Pluralismo Juridico PROYECTO Final

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UNIVERSIDAD PRIVADA DOMINGO SAVIO

FACULTAD DE DERECHO

"Pluralismo Jurídico en el marco jurídico de la


constitución política del estado"
Docent e: GONZALES HUMPIRE JAIME LAUREANO
Materia: Derecho de los Pueblos Indígena, Originario y
Campesinos
Integrantes:
 Marco Antonio Laguna
 Mireya Osinaga
 Stacy Paco Quiroz
 Wilma Pardo Castro
 Wilfredo Mamani
 Shammy Mukay
 Loida Carol Mercado
 Mariela Morales Soto
 Gabriela Pardo
 Olegaria Llampa Mamani

Santa Cruz de la Sierra - Bolivia


Introducción

EL PLURALISMO JURÍDICO EN EL MARCO

DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO

Este trabajo analiza el proceso constituyente que se ha llevado a cabo en el país


en relación al pluralismo jurídico, surgido del contexto de los antecedente y
reformas latinoamericanas de los derechos indígenas.

Debemos partir primero desde el hecho colonial que coloco a los pueblos
indígenas en una posición de inferioridad, la ideología de la inferioridad natural de
los indios permitió crear una tutela jurídica, iniciando en el siglo XIX con el
proyecto criollo de “sujeción indígena del horizonte”, con el interés único de evitar
levantamientos, convirtiéndolos en ciudadanos y titulados de derechos
individuales, mediante la disolución de su pueblos para crear territorios colectivos,
leyes propias y autoridades indígenas.

El primer ciclo de reformas constitucionales se desarrolla en los años 80 del siglo


20 está marcado por el surgimiento del multiculturalismo y las nuevas demandas
indígenas, introduciendo el concepto de diversidad cultural, multicultural y
multilingüe de la sociedad, el derecho individual y colectivo a la identidad cultural y
algunos derechos indígenas específicos.

La constitución de Canadá del año 1982 abrió el camino con el reconocimiento


pionero de su reconocimiento multicultural y la incorporación de los derechos de
los aborígenes. Siguiendo con la reforma Guatemala en 1985 y Nicaragua en
1987, formando parte del proyecto horizonte para ser plenamente reconocidas;
esto sigue Brasil en el año 1988. El ciclo del pluralismo multicultural abarca los
años 1989 al 2005, el segundo ciclo se desarrolló en los años 90.

El pluralismo y diversidad cultural se convirtieron en principios constitucionales de


varias naciones, afirmando así el derecho individual y colectivo, las constituciones
de este siglo incorporaron un nuevo y largo listado de derecho indígena en
convenido de OIT (art. 2.1 – 4.6 – 11- 12.1 - 35) sobre pueblos indígenas y tribales
independientes en el año 1989, reconociendo a los pueblos indígenas con sus
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propias normas y procedimientos y funciones jurisdiccionales o de justica.
Expandiendo su modelo en américa central y Sudamérica; Colombia 1991, México
y Paraguay 1992 Perú 1993, Bolivia y Argentina 1994, Ecuador 1996 y Venezuela
1999.

Duraste los años 90 las constituciones andinas introdujeron en sus primeros


artículos un reconocimiento de la existencia de diversas culturas. Definieron a la
nación como multicultural y pluricultural, con este avance quebraron la nación
Mono cultural diseñado en el siglo XIX.

En 1994 Bolivia se reforma constitucionalmente para los pueblos indígenas,


reconociendo sus derechos, aunque de manera limitada. Ya en la constitución del
año 2009, Bolivia se declara como un estado unitario social de derecho,
comunitario plurinacional, intercultural, reconociendo expresamente la jurisdicción
indígena originaria campesina, a al cual coloca en igualdad jerárquica, con las
jurisdicciones ordinarias y agroambiental.

Los sistemas de justica indígena del territorio boliviano gozan de igualdad jurídica
con respecto a la justicia ordinaria, sin embargo, tropieza con la cooperación y
practica inter jurisdiccional, haciendo difícil el avance en la aplicabilidad de la
misma.

El debate sobre el pluralismo jurídico continua y su desarrollo y aplicación requiere


de apoyo colectivo, basado en un pacto social que permita avanzar para cambiar
la realidad del país.

Las visiones y consenso basado en distintas posiciones sociológicas y políticas,


deben propiciar el camino a la inclusión de todos los grupos existentes.

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1. PLURALISMO JURIDICO EN LATINOAMERICA

En América Latina los debates alrededor del pluralismo jurídico que involucran la
existencia y reconocimiento de la justicia indígena se remontan a tres décadas
atrás aproximadamente. Éstos coincidieron con el surgimiento del Consenso de
Washington y la formulación de políticas neoliberales que añadieron un elemento
de incertidumbre frente al rol del Estado, su relación con los pueblos indígenas y la
compatibilización y complementariedad de los servicios que debe prestar el
Estado con la reivindicación de autonomía y libre determinación de los pueblos
indígenas. Desde esa perspectiva, por una parte, se demandaba el respeto del
derecho propio de las comunidades indígenas; por otra parte, se instaló la
suspicacia frente a la tendencia del “achicamiento del Estado”; en otras palabras,
demandar por ciertos derechos significaba un recorte de las obligaciones del
Estado. En el caso del servicio de justicia, la lucha por administrar justicia indígena
podía implicar la retracción de los servicios de justicia del Estado. Dado el doble
estatus de ciudadano del Estado y de miembro de un pueblo indígena, se debe
lograr un delicado equilibrio entre los derechos colectivos de los pueblos indígenas
y los derechos que goza como ciudadano. La libre determinación y la autonomía
indican la prerrogativa de la comunidad indígena de gestionar su conflictividad.
Las obligaciones del Estado señalan que el derecho de acceso a la justicia
también es un derecho del que debe gozar un ciudadano indígena. La decisión
final –siempre y cuando se den determinadas condiciones– está en manos de las
autoridades indígenas. Si éstas declinan intervenir, el Estado debe arbitrar los
medios para que la justicia ordinaria pueda aplicarse. Para llevar adelante una
sistematización que traduzca claramente los diferentes escenarios, las situaciones
que pueden presentarse en países con presencia indígena, cuyos pueblos
indígenas demandan el reconocimiento de derecho propio, son las que a
continuación se señalan:

1. Gestión de la conflictividad al interior de cada comunidad. La justicia


ordinaria no participa de la resolución, pero reconoce lo actuado por las
autoridades indígenas.

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2. Gestión de la conflictividad al interior de cada comunidad. La justicia
ordinaria no reconoce la competencia de las autoridades indígenas o las
autoridades indígenas no se sienten representando al Estado en el que
viven.
3. Cuando la justicia ordinaria resuelve casos en donde, ya sea como víctima
o como imputado, participa un miembro de una comunidad indígena. La
justicia ordinaria debe gestar instancias que respeten la interculturalidad.
4. Cuando, trabajando en conjunto, la justicia indígena y la justicia ordinaria
resuelven casos. O cuando la decisión se toma en el campo de la justicia
ordinaria a pedido de la comunidad indígena. O la decisión la toman las
autoridades indígenas con colaboración de la justicia ordinaria. Son los
fenómenos conocidos como de “interlegalidad”.

Una vez que se reconoce desde los Estados la administración de justicia propia,
uno de los desafíos que surge –y, de hecho, alrededor del cual se trabaja
consistentemente hace prácticamente tres décadas, coincidente con la adopción
del c169– es cómo llevar adelante la articulación entre diferentes sistemas
normativos que coexisten en un mismo espacio geopolítico. En otras palabras,
cómo instrumentar el pluralismo jurídico. La coordinación o articulación es una
dimensión que los Estados no han abordado fácilmente. En las reformas
constitucionales de los años 90, principalmente en los países andinos, se incluyen
fórmulas constitucionales que receptan el pluralismo jurídico. Estas nuevas
constituciones toman el impulso de su renovación del c169 de la OIT, adoptado en
1989. Es en el nuevo siglo, con las últimas reformas constitucionales en América
Latina –la Constitución ecuatoriana de 2008 y la Constitución boliviana de 2009–
donde se instala un paradigma más sólido de reconocimiento de la justicia
indígena. El pluralismo jurídico, inspirado en el c169, según parece se asienta con
fuerza en la norma suprema de los Estados, fortalecido asimismo por la
Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas de
2007 y la Declaración Americana sobre Derechos de los Pueblos Indígenas de
2016. En 2010 se sanciona la ley de coordinación (llamada Ley de Deslinde
Jurisdiccional) en Bolivia, la primera en su tipo en América Latina.

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En nuestra tipología de situaciones, esta ley respondería a nuestro primer caso
donde se reconoce la decisión de las autoridades indígenas por parte de la
administración de justicia ordinaria. No obstante, Bolivia es francamente un caso
paradigmático. Un Estado cuyo expresidente es indígena, en el que se sanciona la
primera ley de articulación de jurisdicciones en América Latina y, sin embargo,
traduce una concepción regresiva a lo contemplado en los instrumentos jurídicos
internacionales, principalmente con relación al c169. Dicha ley, prácticamente,
vacía la jurisdicción indígena. Una ley de coordinación debería no sólo contribuir a
despejar cualquier “discusión interpretativa” del texto constitucional, sino que
podría ampliar sus alcances dotándole de mejores instrumentos para su
aplicación; puede también generar un marco de articulación y coordinación que
evite cualquier solapamiento o confusión sobre los alcances, tanto de la
jurisdicción ordinaria como de la jurisdicción indígena. Sin lugar a duda, no es el
caso de la Ley de Deslinde Jurisdiccional en Bolivia.

El segundo caso posible, presentado en el inicio de este apartado, está


representado por lo que sucede en algunos estados de México. Por ejemplo, en
las comunidades indígenas que viven en el Estado de Guerrero se creó el Consejo
Regional de Autoridades Comunitarias (crac) y la Policía Comunitaria (pc) como
una forma de administrar justicia y garantizar la seguridad en el interior de las
comunidades debido, entre otras razones, a la ausencia del Estado. El
reconocimiento estatal no fue buscado por las autoridades indígenas, por lo que
su ubicación dentro del Estado sigue siendo un tema delicado para todos los
sectores. En este caso en particular, no solo la coordinación no se produce, sino
que predomina la desconfianza histórica que ha signado la relación pueblos
indígenas - Estado. El pluralismo jurídico se da de facto, es un hecho, pero las
autoridades en ambos sistemas de justicia prefieren desconocerse, generando
graves problemas de articulación.

En el tercer caso, el Estado debe incluir en la administración de justicia ordinaria


elementos de interculturalidad que respeten efectivamente los derechos de los
pueblos indígenas.

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Como ya se mencionó, son los casos donde se incorporan intérpretes, se utiliza el
peritaje, se plantean casos de jurados interculturales, etc. Tal vez una de las
incorporaciones más importantes y necesarias en el proceso penal sea las
defensorías especializadas que presentan como rasgos distintivos una atención
particularizada a los miembros de los pueblos indígenas, en la medida en que sus
operadores poseen una formación calificada para su atención. Tanto en Chile
como en Guatemala existen defensorías indígenas con diferentes perfiles, pero
con objetivos similares. Ambas son evaluadas positivamente por los miembros de
los pueblos indígenas. La cuarta situación de nuestra tipología se da en la última
década donde se pretende cambiar el eje del enfoque y ya no hablar solo de
coordinación, tomando a los sistemas jurídicos como aislados sin posibilidad de
interacción, sino que se adjetiva esta coordinación como interlegal, intercultural e
interétnica para hacer referencia a que los estudios y análisis deben ser realizados
desde una perspectiva holística, tomando al sistema jurídico como un todo
(Sieder, 2012, pp. 23-30). Existen experiencias documentadas en Bolivia que
demuestran que los sistemas de justicia no son sistemas puros sino, por el
contrario, también utilizan elementos ya sea de la justicia ordinaria, ya sea de la
justicia indígena interrelacionándose en el mismo campo. En otras palabras, no se
hablaría de dos campos jurídicos sino del mismo campo donde se entremezclan
los elementos indígenas y no indígenas. Por ello, actualmente, es posible hablar
de híbridos legales o una coordinación interlegal; no obstante, estas categorías
pueden ser válidas para los países andinos o Guatemala, pero no es posible
aplicarlas en todos los países latinoamericanos. En Argentina es impensable
hablar de interlegalidad si antes no se debate alrededor del pluralismo jurídico en
sentido clásico. Es tal el desconocimiento sobre estos temas y estos derechos que
un primer paso es promover el respeto de la justicia indígena e incluso,
estratégicamente, es conveniente tomarlo como un sistema jurídico o normativo
aislado (aunque esté claro que los sistemas puros no existen) para promover el
fortalecimiento de su institucionalidad. Hablar de interlegalidad ya implica haber
recorrido un camino. En países como Chile o Argentina es todavía prematuro, a
pesar que en Argentina el C169 se encuentra vigente hace 18 años.

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Esta perspectiva hace repensar, nuevamente, en la relación entre el Estado y los
pueblos indígenas. En la medida en que este intercambio se profundice, será más
sencillo que el Estado asuma la justicia indígena como parte de la justicia estatal.
Esta situación también es muy problemática porque las autoridades indígenas –
muchas de ellas, al menos– no quieren ser diluidas en lo que se conoce como
autoridades estatales por lo que, en un sentido, la pérdida de su identidad es un
efecto no menor que deberá ser tomado en cuenta en un análisis posterior.

Por otra parte, existe jurisprudencia encontrada en países tan protectores –


constitucionalmente hablando– de los derechos indígenas como son los casos de
Bolivia y Ecuador. En Ecuador, por ejemplo, decisiones judiciales reconocen en un
caso la administración de justicia indígena (La Cocha i, 2002) y la desconocen en
un caso análogo y con pocos años de diferencia (La Cocha ii, 2010), limitando su
competencia material. Está claro que los límites de la jurisdicción indígena, y los
modos de articulación, siguen formando parte de un debate abierto en América
Latina con avances y retrocesos permanentes. Como se advierte, en pleno siglo
xxi, y con material normativo que protege un conjunto de derechos indígenas,
todavía no existe una cabal comprensión de los alcances del reconocimiento. De
ese modo, tampoco es esperable que ese mismo Estado pueda delinear sistemas
de administración de justicia interculturales o que reconozca genuinamente los
derechos de autonomía y libre determinación, y con éstos su derecho a
administrar justicia.

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2. Pluralismo Jurídico desde el Enfoque de Sistemas en Coexistencia:

Justicia Ordinaria y la Justicia Indígena

A partir de la reforma constitucional de


1994 en Bolivia, se visibilizó a los
pueblos indígenas y se reconocieron sus
derechos, aunque inicialmente de
manera tímida y con limitaciones
establecidas inclusive por las leyes y no
solo por la Constitución. Con la
aprobación y puesta en vigencia de la
CPE de 7 de febrero de 2009, Bolivia se
declara como un Estado unitario social
de Derecho, comunitario, plurinacional,
intercultural, que se funda en la
pluralidad y pluralismo político,
económico, jurídico, cultural y lingüístico; asimismo, reconoce expresamente la
jurisdicción indígena originaria campesina a la cual coloca en igualdad jerárquica
con las jurisdicciones ordinaria y agroambiental. Dicho reconocimiento ha dado
lugar a la comprensión de la existencia de diversos órdenes jurídicos en el espacio
geográfico de Bolivia, que perviven desde antes de la colonia a pesar de los
embates de ésta y de la República, para limitarlos en exceso o hacerlos
desaparecer, y al mismo tiempo. Desde entonces, han surgido opiniones que
rechazan el pluralismo jurídico, otras que postulan la hegemonía del derecho
estatal, y otras que consideran que se trata de una innegable realidad que no es
creación ni descubrimiento de ningún gobierno de turno, también existen voces
que sostienen que las normas indígenas no respetan los derechos humanos, y
otras que señalan que deben tener toda la flexibilidad necesaria para aplicar sus
disposiciones.

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A todo lo cual se suma la aprobación de la Ley de deslinde jurisdiccional, y la
jurisprudencia emanada del TCP, que determinan que el presente constituye un
tema actual de análisis y debate en Bolivia y otros países latinoamericanos con
fuerte componente poblacional indígena. El objetivo central de la investigación ha
sido el análisis de los parámetros en los que se circunscribe el pluralismo jurídico
en Bolivia, existente desde antaño, entre el Derecho Indígena y el Derecho estatal,
su reconocimiento constitucional, legal, el desarrollo jurisprudencial y la forma en
que éstos contribuyen para lograr una coexistencia en el marco de respeto e
igualdad jerárquica. Asimismo, como objetivos transversales se tienen: El marco
general teórico sobre el Derecho Indígena, sus orígenes y caracteres; en qué
consiste la denominada justicia comunitaria o el auténtico Derecho Indígena; y
establecer:

a) Los posibles conflictos entre el Derecho Indígena y los derechos humanos;

b) El carácter voluntario u obligatorio del sistema indígena;

c) El alcance de las facultades punitivas de los pueblos indígenas (si pueden ver
casos graves) y del uso de la coerción (si pueden aplicar penas graves), sobre la
base de un análisis y crítica a lo establecido en la Ley de Deslinde Jurisdiccional;
d) El carácter de sus resoluciones (si constituyen cosa juzgada no revisable).
Examiné jurisprudencia del Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia sobre
Derecho Indígena, así como algunas de las Sentencias más relevantes en el tema,
de la Corte Constitucional de Colombia. También analicé la forma de vida,
costumbres, reglas, faltas y sanciones en el Pueblo Indígena Angola, Ayllu
Urunkota, Marka Tarabuco de la Nación Yampara, ubicada en el departamento de
Chuquisaca.

El pluralismo jurídico significa la coexistencia de varios sistemas normativos, al


margen de su reconocimiento legal o no del Estado nacional, lo que si es
necesario es su existencia como sistema jurídico de un pueblo, que lo reconoce
como válido y efectivo, dentro del Estado o del espacio geopolítico determinado
(Díaz Ocampo & Antúnez Sánchez, 2018).

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El pluralismo desde una perspectiva de igualdad reconoce además del derecho
oficial la validez de normas de los diversos sistemas de derecho, su fuente en una
comunidad especial que como tal conforma una parte diferenciada pero
constitutiva de la sociedad entera y, por tanto, tiene capacidad para que su
derecho sea reconocido como parte integral del orden legal nacional (Hoekema,
1998). Esto implica la existencia de reglas que conciertan las competencias de dos
o más derechos que convergen en el tratamiento de una situación. Es decir, se
plantea como un enfoque del derecho que se contrapone en respuesta al monismo
jurídico, el cual propugna como única y exclusiva normatividad al derecho estatal.

El tema del Pluralismo jurídico en América Latina se revitalizó como consecuencia


de las múltiples reformas y diferentes procesos constitucionales (Santamaría,
2015) Pese a esto no se ha logrado establecer un sistema equitativo e igualitario,
evidenciando en el recuento histórico de las Constituciones de Latinoamérica que
contienen un catálogo de ideales sobre una sociedad mejor y más justa que se
quiere a futuro construir, lo refrendan las evidencias entre los años 1978 y 2008,
como el período en el que se promulgaron quince textos constitucionales con
reconocimiento a los derechos de los pueblos indígenas, al reconocimiento de las
diferencias, a la apertura hacia la participación democrática y el carácter pluralista
de la sociedad (García Villegas, 2012), ampliando la visión de un Estado que
comprenda diversos conjuntos de normas jurídicas positivas en un plano de
igualdad, respeto y coordinación, dicho reconocimiento se constata en algunas de
las naciones que componen América Latina acerca de la autodeterminación de los
pueblos indígenas y de manera particular el tema de la justicia indígena que cobra
importancia en países como Colombia, Argentina, Chile, México, Bolivia, Perú,
Brasil y Venezuela.

Entre los principales estudiosos del pluralismo jurídico desde sus orígenes he
considerado a bien tomar en cuenta las concepciones de Eugen Ehrlich, quien
maneja una tesis central que establece que el derecho del Estado no es el único
derecho presente en la sociedad.

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El jurista y sociólogo austriaco Eugen
Ehrlich plantea una teoría descriptiva
del derecho en contraposición al
centralismo jurídico, haciendo la
distinción entre las normas de
organización y de decisión como
esencia de un derecho vivo, apegado
a la realidad del derecho que
establece las normas de organización
antes de las normas de decisión, entendiendo que en mismo espacio geográfico
coexisten normalmente distintos grupos humanos, lo cual supone que pueden
convivir siempre y cuando exista distintas normas de organización, es decir el
reconocimiento del pluralismo jurídico en un Estado (Nieto, 2009).

El pluralismo jurídico es el resultado de la búsqueda de un derecho que esté


apegado a la realidad social en la que existen diversas comunidades y culturas
que deben considerarse con el mismo respeto y reconocimiento que el
ordenamiento jurídico estatal sugiere para sus habitantes.

Ante la concepción de la existencia de un derecho estatal que comprende conjunto


de principios y normas de carácter universal, Ehrlich señala que el error radica en
que los juristas están acostumbrados a reconocer solamente como Derecho
aquello que emana del Estado a través de la amenazadora coerción estatal.

La pluralidad normativa y cultural en América Latina se ha ido posesionando en los


últimos tiempos en defensa de los derechos de los pueblos indígenas tras el
reconocimiento en estos países, lo cual posibilita a la convivencia de normas
jurídicas que pertenecen a ordenes distintos pero buscan equilibrarse para lograr
el bien común, que va más allá del reconocimiento del Derecho Indígena y el
Derecho estatal de manera individual sino más bien se busca el reconocimiento de
sistemas jurídicos yuxtapuestos los cuales resuelvan sus conflictos en virtud de la
jurisdicción y competencia de cada ordenamiento para garantizar la igualdad más
no la subordinación de un sistema que tenga que someterse a otro.

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A partir del análisis realizado se logra evidenciar que en América Latina el
paradigma convencional del monismo jurídico ha venido siendo superado por el
pluralismo jurídico hacia una concepción postmoderna en la cual los Estados han
ido reconociendo la pluriculturalidad, así como los valores culturales, y
fundamentalmente los derechos de estas comunidades que se han ido
implementando en las Constituciones en concordancia con lo que establecen los
tratados internacionales en pro del respeto de los Derechos Humanos.

Pese a ello se sigue excluyendo el reconocimiento como tal de las comunidades


indígenas y se siguen vulnerando derechos fundamentales que la base
constitucional sugiere, ya que estas reformas siguen estando muy alejadas de la
realidad social, pues el sistema estatal
sigue ejerciendo el poder de manera
universal, sin lograr esa interconexión
entre los dos sistemas, restando
importancia a la diversidad cultural y
limitando la aplicación del Derecho
consuetudinario, obviando el origen del
pluralismo que se dio gracias a las
distintas culturas y pueblos de cada
región.

La cosmovisión del Derecho indígena


como conjunto de normas distintas a las
del ordenamiento jurídico determinado de un país, no logra ser reconocido por no
encontrarse como norma escrita sino más bien se enmarca en un código moral de
justicia basado en las costumbres y tradiciones de cada pueblo, comunidad o
nación indígena.

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a) ¿Qué es la justicia ordinaria en
Bolivia?

“La jurisdicción ordinaria es parte del


Órgano Judicial, cuya función judicial es
única y se ejerce conjuntamente a las
jurisdicciones agroambiental,
especializadas y jurisdicción indígena
originaria campesina. Se relaciona con estas jurisdicciones sobre la base de la
coordinación y cooperación.

 Disposiciones de la legislación nacional que reconozcan los sistemas


de justicia indígena.

a. Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia


b. Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) sobre Pueblos
Indígenas y Tribales en Países Independientes, ratificada por Bolivia a través de la
Ley Nº 1257.
c. Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas, ratificada por Bolivia a través de la Ley 3760.
d. Ley 073 de Deslinde Jurisdiccional de 29 de diciembre de 2010
e. Ley 450 de Protección a Naciones y Pueblos Indígena Originario en Situación
de Alta Vulnerabilidad
f. Ley Orgánica del Ministerio Público Ley N° 260 del ley de 11 de julio de 2012
g. Ley N° 025 del Órgano Judicial de 24 de junio de 2010 h. Ley N° 463 del
Servicio Plurinacional de Defensa Pública “SEPDEP”
h. Ley N° 269 General de Derechos y Políticas Lingüísticas

14
 Restricciones para el ejercicio de la jurisdicción indígena

Con la elaboración de La Ley Nº 073 de Deslinde Jurisdiccional, de 29 de


diciembre de 2010, la cual tiene como objeto “regular los ámbitos de vigencia,
dispuestos en la Constitución Política del Estado, entre la jurisdicción indígena
originaria campesina y las otras jurisdicciones reconocidas constitucionalmente; y
determinar los mecanismos de coordinación y cooperación entre estas
jurisdicciones, en el marco del pluralismo jurídico.” se permite de esta manera la
independencia de la Jurisdicción, alejándose de un sistema asimilatorio al sistema
monista ordinario, dicha Ley es aplicable en todos los pueblos indígena originario
campesino del Estado Plurinacional de Bolivia. Por lo que, para la administración
de justicia indígena originario campesino, se deben cumplir con tres ámbitos el
personal, material y territorial que están enmarcadas en ésta Ley de Deslinde
Jurisdiccional.

En cuanto a la jurisdicción indígena originario campesina en relación de sanciones


a personas indígenas, se debe tenerse en cuenta los supuestos de afectación al
pueblo indígena originario campesino por quien no es miembro del pueblo
indígena originario campesino, es decir, pertenezca a otra comunidad o se trate de
personas no indígenas y el hecho haya ocurrido en el territorio del pueblo indígena
originario campesino; o los casos en los que los actos de un miembro de un
pueblo indígena originario campesino, realizados en otra jurisdicción tenga efectos
sobre la comunidad o pueblo indígena originario campesino. De tal forma, resulta
extensible la jurisdicción indígena originaria campesina y válidas las decisiones
que de ellas emanen respecto a los supuestos de afectación por quienes no son
miembros del pueblo indígena originario campesino, pero sus actos se han
realizado en su territorio y se ha afectado a las personas y bienes de la comunidad
por parte de “terceros”, “externos” o personas no indígenas.

15
 La coordinación y cooperación entre sistemas de justicia indígena y
originaria

Estas se encuentran dispuestas en la Constitución Política del Estado en su


Artículo 192:

III. El Estado promoverá y fortalecerá la justicia indígena originaria campesina. La


Ley de Deslinde Jurisdiccional, determinará los mecanismos de coordinación y
cooperación entre la jurisdicción indígena originaria campesina con la jurisdicción
ordinaria y la jurisdicción agroambiental y todas las jurisdicciones
constitucionalmente reconocidas.

Así también la Ley 073 de deslinde jurisdiccional dispone en su Artículo 16 y 17:

Artículo 16. (MECANISMOS DE COOPERACIÓN).

I. Los mecanismos de cooperación se desarrollarán en condiciones de equidad,


transparencia, solidaridad, participación y control social, celeridad, oportunidad y
gratuidad. II. Son mecanismos de cooperación: a) Las autoridades
jurisdiccionales y las autoridades del Ministerio Público, Policía Boliviana,
Régimen Penitenciario u otras instituciones, deben prestar inmediata cooperación
y proporcionarán los antecedentes del caso a las autoridades de la jurisdicción
indígena originaria campesina cuando éstas la soliciten;
b) Las autoridades de la jurisdicción indígena originaria campesina prestarán
cooperación a las autoridades de la jurisdicción ordinaria, de la agroambiental y
de las otras jurisdicciones legalmente reconocidas;

c) La remisión de la información y antecedentes de los asuntos o conflictos entre


la jurisdicción indígena originaria campesina y las demás jurisdicciones;

d) Otros mecanismos de cooperación, que puedan emerger en función de la


Aplicación de la presente Ley

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Artículo 17. (OBLIGACIÓN DE COORDINACIÓN Y COOPERACIÓN). Las
autoridades de todas las jurisdicciones no podrán omitir el deber de coordinación
y cooperación. Esta omisión será sancionada como falta grave disciplinaria en la
jurisdicción ordinaria, la agroambiental y las especiales; y en el caso de la
jurisdicción indígena originaria.

 Conflictos de competencias entre la jurisdicción indígena y la


jurisdicción ordinaria y agroambiental

Estas acciones que se crean a partir de la incorporación de la jurisdicción indígena


en igualdad con la jurisdicción ordinaria, cuya naturaleza jurídica es la garantizar el
ejercicio jurisdiccional indígena, de manera que los asuntos que corresponden ser
de conocimiento de la JIOC no sean objeto de intromisión por parte de la
jurisdicción ordinaria, en este sentido esta acción tiene por objeto dirimir la
competencia entre las jurisdicciones que se disputan el conocimiento en un caso
concreto.

Para que se active esta acción ante el TCP, la norma procesal establece un
procedimiento previo por el cual la autoridad que reclame competencia a otra
jurisdicción deberá presentar una solicitud de declinatoria de competencia, así en
caso de que la autoridad requerida rechace la solicitud o no se pronuncie en el
plazo de siete días, facultará al solicitante a plantear el conflicto de competencias
ante el Tribunal Constitucional Plurinacional.

El Código Procesal Constitucional se establece que la autoridad indígena que


reclama la competencia a otra jurisdicción es la facultada a acudir al 36 TCP si el
juez rechaza la solicitud o no se manifiesta en siete días, por lo que se elimina la
obligación de los jueces de remitir antecedentes al TCP en casos de conflictos de
competencias planteados por autoridades indígena en esta instancia y además, no
establece de forma expresa la suspensión del trámite. Trayendo consigo brechas
procesales a la jurisdicción indígena,

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 Procedimientos que se siguen desde que el TCP toma conocimiento
del caso

a) Etapa de admisión del Conflicto de Competencia en el TCP. Comprende el


proceso de instauración de la demanda por parte de las autoridades indígenas
ante la Comisión de Admisión hasta la emisión de la resolución que admite o
rechaza la acción. A este efecto la Comisión revisa el cumplimiento del
procedimiento previo señalado y otros requisitos de admisibilidad (Art. 24 y sgtes.).
Sólo con la resolución que admite la demanda de conflictos de competencias ésta
pasa a ser sorteada a una de las tres Salas del Tribunal Constitucional, esto es
una importante diferencia con la Consulta o CAI que no es sujeto a este proceso
en la Comisión y pasa a la Sala Especializada.
b) Etapa de tratamiento con el magistrado relator. Una vez admitida la causa
es sorteada a un magistrado relator quien debe examinar si la JIOC está dentro de
los ámbitos de vigencia que señala la CPE para dirimir competencia, a este efecto
puede solicitar información complementaria sobre los sistemas jurídicos y
aspectos socio-culturales de la JIOC. Este estudio lo realiza la Unidad de
Descolonización, cuyas funciones analizaremos en el siguiente punto.

c) Etapa de Resolución. El plazo que tiene el Tribunal para resolver conflictos de


competencias es de cuarenta y cinco días a partir del sorteo del caso, no obstante
si solicitan información complementaria como vimos en el inciso anterior se prevé
la suspensión de este plazo. Asimismo, establece la norma que el proyecto de
Sentencia debe ser de conocimiento de la Sala Plena, esto significa que se
necesita al menos cuatro de los siete votos de los magistrados para la emisión del
fallo. Esto es otro contraste con la Consulta que requiere del acuerdo sólo de los
dos magistrados de la Sala Especializada

c)Apelación de sentencias de la justicia indígena en el sistema ordinario.

Conforme lo dispuesto en la Constitución Política del Estado en su Artículo 192: I.


Toda autoridad pública o persona acatará las decisiones de la jurisdicción
indígena originaria campesina. II.

18
Para el cumplimiento de las decisiones de la jurisdicción indígena originaria
campesina, sus autoridades podrán solicitar el apoyo de los órganos competentes
del Estado. Así también, la Ley 073 de deslinde jurisdiccional, en relación a las
decisiones de la Jurisdicción Indígena Originario campesino en su artículo 12,
conforme lo siguiente: Artículo 12. (OBLIGATORIEDAD). I. Las decisiones de las
autoridades de la jurisdicción indígena originaria campesina son de cumplimiento
obligatorio y serán acatadas por todas las personas y autoridades. II. Las
decisiones de las autoridades de la jurisdicción indígena originaria campesina son
irrevisables por la jurisdicción ordinaria, la agroambiental y las otras legalmente
reconocidas.

b) ¿Qué es la justicia indígena?

La Justicia Indígena es el conjunto de normas basadas en valores y principios


culturales propios, con procedimientos y prácticas propias que regulan la vida
social en la comunidad y el territorio. ... Las decisiones de la justicia indígena
tienen fuerza de sentencias, y toda autoridad pública o persona debe acatarlas.

La jurisdicción ordinaria y la jurisdicción indígena, se diferencian porque al


momento de juzgar se aplican penas distintas, la primera de acuerdo con la ley, y
la segunda de conformidad con las normas y costumbres; sin embargo el fin es el
mismo, mantener el orden jurídico, la paz y la armonía en la sociedad.

“La jurisdicción ordinaria es parte del Órgano Judicial, cuya función judicial es
única y se ejerce conjuntamente a las jurisdicciones agroambiental, especializadas
y jurisdicción indígena originaria campesina. Se relaciona con estas jurisdicciones
sobre la base de la coordinación y cooperación.

 JURISDICCIÓN ORDINARIA

La Jurisdicción Ordinaria mencionada en el Artículo 180, parágrafo primero de la


nueva Constitución Política del Estado Plurinacional, dice: “La jurisdicción
ordinaria se ejerce por el Tribunal Supremo de Justicia, los Tribunales
Departamentales de Justicia, los tribunales de sentencia y los jueces”.

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Es la justicia a la cual todos estamos subordinados. (Constitución Política del
Estado, 2009, gaceta oficial)

En la Ley N°025, artículo 29, se tiene la definición de jurisdicción ordinaria:

“La jurisdicción ordinaria es parte del Órgano Judicial, cuya función judicial es
única y se ejerce conjuntamente a las jurisdicciones agroambiental, especializadas
y jurisdicción indígena originaria campesina. Se relaciona con estas jurisdicciones
sobre la base de la coordinación y cooperación.

II. Es inherente a la jurisdicción ordinaria impartir justicia en materia civil,


comercial, familiar, niñez y adolescencia, tributaria, administrativa, trabajo y
seguridad social, anticorrupción, penal y otras que señale la ley” (Ley del Órgano
Judicial, Capítulo VI, Título II, 2010, gaceta oficial).

Además de todo lo antes mencionado, la Jurisdicción Ordinaria tiene distintos


principios, estipulados en la Ley No. 025, Artículo 30, como ser: Transparencia,
oralidad, celeridad, probidad, honestidad, legalidad, eficacia, eficiencia,
accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido proceso, igualdad de las partes
ante el juez y la impugnación. Asimismo, el Art. 31 de la misma Ley indica cómo
se ejerce la Jurisdicción Ordinaria, observando que la jurisdicción ordinaria es
ejercida por el Tribunal Supremo de Justicia, máximo tribunal de justicia de la
Jurisdicción ordinaria, con sede en la ciudad de Sucre.

Los Tribunales Departamentales de Justicia, tribunales de segunda instancia,


como su nombre indica, tienen competencia en el territorio de cada uno de los 9
departamentos, y su central está en la capital de cada departamento. Los
Tribunales de Sentencia y jueces con competencia en el territorio o la materia que
ejercen. (Ley del Órgano Judicial, 2014, gaceta oficial).

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 JURISDICCIÓN INDÍGENA ORIGINARIA CAMPESINA

Esta es la potestad que se les otorga a los territorios Indígena Originario


Campesino por mandato de la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional
para que mediante sus usos y costumbres tengan una administración de justicia
autónoma y realmente propia. El Art. 191 de la mencionada Constitución, en sus
parágrafos I y II indica lo siguiente:

1. Las naciones y pueblos indígena-originario-campesinos ejercerán sus funciones


jurisdiccionales y de competencia a través de sus autoridades y aplicarán sus
principios, valores culturales, normas y procedimientos propios.

2. La jurisdicción indígena originaria campesina respeta el derecho a la vida y los


derechos establecidos en la presente constitución (Constitución Política del
Estado, 2009, gaceta oficial).

La Ley de Deslinde Jurisdiccional, en su Artículo 3 plantea, la igualdad jerárquica


de esta jurisdicción, con respecto a las otras tres jurisdicciones (Ley de Deslinde
Jurisdiccional, 2010, gaceta oficial)

Asimismo, la Ley N°025, en su Artículo 159, habla de la naturaleza y


fundamentación de la jurisdicción Indígena Originario Campesina de la siguiente
manera:

1. La vigencia y el ejercicio de las funciones jurisdiccionales y de competencia de


las naciones y pueblos indígena originario campesinos se ejercen a través de sus
autoridades y aplican sus principios, valores culturales, normas y procedimientos
propios.

2. Se fundamenta en el carácter Plurinacional del Estado, en el derecho de las


naciones y pueblos indígena-originario-campesinos a su libre determinación,
autonomía y autogobierno y en aquellos derechos reconocidos por la Constitución
Política del Estado, en el Convenio 169 de la Organización Internacional del
Trabajo y en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas (Ley del Órgano Judicial, 2014, gaceta oficial).

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Igualmente, esta Ley del Órgano Judicial, en sus artículos 161, 162 y 163 -y
también la Constitución Política del Estado en su Artículo 192- hablan de la
obligatoriedad de las resoluciones de las autoridades de esta jurisdicción, del
apoyo que darán las autoridades competentes del Estado y que las autoridades
indígenas podrán solicitar apoyo de las autoridades competentes para el
cumplimiento de sus decisiones.

Ámbitos de vigencia de la Jurisdicción Indígena Originaria Campesina

• Vigencia Material

El Artículo 10 de la Ley de Deslinde Jurisdiccional, establece que: “La jurisdicción


indígena originaria campesina conoce los asuntos o conflictos que histórica y
tradicionalmente conocieron bajo sus normas, procedimientos propios vigentes y
saberes, de acuerdo con su libre determinación”. Por lo tanto, los conflictos en
materia penal, corrupción, narcotráfico y terrorismo −entre otros− no pueden ser
atendidos por la jurisdicción indígena-originario-campesina. Asimismo, este
artículo establece que los casos que por costumbre son juzgados por esta
jurisdicción, no pueden ser conocidos por ninguna otra jurisdicción (Ley de
Deslinde Jurisdiccional, 2010, gaceta oficial).

• Vigencia Personal

En el Artículo 160 de la Ley 025 y en el Artículo 9 de La Ley de Deslinde


Jurisdiccional, se menciona que esta jurisdicción solo se ejercerá a personas de la
comunidad o el pueblo indígena originario campesino y no así a los ajenos a esta
jurisdicción (Ley del Órgano Judicial, 2014, gaceta oficial).

El Ministerio Público, utilizando los mecanismos a su alcance, desarrolla acciones


con el fin de coordinar y cooperar con las autoridades jurisdiccionales Indígena
Originario Campesinas, respetando su forma de administración de justicia, de
acuerdo a la Constitución Política del Estado.”

2. Ley N° 025 del Órgano Judicial de 24 de junio de 2010

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“Artículo 159 (Naturaleza y Fundamentación de la Jurisdicción Indígena Originaria
Campesina)

I. ejercen a través de sus autoridades, y aplicarán sus principios, valores


culturales, normas y procedimientos propios.

II. su libre determinación, autonomía y autogobierno…

Artículo Nº 160 (Alcances de la Jurisdicción Indígena Originaria Campesina)

II. La jurisdicción indígena originario campesina se ejerce en los ámbitos de


vigencia personal, material y territorial.”

Artículo Nº 163 (Apoyo del Estado al cumplimiento de los fallos de la Jurisdicción


Indígena Originaria Campesina)

Para el cumplimiento de las decisiones de la jurisdicción indígena originaria


campesina, sus autoridades podrán solicitar el apoyo de las autoridades
competentes del Estado.”

c) ¿Cuál es la diferencia entre justicia ordinaria y la justicia indígena?

La jurisdicción ordinaria y la jurisdicción indígena, se diferencian porque al


momento de juzgar se aplican penas distintas, la primera de acuerdo con la ley, y
la segunda de conformidad con las normas y costumbres; sin embargo, el fin es el
mismo, mantener el orden jurídico, la paz y la armonía en la sociedad.

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4. PLURALISMO JURÍDICO DESDE EL ENFOQUE DE SISTEMAS
IGUALITARIOS

Bolivia, según la Constitución Política del Estado (CPE), es un país que se refundó
sobre la base de la plurinacionalidad, esto es en el ámbito estrictamente jurídico,
la vigencia plena del pluralismo jurídico igualitario, “la existencia de varios
sistemas o regímenes jurídicos dentro de un espacio social particular”, con una
sociedad pluricultural y/o plurinacional; esto significa que en la jurisdicción
indígena originaria campesina, los pueblos y naciones milenarias deben aplicar en
forma exclusiva las instituciones y figuras jurídicas propias, ya que el pluralismo
jurídico da lugar a varios tipos de normas o reglas jurídicas, mecanismos de poder,
legitimidad y formas de funcionamiento e interrelaciona miento de la sociedad.

El pluralismo jurídico igualitario es plasmado materialmente por el art. 1 y 179.II de


la CPE, en cuyo contenido señala: “Bolivia se funda en el pluralismo jurídico, entre
otros” y forja de manera categórica la igualdad jerárquica de la justicia ordinaria y
la justicia indígena originaria campesina; desprendiéndose la existencia de dos
sistemas jurídicos o corrientes jurídicas: por un lado la Justicia Ordinaria con
matriz civilizatoria eurocéntrica, con toda la trayectoria histórica, social y científica
que ha tenido; y por el otro lado el Sistema Jurídico Indígena Originario

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Campesino, que emerge de la cultura de los pueblos de (Abya Yala y/o
Tawantinsuyu).

Ahora bien, comprendiendo nuestra realidad, debemos reflexionar retomando la


historia; siendo así, desde aquel entonces (1637) hasta el presente han pasado
380 años, y corresponde ver en qué medida se mantiene la mentalidad colonial,
esto es los intentos de subordinar la administración de la justicia indígena
originaria campesina hacia la justicia ordinaria o en su caso tener la mentalidad de
que la justicia milenaria es para solucionar casos menores y que los conflictos
mayores deben ser resueltos por la justicia ordinaria, pues el reto de superación
de esa mentalidad colonial es para los operadores de justicia, facultades de
derecho, actores de la justicia indígena y la sociedad en su conjunto.

El pluralismo jurídico se introdujo en países de Sudamérica en la década de 1990


gracias al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual
fue producto de una larga lucha que los actores de los pueblos indígenas
encararon en diferentes escenarios y, con ello, inicialmente se reconoce la
vigencia de la justicia comunitaria dentro del ámbito territorial de la comunidad.

La materialización del convenio 169 de la OIT es un acto de reconocimiento de la


comunidad internacional a la controversia jurídica de dos sistemas, que data
inclusive desde el mismo encuentro entre el “Inka Atahuallpa y Francisco Pizarro”,

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momento histórico donde se encontraron dos formas diferentes de ver, entender y
practicar la justicia, la cual se mantuvo en el periodo colonial y se extendió al
periodo republicano; al respecto, es relevante recordar que:

“La corona española en 1637, reconoció que las autoridades de indios, podían
administrar justicia para casos de conflictos menores debiendo pasar los casos
mayores a conocimiento del corregidor español”; vale decir, que las autoridades
españolas reconocían la administración de la justicia en la comunidad mientras no
contradiga la ley (humana y divina – ley de los españoles y la religión católica).

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5.CONCLUCIONES
A nivel sociocultural
 El territorio del pueblo Guarayo conlleva todas las dimensiones humanas de
sus habitantes, es pues base de la subsistencia económica de un pueblo
indígena, pero también es base de desarrollo como cultura propia. Es así
que, el territorio aparece como una condición indispensable para la
supervivencia y desarrollo social del municipio de Urubichá, es su espacio
vital donde se sustentan sus mitos, conocimientos, ciencia, tecnología y
costumbre, las mismas que hacen a su cultura y espiritualidad; aspectos
inseparables de la vida y dignidad de la identidad de los pueblos indígenas.
 Es algo más que la tierra para quien la trabaja; es una construcción
asociada a la lucha por el espacio global donde se desarrollan las vivencias
sociales, culturales, los animales, los bosques, el aire, el agua y el ser
humano que se relacionan e interactúan, pero principalmente esta asociada
a la lucha por la reivindicación de su identidad como pueblo indígena
originario.
 La concepción de vida del municipio de Urubichá, la convivencia, la
comunicación con el entorno natural es permanente dado que los Guarayos
se consideran parte integral de un mundo dinámico en tensión y armonía
con la naturaleza y sus seres, es una relación ideal de respeto y cuidado
mutuo y está basado en el uso controlado y humilde como ellos lo definen
de los recursos naturales y que propicia el desarrollo de estrategias para el
uso y manejo al mismo tiempo a la conservación y reproducción de la
naturaleza y del ser humano.
 Otro aspecto es la identidad cultural, es un elemento importante a la hora
de hablar del territorio, porque no se puede proyectar el futuro sin antes

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reconstruir el pasado, aunque se están perdiendo algunas costumbres en
los jóvenes actuales, propias del lugar como ser las artesanales debido al
proceso de globalización.

 La gestión territorial es encarada de forma integral por los comunarios como


dueños y sujetos colectivos del territorio, están asumiendo la apropiación
del espacio, los recursos naturales, el control y su proyecto de vida
tomando en cuenta sus criterios étnicos, esto a partir de su visión y
cosmología.
A nivel sociopolítico
 La organización es fundamental como base de su estructura social, la
misma busca un desarrollo sustentable de su territorio.
Desafíos y limitaciones:
 El relacionamiento que existe entre el gobierno municipal con las
organizaciones indígenas se muestra como deficitario en varios sentidos:
poco relacionamiento y coordinación, mantenimiento de situaciones
conflictivas, ninguna voluntad de negociar por ambos lados y solucionar las
diferencias, etc. La misma se debe a la injerencia política al interior de las
organizaciones indígenas y del Gobierno municipal.
 Con relación a la injerencia política partidista y su autonomía como
organización Indígena, los partidos políticos al incursionar dentro de la
Organización Indígena integran a los dirigentes a sus filas partidarias con el
objetivo de transformar a la Organización Indígena en un instrumento. Esta
situación hace que los dirigentes indígenas no tengan autonomía de
decisión, lo cual es definida por los intereses y la ideología de los partidos
políticos.
 Otro factor negativo dentro de las limitaciones, es el divisionismo que existe
y ha llevado a que la tco tenga dos representantes, o sea dos congas,
paralelas, existen dos Centrales Comunales. Estos elementos influyen a la

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hora de gestionar proyectos, ya que ha creado confusiones en los mismos
comunarios.
 Dentro de los desafíos podemos indicar importantes percepciones acerca
de la nueva Constitución Política del Estado. Al respecto, las personas
esperan grandes cambios dentro de su territorio indígena.

 Las centrales comunales manifiestan que la autonomía indígena, es uno de


los factores importantes para encarar los procesos de la gestión del
territorio, además de materializar lo que en teoría ellos consideran que
siempre fueron autónomos.
 Los diversos conflictos internos y externos que se dan influyen de manera
sustancial en la vida de los comunarios y su resolución es determinante
para el desarrollo de las comunidades, como también para la consolidación
y apropiación del espacio territorial.
WILFREDO MAMANI ESTRADA

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