La Hegemonia Menemista Alberto Bonnet

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RESEÑA BIBLIOGRAFICA

Alberto Bonnet, La hegemonía menemista. El neoconservadurismo en Argentina, 1989-2001,


Buenos Aires, Prometeo Libros 2008, 438 páginas

Alberto Bonnet es docente e investigador en la UBA y en la UNQ, interesado especialmente en


temas como la dimensión política de las nuevas luchas sociales. En éste trabajo, versión corregida
de la tesis de doctorado presentada al Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la
Universidad Autónoma de Pubela en México en 2006, Bonnet intenta explicar las caracteristicas de
la hegemonía menemista, una “bestia” que vivió en Argentina entre el 1989 y el 2001.
Es propio a través de esta metáfora que se construye el ensayo, caracterizado por la adopción,
declarada en la introducción, de una perspectiva teórica marxista que permite al autor de subrayar el
papel fundamental del antagonismo entre capital y trabajo en el contesto de una sociedad capitalista.
La estructura del libro es muy simple y recorre, en seis capítulos, la vida de esta bestia. Los
primeros dos indagan la existencia de una hegemonía política neoconservadora en la Argentina de
los años noventa, ilustrando el contesto de reestructuración económica en el cual se insertó la
democracia capitalista y el panorama político argentino, dejando también espacio por algunas
reflexiones teóricas. El cuerpo central del trabajo es costituido por tres capítulos en los cuales se va
explorando la fisonomía de la bestia desde puntos de vista cada vez más cercanos: se empieza con
las estructura que el gobierno de Menem heredó en el 1989, caracterizada por la hiperinflación,
pasando por el planteamiento de su hegemonía política e ideológica hasta llegar al análisis de la
anatomía de la bestia, costituida principalemente por la reforma de convertibilidad actuada en 1991.
El último capítulo trata de la muerte de la bestia: mas precisamente esta afirmación se refiere a las
luchas sociales estalladas en los últimos años de gobierno de Menem y que terminaron en la
insurrección de diciembre 2001, que puso fín al gobierno de la Alianza.
Las fuentes tomadas en cuenta incluyen una sólida y amplia bibliografía que va desde la economía
política hasta la historia de los movimientos sociales. Bonnet tiene una deuda especial con autores
marxistas de la corriente que lo inspira, como John Holloway y Simon Clarke, pero también con
autores de otras corrientes, como Slavoj Zizek o Nicos Poulantzas. Además se utiliza como fuente
la prensa, sobretodo para subrayar algunos aspectos de los discursos oficiales que hombres políticos
o económicos hicieron a lo largo de la década analizada.
Esta amplitud de fuentes sirve al autor para abarcar numerosos aspectos de la historia recién de la
Argentina. Como ya dicimos, el ensayo intenta tratar de la hegemonía menemista; para alcanzar este
intento es claramente necesario analizar también, desde puntos de vista teóricos y prácticos,
aspectos sociales y económicos dado que esta hegemonía no fue un mero fenómeno político. En
este sentido la análisis de Bonnet satisface todos los lectores que buscan informaciones esenciales
sobre los acontecimientos recientes, desde quien estudia el desarrollo de las luchas sociales en los
años noventa hasta quien indaga el peso político asumido por el Ejecutivo encabezado por Menem,
pasando por quien analiza, desde un punto de vista más teórico, la evolución de la estructura de una
democracia en el mundo capitalista avanzado.
Dos de los temas claves enfrentados son la convertibilidad económica y las luchas de clases. La
Ley de convertibilidad sancionada en el 1991 ocupa un papel central en la consolidación de la
hegemonía menemista, empezada con la elección a Presidente en el 1989 pero prontamente
amenazada por la hiperinflación que infectaba la economía argentina y por los consiguentes
conflictos sociales que se desataron. Esta reforma logró conseguir la estabilidad que las medidas
anteriores, las del gobierno Alfonsín ni siquera las primeras de Menem, no hallaron. Pero se subraya
que esta reforma se articuló a través de medidas diferentes, como las privatizaciones y las reformas
del trabajo, que influyeron sobre el desatarse de luchas sociales. Estas luchas pusieron término a la
hegemonía menemista en la medida en que se desarrollaron en contra de la convertibilidad, la cual
no obstante consolidó la situación económica fue, a lo largo, causa del crecimiento de la pobreza
entre la mayoría de la población argentina. Se hace particular atención a la evolución de estas
luchas desde los años ochenta hasta las luchas del diciembre 2001, leyendo la situación social a la
luz de la tradición teórica marxista y neomarxista que asume como fundamental el antagonismo
entre capital y trabajo, origen típica de estas luchas de clases. Solo así, segundo el autor, se puede
entender como se consolidó la hegemonía menemista y como esta fracasó en frente de las luchas del
actor social que por su propria existencia ella tenía que controlar estrechamente: la clase
trabajadora. Pero es admiten, también, las debilidades que caracterizaban (y que hoy en día
sobreviven) estas luchas y que marcan la distancia entre insurección y revolución.
En conclusión, un tema así complejo, analizado con este tipo de marco teórico, necesitaría de más
de un libro para ser explicado; las operas de síntesis siempre son trabajos difícil de cumplir, que
enfrentan el doble riesgo de dejar de lado acontecimientos que sería importante incluir y de plantear
un análisis que, per lo tanto que es rica, falta de claridad expositiva. Lo que se debe reconocer a
Bonnet es, en cambio, la capacidad de dar cuenta de muchos aspectos y acontecimientos sin que se
pierda el file rouge del análisis, también sí, en algunos párrafos, el riesgo es de alargarse demasiado
en los debates teóricos de la tradición marxista y no marxista.

Alex Da Frè
Universidad Nacional de Tres de Febrero

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