SEXOLOGIA

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA VICERRECTORADO
ACADÉMICO FACULTAD DE CIENCIAS
ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
CATEDRA: SEXOLOGIA
PROFESOR: JESUS ENRIQUE ZARRAMERA MORALES

Act. # 1

BASES TEÓRICAS DE LOS


ESTUDIOS DE LA SEXOLOGÍA
Ensayo

REBECA ALVAREZ 20.747.127


INTRODUCCIÓN

La sexología es una rama de la psicología. Esta ciencia está destinada


al estudio, desde diferentes perspectivas, del comportamiento y el
desarrollo sexual en los seres humanos. Muchas personas desconocen
la función de esta ciencia. Hoy en día esta disciplina ha ganado mayor
interés por parte de la comunidad médica y la sociedad en general.
Nuestra conducta sexual adopta muchas formas y hoy día, gracias a la
liberación que existe, por medio de las comunicaciones digitales,
podemos decir que es necesario conocerla.

Nuestro comportamiento sexual es modificado por nuestras condiciones


psicológicas; de allí que se haya profundizado en el descubrimiento de
esta disciplina. Las relaciones interpersonales, la identidad, entre otros
factores, determinan condiciones como la orientación sexual y el modo
en que se asume la sexualidad.

La sexualidad es un aspecto inherente al ser humano, para algunos es una fuente


de placer y aceptación, para otros, la mayoría, origina problemas y conflictos de
diversa índole.  El estudio de la sexualidad humana y la construcción de género,
exige en primer lugar, establecer las cualidades esenciales del individuo, pues
resulta imprescindible considerar que el hombre y la mujer son, en esencia, seres
sociales. La sexología es multidisciplinaria por excelencia, y su finalidad es el
estudio, atención y solución de la problemática sexual del ser humano orientada a
propiciar el desarrollo armónico y equilibrado de las diversas intervenciones del
individuo como ente social.
ASPECTOS CONCEPTUALES, EXPERIMENTOS Y HALLAZGOS HISTÓRICOS
Y FUNCIONALES DE LA SEXOLOGÍA.

Lo sexual ha sido no sólo un tema de debate en muchos momentos de la historia,


sino también objeto de regulaciones, vocaciones éticas e incluso políticas
públicas. De hecho, Weeks (1998a) afirma que lo sexual ha sido depositario de
infinidad de ansiedades sociales en diferentes sociedades y épocas. Por eso,
tenemos que saber lo que ha sido y loque es, antes de poder decidir
racionalmente lo que debería o podría ser (Weeks,1998c:16). De ahí que sea
necesario conocer cuáles son los argumentos que se han delineado
históricamente en el discurso social sobre lo sexual y su derivación en lo que hoy
llamamos sexualidad.

El término “sexo” en las culturas occidentales puede hacer referencia a cuestión


están diferentes como una relación amorosa, un tipo de persona, una práctica
erótica o un género. Sin embargo, esto no siempre fue así. En el siglo XVI, el
término “sexo” definía la división de la humanidad en dos sectores, el masculino y
el femenino. Fue hasta principios del siglo XIX que el mismo término empezó a ser
usado para referirse a las relaciones físicas entre los sexos “tener relaciones
sexuales” (Laqueur,1990).

Hoy prevalece la creencia de que el sexo es una fuerza natural irresistible, un


impulso biológico focalizado en los genitales, que surge intempestivamente y que
“arrasa con todo lo que tiene enfrente (por lo menos si eres hombre) ...” (Freud,
1905) En el fondo de este supuesto reinado de los genitales, estaría la necesidad
de la especie de reproducirse, de modo que la sexualidad natural correspondería
únicamente al coito genital heterosexual. Ni hablar entonces de otras
manifestaciones de lo sexual, las cuales han sido ya descalificadas como
perversas. De este modo, la naturalización de la heterosexualidad y del modelo
volcánico de la sexualidad, ha proporcionado un marco de justificación ideológica
para la desigualdad de género, la discriminación sexual y la violencia.

En el año de 2006, la Organización Mundial de la Salud publicó el resultado de


una serie de consultas y reuniones entre expertos representativos de todas las
regiones del planeta a los que convocó para llegar a una definición operativa de la
sexualidad y la salud sexual. Si se reconoce que existe una gran variedad de
conceptualizaciones de la sexualidad, la propuesta de la OMS es utilizar esta
definición para lograr trabajo, lenguaje, metas y formas de evaluación
compartidas. La definición en cuestión nos dice:

 La sexualidad es un aspecto central del hecho de ser humano y abarca: el


sexo, las identidades y papeles de género, la orientación sexual, el
erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción.
 se vive y se expresa en pensamientos, fantasías, deseos, creencias,
actitudes, valores, comportamientos, prácticas, papeles y relaciones
interpersonales. Si bien la sexualidad puede incluir todas estas
dimensiones, no todas ellas se experimentan o expresan siempre.
 La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos,
psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales,
históricos, religiosos y espirituales.

En mayor detalle:

 La sexualidad es un concepto que se refiere a varios componentes que se


interrelacionan: el sexo, las identidades y papeles de género, la orientación
sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. Esto implica
que los problemas de la salud sexual pueden derivarse de todos estos
componentes y, aunque algunos parecen no tener que ver con otros (por
ejemplo, los problemas de la intimidad con los problemas de la función
erótica o disfunciones sexuales), en la realidad clínica frecuentemente se
entremezclan mostrando la íntima relación de estos componentes de la
sexualidad.
 La sexualidad se manifiesta en pensamientos, fantasías, deseos, creencias,
actitudes, valores, comportamientos, prácticas, papeles y relaciones
interpersonales. Como la observación directa de las conductas de los
pacientes en la intimidad no es posible ni correcta, el acceso del clínico a la
sexualidad de sus pacientes es a través de la entrevista clínica que
necesita incluir, precisamente, información de esas manifestaciones para
poder orientar al clínico acerca de posibles problemas a resolver
 No todas las dimensiones sexuales necesitan expresarse siempre, es más
bien cuestión de equilibrio y de decisiones conscientes personales.
 Para entender a profundidad la sexualidad es necesario el conocimiento
transdisciplinario que incluya factores: biológicos, psicológicos, sociales,
económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y
espirituales.
 La concepción actual de la sexualidad es amplia.

Cada uno de sus componentes merece atención durante el desarrollo del individuo
y durante su vida adulta por medio de los procesos educativos. De la misma
forma, los problemas de la sexualidad que hacen necesaria la intervención del
clínico aparecen en cada uno de sus componentes. Si bien algunos de los
problemas sexuales han sido objeto reciente de atención por parte de la
comunidad médica debido a la aparición de medicamentos eficaces para ayudar a
disminuir o evitar la repercusión de la problemática sexual en el individuo y su
pareja, es deseable que el profesional de la salud tenga una panorámica completa
para estar en mejores condiciones de ayudar a sus pacientes.

Cuando se hablamos de una sexualidad completa o de satisfacción sexual


podemos definir que se trata de una respuesta afectiva que surge por la
evaluación de los aspectos positivos y negativos asociados a las propias
relaciones sexuales. Está considerada como la última fase de la respuesta sexual,
asociada a la frecuencia y variedad de las actividades sexuales realizadas. Las
fases que configuran la respuesta sexual son: deseo, excitación, orgasmo y
satisfacción sexual.

En el estudio de la satisfacción sexual se han encontrado diversas variables que


determinan el nivel de satisfacción, entre ellas destacan variables interpersonales
(de las relaciones entre personas) e intrapersonales (de las características de uno
mismo), siendo menos significativas las variables sociodemográficas. Así, en lo
que respecta a las variables sociodemográficas, se sabe que la satisfacción sexual
disminuye con la edad, pero no hay evidencias diferenciales en lo que se refiere al
género, es decir, no se han registrado grandes diferencias entre hombres y
mujeres en el nivel de satisfacción sexual. 
En lo referente a variables interpersonales, autores como Byers, Demmons, y
Lawrance han propuesto un “Modelo de Intercambio Interpersonal de Satisfacción
Sexual” (IEMSS), basado en la importancia de variables interpersonales y del
intercambio de beneficios y costes dentro de la relación. Según este modelo la
satisfacción sexual es mayor en la medida en que, con el tiempo, el grado de
satisfacción con la propia relación en sí es alto y los niveles de recompensas
sexuales son mayores a los niveles de los costes sexuales. Tras realizar un
estudio poniendo a prueba dicho modelo, se demostró que éste funcionaba tanto
para mujeres como hombres, así como para relaciones recientes o de larga
duración, concluyendo los autores que el IEMSS ofrece un enfoque prometedor
para investigar y comprender la satisfacción sexual.
Por otra parte, son numerosos los estudios que ponen de manifiesto la importancia
de la satisfacción sexual en la vida personal y la relación de pareja, hasta el punto
de influir sobre el bienestar de la persona y su calidad de vida en general.
Es por ello relevante conocer los factores que pueden aumentar o reducir el nivel
de satisfacción sexual, De acuerdo con Castelo-Branco (2005) las causas de la
insatisfacción sexual son múltiples, sin embargo, la más frecuente tiene su origen
en la falta de afecto o desavenencias entre la pareja y la estimulación inadecuada
o insuficiente. Por esta razón, es importante considerar el papel del amor y la
relación de pareja dentro de la sexualidad y la satisfacción. siguiendo a Parish y
col. 2007 algunos de estos aspectos son:
 Mayor riqueza en las prácticas sexuales: Incluyendo una mayor variedad de
técnicas sexuales, mayor frecuencia de intercambio de posturas, mayor
frecuencia de orgasmo y presencia de actividades sexuales no coitales.
 Aspectos socio emocionales de la relación con la pareja: La
satisfacción sexual se relaciona de forma directa con el deseo sexual,
siendo el deseo un elemento fundamental para el logro de un nivel óptimo
de satisfacción
 Conocimientos, actitudes y valores hacia la sexualidad: Fuertes valores
religiosos, actitudes sexuales conservadoras, escasos conocimientos
acerca de la sexualidad y poco asertividad sexual se asocian con baja
satisfacción.
 Salud física y vitalidad: Una baja salud física y escasa vitalidad también
están relacionados con baja satisfacción sexual.
 Barreras ambientales: La falta de intimidad puede disminuir la satisfacción
sexual en la persona y en la pareja.

En complemento a esto se podría agregar que dentro de los aspectos propios de


la persona que pueden estar influyendo en la satisfacción sexual está la imagen
corporal. Peter (citado en Young, Morris, Penhollow, Knickerbocker & Turner,
2005) explica que la imagen corporal es un elemento significativo y vaticinador de
la satisfacción sexual. Además, se ha encontrado que las mujeres con una imagen
corporal negativa reportan niveles más bajos se satisfacción sexual, comparadas
con aquellas que reportan una imagen corporal favorable.

El primer estudio de Sternberg, realizado a comienzos de la década de 1980, y


descrito en el libro Triangulo del Amor: Intimidad, Pasión y Compromiso, mostró
que el factor general, es decir, el siempre presente en las relaciones amorosas era
el denominado comunicación interpersonal, intercambio y apoyo. Los elementos
esenciales para este factor eran: el compartir intereses, ideas e información,
crecer personalmente a través de la relación, descubrir intereses en común,
comprender al otro, hacer que el otro se sienta necesitado, recibir ayuda del otro,
ayudar al otro a crecer personalmente y compartir sentimientos profundamente
personales. Utilizando los datos obtenidos y efectuando un análisis de conjunto se
comprobó que el factor era susceptible de ser descompuesto en conjuntos
importantes, tales como compatibilidad, intercambio, apoyo mutuo y crecimiento
personal.

Podemos clasificar los conjuntos y elementos expuestos por Sternberg como una
breve descripción de lo que podríamos definir como amor de hecho el diccionario
de Webster´s del Nuevo Mundo de la Lengua Americana citado en Sternberg,
1987 explica que el amor es un fuerte afecto, apego o devoción por una persona o
personas; o bien, un fuerte afecto, usualmente pasional, hacia una persona del
sexo opuesto. Maslow (citado en McCary, 1983) describe el amor como
sentimientos de delicadeza y de afecto hacía otra persona, acompañados por gran
excitación, regocijo e inclusive éxtasis.

Debido a este primer estudio, Sternberg (1999) pudo concluir que, aunque el amor


puede ser sentido como una sola cosa, no lo es: cuando uno experimenta amor,
experimenta un gran conjunto de sentimientos, deseos, y pensamientos que, en su
totalidad conducen a que la persona llegue a la conclusión de que ama a alguien.

De esta forma se llegó al establecimiento de la Teoría Triangular de Amor, en la


cual Sternberg (1986; 1997; 1999) propone que el amor puede ser interpretado a
partir de tres componentes: intimidad, pasión y decisión/compromiso. Sternberg
(1999) afirmó que el amor puede ser comprendido como un triángulo, dentro del
cual cada vértice representa uno de estos componentes. Dichos componentes
juegan un papel clave en el amor, por encima de otros atributos, ya que muchos
de los restantes aspectos del amor demuestran ser parte o manifestación de los
tres componentes. Y explica que, si los componentes se subdividieran en sus
propios componentes, la teoría contendría tantos elementos que resultaría
pesada. Es importante remarcar que no existe una única subdivisión correcta. Sin
embargo, esta división es útil, ya que no dependen de la época y del lugar y
aunque son diferentes los componentes, están relacionados, pero sobre todo la
teoría muestra ser válida.

La intimidad se refiere al elemento emocional, que implica sentimientos de


cercanía, confianza y unión en las relaciones amorosas. Es considerada como el
fundamento del amor, se desarrolla lentamente y es difícil de lograr. En ella
también se incluyen: el deseo de promover el bienestar del amado, sentimientos
de felicidad junto a la persona amada, gran respeto por la pareja, capacidad de
contar con la persona amada en momentos de necesidad, entendimiento mutuo,
entrega de uno mismo y de sus posesiones a la persona amada, recepción de
apoyo emocional mutuo, comunicación íntima y valoración del otro (Sternberg,
1986; 1997; 1999; Janda, 1998; Hendrick & Hendrick, 1989). Estos son algunos
sentimientos que se pueden experimentar a través de la intimidad del amor;
además no es necesario experimentarlos todos. La intimidad se experimenta
cuando uno demuestra una cantidad suficiente de estos sentimientos, siendo esta
cantidad probablemente variable de una persona a otra en diferentes situaciones.

EL SEXO, EL ACTO SEXUAL: FUNCIÓN Y FASES.

En biología, el sexo es el conjunto de las peculiaridades que caracterizan los


individuos de una especie dividiéndolos en masculinos y femeninos, y hacen
posible una reproducción que se caracteriza por una diversificación genética.

Por otra parte, La relación sexual es el conjunto de elementos que tienen alguna
importancia en el entendimiento sexual de la pareja humana, o en el proceso de
relación entre ambos sea permanente o temporal.

El coito o cópula vaginal es la introducción del pene en la vagina. Puede ser


también un coito anal o un coito oral, cuando la introducción del pene es en el
recto a través del ano o en la boca respectivamente. Es sólo una parte de la
respuesta sexual coital y ésta es una fase del proceso relación sexual. En muchas
oportunidades puede estar ausente, o incluso ser parcialmente cumplido, sin que
por ello afecte la totalidad de la relación humana en el campo de la sexualidad. La
relación sexual humana se construye en base al desarrollo de la sexualidad como
componente de la personalidad con sus características de historicidad,
voluptuosidad, trascendencia, lenguaje y respuesta paradojal.

La relación sexual puede ser analizada dependiendo de las etapas de desarrollo


del ser humano. Es así como existen elementos de sexualidad en el niño, en el
preescolar, en la adolescencia, en la adultez, en la senectud. En cada una de
estas etapas del desarrollo humano hay elementos de sexualidad, de relación
sexual. Sin embargo, no en todas ellas está presente la cópula o el coito.

El ciclo de respuesta sexual es la manera en que reacciona el cuerpo ante la


estimulación desde el inicio de una relación sexual o la masturbación y que este
expresa en forma de placer. Se puede producir incluso cuando se está dormido.

El ciclo de respuesta sexual se desarrolla en cinco fases diferentes: deseo,


excitación, meseta, orgasmo y resolución.

Deseo. Los estímulos que generan el deseo pueden ser muy variados: un roce,
con la piel del otro, el perfume, una mirada sostenida, el tono de la voz … pueden
suscitar el deseo de mantener una relación sexual con otra persona. Por supuesto,
también la imaginación y los pensamientos eróticos pueden despertar esta
necesidad o la de masturbarse.

El siguiente paso del ciclo de respuesta sexual es la excitación. No es más que la


forma que tiene el cuerpo de responder al deseo y que induce la liberación de
feromonas, cuyo olor imperceptible incrementa el sentimiento de atracción por la
otra persona. Con la excitación se aceleran el ritmo cardíaco, la respiración y la
presión sanguínea, al tiempo que los músculos se tensionan. En la mujer se
agrandan los pechos y los pezones se ponen erectos, se hincha levemente el
clítoris y los labios interiores de la vagina, separándose los labios exteriores, al
tiempo que la vagina comienza a humedecerse y el útero se eleva un poco en
relación a su posición habitual. En el hombre también los pezones se ponen
erectos y se endurece el pene, se engrosa el escroto y se elevan los testículos.

La fase de excitación puede abandonarse o hacerla durar tanto como se quiera


antes de iniciar la fase de meseta en la que la excitación se intensifica mediante la
estimulación física de las zonas erógenas y la penetración. Se puede controlar su
duración con diferentes técnicas, especialmente haciendo pequeñas pausas de
relajación, pero, en cualquier caso, se caracteriza porque el ritmo cardíaco, la
respiración y la presión sanguínea se aceleran aún más, al igual que la tensión
muscular. En la mujer aumenta la lubricación vaginal, se agranda la areola de los
pezones, el clítoris se esconde bajo el capuchón que forman los labios exteriores y
se oscurecen los labios interiores. En el hombre también se humedece el pene y
se agrandan el glande y los testículos.

La acumulación y contención de la tensión sexual y muscular tanto como sea


posible permite intensificar la satisfacción del orgasmo, pero también puede llegar
a ser incluso más satisfactoria que éste. El orgasmo es la explosión final en la que
se libera toda esa tensión acumulada en la fase de meseta y en la que el cerebro
libera una carga de endorfinas que intensifican la sensación de placer. Es el
momento en que el ritmo cardíaco, la respiración y la presión sanguínea alcanzan
su máxima aceleración y se producen intensas contracciones musculares,
especialmente en la zona de la pelvis; en las mujeres la vagina, el útero, el ano y
los músculos pélvicos; mientras que en el hombre los hacen la uretra y el ano,
además de la próstata y las vesículas seminales para inducir la eyaculación.

La fase orgásmica es la más corta de todas las fases del ciclo de respuesta sexual
y da paso a la llamada fase de resolución, en la que el cuerpo recupera el estado
en que se encontraba antes de la fase de excitación. El ritmo cardíaco, la
respiración y la presión sanguínea descienden incluso por debajo de los valores
normales; suda todo el cuerpo; y, tras la liberación de la tensión sexual, los
órganos genitales de ambos recuperan su expresión de normalidad.

Hay que decir que el placer que se experimenta con el ciclo de respuesta sexual
es muy saludable, tanto desde el punto de vista físico como emocional. Ayuda a
dormir mejor, a eliminar el estrés y la tensión, a mejorar el estado físico, a
envejecer mejor y a mantener un estado general saludable. Dicho esto, podemos
mencionar los objetivos principales del sexo o la sexualidad, más específicamente,
algunos de ellos son:

 La reproducción y la trascendencia de las personas, que son necesidades


biopsicoespirituales de todo ser humano.
 La elevación de la autoestima a través del logro de una mayor seguridad
individual y el desarrollo de la autoconfianza, que proviene tanto de la
mirada y aprobación de uno mismo como del modo en que la persona
amada nos mira y aprueba.
 La comunicación amorosa verbal y no verbal entre los miembros de la
pareja y el logro de una mayor intimidad emocional que favorece un vínculo
más profundo y satisfactorio.
 La salud a través del reforzamiento del sistema inmunológico, como han
demostrado los últimos estudios científicos sobre sexualidad.
 Todo ello unido al placer, que, desde el punto de vista de la salud, es un
importante componente del equilibrio psicológico, físico, espiritual y
social que el ser humano necesita para desempeñarse en plenitud en casi
todas sus áreas de acción.

La sexualidad es saludable por múltiples razones, La Organización Mundial de la


Salud define a la salud sexual como:

“Un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la


sexualidad; no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad.
La salud sexual requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y las
relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener relaciones sexuales
placenteras y seguras, libres de coerción, discriminación y violencia. Para que la
salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas
deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud.”

DESARROLLO SEXUAL FUNCIONAL

El ser biológico tiene una condición, su variante fisiológica del sexo y su función y
una capacidad: la de aprender a discriminar. El patrón sexual está caracterizado
por: el sexo del individuo, la función sexual del individuo: con cuál sexo se
funciona, con qué métodos, con cuánta frecuencia, tipo de ciclo de respuesta
sexual, tiempo de funcionamiento. La conjunción de estas dos características, su
interacción e integración, serán claves para el establecimiento del patrón sexual;
para la adquisición del mismo se propusieron dos postulados fundamentales: 1)
Postulado del desarrollo sexual funcional, el cual consta de 3 periodos, el periodo
indiferenciado que abarca desde el momento del nacimiento, hasta los 8 a 12 años
aproximadamente, donde se establecen diferencias morfológicas entre el hombre
y la mujer, hay similitud del funcionamiento de la unidad situación/estímulo sexual,
respuesta sexual, funcionamiento de la unidad de acuerdo a la generación de
estímulos y el individuo responde ante estímulos sexuales procedentes de
diferentes fuentes. Aparece el comportamiento del individuo a través de eventos
erectivos, lubricación vaginal, masturbación, estadios placenteros provenientes de
diferentes fuentes: madre, padre, hermanos, amigos. Después de los dos años
existe curiosidad sexual, se inicia la identidad sexual. A partir de los 3 años se
adquiere la identidad de género, a través del aprendizaje social y la norma
sociocultural. De 4 a 5 años, curiosidad sexual, se aprende el aseo ano genital. De
6 a 7 años, el individuo evidencia diferencias anatómicas, observación de
genitales, juegos sexuales y eróticos. A partir de los 7 años inicia la escolarización.

El periodo de transición abarca aproximadamente, desde los 08 a 12 años hasta


los 18 a 21 años. Se caracteriza porque el ser biológico emite, en lo referente a la
esfera sexual, respuestas que reflejan los requerimientos e impactos del entorno
sociocultural, se reflejan conductas de influencia condicionada por el ambiente y la
norma sociocultural, sociedad o grupo donde se desenvuelve, se inician los
procesos de discriminación de estímulos y el individuo se ve obligado a aprender
el patrón sexual por ensayo y error.

Así puede responder a situaciones/estímulos sexuales de naturaleza heterosexual,


homosexual, autoerótica, fetichista, zoofílica, voyerista, etc.; en consecuencia, la
masturbación, experiencias homosexuales, heterosexuales, fetichistas, zoofílicas,
etc, observadas durante este periodo de transición, son expresión del método de
ensayo y error que es requerido por todo proceso discriminativo. Ello intenta llenar
las exigencias del entorno sociocultural: la función sexual debe ejecutarse con
seres del sexo opuesto; que posea ciertas características; que los aplique con
cierta metodología y a una frecuencia dada. Igualmente conduce al aprendizaje de
un tiempo de funcionamiento y de un tipo de ciclo de respuesta sexual.

El periodo diferenciado abarca desde los 18-21 años en adelante. Se caracteriza


porque el ser humano, suele haber completado su patrón sexual ajustándolo, por
lo general, a las exigencias del entorno sociocultural. Ello no significa que la
variante fisiológica del sexo y su función se hayan extinguido, sino que se ha
limitado, a través de la discriminación, en beneficio de la aceptación social y para
evitar los conflictos socioculturales. En conclusión, la interacción ser humano
sociocultural, durante los diferentes periodos, explica cuando se adquiere el patrón
sexual.

El segundo postulado es el de la integración de la función sexual, este explica


como el individuo adquiere el patrón de la conducta sexual, considerando el
resultado de la variabilidad fisiológica, de procesos de aprendizaje, especialmente
de tipo discriminativo y de las normas socioculturales. Los patrones pueden ser
socialmente aceptados: heterosexual, homosexual, bisexual, y socialmente
rechazados: zoofílico, fetichista, pedofilica, entre otros. La adquisición de cualquier
patrón no implica alteración fisiológica, sino violación eventual de las normas
socioculturales establecidas; será responsabilidad de cada individuo evaluar su
propia conducta y pesar sus consecuencias.
CONCLUSIÓN

la Psicología es la ciencia que estudia la mente y la conducta; la Sexología es la


ciencia que estudia concretamente la conducta sexual. Ambas fijan especial
atención en la detección de aquellos aspectos que interfieren en la funcionalidad
del individuo.

Si leemos la definición de sexualidad realizada por la OMS veremos que alude a


una dimensión fundamental de la persona:

“La sexualidad es un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su


vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el
placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se
expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes,
valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad
puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o
se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores
biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales,
históricos, religiosos y espirituales” (OMS, 2006)

Así pues, la sexualidad es un pilar del ser humano, es un elemento básico de su


bienestar emocional. En pleno siglo XXI la educación sexual sigue siendo, para
muchos, un tabú. El miedo y el desconocimiento afectan a nuestro
comportamiento sexual, limitándolo y favoreciendo la aparición de disfunciones
como las que se han mencionado con anterioridad.

Las dudas y los problemas sexuales no resueltos provocan malestar y pueden


convertirse en un grave problema a nivel relacional, llegando a afectar distintos
contextos vitales. Por este motivo, ante su aparición, es imprescindible
proporcionar los conocimientos necesarios y bajo el correcto asesoramiento, con
el respeto, responsabilidad y seriedad que el tema amerita, a los pacientes y e
individuos de todas las comunidades del mundo.
REFERENCIAS

Promoción de la salud sexual. Recomendaciones para la acción. Actas de una


Reunión de Consulta convocada por la Organización Panamericana de la Salud
(OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Antigua, Guatemala, mayo
de 2000.

Antología de la sexualidad humana. Consejo Nacional de Población. Tomo I.


México: Porrúa,1994.

Dean J, Rubio-Aurioles E, McCabe M, Eardley I, et al. Integrating Partners into


Erectile Disfunction treatment: Improving the sexual experience for the couple. Int J
Clin Pract 2008;62:127-133.

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