la noción que se proponga primera vista: "Las tendencias actuales, a pesar de que insistan en la es-
cífico que realmente esclarezca el término, pecificidad de los problemas a todos los niveles de la realidad, están lejos
de ser favorables a una mera dicotomía" (1973: 97). En el mismo sentido
razonan autores como Popper y Adorno (Popper y otros, 1978: 48-49).
pS-clivam14te,qlqbsslipoqde jimciatienenqqq!ryll¿qqd_e_s_gripti-

En resumen, la noción aristotélica de ciencia se caracterizaba por es- proposiciones das a comprobaciones empíricas. Es
tar compuesfa de proposiciones universares y de constituir verdades ab- importanie señ s;t;A;; gr*ü. al esiádio-actuat
ád
soluta§, necesarias. Laidea de ciencia en la época contemporánea lo que de las ciencias sociales, ya que prácticamente hasta el siglo XVIII o XIX,
exige es que las aflrmaciones sean comprobables, que se pueda demostrar tales ciencias consistían más bien en un estudio de las reglas de cómo debía
su falsedad, para lo cual se requiere tna base empírica,wta contrastación ser la organización social y no de cómo era realmente.
inters u bj etiva y unos enunc iados predictivo s. En gonclus-ipn, 14 noció_4 de c_iencia.que prgdppina en gsta_§po-qqs_e
centra en la idea de un saber comp_rctbable 9_/!pj9ggrug!!e.Se requiere de
manera indispensábli una contrastación empíriia intersubjetiva. Es decir,
cualquier afrmación gue se prelgr(a_qie{i!.9 4"!plleyqfr_" ule exp_elg-
9p y ryoj1gogg-J+"]t3q" nÑe
',dqqlgqry"iql
.qr@-j1fg.__!*n"*qepule *Elsey 9u€ h-Lrypgsición
§J¿ice lüe
la contrastación empírica tiene que ser intersubjetiva, porque debe estar
al alcance de cualquier científico del area, el cual debe poder repetir la
experimentación una y otra vez. Este requisito de control de la comunidad
primera nota distintiva de fos fenómenos sociales, a pesar de que se discute científi ca se considera fundamental.
si el grupo humano es la realidad fundamental, y el individuo una realidad _I.qp{qebq_{g ltr-lggltq. por la experiencia nq asqggq qu4qs Eqpo-
derivada, o si se trata de formas de relaciones interindividuales. con todo, siciones se_qq vg1{qd9rys. Lq_uqlqp_W9Iq9!"4""_rt§e_"_s ¡_irysl{1gq_&_lqqs
se tiende a pensar que no resulta conveniente el establecimiento de límites o no. Mientras no se demuestrg gug ron &lsqs'-§¡ggg-n ep_grativas, hasta
muy estrictos entre 1o individual y lo colectivo. n!!rg§_c_q{_n1re!gg&Ire_s. qEJ?q 3§qya&919!9§-qisilLíficas
P.qr gqo §-e_d1_cr
A pesar de que los fenómenos sociales no consisten sólo en hechos deben ser falqable_s, qq y9rifi9qb1es. Debe habgrE pgqlbjli4addarlegosl(ar
si son falsas o no.

D. ¿HAY UNA CIENCIA DEL DERECHO?

cione_s e4!e¡! qte s (»uverffi - Para responder a esta pregunta no basta con haber escogido una no-
@ de cienqia-sq{igtigzuen poq e! qU§!-o_de ción de ciencia; es preciso también saber lo que es el estudio del Derecho
elqqlo, y err.co-nse_clgqc-r3fe{ lq.r_nelqqología, piaget ,uronilargamente para y pómo se caracteriza. Qe este modo. será posible comparq,¡u_s-ras-gos con
señalar que estiín más vinculados y cercanoi de lo que podría imaginarse a los de la ciencia y llegar a una conclusión. Pero antes de abordar el punto,

14 3t
GufA DE FttOS()rlA r)Et t)t RFCI t() Al Ct,NAS ('lAStI¡ l)t ( ()N()(tlMlf NI()

falta mucho camino por andar. por lo pronto, se hace necesario recoger
tlc la Jurisprudencia, con bases muy endebles; sin embargo, para algunos
algunos cabos todavía sueltos.
autores, Kirchmann es la única referencia, es el enemigo a vencer. En reali-
dad el trabajo de Kirchmann es irrelevante. En una observación pertinente,
en el artículo antes comentado, dice Vernengo que los argumentos al estilo
de los que usa Kirchmann tienen sentido para una ciencia con cánones
aristotélicos, que excluirían a buena parte de las ciencias modernas (1986:
2fl9-290). Esa historia de Kirchmann, de que un plumazo del legislador
puede convertir en basura bibliotecas enteras, supone la necesidad de un
co". Nadie se at¡eve a enfrentar el. argumento.
objeto eterno e inmutable en la ciencia, lo cual resulta en realidad pre-aris-
g§_casi una cuestión de honor que exista una
cign totélico. Es hora de que los juristas volteen lapágina de Kirchmann y la
aso típico es el de V"rn"rgo. Cuando Atienza
olviden.
Algunos autores, como Atienza, por ejemplo, sustituyen la idea de
cientificidad del Derecho por la de técnica soc_ial; otros hablan de un arte
de lo jurídico. Es preciso, entonces, una breve consideración.del arte y de
la técnica.
La expresión artg puede qe¡ glr_li3ada_qn un se¡tidg muy amplio, !e
lbrma que se aplique a casi cual-q1¡ier ac_tividad. Así, una persona puede ser
diestra en el arte de domar caballos, o en el de lo justo y lo equi!q!!yg. Esta
cra una acepción muy usada en el pasado. 4¡49!uede ertten_derse, enton-
ces, como la actividad o disposición-para-hqger sl&ryp qosa. También-lie-
ne el sentido delas regta_s qgg sirven_pgg 4jfg{_q¡guc_1ryj4_+4guqrglll-elg,
ciencia" (1986: 294-29 npag1e&x qlg-gn En un sentido más restringido, se refiere ala actividad qtrc realiza el
argumento al respecto, s, p¡g_sJo q}ei hombre copiando o fantaseando y utilizando materiales para crear opras,
gún é1, no puede ubicar -se-
o de las formáles. que tienen poyfina!!4a!e!s-974imi9n1o de_7tJqc9r, qogg dirí4 K.ant. Hoy en
día, cuando se habla de los artistas, el término se usa sólo en este sentido.
L_a técnica_puede confundirse con el arte, cuando utilizamos el senti-
do amllio de este término, porque suele sei áescrita coñ} el cp4ianlp-de
lus reglas apropiadas para dirigir ertgazme_nte una actividad cualq_uiera;
Pero, en otro s-qnltdo, la !(cqic_A_pqgdg qe_q _e!_lp_!qada tanto p_q_r.la cieqqia
como por el arte; así, el término técnica_al¡{]_q q@_prp_c_4rylenlLosS repgr-
,sos de que sevaknwa cienc-iq o un q1te.
Mientras que la ciencia esull te9na, una explicación, gn sqler que
debe reunir determinados requisitos y qule sirve pafa a?mpren¿eleLry!"".a¿;
y dcscribir leyes, el arte y la técnica consisten en qna 4pfv!{ad,_o 91reglq
Otra de las la dilucidación del pun_ para una actividad, que tienen una finalidadltráclicc. L_a ciencia blqiga-
to, es la actitud s han dicho, sin mayor rncntc intcnta comprender, conocer; el arte y la técnica son para hacer
reflexión. En 184 negando Ia cientificidad ttlgo, creur. usar o inventar objetos.

J6 !7
(;ufnt)t |[(),,()t l¡Dl Itrt Rt ( il()

Los procedimientos de la técnica estarán al servicio de la finalidad de


una ciencia, o de un arte en sentido amplio; eq ese sentido amplio, igual
puede hablarse de un artista que domina la técnica del aguafuerte, como
de un técnico electricista. Pero si el arte se entiende sólo en relación con la
producción de obras estéticas, habrá que hablar de una técnica científlca, CAPíTULO 3
una técnica artística y una técnica que no está subordinada ni a una ciencia
ni a un arte. Claro que, en última instancia, la actividad de un plomero o de REGULACIÓru OT LA CONDUCTA
un ebanista pueden considerarse las derivaciones extremas de la ciencia y
del arte respectivamente, en cuyo caso la técnica puede ser definida siem-
pre en relación con ambas y sólo habría dos tipos de técnica. INTRODUCCIÓN
Aclarados estos conceptos sobre cieusia, filosofia, técnica y arte, así ^.
como el prejuicio sotre la importancia de los estudios científicos, es ne- Para llegar a conocer el carácter de los estudios jurídicos, tutaa vez
cs§4lle ex,:aminar lo que es el estudio del Perecho; pero para llegar a ello, ¡rrccisadas las nociones de ciencia y de filosofia, es necesario aproximarse
lay que comenzar por reflexionar sobre la regulación de la conducta en l la idea de Derecho.p_P_efSCle se encuentra formando parte de un amplio
general y sólo al final se podrá llegar a la regulaciónjurídica en particular. eonjunto de regulaciones de la conducta, que los hombres han establecido
Es preciso iniciar el camino examinando cómo se va a entender la conduc- palii al.canzar una vida social más o menos tranquil-a, seglJq agradable;
ta, cómo se la regula a través de normas, qué maneras hay de estudiar las y csas regulaciones tienen en común la idea de norma, que abarca varias
noÍnas. Hechas estas revisiones, es cuando se podrá pasar a precisar en cirtcgorías: normas jurídicas, morales, religiosas y convenciones sociales.
qué consiste la regulación a través de lo que se denomina Derecho y si su Itrry. pue¡, que empezar por estudiar el campo genérico de la .normativi-
estudio es científico o no. tlttd, lt> que es propio de este ámbito, antes de entrar específicamente a
considcrar el Derecho.
Las normas tienen un carácter muy diferente a las leyes naturales
o.sot'ialcs, alas leyes de la lógica y a las reglas de cualquier técnica o
ru'lc,. Sin embargo, aunque esto pareciera indudable, en algunas oportuni-
dades las normas jurídicas han sido descritas como leyes empíriccs, no só1o
¡ror la sociología jurídica, lo cual pudiera comprenderse, sino por algunos
.¡uristas, cosa que sí llama la atención. Por otra parte, también han sido
consideradas como reglas técnicas, e incluso hay urr grupo 49 autores que
califica al sistema juridico como un sistema lógico, semejante a la geome-
tría. Finalmente, hay muchos autores que han estudiado el Derecho desde
ut'tLt parsl)ectiva normutivista. Paracitar sólo algunos casos deniro de estas

¡rosiciones señaladas, se puede mencionar que en el grupo de los empiristas


cstá Olivccrona. con su obra El Derecho como Hecho, de 1959, y el resto
rlr¡l rcalismo escandinavo, así como el realismo norteamericano: Holmes,
l)ound. ('arclozo. Llcwellyn, Frank, etc. En la consideración de las normas
cottrrr rcglas técnicas aparcce Adolfb Ravá y El Derecho como norma téc-
¡lrr¡, tlc l9l l. y Mattttcl Aticnza, en s¡t Introducción al Derecho, de 1998.
llr c:l ¡¡r'rr¡to rlc krs logicistits sc encuentran Cirrlcio, Leibniz, Stammler y

ltt

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