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Datos de la película

Título: Los coristas [Les choristes].

País y año: Francia, 2005.

Dirección: Christophe Barratier.

Género: Drama.

Música: Bruno Coulais.

Guion: Christophe Barratier, Philippe Lopes-Curval.


Producción: Francia, Suiza, Alemania, 2004.

Duración: 95 minutos.

Esta película (Los coristas) se la puede comparar con el modelo conductista en la


educación.

Se compara la teoría constructivista y el enfoque de Watson tomando una escena de


la película, mostrando los resultados que genera esta práctica dentro de un
establecimiento educativo y la reacción de los alumnos ante los castigos.

El conductismo dice que los sujetos no tienen conciencia ni pensamientos, no se


considera al sujeto en sí mismo sino en cómo se manifiesta ante una situación.
Watson plantea al conductismo como una ciencia humana que estudia al hombre por
sus conductas, tanto las aprendidas como las no aprendidas, sostenía que mediante
los condicionamientos adecuados todos podemos aprender cualquier cosa, en esta
teoría aprender consiste en asociar un estímulo a una respuesta con el objeto de
observar y controlar las reacciones del hombre. Este método lo podemos relacionar
con la postura del director con respecto al régimen educativo impuesto en el instituto.
Lo que buscaba el director y el resto de los docentes con esta regla de acción-
reacción, es que ante una situación que rompiera con el orden estipulado
(acción/estimulo) se aplicara de forma inmediata un correctivo para evitar que se
repitiera esta acción (reacción/respuesta) corrigiendo así la conducta de los niños
dentro del internado. 

Se puede observar en una escena de la película cuando el profesor Mathieu ya se


encuentra dentro del establecimiento, que el viejo Maxence sufre un accidente por una
trampa puesta por un alumno y el método del director fue que el señor Mathieu eligiera
algún alumno al azar para castigarlo hasta que confesara. Luego Mathieu descubrió
quién había sido el culpable, se apiadó de él y le dijo que no lo delataría si él le
ayudaba al viejo Maxence a recuperarse. 
Ante la acción (en este caso el alumno que hizo la broma), la reacción del director fue
la de imponer un castigo como forma de corregir la conducta no deseable. Acá se ve
cómo se quiere adaptar la conducta de los niños. Cuando quiere lograr una respuesta
en una persona, en este caso los niños, se debe elegir los estímulos necesarios, un
castigo o premio para cumplir con el objetivo, en este caso se optó generar presión
para que denuncien al culpable, provocar miedo y temor en el resto de los alumnos,
utilizar una sanción generalizada o una sanción a uno de los alumnos que sirva de
ejemplo para el resto donde quede claro quién tiene el poder. 

Utilizar el modelo conductista dentro de la educación tiene como objetivo que se


mantenga el orden y con esto lograr ciudadanos dóciles, trabajadores, que modifiquen
su conducta inadecuada y que respeten las normas para su futura inserción en la
sociedad. Con este régimen el director sostiene la teoría de que, si sacamos el
estímulo original que en este caso es el Instituto, la respuesta seguirá siendo la misma
cuando sean adultos y las situaciones sean diferentes, de esta manera se puede
justificar que hubo algún tipo de aprendizaje. 

Otro enfoque que se puede ver en la escena que se describió anteriormente es la


actitud del profesor Mathieu, quien no delata al alumno culpable para que este pudiera
reflexionar sobre su conducta. Brinda un espacio de reflexión al sujeto (alumno) para
analizar lo sucedido y no volver a repetirlo, utilizando así un método completamente
distinto a la violencia que acostumbra el director. A partir de esto el alumno reflexiona
y actúa produciendo una respuesta que resulta de la información que ya había recibido
y procesado satisfactoriamente. 

La película Los Coristas está repleta de escenas donde se ve puesta en práctica la


teoría conductista, lo cual permite analizar los resultados fallidos que ésta tiene sobre
los niños, se observa que el sujeto siente temor ante sus superiores, pero de todas
formas desafía con actos de rebeldía. 

Podemos analizar varios aspectos:

 El director del establecimiento es castigador, controlador e intransigente; en


cambio, Mathieu es dialogante y de trato agradable y cordial Tal contraste
marca notoriamente sus interacciones con los estudiantes, con el viejo
Maxence y los otros preceptores Más que instruir, Mathieu educa; no es un
profesor convencional, sino un artista que induce aprendizajes significativos y
una notable colaboración. Las dos caras del autoritarismo. El director del
colegio ilustra muy bien el carácter del autoritarismo: por un lado, prepotencia
para con los subalternos; por otro, actitud aduladora con el poder (como lo
refleja su actitud ante la baronesa).

 Si la mentira es ya un obstáculo interpersonal, Rachin agrega la


descalificación. Por ejemplo, después de aceptar irresponsablemente la
incorporación de Mondain como parte de un “experimento” psiquiátrico,
confiesa arrepentido: “No debí aceptarlo…”; pero enseguida añade: “Igual que
su música” (es decir, pone en un mismo nivel a un delincuente juvenil y a un
profesor ejemplar). En otra escena, cuando unos niños le gritan obscenidades
y escriben grafitos en su contra, Rachin atribuye todo a la nueva enseñanza
(“El canto les desarrolla la mente, Mathieu”), inculpando a Mathieu de propiciar
la rebeldía. “Llevan semanas sin agua caliente”, contesta Mathieu, insinuando
que la conducta de los niños es una consecuencia comprensible ante la
arbitrariedad, pues Rachin había impuesto las duchas frías como castigo por el
robo del dinero. Incluso desde el conductismo más simple, tal represalia era
injusta (pues castigaba a todos por igual) e ineficaz (ya que cohesionaba al
grupo contra de la injusticia). Pero, ocupado como estaba de afirmar su poder,
Rachin no percibía sus incongruencias. Era incapaz de reflexionar o de
mantener siquiera un diálogo razonable: “El agua fría les activa la circulación”,
responde para “justificar” la represalia, y además contraataca: “Por cierto,
Mathieu, olvídese del coro”. En efecto, suprime el coro, frustrando así un
trabajo eficiente y bien inspirado. En suma, con su prepotencia y torpeza,
Rachin provoca círculos viciosos, convirtiendo las dificultades en problemas y
éstos en conflictos.

 La relación de Mathieu con los internos es de progresiva cooperación. Si bien


le pusieron un apodo apenas lo vieron (“Calva de cromo”), terminan regañando
a Morhange después que éste le lanza la tinta en la cabeza. Se infiere
entonces que, a la larga, su dedicación y su actitud comprensiva despertaban
reciprocidad.

 Los niños del reformatorio parecen casi huérfanos; sus padres están ausentes
o resultan tangenciales. Por ejemplo, aunque Morhange es visitado por su
madre (Violette), todo indica que el hijo resiente el abandono. De hecho,
Morhange no conoce a su padre, y las visitas casi protocolares de su madre no
parecen consolarlo. El siguiente diálogo entre ella y Mathieu permite entender
por qué el niño experimentaba pena y frustración. Nótese la ambivalencia
respecto al hijo: Violette le declara afecto, pero a sus espaldas lo descalifica.
En tal sentido, Mathieu cumple un rol mediador, ya que se siente atraído hacia
ella. Por ejemplo, hace ver a Morhange que, en caso de enterarse de su
desobediencia de las reglas, Rachin lo castigaría: “Y quizás qué le diría a tu
madre”, agrega. “Me importa un bledo mi madre”, responde Morhange”,
reincidiendo en la actitud de autoengaño que Mathieu le enrostra (es evidente
que al muchacho le importaba mucho su madre, pues era lo único que tenía).

 Resulta muy ilustrativo lo que el protagonista anota en su diario tras cinco


meses de trabajo: “Cada semana que pasa consigo victorias nuevas. Quizás
sea una ilusión, pero hasta nuestro director parece cambiado”. Y es cierto:
ocasionalmente, el mismísimo Rachin muestra mejor humor: por ejemplo, al
recibir en la cara un pelotazo casual, ya no castiga al “culpable”, sino que se
suma al juego convirtiendo un gol sorpresivo; más tarde lo vemos haciendo y
lanzando avioncitos de papel, como un niño más.

 Maduración multidimensional: Se puede decir que el quehacer artístico sanó


ciertas heridas individuales y mejoró dinámicas grupales e institucionales. El
avance de los alumnos abarca tanto sus capacidades cognitivas como el
comportamiento interpersonal: se atenúan la hostilidad y la competencia a
favor de la cooperación y la amistad, e incluso en algunos se percibe mayor
madurez intrapersonal. Un buen ejemplo es lo que observa Mathieu respecto
de Morhange, cuando lo perdona y le permite cantar ante la baronesa: los ojos
del niño expresan una combinación de sano orgullo, alegría por el buen
desempeño y hasta gratitud por el perdón.

 El arte como resistencia. En esa misma línea, el coro también arroja luces
indirectas sobre el contexto. Para empezar, funcionaba en un status
semiclandestino, ya que los niños practicaban ocultamente y a veces en
horarios extraprogramáticos (cantan de noche y en pijamas).

 Transformación de las reglas. El filme sugiere que, ante reglas ilegítimas, es


posible una transformación profunda sin violencia, introduciendo ciertos
cambios en distintos planos y en diversos grados. Mathieu cambia la atmósfera
mediante un trato humanizado y creativo, revirtiendo la injusticia ya instalada.
Rompe así la espiral de la violencia, y poco a poco van sumándose los niños y
hasta miembros del personal. Incluso, el distante profesor de aritmética,
terminará integrándose al coro como un “niño” más.

 La pedagogía como apostolado. De hecho, es un padre sustituto para muchos


de los estudiantes: por ejemplo, una noche lo vemos abrigando a un niño que
se ha destapado mientras dormía, y en otra escena corregirá incluso la postura
física de un alumno (las malas posturas afectan tanto los sentimientos como
los aprendizajes).

Ciertamente es una película muy linda y que nos deja harto que analizar en nuestro
futuro quehacer como profesores. Hubo ciertos principios que resultan fundamentales
en la estructuración de la enseñanza del mundo actual. Primero que nada, es saber
que todos tenemos derecho a cambiar y en todos existe un potencial, que quizás no
ha sido explorado. La película Los Coristas, que estamos analizando nos enseña esto,
un profesor que llega con una mentalidad diferente a un mundo que no es el suyo en
donde se siente acorralado entre los alumnos y los directivos, ambos bandos
peleados.
En realidad, en lo que quiero hacer énfasis, pues es lo que me impresionó, es
primeramente en el nombre del establecimiento El fondo del Estanque´, es decir el
prejuicio ya estaba hecho, consideraban a los alumnos una gente que no tiene
remedio y que solo servirían para ser unos vagabundos en el futuro, y como los niños
escuchaban eso, se sentían así. Lo segundo, el principio acción-reacción, que desde
mi punto de vista no está mal pues después de toda acción debe haber una reacción.
Ahora, el punto es qué reacción ofrecer. Aquí es donde aparece con gran relevancia el
personaje del profesor vigilante pues ofreció a sus alumnos otro tipo de reacción
ganándose incluso la confianza de estos. Otro punto importante es que los hizo
sentirse personas y que si en realidad tenían algo que ofrecer a la sociedad. De aquí
yo saqué el siguiente principio: el rol de un verdadero maestro es encontrar
virtudes. Todos tienen un potencial escondido, pero hacía falta alguien que fuera a
ellos y se lo dijera.
El problema que tiene la gente es que siempre ve lo negativo y no se fija en lo positivo
de cada ser. Pareciera que tuviera más relevancia lo negativo que lo positivo.
Eso fue lo que pasó en ³el fondo del Estanque´, todos se fijaron en lo negativo, pero
nadie vislumbro que también existían virtudes en aquellos niños, este profesor si lo
hizo.
Estos niños estaban limitados creyendo que eran unos buenos para nada y solo
servían para traer problemas, pero cuando una persona les dice lo contrario y los
delimita, haciéndolos parecer importante comienza un nuevo proceso. A esa altura
debemos llegar nosotros como profesores, ser motivadores, encontrar virtudes donde
no las hay, explotar el potencial al máximo de cada uno de nuestros alumnos, decirles
que se puede, que los obstáculos se los ponen ellos al no creer en sí mismos y dejar
nuestra marca en ellos, aquel reconocimiento que quedo en ellos de ese viejo
vigilante. Un desafío grande para nosotros, pero creo que con una vocación para
ejercer la profesión docente no es para nada imposible.

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