Ted Bundy
Ted Bundy
Ted Bundy
Resumen
El objetivo de este trabajo es diagnosticar y analizar comportamientos de carácter
psicopático pero sin relevancia clínica. Dicho perfil, si bien no tiene porqué repercutir
necesariamente en un comportamiento delictivo, puede tener consecuencias indeseables
en las interacciones sociales cotidianas y, en todo caso, convertirse en un predictor de
dicho comportamiento transgresor a largo plazo. En este sentido, se pretende valorar la
incidencia de este trastorno de la personalidad en la población con la intención de
demostrar, aunque suene impactante, que todos tenemos un cierto grado de psicopatía.
Desde un punto de vista criminológico, el reto consistirá en identificar el umbral de
rasgos psicopáticos a partir del cual sea más probable involucrarse en comportamientos
abiertamente delictivos.
Concepto de psicopatía
Las primeras noticias de lo que podemos entender en la actualidad como
psicopatía se encuentran en el siglo XVII, cuando Zachias hablaba de individuos que no
obraban ni sentían como los demás (Cabello & Bruno, 2009). Esto no quiere decir que
de forma intuitiva no se conociese este trastorno desde la Antigüedad. Ciertas
descripciones sobre algunos personajes históricos, como Nerón o Lucrecia Borgia,
agrupaban muchos de los rasgos que actualmente integran el concepto de psicopatía.
Las primeras descripciones clínicas de la psicopatía aparecen a lo largo del siglo
XVIII. Sin embargo, fue el médico francés Pinel (1809) el primer autor que, a inicios
del siglo XIX, observó y documentó cierto tipo de pacientes susceptibles de padecer lo
que él llamó “locura sin delirio” (maniesansdélire); sin confusión de mente. Hasta esta
primera definición de psicopatía se creía que toda locura debía serlo de mente, es decir,
de la facultad de razonar.
Pinel pretendía hacer referencia a personas cuyo funcionamiento intelectual era
normal pero que tenían comportamientos que entraban en conflicto con normas sociales,
CRITERIOS DE PSICOPATÍA
1. Encanto superficial y notable inteligencia.
2.Ausencia de alucinaciones y otros signos de pensamiento irracional.
3.Ausencia de nerviosismo y/o de manifestaciones psiconeuróticas.
4. Indigno de confianza.
5. Falsedad o insinceridad.
6. Incapacidad para experimentar remordimiento o vergüenza.
7. Conducta antisocial sin aparente justificación.
8. Falta de juicio y dificultades para aprender de la experiencia.
9. Egocentrismo patológico e incapacidad para amar.
10. Pobres reacciones afectivas.
11.Pérdida específica de intuición.
12. Insensibilidad en las relaciones interpersonales ordinarias.
13.Conducta exagerada y desagradable bajo el consumo de alcohol y, a veces, sin él.
14.Amenazas de suicido constantes, pero raramente consumadas.
15.Vida sexual impersonal, frívola y poco estable.
16. Incapacidad para seguir cualquier plan de vida.
3. Necesidad de estimulación y tendencia al
aburrimiento.
9. Estilo de vida parásito.
Faceta 3 13. Ausencia de metas realistas a largo
Estilo Impulsivo/ Irresponsable plazo.
14. Impulsividad.
Factor 2 15. Irresponsabilidad.
Desviación social
10. Pobre autocontrol de sus conductas.
Faceta 4 12. Problemas de conducta en la infancia.
Antisocial 18. Delincuencia juvenil.
19. Revocación de la libertad condicional.
20. Versatilidad criminal.
Ítems que no saturan en ningún factor ni faceta 11. Conducta sexual promiscua.
17. Frecuentes relaciones maritales de corta duración.
La asociación de los ítems con cada factor de la psicopatía serían los siguientes
(se desarrolla una breve descripción de cada factor de la psicopatía que se mide en el
test):
Ítems 6, 33, 14, 38, 27: Encanto superficial. Se relaciona con la insinceridad y
la superficialidad, relata historias convincentes aunque estas resulten en realidad
bastante improbables o increíbles. Se trata de aparecer bajo una luz favorable, y para
ello, conversan con soltura y tienden a desviarse del tema principal pudiendo valerse de
palabras técnicas o jerga de modo inapropiado para causar una imagen favorable o para
impresionar al oyente. Aunque, en ocasiones logran aparecer como desean, si se presta
Método
Muestra
El estudio se llevó a cabo contando con la participación de 20 sujetos,
concretamente de 9 mujeres y 11 hombres, con edades comprendidas entre los 17 y 18
años, todos ellos estudiantes del Instituto Lasarte-Usurbil BHI.
Análisis de datos
El análisis de datos se realizó con el paquete estadístico SPSS 22.0.
Tras llevar a cabo la trascripción de los datos y elaborar la matriz se procedió al
análisis de los mismos.
En relación a los índices relativos a la consistencia interna del instrumento, esta
se realizó mediante el Alfa de Cronbach. Se trata de un coeficiente que representa una
medida de consistencia interna de los ítems de la escala porque todos los ítems están
midiendo un mismo constructo, en este caso, la psicopatía. Así, Nunnally y
Bernstein(1994) sugieren un umbral de 0,70 para poder aceptar la escala.
Con los datos obtenidos del YPI se encuentra que el coeficiente de Alfa de
Cronbach es de 0,783. Estos valores acreditan la consistencia interna de la prueba.
En función a los resultados obtenidos se creó una variable en la que se recogía el
total del nivel de psicopatía de cada individuo. De manera que, tras realizar la media
para cada sexo se obtuvieron los siguientes resultados (tabla 3):
Sig.
Soy mejor que la mayoría en casi 0,015
todo.
Si ganase mucho dinero en la lotería
dejaría el colegio o el trabajo y sólo
0, 039
me dedicaría a hacer cosas divertidas.
Cuando alguien me pregunta algo,
normalmente tengo una rápida
respuesta que suena creíble, aunque
0,001
me la haya inventado.
No entiendo cómo la gente puede
llegar al extremo de llorar tan sólo
0,009
viendo la televisión o películas.
Así, a pesar de que se puede intuir qué sexo responde con mayor frecuencia a
cada uno de los ítems presentados en la tabla, son los hombres los que tienen mayor
tendencia a responder “soy mejor que la mayoría en casi todo”, “si ganase mucho
dinero en la lotería dejaría el colegio o el trabajo y solo me dedicaría a hacer cosas
divertidas”, “cuando alguien me pregunta algo, normalmente tengo una rápida
respuesta que suena creíble, aunque me la haya inventado”, “no entiendo cómo la gente
puede llegar al extremo de llorar tan sólo viendo la televisión o películas”.
En cambio, las mujeres son las que responden mayormente “normalmente me
pongo triste cuando veo a otras personas llorar o estar tristes”.
A ello habría que añadir que, la sociedad actual es, cada vez más individualista y
materialista. Así, las relaciones entre los miembros de la misma se entienden cada vez
más como una lucha de “todos contra todos” donde, ni los individuos, ni las
instituciones pueden proteger los intereses de la colectividad. Incluso en ocasiones, son
las propias instituciones las que promueven este tipo de actitudes.
Cleckley, H. M. (1941). The mask of sanity (1ª ed.). St. Louis, Missouri: C.V. Mosby.
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