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396

ART. 40 DEL REGLAMENTO DE LA CORTE


INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS.
PETICIONES - FUNDAMENTOS - PRUEBA

Buenos Aires, 31 de enero de 2013.

Señora Secretaria Adjunta de la


H. Corte Interamericana de Derechos Humanos
Doctora Emilia Segares Rodríguez
PRESENTE

Los Dres. ALBERTO A. DE VITA, ro 13 F0 , 687 y A. MAURICIO


CUETO, T 0 46 F0 745, ambos del Colegio Público de Abogados de la Capital
Federal de la República Argentina, con

, en la CAUSA N° CIDH-12.167 "ARGUELLES Y OTROS


C. ARGENTINA", a esa Ilustre Corte Interamericana respetuosamente decimos:

l.-
Que con fecha 11/12/2012 -en nuestro carácter de apoderados
legales y representantes de las víctimas ENRIQUE LUJÁN PONTECORVO,
RICARDO OMAR CANDURRA, JOSÉ EDUARDO DI ROSA, ANÍBAL RAMÓN
MACHÍN Y CARLOS JULIO ARANCIBIA 1 - fuimos notificados vía correo
electrónico (nota CDH-12.167/05) del sometimiento del caso ante esa H. Corte
Interamericana y de la autorización de su Ilustre Presidente para que se de inicio
a su tramitación.

1
Los respectivos poderes se encuentran agregados en el archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte 4", fs.
59/84.

1
397

Que con posterioridad a ello, hemos recibido físicamente el CD


que se nos remitiera vía courier conteniendo la documentación detallada en la
nota precitada.

Que en consecuencia venimos en tiempo y forma a dar


cumplimiento con lo prescripto por el art. 40 del Reglamento de la Corte
Interamericana, exponiendo las solicitudes, argumentos y pruebas que sustentan
la justeza de la denuncia formulada en el año 1998 por las víctimas cuya
representación ejercemos.
II.- DE PREVIO

II.l) Esta representación respetuosamente considera que cabe


destacar ante esa Excma. Corte Interamericana que si bien los hechos del
presente caso son similares para las 20 víctimas, las violaciones denunciadas por
nuestros poderdantes y sus fundamentaciones jurídicas son diferentes a las
restantes.

II.2) RELEVANCIA DEL CASO PARA EL SISTEMA


INTERAMERICANO:

A)
Al plantear un supuesto fáctico distinto a las cuestiones ya
abordadas por el Sistema Interamericano, este caso permitirá a esa H. Corte
establecer estándares sobre las garantías judiciales y la protección del derecho a
la libertad personal, en el marco de procesos llevados a cabo en la jurisdicción
militar respecto de oficiales militares en servicio activo y por delitos de función

2
398

(Comunicado de prensa de la Comisión Interamericana NO 67/12 - Acceso


di recto: http: //www .oas.orq/es/ cidh/prensa/ comunicados/20 12/067 .asp).

El presente concepto lo reitera la H. Comisión Interamericana en


su Informe de Fondo (pág. 17, "B. Consideraciones de Derecho. Consideraciones
Preliminares").

Allí, en el punto 83 y en directa relación con el presente caso,


expresa la H. Comisión:

"La novedad en la cuestión presentada por los peticionarios en


este caso, sin embargo, apunta a la compatibilidad de un Código de Justicia
Militar, aplicado en su alcance más restringido, y las obligaciones del Estado bajo
la Convención Americana. Este es un tema de primera impresión desde que
no ha sido tratado por la Comisión en el pasado."

Tras luego señalar (punto 86) que "en la mayoría de los casos, las
cortes militares no se adhieren a los estándares internacionales de derechos
humanos y se encuentran organizativa y operacionalmente dependientes del
Poder Ejecutivo del Estado; no forman parte del Poder Judicial."

Y que:

"Punto 87: Los códigos de justicia militares existen para separar el


status de los miembros de las fuerzas armadas y preservar el orden y disciplina
dentro de dichas fuerzas (Corte IDH, "19 comerciantes vs. Colombia", sentencia
del 5 de julio de 2004, párr. 166)."

3
399

Y seguidamente transcribe el criterio de esa H. Corte al respecto:

" ... en un Estado democrático de derecho dicha jurisdicción ha de


tener un alcance restrictivo y excepcional y estar encaminada a la protección de
intereses jurídicos especiales, vinculados con las funciones que la ley asigna a las
fuerzas militares. Por ello, sólo se debe juzgar a militares por la comisión de
delitos o faltas que por su propia naturaleza atenten contra bienes jurídicos
propios del orden militar", citando con nota 49 numerosa jurisprudencia al
respecto.

Tras analizar si en el presente caso el Código de Justicia Militar


Argentino se correspondía con los estándares internacionales en materia de
derechos humanos, aún en su aplicación más restrictiva (militares que
cometieron ofensas en el cumplimiento de sus funciones), concluyó en el
apartado 91 que:

"El CJM Argentino incluía ciertas provisiones que prima facie


constituían una violación de las obligaciones de la Argentina bajo la Convención
Americana de juicio justo y acceso a la justicia." ... "Las 21 supuestas víctimas en
el presente caso, fueron juzgadas bajo el CJM Argentino y buscaron la nulidad de
sus condenas por la corte de apelaciones ordinaria y la Suprema Corte. Ni la
Corte de Apelaciones, ni la Suprema Corte anularon sus condenas, razón por la
cual los peticionarios acudieron a la Comisión Interamericana para conseguir la
nulidad de esos fallos."

B) NUESTRA POSICIÓN

4
400

8.1) La primer cuestión a destacar, y se solicita de esa


Distinguida Corte lo tenga presente a lo largo de toda la lectura de esta
presentación, es el contexto político-institucional vigente en la República
Argentina en el año 1980, que se prolongó hasta 1983.

Al respecto debemos señalar que se trataba de un gobierno


militar, o sea de facto, lo cual agrava las consecuencias respecto de las
violaciones de derechos humanos que hemos denunciado, en especial: tiempo de
incomunicación; exceso en la prisión preventiva; plazo razonable, exhortación a
decir verdad señalando los "beneficios" que esa actitud les reportaría que les
expresó el Juez de Instrucción Militar al prestar declaración indagatoria, etc.

8.2) En numerosos escritos esta representación destacó que la


presente causa constituía un "verdadero caso Dreyfus" en América Latina, por
cuanto se trataba de militares que vieron afectadas todas sus garantías en un
juicio militar, con el agravante que las violaciones cometidas en el
procedimiento castrense fueron convalidadas por tribunales civiles, los cuales,
teniendo la oportunidad de subsanarlas, no lo hicieron, con la única
excepción del voto minoritario de la Corte Suprema Argentina de los Ministros
Boggiano y Petracchi, como se desarrollará más adelante.

8.3) Una de las consecuencias que ha traído la intervención de la


H. Comisión Interamericana en este caso, ha sido la modificación del Código de
Justicia Militar Argentino.

S
401

En la exposición de motivos del proyecto de reforma remitido por


el Poder Ejecutivo al Poder Legislativo2, se citan como compromisos asumidos
para proceder a la reforma, el presente caso "Arguelles" y el caso "Correa
Belisle"3 •

Este último fue una cuestión administrativa de tioo disciplinario,


muy lejano de la envergadura jurídica del presente, ya que el Capitán Correa
Belisle no sufrió en carne propia y durante tantos años, como sí les sucedió a
nuestros representados, las consecuencias de un juicio militar carente de todo
respeto a los derechos humanos.

Es por ello que lo caracterizáramos como un verdadero caso


"Dreyfus".

Sólo el caso precitado puede darle a esa H. Corte la dimensión de


los padecimientos sufridos por nuestros representados.

Por eso la intervención de esa Distinguida Corte, a favor de sus


derechos humanos, es más que imprescindible.

Respetuosamente entendemos que nunca más deberían tener


lugar en Latinoamericana procedimientos aberrantes tendientes supuestamente
a brindar justicia.

2
El Proyecto del Poder Ejecutivo se encuentra en el archivo que nos fuera remitido por esa Corte IDH en
CD denominado "12.167 Arguelles y otros Sometimiento Informe y Anexos", a partir de fs. 44.
3
Ver más en el apartado B.4).

6
402

8.4) Cabe informar a Excma. Corte Interamericana que el


Gobierno Nacional, al remitir a la H. Cámara de Diputados de la Nación el
proyecto de ley tendiente a la reforma integral del sistema de justicia militar hoy
vigente, ha señalado en sus segundo y tercer párrafos4 :

"Si bien la transformación que aquí se propone es una asignatura


pendiente hacia el sector militar desde el momento mismo de la recuperación de
la vida democrática, fueron antecedentes inmediatos de este proyecto que hoy
proponemos, los compromisos asumidos por el Estado argentino en los casos
11.758 -caratulado "Rodolfo Correa Belisle vs. Argentina"- y 12.167 caratulado
"Argüelles y otros vs. Argentina"- del registro de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos."

"En ambos casos, el Estado nacional se comprometió, como parte


del proceso de solución amistosa, a impulsar la reforma integral del sistema de
administración de justicia penal en el ámbito castrense, a fin de adecuarlo a los
estándares internacionales de derechos humanos aplicables a la materia."

Como podrá apreciar ese H. Tribunal, mediante la sanción de Ley


N° 26.394 el Estado Nacional procedió a la reforma del Sistema de Justicia Militar
en el año 2008 (Boletín Oficial del 29/08/2008)5 •

Pero no obró de igual manera respecto de la reparación


integral de nuestros poderdantes, no obstante reconocer de manera expresa
el compromiso asumido por ante la H. Comisión Interamericana tendiente a ello6 •

4
El Proyecto del Poder Ejecutivo se encuentra en el archivo que nos fuera remitido por esa. Corte IDH en
CD denominado "12.167 Arguelles y Otros Sometimiento Informe y Anexos", a partir de fs. 44.
5
http:/fwww .infoleg.gov.ar/infoleglnternet/anexos/140000-144999/143873/norma .htm.

7
403

B.S) Nuestras conclusiones, a raíz de nuestra intervención


profesional en un caso que lleva más 31 años (18 años de tramitación en la
República Argentina -1980/1998- y 13 años en la Comisión Interamericana,
1998/2011), son las siguientes:

- Que los Códigos de Justicia Militar sólo deben ser aplicados en


tiempo de guerra.

- En tiempo de paz debería estar vigente un Código de Faltas


Disciplinarias.

- En tiempo de paz, debería aplicarse a personas que llevan


uniforme el Código Penal y el Código Proceso Penal tal como sucede con el
común de las personas.

Ello por dos motivos:

a) En primer lugar, porque en tiempo de paz se estarían aplicando


normas especiales a personas a las cuales se diferenciaría por el sólo hecho de
llevar uniforme (es lo único que diferencia la defraudación militar de la
defraudación común);

b) En segundo lugar, porque las irregularidades que se cometen al


iniciar un procedimiento en sede castrense (caso "Arguelles") ya no son

6
Entre otros, Acta del acuerdo sellado entre los representantes del Gobierno Nacional y los de los
peticionarios en la sesión celebrada por ante la H. Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su
sede de Washington D.C. el 5 de marzo de 2004, y el proyecto de ley como se citara ut supra (fs. 5).

8
404

susceptibles de ser subsanadas al no haber tribunales civiles que controlen las


garantías de debido proceso y debido derecho de defensa.
Esta ha sido la posición profesional de esta representación en
ocasión de las reuniones realizadas en la Cancillería Argentina al respecto, y de
las cuales dan cuenta las respectivas actas labradas incorporadas al presente.

Por suerte, el Estado Nacional las ha tenido en cuenta al momento


de elaborar la reforma del Sistema de Justicia Militar. 7

II.4) Los argumentos de hecho y derecho que sustentan las


violaciones denunciadas por nuestros poderdantes, se expondrán conforme el
siguiente detalle:

- III.- Los hechos

IV.- Cuestiones no denunciadas por nuestros poderdantes ni por esta


representación
IV.l) Cuarta instancia
IV.2) Derecho de apelar ante un tribunal superior
IV.3) Derecho a la integridad personal
IV.4) Protección judicial
IV.S) Derecho a indemnización (art. 10 de la Convención Americana)

7
Note esa H. Corte que el Gobierno Argentino sostenía que no existían incompatibilidades entre el Código
de Justicia Militar derogado y un sistema de garantías constitucionales. Ver archivo "12.167 Arguelles y
Otros Expte 9", fs. 260.

9
405

- V. Violaciones de derechos humanos denunciadas por nuestros poderdantes y


por esta representación acogidas favorablemente por la Comisión
Interamericana
V.l) Duración del proceso y sus perjuicios (violación al art. 7.5 de la
Convención Americana)
V.2) Violación al derecho a la libertad personal por exceso en prisión
preventiva rigurosa 8 (violación arts. 7.2, 7.3 y 7.5 de la Convención
Americana)
V.3) Tiempo de Incomunicación (violación art. 7.3 de la Convención
Americana)

- VI) Cuestiones planteadas por otros peticionarios que tuvieron acogida


favorable en el Informe de Fondo n° 135/2011
VI.l) Derecho a asistencia legal en preparación de la defensa durante los
procedimientos ante el tribunal militar (violación arts. 8.2.d, 8.2.e y 8.2.b de la
Convención Americana)
VI.2) Acusación (violación art. 1.1 de la Convención Americana y arts. I,
XXV y XXVI de la declaración americana)

- VII) Cuestiones planteadas por nuestros poderdantes que no tuvieron acogida


favorable en el Informe de Fondo N° 135/2011
VII.l) Exhortación a decir verdad (violación al art. 8.2 .g y 8.3 de la
Convención Americana)
VII.2) Falta de fundamentación de los autos de prisión preventiva
(violación al art. 7.3 de la Convención Americana)

8
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135", fs. 350. Art. 315.

10
406

VII.3) Denegación de medidas de prueba (violación al art. 8.2.c de la


Convención Americana)
VII.4) Nulidad de las pericias contables sobre las cuales se
fundamentaron los cargos: los peritos designados no poseían título de
contador público y no actuaron con independencia de criterio (violación al art.
8.2.c y 8.2.f de la Convención)
VII.S) Prescripción (violación al art. 9 de la Convención Americana, en su
relación con su art. 8).

- VIII) Pretensiones, incluidas las referidas a reparaciones y costas (art. 40,


inc. D del reglamento de la Corte Interamericana)

-IX) Prueba

- X) Petitorio

III.- LOS HECHOS

De conformidad con lo normado por el art. 40, inc. 2.a, venimos a


efectuar una descripción de los hechos que han dado lugar al arribo de la
presente causa ante esa Excma. Corte Interamericana.

1) El caso se inició en la República Argentina el 9 de septiembre


de 1980.
En ese momento las Fuerzas Armadas estaban a cargo del
Gobierno Nacional (''Proceso de Reorganización Nacional'') y el caso continuó
tramitando durante la transición a un gobierno democrático.

11
407

2) Toda vez que la documentación que describe y sustenta los


presentes hechos es común a la prueba documental elevada por la CIDH en
ocasión del sometimiento del presente caso ante esa H. Corte Interamericana,
brevitatis causae, se hará referencia a la misma -en su caso- conforme ha
detallado la H. Comisión en su escrito de sometimiento y en el Informe de
Fondo.

Los hechos que motivaron el inicio del caso judicial en la


Argentina ocurrieron entre 1978 y 1980 y resultaron en la detención en carácter
de incomunicados de aproximadamente 50 oficiales y suboficiales militares,
quienes estaban a cargo de fondos y manejos contables de diferentes bases de
la Fuerza Aérea Argentina.

El sumario del proceso militar comenzó el mencionado 9 de


septiembre de 1980 y fue llevado adelante durante el período entre el 15 y el 30
de septiembre de 1980.

El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas dictó su sentencia


el S de junio de 1989 condenando a 24 oficiales de la Fuerza Aérea, entre
ellos nuestros cinco poderdantes, y declaró inocentes a 5. 9

El Tribunal Militar sentenció, entre otros, a nuestros poderdantes


a las siguientes penas:

-Carlos Julio Arancibia: 7 años y seis meses.

9
Ver archivo "12.167 Sometimiento Informe y Anexos", Anexo 2, a partir de fs. 81

12
408

- Ricardo Ornar Candurra: 8 años y seis meses.


- Aníbal Ramón Machín: 8 años.
- Enrique Luján Pontecorvo: 7 años y seis meses.
-José Eduardo Di Rosa: 8 años y diez meses.

Asimismo fueron dados de baja de las Fuerzas Armadas con la


sanción adicional de inhabilitación absoluta perpetua (una verdadera "muerte
civil') por los crímenes de fraude militar (art. 843 del Código de Justicia Militar,
en adelante C.J.M.) y falsificación y/o asociación ilícita.

Es de destacar que nuestros poderdantes, desde el inicio mismo


del caso (septiembre de 1980), fueron detenidos y se les dictó a su respecto
prisión preventiva hasta que el 30 de julio de 1989, cuando la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal ordenó su liberación
(Documental: "Ver nota 20 de la pág. 15 del Informe de Fondo: Ampliación
Petición, file Petition I", conforme lo cita la H. Comisión en el Informe de Fondo).

3) Contra la sentencia del Tribunal Militar tanto el Fiscal General


de las Fuerzas Armadas como los defensores (militares no letrados) plantearon
apelaciones de conformidad con el art. 445 bis del C.J.M., Ley 23.049, por ante
la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, el 14
de junio de 1989 (Documental:" Ver nota 21 de la pág. 15 del Informe de Fondo:
sumario del procedimiento contenido en la decisión de la Cámara Nacional de
Casación Penal del 3 de abril de 1995"10 ).

"Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", fs. 2 y ss. (Anexo 3).

13
409

El 23 de abril de 1990 la Cámara Criminal Federal admitió los


recursos planteados por nuestros poderdantes y el 5 de diciembre de 1990
decidió la prescripción de dos de las tres ofensas que les fueran imputadas:
fraude militar y falsificación; no declaró que la prescripción fuera aplicable a la
tercer ofensa: asociación ilícita. 11 Respecto de las cuestiones de fondo difirió su
tratamiento.

El Fiscal de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y


Correccional Federal, Dr. Luís Gabriel Moreno Ocampo, presentó una apelación
12
extemporánea en contra de la decisión que había declarado la prescripción
ante la Corte Suprema de Justicia de la República Argentina.
Cabe destacar a esa H. Corte Interamerícana que el presente
recurso de apelación fue efectuado por el Fiscal de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal y no por el Fiscal de la Cámara
Nacional de Casación Penal como refiere la H. Comisión Interamerícana en su
apartado 77 del Informe de Fondo.

Dicha apelación fue resuelta por el Tribunal Supremo Argentino el


30 de julio de 1991, revocando la decisión de prescripción Y

4) El 16 de septiembre de 1993 la Cámara Nacional de


Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal se declaró incompetente para
11
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135.11", fs. 114/116 -fallo- y ver archivo
"12.167 Arguelles y Otros Expte. 2", fs. 233/39 del 13/12/90 -fundamentos del fallo-. Se hace notar que
ambas piezas procesales corresponden a la Cámara Nacional en Jo Criminal y Correccional Federal y no a
la Cámara Nacional de Casación Penal como se referencia en la nota 23 del Informe de Fondo.
12
Ver archivo de CD: "12.167 Arguelles y Otros, Expte. 6, fs. 143/145. Fs. 143: Ver fundamentos de la
prescripción referenciados a fs. 13.888 y dados el 10/12/90. Fs. 144: Fecha de interposición
extemporánea del recurso extraordinario por parte del Fiscal de Cámara: 28/12/90. Fs. 145: La Cámara
reconoce la omisión del cumplimiento del plazo por parte del Ministerio Público; la considera
indiferente y le concede el recurso por vía de excepción.
13
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", fs. 118 (Anexo 5).

14
410

continuar con el procesamiento del caso, indicando que la competencia le


correspondía a la Cámara Nacional de Casación Penal (Documental: Ver nota 26
de la pág. 15 del Informe de Fondo: Ver la decisión de la Cámara Nacional de
Casación Penal del 3 de abril de 1995, para un sumario del procedimiento).

La Cámara Nacional de Casación Penal, el 16 de noviembre de


1993, declinó ejercer la competencia y devolvió las actuaciones a la Cámara
Nacional de Apelaciones· en lo Criminal y Correccional Federal, la cual la había
admitido y había llevado adelante acciones de impulso procesal. 14

El conflicto de competencia fue resuelto por la Corte Suprema el


21 de febrero de 1994 adjudicando el caso a la Cámara Nacional de Casación
Penal, que de allí en adelante habría de entender del recurso previsto por el art.
445 bis del C.J.M. (Documental: Ver nota 28 de la pág. 16 del Informe de Fondo:
Ver la decisión de la Cámara Nacional de Casación Penal del 3 de abril de 1995,
para un sumario del procedimiento).

La competencia de la Cámara Nacional de Casación Penal fue


determinada por la Ley 24.050 sobre Competencia e Integración del Poder
Judicial de la Nación en Materia Penal, promulgada el 24 de abril de 1992, la cual
reorganizó el sistema de justicia penal, determinando que una de las cuatro salas
de dicha Cámara habría de entender en las apelaciones relacionadas con el art.
445 bis del C.J.M.
5) La Cámara de Casación celebró audiencia entre el 22 de
febrero y el 20 de marzo de 1995, emitiendo su decisión sobre la apelación

14
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", fs. 120/126, en especial fs. 123 (Anexo
6).
15
411

presentada por nuestros poderdantes y el Fiscal de las Fuerzas Armadas contra


la decisión del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.

La fecha de la resolución fue el 20 de marzo de 1995 15 y el 3 de


abril del mismo año se dieron a conocer sus fundamentos 16 •

6) La Cámara de Casación rechazó los argumentos presentados


por nuestros poderdantes acerca del pedido de prescripción y nulidad de las
actuaciones sobre la base de vicios de inconstitucionalidad que las habían teñido.

En su decisorio del 20 de marzo de 1995 eliminó el cargo de


asociación ilícita y confirmó la condena de 21 militares.

Las condenas en relación a nuestros poderdantes fueron las


siguientes:

- Carlos Julio Arancibia: 3 años.


-Ricardo Ornar Candurra: 4 años y seis meses.
- Aníbal Ramón Machín: 4 años y seis meses.
- Enrique Luján Pontecorvo: 3 años y seis meses.
-José Eduardo Di Rosa: 4 años.

Es de destacar que el tiempo al que fueron condenados ya


se encontraba cumplido en exceso en prisión preventiva.

15
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", fs. 128 y ss. (Anexo 7).
16 Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", fs. 2 y ss. (Anexo 3).

16
412

7) Contra esta Resolución nuestros poderdantes en tiempo y


forma presentaron Recurso Extraordinario, los que fueron denegados por la
Cámara Nacional de Casación Penal el 7 de julio de 1995.

Contra la decisión de denegación del Recurso Extraordinario,


nuestros poderdantes interpusieron Recurso de Queja ante la Corte Suprema de
Justicia de la Nación.

El 28 de abril de 1998 el Máximo Tribunal de la Nación rechazó los


recursos impetrados por inadmisibles, sin fundamentación alguna de su
rechazo Y

Es de destacar -tal como lo desarrollaremos en el apartado


correspondiente y como se lo denunciara ante la Comisión Interamericana desde
el inicio mismo de la causa- que sólo dos jueces de la Corte Suprema, los Dres.
Petracchi y Boggiano 18 , disintieron y consideraron que las declaraciones tomadas
por el Juez Militar de Instrucción (en 1980) eran nulas pues violaban la garantía
constitucional de no ser obligados a declarar contra sí mismos.

Habiendo agotado las vías internas, nuestros poderdantes el 22


octubre de 1998 -en tiempo y forma- efectuaron sus respectivas denuncias por
violación a sus derechos humanos por ante la H. Comisión Interamericana, por
entender que se habían violado artículos de la Convención Americana de
Derechos Humanos en lo que se refiere a libertad personal, debido proceso y la
garantía de defensa en juicio.

17
Ver nuestras notas 21 a 23.
18
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexo Informe 135-11", Anexo 12, fs. 299/305.

17
413

La H. Comisión Interamericana en fecha 9 de octubre de 2002


emitió su Informe de Admisibilidad N° 40/2002, acogiendo favorablemente las
denuncias por entender que podrían haber existido violaciones a los arts. 1, S, 7,
8, 10, 24 y 2S de la Convención Americana y I, XX:V y XX:VI de la Declaración
Americana, declarando inadmisible la denuncia por el art. 9.

El S marzo de 2004 19, en su sede de Washington D.C., se celebró


ante la H. Comisión Interamericana una audiencia entre el Gobierno de la
República Argentina y esta representación, entre otras. En dicha ocasión, tal
como surge del acta que se acompaña, las partes se comprometieron a
iniciar la vía de solución amistosa v considerar la reparación de
nuestros poderdantes conforme a las 10 pautas reparatorias que éstos
presentaran en su escrito de octubre de 2000, las que se expondrán en el
apartado correspondiente del presente escrito.

Finalmente y como paso previo de la llegada del presente caso


ante esa Excma. Corte Interamericana, el 31 de octubre de 2011 la Comisión
Interamericana se expidió respecto de las violaciones de Derechos Humanos
sufridas por nuestros poderdantes en su Informe de Fondo N° 13S/2011.

Las conclusiones al respecto serán tratadas de manera separada.

IV.- CUESTIONES NO DENUNCIADAS POR NUESTROS


PODERDANTES NI POR ESTA REPRESENTACIÓN

19
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte. 10", fs. 3.

18
414

Si bien los hechos sometidos ante esa H. Corte Interamericana


son comunes a todas las víctimas involucradas, las denuncias efectuadas ante la
H. Comisión Interamericana y su fundamentación jurídica son de diferente
naturaleza.

Por ello, respetuosamente se entiende que cabe efectuar la


diferenciación de las denuncias efectuadas por nuestros poderdantes
de las restantes contenidas en el presente caso, así como sus
fundamentaciones jurídicas.

IV.l) CUARTA INSTANCIA (referenciado en el punto 95,


página 22 del Informe de Fondo N° 135/2011).

Respetuosamente se entiende que surge de manera palmaria de


la denuncia efectuada por nuestros poderdantes en octubre de 1998 por ante la
H. Comisión Interamericana que siempre fue en defensa de sus Derechos
Humanos violados y en busca de su tutela por parte del Sistema Interamericano.

Las citas a nulidades planteadas siempre correspondieron al


proceder que debió haber adoptado el Estado Nacional como consecuencia de las
violaciones de derechos humanos que se denunciaran a lo largo de la causa
judicial.

Nunca nuestros poderdantes, ni esta representación, acudieron a


la CIDH como si se tratara de una cuarta instancia revisora de la decisión de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación.

19
415

Ello en el entendimiento que no es la función del Sistema


Interamericano de Derechos Humanos establecido por la Convención Americana.

IV.2) DERECHO DE APELAR ANTE UN TRIBUNAL


SUPERIOR (Art. 8, punto 2.h de la Convención Americana - referenciado en el
Informe de Fondo N° 135/2011, puntos 118 y 119, página 29).

Esta representación en ningún momento planteó que se hubiera


violado el articulado mencionado, por cuanto se plantearon todos los recursos
internos a los que tenían derecho nuestros poderdantes.

Y fue ante su agotamiento que con posterioridad se acudió ante la


H. Comisión Interamericana.

De hecho, surgen tanto del Informe de Fondo como de la


documentación que acompañara la H. Comisión Interamericana ante esa H.
Corte IDH todos los recursos intentados en el orden interno, cuyas copias fueron
acompañadas oportunamente por esta representación.

IV.3) DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL (Art. 5, punto


2 de la Convención Americana - referenciado en el Informe de Fondo W
135/2011, punto 128, página 32).

Esta representación en ningún momento planteó denuncia por


tratos crueles, inhumanos o degradantes.

20
416

IV.4) PROTECCIÓN JUDICIAL (Art. 25.1 de la Convención


Americana - referenciado en el Informe de Fondo N° 135/2011, puntos 101/111,
páginas 23/27).
En ningún momento esta representación consideró que se hubiera
violado el referido art. 25.1, en la medida en que en virtud de las leyes
argentinas se recurrió a instancias superiores de los tribunales internos, aunque
los mismos no hayan tratado en su oportunidad las denuncias efectuadas por
nuestros poderdantes con la debida profundidad.

IV.S) DERECHO A INDEMNIZACIÓN (Art. 10 de la Convención


Americana - referenciado en el Informe de Fondo W 135/2011, puntos 129/130,
páginas 32/33).

Esta representación en ningún momento planteó la cuestión del


error judicial.

De allí que no se haya reclamado indemnización sobre la base del


mencionado artículo de la Convención.

Sí peticionaron nuestros poderdantes se le otorgaran las


reparaciones integrales adecuadas en virtud de la violación de sus derechos
humanos garantizados por la Convención; tanto la reparación de las
consecuencias sufridas por las violaciones a sus derechos humanos, así como el
pago de una indemnización justa, conforme lo prescripto por el art. 63 del

21
417

Pacto de San José de Costa Rica 20 y con el alcance otorgado por esa Excma.
Corte Interamericana en el caso "Aieoboetoe y Otros"21 •

Y así lo reiteran.

V.- VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS


DENUNCIADAS POR NUESTROS PODERDANTES Y POR ESTA
REPRESENTACIÓN ACOGIDAS FAVORABLEMENTE POR LA COMISIÓN
INTERAMERICANA

V.l) DURACIÓN DEL PROCESO Y SUS PERJUICIOS


(VIOLACIÓN AL ART. 7.5 DE LA CONVENCIÓN AMERICANA)

A) En las denuncias iniciales presentadas el 22 de octubre de


1998 y las respectivas ampliaciones de fecha del 5 de enero de 1999, se
denunció la violación al art. 7, inc. 5, en relación a la garantía de ser juzgado
dentro de un plazo razonable.

La duración del presente proceso ha sido insólita y


desproporcionada y ello se desprende de la siguiente cronología que
incluyéramos como parte de los argumentos para sostener la violación de la
normativa mencionada. Cabe destacar que toda la documentación que se cita
fue acompañada oportunamente a la H. Comisión Interamericana.

a) La causa se inicia el 9 de septiembre de 1980.

20 Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte 9", "VI.- Nuestra petición de fondo", fs. 58.
21
Párrafo 50.

22
418

b) Las declaraciones indagatorias -y autos de prisión preventiva- se producen


entre el 15 y el 30 de septiembre de 1980.
e) La acusación del Señor Fiscal General de las Fuerzas Armadas se conoce el 19
de agosto de 1988.
d) El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas dicta sentencia el 5 de junio de
1989.
e) El 23 de abril de 1990 la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional de la Capital Federal admite los recursos que, en virtud de lo
prescripto por la ley 23.049, interponen el Fiscal General de las Fuerzas
Armadas y las defensas de los procesados.
f) El 5 de diciembre de 1990 el mismo Tribunal declara extinguida la acción
penal por prescripción.
g) El 16 de abril de 1991 el mismo Tribunal concede el recurso
extraordinario interpuesto en forma extemporánea por el Señor Fiscal
de Cámara contra la resolución de la que se da cuenta en el apartado anterior.
h) El 30 de julio de 1991 la Corte Suprema de Justicia de la Nación revoca la
decisión objeto del recurso de apelación.
i) El 6 octubre de 1992 la Sala I de la Cámara Federal resuelve diferir la fijación
de la fecha de iniciación de la audiencia prevista por el art. 445 bis -ley
23.049- del Código de Justicia Militar.
j) El 16 de septiembre de 1993 la misma Sala se declara incompetente y remite
la causa a la Cámara Nacional de Casación Penal.
k) El 16 de noviembre de 1993 la Cámara Nacional de Casación Penal también
se declara incompetente y devuelve las actuaciones al Fuero Federal,
reconociendo ya en ese momento la excesiva duración del

23
419

procedimiento y que ello redundaría en una efectiva privación de


justicia22 .
1) El 7 de diciembre de 1993 la Cámara Federal traba la cuestión y remite la
causa a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Esta declara la competencia
de la Cámara Nacional de Casación Penal.
m) El 21 de febrero de 1994 queda definitivamente radicada la causa.
n) El 14 de marzo de 1994 se reciben del Fuero Federal los cuadernos de prueba
respectivos.
ñ) El 7 de junio de 1994 el Representante del Poder Ejecutivo reconoce todas
las dilaciones expresamente y plantea la caducidad del auto de
admisibilidad de los recursos de apelación presentados por el Fiscal General de
las Fuerzas Armadas y por los procesados y sus defensas, desistiendo
virtualmente de la acción. El planteo es rechazado por el Tribunal.
o) El 22 de febrero de 1995 se celebra la audiencia del art. 445 bis del Código de
Justicia Militar -ley 23.049-, por ante la Cámara Nacional de Casación Penal.
p) El 20 de marzo de 1995 el Tribunal dicta sentencia en esta causa.
q) El 3 de abril de 1995 se dan a conocer los fundamentos de dicha sentencia;
se interponen contra la misma recursos extraordinarios (para recurrir por ante
la Corte Suprema de Justicia de la Nación), que son rechazados por dicho
Tribunal de Segunda Instancia.
r) Durante el mes de julio de 1995 se interponen recursos de queja por ante la
Corte Suprema de Justicia de la Nación.
s) Durante el año 1998, se dan a conocer las resoluciones de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, con diferente fundamentación, rechaza
dichos recursos de queja:

22
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", fs. 120/126, en especial fs. 123 (Anexo
6).

24
420

- En los casos del Primer Teniente Ricardo Ornar Candurra y del Primer
Teniente Carlos Arancibia, la resolución es de fecha 28 de abril de 199823 ;
- En los casos del Capitán José Di Rosa y del Capitán Enrique Pontecorvo, la
24
resolución es de fecha 2 de junio de 1998 ;

- En el caso del Capitán Aníbal Machín, la resolución es de fecha 11 de junio


de 1998. 25

2) De la interpretación de los Tratados incorporados a la


Constitución de la Nación Argentina por el inc. 22 del art. 75 (reforma del año
1994) -entre ellos la Convención Americana sobre Derechos Humanos-, surge
claramente el derecho de todo individuo frente a la potestad estatal de ser
juzgado en plazos razonables y sin dilaciones indebidas. debiendo el
Estado arbitrar los medios necesarios para ello, sin que las dificultades que
puedan originarse en su implementación le puedan ser imputadas a los
particulares.

Este principio fue recogido por la propia Corte Suprema de Justicia


de la Nación Argentina en Fallos "MATTEI" (272: 188); "MozzATTI" (302: 1102);
"BALIARDA" (301:197); "AGUILAR" (298:050) y otros.

Lo contrario sería otorgarle a la persecución estatal una duración


que, actos procesales de por medio (como es el caso), prolonguen "sine die" el
alcance de la potestad represiva en desmedro de las libertades individuales,
desnaturalizándose así el fundamento de dicho instituto, esto es, "el hecho social

23
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte 6", fs. 449 y 494, respectivamente.
24
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte 6", fs. 471.
25
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte 6", fs. 550/51.

25
421

según el cual el transcurso del tiempo conlleva el olvido y el desinterés por el


castigo" (CSJN, Fallos, 292:103).

3) El derecho de todo individuo a un juicio rápido que elimine


toda incertidumbre acerca de su posición frente a la sociedad, no sólo ha sido
recogido por el Más Alto Tribunal de la República Argentina, sino que constituye
además un principio aceptado en otros países con constituciones con carácter
liberal.

Así, por ejemplo, en los E.E.U.U. la garantía constitucional de


obtener un juicio rápido ha sido catalogada como "uno de los más básicos y
fundamentales derechos preservados por la Constitución" ("KLOPPER vs. NORTH
CAROLINA, 386- U.S. 2113, 1967).

Ello por cuanto se ha entendido que las excesivas demoras


"limitan las posibilidades de todo acusado de defenderse, poniendo en peligro
sus facultades para presentar una defensa efectiva" (C.S. de los E.E.U.U.:
"UNITED STATES vs. EWELL, 383 - U.S. 116, 1966; y "UNITED STATES vs.
MARION", 404- U.S. 307, 1971).

Es por tales razones que en ese país se admite la facultad de los


jueces de concluir anticipadamente aquellas causas en las que se demuestre que
la demora ha causado un perjuicio sustancial al acusado en su derecho a un
juicio justo ("DICKEY vs. FLORIDA, 398- U.S. 30, 1970).

26
422

4) Obviamente, todo este planteo en cuanto a la duración del


proceso -sobre la base argumental de la prescripción-, fue esgrimido por las
defensas en las diferentes instancias por las cuales atravesó esta causa.

Resulta sumamente ilustrativo transcribir al respecto los


argumentos dados a conocer por la Cámara Nacional de Casación Penal en
referencia a la cuestión (fundamentos de la sentencia; 3 de abril de 199526 , fs.
14.512/567), al tratar el tema planteado por la defensa del Primer Teniente
Ricardo Omar Candurra, entre otros.

Expresó el Tribunal:

"Y Considerando: .. .II.- Prescripción... Distinto es el planteo


efectuado a fs. 14.411/8, luego mantenido en la audiencia, por los Dres.
Mastrostéfano y Cueto, basado fundamentalmente en que desde la iniciación del
sumario han existido dilaciones indebidas que lesionan las garantías
contempladas por la "Convención Americana de Derechos Humanos"
(parte II, art. 7, inc. 5°, y art. 8, inc. 1°) y por el "Pacto Internacional sobre
Derechos Civiles y Políticos" (parte II, art. 14, inc. 3°, punto 3), incorporados
recientemente a la Constitución Nacional. Asimismo, el Dr. Víctor Valle,
basándose en la doctrina emergente del fallo "Mozzatti" de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación (Fallos, 300:1102), solicitó que, en virtud de la duración que
han tenido estos actuados, se declare la insubsistencia de los actos cumplidos en
autos desde su inicio y la prescripción de la acción penal para reprimir los delitos
que se imputan a sus asistidos".

"Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", fs. 2 y ss. (Anexo 3).

27
423

"Como se advierte, el fundamento de la postura de ambas


defensas es sustancialmente el mismo: la violación del derecho del imputado de
obtener un pronunciamiento que, definiendo su posición frente a la ley y a la
sociedad, ponga término del modo más breve posible, a la situación de
incertidumbre y de restricción de la libertad que comporta el enjuiciamiento
penal".

"Cierto es que este proceso lleva un trámite de más de catorce


años y que los procesados en su mayoría permanecieron en prisión
preventiva rigurosa. por un lapso superior a la mitad de ese tiempo.
Pero si se tienen en cuenta las particulares características de esta causa y su
inusitado volumen; la gran cantidad de procesados -entre condenados y
absueltos-; la complejidad de las maniobras investigadas; que ellas
comprendieron a catorce unidades de la Fuerza Aérea sitas en diferentes puntos
del país y las lógicas dificultades que dicha circunstancia importa, resulta claro
que el tiempo de duración del proceso en sede castrense, no se equipara a
aquella prolongación "insólita y desmesurada" a que aludiera la Corte
Suprema de Justicia de la Nación para basar su fallo en la citada causa
"Mozzatti" (?) (El signo de interrogación nos pertenece).

Continúa expresando el Tribunal su intento de justificación de la


siguiente manera:

"Por otro lado, y mientras el recurso del art. 445 bis del Código de
Justicia Militar fue tramitado por ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, muchas fueron las
actividades procesales cumplidas (expresiones de agravios y sus contestaciones;

28
424

auto de admisibilidad del recurso de fs. 13.705/23; admisión y producción de


gran cantidad de diligencias probatorias, incluidas pericia contable y caligráfica
complejas; trámites excarcelatorios; declaración parcial de prescripción de la
acción penal; recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia de la
Nación y cuestiones de competencia); y diversas también las llevadas a cabo
ante esta Cámara Nacional de Casación Penal".

Esta abundante enumeración de medidas por parte del tribunal


(en algunos casos resueltas por medio de resoluciones sumamente breves), no
se complementa con el factor TIEMPO.

En efecto, desde que el Tribunal Militar dictó sentencia (5 de


junio de 1989, casi 9 años después de que la causa fuera iniciada) hasta
que se celebró la audiencia del art. 445 bis por ante la Cámara Nacional de
Casación Penal (fines febrero de 1995), transcurrieron ni más ni menos
que ... casi seis años.

Para mejor ilustración, cabe señalar que la audiencia del art. 445
bis del Código de Justicia Militar es como se sustancia, en tiempo de paz, el
recurso ante la Justicia Federal de los pronunciamientos definitivos de tribunales
militares.

En dicho artículo, se prescribe que la misma debe realizarse como


máximo a los 30 días de admitidos que sean los recursos, lo que sucediera
el 23 de abril de 1990 (ver apart. A, punto l.e del presente escrito).

29
425

Y desde la fecha de la sentencia de la Cámara Nacional de


Casación Penal hasta el pronunciamiento definitivo de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación ... otros tres años más.

Expresa el Tribunal de Casación a continuación:

"De ahí que no quepa considerar insólita. inusitada o desmedida


la tramitación en la instancia judicial impugnativa".

"A lo dicho debe sumarse que la Corte Suprema de Justicia de la


Nación cuando ha revocado o declarado la insubsistencia de los actos de un
proceso con base en su excesiva dilatación en el tiempo, ha tenido en cuenta
circunstancias sustancialmente diferentes a las de autos, lo cual convence al
Tribunal de que la sola condición del transcurso del tiempo. no conlleva a la
adopción de las soluciones rogadas por las partes"( y ello que no obstante el art.
598 del Código de Justicia Militar señala que para la prescripción sólo basta el
simple transcurso del tiempo señalado).

"Así, en el recordado precedente "Mozzatti", el trámite del proceso


llevaba 25 años de duración, con sólo dos imputados; con un plenario marcado
por fallos sucesivos opuestos; dos veces llevados a decisión de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, lo cual reportaba por cierto a los justiciables, una severa
violación del debido proceso, fruto de la indefinida situación de incertidumbre en
que los colocaban tantas cambiantes alternativas".

"Por otro lado, en el caso "Mattei" (Fallos 272: 188) la desmedida


duración del proceso fue tenida en cuenta por la Corte Suprema para revocar

30
426

una decisión de segunda instancia mediante la cual se declaró la nulidad de todo


lo actuado, en mérito a insuficiencias procesales que no constituían causales de
nulidad".

"En el caso "A.N.A. s/ contrabando" (CSJN, C.A. 227 - XXIV, del


28/09/93), el mencionado tribunal también dejó sin efecto una resolución de
segunda instancia por la cual se había revocado un sobreseimiento definitivo
dictado en primera instancia por considerar que el proceso llevaba más de doce
años de duración; se encontraba aún en la etapa sumarial; que el juez de
primera instancia consideró que la prueba obtenida carecía de entidad suficiente
para disponer el cierre del sumario; que el agente fiscal había solicitado el
sobreseimiento provisional y que el fiscal de Cámara, al contestar el traslado
que se le confirió a raíz de la interposición del recurso extraordinario dictaminó
de conformidad con lo decidido luego por la Suprema Corte".

"Como es dable advertir, en los dos últimos casos citados, la Corte


dejó sin efecto decisiones que implicaban retrotraer el proceso y dilatar el
dictado de una sentencia definitiva. En consecuencia, no dándose en estos
actuados ninguna de las razones que justificaron la tesitura adoptada por ella en
los precedentes citados, también corresponde rechazar la prescripción aquí
analizada".

Estas son todas las consideraciones que efectúa el Tribunal con


respecto a la cuestión.

31
427

Ni una palabra respecto de la legitimidad de la aplicación de


normas de Derecho común después de haberse seguido el proceso durante más
de 10 años bajo las normas del procedimiento del Código de Justicia Militar.

Ni una palabra sobre la aplicación de los Tratados


Internacionales suscriptos por la República Argentina, cuya adecuación
al caso fulminarían todo este proceso en forma inmediata, por cuanto lo
actuado en el mismo ha constituido una flagrante violación a los derechos de
todo individuo a su defensa en juicio, a sus garantías de un debido proceso y,
fundamentalmente, de un juicio rápido.

Ni una sola palabra al planteo efectuado por la defensa del Primer


Teniente Ricardo Ornar Candurra en el sentido de que el alcance del instituto de
la prescripción se había restringido en virtud de los Tratados Internacionales
incorporados en la Constitución de la Nación Argentina mediante el inc. 22 de su
art. 75.

La Cámara Nacional de Casación Penal rechazó el planteo


efectuado aludiendo que la Excma. Corte Suprema de Justicia de la Nación en
fecha 30 de julio de 1991 había efectuado el análisis de la cuestión de la
prescripción declarada en autos y la había revocado, sin mencionar que entre
dicha fecha y la de su resolutorio, 20 de marzo de 1995, se produjo una Reforma
de la Constitución de la Nación Argentina (año 1994), que entronizó a la
categoría de máximas garantías las contenidas en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, y las tornó así plenamente operativas, atento el
compromiso, ahora constitucional, de adecuar la legislación nacional a dichos
preceptos (Parte I, Capítulo I, Artículo 2 del Pacto de San José de Costa Rica),

32
428

adoptando las medidas necesarias para hacer efectivos los derechos y libertados
allí tutelados.

5) La desmesurada prolongación de este proceso tiene


consecuencias desde otros puntos de vista -los que de seguido se exponen- los
que también constituyen una evidente violación a los derechos humanos.

5.1) La Cámara Nacional de Casación Penal, al dictar sentencia


(20 de marzo de 1995), impuso a nuestros cinco poderdantes una sanción
pecuniaria.

Respecto de ellos (fs. 14504/14508), y con la misma redacción -la


que genéricamente se reproduce, brevitatis causae-, el Tribunal resolvió: 27

"Confirmar el punto ... , en cuanto condena a ... , a pagar


mancomunada y solidariamente al Estado Nacional (Fuerza Aérea Argentina), la
suma de pesos (ley 18.188) ... , aclarando que dicho monto será actualizado,
desde el momento de consumación del delito descripto en los puntos ... de los
resultandos del fallo aludido, hasta el 1° de abril de 1991, conforme al índice de
precios al por mayor, nivel general, que publica el Instituto Nacional de
Estadísticas y Censo (INDEC)".

"En concepto de intereses se aplicará, hasta la fecha indicada, el


6% anual y desde allí hasta el momento de efectivización de la suma adeudada,
la tasa de interés pasiva promedio mencionada en el art. 10 del decreto 941/91

27
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", fs. 128 y ss. (Anexo 7). Fs. 146/147.

33
429

(art. 401, último párrafo del Código de Justicia Militar, art. 622 del Código Civil y
arts. 7 y ss. de la ley 23.928)".

5.1.1) Para una mejor comprensión de lo que significa esta


sanción desde el punto de vista pecuniario con relación a la duración del proceso
(y que se reitera en el caso de nuestros cinco poderdantes), entendemos se
deben transcribir las normas de Derecho interno de la República Argentina
citadas como apoyatura legal de la resolución.

Así:

Art. 401, último párrafo, del Código de Justicia Militar: " ... la
sentencia, en los casos que corresponda, establecerá el monto de la
indemnización que debe satisfacer el condenado por reparación de los daños que
hubiere ocasionado al erario público; si en el fallo no pudiera determinarse la
cantidad líquida a que asciende el perjuicio, en el mismo se establecerán las
bases con las que deberá fijarlo la Contaduría General de la Nación."

Art. 622 del Código Civil de la República Argentina (primera


parte): "El deudor moroso debe los intereses que estuvieren convenidos en la
obligación, desde el vencimiento de ella. Si no hay intereses convenidos, debe
los intereses legales que las leyes especiales hubiesen determinado. Si no se
hubiere fijado el interés legal, los jueces determinarán el interés que debe
abonar."

Art. 7 ley 23.928 (llamada "Ley de Convertibilidad", cuya entrada


en vigencia en la República Argentina se produjo el 1° de abril de 1991): "El

34
430

deudor de una obligación de dar una suma determinada de Australes, cumple su


obligación dando el día de su vencimiento, la cantidad nominalmente expresada.
En ningún caso se admitirá la actualización monetaria, indexación por precios,
variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya
o no mora del deudor con posterioridad al 1° de abril de 1991, en que entra en
vigencia la convertibilidad del Austral. Quedan derogadas las disposiciones
legales y reglamentarias, y serán inaplicables las disposiciones contractuales o
convencionales, que contravinieran lo dispuesto."

5.1.2) Para tener una idea de los perjuicios que a nuestros


poderdantes les ha causado la desmesurada duración del proceso en este
aspecto, baste con referenciar lo siguiente:

Conforme lo afirmado en la sentencia, la obligación de pago de


nuestros poderdantes -en valores constantes a la época de comisión del hecho-
habría sido -aproximadamente- de:

-Primer Teniente Ricardo Omar Candurra (fs. 14.504/14.504 vta.): u$s 150.000.
- Primer Teniente Carlos Julio Arancibia (fs. 14.504 vta./14.505): u$s 150.000.
-Capitán José Eduardo Di Rosa (fs. 14.506 vta./14.507): u$s 300.000.
-Capitán Enrique Luján Pontecorvo (fs. 14.507): u$s 220.000.
-Capitán Aníbal Ramón Machín (fs. 14.507 vta./14.508): u$s 550.000.

En la actualidad, por los procesos de inflación e hiperinflación


sufridos en la República Argentina durante el trámite del proceso, con más los
intereses, esta cifra representa -en todos los casos- aproximadamente el doble.

35
431

Resulta entonces que nuestros poderdantes cargarán con la


indexación, los intereses de 18 años y la desvalorización del signo monetario
argentino (en el período transcurrido tuvo 4 denominaciones distintas y se le
suprimieron ... 11 ceros).

Lo paradójico es que ninguno de nuestros poderdantes han sido


responsables de los procesos inflacionarios ni del lapso prolongado que el Estado
Argentino se tomó para juzgarlos, el que se ve así, por su propia morosidad,
enriquecido ilegítimamente.

5.2) En las oportunidades procesales correspondientes, ni los


Sres. Fiscales intervinientes ni el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, en
su sentencia, indican pautas de actualización a aplicar (índices, tipos de interés,
etc.).

De tal manera, nuestros poderdantes se han visto imposibilitados


de ejercer su derecho de defensa en relación con esta cuestión, dado que,
obviamente, no podía llevarse a cabo en abstracto.

La Cámara Nacional de Casación Penal introduce la cuestión


tardíamente (sentencia del 20 de marzo de 1995), en una resolución que
constituye una verdadera "reformatio in pejus", desde el momento en que
elimina totalmente el principio de contradicción.

Se agrega a ello que el Tribunal, como fundamento legal de la


imposición de intereses, recurre al art. 622 del Código Civil de la República
Argentina, que dispone que el deudor moroso debe los intereses.

36
432

El único detalle es que el moroso, en administrar justicia, ha sido


el Estado Argentino y no nuestros poderdantes.

No ha habido ni siquiera oportunidad de afirmar que la sentencia,


en relación con la cuestión que en este apartado se trata, incurre en anatocismo,
práctica procesal prohibida por la legislación argentina, desde el momento en
que debe efectuarse un cálculo indexatorio con más intereses hasta abril de
1991 y de ahí en más solamente los intereses que produzca la suma constitutiva
de la sanción, por lo que se da en el fallo recurrido lo que la legislación
argentina, como se dijera, prohíbe expresamente (anatocismo: art. 623 Código
Civil).

5.3) Pero no acaban allí las penurias de nuestros cinco


poderdantes.

Por el contrario, el efecto del procedimiento en cuestión ha sido el


anularlos completamente, tanto a título individual como a sus respectivos grupos
familiares.

En efecto, no se puede arribar a otra conclusión que la de señalar


que se buscó la muerte civil de nuestros cinco poderdantes.

Esa Excelentísima Comisión debe tener presente que desde fines


de septiembre de 1980 tanto el Primer Teniente Carlos Julio Arancibia, como
el Primer Teniente Ricardo Omar Candurra, el Capitán Enrique Luján Pontecorvo,
el Capitán Eduardo José Di Rosa y el Capitán Aníbal Ramón Machín -así como los

37
433

demás coprocesados en la presente causa- han estado inhabilitados


comercialmente, no obstante el hecho que no hubiera sentencia alguna que así
lo determinase.

Ello así, por cuanto la RLA6A -Reglamentación de Justicia Militar


para la Jurisdicción del Comando en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina- establece
que desde el mismo dictado de la prisión preventiva se puedan dictar todas las
medidas cautelares necesarias, poniéndose las mismas en conocimiento de los
Registros y Organismos Oficiales competentes (Registro de la Propiedad,
Registro de Automotores, Banco Central de la República Argentina -y por
intermedio de la "Organización Verax", a todos los bancos de la nación-, etc.).

Ello ha ocasionado un grave perjuicio tanto a nuestros


poderdantes como a sus familias, quienes injustamente se ven penados por algo
que no han cometido.

Esa Comisión no debe perder de vista el perjuicio que ha sido


infligido: se les ha impedido la posibilidad de desarrollar una vida comercial
digna, que permitiera mantener adecuadamente a sus respectivos grupos
familiares, sin haber sido condenados por delito alguno.

Así se dificultó enormemente la posibilidad de manutención de los


grupos familiares de nuestros poderdantes, toda vez que los mismos se
encontraban detenidos y sus familias veían restringida la posibilidad de acceder a
créditos comerciales que permitieran superar ese difícil trance económico.

38
434

También debe tener en cuenta V.E. que el alcance de dicha


medida es muy superior al explicitado: en efecto, lcómo podrían nuestros
poderdantes cumplir con la condena pecuniaria -si es que esta fuera justa- si no
sólo les resulta dificultoso de esta manera obtener recursos para vívír (no
digamos ya, para pagar la deuda), sí no que además les es imposible obtener
crédito alguno que permita cumplir con la condena pecuniaria que sufren?.

De mantenerse esta situación, y no obstante no estar


contemplado como sanción en la legislación argentina, se habrá producido la
condena económica perpetua de nuestros poderdantes, lo que a todas luces
resulta repugnante a los más elementales derechos humanos.

5.4) La conclusión apuntada en el apartado anterior, en el sentido


de que todo el procedimiento estuvo orientado a la muerte civil de nuestros
poderdantes, antes que a dilucidar la verdad material de los hechos investigados,
se ve robustecida por el hecho de haber sido sancionados con la pena accesoria
de inhabilitación perpetua.

De esta manera, se los ha desterrado de la vida cívica a la que


toda persona tiene derecho, negándoseles el derecho a la nacionalidad que toda
persona posee y perpetuando en el tiempo los efectos del delito, sin posibilidad
alguna de recuperar el lugar que toda persona posee en el seno de una
sociedad.

Así han perdido todos los derechos propios de la vida cívico-


política, que la Constitución de la Nación Argentina garantiza "a todos los
hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino." (del Preámbulo

39
435

de la Constitución de la Nación Argentina) y que consagra su art. 37 al disponer


que "Esta Constitución garantiza el pleno ejercicio de los derechos políticos, con
arreglo al principio de la soberanía popular y de las leyes que se dicten en su
consecuencia."

Mucho más grave resulta esto aún, por cuanto la República


Argentina al incluir en el art. 75, inc. 22 de su Constitución Nacional a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, ha tornado operativo el
compromiso asumido en el Artículo 2 del Capítulo I de la Parte I en el sentido de
adecuar su legislación interna a las garantías consagradas en el Pacto de San
José de Costa Rica, adoptando todas las medidas (legislativas, judiciales, etc.)
que fueran necesarias para hacer efectivos los derechos y libertades que dicha
Convención reconoce.

Máxime cuando mediante el Artículo 1 del Capítulo I Parte I se


obliga a respetar los derechos y libertades reconocidos en la Convención y ª
garantizar su libre y pleno ejercicio.

¿cómo explicar, entonces, que por medio de la inacción legislativa


y judicial el Estado Argentino ha aniquilado en el caso concreto los
derechos políticos que en el art. 23 del Pacto de San José de Costa Rica
reconoce?

Dice el texto de la Convención Americana sobre Derechos


Humanos:

40
436

"ARTICULO 23.- 1. Todos los cíudadanos deben gozar de los


síguíentes derechos y oportunídades:
a} de partícípar en la díreccíón de los asuntos públícos, dírectamente o por medía
de representantes líbremente elegídos;
b} de votar y ser elegídos en eleccíones períódícas auténtícas, realízadas por
sufragío uníversal e ígual y por voto secreto que garantíce la líbre expresíón de la
voluntad de los electores, y
e} de tener acceso, en condícíones generales de ígualdad, a las tuncíones
públícas de su país.
2. La lev puede reglamentar el ejercícío de los derechos y oportunídades a que
se refiere el íncíso anteríor, exclusívamente por razones de edad, nacíonalídad,
resídencía, ídíoma, ínstruccíón, capacídad cívíl o mental, o condena, por juez
competente, en proceso penal."

Es claro el sentido que el Pacto de San José de Costa Rica asigna


al artículo 23.

Según su punto 2, los Estados firmantes podrán reglamentar, en


virtud de los parámetros allí establecidos, entre los cuales se cuenta la condena
en proceso penal por juez competente, los derechos políticos de sus ciudadanos.

Lo que nunca podrán hacer es aniquilarlos. so pretexto de


dicha reglamentación.

Tal es la interpretación armónica que cabe a dicho artículo, en su


juego con las obligaciones asumidas en los arts. 1 y 2 de la Convención.

41
437

Si así no resultara, ¿qué sentido tendría obligarse a respetar los


derechos y libertades reconocidos en la Convención -entre los cuales se cuentan
los derechos políticos-, si después so pretexto de una reglamentación o de una
falta de acción del cuerpo legislativo o judicial de un país firmante, se produce el
aniquilamiento del derecho en cuestión?

V.E. debe tener en cuenta, al analizar este punto, que la


Constitución de la Nación Argentina contempla en su art. 28 que los principios,
garantías y derechos reconocidos por la misma -entre los cuales se cuentan los
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos- no pueden ser
alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio.

De todo lo expuesto en el presente apartado, resulta entonces


que la sanción de inhabilitación perpetua repugna los principios y libertades
reconocidos por el Pacto de San José de Costa Rica, siendo contraria a sus
arts. 1, 2 y 23, por lo que debe ser dejada sin efecto.

Y así expresamente se solicita a V.E.

5.5) La presente causa ha ofrecido innumerables circunstancias


llamativas.

Pero tal vez, una de las mayores -con relación a las consecuencias
jurídicas que produjo- fue la resolución de la Excma. Corte Suprema de Justicia
de la Nación Argentina del 30 de julio de 1991, que dispuso revocar la
prescripción declarada en autos por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, por entender que "las

42
438

conductas analizadas en autos, si bien encuadrarían dentro del Código de


Justicia Militar, no constituyen "per se" delitos específicamente militares, lo que
hace aplicable al caso sometido a examen las normas comunes ... " (en el caso
concreto se refiere al instituto de la "secuela de juicio", no contemplado por el
Código Castrense como causal de interrupción de la prescripción).

A dicha conclusión llega el Señor Procurador General de la Nación


-y hace suya la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina- casi 11 años
después de que la causa venía tramitándose por el rígido
procedimiento militar.

Pero claro está, el cambio de procedimiento sólo se dio en


orden al instituto de la prescripción, puesto que si se hubieran aplicado
las normas propias del Derecho Criminal ordinario, deberían haber sido
puestos en libertad inmediatamente.

De hecho, por ejemplo, se entiende como ajustado a derecho el


hecho de que en las declaraciones indagatorias se les haya hecho conocer a los
imputados los cargos que obraban en su contra luego de haber declarado,
por que así lo establece el ritual castrense, nada más repugnante a los derechos
humanos según el procedimiento penal ordinario.

Pero en la resolución del Más Alto Tribunal en cuestión, se


vislumbra un nuevo rumbo:

Nótese que la misma dispone la aplicación de los institutos del


Código Penal, no obstante reconocer en su misma redacción la existencia de un

43
439

concurso aparente de leyes y el inequívoco carácter federal del Código de


Justicia Militar, lo que en virtud del principio de especialidad habría determinado
la aplicación de éste último en lugar de las disposiciones del primero.

En este punto, cabe resaltar a V.E. que en el dictamen del


Procurador General de la Nación se menciona el concurso aparente entre la
defraudación militar (art. 843, Código de Justicia Militar de la República
Argentina) y la malversación de caudales públicos (art. 261, Código Penal de la
República Argentina).

De haber seguido la propia derivación razonada del resolutorio de


la Corte Suprema de Justicia de la Nación, nuestros poderdantes deberían haber
sido condenados por el delito del art. 261 del Código Penal, sin que esto implique
afirmación alguna en contra de nuestros poderdantes.

Pero no.

En este punto había que volver al procedimiento castrense y


lograr una condena por el delito de defraudación militar.

En efecto, de haberse querido proceder en orden a la aplicación


de las normas emanadas del Código Penal, las circunstancias de nuestros
poderdantes hubieran sido muy distintas.

Así, la inhabilitación perpetua no hubiera tenido lugar, toda vez


que dicho cuerpo normativo prevé la inhabilitación absoluta (art. 19 del Código
Penal de la República Argentina), la que comporta: " ... 1) la privación del empleo

44
440

o cargo público que ejercía el penado, aunque provenga de elección popular; 2)


la privación del derecho electoral; 3) la incapacidad para obtener cargos,
empleos y comisiones públicas; 4) la suspensión del goce de toda jubilación,
pensión o retiro, civil o militar, cuyo importe será percibido por los parientes que
tengan derecho a pensión ... "

Pero dicha inhabilitación dura por la mitad del tiempo de la


condena o por 10 años, si la misma fuera perpetua y se repararan los daños en
la medida de lo posible (art. 20 ter del Código Penal de la República Argentina).

En el caso de nuestros poderdantes, se les dio por compurgada la


condena en virtud del tiempo que estuvieran detenidos en prisión preventiva.

Es decir, que de aplicarse los institutos del derecho criminal


ordinario -como se desprende que debería haberse efectuado a raíz de la
resolución del 30 de julio de 1991 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
Argentina 28 - nuestros poderdantes hubieran recuperado su aptitud cívico-política
al mismo momento de conocerse el fallo de la Cámara Nacional de Casación
Penal (20 de marzo de 1995).

Sin embargo, nada de ello ocurrió, puesto que un nuevo y


brusco cambio -tras saltar del procedimiento del Código de Justicia Militar al
contemplado por el Código de Procedimientos Penal de la Nación- hizo que la
causa volviera a tramitarse por el ritual castrense.

28
Sobre este tema se profundizará más adelante.

45
441

De esta manera, se lograron mayores efectos represivos que los


que se hubieran logrado de haberse dictado condena conforme las normas del
ritual criminal ordinario o las propias del procedimiento castrense -y son las que
nos permiten aseverar que se persiguió la muerte civil de nuestros poderdantes-:

- se los inhabilitó en forma perpetua, imposibilitándoselos de participar de la


vida cívica y política de la Nación;

- se les impuso una sanción pecuniaria de elevadísimo monto, que no


guarda relación alguna con el perjuicio que eventualmente pudiera haber
existido (V. E. podrá apreciar que la fórmula del Código Penal enunciada en el art.
20 ter -ya descripto- es más amplia, en tanto ordena la reparación "en la medida
de lo posible") y se procuró que la misma fuera de imposible cumplimiento.

- se procedió a la destitución de nuestros poderdantes, lo que -de conformidad


con el art. 549 del Código de Justicia Militar de la República Argentina- implica:

" ... 1) la pérdida definitiva del grado; 2) la baja de las fuerzas armadas; 3) la
pérdida de todo derecho contra el Estado por servicios anteriores ... " De esta
manera con este castigo se desconoce la trayectoria y esfuerzos realizados por
una persona y se lo sanciona -a él y su grupo familiar- moralmente, arrancándolo
de su entorno social.

- se les confiscó el 50% de sus salarios 29 durante los casi 8 años que
estuvieron detenidos en prisión preventiva, sin procederse a la devolución de lo
retenido en exceso del tiempo máximo permitido en dicha condición, con todo el

29
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", art. 325, fs. 351.

46
442

periuicio que ello implicó para sus grupos familiares, a quienes "se les
impuso igualmente una sanción, sin ser parte alguna en el juicio".

- se les aplicó una condena de prisión menor al tiempo que estuvieron


detenidos, sin disponer la correspondiente reparación que estipula el art.
10 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos por el exceso de
prisión sufrido. (En este punto, se entiende respetuosamente que V.E. debe
tener presente que el Estado Argentino no puede aludir la inexistencia de una ley
interna en tal sentido, en tanto y en cuanto se ha comprometido a adecuar su
legislación en orden a la protección de los derechos y libertades reconocidos por
la Convención. De allí que la morosidad del Estado Argentino no puede serie
imputada a nuestros poderdantes, toda vez que de procederse así se estaría
permitiendo su enriquecimiento ilícito).

6) Innumerables han sido las oportunidades en que la Corte


Interamericana de Derechos Humanos se ha pronunciado respecto de cuestiones
relativas a la duración de procesos judiciales en diferentes países.

Cabe al respecto citar:

6.1 Sentencia en el caso "Suárez Rasero'~ La Corte señala que a


los fines del cómputo del "plazo razonable" debe tomarse el período de tiempo
transcurrido entre el primer acto procesal (párrafo 70) y la conclusión del
proceso, incluyendo los recursos que puedan interponerse, especialmente en
materia penal (párrafo 71), considerando que el plazo de 50 meses transcurridos
excede en mucho el principio de plazo razonable (párrafo 73).

47
443

Párrafo 70: "En el presente caso, el primer acto del procedimiento


lo constituye la aprehensión del Sr. Suárez Rosero el 23 de junio de 1992 y
por lo tanto, a partir de ese momento debe comenzar a apreciarse el plazo ... "

En el caso de nuestros poderdantes, el proceso en su contra se


inició en ... septiembre de 1980.

Parágrafo 71: " ... la fecha de conclusión del proceso contra el Sr.
Suárez Rosero en la Jurisdicción Ecuatoriana fue el 9 de septiembre de
1996 ... " (a cuatro años de su inicio)

En el caso de nuestros poderdantes... entre abril y junio de


1998 (dieciocho años después).

Concluyó la Corte Interamericana en el caso "Suárez Rosero":

Párrafo 73: " ... la Corte advierte que dicho procedimiento duró
más de 50 meses. En opinión de la Corte, este período excede en mucho el
principio de plazo razonable consagrado en la Convención Americana".

En el caso de nuestros poderdantes, el proceso se extendió por un


lapso de ... 210 meses.

6.2 Caso "Geníe Lacayo"(sentencia del 29 de enero de 1997):

Parágrafo 80: "Incluso considerando la complejidad del asunto,


así como las excusas, impedimentos y sustitución de los magistrados de la Corte

48
444

Suprema de Justicia, el plazo de más de 2 años, que ha transcurrido desde la


admisión del citado recurso de casación no es razonable y por consiguiente este
tribunal debe considerarlo violatorio del art. 8.1 de la Convención".

Parágrafo 81. "Aún cuando se excluyan la investigación policial y


el plazo que empleó la Procuraduría General de la República de Nicaragua para
formular acusación ante el Juez de primera instancia, es decir, realizado el
cómputo a partir del 23 de julio de 1991, fecha en que ese juez dictó el auto de
apertura del proceso, hasta la actualidad en que todavía no se ha pronunciado
sentencia firme, han transcurrido más de cinco años en este proceso, lapso que
esta Corte considera que rebasa los límites de la razonabilidad prevista en el art.
8.1 de la Convención".

6.3 caso "Velázquez Rodnguez"(sentencia del 29 de julio de 1988


-párr. 166):

En relación con la obligación emergente del art. 1 de la Parte I de


la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ha expresado la Corte
Interamericana que dicha obligación de garantía implica "... el deber de los
Estados Partes de organizar todo el aparato gubernamental y, en general, todas
las estructuras a través de las cuales se manifiesta el ejercicio del poder público,
de manera tal que sean capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno
ejercicio de los Derechos Humanos."

"Como consecuencia de esta obligación, los Estados deben


prevenir, investigar y sancionar toda violación de los derechos reconocidos por la
Convención y procurar, además, el restablecimiento, si es posible, del derecho

49
445

conculcado y, en su caso, la reparación de los daños producidos por la violación


de los derechos humanos"

B) La denuncia que efectuaran los peticionarios a este respecto


tuvo acogida favorable por parte de la H. Comisión Interamericana en su
Informe de Fondo N° 135/2011 (págs. 29/31).

Se llegó a la conclusión que " .. .la


duración de los procesos por 18
años también excedió los límites de los razonable, en violación al art. 8.1 de la
Convención, en conjunción con las obligaciones del Estado bajo el art. l. l."
Para llegar a esta conclusión, en cuanto a la razonabilidad del
período de tiempo de todo el proceso judicial, la H. Comisión Interamericana
recuerda la jurisprudencia de esa H. Corte Interamericana la cual, en el caso
"Genie Lacayo vs. Nicaragua", sentencia del 29/01/1997, párrafo 77, invocó el
razonamiento de la Corte Europea de Derechos Humanos expresando que son
tres los elementos a considerar para determinar la razonabilidad del plazo en el
cual se desarrolla el proceso:

a) La complejidad del asunto;


b) La actividad procesal del interesado;
e) La conducta de las autoridades judiciales.

Al respecto se expresa en el Informe de Fondo ND 135/2011 que


en el presente caso no existe controversia respecto de los elementos a tener en
cuenta, porque:

50
446

"a) Las partes están de acuerdo en que se trata de un asunto complejo, el


expediente comprende mas de 14.000 páginas y había 32 acusados";
"b) El Estado no acusa a los peticionarios de intentar retrasar los
procedimientos";
"e) El Estado no controvierte que los procedimientos tomaron mas de 16 años".

Como parámetro para determinar el plazo razonable expresa la H.


Comisión Interamericana que la medición debe comenzar cuando los procesos
fueron iniciados y terminar en la fecha de la última decisión. (En el caso, desde
1980 a 1998... ).

Cita como apoyatura jurisprudencia! el caso "Bayarri vs.


Argentina", sentencia del 30/10/2008, párrafo 76, en donde esa Excma. Corte
Interamericana consideró que el proceso completo duró 16 años sin una decisión
final y sostuvo que hubo una "notable demora en los procedimientos antes
mencionados"sin una explicación razonable y decidió que, en consecuencia, "no
era necesario examinar ese criterio" (párrafo 107) para determinar la
razonabilidad de la duración de los procedimientos.

En consecuencia, la conclusión a la que se arriba en el Informe de


Fondo N° 135/2011 es que en el presente caso, la duración del proceso por
18 años excedió claramente la razonabilidad del plazo previsto en la
Convención Americana.

V.2) VIOLACIÓN AL DERECHO A LA LIBERTAD PERSONAL


POR EXCESO EN PRISIÓN PREVENTIVA RIGUROSA (VIOLACIÓN ARTS.
7.2, 7.3 Y 7.5 DE LA CONVENCIÓN AMERICANA)

51
447

En el apartado anterior, en el punto 4, se destacó que entre otros


de sus argumentos la Cámara Nacional de Casación Penal (fundamentos de la
sentencia; 3 de abril de 199530 ) expresó:

"Cierto es que este proceso lleva un trámite de más de


catorce años fíd.J y que los procesados en su mayoría permanecieron
en prisión preventiva rigurosa, por un lapso superior a la mitad de ese
...
..1empo... "

De donde esa H. Corte Interamericana podrá comprobar que fue


el propio Tribunal que los condenó el que certificó expresamente el exceso
de prisión preventiva sufrida por nuestros poderdantes.

La H. Comisión Interamericana en el Informe de Fondo trata el


tema en las págs. 29/31.

Cita con relación directa a la privación directa de la libertad


personal el hecho que los peticionarios fueron mantenidos en prisión preventiva
por períodos de más de 7 u 8 años y medio y el doble del tiempo de
prisión al que fueron condenados por la Cámara de Casación (Apartado
122).

En el apartado 124, citando el caso N° 11.992 "Dayra María


Levoyer Giménez vs. Ecuador" (Informe W 61/01), la H. Comisión
Interamericana expresa que en relación a los parámetros del art. 7.5 de la

30
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", fs. 2 y ss. (Anexo 3).

52
448

Convención, "la Comisión ha establecido que siempre que la prisión preventiva se


extienda más allá del período estipulado por la legislación interna, debe
considerarse prima facíe ilegal, sin importar la naturaleza de la ofensa en
cuestión y la complejidad del casd'.

Por ello, en este caso, la H. Comisión Interamericana encuentra


que el Estado violó el art. 7.2 y 7.5 de la Convención por mantener a los
peticionarios en prisión preventiva por un período que excedía los límites de lo
razonable.

Al respecto cabe mencionar que los peticionarios fueron detenidos


durante el mes de septiembre de 1980 y permanecieron en prisión preventiva
rigurosa hasta el 11 de agosto de 1987, fecha en la cual la Cámara Federal
ordenó al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas su liberación.

V.3) TIEMPO DE INCOMUNICACIÓN (VIOLACIÓN ART. 7.3


DE LA CONVENCIÓN AMERICANA)

A) Este tema fue desarrollado en la denuncia del 22 de octubre


de 1998 y en su ampliación del 5 de enero de 1999.
En dichas ocasiones la presente violación fue denunciada en los
siguientes términos y así la ratifica:

1) La causa en contra de nuestros poderdantes se inició el 9 de


septiembre de 1980.

53
449

2) El art. 204 del Código de Justicia Militar de la República


Argentina establecía que: "El instructor podrá incomunicar a los detenidos,
siempre que hubiere causa para ello, pero la incomunicación no pasará del
tiempo absolutamente necesario para que se practique la diligencia que la
hubiere determinado y por ninguna razón podrá mantenerse por más de cuatro
días en cada caso. El instructor que contraviniere estas disposiciones será
separado de la instrucción y se le impondrá arresto en buque o cuartel. La
aplicación de la sanción a los instructores será hecha por la autoridad que los
designó".

3) De este principio también se hizo tabla rasa con relación a


nuestros poderdantes, a excepción del caso de Aníbal Machín.

Veremos la cuestión con relación a tan sólo dos ejemplos -por una
cuestión de economía procesal-: el de las víctimas Enrique Luján Pontecorvo y
José Eduardo Di Rosa.

4) En ambos casos fueron incomunicados por un período que se


prolongó por más de cuatro días.

Pontecorvo fue detenido e incomunicado el 23 de septiembre de


1980, tal como consta a fs. 438 de la causa en cuestión.

Prestó declaración indagatoria recién el 29 de septiembre de


1980, resolviéndose su situación procesal y el levantamiento de la
incomunicación en el mismo día (fs. 662 y 665).

54
450

Di Rosa fue detenido e incomunicado el19 de septiembre de 1980


a las 13,30 hs. en la Escuela de Aviación Militar.
El 29 de septiembre de 1980 fue trasladado a la VII Brigada
Aérea. A las 9 hs. del 30 de septiembre de 1980 comienza su primer declaración
indagatoria (fs. 697/698) y se levanta la incomunicación.

Por su parte, la detención de la víctima Ricardo Ornar Candurra se


produjo el 19 de septiembre de 1980; en consecuencia, y tal como consta en la
causa de referencia, fue incomunicado. Prestó declaración en fecha 25 de
septiembre de 1980 -fs. 534/536-, resolviéndose su situación procesal y el
levantamiento de la incomunicación en el mismo día.

5) Obviamente, en sede castrense, las defensas militares de


Pontecorvo y Di Rosa -así como de los demás poderdantes, excepción hecha de
Machín- plantearon la nulidad de todo lo actuado por haberse producido excesos
en la incomunicación. Ello consta a fs. 10.729/730 (Di Rosa) y fs. 10.731/3
(Pontecorvo ).

6) El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, en el


considerando cuarto de su sentencia (fs. 12.737/742), trata las cuestiones de
índole procesal planteadas en la causa y hace referencia al planteo de nulidad
por exceso en la incomunicación, expresando:

- Que el art. 204 del Código de Justicia Militar establece que es de 4 días,
pudiendo prorrogarse.
- Que el art. 236 del Código de Justicia Militar obliga al Instructor a tomar
indagatoria dentro de las 24 hs. de recibido el proceso o puesto el detenido a

55
451

su disposición, " ... siempre que no lo impidiera algún grave motivo que se
consignará en la causa, en cuyo caso se verificará lo más pronto posible".

Y cita que:

- "A fs. 303, por auto de fecha 22 de septiembre de 1980, consta la ampliación
del plazo de incomunicación del Capitán Di Rosa".
- "De fs. 697/698 resulta que Di Rosa prestó declaración indagatoria el 30 de
septiembre, resolviéndose su situación procesal y el levantamiento de la
incomunicación en la misma fecha (fs. 699 y 705)".
- "A fs. 438 consta la detención e incomunicación del Capitán Pontecorvo,
dispuesta el 23 de septiembre de 1980".
- "De fs. 656/658 resulta que Pontecorvo prestó indagatoria el 29 de
septiembre, resolviéndose su situación procesal y el levantamiento de la
incomunicación en el mismo día (fs. 662 y 665)".

Expresa a continuación el Tribunal Militar que si bien el sumario,


formalmente, se inició el 9 de septiembre de 1980 (fs. 20), fue necesario a la
Instrucción examinar antecedentes y documentación, a punto tal que el sumario
recién se desarrolla a partir del 15 de septiembre, sustanciándose entre el 15 y el
31 (sic) de septiembre los primeros cuatro cuerpos del mismo.

Dice el tribunal castrense que en algunos casos, la


incomunicación no se ha ajustado estrictamente a los plazos legales y
que el Instructor omitió consignar la razón de ello, o del incumplimiento del art.
236 del Código de Justicia Militar.

56
452

Entiende que ello no constituye un vicio procesal que invalide el


procedimiento y cita su propio fallo dictado en la causa letra "E" N° 55/88
("Aeroparque"), en el que sostuvo: " ... Sólo pueden ser declarados nulos los
actos procesales en los cuales no se hubiesen observado las disposiciones
expresamente prescriptas "bajo pena de nulidad" (así, por ejemplo, arts. 231,
261 y 252 del Código de Justicia Militar)".

En base a ello se desestiman los agravios de las defensas por


cuanto dicha falencia -extensión del plazo de incomunicación y la falta de
fundamentos para ello- no constituye causal de nulidad del proceso.

7) El Tribunal Militar, al dar estos fundamentos para rechazar el


planteo efectuado, hizo caso omiso de lo expresamente prescripto por el art. 204
del Código de Justicia Militar cuando establece clara y expresamente: " ... por
ninguna razón (la incomunicación) podrá mantenerse por más de cuatro días en
cada caso".

Esto, por un lado.

Pero desde otro punto de vista, pese a reconocerse las falencias


en la actuación del Instructor, el tribunal castrense tampoco aplicó la parte final
de la norma del art. 204.

El Juez de Instrucción Militar interviniente debió, cuando menos,


haber sido sancionado; nunca se lo arrestó en buque o cuartel, con lo cual se
terminó de convalidar su conducta, consistente ni más ni menos que en la
violación de las propias normas del procedimiento castrense.

57
453

Con la argumentación del Consejo Supremo de las Fuerzas


Armadas, los Capitanes Pontecorvo y Di Rosa -así como el Primer Teniente
Carlos Julio Arancibia, el Primer Teniente Ricardo Ornar Candurra, el Capitán
Aníbal Ramón Machín y todos los demás- bien podrían haber sido
incomunicados durante semanas o meses, desde el momento en que el
"exceso" no está penado con nulidad.

8) En el trámite de apelación previsto por la ley 23.049, la


cuestión fue reiterada como agravio (escrito a fs. 13.536/560; punto III. El
Debido Proceso; punto III.l Remisión") y mantenido como tal en la audiencia del
22 de febrero de 1995 por ante la Cámara Nacional de Casación Penal.

Este Tribunal de Segunda Instancia, en su sentencia -20 de marzo


de 199531 - y en los fundamentos de la misma -3 de abril de 199532 -, expresó al
respecto: "Cabe indicar que, si bien en la mayoría de los casos los aludidos
excesos existieron, ellos se debieron a la errónea inteligencia que el Juez de
Instrucción Militar otorgó al art. 204 del código castrense, ya que no advirtió
que el sistema de plazos establecido en el primer párrafo de dicha norma,
constituye una excepción a la regla general de prorrogabilidad sentada por el art.
144 del mismo ordenamiento".

"Pero sin perjuicio de ello, debe resaltarse que dentro del sistema
de Código de Justicia Militar no se encuentra previsto que tal exceso genere la
nulidad de los actos que se efectúan dentro de él. Adviértase, incluso, que la
única sanción prevista para tal caso, es la separación y arresto del instructor".

"Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", fs. 128 y ss. (Anexo 7).
"Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", fs. 2 y ss. (Anexo 3).

58
454

"En tal sentido, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal


y Correccional Federal ha indicado, por ejemplo, que "es eficaz la confesión
prestada por el procesado estando vencido el plazo de incomunicación de la ley
militar, pues el Código de Justicia Militar no prevé sanción alguna para dicho
supuesto (CCC Fed., Sala I, "C!AMPOLI", rta. 10/10/94)". Por tales motivos,
corresponde no hacer lugar al agravio referido".

9) Como vemos, entonces, el fundamento del Tribunal de


Apelación es similar al del Tribunal castrense, añadiéndose que el Juez de
Instrucción "no advirtió" las consecuencias de su conducta.

Al respecto, tan sólo cabe decir que el hecho que el magistrado


instructor "no se haya dado cuenta" de dichas consecuencias no alcanza para
mitigar lo que en su momento fue un elevado grado de angustia de los propios
procesados y de sus núcleos familiares, impedidos de contactarse durante
períodos prolongados y plenos de incertidumbre.
Todo ello porque el magistrado castrense "no advirtió", "no se dio
cuenta" o "leyó mal"...

10) Por tratarse entonces de una cuestión donde estaban en


juego garantías constitucionales -debido proceso y defensa en juicio-, el planteo
se intentó llevar ante el Más Alto Tribunal de la República Argentina.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación -resolución del 2 de


junio de 1998-, ni siguiera trató el tema.

59
455

11) Respecto a esta cuestión, ha expresado la Corte


Interamericana de Derechos Humanos:

11.1) Caso "Velázquez Rodríguez'~

Párrafo 156: " ... el aislamiento prolongado y la incomunicación


coactiva constituyen una clara violación al art. 7".

11.2) Caso ''Suárez Rasero" (sentencia del 12 de noviembre de


1997): Se reafirma el criterio de que la incomunicación prolongada más allá de la
establecida legalmente... constituye violación a los incisos 2 y 3 del art. 7
(párrafos 44/47; 50-52}.

En el parágrafo 51 se establece: "La incomunicación es una


medida de carácter excepcional que tiene como propósito impedir que se
entorpezca la investigación de los hechos. Dicho aislamiento debe estar limitado
al período de tiempo determinado expresamente por la ley".

B) Con relación a este tema, el Informe de Fondo N° 135/2011 lo


trata en los apartados 126/128 (páginas 31/32) como derecho a la integridad
personal, encuadrando la violación en la norma del art. 5 de la Convención
Americana.

En el punto 127 destaca que nuestros poderdantes fueron


mantenidos incomunicados por varios días en violación al art. 204 del Código de
Justicia Militar y en el punto 128 expresa textualmente:

60
456

"El Estado, sin embargo, no contradict?3 el reclamo de los


peticionarios, respecto que las presuntas víctimas fueron mantenidas
incomunicadas más allá del plazo prescripto de cuatro días."

Dado que estos procedimientos fueron iniciados en septiembre de


1980 y teniendo en cuenta que la entrada en vigor de la Convención Americana
en la República Argentina fue en 1984, en el Informe de Fondo la Comisión
expresa que tratará el punto bajo las obligaciones asumidas por el Estado en la
Declaración Americana.

Efectivamente es lo que trata en los puntos 135/137 (páginas


33/34) expresando que esa una práctica constante de la Comisión el examen de
las violaciones de la Declaración Americana de los Derechos y los Deberes del
Hombre ocurridos antes de la fecha en que el Estado depositó su instrumento de
ratificación o adhesión a la Convención Americana.

En el apartado 136 menciona la cuestión del tiempo de


incomunicación y concluye en el apartado 138 que la cuestión planteada
constituye una violación del art. 1.1 de la Convención Americana y los arts. I,
XXV y XXVI de la Declaración Americana con respecto a hechos acaecidos con
anterioridad a la ratificación de la Convención, relacionados con la privación de la
libertad y debido proceso.

33
Esta representación solicitó oportunamente a la H. Comisión Interamericana que sobre el particular
procediera conforme lo dispuesto por el anterior art. 42 del Reglamento de la H. Comisión
Interamericana, teniendo por ciertos los hechos no controvertidos por el Estado Nacional. Y así
se reitera su solicitud.

61
457

VI) CUESTIONES PLANTEADAS POR OTROS


PETICIONARIOS QUE TUVIERON ACOGIDA FAVORABLE EN EL
INFORME DE FONDO N° 135/2011

VI.1) DERECHO A ASISTENCIA LEGAL EN PREPARACIÓN


DE LA DEFENSA DURANTE LOS PROCEDIMIENTOS ANTE EL TRIBUNAL
MILITAR (VIOLACIÓN ART. 8.2.d, 8.2.e y 8.2.b DE LA CONVENCIÓN
AMERICANA)

Este tema se trata en el Informe de Fondo en los apartados


114/115 (páginas 27/28) en referencia a que los peticionarios no tuvieron
defensor legal durante los primeros dos años y medio de los procedimientos y,
cuando finalmente obtuvieron representación, los defensores designados no eran
abogados.

La H. Comisión concluye (apartado 115) que el Estado violó el


derecho de los peticionarios a ser asistidos por un abogado, especialmente en el
principio del proceso, etapa en la cual el acusado realiza su primera declaración.

Todo ello constituye violación al art. 8.2.d y 8.2.e de la


Convención Americana.

VI.2) ACUSACIÓN (VIOLACIÓN ART. 1.1 DE LA


CONVENCIÓN AMERICANA Y ARTS. I, XXV Y XXVI DE LA DECLARACIÓN
AMERICANA)

62
458

Como otra violación al art. 1.1 de la Convención Americana y I,


XXV y XXVI de la Declaración Americana, la Comisión encuentra (apartado 136,
página 34) que los peticionarios no fueron acusados de ningún delito sino hasta
1988 cuando el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas les dio traslado de la
acusación.
Estos hechos son violatorios de la Declaración Americana a la
violación del derecho a que la legalidad de la detención sea revisada sin demora
por un Tribunal competente y el derecho a ser juzgado en un tiempo razonable o
a ser puestos en libertad (XXV Declaración Americana).

Ambas violaciones fueron también sufridas por nuestros


poderdantes y así se peticiona lo tenga presente y lo declare esa
Excma. Corte Interamericana.

VII) CUESTIONES PLANTEADAS POR NUESTROS


PODERDANTES QUE NO TUVIERON ACOGIDA FAVORABLE EN EL
INFORME DE FONDO N° 135/2011

VII.l) EXHORTACIÓN A DECIR VERDAD (VIOLACIÓN AL


ART. 8.2 .G y 8.3 DE LA CONVENCIÓN AMERICANA)

A) En la denuncia inicial del 22 de octubre 1998 y su ampliación


del S de enero de 1999 desarrollamos como violación de los arts. 8.2.g y 8.3 de
la Convención Americana la exhortación a decir verdad que se les formuló a
nuestros poderdantes al momento de prestar declaración indagatoria.

El tema lo desarrollamos en estos términos:

63
459

1) El Capitán Enrique Luján Pontecorvo prestó su primer


declaración indagatoria en este proceso el 29 de septiembre de 1980 (fs.
656/58); el Capitán José Eduardo Di Rosa lo hizo el 30 de septiembre de 1980
(fs. 697/98); el Primer Teniente Ricardo Ornar Candurra hizo lo propio el 25 de
septiembre de 1980 (fs. 534/36).

En todos estos casos -que se citan a mero título de ejemplo, pues


la misma situación se reitera con todos los imputados en esta causa-, al prestar
declaración se los exhortó a decir verdad.

2) Para poder exponer con todo detalle los argumentos que hacen
a esta flagrante violación de los derechos humanos de todos los procesados en
esta causa, se hace necesario transcribir las siguientes normas del Código de
Justicia Militar de la República Argentina, que pautan el contexto en el que
deben recibirse las declaraciones indagatorias de los imputados.

- ART. 231: "La declaración será, bajo pena de nulidad. firmada por todos los que
hubieren intervenido en ella, y si el declarante lo quisiere, rubricará cada una de
sus fojas o pedirá que se rubriquen por el instructor, en caso de que no pudiere
o no supiere. Si el declarante se negare a firmar, el hecho se hará constar ante
dos testigos requeridos al efecto, dejándose constancia de las razones de la
negativa; en caso contrario la declaración será nula".

- ART. 236: "Si al presunto culpable se le ha privado de su libertad, la declaración


se tomará dentro de las 24 horas desde que se recibiese el proceso para iniciar
la instrucción, o desde que el detenido hubiese sido entregado o puesto a

64
460

disposición del instructor. A no impedirlo algún grave motivo que se consignará


en la causa, en cuyo caso se verificará lo más pronto posible".

- ART. 237: "Las declaraciones se tomarán separadamente a cada una de las

personas complicadas en el delito o falta, y no podrá exigirse juramento o


promesa de decir verdad, aunque pueda exhortárseles a que se produzcan con
ella".

- ART. 240: "Las preguntas serán siempre directas, sin que por ningún concepto
puedan hacérsele de un modo capcioso o sugestivo. Tampoco se podrá
emplear con el declarante género alguno de coacción o amenazas o
promesas de ninguna especie. El instructor que contraviniere estas
disposiciones, será separado de la instrucción y se le impondrá arresto en buque
o cuartel. La aplicación de estas sanciones a los instructores será hecha por la
autoridad o jefe que los designó"34 •

3) Este es el contexto normativo en el cual debían recibirse las


declaraciones indagatorias de los imputados en esta causa.

Como veremos a continuación, todas estas normas fueron, lisa y


llanamente, violadas.

Las declaraciones fueron tomadas, contrariamente a lo estipulado


en el código castrense, en un contexto caracterizado por amenazas, coacciones y
"exhortaciones a decir verdad", a lo cual debe sumarse el exceso en el plazo de
incomunicación (ya tratado en el apartado B de este mismo escrito).
34
El presente articulado del Código de Justicia Militar se encuentra en el Archivo . "12.167 Arguelles y
Otros Anexos Informe 135.11", fs. 344/345.

65
461

4) El art. 237 del Código de Justicia Militar, al establecer que


"aunque pueda exhortárseles a que se produzcan con ella", está consagrando
una norma permisiva o facultativa para el Juez de Instrucción Militar, como lo es
la posibilidad de exhortar al indagado a que se produzca con verdad en sus
declaraciones.

Pero aquí hay otro hecho vinculado con esta norma, que fue el
que sirvió de fundamento para que TODAS las defensas solicitaran la nulidad de
las declaraciones indagatorias tomadas a sus defendidos.

Ante los reclamos defensistas, se le tomó declaración al Juez de


Instrucción Militar (al cual luego se REMOVIÓ de su cargo), en fecha 9 de junio
de 1982.

A fs. 4646/4835 obran sus dichos; concretamente se le pregunta


"si durante los interrogatorios mencionados se le hicieron a los procesados
preguntas de un modo capcioso o subjetivo, o se empleó algún género de
coacción o amenazas o promesas de alguna especie".

Su respuesta fue: "Que no. Que únicamente y en todos los casos,


se exhortó al personal interrogado a decir la verdad, tal cual prescribe el Código,
señalándoseles el beneficio que esta actitud les reportaría".

35
La declaración del Juez Militar Ramos obra en el archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte. 1", Anexo 3,
fs. 20/24.

66
462

Aquí está la base de fundamentación del pedido de


nulidad de las declaraciones indagatorias y de todo lo actuado en
consecuencia.

El art. 237, facultativo para el Juez de Instrucción Militar, fue


empleado -violándose las garantías del debido proceso y el derecho de defensa
en juicio- en función del art. 240 del Código de Justicia Militar, que
concretamente establece en su segundo párrafo: "Tampoco se podrá emplear
con el declarante género alguno de coacción, o amenazas o promesas
de ninguna especie".

5) La norma facultativa del art. 237 queda anulada, en este caso


particular y específico, por cuanto se ha infringido lo normado por el art. 240,
que consagra una norma prohibitiva, cual es la de no emplear con el declarante
"promesas o amenazas".

¿y en qué sentido puede leerse la palabra "beneficio", sino como


una "promesa" o como una "amenaza"?.

De esta manera, prácticamente se instaló en la mente de quienes


debían prestar un acto tan importante y de tantas consecuencias como lo
es una declaración indagatoria, una especie de "ecuación", cuyos términos
serían "verdad = beneficio"; "mentira = perjuicio".

Esto es totalmente violatorio de principios jurídicos universales


como el que dispone que nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo
(consagrado, por ejemplo, en el art. 18 de la Constitución de la Nación

67
463

Argentina) ni puede, en este sentido, ser objeto de ninguna insinuación al


respecto.

Ello implica "inducir" al indagado a adoptar una actitud


determinada, entendiéndose que la adopción de dicha actitud "le reportaría un
beneficio", tal como expresamente lo reconoce el Señor Juez de
Instrucción Militar en su declaración antes citada.

6) Debe agregarse a esto el contexto en el que los imputados


prestaron declaración indagatoria, contexto que se repetirá en todos los casos.

Así, por ejemplo, en el caso del Capitán Di Rosa, su período de


incomunicación se prolongó por el término de diez días, en abierta violación a lo
normado por el art. 204 del Código de Justicia Militar. En el caso del Capitán
Pontecorvo, su incomunicación se prolongó durante siete días, y en el del Primer
Teniente Candurra, la misma tuvo una duración de seis días.
La prolongación de la incomunicación constituyó, sin duda, una
forma de ejercer coacción moral o psíquica sobre los imputados, quienes
afrontaron la situación de prestar declaración en un estado de total
incertidumbre y temor (esa H. Corte Interamericana no puede dejar de
considerar el contexto histórico-político del país, y en especial de las Fuerzas
Armadas Argentinas, para poder apreciar cabalmente el alcance de dicho estado
de temor e incertidumbre).

7) Los "beneficios" citados por el propio Juez de Instrucción


Militar a fs. 4646/48 36 -que éste reconoce haberles señalado a los imputados en

36
Ver nuestra nota 32.
68
464

el acto de declarar-, no son detallados por el magistrado interviniente, ni constan


en las actas levantadas en oportunidad de las declaraciones indagatorias.

¿Quiénes pueden puntualizarlos, ya que el Juez de Instrucción


Militar no lo hace?

Pues bien, deberemos recurrir entonces a lo expresado -por


ejemplo- por los Capitanes Pontecorvo y Di Rosa, quienes pueden ilustrarnos
acerca de cuál era la naturaleza de esos "beneficios":

a) En su segunda declaración indagatoria -prestada el 30 de julio


de 1981, obrante a fs. 3528/33 de la causa-, el Capitán Pontecorvo explica lo
acontecido en su primera declaración.

Luego de expresar que firmó la misma de conformidad, dado que


quienes se la tomaron pretendían de él una declaración de culpabilidad; luego de
expresar que lo detuvieron sin decirle de qué se lo acusaba; luego de decir que
estuvo incomunicado durante siete días; luego de manifestar que en el Juzgado
estuvo catorce horas de pie, sin suministro de racionamiento alguno, expresa
que:

- Se le convenció de que se declarara culpable. porque era mejor


para él; sino se le extendería la incomunicación (huelga reiterar que nunca
debe perderse de vista el contexto histórico-político del país y de las Fuerzas
Armadas de entonces, para apreciar cabalmente lo que podría significar una
"incomunicación").

69
465

- Se le dijo que por el tiempo que iba a pasar detenido en Palomar


hasta que el sumario finalizara, se iba a contar un día por un día, por lo cual no
importaba que se declarara culpable aunque no lo fuera, pues cuando terminara
el sumario, ya estaría "cumplido".

- Se le dijo que pensara en su esposa e hijos, ya que si quería


volver a verlos pronto. era mejor que se declarara culpable: así se aceleraba el
trámite y se podía continuar la investigación con otros oficiales.

b) Al prestar declaración indagatoria el 30 de abril de 1981 -fs.


3120/24-, el Capitán Di Rosa explica lo acontecido en la primera (30 de
septiembre de 1980) y en la segunda (28 de octubre de 1980) declaración.

- En la primera declaración -explica- fue incomunicado durante


diez días; se la tomaron los Tenientes Primero Centurión y Satragni y el primero
de ellos le indicó que no debía ser un "fusible", sino que debía denunciar todas
las irregularidades que conociera., ya que de esa forma redundaría en su
beneficio en el informe final del Juzgado, por colaborar con la Justicia.

- Dice también que al no declararse culpable, se le manifestó que


el camino que había elegido era el peor de todos, ya que no se beneficiaría con
la declaración espontánea y que ese hecho agravaría su situación.

- Con respecto a su segunda declaración, nuevamente se le indicó


que declararse culpable redundaría en su beneficio en el informe final que
elevaría el Juzgado.

70
466

En ambos casos se mencionan los "beneficios" que obtendrían de


declararse culpables.

Curiosa palabra que, por cierto, será usada por el Juez de


Instrucción Militar Comodoro Jorge Demóstenes Ramos UN AÑO MÁS TARDE,
cuando preste declaración el 9 de junio de 1982 y mencione lo que ya ha sido
37
citado y obra en autos a fs. 4646/48 .

7.1) Estos son los argumentos, extraídos de las constancias de la


causa, con relación a la identificación de los "beneficios" de los que hablaba el
Juez de Instrucción Militar.

Ello trae como consecuencia que las declaraciones indagatorias


deberían haber sido fulminadas de nulidad -y todo lo actuado en consecuencia-,
por haberse violado principios como: el debido proceso, garantía de la defensa
en juicio; nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo.

8) Este planteo fue llevado a consideración del Consejo Supremo


de las Fuerzas Armadas por los defensores legos de los imputados.

El Tribunal Militar, en el Considerando CUARTO de su Fallo del


5/6/89 (fs. 12.531/837), con relación al Capitán Di Rosa (fs. 12.735), desestima
el planteo de nulidad, basándose en que el art. 237 del Código de Justicia Militar
admite la exhortación a decir verdad 38 •

3737
Ver nuestra nota 32.
38
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros. Sometimiento Informe y Anexos", fs. 287.

71
467

Agrega que: "Es de destacar ... que la confesión prestada por los
procesados resulta corroborada por prueba documental, conforme resulta de las
citas efectuadas en los Resultandos. En una palabra, no es el único elemento de
cargo que pesa sobre los mismos".

Este criterio será reafirmado en el Considerando QUINTO (fs.


12.747/750), cuando -refiriéndose a "supuestos apremios y amenazas y la
rectificación de las indagatorias"- el Tribunal castrense expresa:

"Es de señalar que la totalidad de las confesiones prestadas en las


indagatorias, luego retractadas, resultan corroboradas por prueba documental,
por ejemplo, Balances de Movimientos de Fondos y Rendiciones de Cuentas,
documentación falsa, incorporada a las rendiciones y pericias realizadas,
conforme consta en los Resultandos y fojas mencionadas en los mismos, a los
cuales el Tribunal se remite a fin de evitar repeticiones de citas"39 •

" ... las argumentaciones de las defensas ... carecen totalmente de


credibilidad, máxime cuando los dichos confesorios resultan acreditados por
otros medios probatorios acumulados en la causa".

En cuanto a estos "otros medios probatorios", habremos de


remitirnos a lo que será expuesto -en este mismo escrito-, en cuanto a la
denegación de medidas de prueba solicitadas y la forma en que se llevaron a
cabo los peritajes contables.

"Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros. Sometimiento Informe y Anexos", fs. 299.

72
468

9) En el trámite de apelación de la sentencia del Consejo


Supremo de las Fuerzas Armadas, este planteo -con pedido de nulidad- fue
volcado en el punto III del escrito "El Debido Proceso", punto "III. 1. Remisión,
fs. 13.536/560" de las defensas de ambos Capitanes y mantenido en la
oportunidad de la audiencia del art. 445 bis inc. 5° ley 23.049 (22 de febrero de
1995).

Fue admitido como agravio por el Tribunal de Segunda Instancia


en resolución obrante a fs. 13.716/719 de la causa, por invocarse inobservancia
o errónea aplicación de la ley (art. 445 bis, inc. 2°, d).

10) Al exponerse ante la Cámara Nacional de Casación Penal los


fundamentos sobre los cuales se peticionaba la nulidad de todo lo actuado con
relación a esta cuestión, se citó inclusive otro fallo que -en un tema similar- dictó
otro Tribunal de la República Argentina.

Se trataba del fallo dictado por la Cámara Federal de La Plata,


Sala na., el 13 de abril de 1988, en la causa "Pérez, Alejandro Celestino", en
donde se dispuso declarar la nulidad de la declaración indagatoria del imputado,
por resultar violatoria del art. 18 de la Constitución de la Nación Argentina,
revocando la sentencia recurrida y absolviendo libremente al procesado Pérez.

Debe hacerse la salvedad que, en este caso, se efectuó el planteo


de nulidad exclusivamente en virtud del art. 237 del Código de Justicia Militar,
exhortación a decir verdad, difiriendo en consecuencia en este aspecto de lo que
fuera planteado por la defensa de los Capitanes Pontecorvo y Di Rosa: nulidad

73
469

del art. 237 en función del art. 240 (''contexto" en el que se tomaron las
declaraciones indagatorias).

Sucintamente los fundamentos expresados fueron los que de


seguido se exponen, a raíz del planteo efectuado por el Sr. Defensor Oficial
acerca de la nulidad de la declaración indagatoria prestada por el procesado,
atento que la misma había sido vertida luego de haber sido "exhortado" por el
Presidente del Consejo de Guerra del Comando de la Armada "a pronunciarse
verazmente", haciendo uso de la facultad conferida por dicho artículo.

Se expresa en el Fallo mencionado: "3 ... EI derecho de defensa


comprende el de declarar "libremente" el imputado con relación al hecho
delictuoso que se le atribuye, sin cortapisas de ningún género en el desarrollo
del acto que puedan inhibirlo de pronunciarse con total espontaneidad, e incidir
de modo negativo en la decisión judicial correspondiente, que aquél pretende
favorable ... "

Luego de citar el art. 18 de la Constitución de la Nación Argentina


-que consagra los principios de la garantía de defensa en juicio, el debido
proceso y que nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo-, continuase
expresando en la sentencia de marras: "4. Aun cuando la aplicación de la buena
doctrina, tendiente a la proscripción plena del procedimiento inquisitivo en los
códigos de forma, dejó sin efecto el art. 245 del Código de Justicia Militar
anterior que obligaba al imputado a "contestar las preguntas que se le hicieren"
no reparó que en su actual art. 237, confiere la facultad al instructor de
"exhortar al declarante a que se produzca con verdad", lo que evidentemente
incide en el derecho de éste a manifestarse con libertad, ya que "exhortar",

74
470

según el Diccionario de la Lengua Española (edición 1984, pág. 618), significa


"inducir a uno con palabras, razones y ruegos, a que haga o deje de hacer
alguna cosa".

Para finalmente concluir: " ... En tales condiciones, el empleo de


cualquier medio tendiente a coaccionar moral o psicológicamente al procesado
para obtener su confesión cae, sin duda, en la prohibición de que se obligue al
imputado a declarar contra sí mismo contenida en la Constitución Nacional, art.
18".

"8. Tal conclusión acarrea en la especie, junto a la nulidad de la


indagatoria, la del proceso y la sentencia en él dictada que descansan en los
dichos del procesado vertidos en la declaración viciada. En este sentido, téngase
presente que la regla de exclusión, según la cual el vicio de una prueba
ilícitamente obtenida impide hacer uso de ella, ha sido consagrada por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en Fallos 303:1938, que se remite a Fallos 1-
350 y 281-177 y 306-1752".

En virtud de estos fundamentos, se arribó al veredicto absolutorio


en favor del procesado Pérez.

11) Todos estos argumentos -con el antecedente jurisprudencia!


transcripto- fueron expuestos ante la Cámara Nacional de Casación Penal.

75
471

Este Tribunal, en el apartado VIII (punto 3 de los Considerandos)


de los fundamentos del Fallo (dados a conocer el 3 de abril de 1995)40 , trata la
cuestión, expresando al respecto que:

"Las defensas de los procesados Pontecorvo, Di Rosa y Machín se


agravian de que al comienzo de la instrucción algunos procesados habrían
confesado su culpabilidad a título individual, en declaraciones recibidas mediante
amenazas, promesas y admoniciones".

Sin embargo, no ha sido dable probar la existencia de dichas


circunstancias, a lo cual se suma que de los testimonios obrantes a fs. 4639/41,
4
4642/3, 4646/8 \ 4679/81 y 4682/3 antes citados, se desprende que las
declaraciones indagatorias fueron tomadas correctamente, por lo cual no cabe
hacer lugar al planteo defensista".

Las fojas citadas por el Tribunal corresponden a las declaraciones


prestadas en la causa ... por el Juez de Instrucción Militar, sus Secretarios y los
peritos contables, quienes fueron todos cuestionados por las defensas y tenían
mucho que perder, de hacerse lugar a las irregularidades denunciadas.

En idéntico sentido se pronunció el Tribunal al tratar el planteo


efectuado por la defensa del procesado Ricardo Ornar Candurra.

Dijo al respecto: " ... impetraron la nulidad de las actuaciones por


entender que la exhortación a decir verdad -art. 237 del Código de Justicia

40
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", fs. 2 y ss. (Anexo 3).
41
Se reitera sobre el particular lo reconocido acerca de los "beneficios" ofrecidos: Ver nuestra nota 32.

76
472

Militar- efectuada a sus asistidos al prestar éstos declaración indagatoria, lesiona


la garantía constitucional contenida en el art. 18 de nuestra Ley Suprema".

"La norma castrense a la que aluden las defensas establece que


no podrá exigirse al indagado juramento o promesa de decir verdad, aunque
pueda exhortársele a que se produzca con ella".

"En tanto, el art. 18 de la Constitución Nacional tutela la garantía


de que nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo".

"De ello se sigue que la simple exhortación a ser veraz en modo


alguno importa violación a la garantía citada, pues no es lo mismo rogar que
compeler, criterio éste aceptado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación al
revocar la sentencia dictada por la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata,
en los autos "Agüero Corvalán, Jorge Ramón", que la misma defensa cita, al
expresar que de los términos del art. 237 resulta suficientemente claro que
además de garantizar al procesado la posibilidad de negarse a declarar, esa
disposición excluye expresamente la posibilidad de exigirle juramento o promesa
de decir verdad y simplemente hace referencia a una eventual exhortación a
producirse con ella (Fallos, 312:2150)".

En un análisis más amplio, expresa el Tribunal de Segunda


Instancia:

"9 ... Similares anormalidades -señala la defensa- se habrían


producido al recibirse la declaración indagatoria de Candurra a fs.534/6, a las
cuales se suma la existencia de amenazas tendientes a conseguir que los

77
473

declarantes se autoincriminaran; la ausencia del Secretario Autorizante en el


acto; que se le hizo saber al imputado el hecho por el cual se lo había procesado
recién cuando finalizó su deposición, y por último, que no se efectuó el
interrogatorio previsto en la última parte del art. 177 de la reglamentación de
Justicia Militar para el Comando en Jefe de la Fuerza Aérea".

"Con relación a las cuestiones relativas a las coacciones y


promesas alegadas, a la ausencia del Juez Instructor y del Secretario
Autorizante, y a que el primero de ellos no habría sido el que formuló el
interrogatorio, cabe indicar que las circunstancias argüidas no han sido probadas
mínimamente por el agraviado, a lo cual se suma que, conforme se desprende
de los testimonios obrantes a fs. 4635/8, 4639/41, 4642/3, 4646/8, 4679/81 y
4682/3 mencionadas "ut supra", como del testimonio brindado durante la
audiencia prevista por el art. 445 bis del Código de Justicia militar por el
Vicecdoro. Raimundo Antonio Centurión, todas las declaraciones indagatorias
fueron recibidas por el Juez de Instrucción -auxiliado por el correspondiente
Secretario certificante-, quien efectuó las preguntas y que no mediaron
promesas o amenazas de ningún tipo, por lo cual deben ser rechazadas las
pretensiones defensistas sobre el punto".

"Es de resaltar que el propio Cdro. Demóstenes Ramos, al


declarar bajo juramento a fs. 4646/8 42 , preguntado que fuera acerca de si
durante las declaraciones indagatorias recibidas en autos en el período en que él
actuó como Juez de Instrucción Militar se hicieron a los procesados preguntas de
un modo capcioso o subjetivo, o se empleó algún género de coacción o
amenazas o promesa de alguna especie, manifestó: "Que no. Que únicamente y

42
Se destaca: Ver nuestra nota 32.

78
474

en todos los casos se exhortó al personal interrogado a decir la verdad, tal cual
lo prescribe el Código, señalando el beneficio que esta actitud le
reportaría".

"Así, se advierte que al receptar las indagatorias, el Juez


Instructor no hizo sino cumplir con las prescripciones de los arts. 237 y 242 (éste
hoy derogado) del Código de Justicia Militar".

"La última norma citada ha sido tachada de inconstitucional, por


lo que corresponde señalar que, a criterio de este Tribunal, ella por sí misma, no
conculcaba el derecho de toda persona a no ser obligada a declarar en su contra,
puesto que, adviértase, su texto preveía explícitamente el silencio o negativa a
declarar del imputado, quitándole cualquier carácter coactivo que se pretenda
extraer del precepto. A su vez, las eventuales reflexiones que ella indica podían
hacérsele al declarante, no importaban promesa de beneficiarlo ilegítimamente
por el hecho de responder a las preguntas que se le formularan".

12) Estos son, en síntesis, los argumentos sobre los cuales la


Cámara Nacional de Casación Penal rechazó los plantees de las defensas en
relación a esta cuestión.

Obviamente, por estar en juego pnnC1p1os consagrados y


protegidos por el art. 18 de la Constitución Nacional -ya explicitados-, todas las
defensas llevaron el tema, a través del Recurso de Queja, a conocimiento de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, incluso invocando la protección de la
Convención Interamericana de Derechos Humanos (del recurso planteado por el
Primer Teniente Ricardo Ornar Candurra).

79
475

13) Entre ellas, el Defensor Oficial -de varios procesados, entre


quienes se encontraba Miguel Ángel Maluf-, planteó la cuestión constitucional por
entender que los tribunales inferiores, al haber convalidado la sentencia del
Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en esta causa, lo habían hecho
violando expresas garantías constitucionales de los procesados.

El Más Alto Tribunal, en fecha 25 de noviembre de 1997, dicta


resolución en el "Recurso de hecho deducido por el defensor oficial de Miguel
Ángel Maluf en la Causa "Galluzzi, Carlos Alberto y otros sj defraudación militar
sjart. 445 bis del Código de Justicia Militar - causa N°56".

Se dispone en la misma: "Que el recurso extraordinario. cuya


denegación dio origen a la presente queja, no cumple con el requisito de
fundamentación autónoma. Por ello y lo dictaminado por el señor Procurador
General. se desestima la queja ... "

Los firmantes de la resolución fueron los señores jueces Julio


Salvador Nazareno, Eduardo J. Antonio Moliné O'Connor, Carlos Santiago Fayt,
Augusto César Juan Belluscio, Antonio Boggiano, Gustavo Alberto Bossert,
Guillermo Alberto F. López, Enrique Santiago Petracchi y Adolfo Roberto
Vázquez.

Es decir entonces que, aparentemente en voto unánime, los


nueve miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictaminaron el
rechazo del recurso planteado por el Defensor Oficial.

80
476

14) Sin embargo, existieron dos votos en disidencia de los Dres.


Enrique Santiago Petracchi y Antonio Boggiano, que por primera vez en la
historia de los dieciocho años que lleva esta causa, acogieron los
argumentos que las defensas han venido exponiendo durante... casi veinte
años. 43

Esta resolución en disidencia de los señores jueces nombrados


merece ser transcripta íntegramente.

Expresan su VOTO DISIDENTE en los siguientes términos:

"1 °) Que la Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal


confirmó parcialmente la condena impuesta al Capitán Miguel Ángel Maluf como
autor de los delitos de defraudación militar en forma reiterada y falsedad,
considerando como agravantes de la pena prevista para el primer delito la de
haber incurrido en el segundo y en la causal contemplada en el inciso quinto del
art. 519 del Código de Justicia Militar".

"A su vez modificó el monto de la pena impuesta que fijó en cinco


años de reclusión -que se dieron por compurgados en virtud del tiempo sufrido
en detención- e inhabilitación absoluta perpetua, con la accesoria de destitución
y accesorias legales".

"Asimismo, fue condenado a pagar mancomunada y


solidariamente al Estado Nacional (Fuerza Aérea Argentina), una suma de dinero

43
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexo Informe 135-11", Anexo 12, fs. 299/305.

81
477

actualizada e intereses. Contra dicho pronunciamiento se interpuso recurso


extraordinario que al ser desechado dio origen a la presente queja".

"20) Que el recurrente se agravió de que se denegase el planteo


de inconstitucionalidad de los arts. 237 y 242 del Código de Justicia Militar
vigentes en el año 1980, época en la que había sido indagado su defendido, y
que al aplicarse esas normas se hubiesen violado sus garantías constitucionales".

"Alegó que tales preceptos eran contrarios al art. 18 de la


Constitución Nacional en cuanto establece que nadie puede ser obligado a
declarar contra sí mismo y que en el procedimiento impugnado se exhortó al
imputado por un lado a decir la verdad (art. 237) y por el otro se le informó (art.
242) que estaba obligado a contestar todas las preguntas que se le hiciesen y si
se negaba, se le podían efectuar reflexiones por las que comprendiese que su
silencio no le habría de favorecer".

"Es por ello -sintetizó- que no le había sido muy difícil imaginar
después de estar incomunicado por un tiempo superior al autorizado
por la ley44 , cuáles habían sido las palabras, razones y ruegos que se utilizaron
en contra del encartado para inducirlo a declarar en su perjuicio".

"3°) Que en la sentencia impugnada, la Cámara Nacional de


Casación Penal expresó que al prestar declaración el ex juez de instrucción
militar que había recibido las indagatorias de los imputados, había negado que
se le hubiese hecho a éstos preguntas de un modo capcioso o subjetivo, o
empleado algún género de coacción o amenazas o promesa de ninguna especie,
44
Se reitera en este punto a esa H. Corte Interamericana que debe tenerse presente el momento
institucional particular de nuestro país en esos años.

82
478

y que únicamente había reconocido que en todos los casos se había exhortado
"al personal interrogado a decir la verdad, tal cual lo prescribía el código,
señalándose el beneficio que esta actitud les reportaría". Así, prosiguió el a quo,
se advertía que al recibir las indagatorias, el juez de instrucción no había hecho
más que cumplir con las prescripciones de los arts. 237 y 242 (hoy derogado) del
Código de Justicia Militar. Esta última norma -señaló la Cámara- tachada de
inconstitucional, no conculcaba el derecho de toda persona a no ser obligada a
declarar en su contra, pues su texto preveía explícitamente el silencio o negativa
a declarar del imputado al quitarle carácter coactivo que pretendiese extraerse
de su precepto".

"Asimismo, agregó que las eventuales reflexiones que esa


disposición autorizaba hacerle al declarante no importaban promesa de
beneficiarlo ilegítimamente por el hecho de responder a las preguntas que se le
formulasen".

"Además el a quo reconoció que en este voluminoso proceso, si


bien en la mayoría de los casos habían existido excesos en la incomunicación de
los encausados, ello se había debido a la errónea inteligencia que el juez de
instrucción militar había otorgado al art. 204 del código castrense, ya que no
había advertido que el sistema de plazos establecido en el primer párrafo de
dicha norma constituía una excepción a la regla general de prorrogabilidad
contenida por el art. 144 del mismo ordenamiento. Sin perjuicio de lo cual, la
Alzada agregó que debía resaltarse que dentro del sistema del Código de Justicia
Militar no se encontraba contemplado que el exceso denunciado generase la
nulidad de los actos afectados por tal anomalía, y advirtió que la única sanción
prevista para el caso era la separación y arresto del instructor".

83
479

"40) Que la cláusula del art. 18 de la Constitución Nacional que el


recurrente sostiene que se halla en pugna con aquellas normas, impide que se
obligue a una persona a declarar respecto de hechos o circunstancias que
puedan incriminarlo personalmente. Así lo ha sostenido desde antiguo la doctrina
de esta Corte registrada en Fallos 1:350 y 281:177, en cuanto a que la
declaración de quien es juzgado por delitos, faltas o contravenciones, debe
emanar de la libre voluntad del encausado".

"Asimismo, con ulterioridad a las reformas del texto castrense


realizadas por la ley 22.971, en los precedentes de Fallos 312:2146 y 314:1399,
si bien se dejó establecido que la exhortación a decir verdad del mencionado art.
237 no lesionaba la garantía constitucional del art. 18, también se recalcó
especialmente que si en virtud de esa formulación ritual se intentase ir más allá,
hasta pretender algún tipo de coacción o amenaza concreta que conspirase
contra la garantía de declarar libre de presiones, el acto así realizado estaría
viciado de nulidad por imperio de lo dispuesto por el art. 240 del Código de
Justicia Militar. que obraría de ese modo como salvaguardia suficiente del
derecho del procesado".

"5°) Que en la especie. la garantía constitucional de no


declarar contra sí mismo no aparece suficientemente resguardada en el
acto en el que se recibió la declaración indagatoria del encartado, según
se desprende de sus propias manifestaciones, de la interpretación armónica
que debe darse a las disposiciones de los arts. 104. 204. 235, 237, 240
y 242 del Código de Justicia Militar vigentes con anterioridad a la ley 22.971 y_

84
480

de la actitud entonces desplegada en dichas circunstancias por el


entonces juez de instrucción militar".

"60) Que, en efecto, en este último aspecto resulta significativo


para resolver la cuestión planteada evaluar la conducta asumida en le caso por el
ex magistrado castrense, quien prestó declaración a fs. 4646 de los autos
principales. En tal sentido, si bien negó todo tipo de coacción a amenazas en la
recepción de las declaraciones indagatorias, a la vez reconoció que únicamente y
en todos los casos había exhortado al personal interrogado a decir la verdad, tal
cual lo prescribían las normas, "señalando el beneficio que esta actitud les
reportaría".

"7°) Que, a la luz del análisis realizado, las conclusiones de la


Cámara sobre el punto resultan infundadas toda vez que el derogado art. 242
establecía, en síntesis, que el procesado estaba obligado a contestar las
preguntas que se le hiciesen y si se negaba se le podían hacer reflexiones para
que comprendiese que su silencio no lo favorecía".

En cambio, otra cosa muy distinta es, como lo reconoció el


magistrado instructor, haber exhortado a los procesados a decir la verdad
"señalándoles el beneficio que esta actitud les reportaría", pues esta
incorrecta exhortación a la verdad en modo alguno estaba vinculada con el
beneficio que a contrario sensu el citado art. 242 establecía para aquellos que no
se negasen a declarar".

so) Que, en principio, también es inexacta la afirmación de la


Cámara, en cuanto a que el exceso de la incomunicación del procesado en sede

85
481

militar sólo sería pasible de sanciones administrativas al instructor de la causa,


toda vez que dicha infracción -como lo ha sostenido esta Corte en Fallos 302:143
y 315:2656- podría configurar la comisión de un delito de acción pública,
lo que demuestra por sí sólo la gravedad a la que puede llegar aquella
transgresión, cuyas consecuencias en el presente caso, más allá de la eventual
comprobación de ese delito, no pueden dejar de sumarse a las especiales
circunstancias tenidas en cuenta en los Considerandos anteriores".

"90) Que en estas condiciones, y al tener especialmente en cuenta


que el encartado confiesa en su primera indagatoria de fs. 572/574 los hechos
que se le imputan para denunciar posteriormente a fs. 2990/2994 las presiones
a que había sido sometido en aquella ocasión, no cabe duda de que el acto
de la indagatoria realizada según las circunstancias señaladas se encuentra
viciado de nulidad, pues no puede lógicamente admitirse que aquellas
disposiciones del Código castrense que exhortaban a la verdad, obligaban a
declarar y establecían que el silencio perjudicaba al declarante, aplicados
incorrectamente en su perjuicio por parte del juez de la causa en el marco de
una prórroga de incomunicación contraria a la ley, no constituyesen una
coacción o amenaza concreta que hubiese obligado al imputado a declarar contra
su voluntad, conspirando de ese modo contra la garantía de declarar libre de
presiones, en violación del art. 240 del Código de Justicia Militar y del art. 18 de
la Constitución Nacional (Fallos, 312:2146 y 314:1399)".

"10°) por lo expuesto, cabe concluir que es nulo el acto en el que


se recibió declaración indagatoria al encartado con la intervención del entonces
juez de instrucción militar, por haberse violado durante su desarrollo la garantía

86
482

constitucional de no declarar contra sí mismo, lo que importa también iguales


consecuencias para todos los actos que fueran resultado de aquélla".

"Por ello1 y oído el señor Procurador General 1 se hace lugar a la


queja 1 se declara procedente el recurso extraordinario y se deja sin efecto el
pronunciamiento apelado, debiendo volver los autos al tribunal de origen para
que, por quien corresponda, dicte uno nuevo. Hágase saber/ acumúlese y
remítase u.

Firman los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Antonio Boggiano.


15) Debieron pasar casi 20 años -lapso durante el cual las
defensas de los procesados esgrimieron estos mismos argumentos con el mismo
resultado que puede obtener quien pretende sacar agua de una piedra- para que
dos señores jueces los admitieran y fallaran en consecuencia/ aunque en
minoría.

Cualquier otro comentario que pudiera hacerse al respecto/


huelga.

16) En relación con las cuestiones abordadas en todo este


apartado/ la Corte Interamericana ha fallado en el sentido que se cita a
continuación:

16.1) Caso Loayza Tamayo (sentencia del 17 de septiembre de


1997 - Parágrafo 57): " ... La Corte Europea de Derechos Humanos ha
manifestado que1 aun en la ausencia de lesiones/ los sufrimientos en el plano
físico y moral/ acompañados de turbaciones psíquicas durante los

87
483

interrogatorios, pueden ser considerados como tratos con el fin de humillar,


degradar y romper la resistencia física y moral de la víctima. (Cf. Case of Ireland
v. The United Kingdom, Judgement of 18 January 1978, Series A N° 25, párrafo
167)".

16.2) Caso Loayza Tamayo (parágrafo 64: a contrario sensu de lo


examinado en este caso): " ... que al no haberse probado el ejercicio de coacción
para que declarara contra sí mismo no se han violado los arts. 8.2 y 8.3 de la
Convención".

16.3) Caso Suárez Rasero (sentencia del 12 de noviembre de


1997 - Parágrafo 67): "La Comisión afirmó que el Estado, al someter al Sr.
Suárez Rosero a una prolongada detención preventiva, violó: a) su derecho a ser
juzgado dentro del "plazo razonable" establecido en el art. 7.5 de la
Convención ... ; e) el principio de presunción de inocencia establecido en el art.
8.2 de la Convención".

Y en igual sentido se ha pronunciado la doctrina.

A tales efectos, citaremos la obra "El Pacto de San José de Costa


Rica", de Carlos E. Colautti; Edit. "Lerner Libreros".

Puede leerse en páginas 60/61:

"En el numeral 8.2.g) el Pacto consagra como garantía mínima del


proceso penal "el derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a
declararse culpable", disposición que completa el inciso 8.3 cuando dispone que

88
484

"la confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de


ninguna naturaleza".

"Además de los medios de coacción física prohibidos en forma


genérica por el art. 5 incisos 1 y 2, el derecho a no ser obligado a declarar contra
sí mismo abarca tanto los medios de coacción moral como las amenazas,
engaños, sueros de la verdad y detectores de mentira".

"La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha decido en forma


reiterada que el derecho a no declarar contra sí mismo prohíbe también la
imposición del juramento de decir verdad al imputado.

El Tribunal, en el caso "Diario El Atlántico", estableció: "El


juramento entraña en verdad una coacción moral que invalida los dichos
expuestos de esa forma, pues no hay duda que exigir el juramento al imputado a
quien se va a interrogar, constituye una manera de obligarle a declarar en su
contra".

"Añadió la Corte: la declaración de quien es juzgado por delitos,


faltas o contravenciones debe emanar de la libre voluntad del encausado, quien
no debe verse siquiera enfrentado con un problema de conciencia cual sería
colocarlo en la disyuntiva de faltar a su juramento a decir la verdad (Fallos,
281:177-1971)".

"La Corte Suprema también se ha pronunciado sobre la nulidad de


las declaraciones de culpabilidad que establece el art. 8.2.g) del Pacto, en el
caso "Quezada" (Fallos, 185: 75-1939)".

89
485

B) La Comisión trata la presente cuestión en el Informe de Fondo


en los apartados 116/117 (página 28) concluyendo en que la exhortación a decir
verdad prevista en el Código de Justicia Militar en el art. 237 no es una violación
del derecho a no ser obligado a autoincriminarse.

C) Respetuosamente entendemos que la conclusión a la cual


arriba la H. Comisión con respecto a este tema es errónea.

Desde ya solicitamos a la Excma. Corte Interamericana que


reconsidere la cuestión planteada y concluya que en este tema el
Estado Argentino también violó la Convención Americana.

Ello sobre las siguientes bases:

- En el Informe de Fondo se hace referencia solamente a la


violación del art. 237 C.J.M. cuando nuestros poderdantes en sus denuncias
relacionaron el precitado artículo pero en función del art. 240 C.J.M.

- Tampoco se tuvo en cuenta en el Informe de Fondo la


declaración del Juez de Instrucción Militar obrante a fs. 4646/4648, en la cual
expresamente manifestó: "que únicamente y en todos los casos se exhortó al
personal interrogado a decir la verdact tal cual prescribe el Código,
señalándose/es el beneficio que esta actitud les reportaría" (el resaltado
nos pertenece), tal como prescribe el art. 240.

90
486

- Finalmente en el Informe de Fondo tampoco se consideraron las


conclusiones a las que arribaron los Dres. Enrique Santiago Petracchi y Antonio
Boggiano45 , Miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Argentina, que en
minoría resolvieron que -sobre la base de esta violación denunciada- " ... se hace
lugar a la queja, se declara procedente el recurso extraordinario v se deja sin
efecto el pronunciamiento apelado, debiendo volver los autos al Tribunal de
origen para que, por quien corresponda, dicte uno nuevo."

La H. Comisión en su Informe de Fondo entendió que la


exhortación a decir verdad no implica que la declaración haya sido obtenido por
medio de coerción física, amenazas morales o suero de la verdad.

Pero no tuvo presente que el hecho de que se le señalaran a


nuestros poderdantes los "beneficios" que obtendrían si decían la
verdad al prestar declaración es una coerción.

La propia actividad del Estado Nacional, como resultado de


la presente causa "Argüelles y Otros" y en sustento del planteo jurídico
formulado por esta representación, da cuenta de que los art. 237 y 240
resultaban violatorios de los derechos humanos tutelados por la
Convención Americana.

Y por tal motivo los excluye del nuevo régimen jurídico


vigente.

45
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexo Informe 135-11", Anexo 12, fs. 299/305.

91
487

La Ley 26.394 (Boletín Oficial del 29/08/2008) sancionó el Sistema


de Justicia Militar.

En su art. 1o dispone la derogación del Código de Justicia Militar


(Ley 14.029 y sus modificatorias) así como de todas las normas, resoluciones y
disposiciones de carácter interno que lo reglamentan.

Mediante su art. 2° aprueba una serie de modificaciones al Código


Penal y al Código Procesal Penal de la Nación, las cuales integran la presente ley
como Anexo I.

El art. 24 del Anexo I estipula: "Incorpórese como artículo 184 bis


del Código Procesal Penal de la Nación el siguiente texto:

"Cuando se tratare de delitos cometidos por personas que


tuvieran estado militar y en el interior de establecimientos militares o bajo
control militar, la autoridad superior militar deberá notificar a la autoridad judicial
competente y tendrá las facultades y obligaciones previstas en los incisos 2°, 3°,
4°, 8° y 9° del artículo anterior hasta que se haga presente en el lugar la
autoridad judicial competente."

El art. 184 del Código Procesal Penal de la Nación46 al que alude el


art. 24 del Anexo 1 establece las atribuciones de los funcionarios de la policía o
de las fuerzas de seguridad.

46
http://www.infoleg.gov.arjinfoleginternetjanexosj0-4999/383/texact.htm#7
92
488

En su inc. 10) estipula: "No podrán recibir declaración al


imputado. Sólo podrán dirigirle preguntas para constatar su identidad, previa
lectura que en ese caso se le dará en alta voz de los derechos y garantías
contenidos en los artículos 104. párrafo 1° y último. 197, 295. 296 y 298 de este
Código, de aplicación analógica al caso, todo ello bajo pena de nulidad en caso
de así no hacerse, sin perjuicio de la comunicación que hará el juez a la
autoridad superior del funcionario a los efectos de la debida sanción
administrativa por el incumplimiento."

Si hubiese razones de urgencia para que el imputado


declare, o éste manifestara su deseo de hacerlo, y el juez a quien
corresponda intervenir en el asunto no estuviere próximo, se arbitrarán los
medios para que su declaración sea recibida por cualquier juez que posea
su misma competencia y materia."

Es pacífica la jurisprudencia del Más Alto Tribunal de la República


Argentina que en el proceso penal la exhortación a decir verdad es violatoria del
debido proceso y de la garantía de no declarar contra sí mismo.

Y resulta palmario que el Estado Nacional tomó debida


nota del planteo que efectuáramos sobre el particular en esta causa y
procedió a reformar íntegramente el tema de la declaración indagatoria
del personal militar, incluso en tiempo de guerra, adecuándola a estándares
supranacionales que garantizan sus derechos humanos.

93
489

VII.2) FALTA DE FUNDAMENTACIÓN DE LOS AUTOS DE


PRISIÓN PREVENTIVA (VIOLACIÓN AL ART. 7.3 DE LA CONVENCIÓN
AMERICANA)

A) En nuestra presentación de la denuncia del 22/10/1998 y


05/01/1999 nuestros poderdantes también denunciaban que los autos en virtud
de los cuales se les impuso la prisión preventiva no reunían los mínimos
requisitos que exigía el Código de Justicia Militar.

Al respecto sus argumentos han sido los siguientes:

1) También con respecto a esta cuestión se obviaron los


principios normativos sobre la materia consagrados por el Código de Justicia
Militar.

En efecto, este cuerpo legal -en su art. 313- establece claramente


y en idioma castellano que: "La prisión preventiva se hará constar en autos por
medio de resolución especial y fundada. Esta resolución se le hará conocer al
detenido, recomendándole al mismo tiempo que se prevenga para el
nombramiento de defensor en el acto que se le intime".

2) Tratándose de resoluciones que habrán de disponer, ni más ni


menos que de la libertad de las personas, resulta totalmente entendible la
exigencia del código castrense cuando previene que las mismas sean
"especiales" y "fundadas".

94
490

Nada de esto fue tenido en cuenta por el Consejo Supremo de las


Fuerzas Armadas, a punto tal que los autos por los cuales se dispuso la prisión
preventiva de más de treinta personas en esta causa, bien merecerían calificarse
de "generales" e "infundados" (tanta era la carencia de requisitos básicos y
elementales, que varias defensas los han calificado de "meros formularios").

3} Como en todos los casos se ha usado el mismo "formulario",


cabe citar -al azar- aquél por el cual se dispusiera la prisión preventiva del
Capitán Di Rosa (obrante a fs. 699 de la causa).

Su fundamentación resulta escueta, breve, brevísima, a punto tal


que cabe ... en tres renglones:

"De las diligencias practicadas y elementos de convicción


acumulados en la causa, resulta acreditada la comisión de infracciones de
defraudación militar previstas en el art. 843 del Código de Justicia Militar'.
Esto es todo.

lCitas de piezas probatorias? No las hay.

lCitas doctrinarias y jurisprudenciales, acaso? lRelato de los


hechos? Nada en absoluto.

Todo esto, lisa y llanamente, brilla por su ausencia, en


resoluciones que privaron de libertad a numerosos seres humanos durante varios
años.

95
491

Tres renglones ...

4) Obviamente, todas las defensas de los procesados alzaron su


voz con respecto a la cuestión.

Así, por ejemplo, la del Capitán Di Rosa (fs. 10.729/30), la del


Capitán Pontecorvo (fs. 10.731/3), sosteniendo -con justa razón- que se trataba
de autos insuficientemente fundados.

5) El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en su fallo


Considerando CUARTO (fs. 12.746), al referirse a la víctima Pontecorvo aborda la
cuestión y, sin más, la desestima por cuanto, a su juicio, los autos son
"fundados" y "explícitos'147, sin fundamentación alguna de su conclusión, que
resulta puramente dogmática.

6) Rechazada la cuestión por los jueces militares, se volvió a


plantear el tema frente a hombres de Derecho.

Al pasar la causa en trámite de apelación, se lo expuso en la


expresión de agravios (en el caso del ejemplo de .los capitanes Di Rosa y
Pontecorvo, a fs. 13.545 vta.).

Fue admitido como agravio por el Tribunal de Segunda Instancia


en resolución obrante a fs. 13.716/9 y se mantuvo como tal en la audiencia oral
y pública prevista por el art. 445 bis de la ley 23.049 (audiencia del 22 de
febrero de 1995), al igual que en el caso de los demás poderdantes.

47
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Sometimiento Informe y Anexos", fs. 298.

96
492

7) La Cámara Nacional de Casación Penal trata la cuestión en


referencia a ambos procesados en el punto VIII, apartado 4 de los
Considerandos (fs. 14.539/14.539 vta.).

Expresa al respecto: "Se agravian las defensas mencionadas por


considerar que los autos de mérito incriminador provisorios, fechados en la
época en que se inició la presente causa, fueron confeccionados en meros
formularios, sin citas ni análisis de los hechos y del derecho aplicable a ellos".

"Al respecto cabe decir que dichos autos de prisión preventiva se


adecuan -SI BIEN QUE MÍNIMAMENTE- a lo dispuesto por el art. 313 del Código
de Justicia Militar y por lo tanto no son, por su forma y contenido, susceptibles
de ser atacados de nulidad".

"Pero, además, es requisito de procedencia de la sanción pedida,


el interés actual de quien la reclama para beneficiarse con ello; de lo contrario,
se caería en excesos rituales incompatibles con el principio de economía
procesa 1".

"El auto de prisión preventiva rigurosa que por su revocabilidad no


causa estado, no cumple, dentro del sistema procesal militar, más función que la
de hacer efectivo el cautelamiento personal del procesado".

"En consecuencia, hallándose los encausados... Pontecorvo y Di


Rosa gozando del beneficio de la excarcelación, cualquier objeción que pudiere
hacerse en relación con la legalidad de su aplicación deviene abstracta".

97
493

8) La referencia que hizo el Tribunal de Segunda Instancia con


relación a que estos autos de prisión preventiva reúnen MÍNIMAMENTE los
requisitos exigidos por el art. 313 del Código de Justicia Militar, deja de
sostenerse cuando se examinan los mismos.

Basta, como ejemplo, para ello la remisión a fs. 662 (auto de


situación procesal del Capitán Pontecorvo) y a fs. 699 (del Capitán Di Rosa).

Su examen permite calificarlos como "formularios", sin poseer


ninguna aptitud desde el punto de vista jurídico como para fundamentar la
prisión preventiva de una persona.

En ellos -y en los de los demás poderdantes- no se relacionan los


hechos con las pruebas ni con el derecho aplicable, como hubiera correspondido.

No contienen ningún razonamiento de mérito incriminador.

No se basan en citas doctrinarias o jurisprudenciales.

En una palabra: por escuetos, incompletos e infundados, devienen


-desde un punto de vista jurídico- en arbitrarios y abusivos.

No hay entonces "adecuación", NI SIQUIERA MÍNIMA, a las


exigencias procesales del art. 313 del Código de Justicia Militar.

98
494

9) A esto se añade que ante la Cámara Nacional de Casación


Penal se presentó un antecedente jurisprudencia! emanado... del mismo
Tribunal.

Efectivamente, la Cámara -en los Considerandos del fallo "Recurso


de Queja interpuesto por el Mayor de Intendencia del Ejército Argentino Héctor
Alberto Reynoso (expte. 917-1017/09), del Juzgado de Instrucción Militar N° 1"-,
menciona que: " ... conforme el art. 445 bis inc. 8° del Código de Justicia Militar,
las actuaciones quedaron en condiciones de ser resueltas, siendo el único
agravio admitido el de la nulidad articulada por la defensa del procesado contra
el auto de prisión preventiva rigurosa, dictado por el Juez de Instrucción Militar".

Cita el Tribunal la norma en cuestión -art. 313- y, luego de otras


consideraciones, manifiesta que: "De la lectura del auto en análisis, se advierte
que carece de la debida motivación. Ello es así porque resulta ser un formulario
en el que la labor del Tribunal Militar quedó limitada a completar de modo
insuficiente sus claros ... "

"Ello, en tanto que por imperio de los arts. 251 y 313 del Código
de Justicia Militar, una resolución como la atacada debía ser especial, motivada y
fundada, pues lo contrario importaría el menoscabo de garantías de raigambre
constitucional. como el debido proceso legal y el derecho de defensa en juicio".

A continuación cita el Tribunal: "En el sentido apuntado, lleva


dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación que para no entrar en pugna con
el debido proceso, los jueces podrán efectuar una fundamentación de extensión
breve y aún brevísima, pero no una omisión sustancial de ella (Fallos 240:160).

99
495

En virtud de ello, la misma Cámara Nacional de Casación Penal


declaró la nulidad del auto de prisión preventiva rigurosa dictado al Mayor
Reynoso y de todo lo actuado en consecuencia.

10) Ahora bien, ¿qué ocurrió al señalarse ante el mismo Tribunal


que dictó el fallo transcripto en el apartado anterior este antecedente
jurisprudencia! vinculado con el mismo Tribunal inferior?

Resolvió la Cámara Nacional de Casación Penal: "Los motivos


expuestos tornan inaplicables al caso la solución dada por la Sala Provisoria de
esta Cámara al resolver la causa "Reynoso" (reg. N° 9, rta. el 4 de diciembre de
1992), toda vez que allí el imputado sí se encontraba sometido a prisión
preventiva rigurosa efectiva".

Vale decir que en una misma situación de fondo en la que están


en juego garantías como las del debido proceso y la defensa en juicio, el mismo
Tribunal -sobre la base de aspectos "formales", es decir, si el procesado se
hallaba o no en libertad- dicta fallo primero en un sentido y luego en otro.

Resulta realmente poco comprensible.

11) La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado


con relación a esta cuestión:
11.1) Caso "Loayza Tamayo"- sentencia del 17 de septiembre de
1997 (voto concurrente conjunto de los Señores Jueces Caneado Trindade y
Jackman):

100
496

" ... pensamos que tribunales militares especiales, compuestos por


militares nombrados por el Poder Ejecutivo y subordinados a los cánones de la
disciplina militar, asumiendo una función que compete específicamente al Poder
Judicial, dotados de jurisdicción para juzgar no sólo a militares sino también a
civiles, que emiten sentencias -como en el presente caso- desprovistas de
motivación, no alcanzan los estándares de las garantías de independencia e
imparcialidad requeridos por el art. 8.1 de la Convención Americana, como
elemento esencial del debido proceso legal".

B) Este tema no fue abordado por la H. Comisión


Interamericana en el Informe de Fondo N° 135/2011.

Excma. Corte Interamericana entendemos respetuosamente que


este criterio debe ser revisado, ya que se trata de una nueva violación sufrida
por nuestros poderdantes a su derecho a un juicio justo, al debido proceso y al
derecho de defensa, y con todas las garantías propias que no tuvo la resolución
del Tribunal Militar. sumamente escueta y sin fundamento alguno, que ni mas ni
menos los privó de la libertad durante un promedio de 7 años.

Por ello peticionamos a V.E. se pronuncie en el sentido


antes indicado.

VII.3) DENEGACIÓN DE MEDIDAS DE PRUEBA


, ,
(VIOLACION AL ART. 8.2 .C DE LA CONVENCION AMERICANA)

101
497

A) Otra violación a la Convención Interamericana que


denunciaran nuestros poderdantes en su denuncia de origen del 22/10/1998 y
05/01/1999 ha tenido que ver con la denegación de las medidas de prueba.

Sobre esta cuestión los argumentos fueron los siguientes:

1) En esta causa, el ofrecimiento de pruebas efectuado por todas


las defensas de los procesados, en sede castrense, fue rechazado.

2) A mero título ejemplificativo -pero que se produce en los casos


de nuestros cinco poderdantes- puede verse en la causa el ofrecimiento de
pruebas del Capitán Pontecorvo (fs. 5861) y del Capitán Di Rosa (fs. 5776/7).

3) Esta cuestión no fue tratada como planteo de nulidad en el


Fallo del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, pero sí obra la resolución del
Tribunal sobre Comparendo de prueba (fs. 5893/901; 19 de mayo de 1983).

Se expresa allí, en referencia a la ofrecida por el Capitán Di Rosa


(repitiéndose el formulismo empleado en el caso de todas las defensas), que:

"Visto el ofrecimiento de pruebas efectuado en el Comparendo de


fs. 5567/70, conforme lo prescripto por los arts. 354 y 355 del Código de Justicia
Militar y Considerando: PRIMERO: Que la ofrecida por el Sr. Fiscal General de las
Fuerzas Armadas a fs. 5571/81, guarda relación y resulta pertinente al mejor
esclarecimiento de los hechos. SEGUNDO: Que la declaración del coprocesado
José Eduardo Di Rosa, a tenor del interrogatorio propuesto no se justifica, dado
lo explícito de su declaración indagatoria de fs. 1280/83"... , "RESUELVE:

102
498

... DECIMO PRIMERO: Que la ofrecida por el Capitán Di Rosa obra a fs. 5776/82.
Aprecia el Tribunal improcedente la ampliación de indagatoria solicitada, por
cuanto no se especifican los puntos sobre los cuales ha de recaer. Considera
además que el procesado ha sido indagado a fs. 697 y sigs., 1280 y sigs. y 3120
y sigs., sin haber hecho uso del derecho recordado por la Instrucción de ampliar
la misma".

Igual apreciación hace respecto de la pericia ofrecida: en razón de


no especificarse puntos de pericia, carece de objeto, a criterio del Tribunal Militar

Por ello, resuelve:

"1 °) Hacer lugar a la prueba ofrecida a fs. 5571/81 por el Sr.


Fiscal General;

2°) No hacer lugar a las pruebas ofrecidas por las defensas de


los procesados ... (cita a todos los coprocesados) Capitán José Eduardo Di
Rosa ... "

Es decir que al Fiscal General de las Fuerzas Armadas se le


concedieron TODAS las medidas de prueba que solicitó, en tanto a las defensas
de los procesados NINGUNA, en una clara violación a sus Derechos Humanos48 •

4) Sobre esta cuestión se efectuó planteo de nulidad de lo


actuado, rechazado por el Tribunal castrense.

48
Derecho de Defensa (principio de igualdad de armas). Art. 8 de la Convención Americana.

103
499

Se llevó entonces la cuestión a conocimiento de la Cámara


Nacional de Casación Penal (por la vía de expresión de agravios, fs. 13544 vta.).

5) Este Tribunal de Alzada, a fs. 14.539/40, en el apartado VIII


del los Considerandos del Fallo expresó al respecto que: "Se agravian las
defensas de ... (entre ellos nuestros poderdantes) Pontecorvo y Di Rosa, por
entender que hasta la etapa del plenario en autos no existió defensa y que una
vez en ella, el a quo sistemáticamente ignoró los planteos defensistas, no hizo
lugar a ninguna de las medidas de pruebas ofrecidas e intimó a los procesados y
a sus defensas para que, en un término perentorio, retiraran documentación
aportada bajo apercibimiento de su incineración".

"Con relación a la supuesta ausencia de defensa cabe decir que al


momento de recibirles declaración indagatoria a los mencionados procesados se
les hizo saber que contaban con el derecho que les acuerda el art. 252 del
Código de Justicia Militar, derecho del que no hicieron uso hasta el inicio de la
etapa de plenario".

"Por otro lado, no se advierte que el a quo haya ignorado los


planteos defensistas, ya que por ejemplo dedicó los puntos 2° a 6° de los
Considerandos de la sentencia recurrida (vid. fs. 12.685 a 12.750) al análisis de
ellos".

"Con relación al rechazo de prueba por el a quo corresponde


remitir a lo expresado en el punto V, acápite 8° de estos Considerandos".

104
500

("PUNTO V. ACAPITE 8°: "Al respecto, cabe indicar que, aún


cuando el sentenciante no hubiera hecho lugar a las pruebas solicitadas en la
forma en que lo manifiesta la defensa, lo que estaba dentro de las facultades
que le confiere el art. 356 del Código de Justicia Militar, la parte contó con la
posibilidad de ofrecer aquellos elementos de descargo en la oportunidad prevista
por el art. 445 bis del Código de Justicia Militar, por lo que no se advierte que se
haya lesionado su derecho de defensa").

6) En similares términos se expresó el Tribunal al efectuarse el


planteo por otros defensores (en este caso el Defensor Oficial -de varios
procesados- y la defensa de Ricardo Omar Candurra).

Manifestó el Tribunal:

"2. El Defensor Oficial y los Dres. Ricardo Mastrostéfano y Ángel


M. Cueto se agravian también de que durante la etapa instructoria no se haya
producido un cúmulo de pruebas indispensables y conducentes al mejor
esclarecimiento de los hechos investigados, no obstante que las mismas han sido
propuestas por las partes que representan".

"Es sabido que durante la instrucción el juez es el encargado de


dirigir la investigación, en la forma que crea más eficaz, no estando obligado a
realizar aquellas medidas de prueba que ofrezcan las partes, de no estimarlas
convenientes (art. 243 del Código de Justicia Militar)".

"Empero, ello no implica que las partes se vean imposibilitadas de


proponer la producción de prueba, ya que para ello cuentan, durante el plenario,

105
501

con la oportunidad prevista por el art. 354 del Código de Justicia Militar y en esta
instancia, la que les acuerda, dentro del marco limitado que le es propio, el art.
445 bis del mismo cuerpo legal; por lo cual habiendo gozado el recurrente de
suficientes posibilidades para brindar elementos de descargo (los cuales eran
sistemáticamente rechazados - el agregado es nuestro) y ejercer su derecho de
defensa, corresponde no hacer lugar al agravio en análisis".
7) Este criterio sustentado por la Cámara Nacional de Casación
Penal no significa, ni más ni menos que convalidar el apartamiento -por parte del
Tribunal Militar-, de principios jurídicos elementales en materia penal, como el
respeto a las normas del debido proceso y de la garantía de la defensa en juicio,
ambas de raigambre constitucional y consagradas por Tratados Internacionales
ratificados por nuestro país, entre ellos, el Pacto de San José de Costa Rica.

Como hemos visto (fs. 5893/7), el Consejo Supremo de las


Fuerzas Armadas rechazó TODAS las medidas de prueba ofrecidas por las
defensas; en cambio, al Fiscal General de las Fuerzas Armadas le concedió
TODAS las peticionadas.

Esto, que ya de por sí es grave, resulta más grave aún en el


procedimiento castrense, en el cual la prueba se ofrece ANTES de que medie
Acusación Fiscal y, por supuesto, defensa.

De tal manera, en el caso que nos ocupa la denegatoria de


medidas de prueba implica desarticular cualquier estrategia de defensa. la cual
ya no podrá ser implementada sino en abstracto.

106
502

Tal actitud discrecional del Tribunal, al denegar las medidas de


prueba, implica una suerte de prejuzqamiento, por lo que los encausados -aún
sin Acusación Fiscal- serán condenados pese al descargo que intenten ensayar.

El estado de indefensión. en consecuencia. fue atroz. Y


ello repele hasta la más elemental noción de Derechos Humanos.

Se produce así una lesión desde el punto de vista de principios


consagrados en la Constitución de la Nación Argentina (art. 16: igualdad ante la
ley; art. 18: debido proceso legal y derecho de defensa en juicio) y tutelados por
la propia Convención Americana sobre Derechos Humanos (art. 8).

8) Cuando el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas deniega


la producción de pruebas -con un criterio luego convalidado por el Tribunal de
Apelación-, la pregunta que se impone realizar frente a esa resolución es si ello
es porque se trataba de una causa que ya se consideraba definida desde sus
comienzos.

El criterio para evaluar las pruebas ofrecidas y rechazadas fue


totalmente arbitrario.

a) Por ejemplo, al rechazar la prueba de ampliación de


indagatoria, el Tribunal Militar lo hace sobre la base que: 1) no se especifican los
puntos sobre los cuales habrá de recaer; y 2) que el procesado fue indagado en
varias oportunidades y en ellas la Instrucción siempre le interrogó sobre si tenía
algo más que agregar.

107
503

Es decir, se parte de la base de que la o las declaraciones


indagatorias son actos ya suficientes y definitivos, sin evaluar en su debida
trascendencia el derecho del procesado de ser oído, ampliando su declaración
indagatoria, como un medio de prueba y de DEFENSA.

Al ser privado de ese derecho, el Consejo Supremo de las Fuerzas


Armadas procedió en forma arbitraria; de la misma manera debe interpretarse la
resolución de la Cámara Nacional de Casación Penal convalidando tal
procedimiento mediante un análisis del esquema normativo imperante y no de la
realidad que emanaba de la propia causa.

Rechazándose pruebas tan fundamentales -ampliación de


indagatoria y una nueva pericia contable, con la participación de peritos de
parte-, el Tribunal Militar puso de manifiesto su intención de condenar de
antemano y su escasa inquietud por investigar la verdad material de los hechos y
preservar los derechos humanos de los involucrados.

En esta dirección, V.E. no debe perder de vista que: a) nuestros


poderdantes debieron prestar su declaración indagatoria como si fuera una
testimonial, puesto que sólo al término de la misma se les indicó que se los
estaba acusando de un delito; b) nunca se les mostró la prueba de cargo contra
ellos -los supuestos balances falsos-; e) estuvieron varios años detenidos -entre
7 y 8 años de prisión preventiva, según el caso- antes de ser acusados; d)
fueron condenados sobre la base de pericias realizadas por presuntos
involucrados en los delitos que se investigaban y que establecieron que si bien
no se podía determinar la existencia de la defraudación, ellos -los peritos legos,
presuntamente involucrados- estimaban como que se había producido.

108
504

b) En igual sentido debe interpretarse la negativa del Consejo


Supremo de las Fuerzas Armadas al nuevo pedido de pericia (decisión también
convalidada por el Tribunal de Segunda Instancia).

En referencia a este punto, especificó el Tribunal castrense que no


se especifican los puntos sobre los cuales esa nueva pericia había de recaer y,
ante el cuestionamiento a dicha decisión, que el Código de Justicia Militar
establece un procedimiento inquisitivo "que no puede ser modificado mediante el
injerto de normas ajenas al mismd' (aunque cuando la causa fue declarada
como prescripta, no hubo ningún reparo en proceder a dicho "injerto" para
obtener el pronunciamiento punitivo buscado desde el comienzo mismo de la
Instrucción).

Si, como parece surgir, este criterio fuera absoluto y rigiere y


tuviere validez durante todo el trámite en sede castrense, cabe preguntarse para
qué se sigue el trámite de plenario, ya que no tendría razón de ser, pudiendo el
Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas -a su total arbitrio- fijar las penas, dar
hechos por probados y sostener culpabilidades.

9) Pero, tal vez, una de las pruebas más palpables de que la


presente se trataba de una causa que ya se consideraba definida desde sus
comienzos, fue la existencia de una sentencia encontrada con anterioridad al
momento procesal en que la misma debía producirse.

109
505

En su oportunidad, al proceder a estudiar el expediente, uno de


los codefensores, el Dr. Osear A. Di Ceceo, se encontró agregado en autos a fs.
12.493 un sobre cerrado que decía "secreto".

Como evidentemente no pueden existir piezas secretas dentro de


un proceso, requirió verbalmente se procediera a la apertura de dicho sobre y a
su agregación al expediente, para poder informarse de su contenido.

Acordado que fuera por el Consejo Supremo de las Fuerzas


Armadas, el misterioso sobre fue abierto, encontrándose dentro del mismo un
acta fechada el 23 de mayo de 1989, en la que aparece reuniéndose dicho
Tribunal de Alzada, a efectos de proceder a la votación del pliego de sentencia
de la causa que nos ocupa, según lo normado en el art. 393 y conc. del Código
de Justicia Militar.

Dicho artículo y sus concordantes, está incluido en el Título VII del


Código de Justicia Militar, titulado "Deliberaciones y Sentencias", estableciendo el
procedimiento y oportunidad a seguir después de la Sesión Pública respecto de
la deliberación previa al fallo y el procedimiento ulterior a seguirse.

De lo que resulta del acta incluida en este sobre rotulado como


"secreto", es que se ha hecho tabla rasa de todo lo que al respecto está
normado.

De ello resulta que no ha existido discusión alguna de los puntos


sometidos a su análisis, sino que se da cuenta del resultado de una votación -en
el sentido de si un hecho se encuentra o no probado-, pero sin hacerse ninguna

110
506

consideración al respecto, no exponiendo fundamento de ninguna especie


respecto de las razones por las cuales se "consideran probados dichos hechos",
sino que simplemente se enumeran las cuestiones consideradas "probadas".

Tampoco se expone criterio alguno por el cual uno pueda


descubrir por qué motivos algunos de esos hechos fueron declarados probados
"por mayoría" o "por unanimidad", por cuanto nada se dice respecto de ello.

Ni siquiera quiénes votaron en uno o en otro sentido.

Se da cuenta de que el vocal informante habría procedido a


"efectuar un informe por organismo" a los efectos de la votación, pero no se da
cuenta de análisis alguno.

Dicho informe aparece aprobándose por unanimidad respecto a la


mayor parte de los procesados y en cuanto a los demás por mayoría,
efectuándose todo tan a la ligera que ni siquiera se hace mención de quiénes son
"el resto de los procesados".

Este instrumento aparece firmado por el Presidente y los nueve


integrantes del Tribunal, llevando además la firma del Secretario del Tribunal, sin
que aparezca actuando el Auditor, quien por imperio legal es quien tendría que
haber redactado la sentencia.

Así, con fecha 23 de mayo de 1989, el Consejo Supremo de las


Fuerzas Armadas aparece dictando su fallo (puesto que no puede significar otra
cosa la decisión tomada y firmada por todos sus integrantes), a pesar de todas

111
507

las deficiencias constitucionales y jurídicas de forma y fondo que presenta tal


resolución secreta.

Pero, trece días más tarde, el 5 de junio de 1989, a fs. 12.531,


aparece un segundo fallo dictado por el mismo Consejo Supremo de las Fuerzas
Armadas, aunque completándose todo lo que no se había efectuado en su primer
oportunidad, si bien nuevamente tampoco aparece actuando el Auditor, como
hubiera correspondido (el cual fue ilegítimamente reemplazado por un supuesto
informe efectuado por uno de los vocales actuantes).

De más está decir que este segundo fallo es total y absolutamente


nulo, puesto que se dictó cuando ya se había fallado con anterioridad, atento
que en la reunión secreta de fecha 23 de mayo de 1989 ya se habían tratado
todas las cuestiones: se habían decidido qué hechos se consideraban o no como
probados; se había procedido a efectuar la calificación legal en cuanto a cada
uno de los procesados y se habían fijado -en consecuencia- penas y
absoluciones.

Creemos, con toda sinceridad, que no puede concebirse mayor


arbitrariedad jurídica ni conculcamiento de los más elementales Derechos
Humanos como ha sucedido en esta causa.

10) El planteo sobre todas las cuestiones explicitadas en el


presente apartado, sobre la base de la violación de garantías constitucionales,
fue llevado ante el Más Alto Tribunal de la República Argentina.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, no obstante la entidad
y gravedad de las denuncias formuladas, ni siquiera entró a considerar el

112
508

tema, no obstante las alegaciones que se efectuaran en orden a la violación de


garantías constitucionales y consagradas por la Convención Americana.

11) Al respecto, ha expresado la Corte Interamericana de


Derechos Humanos:

11.1) Caso "Loayza Tamayo"(sentencia del 17 de septiembre de


1997):

- Parágrafo 62 (sobre fuero militar): "Estos procesos no alcanzan los estándares


de un juicio justo, ya que no se reconoce la presunción de inocencia; se prohíbe
a los procesados contradecir las pruebas y ejercer el control de las mismas ... "

11.2) Caso "Genie Lacayo" (resolución del 13 de septiembre de


1997 -voto disidente del Señor Juez A.A. Caneado Trindade):

- Parágrafo 11: "En segundo lugar, la tesis de que, no siendo la Corte un tribunal
de apelación o de casación de decisiones de tribunales nacionales y
constituyendo los eventuales vicios del procedimiento legal militar una cuestión
de orden interno, sólo le cabe a la Corte señalar las violaciones procesales de los
derechos consagrados en la Convención, tal como se desprende del parágrafo 94
de la sentencia de fondo y priva a la Corte de su atribución de pronunciarse
sobre las obligaciones judiciales del Estado demandado".

- Parágrafo 17: " ... el cuadro insatisfactorio, desde la perspectiva de los derechos
humanos, resultante de las dos sentencias mencionadas de la Corte Suprema de
Justicia, tiene por fuente la aplicabilidad de la legislación militar (los decretos N°

113
509

591 y 600), cuya vigencia persistente configura una situación continuada


afectando los derechos humanos protegidos por la Convención Americana; esto
posibilita a la Corte Interamericana revisar los criterios de su sentencia de fondo
en Genie Lacayo".

B) Sobre este particular el Informe de Fondo N° 135/2011 no se


pronunció.
Considerando una directa afectación al derecho de
defensa en juicio como es el caso de presentar las medidas probatorias para
poder acreditar inocencia, es que se estima que esta Excma. Corte
Interamericana debe considerar esta cuestión como otra violación a la
Convención Americana.

VII.4) NULIDAD DE LAS PERICIAS CONTABLES SOBRE LAS


CUALES SE FUNDAMENTARON LOS CARGOS: LOS PERITOS
DESIGNADOS NO POSEÍAN TÍTULO DE CONTADOR PÚBLICO Y NO
ACTUARON CON INDEPENDENCIA DE CRITERIO (VIOLACIÓN AL ART.
8.2.C Y 8.2.F DE LA CONVENCIÓN)

A) Nuevamente en su presentación del 22/10/1998 y 05/01/1999,


en directa relación con el apartado anterior, nuestros poderdantes denunciaron
esta cuestión en los siguientes términos:

1), En virtud de la naturaleza del delito investigado, en esta causa


la intervención de expertos en Contabilidad -a los efectos de auxiliar al Juez de
Instrucción Militar en su tarea- era necesaria.

114
510

La intervención de estos expertos está prevista en el Código de


Justicia Militar, en su art. 291, en donde se establece que: "Los peritos serán
designados por el instructor y deberán tener título de tales en la ciencia o arte a
que corresponda el punto sobre el que han de ser examinados, si la profesión o
arte estuviesen reglamentadas por las leyes, y en caso de que no lo estuvieran,
se podrá nombrar otras personas entendidas, aunque no tuvieran título. El
despacho militar es título de pericia en el desempeño de los cargos o funciones
militares".

2) Ahora bien, los peritos contables oportunamente designados


por el Juez de Instrucción militar para efectuar la tarea técnica: a) no poseían el
título de Contador Público Nacional; y b) no actuaron con independencia de
criterio ni ajustados a principios jurídicos, por tener interés en la causa (en tanto
y en cuanto al pertenecer al Departamento de Liquidaciones podían estar
directamente involucrados en la investigación iniciada, como se verá más
adelante).
Asimismo, la prueba pericial de fs. 2499/2507, fs. 3282 y fs. 8534
fue producida sin permitir el control de la producción de la misma, mediante la
designación de un perito de parte; ni siquiera fueron notificadas.

3) Sobre las bases argumentales referenciadas, las defensas


llevadas a cabo en sede castrense plantearon la cuestión: así, por ejemplo, en el
caso del Capitán José Eduardo Di Rosa (punto "e" de "Nulidades", fs.
10.729/30); del Capitán Enrique Luján Pontecorvo (a fs. 10.731/3); del Primer
Teniente Ricardo Omar Candurra (punto "V.- Nulidad de la acusación por falta de
fundamentación" y apartado "A.- El Balance" del punto "IX.- Análisis de la
cuestión de fondo", que motivara -entre otros- que se efectuara ya en esa

115
511

instancia reserva de recurrir al auxilio tutelado por el Pacto de San José de Costa
Rica).

4) El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas trató el tema en


su Fallo (fs. 12.531/837), rechazando los plantees de nulidad efectuados
respecto de lo actuado (fs. 12.742/4).

5) En consecuencia, la cuestión fue llevada a Segunda Instancia


como agravio de las defensas (p.e., escrito de expresión de agravios de
Pontecorvo y Di Rosa, fs. 13.543 vta.; escrito de apelación de Candurra, fs.
12.871 y 12.933).

Los argumentos expuestos eran suficientemente sólidos:

1.- Los peritos designados eran, antes que nada, militares. Y de la


Fuerza Aérea Argentina ...

En tal carácter, y sin poseer título habilitante, tomaron parte en


las declaraciones indagatorias de los procesados -sin haber firmado las mismas,
como lo exige el Ritual- asesorando e indicando qué era lo que se debía
preguntar.

Desde este punto de vista, los peritajes son insanablemente


nulos, por carecer de la más mínima objetividad para poder brindar el
asesoramiento que se exige de su saber o arte.
2.- El art. 291 del Código de Justicia Militar, cuando en su último
párrafo establece que "el despacho militar es título de pericia en el desempeño

116
512

de los cargos o funciones militares", hace referencia concreta a aspectos técnico-


militares exclusivamente, pero no se extiende a cuestiones técnicas de otra
índole -máxime cuando dicha especialidad constituye un estudio de grado
universitario habitual-, como es la intervención como expertos en un proceso
penal iniciado en la órbita castrense, pero llevado luego a otras instancias
exclusivamente jurídicas.

3.- Debe agregarse a todo esto que la tarea de investigación


contable y las conclusiones de los exámenes periciales nunca pudieron ser
supervisados y controlados por los procesados.

Ello por dos razones:

a) el Código de Justicia Militar no contempla la participación de


peritos "de parte".

b) el "secreto de sumario" implantado en el proceso duró mucho


tiempo (alrededor de 8 años).

Muy distinta hubiera sido la evolución del sumario, si así hubiera


sucedido: por ejemplo, al Primer Teniente Ricardo Ornar Candurra se lo acusa
sobre la base de irregularidades en el balance del año 1979.

Pero no obstante el papel capital que dicho instrumento juega en


un delito de defraudación, el mismo nunca le fue exhibido.

117
513

Es más, a fs. 1276/7 el informe del Jefe de la base Aeroparque


indica que no se detectaron operaciones extrañas durante los años 1977, 1978 y
1979.

Por su parte, el Tribunal de Cuentas de la Nación, ante el cual


fuera presentado para su control, nada objetó al mismo, aprobándolo al
constatar la correspondencia del mismo con su documentación respaldatoria.

Para abundar en cómo podría haber cambiado el curso de esta


historia la participación de nuestros poderdantes en el control de la prueba que
se producía a su cargo, basta señalar que en el punto 10) de la pericia de fs.
2501 los peritos expresamente señalan que no se puede determinar
fehacientemente si existió una maniobra fraudulenta.

Y apartándose de la más elemental objetividad que debe reunir


toda pieza pericial, se especula acerca de la culpabilidad de los procesados, sin
indicar -en contravención al art. 300, inc. 2 del Código de Justicia Militar- qué
tipo de documentación se ha inspeccionado y sirve como fundamento de su
informe "técnico".

Es decir, la pericia se hizo en abstracto.

4) Ante las objeciones defensistas planteadas en tal sentido, se


señala a fs. 6017 que la documentación en cuestión así como sus
correspondientes liquidaciones "pudieron" haber desaparecido en el derrumbe de
una de las alas del edificio "Cóndor" de la Fuerza Aérea Argentina (diciembre de
1980).

118
514

De allí que también resultara imposible practicar nuevos


exámenes contables, tal como fuera reclamado por todas las defensas.

Resulta importante destacar que el hecho de no poder encontrar


la documentación no pudo nunca serie imputado a los procesados, por cuanto
mal puede presuponerse un DOLO que no existe en el expediente.

Tampoco se pudo determinar -en consecuencia- la existencia de


un ardid ni que se haya hecho incurrir en error a la Administración.

Ni siquiera que se haya ocasionado un perJUICIO u obtenido un


beneficio propio o ajeno, tal como lo exige el tipo penal del art. 843 del Códigq
de Justicia Militar.

iQué prueba más fácil de producir que el cotejo de bienes de los


procesados antes y después de los hechos!
Sin embargo, ¿por qué no se la produjo?

Presuponer que la documentación no existía porque no pudo ser


hallada -tal vez- como consecuencia del derrumbe, implica invertir la carga de la
prueba, vulnerándose el principio de inocencia consagrado por el art. 18 de la
Constitución de la Nación Argentina y tutelado por la Convención Americana
sobre Derechos Humanos.

5) Pero esto no termina aquí.

119
515

Se suma a todo lo expuesto el hecho de que los peritos


designados para actuar como tales, sin poseer título habilitante, se hallaban
comprometidos en "las generales de la ley".

Tratábanse de personas que no sólo estaban en relación de


dependencia con la Fuerza Aérea Argentina, sino que prima facie podían verse
involucrados en los hechos objeto de investigación.

Es decir, los peritos tenían un interés directo en la causa.

Al respecto, cabe destacar:

a) El Comodoro Rafael J.L. Bordesio era el Jefe del Departamento


de Liquidaciones de la Dirección General de Contabilidad y Finanzas.

En esa dependencia de la Fuerza Aérea Argentina era donde se


liquidaban las partidas de fondos destinadas a las Unidades a las cuales se
refiere esta causa, con el agravante que uno de los procesados era subordinado
directo del perito.

Este punto fue confirmado en ocasión de la respuesta al oficio


librado el 3 de mayo de 1990 al Estado Mayor General de la Fuerza Aérea
Argentina ("cuaderno de prueba" de los procesados Pontecorvo y Di Rosa),
señalando que el Comodoro Bordesio actuó como Jefe de dicha repartición desde
el 30 de diciembre de 1976 hasta el 31 de diciembre de 1982, siendo el Teniente
Raúl Robles, Jefe de la División Otros Gastos, dependiente de la Jefatura del

120
516

Departamento Liquidaciones (el "perito" Bordesio) el jefe directo del Suboficial


Ayudante Ambrosio Marcial (procesado en esta causa).

b) En el caso del Vicecomodoro Teodoro Moeremans, se


desempeñaba en el Departamento Económico-Financiero, que era el lugar donde
se distribuían los créditos a la Fuerza Aérea Argentina; es decir, en el
Departamento a su cargo se fijaban a las Unidades las partidas presupuestarias
en función de las cuales se procedía a la liquidación de fondos.

Designado perito, este oficial también carecía de título de


Contador Público y tenía un interés directo en la marcha de la investigación por
el puesto que ocupaba.

Resumiendo: el Comodoro Bordesio, como Jefe de Liquidaciones,


era quien autorizaba -luego de haber efectuado el análisis contable respectivo-
que se giraran fondos a las distintas Unidades; por su parte, el Vicecomodoro
Moeremans era quien autorizaba -tras efectuar el mismo tipo de análisis- el
crédito para los distintos gastos de las Unidades.

Sea por acción (haber tomado parte directa en la comisión de los


hechos investigados) o por omisión (la negligencia en el cumplimiento de las
tareas a su cargo), nada más natural que -en virtud de los cargos que
ostentaban- tuvieran que haber sido sometidos a una investigación.

Sin embargo, fueron designados peritos.

121
517

e) El Mayor Roberto Quinteros había sido Jefe de la División


Contaduría en una Unidad a la que después debió auditar y someter a pericias.
las que incluso abarcaron el período en que él había sido el Jefe de la División
cuestionada.

Concretamente (constancia de fs. 12.733) fue Jefe de Contaduría


del Grupo de Abastecimiento Palomar de la Fuerza Aérea Argentina.

d) La misma situación -y en la misma Unidad- se presenta con


relación al Mayor González, quien fue igualmente nombrado perito.
6) Esta cuestión, con el correspondiente pedido de nulidad de
todo lo actuado en su consecuencia, fue planteada por la defensa de los
procesados ante la Cámara Nacional de Casación Penal, la cual rechazó el
planteo (para la defensa de Julio Arancibia y Ricardo Candurra, en el Capítulo V
de los Considerandos, apartado 2 - fs. 14.526 1 para la defensa de Ramón
Machín, Enrique Pontecorvo y José Di Rosa, en el Capítulo VIII de los
Considerandos, apartado 10 fs. 14.541 vta./14.542).

6.1) En cuanto a la carencia de título, expresó la Cámara Nacional


de Casación Penal a fs. 14.526 vta. que el despacho militar es título suficiente,
señalando que "el cargo militar es suficientemente apto para salvar los requisitos
de idoneidad a que se refiere el párrafo primero de dicha norma" (el ya
explicitado art. 291 del Código de Justicia Militar).

Pero cuatro fojas más tarde (fs. 14530) da un giro radical -en una
nueva muestra de la dualidad de procedimientos y ópticas con la cual se debían
juzgar las cosas- para descalificar el testimonio brindado por el testigo

122
518

Paglialunga, indicando que "sus dichos no revisten la jerarquía que pudiera tener
un especialista en la materia".

Cabe destacar que el nombrado Paglialunga era el Encargado del


Servicio Contable del Grupo de Abastecimiento Palomar de la Fuerza Aérea
Argentina.

6.2) Con relación al argumento de ser parte interesada en la


causa, también lo desestima por cuanto se tiene en cuenta que el objeto de las
pericias realizadas está referido a cuestiones que hacen a la organización
económico-financiera de la Fuerza Aérea Argentina, con lo cual se ven
satisfechos los requisitos que exige el art. 291, 2° párrafo del Código de Justicia
Militar.

Es decir, descarta que los peritos puedan tener un interés


particular en la causa, no obstante los cargos que cada uno ocupaba, por el
simple hecho ... de ser militares.

7) Concreta y textualmente expresa dicho Tribunal al analizar la


cuestión llevada a su conocimiento por el Defensor Oficial (entre otros, de Julio
Arancibia) y la defensa de Ricardo Omar Candurra: "La defensa oficial solicita se
declare la nulidad de los peritajes contables realizados en autos durante la etapa
instructoria, por considerar que se violaron las prescripciones del art. 291 del
Código de Justicia Militar, al no poseer los peritos intervinientes en ellos el
correspondiente título habilitante".

123
519

"Asimismo ataca tales piezas por entender que, al no haberse


notificado a sus pupilos de la realización de dichos estudios periciales, no
pudieron proponer peritos de parte ni recusar a los designados por el Juez de
Instrucción Militar".

"Con relación al primer aspecto, cabe decir que el art. 291 del
Código de Justicia Militar, en su segundo párrafo, indica que el despacho militar
es título de pericia en el desempeño de los cargos o funciones militares, por lo
cual cabe interpretar que, en estos casos, el cargo militar es suficientemente
apto para salvar los requisitos de idoneidad a que se refiere el párrafo primero
de dicha norma".

"Aquellas personas que participaron en autos en calidad de peritos


contables, reúnen las características que establece la norma mencionada
anteriormente, ya que no sólo son militares, sino que además pertenecen al
escalafón contable, y por otro lado, el objeto de los estudios realizados está
referido a cuestiones que hacen a la organización económico-financiera de la
Fuerza Aérea Argentina, con lo cual se ven satisfechos los requisitos que exige el
art. 291, 2° párrafo, del Código castrense".

Según esta particular óptica -que sólo comprende a los peritos. no


así a los testigos que se encuentran en las mismas condiciones-. la contabilidad
es una función militar.

Continúa expresando:

124
520

"En cuanto al agravio relativo a que las partes no fueron


notificadas de la realización de los peritajes cumplidos en sede castrense, razón
por la que no pudieron recusar a los especialistas designados para realizarlos,
como tampoco proponer peritos de parte, corresponde señalar que el Código de
Justicia Militar no impone dicha notificación, por lo cual su omisión no acarrea la
nulidad impetrada".

8) Por entenderse que con esta resolución del Tribunal de


Segunda Instancia se afectaban garantías consagradas en la Constitución de la
Nación Argentina (debido proceso legal y derecho de defensa en juicio), la
cuestión fue llevada por ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

El Más Alto Tribunal nuevamente ni siguiera la consideró.

B) Sobre este particular el Informe de Fondo N° 135/2011


tampoco se pronunció.

Considerando una directa afectación al derecho de


defensa en juicio como es el caso de controlar y presentar las medidas
probatorias para poder acreditar inocencia, es que se estima que esta Excma.
Corte Interamericana debe considerar esta cuestión como otra violación a la
Convención Americana.

VII.S) PRESCRIPCIÓN (VIOLACIÓN AL ART. 9 DE LA


CONVENCIÓN AMERICANA)

125
521

A) Al momento de efectuar su denuncia, los poderdantes


plantearon la presente cuestión en los siguientes términos:

1) La causa que ha motivado el presente recurso ante la Comisión


Interamericana de Derechos Humanos se inició en el mes de septiembre de
1980, acorde con la normativa (en lo referente al fondo y a la forma),
consagrada por el Código de Justicia Militar vigente en el República Argentina.

2) En dicho cuerpo legal, el art. 843 prevé el delito de


defraudación y el art. 845 reprime el mismo con prisión mayor o reclusión hasta
10 años e inhabilitación perpetua.

Esta fue la imputación dirigida contra los imputados originalmente


en la causa -treinta y dos personas-, añadiéndose en algunos casos la
imputación anexa por la comisión del delito de falsedad.

Cabe puntualizar también que, en cuanto al procedimiento, se


siguieron en un todo las prescripciones del Código castrense.

3) La acusación del Señor Fiscal General de las Fuerzas Armadas


se conoció 8 años después de iniciado el proceso (el 19 de agosto de 1988) y la
sentencia del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas el 5 de junio de 1989.

4) En virtud de la interposición del incidente de prescripción


oportunamente presentado, el 5 de diciembre de 1990 (a más de 10 años del
inicio de la causa), el Tribunal entonces interviniente -la Cámara Nacional de

126
522

Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal- declaró


extinguida por prescripción la acción penal.

S) Contra esa resolución, el Señor Fiscal de Cámara interpuso en


forma extemporánea recurso extraordinario por ante la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, recurso que fue concedido por el Tribunal en fecha 16 de
abril de 1991, no obstante la omisión del Ministerio Público de articularlo en
forma previa.

6) Finalmente, el Más Alto Tribunal interviniente revocó el


decisorio de la Cámara Federal en resolución de fecha 30 de julio de 1991.

Esta resolución de la Excma. Corte Suprema se dictó apartándose


de las disposiciones del Código de Justicia Militar, al sostener que se tornaban
aplicables al caso las normas de Derecho Común relativas al instituto de la
"secuela de juicio", como causales interruptivas del curso de la prescripción de la
acción penal.

Vale decir entonces, que una causa iniciada en el año 1980 según
el procedimiento previsto en el Código de Justicia Militar, diez años después
pasa, por arte de magia, a regirse en este único instituto por la normativa del
Derecho Penal Común, el cual a diferencia del Código de Justicia Militar
contempla el instituto de la "secuela de juicio" como causal interruptiva de la
prescripción, cuando de aplicarse la misma normativa -Derecho Penal Militar
Especial- debería haberse declarado la prescripción de la acción penal.

127
523

7) A esto debe añadirse que por ley N° 23.054 (año 1983 -"Pacto
de San José de Costa Rica") la República Argentina " ... se comprometió a
adecuar su legislación (art. 2, parte I, Capítulo I) para dar acabado cumplimiento
a lo dispuesto en la parte II, art. 7 inc. 5 y art. 8 inc. 1, respectivamente, donde
se establecen "plazos razonables" para que las personas recuperen su libertad y
sean oídas por un juez o tribunal".

8) También debe tenerse en cuenta la reforma de la Constitución


de la Nación Argentina del año 1994, disponiendo su nueva normativa -art. 75
inc. 22- que dichos Tratados (entre los que se incluye al Pacto de San José de
Costa Rica) tienen una jerarquía superior a la ley y los incorpora expresamente a
la Carta Magna.

9) De la conjunción de lo expuesto en los apartados 7 y 8 resulta


entonces que, de conformidad con lo establecido en el Preámbulo de la
Constitución de la Nación Argentina y en sus arts. 18, 31, 33 y 75 inc. 22 -Pacto
de San José de Costa Rica-, resulta que una norma superior ha restringido el
alcance del art. 67 del Código Penal, en lo referente al instituto de la "secuela de
juicio", de modo tal que sólo podrá aplicarse este instituto cuando "mediando
plazos razonables" (no es éste el caso) y "sin dilaciones indebidas" (tampoco es
éste el caso), la Justicia produzca un fallo que defina la situación de un individuo
frente a la sociedad.

Este fue el planteo de la defensa del Primer Teniente Ricardo


Ornar Candurra en ocasión de la audiencia del art. 445 bis del Código de Justicia
Militar, por ante la Cámara Nacional de Casación Penal, entendiendo que debía
reinterpretarse a la luz del nuevo esquema normativo -detallado en el párrafo

128
524

precedente- aquella resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que


dejara sin efecto la prescripción, haciendo expresa reserva de recurrir a los
mecanismos previstos por la Convención Interamericana de Derechos Humanos
en caso que la pretensión recursiva fuera desestimada.

El presente planteo nunca tuvo respuesta, ni por parte de la


Cámara Nacional de Casación Penal ni por parte de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación, no obstante ser éste último cuerpo el único garante del
cumplimiento de las obligaciones contraídas por la República Argentina mediante
la firma de Tratados Internacionales.

10) En lo que respecta entonces a los "plazos razonables" y las


"dilaciones indebidas", es necesario ilustrar a la Comisión acerca de la
continuación cronológica de esta causa, luego del decisorio de la Corte Suprema
del 30 de julio de 1991 -por el cual deja sin efecto la prescripción dictada de
conformidad con el procedimiento especial militar y establece que para este
único instituto deben aplicarse las reglas del procedimiento general-.

Esta breve cronología ilustrará acerca del concepto "plazos


razonables":

- 6 de octubre de 1992: la Sala I de la Cámara Federal resuelve diferir la fijación


de la fecha de iniciación de la audiencia del art. 445 bis (ley 23.049) del Código
de Justicia Militar.

- 16 de septiembre de 1993: la misma Sala se declara incompetente y remite la


causa a la Cámara Nacional de Casación Penal.

129
525

- 16 de noviembre de 1993: este Tribunal, a su vez, se declara también


incompetente y devuelve las actuaciones al fuero federal.

- 7 de diciembre de 1993: la Cámara Federal traba la cuestión y remite la causa


a la Corte Suprema, la que declara la competencia de la Cámara Nacional de
Casación Penal.

- 21 de febrero de 1994: queda radicada definitivamente la causa.

- 14 de marzo de 1994: se reciben del fuero federal los cuadernos de prueba


respectivos.

- 22 de febrero de 1995: se realiza la audiencia del art. 445 bis ante la Cámara
Nacional de Casación Penal.

- 20 de marzo de 1995: este Tribunal dicta sentencia; los fundamentos de la


misma son dados a conocer el 3 de abril de 1995.

- julio de 1995: las defensas de los procesados interponen recursos


extraordinarios contra la resolución del Tribunal de Segunda Instancia; en virtud
de ser denegados, se recurre en queja ante la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.

- abril 1 junio de 1998: La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechaza, por


diversas causas, los recursos interpuestos.

130
526

Es decir, que sólo con posterioridad a la resolución de la Corte


Suprema de Justicia de la Nación que denegara la prescripción, para terminar
con el "estado de incertidumbre", tuvieron que transcurrir ... 84 meses.

Nada más apropiado, tal vez, que recordar las citas


jurisprudenciales de la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos en los
casos "Suárez Roserd' y "Genie Lacayd', citadas en los apartados 6.1) y 6.2) del
punto "A. DURACIÓN DEL PROCESO" de nuestro escrito del 5 de enero de 1999,
ampliatorio de la denuncia ante la H. Comisión Interamericana, al cual -brevitatis
causae- nos remitimos.

11) En cuanto al concepto "dilaciones indebidas" hay tres actos


jurisdiccionales que admiten la morosidad del trámite y que han sido conculcados
los derechos constitucionales de todos los procesados.

Ellos son:

A) Resolución de fs. 13.906/7 de la Sala Ia. de la Cámara Federal,


en la cual se resuelve postergar la audiencia (fecha: 6 de octubre de 1992),
señalándose ya en ese entonces que " ... razones totalmente ajenas al Tribunal
fueron las que conspiraron contra la garantía constitucional de la
defensa en juicio ... "49

B) Resolución de la Cámara Nacional de Casación Penal del 16 de


noviembre de 199350 -punto V, párrafo 2°- a fs. 14.003/6, expresando: " ... El

49
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte 1", fs. 17.
50
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135-11", fs. 120/126, en especial fs. 123 (Anexo
6).

131
527

más que prolongado -en el tiempo y en su desarrollo- avance del trámite del
presente recurso en esta sede, debió llevar al Tribunal a reflexionar que la
actitud que ahora asume -atentatoria contra la unidad de conocimiento-,
conllevará a un estéril conflicto, con su previsible e irreparable secuela de
mayor dilatación del proceso. Y que esa demora vendría a contrariar
inmanentes principios de economía procesal en desmedro de los derechos de
los procesados de obtener un pronunciamiento que, definiendo su
posición ante la ley y la sociedad, ponga fin, lo más brevemente
posible, al estado de indecisión y restricción de libertad que apareja todo
enjuiciamiento penal. Garantía ésta que debe inspirar el decoroso ejercicio de la
función judicial. .. "

Nótese que esta resolución es de 1993.

Pasarían todavía ... cinco años más para que cesara dicho estado
de indecisión y restricción de libertad.

C) El 7 de junio de 1994 el representante del Ministerio Público


plantea (fs. 14.066/8) la caducidad del auto de admisibilidad de los recursos de
apelación presentados por el Fiscal General de las Fuerzas Armadas y por los
procesados y sus defensas.

Expresa en su presentación: " ... Por cierto que los términos y


plazos no cumplen una función ornamental o lúdica en un ordenamiento
procesal penal, sino que se orientan única e inequívocamente a demarcar y
sostener un ámbito orgánico que garantice el conocimiento al Tribunal y

132
528

garantías y equidad de trato a las partes; en otras palabras, el debido


proceso".

"Resulta consecuencia natural de ello que la omisión de


cumplimiento de tales plazos -exigencia fundamental, no ritual-,
implica una lesión del debido proceso, no sólo por dilatar
irrazonablemente el juicio, manteniendo incertidumbre en materias cuya
51
rápida dilucidación interesa a todos los afectados ... "

Dicho planteo del Ministerio Público fue rechazado por la Cámara


Nacional de Casación Penal.

Pero cabe destacar a V.E. que de haber resultado exitoso, habría


implicado el virtual desistimiento del recurso de apelación por parte de
dicho Ministerio.

12) De las citas expuestas en los acápites A, B y C, se concluye


sin lugar a dudas que existen reconocimientos explícitos por parte de
órganos jurisdiccionales que subrayan que en la presente causa se ha incurrido
en dilaciones indebidas.

Lo que no se ha hecho fue obrar en consecuencia.

Hubiese correspondido declarar extinguida por prescripción la


acción penal por haber transcurrido con holgura los plazos previsto para ello y no
haber echado mano al instituto de la "secuela de juicio" (art. 67 del Código Penal

51
Ver archivo "Arguelles y Otros 12.167 Expte. 4", fs. 483.

133
529

de la República Argentina), cuya inaplicabilidad al caso deviene obvia por dos


razones:

a) Por no estar contemplado en el Código de Justicia Militar


(legislación especial aplicable en virtud del principio de especialidad o
especificidad: /ex specialis derogat legi generali).

b) Porque los actos procesales interruptores del curso de la


prescripción no se produjeron en "plazos razonables" y "sin dilaciones indebidas".

De todo ello se deduce que, a través de lo resuelto en lo que


respecta a este punto -o mejor dicho, de lo no resuelto-, se han violado
principios contenidos en Tratados expresamente incorporados por la Constitución
de la Nación Argentina (art. 75, inc. 22), como la Convención Americana.

13) Resulta curioso destacar que la Corte Suprema de Justicia de


la Nación (in re "Giroldi", del 7 de abril de 1995) estableció: " ... 11) Que la ya
recordada jerarquía constitucional de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos ... ha sido establecida por voluntad expresa del constituyente "en las
condiciones de su vigencia" (art. 75, inc. 22, 2° párrafo); esto es, tal como la
Convención citada efectivamente rige en el ámbito internacional y considerando
particularmente su efectiva aplicación jurisprudencia! por los tribunales
internacionales competentes para su interpretación y aplicación. De ahí que la
aludida jurisprudencia deba servir de guía para la interpretación de los preceptos
convencionales en la medida que el Estado Argentino reconoció la competencia
de la Corte Interamericana para conocer en todos los casos relativos a la
interpretación y aplicación de la Convención Americana (confr. arts. 75 de la

134
530

Constitución Nacional, 62 y 64 de la Convención Americana y art. 2° ley


23.054)".

"12) Que, en consecuencia, a esta Corte, como órgano supremo


de uno de los poderes del Gobierno Federal, le corresponde -en la medida de su
jurisdicción-, aplicar los tratados internacionales a que el país está vinculado en
los términos anteriormente expuestos. ya que lo contrario podría implicar
responsabilidad de la Nación frente a la comunidad internacional. En tal sentido,
la Corte Interamericana precisó el alcance del art. 1 de la Convención, en cuanto
los Estados parte deben no solamente "respetar los derechos y libertades
reconocidos en ella", sino además "garantizar su libre y pleno ejercicio a toda
persona sujeta a su jurisdicción".

Según esa Corte Interamericana "garantizar" implica el deber del


Estado de tomar todas las medidas necesarias para remover los obstáculos que
puedan existir para que los individuos puedan disfrutar de los derechos que la
Convención reconoce ... garantizar entraña, asimismo, el "deber de los Estados
parte de organizar todo el aparato gubernamental y, en general, todas las
estructuras a través de las cuales se manifiesta el ejercicio del poder público, de
manera tal que sean capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio
de los derechos humanos".
Lo que no ha ocurrido en la presente causa.

14) Al respecto, corresponde citar:

14.1) Caso "Villagrán Morales y otros" (Resolución de la Corte


Interamericana de Derechos Humanos delll de septiembre de 1997):

135
531

"e) La Comisión manifestó ... que ha habido denegación de justicia


en los procedimientos internos pertinentes. Aunque los tribunales internos
tuvieron oportunidad de resolver, corregir y reparar estas violaciones consideró
que ha probado que no se hizo así ... "

14.2) También resulta sumamente ilustrativo el voto (en


disidencia) del Señor Juez A.A. Caneado Trindade en el caso "Genie Lacayd'
(resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de fecha 13 de
septiembre de 1997):

"27 ... con mayor razón, en caso de una situación continuada de


violación de los derechos consignados en la Convención. Tal situación continuada
puede configurarse, por ejemplo, por la persistencia, sea de leyes nacionales
incompatibles con la Convención, sea de una jurisprudencia constante de los
tribunales nacionales claramente adversa a la víctima".

B) Respetuosamente entendemos que sobre el particular cuando


la H. Comisión Interamericana declaró en el Informe de Admisibilidad N°
40/2002 inadmisible el presente planteo (ratificado en el apartado 35, página 8
del Informe de Fondo) no tuvo presente que el mismo, si bien alude al instituto
de la prescripción y al plazo razonable, tiene una connotación más grave.

Tal como se describió en el apartado anterior, la cuestión no solo


tiene que ver con la prescripción, sino y por sobre todo se relaciona con un
abrupto cambio de las reglas procesales que les fueron aplicadas a
nuestros poderdantes.

136
532

Es decir, con la violación de las garantías del debido


proceso y del derecho de defensa (art. 8 de la Convención Americana).
Luego de haber sido juzgados durante 10 años por el Código de
Justicia Militar -el cual violaba sistemáticamente los derechos humanos de
quienes eran juzgados por el mismo, tal como lo reconoció el Estado Nacional al
momento de su derogación-, abruptamente se decide continuar con el proceso
aplicando ahora ... el Código de Procedimientos en Materia Penal.

Como consecuencia de ello y de la aplicación del instituto de la


"secuela de juicio", el proceso contra nuestros poderdantes que debería haber
finalizado en el año 1991 según las normas del Código de Justicia
Militar se extendió hasta el año 1998.

Con ello se configuró un doble estándar normativo violatorio


del derecho a un juicio justo y respeto a las normas procedimentales
aplicables al caso.

Es por tal motivo que impetramos a esa Excma. Corte


Interamericana se pronuncie en el sentido de que también se violó el art. 9 de la
Convención Americana, en su debida armonización con su art. 8.

VIII) PRETENSIONES, INCLUÍDAS LAS REFERIDAS A


REPARACIONES Y COSTAS {ART. 40, INC. D DEL REGLAMENTO DE LA
CORTE INTERAMERICANA)

VIII.A)

137
533

1) En el Informe de Fondo N° 135/2011, la H. Comisión


Interamericana (Apartado 139, página 34) recomendó al Estado de Argentina
que: "1. Proceda a conceder reparaciones integrales, especialmente
compensación adecuada a las 21 víctimas por las violaciones encontradas en
este decisión."

2) En oportunidad de la audiencia celebrada el 5 de marzo de


2004 en la sede de la H. Comisión Interamericana entre los representantes del
Estado Nacional y de los peticionarios se acordó explorar la vía de una solución
amistosa en base a una agenda que incluía entre otros puntos: a) Desagravio; b)
Reparación del daño efectivo, tomando en consideración las 10 pautas
expresadas por nuestros poderdantes ante la H. Comisión
Interamericana en su escrito de octubre de 2000.

3) En el apartado 3 del acta de la reunión celebrada el 13 de abril


de 200452 en la Cancillería Argentina, se menciona que con relación a los puntos
a) y b) precitados los peticionarios se comprometieron a formalizar sus
pretensiones por escrito ante la Cancillería Argentina en los próximos 15 días
corridos de celebrada la misma.

En dicha reunión se hizo entrega al Estado Nacional de copia de


las 10 pautas reparatorias a que se hace referencia en el punto b) del acta del 5
de marzo de 2004.

52
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte. 10", fs. 206.

138
534

4) En la reunión en Cancillería Argentina de la que da cuenta el


acta del 20 de julio de 200453 se menciona que: "5. Con relación a las
pretensiones de los peticionarios en materia reparatoria formalizadas ante la
Cancillería en los términos del art. 3 del acta de fecha 13/04/04, la Cancillería
informa que se ha iniciado el proceso de consulta con los organismos del Estado
Nacional con competencia en la materia."

"Una vez finalizado el mismo, la Cancillería hará conocer a los


peticionarios lo actuado al respecto."

5) En la reunión celebrada en la Cancillería Argentina el 18 de


enero de 2005 54 se convino: "2. Acordar con el Estado la conformación de un
tribunal arbitral que defina las reparaciones pertinentes conforme a estándares
internacionales, considerando el punto b) del acta del 05/03/04."

Es de destacar que, con fecha 4 de agosto de 2005, en un


informe dirigido al Subsecretario de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia
y Derechos Humanos desde el Ministerio de Defensa, se concluyó que se
habían violado los arts. 7. 8 y 25 de la Convención Americana y que
correspondía su compensación. 55

6) Finalmente, en la reunión celebrada en Cancillería el 12 de


diciembre del 2005 56 se dejó constancia que:

53
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte. 10", fs. 207.
54
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte. 10", fs. 89.
55
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Anexos Informe 135.11", fs. 442.
56
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte. 10", fs. 4: Acta. Fs.: Comunicado mediante el cual esta
representación remite a la Cancillería Argentina, según fuera acordado entre las partes, anteproyecto de
decreto para instrumentar formalmente la solución amistosa.

139
535

"1. El Estado se compromete a someter a consideración de la


mesa de diálogo un anteprovecto de decreto a efectos de instrumentar
formalmente una solución amistosa del caso."

Y que:

"3. La Secretaría de Derechos Humanos se compromete a realizar


las consultas pertinentes respecto de las cuestiones vinculadas con las
reparaciones no pecuniarias requeridas por los peticionarios, a la mayor
brevedad posible, conforme las 1O pautas reparatorias propuestas en el acta
del OS/03/04."

Esta fue la última reunión que tuvo esta representación con las
autoridades del Gobierno Argentino.

Así, sin pena y sin gloria, y hace ya 8 años. culminó


vergonzosamente la vía de solución amistosa a la cual el Gobierno Argentino se
comprometió a encarar

Copia de las presente actas fueron remitidas en tiempo y forma a


la H. Comisión Interamericana.

Respetuosamente se entiende que con relación a la vía de


solución amistosa el Gobierno Argentino procedió de mala fe, al sólo efecto de
ganar tiempo, interponiendo para ello escritos dilatorios. 57

57
Al respecto, ver fs. 371/372 del archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte 9", cita en caso "Neira
Alegría"de esa H. Corte Interamericana, -Juez Thomas Buergenthal- del 3 de julio de 1992.

140
536

De igual manera, con las solicitudes de prórrogas de plazo


efectuadas, entre otras, a fin de instrumentar las recomendaciones de la
Comisión Interamericana, después de haber tomado conocimiento del Informe
de Fondo N° 135/2011. 58
Esta actitud contrasta con la asumida con nuestros poderdantes y
esta representación, que en todo momento intentaron la solución amistosa del
caso, llegando incluso a desistir de algunas peticiones a las cuales tenían
derecho, creyendo en la buena fe del Gobierno Argentino. 59

VIII.B) DE LAS PAUTAS A CONSIDERAR A LOS EFECTOS


DE LA REPARACIÓN INTEGRAL

Las pautas reparatorias que presentaran nuestros poderdantes en


octubre de 2000 y que el Gobierno Argentino en la audiencia de marzo de
2004 aceptó considerar a fines de proceder a la reparación integral por
la violación de sus derechos humanos son:

1 °) Desde el punto de vista jurídico

58
Ver archivo "12.167 Arguelles y otros Sometimiento Informe y Anexos", fs. 2. La prórroga solicitada
para dar cumplimiento a las recomendaciones de la H. Comisión Interamericana se instrumentó mediante
nota de la Cancillería Argentina DCINT - NO 145/2012, firmada por el Dr. Javier Salgado (Ver archivo
"12.167 Arguelles y Otros Expte 11", fs. 19. En la misma se expresa que la prórroga solicitada es "para
informar sobre las medidas adoptadas para dar cumplimiento a las recomendaciones allí
formuladas." En el mismo archivo obra a fs. 11/12 la respuesta de fecha 26/03/2012 de la H. Comisión
Interamericana mediante la cual se notifica al Gobierno Argentino que se resolvió otorgar la prórroga
solicitada. En la misma se expresa: "El obieto de la prórroga concedida es que el Estado cuente con
un plazo adicional para cumplir con las recomendaciones formuladas por la Comisión en su Informe
No 135/11, y avance en la implementación de las medidas adoptadas para reparar las
consecuencias de las violaciones de los derechos establecidas en dicho Informe."
59
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte 11", fs. 310/311.

141
537

1) La violación por parte del Estado Argentino de las normas de la


Convención Americana sobre Derechos Humanos;

2) La violación por parte del Estado Argentino de las normas de la


Constitución Nacional;

3) La violación por parte del Estado Argentino de las normas del


Código de Justicia Militar.

Los presentes perjuicios, respetuosamente se entiende, ya han


sido desarrollados a lo largo del presente escrito.

2°) Desde el punto de vista de los perjuicios sufridos

1) El desmesurado plazo -31 años- (1980/1998 proceso en la


República Argentina y 1998 a la fecha en jurisdicción supranacional) en que
nuestros poderdantes estuvieron sometidos a proceso y en busca de justicia;

2) El exceso en el tiempo de incomunicación que han padecido;

3) El tiempo que pasaron en prisión preventiva rigurosa, que


excedió -en mucho- la sanción dispuesta en definitiva por la Cámara Nacional de
Casación Penal;

De igual manera, respetuosamente se entiende que los tres


perjuicios precitados fueron fundamentados a lo largo del presente escrito.

142
538

4) El recorte en los salarios que percibían, desde el momento en


que se les dictó auto de prisión preventiva rigurosa:

Ver fundamentos del presente punto y cuadro infra, en apartado


VIII.C), acápite a), pág. 113.

5) Los perjuicios sufridos por nuestros poderdantes desde el


punto de vista individual:

El tiempo que pasaron nuestros poderdantes incomunicados de


manera ilegítima y en prisión preventiva rigurosa evidentemente ha tenido para
ellos un deterioro físico, emocional, espiritual y en lo afectivo con la pérdida del
vínculo con la familia y de su entorno social.

Este daño ha sido tutelado en numerosos fallos de esa H. Corte


Interamericana bajo la denominación de daños contra "el proyecto de vida" (ver
caso "Furlán", apartado 285).

6) Los perjuicios sufridos por los núcleos familiares de nuestros


poderdantes:

Cabe señalar a esa H. Corte Interamericana que los núcleos de


nuestros poderdantes se conforman de la siguiente manera:

A) ENRIQUE PONTECORVO:
- Esposa: SARA DEL CARMEN FIGUEROA DNI 10.145.961
- Hijos: 1) FABIANA ELISABET SIGNORELLO DNI 17.241.290
2) CARLA SANDRA PONTECORVO DNI 18.537.642

143
539

3) MARTÍN ENRIQUE PONTECORVO DNI 26.199.859


4) DÉBORA PATRICIA PONTECORVO DNI 28.643.442

B) RICARDO OMAR CANDURRA


-Esposa: CATALINA MARÍA RITA SASSONE DNI 10.996.057
- Hijos: 1) GISELA LAURA CANDURRA DNI 23.605.171
2) KARINA CLAUDIA CANDURRA DNI 24.910.397
3) RICARDO MARTÍN CANDURRA DNI 28.232.618
4) RODRIGO JULIÁN CANDURRA DNI 35.976.800

3) ANÍBAL MACHÍN
-Esposa: MIRIAM ETEL BERTONE DNI 13.002.761
-Hijos: 1) DELFINA MACHÍN DNI 37.668.757
2) AGUSTINA MACHÍN DNI 31.777.218
3) JULIETA MACHÍN DNI 32.964.039
4) MARIANA ALICIA MACHÍN TORRES DNI 20.994.038

4) JOSÉ DI ROSA
- Esposa: A) SUSANA IRENE RIZZI (Fallecida) LC 5956252
B) MARIELA DEL VALLE SAVORGNAN DNI: 20286858
(Segunda esposa de Di Rosa, madre de Juan y Mateo.
- Hijos: 1) VERONICA ROSANA DI ROSA DNI 28116602
2) IRENE ANGELA DI ROSA DNI: 32426297
3) MATEO JOSE DI ROSA DNI: 43882580
4) JUAN MARIA DI ROSA DNI: 45094044

5) CARLOS JULIO ARANCIBIA


-Esposa: LUCIA DEL CARMEN BURGOS DNI 10.730.745
-Hijos: 1) GUSTAVO ALEJANDRO ARANCIBIA DNI. 23.905.007
2) PABLO FEDERICO ARANCIBIA DNI 24.302.941
3) CARLOS ALBERTO ARANCIBIA DNI 25.619.098

144
540

Todas estas personas, de una manera o de otra, se vieron


afectadas por el proceso llevado a cabo en contra de nuestros representados.

Respetuosamente se entiende que esa Distinguida Corte


Interamericana, al considerar el presente perjuicio, debe tener presente los
siguientes parámetros:

- Nuestros poderdantes estuvieron detenidos en prisión preventiva


rigurosa durante un promedio de 7 años cada uno. Al momento de la sentencia
de la Cámara Nacional de Casación Penal, en cambio, fueron condenados a un
promedio entre 3 y 4 años cada uno.

- Resulta fácil colegir lo que implica para una normal relación de


un grupo familiar, de una pareja y de una relación paterno 1 filial la falta de
cotidianeidad por la ausencia de nuestros poderdantes de sus hogares.

- Evidentemente las visitas al establecimiento penitenciario60


donde se hallaron detenidos implicó para los grupos familiares durante 7 años
gastos en traslados y alimentación.

En este rubro debe tenerse en cuenta que estos gastos fueron


solventados a duras penas como consecuencia de la pérdida del ingreso familiar
por la reducción del 50 % que se efectuara de los salarios de nuestros
poderdantes.

60
Prisión Militar de Magdalena, sita en la Provincia de Buenos Aires, a 107 kms. de la Capital Federal.

145
541

Obviamente los comprobantes de dichos gastos no se conservan a


la fecha dado el tiempo transcurrido y fundamentalmente dado el hecho de que
conservarlos no tenía en ese entonces sentido, ya que no se preveía ninguna
manera de su recuperación (lA quién reclamárselos?).

Sobre el particular, esa Distinguida Corte ha señalado en el caso


"Furlán c. la República Argentina:

- "La Corte reiteró que los familiares de las víctimas de violaciones


de los derechos humanos pueden ser, a su vez, víctimas. El Tribunal ha
considerado violado el derecho a la integridad psíquica y moral de algunos
familiares con motivo del sufrimiento que estos han padecido a causa de las
actuaciones u omisiones de las autoridades estatales, tomando en cuenta, entre
otros, las gestiones realizadas para obtener justicia y a la existencia de un
estrecho vínculo familiar. También se ha declarado la violación de este derecho
por el sufrimiento generado a partir de los hechos perpetrados en contra de sus
seres queridos." (Apartado 249).
7) Los perjuicios sufridos por nuestros poderdantes desde el
punto de vista laboral:

Las consecuencias directas de la causa incoada en su contra se


concretan en la pérdida de su grado (destitución, ver fs. 34 del presente escrito),
la pérdida de la carrera militar, ambos con el consiguiente lucro cesante, la
pérdida de sus haberes jubilatorios y la dificultad para reinsertarse en una vida
laboral acorde a sus capacidades después de tanto tiempo privados de la
libertad.

146
542

8) Los perjuicios sufridos por nuestros poderdantes desde el


punto de vista cívico-político:

Como se señalara en este mismo escrito (fs. 30), la inhabilitación


perpetua conllevó la pérdida de los derechos cívicos de nuestros poderdantes, en
flagrante violación al art. 23 de la Convención Americana.

9) Los perjuicios sufridos por nuestros poderdantes desde el


punto de vista económico-comercial:

Tal como lo expresáramos a fs. 24 del presente escrito (punto


5.1) a nuestros poderdantes, como consecuencia de la condena de la Cámara
Nacional de Casación Penal, se les impuso una sanción pecuniaria de imposible
cumplimiento (fs. 26/27 del presente).

Asimismo desde el inicio mismo de la causa en 1980, al dictársele


prisión preventiva, se los inhabilitó comercialmente (ver fs. 28/29 de este mismo
escrito) y se les trabó embargo61 •

Todo ello sin haber recibido todavía una condena.

10) El daño moral sufrido por todas estas personas: nuestros


poderdantes y sus respectivas familias.

Cabe resaltar a esa H. Corte Interamericana que con respecto a


los perjuicios detallados en los apartados S) a 9) solicitamos oportunamente se

61
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte 9", fs. 46.

147
543

los tuviera por ciertos (anterior art. 42 del Reglamento de la CIDH), en tanto no
fueron observados por el Estado Nacional y no fueron desvirtuados por otros
elementos de convicción que permitieran arribar a una conclusión diversa. 62

VIII.C) LA CUANTIFICACIÓN DE LAS PAUTAS "A UNA


REPARACIÓN INTEGRAL"

A los efectos de una debida cuantificación de la reparación


integral solicitada por nuestros poderdantes, se copiarán las partes pertinentes
del escrito mediante el cual nuestros poderdantes expresaron sus pretensiones
ante la Cancillería Argentina como consecuencia de la reunión del 13 de abril de
2004, actualizadas a la fecha.

"IIL DESAGRAVIO DE LOS PETICIONARIOS.-

Entendemos que el presente punto de la solución amistosa se


debería cumplimentar rápida y sencillamente, toda vez que el mismo es de fácil
implementación.

En este sentido, la Cancillería Argentina -como garante de las


obligaciones asumidas por el Estado Nacional en el acuerdo celebrado
Washington-, deberá instruir a los organismos del Estado Nacional respectivo
para que:

a) se deje sin efecto la inhabilitación absoluta y perpetua de los peticionario~


restituyéndose/es así sus derechos políticos de votar y ser elegidos.

62
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte 9", fs. 64/65.

148
544

b} se dejen sin efecto los embargos e inhibiciones comerciales y bancarias que


pesan sobre nuestros peticionarios.

e} al Ministerio de Defensa para que -mediante el dictado del acto administrativo


respectivo- reincorpore a los peticionarios ''en situación de retiro efectivo" con
dos grados superiores a los que detentaban al momento de sus bajas üunio de
1995), todo ello de acuerdo a la interpretación sistémica de los arts. 24, 25 y
concordantes de la Ley 19.101 -Ley para el Personal Militar- y sus
reglamentaciones y la Ley 20.508 (conforme antecedente ''Caso Licastro'~ Dec.
1297/98).

Sobre el particular cabe agregar lo que también manifestáramos,


y que integra la pretensión de nuestros poderdantes, en ocasión de dar
respuesta al requerimiento formulado por H. Comisión Interamericana en los
términos del art. 44 (3) del Reglamento63 :

''Entendemos que el Gobierno de la República Argentina debe


instruir al Ministerio de Defensa para que- mediante el dictado del acto
administrativo respectivo- reincorpore a los peticionarios ''en situación de retiro
efectivo" con el grado que les hubiera correspondido de haber proseguido su
carrera militar: Comodoro. Dicha reparación nunca podrá ser inferior a dos
grados superiores al que detentaban al momento de sus bajas üunio de 1995). r
comprende todos los beneficios v honores propios del grado en situación de
retiro {pJevisionales, etc. J.

63
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte 11", nuestro escrito a fs. 27135, especialmente fs. 29130.

149
545

Ello, de acuerdo a la interpretación sistémica de los arts. 2~ 25 y


concordantes de la Ley 19.101 -Ley para el Personal Militar- y sus
reglamentacione~ y la Ley 20.508.

Los antecedentes en que se funda esta petición están dado~


entre otro~ por:

-Caso ''Licastro'; República Argentina, Decreto 1297/98; Caso "Urien" (ascenso


por recomendación de la CIDH); Caso "Carrere, Gustavo Sergio" (restitución de
grado y ascenso de dos jerarquías conforme a los arts. 53, 54, 55, 57 de la Ley
19.101); Caso "Sereni" (Uruguay); Caso "VIadimir Valencia Méndez" (Bolivia);
Caso "Dreyfus" (Francia, 1894); Caso "Cirio, Tomás Eduardo" (Uruguay; CIDH;
Informe 119/01; petición N° 11.500 del 27/10/2006 - Declarado admisible se
solicita la restitución del grado militar y una indemnización de U$ 300.000 por
violación a su derecho al honor y a la libre expresión.)."

En esa misma norma deberá concederse el beneficio


jubilatorio total v completo a los peticionarios correspondiente a sus nuevos
grados.

IV. REPARACIÓN DEL DAÑO.-

Al desarrollar el presente punto debemos señalar que se trata de


reparaciones que deben ser medidas en función de la magnitud de las
violaciones plurales de derechos y garantías de la Convención Americana
acreditadas ante la CIDH. Se trata de violaciones a obligaciones que el Estado
Argentino se comprometió a garantizar al ratificar la Convención.

150
546

Partiendo entonces de esta premisa de que estamos frente a una


nueva juridicidad que es la que marca la Solución Amistosa y siguiendo la línea
que se propusiera en la reunión del día 13 de Abril, entendemos que la
reparación del daño se compone de dos rubros:

a) el reintegro de los haberes retenidos a nuestros peticionarios:

De conformidad con el cuadro anexo que se acompaña, y que


fuera adelantado en la reunión del pasado 13 de abril, el monto que debe
percibir cada peticionario correspondiente a este rubro debe estar fijado por la
suma de U$S 167.029,53, cifra que les fuera retenida.

A dicho monto se arriba mediante la utilización de las siguientes


pautas contables razonables, a través de la utilización de un ingreso promedio de
nuestros cinco poderdanteSS4 :

-se toma el valor de los sueldos que percibían en el mes de septiembre de 1980
(mes de la incomunicación e inicio de las actuaciones) y el de todos los meses de
septiembre de los años siguientes (1981/1989) hasta el momento de la sentencia
del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.
- se toman los valores del dólar estadounidense del mercado libre de cambios al
cierre de cada mes de septiembre.

64
Se acompañan como caso testigo los recibos de haberes originales de la víctima Pontecorvo. Como
bien podrá colegir esa H. Corte Interamericana, todo promedio implica la existencia de personas que
puedan cobrar de mas así como de aquellas que cobrarán menos de lo que en derecho les hubiera
correspondido. Ello se efectuó así a fin de facilitar la vía de solución amistosa.

151
547

- se calcula a valor dólar de cada fecha el salario que deberían haber percibido y
se lo multiplica por 13 (12 haberes mensuales y 1 aguinaldo - para aquellos
casos en que no se tratara de un año completo se toma medio aguinaldo).
- en la columna identificada con la letra "g" del cuadro se expone el monto final
de los haberes en dólares norteamericanos una vez reducido el 50 % (cincuenta
por ciento) por la aplicación de la prisión preventiva rigurosa.
- Y así se arriba al monto de U$5 34.24/;42 a septiembre de 1988.

En su oportunidad el cuadro se completó -siguiendo la misma


metodología- con los haberes que deberían haber percibido desde agosto de
1995 (siendo el último haber cobrado con posterioridad al fallo condenatorio de
la Cámara Nacional de Casación Penal) a marzo en 2004 (dado que en abril de
dicho año la Cancillería Argentina solicitó de nuestros poderdantes que
concretaran sus pretensiones). 65

El monto resulta de los haberes del período detallado en el


párrafo anterior es de U$5 129.602, 11.

En base a ello, de la suma de ambos conceptos detallados supra,


se arribó a un total de U$5 167.029,53.

Ello, en el entendimiento que la supresión en la percepción de


dichos haberes fue consecuencia de un juicio injusto plagado de violaciones a los
derechos humanos de nuestros poderdantes y fundada en una normativa
violatoria de derechos humanos (Código de Justicia Militar), que posteriormente
fue derogada por tal motivo.
65
A efectos de facilitar la vía de solución amistosa se tomó para ello el monto del último haber cobrado y
no los correspondientes a la situación de revista en la que hubieran cobrado hasta marzo de 2004.

152
548

b) la reparación propiamente dicha:

Entendemos que en este rubro se comprenden la reparación de


las restantes pautas reparatorias que fueran fijadas por el acuerdo celebrado en
Washington D.C:

-El desmesurado plazo sometidos a proceso (24 años) (32 años a la fecha)
- El exceso en el tiempo de incomunicación
- El tiempo que pasaron en prisión preventiva rigurosa
- Los pe/juicios sufridos por las familias de los peticionarios por falta de ingresos
- Los pe/juicios desde el punto de vista laboral
- El daño moral sufrido por los peticionarios y sus respectivas familias

Entendemos que para establecer un monto razonable que permita


considerar todas las pautas de reparación expuestas se podría aplicar un
porcentaje del 85,9% sobre el monto de los haberes a ser restituidos.

A dicho porcentaje se arriba mediante la aplicación de las pautas


emanadas de la jurisprudencia supranacional americana, promediando las pautas
reparatorias que en concepto de daño moral aplicara la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en los casos ''Aioeboetoe" (109,7%), "El Amparo" (83,5%) y
"Neira Alegría" (64,4%).

El monto por la reparación propiamente dicha ascendería, en


consecuencia, a la suma de U$5 143.478,37.

153
549

Ello nos da un total reparatorio para cada oeticionario de


U$S 310.507,90.

Corresponde efectuar tres precisiones en relación a este punto:

1) Los montos reparatorios deberán ser idénticos e iguales para todos los
peticionarios mas allá de grados y daños concretos emergentes y de los tiempos
y condiciones de sus ilegítimas detenciones.
2) Los montos reparatorios deberán hacerse en efectivo y no en bonos de la
Deuda.
3) Serán montos exentos de todo impuesto por tratarse de reparaciones por
violaciones a DDHH del mismo modo que lo son las reparaciones por violaciones
a DDHH producidas por el Terrorismo de Estado.

Respetuosamente creemos que se trata de una reparación


absolutamente justa y razonable a la luz del Caso ''Bulacio" y de los montos
reparatorios fijados por el Decreto 70/91 y leyes 24.043 y 24.411 y la
jurisprudencia supranacional americana citada.
De esta manera consideramos que se daría cabal cumplimiento
con la reparación de todas las pautas prefijadas por ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos."

Así se solicitó oportunamente al Gobierno Nacional y se lo reitera


en esta oportunidad a esa Distinguida Corte Interamericana.

154
550

C. 2) Junto al presente escrito se acompañaron dos cuadros en


los cuales se detallaba cómo se calcularon los montos solicitados como
reparación.

A los mismos se arribó mediante la aplicación de pautas contables


razonables de aceptación general.

Cabe destacar a esa H. Corte Interamericana que los


mismos se efectuaron en base a sentencias emanadas de esa Excma.
Corte.

CUADRO 1

CIDH ·CASO 12.167 ·SOLUCIÓN AMISTOSA· PROPUESTA DE JUSTA


INDEMNIZACIÓN A VALORES CONSTANTES (U$S)
REINTEGRO DE HABERES RETENIDOS

Art. 63,1 Reglamento: Se reparen las consecuencias de la medida o situación que ha configurado la
vulneración de esos derechos y el pago de una justa indemnización

TOTAL (d) + (e) x


SUELDO VALOR SUELDO AGUINALDO 50% (hasta TOTAL
FECHA MESES (e) EN U$S
(a) U$S (b) EN U$S (e) (e) Sep'89) (g) U$S
(d) (f)

sep-80 4367704 1930 2263,06 4 0,5 10183,77 5091,88 5091,88


sep-81 9564797 7550 1266,86 12 1 16469,19 8234,59 13326,48
sep-82 23214305 49000 473,76 12 1 6158,90 3079,45 16405,92
sep-83 10174,70 25,20 403,76 12 1 5248,85 2624,43 19030,35
sep-84 63180,10 120 526,50 12 1 6844,51 3422,26 22452,61
sep-85 303,59 0,90 337,32 12 1 4385,19 2192,59 24645,20
sep-86 684,76 1,22 561,28 12 1 7296,62 3648,31 28293,51
sep-87 1753,95 3,58 489,93 12 1 6369,09 3184,55 31478,06

155
551

sep-88 6331,19 14,86 426,06 12 1 5538,73 2769,36 34247,42

sep-89 o 650 0,00 12 1 0,00 0,00 34247,42


sep-90 o 5600 0,00 12 1 0,00 0,00 34247,42
sep-91 o 9920 0,00 12 1 0,00 0,00 34247,42
sep-92 o 0,992 0,00 12 1 0,00 0,00 34247,42
sep-93 o 1 0,00 12 1 0,00 0,00 34247,42
sep-94 o 1 0,00 12 1 0,00 0,00 34247,42
ago-95 1420,42 1 1420,42 5 1 8522,52 8522,52 42769,94
ago-96 1420,42 1 1420,42 12 1 18465,46 18465,46 61235,40
ago-97 1420,42 1 1420,42 12 1 18465,46 18465,46 79700,86
ago-98 1420,42 1 1420,42 12 1 18465,46 18465,46 98166,32
ago-99 1420,42 1 1420,42 12 1 18465,46 18465,46 116631,78
ago-00 1420,42 1 1420,42 12 1 18465,46 18465,46 135097,24
ago-01 1420,42 1 1420,42 12 1 18465,46 18465,46 153562,70
ago-02 1420,42 3,77 376,77 12 1 4898,00 4898,00 158460,70
ago-03 1420,42 2,93 484,78 12 1 6302,20 6302,20 164762,91
mar-04 1420,42 2,82 503,70 4 0,5 2266,63 2266,63 167.029,53

Criterio fijado por la Corte lnteramericana en "Velásquez Rodríguez s/ Interpretación indemnización


compensatoria".
Pago en moneda dura (dólar).
De pagarse en moneda nacional se abonará al cambio del dólar U$8 y del peso en la
plaza de Nueva York el dia anterior al del pago.
El pago de indemnización está exento de todo impuesto,
actual o futuro.

CUADRO 2

CIDH ·CASO 12.167 ·SOLUCIÓN AMISTOSA


PARÁMETROS DE CÁLCULO
REPARACIÓN PROPIAMENTE DICHA

Caso "Aioeboetoe": Daño patrimonial= 26.504 - Daño moral= 29.070 - Porcentual= 109,7%

Caso "El Amparo": Daño patrimonial= 23.953,79 - Daño moral= 20.000 - Porcentual= 83,5%

156
552

Caso "Neira Alegria" : Daño patrimonial =31.065,88 - Daño moral =20.000 - Porcentual =64,4%

Promedio Daño Moral: 109,7% + 83,5% + 64,4% 1 3 = 85,9%

DAÑO PATRIMONIAL (haberes retenidos) 167.029,53

PAUTA REPARATORIA =85,90% 143.478,37

TOTAL 310.507,90

Los montos señalados se ratifican como una de las pautas de


reparación integral a favor de nuestros poderdantes, tal como lo recomendara
la H. Comisión Interamericana en su Informe de Fondo Na 135/2011.

C.3) Al respecto cabe señalar a ese Excma. Corte Interamericana:

El Gobierno Argentino nunca contravino los montos expresados,


particularmente su composición y el modo de su cálculo, siendo consentidos por
su propio proceder.

Ello surge de:

a) La debida relación de las actas de las reuniones celebradas en


la Cancillería Argentina, de las cuales se da cuenta en el apartado VIII.A).

De las actas detalladas en los puntos 4, 5 y 6 del precitado


apartado esa H. Corte Interamericana puede verificar que:

157
553

- Tras haber recibido el escrito presentado por esta representación


con las pretensiones de nuestros poderdantes, nunca se cuestionó la
metodología utilizada para el cálculo del monto solicitado, ni se desconoció los
rubros que integraban la pretensión pecuniaria presentada, toda vez que la
misma fue elaborada conforme a las 10 pautas de reparación a las cuales el
Gobierno Argentino se comprometió a considerar, tal como surge del acta
firmada el 5 de marzo de 2004 por ante la H. Comisión Interamericana.

Ello surge de la propia conducta del Gobierno Argentino, a saber:

- En el acta detallada en el punto VIII.A.4) informa que se ha


iniciado el proceso de consulta con los organismos del Estado Nacional con
competencia en la materia.

Y con posterioridad a ello, en el acta citada en el punto VIII.A.6)


se dejó constancia del compromiso de someter a consideración un anteproyecto
de decreto para instrumentar formalmente una solución amistosa del caso.

No obra documentación alguna emanada de parte del Estado


Nacional que cuestione las pretensiones presentadas ni la metodología utilizada
para su conformación.

Solo refiere dogmáticamente el carácter "exorbitante e


infundado" de los reclamos. 56

66
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expediente 11", fs. 8.

158

1
554

Y coincide con esta interpretación la nota que remitiera la H.


Comisión Interamericana por correo electrónico esta representación en fecha 2
de abril de 2012, mediante el cual se adjunta nota de fecha 26 de marzo
mediante la cual se comunica que:

" ... con el objeto de remitirles copia de las partes pertinentes de


una comunicación remitida por el Estado de Argentina, en relación con el caso
arriba indicado, en la cual ustedes son peticionarios."

"Al respecto, cumplo en informarles que la Comisión ha concedido


en el día de la fecha una prórroga de dos meses solicitada para cumplir con
las recomendaciones formuladas por la Comisión en su Informe N° 135/11,
emitido conforme al artículo 50 de la Convención Americana, v avanzar en su
implementación. "67

Con independencia de que a posteriori el Gobierno Argentino no


cumpliera con el compromiso asumido por ante la H. Comisión Interamericana, lo
que motiva la intervención esa Excma. Corte Interamericana, lo cierto es que
al expresar el compromiso de implementar la solución amistosa no
desconoció como inexactas las pretensiones presentadas por nuestros
poderdantes y mucho menos la metodología utilizada para su
mensuración.

67
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expediente 11", Ver pedido del Gobierno a fs. 2 último párrafo. A
fs. 11 y 17: Informe de la H. Comisión Interamericana del pedido de prórroga del Gobierno Nacional para
"cumplir con las recomendaciones formuladas."

159
555

El principio de continuidad de los Estados implica -entre otros-


que los actos que de estos emanan constituyen una comunidad jurídica que no
puede ser desconocida a posteriori.

Respetuosamente entendemos que por la aplicación del art. 42


del Reglamento de la H. Comisión Interamericana 68 el Estado Nacional consintió
la veracidad de la metodología empleada, así como su contenido.

Lo cual resulta de la interpretación armónica de dicha norma con


la aceptación de las 10 pautas reparatorias aceptadas por el Gobierno Nacional
en la sesión del 5 de marzo de 2004, parte de las cuales conforman las
pretensiones reparatorias expresadas en el presente apartado.

D) SUMAS ADICIONALES

Finalmente sometemos a consideración de esa Excma. Corte


Interamericana las siguiente cuestiones:

Tal como se ha relatado las pautas de reparación peticionadas


fueron presentadas al Gobierno Argentino a fines del mes de abril de 2004, en el
marco de "la vía de solución amistosa".

Dicha "vía de solución amistosa" representó para nuestros


poderdantes perjuicios que se prolongaron durante otros casi 9 años.

68
El cual regía la conducta de las partes al momento de los presentes hechos (actual art. 39 del
Reglamento).

160
556

Es por ello que solicitamos a esa Excma. Corte Interamericana


considere la posibilidad de añadir alguna suma adicional a la peticionada en
concepto de intereses y/o cualquier otro concepto: lucro cesante, daño material,
daño emergente y daño moral.

Al respecto:

"26.- La reparación del daño ocasionado por la infracción a una


obligación internacional consiste en la plena restitución (restitutio in integrum),
lo que incluye el restablecimiento de la situación anterior y la reparación de las
consecuencias que la infracción produjo y el pago de una indemnización como
compensación por los daños patrimoniales y extrapatrimoniales, incluyendo el
daño moral." (Corte IDH, "Velásquez Rodríguez, 29 de julio de 1988).

En el mismo sentido se expresó esa H. Corte Interamericana en el


caso "Aieoboetoe y Otros":

" La Corte interpreta el art. 63.1 en el sentido que deben


repararse los efectos inmediatos de los ilícitos en la medida jurídicamente
tutelada ... Que los perjuicios materiales deben incluir el daño emergente, como
el lucro cesante, como asimismo el daño moral sufrido por las víctimas (párr.
50).'r69

69
Ver nuestra petición en tal sentido en archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte 9", fs. 395/396.

161
557

Ello se solicitó a la H. Comisión Interamericana el 29 de diciembre


de 2011 en nuestra presentación titulada: "CONTESTAN REQUERIMIENTO- ART.
44 (3) REGLAMENT0"70 •

E) REGULACIÓN DE HONORARIOS A ESTA


REPRESENTACIÓN

Se solicita de esa Excma. Corte Interamericana regule a favor de


esta representación los honorarios profesionales que estime pertinente.

A tales efectos se solicita tenga a bien considerar que la labor


profesional se desarrolla hasta la actualidad en calidad de apoderados desde
octubre de 1998, la complejidad del caso y la trascendencia que el mismo tiene
para el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

IX) PRUEBA

IX.A) Todas las violaciones que fueran denunciadas por nuestros


poderdantes en su presentación del 22/10/1998 y 05/01/1999 fueron
acompañadas de la documental que la sustentaban.

Respecto de aquella que no obraba en su poder, se solicitó a la H.


Comisión Interamericana que requiriera mediante oficio al Estado Nacional la
remisión de la totalidad de la causa.

70
Ver archivo "Arguelles y Otros Expte 11". Fs. 27/35.

162
558

A punto tal que en tiempo oportuno se solicitó que la presente


denuncia fuera tratada como una cuestión de puro derecho.

Así se efectuó, entre otros, mediante el escrito del 9 de noviembre


del 2000, en el cual se impetró:

- "VI: Nuestra petición de forma: pedido cuestión de puro


derecho sobre la base que: "... no restando prueba a producir, con excepción de
la documental (que ya fuera acompañada). .. "71

Es por ello que la única prueba que acercamos a estos actuados


es la documental, que ya se encuentra incorporada a la presente causa.

Al respecto, tanto de la prueba documental como de las citas


efectuadas correspondientes a medio electrónicos se tenga presente lo resuelto
en numerosos fallos por esa Distinguida Corte (ver al respecto apartados 64/66
del caso "Furlán'').

IX.B) Documental (15 fojas): Recibos de haberes originales de la


víctima Enrique Pontecorvo, desde 1980 hasta 1995, ,según la metodología
expuesta en el cuadro de haberes retenidos72 •

IX.C) Se adjuntan planillas (12 fojas) con las cotizaciones


históricas del dólar norteamericano en su relación con la moneda de la República

71
Ver archivo "12.167 Arguelles y Otros Expte. 9", fs. 57.
72
Quedan a disposición de esa H. Corte Interamericana todos los recibos de haberes -mes por mes- de la
víctima Enrique Pontecorvo.

163
559

Argentina, desde 1980 hasta 2004. Las mismas con la debida identificación de la
fuente de donde fueran tomadas.

IX.D) OFICIOS:

Para el hipotético caso que se desconozca la documental señalada


en los dos apartados anteriores, se solicita:
a) Se libre oficio a la Fuerza Aérea Argentina para que, en un
plazo perentorio, acompañe los recibos de haberes originales de la víctima
Enrique Luján Pontecorvo, mes a mes del período 1980 1 2004. Y la misma
documentación del resto de nuestros poderdantes.

b) Se libre oficio al Banco de la Nación Argentina para que


informe, igualmente en un plazo perentorio, el valor venta histórico mensual del
dólar norteamericano en la República Argentina para el período 1980 1 2004.

X) PETITORIO

1°) Se tenga por presentado el escrito de solicitudes, argumentos


y prueba en tiempo y forma, conjuntamente con las dos copias requeridas por el
art. 28.2 del Reglamento del Tribunal.

2°) Se tenga por incorporada la prueba documental ofrecida.

3°) Oportunamente se condene al Estado Argentino por la


violación de la Convención Americana (arts. 1.1, 7.2, 7.3, 7.5, 8.2.b, 8.2.c, 8.2.d,
8.2.e, 8.2.f, 8.2.g, 8.3, 9 en su relación con el art. 8 y 23) y de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (arts. I, XXV y XXVI) en
perjuicio de nuestros poderdantes en virtud de las razones de hecho y de
derecho referenciadas en el presente escrito.

164
560

4°) Oportunamente se dicte sentencia condenando al Estado


Argentino a reparar de manera integral a nuestros poderdantes, en los términos
solicitados, considerando para su cumplimiento la edad avanzada de nuestros
poderdantes.

5°) Con expresa imposición de costas.

6°) Se regulen honorarios. Se solicita se considere a tales efectos


la actuación profesional desarrollada durante la intervención en las distintas
instancias supranacionales, la complejidad del asunto, la cantidad de
poderdantes y la relevancia que la presente causa tiene para el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos.

Proveer de conformidad, SERA' JUSTICIA.

165

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