@ Alicia Taylor - 4-Damaged
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Abby Galines nElshIA Molly Bloom
Khira
Roxx 3
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Créditos
Índice
Sinopsis
Próximo Libro
Sobre la Autora
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Braxton dijo que me amaba. No he confiado en esas palabras desde que mi ex
me engañó. Me gusta mucho, pero la palabra con “a” solo complica las cosas. Decidí
que él debía demostrar su amor y no solo decirlo. ¿Puede demostrarme Braxton que
su amor por mí es auténtico?
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Emmi
—No puedo, por mi vida, imaginarme por qué te haces esto a ti mismo,
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Braxton.
Tal vez también era masoquista.
—Es simple, lo hago por dinero y porque soy bueno —dijo.
Todavía puedo ver la pregunta en sus ojos: ¿va a responderme? Bueno no lo
haré, al menos no ahora. Iba a hacer mi mejor esfuerzo para sacar eso de su mente.
—No soy una experta haciendo dinero, pero me parece que hay maneras más
fáciles.
—No podría hacer la cantidad de dinero que gano en el tiempo que le he
dedicado, a menos que tal vez quiera vender drogas. Incluso esa podría ser una
opción más peligrosa. Esos chicos utilizan pistolas y cuchillos en vez de puños.
—Así que, ¿para qué necesitas tanto dinero, Brax? —Estaba todavía cerca de
sus pies en el suelo del baño. Me senté y lo miré. Era realmente curioso el por qué
tenía prisa en hacer tanto dinero, que hasta estaría dispuesto a ser golpeado sin
sentido.
—Quiero empezar en la vida con algo, Emmi. No quiero ser un perdedor como
mi papá. Quiero que mi hermana sea capaz de ir a la universidad y que no tenga que
preocuparse por pagar una hamburguesa. Una noche de dolor de vez en cuando vale
la pena para mí.
Aún no lo entiendo. Por un lado, por la condición en la que estaba, estaría
adolorido por mucho más que solo una noche. Además, no era un alcohólico como
su padre. No lo conozco personalmente, pero por lo que Braxton me había dicho, ese
era el por qué su padre era un perdedor. No podía dejar de beber lo suficiente como
para mantener un trabajo. Braxton era inteligente, muy inteligente. Sería capaz de
utilizar su cerebro para vivir bien cuando saliera de la escuela, de lo cual no tenía
ninguna duda. Ya tenía un plan del que me había hablado ese día en el camino
cuando habíamos tenido el picnic. Supuse que las cosas se complican en tu cerebro
debido a cómo creciste y por el entorno en el que te hayas criado.
Con Braxton, era el hecho que tenía un padre que lo humillaba cada vez que
tenía la oportunidad y lo dejó sin ninguna confianza en sí mismo. Pensé que se
estaba recompensando por ello. Yo era exactamente lo contrario. No importa lo que
hice o quise hacer, mis padres me animaron y me dijeron que era inteligente y capaz.
Tengo que decir que en el momento que encontré a Trent haciendo el mambo
horizontal con esa chica, estaba bastante bien fundamentada con mi autoestima.
Todavía no dudo tanto de mi misma de esa manera, pero amigo, no estaba muy
segura de ello.
Miré hacia arriba y todavía estaba mirándome. Sonreí, tratando de disimular.
—Quedaste como nuevo —le dije.
Se miró en el espejo y dijo:
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corazón caliente, trató de sonreír. Parecía más bien una mueca, pero no dije nada, no
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Braxton
Cuando desperté el día después de la pelea, deseé estar muerto. Sin exagerar,
me dolía cada parte del cuerpo. Incluso los dientes. En realidad, puse mis dedos en
ellos para revisarlos y asegurarme que no había perdido ninguno o que no estaba a
punto de hacerlo. Parecían intactos. Luego sentí mi rodilla lastimada y supe que
sería imposible salir de la cama de la forma normal. Estaba en el medio y boca arriba,
exactamente donde Emmi me dejó, así que rodé sobre mi estómago cerca del
costado de la cama para poder sacar mi pierna buena primero. La coloqué en el suelo
y luego, incómodamente y con mucha ayuda de mis brazos, que también se sentían
como mierda, fui capaz de levantarme. Estaba seguro que hubiese sido un excelente
video si alguien hubiese estado allí para filmarlo. Me pregunté cuán peor se sentiría
si no hubiera ganado. Consideré llamar al otro tipo y preguntarle.
Cojeé hacia el pasillo, cada paso una agonía. Pasé la habitación de Emmi
camino al baño y estuve tentado a golpear y decir buenos días. Sin embargo, era
temprano y, si no tenía clases hoy, quizás la molestaría. No la quería más enojada
conmigo de lo que ya estaba.
Solo quería ver su hermoso rostro.
Me quedé allí por un minuto, imaginando que podía oler el aroma fresco y
floral de su habitación, luego me forcé a seguir adelante y cojeé hacia el baño.
Cuando me miré al espejo, me di cuenta que mi rostro estaba incluso más feo ahora,
que recién golpeado anoche. No tenía uno, sino dos ojos negros y mis labios estaban
tan hinchados que parecía que acababa de ponerme inyecciones de silicona. Mi oreja
derecha estaba tan violeta que casi era negra y, no estaba seguro de cómo o por qué,
pero mi cuello lucía como si hubiera sido arañado por un gato enojado.
Alcancé el gabinete y tomé el Ibuprofeno. Saqué tres pastillas y luego decidí
tirar la precaución por la ventana y tomar cuatro en su lugar. Mi cabeza latía y lo
único que quería era volver a la cama. Sin embargo, le había dicho a Sam que iría
para nuestra sesión habitual y si no aparecía tendría que escucharlo regañarme.
Entonces, mi cabeza dolería de verdad. A veces era tan fastidioso como un viejo.
Esperaba que hoy no tuviera más planes además de hablar, porque incluso después
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—Gracias.
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comparaba con los grilletes que usaban los prisioneros en las películas y televisión.
Hacía cada movimiento más difícil y sabía que ese era el punto. No era un ejercicio
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agradable.
Mientras Sam seguía hablando sobre técnicas defensivas, hice lo mejor por
escuchar, pero mi mente volvía a la noche anterior y al rostro de Emmi cuando le
dije que la amaba. Estaba intentando entender qué significaba la mirada que me dio.
Estar enamorado era una molestia casi tan grande como bajar de mi camioneta.
Probablemente creyó que lo decía por el dolor en mi cabeza tras ser usado como un
saco de boxeo por tres rounds. Estaba equivocada.
Todavía sentía que la amaba.
Enfoqué mi atención de vuelta en Sam. La siguiente pelea era en dos semanas,
y quería salir de esa con menos esfuerzo. Era importante para mí ganar. Me prometí
que cuando lo hiciera, esto habría acabado y podría usar mi cerebro para algo más
que no involucrara mi cabeza siendo golpeada. A la tierna edad de veintidós, estaba
comenzando a pensar que estaba muy viejo para esta mierda.
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Tres
Emmi
—¿Es ese un nuevo traje de baño? —le pregunté a Zoe, quien estaba
obviamente tratando muy duro para que lo notara, ya que lo agitó antes de
empacarlo en su bolsa de playa.
Íbamos a pasar el rato en el agua durante el día. Tenía la esperanza que aclarara
mi cabeza y ayudara a dejar de obsesionarme con las tres pequeñas palabras que
Braxton dijo en voz alta. Con esperanza, pero lo dudaba. Ya había pasado casi una
semana y aún tenía problemas para pensar en algo más.
—¡Sí! Gasté todo el dinero que mis padres me enviaron este mes. —Lo levantó
y dijo—: ¿Qué piensas? —Era de color rosa oscuro y tenía pequeñas tablas de surf en
él. Se vería bien con su color. Casi todo lo hacía.
Acababa de decirme que gastó todo su dinero. Incluso si lo odiaba, lo cual no
hacía, por supuesto iba a decir que me encantó.
—Me encanta —dije.
Satisfecha, sonrió y lo metió dentro de la bolsa.
—¿Cuál estás llevando?
—Mi viejo recurso, el bikini azul.
—Oh, ese es lindo —dijo.
Podía decir que solo estaba siendo amable. Era un bonito bikini y había gastado
una pequeña fortuna en él cuando era nuevo. Ya lo había usado durante algunos
veranos.
—Sé que es un modelo del año pasado… —Levantó una ceja—. Está bien, del
año anterior a ese. Pero aquí nadie excepto tú me conocía el año pasado, o el
antepasado, así que creo que estoy a salvo. De todas formas, no tengo un subsidio
para gastar en bikinis. Estoy poniendo cada centavo que gano de las fotos que vendo
para el periódico en el equipo que tanto necesito. —Mis padres estaban pagando por
mis gastos de estudio y de vida, sabía que era difícil y no iba a pedirles nada más allá
de eso.
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—No… te lo dije, me preocupo por él, mucho. Pero no, no estoy enamorada de
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él… ni siquiera estoy segura de estar saliendo o no. He perdido la pista de lo que
somos. Parece que hacemos más no hablando que de otra forma.
Escuché mi teléfono sonar. Era el sonido de un mensaje de texto, pero como
Zoe estaba ahí, no estaba preocupada acerca de comprobarlo de inmediato.
—Con toda seriedad, Emmi, puedo ver lo mucho que te preocupas por él.
Nunca había visto esta mirada en tus ojos antes cuando hablabas de un hombre
antes, ni siquiera el que no puede ser nombrado. Solo ten cuidado y no te enamores
por palabras lindas. Cualquier idiota puede decir las palabras. Hay que mostrarle a
alguien que lo amas. Tiene que hacerte sentir especial y cómo eres la chica más
importante en el mundo. Te mereces eso, lo creas o no.
—¿Qué te hace pensar que no creo eso? —le pregunté. Sabía lo que merezco o
todavía estaría con Trent.
—No he dicho que no lo creas, solo quería reafirmarlo. Eres inteligente,
hermosa y tienes mucho que dar en una relación. Pero, a veces… al menos hasta el
momento en las dos relaciones en la que te he visto, con la primera y Braxton, diste
más de lo que recibiste. Tu corazón es demasiado grande, no quiero verlo roto.
La abracé.
—Lo sé y aprecio tu aportación, como siempre. Sin embargo, tienes que dejar
de recordarme estas cosas.
—Simplemente no quiero que lo olvides.
—No lo voy a hacer.
Me levanté, agarré mi teléfono y leí el mensaje. Mi estómago dio un pequeño
vuelco.
—¿De quién es? —preguntó Zoe.
—Braxton —dije.
—¿Qué es lo que quiere?
Consideré no decirle, estaba segura que iba a tener algo que decir sobre ello
también. Sin embargo, sabía que no se detendría de molestarme si no lo hacía.
—Dice que él y su hermana se van a la casa de playa de su abuela mañana.
Quiere saber si quiero ir con ellos.
—Así que… ¿quieres? —preguntó.
Quería, pero no estaba segura si eso era bueno o malo.
—Podría ser divertido. Puedo pasar el día de hoy contigo y mañana con él… y
su hermana pequeña. Nos podría dar la oportunidad de hablar. De nuevo se está
poniendo muy incómodo en la casa. Necesitamos poner las cartas sobre la mesa y
acabar de una vez. Me sigo diciendo eso, pero luego las palabras simplemente no
salen.
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—Humm, supongo que sería mejor así. Tendrás integrado una chaperona con
la pequeña hermana ahí —dijo.
—¿Qué te hace pensar que necesito una chaperona? —le pregunté.
Sonrió.
—Ni siquiera sabes si estas saliendo con é o no. Puedo ver en tus ojos y
escuchar en tu voz cuánto te gusta. Creo que necesitas hablar con él cuando otra
persona está por lo menos en el fondo. De esa forma, no serás hipnotizada por sus
hermosos, profundos y sexis ojos y caer en sus brazos mientras susurras con una voz
ronca y sexi que lo amaaaas…
Le tiré mi almohada en su cabeza.
—¡Cállate! —le dije, pero sabía que de cierta forma, tenía razón.
***
Zoe y yo fuimos al lugar cerca del agua, donde muchas otras personas de la
escuela iban. Estaba lleno y había un montón de barriles de cerveza y música a todo
volumen. La cerveza no me atraía, pero tenían una red de voleibol puesta y parecía
divertido. Estaba un poco incómoda en torno a todas estas personas. No quería
despojarme de mi ropa y quedarme en bikini, aunque no parecía molestarle a
muchas de las otras chicas, ni siquiera a Zoe. Solo permanecí en mi pantalón corto,
me quité mi camiseta y me quedé con la parte superior del bikini mientras que Zoe,
únicamente en su diminuto bikini, me arrastraba a jugar. A menudo me hubiera
gustado tener su confianza. También conocía a esta gente mucho mejor que yo, de
todas esas fiestas de hermandad a las que iba. Me llevó donde un chico iba a realizar
un saque.
—¡Hey, Dylan! ¿Emmi y yo podemos jugar?
Su amigo Dylan se volvió hacia nosotros y pasó sus ojos por mi cuerpo,
lentamente. Sentí como que bien podría haber estado desnuda. El nerviosismo y la
incomodidad se extendieron por todo mi cuerpo.
—Absolutamente, las dos están en mi equipo —dijo.
Dylan era de aspecto agradable. Llevaba un pantalón corto blanco y tenía esa
clase de cuerpo magro y musculoso, con el cabello rubio blanqueado por el sol que le
hacía parecer un surfista. También era como todos los otros chicos de nuestra
edad. Un pervertido. Me puso en posición, de modo que casi siempre iba a estar
directamente en frente de él y se chocaba contra mí, mucho. Hice todo lo posible
para evitarlo y, como de costumbre, Zoe se dio cuenta. Nunca se le escapaba algo.
—Dylan es bastante ardiente, ¿no te parece? —susurró cuando llegamos a estar
lo suficientemente cerca.
—Sí, luce bien —concordé.
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—Luce bien, infiernos. Me gustaría saltar sobre él aquí y salirme con la mía.
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Me reí y puse mis ojos en blanco. Ella también era una pervertida.
—Ve por él —le dije—. Estás soltera, él también, ¿no?
—Sí, rompió con su novia no hace mucho tiempo —dijo mientras arrojaba la
pelota sobre la red—. Creo que le gustas más sin embargo, no ha quitado los ojos de
tu trasero desde que llegamos aquí.
Nos movemos de nuevo y ahora estaba detrás de Zoe y al lado de Dylan. El
balón se acercó a nosotros, me hice a un lado y le dejé conseguirlo, así no tenía una
excusa para toparse conmigo otra vez.
—Deberías haber tenido esa —dijo en broma.
—Lo hubiera hecho —le dije—. Pero alguien es un acaparador de pelotas.
Se rió.
—Es cierto —dijo. Luego sus ojos recorrieron mi cuerpo hasta que se
detuvieron en mi mitad inferior—. Es increíble que ni siquiera pueda concentrarme
en nada más contigo luciendo así.
Sentí que me sonrojaba. Este hombre me coqueteaba descaradamente. ¿Qué
iba a hacer? Decidí ir con la rutina de ignorar sus comentarios y actuar como
tonta. Parecía estar funcionando con Braxton. Dylan no dejó de estar demasiado
cerca y rozarse contra mí, sin embargo. Para el momento en que el juego hubo
terminado, estaba quemada y lista para darme un baño.
Zoe y yo fuimos abajo y nos metimos en el agua.
—Así que, dime algo.
Suspiré, tuve la sensación que sabía lo que venía.
—¿Qué? —le pregunté de todos modos.
—¿Vas a dejar que Braxton arruine tus posibilidades de tener una verdadera
relación con un chico para siempre, o será hasta que se gradúe este año y se traslade
al mundo real para salirse con la suya con todas las mujeres allí? Dylan, obviamente,
está coqueteándote. ¿Por qué no cedes y ves a dónde va? ¿A menos que sí “ames” a
Braxton?
—¡Braxton no está arruinando mis posibilidades en nada y deja de decir la
palabra con “A”! El hecho que no responda a cada pervertido que se presiona contra
mí no significa nada. Ese tipo no me está mirando como si tuviera algo más que una
aventura de una noche en su mente, confía en mí.
—Estuvo con su novia por tres años. Se separaron porque lo engañó. Tengo la
sensación que Dylan es un hombre bastante fiel, así que no le juzgues. Obviamente,
te encuentra atractiva. Eso debería ser halagador. También es guapo y creo que viene
de una familia adinerada. Tiene una especialización en pre-medicina, está planeando
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—Hola.
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Maldición, era hermosa. La amaba… lo creyera ella o no. Así fuera lo último que
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Había algo sobre una mujer llorando que me hacía hacer cualquier cosa para que se
detuviera.
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Tiene razón añadió Emmi. Luce mucho mejor. Serás capaz de volver a tu
carrera de modelo en cualquier momento.
Callie rió.
Oh, apuesto que el teléfono está lleno de ofertas para eso se mofó.
Emmi también rió.
¿Qué? reclamé. ¿Ninguna cree que sea lo suficientemente caliente para
ser modelo?
Pero ambas ignoraban que, en realidad, había tenido ofertas.
Qué asco, no pienso en Braxton y caliente en la misma oración… nunca
recalcó Callie.
Emmi no dijo nada, solo levantó una ceja y sonrió.
No estaba seguro de cómo interpretar su mirada, pero si tuviera que apostar
diría que al menos una persona en el camión pensaba que era sexi… Además de mí,
por supuesto.
Estacionamos cerca de la pequeña casa de mi abuela. Hacía calor afuera y no
podía esperar a meterme en el agua, ya que solo sería cuestión de minutos antes que
comenzara a sudar.
Tomé las sillas de la parte de atrás de la camioneta.
Nademos por un rato y luego te mostraremos la casa, Emmi, ¿está bien? le
comenté a las chicas.
Seguro declaró Emmi.
Callie no me respondió, pero caminó hacia el árbol donde siempre dejábamos
nuestras cosas y ya estaba quedándose en su traje de baño. Me alegraba ver que
usaba un traje de baño de una pieza. El año pasado trajo un bikini que amenacé con
quemar. Todos los hombres entre doce y cuarenta en la playa la estaban mirando ese
día. Fue la primera vez que se volvió completamente obvio que mi hermanita ya no
tenía doce años. No estaba contento con eso.
Miré a Emmi mientras se dirigía hacia donde estaba Callie y me encontré
deseando lo opuesto con ella. En verdad deseaba que estuviera usando un bikini… un
de tanga. Había pasado mucho tiempo desde que vi su cuerpo… mucho más desde
que lo había tocado. Mantener mis manos para mí iba a ser difícil, pero al menos mis
ojos podrían tener algo de diversión.
Coloqué una de las sillas, que tenía una sombrilla en la parte de arriba, y me
dejé caer en ella. Por supuesto, las listillas tenían que hacer comentarios sobre ello.
Luces muy lindo con tu pequeña sombrilla aseguró Emmi con una risa.
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algunas fotos.
La observé caminar por la arena para traer la cámara. Mis palmas ansiosas por
agarrar su dulce culo mientras se balanceaba…
¿Vas a entrar en el agua? preguntó, mientras paseaba con su cámara al
cuello.
Suspiré, intentando poner mis pensamientos lascivos bajo control. El agua fría
me haría muy bien ahora. Ser un chico apestaba a veces.
Respiré profundamente y decidí que iba a intentar tener un día normal por una
vez. Emmi y yo tuvimos algunos de esos antes que las cosas se volvieran extrañas.
Antes que golpeara a su novio y dijera tres estúpidas palabras que podían cambiar la
vida de alguien. Solo iba a intentar dejar ir todo por hoy y tener un día bueno y
divertido.
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Emmi
mentira—. Solo quiero decir que he recorrido un largo camino desde la escuela
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secundaria. Se podría pensar que me hace sonar engreído, pero estoy realmente
orgulloso por lo lejos que he llegado.
—No creo que suenes engreído —le dije, sinceramente—. Es bueno tener
confianza en ti mismo. He recorrido un largo camino desde la escuela secundaria
también, creo. Estoy segura que trabajaste duro por ello.
—Lo hice, has conocido a Sam, mi entrenador, ¿no? El tipo es una máquina y
espera que todos los demás lo seamos.
—No vas a seguir peleando cuando tengas la edad de Sam, ¿no? —le pregunté.
Sabía que no era mi asunto, pero odiaba pensar en él teniendo una paliza una
vez más y mucho menos por otros veinte años.
—No. Si todo va bien, tengo dos peleas más y luego todo terminó. Una vez que
me gradúe, puedo trabajar en iniciar mi negocio y enviar a Callie a la universidad.
Si amaba a su hermana de esa manera entonces tenía que ser capaz de
realmente amarme.
Callie regresó y sus bromas y tonterías se hicieron cargo de la conversación.
Esos pocos minutos de hablar con él me recordó lo mucho que lo había extrañado.
Fue divertido sentarme y verlos jugar uno con el otro. Era un buen hermano y sentía
que Callie era afortunada de contar con él. Estoy segura que tenerse entre ellos hizo
las cosas que habían pasado un poco menos devastadoras. Creo que ella también
pensaba que tenía suerte, no importa lo mucho que pudiera protestar si le
preguntara directamente.
Después de nadar un rato, Braxton dijo:
—Oye, traje mi pelota, ¿ustedes niñas quieren jugar?
—Claro —le dije. Estaba lista para salir del agua, ya que mis manos y pies
estaban empezando a arrugarse.
—Está bien —dijo Callie—. Pero espero que no estés tratando de impresionar a
Emmi. Va a descubrir que soy la atlética la familia.
Braxton no perdió el ritmo cuando dijo:
—Es verdad. De los dos, siempre has sido la más masculina.
Corrió a su camioneta en busca del balón y Callie y yo aprovechamos el tiempo
para secarnos.
Mientras lo hacíamos, me dijo:
—No puedes decirlo con solo mirarlo ahora, pero cualquier cosa que tenga que
ver con el deporte solía ser lo más alejado de su mente.
—Sí, me dijo que era más de... más estudioso en la escuela secundaria.
Se rió y dijo:
—Empollón es la palabra que estabas buscando.
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bikini. Me sentía un poco acomplejada por correr en la playa con mis nalgas
colgando. Sobre todo porque Braxton ya me había silbado y me hizo sentir incómoda
una vez.
—Emmi, ve lejos —dijo, tirando hacia atrás el brazo que sostenía el balón. Puse
mis manos y dejó que la bola volara. Navegó por encima de mi cabeza y aterrizó
cerca de tres metros detrás de mí.
—¿Ves lo que quiero decir? —dijo Callie con una risa.
Braxton frunció el ceño y fui a buscar el balón. Silbó mientras me agachaba
para recogerla y dijo:
—Toma eso, lo hice a propósito para que poder ver cómo lo buscaba.
—Dios, eres repugnante —Callie gritó.
No le hice caso y lo lancé hacia Callie y antes de darme cuenta, teníamos un
juego en contra de Braxton. Él siguió por un minuto, corriendo hacia atrás y adelante
tratando de atraparla en el aire entre nosotras. Odiaba admitirlo, pero Callie estaba
en lo cierto: el fútbol, obviamente, no era lo suyo. Si la atrapaba, casi
inevitablemente la perdía de inmediato. Eso no le restaba puntos a su atractivo, sin
embargo. Tenía un montón de "cosas" que pudieras observar y, mientras corría
alrededor sin camisa en la playa, pude apreciar la mayoría de ellas.
—Está bien, ustedes dos, suficiente. Quiero jugar —dijo, casi como un niño
pequeño que estaba siendo dejado de lado.
Sintiéndome valiente sostuve el balón hacia afuera y le dije:
—Si lo quieres tanto, ven y consíguelo.
Sonrió y sabía que estaba en problemas. Corrió hacia mí, grité y lancé la pelota
a su hermana. Hizo caso omiso de ella, dejando que vuele a través de Callie. Me
agarró por la cintura y me llevó hasta la arena caliente.
—Bájate. —Reí, pero Dios, quería que hiciera todo lo contrario.
Había pasado demasiado tiempo desde que le dejé tocarme. Sus manos
estaban calientes en mi piel y su rostro estaba tan cerca que solo el ligero
movimiento de mi cabeza hubiera juntado nuestros labios. Me perdí el besarlo y
todo lo que mi cuerpo gritaba que hiciera ya. Braxton se detuvo de repente de
hacerme cosquillas y luego nos recostamos en la arena, mirándonos. Todo mi cuerpo
estaba temblando y sabía que tenía que sentirlo. Me preguntaba lo que estaba
pensando, pero estaba bastante segura que lo sabía, ya que podía sentirlo
presionando contra mi pierna.
—Ejem... no delante de los niños —dijo Callie.
Estaba súbitamente parada cerca y fue la distracción que necesitaba. Zoe tenía
razón, necesitaba chaperona. Avergonzada de lo cerca que estuve de ceder, lo
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un marco de plata y era de un muchacho flaco y una niña con el cabello largo y
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rubio.
—Esos somos nosotros —dijo Callie.
Miré al chico de nuevo. No solo era flaco; el pobre hombre parecía casi
demacrado.
—No comías mucho en ese entonces, ¿eh? —le pregunté a Braxton con una
sonrisa. Miró a Callie, quien estaba sonriendo hacia él.
—Ella comió lo suficiente por los dos —dijo—. Casi no podía conseguir un
bocado.
Callie le sacó la lengua y se levantó del sofá.
—Espera hasta que vea estas —dijo ella, agarrando un álbum de fotos de la
estantería.
—Vamos, Callie, ella no quiere mirar aburridas viejas fotos de la familia.
—Claro que sí —le dije con una sonrisa—. Ya sabes cómo de interesada estoy
en la fotografía.
—¿En serio? —Callie me preguntó.
—Sí, acabo de cambiar mi especialidad al fotoperiodismo —le dije.
—Genial, me encanta tomar fotos —dijo—. De hecho, tomé la mayoría de ellas.
—Por lo cual la mayoría me muestran en situaciones embarazosas —dijo
Braxton.
Callie se rió entre dientes.
—El lado embarazoso nunca fue difícil de atrapar cuando mi hermano estaba
cerca —dijo.
—Voy a conseguir otra bebida —dijo Braxton.
Ya estábamos buscando en el álbum y ninguna de nosotras le respondimos.
Suspiró profundamente y todavía no le hicimos caso, por lo que se fue. Pasé a través
del álbum y observé cómo Braxton creció de un pequeño bebé gordito lindo a un
largo chico flaco con acné y gruesas gafas. Era adorable.
—Mi hermano era un gran idiota —dijo Callie con una risa.
—¡Puedo oírte! —Braxton gritó desde la cocina.
—Creo que eras lindo —le dije.
—Gracias —gritó entonces, todavía en la cocina.
—Ella dijo, “eras”. Creo que me concentraría en esa palabra, si fuera tú —le dijo
Callie.
—¡Realmente divertido, Callie!
Me mostró otras fotos que había tomado de la playa y puestas de sol y una de la
luna llena sobre el agua.
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—Son hermosas.
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—¿Eso crees? Me gustaba. —Parecía complacida con el cumplido de su trabajo.
Podía identificarme con eso. Me encantaba cuando a la gente le gustaban mis fotos.
Nunca he tenido un hijo, pero lo comparo con lo que debe ser tener uno y lucirlo.
Era una sensación agradable que alguien le gustase algo que he creado.
—Entonces, ¿qué marca es tu cámara? —Callie me preguntó.
La agarré de la mesa junto al sofá donde la había puesto y se la di. La sostuvo
con cautela y la miró.
—Es muy buena —me dijo.
—Sí, ahorré por un largo tiempo para comprarla —le dije—. Tu hermano no
era el único que era un empollón en la escuela. Estaba tan envuelta en mis clases de
actuación, obras de teatro y la fotografía que olvidé que estar en la escuela
secundaria se trataba de ser popular —le dije con una sonrisa.
Bajó la voz y dijo:
—No se lo digas a Braxton porque no voy a admitirlo delante de él, pero soy
parecida. Realmente no me importa ser una, me gusta más que ser una Barbie, creo.
Me da dinero cada vez que lo veo y me dice que compre ropa y cosas como todos los
demás. Nunca tuvo eso porque papá nunca tuvo un trabajo y jamás se llevaron bien
de todos modos. Nunca pudo hacerlo por su cuenta y parecía que papá quería
empujarlo a eso. Braxton ha cambiado mucho desde la escuela secundaria. Una vez
que empezó a ejercitarse era repentinamente este extraño. Casi no lo reconocí, hasta
su actitud cambió.
—¿Qué quieres decir? —le pregunté.
—Solo estaba tan lleno de sí mismo. Incluso era difícil hablar con él sobre
cualquier cosa que no lo implicara directamente. Quiero decir, todavía era siempre
bueno conmigo e hizo todo lo posible para asegurarse que siempre tuviera todo lo
que necesitaba, pero no estábamos tan cerca como estábamos antes. Son embargo,
ha sido mucho más fácil hablar con él desde que te mudaste... Diferente.
—¿Diferente cómo? —le pregunté, curiosa.
—Es más como solía ser. Hablamos de mí mucho más ahora y actúa como si se
preocupa de escuchar lo que realmente está pasando en mi vida. Todavía hay cosas
que no puedo hablar con él. Es un hermano mayor. ¿Lo viste con ese pobre chico en
la playa? Estoy casi contenta que ya no vive en casa, no conseguiría un novio. —
Sonrió y luego dijo—: Realmente le gustas, te lo puedo decir. Creo que eres buena
para él.
Sonreí de vuelta.
—¿Tienes un novio en este momento? —le pregunté.
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pudiera ver lo que pensaba de mí en sus ojos con la misma facilidad. Le dije a Zoe
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que sabía que se preocupaba por mí y que gran parte era cierto. Pero ¿de verdad me
quiere o, como pensó Zoe, era solo otro juego?
Extendió la mano hacia mí y fácilmente caí en sus brazos. Me puso en su pecho
y terminamos viendo la puesta de sol. No creo que nunca había querido besar a
nadie tanto como quería darle un beso, pero no lo hice. Me contenté con lo bien que
se sentía con su brazo rodeándome y frotando mi hombro y mi cabeza contra él.
Todavía tenía que pensar seriamente sobre qué hacer antes de empezar a dejar que
mis labios tomen decisiones por mí.
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Página
Braxton
Pocos días después del viaje a la playa, Emmi comenzó al menos a hablar
conmigo de nuevo. Estaba tratando de ir despacio con ella, pero las cosas estaban
volviéndose más normales, incluso compartimos algunas comidas juntos. Ella tenía
que venir a mí en su propio tiempo, pero era tan impaciente. Trataría de no forzarla;
porque si la asustaba y se alejaba, me odiaría completamente. Estaba asustada; de
eso me di cuenta cuando estábamos solos. Antes había sido herida y muy mal; por
desgracia, eso era lo que estaba esperando de mí. Todavía estaba tratando de
aguantar y demostrarle que esa no era mi intención. Nunca seré igual a ese tipo.
Era extraño para mí, pero ahora que sabía a ciencia cierta que estaba
enamorado de ella y solo la quería a ella, era más fácil esperar. Tenía una gran pelea,
y no podía darme el lujo de distraerme. No iba a ser utilizado como saco de boxeo en
esta ocasión. Mi cuerpo estaba casi completamente curado de la última pelea y tenía
la esperanza que permaneciera así. Tenía en mente todo lo que había entrenado con
Sam durante la semana.
Cuando llegué al almacén lo primero que Sam me pregunto fue:
—¿Está tu mente clara de todo, excepto de la pelea?
Me dejé tener una última visión de Emmi. Me la imaginé con su sedoso cabello
cayendo sobre su cuello largo y tocando su dulce pecho. Sus pezones, los que mi
boca estaba deseando probar. Vi su vientre suave y plano; dejé que mis ojos viajaran
hacia abajo llegando a cada muslo, uno a la vez. Les dejé viajar entre sus piernas,
lamiéndome los labios recordando su dulce sabor. Aparté esos pensamientos y
respiré profundamente. Mire a Sam a los ojos.
—Solo pienso en gana y mantener mi buen aspecto en el proceso.
—Bueno —dijo Sam—. El primero de ellos es sin duda posible, pero creo que es
demasiado tarde para el otro. No olvides todo lo que trabajamos. Bob, brazo y
patada. Bob, brazo y patada. Toma la delantera cuando salgas y mantenlo así.
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Eché de menos mi bonito rostro por casi dos semanas después de la última pelea.
Sam rodó los ojos.
—Siempre y cuando funcione como motivación, para mí está bien.
Al momento que escuché mi nombre a través del parlante, corrí a la jaula con
Sam a mi lado. No miré a la derecha ni a la izquierda, no quería ver la multitud.
Tenía miedo de sorprenderme al verla; sabía que estaba aquí para tomar fotografías.
No me había dicho que iba a venir, pero me entrevistó al salir de la audiencia cuando
llegué por primera vez aquí. Si la volvía a ver, me distraería por completo. Mi cabeza
estaba en la pelea y tenía toda la intención de entrar dentro de los cuatro finalistas
Me introduje en la jaula, mientras Sam me daba otra charla y algunos consejos
más sobre cómo combatir sumisamente y aun así ganar. Me dijo que no hay
vergüenza en estar lejos del otro luchador en el juego, sobre todo si salía vencedor.
Me mantenía emocionado, estaba preparado para esto y la música fuerte y los
sonidos de la multitud en el fondo estaban excitándome. Me alimentaba de ello.
Cuando sonó la campana, fui al encuentro de mi oponente. Su nombre era Ernie
Vásquez y se hacía llamar “El Chico Tequila”. Era de Texas y estaba tan hambriento
de esto como yo. Lo pude ver en su rostro. También pude ver rastros de su última
pelea. Supongo que no fui el único que consiguió una paliza y aun así ganó.
El árbitro nos dio las indicaciones. Chocamos nuestros puños y volvimos a
nuestras esquinas para esperar el toque del timbre. El Chico Tequila parecía un poco
nervioso. Y eso podría ir en cualquier dirección, dependiendo de dónde ponía esa
energía. Cuando escuché la campana de nuevo, me moví hacia adelante, pero no fui
directamente hacia los golpes que estaba lanzando desde el inicio. En lugar de eso,
empecé a bailar como Sam me indicó. Moví los pies al ritmo de la música y me
agaché y esquivé, imaginando que las cuerdas estaban por encima de mi cabeza. Me
llegaba un puñetazo o una patada de vez en cuando. Nada espectacular por parte de
ninguno de nosotros, pero cuando sonó la campana indicando el final del primer
round, estaba libre de sangre. Tequila, por otro lado, estaba lidiando con un labio
partido. Me encontraba en camino a la ronda de los cuartos de final. Podía sentirlo.
La segunda ronda fue una gran cantidad de lo mismo. La multitud estaba
gritando por nosotros, estaban aquí para ver sangre y no les estábamos dando
exactamente eso. Me di cuenta que Tequila se estaba enojando y los golpes que
lanzaba venían a mí más fuerte y más rápido. Se estaba haciendo más difícil de
esquivar y me estaba cansando. Lo que me redimía era que también estaba cansado.
Aterrizaron algunos buenos puñetazos a un lado de mi cabeza, por suerte no era la
oreja que todavía estaba adolorida de la última pelea. Recibí un golpe en mi rodilla
afectada y empecé a caer al piso; podía escuchar a Sam gritarme en el fondo que
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mi rodilla todavía palpitaba y estar de pie no era tarea fácil. La multitud gritaba mi
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Página
Emmi
No me di cuenta hasta que la pelea había terminado, pero pude haber estado
aguantando la respiración todo el tiempo. Era tan surrealista ver a Braxton dentro de
esa jaula. Estaba tan concentrado y tan intenso. Ese tipo de lucha era todo nuevo
para mí. Nunca había visto una pelea de jaula en mi vida antes de conocerlo. Si no lo
hubiera conocido, dudaba que alguna vez lo hubiera hecho.
Lo vi esquivar golpes del otro chico durante mucho tiempo y, cuando parte del
público gritaba que uno de ellos golpeara, quería darle ánimos para que no fuese
golpeado. Cuando el tipo empezó realmente a golpearlo en la segunda vuelta, me
sentí como si estuviera recibiendo un puñetazo, justo en el intestino. Hice una
mueca cada vez, sobre todo si estaba cerca de uno de los lugares donde había sido
herido antes. Mi estómago dolía y tuve que esforzarme para mantener la
concentración en la lucha y seguir tomando fotos. No tenía que tomarlas; pero por
alguna razón, no quería que Braxton supiera que solo había venido a verlo. Me
estremecí de nuevo cuando el otro chico pateó a Braxton en la rodilla herida. El
hombre a mi lado vitoreó. Pensé en darle patadas en las pelotas. Eso tuvo que doler
como el infierno y debía felicitar a Braxton por mantenerse en pie.
Después de ganar, lo vi mirarme. Era la primera vez que lo hacía en toda la
noche. No estaba segura si no sabía que estaba allí, o si estaba demasiado enfocado.
Nuestros ojos se encontraron por un segundo y sabía que probablemente era una
ilusión de mi parte, pero creí que podía ver emoción real en su mirada, dirigida a mí.
Le sonreí y le di un signo con el pulgar hacia arriba. Vi su hermosa sonrisa por un
breve minuto antes que el árbitro lo arrastrara lejos.
Mientras el árbitro alzaba su brazo hacia la multitud, me moví más cerca y
tomé foto tras foto mientras su rostro se veía aturdido al darse cuenta que una vez
más era campeón. Era algo hermoso de ver. Todo su rostro se iluminó y me di cuenta
que estaba visualizando su futuro. Tenía la esperanza que ganara el siguiente
también y el que sigue después de eso. Realmente había trabajado duro para ello y
creía que se merecía lo mejor de la vida.
Tomé algunas fotos de la multitud mientras Braxton se dirigía a los vestuarios
con su gran entrenador, o lo que fuera, guiándolo. Estaban dándole la mano o
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tratando de tocarle los hombros. Como de costumbre, las chicas se desmayaron. Les
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dio a algunas la palma para chocar, pero parecía como si realmente solo quisiera salir
de allí. Me alegré de ver que ignoró por completo la chica que quería darle un par de
sus bragas en la mano y otra que le estaba ofreciendo su sujetador que estaba lleno
de un par de tetas gigantescas.
Tenía este abrumador deseo de seguirlo... así que lo hice. Era como si estuviera
en piloto automático. Ni siquiera trate de detenerme. No sabía lo que diría cuando
llegara allí, lo único que sabía era que quería verlo y no quiero esperar.
Cuando llegué a la puerta del vestuario me di cuenta de lo que estaba haciendo
y lo que esperaba que sucediera. No solo quiero verlo. Esas realizaciones me hicieron
casi acobardarme, dar vuelta e irme. No sabía lo que iba a decirle. Sabía que no
estaba preparada para cualquiera de esas cosas de amor, pero estaba cansada de
tratar de esconder el hecho que todavía tenía muchas ganas de estar con él. Me sentí
como si estuviera constantemente luchando con mis impulsos últimamente. Estaba
dolorida por estar con él y cansada de negarlo cuando estaba ahí, listo, dispuesto y
más que capaz. Quería hablarle como solíamos hablar, como amigos. Quería tocarlo
como habíamos empezamos hace un tiempo, como amantes. Quería ser lo que
éramos antes que Trent regresara a mi vida durante unos diez segundos y estropeara
todo. Dejé a Trent, era un experto en causar estragos en mi vida. Respirando
profundamente, abrí la puerta rápidamente antes de perder los nervios y entré.
Estaba de pie allí con su entrenador, todavía en su pantalón corto de lucha y
sin camisa.
Braxton me notó y, cuando el gran hombre se dio la vuelta y me vio, dijo:
—Bueno, parece que tienes compañía por lo que voy a salir un rato. Quise decir
lo que dije, chico, no podría haber estado más orgulloso si hubiera sido yo. Esa era la
manera de hacerlo. Incluso, apenas se puede decir que estabas en una pelea.
Sam le dio una palmada suave en la cabeza. Fue alentador verlo, sabiendo que
a Braxton le faltaba ese tipo de apoyo de su propio padre. Me di cuenta que la
aprobación de Sam significaba mucho para él. Sam me sonrió al salir y le sonreí.
Cuando se fue, volví a mirar a Braxton. Sam ya había cubierto los dos pequeños
puntos en su rostro que sangraban.
—Oye —le dije—. Buena pelea, o lo que peleaste.
Sonrió y mi estómago hizo esa cosa de nuevo, donde se sentía como
pterodáctilos que habían establecido su residencia allí.
—Gracias —dijo—. ¿Así que obtuviste unas buenas fotos para el periódico?
—No —admití—. No estaba aquí para el periódico. Sarah cubrió esta.
Me miró sorprendido y dijo:
—Bueno, ¿por qué estabas aquí? Te vi tomar un montón de fotos.
—Sí, lo hice. Tengo algunas realmente buenas —le dije—. Pero quería fotos
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para mí. Podría ver si Sarah quiere mirarlas dado que estaba en realidad más cerca
de lo que estaba ella. No sé si tiene algunas muy buenas. Si no, vamos a ponerlas en
Página
Es curioso que Sarah no hiciera preguntas mientras estaba allí. Tendría que
Página
hablar con ella sobre eso más tarde, sin embargo. En este momento, tenía una cosa
en mente y estaba delirantemente feliz de ver que Braxton también.
Braxton ignoró los gritos de Sam y me besó de nuevo. Esta vez, besó a través
de la línea de mi mandíbula y sus labios se posaron en mi cuello. Su aliento caliente,
su lengua y sus labios comenzaron a hacer el amor en mi cuello y la piel de gallina
corría por mi espalda y mis brazos.
—¡Braxton! —Sam no se iba. Braxton suspiró con frustración y puso su frente
contra la mía. Me miró a los ojos de nuevo, esta vez por un tiempo muy largo.
Al ver lo que quería ver allí, sonrió otra vez y dijo:
—Oye, Sam, dame un minuto, ¿quieres?
Froté la pelvis contra la suya. Me encantaba sentir el pulso de su erección
contra mí a través de su pantalón corto, sabiendo lo bien que se va a sentir una vez
que finalmente estuviera en mi interior. Pasé la mano por su pecho resbaladizo.
Todavía estaba saturado de sudor y se estaba convirtiendo en más de lo que pensaba.
Me detuve en la parte superior de su pantalón y moví mis dedos justo debajo de la
elástica. Lo sentí temblar.
—¡Braxton!
—¡Mierda! ¡Sam! ¡Te dije que me dieras un minuto!
Murmuré:
—¿Solo uno?
Sonrió ampliamente a continuación, y dijo:
—No, retiro eso, Sam... ¡Dame media hora!
Roza sus labios suavemente contra los míos, haciéndome gemir. Mientras se
burla de mí, desabrochaba mi blusa y cuando termina con eso, la empujó de mis
hombros y la dejó caer al suelo. Besó mi cuello mientras alcanza por detrás de mí y
me desabrocha el sostén. Dejó que se deslizara hasta el suelo y, cuando mis pechos
quedaron libres, gimió y luego bajó su boca y tomó mi pezón izquierdo entre sus
labios. Comenzó a girar su lengua caliente alrededor y luego mordisqueó
suavemente con los dientes, enviándome a otra dimensión. Trabajó en el izquierdo
por un tiempo y luego se trasladó al otro. Estaba temblando, segura de que iba a
tener un orgasmo solo por su manipulación experta en mis pezones. Mientras
chupaba uno, jugaba con el otro entre sus dedos. Estaba empapada ahora y
bombeando mis caderas contra él.
Desabrochó mi pantalón corto, mientras le hacía el amor a mis pechos con la
boca.
—Oh, Braxton, se siente tan bien —susurré. Mi respiración casi desapareció
por completo, pero no importaba. Si muriera en este momento, hubiera valido la
pena.
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sobre la mía y me ayudó. Sus bóxer salieron con su pantalón corto y su magnífica
hombría cayó hacia adelante. Quería probarlo; quería hacer que se sintiera bien.
Traté de arrodillarme, pero me detuvo.
—Toma una ducha conmigo, Emmi. Necesito una.
Una ducha sonaba divertido y sexi. Di un paso atrás y quité mi braga. La arrojé
en el montón de ropa desechada y tomé la mano que sostenía hacia mí. Me llevó a la
ducha y mientras esperaba, impaciente, puso el agua caliente. Y luego lo vi agregar
un poco de fría mientras el vapor comenzaba a levantarse del suelo de baldosas. Dio
un paso bajo la ducha y me llevó tras él. Sirvió una generosa cantidad de gel de baño,
champú o lo que sea en su mano y se enjabono a sí mismo. Durante todo el tiempo
me besaba y me ayudaba a trabajar la espuma sobre su duro cuerpo, prestando
especial atención a aquellos lugares que eran difíciles para él doblar y alcanzar. Se
apartó de mí y, mientras se enjuagaba bajo el chorro potente, corrí mis manos a
través de las ondas de su espalda... simplemente ayudándolo a enjuagarse.
Se dio la vuelta para enfrentarme y luego me giró, por lo que el vapor fue a mi
espalda. Traté de darle un beso de nuevo y me dijo:
—Quiero hacer que dure. He estado muriendo por tocarte durante dos
semanas. Déjame tocarte, Emmi... todo de ti.
Me quedé quieta y le di un leve asentimiento. Me rodeó y rozó el brazo contra
el costado de mi pecho, haciéndome temblar una vez más. Agarró el gel de baño y
vertió otro poco en sus manos. Trabajó en una espuma y entonces comenzó a
masajear la parte superior de mi cabello mojado, tirando de él a través de sus dedos
mientras masajeaba. Me sostuvo la cabeza entre las manos y masajeó las sienes con
los pulgares. Cerré los ojos y entré en un coma temporal mientras dejaba que el
momento erótico me llevara lejos.
Cuando terminó, giré la cabeza y regresó con la ducha en la mano. Lo sostuvo
por encima de mi cabeza y enjuagó el champú de mi cabello, usando su mano para
trabajar los extremos como lo hizo. Me miró a los ojos todo el tiempo. Era sexi y un
poco desconcertante, todo al mismo tiempo.
El agua caliente en la espalda y sus labios calientes en los míos era equivalente
a la conmoción que se obtiene cuando se toca un cable de alta tensión. Cada fibra de
mi ser se sentía viva y hormigueante. Cuando llegó a la parte baja, sentí cambiar la
configuración de la ducha, moviéndolo a un nivel superior. Apuntó a mi culo y la
fuerza era como un mini masaje. La bajó hacia la parte posterior de mis muslos,
tanto como podía alcanzar. Todo el tiempo nuestros cuerpos estaban cada vez más
cerca y pude sentirlo duro y palpitante contra la mitad de mi sección. Me agaché
para tomarlo, pero dio un paso atrás.
—Todavía no, si me tocas voy a correrme... de inmediato. No quiero que se
acabe tan rápido.
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Asentí, de mala gana. Mis manos dolían por tocarlo. Había pasado demasiado
Página
tiempo. Vino por detrás de mí una vez más, sostuvo una toallita y utilizó el gel de
baño para cubrirla. Entonces empezó a bañarme. Enjabonó mi brazo todo el camino
hasta mi hombro y luego se deslizó hacia abajo lenta y sensualmente hasta mi mano.
Repitió el proceso en el otro brazo y luego trasladó su concentración a mi cuello y
espalda. Gemí al sentir el deslizamiento de la tela sobre mis hombros. Sus dedos se
arrastraban cerca, dejando un rastro de fuego. Masajeó y me frotó causando energía
que ni siquiera sabía que tenía que ser liberada. Incliné mi cabeza hacia atrás con los
ojos cerrados y respiraba el limpio olor fresco del jabón, mi mente seguía el
movimiento de la toalla en la espalda baja.
Cuando llegó a mi trasero, comenzó a amasar y masajear, deslizándose hacia la
parte superior de los muslos y la parte posterior de la rodilla y luego a mi pantorrilla
y el tobillo. Lo hizo con la otra pierna de la misma manera sexi. Luego empezó en
mi pecho y, mientras los lavaba, sus dedos eróticamente trazaban el contorno de mis
pezones. Gemía y me retorcía para entonces. Casi no me importaba que fuera rápido;
lo quería tan jodidamente mal.
Detuvo el agua en medio de mi pecho, justo por encima de los montículos de y
sostuvo la tela allí. Me preguntaba lo que estaba haciendo y me sorprendió cuando
comenzó a apretar para liberar una corriente rica de espuma. Podía sentir como se
deslizaba entre mis pechos y luego se deslizaba de mi estómago hacia la parte
superior de mi ombligo. Apretó de nuevo y esta vez la gravedad añadía velocidad y la
espuma alcanzaba el interior de mis muslos. Tuve que apoyarme contra el azulejo de
la ducha. Me temblaban las piernas como fideos. Sentí su mano en mis pechos,
esparciendo espuma a lo largo de cada uno de ellos, y el baile alrededor de mis
pezones erectos. También utilizó el paño. Fue una suave combinación de tela firme y
suave carne, me hizo sentir un hormigueo por todas partes una vez más.
Cuando terminó, enjuagó todo el piso alrededor de mí para que no cayera y
entonces sentí que colocó directamente delante de mí. Abrí los ojos y sus sensuales
ojos buscaban los míos mientras colocaba la tela justo por encima de mi coño.
Comenzó a lavarme allí con simples movimientos de la muñeca, deslizando la tela
profundamente entre las piernas y desde la espalda a mi bajo vientre. Empecé a
mecerme con el movimiento opuesto de la tela, frotándome de un lado a otro contra
su mano, con fuerza.
—Oh, Braxton... Ahh —grité mientras un orgasmo liberaba mi cuerpo.
Mis pezones estaban en llamas y mi clítoris y coño palpitaban después de eso.
De pronto se detuvo y quería gritar. Necesitaba más. Mis rodillas se debilitaron
cuando quitó la mano y pensé que podría colapsar justo ahí. Me quedé allí tratando
de ser paciente, con mis respiraciones llegando irregulares. No sabía si podía
controlarme mucho más tiempo.
—Braxton —dije, empujando cada palabra en una de mis respiraciones
irregulares—. Quiero tocarte, por favor.
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Luego corre el dorso de sus dedos por mi rostro y me besa en los labios.
Página
Cuando rompe el beso, llevó su brazo por detrás y agarró dos toallas. Dándome una
dijo:
—¿Quieres ayuda para secarte?
—Mejor lo hago yo —le dije con una sonrisa—. De lo contrario podemos estar
aquí toda la noche.
Después que nos habíamos secamos y vestido, dijo:
—Vamos a ser la comidilla de toda la escuela después de esta noche, lo sabes.
—La comidilla de toda la escuela, ¿por qué? ¿Debido a la imagen que Sarah
tomó?
—Sí —dijo—.No solo nos besábamos, todavía estaba medio desnudo y mis
manos estaban en tu cabello. No vamos a ser capaces de hacerlo pasar como
inocente.
—Está bien, le caigo bien a Sarah. Puedo pedirle que no lo imprima y no lo
hará.
Braxton me mira y me di cuenta que, de repente, deseó no haber dicho nada.
—¿Braxton? —pregunté—. ¿Es algo malo?
—No, solo no me importa si la gente habla de nosotros o si alguien se enfada
sobre nosotros estando juntos o no. Estoy orgulloso de estar contigo, deseo que te
sientas de la misma forma.
Puse la mano en su mejilla. Me di cuenta que estaba pensando que estaría
avergonzada de ser vista con él. Eso no era cierto, cualquier chica de mi edad se
sentiría orgullosa de ser fotografiada con este tipo, mucho más llegar a hacer lo que
habíamos hecho.
—Me siento orgulloso de estar contigo, Braxton —le dije—. Solo que siempre
he sido cauta cuando se trata de mi vida, ya lo sabes. La primera pelea cuando nos
fotografiamos besando... había gente hablando durante un tiempo y no me gustan
las miradas y los susurros. No me siento cómoda siendo el centro de atención. Está
bien, sin embargo, estoy segura que Sarah tiene un montón de tomas y no la usará si
le digo.
—Um, no me di cuenta cuando hablaste de Sarah que era ella... esa Sarah.
Supongo que no sabía que estaba en la fotografía, o el periodismo, o lo que sea —
dijo.
—¿Nunca te diste cuenta de ello? ¿Cómo conoces a Sarah? —Sabía cómo tan
pronto lo miré al rostro. A veces soy un masoquista.
—Teníamos una... aventura, supongo que lo llamaría así, en nuestro primer
año. Era todavía bastante nuevo en seducir chicas y me quede allí mucho más
tiempo porque no quería herir sus sentimientos. Sarah y yo pasamos un par de
semanas... haciendo cosas juntos. Finalmente le dije que no tenía ningún deseo o
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mataran…
Sabía que era ridículo, Braxton ni una sola vez había fingido ser otra cosa de lo
que era... un jugador en serie. Sabía eso cuando me involucré con él, la primera vez
que me acosté con él, lo que era. Me dijo que no iba a estar con nadie más, siempre y
cuando estuviéramos juntos y todavía le creí. Pero, cuando pensaba en él con todas
esas otras chicas delante de mí, nunca pensé en el hecho que podría conocer
realmente una de ellas. Veía a Sarah prácticamente todos los días. ¿Cómo de
incómodo iba a ser ahora? Tenía que preguntarme si seguía suspirando por él.
De repente me di cuenta del porqué todas esas tonterías en la playa. Se enojó
porque pensó que estaba durmiendo con él. Todavía tenía la esperanza de que
Braxton le daría otra oportunidad. La cabeza me daba vueltas y me sentí como si
algo estuviera aplastando mi pecho. A la luz de lo que acaba de decir, estaba casi
segura ahora que imprimirá la foto de nosotros y tal vez la mía y Dylan también, no
por otra razón que para vengarse del chico que le rompió el corazón. Las mujeres
podían ser rencorosas, no importa cuán maduras y profesionales fuesen.
—No es una gran cosa, ¿no? Quiero decir, estamos siendo exclusivos todavía,
¿no? —Braxton seguía hablando, tratando de hacerlo mejor.
Lo miré y en un tono que no merecía dije:
—Por lo que yo sé. —Había perdido ese magnífico resplandor de sexo al que
estaba aferrada.
—Emmi... te dije que no quiero estar con nadie más y lo dije en serio. No he
estado con nadie más. Sarah está en el pasado y también lo son todas los demás. Me
gustaría que me creas y confíes en mí.
—No es que no te crea —le dije—. No quise que sonara así. Es solo que...
cuando estés listo para seguir adelante Braxton... nosotros... entonces, si todo el
mundo sabe, solo voy a ser otra de tus descartes y pareceré una tonta. En realidad, ya
lo hago. Trabajo con Sarah prácticamente todos los días y ahora voy a tener que
hacer eso sabiendo... esto. No debería tener que ir por ahí sintiéndome avergonzada
de tu pasado.
—Emmi, en primer lugar, nunca serás una de mis “descartes”. En segundo
lugar, no debes estar avergonzada de mi pasado. Es mi pasado y ni siquiera estoy
avergonzado de ello. Desde que te conocí ha sido el pasado, no es mi presente ni mi
futuro. Estoy orgulloso de mí por seguir adelante. Emmi, te lo dije, eres diferente...
yo… —Puse mis dedos a los labios.
—No lo digas de nuevo, Braxton, ¿de acuerdo? No esta noche, ¿por favor?
No podía hacer frente a sus profesiones de amor nueva vez, no esta noche. No
podía respirar pensando en entrar en la oficina del periódico mañana, donde se
suponía que debía asistir a una reunión y verme en la primera página de esa manera.
Estaba tratando duro para construir experiencia y tener una carrera y ahora todos
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van a mirarme como si fuera una especie de broma. No quiero que todos sepan mi
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vida privada. Traté de permanecer fuera del radar de los que les gusta agitar la olla y
propagar rumores. Tuve suficiente de eso en la escuela secundaria. Rematando el
hecho nos alejemos, tanto sea él o yo, todavía pareceré una gran tonta por salir con
un jugador.
Miré a Braxton. Parecía herido y sabía que era porque seguía haciendo caso
omiso de sus profesiones, ya sea de amor o de dejarlo entrar. No pude evitarlo, si no
estaba preparada para que toda la escuela sepa que estaba en el vestuario en el
partido de MMA besándome con Braxton, realmente no estaba lista para el "Te
Amo", tampoco. Tenía que salir de allí y mientras abría la puerta me encontré frente
a frente con Sarah y Sam. Mi cabello estaba todavía húmedo, por lo que fue bastante
obvio lo que habíamos estado haciendo.
Sarah levantó la cámara y dije:
—Sarah, por favor...
No sabía si era porque le gustaba, no era más que una buena persona en el
fondo o me compadecía por ser una de las víctimas de Braxton, pero bajó la cámara
a su lado.
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Braxton y yo estábamos disfrutando el uno del
otro. Todo se sentía mejor de lo que lo había hecho en
años. Eso cambió cuando vi el contrato de la MMA. Era
una vida de la que no quería ser parte. ¿Sería capaz de
lidiar con eso?
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Soy Alycia Taylor y soy autora de libros de romance.
He amado escribir libros desde la primaria.
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