La Ética de La Escritura en Simone de Beauvoir

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 10

La ética de la escritura en Simone De Beauvoir: un llamado a la libertad

comprometida.
Jonathan Alberto Guzmán Díaz

1. La condición humana en el existencialismo ético de Simone de Beauvoir


La finalidad de este apartado es precisar cómo se configura la idea de la condición humana
en el existencialismo ético de Simone De Beauvoir; la importancia de lo anterior radica en
que la escritura en Beauvoir, en la autobiografía y en las novelas, tiene como base
ontológica la condición humana.
El existencialismo es una confrontación, una respuesta, a la filosofía moderna que
se mueve en tres ejes principales: la razón, la subjetividad epistémica y la identidad. Así, la
confrontación decisiva que se realiza por primera vez entre la filosofía moderna y el
existencialismo, consiste en la afirmación de lo concreto que Kierkegaard opone al sistema
hegeliano en el siglo XIX. A partir del quebrantamiento del sistema hegeliano, el
existencialismo se impone como una filosofía que pone en el centro la existencia concreta
del individuo, la muerte, la temporalidad, y como rasgo definitorio, la libertad. De esta
manera, Simone De Beauvoir es una pensadora del existencialismo del siglo XX, que
partiendo de la condición humana, al lado del existencialismo ateo de J. P. Sartre, propone
una ética de la libertad y el compromiso.
La característica definitoria del existencialismo en Beauvoir consiste en que la
condición humana es libertad, pero no libertad absoluta, sino una libertad que se encuentra
siempre en una situación, y por lo tanto, es una libertad abierta a la alteridad, comprometida
moralmente por sí misma. En el ensayo filosófico Pirro et Cineas, que se tradujo al
castellano como ¿Para qué la acción?, Beauvoir muestra su preocupación por la libertad y
por los otros. De este modo, el ensayo mencionado es una reflexión ética-existencialista,
que a partir de una clarificación de la libertad, la situación y lo social, se plantea una ética
de lo concreto y del compromiso.
Así, respecto a la libertad y lo concreto, Beauvoir dice lo siguiente: “La única
realidad que me pertenece enteramente es pues, mi acto: ya una obra construida con
materiales que no son míos, se me escapa en ciertos aspectos”. 1 La primera evidencia de la

1
De Beauvoir, ¿Para qué la acción?, p. 10.

1
existencia es la libertad individual, concreta, frente al mundo. Sin embargo, que la
existencia consista fundamentalmente en libertad, no significa pura subjetividad y soledad,
sino que todo acto se dirige al mundo y a los otros; así: “He aquí mi situación frente a otro:
los hombres son libres, y yo estoy lanzado en el mundo entre esas libertades extrañas” 2. La
situación radical de la libertad individual estriba en que se encuentra frente a un mundo
extraño y frente a otras libertades, con fines y proyectos distintos.
Precisamente por la inseparabilidad entre libertad y situación, el yo concreto está
comprometido con los otros, pues sus actos, su movimiento de trascendencia, no terminan
con el cumplimiento de un proyecto propio, sino que pueden poner en movimiento, o
detener, la libertad y el proyecto de los otros. Así, para Beauvoir, la libertad es
fundamentalmente ética, puesto que compromete al yo con los otros. De esta manera, el
bien y el mal no son valores éticos absolutos, referentes establecidos por fuera de la
existencia; más bien, el bien y el mal se definirán según la manera en que el individuo
afirme su libertad y, por ende, posibilite o niegue la trascendencia de los otros. De esta
forma, la libertad es social, ya sea que permita la libertad de los otros, que definiríamos
como bien moral; ya sea, que al afirmarse, mantenga la opresión, lo cual entenderíamos
como el mal moral.
Ahora bien, la condición humana consiste en libertad y situación, pero del mismo
modo, significa ambigüedad y paradoja. En lo concerniente a la ambigüedad fundamental
de la existencia, de la condición humana, a saber, que el hombre es “ese ser cuyo ser es no
ser”, Beauvoir en Para una moral de la ambigüedad nos dice lo siguiente: “Hay un tipo
original de relación íntima con el ser que no es, precisamente, querer ser, sino más bien:
querer develar al ser. Ahora bien, aquí no hay fracaso, sino por el contrario, triunfo”. 3 El
triunfo de la ambigüedad de la condición humana, está en que se afirma la existencia y la
libertad como un absoluto, es decir, que el sentido de la existencia es un develamiento, una
construcción, que se hace en los proyectos, en los fines que van develando la propia
subjetividad. Sin embargo, la ambigüedad fundamental de la condición humana es, del
mismo modo, paradójica, puesto que la construcción del sentido de la vida no es cuestión
de la pura subjetividad, sino de esa tensión constante entre el yo y los otros, el yo y el
mundo.
2
Ibíd., p. 116.
3
De Beauvoir, Para una moral de la ambigüedad, p. 7.

2
En ¿Para qué la acción?, Beauvoir escribe acerca de la paradoja de la condición
humana lo siguiente: “El hombre no es sino eligiéndose; si rehúsa elegir, se aniquila. La
paradoja de la condición humana es que todo fin puede ser superado, y no obstante, el
proyecto define al fin como fin. Para superar a un fin, es necesario, en primer término,
haberlo proyectado como algo que no va a ser superado. El hombre no tiene otro modo de
existir”.4 Así, la paradoja de la condición humana está instala en la tensión entre el yo y el
mundo, ya que todo fin es algo superado, tanto por la propia existencia que se lo plantea
como proyecto, tanto por los proyectos de los otros. La superación de un fin, es el punto de
partida de un fin distinto, que enfrenta a la existencia, al yo concreto, a un mundo y a otras
libertades.
De esta manera, la paradoja de la condición humana tiene dos dimensiones, a saber,
por un lado la temporalidad y, por otra, el encuentro de libertades, de trascendencias
distintas que se superan. Mientras que la temporalidad sume a la existencia en la línea del
tiempo donde el futuro siempre está haciéndose, pues la existencia es proyecto; la tensión
entre el yo y el otro, el yo y el mundo, descubre que la libertad es siempre objeto de otra
libertad, que puede afirmarla o negarla, pero nunca es indiferente.
La condición humana en el existencialismo ético de Beauvoir se estructura a partir
de la libertad, la situación, la ambigüedad y la paradoja. Precisamente por lo anterior, es
que Beauvoir observa los errores de las filosofía morales como la de Kant, que dejan de
lado el carácter ambiguo y paradójico de la existencia, y quizá lo más grave, rechazan el yo
concreto por una razón abstracta. Así, argumenta Beauvoir: “El error de la moral kantiana,
es haber pretendido hacer abstracción de nuestra propia presencia en el mundo; así no se
llega sino a fórmulas abstractas”5.
Una filosofía que centra la condición ambigua y paradójica de la existencia, que
establece la libertad como una evidencia individual y sin embargo comprometida con la
libertad de los demás, en fin, el existencialismo que aboga por lo concreto, no puede
elaborar una ética abstracta; sino que, más bien, tendrá que ser una ética ambigua,
paradójica, como sí lo es la ética de la escritura en Simone De Beauvoir.

2. Vida, narración y filosofía


4
De Beauvoir, ¿Para qué la acción?, p. 61.
5
Ibíd., p. 65

3
La finalidad de este apartado es mostrar que en el pensamiento de Beauvoir no hay un
divorcio entre vida, escritura y filosofía. Así, para realizar la tarea propuesta, se seguirán
tres líneas argumentales que permitirán precisar en qué sentido, para Beauvoir, escribir,
narrar la propia vida, es hacer filosofía.
Hay que aclarar que para Simone De Beauvoir, la escritura, tanto en la autobiografía
como en la novela, es una manera de esclarecer la condición humana, es decir, en el caso de
las Memorias, de re-interpretarse a sí misma, de comprender el sentido de la propia
existencia. De esta manera, a través de la autobiografía, Beauvoir muestra que su propia
existencia es una libertad que está comprometida con otras libertades, y se enmarca dentro
de una situación, histórica y social, que no puede negar. Por ejemplo, en los escritos
autobiográficos que va de La plenitud de los otros a La fuerza de las cosas, De Beauvoir
entiende su libertad de manera muy distinta, puesto que la situación es otra; mientras que en
el período de pre-guerra, la situación era cotidiana, tranquila, llena de proyectos, en el
momento en que estalla de guerra contra Francia, durante la ocupación y la liberación, la
situación que vive Beauvoir es totalmente distinta, y su libertad está limitada por la
situación histórica y social en la que se encuentra.
En los escritos autobiográficos, Beauvoir devela su propia condición humana,
buscando comprenderse como una libertad comprometida con otras libertades, dentro de
una situación social que comparte. Asimismo, Beauvoir describe en sus diarios como
experimentó, ella misma, esa condición ambigua y paradójica en que radica la condición
humana, cuando descubre que la subjetividad es una construcción enmarcada en la tensión
entre el yo y el mundo. Respecto a esto último, escribe en La plenitud de la vida: “En
septiembre de 1939 anoté: “Para mí, la felicidad era ante todo una manera privilegiada de
apoderarse del mundo; si el mundo cambia hasta el punto de no poder ser aprehendido de
esta manera, la felicidad ya no tiene tanto precio”. Y de nuevo en enero de 1941 escribía:
“¡Cómo me parece limitada mi antigua idea de la felicidad! Ha dominado diez años de mi
vida, pero creo que ya he salido casi totalmente de ella”. En verdad, nunca escapé de ella
del todo. Más bien dejé de concebir mi vida como una empresa autónoma y cerrada sobre sí
misma; tuve que descubrir de nuevo mis relaciones con un universo cuyo rostro ya no
reconocía. Voy a contar esa transformación.”6

6
De Beauvoir, La plenitud de la vida, p.402.

4
Así, en la escritura autobiográfica, Beauvoir interpreta su propia existencia como
ambigua y paradójica, puesto que habla de una transformación, de un hacerse, de un
develamiento de sentido, es decir, que el ser no es algo dado, no hay verdad absoluta, sino
que el ser de la existencia se construye pero no en soledad, sino en la confrontación con el
mundo. Esto es lo que expresa la diferente concepción de felicidad que tenía Beauvoir en
1938 y que había dominado 10 años de su vida, respecto a la que tenía en 1941, cuando la
situación de la guerra le obligó a descubrir que los proyectos más íntimos están en conflicto
con el mundo que cambia, y a reconocer que los otros no son totalmente extraños a la vida
individual, sino que, al contrario, la vida no es una empresa autónoma, que la libertad es en
sí misma compromiso ético con las otras libertades.
Ahora bien, para Beauvoir la escritura esclarece la condición humana, tanto en el
ensayo filosófico como en la novela y la autobiografía; sin embargo, la escritura no es un
simple instrumento para comunicar ideas, más bien, para Beauvoir la escritura es un modo
de vida, un acto de libertad. Precisamente es en este punto donde se reconcilia filosofía y
vida, a saber, que la filosofía no es un sistema de conceptos, abstracciones en el aire; más
bien, la propuesta de Simone De Beauvoir es que la filosofía es un modo de vida. La
escritura es acción, libertad, comprensión de la existencia. En este sentido, la escritura
consiste en la marcha de una libertad para la cual la vida es inseparable de la escritura, del
acto de comprenderse, de re-interpretarse.
Partiendo de que la escritura esclarece la condición humana, a saber, la libertad,
ambigüedad y paradoja en que consiste la existencia, siendo de este modo que en la
narración se muestra la teoría, la filosofía, entonces al ser la escritura un modo de vida, la
vida es un constante reflexionar sobre la existencia, sobre la condición humana que se vive
en carne propia, descubriéndose así como libertad comprometida.
Filosofía y vida no están separadas. La filosofía es una actitud, en la cual se da el
ejercicio de la comprensión de la vida, para instalarse en el mundo con la práctica, es decir,
con el ejercicio de la libertad y de la acción. De esta manera, en Simone De Beauvoir la
escritura significa un modo de vida, por ende un acto de libertad, que busca esclarecer el
sentido de la condición humana y de la existencia, para responder a la cuestión acerca de
cómo vivir.

5
Y en la pregunta acerca de cómo vivir, la escritura implica el pacto entre autor y
lector. Para Beauvoir, la escritura es el ejercicio de la libertad que se compromete con la
libertad del lector, que busca en el lector una actitud, a saber, la de asumir la condición
humana, y crear su propia vida. Así, el compromiso entre autor y lector, se debate en lo que
se denominará: un llamado a la libertad comprometida. La ética de la escritura en Simone
De Beauvoir, por un lado trata de comprender y esclarecer la condición humana, y al
mismo tiempo, a partir de tal esclarecimiento, responder al problema de cómo vivir,
provocando en el lector una actitud frente a su propia existencia.
La ética escritural en Beauvoir, puede entenderse como un llamado a la libertad
comprometida; llamado en tanto exigencia de una toma de postura en la propia existencia,
en el autor como en el lector; llamado en el que se muestra la ambigüedad y paradoja de la
condición humana, buscando así que el lector no sea indiferente con su libertad, que no
rechace el compromiso ético que tiene respecto a los otros, en fin, lucidez y conocimiento
de la condición humana.
Para finalizar este apartado, aclaremos brevemente, según los lineamientos que se
han expuesto, la unión entre vida, escritura y filosofía. Como se ha señalado, para Beauvoir
la escritura es un acto de libertad que esclarece la condición ambigua y paradójica de la
existencia humana. En la narración, ya sea en las Memorias, los diarios, las novelas, el
ensayo, se expone la teoría filosófica, a saber, esa realidad que ilumina el existencialismo
ético de Simone De Beauvoir; en este sentido, las Memorias, la autobiografía, la narración
de la vida, es el tejido donde se expone la teoría filosófica. Asimismo, la escritura es un
modo de vida, una actitud que se asume como libertad comprometida, en la cual hay un
ejercicio de re-interpretación, es decir, de constante reflexión filosófica; pero al mismo
tiempo, es el lugar del pacto entre autor-lector, que en definitiva responde al problema
fundamental del existencialismo ético: la acción, la libertad comprometida.

3. La acción, personaje principal de la novela La sangre de los otros


En este último apartado se realiza un análisis de la novela La sangre de los otros, para
mostrar, en primer lugar, que en esta novela se expresa claramente la condición paradójica

6
de la existencia en el personaje principal: la acción. Y en segundo lugar, se trazará la
relación entre metafísica y novela, entendiendo tal relación como el movimiento de la
libertad comprometida, es decir, que la novela es la comunicación de una experiencia que
quiere provocar en el lector una respuesta: precisamente un llamado a la libertad y el
compromiso con los otros.
En La sangre de los otros, uno de los temas del existencialismo ético que
encontramos claramente desarrollados es el siguiente: la evidencia de la libertad y la
paradoja de la existencia. Así, partiendo de ver en la acción el personaje principal, Helena,
esa acción encarnada, vive en la paradoja de la existencia, pues afirma su individualidad, su
propia norma de valores, en rechazo al mundo y a las otras libertades. Helena es la
expresión misma de la idea de felicidad que dominaba la vida de la propia Beauvoir, a
saber, “la felicidad era ante todo una manera privilegiada de apoderarse del mundo; si el
mundo cambia hasta el punto de no poder ser aprehendido de esta manera, la felicidad ya
no tiene tanto precio”. Helena, la acción encarnada, afirma su propia individualidad, su
proyecto, esperando que el mundo, que los otros, respondan a sus deseos, que entren en los
íntimos proyectos, sin resistencia alguna. Cuando esto no es posible, no vale para nada la
felicidad y la existencia.
De esta manera, Helena tiene la lucidez, la evidencia, el conocimiento de la libertad,
que exige el existencialismo ético, pero esta lucidez es a medias, pues intenta negar la
paradoja de la existencia, que al fin consiste en el compromiso con los otros: la sangre de
los otros. Uno de los temas que La sangre de los otros esclarece en profundidad es la
evidencia de la libertad individual, pero al mismo tiempo, la paradoja de la condición
humana; por ello, De Beauvoir escribe en La fuerza de las cosas: “La sangre de los otros
apareció en septiembre; su tema principal era, como he dicho, la paradoja de esa existencia
vivida por mí como mi libertad y captada como objeto por los que me rodean”7.
Así, la acción implica individualidad, esa lucidez del yo concreto, del proyecto y de
la inmanencia, que es lo que vive Helena; pero la acción también enfrenta al yo con el
mundo, al yo con los otros, y en este sentido, el acto de libertad es compromiso. Por ello, al
final de la novela, Helena asume su libertad comprometida, la verdadera acción en el
mundo, y sus proyectos son punto de partida de la acción de los otros, en este caso, de los

7
De Beauvoir, La fuerza de las cosas, p. 47.

7
proyectos de Juan Blomart, que también termina por asumir la libertad propia y la libertad
de los otros.
El tema del compromiso, es decir, el hacer algo en el mundo y la evidencia del
compromiso entre la libertad individual con las otras libertades, es constante en la novela
La sangre de los otros. La paradoja de la existencia, la condición humana que en el primer
apartado describíamos como ambigüedad y paradoja, es lo principal en las elecciones, los
pensamientos, las acciones de los personajes en la novela estudiada; Helena, Juan, Pablo,
Marcelo, Ivonne, Magdalena, todas esas acciones encarnadas, viven la tensión constante
entre el yo y el mundo, el yo y los otros, en esa ambigüedad fundamental que consiste en un
develamiento constante del sentido de la existencia. Cada uno de ellos asume la condición
humana, asumen la libertad individual respecto al mundo y los otros, pero tienen el
conocimiento de que su propia vida no es una empresa autónoma, sino que su acción los
compromete con la libertad y los proyectos de los otros. La acción en La sangre de los
otros, es una acción comprometida, y por tanto, es una acción fundante, ambigua,
paradójica, en fin, esencialmente ética.
Ahora bien, La sangre de los otros, debemos pensarla desde la idea de novela
metafísica. La novela metafísica, para Beauvoir, intenta comunica una experiencia, a través
del lenguaje, que mueva al lector a la acción, a la libertad comprometida. La novela
metafísica, a saber, la escritura que intenta “[…] manifestar un aspecto de la experiencia
metafísica que no puede manifestarse de otro modo: su carácter subjetivo, singular,
dramático y también su ambigüedad; puesto que la realidad no es definida sólo por la
inteligencia, ninguna descripción intelectual puede darnos una expresión adecuada.”8
Precisamente, la novela metafísica es la comunicación, al lector, de esa experiencia
singular, ambigua, paradójica, en que consiste la condición humana vivida desde el yo
concreto; experiencia de la libertad situada, de la creación del sentido individual, de la
paradoja, que intenta provocar en el lector una actitud: la de asumir su libertad
comprometida.
Bibliografía citada
De Beauvoir, Simone, ¿Para qué la acción?, versión electrónica, disponible en:
www.elaleph.com/

8
De Beauvoir, “Literatura y metafísica”, p. 89

8
De Beauvoir, Simone, Para una moral de la ambigüedad, Editorial Schapire, Buenos
Aires, s/f.
De Beauvoir, Simone, El existencialismo y la sabiduría popular, Siglo XX, Buenos Aires,
1965.
De Beauvoir, Simone, La plenitud de la vida, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1961.
De Beauvoir, Simone, La fuerza de las cosas, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2008
(8ª. ed.).
De Beauvoir, Simone, La sangre de los otros, Editorial Artemisa, México, D. F., 1985.

Bibliografía consultada
De Beauvoir, Simone, La invitada, Editorial Hermes, México, D. F., 1983.
De Beauvoir, Simone, Todos los hombre son mortales, Emecé editores, Buenos Aires,
1951.
Sartre, Jean-Paul/De Beauvoir, Simone, ¿Para qué sirve la literatura?, Editorial Proteo,
Buenos Aires, 1967 (2ª. ed.)
López Pardina, Teresa, Simone De Beauvoir (1908-1986), Ediciones del Orto, Madrid,
1999.

Artículos
Cajade Frías, Sonia, “Modelos de mujer en la obra de Simone De Beauvoir. Una análisis
etnoliterario”, en: AGORA (2009), vol. 28, 1, p. 83-114.

Herrera, María Marta, “Simone de Beauvoir, filósofa: algunas consideraciones”, en:


Jornada de homenaje a Simone De Beauvoir.

López Pardina, Teresa, “Perfiles del existencialismo de Beauvoir, una filosofía


emancipatoria y humanista”, en: Jornada de homenaje a Simone De Beauvoir.

Luongo, Gilda, “Crimen y escándalo: sujetos femeninos en Memorias de Simone de


Beauvoir”, en: Taller de letras (2011), 48, p. 59-80.

9
Navia Velasco, Carmiña, “Simone de Beauvoir, el sentido de su escritura”, en: La manzana
de la discordia (2008), Vol. 3, No. 2, p. 17-25.

Kamaji, Greta, “El discurso excluido: Simone De Beauvoir y la experiencia vivida”, en:
García Aguilar, Carmen (coord.), De filósofas y filosofía, BUAP-UNAM, México, D. F.

10

También podría gustarte